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Fundamentar - Internacional Este portal pretende hacer un aporte a la cualificación del debate político y económico en la Argentina. Ponemos ideas en discusión que pretenden servir para que surjan otras visiones que enriquezcan el análisis. https://fundamentar.com/internacional/itemlist/tag/neoliberalismo 2024-04-27T13:11:51-03:00 Joomla! - Open Source Content Management Entender bien la desglobalización 2022-06-13T18:28:50-03:00 2022-06-13T18:28:50-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6649-hacer-bien-la-desglobalizacion Joseph Stiglitz (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/da9e3618a3b7c31b1e283115fd71a7c1_S.jpg" alt="Entender bien la desglobalización" /></div><div class="K2FeedIntroText"></div><div class="K2FeedFullText"><p>La primera reunión del Foro Económico Mundial en más de dos años fue marcadamente diferente de las muchas conferencias previas de Davos a las que asistí desde 1995. No se trató simplemente de que la nieve brillante y los cielos despejados de enero fueran remplazados por pistas de esquí vacías y una llovizna de mayo lúgubre. Fue, más bien, que un foro tradicionalmente comprometido con la defensa de la globalización estaba preocupado principalmente por los fracasos de la globalización: cadenas de suministro alteradas, inflación de los precios de los alimentos y de la energía y un régimen de propiedad intelectual (PI) que dejó a miles de millones de personas sin vacunas contra el COVID-19 simplemente para que unas pocas compañías farmacéuticas pudieran ganar miles de millones de dólares en ganancias adicionales.</p> <p>Entre las respuestas que se propusieron para estos problemas figuran “repatriar” la producción o “instalarla en países confiables”, e implementar “políticas industriales destinadas a aumentar las capacidades de producción de los países”. Atrás quedaron aquellos días en que todos parecían estar trabajando para un mundo sin fronteras; de repente, todos reconocen que por lo menos algunas fronteras nacionales son esenciales para el desarrollo económico y la seguridad.</p> <p>Para quienes alguna vez defendían una globalización sin restricciones, este volte face ha resultado en una disonancia cognitiva, porque el nuevo conjunto de políticas propuestas implica que las reglas de larga data del sistema de comercio internacional se quebrarán o se romperán. Incapaces de reconciliar la instalación de la producción en países confiables con el principio de libre comercio no discriminatorio, la mayoría de los líderes empresariales y políticos en Davos apelaron a perogrulladas. Prácticamente no hubo un examen de conciencia sobre cómo y por qué las cosas han salido tan mal, o sobre el razonamiento errado e híper-optimista que prevalecía durante el apogeo de la globalización.</p> <p>Por supuesto, el problema no es sólo la globalización. Toda nuestra economía de mercado ha dado pruebas de falta de resiliencia. Esencialmente fabricamos autos sin ruedas de auxilio –reduciendo unos pocos dólares del precio, sin preocuparnos demasiado por las exigencias futuras-. Los sistemas de inventario justo a tiempo eran innovaciones maravillosas mientras la economía enfrentaba alteraciones menores; pero terminaron siendo desastrosos frente a los cierres por el COVID-19, creando cascadas de escasez de oferta (como cuando una carencia de microchips condujo a una falta de coches nuevos).</p> <p>Como advertí en mi libro de 2006, Making Globalization Work, los mercados son nefastos a la hora de “valorar” el riesgo (por la misma razón que no ponen precio a las emisiones de dióxido de carbono). Consideremos el caso de Alemania, que eligió que su economía dependiera de los suministros de gas de Rusia, un socio comercial claramente poco confiable. Ahora, enfrenta consecuencias que eran predecibles y que fueron predichas.</p> <p>Como reconocía Adam Smith en el siglo XVIII, el capitalismo no es un sistema autosuficiente, porque hay una tendencia natural hacia el monopolio. Sin embargo, desde que el presidente norteamericano Ronald Reagan y la primera ministra británica Margaret Thatcher introdujeron una era de “desregulación”, la creciente concentración de mercado se ha vuelto la norma, y no sólo en sectores de alto perfil como el comercio electrónico y las redes sociales. La desastrosa escasez de alimento para bebés en Estados Unidos esta primavera fue en sí misma el resultado de la monopolización. Después de que se obligara a Abbott a suspender la producción por cuestiones de seguridad, los norteamericanos pronto se dieron cuenta de que sólo una compañía es responsable de casi la mitad del suministro en Estados Unidos.</p> <p>Las ramificaciones políticas de las fallas de la globalización también quedaron al descubierto en Davos este año. Cuando Rusia invadió Ucrania, el Kremlin fue condenado casi universalmente y de inmediato. Pero tres meses después, los mercados emergentes y los países en desarrollo (EMDC por su sigla en inglés) han adoptado posturas más ambiguas. Muchos apuntan a una hipocresía de Estados Unidos a la hora de exigir responsabilidad por la agresión de Rusia, considerando que el país invadió Irak bajo falsas pretensiones en 2003.</p> <p>Los EMDC también enfatizan la historia más reciente de nacionalismo de vacunas por parte de Europa y Estados Unidos, que se sostuvo a través de disposiciones sobre PI de la Organización Mundial de Comercio que les fueron endilgadas hace 30 años. Y ahora son los EMDC los que están soportando la carga de precios de alimentos y energía más elevados. Estos desarrollos recientes, combinados con injusticias históricas, han deslegitimado la defensa occidental de la democracia y del régimen de derecho internacional.</p> <p>Sin duda, muchos países que se niegan a respaldar la defensa de la democracia que hace Estados Unidos no son democráticos. Pero otros países sí lo son y la posición de Estados Unidos al frente de esa lucha se ha visto minada por sus propios fracasos –desde el racismo sistémico y el coqueteo de la administración Trump con regímenes autoritarios hasta los persistentes intentos del Partido Republicado de anular la votación y desviar la atención de la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos.</p> <p>La mejor manera de proceder para Estados Unidos sería mostrar una mayor solidaridad con los EMDC ayudándolos a gestionar los crecientes costos de los alimentos y de la energía. Esto se podría hacer reasignando los derechos especiales de giro (el activo de reserva del Fondo Monetario Internacional) de los países ricos y respaldando una fuerte eximición de la PI por el COVID-19 en la OMC.</p> <p>Asimismo, los altos precios de los alimentos y de la energía probablemente causen crisis de deuda en muchos países pobres, agudizando aún más las desigualdades trágicas de la pandemia. Si Estados Unidos y Europa quieren mostrar un verdadero liderazgo global, tendrán que dejar de ponerse de lado de los grandes bancos y acreedores que incitaron a los países a tomar más deuda de la que podían pagar.</p> <p>Después de cuatro décadas de defender la globalización, es claro que los asistentes a Davos gestionaron mal las cosas. Prometieron prosperidad para los países desarrollados y en desarrollo por igual. Pero mientras los gigantes corporativos en el Norte Global se volvieron ricos, los procesos que podrían haber beneficiado a todos generaron en cambio enemigos en todas partes. La “economía de derrame”, el argumento de que enriquecer a los ricos automáticamente favorecería a todos, fue una estafa –una idea que no estaba respaldada ni por la teoría ni por la evidencia.</p> <p>La reunión de Davos de este año fue una oportunidad perdida. Podría haber sido una ocasión para reflexionar seriamente sobre las decisiones y las políticas que llevaron al mundo adonde está hoy. Ahora que la globalización ha alcanzado la cima, sólo nos queda esperar que gestionemos su caída mejor de lo que gestionamos su ascenso.</p> <p>FUENTE: <a href="https://www.project-syndicate.org/commentary/deglobalization-and-its-discontents-by-joseph-e-stiglitz-2022-05/spanish" target="_blank" rel="noopener noreferrer">Project Syndicate</a></p> <p><br />(*) Joseph E. Stiglitz, a Nobel laureate in economics and University Professor at Columbia University, is a former chief economist of the World Bank (1997-2000) and chair of the US President’s Council of Economic Advisers, was lead author of the 1995 IPCC Climate Assessment, and co-chaired the international High-Level Commission on Carbon Prices.</p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/da9e3618a3b7c31b1e283115fd71a7c1_S.jpg" alt="Entender bien la desglobalización" /></div><div class="K2FeedIntroText"></div><div class="K2FeedFullText"><p>La primera reunión del Foro Económico Mundial en más de dos años fue marcadamente diferente de las muchas conferencias previas de Davos a las que asistí desde 1995. No se trató simplemente de que la nieve brillante y los cielos despejados de enero fueran remplazados por pistas de esquí vacías y una llovizna de mayo lúgubre. Fue, más bien, que un foro tradicionalmente comprometido con la defensa de la globalización estaba preocupado principalmente por los fracasos de la globalización: cadenas de suministro alteradas, inflación de los precios de los alimentos y de la energía y un régimen de propiedad intelectual (PI) que dejó a miles de millones de personas sin vacunas contra el COVID-19 simplemente para que unas pocas compañías farmacéuticas pudieran ganar miles de millones de dólares en ganancias adicionales.</p> <p>Entre las respuestas que se propusieron para estos problemas figuran “repatriar” la producción o “instalarla en países confiables”, e implementar “políticas industriales destinadas a aumentar las capacidades de producción de los países”. Atrás quedaron aquellos días en que todos parecían estar trabajando para un mundo sin fronteras; de repente, todos reconocen que por lo menos algunas fronteras nacionales son esenciales para el desarrollo económico y la seguridad.</p> <p>Para quienes alguna vez defendían una globalización sin restricciones, este volte face ha resultado en una disonancia cognitiva, porque el nuevo conjunto de políticas propuestas implica que las reglas de larga data del sistema de comercio internacional se quebrarán o se romperán. Incapaces de reconciliar la instalación de la producción en países confiables con el principio de libre comercio no discriminatorio, la mayoría de los líderes empresariales y políticos en Davos apelaron a perogrulladas. Prácticamente no hubo un examen de conciencia sobre cómo y por qué las cosas han salido tan mal, o sobre el razonamiento errado e híper-optimista que prevalecía durante el apogeo de la globalización.</p> <p>Por supuesto, el problema no es sólo la globalización. Toda nuestra economía de mercado ha dado pruebas de falta de resiliencia. Esencialmente fabricamos autos sin ruedas de auxilio –reduciendo unos pocos dólares del precio, sin preocuparnos demasiado por las exigencias futuras-. Los sistemas de inventario justo a tiempo eran innovaciones maravillosas mientras la economía enfrentaba alteraciones menores; pero terminaron siendo desastrosos frente a los cierres por el COVID-19, creando cascadas de escasez de oferta (como cuando una carencia de microchips condujo a una falta de coches nuevos).</p> <p>Como advertí en mi libro de 2006, Making Globalization Work, los mercados son nefastos a la hora de “valorar” el riesgo (por la misma razón que no ponen precio a las emisiones de dióxido de carbono). Consideremos el caso de Alemania, que eligió que su economía dependiera de los suministros de gas de Rusia, un socio comercial claramente poco confiable. Ahora, enfrenta consecuencias que eran predecibles y que fueron predichas.</p> <p>Como reconocía Adam Smith en el siglo XVIII, el capitalismo no es un sistema autosuficiente, porque hay una tendencia natural hacia el monopolio. Sin embargo, desde que el presidente norteamericano Ronald Reagan y la primera ministra británica Margaret Thatcher introdujeron una era de “desregulación”, la creciente concentración de mercado se ha vuelto la norma, y no sólo en sectores de alto perfil como el comercio electrónico y las redes sociales. La desastrosa escasez de alimento para bebés en Estados Unidos esta primavera fue en sí misma el resultado de la monopolización. Después de que se obligara a Abbott a suspender la producción por cuestiones de seguridad, los norteamericanos pronto se dieron cuenta de que sólo una compañía es responsable de casi la mitad del suministro en Estados Unidos.</p> <p>Las ramificaciones políticas de las fallas de la globalización también quedaron al descubierto en Davos este año. Cuando Rusia invadió Ucrania, el Kremlin fue condenado casi universalmente y de inmediato. Pero tres meses después, los mercados emergentes y los países en desarrollo (EMDC por su sigla en inglés) han adoptado posturas más ambiguas. Muchos apuntan a una hipocresía de Estados Unidos a la hora de exigir responsabilidad por la agresión de Rusia, considerando que el país invadió Irak bajo falsas pretensiones en 2003.</p> <p>Los EMDC también enfatizan la historia más reciente de nacionalismo de vacunas por parte de Europa y Estados Unidos, que se sostuvo a través de disposiciones sobre PI de la Organización Mundial de Comercio que les fueron endilgadas hace 30 años. Y ahora son los EMDC los que están soportando la carga de precios de alimentos y energía más elevados. Estos desarrollos recientes, combinados con injusticias históricas, han deslegitimado la defensa occidental de la democracia y del régimen de derecho internacional.</p> <p>Sin duda, muchos países que se niegan a respaldar la defensa de la democracia que hace Estados Unidos no son democráticos. Pero otros países sí lo son y la posición de Estados Unidos al frente de esa lucha se ha visto minada por sus propios fracasos –desde el racismo sistémico y el coqueteo de la administración Trump con regímenes autoritarios hasta los persistentes intentos del Partido Republicado de anular la votación y desviar la atención de la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos.</p> <p>La mejor manera de proceder para Estados Unidos sería mostrar una mayor solidaridad con los EMDC ayudándolos a gestionar los crecientes costos de los alimentos y de la energía. Esto se podría hacer reasignando los derechos especiales de giro (el activo de reserva del Fondo Monetario Internacional) de los países ricos y respaldando una fuerte eximición de la PI por el COVID-19 en la OMC.</p> <p>Asimismo, los altos precios de los alimentos y de la energía probablemente causen crisis de deuda en muchos países pobres, agudizando aún más las desigualdades trágicas de la pandemia. Si Estados Unidos y Europa quieren mostrar un verdadero liderazgo global, tendrán que dejar de ponerse de lado de los grandes bancos y acreedores que incitaron a los países a tomar más deuda de la que podían pagar.</p> <p>Después de cuatro décadas de defender la globalización, es claro que los asistentes a Davos gestionaron mal las cosas. Prometieron prosperidad para los países desarrollados y en desarrollo por igual. Pero mientras los gigantes corporativos en el Norte Global se volvieron ricos, los procesos que podrían haber beneficiado a todos generaron en cambio enemigos en todas partes. La “economía de derrame”, el argumento de que enriquecer a los ricos automáticamente favorecería a todos, fue una estafa –una idea que no estaba respaldada ni por la teoría ni por la evidencia.</p> <p>La reunión de Davos de este año fue una oportunidad perdida. Podría haber sido una ocasión para reflexionar seriamente sobre las decisiones y las políticas que llevaron al mundo adonde está hoy. Ahora que la globalización ha alcanzado la cima, sólo nos queda esperar que gestionemos su caída mejor de lo que gestionamos su ascenso.</p> <p>FUENTE: <a href="https://www.project-syndicate.org/commentary/deglobalization-and-its-discontents-by-joseph-e-stiglitz-2022-05/spanish" target="_blank" rel="noopener noreferrer">Project Syndicate</a></p> <p><br />(*) Joseph E. Stiglitz, a Nobel laureate in economics and University Professor at Columbia University, is a former chief economist of the World Bank (1997-2000) and chair of the US President’s Council of Economic Advisers, was lead author of the 1995 IPCC Climate Assessment, and co-chaired the international High-Level Commission on Carbon Prices.</p></div> ¿Qué viene después del neoliberalismo? ¿Y cómo se tiene que parar la Argentina? 2021-07-05T17:57:05-03:00 2021-07-05T17:57:05-03:00 https://fundamentar.com/nacional/item/6520-que-viene-despues-del-neoliberalismo-y-como-se-tiene-que-parar-la-argentina Roy Hora* y Pablo Gerchunoff** hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/3d06202ca10155905cb09e769040824c_S.jpg" alt="Neoliberalismo en Latinoamérica" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3>Hay indicios de que la desregulación de la economía y la celebración de la globalización ya son historia pasada. La Argentina quedó entre los perdedores de ese modelo. ¿Eso es una ventaja o una desventaja de cara al futuro?</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>https://www.youtube.com/watch?v=7Z-JmC-PasM&amp;t=9s</p> <p>PG: ¿Qué tal, Roy? ¿Cómo estás?</p> <p>RH: Hola, Pablo. ¿Cómo estás?</p> <p>PG: Bien. Escuchando muy frecuentemente que parece que estamos cerca del final de la pandemia. Ojalá sea cierto. Y que junto con el final de la pandemia va a llegar otro final, que es el final del neoliberalismo. Se lee en Argentina y se lee en el mundo entero. Yo no estoy muy seguro ni sobre el final de la pandemia ni sobre el final del neoliberalismo. Me gustaría saber qué opinión tenés sobre eso.</p> <p>RH: Sobre el final de la pandemia, creo que estamos más cerca, pero, bueno, eso también es un deseo, así que hay que tener cuidado con eso. Respecto a la cuestión del final del neoliberalismo, sí, se escucha bastante, y hace unos días -creo que vos lo leíste también- apareció un lindo artículo en un diario inglés, The Guardian, de un buen historiador norteamericano, que se llama The rise and fall of America's neoliberal order (Gary Gerstle), es decir, ascenso y caída del orden neoliberal. Es un tema que está dando vueltas y yo creo que él tiene una visión interesante. Dice: bueno. esto arrancó hace 40 años y hay indicaciones de que está en problemas, digamos, el mundo de la economía desregulada. Pero también la otra dimensión. La celebración del cosmopolitismo y de la globalización hoy están siendo objeto de más crítica. Ese mundo tuvo muchos ganadores pero también tuvo sus perdedores. Creo que en Argentina somos bastante críticos de todo eso porque estamos entre los perdedores. Argentina es un perdedor de ese mundo, pero en otros lados -y por eso tiene mala prensa acá; cuando uno habla de neoliberalismo y de globalización se enciende las alarmas- pero viéndolo en perspectiva, el punto de observación argentino no es el más apropiado para una evaluación equilibrada del potencial de lo que eso significó. Estoy pensando sobre todo en que cambió el mapa de Asia. Cambió el mapa de Asia para los propios asiáticos. Es decir, arrancó de la pobreza a un tercio de la población china, quizás más, quizás eso continúa. Eso no hubiera sido posible sin una incorporación más plena al mundo del comercio, al mundo de las finanzas globalizadas.