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Fundamentar - Artículos https://fundamentar.com Thu, 25 Apr 2024 03:33:38 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Chau Metas de Inflación, Hola Techo Paritario https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6020-chau-metas-de-inflacion-hola-techo-paritario https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6020-chau-metas-de-inflacion-hola-techo-paritario El presidente del BCRA perdió una batalla al interior del equipo económico y quedó debilitado

El gobierno vino en sus primeros dos años aplicando un esquema de metas de inflación, tal como indica el manual ortodoxo. Bajo este esquema, el gobierno anunció el jueves pasado la modificación de la meta inflacionaria, pasándola de entre el 8 y el 12% a una del 15%. Pero el Banco Central no sólo modificó las metas sino que también bajó la tasa de interés, a contramano de lo que indica su mitad de la biblioteca.

El gobierno vino en sus primeros dos años aplicando un esquema de metas de inflación, tal como indica el manual ortodoxo. El funcionamiento del mismo es de lo más básico: si la inflación es mayor de la que el banco central tiene como meta, este le pega un tirón hacia arriba a las tasas de interés a la espera de que los precios moderen su crecimiento. Si ocurre lo contrario y la inflación es demasiado baja, el banco tiene margen para bajar las tasas. La idea central es que a través de enfriar un poco la economía por el encarecimiento del crédito y orientando las expectativas de los actores económicos, la inflación será menor. La evaluación del éxito de esta política para bajar la inflación, al cabo de medio mandato presidencial, se la dejamos al lector.

Bajo este esquema, el gobierno anunció el jueves pasado la modificación de la meta inflacionaria, pasándola de entre el 8 y el 12% a una del 15%. A simple vista uno diría “bien, la meta se ha vuelto un poco más realista”. Pero el Banco Central de la República Argentina (BCRA) no sólo modificó las metas sino que también bajó la tasa de interés, a contramano de lo que indica su mitad de la biblioteca. Es que “el mercado” esperaba una inflación para 2018 de 16,6% antes del anuncio, es decir, la ortodoxia hubiera indicado “suba más las tasas y espere que las expectativas de mercado caigan hasta su nueva meta del 15%”.

¿Por qué traicionar todo el esquema?; ¿Por qué Sturzenegger rompería sus manuales hasta quedar en ridículo? Muchos sostienen que el gobierno buscará a través de la baja de las tasas de interés un dólar no tan apreciado que se mueve con mayor velocidad  hacia arriba para no complicar más aún el enorme déficit externo y que esta sería la verdadera causa de la baja en las tasas. ¿Y ahora qué? Pongámoslo en estos términos: el gobierno tiene tres grandes precios para “pisar” en busca de bajar la inflación: el dólar, las tarifas o los salarios. De hecho, la mitad de la biblioteca que no usa el gobierno, indica que el funcionamiento real por el cual la tasa de interés puede llegar a bajar algo la inflación es a través de un dólar barato o ancla cambiaria. Esta opción es a la que habría renunciado en parte el gobierno con el anuncio del jueves. ¿Pisarán las tarifas? Evidentemente no. Queda pisar el salario. De ahí que ya corra la versión de que desde el Estado se buscaría un paritaria cerca del 15% sin clausula gatillo.

Antes de las elecciones, el BCRA se aferraba a una meta de inflación de entre el 8 y el 12%
Antes de las elecciones, el BCRA se aferraba a una meta de inflación de entre el 8 y el 12%

Para inferir qué resultado daría para los trabajadores esta paritaria, volvamos a las expectativas de “el mercado”. Estas son medidas por el BCRA en base al REM (relevamiento de expectativas de mercado), que no es más ni menos que 60 entidades (consultoras, fundaciones y bancos) que arriesgan sus pronósticos cada mes. Como son meros pronósticos lo más factible sería que los optimistas erren por abajo, otros erren por arriba y así más o menos, en promedio, den en el clavo. Bueno, esto último no ha ocurrido ni por asomo.

Lo que ocurre es que sistemáticamente los pronósticos resultan ser optimistas, mes tras mes las consultoras esperan una inflación debajo de la que efectivamente tiene lugar. Que esto último dependa de que 15 de las 60 entidades consultadas tenga o haya tenido contacto directo con un funcionario del gobierno, es una posibilidad. Por mi parte, prefiero creer que los consultados tienen una ideología que coincide con la mitad de la biblioteca que utiliza Sturzenneger y entonces esperan, mes tras mes, que sus políticas tengan algún tipo de efecto para bajar la inflación.

