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Fundamentar - Noticias Este portal pretende hacer un aporte a la cualificación del debate político y económico en la Argentina. Ponemos ideas en discusión que pretenden servir para que surjan otras visiones que enriquezcan el análisis. https://fundamentar.com/articulos/noticias/itemlist/tag/CONGRESO%20DE%20LA%20NACION 2024-05-02T18:46:51-03:00 Joomla! - Open Source Content Management Ambigüedades 2024-04-28T08:46:34-03:00 2024-04-28T08:46:34-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6816-ambigueedades Miguel Gómez (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/11771f349e843f5fb7ddf89838ba5f05_S.jpg" alt="El Dios Jano" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3 style="text-align: right;"><em>Todo lo que me importaba, desde tu llegada no importa ya.</em><br /><em> Lo que parecía difícil ya no representa dificultad,</em><br /><em> ah, rio con facilidad.</em></h3> <h3 style="text-align: right;"><em>Pero me pongo a dudar,</em><br /><em>me confundo y no distingo</em><br /><em> si está bien o si está mal…</em></h3> <h3 style="text-align: right;">“Bien o Mal” - Julieta Venegas</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>La Real Academia Española establece dos acepciones para el término ambigüedad. En lo referente a la persona la define como aquella que “con sus palabras o comportamiento, vela o no define claramente sus actitudes u opiniones”.</p> <p>Es invariablemente cierto que la política argenta de este tiempo convive con no pocas indefiniciones taxativas. Muchas veces, a los posicionamientos ideológicos consolidados se los mira con el desdén de supuestos republicanos que, a la vez que reivindican hacia afuera el consenso como eje excluyente, toleran, hacia adentro, insultos y maltratos varios de un presidente que, pese a la empatía que pueda generarnos en su condición de outsider, nada tiene de espíritu democrático en su accionar cotidiano. La penúltima semana de abril fue rica en posicionamientos que, al igual que como lo anticipa el epígrafe, cuando se afina la mirada, uno no puede descubrir si ciertos protagonistas creen que hacen el bien o hacen el mal. Recorrido por días de decir una cosa para luego terminar aceptando otra contrapuesta. Pasen y vean. Sean todos y todas bienvenidos.</p> <p>En el país, la política pude ser pensada y analizada desde muchos ámbitos pero podríamos decir que sobresalen tres: la calle, esa que refiere a cómo se dirimen los conflictos en el ámbito público, algo idiosincrático que atrae a no pocos observadores extranjeros; el palacio, que versa sobres las roscas y contra roscas de los poderes de turno, refieran a la estatalidad o a los juegos de los sectores económicos más determinantes; o desde los resultados, esa que explica las condiciones de vida material de la población que se analiza.</p> <p>Debe decirse que, más allá de los estilos y relatos que elijamos, ninguno de ellos debería ser exclusivo para arrimarnos al conocimiento de cierta verdad relativa. Sobre todo en días donde la calle y el palacio no parecieron actuar con la misma sincronía y donde personajes que el martes reclamaban por el accionar del Poder Ejecutivo, el miércoles se negaron, contando con las herramientas de las que disponen desde el Poder Legislativo, a imponer alguna forma de límite que rectifique cierto desmadre que el mileismo ha sabido aplicar.</p> <p>Tres hechos políticos sintetizaron la semana: la cadena nacional que hizo el presidente de la Nación Javier Milei el día lunes, la convocatoria por la defensa de la universidad pública y la aprobación del dictamen de mayoría oficialista para una remozada ley Bases.</p> <p>https://twitter.com/OPRArgentina/status/1782564411137290719</p> <p>En el comienzo de semana, el discurso presidencial pareció ofrecer más de lo mismo, en un estilo que ya parece definitivamente consolidado. Una puesta en escena con formalidades de décadas pasadas y con la majestuosidad que imponen ciertas solemnidades, el jefe de los libertarios apareció flanqueado por los cuatro funcionarios (parados) más importantes del área económica. El discurso fue leído de manera rápida, con las complejidades propias de dar explicaciones de la macroeconomía que el gran público no suele prestarle atención, tratando de imponer una idea de fortaleza que el libertarismo desea como el agua. No se privó de plantear unas cuantas mentiras, articulando un discurso muy parecido a los que ya ha brindado en la asunción del mando y en la inauguración del período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación. Los tres, casi calcados.</p> <p>Esa presentación presidencial, que intentó mostrar como un logro histórico un supuesto superávit fiscal construido a base de licuación, motosierra y posponiendo pagos para adelante, tuvo nulo impacto en favor de los intereses del oficialismo. En rigor, debe decirse que fue pensada como una estrategia para quitarle centralidad a una movilización a favor de la universidad pública y en contra de los recortes gubernamentales, la cual se preveía masiva.</p> <p>La marcha, que se tradujo en cientos de miles de argentinos participando del reclamo en las principales ciudades del país, tuvo una doble consecuencia: interpeló a un sector del electorado mileista, el cual pudo apreciar en primera persona el accionar libertario ofensivo y obligó al oficialismo a brindar distintos tipos de respuesta. Desde el presidente que afirmó que la movilización se producía por una causa noble pero por motivos oscuros (siempre presente la díada luz - oscuridad), pasando por todo el arco panlibertario (PRO y aliados) que se enfocó en la denuncia de “kioskos” universitarios que serían la base de una hipotética estructura corrupta y la frutilla del postre que representa la idea de un supuesto adoctrinamiento en las casas de altos estudios del país. Denuncian lo que no conocen. Fin.</p> <p>En ese devenir movilizante debe afirmarse que, por lo menos en Rosario, la marcha no fue policlasista. Era notorio que no estuvieron presente los sectores más y menos favorecidos de la sociedad. El componente exclusivo fue de clase media, más allá de los ingresos de cada uno y de cómo lo afecte a cada quien las medidas económicas impuestas desde el 10 de diciembre pasado.</p> <p>Una adenda como al pasar, fundamentado en algún diálogo de militante del territorio en Rosario. “Tenemos que hablar con nuestros vecinos, aunque sea de a uno. En los barrios la noticia pasó totalmente desapercibida porque en definitiva, los compañeros no están enterados de qué se está discutiendo”. Más allá de la certeza de la afirmación y de que ello pueda o no ser válidamente generalizable, en el semblanteo de dos vueltas a la plaza San Martín que este analista pudo realizar, no parece que esas afirmaciones resultaran inexactas.