</p> <p>PG: Y de la innovación tecnológica.</p> <p>RH: Claro. Pero, bueno, yo creo que nosotros lo vemos más del lado de los perdedores, como también se lo ve en el Atlántico norte. Viste que se dice que uno de los gráficos más famosos de la última década quizás es el elefante (Branko) Milanovic. Es decir, los perdedores son las clases medias de los países desarrollados. Ganaron los ricos y ganaron los pobres. </p> <p>PG: Se mostraba ese gráfico como un reflejo del votante de Trump también. </p> <p>RH: Entonces ahí yo creo que es interesante ver ese fenómeno, cómo ya ese mundo empezó a desarmarse con la gran crisis del 2008-2009, aunque algunas de sus consecuencias políticas recién creo empezamos a percibirlas con nitidez en tiempos más recientes. Vos recién mencionabas a uno de los personajes que es como uno de los que marca el fin una era para el neoliberalismo, Trump, que dice: no, protejamos a los trabajadores norteamericanos, proteccionismo. Del otro lado está Bernie Sanders, que, con diferencias importantes en cuanto a su agenda política, género y otros muchos temas, le habla a los trabajadores de problemas que son similares a los que encuentra Trump. </p> <p>PG: Los dos apelaron a la misma franja social y poniendo sobre el tapete el mismo descontento.</p> <p>RH: Exactamente.</p> <p>PG: Yo leí el artículo que vos citaste recién. Leí otros también. Hace unos días nomás Cristina habló además de que vamos a salir de la pandemia con los ricos más ricos y los pobres más pobres, como una especie de continuidad de lo que venía. Yo le veo un problema al argumento, en tanto se pone como argumento a futuro. La sensación que tengo es la siguiente: eso que llamamos neoliberalismo o capitalismo global, financiero y comercial con una gran expansión de las finanzas y del comercio, ese mundo nació en algún momento de los 80 y yo creo que empezó a tener problemas muy serios y muy graves con la gran recesión de 2007-2009. Cuando uno ahora a la distancia observa qué pasó desde entonces, es decir, desde la crisis, desde la recesión, la contracción del sistema financiero mundial y la desaceleración del comercio han sido sin duda... son, ahora, cuando lo miramos muy notables. Y eso me genera una pregunta: el descontento que estamos viendo hoy, ¿es el descontento con el neoliberalismo o es el descontento con esa desaceleración? Porque, en todo caso, lo que vemos hoy, como consecuencia de la pandemia también, yo le encuentro a las políticas de los países centrales un sabor rooseveltiano, un sabor de 'vamos por la inclusión'. Los chinos no necesitan decirlo. Están todo el tiempo en eso y nunca han caído en la libertad de mercados financieros y el libre comercio absoluto. Nunca. Pero Biden es notable. Biden, diría, imita a Roosevelt en algún sentido. Quiere decir que hay algo que ya se terminó y que en el mundo desarrollado -después podemos hablar un poquito de la Argentina- en el mundo desarrollado se han hecho cargo de que ya terminó. En EEUU y en Europa.</p> <p>RH: Sí. Creo que efectivamente el mundo de los mercados desregulados es o parece ser historia pasada. Pero acá...</p> <p>PG: Pero en todo caso tiene un problema, ese mundo tiene un problema. Si es historia pasada o no es para discutir. Pero tiene un problema desde hace bastantes años.</p> <p>RH: Vos decís: está siendo impugnado de hace mucho tiempo.</p> <p>PG: Está impugnado por sus propios problemas, entre otros, efectivamente, por cierta expulsión que ha generado. El elefante de Branko Milanovic lo que hace es eso, ¿no? Los que quedan afuera. </p> <p>RH: Sí, yo sólo quisiera hacer una vez una suerte como de advertencia metodológica y es que los historiadores miramos el pasado con una un tiempo verbal que Louis Althusser llamaba futuro anterior. Es decir, miramos sabiendo cómo terminó. Y eso nos ayuda a ordenar nuestro relato sobre el pasado. Y yo creo que esto a veces nos juega una mala pasada, porque el punto de observación en el que hoy estamos parados es arena movediza. Están sucediendo transformaciones tan importantes que nos cuesta determinar si ese ciclo se ha cerrado, si estamos en vísperas de... Vos mencionabas a Biden y muy ambicioso programa, tan ambicioso que aspira no sólo a opacar a Obama, lo que quizá no sea tan difícil, sino que aspira a opacar a Roosevelt. Es un programa de inclusión social muy generoso. Bueno, hay que ver cómo le va a eso.</p> <p>PG: Efectivamente. Todavía no lo sabemos. </p> <p>RH: Si es el comienzo de una presidencia muy ambiciosa. Vemos en algunos países europeos algunos fenómenos en esa línea, en otros no.</p> <p>PG: Todavía débiles pero... Todavía débiles en relación a Biden. Sí, va en esa dirección.</p> <p>RH: Va en esa dirección, pero me parece que es demasiado temprano como para tener una perspectiva.</p> <p>PG: Estoy de acuerdo.</p> <p>RH: Y yo creo que eso también nos debe hacer -llevando la discusión hacia la Argentina- nos debe hacer cautelosos. El artículo de Gerstle que mencionaba al comienzo es parte de un trabajo que él está haciendo más grande, ese libro, que se llama The rise and fall of America's neoliberal order, él habla de América. Es decir, el resto no importa como suelen hacer los norteamericanos. Cuando uno se los señala, se suelen poner un poquito incómodos. Se les acaba su progresismo. Es decir, están parados en el centro del mundo y nosotros no estamos parados en el centro del mundo. No podemos hablar de América. La cultura argentina es muy egocéntrica, si querés, pero también sabemos que somos una hoja en el viento de, en su momento, de la globalización o de lo que éste hoy sucediendo. Y eso nos tiene que hacer, creo yo, cautelosos.</p> <p>PG: Tomando tu punto y mirando a los acontecimientos de hoy y la incertidumbre que genera mirar ese futuro que no sabemos efectivamente cómo va a ser, dónde va a terminar lo de Biden, cómo va a evolucionar lo Biden y lo que pueda venir en Europa también, la pregunta es: que importemos poco, que seamos pequeños, que seamos irrelevantes, diría yo, en términos del concierto internacional, ¿es una desventaja o una ventaja? ¿Cómo lo ves?</p> <p>RH: Yo creo que es un dato. Tiendo a pensarlo como una desventaja pero es un dato. Y es un dato que en distintos momentos de la historia argentina creo que operó en direcciones distintas. Pienso en la crisis del 30. Costó acomodarse al nuevo mundo. Pienso en los primeros años de Perón, que también, por un lado, fue en el sentido de la historia, que era una mayor importancia del Estado en la vida económica y sobre todo social, pero que en otros en otros aspectos tomó caminos, si se quiere, originales o que miraban hacia el pasado. El autoritarismo peronista. Eso no se corresponde tanto con el mundo de la democracia que en ese momento se estaba imponiendo en, por lo menos, en la franja atlántica, en el mundo del Atlántico norte. Uno podría recorrer la historia argentina mirando distintas apuestas y ese ejercicio nos muestra que es difícil orientarse en un mundo en cambio. </p> <p>PG: A mí me parece que el ejemplo que más se aproxima a lo que estamos discutiendo es el ejemplo de los 20 y los 30 en la Argentina. El ejemplo del fin del patrón oro, que no terminó en 1929-1930. Empezó a resquebrajarse con la Gran Depresión de 1920- 1921. A partir de ahí, todo fue difícil. Fue difícil en el mundo y fue difícil en la Argentina. Y hasta que se comprendiera que eso era el final de un régimen, hasta que eso terminó de hacerse carne, pasaron bastantes años. Yo diría, eso recién se hace carne en 1933. Es llamativo. Estamos hablando de 10 años de dar vueltas alrededor de un problema sin terminar de capturar su naturaleza. En cuanto a la a la Argentina de hoy, me interesó un punto que dijiste. Te pregunté si ser irrelevantes era una ventaja o una desventaja. Vos dijiste que podía ser cualquiera de las dos cosas, pero más bien tendías a verlo como una desventaja. Yo voy a enfatizar el punto de la ventaja.</p> <p>(...)</p> <p><em>Transcripción parcial de la conversación.</em></p> <p>(*) <em>Roy Hora es Profesor de Historia por la Universidad de Buenos Aires y Doctor en Historia Moderna por la Universidad de Oxford (1998). Es Profesor Principal de Cátedra de la Universidad de San Andrés e Investigador Principal del CONICET. También es Profesor Titular Regular en la Universidad Nacional de Quilmes. </em></p> <p>(**) <em>Pablo Gerchunoff es historiador económico, profesor plenario e investigador de la Universidad Torcuato Di Tella. Es investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), profesor Honorario de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, becario de la Fundación Simón Guggenheim y miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. Se especializa en la historia de la política económica argentina y en historia del desarrollo económico argentino.</em></p> <p>FUENTE: <a href="https://www.eldiarioar.com/opinion/viene-despues-neoliberalismo-parar-argentina_129_8102279.html" target="_blank" rel="noopener noreferrer">ElDiarioAR</a></p> <p>RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Elizabeth Hernández</p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/3d06202ca10155905cb09e769040824c_S.jpg" alt="Neoliberalismo en Latinoamérica" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3>Hay indicios de que la desregulación de la economía y la celebración de la globalización ya son historia pasada. La Argentina quedó entre los perdedores de ese modelo. ¿Eso es una ventaja o una desventaja de cara al futuro?</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>https://www.youtube.com/watch?v=7Z-JmC-PasM&amp;t=9s</p> <p>PG: ¿Qué tal, Roy? ¿Cómo estás?</p> <p>RH: Hola, Pablo. ¿Cómo estás?</p> <p>PG: Bien. Escuchando muy frecuentemente que parece que estamos cerca del final de la pandemia. Ojalá sea cierto. Y que junto con el final de la pandemia va a llegar otro final, que es el final del neoliberalismo. Se lee en Argentina y se lee en el mundo entero. Yo no estoy muy seguro ni sobre el final de la pandemia ni sobre el final del neoliberalismo. Me gustaría saber qué opinión tenés sobre eso.</p> <p>RH: Sobre el final de la pandemia, creo que estamos más cerca, pero, bueno, eso también es un deseo, así que hay que tener cuidado con eso. Respecto a la cuestión del final del neoliberalismo, sí, se escucha bastante, y hace unos días -creo que vos lo leíste también- apareció un lindo artículo en un diario inglés, The Guardian, de un buen historiador norteamericano, que se llama The rise and fall of America's neoliberal order (Gary Gerstle), es decir, ascenso y caída del orden neoliberal. Es un tema que está dando vueltas y yo creo que él tiene una visión interesante. Dice: bueno. esto arrancó hace 40 años y hay indicaciones de que está en problemas, digamos, el mundo de la economía desregulada. Pero también la otra dimensión. La celebración del cosmopolitismo y de la globalización hoy están siendo objeto de más crítica. Ese mundo tuvo muchos ganadores pero también tuvo sus perdedores. Creo que en Argentina somos bastante críticos de todo eso porque estamos entre los perdedores. Argentina es un perdedor de ese mundo, pero en otros lados -y por eso tiene mala prensa acá; cuando uno habla de neoliberalismo y de globalización se enciende las alarmas- pero viéndolo en perspectiva, el punto de observación argentino no es el más apropiado para una evaluación equilibrada del potencial de lo que eso significó. Estoy pensando sobre todo en que cambió el mapa de Asia. Cambió el mapa de Asia para los propios asiáticos. Es decir, arrancó de la pobreza a un tercio de la población china, quizás más, quizás eso continúa. Eso no hubiera sido posible sin una incorporación más plena al mundo del comercio, al mundo de las finanzas globalizadas.</p> <p>PG: Y de la innovación tecnológica.</p> <p>RH: Claro. Pero, bueno, yo creo que nosotros lo vemos más del lado de los perdedores, como también se lo ve en el Atlántico norte. Viste que se dice que uno de los gráficos más famosos de la última década quizás es el elefante (Branko) Milanovic. Es decir, los perdedores son las clases medias de los países desarrollados. Ganaron los ricos y ganaron los pobres. </p> <p>PG: Se mostraba ese gráfico como un reflejo del votante de Trump también. </p> <p>RH: Entonces ahí yo creo que es interesante ver ese fenómeno, cómo ya ese mundo empezó a desarmarse con la gran crisis del 2008-2009, aunque algunas de sus consecuencias políticas recién creo empezamos a percibirlas con nitidez en tiempos más recientes. Vos recién mencionabas a uno de los personajes que es como uno de los que marca el fin una era para el neoliberalismo, Trump, que dice: no, protejamos a los trabajadores norteamericanos, proteccionismo. Del otro lado está Bernie Sanders, que, con diferencias importantes en cuanto a su agenda política, género y otros muchos temas, le habla a los trabajadores de problemas que son similares a los que encuentra Trump. </p> <p>PG: Los dos apelaron a la misma franja social y poniendo sobre el tapete el mismo descontento.</p> <p>RH: Exactamente.</p> <p>PG: Yo leí el artículo que vos citaste recién. Leí otros también. Hace unos días nomás Cristina habló además de que vamos a salir de la pandemia con los ricos más ricos y los pobres más pobres, como una especie de continuidad de lo que venía. Yo le veo un problema al argumento, en tanto se pone como argumento a futuro. La sensación que tengo es la siguiente: eso que llamamos neoliberalismo o capitalismo global, financiero y comercial con una gran expansión de las finanzas y del comercio, ese mundo nació en algún momento de los 80 y yo creo que empezó a tener problemas muy serios y muy graves con la gran recesión de 2007-2009. Cuando uno ahora a la distancia observa qué pasó desde entonces, es decir, desde la crisis, desde la recesión, la contracción del sistema financiero mundial y la desaceleración del comercio han sido sin duda... son, ahora, cuando lo miramos muy notables. Y eso me genera una pregunta: el descontento que estamos viendo hoy, ¿es el descontento con el neoliberalismo o es el descontento con esa desaceleración? Porque, en todo caso, lo que vemos hoy, como consecuencia de la pandemia también, yo le encuentro a las políticas de los países centrales un sabor rooseveltiano, un sabor de 'vamos por la inclusión'. Los chinos no necesitan decirlo. Están todo el tiempo en eso y nunca han caído en la libertad de mercados financieros y el libre comercio absoluto. Nunca. Pero Biden es notable. Biden, diría, imita a Roosevelt en algún sentido. Quiere decir que hay algo que ya se terminó y que en el mundo desarrollado -después podemos hablar un poquito de la Argentina- en el mundo desarrollado se han hecho cargo de que ya terminó. En EEUU y en Europa.</p> <p>RH: Sí. Creo que efectivamente el mundo de los mercados desregulados es o parece ser historia pasada. Pero acá...</p> <p>PG: Pero en todo caso tiene un problema, ese mundo tiene un problema. Si es historia pasada o no es para discutir. Pero tiene un problema desde hace bastantes años.</p> <p>RH: Vos decís: está siendo impugnado de hace mucho tiempo.</p> <p>PG: Está impugnado por sus propios problemas, entre otros, efectivamente, por cierta expulsión que ha generado. El elefante de Branko Milanovic lo que hace es eso, ¿no? Los que quedan afuera. </p> <p>RH: Sí, yo sólo quisiera hacer una vez una suerte como de advertencia metodológica y es que los historiadores miramos el pasado con una un tiempo verbal que Louis Althusser llamaba futuro anterior. Es decir, miramos sabiendo cómo terminó. Y eso nos ayuda a ordenar nuestro relato sobre el pasado. Y yo creo que esto a veces nos juega una mala pasada, porque el punto de observación en el que hoy estamos parados es arena movediza. Están sucediendo transformaciones tan importantes que nos cuesta determinar si ese ciclo se ha cerrado, si estamos en vísperas de... Vos mencionabas a Biden y muy ambicioso programa, tan ambicioso que aspira no sólo a opacar a Obama, lo que quizá no sea tan difícil, sino que aspira a opacar a Roosevelt. Es un programa de inclusión social muy generoso. Bueno, hay que ver cómo le va a eso.</p> <p>PG: Efectivamente. Todavía no lo sabemos. </p> <p>RH: Si es el comienzo de una presidencia muy ambiciosa. Vemos en algunos países europeos algunos fenómenos en esa línea, en otros no.</p> <p>PG: Todavía débiles pero... Todavía débiles en relación a Biden. Sí, va en esa dirección.</p> <p>RH: Va en esa dirección, pero me parece que es demasiado temprano como para tener una perspectiva.</p> <p>PG: Estoy de acuerdo.</p> <p>RH: Y yo creo que eso también nos debe hacer -llevando la discusión hacia la Argentina- nos debe hacer cautelosos. El artículo de Gerstle que mencionaba al comienzo es parte de un trabajo que él está haciendo más grande, ese libro, que se llama The rise and fall of America's neoliberal order, él habla de América. Es decir, el resto no importa como suelen hacer los norteamericanos. Cuando uno se los señala, se suelen poner un poquito incómodos. Se les acaba su progresismo. Es decir, están parados en el centro del mundo y nosotros no estamos parados en el centro del mundo. No podemos hablar de América. La cultura argentina es muy egocéntrica, si querés, pero también sabemos que somos una hoja en el viento de, en su momento, de la globalización o de lo que éste hoy sucediendo. Y eso nos tiene que hacer, creo yo, cautelosos.</p> <p>PG: Tomando tu punto y mirando a los acontecimientos de hoy y la incertidumbre que genera mirar ese futuro que no sabemos efectivamente cómo va a ser, dónde va a terminar lo de Biden, cómo va a evolucionar lo Biden y lo que pueda venir en Europa también, la pregunta es: que importemos poco, que seamos pequeños, que seamos irrelevantes, diría yo, en términos del concierto internacional, ¿es una desventaja o una ventaja? ¿Cómo lo ves?</p> <p>RH: Yo creo que es un dato. Tiendo a pensarlo como una desventaja pero es un dato. Y es un dato que en distintos momentos de la historia argentina creo que operó en direcciones distintas. Pienso en la crisis del 30. Costó acomodarse al nuevo mundo. Pienso en los primeros años de Perón, que también, por un lado, fue en el sentido de la historia, que era una mayor importancia del Estado en la vida económica y sobre todo social, pero que en otros en otros aspectos tomó caminos, si se quiere, originales o que miraban hacia el pasado. El autoritarismo peronista. Eso no se corresponde tanto con el mundo de la democracia que en ese momento se estaba imponiendo en, por lo menos, en la franja atlántica, en el mundo del Atlántico norte. Uno podría recorrer la historia argentina mirando distintas apuestas y ese ejercicio nos muestra que es difícil orientarse en un mundo en cambio. </p> <p>PG: A mí me parece que el ejemplo que más se aproxima a lo que estamos discutiendo es el ejemplo de los 20 y los 30 en la Argentina. El ejemplo del fin del patrón oro, que no terminó en 1929-1930. Empezó a resquebrajarse con la Gran Depresión de 1920- 1921. A partir de ahí, todo fue difícil. Fue difícil en el mundo y fue difícil en la Argentina. Y hasta que se comprendiera que eso era el final de un régimen, hasta que eso terminó de hacerse carne, pasaron bastantes años. Yo diría, eso recién se hace carne en 1933. Es llamativo. Estamos hablando de 10 años de dar vueltas alrededor de un problema sin terminar de capturar su naturaleza. En cuanto a la a la Argentina de hoy, me interesó un punto que dijiste. Te pregunté si ser irrelevantes era una ventaja o una desventaja. Vos dijiste que podía ser cualquiera de las dos cosas, pero más bien tendías a verlo como una desventaja. Yo voy a enfatizar el punto de la ventaja.