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Fundamentar - Lecturas Recomendadas https://fundamentar.com Thu, 28 Mar 2024 11:38:24 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Desafíos y Preguntas en la Urgencia https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6560-desafios-y-preguntas-en-la-urgencia https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6560-desafios-y-preguntas-en-la-urgencia Desafíos y Preguntas en la Urgencia

¿Cuál es aquel camino que tengo que tomar?
Si solo hay un destino al que puedo llegar.
Es solo un momento
Es una mirada hacia atrás,
yo quiero saber, mi amor, si al llegar
vas a estar allí.

(Vicentico)

Como era de esperarse, la respuesta del peronismo nacional frente a la derrota electoral de las PASO, supuso una reconfiguración de los espacios de poder hacia el interior de buena parte del espectro oficialista. La salida de varios ministros y del propio Jefe de Gabinete no representan sólo un cambio de nombres con determinadas características personales, sino, el mayor protagonismo a nivel nacional del conjunto de gobernadores que, ahora sí, dicen sentirse mucho más contenidos desde Balcarce 50. Esta semana que acaba de concluir, tuvo un par de ejemplos cercanos que confirman la idea. Repasemos.

Dos hechos sirven como referencia de lo anterior. Por un lado, el rápido acuerdo logrado por el flamante ministro Julián Domínguez con los sectores agropecuarios por el tema exportación de carnes, con el consiguiente protagonismo de los gobernadores de las provincias donde la industria frigorífica tiene un peso relevante; y por otro, el anuncio de la llegada de 575 uniformados a la provincia de Santa Fe, más específicamente a la ciudad de Rosario, para atender el fenómeno de la narcocriminalidad de la otrora “Chicago” argentina. En ambos casos el gobernador Omar Perotti ganó en visibilidad nacional.

La situación refleja tres situaciones definitivamente nítidas. La primera es que el oficialismo parece concederle razón al santafesino a partir de las diferencias que éste último había planteado en ambas problemáticas, antes y durante la campaña electoral.

La segunda es que, aunque no resulte visible del todo, las coincidencias entre el jefe de la Casa Gris y el dúo Fernández – Fernández, no han quedado circunscriptas a un esquema electoral, sino que, producto de un análisis estructural de los protagonistas, el acuerdo llegó para quedarse.

Finalmente, la tercera novedad que traen estos días, es que, a suposición de que parte de la derrota se debió a que en el interior de estas provincias las limitaciones a las exportaciones, habrían incidido negativamente en no pocos sectores; y de que, en el caso santafesino, la promesa perottista de “Paz y Orden” no estaría siendo cumplida; el gobierno nacional vuelve sobre sus pasos dando por concluidas las restricciones a la exportación (medida exitosa en sí misma, ya  no respecto del marcado descenso del precio de la carne en mostrador, pero sí, cuanto menos, a su estabilización) y enviando varios centenares de uniformados a Rosario, situación a la que, la ministra saliente, se había negado sistemáticamente.

El ministro de seguridad Aníbal Fernández, y el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti.
El ministro de seguridad Aníbal Fernández, y el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti.

En este último sentido, es probable que, en los días por venir, comencemos a ver mucho más seguido por Casa Rosada al conjunto de gobernadores que tributan en en el peronismo. La semana que se fue muestra claramente el efecto del subibaja de las plazas de nuestra niñez: mientras el Jefe de Gabinete Juan Manzur gana protagonismo y se los hace ganar a sus colegas gobernadores, el presidente Alberto Fernández se corre de la visibilidad política cotidiana. La urgencia de la derrota marca nuevos desafíos a los cuales comienzan a subirse algunos mandatarios provinciales.

En este sentido, para el caso santafesino el límite es claro: por un lado, el arribo de las fuerzas federales deberá, cuanto menos, generar un escenario que brinde algo de calma en los barrios más acosados por cierta trama delictual y por otro, el precio de la carne debería tener una estabilidad tal, que no debilite (aún más) la palabra del gobernador que, en reiteradas ocasiones, había reclamado por la apertura de las exportaciones. Si en pocas semanas, ese bien cultural llamado asado se disparara nuevamente, resultaría muy difícil, casi imposible, de no vincular a los Perotti boys de la defensa de ciertas lógicas sectoriales.