</p> <p>https://twitter.com/somostelam/status/1783317017216393610</p> <p>Sí puede decirse que la marcha fue intersectorial, lo que no deja de ser un valor en sí mismo. Estudiantes, egresados ya avanzados en años, trabajadores y trabajadoras referenciados en los sindicatos que los nuclean, artistas, referentes intelectuales y mucha “gente suelta” se dio cita para defender uno de los bastiones culturales que definen la vida comunitaria en la Argentina.</p> <p>Afirmamos lo anterior, no para bajarle el precio a la movilización desde un supuesto prejuicio que no existe, sino para valorar en su verdadera dimensión lo que supone el 23 de abril y lo que vino sucediendo en las horas y días posteriores.</p> <p>Recordemos que el evento tuvo como principales protagonistas de su realización al conjunto de rectores universitarios que abrevan en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que contó con el apoyo inicial del conjunto del estudiantado, de las centrales obreras y que interpeló en línea directa a la Unión Cívica Radical, partido que ha sabido construir una buena parte de sustentación política desde los claustros universitarios.</p> <p>La presencia en la marcha era una cita de honor para el viejo radicalismo y para sus actuales dirigentes sub 50 que “brillan” en el firmamento de la política nacional. La convocatoria fue un éxito, y más allá de ciertos enojos porque el peronismo se sumó al convite en sus distintas vertientes organizativas, generó la (falsa) expectativa de que el gobierno nacional sufriría una nueva lección cuando el día miércoles se convocaba a una sesión especial para reimponer el FONID (Fondo de Incentivo Docente) y sancionar el reajuste previsional.</p> <p>Pero la ambigüedad le ganó la pulseada a ciertas convicciones declamadas. ¿Las razones? La política argentina se sigue consolidando, nos guste o no, en la antítesis peronismo / anti peronismo. Incluso podríamos tentarnos en re versionarla en los términos de Estado versus libertarios, pero por ahora para eso falta, ya que la sustancia institucional del mileismo es definitivamente pobre.</p> <p>Lo que habilita o no el logro de ciertos acuerdos, deviene de que si los mismos son conducidos y protagonizados o no por el peronismo. La actual dirigencia radical no tuvo empacho en explicar, más allá del genial detalle de un colectivero reclamando en la calle por el quorum a Rodrigo de Loredo, que no quería quedar pegada al accionar legislativo del bloque más importante de la Cámara de Diputados, prefiriendo seguir negociando con el Poder Ejecutivo todo lo que se pueda.</p> <p>Pero la ambigüedad no quedó circunscripta a lo sucedido en la esquina de Entre Ríos y Rivadavia en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Dos casos alcanzan a los rosarinos en particular y a los santafesinos en general. Para el primero debe decirse que no dejó de llamar la atención, la buena onda que quedó expuesta entre el presidente y el intendente de la ciudad Pablo Javkin en la 7ma. Cena Anual de la Fundación Libertad. Difícil de aceptar si se pone bajo perspectiva lo que el papá de Conan suele afirmar de los radicales.</p> <p>Para el segundo, más cercano a la distancia temporal, refiere al gobernador Maximiliano Pullaro, que en el acto de subasta del primer lote de soja en la Bolsa de Comercio, hecho al que se somete el conjunto de la dirigencia local en un acto de pleitesía que reflejan los tiempos que vivimos, reclamó al gobierno nacional por las obras de infraestructura en la región para el desarrollo productivo. Segunda adenda como al pasar: si el reclamo es tan potente, ¿por qué los funcionarios santafesinos del sector, en el encuentro con sus pares nacionales, emiten comunicados de tanta concordancia y empatía? Pregunta que no tendrá respuesta.</p> <p>Sobre final de la semana hábil llegó una buena noticia para el PEN. El libertarismo obtuvo dictamen de mayoría en comisiones, a fuerza de acuerdos con aliados que el presidente suele despreciar, para el tratamiento de una recortadísima ley Bases en el día lunes. La situación política es tan precaria que mientras algunos por lo bajo piden (y desean) que Milei no se envalentone con el uso de redes durante el fin de semana, otros no están del todo seguros de que no se produzca el mismo episodio de semanas atrás, donde la ley fue aprobada de manera general, pero se fue cayendo a medida que se votaban los artículos en particular. Todo parece indicar, que pese a ciertas incertezas declarativas, el oficialismo cuenta con otro escenario a su favor, aunque nadie festeje a cuentas.</p> <p>https://twitter.com/gerpmartinez/status/1783651819249340870</p> <p>Las ambigüedades fundamentan la doble cara de Jano. Pero hablar de legisladores que traicionan con su accionar lo que hacen 24 horas antes, habiendo puesto el cuerpo a una fenomenal demanda popular, es errar el foco del análisis por simplista. Lo que tal vez debamos preguntarnos sobre el caso emblemático de los De Loredo de la vida, es descubrir a quién o quiénes representan estos personajes.</p> <p>Córdoba, con una historia muy rica de vida universitaria, fue la segunda movilización por volumen de ciudadanos y ciudadanas asistentes, pero es la misma provincia donde se acompañó a Milei con un 75% de los votos. Nada se modifica de manera tan rápida y mucho menos en una provincia donde el vínculo institucional con lo que represente cualquier idea de lo nacional y popular se ha esmerilado desde hace décadas.</p> <p>Una hipótesis de trabajo redunda en preguntarse, más allá de nuestras diatribas, si esa generación de dirigentes que hemos nombrado en el artículo de hoy no representan ambas vertientes: como emergentes y referentes de ciertas disputas por la defensa de la universidad pública ¿no representan a buena parte de ese sector social al que no le interesan las banderas nacionales y populares, a riesgo de que el libertarismo se los lleve puestos definitivamente por delante? Preguntas. Con la ambigüedad como bandera.</p> <p>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/11771f349e843f5fb7ddf89838ba5f05_S.jpg" alt="El Dios Jano" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3 style="text-align: right;"><em>Todo lo que me importaba, desde tu llegada no importa ya.</em><br /><em> Lo que parecía difícil ya no representa dificultad,</em><br /><em> ah, rio con facilidad.</em></h3> <h3 style="text-align: right;"><em>Pero me pongo a dudar,</em><br /><em>me confundo y no distingo</em><br /><em> si está bien o si está mal…</em></h3> <h3 style="text-align: right;">“Bien o Mal” - Julieta Venegas</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>La Real Academia Española establece dos acepciones para el término ambigüedad. En lo referente a la persona la define como aquella que “con sus palabras o comportamiento, vela o no define claramente sus actitudes u opiniones”.