</p> <p>(...)</p> <p><em>Transcripción parcial de la conversación.</em></p> <p>(*) <em>Roy Hora es Profesor de Historia por la Universidad de Buenos Aires y Doctor en Historia Moderna por la Universidad de Oxford (1998). Es Profesor Principal de Cátedra de la Universidad de San Andrés e Investigador Principal del CONICET. También es Profesor Titular Regular en la Universidad Nacional de Quilmes. </em></p> <p>(**) <em>Pablo Gerchunoff es historiador económico, profesor plenario e investigador de la Universidad Torcuato Di Tella. Es investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), profesor Honorario de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, becario de la Fundación Simón Guggenheim y miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. Se especializa en la historia de la política económica argentina y en historia del desarrollo económico argentino.</em></p> <p>FUENTE: <a href="https://www.eldiarioar.com/opinion/viene-despues-neoliberalismo-parar-argentina_129_8102279.html" target="_blank" rel="noopener noreferrer">ElDiarioAR</a></p> <p>RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Elizabeth Hernández</p></div> La distopía neoliberal 2020-04-20T18:53:09-03:00 2020-04-20T18:53:09-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6354-la-distopia-neoliberal Miguel Gómez (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/59acf80fa29c656798f33bf794c089dd_S.jpg" alt="La distopía neoliberal" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3>En tiempos donde las grandes cadenas televisivas nos bombardean con propuestas que narran catástrofes naturales, violencia de todo tipo como resolución de los problemas sociales y hasta cataclismos generados por la irresponsabilidad del ser humano en su relación con el medio ambiente, la palabra <em>distopía</em> resurgió como un esbozo de moda y de fácil apelación.</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>La Real Academia Española es clara. Nos dice que su significado refiere a una representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana. La pandemia devenida a partir del corona virus Covid 19, nos ha tentado a imaginar una realidad política y social que algunos quieren suponer como distópica.</p> <p>Lejos estamos, por capacidad analítica propia y porque aún no se perciben perfiles tan nítidos de qué será del mundo que habitamos una vez concluido este tiempo tan particular del siglo XXI, de dar por terminado y finiquitado el proyecto neoliberal que encontró en el capitalismo financiero internacional su razón de ser y que impera en el mundo globalizado desde hace no menos de 50 años. Sí podemos arriesgarnos a pensar algunos fenómenos particulares que se están dando en nuestro país y a partir de ello, pensar algunas transformaciones que, lejos de ser concluyentes, nos puedan mostrar parte del país que viene.</p> <p>En este contexto internacional para la Argentina hay un hecho fundante. Todo gobierno trata, legítimamente, de tener un relato, un desarrollo discursivo que le otorgue sentido a su acción política y que pueda transformarse en el hito fundacional. En algunos casos, se trata de una construcción que se realiza por oposición a lo existente. Así, por ejemplo, el macrismo trató de mostrar a la salida del cepo como un elemento definitivo que le garantizaba a los argentinos mayores márgenes de libertad, y simultáneamente, “nos integraba al mundo”. En otros casos, el hecho fundante es producto de la realidad que se interpone más allá de las voluntades gubernamentales, personales y colectivas. El kirchnerismo de 2008 por ejemplo, que venía de un resultado electoral importante a su favor, encontró en pocos meses un severo límite a su construcción política a partir del conflicto con las patronales del campo. No sólo perdió en la “pelea” institucional, sino que se resquebrajó su relación con sectores de la sociedad que lo habían acompañado hasta ese momento. Y a partir de ello, vino lo mejor de su repertorio político: construyó agenda de manera notable y en pocos años a nadie sorprendió que ganara las elecciones de 2011 por casi 40 puntos de diferencia sobre el segundo mejor posicionado.</p> <p>A la administración que conduce Alberto Fernández le está sucediendo algo parecido. En plena campaña electoral se afirmaba que el gran desafío que enfrentaría quien resultara elegido en los comicios del 27 de octubre, refería al problema de la enorme deuda externa contraída por el gobierno anterior. No casualmente eligió como ministro de economía a un hombre que, pese a su juventud, ha estudiado la cuestión de la deuda profundamente. Pero la realidad, una vez más, superó a las suposiciones políticas: la pandemia del corona virus se ha transformado en el eje central del flamante gobierno.</p> <p>Inusitadamente, a partir de un estilo político distintivo y de políticas sanitarias fuertes, el ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner goza, en pocos meses, de un respaldo popular que resultaba impensado allá por diciembre de 2019.</p> <p>Lo que ha puesto en discusión el gobierno no es solamente el anticipo o no a una pandemia, sino que, como sucede en buena parte del mundo, qué rol le cabe al Estado en esta coyuntura y -tal vez lo más importante- qué rol jugará en el tiempo que viene.</p> <p><img src="https://fundamentar.com/images/GENTE-Alberto-Fernandez-publico.jpg" alt="" /></p> <p>La crisis sanitaria ha demostrado, y con creces, que el modelo neoliberal de apropiación hace agua por todos lados cuando se trata de enfrentar crisis globales con lógicas individualistas. El dogma neoliberal y la paparruchada libertaria han entrado en crisis. No sólo por sus propias dificultades para resolver lo colectivo, sino porque sus máximos exponentes -Donald Trump, Jair Bolsonaro y demás secuaces- no pueden atender ni siquiera a lo urgente. A la cuestión estructural que refiere a la fortaleza o no de un sistema salud se le suma la idiotez flagrante de “líderes” que consideraron al fenómeno como una gripecita menor, y que apostaron (y apuestan) a seguir la vida como si nada y hoy cuentan los muertos de a miles. Los libertarios y neoliberales argentinos están en problemas: al resurgimiento del Estado como actor indispensable en el reparto de la cosa pública, se suma que las referencias y panaceas sociales que hasta ayer se reivindicaban, hoy entran una profunda crisis. Si a eso se le suma una correcta comunicación gubernamental (no exenta de errores), un aplomado accionar presidencial y el hecho (y la sensación social) de que la crisis se va sobrellevando mejor que en otros países, el saldo termina siendo a favor de la heterodoxia política que representa el gobierno.</p> <p>Lo peor que puede hacerse en una crisis sin antecedentes y de las cuales se practica sistemáticamente sobre ensayo y error, es ser rígidos sobre la solución de los problemas. Las discusiones típicas de los monetaristas y sus voceros (emisión es igual a inflación, achiquemos el gasto público para socorrer a los verdaderos necesitados, etc), quedan en un muy segundo plano. Para neoliberales y libertarios el tiempo que viene puede resultar una verdadera distopía social. Un verdadero horror del que se debe escapar de cualquier manera y formato.</p> <p>Ninguna situación de crisis ni de desarrollo real se supera sin un Estado presente. Pero cuidado. Pensar ese Estado del siglo XXI exige nuevos desafíos, nuevos diseños, acorde a este momento histórico, pero también a lo que el coronavirus nos deje como problema... y como enseñanza.</p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/59acf80fa29c656798f33bf794c089dd_S.jpg" alt="La distopía neoliberal" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3>En tiempos donde las grandes cadenas televisivas nos bombardean con propuestas que narran catástrofes naturales, violencia de todo tipo como resolución de los problemas sociales y hasta cataclismos generados por la irresponsabilidad del ser humano en su relación con el medio ambiente, la palabra <em>distopía</em> resurgió como un esbozo de moda y de fácil apelación.</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>La Real Academia Española es clara. Nos dice que su significado refiere a una representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana. La pandemia devenida a partir del corona virus Covid 19, nos ha tentado a imaginar una realidad política y social que algunos quieren suponer como distópica.</p> <p>Lejos estamos, por capacidad analítica propia y porque aún no se perciben perfiles tan nítidos de qué será del mundo que habitamos una vez concluido este tiempo tan particular del siglo XXI, de dar por terminado y finiquitado el proyecto neoliberal que encontró en el capitalismo financiero internacional su razón de ser y que impera en el mundo globalizado desde hace no menos de 50 años. Sí podemos arriesgarnos a pensar algunos fenómenos particulares que se están dando en nuestro país y a partir de ello, pensar algunas transformaciones que, lejos de ser concluyentes, nos puedan mostrar parte del país que viene.</p> <p>En este contexto internacional para la Argentina hay un hecho fundante. Todo gobierno trata, legítimamente, de tener un relato, un desarrollo discursivo que le otorgue sentido a su acción política y que pueda transformarse en el hito fundacional. En algunos casos, se trata de una construcción que se realiza por oposición a lo existente. Así, por ejemplo, el macrismo trató de mostrar a la salida del cepo como un elemento definitivo que le garantizaba a los argentinos mayores márgenes de libertad, y simultáneamente, “nos integraba al mundo”. En otros casos, el hecho fundante es producto de la realidad que se interpone más allá de las voluntades gubernamentales, personales y colectivas. El kirchnerismo de 2008 por ejemplo, que venía de un resultado electoral importante a su favor, encontró en pocos meses un severo límite a su construcción política a partir del conflicto con las patronales del campo. No sólo perdió en la “pelea” institucional, sino que se resquebrajó su relación con sectores de la sociedad que lo habían acompañado hasta ese momento. Y a partir de ello, vino lo mejor de su repertorio político: construyó agenda de manera notable y en pocos años a nadie sorprendió que ganara las elecciones de 2011 por casi 40 puntos de diferencia sobre el segundo mejor posicionado.</p> <p>A la administración que conduce Alberto Fernández le está sucediendo algo parecido. En plena campaña electoral se afirmaba que el gran desafío que enfrentaría quien resultara elegido en los comicios del 27 de octubre, refería al problema de la enorme deuda externa contraída por el gobierno anterior. No casualmente eligió como ministro de economía a un hombre que, pese a su juventud, ha estudiado la cuestión de la deuda profundamente. Pero la realidad, una vez más, superó a las suposiciones políticas: la pandemia del corona virus se ha transformado en el eje central del flamante gobierno.</p> <p>Inusitadamente, a partir de un estilo político distintivo y de políticas sanitarias fuertes, el ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner goza, en pocos meses, de un respaldo popular que resultaba impensado allá por diciembre de 2019.</p> <p>Lo que ha puesto en discusión el gobierno no es solamente el anticipo o no a una pandemia, sino que, como sucede en buena parte del mundo, qué rol le cabe al Estado en esta coyuntura y -tal vez lo más importante- qué rol jugará en el tiempo que viene.</p> <p><img src="https://fundamentar.com/images/GENTE-Alberto-Fernandez-publico.jpg" alt="" /></p> <p>La crisis sanitaria ha demostrado, y con creces, que el modelo neoliberal de apropiación hace agua por todos lados cuando se trata de enfrentar crisis globales con lógicas individualistas. El dogma neoliberal y la paparruchada libertaria han entrado en crisis. No sólo por sus propias dificultades para resolver lo colectivo, sino porque sus máximos exponentes -Donald Trump, Jair Bolsonaro y demás secuaces- no pueden atender ni siquiera a lo urgente. A la cuestión estructural que refiere a la fortaleza o no de un sistema salud se le suma la idiotez flagrante de “líderes” que consideraron al fenómeno como una gripecita menor, y que apostaron (y apuestan) a seguir la vida como si nada y hoy cuentan los muertos de a miles. Los libertarios y neoliberales argentinos están en problemas: al resurgimiento del Estado como actor indispensable en el reparto de la cosa pública, se suma que las referencias y panaceas sociales que hasta ayer se reivindicaban, hoy entran una profunda crisis. Si a eso se le suma una correcta comunicación gubernamental (no exenta de errores), un aplomado accionar presidencial y el hecho (y la sensación social) de que la crisis se va sobrellevando mejor que en otros países, el saldo termina siendo a favor de la heterodoxia política que representa el gobierno.</p> <p>Lo peor que puede hacerse en una crisis sin antecedentes y de las cuales se practica sistemáticamente sobre ensayo y error, es ser rígidos sobre la solución de los problemas. Las discusiones típicas de los monetaristas y sus voceros (emisión es igual a inflación, achiquemos el gasto público para socorrer a los verdaderos necesitados, etc), quedan en un muy segundo plano. Para neoliberales y libertarios el tiempo que viene puede resultar una verdadera distopía social. Un verdadero horror del que se debe escapar de cualquier manera y formato.</p> <p>Ninguna situación de crisis ni de desarrollo real se supera sin un Estado presente. Pero cuidado. Pensar ese Estado del siglo XXI exige nuevos desafíos, nuevos diseños, acorde a este momento histórico, pero también a lo que el coronavirus nos deje como problema... y como enseñanza.</p></div> El fin del neoliberalismo y el renacimiento de la historia 2019-12-06T13:14:43-03:00 2019-12-06T13:14:43-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6319-el-fin-del-neoliberalismo-y-el-renacimiento-de-la-historia Joseph E. Stiglitz (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/cc311d517e571c6327307ecf1e53254e_S.jpg" alt="El fin del neoliberalismo y el renacimiento de la historia" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p>Al final de la Guerra Fría, el politólogo Francis Fukuyama escribió un famoso ensayo titulado “The End of History?” [¿El fin de la historia?], donde sostuvo que el derrumbe del comunismo eliminaría el último obstáculo que separaba al mundo de su destino de democracia liberal y economía de mercado. Muchos estuvieron de acuerdo.</p></div><div class="K2FeedFullText"><p>Hoy, ante una retirada del orden mundial liberal basado en reglas, con autócratas y demagogos al mando de países que albergan mucho más de la mitad de la población mundial, la idea de Fukuyama parece anticuada e ingenua. Pero esa idea aportó sustento a la doctrina económica neoliberal que prevaleció los últimos cuarenta años.</p> <p>Hoy la credibilidad de la fe neoliberal en la total desregulación de mercados como forma más segura de alcanzar la prosperidad compartida está en terapia intensiva, y por buenos motivos. La pérdida simultánea de confianza en el neoliberalismo y en la democracia no es coincidencia o mera correlación: el neoliberalismo lleva cuarenta años debilitando la democracia.</p> <p>La forma de globalización prescrita por el neoliberalismo dejó a individuos y a sociedades enteras incapacitados de controlar una parte importante de su propio destino, como Dani Rodrik (de Harvard) explicó con mucha claridad, y como yo sostengo en mis libros recientes Globalization and Its Discontents Revisited y People, Power, and Profits. Los efectos de la liberalización de los mercados de capitales fueron particularmente odiosos: bastaba que el candidato con ventaja en una elección presidencial de un país emergente no fuera del agrado de Wall Street para que los bancos sacaran el dinero del país. Los votantes tenían entonces que elegir entre ceder a Wall Street o enfrentar una dura crisis financiera. Parecía que Wall Street tenía más poder político que la ciudadanía.</p> <p>Incluso en los países ricos, se decía a los ciudadanos: “no es posible aplicar las políticas que ustedes quieren” (llámense protección social adecuada, salarios dignos, tributación progresiva o un sistema financiero bien regulado) “porque el país perderá competitividad, habrá destrucción de empleos y ustedes sufrirán”.</p> <p>En todos los países (ricos o pobres) las élites prometieron que las políticas neoliberales llevarían a más crecimiento económico, y que los beneficios se derramarían de modo que todos, incluidos los más pobres, estarían mejor que antes. Pero hasta que eso sucediera, los trabajadores debían conformarse con salarios más bajos, y todos los ciudadanos tendrían que aceptar recortes en importantes programas estatales.</p> <p>Las élites aseguraron que sus promesas se basaban en modelos económicos científicos y en la “investigación basada en la evidencia”. Pues bien, cuarenta años después, las cifras están a la vista: el crecimiento se desaceleró, y sus frutos fueron a parar en su gran mayoría a unos pocos en la cima de la pirámide. Con salarios estancados y bolsas en alza, los ingresos y la riqueza fluyeron hacia arriba, en vez de derramarse hacia abajo.</p> <p>¿A quién se le ocurre que la contención salarial (para conseguir o mantener competitividad) y la reducción de programas públicos pueden contribuir a una mejora de los niveles de vida? Los ciudadanos sienten que se les vendió humo. Tienen derecho a sentirse estafados.</p> <p>Estamos experimentando las consecuencias políticas de este enorme engaño: desconfianza en las élites, en la “ciencia” económica en la que se basó el neoliberalismo y en el sistema político corrompido por el dinero que hizo todo esto posible.</p> <p>La realidad es que pese a su nombre, la era del neoliberalismo no tuvo nada de liberal. Impuso una ortodoxia intelectual con guardianes totalmente intolerantes del disenso. A los economistas de ideas heterodoxas se los trató como a herejes dignos de ser evitados o, en el mejor de los casos, relegados a unas pocas instituciones aisladas. El neoliberalismo se pareció muy poco a la “sociedad abierta” que defendió Karl Popper. Como recalcóGeorge Soros, Popper era consciente de que la sociedad es un sistema complejo y cambiante en el que cuanto más aprendemos, más influye nuestro conocimiento en la conducta del sistema.