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Fundamentar - Noticias https://fundamentar.com Fri, 29 Mar 2024 07:03:24 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Ser o no ser objetos de consumo, esa es la (nueva) cuestión https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6611-ser-o-no-ser-objetos-de-consumo-esa-es-la-nueva-cuestion https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6611-ser-o-no-ser-objetos-de-consumo-esa-es-la-nueva-cuestion Ser o no ser objetos de consumo, esa es la (nueva) cuestión

"Como nunca antes, el culto al cuerpo se ha constituido en blanco de técnicas y normas que tienden a configurar imágenes idealizadas de salud y belleza."
Enrique Valiente

¿Qué hace que Calvin Klein pase de hacer publicidades con hombres y mujeres extremadamente delgados y hegemónicos a poner una modelo trans, afroamericana y gorda en una calle en pleno Nueva York? ¿Qué es lo que está cambiando? ¿Hay algo que realmente esté cambiando?

A lo largo de la historia los parámetros de belleza fueron mutando. En la Edad Media los cuerpos robustos eran símbolo de belleza, salud y una buena posición social y económica; en la Revolución Industrial los cuerpos delgados se impusieron como estándares debido a que, un cuerpo delgado, era sinónimo de salud y eso, a su vez, significaba un cuerpo listo y perfecto para producir. Llegado el siglo XXI, en pleno capitalismo de consumo y con la proliferación de plataformas de comunicación, fue fácil ligar la idea de la delgadez a lo bello, lo bueno, lo saludable y a que el tipo de cuerpo delgado es el que se consume; el resto de las corporalidades, no son dignas de ser consumidas. No venden. Alineada la concepción corporal con las ideas del capitalismo de consumo y acompañada de la doctrina neoliberal, el cuerpo hegemónico o apto de consumo de la modernidad líquida (1) es un cuerpo que “es capaz de auto modelarse y someterse a las disposiciones de sus propias facultades”.

En el apogeo de la tecnología, las redes sociales, los nuevos medios de comunicación, se fue construyendo un “ideal” de cuerpo que afecta a mujeres y hombres por igual, generando problemas de salud -como la anorexia y la bulimia, por ejemplo- a aquellxs que no encajan en ese ideal. Durante años, generaciones crecieron con programas de televisión como los de Cris Morena -en Argentina y ‘for export’-, donde el mensaje era claro y contundente, no hay pieles oscuras, no hay cuerpos gordos y si los hay, son menospreciados y no hay nada que salga de lo binario.

No son inocentes las ideas y valores que se diseminan respecto a los cuerpos que entran en la norma, porque aquello que es digno de ser deseado o de ser vendido, se moldea a través del consumo: consumo de dietas, consumo de productos de belleza, consumo de productos que le quitan la grasa a las comidas, consumo de gimnasios, consumo de anabólicos; necesitamos consumir mucho para convertirnos en objeto/cuerpo de consumo deseable o ideal: “El mercado impone las ventajas de la apariencia legítima en las relaciones interpersonales, la supremacía del atractivo físico como parámetro de la aceptabilidad social, la exterioridad como medida del valor de cambio de los individuos. Estos valores, que pueden ser resumidos como una «cultura de la delgadez»».

Ahora bien, ¿qué ocurre cuando movimientos como el body positive o el activismo gordx quieren visibilizar otros cuerpos que no cumplen con los estándares de belleza actuales? Aquí ocurren dos cosas muy particulares; la primera es que se dividen las aguas entre lxs que consideran que se fomenta la obesidad, lo insalubre y no es un buen mensaje para lxs más jóvenes; y lxs que cuestionan los parámetros de la belleza, salud y quieren un cambio social y de paradigma respecto a la concepción de los cuerpos de manera integral. El capitalismo, lejos de hacer oídos sordos a este debate, lo toma y lo pone a producir, entonces vemos publicidades con corporalidades diversas -por lo general, con mujeres para mujeres-. Vemos diversidad, pero para que todos los cuerpos consuman; el objetivo está bien a la vista, nadie escapa del consumo ni de la mercantilización.