En concreto, estas entidades pronosticaron a fines de 2016, en promedio, un 19,6% de inflación para 2017 y hoy vemos que estará cerrando cerca del 25%. Incluso, el 10% más pesimista de las consultoras esperaba un 22,4% y también se quedaron cortos. Mientras que antes del anuncio, e inundadas de su optimismo recurrente, esperaban una inflación del 16,6% para 2018. Según diversos medios, hoy la mayoría de ellos estaría ajustando su pronóstico por la mayor velocidad a la cual se devaluaría el peso con respecto al dólar, esperando una inflación del 18% al 20% para este año.

Para concluir, hay que aclarar que una de las expectativas que intentan moldear las metas de inflación son los reclamos salariales. Como un pájaro carpintero, se pican los sesos de los laburantes durante todo un año, tratando de ajustar la paritaria a la supuesta meta. En 2018, con el dólar y tarifas empujando sobre los precios, los consultores que sistemáticamente se han quedado cortos plantean que la inflación se acercará al 20. El gobierno, ofrecerá el 15 sin gatillo?

 

(*) Economista de la Fundación para la Integración Federal 

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hola@fundamentar.com (FERMÍN OYARZABAL(*)) Opinión Fri, 05 Jan 2018 22:36:47 -0300
"Ajustar la economía para Bajar la Inflación" https://fundamentar.com/economia/item/5444-ajustar-la-economia-para-bajar-la-inflacion https://fundamentar.com/economia/item/5444-ajustar-la-economia-para-bajar-la-inflacion Federico Sturzenegger les pidió a los gremios que las paritarias de 2017 se ubiquen en el rango de 12 a 17 por ciento.

La autoridad monetaria ratificó que se apartará del mandato de su carta orgánica, que le obliga a cuidar el crecimiento y el empleo, y se concentrará en los movimientos de tasa para controlar la inflación.

El Banco Central presentó ayer el Régimen de Metas de Inflación, con lo cual formalizó una estrategia que ya viene utilizando desde principios de año. El presidente de la autoridad monetaria, Federico Sturzenegger, aseguró que continuará manejándose con un objetivo de precios y empleará la tasa de interés para conseguirlo. La entidad afirmó que en 2017 la inflación estará en un rango de entre 12 y 17 por ciento e indicó que los salarios deberían negociarse con esa referencia. Para 2018, la meta es bajar el proceso inflacionario a un rango de entre 8 y 12 por ciento, mientras que en 2019 la expectativa es ubicarse entre 6,5 y 3,5. Este año el organismo se había planteado un objetivo del 25 por ciento pero la desviación entre meta y realidad fue de más de 15 puntos, puesto que el mercado coincide que 2016 finalizará en torno de 40 por ciento.

El Central estableció un Consejo de Política Monetaria, el cual estará presidido por seis autoridades del organismo (el presidente, el vicepresidente, el subgerente general de investigaciones económicas, el gerente general y el subgerente general de operaciones) y tendrá la responsabilidad de definir en forma semanal cómo se moverá la tasa de interés de referencia de corto plazo. Sturzenegger anunció además que a partir de 2017 las Lebacs empezarán a tener vencimientos el tercer miércoles de cada mes y el Central ya no se concentrará en fijar el rendimiento de estas letras sino que su decisión de tasa será sobre pases pasivos a 7 días. “No busquen cosas raras, es simplemente un cambio en busca de una tasa más corta de referencia como instrumento de política monetaria”, apuntó Sturzenegger.

El Central negoció con el Gobierno el giro de 150 mil millones de pesos para 2017 para cubrir el déficit fiscal, que se proyecta en más de 4 puntos del PIB. “La idea es ir acotando la dominancia fiscal. En términos reales implica mucho menos transferencias de Adelantos transitorios y de Utilidades si se tiene en cuenta que en 2016 pactamos el giro de 160 mil millones de pesos”, indicó. Adelantó que la idea es seguir reduciendo estas transferencias monetarias hasta eliminarlas. El Tesoro deberá procurarse el financiamiento con acreedores internacionales y locales por al menos otros 300 mil millones de pesos (20 mil millones de dólares).