</p> <p>Es invariablemente cierto que la política argenta de este tiempo convive con no pocas indefiniciones taxativas. Muchas veces, a los posicionamientos ideológicos consolidados se los mira con el desdén de supuestos republicanos que, a la vez que reivindican hacia afuera el consenso como eje excluyente, toleran, hacia adentro, insultos y maltratos varios de un presidente que, pese a la empatía que pueda generarnos en su condición de outsider, nada tiene de espíritu democrático en su accionar cotidiano. La penúltima semana de abril fue rica en posicionamientos que, al igual que como lo anticipa el epígrafe, cuando se afina la mirada, uno no puede descubrir si ciertos protagonistas creen que hacen el bien o hacen el mal. Recorrido por días de decir una cosa para luego terminar aceptando otra contrapuesta. Pasen y vean. Sean todos y todas bienvenidos.</p> <p>En el país, la política pude ser pensada y analizada desde muchos ámbitos pero podríamos decir que sobresalen tres: la calle, esa que refiere a cómo se dirimen los conflictos en el ámbito público, algo idiosincrático que atrae a no pocos observadores extranjeros; el palacio, que versa sobres las roscas y contra roscas de los poderes de turno, refieran a la estatalidad o a los juegos de los sectores económicos más determinantes; o desde los resultados, esa que explica las condiciones de vida material de la población que se analiza.</p> <p>Debe decirse que, más allá de los estilos y relatos que elijamos, ninguno de ellos debería ser exclusivo para arrimarnos al conocimiento de cierta verdad relativa. Sobre todo en días donde la calle y el palacio no parecieron actuar con la misma sincronía y donde personajes que el martes reclamaban por el accionar del Poder Ejecutivo, el miércoles se negaron, contando con las herramientas de las que disponen desde el Poder Legislativo, a imponer alguna forma de límite que rectifique cierto desmadre que el mileismo ha sabido aplicar.</p> <p>Tres hechos políticos sintetizaron la semana: la cadena nacional que hizo el presidente de la Nación Javier Milei el día lunes, la convocatoria por la defensa de la universidad pública y la aprobación del dictamen de mayoría oficialista para una remozada ley Bases.</p> <p>https://twitter.com/OPRArgentina/status/1782564411137290719</p> <p>En el comienzo de semana, el discurso presidencial pareció ofrecer más de lo mismo, en un estilo que ya parece definitivamente consolidado. Una puesta en escena con formalidades de décadas pasadas y con la majestuosidad que imponen ciertas solemnidades, el jefe de los libertarios apareció flanqueado por los cuatro funcionarios (parados) más importantes del área económica. El discurso fue leído de manera rápida, con las complejidades propias de dar explicaciones de la macroeconomía que el gran público no suele prestarle atención, tratando de imponer una idea de fortaleza que el libertarismo desea como el agua. No se privó de plantear unas cuantas mentiras, articulando un discurso muy parecido a los que ya ha brindado en la asunción del mando y en la inauguración del período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación. Los tres, casi calcados.</p> <p>Esa presentación presidencial, que intentó mostrar como un logro histórico un supuesto superávit fiscal construido a base de licuación, motosierra y posponiendo pagos para adelante, tuvo nulo impacto en favor de los intereses del oficialismo. En rigor, debe decirse que fue pensada como una estrategia para quitarle centralidad a una movilización a favor de la universidad pública y en contra de los recortes gubernamentales, la cual se preveía masiva.</p> <p>La marcha, que se tradujo en cientos de miles de argentinos participando del reclamo en las principales ciudades del país, tuvo una doble consecuencia: interpeló a un sector del electorado mileista, el cual pudo apreciar en primera persona el accionar libertario ofensivo y obligó al oficialismo a brindar distintos tipos de respuesta. Desde el presidente que afirmó que la movilización se producía por una causa noble pero por motivos oscuros (siempre presente la díada luz - oscuridad), pasando por todo el arco panlibertario (PRO y aliados) que se enfocó en la denuncia de “kioskos” universitarios que serían la base de una hipotética estructura corrupta y la frutilla del postre que representa la idea de un supuesto adoctrinamiento en las casas de altos estudios del país. Denuncian lo que no conocen. Fin.</p> <p>En ese devenir movilizante debe afirmarse que, por lo menos en Rosario, la marcha no fue policlasista. Era notorio que no estuvieron presente los sectores más y menos favorecidos de la sociedad. El componente exclusivo fue de clase media, más allá de los ingresos de cada uno y de cómo lo afecte a cada quien las medidas económicas impuestas desde el 10 de diciembre pasado.</p> <p>Una adenda como al pasar, fundamentado en algún diálogo de militante del territorio en Rosario. “Tenemos que hablar con nuestros vecinos, aunque sea de a uno. En los barrios la noticia pasó totalmente desapercibida porque en definitiva, los compañeros no están enterados de qué se está discutiendo”. Más allá de la certeza de la afirmación y de que ello pueda o no ser válidamente generalizable, en el semblanteo de dos vueltas a la plaza San Martín que este analista pudo realizar, no parece que esas afirmaciones resultaran inexactas.</p> <p>https://twitter.com/somostelam/status/1783317017216393610</p> <p>Sí puede decirse que la marcha fue intersectorial, lo que no deja de ser un valor en sí mismo. Estudiantes, egresados ya avanzados en años, trabajadores y trabajadoras referenciados en los sindicatos que los nuclean, artistas, referentes intelectuales y mucha “gente suelta” se dio cita para defender uno de los bastiones culturales que definen la vida comunitaria en la Argentina.</p> <p>Afirmamos lo anterior, no para bajarle el precio a la movilización desde un supuesto prejuicio que no existe, sino para valorar en su verdadera dimensión lo que supone el 23 de abril y lo que vino sucediendo en las horas y días posteriores.</p> <p>Recordemos que el evento tuvo como principales protagonistas de su realización al conjunto de rectores universitarios que abrevan en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que contó con el apoyo inicial del conjunto del estudiantado, de las centrales obreras y que interpeló en línea directa a la Unión Cívica Radical, partido que ha sabido construir una buena parte de sustentación política desde los claustros universitarios.</p> <p>La presencia en la marcha era una cita de honor para el viejo radicalismo y para sus actuales dirigentes sub 50 que “brillan” en el firmamento de la política nacional. La convocatoria fue un éxito, y más allá de ciertos enojos porque el peronismo se sumó al convite en sus distintas vertientes organizativas, generó la (falsa) expectativa de que el gobierno nacional sufriría una nueva lección cuando el día miércoles se convocaba a una sesión especial para reimponer el FONID (Fondo de Incentivo Docente) y sancionar el reajuste previsional.