Asimismo, la segunda particularidad que se da en torno a las personas del movimiento body postive o activistas gordxs, es que no se ve representatividad no hegemónica. Con esto me refiero a que el mensaje -sobre todo con lxs participantes del movimiento body positive– termina cayendo en contradicciones porque difícilmente se encuentran personas gordas que tengan estrías, acné, celulitis, canas, arrugas, etc., o, mejor dicho, que lo muestren; no dejamos de ver -incluso en el mismo movimiento en defensa de corporalidades diversas- hegemonía o cuerpos apto para el consumo. Vemos gordxs hegemónicxs hasta el cansancio.

Filtros de belleza son moneda corriente en las redes sociales, hay que venderse elegantemente en la vidriera digital, tal como lo instan las grandes corporaciones. Insisto, nadie escapa de las lógicas del capitalismo de consumo; ni siquiera aquellxs que pretenden defender o defienden la diversidad corporal. Esto no intenta señalar a unxs y a otrxs, sino, por el contrario, hacer consciente esa “mano invisible” que nos moldea en función de las necesidades de las empresas -o las necesidades del puñado de personas más ricas del mundo- y de todo el sistema económico y político; necesidades del capital que erróneamente percibimos como propias -en términos de Byung-Chul Han– (3) y que nos iguala con una violencia atroz en tanto objetos/cuerpos que consumen y son consumidos; entiéndanse los términos ‘consumen’ y ‘consumidos’ en todas sus significaciones posibles.

Es urgentemente necesario rever y ser conscientes de nuestros consumos. Las identidades están mediadas por el consumo le pese a quien le pese. Aquella pregunta que desveló a filósofos desde tiempos inmemoriales y también a la mayoría de todxs nosotrxs en cualquier crisis existencial a las 3 de la mañana sobre “¿quién soy?”, ya no tiene tanto misterio: somos lo que consumimos.

Si bien es un avance positivo que se muestren y visibilicen otros cuerpos y otras subjetividades/identidades, no alcanza sólo con visibilizarlos y menos, visibilizarlos sólo en fechas especiales para aumentar las ventas de una marca -lo que se conoce como pinkwashing– (4); se requiere un cambio y un compromiso más profundo aún, que implique la integración de esas otredades en la sociedad, que tengan los mismos accesos a salud, trabajo, educación y vivienda digna sin ningún tipo de problema de discriminación por su cuerpo, su identidad, su forma de ser y estar en el mundo; se requiere un cambio cultural, desde las bases. ¿Sirve de algo que Calvin Klein integre una mujer afrodescendiente, trans y gorda en una publicidad?

Si. En muchos aspectos es muy importante que haya sucedido. Ahora, construir una sociedad con paradigmas nuevos, no se logra consumiendo sino cambiando las instituciones, el sistema económico y político desde la matriz y eso, es un trabajo que nos concierne a todxs en tanto que, la realidad, es un constructo social (5). Nos debemos pensar en comunidad, con las otredades; la revolución -o para lxs menos positivos, un cambio-, no será posible mientras sigamos paradxs desde nuestra individualidad, sin saber para qué se nos está usando. La pregunta ya no es ¿por qué?, la pregunta es ¿para qué?

¿Será posible entonces un cambio/revolución cultural y social en el capitalismo de consumo o todo mínimo cambio o ápice revolucionario será devorado por el capitalismo? Es difícil pensar dentro de la crisis, pero siguiendo la línea de Adidas: “Impossible is nothing”.

 

FUENTE: Es De Politólogos

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Dana Vazquez

 

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hola@fundamentar.com (Gimena Daihana Paolino) Opinión Fri, 06 May 2022 10:40:52 -0300
El desplome del consumo en agosto fue de 5,8%, el peor en 20 años https://fundamentar.com/economia/item/6261-el-desplome-del-consumo-en-agosto-fue-de-5-8-el-peor-en-20-anos https://fundamentar.com/economia/item/6261-el-desplome-del-consumo-en-agosto-fue-de-5-8-el-peor-en-20-anos Los shoppings y centros comerciales son lugares donde más se refleja la caída del consumo.