Al igual que en su última presentación ante la prensa la semana pasada, Sturzenegger intentó moderar los rumores de pelea con Prat Gay y dijo que hay coordinación con el Ministerio de Hacienda y Finanzas. Pero volvió a dejar en claro sus diferencias respecto de la gestión “gradualista” del ministro. “Si el Gobierno hubiera sido más agresivo (en su apuesta por reducir el gasto público), podríamos haber tenido metas de inflación más bajas para 2017”, afirmó. Resaltó que lo más redituable en términos políticos siempre es la baja de la inflación. El argumento del presidente del Central es contrapuesto con el de Prat-Gay, quién dijo que mayor reducción del gasto público es socialmente insostenible y asegura que hoy el problema de la economía no es la inflación sino la baja reacción de la producción y el consumo del mercado interno.

El presidente del Banco Central apuntó que el dólar no es un tema que le preocupe. “Es el mercado el que define el valor. Si hubiera atraso cambiario muy evidente tendría que ajustarse en forma automática”, indicó. Y agregó que para los sectores productivos el tipo de cambio no es el único elemento que define la competitividad. Planteó que la salida de dólares por ahorro y turismo (que ya sumó 25 mil millones de dólares desde que asumió Mauricio Macri) no es conflictiva porque no se financia con recursos de las reservas sino que “son divisas vendidas por un tercero”. No dijo que quién vende esos dólares es el propio sector público, que se esta endeudando a ritmos acelerados para cubrir sus desequilibrios fiscales.

La paridad real del dólar ya es idéntica a la de mediados del 2015, las reservas no subieron en los últimos doce meses y el déficit fiscal primario aumentó respecto del anotado el año pasado. Sturzenegger, al igual que muchos funcionarios de Cambiemos, planteaba antes de las elecciones presidenciales que había un “plan bomba” imposible de sostener sin un fuerte ajuste. Pero ahora, en cambio, afirma que el modelo económico es sustentable, que los pasivos del Estado no generan vulnerabilidad y que existe una agenda de desarrollo para el largo plazo. Mencionó que la Argentina está más que preparada para enfrentar shocks externos porque decidió utilizar la tasa de interés y no el tipo de cambio como mecanismo de estabilización de la inflación.

FUENTE: Página 12

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Abbondanzieri

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hola@fundamentar.com (Camila Abbondanzieri) Economía Tue, 27 Sep 2016 09:23:54 -0300
Los Números No Cierran donde Reina el Verso Neoliberal https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5327-los-numeros-no-cierran-donde-reina-el-verso-neoliberal https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5327-los-numeros-no-cierran-donde-reina-el-verso-neoliberal El presidente del BCRA, Federico Sturzenegger y el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay

Se prometió generar empleo, bajar la inflación y reactivar la economía. No sólo no hay contrataciones sino que hay despidos, la inflación es más alta que durante el kirchnerismo y por primera vez desde 2002 habrá recesión. ¿Y ahora?

La crisis en la cual está comenzando a sumergirse la economía de nuestro país claramente tiene su origen en la política económica aplicada por el gobierno de Macri. Los que no comulgaron nunca con el neoliberalismo monetarista entienden rápidamente que el ajuste del gasto, la apertura indiscriminada de las importaciones y la fuga de capitales permitida por el Estado son justamente la principal causa de la brutal caída de los niveles de consumo e inversión[1]. No obstante, hoy las dudas acerca de las políticas aplicadas no surgen desde este lado del mostrador de los que nunca compraron el “chamuyo de la pesada herencia”[2]. Los de este lado entienden que el gobierno de Macri ha llegado a redistribuir el ingreso a favor de los sectores más concentrados de la economía y para esto hay que bajar los salarios reales, es decir, que los salarios empiecen a crecer por debajo de la inflación.  En cambio, de la vereda de enfrente hay más dudas que certezas.

