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Fundamentar - Fundamentar https://fundamentar.com Fri, 19 Apr 2024 16:18:18 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Golpe a golpe, verso a verso https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6119-golpe-a-golpe-verso-a-verso https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6119-golpe-a-golpe-verso-a-verso Juan Guaidó junto a Leopoldo López, luego de ayudarlo a escapar de su prisión domiciliaria.

El 23 de enero se inició en Venezuela el proceso actual mediante el cual la oposición venezolana, con Juan Guaidó a la cabeza, intenta despojar del poder al Presidente Nicolás Maduro. Siguiendo la concatenación de los hechos, es posible afirmar que a medida se suceden los intentos de golpe, la trama discursiva del bloque opositor va mostrando fisuras, que colisiona con una voluntad inquebrantable del chavismo, sus militantes en la calle y la lealtad, al menos hasta ahora, de sus cuadros militares.

Durante la semana pasada, y en los albores del Día Internacional del Trabajador, el Presidente de la Asamblea Nacional impulsó una nueva ofensiva contra el Gobierno de Maduro. Denominada por él mismo como “la fase final de la Operación Libertad”, el auto proclamado Presidente Encargado compartió en sus redes sociales algunas fotos donde se mostraba en las cercanías de la base militar caraqueña de La Carlota, con varios miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). A su lado, tras haber sido liberado por un grupo de militares insurrectos, se encontraba Leopoldo López, el dirigente del partido Voluntad Popular (el mismo partido de Guaidó), que cumplía prisión domiciliaria desde hace 5 años, tras haber sido acusado de ser el autor intelectual de las ‘guarimbas’, aquellas protestas violentas que sacudieron al país desde 2014 y que dejaron un saldo de centenares de muertos, producto del brutal choque entre manifestantes armados y las fuerzas de seguridad gubernamentales. Luego del llamado opositor a marchar a La Carlota, y a partir del impacto mediático desatado por la publicación de las fotos, se sucedieron varios enfrentamientos en las calles de Caracas y una infinidad de rumores acerca del posicionamiento político de la FANB. Los rumores terminaron el jueves pasado, cuando Maduro marchó por la capital venezolana junto a los altos mandos militares y su Ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, reafirmando que la FANB se encuentra unida, cohesionada, y leal al Gobierno chavista.

En la misma sintonía que el “Venezuela Aid Live”, aquel concierto musical organizado en febrero en la frontera entre Colombia y Venezuela para publicitar el ingreso de la ‘ayuda humanitaria’, el intento de Guaidó de producir un levantamiento militar tuvo efectos publicitarios y mediáticos considerables, pero la realidad parece haber distado, al menos en parte, de ese escenario: cinco días después, Maduro sigue en Miraflores, apoyado por un importante sector de la población venezolana, y con la FANB respondiendo a sus directrices. Los movimientos de la oposición se suceden rápidamente, encuentran apoyo externo y antenas propagadoras para ser mostrados al mundo. Pero golpe tras golpe, el resultado sigue siendo el mismo: el chavismo continúa gobernando Venezuela y gran parte del relato de los medios de comunicación, suena a verso.

Por otra parte, el resto de la región hace uso de la voz, pero no del voto. La ofensiva de la mayoría de los Gobiernos sudamericanos contra UNASUR, implicó que el esquema de concertación política, que había sido muy exitoso en el manejo de crisis internas como las de Bolivia en 2008 y la de Ecuador en 2010, hoy se encuentre al borde de su extinción. La situación del país bolivariano fue abordada por los países vecinos a través del Grupo de Lima, un organismo ad hoc, sin institucionalidad, cuyo principal objetivo es, en palabras de sus integrantes, “contribuir a la restauración de la democracia en Venezuela”. Con el Grupo de Lima apoyando todos y cada uno de los movimientos de Guaidó, la oposición venezolana encuentra en sus aliados regionales los salvoconductos para los jugadores que va sacrificando en la partida. Leopoldo López terminó asilado junto a su familia en la embajada chilena (luego fue trasladado a la embajada española), mientras que el gobierno brasileño de Jair Messias Bolsonaro, ofreció asilo en su embajada a una treintena de militares insurrectos. El Grupo de Lima se mantiene en esta posición de expectativa y apoyo operativo, pero no mucho más. Incluso se muestra más moderado que el propio Guaidó, sosteniendo hace ya varias semanas que el objetivo es correr a Maduro del poder, pero sin apoyar explícitamente una intervención extranjera.