La variación contra el mismo mes de 2018 fue de 11,3%. El incentivo oficial fue insuficiente.

Hoy el Indec publicará los números oficiales de julio para las ventas en shoppings y supermercados. Pero los datos de privados muestran que en agosto se registró la peor caída intermensual del consumo privado en al menos 20 años. Tras un buen julio, en el que hubo recuperación de la mano del programa Ahora 12 y de los créditos de Anses, en agosto la contracción intermensual libre de factores de estacionalidad fue de 5,8%.

El dato surge del Indicador Mensual de Consumo (IMC) del Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala (ITE-FGA). Permite observar la magnitud del bajón en términos de consumo de los hogares: desde al menos 1997 nunca se registró una caída semejante. La variación contra el mismo mes del año pasado fue de 11,3%.

Los datos no sólo dejan entrever que el consumo inició una nueva serie de caídas en agosto sino que permite prever que las proyecciones oficiales para el PBI 2020 lucen problemáticas: desde ITE-FGA esperan que este factor clave de la demanda agregada caiga más de 10% en lo que queda de 2019 y que deje un arrastre estadístico de 3%. Es decir, que para que se cumpla la mejora de 1,4% que el Gobierno de Cambiemos prevé para el año que viene, el consumo deberá pegar un salto extraordinario, con una mejora de más de 4 puntos punta a punta. Justo en un año para el que se espera, de mínima, un primer semestre complicado.

La macro manda: cuando el Ministerio de Producción presentó las primeras proyecciones de resultados del nuevo Ahora 12, en el primer mes de aplicación se esperaba un crecimiento de $7.000 millones en la recaudación del programa. Mucho menos que los alrededor de $80.000 millones que se inyectan a la economía cuando crece 1 punto el salario real. A eso se le suma la tendencia a cuidarse y no gastar, por parte de los hogares, en épocas de crisis. El 'wait and see' aplicado a la economía particular.

En ese sentido, resultaba esperable que una caída de los salarios respecto a la inflación, fenómeno propio de las devaluaciones, y que implica más de 1 punto de contracción de los ingresos de los hogares, impactara mucho más que las medidas preelectorales. De hecho, según el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) el salario real bajó 8,4% interanual durante agosto y aceleró su caída. Los sueldos de ese mes compitieron contra una inflación de 4%.

El informe del IMC detalló algunas variables relativas al consumo del mes pasado, en línea con lo que fue adelantando BAE Negocios a lo largo de septiembre: "La venta de autos nacionales en agosto cayó un 30,9% interanual, afectadas por la disparada del tipo de cambio. El IVA Neto por su parte bajó un 6,4% anual. De acuerdo a CAME, las ventas minoristas se desplomaron un 18,6% con bajas en todos los rubros y destacándose una merma de 15% en la venta de alimentos y bebidas. Finalmente, el crédito real en pesos cayó un 33,3%, con fuertes bajas en todas las líneas".

"De mantenerse esta tendencia el gobierno finalizará la gestión con una caída en el consumo cercana al 20% respecto a diciembre 2015", remató el informe.

Ayer mismo, el Observatorio de Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (Oetec) destacó que, en los primeros 8 meses del 2019, la demanda residencial de energía eléctrica sufrió un fuerte desplome. De hecho, a partir de los datos publicados la semana pasada por Cammesa, Oetec detalló que la demanda a Edesur bajó 4,8% anual y de esa forma estuvo en niveles de 2,6% por debajo de los del mismo período de 2015. La demanda a Edenor bajó 7,5% interanual, quedó muy por debajo de la de 2015 e incluso 0,3% debajo de la de 2013.

