Lunes, 09 Febrero 2015 20:23

El Socialismo Vive de Prestado

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Si hay alguna característica que debe reconocérsele al partido socialista que gobierna Rosario y la provincia de Santa Fe, es su capacidad para ponerle su sello a políticas que surgieron en otro ámbito o que son financiadas desde otro nivel del Estado.

Si hay alguna característica que debe reconocérsele al partido socialista que gobierna Rosario y la provincia de Santa Fe, es su capacidad para ponerle su sello a políticas que surgieron en otro ámbito o que son financiadas desde otro nivel del Estado.

Sólo dos ejemplos bastarán para darnos cuenta de que en este tema no hay casualidades y que es una deliberada estrategia, oportunamente pensada y puesta en práctica:

CONTENEDORES

Sabe dios cuántas propagandas de televisión de la “muni” incluyeron al menos una toma a los contenedores de basura que tantos beneficios trajeron a la ciudadanía. En el mismo momento en el que se inundaban los segundos radiales y televisivos con referencias a los nuevos contenedores con logos naranjas “MR” (siempre visibles y mejor pintados que el mismo contenedor), la gran mayoría de la población de la ciudad, que es la que no vive en el centro, aún no los había podido ver de cerca. ¿Importaba eso? Claro que no. Lo que importaba era que a una inversión millonaria, que solucionaba el problema de los viejos contenedores destrozados y quemados a repetición, se le adjuntara una fuerte campaña propagandística que la vinculara con el logo MR; es decir, con la “muni”; es decir, con el socialismo. 

Hasta ahí, dicho comportamiento no distaba mucho del de cualquier otro partido político: si llevan adelante una política exitosa, le ponen su sello y lo gritan a los cuatro vientos; si la política es un fracaso, lo silencian lo más posible. Lo novedoso de esta estrategia comunicacional es que se apropia del rédito político de otro gobierno –el nacional- que es el que financió la compra de los contenedores en primer lugar. Es como a veces sucede en el fútbol: un jugador patea al arco, venciendo al arquero y, justo antes de que la pelota traspase la línea de gol, un compañero le da un último puntín apropiándose de un gol para las estadísticas, un gol que de todas maneras se habría producido si él no hubiera participado.

VACUNAS

Ya todos en Rosario sabemos que la salud es el caballito de batalla del socialismo local -ya nos hemos ocupado de eso en otra ocasión. Es por eso que tanto el gobierno local como el provincial se esfuerzan por invisibilizar todas las políticas del gobierno nacional en la materia. Así sucedió cuando el tren sanitario del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación permaneció algunos días en la ciudad. Si bien los profesionales del tren recibieron muchísimas consultas de parte de la población, el Ministro de Salud provincial de entonces, Miguel Capiello, se mostró muy enojado por la presencia del tren y dijo que llevar un tren sanitario a Rosario era como llevar un tren con toneles de vino a Mendoza.

Si hay alguna característica que debe reconocérsele al partido socialista que gobierna Rosario y la provincia de Santa Fe, es su capacidad para ponerle su sello a políticas que surgieron en otro ámbito o que son financiadas desde otro nivel del Estado.

Un esfuerzo más en ese sentido sucedió días después de que el gobierno nacional dispusiera las últimas inclusiones de vacunas gratuitas y obligatorias en el calendario, poniendo a la Argentina en los primeros puestos en cuanto a cobertura de vacunas a nivel mundial. Frente a semejante política de Estado, la provincia no podía quedarse de brazos cruzados y llevó la práctica del “tomar prestado” rédito político un paso más allá, innovando en ese camino ¿En qué consistió la innovación? Hicieron una gran campaña mediática para promocionar que, en la página web de la provincia, el santafesino podía ver su calendario de vacunación, el calendario gratuito más completo de toda latinoamérica, con fotos y dibujos de jeringas gigantes y niños sonriendo mientras un enfermero -también sonriente- le colocaba una vacuna. Sólo cabe deducir que si no existiera el Fútbol Para Todos, al menos el 95% de los santafesinos creerían que tienen todas las vacunas que tienen, gracias al Partido Socialista.

LA OSADÍA DE FEIN

Frente a estos atropellos a los más mínimos códigos entre adversarios políticos, uno pudo ver una reacción por parte del gobierno nacional. Incompleta, pero reacción al fin. Ya no sucede que tan alegremente bajan los fondos a la provincia o al municipio para llevar adelante tal o cual política pública. Se los empezó a ver a los diputados nacionales por Santa Fe del Frente Para la Victoria, tales como Rossi antes de ser ministro de defensa, Cleri, Simoncini, Perotti, Seminara o Gonzalez, en cada acto de entrega de elementos o fondos, cortes de cintas. También hubo una fuerte presencia de algunos ministros y secretarios como De Vido, Randazzo, Berni y Ramos. 

En la flamante campaña de Mónica Fein como precandidata para intendenta, el socialismo no innovó en su estrategia de tomar prestado el rédito político, pero sí se deshizo de sus últimas ataduras morales y fue por todo, subestimando fuertemente al electorado: porque una cosa es hacer como que los contenedores de basura llegaron a la ciudad gracias a vos y otra es decir que gracias a tu poder para “articular” con otros niveles del Estado, el ferrocarril unirá Rosario con Buenos Aires. 

Hay que decir que si en algo el FPV se propuso no perder el rédito político, fue en la reactivación de los ferrocarriles, un hecho histórico por donde se lo mire y de gran trascendencia económico-social. Tanto el secretario de transporte, Ramos, como el ministro del interior y transporte, Randazzo, hicieron múltiples apariciones públicas hablando sobre la estación del apeadero sur, sobre la importancia de la renovación de todas las vías y la compra de las formaciones. 

¿Será posible que se subestime tanto al elector, que se lo crea tan ignorante, tan olvidadizo?

Habría que ver si esta osadía no significa el último manotazo de ahogado para una gestión municipal que desde que comenzó no pudo mostrar un solo éxito político que le permita golpearse el pecho genuinamente a la hora de competir por el voto del pueblo.

 

(*) Investigador de la Fundación para la Integración Federal

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