</p> <p>Pero la ambigüedad le ganó la pulseada a ciertas convicciones declamadas. ¿Las razones? La política argentina se sigue consolidando, nos guste o no, en la antítesis peronismo / anti peronismo. Incluso podríamos tentarnos en re versionarla en los términos de Estado versus libertarios, pero por ahora para eso falta, ya que la sustancia institucional del mileismo es definitivamente pobre.</p> <p>Lo que habilita o no el logro de ciertos acuerdos, deviene de que si los mismos son conducidos y protagonizados o no por el peronismo. La actual dirigencia radical no tuvo empacho en explicar, más allá del genial detalle de un colectivero reclamando en la calle por el quorum a Rodrigo de Loredo, que no quería quedar pegada al accionar legislativo del bloque más importante de la Cámara de Diputados, prefiriendo seguir negociando con el Poder Ejecutivo todo lo que se pueda.</p> <p>Pero la ambigüedad no quedó circunscripta a lo sucedido en la esquina de Entre Ríos y Rivadavia en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Dos casos alcanzan a los rosarinos en particular y a los santafesinos en general. Para el primero debe decirse que no dejó de llamar la atención, la buena onda que quedó expuesta entre el presidente y el intendente de la ciudad Pablo Javkin en la 7ma. Cena Anual de la Fundación Libertad. Difícil de aceptar si se pone bajo perspectiva lo que el papá de Conan suele afirmar de los radicales.</p> <p>Para el segundo, más cercano a la distancia temporal, refiere al gobernador Maximiliano Pullaro, que en el acto de subasta del primer lote de soja en la Bolsa de Comercio, hecho al que se somete el conjunto de la dirigencia local en un acto de pleitesía que reflejan los tiempos que vivimos, reclamó al gobierno nacional por las obras de infraestructura en la región para el desarrollo productivo. Segunda adenda como al pasar: si el reclamo es tan potente, ¿por qué los funcionarios santafesinos del sector, en el encuentro con sus pares nacionales, emiten comunicados de tanta concordancia y empatía? Pregunta que no tendrá respuesta.</p> <p>Sobre final de la semana hábil llegó una buena noticia para el PEN. El libertarismo obtuvo dictamen de mayoría en comisiones, a fuerza de acuerdos con aliados que el presidente suele despreciar, para el tratamiento de una recortadísima ley Bases en el día lunes. La situación política es tan precaria que mientras algunos por lo bajo piden (y desean) que Milei no se envalentone con el uso de redes durante el fin de semana, otros no están del todo seguros de que no se produzca el mismo episodio de semanas atrás, donde la ley fue aprobada de manera general, pero se fue cayendo a medida que se votaban los artículos en particular. Todo parece indicar, que pese a ciertas incertezas declarativas, el oficialismo cuenta con otro escenario a su favor, aunque nadie festeje a cuentas.</p> <p>https://twitter.com/gerpmartinez/status/1783651819249340870</p> <p>Las ambigüedades fundamentan la doble cara de Jano. Pero hablar de legisladores que traicionan con su accionar lo que hacen 24 horas antes, habiendo puesto el cuerpo a una fenomenal demanda popular, es errar el foco del análisis por simplista. Lo que tal vez debamos preguntarnos sobre el caso emblemático de los De Loredo de la vida, es descubrir a quién o quiénes representan estos personajes.</p> <p>Córdoba, con una historia muy rica de vida universitaria, fue la segunda movilización por volumen de ciudadanos y ciudadanas asistentes, pero es la misma provincia donde se acompañó a Milei con un 75% de los votos. Nada se modifica de manera tan rápida y mucho menos en una provincia donde el vínculo institucional con lo que represente cualquier idea de lo nacional y popular se ha esmerilado desde hace décadas.</p> <p>Una hipótesis de trabajo redunda en preguntarse, más allá de nuestras diatribas, si esa generación de dirigentes que hemos nombrado en el artículo de hoy no representan ambas vertientes: como emergentes y referentes de ciertas disputas por la defensa de la universidad pública ¿no representan a buena parte de ese sector social al que no le interesan las banderas nacionales y populares, a riesgo de que el libertarismo se los lleve puestos definitivamente por delante? Preguntas. Con la ambigüedad como bandera.</p> <p>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> Los simuladores 2024-04-21T11:03:59-03:00 2024-04-21T11:03:59-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6814-los-simuladores Miguel Gómez (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/c3d5c28edd515bf71850442af7a9a626_S.jpg" alt="Los simuladores" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3 style="text-align: right;"><em>No puedo mirar ya las noticias,</em><br /><em>porque es obvio que mienten.</em><br /><em> Falsedades acomodaticias y</em><br /><em>falacias prudentes</em><br /><em> Voy a escabullirme entre las redes,</em><br /><em> acechando verdades</em><br /><em> puede ser que sobre sus paredes</em><br /><em> haya autenticidades.</em></h3> <h3 style="text-align: right;">“Mienten” - Miguel Cantilo</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>En la genial serie televisiva “Los Simuladores”, creada por Damián Szifrón, radicaba un sentido de justicia innato. Basado en un relato básico, los que padecían alguna injusticia y un grupo de hombres, desde un trabajo de equipo, con importantes recursos tecnológicos, de inteligencia y con una determinante impronta de simulación, lograban que el dolor y la angustia inicial se transformara en esperanza y en revinculación posterior con nuestros héroes, que, a diferencia de los importados del norte, lograban su objetivo final, ya no desde un individualismo todopoderoso, sino desde cierto colectivismo mucho más propio de la esencia argenta.</p> <p>El programa, de alguna forma, mostraba que todo era posible si había organización, picardía y trabajo común. Tenía cierta estructura básica, podría decirse que infantil (esto no es un demérito) y donde los límites de quienes eran los buenos y los malos estaban claramente establecidos. Aunque huelgue decirlo, la política tiene mucho de simulación. La gran pregunta es cuánto de ciertos pases de magia se pueden sostener en el tiempo, dejando de ser una herramienta útil y que, en definitiva, no se vuelva en contra de sus protagonistas. Recorrido semanal de unas cuantas simulaciones libertarias que, como a los malos que enfrentaban nuestros héroes televisivos, rápidamente se le ven los pliegues. Pasen y vean. Sin ambigüedades y con nuestras pequeñas verdades a cuestas, sean todos bienvenidos.