Sorpresivamente, en la misma línea se mostró el mandatario estadounidense, Donald Trump, dando un giro retórico luego de la última semana y tras conversar con su homólogo ruso, Vladimir Putin. Tras la conversación telefónica, Trump afirmó que Putin piensa en no intervenir en Venezuela, y que él siente lo mismo. Luego de semanas de sostener que “todas las opciones están sobre la mesa, incluida la intervención militar”, el Presidente norteamericano mostró cautela, denotando un cierto grado de mesura y prudencia tras las sucesivas intentonas erráticas de derrocar a Maduro y desautorizando a las posturas más radicalizadas, personificadas en el propio Juan Guaidó, el senador republicano Marco Rubio, el Consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, y el Secretario de Estado, Mike Pompeo. Este último se ha reunido en estos días con su par ruso, Serguéi Lavrov, para discutir la situación de la nación caribeña. Hoy, con la parálisis de los organismos latinoamericanos, las potencias extranjeras se reúnen para discutir el futuro de nuestros países, como en los tiempos de la Guerra Fría.

El andar errático de la oposición venezolana parece sembrar dudas sobre el camino a seguir. Desde el 23 de enero, el líder opositor tuvo éxito en dos aspectos; en primer lugar, puso nuevamente en agenda la crisis venezolana frente al resto del mundo, y cosechó importantes apoyos fuera de Venezuela. En segundo lugar, se mostró a la cabeza de una oposición fragmentada desde hace años, unificando su accionar y estableciendo un bloque de poder unido que polariza políticamente con el gobierno chavista. Son triunfos relativos, a sabiendas de que el objetivo concreto es eliminar, exiliar, o encarcelar a Nicolás Maduro y remover al chavismo del poder. Ante cada intento fallido de Guaidó, Maduro mantiene su base de apoyo y le muestra al mundo que no es tan fácil echarlo de Miraflores, a pesar de las posturas de las potencias y la mayoría de la región en su contra. Estos tropiezos empiezan a mostrar consecuencias con el resto de la oposición y de algunos aliados externos. Así lo demuestra el cambio de postura de Trump, o las acusaciones contra López, por parte de otros sectores de la oposición venezolana, por no lograr el avance definitivo contra el Gobierno y por haber confiado en informaciones falsas sobre el cambio de postura de los militares. El pase de facturas suele darse siempre tras una derrota táctica, y en este caso, no es descabellado imaginar un cambio de estrategia para vencer al chavismo.

Por lo que resta, el laberinto venezolano no muestra salidas viables en estos momentos. La situación económica y social sigue siendo preocupante, donde la escasez de alimentos golpea a la población, fundamentalmente a los sectores populares. Tal crisis requiere responsabilidad de todos los sectores y el diálogo para trabajar conjuntamente en algún tipo de respuesta. Aunque está claro que por ahora, este diálogo es un anhelo que parece inimaginable. Guaidó y López, que encabezan a la oposición en este proceso, pertenecen a los sectores más radicalizados y antidemocráticos de Venezuela. Si la democracia venezolana está en crisis, es responsabilidad de ambos bandos: el Gobierno de Maduro entró en un espiral autoritario y represivo tras anular el poder de la Asamblea Nacional, además de otorgarle libertad de acción a las Fuerzas de Seguridad que se manejan a su antojo en los barrios venezolanos, ahí donde residió históricamente el apoyo al chavismo. Pero también es responsabilidad de la oposición antidemocrática, y más concretamente del partido Voluntad Popular, que hace años que intenta producir un cambio de Gobierno por fuera de las reglas de juego de la democracia. La salida de ese laberinto será difícil de encontrar si no hay interlocutores de la oposición que se muestren más propensos a la negociación y la racionalidad, en lugar del pedido explícito de intervención armada y los posicionamientos radicalizados frente a un gobierno que no puede dar ni un paso atrás, ya que su férrea postura es la que posibilita su resistencia y la que, por ahora, le está dando resultado.