FUENTES: BAE Negocios

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hola@fundamentar.com (Santi Toffoli) Economía Tue, 24 Sep 2019 09:40:08 -0300
La facturación comercial en Rosario cayó un 3,6% en agosto https://fundamentar.com/articulos/noticias/item/6073-la-facturacion-comercial-en-rosario-cayo-3-6-en-agosto https://fundamentar.com/articulos/noticias/item/6073-la-facturacion-comercial-en-rosario-cayo-3-6-en-agosto La facturación comercial en Rosario cayó un 3,6% en agosto

El Informe Mensual de Facturación que elabora el Centro de Información Económica de la Municipalidad de Rosario marcó el ritmo de la recesión vigente desde la actividad del comercio. La construcción también muestra números negativos: casi 8 por ciento menos. Los que sí crecieron: sector financiero y seguros. 

El Centro de Información Económica (CIE) de la Municipalidad de Rosario presentó este lunes los datos del Indicador Mensual de Facturación correspondiente al mes de agosto que registró una suba del 1% respecto a agosto del año pasado, medido en valores constantes. En tanto, los números provisorios de septiembre muestran una caída del 3,8% respecto a septiembre del 2017.

El desempeño de la facturación en agosto revela una marcada heterogeneidad en el análisis sectorial. En ese sentido, la facturación del comercio -que explica un 40% de la actividad económica de la ciudad- cayó un 3,6% y la construcción mostró una baja del 7,7%. Por otro lado, los servicios privados crecieron un 8%, en donde se destaca el crecimiento de un 22,4% en la facturación del sector de intermediación financiera y de seguros. En tanto, la industria manufacturera subió un 1,1%.

El comportamiento de la economía local, por sectores. 
(Fuente: Secretaría de Producción, Empleo e Innovación - MR)

Al mismo tiempo, el informe del CIE adelantó algunos datos provisorios respecto a septiembre donde se registra una caída en la facturación total a valores constantes de los locales habilitados en la ciudad respecto a igual mes del 2017 del 3,8%. En la comparación con agosto de este año, la contracción en la facturación es del 2,3%.

“Vemos que hay un comportamiento muy diferencial en diferentes rubros”, señaló el secretario de Producción, Empleo e Innovación, Germán Giró. Al respecto, apuntó que “la realidad a nivel local es la misma que se ve a nivel nacional: hay una falta muy fuerte de consumo, especialmente en el sector del comercio, hay una alta volatilidad en el mercado cambiario y teniendo en cuenta que estos datos de agosto aún no reflejan el impacto tan fuerte de la devaluación. A eso se suma la imposibilidad que tienen las empresas de financiarse con tasas altísimas”.

“Creemos que es un combo que, como sostiene el Gobierno nacional, va a traer meses muy duros. Por eso la intendenta nos pide a todos los secretarios y secretarias estemos trabajando muy juntos para seguir sosteniendo la actividad en estos últimos meses del año que, efectivamente, van a ser muy complicados”, indicó Giró. En ese sentido, mencionó al  Programa Precios Justos, que trabaja en forma coordinada con la Secretaría de Economía Social y el Centro Unión Almaceneros “para que mayoristas y minoristas se pongan de acuerdo en sostener un precio”, el trabajo con los Centros Comerciales a Cielo Abierto en materia de eventos y capacitaciones, la prórroga automática de las habilitaciones de comercios junto al desarrollo de una nueva plataforma que facilitará el trámite, y las líneas de financiamiento con tasas subsidiadas.

El Informe Mensual de Facturación es elaborado por el Centro de Información Económica y se calcula en base a la facturación total a valores constantes de los locales habilitados en la ciudad.

 

FUENTE: Rosario Plus 

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Mariana Vera 

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Rosario y la región Mon, 29 Oct 2018 12:49:21 -0300
Segundo Semestre: ¿Por qué nunca Hubo, ni Habrá, tal Cosa? https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5335-segundo-semestre-por-que-nunca-hubo-ni-habra-tal-cosa https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5335-segundo-semestre-por-que-nunca-hubo-ni-habra-tal-cosa Segundo Semestre: ¿Por qué nunca Hubo, ni Habrá, tal Cosa?