Pero más allá de estas cuestiones que refieren a lo superestructural, el kirchnerismo en particular parece no encontrar el rumbo de cómo pararse en el contexto de esta campaña. Como si hubiera sufrido su primera derrota electoral de medio término de su historia (4 de 5), muchos dirigentes de segundas y terceras líneas, e incluso, no pocos militantes sin responsabilidades institucionales, se sienten desguarnecidos frente a las semanas que se vienen. Dicen, por ejemplo, extrañar la ausencia de una épica que sirva como elemento articulador de la acción política. Comparan, alegremente, como si los escenarios fueran transmutables, este pandémico 2021 con la crisis de la derrota de 2009, la cual parió la creación de la Asignación Universal por Hijo o la estatización de las AFJP, entre otros hechos relevantes. Quiero recordarles algo: ese conjunto de medidas, junto a otras, fueron posteriores a la derrota de 2009 y se construyeron y consolidaron con el correr de 24 meses que habilitaron el fenomenal triunfo de 2011.

Hay una fantasía simplista y recurrente en cierto kirchnerismo: el suponer que las fórmulas que fueron exitosas en “altro tempo” pueden replicarse sin más en la coyuntura de la pandemia. 2021 no es 2005, ni 2009, ni 2013. Si en los años siguientes, el kirchnerismo (como la versión más cercana al mejor de los peronismos en pleno siglo XXI) pudo sobreponerse a las derrotas de medio término, en cada una de ellas, las respuestas no fueron unívocas.

En cada una de esas elecciones la solidez económica era otra, no existía enfrente un bloque de poder tan decididamente consolidado y a nadie se le ocurría pensar que un virus podía alterar tanto nuestras cotidianeidades. No había una deuda externa pendiendo sobre nuestras cabezas cual espada de Damocles. No existía una oposición que apostaba a la desestabilización. Y tampoco el ánimo de nuestra gente estaba por el piso luego de más de 115.000 muertos y millones de contagiados en una pandemia.

No pocos sectores del oficialismo intentan, en medio de una campaña electoral, tensionar “por izquierda”. La reacción, que a veces pareciera histérica, sobre el déficit o el superávit de las cuentas públicas, se parece a esas discusiones que solo preocupan a los interesados en cierto metier. La pregunta es si buena parte del kirchnerismo no construye su propia contradicción sin haber entendido, no sólo los tiempos que hoy tocan vivir, sino a la propia jefa política que resulta, a la sazón, la figura más preclara de este tiempo.

Si se recurrió a un moderado para presidente, en acuerdo con un buen número de dirigentes con los cuales existía un distanciamiento evidente y con los que se construyó la idea de la “unidad en la diversidad”; si ante la elección de las candidaturas electorales, Cristina Fernández eligió a referentes que no se distinguían por su prosapia k; si ante la crisis de una derrota la salida es con el formato “clásico” de cierto pejotismo, fomentado por la propia vicepresidenta, la pregunta que huelga es si tiene sentido en el interregno de dos elecciones, con diferencia de 60 días, insistir con más progresía cuando, desde hace 28 meses se dan señales de ir por cierto tradicionalismo político, que es el resultante de los límites que ha impuesto la propia sociedad argentina. También resulta válido preguntarse, si es justa la queja sobre la tibieza de Alberto Fernández, cuando es la propia vicepresidenta la que nos dice, con sus actos, que no hay margen para un escenario de mayor audacia política. ¿Cree, en serio, cierto kirchnerismo, que puede emularse determinada épica aceptando de buen grado la decisión, producto de los limitantes de la época, de recostarse sobre aquellos sectores con los que no se tenía una relación fluida? ¿Está pidiendo la sociedad argentina más progresismo? Si ello fuera real, vale preguntarse también con qué actores y referentes institucionales de peso ello se puede construir. Y la pregunta del millón: ¿está dispuesta la propia referente a ir por esa épica?

https://twitter.com/INDECArgentina/status/1443651927250776076

Podría profundizarse el análisis tratando de responder a una pregunta que viene de los fondos de los tiempos: ¿en qué medida voluntarismo y pragmatismo pueden convivir en tiempos de vacas flacas que no refieren exclusivamente a las carencias económicas?

Estas líneas no están planteadas para la crítica, el desánimo o la desesperanza, sino para insistir que nada está definido del todo. Que el objetivo más urgente ni siquiera refiere a ganar o perder una elección de medio término, sino a empezar a cumplir el contrato electoral de 2019, teniendo en claro la doble pandemia que debimos atravesar en los últimos años: la macrista y la del Covid.

