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Fundamentar - Artículos Este portal pretende hacer un aporte a la cualificación del debate político y económico en la Argentina. Ponemos ideas en discusión que pretenden servir para que surjan otras visiones que enriquezcan el análisis. https://fundamentar.com/articulos/opinion/itemlist/tag/especulaci%C3%B3n 2024-05-18T13:16:29-03:00 Joomla! - Open Source Content Management Política, Economía y Estrategia en la Batalla del Dólar 2014-02-19T15:08:59-03:00 2014-02-19T15:08:59-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/3425-politica-economia-y-estrategia-en-la-batalla-del-dolar BRUNO ABRIATA (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/2779a850f7202cdcb6b1dcac0389f796_S.jpg" alt="Política, Economía y Estrategia en la Batalla del Dólar" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> <em>El valor del dólar ha vuelto a instalarse como una preocupación a nivel nacional. A raíz de ello, han surgido numerosos análisis que reducen todo a un problema de exceso de demanda e incertidumbre inducidos desde el Estado, ignorando la influencia de los factores no económicos.</em></p></div><div class="K2FeedFullText"><p> <em>A m&aacute;s de 10 a&ntilde;os de la crisis de 2001, el valor del d&oacute;lar ha vuelto a instalarse como una preocupaci&oacute;n a nivel nacional. A ra&iacute;z de ello, han surgido numerosos an&aacute;lisis, con una perspectiva exclusivamente t&eacute;cnica que reduce todo a un problema de exceso de demanda e incertidumbre inducidos desde el Estado, ignorando as&iacute; la influencia determinante de los factores no econ&oacute;micos y sesgando las conclusiones. Proponemos aqu&iacute; una perspectiva diferente, rigurosa y ecl&eacute;ctica.</em></p> <p> Tras 10 a&ntilde;os de calma y funcionamiento suave, se han vuelto a observar fuertes oscilaciones en el mercado cambiario. Entre mayo de 2003 y noviembre de 2013 el peso se depreci&oacute; un 106%, lo cual equivale a una&nbsp; tasa anualizada de s&oacute;lo 7%. Sin embargo, entre noviembre de 2013 y febrero de 2014, la moneda local se depreci&oacute; 35%, lo cual equivale a una tasa anualizada del 235%. La mitad de dicho salto cambiario se produjo en la segunda mitad de enero, donde en s&oacute;lo 5 d&iacute;as el d&oacute;lar subi&oacute; 17%.</p> <p> &nbsp;</p> <p style="text-align: center;"> <img alt="" src="https://fundamentar.com/archivos/articulos/tabla_devaluacin.jpg" style="width: 541px; height: 256px;" /></p> <p> El contexto pol&iacute;tico en el cual operan estas fluctuaciones del valor de d&oacute;lar es fundamental: hay intereses sectoriales que presionan constantemente sobre el valor de la divisa para obtener beneficios econ&oacute;micos y pol&iacute;ticos. Los ataques especulativos contra la moneda argentina son la expresi&oacute;n m&aacute;s acabada de estas presiones, y son innegables: &iquest;c&oacute;mo se explican sino las corridas contra el peso ejecutadas durante las victorias electorales de Cristina Fern&aacute;ndez de Kirchner en 2007 y 2011? Muchos economistas se esconden en el tecnicismo de culpar a las &ldquo;condiciones macroecon&oacute;micas&rdquo;, por lo cual cabe preguntarse: &iquest;qu&eacute; puede haber cambiado tan bruscamente en los fundamentos macroecon&oacute;micos como para que entre agosto y setiembre de 2011 (per&iacute;odo transcurrido entre las PASO y las elecciones presidenciales) se fuguen 10.000 millones de d&oacute;lares?</p> <p> Otros se refugian hablando de &ldquo;las expectativas&rdquo;. &iquest;Expectativas creadas y difundidas por qui&eacute;n? &iquest;Basadas en qu&eacute;? &iquest;En esas condiciones macroecon&oacute;micas que m&aacute;gicamente var&iacute;an de la noche a la ma&ntilde;ana? Las maniobras especulativas en el sector financiero tambi&eacute;n toman formas m&aacute;s sofisticadas, como anunciar un default de manera de poder comprar bonos m&aacute;s baratos, o que renunciar&iacute;a el CEO de YPF, para incitar una corrida y adem&aacute;s lucrar con la variaci&oacute;n de precios de la acci&oacute;n. Y a veces estas operaciones adquieren ribetes morbosos, como cuando Clar&iacute;n y la BBC anunciaron en su momento que la Bolsa sub&iacute;a a causa de la muerte de N&eacute;stor Kirchner.