Jueves, 26 Noviembre 2015 10:20

Análisis Post Electoral

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Festejos en el búnker de Cambiemos Festejos en el búnker de Cambiemos

Ganó Mauricio Macri. Y con él una forma novedosa de construcción y práctica política: al decir de Ricardo Foster, una derecha inteligente que no sólo es globitos y estética renovada.

Podemos pensar en varias razones del triunfo:

1) Un porcentaje del electorado es, históricamente, anti k. Algo natural, por propuesta y por acción política, pero también porque parte de ese electorado tiene una cosmovisión definitivamente contraria del mundo: son un problema los choriplaneros, las empresas públicas que alimentan vagos, los déficits crónicos, el aislamiento del mundo (occidental), el Estado ineficiente y los dirigentes corruptos. Éstos, son una serie de argumentos que se esgrimen desde (casi) siempre contra el kirchnerismo. Pero ¿qué cambió ahora? La respuesta a ese interrogante nos lleva a la segunda razón del triunfo del jefe de gobierno porteño.

El conflicto es inherente a la construcción política, pero ha calado muy hondo la idea de los “consensos” como forma de convivencia.

2) Surgió otro tipo de voto que favoreció a Macri y que estuvo definido por algunas cuestiones puntuales:

a. Errores propios de toda gestión de más de 12 años ininterrumpidos.

b. Por un lado el candidato supo cambiar a tiempo y decir cosas que, aunque no las siente y lo contradicen con el pasado inmediato, no condicionaron al electorado a la hora de votarlo.

c. Ese cambio vino de la mano de una sensación que muchos votantes tienen de que no hay margen para volver a los 90'. De que no hay amenaza de deterioro. Como nunca, no se tuvo en cuenta el quién es quién en los “equipos” de Mauricio Macri.

d. Junto con esto, otro sector (parte del mismo) se siente cansado de la idea de conflicto que permanentemente propone el mundo K. El conflicto es inherente a la construcción política, pero ha calado muy hondo la idea de los “consensos” como forma de convivencia. Un discurso simple, plagado de lugares comunes y que, a pocos días del triunfo sigue sin abordar demasiadas precisiones, parece haber sido muy certero...

e. La presencia de un candidato propio, leal, comprometido pero con algunos déficits. Daniel Scioli no es Cristina Fernández de Kirchner.

f. Buena parte de la dirigencia peronista que en algún momento de la primera vuelta no puso todo lo que podía poner y que en la segunda vuelta se vio superada por una movilidad horizontal desplegada a lo largo y ancho del país, que resultaba conmovedora y estimulante pero que no sirvió para el triunfo definitivo.

LO QUE SIGUE

Un escenario indudablemente abierto: el Poder Legislativo en manos opositoras. Un Senado claramente en minoría del ahora oficialismo pero con la posibilidad de ir acordando, tema por tema, a partir de las necesidades de las provincias de las que los senadores son originarios. Y una Cámara de Diputados con números un poco más afines a los intereses PRO, pero que suele ser mucho más dura a la hora de los acuerdos. Y además unos 12.200.000 votos “duros” a los que la figura de Macri les genera un enorme rechazo. Mucho para cambiar. ¿Estará a la altura? 

 

(*) Analista político de la Fundación para la Integración Federal

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