Parte de esto se refleja en el último dato que el Indec acaba de publicar sobre la pobreza: 40,6%. Es un número que en un país como el nuestro representa un cachetazo, sobre el cual no se puede construir ni épica ni celebración de ningún tipo. Pero que, a la vez, al compararlo con setiembre de 2020 (40,9%), refiere a que, pese al año de restricciones y penurias, la situación no se agravó. Ni por asomo podemos contentarnos. Pero, vaya pues, alguna forma discursiva que sirva para evitar la autoflagelación en tiempos de derrotas electorales en formato de PASO de medio término, y para reconocer la enorme virtud del peronismo que da una respuesta a la sociedad, con sus modos (a veces brutales), de cara a la sociedad, sin echar culpas sobre el electorado, ni mandarnos a dormir tempranamente en una noche de domingo.

Desde la base que supone la idea de la Comunidad Organizada, la actualización doctrinaria del kirchnerismo supo construir el concepto de que “Nadie se salva sólo”. Tal vez sea hora de recordarlo. La historia así lo demuestra.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 03 Oct 2021 11:10:37 -0300
Una Reivindicación de Años Agitados https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6139-una-reivindicacion-de-anos-agitados https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6139-una-reivindicacion-de-anos-agitados Cristina Fernández en la Feria del Libro. De fondo, una gigantografía de "Sinceramente".

Luego de la dura derrota electoral del 2015 y durante todo el 2016, el kirchnerismo tuvo fuertes autocríticas. Ya en 2017, algunos dirigentes dijeron algo así como que “el tiempo de autoflagelarnos terminó y es hora de demostrarles a los argentinos que podemos tener un país diferente al que nos plantea el ajuste de Macri”. En éste 2019, buena parte de esa autocrítica por lo ocurrido hace cuatro años está terminada. Sin embargo, al calor de la flamante fórmula presidencial Alberto Fernández - Cristina Fernández de Kirchner, se vio resurgir en algunos un sentimiento de culpabilidad por los caminos elegidos, no ya en referencia al 2015, sino más atrás en el tiempo, período que podríamos arbitrariamente ubicar entre los años 2008 y 2009, cuando algunos compañeros (representados ahora en la figura de Fernández) se alejaron del gobierno que encabezaba la ex presidenta.

La búsqueda de la amplitud y de la unidad con los que no piensan exactamente como uno es un aspecto positivo de esta nueva oposición que se está conformando contra el modelo de entrega, exclusión, deuda y hambre de Cambiemos. Cuanto más amplio y generoso sea el armado, mayores chances tendrá de derrotar al gobierno. En ese camino, reconocer errores y recomponer relaciones es una decisión acertada.

Ahora bien, el kirchnerismo debe acercarse desde lo que es, no desconociendo su propia identidad política, sino con orgullo por lo construido. Sería una equivocación pensar ahora que las decisiones más trascendentes de Cristina Fernández, durante 2008 y 2009, fueron un error. Las luchas con los sectores concentrados del campo por la resolución 125, con los sectores financieros por el fin de las AFJP y con los oligopolios de medios de comunicación por la Ley de Medios generaron un estallido de conciencia y de militancia que no sólo hizo posible el triunfo arrollador de 2011 frente a figuras como Binner, Duhalde, Carrió, Alfonsín y Rodríguez Saá, sino que también fue uno de los factores más importantes para sostener a CFK en el centro de la política nacional durante la larga noche macrista.

Jugando irresponsablemente con escenarios hipotéticos, podemos decir que de no haber tomado esas decisiones, Cristina posiblemente habría conservado a los Massa y a los Alberto Fernández -al menos por un tiempo-, pero habría renunciado al clamor popular, a ese fuego generado en miles y miles de argentinos que no se apagó en ninguna de las tantas veces que dieron por muerto al kirchnerismo y que tampoco se apagó un lluvioso día de abril, casi cuatro años después de haber terminado su mandato, haciendo explotar de gente a la Feria del Libro (en el corazón nada menos que de la Sociedad Rural), tan sólo para oír su voz.

Son otros tiempos. De unión, reencuentros y acuerdos para sacar de la Casa Rosada al peor gobierno elegido por el voto popular de toda nuestra historia. Pero el esfuerzo debe hacerse sabiendo que los desencuentros de ayer, fueron por decisiones acertadas que buscaban hacer de este, nuestro país, uno más justo, independiente, democrático y soberano.

Se terminaron los reproches, es hora de mirar para adelante. Vendrán nuevas batallas.