Observando las redes sociales, los portales de noticias internacionales, y la usina mediática funcionando a toda máquina, la disputa se desarrolla en gran parte en términos mediáticos. El concierto de la ayuda humanitaria, los videos de Guaidó trepado a los camiones, las fotos subidas al Twitter… todas estas maniobras publicitarias tienen un efecto notable, pero también esconden una trampa para los enemigos del chavismo: transmiten la impresión de que el Gobierno de Maduro caerá solo por el accionar de un pueblo venezolano oprimido que vencerá al ‘dictador’ en cuanto tenga la oportunidad, y llevará al Presidente de la Asamblea Nacional en andas al Palacio de Miraflores. Hay un error fundamental de los estrategas de la Casa Blanca y sus gobernantes aliados de América Latina: no aceptaron, o no vieron que el chavismo cuenta aún con un apoyo popular importantísimo y mantiene a sus bases alertas y movilizadas ante cualquier movimiento que intente desestabilizar al Gobierno. Y esto es un problema para Guaidó. Aunque logre que sectores de la FANB se levanten contra Maduro, persiste el problema de cómo sacarlo del poder sin desatar una guerra civil.

A cada golpe, le sigue un verso, pero en la cancha los jugadores siguen ocupando las mismas posiciones: Nicolás Maduro en Miraflores; las bases del chavismo en la calle; Leopoldo López encerrado, ahora en la Embajada de España; y Juan Guaidó pensando en su próximo movimiento, tras fracasar una vez más en el quiebre de la alianza político–militar que mantiene al sucesor de Chávez en el poder. El chavismo sigue resistiendo frente una campaña mediática global que sirve de caja de resonancia para las acciones ineficaces de sus adversarios.

(*) Colaborador en Fundamentar.com

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hola@fundamentar.com (Santiago Toffoli (*)) Opinión Mon, 06 May 2019 22:22:16 -0300
Oposición Venezolana Vuelve a Presionar con Paro de 48 Horas https://fundamentar.com/internacional/item/5939-oposicion-venezolana-vuelve-a-presionar-con-paro-de-48-horas https://fundamentar.com/internacional/item/5939-oposicion-venezolana-vuelve-a-presionar-con-paro-de-48-horas Una mujer camina frente a una barda con un mensaje sobre la paz en medio de una jornada de paro cívico nacional de 48 horas que inició el miércoles para protestar contra la reescritura de la constitución en Caracas, Venezuela.

Mientras las calles de Caracas volvían a vaciarse a causa de un nuevo paro nacional que iniciaba el miércoles por la mañana, el líder opositor Leopoldo López instaba a los venezolanos a resistir y mantenerse en las calles.

A sólo cuatro días de la elección de los 545 miembros de la Asamblea Constituyente —impulsada por el presidente Nicolás Maduro para reescribir la carta magna de Venezuela—López difundió un video en YouTube y redes sociales para instar a los militares a no hacerse “cómplices de la aniquilación de la República, de un fraude constitucional” y les pidió no unirse al plan seguridad para las elecciones del domingo.

Esta es la primera ocasión en que López se manifiesta luego de un prolongando silencio de dos semanas tras recibir el beneficio de arresto domiciliario.

Afuera, en la capital, volvía a notarse la escasa presencia de vehículos y personas, centenares de comercio cerrados y algunas vías bloqueadas con barricadas.

Con este nuevo paro de 48 horas, la oposición buscar elevar las presiones contra la Constituyente propuesta por Maduro, quien avanza en el proceso a pesar del riesgo de sanciones estadounidenses y las críticas que han expresado diversos gobiernos de la región, cuyos representantes se reunieron en el Consejo Permanente de la OEA para debatir sobre la crisis venezolana.

La protesta inició pasadas las seis de la mañana y a ésta se sumaron algunos sindicatos de trabajadores y transportistas y las mayores cámaras de empresas e industrias privadas del país. Sin embargo, pequeños comercios, bancos, oficinas estatales, el metro y algunos vehículos de transporte público operaron con normalidad.

En las principales ciudades del interior país también se registraron paralizaciones parciales de actividades, según reportaron medios locales.

“Hay que hacer todo lo que sea necesario para detener la Constituyente”, expresó María Medina, una administradora de 38 años, al manifestar su respaldo a la protesta opositora. “La única solución que veo es un cambio de gobierno”, agregó, mientras aguardaba en una larga fila para ingresar a una agencia bancaria estatal a la que aprovechó para acudir luego de la suspensión de actividades en la clínica donde labora.