</p> <p>La intolerancia alcanzó su máxima expresión en macroeconomía, donde los modelos predominantes descartaban toda posibilidad de una crisis como la que experimentamos en 2008. Cuando lo imposible sucedió, se lo trató como a un rayo en cielo despejado, un suceso totalmente improbable que ningún modelo podía haber previsto. Incluso hoy, los defensores de estas teorías se niegan a aceptar que su creencia en la autorregulación de los mercados y su desestimación de las externalidades cual inexistentes o insignificantes llevaron a la desregulación que fue un factor fundamental de la crisis. La teoría sobrevive, con intentos tolemaicos de adecuarla a los hechos, lo cual prueba cuán cierto es aquello de que cuando las malas ideas se arraigan, no mueren fácilmente.</p> <p>Si no bastó la crisis financiera de 2008 para darnos cuenta de que la desregulación de los mercados no funciona, debería bastarnos la crisis climática: el neoliberalismo provocará literalmente el fin de la civilización. Pero también está claro que los demagogos que quieren que demos la espalda a la ciencia y a la tolerancia sólo empeorarán las cosas.</p> <p>La única salida, el único modo de salvar el planeta y la civilización, es un renacimiento de la historia. Debemos revivir la Ilustración y volver a comprometernos con honrar sus valores de libertad, respeto al conocimiento y democracia.</p> <p><strong>FUENTE:</strong> <a href="https://www.project-syndicate.org/commentary/end-of-neoliberalism-unfettered-markets-fail-by-joseph-e-stiglitz-2019-11/spanish" target="_blank" rel="noopener noreferrer">Project Syndicate</a></p> <p>(*) Joseph Stiglitz es Premio Nobel de Economía, Profesor en la Universidad de Columbia y Economista Jefe del Instituto Roosevelt.</p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/cc311d517e571c6327307ecf1e53254e_S.jpg" alt="El fin del neoliberalismo y el renacimiento de la historia" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p>Al final de la Guerra Fría, el politólogo Francis Fukuyama escribió un famoso ensayo titulado “The End of History?” [¿El fin de la historia?], donde sostuvo que el derrumbe del comunismo eliminaría el último obstáculo que separaba al mundo de su destino de democracia liberal y economía de mercado. Muchos estuvieron de acuerdo.</p></div><div class="K2FeedFullText"><p>Hoy, ante una retirada del orden mundial liberal basado en reglas, con autócratas y demagogos al mando de países que albergan mucho más de la mitad de la población mundial, la idea de Fukuyama parece anticuada e ingenua. Pero esa idea aportó sustento a la doctrina económica neoliberal que prevaleció los últimos cuarenta años.</p> <p>Hoy la credibilidad de la fe neoliberal en la total desregulación de mercados como forma más segura de alcanzar la prosperidad compartida está en terapia intensiva, y por buenos motivos. La pérdida simultánea de confianza en el neoliberalismo y en la democracia no es coincidencia o mera correlación: el neoliberalismo lleva cuarenta años debilitando la democracia.</p> <p>La forma de globalización prescrita por el neoliberalismo dejó a individuos y a sociedades enteras incapacitados de controlar una parte importante de su propio destino, como Dani Rodrik (de Harvard) explicó con mucha claridad, y como yo sostengo en mis libros recientes Globalization and Its Discontents Revisited y People, Power, and Profits. Los efectos de la liberalización de los mercados de capitales fueron particularmente odiosos: bastaba que el candidato con ventaja en una elección presidencial de un país emergente no fuera del agrado de Wall Street para que los bancos sacaran el dinero del país. Los votantes tenían entonces que elegir entre ceder a Wall Street o enfrentar una dura crisis financiera. Parecía que Wall Street tenía más poder político que la ciudadanía.</p> <p>Incluso en los países ricos, se decía a los ciudadanos: “no es posible aplicar las políticas que ustedes quieren” (llámense protección social adecuada, salarios dignos, tributación progresiva o un sistema financiero bien regulado) “porque el país perderá competitividad, habrá destrucción de empleos y ustedes sufrirán”.</p> <p>En todos los países (ricos o pobres) las élites prometieron que las políticas neoliberales llevarían a más crecimiento económico, y que los beneficios se derramarían de modo que todos, incluidos los más pobres, estarían mejor que antes. Pero hasta que eso sucediera, los trabajadores debían conformarse con salarios más bajos, y todos los ciudadanos tendrían que aceptar recortes en importantes programas estatales.</p> <p>Las élites aseguraron que sus promesas se basaban en modelos económicos científicos y en la “investigación basada en la evidencia”. Pues bien, cuarenta años después, las cifras están a la vista: el crecimiento se desaceleró, y sus frutos fueron a parar en su gran mayoría a unos pocos en la cima de la pirámide. Con salarios estancados y bolsas en alza, los ingresos y la riqueza fluyeron hacia arriba, en vez de derramarse hacia abajo.</p> <p>¿A quién se le ocurre que la contención salarial (para conseguir o mantener competitividad) y la reducción de programas públicos pueden contribuir a una mejora de los niveles de vida? Los ciudadanos sienten que se les vendió humo. Tienen derecho a sentirse estafados.</p> <p>Estamos experimentando las consecuencias políticas de este enorme engaño: desconfianza en las élites, en la “ciencia” económica en la que se basó el neoliberalismo y en el sistema político corrompido por el dinero que hizo todo esto posible.</p> <p>La realidad es que pese a su nombre, la era del neoliberalismo no tuvo nada de liberal. Impuso una ortodoxia intelectual con guardianes totalmente intolerantes del disenso. A los economistas de ideas heterodoxas se los trató como a herejes dignos de ser evitados o, en el mejor de los casos, relegados a unas pocas instituciones aisladas. El neoliberalismo se pareció muy poco a la “sociedad abierta” que defendió Karl Popper. Como recalcóGeorge Soros, Popper era consciente de que la sociedad es un sistema complejo y cambiante en el que cuanto más aprendemos, más influye nuestro conocimiento en la conducta del sistema.</p> <p>La intolerancia alcanzó su máxima expresión en macroeconomía, donde los modelos predominantes descartaban toda posibilidad de una crisis como la que experimentamos en 2008. Cuando lo imposible sucedió, se lo trató como a un rayo en cielo despejado, un suceso totalmente improbable que ningún modelo podía haber previsto. Incluso hoy, los defensores de estas teorías se niegan a aceptar que su creencia en la autorregulación de los mercados y su desestimación de las externalidades cual inexistentes o insignificantes llevaron a la desregulación que fue un factor fundamental de la crisis. La teoría sobrevive, con intentos tolemaicos de adecuarla a los hechos, lo cual prueba cuán cierto es aquello de que cuando las malas ideas se arraigan, no mueren fácilmente.</p> <p>Si no bastó la crisis financiera de 2008 para darnos cuenta de que la desregulación de los mercados no funciona, debería bastarnos la crisis climática: el neoliberalismo provocará literalmente el fin de la civilización. Pero también está claro que los demagogos que quieren que demos la espalda a la ciencia y a la tolerancia sólo empeorarán las cosas.</p> <p>La única salida, el único modo de salvar el planeta y la civilización, es un renacimiento de la historia. Debemos revivir la Ilustración y volver a comprometernos con honrar sus valores de libertad, respeto al conocimiento y democracia.</p> <p><strong>FUENTE:</strong> <a href="https://www.project-syndicate.org/commentary/end-of-neoliberalism-unfettered-markets-fail-by-joseph-e-stiglitz-2019-11/spanish" target="_blank" rel="noopener noreferrer">Project Syndicate</a></p> <p>(*) Joseph Stiglitz es Premio Nobel de Economía, Profesor en la Universidad de Columbia y Economista Jefe del Instituto Roosevelt.</p></div> Después del neoliberalismo 2019-07-30T12:19:02-03:00 2019-07-30T12:19:02-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6214-despues-del-neoliberalismo Joseph Stiglitz (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/2e8d85aa6986a2747bb7f6e111e63c7a_S.jpg" alt="Joseph Stiglitz - Premio Nobel de Economía y profesor de la Universidad de Columbia" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p>¿Qué tipo de sistema económico es más conducente al bienestar humano? Esa pregunta ha llegado a definir la época actual porque, después de 40 años de neoliberalismo en Estados Unidos y en otras economías avanzadas, sabemos lo que no funciona.</p></div><div class="K2FeedFullText"><p>El experimento neoliberal –impuestos más bajos para los ricos, desregulación de los mercados laboral y de productos, financiarización y globalización- ha sido un fracaso espectacular. El crecimiento es más bajo de lo que fue en los 25 años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y en su mayoría se acumuló en la cima de la escala de ingresos. Después de décadas de ingresos estancados o inclusive en caída para quienes están por abajo, el neoliberalismo debe decretarse muerto y enterrado.</p> <p>Hay por lo menos tres alternativas políticas importantes que compiten para sucederlo: el nacionalismo de extrema derecha, el reformismo de centroizquierda y la izquierda progresista (la centroderecha representa el fracaso neoliberal). Sin embargo, con excepción de la izquierda progresista, estas alternativas siguen estando en deuda con alguna forma de la ideología que ha expirado (o debería haber expirado).</p> <p>La centroizquierda, por ejemplo, representa al neoliberalismo con un rostro humano. Su objetivo es trasladar las políticas del ex presidente norteamericano Bill Clinton y del ex primer ministro británico Tony Blair al siglo XXI, haciendo sólo revisiones tenues a los modos prevalecientes de financiarización y globalización. Mientras tanto, la derecha nacionalista reniega de la globalización y culpa a los migrantes y a los extranjeros de todos los problemas de hoy. Aun así, como ha demostrado la presidencia de Donald Trump, no está menos comprometida –por lo menos en su variante norteamericana- con los recortes impositivos para los ricos, la desregulación y el achicamiento o eliminación de los programas sociales.</p> <p>El tercer campo, en cambio, defiende lo que llamo capitalismo progresista, que prescribe una agenda económica radicalmente diferente, basada en cuatro prioridades. La primera es restablecer el equilibrio entre los mercados, el estado y la sociedad civil. El crecimiento económico lento, la creciente desigualdad, la inestabilidad financiera y la degradación ambiental son problemas nacidos del mercado y, por lo tanto, no pueden ser resueltos, ni lo serán, sólo por el mercado. Los gobiernos tienen la obligación de limitar y delinear los mercados a través de regulaciones ambientales, de salud, de seguridad ocupacional y de otros tipos. También es tarea del gobierno hacer lo que el mercado no puede hacer o no hará, como invertir activamente en investigación básica, tecnología, educación y la salud de sus votantes.</p> <p>La segunda prioridad es reconocer que la “riqueza de las naciones” es el resultado de la investigación científica –aprender sobre el mundo que nos rodea- y de la organización social que permite que grandes grupos de personas trabajen juntos para el bien común. Los mercados siguen teniendo un rol crucial que desempeñar a la hora de facilitar la cooperación social, pero sólo cumplen este propósito si están subordinados al régimen de derecho y son objeto de controles democráticos. De lo contrario, los individuos pueden enriquecerse explotando a otros, generando riqueza a través de la búsqueda de renta en lugar de creando riqueza a través de una creatividad genuina. Muchos de los ricos de hoy tomaron la ruta de la explotación para llegar adonde están. Se han visto muy favorecidos por las políticas de Trump, que han alentado la búsqueda de renta destruyendo al mismo tiempo las fuentes subyacentes de creación de riqueza. El capitalismo progresista busca hacer precisamente lo contrario.</p> <p>Esto nos lleva a la tercera prioridad: abordar el creciente problema del poder de mercado concentrado. Al explotar las ventajas de la información, comprar a potenciales competidores y crear barreras de entrada, las empresas dominantes pueden comprometerse en una búsqueda de renta de gran escala en detrimento de todos los demás. El incremento del poder del mercado corporativo, junto con la caída del poder de negociación de los trabajadores, ayuda a explicar por qué la desigualdad es tan alta y el crecimiento tan débil. A menos que el gobierno asuma un papel más activo de lo que prescribe el neoliberalismo, estos problemas probablemente se vuelvan mucho peores, debido a los avances en el campo de la robótica y la inteligencia artificial. </p> <p>El cuarto punto clave en la agenda progresista es disociar el poder económico de la influencia política. El poder económico y la influencia política se refuerzan mutuamente y se perpetúan a sí mismos, especialmente donde los individuos ricos y las corporaciones pueden gastar sin límite en las elecciones, como sucede en Estados Unidos. En la medida que Estados Unidos se acerque cada vez más a un sistema esencialmente antidemocrático de “un dólar, un voto”, el sistema de controles tan necesario para la democracia quizá no pueda resistir: nada podrá restringir el poder de los ricos. No se trata simplemente de un problema moral y político: a las economías con menos desigualdad en verdad les va mejor. Las reformas progresistas-capitalistas, por ende, tienen que empezar por recortar la influencia del dinero en la política y reducir la desigualdad de la riqueza.</p> <p>No hay una solución mágica que pueda revertir el daño provocado por décadas de neoliberalismo. Pero una agenda integral según los lineamientos planteados más arriba decididamente puede hacerlo. Mucho dependerá de si los reformistas son tan decididos a la hora de combatir problemas tales como el excesivo poder del mercado y la desigualdad como lo es el sector privado para crearlos.</p> <p>Una agenda integral debe centrarse en la educación, la investigación y las otras fuentes verdaderas de riqueza. Debe proteger al medio ambiente y combatir el cambio climático con la misma vigilancia que los partidarios del Nuevo Trato Verde en Estados Unidos y Rebelión contra la Extinción en el Reino Unido. Y debe ofrecer programas públicos que garanticen que a ningún ciudadano se le nieguen los requisitos básicos de una vida decente. Estos incluyen seguridad económica, acceso al trabajo y a un salario digno, atención médica y vivienda adecuada, un retiro seguro y una educación de calidad para los hijos.</p> <p>Esta agenda es sumamente alcanzable; de hecho, no podemos noimplementarla. Las alternativas ofrecidas por los nacionalistas y los neoliberales garantizarían más estancamiento, desigualdad, degradación ambiental y acrimonia política, lo que conduciría potencialmente a desenlaces que ni siquiera queremos imaginar.</p> <p>El capitalismo progresista no es un oxímoron. Más bien, es la alternativa más viable y vibrante para una ideología que claramente ha fracasado. Como tal, representa la mejor oportunidad que tenemos de escapar de nuestro malestar económico y político actual.</p> <p> </p> <p>FUENTE: <a href="https://www.project-syndicate.org/commentary/after-neoliberalism-progressive-capitalism-by-joseph-e-stiglitz-2019-05/spanish" target="_blank" rel="noopener noreferrer">Project Syndicate</a></p> <p>(*) Premio Nobel de Economía y profesor de la Universidad de Columbia, fue presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente Bill Clinton y se desempeñó como vicepresidente senior y economista jefe del Banco Mundial.</p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/2e8d85aa6986a2747bb7f6e111e63c7a_S.jpg" alt="Joseph Stiglitz - Premio Nobel de Economía y profesor de la Universidad de Columbia" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p>¿Qué tipo de sistema económico es más conducente al bienestar humano? Esa pregunta ha llegado a definir la época actual porque, después de 40 años de neoliberalismo en Estados Unidos y en otras economías avanzadas, sabemos lo que no funciona.</p></div><div class="K2FeedFullText"><p>El experimento neoliberal –impuestos más bajos para los ricos, desregulación de los mercados laboral y de productos, financiarización y globalización- ha sido un fracaso espectacular. El crecimiento es más bajo de lo que fue en los 25 años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y en su mayoría se acumuló en la cima de la escala de ingresos. Después de décadas de ingresos estancados o inclusive en caída para quienes están por abajo, el neoliberalismo debe decretarse muerto y enterrado.</p> <p>Hay por lo menos tres alternativas políticas importantes que compiten para sucederlo: el nacionalismo de extrema derecha, el reformismo de centroizquierda y la izquierda progresista (la centroderecha representa el fracaso neoliberal). Sin embargo, con excepción de la izquierda progresista, estas alternativas siguen estando en deuda con alguna forma de la ideología que ha expirado (o debería haber expirado).</p> <p>La centroizquierda, por ejemplo, representa al neoliberalismo con un rostro humano. Su objetivo es trasladar las políticas del ex presidente norteamericano Bill Clinton y del ex primer ministro británico Tony Blair al siglo XXI, haciendo sólo revisiones tenues a los modos prevalecientes de financiarización y globalización. Mientras tanto, la derecha nacionalista reniega de la globalización y culpa a los migrantes y a los extranjeros de todos los problemas de hoy. Aun así, como ha demostrado la presidencia de Donald Trump, no está menos comprometida –por lo menos en su variante norteamericana- con los recortes impositivos para los ricos, la desregulación y el achicamiento o eliminación de los programas sociales.</p> <p>El tercer campo, en cambio, defiende lo que llamo capitalismo progresista, que prescribe una agenda económica radicalmente diferente, basada en cuatro prioridades. La primera es restablecer el equilibrio entre los mercados, el estado y la sociedad civil. El crecimiento económico lento, la creciente desigualdad, la inestabilidad financiera y la degradación ambiental son problemas nacidos del mercado y, por lo tanto, no pueden ser resueltos, ni lo serán, sólo por el mercado. Los gobiernos tienen la obligación de limitar y delinear los mercados a través de regulaciones ambientales, de salud, de seguridad ocupacional y de otros tipos. También es tarea del gobierno hacer lo que el mercado no puede hacer o no hará, como invertir activamente en investigación básica, tecnología, educación y la salud de sus votantes.