 

(*) Analista político de Fundamentar.com

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray (*) ) Opinión Tue, 21 May 2019 15:51:33 -0300
Junio: ¿Mes Bisagra? https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5901-junio-mes-bisagra https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5901-junio-mes-bisagra Junio: ¿Mes Bisagra?

Finalizó junio y con él un tiempo que ha traído “novedades” que poco nos alientan sobre los problemas sociales y políticos del país. ¿Será junio el peor mes de la era Macri? Algunos indicios ya se hacen visibles.

Acaba de terminar el mes de junio y con él un tiempo que ha traído “novedades” que poco nos alientan sobre los problemas sociales y políticos del país. Algunos meses atrás (Marzo), ante el deterioro evidente en la gestión del gobierno y en la imagen del presidente Mauricio Macri, el bloque dominante decidió un viraje en la estrategia política y fundamentalmente comunicacional: dejó de lado la idea de un “gobierno para todos” y retomó el foco, cual plena campaña electoral, en el adversario/enemigo que más cómodo le sienta, el kirchnerismo. El segundo trimestre se desarrolló en esos términos: todo lo malo que sucedía obedecía a la herencia recibida o a las obscuras e inconfesables intenciones del mundillo K que sólo estaba interesado en desgastar la imagen del oficialismo. En ese contexto, y a caballo del enorme aparato mediático que opera para el gobierno (tener en cuenta ahora la fusión entre Telecom y Cablevisión), omitiendo y tergiversando verdades evidentes, el frente que conduce el presidente logró frenar la caída, repechar la cuesta y retomar la iniciativa en algunos temas “sensibles” para la sociedad. En aquel momento, la cuenta la terminaron pagando, entre otros, los docentes que a nivel nacional se quedaron sin paritaria y los de la provincia de Buenos Aires que navegaron todo este tiempo sin una oferta superadora real que morigere el conflicto en el Estado más grande de la Argentina, cuestión que recién fue realizada y aprobada sobre los primeros días de julio.

Pero como las buenas no duran para siempre, y sobre todo si el proyecto no contempla a las mayorías, en este fenecido mes de junio, nuevamente el oficialismo enfrentó severos cuestionamientos que hacen dudar de sus chances electorales en este 2017.

El combo es variopinto: revisión, eliminación y supuesta vuelta atrás de miles de pensiones por discapacidad y por viudez que se cobraban hacía décadas; de los programas Pro.gre.sar que representan un aliciente para el estudio de los jóvenes menos favorecidos del sistema; un reciente aumento de los combustibles lo cual hace suponer un verificable traslado al índice de precios, un dólar que ya pasó la barrera de los $17 alcanzando un récord histórico y, una vez más, reforzando la espiral inflacionaria teniendo en cuenta la recurrente dependencia argentina del tipo de cambio; la confirmación del sobre endeudamiento al que se enfrenta el país para enfrentar gastos “corrientes” lo que llevó al extremo de tomar deuda por la friolera de cien años; el crecimiento del desempleo a lo largo y ancho del país re posicionando al Gran Rosario y al Gran Mar del Plata como las regiones más afectadas en un notable deja vú de los noventa; el escándalo del Correo Argentino que no cesa; el avance sobre la Justicia Laboral y las supuestas “mafias” que atentan contra la generación de empleo; el fracaso oficial en la posibilidad de declarar al país como mercado emergente lo cual le permitiría acceder a mejores condiciones de crédito internacional; y la represión en la 9 de Julio de la última semana son todos hechos que resumen este junio que se ha ido. Sí, señor lector. No es un recorrido por los últimos 18 meses de gestión presidencial ni mucho menos, sino que nos aconteció a todos, de una u otra manera, en los últimos treinta días.

¿Será junio el peor mes de la era Macri? Algunos indicios ya se hacen visibles. En las últimas horas  se conoció el nuevo Informe de Confianza en el Gobierno (ICG) que construye la Universidad Torcuato Di Tella y que habla de un deterioro persistente del índice como nunca se había visto en el último año y medio.

Se traducirá todo lo expuesto en una baja imagen de los candidatos de Cambiemos de aquí a las PASO y a las elecciones generales? Difícil de predecirlo. Básicamente, porque la gran apuesta gubernamental es seguir azuzando el fantasma K y una de las grandes dudas es saber si esa porción del electorado que en noviembre de 2015 le dio un voto de confianza al ex Jefe de Gobierno porteño, cansado de la gestión kirchnerista ha sido afectado y en qué medida por las políticas oficiales. ¿Habrá un nuevo voto de confianza, esperanzados en que, ahora sí, comenzarán a asomar los brotes verdes o el deterioro ya es inevitable de subsanar? Imposible saberlo ahora. Agosto y octubre nos darán alguna forma de respuesta. Lo concreto es que Junio no parece ser una buena plataforma de lanzamiento para Cambiemos.