“Espero que el paro sirva para hacerle más presión al gobierno”, afirmó Liset Gutiérrez, una desempleada de 46 años, tras reconocer que no estaba dispuesta a votar el domingo en la Asamblea Constituyente porque “no me garantiza que va a mejorar la situación económica”.

Venezuela afronta la tensión política en medio de crisis dominada por una galopante inflación de tres dígitos, una severa escasez de alimentos, medicinas y otros productos básicos y una contracción económica que según estimaciones del Fondo Monetario Internacional podría alcanzar este año 12%.

El miércoles, la aerolínea colombiana Avianca anunció la suspensión de sus vuelos hacia Venezuela a partir del 16 de agosto ante las “dificultades” que presenta la operación aérea en el país suramericano. Otras líneas internacionales como United Airlines también han suspendido en los últimos meses sus vuelos hacia Venezuela.

El paro cívico fue desestimado por el ministro de Vivienda, Manuel Quevedo, que lo consideró como otra de las “derrotas” de la coalición opositora. Quevedo dijo a la televisora estatal que los trabajadores venezolanos desacataron el llamado a paro y salieron este jueves a laborar con normalidad. La alianza opositora realizó el 20 de julio un primer paro nacional de 24 horas como parte del plan denominado “Hora 0”, que se activó luego de un simulacro de consulta en el que 7,5 millones de venezolanos rechazaron el proceso constituyente.

Horas antes, en Cuba, José Ramón Machado Ventura, segundo secretario del Partido Comunista de la isla y uno de los colaboradores más cercanos del mandatario Raúl Castro, rechazó que La Habana tenga intenciones de mediar con Venezuela para una salida a la crisis política, y reclamó “absoluto respeto” para la soberanía de su aliado suramericano.

Fabiola Sanchéz

FUENTE: AP

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hola@fundamentar.com (Luciano Herrero) Internacional Wed, 26 Jul 2017 16:20:01 -0300
La Nueva Derecha en América Latina https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/4252-la-nueva-derecha-en-america-latina https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/4252-la-nueva-derecha-en-america-latina El candidato a presidente de Brasil, Aécio Neves, en la tapa de la revista Veja

Los resultados de los comicios presidenciales en Brasil, el antecedente de Henrique Capriles en Venezuela y las encuestas en Argentina definen un paisaje electoral más competitivo que el del pasado, con los gobiernos progresistas enfrentando más dificultades para retener el poder y en el que se destaca la emergencia de una nueva derecha, que es democrática, pos-neoliberal e incluso está dispuesta a exhibir una novedosa cara social.

Pero no nos desviemos y tratemos de caracterizarla.

DEMOCRÁTICA

El talante democrático de la nueva derecha es toda una novedad regional. En efecto, históricamente las fuerzas conservadoras rara vez resistían la tentación de golpear las puertas de los cuarteles cuando percibían que sus intereses no podían imponerse por vía de las urnas, como sucedió en 1955, 1966 y 1976 en Argentina y como ocurrió en 1964 en Brasil, en 1973 en Uruguay y en los 80 en toda Centroamérica, o cuando, como en el Chile de Allende o la Guatemala de Arbenz, consideraban que la radicalización de los gobiernos de izquierda había alcanzado niveles intolerables. Todo esto ocurría, por supuesto, en contextos políticos pretorianizados, en donde los militares funcionaban como un recurso más del juego político y en donde también la izquierda recurría de vez en cuando a ellos, como en Perú en 1968 y en Ecuador en el 2000.

Pero eso ha cambiado y hoy la derecha latinoamericana ha aceptado a la democracia como el único sistema posible (el peor sistema diseñado por el hombre a excepción de todos los demás, según el célebre aforismo de Churchill). Esto no implica, por supuesto, que esté completamente libre de intentos golpistas, ensayos de desestabilización y deslices autoritarios, como demuestra la experiencia reciente de Honduras, Paraguay, Ecuador y Bolivia. Hay quienes practican el “golpismo sin sujeto”, la nueva modalidad del desplazamiento extra-institucional del siglo XXI (1), y están aquellos que se niegan a aceptar derrotas electorales limpias, algo que por otra parte no es un vicio exclusivo de la derecha, a juzgar por las denuncias de fraude agitadas por Andrés Manuel López Obrador tras las elecciones de 2006 en México.