</p> <p> Habiendo comprendido esta dimensi&oacute;n pol&iacute;tica, se puede entonces analizar debidamente la dimensi&oacute;n econ&oacute;mica. &iquest;C&oacute;mo ocurren los ataques especulativos? En un trabajo te&oacute;rico, Paul Krugman propone un esquema que analiza la probabilidad de ocurrencia y &ldquo;&eacute;xito&rdquo; (desde el punto de vista de los especuladores) de un ataque especulativo contra la moneda local (vendi&eacute;ndola para comprar moneda extranjera). Supongamos una econom&iacute;a en la cual existe un grupo de especuladores dispuestos al ataque dependiendo de dos variables que determinan su &eacute;xito: el &ldquo;poder de fuego&rdquo; del banco central (reservas disponibles, para simplificar) y la de los dem&aacute;s especuladores de participar en el ataque o no.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> Los ataques especulativos contra la moneda argentina son la expresi&oacute;n m&aacute;s acabada de estas presiones, y son innegables: &iquest;c&oacute;mo se explican sino las corridas contra el peso ejecutadas durante las victorias electorales de Cristina Fern&aacute;ndez de Kirchner en 2007 y 2011?</p> <p> Si los dem&aacute;s participan, se agotar&aacute;n las reservas y la devaluaci&oacute;n se concretar&aacute;, generando una ganancia para los que participaron. Un mayor poder de fuego de la autoridad monetaria disminuye las probabilidades de &eacute;xito de una acci&oacute;n individual y por ende disuade a los especuladores ya que reduce la expectativa de que los dem&aacute;s acompa&ntilde;en. As&iacute;, mientras mayores son el grado de coordinaci&oacute;n de los grandes especuladores y la susceptibilidad de los peque&ntilde;os ahorristas a unirse a una corrida ante un anuncio pesimista, mayor es el poder de fuego requerido para disuadir este ataque. Es decir, en un pa&iacute;s como Argentina, es necesario que el Estado cuente con un gran poder de disuasi&oacute;n. Aqu&iacute; los grupos de presi&oacute;n invierten abundantes recursos en actuar coordinadamente para condicionar al gobierno, a lo que debe sum&aacute;rsele el comportamiento arraigado en los peque&ntilde;os ahorristas de refugiarse en el d&oacute;lar autom&aacute;ticamente, a&uacute;n si rinde mucho menos que una acci&oacute;n o un bono, lo cual los hace muy susceptibles de convalidar un ataque especulativo.</p> <p> Sin embargo, &iquest;es gratis reforzar este &ldquo;poder de fuego&rdquo;? Ciertamente, no. Acumular reservas implica inmovilizar recursos l&iacute;quidos, detray&eacute;ndolos del consumo y la inversi&oacute;n. Esto se choca de frente con cualquier intento de reducir r&aacute;pidamente la pobreza y la desigualdad m&aacute;s all&aacute; de cierto umbral: mayores salarios reducen la competitividad-precio, generando tensi&oacute;n en la balanza comercial y reduciendo el ingreso de divisas. Al mismo tiempo, los procesos de r&aacute;pido crecimiento econ&oacute;mico generan presiones inflacionarias puntuales a causa de cuellos de botellas en ciertos sectores, desatando pujas distributivas que generalizan el proceso inflacionario.</p> <p> De esta manera, los gobiernos caminan haciendo equilibrio entre progreso social y capacidad disuasiva de la autoridad monetaria, y esta l&iacute;nea se hace m&aacute;s delgada a medida que las aspiraciones sociales y las presiones corporativas se acrecientan. Algunos economistas parecen pasar por alto esta restricci&oacute;n, planteando como soluci&oacute;n la vuelta a las condiciones del 2002/2003 (acumular reservas a costa de salarios bajos), y esquivando el verdadero debate, el de la competitividad no-precio (exportar m&aacute;s en base a mejoras en eficiencia, productividad, calidad y/o diferenciaci&oacute;n de los productos, en lugar de hacerlo a base pagar salarios m&aacute;s bajos), que es la &uacute;nica manera de incrementar este margen de maniobra de la pol&iacute;tica econ&oacute;mica y salir del juego de suma cero.