</p> <p>La segunda prioridad es reconocer que la “riqueza de las naciones” es el resultado de la investigación científica –aprender sobre el mundo que nos rodea- y de la organización social que permite que grandes grupos de personas trabajen juntos para el bien común. Los mercados siguen teniendo un rol crucial que desempeñar a la hora de facilitar la cooperación social, pero sólo cumplen este propósito si están subordinados al régimen de derecho y son objeto de controles democráticos. De lo contrario, los individuos pueden enriquecerse explotando a otros, generando riqueza a través de la búsqueda de renta en lugar de creando riqueza a través de una creatividad genuina. Muchos de los ricos de hoy tomaron la ruta de la explotación para llegar adonde están. Se han visto muy favorecidos por las políticas de Trump, que han alentado la búsqueda de renta destruyendo al mismo tiempo las fuentes subyacentes de creación de riqueza. El capitalismo progresista busca hacer precisamente lo contrario.</p> <p>Esto nos lleva a la tercera prioridad: abordar el creciente problema del poder de mercado concentrado. Al explotar las ventajas de la información, comprar a potenciales competidores y crear barreras de entrada, las empresas dominantes pueden comprometerse en una búsqueda de renta de gran escala en detrimento de todos los demás. El incremento del poder del mercado corporativo, junto con la caída del poder de negociación de los trabajadores, ayuda a explicar por qué la desigualdad es tan alta y el crecimiento tan débil. A menos que el gobierno asuma un papel más activo de lo que prescribe el neoliberalismo, estos problemas probablemente se vuelvan mucho peores, debido a los avances en el campo de la robótica y la inteligencia artificial. </p> <p>El cuarto punto clave en la agenda progresista es disociar el poder económico de la influencia política. El poder económico y la influencia política se refuerzan mutuamente y se perpetúan a sí mismos, especialmente donde los individuos ricos y las corporaciones pueden gastar sin límite en las elecciones, como sucede en Estados Unidos. En la medida que Estados Unidos se acerque cada vez más a un sistema esencialmente antidemocrático de “un dólar, un voto”, el sistema de controles tan necesario para la democracia quizá no pueda resistir: nada podrá restringir el poder de los ricos. No se trata simplemente de un problema moral y político: a las economías con menos desigualdad en verdad les va mejor. Las reformas progresistas-capitalistas, por ende, tienen que empezar por recortar la influencia del dinero en la política y reducir la desigualdad de la riqueza.</p> <p>No hay una solución mágica que pueda revertir el daño provocado por décadas de neoliberalismo. Pero una agenda integral según los lineamientos planteados más arriba decididamente puede hacerlo. Mucho dependerá de si los reformistas son tan decididos a la hora de combatir problemas tales como el excesivo poder del mercado y la desigualdad como lo es el sector privado para crearlos.</p> <p>Una agenda integral debe centrarse en la educación, la investigación y las otras fuentes verdaderas de riqueza. Debe proteger al medio ambiente y combatir el cambio climático con la misma vigilancia que los partidarios del Nuevo Trato Verde en Estados Unidos y Rebelión contra la Extinción en el Reino Unido. Y debe ofrecer programas públicos que garanticen que a ningún ciudadano se le nieguen los requisitos básicos de una vida decente. Estos incluyen seguridad económica, acceso al trabajo y a un salario digno, atención médica y vivienda adecuada, un retiro seguro y una educación de calidad para los hijos.</p> <p>Esta agenda es sumamente alcanzable; de hecho, no podemos noimplementarla. Las alternativas ofrecidas por los nacionalistas y los neoliberales garantizarían más estancamiento, desigualdad, degradación ambiental y acrimonia política, lo que conduciría potencialmente a desenlaces que ni siquiera queremos imaginar.</p> <p>El capitalismo progresista no es un oxímoron. Más bien, es la alternativa más viable y vibrante para una ideología que claramente ha fracasado. Como tal, representa la mejor oportunidad que tenemos de escapar de nuestro malestar económico y político actual.</p> <p> </p> <p>FUENTE: <a href="https://www.project-syndicate.org/commentary/after-neoliberalism-progressive-capitalism-by-joseph-e-stiglitz-2019-05/spanish" target="_blank" rel="noopener noreferrer">Project Syndicate</a></p> <p>(*) Premio Nobel de Economía y profesor de la Universidad de Columbia, fue presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente Bill Clinton y se desempeñó como vicepresidente senior y economista jefe del Banco Mundial.</p></div> "Europa Está Dormida o Se Despierta por el Lado de la Ultraderecha" 2018-08-01T17:21:40-03:00 2018-08-01T17:21:40-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6025-aleman-europa-esta-dormida-o-se-despierta-por-el-lado-de-la-ultraderecha PEDRO ARROSPIDEGARAY(*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/746e9f9f8002796aa132cbf1a2fb1455_S.jpg" alt="Jorge Alemán" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3><span style="font-weight: 400;">El reconocido intelectual y uno de los máximos exponentes del psicoanálisis a nivel nacional e internacional, Jorge Alemán, está de visita por Rosario, donde se lo reconoció como ciudadano ilustre y se le otorgó un doctorado honoris causa de la Universidad Nacional de Rosario.</span></h3></div><div class="K2FeedFullText"><p><span style="font-weight: 400;">En diálogo con Julián Villalva y Carlos Pezotto en el programa Todas Las Voces de AM 1330, </span><span style="font-weight: 400;">Alemán comenzó haciendo un balance de cómo se percibe desde Europa el contexto político de la Argentina: “Hay miradas muy distintas. Estamos en un tiempo en donde cada uno tiene lecturas que no son precisamente muy homogéneas. Entonces, hay todo un sector de la prensa que ha trazado un círculo inmunitario con lo que ellos denominan “populismo”, que es la manera despectiva con la que se refieren a las experiencias nacionales y populares en latinoamérica, y con los proyectos nuevos de las izquierdas allá en Europa, que comprenden incluso al Laborismo de Corbyn, a la Francia Insumisa de Mélenchon y a Podemos en España. La prensa de la derecha por supuesto ve que la Argentina ha salido del famoso populismo, cuando en realidad el gobierno anterior es un gobierno impregnado de grandes tradiciones republicanas.</span></p> <p><span style="font-weight: 400;">En la otra prensa es evidente que se vea un país intervenido por el Fondo Monetario Internacional, que ha introducido de nuevo una viejísima doctrina de la seguridad interna propia de la guerra fría, que tiene un proceso inflacionario incontrolable y que, además de la posición política neoliberal, es bastante inepto para gobernar. </span><span style="font-weight: 400;">Acabo de presentarle las dos miradas.”</span></p> <p><span style="font-weight: 400;">A continuación, el intelectual reflexionó sobre las características particulares del neoliberalismo Argentino en relación al resto del mundo y dijo que “ya no es el concepto de Adam Smith de la mano invisible del mercado. Adam Smith se refería exclusivamente al mercado. En cambio, el neoliberalismo intenta transformar todo en mercado, incluso al propio ser humano. En ese sentido, el neoliberalismo de Argentina es un gran laboratorio, tenemos un neoliberalismo absoluto, no tiene ningún tipo de regulación, no tiene ningún tipo de límite. Esa es, precisamente, la diferencia con los gobiernos neoliberales europeos, que todavía mantienen -habrá que ver qué pasa más adelante- las barreras propias del Estado de Bienestar que se construyó después de la Segunda Guerra Mundial.”</span></p> <p><span style="font-weight: 400;">Consultado sobre la siempre vigente comparación de Argentina con los países del primer mundo en la que se pretende que nuestro país “sea como Suecia o Alemania”, Alemán respondió: “Se me vienen a la mente dos cosas absolutamente contrarias: lo que se perdería y lo que se ganaría. Probablemente, se ganaría estabilidad, la permanencia que dan las instituciones… bueno, primero se me vendría a la cabeza algo que es imposible porque no se si las oligarquías argentinas estarían dispuestas a ceder lo que allá cualquier régimen de derecha incluso les impone: es un régimen impositivo por el cual tiene que haber hospitales públicos, tiene que haber carreteras públicas buenas, tiene que haber universidades públicas. Por empezar, creo que hacer aquí lo que haría cualquier gobierno de derecha neoliberal allá sería bastante difícil. Aquí lo tienen que encarar y asumir los gobiernos nacionales y populares.</span></p> <p><span style="font-weight: 400;">Y segundo, Argentina tiene una gran riqueza. Su vida social tiene distintas corrientes que la atraviesan y que es muy rica. Allá Europa está dormida. Europa, en general, salvo ahora España, Portugal… salvo la Europa del sur, Europa está dormida o se despierta por el lado de la ultraderecha, se despierta por el lado de la xenofobia. Hay una metamorfosis de Europa provocada por la presencia del extranjero y de esta vergüenza que es que hay miles de personas que mueren en las costas."</span></p> <p><span style="font-weight: 400;">Por último, Jorge Alemán se refirió al reciente decreto del presidente Macri que modifica la reglamentación de la ley de defensa con la intención de que los militares intervengan en cuestiones de seguridad interior. Alemán dijo que en Europa “sería una degradación para las Fuerzas Armadas, lo vivirían como una humillación. Las Fuerzas Armadas tienen que manejar diversas hipótesis de inteligencia internacional, tienen problemas efectivamente ciertos con los problemas denominados de nuevo terrorismo, que son muy complejos porque tienen una multiplicidad de factores por detrás que los determinan. Pero, en cualquier caso, de todas estas cosas se ocupan áreas especiales de seguridad, pero se consideraría insólito que las Fuerzas Armadas se ocuparan de vigilar a la población argentina”.</span></p> <p> </p> <p><span style="font-weight: 400;">(*) Miembro del Centro de Estudios Políticos e Internacionales - CEPI</span></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/746e9f9f8002796aa132cbf1a2fb1455_S.jpg" alt="Jorge Alemán" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3><span style="font-weight: 400;">El reconocido intelectual y uno de los máximos exponentes del psicoanálisis a nivel nacional e internacional, Jorge Alemán, está de visita por Rosario, donde se lo reconoció como ciudadano ilustre y se le otorgó un doctorado honoris causa de la Universidad Nacional de Rosario.</span></h3></div><div class="K2FeedFullText"><p><span style="font-weight: 400;">En diálogo con Julián Villalva y Carlos Pezotto en el programa Todas Las Voces de AM 1330, </span><span style="font-weight: 400;">Alemán comenzó haciendo un balance de cómo se percibe desde Europa el contexto político de la Argentina: “Hay miradas muy distintas. Estamos en un tiempo en donde cada uno tiene lecturas que no son precisamente muy homogéneas. Entonces, hay todo un sector de la prensa que ha trazado un círculo inmunitario con lo que ellos denominan “populismo”, que es la manera despectiva con la que se refieren a las experiencias nacionales y populares en latinoamérica, y con los proyectos nuevos de las izquierdas allá en Europa, que comprenden incluso al Laborismo de Corbyn, a la Francia Insumisa de Mélenchon y a Podemos en España. La prensa de la derecha por supuesto ve que la Argentina ha salido del famoso populismo, cuando en realidad el gobierno anterior es un gobierno impregnado de grandes tradiciones republicanas.</span></p> <p><span style="font-weight: 400;">En la otra prensa es evidente que se vea un país intervenido por el Fondo Monetario Internacional, que ha introducido de nuevo una viejísima doctrina de la seguridad interna propia de la guerra fría, que tiene un proceso inflacionario incontrolable y que, además de la posición política neoliberal, es bastante inepto para gobernar. </span><span style="font-weight: 400;">Acabo de presentarle las dos miradas.”</span></p> <p><span style="font-weight: 400;">A continuación, el intelectual reflexionó sobre las características particulares del neoliberalismo Argentino en relación al resto del mundo y dijo que “ya no es el concepto de Adam Smith de la mano invisible del mercado. Adam Smith se refería exclusivamente al mercado. En cambio, el neoliberalismo intenta transformar todo en mercado, incluso al propio ser humano. En ese sentido, el neoliberalismo de Argentina es un gran laboratorio, tenemos un neoliberalismo absoluto, no tiene ningún tipo de regulación, no tiene ningún tipo de límite. Esa es, precisamente, la diferencia con los gobiernos neoliberales europeos, que todavía mantienen -habrá que ver qué pasa más adelante- las barreras propias del Estado de Bienestar que se construyó después de la Segunda Guerra Mundial.”</span></p> <p><span style="font-weight: 400;">Consultado sobre la siempre vigente comparación de Argentina con los países del primer mundo en la que se pretende que nuestro país “sea como Suecia o Alemania”, Alemán respondió: “Se me vienen a la mente dos cosas absolutamente contrarias: lo que se perdería y lo que se ganaría. Probablemente, se ganaría estabilidad, la permanencia que dan las instituciones… bueno, primero se me vendría a la cabeza algo que es imposible porque no se si las oligarquías argentinas estarían dispuestas a ceder lo que allá cualquier régimen de derecha incluso les impone: es un régimen impositivo por el cual tiene que haber hospitales públicos, tiene que haber carreteras públicas buenas, tiene que haber universidades públicas. Por empezar, creo que hacer aquí lo que haría cualquier gobierno de derecha neoliberal allá sería bastante difícil. Aquí lo tienen que encarar y asumir los gobiernos nacionales y populares.</span></p> <p><span style="font-weight: 400;">Y segundo, Argentina tiene una gran riqueza. Su vida social tiene distintas corrientes que la atraviesan y que es muy rica. Allá Europa está dormida. Europa, en general, salvo ahora España, Portugal… salvo la Europa del sur, Europa está dormida o se despierta por el lado de la ultraderecha, se despierta por el lado de la xenofobia. Hay una metamorfosis de Europa provocada por la presencia del extranjero y de esta vergüenza que es que hay miles de personas que mueren en las costas."</span></p> <p><span style="font-weight: 400;">Por último, Jorge Alemán se refirió al reciente decreto del presidente Macri que modifica la reglamentación de la ley de defensa con la intención de que los militares intervengan en cuestiones de seguridad interior. Alemán dijo que en Europa “sería una degradación para las Fuerzas Armadas, lo vivirían como una humillación. Las Fuerzas Armadas tienen que manejar diversas hipótesis de inteligencia internacional, tienen problemas efectivamente ciertos con los problemas denominados de nuevo terrorismo, que son muy complejos porque tienen una multiplicidad de factores por detrás que los determinan. Pero, en cualquier caso, de todas estas cosas se ocupan áreas especiales de seguridad, pero se consideraría insólito que las Fuerzas Armadas se ocuparan de vigilar a la población argentina”.</span></p> <p> </p> <p><span style="font-weight: 400;">(*) Miembro del Centro de Estudios Políticos e Internacionales - CEPI</span></p></div> Noam Chomsky: "Estados Unidos Está Llevándonos al Desastre” 2017-07-19T17:04:42-03:00 2017-07-19T17:04:42-03:00 https://fundamentar.com/internacional/item/5934-noam-chomsky-estados-unidos-esta-llevandonos-al-desastre Natalia Uval hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/0f38c78674a3ae9e96b21d1030ba0601_S.jpg" alt="Noam Chomsky y José Mujica en la Intendencia de Montevideo." /></div><div class="K2FeedIntroText"><h4><strong>Doctor en lingüística y “padre” de la gramática generativa, Chomsky, de 88 años, escribió a lo largo de su vida sobre filosofía, política y comunicación. Es considerado un referente de la intelectualidad de izquierda, con una postura muy crítica hacia las políticas de su país.</strong></h4></div><div class="K2FeedFullText"><div class="article-body"> <p>Lo presentaron como un sembrador de esperanza, aunque el intelectual estadounidense Noam Chomsky expuso durante una hora un diagnóstico nada alentador. La importancia de su presencia en Montevideo podía medirse por la larga cola de personas que terminaba en el salón Azul de la Intendencia de Montevideo, bajaba dos pisos por escalera, atravesaba el hall central y salía al frío de la mañana en la explanada.</p> <p>Doctor en lingüística y “padre” de la gramática generativa, Chomsky, de 88 años, escribió a lo largo de su vida sobre filosofía, política y comunicación. Es considerado un referente de la intelectualidad de izquierda, con una postura muy crítica hacia las políticas de su país. “Usted despierta nuestra admiración no sólo porque es uno de los mayores lingüistas de la historia. Despierta nuestra admiración porque es, desde casi siempre, un activista por las causas de la libertad y de la justicia”, lo presentó Agustín Canzani, director de la Fundación Liber Seregni, organizadora de la conferencia.</p> <p>La primera afirmación de Chomsky, sustentada en la historia de su país y del mundo desde la Segunda Guerra Mundial, fue que el poder político y económico no tiene interés en garantizar la seguridad de la población, sino la seguridad de los sistemas de poder. En este escenario, el mundo se encamina hacia una catástrofe ambiental y eventualmente nuclear, advirtió. “Las fuerzas dominantes en la sociedad global han impuesto políticas que sistemáticamente erosionan las líneas de defensa contra la autodestrucción. La humanidad creó su tormenta perfecta, es improbable que sobreviva mucho tiempo”, consideró.</p> <p>Recordó que en 2015 Corea del Norte le propuso a Estados Unidos cancelar su programa nuclear a cambio de que este país detuviera las maniobras militares que realizaba junto a Corea del Sur en la frontera con Corea del Norte, y que esta propuesta fue rechazada por Estados Unidos. “La propuesta habría podido sentar las bases para negociaciones que redujeran radicalmente las amenazas. Hay razones para pensar que las negociaciones podrían haber sido exitosas. Pero la propuesta fue instantáneamente rechazada”, cuestionó Chomsky. Además, dijo que las “opciones pacíficas existen, pero son descartadas”, y esto sucede así porque “la seguridad de la población es una preocupación marginal”.</p> <p>En cuanto al calentamiento global, alertó que “los peligros son inminentes” y recordó que mucha gente todavía niega el fenómeno. Dijo que las negociaciones sobre el cambio climático no reciben en general atención de la prensa ni de la opinión pública, y cuestionó a los “intelectuales liberales” y a la “prensa liberal” por ocultar lo que sucede. En particular, aseguró que los periodistas de su país no le hacen una sola pregunta al presidente Donald Trump sobre sus posturas en materia de medioambiente y cambio climático. Advirtió que su país ha aumentado la producción de petróleo. “Estados Unidos está llevándonos al desastre”, sentenció. “¿Puede el mundo sobrevivir cuando el país más poderoso del mundo está acelerando la crisis?”, inquirió.