Rusia ha confirmado que seguirá suministrando sistemas antimisiles tierra-aire S-300 a Damasco para ayudarle a repeler una eventual intervención extranjera. Así lo ha anunciado este martes en Moscú el viceministro de Exteriores, Serguéi Ryabkov, quien calificó los sistemas antimisiles de su país como un “factor estabilizador” destinado a evitar la internacionalización de la guerra civil en Siria.
Las exportaciones rusas “en gran medida disuaden a algunas cabezas calientes” de la posibilidad de dar al conflicto “un carácter internacional con la participación de fuerzas exteriores que acarician este tipo de ideas”, señaló el alto funcionario, según la agencia Itar-Tass.
En Bruselas, el representante permanente de Rusia en la OTAN, Aleksandr Grushkó, insistió por su parte en que Moscú cumplirá sus obligaciones en el marco de los contratos firmados con Siria y afirmó que las ventas no transgreden el marco del derecho internacional. “Tenemos un sistema de control de exportaciones fiable y las armas que exportamos a Siria tienen carácter defensivo”, dijo el diplomático en una videoconferencia organizada desde Moscú.
A principios de mayo, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se reunió con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, en Sochi e intentó convencerle de que renunciara a los suministros de sistemas de misiles tierra aire al régimen de El Asad.
El pasado domingo el periódico británico The Sunday Times afirmó que Rusia había cedido a los argumentos israelíes y había decidido interrumpir la exportación de complejos antimisiles S-300 a Damasco.
Rusia, no obstante, ha esperado hasta el martes para desmentir esta información, que ya había sido calificada de “cuentos” por los representantes israelíes. El lapso de tiempo transcurrido entre la publicación británica y la aclaración rusa podría hacer pensar que Moscú tal vez consideró temporalmente la posibilidad de suspender los suministros en función de las decisiones europeas. Rusia suministra armas a Damasco en cumplimiento de contratos firmados en 2010, cuando el conflicto no había degenerado todavía en una cruel guerra civil.
Moscú está “decepcionada” por la decisión de la UE de suspender el embargo al suministro de armas a Siria, anunció el viceministro Ryabkov. Este dijo que la medida no contribuye a la solución política del conflicto. “Esto contradice la política de la misma UE”, dijo, y añadió que es “el reflejo de un doble rasero y daña la perspectiva de convocar una conferencia internacional”, afirmó Ryabkov. Grushkó opinó que el cese del embargo “echa más aceite a la hoguera”. El embargo de la UE sobre los suministros de armas a Siria expira el 1 de junio.
Pese a su crítica reacción y las diferencias de planteamiento con EE UU, el Kremlin no deja que sus valoraciones lo aparten del objetivo principal, que es convocar la conferencia internacional producto de una iniciativa de los ministros de Exteriores, Serguéi Lavrov, y su colega norteamericano, John Kerry.
Ryabkov se mostró optimista sobre la posibilidad de celebrar la convocatoria, aunque dijo estar en contra de que se fijen plazos y duración artificiales para el evento. Según el diplomático, hay que comenzar por la lista de los participantes y no por los plazos de celebración y duración de la conferencia. “Hay que ponerse de acuerdo sobre la concepción de lo que queremos del foro”, dijo Ryabkov. “Nosotros quisiéramos que el resultado fuera el lanzamiento de un proceso político que nos lleve finalmente a un acuerdo colectivo de los participantes”, afirmó el viceministro, y reconoció la participación de Irán sigue siendo una de las dificultades para hacer la lista de los invitados extranjeros.
Los equipos antimisiles tierra-aire están todavía en suelo ruso y no han sido enviados a Siria, pero si esto sucede, Israel sabrá cómo reaccionar, dijo el ministro de Defensa, Moshe Yaalon. “Espero que (este cargamento) no sea enviado”, dijo el ministro a los periodistas. Antes, el mando de las fuerzas aéreas de Israel dijo que los complejos antimisiles rusos estaban de camino hacia Siria, por lo que la declaración de Yaalon contradice lo dicho anteriormente, según advierte la agencia Reuters. Los israelíes temen que los sistemas antimisiles rusos puedan caer en manos de Irán y los radicales de Hezbolá. Según los israelíes, el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv se encuentra en el radio de acción de los sistemas S-300 rusos.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Imanol Barrangú
FUENTE: El País