Lo central es que los núcleos más recalcitrantes constituyen sectores minoritarios dentro de las fuerzas de la nueva derecha, que son más complejas y contradictorias de lo que el punto de vista simplista está a menudo dispuesto a admitir.

Pero, más allá de los matices, lo central es que los núcleos más recalcitrantes constituyen sectores minoritarios dentro de las fuerzas de la nueva derecha, que son más complejas y contradictorias de lo que el punto de vista simplista está a menudo dispuesto a admitir. En una mirada general, sus partidos y candidatos surgieron sobre el final de los períodos autoritarios y en algunos casos enfrentándolos, como sucede con el PSDB brasilero, un partido modernizante de profesionales e intelectuales que se sumó a las protestas contra el gobierno militar, o como ocurre con Sebastián Piñera y su célebre voto por el No en el plebiscito contra Pinochet, lo que desde luego no les ha impedido explorar más tarde alianzas con fuerzas vinculadas a las dictaduras, como el DEM brasilero o la UDI chilena. En suma, el carácter democrático de la nueva derecha –más allá de sus convicciones, que como no somos psicólogos preferimos no explorar– se explica por una cuestión de origen.

POS-NEOLIBERAL

Además de democrática, la nueva derecha es pos-neoliberal. Aunque sus programas económicos incluyen las conocidas prescripciones pro-mercado, son escasas las menciones explícitas a las políticas de desregulación, privatización y apertura comercial que constituían el núcleo básico del Consenso de Washington. Estrategia que, una vez más, tiene menos que ver con la astucia ocultista del marketing político que con el contexto: ocurre que todas estas reformas ya fueron aplicadas y que, aunque hubo correcciones y contrarreformas de distinta intensidad, en términos generales se encuentran vigentes. Por ejemplo, el arancel promedio latinoamericano –indicador de apertura comercial– se sitúa actualmente en el 14 por ciento, contra el 42,5 en 1985; el costo laboral –indicador de flexibilización– se redujo 40 por ciento, y el gasto público –indicador de intervención estatal– pasó del 20,5 al 35 por ciento (2). En otras palabras, las propuestas no incluyen menciones explícitas al neoliberalismo porque el neoliberalismo es antipático pero sobre todo porque el neoliberalismo ya ocurrió.

Nuevamente habrá que matizar el argumento. Las bajas dosis de neoliberalismo explícito contenidas en los programas económicos de la nueva derecha no implican de ningún modo equipararlas a los oficialismos de izquierda. Una derecha sin izquierda es un imposible geométrico tanto como un absurdo político. Las diferencias siempre existen; lo crucial es capturarlas analíticamente y considerarlas en su justa medida. Por ejemplo, un triunfo de Aécio Neves en Brasil, como uno de Lacalle Pou en Uruguay o uno de Mauricio Macri en Argentina, no hubiera implicado un retorno al proyecto del ALCA, como se anda diciendo por ahí, por el simple hecho de que, aun si ese hubiera sido su objetivo, los empresarios paulistas no se lo hubieran permitido, y porque la estrategia de Estados Unidos consiste ahora en firmar tratados de libre comercio bilaterales más que embarcarse en imposibles negociaciones con bloques.

En cambio, sí podría llevar a una “flexi-bilización” del Mercosur, propuesta compartida por los partidos opositores de los cinco socios del Mercosur. Aunque no resulta fácil entender qué significa exactamente, porque la idea suele formularse en términos abstractos, parecería apuntar a una transformación del bloque, de la unión aduanera que es actualmente a una zona de libre comercio, para lo cual habría que derogar la famosa cláusula 31, que les impide a los integrantes negociar individualmente tratados comerciales con terceros. Un cambio de este tipo, que acercaría al Mercosur a modelos de integración más abiertos como el NAFTA o la Alianza del Pacífico, supondría abandonar el arancel unificado (por otra parte lleno de agujeros, excepciones y regímenes especiales), los proyectos de integración productiva (salvo en casos como el de la industria automotriz, escasamente desarrollados) y la convergencia económica estructural (limitada a las declaraciones de deseos de las cumbres de presidentes). En otras palabras: más que “abandonar” el Mercosur, implicaría recuperar su espíritu comercialista original –recordemos que el tratado fundacional fue firmado en 1991 por Carlos Menem y Fernando Collor de Mello– orientado a facilitar los negocios de los sectores empresariales más dinámicos de cada país.