 

(*) Analista político de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (MIGUEL GÓMEZ(*)) Opinión Wed, 05 Jul 2017 09:44:53 -0300
Macri lo Hizo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5320-macri-lo-hizo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5320-macri-lo-hizo Macri lo Hizo

Macri lo hizo. De esa manera se interpretaba durante la semana anterior, la enorme movilización que aglutinó, por primera vez en la historia, a las cinco centrales sindicales argentinas. Escenario impensado algunos pocos meses atrás, el dinámico escenario político nacional dio una nueva señal que merece ser puesto bajo análisis.

Una pregunta a responder es si este conjunto movilizado representa, ya, un nuevo bloque monolítico de disputa y expresión de poder. Nada más alejado de la realidad. Si alguien, previamente, pensaba en un sentido afirmativo, la respuesta vino rápidamente de la mano de Luis Barrionuevo quien más temprano que tarde despegó su cuerpo de la movilización, justificando su postura en razones de identificación partidaria que parecieron desconectadas del sentido general que tenía el hecho político, y anunciando la recepción en el Día del Trabajador al jefe del gobierno que era sujeto de cuestionamiento por sus pares sindicales.

Es dudoso suponer que siquiera alguna de las personas asistentes al masivo acto supusiera que, de ahora en más, el sindicalismo argentino se muestre unido en la acción y en la construcción política, eliminando de un plumazo, décadas de atomización sindical. En una charla en off con referentes sindicales rosarinos, el comentario era coincidente: más allá de los matices todos señalaban el importante número de trabajadores movilizados pero también comentaban que muchos gremios se habían retirado antes o durante el tiempo de los discursos. Las diferencias son claras y están a la vista. Por historia y también por metodología de construcción política. 

Pero el hecho político es claro: luego de la experiencia histórica de los 90', con un gobierno que cuenta con parte de su discurso que rememora ese período y de unos cuantos funcionarios que fueron protagonistas de ese tiempo, varios sindicatos se movilizaron por lo que ya es una realidad (revisar el crecimiento del desempleo en el sector público y en algunas ramas de la actividad industrial), pero la mayoría lo hizo como un alerta a un tiempo que no quieren volver a vivir.

La postura oficial tampoco parece ayudar por cierto. Negación al comienzo (algún funcionario afirmó por allí que los trabajadores se movilizarían por la celebración del 1° de Mayo), y declaraciones que tenían mucho de cinismo después (Marcos Peña señaló que el gobierno trabajaba por los mismos objetivos de los trabajadores); ambos momentos parecieron ahondar las diferencias pero, antes que nada, suponen una lectura oficial errónea de lo que sucedió, pero fundamentalmente, de lo que viene.

Valía preguntarse entonces, cómo sería la interpretación a la luz pública del Pte. Mauricio Macri. Y la respuesta vino de la mano del acto anteriormente señalado que fuera organizado por los gastronómicos que conduce Luis Barrionuevo. Sin temor de quedar en el ridículo, y tratando de activar ciertas coincidencias con aquellos sectores sociales que vinculan al empleo público con la vagancia, el líder de PRO no dudó en señalar que "hace cinco años que no se genera trabajo de calidad, porque ocultaron el desempleo con trabajo público inútil. La primera víctima es la persona, cuando se da cuenta que no cumple una tarea útil para la sociedad. La suma de los empleos inútiles es una ruta descuidada donde los argentinos pierden la vida”. Como puede verse, el oficialismo no ha elegido poner paños fríos a una situación que lo condiciona a poco menos de cinco meses de haber llegado al poder, sino que intenta reforzar un discurso confrontativo, tratando de mostrar una fortaleza que algunos actores políticos a esta altura ya dudan que tenga y cuando, diversos referentes mediáticos que han actuado como soporte ideológico de la campaña pero también de la inicial administración oficialista, han comenzado a mostrarse muy preocupados por la falta de gestión política que atraviesa el gobierno, habiendo "perdido la calle" a manos del kirchnerismo puro y duro primero (citación a Cristina en Tribunales) y de una gran mayoría de sindicalistas naturalmente opositores (y otros no tanto), después.