</p> <p>Chomsky sostuvo que el neoliberalismo bajó los salarios, quitó beneficios sociales y generó más desigualdad y pobreza. Además, dijo, ha incrementado las amenazas debilitando las instituciones políticas, desalentando la participación de la gente, desregulando mercados y, en definitiva, “erosionando las democracias”. “Uno de los objetivos de la reforma neoliberal fue tirar abajo los beneficios laborales que se habían obtenido en la década de 1960. En esas condiciones, es difícil que la democracia se profundice. Los burócratas deberían escuchar otras voces, no sólo a sus economistas”, cuestionó.</p> <p>Ante este panorama, y citando a los científicos atómicos y su “reloj del Apocalipsis”, Chomsky instó a tomar acciones “muy pronto”, que vayan en el sentido de profundizar la democracia. Apuntó en dos direcciones. Por un lado, cuestionó que políticas públicas que son centrales para cualquier país, como las reformas laborales, estén siendo diseñadas por un grupo de técnicos que ni siquiera son representantes de la población, a la que, a su vez, se le niega el derecho de votar por esas políticas. “En Europa las poblaciones nunca votaron por estas reformas y la democracia fue sacrificada para implementar las reformas neoliberales, que fueron diseñadas por personas que no fueron electas”, sostuvo.</p> <p>Por otro lado, y junto a este proceso, Chomsky denunció el poder de las grandes corporaciones, que apuntan sus baterías a minar el poder regulatorio de los estados. “Debilitar la democracia es un fin de los programas neoliberales. La concentración del poder económico tiene como efecto natural el debilitamiento de la democracia”, concluyó.</p> <p><strong>Región y libre comercio</strong></p> <p>La Fundación Liber Seregni les propuso a cuatro personas, de organizaciones diversas, que formularan preguntas: la senadora frenteamplista Constanza Moreira, el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, Viviana Barretto, de Redes-Amigos de la Tierra, y el ex rector de la Universidad de la República Rodrigo Arocena.</p> <p>Moreira le preguntó a Chomsky qué lugar considera que ocupa América Latina en la lucha por la “supervivencia global”. El pensador evaluó positivamente algunas acciones tomadas por los gobiernos progresistas, por ejemplo, liberarse de la égida del Fondo Monetario Internacional (FMI), implementar políticas de reducción de la pobreza, de consagración de derechos civiles, de mejora en las oportunidades de educación. Mencionó especialmente los “esfuerzos” del ex presidente Lula da Silva, en Brasil, por “cambiar el orden internacional” y “dar voz al sur global”, a partir de la constitución de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Fueron cambios “muy significativos”, valoró, pero agregó que “lamentablemente” la izquierda no supo lidiar con dos problemas centrales.</p> <p>Por un lado, cuestionó la “incapacidad de los líderes de izquierda de evitar la severa corrupción, que es endémica en algunos lugares de América Latina y en la mayor parte del mundo”. Por otro lado, mencionó la incapacidad de la izquierda para “sortear un problema serio de largo plazo para el desarrollo de América Latina”, que tiene que ver con la utilización de sus recursos naturales. “América Latina es rica en recursos, pero estos han sido utilizados tradicionalmente para beneficiar a un pequeño grupo extremadamente rico y a los inversores. Eso continuó durante los gobiernos de izquierda. También la exportación de productos primarios, que fue estimulada por la tentación –que se debería haber resistido– de volverse proveedores de materia prima de China”, indicó.</p> <p>Dijo que si se compara a América Latina con el sudeste asiático, la conclusión es “bastante sorprendente”. América Latina tiene en comparación “enormes ventajas”: cuenta con abundancia de recursos y no tiene externalidades que afecten la producción, pero sus políticas apuntan “al bienestar de un grupo muy pequeño y muy rico de su población” y a favorecer a los inversores, que “no tienen ninguna responsabilidad, no pagan ningún impuesto, sólo se enriquecen”. En cambio, la inversión en Asia es dirigida y controlada para canalizarla en sectores estratégicos para el desarrollo, y se prohibió la exportación de capital, afirmó Chomsky. “Las diferencias son sorprendentes. En 1950, Corea del Sur estaba al nivel de un país pobre de África, y hoy es un poder industrial. En América Latina eso no pasó”, señaló el lingüista.</p> <p>Viviana Barretto, de Redes Amigos de la Tierra, le preguntó si los acuerdos de protección de inversiones y los megaacuerdos de libre comercio, que “recortan las capacidades de las democracias para construir alternativas de supervivencia”, significan una nueva etapa de construcción del poder corporativo a nivel global.</p> <p>En primer lugar, Chomsky puntualizó que los acuerdos de libre comercio no son tales, sino que son más bien “acuerdos de beneficios para los inversores”. “A veces ni siquiera tienen relación con el comercio”, sino que “son acuerdos que buscan proteger los derechos del poder privado”, consideró. Alertó que este tipo de acuerdos consagran derechos de propiedad intelectual a un nivel sin precedentes. “Si hubieran existido en el siglo XIX, Estados Unidos habría sido un país del tercer mundo”, sentenció. Otro peligro de este tipo de acuerdos es que da a los inversores “el derecho de demandar a los gobiernos” por establecer regulaciones “que puedan afectar sus beneficios futuros”, acotó.</p> <p>Ante la pregunta de Arocena sobre el rol de la tecnología en las disputas globales, Chomsky consideró que la tecnología es “neutral”. “El problema no es la tecnología, es el control de la tecnología. Es un problema social, no tecnológico”, indicó. Dijo que la tecnología puede servir tanto para el control participativo de la economía como para destruir el mundo del trabajo y para que los gobiernos controlen a las poblaciones. “La tecnología puede ir para los dos lados, depende del activismo político y social. [...] Hay que entender cómo funciona y el potencial liberador que tiene”, concluyó.</p> <p><strong>De dos hemisferios</strong> </p> <p>Chomsky viajó junto a su esposa a Uruguay para la filmación de un documental a cargo de Saúl Alvídrez, un mexicano que fue referente del movimiento estudiantil #Yosoy132. Este movimiento promovió en 2012 la democratización de los medios de comunicación en su país, en el marco de la campaña por la que resultó electo presidente mexicano Enrique Peña Nieto, al que este movimiento consideraba una figura impuesta por los medios de comunicación. El documental busca retratar las visiones y pensamientos de Chomsky y del ex presidente José Mujica, como representantes de la “sabiduría” en ambos hemisferios. En ese marco, el domingo se filmaron escenas de Chomsky junto a Mujica en su chacra y en el Quincho de Varela. Según se supo ayer, Mujica le propuso a la Fundación Liber Seregni que Chomsky diera una conferencia abierta. El ex presidente estuvo ayer en el Salón Azul de la IM y agradeció “a la vida” haber conocido a Chomsky. “Tal vez tu larga siembra nos ayudó a sostener la más difícil y comprometedora de las libertades; me refiero a la libertad de pensamiento. Agradezco la suerte de ser una especie de humilde trampolín para que el mundo de los jóvenes, el mundo intelectual uruguayo, pueda conocerte y testimoniarte el afecto por lo mucho que has sembrado”, manifestó Mujica, y afirmó que no hay porvenir “sin intelectuales comprometidos”.</p> <p> </p> <p><strong>FUENTE: <a href="https://ladiaria.com.uy/articulo/2017/7/salado/" target="_blank" rel="alternate">La Diaria</a></strong></p> </div> <div class="separador"> </div> <div class="row"> </div></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/0f38c78674a3ae9e96b21d1030ba0601_S.jpg" alt="Noam Chomsky y José Mujica en la Intendencia de Montevideo." /></div><div class="K2FeedIntroText"><h4><strong>Doctor en lingüística y “padre” de la gramática generativa, Chomsky, de 88 años, escribió a lo largo de su vida sobre filosofía, política y comunicación. Es considerado un referente de la intelectualidad de izquierda, con una postura muy crítica hacia las políticas de su país.</strong></h4></div><div class="K2FeedFullText"><div class="article-body"> <p>Lo presentaron como un sembrador de esperanza, aunque el intelectual estadounidense Noam Chomsky expuso durante una hora un diagnóstico nada alentador. La importancia de su presencia en Montevideo podía medirse por la larga cola de personas que terminaba en el salón Azul de la Intendencia de Montevideo, bajaba dos pisos por escalera, atravesaba el hall central y salía al frío de la mañana en la explanada.</p> <p>Doctor en lingüística y “padre” de la gramática generativa, Chomsky, de 88 años, escribió a lo largo de su vida sobre filosofía, política y comunicación. Es considerado un referente de la intelectualidad de izquierda, con una postura muy crítica hacia las políticas de su país. “Usted despierta nuestra admiración no sólo porque es uno de los mayores lingüistas de la historia. Despierta nuestra admiración porque es, desde casi siempre, un activista por las causas de la libertad y de la justicia”, lo presentó Agustín Canzani, director de la Fundación Liber Seregni, organizadora de la conferencia.</p> <p>La primera afirmación de Chomsky, sustentada en la historia de su país y del mundo desde la Segunda Guerra Mundial, fue que el poder político y económico no tiene interés en garantizar la seguridad de la población, sino la seguridad de los sistemas de poder. En este escenario, el mundo se encamina hacia una catástrofe ambiental y eventualmente nuclear, advirtió. “Las fuerzas dominantes en la sociedad global han impuesto políticas que sistemáticamente erosionan las líneas de defensa contra la autodestrucción. La humanidad creó su tormenta perfecta, es improbable que sobreviva mucho tiempo”, consideró.</p> <p>Recordó que en 2015 Corea del Norte le propuso a Estados Unidos cancelar su programa nuclear a cambio de que este país detuviera las maniobras militares que realizaba junto a Corea del Sur en la frontera con Corea del Norte, y que esta propuesta fue rechazada por Estados Unidos. “La propuesta habría podido sentar las bases para negociaciones que redujeran radicalmente las amenazas. Hay razones para pensar que las negociaciones podrían haber sido exitosas. Pero la propuesta fue instantáneamente rechazada”, cuestionó Chomsky. Además, dijo que las “opciones pacíficas existen, pero son descartadas”, y esto sucede así porque “la seguridad de la población es una preocupación marginal”.</p> <p>En cuanto al calentamiento global, alertó que “los peligros son inminentes” y recordó que mucha gente todavía niega el fenómeno. Dijo que las negociaciones sobre el cambio climático no reciben en general atención de la prensa ni de la opinión pública, y cuestionó a los “intelectuales liberales” y a la “prensa liberal” por ocultar lo que sucede. En particular, aseguró que los periodistas de su país no le hacen una sola pregunta al presidente Donald Trump sobre sus posturas en materia de medioambiente y cambio climático. Advirtió que su país ha aumentado la producción de petróleo. “Estados Unidos está llevándonos al desastre”, sentenció. “¿Puede el mundo sobrevivir cuando el país más poderoso del mundo está acelerando la crisis?”, inquirió.</p> <p>Chomsky sostuvo que el neoliberalismo bajó los salarios, quitó beneficios sociales y generó más desigualdad y pobreza. Además, dijo, ha incrementado las amenazas debilitando las instituciones políticas, desalentando la participación de la gente, desregulando mercados y, en definitiva, “erosionando las democracias”. “Uno de los objetivos de la reforma neoliberal fue tirar abajo los beneficios laborales que se habían obtenido en la década de 1960. En esas condiciones, es difícil que la democracia se profundice. Los burócratas deberían escuchar otras voces, no sólo a sus economistas”, cuestionó.</p> <p>Ante este panorama, y citando a los científicos atómicos y su “reloj del Apocalipsis”, Chomsky instó a tomar acciones “muy pronto”, que vayan en el sentido de profundizar la democracia. Apuntó en dos direcciones. Por un lado, cuestionó que políticas públicas que son centrales para cualquier país, como las reformas laborales, estén siendo diseñadas por un grupo de técnicos que ni siquiera son representantes de la población, a la que, a su vez, se le niega el derecho de votar por esas políticas. “En Europa las poblaciones nunca votaron por estas reformas y la democracia fue sacrificada para implementar las reformas neoliberales, que fueron diseñadas por personas que no fueron electas”, sostuvo.</p> <p>Por otro lado, y junto a este proceso, Chomsky denunció el poder de las grandes corporaciones, que apuntan sus baterías a minar el poder regulatorio de los estados. “Debilitar la democracia es un fin de los programas neoliberales. La concentración del poder económico tiene como efecto natural el debilitamiento de la democracia”, concluyó.</p> <p><strong>Región y libre comercio</strong></p> <p>La Fundación Liber Seregni les propuso a cuatro personas, de organizaciones diversas, que formularan preguntas: la senadora frenteamplista Constanza Moreira, el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, Viviana Barretto, de Redes-Amigos de la Tierra, y el ex rector de la Universidad de la República Rodrigo Arocena.</p> <p>Moreira le preguntó a Chomsky qué lugar considera que ocupa América Latina en la lucha por la “supervivencia global”. El pensador evaluó positivamente algunas acciones tomadas por los gobiernos progresistas, por ejemplo, liberarse de la égida del Fondo Monetario Internacional (FMI), implementar políticas de reducción de la pobreza, de consagración de derechos civiles, de mejora en las oportunidades de educación. Mencionó especialmente los “esfuerzos” del ex presidente Lula da Silva, en Brasil, por “cambiar el orden internacional” y “dar voz al sur global”, a partir de la constitución de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Fueron cambios “muy significativos”, valoró, pero agregó que “lamentablemente” la izquierda no supo lidiar con dos problemas centrales.</p> <p>Por un lado, cuestionó la “incapacidad de los líderes de izquierda de evitar la severa corrupción, que es endémica en algunos lugares de América Latina y en la mayor parte del mundo”. Por otro lado, mencionó la incapacidad de la izquierda para “sortear un problema serio de largo plazo para el desarrollo de América Latina”, que tiene que ver con la utilización de sus recursos naturales. “América Latina es rica en recursos, pero estos han sido utilizados tradicionalmente para beneficiar a un pequeño grupo extremadamente rico y a los inversores. Eso continuó durante los gobiernos de izquierda. También la exportación de productos primarios, que fue estimulada por la tentación –que se debería haber resistido– de volverse proveedores de materia prima de China”, indicó.</p> <p>Dijo que si se compara a América Latina con el sudeste asiático, la conclusión es “bastante sorprendente”. América Latina tiene en comparación “enormes ventajas”: cuenta con abundancia de recursos y no tiene externalidades que afecten la producción, pero sus políticas apuntan “al bienestar de un grupo muy pequeño y muy rico de su población” y a favorecer a los inversores, que “no tienen ninguna responsabilidad, no pagan ningún impuesto, sólo se enriquecen”. En cambio, la inversión en Asia es dirigida y controlada para canalizarla en sectores estratégicos para el desarrollo, y se prohibió la exportación de capital, afirmó Chomsky. “Las diferencias son sorprendentes. En 1950, Corea del Sur estaba al nivel de un país pobre de África, y hoy es un poder industrial. En América Latina eso no pasó”, señaló el lingüista.</p> <p>Viviana Barretto, de Redes Amigos de la Tierra, le preguntó si los acuerdos de protección de inversiones y los megaacuerdos de libre comercio, que “recortan las capacidades de las democracias para construir alternativas de supervivencia”, significan una nueva etapa de construcción del poder corporativo a nivel global.</p> <p>En primer lugar, Chomsky puntualizó que los acuerdos de libre comercio no son tales, sino que son más bien “acuerdos de beneficios para los inversores”. “A veces ni siquiera tienen relación con el comercio”, sino que “son acuerdos que buscan proteger los derechos del poder privado”, consideró. Alertó que este tipo de acuerdos consagran derechos de propiedad intelectual a un nivel sin precedentes. “Si hubieran existido en el siglo XIX, Estados Unidos habría sido un país del tercer mundo”, sentenció. Otro peligro de este tipo de acuerdos es que da a los inversores “el derecho de demandar a los gobiernos” por establecer regulaciones “que puedan afectar sus beneficios futuros”, acotó.</p> <p>Ante la pregunta de Arocena sobre el rol de la tecnología en las disputas globales, Chomsky consideró que la tecnología es “neutral”. “El problema no es la tecnología, es el control de la tecnología. Es un problema social, no tecnológico”, indicó. Dijo que la tecnología puede servir tanto para el control participativo de la economía como para destruir el mundo del trabajo y para que los gobiernos controlen a las poblaciones. “La tecnología puede ir para los dos lados, depende del activismo político y social. [...] Hay que entender cómo funciona y el potencial liberador que tiene”, concluyó.</p> <p><strong>De dos hemisferios</strong> </p> <p>Chomsky viajó junto a su esposa a Uruguay para la filmación de un documental a cargo de Saúl Alvídrez, un mexicano que fue referente del movimiento estudiantil #Yosoy132. Este movimiento promovió en 2012 la democratización de los medios de comunicación en su país, en el marco de la campaña por la que resultó electo presidente mexicano Enrique Peña Nieto, al que este movimiento consideraba una figura impuesta por los medios de comunicación. El documental busca retratar las visiones y pensamientos de Chomsky y del ex presidente José Mujica, como representantes de la “sabiduría” en ambos hemisferios. En ese marco, el domingo se filmaron escenas de Chomsky junto a Mujica en su chacra y en el Quincho de Varela. Según se supo ayer, Mujica le propuso a la Fundación Liber Seregni que Chomsky diera una conferencia abierta. El ex presidente estuvo ayer en el Salón Azul de la IM y agradeció “a la vida” haber conocido a Chomsky. “Tal vez tu larga siembra nos ayudó a sostener la más difícil y comprometedora de las libertades; me refiero a la libertad de pensamiento. Agradezco la suerte de ser una especie de humilde trampolín para que el mundo de los jóvenes, el mundo intelectual uruguayo, pueda conocerte y testimoniarte el afecto por lo mucho que has sembrado”, manifestó Mujica, y afirmó que no hay porvenir “sin intelectuales comprometidos”.