En 2014 cuando, al igual que este año, la depreciación del peso redujo el poder adquisitivo del salario no sólo no hubo segundo semestre sino que la caída se profundizó en el tercer y cuarto trimestre. Hoy los indicadores del consumo muestran que la caída es del doble que en el 2014. La lluvia de inversiones del exterior no ha llegado, la inflación supera a la registrada en cualquier período del gobierno anterior y las exportaciones no han crecido a pesar de la devaluación. 

El año 2014 fue el año de menor crecimiento económico del kirchnerismo, con excepción del 2009 cuando la crisis internacional impactó de lleno. En ese entonces el consumo privado se vio resentido ya que fue el único año desde 2003 donde los salarios y jubilaciones crecieron menos que la inflación. De la comparación de ambos shocks sufridos por la economía argentina producto de la suba del dólar, pueden surgir algunas pistas acerca de si habrá o no algún atisbo de crecimiento económico en el mediano plazo.

En 2014 también se especulaba con la posibilidad de un repunte económico para el tercer trimestre, cuando las paritarias hubieran terminado de recomponer parte del poder adquisitivo perdido. Hoy la esperanza del gobierno de Macri se basa en el mismo argumento junto con algunos otros como lo son el supuesto menor traslado a precios del tipo de cambio, la lluvia de inversiones extranjeras y la mejora de las exportaciones provocada por un tipo de cambio más alto. En 2014 no sólo no hubo segundo semestre sino que el tercer trimestre fue el peor del año y cuando caló más hondo la caída del salario real, derrumbando en más del 9% tanto el consumo como la inversión. Para fines de 2014, de la mano de un mayor gasto público y exportaciones dejando de caer se logró comenzar a revertir el efecto contractivo de la devaluación.  

 

 

La inversión junto con el consumo privado fueron en aquél entonces los componentes del PBI que más demoraron en recuperarse. Hoy en día la caída de las ventas en supermercados que releva el INDEC ya muestran una caída interanual del 8% en términos reales cuando en 2014 el piso fue de -4,45%. No quedan dudas de que el impacto contractivo sobre el consumo será mayor este año, al conjugar la devaluación con un feroz incremento tarifario y los problemas de empleo. 

 

 

En tanto los indicadores del consumo muestran una profundidad superior en su caída es válido preguntarse si la inversión privada local no correrá la misma suerte. De hecho, en los números revisados por el INDEC mientras que la inversión creció un 0,29% en el primer trimestre de 2014, en el primer trimestre de este año cayó un 3,8% respecto al 2015. 

Segundo Semestre 2014

El factor por excelencia que en aquél momento evitó una caída mayor de la demanda agregada fue el efecto expansivo del incremento de la obra pública del Estado Nacional. Esta junto con la recuperación de los salarios reales durante 2015 permitió que recién en aquél año se logre retomar el crecimiento del PBI, el cual fue de 2,37% según el INDEC.  

El gobierno de Mauricio Macri decidió en los primeros cuatro meses del año paralizar la obra pública, la cual cayó un 6,6% en términos nominales con respecto a 2015 y si se tiene en cuenta la variación de precios fue un 33% menor en el primer cuatrimestre de este año. En el mes de mayo la situación parecería comenzar a revertirse con un fuerte incremento en los gastos respecto del mes de abril. No obstante, fuentes oficiales aseguran que se gastarán $15 mil millones mensuales hasta septiembre y $20 mil millones desde allí en adelante. Estas cifras corresponden al escenario más optimista y si bien mejorarían la situación del primer cuatrimestre no alcanzarían a evitar una abrupta caída en términos reales al finalizar el año.

El apuro del gobierno kirchnerista en salir a contrarrestar el efecto contractivo de la devaluación de 2014 se vio claramente en la sobreejecución de las partidas presupuestarias de aquél año, situación radicalmente diferente a la del año actual. Mientras que a mayo de este año sólo se ha ejecutado el 37,49% de los gastos de capital en 2014 el mismo porcentaje fue de 44,4%. 