</p> <p>La sobreactuación libertaria en el retorno presidencial a las apuradas de los Estados Unidos, en nombre del ataque iraní a Israel, con las temerarias advertencias de analistas de toda laya que nos anunciaban el comienzo de la Tercera Guerra Mundial, duró lo que pervive un atracón de domingo con alguna copa de más y esa porción de postre que uno sabe que no debería comer. Para el lunes, la reunión del comité de crisis era historia y para el martes un mal chiste, sobre todo cuando el propio gobierno bajó el nivel de seguridad y un par de comunicadores bien informados afirmaron que el motivo real de la vuelta anticipada del presidente, se debió a que en Dinamarca ninguna figura de importancia recibiría al presidente. El recientemente ascendido Manuel Adorni no lo desmintió, así que el dato queda flotando para que cada quien lo pondere como mejor le parezca.</p> <p>Pero esa no fue la única simulación de la semana planteada desde el oficialismo gobernante ya que, casi cuatro meses después de haber sancionado el Decreto de Necesidad y Urgencia nº 70/23, el cual habilita a los sucesivos y exponenciales aumentos que las empresas de medicina prepaga aplicaron a la totalidad de sus clientes; el funcionariado vino a descubrir que probablemente el bueno de Claudio Belocopitt y sus colegas, se habrían cartelizado para cobrar lo que les venía en gana. La novedad libertaria radicaba en que el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) preparaba un recurso de amparo exigiendo que las prepagas apliquen los aumentos sin pasarse de los índices inflacionarios informados por el INDEC. Tanta bonomía a uno no deja de conmoverlo. Ay, libre mercado que me hiciste mal y sin embargo te quiero!</p> <p>Pero la saga de simulaciones siguió. Ante el clima social surgido con la convocatoria para e l martes 23 a la marcha nacional en defensa de la universidad pública, que pinta como masiva y aglutinante, en la tarde noche del jueves, al mileismo gobernante no se le ocurrió mejor idea que salir a anunciar vía comunicado de prensa, que se había logrado un acuerdo con los rectores del conjunto de las universidades que se referencian en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), para garantizar un reajuste del presupuesto del 70%. Nada de eso sucedió en esos términos y a fuerza de desmentidas rectorales, a media mañana del viernes la noticia había dejado de ser tal, para demostrar que se trataba de una burda operación.</p> <p>https://twitter.com/CINoficial/status/1781155100582359130</p> <p>En ambas cuestiones, prepagas y universidad pública, el Poder Ejecutivo parece intentar dar respuesta a sectores que, probablemente, lo apoyaron de manera decidida en el balotaje de noviembre del año pasado. En un país donde, pese a todo, el sueño de la movilidad social ascendente a partir de la educación ha podido imponerse, teniendo un evidente impacto en la cultura social de sus habitantes, condicionar en su día a día a la salud y la educación no parece ser la mejor de las propuestas.</p> <p>En modo slow motion, y al igual que sucedía la semana pasada con la CGT, el oficialismo llega tarde y mal, con propuestas que intentan desactivar la canalización del conflicto en el espacio público. En la verborragia presidencial, en la soberbia del vocero y en el silencio del conjunto de funcionarios de las distintas áreas donde aparecen las disputas, parece radicar una estrategia que, cuando los hechos se encuentran temporalmente cercanos, intentan ser desactivados. ¿Miedo a la calle? Puede ser. Pero este analista prefiere pensar en un intento por evitar el enojo de aquellos que, aún sin movilizarse, puedan interpretar que el oficialismo no hace nada por evitar ciertos deterioros que están cada vez más expuestos.</p> <p>Si el libertarismo llegó como un espacio que vino a renovar la política, ciento treinta y dos días después las dudas cada vez quedan más expuestas. Si, para finales de 2023, el sistema político argentino podía visualizarse como un entramado atomizado, donde los distintos grupos trataban de sobrevivir políticamente más allá de la presencia efectiva de liderazgos que solidificaran cierta idea institucional del mundo; las disputas libertarias de las dos últimas semanas no parecen ajenas a esa lógica.</p> <p>Con el bloque de diputados explotado para la segunda semana de abril, con la internación de una famosa legisladora debido a las amenazas recibidas por los propios como producto de las disputas internas, con renuncias de funcionarios de segundas líneas por goteo y con diferencias profundas en ciertas preferencias entre los hermanos Milei respecto de algunos nombres propios, el momento político del mileismo, más allá de la centralidad presidencial, no parece el ideal.</p> <p>Va de suyo el reconocimiento en la efectividad del discurso contra la casta. Sabido es que Javier Milei supo canalizar cierto enojo social bajo la simpleza del concepto. Se esmeró en denunciar a dirigencias enfrascadas en sus internismos, la presencia de familiares y amigos en el cenáculo del poder y un supuesto despilfarro de los ingresos públicos. Todo ello fue parte del paquete expresado por el Milei candidato. Pero, si revisamos la semana, el libertarismo parece haberse incorporado de manera plena a todo aquello que denunciaba: Adorni fue ascendido al rango de secretario de Estado pero con ingresos de ministro y sus hermanos pasaron a formar parte de áreas ministeriales de relevancia; a Eduardo Serenellini se le devolvió la jerarquía que ostentaba pero sin manejo de presupuesto; Karina Milei cuenta ahora con un manejo discrecional de fondos para determinadas áreas; pudimos conocer el gasto exagerado en el pago del vuelo privado que justificó la entrevista con Elon Musk (U$s150.000) y, por fin, el presidente ahora descubre la conveniencia del uso de la flota oficial para su traslado.</p> <p>https://twitter.com/madorni/status/1781866604726251613</p> <p>A todo lo anterior debe agregarse la acusación de ratas a senadores de la oposición por haberse aumentado los ingresos, para terminar obviando que los propios legisladores de La Libertad Avanza, también avalaron la suba de ingresos. Si aquella discusión fuera válida (para este analista representa un tema menor frente a las complejidades de la cotidianidad argentina), podría decirse que el libertarismo se acostumbró muy rápido a ciertas mañas del sistema político.</p> <p>Pero a todo lo comentado, en el marco de una situación económica y social cada vez más deteriorada, donde los aumentos de tarifas comienzan a transformarse en una verdadera piedra en el zapato, la gestión peca de improvisación. Por ejemplo, se anunció un masivo cierre de medios públicos que no sucedió ya que sólo la Agencia Télam quedó alcanzada por la medida, aunque sus trabajadores siguen cobrando su sueldo al igual que los empleados del INADI, el cual no puede cerrarse porque para ello se necesita una ley y también, se anunció la venta de terrenos donde funciona la TV Pública, cuestión que efectivamente quedó desactivada.