</p> <p> </p> <p><strong>FUENTE: <a href="https://ladiaria.com.uy/articulo/2017/7/salado/" target="_blank" rel="alternate">La Diaria</a></strong></p> </div> <div class="separador"> </div> <div class="row"> </div></div> Los Números No Cierran donde Reina el Verso Neoliberal 2016-05-13T23:20:21-03:00 2016-05-13T23:20:21-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5327-los-numeros-no-cierran-donde-reina-el-verso-neoliberal FERMÍN OYARZÁBAL(*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/042fe3d13b5bd8e190e24cac014a6620_S.jpg" alt="El presidente del BCRA, Federico Sturzenegger y el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p>Se prometió generar empleo, bajar la inflación y reactivar la economía. No sólo no hay contrataciones sino que hay despidos, la inflación es más alta que durante el kirchnerismo y por primera vez desde 2002 habrá recesión. ¿Y ahora?</p></div><div class="K2FeedFullText"><p>La crisis en la cual está comenzando a sumergirse la economía de nuestro país claramente tiene su origen en la política económica aplicada por el gobierno de Macri. Los que no comulgaron nunca con el neoliberalismo monetarista entienden rápidamente que el ajuste del gasto, la apertura indiscriminada de las importaciones y la fuga de capitales permitida por el Estado son justamente la principal causa de la brutal caída de los niveles de consumo e inversión[1]. No obstante, hoy las dudas acerca de las políticas aplicadas no surgen desde este lado del mostrador de los que nunca compraron el “chamuyo de la pesada herencia”[2]. Los de este lado entienden que el gobierno de Macri ha llegado a redistribuir el ingreso a favor de los sectores más concentrados de la economía y para esto hay que bajar los salarios reales, es decir, que los salarios empiecen a crecer por debajo de la inflación.  En cambio, de la vereda de enfrente hay más dudas que certezas.</p> <p>Es justamente entre los adherentes al gobierno actual (entre ellos, grandes conglomerados de medios) donde han comenzado a impacientarse: ya van cinco meses, atacar la inflación era la meta primordial y esta se ha disparado. Si confiaron en que con el sólo hecho de bajar la inflación la economía mejoraría, es lógico que reclamen hacerlo con urgencia. La impaciencia obviamente generó tensiones y la forma en que estas se resuelvan tiene implicancias enormes para la economía. En el gobierno no ven incongruencias en su plan de ruta original y promesas electorales, es decir, parecería que eliminar las retenciones no agrava el déficit fiscal, que el “plan de obra pública más importante de la historia” puede llevarse a cabo en medio de un ajuste fiscal o que la educación de calidad es posible de lograr con salarios docentes por el suelo.</p> <p>Hace 12 años repiten que la emisión monetaria es la causa de todos los males. Acceden al gobierno y bajan la emisión monetaria del 40 al 25%, pero los precios dejan de crecer al 25% para pasar a crecer al 35%. Comienzan las preguntas. Se lo felicita a Sturzenegger y se buscan otras causas. Dicen “bajó la emisión pero falta credibilidad, hay que bajar aún más el gasto público sino el plan es insostenible”.</p> <p>Lo cierto es que el ajuste del gasto público ya se materializó en despidos masivos de empleados públicos, quita de subsidios, pulverización de los niveles de obra pública y menores transferencias de fondos a provincias. Hoy los gobernadores ponen el grito en el cielo, los rectores no pueden pagar la cuenta de la luz y el déficit primario del primer trimestre incluso aumentó en $5 mil millones con respecto al 2015. Y es más, cuanto mayor sea el derrumbe de la actividad económica más se incrementará el déficit público, producto de un menor crecimiento de la recaudación.</p> <p>En este marco, se ha dado un escenario de prueba y error en el que el gobierno ha tenido que resignar parte de su relato y comenzar a caer en contradicciones… ¡lo que agrava más aún la confusión del liberalismo! Ayer parecía que los grandes empresarios argentinos eran víctimas y el Estado el victimario que generaba inflación de forma adrede, hoy los empresarios comienzan poco a poco a ser los culpables de la suba de precios. A su vez, el monitoreo de estos precios era uno de los ámbitos donde nada tenía que hacer el Estado y hoy se anuncia que es justamente esa es la gran apuesta del gobierno para bajar la inflación. En el mismo sentido, quienes vinieron a generar empleo de calidad en la Argentina, negaron despidos luego de asumir y hoy piden una tregua de noventa días a los empresarios.</p> <p>¿Cuándo bajará la inflación? Dejará de haber culpables porque la inflación no baja, cuando aparezcan culpables de que la actividad económica y el empleo no se recuperan, o sea, luego de la brusca recesión económica. Recesión cuyo único límite será político y estará dado en la oposición que muestren los diversos actores al ajuste. Cuando la resistencia al ajuste aumenta, abundan más aún las contradicciones y con ellas los anuncios de apuro, como el plan de obra pública de $200 mil millones que no se sabe cómo será financiado o los $500 millones para las universidades que sólo patean el problema de acá a unos meses.</p> <p>Para resumir un poco y no agobiar entre las incongruencias que median entre un cruento ajuste del Estado y la revolución de la alegría, desde aquél lado del mostrador se seguirán buscando responsables. Ya pasó en los noventa cuando al final de la convertibilidad se sostenía que esta era brillante pero que el problema estaba en cómo se aplicaba. Hoy esos mismos aplauden la política monetaria contractiva de Sturzenegger que dilapida la industria argentina mientras piden a Prat Gay que endurezca el ajuste y apure con el achique del Estado. Con esa visión de la economía las buenas noticias deberán esperar muchos semestres antes de aparecer y la recesión será profunda, sólo resta ver el nivel de resistencia que se le opone.</p> <p> </p> <p>(*) Economista de la Fundación para la Integración Federal</p> <p> </p> <p>[1] Ejemplos de la retracción del consumo y la inversión son por ejemplo la caída en más de 12%  en la cantidad de unidades vendidas de electrodomésticos denunciada por CAME o más del 22% en los insumos de la construcción que releva el índice construya (ambos datos corresponden a las variaciones interanuales para el mes de abril).</p> <p>[2] Quien fuera Ministro de Economía, Axel Kicillof, ha explicado a la perfección como se infló con contabilidad creativa el déficit fiscal, la supuesta falta de crecimiento del PBI o de generación de empleo. Su última nota es ejemplo de esto: <a href="http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-298834-2016-05-08.html">http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-298834-2016-05-08.html</a>.</p> <p> </p> <p> </p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/042fe3d13b5bd8e190e24cac014a6620_S.jpg" alt="El presidente del BCRA, Federico Sturzenegger y el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p>Se prometió generar empleo, bajar la inflación y reactivar la economía. No sólo no hay contrataciones sino que hay despidos, la inflación es más alta que durante el kirchnerismo y por primera vez desde 2002 habrá recesión. ¿Y ahora?</p></div><div class="K2FeedFullText"><p>La crisis en la cual está comenzando a sumergirse la economía de nuestro país claramente tiene su origen en la política económica aplicada por el gobierno de Macri. Los que no comulgaron nunca con el neoliberalismo monetarista entienden rápidamente que el ajuste del gasto, la apertura indiscriminada de las importaciones y la fuga de capitales permitida por el Estado son justamente la principal causa de la brutal caída de los niveles de consumo e inversión[1]. No obstante, hoy las dudas acerca de las políticas aplicadas no surgen desde este lado del mostrador de los que nunca compraron el “chamuyo de la pesada herencia”[2]. Los de este lado entienden que el gobierno de Macri ha llegado a redistribuir el ingreso a favor de los sectores más concentrados de la economía y para esto hay que bajar los salarios reales, es decir, que los salarios empiecen a crecer por debajo de la inflación.  En cambio, de la vereda de enfrente hay más dudas que certezas.</p> <p>Es justamente entre los adherentes al gobierno actual (entre ellos, grandes conglomerados de medios) donde han comenzado a impacientarse: ya van cinco meses, atacar la inflación era la meta primordial y esta se ha disparado. Si confiaron en que con el sólo hecho de bajar la inflación la economía mejoraría, es lógico que reclamen hacerlo con urgencia. La impaciencia obviamente generó tensiones y la forma en que estas se resuelvan tiene implicancias enormes para la economía. En el gobierno no ven incongruencias en su plan de ruta original y promesas electorales, es decir, parecería que eliminar las retenciones no agrava el déficit fiscal, que el “plan de obra pública más importante de la historia” puede llevarse a cabo en medio de un ajuste fiscal o que la educación de calidad es posible de lograr con salarios docentes por el suelo.</p> <p>Hace 12 años repiten que la emisión monetaria es la causa de todos los males. Acceden al gobierno y bajan la emisión monetaria del 40 al 25%, pero los precios dejan de crecer al 25% para pasar a crecer al 35%. Comienzan las preguntas. Se lo felicita a Sturzenegger y se buscan otras causas. Dicen “bajó la emisión pero falta credibilidad, hay que bajar aún más el gasto público sino el plan es insostenible”.</p> <p>Lo cierto es que el ajuste del gasto público ya se materializó en despidos masivos de empleados públicos, quita de subsidios, pulverización de los niveles de obra pública y menores transferencias de fondos a provincias. Hoy los gobernadores ponen el grito en el cielo, los rectores no pueden pagar la cuenta de la luz y el déficit primario del primer trimestre incluso aumentó en $5 mil millones con respecto al 2015. Y es más, cuanto mayor sea el derrumbe de la actividad económica más se incrementará el déficit público, producto de un menor crecimiento de la recaudación.</p> <p>En este marco, se ha dado un escenario de prueba y error en el que el gobierno ha tenido que resignar parte de su relato y comenzar a caer en contradicciones… ¡lo que agrava más aún la confusión del liberalismo! Ayer parecía que los grandes empresarios argentinos eran víctimas y el Estado el victimario que generaba inflación de forma adrede, hoy los empresarios comienzan poco a poco a ser los culpables de la suba de precios. A su vez, el monitoreo de estos precios era uno de los ámbitos donde nada tenía que hacer el Estado y hoy se anuncia que es justamente esa es la gran apuesta del gobierno para bajar la inflación. En el mismo sentido, quienes vinieron a generar empleo de calidad en la Argentina, negaron despidos luego de asumir y hoy piden una tregua de noventa días a los empresarios.</p> <p>¿Cuándo bajará la inflación? Dejará de haber culpables porque la inflación no baja, cuando aparezcan culpables de que la actividad económica y el empleo no se recuperan, o sea, luego de la brusca recesión económica. Recesión cuyo único límite será político y estará dado en la oposición que muestren los diversos actores al ajuste. Cuando la resistencia al ajuste aumenta, abundan más aún las contradicciones y con ellas los anuncios de apuro, como el plan de obra pública de $200 mil millones que no se sabe cómo será financiado o los $500 millones para las universidades que sólo patean el problema de acá a unos meses.</p> <p>Para resumir un poco y no agobiar entre las incongruencias que median entre un cruento ajuste del Estado y la revolución de la alegría, desde aquél lado del mostrador se seguirán buscando responsables. Ya pasó en los noventa cuando al final de la convertibilidad se sostenía que esta era brillante pero que el problema estaba en cómo se aplicaba. Hoy esos mismos aplauden la política monetaria contractiva de Sturzenegger que dilapida la industria argentina mientras piden a Prat Gay que endurezca el ajuste y apure con el achique del Estado. Con esa visión de la economía las buenas noticias deberán esperar muchos semestres antes de aparecer y la recesión será profunda, sólo resta ver el nivel de resistencia que se le opone.</p> <p> </p> <p>(*) Economista de la Fundación para la Integración Federal</p> <p> </p> <p>[1] Ejemplos de la retracción del consumo y la inversión son por ejemplo la caída en más de 12%  en la cantidad de unidades vendidas de electrodomésticos denunciada por CAME o más del 22% en los insumos de la construcción que releva el índice construya (ambos datos corresponden a las variaciones interanuales para el mes de abril).</p> <p>[2] Quien fuera Ministro de Economía, Axel Kicillof, ha explicado a la perfección como se infló con contabilidad creativa el déficit fiscal, la supuesta falta de crecimiento del PBI o de generación de empleo. Su última nota es ejemplo de esto: <a href="http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-298834-2016-05-08.html">http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-298834-2016-05-08.html</a>.</p> <p> </p> <p> </p></div> Chomsky: "La Postura de Argentina Sobre los Fondos buitre es Correcta" 2015-03-13T16:08:09-03:00 2015-03-13T16:08:09-03:00 https://fundamentar.com/economia/item/4587-chomsky-la-postura-de-argentina-sobre-los-fondos-buitre-es-correcta Luciano Herrero hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/9e2d99c8a6dc9b1b2bf858352bbe83ef_S.jpg" alt="Chomsky: &quot;La Postura de Argentina Sobre los Fondos buitre es Correcta&quot;" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> En el destacado intelectual estadounidense, Noam Chomsky, sostuvo que la postura de la Argentina en la batalla legal con los fondos buitre &quot;es correcta&quot; y afirm&oacute; que &quot;no es una deuda leg&iacute;tima&quot;.</p></div><div class="K2FeedFullText"><p> En di&aacute;logo con los periodistas de The Buenos Aires Herald, Ferm&iacute;n Koop y Tom&aacute;s Brockenshire, el ling&uuml;ista y fil&oacute;sofo, dijo que &quot;los fondos buitre son poderosos por la reestructuraci&oacute;n neoliberal de la econom&iacute;a&quot;.</p> <p> Chomsky, quien ayer particip&oacute; del &quot;Foro Internacional por la Emancipaci&oacute;n y la Igualdad&quot;, que culminar&aacute; ma&ntilde;ana en el Teatro Nacional Cervantes organizado por la Secretar&iacute;a de Coordinaci&oacute;n Estrat&eacute;gica para el Pensamiento Nacional, analiz&oacute; que &quot;la concentraci&oacute;n del capital hace a los fondos buitre m&aacute;s poderosos&quot;.</p> <p> A continuaci&oacute;n los conceptos m&aacute;s salientes de Chomsky sobre temas vinculados a la realidad argentina y de la regi&oacute;n.</p> <p> <strong>Fondos buitre.</strong></p> <p> &quot;La postura de Argentina sobre los fondos buitre es correcta; no es una deuda leg&iacute;tima. Los fondos buitre son poderosos por la reestructuraci&oacute;n neoliberal de la econom&iacute;a. Las instituciones financieras han crecido mucho desde 1970 y no contribuyen a la econom&iacute;a, son predadores. La concentraci&oacute;n del capital hace a los fondos buitre m&aacute;s poderosos. Argentina est&aacute; ahora en sus garras&quot;.</p> <p> <strong>Atentados Embajada de Israel y la AMIA. </strong></p> <p> &quot;Argentina todav&iacute;a tiene grandes problemas. Uno de los m&aacute;s importantes es el hecho de no haber realizado una investigaci&oacute;n seria sobre los ataques antisemitas en la d&eacute;cada de los noventa. Es una mancha que se debe superar. Existen ahora pedidos para que se forme una comisi&oacute;n independiente para que revise lo que pas&oacute;&quot;.</p> <p> &quot;Hay que descubrir que pas&oacute; realmente. El gobierno todav&iacute;a ha sido incapaz en investigarlo. No creo que el poder judicial sea capaz de hacerlo. Se deber&iacute;a realizar un estudio independiente para descubrir la verdad&quot;.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: justify;"> &quot;La postura de Argentina sobre los fondos buitre es correcta; no es una deuda leg&iacute;tima. Los fondos buitre son poderosos por la reestructuraci&oacute;n neoliberal de la econom&iacute;a. Las instituciones financieras han crecido mucho desde 1970 y no contribuyen a la econom&iacute;a, son predadores. La concentraci&oacute;n del capital hace a los fondos buitre m&aacute;s poderosos. Argentina est&aacute; ahora en sus garras&quot;.</p> <p> <strong>Dictadura/ Derechos Humanos.</strong></p> <p> &quot;De todas las miserables y crueles dictaduras que se sucedieron en Am&eacute;rica Latina desde 1960, la que vivi&oacute; Argentina fue la peor. El gobierno ha dado pasos parciales pero importantes para socavar la impunidad de los mafiosos que aterrorizaron no s&oacute;lo a la Argentina sino tambi&eacute;n a otros pa&iacute;ses de la regi&oacute;n. Ronald Reagan fue frenado por el Congreso en mandar tropas de Estados Unidos a Guatemala para el genocidio de los mayas pero igual pod&iacute;a llamar a los neonazis en Argentina para que lo ayudaran. Ha habido cambios importantes en la regi&oacute;n que han servido para separarse del control del imperio y para integrarse&quot;.</p> <p> <strong>Venezuela. </strong></p> <p> &quot;Estados Unidos no puede tolerar la independencia de Venezuela y por eso ha intentado socavarla. Pero no puede hacer lo que antes estaba acostumbrado. No ha logrado llevar adelante una guerra terrorista contra Caracas y no hay un embargo econ&oacute;mico. Las recientes sanciones son un intento de complicar las cosas en Venezuela&quot;.</p> <p> &quot;Venezuela tiene muchos problemas internos que se pueden ver incrementados por la presi&oacute;n de Estados Unidos. El pa&iacute;s no ha logrado diversificar su econom&iacute;a basada en la exportaci&oacute;n de petr&oacute;leo. Sufre adem&aacute;s de corrupci&oacute;n e incompetencia. Hay partidos de oposici&oacute;n pero no han presentado propuestas cre&iacute;bles. La situaci&oacute;n se puede volver dificultosa pronto&quot;.</p> <p> <strong>Estados Unidos y Am&eacute;rica latina: </strong></p> <p> &quot;Estados Unidos sol&iacute;a considerar a Am&eacute;rica latina su patio trasero. No le importaba la regi&oacute;n. Pero ahora Washington est&aacute; pr&aacute;cticamente excluido de Am&eacute;rica Latina. CELAC, por ejemplo, no incluye a Estados Unidos y eso es algo que hubiera sido impensado hace pocos a&ntilde;os atr&aacute;s. La Organizaci&oacute;n de Estados Americanos (OEA), si sigue bajo la influencia de la Casa Blanca, va a volverse algo marginal&quot;.</p> <p> &nbsp;</p> <p> <strong>FUENTE: </strong><a href="http://www.ambito.com/noticia.asp?id=782569" target="_blank">&Aacute;mbito Financiero</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/9e2d99c8a6dc9b1b2bf858352bbe83ef_S.jpg" alt="Chomsky: &quot;La Postura de Argentina Sobre los Fondos buitre es Correcta&quot;" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> En el destacado intelectual estadounidense, Noam Chomsky, sostuvo que la postura de la Argentina en la batalla legal con los fondos buitre &quot;es correcta&quot; y afirm&oacute; que &quot;no es una deuda leg&iacute;tima&quot;.</p></div><div class="K2FeedFullText"><p> En di&aacute;logo con los periodistas de The Buenos Aires Herald, Ferm&iacute;n Koop y Tom&aacute;s Brockenshire, el ling&uuml;ista y fil&oacute;sofo, dijo que &quot;los fondos buitre son poderosos por la reestructuraci&oacute;n neoliberal de la econom&iacute;a&quot;.