</p> <p> Por &uacute;ltimo, tenemos la dimensi&oacute;n estrat&eacute;gica de la cuesti&oacute;n del d&oacute;lar en el marco de la lucha entre el poder pol&iacute;tico (legitimado por el voto) y el poder corporativo (fundado en la ley del m&aacute;s fuerte). Y es aqu&iacute; en donde el gobierno debe replantearse no tanto sus acciones de pol&iacute;tica econ&oacute;mica <em>per se</em>, sino la estrategia con la cual va a combatir al poder corporativo. Sun Tzu, en <em>El arte de la guerra</em>, hace hincapi&eacute; en la necesidad de evaluar cuidadosamente las fuerzas en los bandos y emplear una estrategia adecuada a la relaci&oacute;n de fuerzas, que cuando es muy desfavorable puede requerir, incluso, ceder algo de terreno. Puesto en t&eacute;rminos de nuestro an&aacute;lisis, el proceso de crecimiento con inclusi&oacute;n social ha ejercido su natural erosi&oacute;n en algunos indicadores macroecon&oacute;micos (ahorro fiscal, tipo de cambio real y reservas), que, a pesar de estar a niveles comparables a los de pa&iacute;ses como Canad&aacute; o Australia, no han alcanzado para hacer frente a poderes f&aacute;cticos que han sido subestimados.</p> <p> Como conclusi&oacute;n, no deben interpretarse posibles medidas econ&oacute;micas venideras como una claudicaci&oacute;n. Mantener la adecuaci&oacute;n de la venta de d&oacute;lares a la declaraci&oacute;n de ingresos es un ejemplo de ello, ya que mantiene una cualidad indiscutible del &ldquo;cepo&rdquo;, que era perjudicar a los evasores. Un eventual ahorro fiscal mediante la focalizaci&oacute;n de los subsidios hacia los m&aacute;s necesitados es otro ejemplo, ya que mejorar&iacute;a la distribuci&oacute;n del ingreso. Qu&eacute; decir del lanzamiento del Plan Progresar. En todo caso, la fuerte depreciaci&oacute;n del peso y una ocasional suba de la tasa de inter&eacute;s deber&aacute;n interpretarse, a lo sumo, como una simple retirada t&aacute;ctica.</p> <p> &nbsp;</p> <p> <em>(*) Economista de la Fundaci&oacute;n Para la Integraci&oacute;n Federal</em></p> <p> &nbsp;</p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/2779a850f7202cdcb6b1dcac0389f796_S.jpg" alt="Política, Economía y Estrategia en la Batalla del Dólar" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> <em>El valor del dólar ha vuelto a instalarse como una preocupación a nivel nacional. A raíz de ello, han surgido numerosos análisis que reducen todo a un problema de exceso de demanda e incertidumbre inducidos desde el Estado, ignorando la influencia de los factores no económicos.</em></p></div><div class="K2FeedFullText"><p> <em>A m&aacute;s de 10 a&ntilde;os de la crisis de 2001, el valor del d&oacute;lar ha vuelto a instalarse como una preocupaci&oacute;n a nivel nacional. A ra&iacute;z de ello, han surgido numerosos an&aacute;lisis, con una perspectiva exclusivamente t&eacute;cnica que reduce todo a un problema de exceso de demanda e incertidumbre inducidos desde el Estado, ignorando as&iacute; la influencia determinante de los factores no econ&oacute;micos y sesgando las conclusiones. Proponemos aqu&iacute; una perspectiva diferente, rigurosa y ecl&eacute;ctica.</em></p> <p> Tras 10 a&ntilde;os de calma y funcionamiento suave, se han vuelto a observar fuertes oscilaciones en el mercado cambiario. Entre mayo de 2003 y noviembre de 2013 el peso se depreci&oacute; un 106%, lo cual equivale a una&nbsp; tasa anualizada de s&oacute;lo 7%. Sin embargo, entre noviembre de 2013 y febrero de 2014, la moneda local se depreci&oacute; 35%, lo cual equivale a una tasa anualizada del 235%. La mitad de dicho salto cambiario se produjo en la segunda mitad de enero, donde en s&oacute;lo 5 d&iacute;as el d&oacute;lar subi&oacute; 17%.