</p> <p>El oficialismo es una suma de anuncios que en pocas horas quedan desestimados y que muchos ciudadanos y ciudadanas dan por confirmados, mientras el ministro de Economía peregrina por las calles de Washington preguntándose como en el tango “¿dónde hay un mango viejo Gómez?”, ya que en el Fondo Monetario Internacional están muy de acuerdo con la marcha del plan, pero no tanto como para entregar los U$s15.000 millones que Luis Caputo le prometió al presidente que podría conseguir para animarse a salir del cepo primero y apostar por la dolarización después.</p> <p>Además, debe decirse que por ahora los camiones no invaden las rutas de la región entregando la cosecha gruesa, porque no son pocos (productores y cerealeras) que esperan, a contramano de varios de los empresarios que el viernes aplaudieron a Milei en el Llao Llao (hipotéticos héroes por haber fugado dinero), por una nueva devaluación que les permita hacer una buena diferencia.</p> <p>En lo concreto, el oficialismo sólo parece ir por una sola variable tangible para los argentinos: la baja de la inflación. En esta mañana de sábado, mientras se anuncia que habrá cadena nacional para informar sobre el superávit de marzo, la expectativa de cortísimo plazo parece residir en que los precios profundicen una tendencia a la baja, cuestión que será definitivamente celebratoria para el equipo gubernamental. Que en el medio no se le haya pagado a nadie, que se haya ahorrado con fondos que pertenecían a las provincias, a docentes, a enfermos cancerígenos o a jubilados a los cuales no se le cumplió con la ley previsional anterior y que el nivel de subsidariedad de las tarifas haya sido borrado de un cuajo, no resulta un tema de interés para las fuerzas del cielo. Algo parecido a aquella afirmación de Tácito: “Los romanos construyen un desierto y lo llaman paz”.</p> <p>La simulación en política, como en la vida misma, puede ser un arte, pero sólo puede servir a cumplir objetivos que nunca deben superar el corto plazo. Si, como dice Miguel Cantilo, podremos acechar verdades sobre las paredes del libertarismo, porque en ellas aparecen verdades, esas que el movimiento nacional y popular no supo descifrar, bueno sería descubrir quiénes son los buenos y los malos en el juego de los simuladores. Por lo menos para intuir de qué va la cosa. Aunque una justa construcción política, ya se sabe, reclame otros ejercicios.</p> <p>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/c3d5c28edd515bf71850442af7a9a626_S.jpg" alt="Los simuladores" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3 style="text-align: right;"><em>No puedo mirar ya las noticias,</em><br /><em>porque es obvio que mienten.</em><br /><em> Falsedades acomodaticias y</em><br /><em>falacias prudentes</em><br /><em> Voy a escabullirme entre las redes,</em><br /><em> acechando verdades</em><br /><em> puede ser que sobre sus paredes</em><br /><em> haya autenticidades.</em></h3> <h3 style="text-align: right;">“Mienten” - Miguel Cantilo</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>En la genial serie televisiva “Los Simuladores”, creada por Damián Szifrón, radicaba un sentido de justicia innato. Basado en un relato básico, los que padecían alguna injusticia y un grupo de hombres, desde un trabajo de equipo, con importantes recursos tecnológicos, de inteligencia y con una determinante impronta de simulación, lograban que el dolor y la angustia inicial se transformara en esperanza y en revinculación posterior con nuestros héroes, que, a diferencia de los importados del norte, lograban su objetivo final, ya no desde un individualismo todopoderoso, sino desde cierto colectivismo mucho más propio de la esencia argenta.</p> <p>El programa, de alguna forma, mostraba que todo era posible si había organización, picardía y trabajo común. Tenía cierta estructura básica, podría decirse que infantil (esto no es un demérito) y donde los límites de quienes eran los buenos y los malos estaban claramente establecidos. Aunque huelgue decirlo, la política tiene mucho de simulación. La gran pregunta es cuánto de ciertos pases de magia se pueden sostener en el tiempo, dejando de ser una herramienta útil y que, en definitiva, no se vuelva en contra de sus protagonistas. Recorrido semanal de unas cuantas simulaciones libertarias que, como a los malos que enfrentaban nuestros héroes televisivos, rápidamente se le ven los pliegues. Pasen y vean. Sin ambigüedades y con nuestras pequeñas verdades a cuestas, sean todos bienvenidos.</p> <p>La sobreactuación libertaria en el retorno presidencial a las apuradas de los Estados Unidos, en nombre del ataque iraní a Israel, con las temerarias advertencias de analistas de toda laya que nos anunciaban el comienzo de la Tercera Guerra Mundial, duró lo que pervive un atracón de domingo con alguna copa de más y esa porción de postre que uno sabe que no debería comer. Para el lunes, la reunión del comité de crisis era historia y para el martes un mal chiste, sobre todo cuando el propio gobierno bajó el nivel de seguridad y un par de comunicadores bien informados afirmaron que el motivo real de la vuelta anticipada del presidente, se debió a que en Dinamarca ninguna figura de importancia recibiría al presidente. El recientemente ascendido Manuel Adorni no lo desmintió, así que el dato queda flotando para que cada quien lo pondere como mejor le parezca.</p> <p>Pero esa no fue la única simulación de la semana planteada desde el oficialismo gobernante ya que, casi cuatro meses después de haber sancionado el Decreto de Necesidad y Urgencia nº 70/23, el cual habilita a los sucesivos y exponenciales aumentos que las empresas de medicina prepaga aplicaron a la totalidad de sus clientes; el funcionariado vino a descubrir que probablemente el bueno de Claudio Belocopitt y sus colegas, se habrían cartelizado para cobrar lo que les venía en gana. La novedad libertaria radicaba en que el Poder Ejecutivo Nacional (PEN) preparaba un recurso de amparo exigiendo que las prepagas apliquen los aumentos sin pasarse de los índices inflacionarios informados por el INDEC. Tanta bonomía a uno no deja de conmoverlo. Ay, libre mercado que me hiciste mal y sin embargo te quiero!</p> <p>Pero la saga de simulaciones siguió. Ante el clima social surgido con la convocatoria para e l martes 23 a la marcha nacional en defensa de la universidad pública, que pinta como masiva y aglutinante, en la tarde noche del jueves, al mileismo gobernante no se le ocurrió mejor idea que salir a anunciar vía comunicado de prensa, que se había logrado un acuerdo con los rectores del conjunto de las universidades que se referencian en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), para garantizar un reajuste del presupuesto del 70%. Nada de eso sucedió en esos términos y a fuerza de desmentidas rectorales, a media mañana del viernes la noticia había dejado de ser tal, para demostrar que se trataba de una burda operación.