</p> <p> Chomsky, quien ayer particip&oacute; del &quot;Foro Internacional por la Emancipaci&oacute;n y la Igualdad&quot;, que culminar&aacute; ma&ntilde;ana en el Teatro Nacional Cervantes organizado por la Secretar&iacute;a de Coordinaci&oacute;n Estrat&eacute;gica para el Pensamiento Nacional, analiz&oacute; que &quot;la concentraci&oacute;n del capital hace a los fondos buitre m&aacute;s poderosos&quot;.</p> <p> A continuaci&oacute;n los conceptos m&aacute;s salientes de Chomsky sobre temas vinculados a la realidad argentina y de la regi&oacute;n.</p> <p> <strong>Fondos buitre.</strong></p> <p> &quot;La postura de Argentina sobre los fondos buitre es correcta; no es una deuda leg&iacute;tima. Los fondos buitre son poderosos por la reestructuraci&oacute;n neoliberal de la econom&iacute;a. Las instituciones financieras han crecido mucho desde 1970 y no contribuyen a la econom&iacute;a, son predadores. La concentraci&oacute;n del capital hace a los fondos buitre m&aacute;s poderosos. Argentina est&aacute; ahora en sus garras&quot;.</p> <p> <strong>Atentados Embajada de Israel y la AMIA. </strong></p> <p> &quot;Argentina todav&iacute;a tiene grandes problemas. Uno de los m&aacute;s importantes es el hecho de no haber realizado una investigaci&oacute;n seria sobre los ataques antisemitas en la d&eacute;cada de los noventa. Es una mancha que se debe superar. Existen ahora pedidos para que se forme una comisi&oacute;n independiente para que revise lo que pas&oacute;&quot;.</p> <p> &quot;Hay que descubrir que pas&oacute; realmente. El gobierno todav&iacute;a ha sido incapaz en investigarlo. No creo que el poder judicial sea capaz de hacerlo. Se deber&iacute;a realizar un estudio independiente para descubrir la verdad&quot;.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: justify;"> &quot;La postura de Argentina sobre los fondos buitre es correcta; no es una deuda leg&iacute;tima. Los fondos buitre son poderosos por la reestructuraci&oacute;n neoliberal de la econom&iacute;a. Las instituciones financieras han crecido mucho desde 1970 y no contribuyen a la econom&iacute;a, son predadores. La concentraci&oacute;n del capital hace a los fondos buitre m&aacute;s poderosos. Argentina est&aacute; ahora en sus garras&quot;.</p> <p> <strong>Dictadura/ Derechos Humanos.</strong></p> <p> &quot;De todas las miserables y crueles dictaduras que se sucedieron en Am&eacute;rica Latina desde 1960, la que vivi&oacute; Argentina fue la peor. El gobierno ha dado pasos parciales pero importantes para socavar la impunidad de los mafiosos que aterrorizaron no s&oacute;lo a la Argentina sino tambi&eacute;n a otros pa&iacute;ses de la regi&oacute;n. Ronald Reagan fue frenado por el Congreso en mandar tropas de Estados Unidos a Guatemala para el genocidio de los mayas pero igual pod&iacute;a llamar a los neonazis en Argentina para que lo ayudaran. Ha habido cambios importantes en la regi&oacute;n que han servido para separarse del control del imperio y para integrarse&quot;.</p> <p> <strong>Venezuela. </strong></p> <p> &quot;Estados Unidos no puede tolerar la independencia de Venezuela y por eso ha intentado socavarla. Pero no puede hacer lo que antes estaba acostumbrado. No ha logrado llevar adelante una guerra terrorista contra Caracas y no hay un embargo econ&oacute;mico. Las recientes sanciones son un intento de complicar las cosas en Venezuela&quot;.</p> <p> &quot;Venezuela tiene muchos problemas internos que se pueden ver incrementados por la presi&oacute;n de Estados Unidos. El pa&iacute;s no ha logrado diversificar su econom&iacute;a basada en la exportaci&oacute;n de petr&oacute;leo. Sufre adem&aacute;s de corrupci&oacute;n e incompetencia. Hay partidos de oposici&oacute;n pero no han presentado propuestas cre&iacute;bles. La situaci&oacute;n se puede volver dificultosa pronto&quot;.</p> <p> <strong>Estados Unidos y Am&eacute;rica latina: </strong></p> <p> &quot;Estados Unidos sol&iacute;a considerar a Am&eacute;rica latina su patio trasero. No le importaba la regi&oacute;n. Pero ahora Washington est&aacute; pr&aacute;cticamente excluido de Am&eacute;rica Latina. CELAC, por ejemplo, no incluye a Estados Unidos y eso es algo que hubiera sido impensado hace pocos a&ntilde;os atr&aacute;s. La Organizaci&oacute;n de Estados Americanos (OEA), si sigue bajo la influencia de la Casa Blanca, va a volverse algo marginal&quot;.</p> <p> &nbsp;</p> <p> <strong>FUENTE: </strong><a href="http://www.ambito.com/noticia.asp?id=782569" target="_blank">&Aacute;mbito Financiero</a></p></div> Hollande Entusiasma a la Patronal y Desencanta a la Izquierda 2014-01-16T10:44:30-03:00 2014-01-16T10:44:30-03:00 https://fundamentar.com/internacional/item/3296-hollande-entusiasma-a-la-patronal-y-desencanta-a-la-izquierda Carolina Martínez hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/8e4e30c8fc08507de1b0b5afc7d32a85_S.jpg" alt="Hollande Entusiasma a la Patronal y Desencanta a la Izquierda" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> <em>La patronal y parte de la derecha francesa celebraron la promesa del presidente Francois Hollande de reducir impuestos y recortar el gasto, pero la izquierda, incluyendo a parte de su Partido Socialista (PS), lo acusaron de un brusco giro hacia el neoliberalismo.</em></p></div><div class="K2FeedFullText"><p> Hollande hizo sus anuncios econ&oacute;micos, incluyendo un ajuste por 50.000 millones de euros, ayer durante una conferencia de prensa en Par&iacute;s marcada por los esfuerzos infructuosos de los periodistas por arrancar al presidente alguna aclaraci&oacute;n sobre su presunta infidelidad con la actriz Julie Gayet, un tema sobre el que se neg&oacute; a hablar.</p> <p> El esc&aacute;ndalo sum&oacute; otro cap&iacute;tulo con la decisi&oacute;n del gobierno de Hollande -que nunca neg&oacute; la infidelidad durante la conferencia- de bloquear el nombramiento de Gayet, de 41 a&ntilde;os y 18 m&aacute;s joven que el presidente, como jurado miembro de una prestigiosa academia de arte francesa en Roma para evitar mayor controversia.</p> <p> Pero el foco de atenci&oacute;n tambi&eacute;n vir&oacute; hacia las medidas anunciadas por Hollande para reavivar la econom&iacute;a de Francia y bajar el creciente desempleo, que el presidente asumi&oacute; como una visi&oacute;n &quot;socialdem&oacute;crata&quot; pese a chocar con sus promesas de campa&ntilde;a de estimular el gasto y hacer que los ricos paguen m&aacute;s impuestos.</p> <p> Adem&aacute;s de anunciar nuevos ajustes hasta el final de su mandato, en 2017 por 50.000 millones de euros, Hollande present&oacute; su &quot;pacto de responsabilidad&quot;, que eximir&aacute; a las empresas del pago del 5.2% de las cargas familiares en el salario de cada empleado a cambio de que &eacute;stas creen nuevos empleos.</p> <p> El plan implicar&aacute; que el Estado dejar&aacute; de percibir casi 35.000 millones de euros por a&ntilde;o en concepto de cargas sociales.</p> <p> El &quot;pacto de responsabilidad&quot; ser&aacute; lanzado el 21 de enero por Hollande en el Palacio del El&iacute;seo, pero su iniciativa ya choca con la oposici&oacute;n de los sindicatos, los partidos de ultraizquierda y ultraderecha y del ala m&aacute;s izquierdista del PS.</p> <p> No obstante, su proyecto fue apoyado por los partidos centristas y dej&oacute; desorientados a los conservadores, cuyas declaraciones oscilaron entre la aprobaci&oacute;n y el asombro.</p> <p> &quot;Hollande se fue definitivamente del otro lado. Su pol&iacute;tica es el viraje m&aacute;s violento que dio un gobierno de izquierda en nuestra historia desde Guy Mollet&quot; (1956-1957), lanz&oacute; hoy el l&iacute;der de ultraizquierda Jean-Luc M&eacute;lenchon.</p> <p> En declaraciones al canal BFM TV, el dirigente agreg&oacute; que Hollande &quot;en su campa&ntilde;a promet&iacute;a que iba a combatir al mundo de las finanzas y ahora llena de regalos a la patronal&quot;.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> Adem&aacute;s de anunciar nuevos ajustes hasta el final de su mandato, en 2017 por 50.000 millones de euros, Hollande present&oacute; su &quot;pacto de responsabilidad&quot;, que eximir&aacute; a las empresas del pago del 5.2% de las cargas familiares en el salario de cada empleado a cambio de que &eacute;stas creen nuevos empleos. El plan implicar&aacute; que el Estado dejar&aacute; de percibir casi 35.000 millones de euros por a&ntilde;o en concepto de cargas sociales.</p> <p> &quot;Es una fuga hacia el ultraliberalismo&quot;, estim&oacute;, por su parte, Marine Le Pen, presidente del partido de extrema derecha Frente Nacional (FN) en una entrevista con la radio RTL.</p> <p> &quot;Es un cambio de discurso totalmente bienvenido y que sorprende por su visi&oacute;n l&uacute;cida&quot;, sostuvo hoy el ex primer ministro conservador Jean-Pierre Raffarin en la radio France Culture.</p> <p> &quot;Si esta toma de conciencia es seria y s&oacute;lida, objetivamente, debemos acompa&ntilde;ar esta iniciativa&quot;, consider&oacute;, de su lado, el ex ministro de econom&iacute;a conservador Francois Baroin en la radio Europe 1.</p> <p> El Medef, organismo que nuclea a la patronal gala, celebr&oacute; el &quot;pacto de responsabilidad&quot; pero exigi&oacute; &quot;coraje&quot; a Hollande para &quot;imitar la competitividad alemana&quot;, seg&uacute;n dijo su vocero, Pierre Gattaz, al canal TF1.</p> <p> Por el contrario, el ala izquierda del PS se dijo &quot;desilusionada&quot; por su &quot;pol&iacute;tica socialdem&oacute;crata&quot; que &quot;reafirma su compromiso con el Medef&quot;, seg&uacute;n dijo la senadora del PS Marie-No&euml;lle Lienemann, quien llam&oacute; a &quot;romper filas&quot; y &quot;votar contra el nuevo ajuste&quot; de Hollande en el Parlamento.</p> <p> Alemania y la Comisi&oacute;n Europea tambi&eacute;n apoyaron los anuncios de Hollande, que, dijeron, van &quot;en la buena direcci&oacute;n&quot;.</p> <p> Entretanto, en Francia los medios de comunicaci&oacute;n contin&uacute;an enfocados en la noticia del presunto affaire entre el presidente y Gayet difundida la semana pasada por la revista Closer, pero principalmente, en analizar como los medios extranjeros siguen el tema.</p> <p> Hollande, que est&aacute; en pareja con la periodista Val&eacute;rie Trierweiler, de 48 a&ntilde;os, no quiso comentar pero tampoco neg&oacute; la informaci&oacute;n de Closer durante la rueda de prensa, aunque afirm&oacute; que su pareja atraviesa &quot;momentos dif&iacute;ciles&rdquo; y que es su principio &quot;tratar los asuntos privados en privado&quot;.</p> <p> Hollande prometi&oacute; que aclarar las dudas respecto al estatus actual de Trierweiler, hospitalizada poco despu&eacute;s de conocer la noticia -oficialmente por agotamiento-, antes de su viaje oficial a Estados Unidos, que comienza el 9 de febrero.</p> <p> &quot;El presidente franc&eacute;s se otorga un mes para decidir qui&eacute;n es la primera dama&quot;, titul&oacute; hoy en su portada el diario estadounidense The New York Post, cuya foto se propag&oacute; en las redes sociales y fue eje de art&iacute;culos de prensa y televisi&oacute;n en Francia.</p> <p> Hoy, la radio RTL afirm&oacute; que Gayet, militante del PS, demandar&aacute; a la revista Closer por dar a conocer el supuesto romance con el presidente, aunque la emisora no cit&oacute; fuentes y la noticia no fue confirmada por los abogados de la artista.</p> <p> En otro orden, la ministra de cultura Aurelie Filipetti anunci&oacute; hoy que &quot;debido a las circunstancias&quot; no nombrar&aacute; a Gayet como jurado del museo Villa M&eacute;dicis de la Academia de Francia en Roma pese a que estaba previsto con anterioridad.</p> <p> &nbsp;</p> <p> <strong>FUENTE: </strong><a href="http://www.telam.com.ar/notas/201401/48237-hollande-entusiasma-a-la-patronal-y-desencanta-a-la-izquierda.html" target="_blank">Telam</a><br /> &nbsp;</p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/8e4e30c8fc08507de1b0b5afc7d32a85_S.jpg" alt="Hollande Entusiasma a la Patronal y Desencanta a la Izquierda" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> <em>La patronal y parte de la derecha francesa celebraron la promesa del presidente Francois Hollande de reducir impuestos y recortar el gasto, pero la izquierda, incluyendo a parte de su Partido Socialista (PS), lo acusaron de un brusco giro hacia el neoliberalismo.</em></p></div><div class="K2FeedFullText"><p> Hollande hizo sus anuncios econ&oacute;micos, incluyendo un ajuste por 50.000 millones de euros, ayer durante una conferencia de prensa en Par&iacute;s marcada por los esfuerzos infructuosos de los periodistas por arrancar al presidente alguna aclaraci&oacute;n sobre su presunta infidelidad con la actriz Julie Gayet, un tema sobre el que se neg&oacute; a hablar.</p> <p> El esc&aacute;ndalo sum&oacute; otro cap&iacute;tulo con la decisi&oacute;n del gobierno de Hollande -que nunca neg&oacute; la infidelidad durante la conferencia- de bloquear el nombramiento de Gayet, de 41 a&ntilde;os y 18 m&aacute;s joven que el presidente, como jurado miembro de una prestigiosa academia de arte francesa en Roma para evitar mayor controversia.</p> <p> Pero el foco de atenci&oacute;n tambi&eacute;n vir&oacute; hacia las medidas anunciadas por Hollande para reavivar la econom&iacute;a de Francia y bajar el creciente desempleo, que el presidente asumi&oacute; como una visi&oacute;n &quot;socialdem&oacute;crata&quot; pese a chocar con sus promesas de campa&ntilde;a de estimular el gasto y hacer que los ricos paguen m&aacute;s impuestos.</p> <p> Adem&aacute;s de anunciar nuevos ajustes hasta el final de su mandato, en 2017 por 50.000 millones de euros, Hollande present&oacute; su &quot;pacto de responsabilidad&quot;, que eximir&aacute; a las empresas del pago del 5.2% de las cargas familiares en el salario de cada empleado a cambio de que &eacute;stas creen nuevos empleos.</p> <p> El plan implicar&aacute; que el Estado dejar&aacute; de percibir casi 35.000 millones de euros por a&ntilde;o en concepto de cargas sociales.</p> <p> El &quot;pacto de responsabilidad&quot; ser&aacute; lanzado el 21 de enero por Hollande en el Palacio del El&iacute;seo, pero su iniciativa ya choca con la oposici&oacute;n de los sindicatos, los partidos de ultraizquierda y ultraderecha y del ala m&aacute;s izquierdista del PS.</p> <p> No obstante, su proyecto fue apoyado por los partidos centristas y dej&oacute; desorientados a los conservadores, cuyas declaraciones oscilaron entre la aprobaci&oacute;n y el asombro.</p> <p> &quot;Hollande se fue definitivamente del otro lado. Su pol&iacute;tica es el viraje m&aacute;s violento que dio un gobierno de izquierda en nuestra historia desde Guy Mollet&quot; (1956-1957), lanz&oacute; hoy el l&iacute;der de ultraizquierda Jean-Luc M&eacute;lenchon.</p> <p> En declaraciones al canal BFM TV, el dirigente agreg&oacute; que Hollande &quot;en su campa&ntilde;a promet&iacute;a que iba a combatir al mundo de las finanzas y ahora llena de regalos a la patronal&quot;.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> Adem&aacute;s de anunciar nuevos ajustes hasta el final de su mandato, en 2017 por 50.000 millones de euros, Hollande present&oacute; su &quot;pacto de responsabilidad&quot;, que eximir&aacute; a las empresas del pago del 5.2% de las cargas familiares en el salario de cada empleado a cambio de que &eacute;stas creen nuevos empleos. El plan implicar&aacute; que el Estado dejar&aacute; de percibir casi 35.000 millones de euros por a&ntilde;o en concepto de cargas sociales.</p> <p> &quot;Es una fuga hacia el ultraliberalismo&quot;, estim&oacute;, por su parte, Marine Le Pen, presidente del partido de extrema derecha Frente Nacional (FN) en una entrevista con la radio RTL.</p> <p> &quot;Es un cambio de discurso totalmente bienvenido y que sorprende por su visi&oacute;n l&uacute;cida&quot;, sostuvo hoy el ex primer ministro conservador Jean-Pierre Raffarin en la radio France Culture.</p> <p> &quot;Si esta toma de conciencia es seria y s&oacute;lida, objetivamente, debemos acompa&ntilde;ar esta iniciativa&quot;, consider&oacute;, de su lado, el ex ministro de econom&iacute;a conservador Francois Baroin en la radio Europe 1.</p> <p> El Medef, organismo que nuclea a la patronal gala, celebr&oacute; el &quot;pacto de responsabilidad&quot; pero exigi&oacute; &quot;coraje&quot; a Hollande para &quot;imitar la competitividad alemana&quot;, seg&uacute;n dijo su vocero, Pierre Gattaz, al canal TF1.</p> <p> Por el contrario, el ala izquierda del PS se dijo &quot;desilusionada&quot; por su &quot;pol&iacute;tica socialdem&oacute;crata&quot; que &quot;reafirma su compromiso con el Medef&quot;, seg&uacute;n dijo la senadora del PS Marie-No&euml;lle Lienemann, quien llam&oacute; a &quot;romper filas&quot; y &quot;votar contra el nuevo ajuste&quot; de Hollande en el Parlamento.</p> <p> Alemania y la Comisi&oacute;n Europea tambi&eacute;n apoyaron los anuncios de Hollande, que, dijeron, van &quot;en la buena direcci&oacute;n&quot;.</p> <p> Entretanto, en Francia los medios de comunicaci&oacute;n contin&uacute;an enfocados en la noticia del presunto affaire entre el presidente y Gayet difundida la semana pasada por la revista Closer, pero principalmente, en analizar como los medios extranjeros siguen el tema.</p> <p> Hollande, que est&aacute; en pareja con la periodista Val&eacute;rie Trierweiler, de 48 a&ntilde;os, no quiso comentar pero tampoco neg&oacute; la informaci&oacute;n de Closer durante la rueda de prensa, aunque afirm&oacute; que su pareja atraviesa &quot;momentos dif&iacute;ciles&rdquo; y que es su principio &quot;tratar los asuntos privados en privado&quot;.</p> <p> Hollande prometi&oacute; que aclarar las dudas respecto al estatus actual de Trierweiler, hospitalizada poco despu&eacute;s de conocer la noticia -oficialmente por agotamiento-, antes de su viaje oficial a Estados Unidos, que comienza el 9 de febrero.</p> <p> &quot;El presidente franc&eacute;s se otorga un mes para decidir qui&eacute;n es la primera dama&quot;, titul&oacute; hoy en su portada el diario estadounidense The New York Post, cuya foto se propag&oacute; en las redes sociales y fue eje de art&iacute;culos de prensa y televisi&oacute;n en Francia.</p> <p> Hoy, la radio RTL afirm&oacute; que Gayet, militante del PS, demandar&aacute; a la revista Closer por dar a conocer el supuesto romance con el presidente, aunque la emisora no cit&oacute; fuentes y la noticia no fue confirmada por los abogados de la artista.</p> <p> En otro orden, la ministra de cultura Aurelie Filipetti anunci&oacute; hoy que &quot;debido a las circunstancias&quot; no nombrar&aacute; a Gayet como jurado del museo Villa M&eacute;dicis de la Academia de Francia en Roma pese a que estaba previsto con anterioridad.</p> <p> &nbsp;</p> <p> <strong>FUENTE: </strong><a href="http://www.telam.com.ar/notas/201401/48237-hollande-entusiasma-a-la-patronal-y-desencanta-a-la-izquierda.html" target="_blank">Telam</a><br /> &nbsp;</p></div>