</p> <p> &nbsp;</p> <p style="text-align: center;"> <img alt="" src="https://fundamentar.com/archivos/articulos/tabla_devaluacin.jpg" style="width: 541px; height: 256px;" /></p> <p> El contexto pol&iacute;tico en el cual operan estas fluctuaciones del valor de d&oacute;lar es fundamental: hay intereses sectoriales que presionan constantemente sobre el valor de la divisa para obtener beneficios econ&oacute;micos y pol&iacute;ticos. Los ataques especulativos contra la moneda argentina son la expresi&oacute;n m&aacute;s acabada de estas presiones, y son innegables: &iquest;c&oacute;mo se explican sino las corridas contra el peso ejecutadas durante las victorias electorales de Cristina Fern&aacute;ndez de Kirchner en 2007 y 2011? Muchos economistas se esconden en el tecnicismo de culpar a las &ldquo;condiciones macroecon&oacute;micas&rdquo;, por lo cual cabe preguntarse: &iquest;qu&eacute; puede haber cambiado tan bruscamente en los fundamentos macroecon&oacute;micos como para que entre agosto y setiembre de 2011 (per&iacute;odo transcurrido entre las PASO y las elecciones presidenciales) se fuguen 10.000 millones de d&oacute;lares?</p> <p> Otros se refugian hablando de &ldquo;las expectativas&rdquo;. &iquest;Expectativas creadas y difundidas por qui&eacute;n? &iquest;Basadas en qu&eacute;? &iquest;En esas condiciones macroecon&oacute;micas que m&aacute;gicamente var&iacute;an de la noche a la ma&ntilde;ana? Las maniobras especulativas en el sector financiero tambi&eacute;n toman formas m&aacute;s sofisticadas, como anunciar un default de manera de poder comprar bonos m&aacute;s baratos, o que renunciar&iacute;a el CEO de YPF, para incitar una corrida y adem&aacute;s lucrar con la variaci&oacute;n de precios de la acci&oacute;n. Y a veces estas operaciones adquieren ribetes morbosos, como cuando Clar&iacute;n y la BBC anunciaron en su momento que la Bolsa sub&iacute;a a causa de la muerte de N&eacute;stor Kirchner.</p> <p> Habiendo comprendido esta dimensi&oacute;n pol&iacute;tica, se puede entonces analizar debidamente la dimensi&oacute;n econ&oacute;mica. &iquest;C&oacute;mo ocurren los ataques especulativos? En un trabajo te&oacute;rico, Paul Krugman propone un esquema que analiza la probabilidad de ocurrencia y &ldquo;&eacute;xito&rdquo; (desde el punto de vista de los especuladores) de un ataque especulativo contra la moneda local (vendi&eacute;ndola para comprar moneda extranjera). Supongamos una econom&iacute;a en la cual existe un grupo de especuladores dispuestos al ataque dependiendo de dos variables que determinan su &eacute;xito: el &ldquo;poder de fuego&rdquo; del banco central (reservas disponibles, para simplificar) y la de los dem&aacute;s especuladores de participar en el ataque o no.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> Los ataques especulativos contra la moneda argentina son la expresi&oacute;n m&aacute;s acabada de estas presiones, y son innegables: &iquest;c&oacute;mo se explican sino las corridas contra el peso ejecutadas durante las victorias electorales de Cristina Fern&aacute;ndez de Kirchner en 2007 y 2011?</p> <p> Si los dem&aacute;s participan, se agotar&aacute;n las reservas y la devaluaci&oacute;n se concretar&aacute;, generando una ganancia para los que participaron. Un mayor poder de fuego de la autoridad monetaria disminuye las probabilidades de &eacute;xito de una acci&oacute;n individual y por ende disuade a los especuladores ya que reduce la expectativa de que los dem&aacute;s acompa&ntilde;en. As&iacute;, mientras mayores son el grado de coordinaci&oacute;n de los grandes especuladores y la susceptibilidad de los peque&ntilde;os ahorristas a unirse a una corrida ante un anuncio pesimista, mayor es el poder de fuego requerido para disuadir este ataque. Es decir, en un pa&iacute;s como Argentina, es necesario que el Estado cuente con un gran poder de disuasi&oacute;n. Aqu&iacute; los grupos de presi&oacute;n invierten abundantes recursos en actuar coordinadamente para condicionar al gobierno, a lo que debe sum&aacute;rsele el comportamiento arraigado en los peque&ntilde;os ahorristas de refugiarse en el d&oacute;lar autom&aacute;ticamente, a&uacute;n si rinde mucho menos que una acci&oacute;n o un bono, lo cual los hace muy susceptibles de convalidar un ataque especulativo.