</p> <p>https://twitter.com/CINoficial/status/1781155100582359130</p> <p>En ambas cuestiones, prepagas y universidad pública, el Poder Ejecutivo parece intentar dar respuesta a sectores que, probablemente, lo apoyaron de manera decidida en el balotaje de noviembre del año pasado. En un país donde, pese a todo, el sueño de la movilidad social ascendente a partir de la educación ha podido imponerse, teniendo un evidente impacto en la cultura social de sus habitantes, condicionar en su día a día a la salud y la educación no parece ser la mejor de las propuestas.</p> <p>En modo slow motion, y al igual que sucedía la semana pasada con la CGT, el oficialismo llega tarde y mal, con propuestas que intentan desactivar la canalización del conflicto en el espacio público. En la verborragia presidencial, en la soberbia del vocero y en el silencio del conjunto de funcionarios de las distintas áreas donde aparecen las disputas, parece radicar una estrategia que, cuando los hechos se encuentran temporalmente cercanos, intentan ser desactivados. ¿Miedo a la calle? Puede ser. Pero este analista prefiere pensar en un intento por evitar el enojo de aquellos que, aún sin movilizarse, puedan interpretar que el oficialismo no hace nada por evitar ciertos deterioros que están cada vez más expuestos.</p> <p>Si el libertarismo llegó como un espacio que vino a renovar la política, ciento treinta y dos días después las dudas cada vez quedan más expuestas. Si, para finales de 2023, el sistema político argentino podía visualizarse como un entramado atomizado, donde los distintos grupos trataban de sobrevivir políticamente más allá de la presencia efectiva de liderazgos que solidificaran cierta idea institucional del mundo; las disputas libertarias de las dos últimas semanas no parecen ajenas a esa lógica.</p> <p>Con el bloque de diputados explotado para la segunda semana de abril, con la internación de una famosa legisladora debido a las amenazas recibidas por los propios como producto de las disputas internas, con renuncias de funcionarios de segundas líneas por goteo y con diferencias profundas en ciertas preferencias entre los hermanos Milei respecto de algunos nombres propios, el momento político del mileismo, más allá de la centralidad presidencial, no parece el ideal.</p> <p>Va de suyo el reconocimiento en la efectividad del discurso contra la casta. Sabido es que Javier Milei supo canalizar cierto enojo social bajo la simpleza del concepto. Se esmeró en denunciar a dirigencias enfrascadas en sus internismos, la presencia de familiares y amigos en el cenáculo del poder y un supuesto despilfarro de los ingresos públicos. Todo ello fue parte del paquete expresado por el Milei candidato. Pero, si revisamos la semana, el libertarismo parece haberse incorporado de manera plena a todo aquello que denunciaba: Adorni fue ascendido al rango de secretario de Estado pero con ingresos de ministro y sus hermanos pasaron a formar parte de áreas ministeriales de relevancia; a Eduardo Serenellini se le devolvió la jerarquía que ostentaba pero sin manejo de presupuesto; Karina Milei cuenta ahora con un manejo discrecional de fondos para determinadas áreas; pudimos conocer el gasto exagerado en el pago del vuelo privado que justificó la entrevista con Elon Musk (U$s150.000) y, por fin, el presidente ahora descubre la conveniencia del uso de la flota oficial para su traslado.</p> <p>https://twitter.com/madorni/status/1781866604726251613</p> <p>A todo lo anterior debe agregarse la acusación de ratas a senadores de la oposición por haberse aumentado los ingresos, para terminar obviando que los propios legisladores de La Libertad Avanza, también avalaron la suba de ingresos. Si aquella discusión fuera válida (para este analista representa un tema menor frente a las complejidades de la cotidianidad argentina), podría decirse que el libertarismo se acostumbró muy rápido a ciertas mañas del sistema político.</p> <p>Pero a todo lo comentado, en el marco de una situación económica y social cada vez más deteriorada, donde los aumentos de tarifas comienzan a transformarse en una verdadera piedra en el zapato, la gestión peca de improvisación. Por ejemplo, se anunció un masivo cierre de medios públicos que no sucedió ya que sólo la Agencia Télam quedó alcanzada por la medida, aunque sus trabajadores siguen cobrando su sueldo al igual que los empleados del INADI, el cual no puede cerrarse porque para ello se necesita una ley y también, se anunció la venta de terrenos donde funciona la TV Pública, cuestión que efectivamente quedó desactivada.</p> <p>El oficialismo es una suma de anuncios que en pocas horas quedan desestimados y que muchos ciudadanos y ciudadanas dan por confirmados, mientras el ministro de Economía peregrina por las calles de Washington preguntándose como en el tango “¿dónde hay un mango viejo Gómez?”, ya que en el Fondo Monetario Internacional están muy de acuerdo con la marcha del plan, pero no tanto como para entregar los U$s15.000 millones que Luis Caputo le prometió al presidente que podría conseguir para animarse a salir del cepo primero y apostar por la dolarización después.</p> <p>Además, debe decirse que por ahora los camiones no invaden las rutas de la región entregando la cosecha gruesa, porque no son pocos (productores y cerealeras) que esperan, a contramano de varios de los empresarios que el viernes aplaudieron a Milei en el Llao Llao (hipotéticos héroes por haber fugado dinero), por una nueva devaluación que les permita hacer una buena diferencia.</p> <p>En lo concreto, el oficialismo sólo parece ir por una sola variable tangible para los argentinos: la baja de la inflación. En esta mañana de sábado, mientras se anuncia que habrá cadena nacional para informar sobre el superávit de marzo, la expectativa de cortísimo plazo parece residir en que los precios profundicen una tendencia a la baja, cuestión que será definitivamente celebratoria para el equipo gubernamental. Que en el medio no se le haya pagado a nadie, que se haya ahorrado con fondos que pertenecían a las provincias, a docentes, a enfermos cancerígenos o a jubilados a los cuales no se le cumplió con la ley previsional anterior y que el nivel de subsidariedad de las tarifas haya sido borrado de un cuajo, no resulta un tema de interés para las fuerzas del cielo. Algo parecido a aquella afirmación de Tácito: “Los romanos construyen un desierto y lo llaman paz”.