El tiempo actual muestra un escenario de marcada incertidumbre que alcanza a propios y extraños. Será necesario un viraje en la construcción política que, cotidiana y estratégicamente, intenta el gobierno nacional. Las alternativas podrán ser de lo más variadas. Pero sólo hay una cosa segura. El sol no puede taparse con la mano...    

 

(*) Politólogo de la Fundación Para la Integración Federal

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hola@fundamentar.com (MIGUEL GÓMEZ(*)) Opinión Tue, 03 May 2016 23:00:45 -0300
Leer la Realidad Más Allá de la Derecha y la Izquierda (II) https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5063-leer-la-realidad-mas-alla-de-la-derecha-y-la-izquierda-ii https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5063-leer-la-realidad-mas-alla-de-la-derecha-y-la-izquierda-ii Leer la Realidad Más Allá de la Derecha y la Izquierda (II)

Hoy en día las palabras “izquierda” e “izquierdista” vienen frecuentemente acompañando gran parte de las conversaciones políticas cotidianas e inexorablemente volvemos al tan trillado debate acerca de la existencia de la derecha y la izquierda en los tiempos de la post modernidad, que sería ahora. La discusión es clave cuando se refiere a América Latina, donde en los últimos diez años y más ha habido un corrimiento hacia la izquierda de los gobiernos de la región en contraposición a la década de los noventa en que imperaron las políticas y gobiernos de corte neoliberal.

Hace algunos años en un artículo similar a este me encomendaba a la tarea, para nada simple, de intentar ser elocuente y simple en el análisis de si aún podemos hablar de izquierda y derecha en la forma tajante que se hablara décadas atrás, e incluso siglos. En numerosas ocasiones, sobre todo en la política latinoamericana actual, muchos analistas consumen su tiempo en el debate de esta cuestión, concentrando sus esfuerzos en una búsqueda incansable de etiquetas que, a mi criterio, ya no pueden ser tan determinantes y tajantes como antaño.

Como sabemos, la política es una arena, un campo de batalla, donde distintos actores se juegan todo por el todo en pos de alcanzar un lugar en dicho universo. Como en toda lucha, los escenarios se modifican, lo hacen continuamente y no necesariamente siguiendo patrones iguales. Luego están las ideologías, los principios rectores en los cuales nos ubicamos o ubicamos a quiénes nos representan. Y pese a la diversidad de fuerzas políticas que puedan llegar a encontrarse en el espectro político, sus extremos son dos: como ya imaginarán, hablamos de la izquierda y de la derecha.

La primera pregunta que nace entonces es a qué nos referimos cuando hablamos de izquierda y derecha. En retrospectiva, la historia de los términos “derecha” e “izquierda” se remonta a los años de la Revolución Francesa. En aquellos tiempos en que la Asamblea Constituyente debatía sobre el futuro de Francia, los diferentes grupos que estaban a favor o en contra de la monarquía se ubicaban en distintos lugares. Desde la perspectiva de alguien que entrara a la cámara los revolucionarios, es decir, quienes se oponían a la monarquía (los jacobinos) estaban ubicados en el extremo izquierdo de dicho lugar; por su parte, los funcionarios que ocupaban la mayoría de los ministerios de gobierno (los girondinos), se sentaban en las bancas inferiores, más próximas a los estrados y se reunían a discutir entre sí en el rincón derecho del recinto.

La Revolución Francesa, como sabemos, sentó las bases de muchas nociones básicas de la vida política y social actual. La dicotomía entre derecha e izquierda no parece ser la excepción a la regla. Es así que aún hoy, salvando las obvias diferencias, solemos considerar “izquierda” a aquellos actores que, como los jacobinos, buscan transformar de forma radical y profunda la disposición de las cosas y las reglas de juego de la vida socio – política e identificamos con la “derecha” a otros que, como los girondinos, defienden el status quo o regresar al orden “alterado” por las transformaciones radicales. Con el tiempo, a dichas definiciones se han sumado condimentos de otro tipo, como la asociación de la derecha tendiente a defender los derechos individuales y a la izquierda más cercana a la idea de bien común o social.

La amenaza “izquierdista” en América Latina es un cliché utilizado por actores con intereses opuestos a las políticas de alto contenido social llevadas a cabo por gran parte de los gobiernos de la región en los últimos años.

Más allá de la derecha y la izquierda en su acepción más pura, la segunda pregunta que surge es cuál es la vigencia que tales absolutos poseen en el juego político actual. Lo cierto es que vivimos en un mundo con un mercado predominantemente guiado por la lógica liberal, que prioriza las libertades individuales por encima del bien común. ¿Significa ello que el Estado deba seguir la misma lógica? ¿Es posible la existencia de un Estado que conjugue principios de transformación profunda en un contexto internacional dominado por las variables económicas y la especulación?