</p> <p> Sin embargo, &iquest;es gratis reforzar este &ldquo;poder de fuego&rdquo;? Ciertamente, no. Acumular reservas implica inmovilizar recursos l&iacute;quidos, detray&eacute;ndolos del consumo y la inversi&oacute;n. Esto se choca de frente con cualquier intento de reducir r&aacute;pidamente la pobreza y la desigualdad m&aacute;s all&aacute; de cierto umbral: mayores salarios reducen la competitividad-precio, generando tensi&oacute;n en la balanza comercial y reduciendo el ingreso de divisas. Al mismo tiempo, los procesos de r&aacute;pido crecimiento econ&oacute;mico generan presiones inflacionarias puntuales a causa de cuellos de botellas en ciertos sectores, desatando pujas distributivas que generalizan el proceso inflacionario.</p> <p> De esta manera, los gobiernos caminan haciendo equilibrio entre progreso social y capacidad disuasiva de la autoridad monetaria, y esta l&iacute;nea se hace m&aacute;s delgada a medida que las aspiraciones sociales y las presiones corporativas se acrecientan. Algunos economistas parecen pasar por alto esta restricci&oacute;n, planteando como soluci&oacute;n la vuelta a las condiciones del 2002/2003 (acumular reservas a costa de salarios bajos), y esquivando el verdadero debate, el de la competitividad no-precio (exportar m&aacute;s en base a mejoras en eficiencia, productividad, calidad y/o diferenciaci&oacute;n de los productos, en lugar de hacerlo a base pagar salarios m&aacute;s bajos), que es la &uacute;nica manera de incrementar este margen de maniobra de la pol&iacute;tica econ&oacute;mica y salir del juego de suma cero.</p> <p> Por &uacute;ltimo, tenemos la dimensi&oacute;n estrat&eacute;gica de la cuesti&oacute;n del d&oacute;lar en el marco de la lucha entre el poder pol&iacute;tico (legitimado por el voto) y el poder corporativo (fundado en la ley del m&aacute;s fuerte). Y es aqu&iacute; en donde el gobierno debe replantearse no tanto sus acciones de pol&iacute;tica econ&oacute;mica <em>per se</em>, sino la estrategia con la cual va a combatir al poder corporativo. Sun Tzu, en <em>El arte de la guerra</em>, hace hincapi&eacute; en la necesidad de evaluar cuidadosamente las fuerzas en los bandos y emplear una estrategia adecuada a la relaci&oacute;n de fuerzas, que cuando es muy desfavorable puede requerir, incluso, ceder algo de terreno. Puesto en t&eacute;rminos de nuestro an&aacute;lisis, el proceso de crecimiento con inclusi&oacute;n social ha ejercido su natural erosi&oacute;n en algunos indicadores macroecon&oacute;micos (ahorro fiscal, tipo de cambio real y reservas), que, a pesar de estar a niveles comparables a los de pa&iacute;ses como Canad&aacute; o Australia, no han alcanzado para hacer frente a poderes f&aacute;cticos que han sido subestimados.</p> <p> Como conclusi&oacute;n, no deben interpretarse posibles medidas econ&oacute;micas venideras como una claudicaci&oacute;n. Mantener la adecuaci&oacute;n de la venta de d&oacute;lares a la declaraci&oacute;n de ingresos es un ejemplo de ello, ya que mantiene una cualidad indiscutible del &ldquo;cepo&rdquo;, que era perjudicar a los evasores. Un eventual ahorro fiscal mediante la focalizaci&oacute;n de los subsidios hacia los m&aacute;s necesitados es otro ejemplo, ya que mejorar&iacute;a la distribuci&oacute;n del ingreso. Qu&eacute; decir del lanzamiento del Plan Progresar. En todo caso, la fuerte depreciaci&oacute;n del peso y una ocasional suba de la tasa de inter&eacute;s deber&aacute;n interpretarse, a lo sumo, como una simple retirada t&aacute;ctica.</p> <p> &nbsp;</p> <p> <em>(*) Economista de la Fundaci&oacute;n Para la Integraci&oacute;n Federal</em></p> <p> &nbsp;</p></div>