Hombres de acción, que casi siempre son jóvenes o se esfuerzan por parecerlo, y que combinan berlusconianamente la tradición liberal con la conservadora y exhiben una agilidad programática y un sentido de la oportunidad de una astucia ausente en sus latosos antecesores.

SOCIAL

Por último, la nueva derecha tiene una cara social. Sus líderes prometen mantener los programas desplegados en la última década e incluso disputan la simbología de la izquierda, como ocurre con Capriles, que aseguró que no desarmará las misiones chavistas en caso de llegar a la presidencia, bautizó Simón Bolívar a su comando de campaña y hasta se viste con el amarillo, azul y rojo en los actos proselitistas. El hecho de que los candidatos de otros países hayan recurrido a la misma estrategia y que incluso se debata su “caprilización” (3) confirma que, como en su momento sucedió con Hugo Chávez, el primer líder de la nueva izquierda en llegar al gobierno, Venezuela dispone de una asombrosa capacidad anticipatoria.

Real o impostada, la cara social de la nueva derecha la hace competitiva, le permite combinar la apuesta al “voto de opinión” de las grandes ciudades con las redes clientelares tradicionales, a veces heredadas de las dictaduras, como sucede con la UDI en Chile y con DEM en Brasil, y en otros casos construidas por los viejos partidos populistas, como ocurre con los blancos en Uruguay o como sucede con Macri en la Ciudad de Buenos Aires, donde el PRO absorbió una parte de la densa trama del viejo PJ Capital y consiguió, en todas sus elecciones, resonantes triunfos en las comunas del Sur.

Esto marca un contraste con la mucho más ideológica derecha clásica, lo que a su vez se refleja en el perfil de sus líderes. A diferencia de los viejos dinosaurios, en general economistas estilo Alsogaray, Cavallo o López Murphy, la nueva derecha está integrada por empresarios, gestores y deportistas, de Mauricio Macri a Vicente Fox, de Samuel Doria Medina a Daniel Scioli. Hombres de acción, que casi siempre son jóvenes o se esfuerzan por parecerlo, y que combinan berlusconianamente la tradición liberal con la conservadora y exhiben una agilidad programática y un sentido de la oportunidad de una astucia ausente en sus latosos antecesores.

NOVEDADES

Los rasgos analizados más arriba se reflejan en dos grandes transformaciones electorales. La primera es un cambio de los votantes de la izquierda, que ha ido perdiendo parte de su apoyo original en las clases medias para anclarse, cada vez más, en los sectores populares, como demuestra el movimiento del electorado del PT del Sur al Nordeste, y como revelan también los avances del Frente Amplio en el interior. Incluso Evo Morales, que arrasó en los comicios presidenciales de Bolivia, obtuvo en el núcleo altiplánico menos votos que en el pasado, como advierte Federico Vázquez en la columna que acompaña este editorial. La segunda novedad, que será necesario explorar con más calma, es la dificultad de los gobiernos progresistas para seducir a los votantes más jóvenes, que cada vez más tienden a inclinarse por la oposición, quizás porque la dramática experiencia del neoliberalismo permanece en ellos como un recuerdo difuso, lejano. Por todos estos motivos, y por más que todavía no logre llegar al poder, la nueva derecha aparece como un sujeto nuevo y competitivo en la política latinoamericana.

 

(*) Director de Le Monde Diplomatique ed. cono sur. Periodista y politólogo, trabajó como redactor y columnista del diario Página/12. Colaborador habitual en diversos medios en Argentina y América Latina, condujo programas en radio y televisión y fue jefe de redacción de la revista Nueva Sociedad. Se desempeñó como consultor del PNUD.

 

FUENTE: El Dipló

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hola@fundamentar.com (JOSÉ NATANSON (*)) Opinión Tue, 04 Nov 2014 16:56:37 -0300
Leopoldo López se Entrega a la Guardia Nacional https://fundamentar.com/internacional/item/3420-leopoldo-lopez-se-entrega-a-la-guardia-nacional https://fundamentar.com/internacional/item/3420-leopoldo-lopez-se-entrega-a-la-guardia-nacional El opositor, Leopoldo Lopez es apresado por la Guardia Nacional

Contra él pesa una orden de captura por los incidentes del miércole, en los que murieron tres personas.