 

 

En el rol claramente diferenciado que está desempeñando el Estado Nacional, en 2014 “apurando” el gasto de forma anticíclica y hoy en forma contraria ayudando a profundizar la caída, puede encontrarse una de las causas de la sustancial diferencia que ambas devaluaciones tuvieron en la construcción. Así, mientras en 2014 no llegó a caer más del 2% interanual, actualmente el sector sufre una contracción del 10,9% como muestra el siguiente gráfico. Esta es la peor crisis de la construcción desde el año 2002. 

 

 

Si decididamente no será la obra pública, ¿qué componente de la demanda agregada empujará la economía?

Con el consumo privado deteriorado y el ajuste propuesto del gasto público sólo queda esperar que los otros dos componentes de la demanda agregada sean los que traccionen el PBI: o es la inversión o son las exportaciones.¿Serán las exportaciones entonces? El argumento de que la simple devaluación mejorará las exportaciones no goza de buenas experiencias. En 2014 la devaluación no sólo no mejoró las mismas sino que estas cayeron un 13% interanual mientras que en los primeros 5 meses de este año presentan un nivel exactamente igual al del año pasado, a pesar de las liquidaciones de grandes stocks agrícolas retenidos del año anterior. Además, se debe tener en cuenta el rol de Brasil que en 2014 no jugó un rol contractivo tan importante como el de la actualidad. Fue recién a partir del primer trimestre de 2015 que el PBI brasilero comenzó a mostrar datos negativos, llegando a la caída de más del 5% actual.

En cuanto a la inversión, esta mostró una fuerte caída en el primer trimestre y las perspectivas no son buenas. Tampoco la inversión extranjera será la luz al final del túnel ya que por este concepto entraron en el primer trimestre, según el BCRA, alrededor de u$s 500 millones, cifra que no difiere sustancialmente de las de años anteriores. Con un mercado interno en contracción, un tipo de cambio real menos competitivo por el tarifazo, y exportaciones que no despegan, las únicas inversiones apetecibles son las colocaciones de corto plazo en el mercado financiero. 

La baja de la inflación

El último argumento del gobierno acerca de la luz al final de túnel es que la desaceleración inflacionaria pronosticada para el segundo semestre mejorará las expectativas de los inversores y de los consumidores, provocando el retorno a la senda de crecimiento. Cabe aclarar que según el IPC-CABA luego de 2014 se verificó el mismo fenómeno con la inflación pasando del 4,8% mensual a 1,4% en diciembre y el segundo semestre nunca llegó. En el siguiente gráfico se ve claramente como recién en 2015 vuelven a evolucionar de forma favorable salarios y jubilaciones. Tal como se explicó anteriormente, la apertura comercial imprudente y la inestabilidad laboral contrapesarán fuertemente el eventual efecto confianza” de la desaceleración inflacionaria. 

 

 

¿Y cuándo llegará la recuperación?

A esta altura debe ser obvio que en el segundo semestre sólo debería esperarse que se toque el piso de la actual recesión. Si las condiciones que operaron durante 2015 siguieran vigentes uno podría esperar claramente una recuperación de la actividad económica. No obstante, hoy en día operan sobre la economía argentina factores estructurales como la apertura de las importaciones y la inestabilidad laboral en ciertas ramas de la economía que claramente alargarán el período recesivo. Es imposible saber qué magnitud y duración terminará teniendo la actual recesión pero es posible aseverar que las actuales autoridades de la política económica al pensar en el segundo semestre piensan en la economía argentina de los últimos 12 años e ignoran los efectos permanentes que pueden tener las políticas económicas que han comenzado a aplicar. No hubiera habido crecimiento en 2015 de haber operado un ajuste del gasto público o una apertura ante la avalancha importadora desde Brasil. Claro está sin embargo, que si estos dos últimos factores perjudican el crecimiento de los salarios reales del grueso de la población, tampoco habrá 2017.

 

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hola@fundamentar.com (Fermin Oyarzabal) Opinión Sun, 03 Jul 2016 23:14:59 -0300