Pues bien, si consideramos que la ideología es la forma en que los diferentes actores leen la realidad, entonces podríamos decir que un Estado que lea su realidad alejada del polo de la derecha, -incluso en un contexto económico internacional “derechizado”- es totalmente posible. No significa por ello que necesariamente hablemos de un Estado de izquierda. Las sociedades son organismos vivos que desde sus comienzos se han caracterizado por su dinamismo y en consecuencia por su creciente diversificación. Cuando la sociedad se diversifica es razonable que el Estado lo haga también.

Como sabemos, los medios de comunicación cumplen en ciertas ocasiones el rol de mediadores entre la sociedad y la política, ya que no sólo son formadores de opinión, sino también de perfiles e imágenes. Su rol en el juego político en numerosas oportunidades se encuentra atravesado por intereses específicos que, por tanto, terminan de definir la interpretación altamente subjetiva de las cuestiones políticas. También esto explica por qué algunos grupos exponen la dicotomía derecha-izquierda como última explicación de la realidad política.

Como ya se dijo, los conceptos de izquierda y derecha nacieron con la Revolución Francesa, pero muchos politólogos consideran que han perdido gran parte de su fuerza como expresiones tácitas de posición política. No obstante, incluso en la actualidad se suele seguir invitando a la opinión pública a pensar la realidad en términos de izquierda y derecha utilizando dichos conceptos de manera inmutable sin otro propósito más que crear etiquetas políticas negativas sobre ciertos gobiernos. La amenaza “izquierdista” en América Latina es un cliché utilizado por actores con intereses opuestos a las políticas de alto contenido social llevadas a cabo por gran parte de los gobiernos de la región en los últimos años.

En el caso de Argentina, a más de una década de la llegada de Néstor Kirchner al poder, se sigue escuchando esta discusión entre izquierda y derecha. Existen enconados debates sobre si las políticas llevadas a cabo desde entonces pertenecen puramente a un lado u otro del gran espectro político. Lo que se pierde de vista –voluntaria y/o involuntariamente- es que quizá lo que importa no es la etiqueta que debería adjudicársele a un gobierno como el kirchnerista sino aceptar que la política argentina vive uno de los períodos políticos más efervescentes de las últimas décadas y que ello no debe considerarse necesariamente como algo negativo. Lejos parecen haber quedado los tiempos de una reinante indiferencia social y el autismo frente a lo que pasa en el mundo de la política. Como consecuencia de ello, las divergencias y la diversidad de opiniones también se han multiplicado.

La oposición comienza a darse cuenta que existen límites a los retrocesos que la sociedad argentina actual está dispuesta a negociar. 

Más allá del debate entre izquierda y derecha, el Kirchnerismo ha tenido la habilidad de crear un “punto de referencia” habiéndolo elevado por encima de niveles históricos que se resumen en la frase “nunca menos”. Ese punto de referencia es lo que cada argentino espera, o debería esperar, de los gobiernos venideros más allá del lugar en el espectro político donde queramos colocarlo. El mágico cambio en el discurso electoral de Mauricio Macri en los últimos tiempos es un claro ejemplo de ello. La oposición comienza a darse cuenta que existen límites a los retrocesos que la sociedad argentina actual está dispuesta a negociar.

El Estado ha dejado de ser antónimo de eficiencia. La última década ha visto de la mano del Kirchnerismo una revalorización de la idea de obra pública, de lo estatal e incluso del pago de impuestos como una forma de construir bienestar mediante sistemas solidarios en pos de bienes colectivos. Es cierto, quizá estemos más cerca de la izquierda que antaño, no como un absoluto político, sino más bien como un recordatorio de la necesidad de conservar el instinto transformador.

En un mundo donde priman los principios económicos liberales, tenemos que obligarnos a pensar (en palabras del Pepe Mujica) “qué sería del mundo si no existiera una actitud de izquierda, que aún en el fracaso obliga a repartir, tiene un grito solidario, se acuerda de los que van quedando al costado del camino… ¡qué desastre sería el hombre”. 