 

El dirigente opositor venezolano Leopoldo López ha llegado hoy a una plaza de Caracas para dirigirse a sus seguidores y comunicarles que se va a entregar a la dotación de Policía apostada en las inmediaciones.

López, contra el que pesa una orden de captura por los incidentes del pasado miércoles al término de una marcha que dejaron tres muertos, señaló que entregará a una "justicia injusta" y una "justicia corrupta", pero aseguró que pasará a la clandestinidad ni abandonará su país.

Previamente, el Gobierno retiró el fuerte dispositivo policial que rodeaba la Plaza Brión de Caracas, donde López ha convocado a sus seguidores para marchar hoy hasta el Ministerio del Interior a entregar un documento.

El ministro del Interior, Miguel Rodríguez, indicó que, por orden expresa del presidente venezolano, Nicolás Maduro, la Policía desbloqueó los accesos al lugar para permitir que los manifestantes opositores entraran libremente a la plaza.

La apertura del lugar se debió a "la actitud pacífica de los manifestantes", a los que se ha prohibido marchar hacia el centro de Caracas, hasta la sede del Ministerio del Interior, precisó el ministro en una llamada telefónica al canal estatal de televisión VTV.

"No hay autorización" para la marcha, aunque los manifestantes "les dijeron a las autoridades que van a quedarse" en la plaza, donde, poco antes del mediodía local, no había llegado López, añadió el ministro.

La plaza amaneció hoy rodeada por un fuerte dispositivo policial que impedía el acceso de los cientos de manifestantes vestidos de blanco y con pancartas con lemas como "más amor menos balas" o "si te duele tu país reacciona, es el momento" que acudieron a la convocatoria.

La Policía impidió inicialmente el acceso a la plaza y mantuvo a cierta distancia a las fuerzas antidisturbios. López, contra el que pesa una orden de detención por, entre otros cargos, homicidio y terrorismo, tras los enfrentamientos que dejaron tres muertos el miércoles en Caracas, indicó el domingo que hoy aparecería en esa plaza "para dar la cara" y marchar hasta el Ministerio del Interior a entregar un documento reivindicativo.

López pidió a su seguidores que le acompañen vestidos de blanco hasta un punto desde el que caminará solo hasta llegar al Mnisterio. El alcalde del municipio Libertador de Caracas (Distrito Capital), el chavista Jorge Rodríguez, advirtió ayer de que la marcha convocada por López no está autorizada. En estos momentos tiene lugar otra multitudinaria manifestación de trabajadores del petróleo identificados con el oficialismo al otro extremo del bulevar al que da acceso la Plaza Brión.

El Gobierno ha acusado a López de instigar los actos de violencia tras la manifestación en Caracas, algo de lo que se ha desligado el opositor, que ha llamado a manifestarse pacíficamente para acabar con el Ejecutivo. Maduro ha admitido que el miércoles miembros del Servicio de Inteligencia (Sebin), que tenían orden de acuartelamiento, desobedecieron esa instrucción y estuvieron en las inmediaciones de la manifestación. El presidente pidió el domingo a López que aceptara la mediación de la Fiscalía y se entregara "sin shows", asegurando que hay planes de ultraderecha de matarlo para generar una crisis política.

CESE DEL DIRECTOR DE LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA

El Gobierno de Venezuela ha cesado al director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN), el general Manuel Gregorio Bernal Martínez, tras desoír una orden directa de Maduro, quien dio instrucciones para el acuartelamiento de efectivos ante la posibilidad de que se produjeran nuevos conflictos.

"Había un grupo de funcionarios del SEBIN que incumplieron directamente las órdenes de su director, para ese día, permanecer acuartelados y no salir a la calle. Fui yo quien dio esa orden", ha explicado Maduro, en referencia a los últimos actos violentos que se sucedieron en Caracas.

"Los únicos agentes y funcionarios que debían estar en las calles, como estuvieron conteniendo la violencia, eran los de la Policía Nacional y la Guardia Nacional", ha continuado el presidente de Venezuela. Ahora, tras la destitución de Bernal Martínez, en el cargo desde el 24 de enero de 2014, Gustavo Enrique González López ha sido designado para la dirección del SEBIN, según ha informado el diario venezolano 'El Universal'.
 

 

FUENTE: La Vanguardia

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hola@fundamentar.com (Fundamentar) Internacional Tue, 18 Feb 2014 16:37:23 -0300