Es justamente entre los adherentes al gobierno actual (entre ellos, grandes conglomerados de medios) donde han comenzado a impacientarse: ya van cinco meses, atacar la inflación era la meta primordial y esta se ha disparado. Si confiaron en que con el sólo hecho de bajar la inflación la economía mejoraría, es lógico que reclamen hacerlo con urgencia. La impaciencia obviamente generó tensiones y la forma en que estas se resuelvan tiene implicancias enormes para la economía. En el gobierno no ven incongruencias en su plan de ruta original y promesas electorales, es decir, parecería que eliminar las retenciones no agrava el déficit fiscal, que el “plan de obra pública más importante de la historia” puede llevarse a cabo en medio de un ajuste fiscal o que la educación de calidad es posible de lograr con salarios docentes por el suelo.

Hace 12 años repiten que la emisión monetaria es la causa de todos los males. Acceden al gobierno y bajan la emisión monetaria del 40 al 25%, pero los precios dejan de crecer al 25% para pasar a crecer al 35%. Comienzan las preguntas. Se lo felicita a Sturzenegger y se buscan otras causas. Dicen “bajó la emisión pero falta credibilidad, hay que bajar aún más el gasto público sino el plan es insostenible”.

Lo cierto es que el ajuste del gasto público ya se materializó en despidos masivos de empleados públicos, quita de subsidios, pulverización de los niveles de obra pública y menores transferencias de fondos a provincias. Hoy los gobernadores ponen el grito en el cielo, los rectores no pueden pagar la cuenta de la luz y el déficit primario del primer trimestre incluso aumentó en $5 mil millones con respecto al 2015. Y es más, cuanto mayor sea el derrumbe de la actividad económica más se incrementará el déficit público, producto de un menor crecimiento de la recaudación.

En este marco, se ha dado un escenario de prueba y error en el que el gobierno ha tenido que resignar parte de su relato y comenzar a caer en contradicciones… ¡lo que agrava más aún la confusión del liberalismo! Ayer parecía que los grandes empresarios argentinos eran víctimas y el Estado el victimario que generaba inflación de forma adrede, hoy los empresarios comienzan poco a poco a ser los culpables de la suba de precios. A su vez, el monitoreo de estos precios era uno de los ámbitos donde nada tenía que hacer el Estado y hoy se anuncia que es justamente esa es la gran apuesta del gobierno para bajar la inflación. En el mismo sentido, quienes vinieron a generar empleo de calidad en la Argentina, negaron despidos luego de asumir y hoy piden una tregua de noventa días a los empresarios.

¿Cuándo bajará la inflación? Dejará de haber culpables porque la inflación no baja, cuando aparezcan culpables de que la actividad económica y el empleo no se recuperan, o sea, luego de la brusca recesión económica. Recesión cuyo único límite será político y estará dado en la oposición que muestren los diversos actores al ajuste. Cuando la resistencia al ajuste aumenta, abundan más aún las contradicciones y con ellas los anuncios de apuro, como el plan de obra pública de $200 mil millones que no se sabe cómo será financiado o los $500 millones para las universidades que sólo patean el problema de acá a unos meses.

Para resumir un poco y no agobiar entre las incongruencias que median entre un cruento ajuste del Estado y la revolución de la alegría, desde aquél lado del mostrador se seguirán buscando responsables. Ya pasó en los noventa cuando al final de la convertibilidad se sostenía que esta era brillante pero que el problema estaba en cómo se aplicaba. Hoy esos mismos aplauden la política monetaria contractiva de Sturzenegger que dilapida la industria argentina mientras piden a Prat Gay que endurezca el ajuste y apure con el achique del Estado. Con esa visión de la economía las buenas noticias deberán esperar muchos semestres antes de aparecer y la recesión será profunda, sólo resta ver el nivel de resistencia que se le opone.

 

(*) Economista de la Fundación para la Integración Federal

 

[1] Ejemplos de la retracción del consumo y la inversión son por ejemplo la caída en más de 12%  en la cantidad de unidades vendidas de electrodomésticos denunciada por CAME o más del 22% en los insumos de la construcción que releva el índice construya (ambos datos corresponden a las variaciones interanuales para el mes de abril).

[2] Quien fuera Ministro de Economía, Axel Kicillof, ha explicado a la perfección como se infló con contabilidad creativa el déficit fiscal, la supuesta falta de crecimiento del PBI o de generación de empleo. Su última nota es ejemplo de esto: http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-298834-2016-05-08.html.

 

 

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hola@fundamentar.com (FERMÍN OYARZÁBAL(*)) Opinión Fri, 13 May 2016 23:20:21 -0300