 

(*) Licenciada en Relaciones Internacionales de la Fundación para la Integración Federal

 

-Nota del editor: Este artículo fue recepcionado el 01 de Agosto de 2015

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hola@fundamentar.com (NOEMÍ S. RABBIA) Opinión Mon, 24 Aug 2015 16:55:35 -0300
Fuerte Repudio a La Nación por Comparar al Gobierno con el Nazismo https://fundamentar.com/nacional/item/2138-fuerte-repudio-a-la-nacion-por-comparar-al-gobierno-con-el-nazismo https://fundamentar.com/nacional/item/2138-fuerte-repudio-a-la-nacion-por-comparar-al-gobierno-con-el-nazismo Encabezado de la edición on line de la repudiada editorial del diario La Nación

La comunidad judía manifestó hoy su rechazo al editorial “1933” publicada por el matutino donde se propone comparar al régimen de Adolf Hitler con el kirchnerismo.

La comunidad judía rechazó hoy fuertemente la editorial titulada “1933” publicada por el diario La Nación en su edición impresa donde se advierte que “los trágicos hechos que acompañaron la caída de la República de Weimar y el comienzo del Tercer Reich deben mover a reflexión a los argentinos”, estableciendo, sin nombrar, una clara comparación entre lo que sucedió con el nazismo y lo que podría suceder en Argentina con el kirchnerismo.

En ese sentido, el presidente de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Julio Schlosser, explicó: “Nosotros entendemos que lo que sucedió en Alemania en la época nazi no se puede comparar. Porque si no, sería banalizar a los muertos”.

“Nosotros entendemos que lo que sucedió en Alemania en la época nazi no se puede comparar. Porque si no, sería banalizar a los muertos”.

“A partir de allí, nosotros fijamos nuestra posición en el sentido en que invitamos a todos los sectores políticos y periodistas a dejar el tema de la Shoa reservado para la Shoa. Y no mezclarlo ni aun diciendo que no admite comparación. Si no admite comparación no lo comparemos”, agregó.

Asimismo, indicó: “Nosotros expresamos nuestra posición. Nosotros no tenemos una posición política. Decimos que si hay algo que no se puede comparar, no lo comparemos”.

Por su parte, el vicepresidente de la entidad, Waldo Wolff, sostuvo: “Este ha sido un ejemplo desafortunado, manifestamos nuestro repudio”.

 

LA COMPARACIÓN HISTÓRICA

Desde otra perspectiva, el historiador y profesor de la UBA, Sergio Wischñevsky, planteó: “Es saludable mezclar política e historia, pero la comparación tiene que tener algún tipo de sustento”.

“En esa nota se hace todo un recorrido de la historia del nazismo y cómo inicialmente Hitler llega al poder con no muchos votos y poco a poco se va haciendo de un poder totalitario y lo compara con el kirchnerismo de una forma un poco burda porque en todo momento dice 'salvando las distancias' pero esa muletilla sirve para decir 'esto es lo mismo que el nazismo'”, describió Wischñevsky.

Además, el profesor remarcó: “Comparar actitudes militantes con actitudes nazis es una manera inteligente de meter una chicana, porque en ningún momento dicen 'las juventudes hitlerianas son La Cámpora'. El tema es dejar flotando la sensación de: 'Miren lo que fue el nazismo ojo porque -al kirchnerismo ni siquiera lo nombra- acá puede pasar lo mismo. El problema es confundir de esa manera. Acá hubo una ley de medios votada por el Congreso que no se pudo aplicar y Hitler por decreto expropió todos los medios de comunicación”.

Por último, Wischñevsky sostuvo: “No tiene sentido ir al rigor histórico de hacer una comparación punto por punto entre kirchnerismo y hitlerismo. Si uno entra es como que de algún modo ganó esa postura. Uno queda obligado a demostrar que el kirchnerismo no es nazismo. Yo creo que más que hacer ese ejercicio habría que repudiar directamente que se tome un tema tan grave como el nazismo y se intente confundir. El tema es tomado con demasiada liviandad. El nazismo realmente fue peligroso, condenable y cometió crímenes de lesa humanidad. Y la sola posibilidad de compararlo con esto ya es perdonarlo. Además, la nota ni siquiera está firmada”.

Por su parte, consultado por la editorial de La Nación, el director del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti, Eduardo Jozami, expresó: “Me parece escandaloso, no sé qué adjetivo utilizar. Son dos situaciones tan incomparables que solamente con mucha mala fe y mucho afán de confundir se puede hacer esa comparación”.
 

FUENTE: Infonews

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hola@fundamentar.com (Fabián Vidoletti) Argentina Tue, 28 May 2013 12:51:34 -0300