</p> <p>La simulación en política, como en la vida misma, puede ser un arte, pero sólo puede servir a cumplir objetivos que nunca deben superar el corto plazo. Si, como dice Miguel Cantilo, podremos acechar verdades sobre las paredes del libertarismo, porque en ellas aparecen verdades, esas que el movimiento nacional y popular no supo descifrar, bueno sería descubrir quiénes son los buenos y los malos en el juego de los simuladores. Por lo menos para intuir de qué va la cosa. Aunque una justa construcción política, ya se sabe, reclame otros ejercicios.</p> <p>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> Mezquinos y rotos 2024-03-31T14:07:55-03:00 2024-03-31T14:07:55-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6810-mezquinos-y-rotos Miguel Gómez (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/d68fc968356638fac078690757ce9914_S.jpg" alt="Mezquinos y rotos" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3 style="text-align: right;"><em>Y eso es así, ya lo verás</em><br /><em>hay gente arraigada solo a su mezquindad,</em><br /><em>y en la desazón de no adueñarse del sol,</em><br /><em>perdieron las alas de la fraternidad.</em><br /><em>Pájaro enfermo, sueña que vuela dormido,</em><br /><em>buscando en el cielo un sentido,</em><br /><em>las nube’ le hacen de nido fractal,</em><br /><em>donde cantará…</em></h3> <h3 style="text-align: right;">“Quemarás” - WOS / Indio Solari</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>Si la verdad discepoleana de que "el siglo XX es un despliegue de maldad insolente” era un dato de innegable contrastación de la realidad, un cuarto de siglo después convivimos en un tiempo social, que nada debe envidiarle a la claridad meridiana del creador de El Mordisquito. Alcanzados por un enojo social evidente, mezcla de insatisfacción personal, colectiva y de cierto desprecio a lo que nos resulta ajeno, en los días que corren, parece ponerse en discusión en qué medida “la patria es el otro”. </p> <p>Europa hace rato que conoce de ciertos fenómenos sociales y políticos que en nuestra América parecen más recientes: Donald Trump, Jair Bolsonaro y ahora Javier Milei en la Argentina llegaron para, de alguna manera, representar ese malestar de buena parte de una ciudadanía que no encontraba respuesta en ciertas tradiciones. La última semana de marzo, más allá de la brisa de alivio que recorrió el país en la tarde del domingo 24, fue pródiga en insensibilidades varias de parte de un gobierno que parece moverse a sus anchas en los pliegues de cierta mezquindad constitutiva. Pasen y vean. Sean todos y todas bienvenidos.</p> <p>Para el gobierno, buena parte de la semana se desarrolló haciendo gala de una evidente falta de empatía con aquello que no conoce. Los modos son los de siempre: contradictorios, embarullados y con la convicción inalterable de que un clavo saca a otro clavo. Si la presentación del video “oficial” sobre lo sucedido en los 70’ resultó un fracaso en sí mismo, a menos de 48 horas apostaba a una nueva provocación con el anuncio de la eliminación del nombre del Centro Cultural Kirchner, por otro que aún no fue definido. Como es de imaginar, con las urgencias y necesidades de estos días, el convite a nadie interesó. </p> <p>El mileismo se enseñorea de una insensibilidad a prueba de contradicciones y vaivenes de hamaca: el oficialismo publicó un nuevo DNU en materia de jubilaciones que venía a cumplir con lo anunciado días antes por el presidente. Pero lo hizo tan mal en su redacción, que no fueron pocos los especialistas en el tema que debieron leer una y otra vez la norma en cuestión, para “descular” de qué se trataba lo publicado en el boletín oficial. Una cosa quedó clara: la mejora a nuestros mayores no cubre lo perdido entre diciembre y marzo. </p> <p>Para demostrar el desconocimiento que portan sobre cómo se gestiona el Estado, el gobierno anunció que los haberes de este mes que termina, se abonarán en dos cuotas. Tuvo tal impacto la noticia, que el propio ministro de Economía Luis Caputo debió salir a dar las explicaciones del caso. </p> <p>https://twitter.com/LuisCaputoAR/status/1773484344784400824</p> <p>Pero también hubo tiempo para desmentir al propio Jefe de Estado quien en una presentación en el International Economic Forum (IEFA), a media luz (a su pedido), confirmó que ya habían despedido a 50.000 trabajadores estatales y que en los días venideros debían sumarse unos 70.000 más. La cita, que no despertó una ovación por sí misma, a las pocas horas fue desmentida por un conjunto de funcionarios que señalaron un número mucho menor, dato que fue confirmado por el propio sindicato ATE que referencia en 21.000 la cantidad de empleados despedidos. </p> <p>Esa insensibilidad manifiesta, que ve en los jubilados la clave de la licuación y en el trabajador del Estado una especie de ser que no merece otro trato que no sea el menosprecio, se desarrolla en el contexto de una economía en retroceso, donde las estadísticas ya muestran el deterioro de enero (- 4,3%) y se complementa con el recorte de las cajas de jubilaciones provinciales, la eliminación del Fondo Compensador para el transporte urbano del interior del país y del Fondo Nacional del Incentivo Docente. Tal vez los interlocutores habituales de la prensa provincial, puedan preguntarle al gobernador santafesino Maximiliano Pullaro si aún considera que Milei es mejor presidente que candidato. Uno cree que la duda jamás será planteada. </p> <p>Ante este estado de las cosas, una pregunta válida es cómo se sostiene el derrotero mileista de estos días. Un interesante aporte lo hace el colega Mariano Tilli, quien vía X, afirma que, de alguna manera, Milei está cumpliendo con lo prometido a sus votantes. Dejemos que él lo explique por sí mismo. </p> <p>https://twitter.com/icevainillaice/status/1773037379663655264</p> <p>La clave está, como siempre sucede con la gobernabilidad de una propuesta política, en la legitimidad. Como canta Solari (hoy me levanté más indígena de lo habitual), “él hizo lo que vino a hacer”: prometió motosierra y por consiguiente destrucción. Milei, guste o no, cumple con uno de los dos preceptos básicos de la antíquisima díada que refiere a la legitimidad de origen y a la de ejercicio: tiene de origen ya que fue votado en elecciones transparentes con un número importante de votos.</p> <p>En cuanto a la de ejercicio (esa que se sustenta en cómo se gobierna), evidentemente no la cumple, ya que ha violado no pocos mandatos constitucionales a la hora de la gestión (unos cuantos artículos del DNU 70/23 así lo ejemplifican) y por lo tanto, esta cuestión algo más difusa queda abierta a un debate, si se quiere, más profundo. </p> <p>Pero lo que deja poco lugar para la discusión es que esa legitimidad se ha construido sobre otros tópicos. En resumidas cuentas y más allá del interés del conjunto de politólogos que abrevamos en este mundo, honestamente, ¿a quién le importa cómo se construye esa nueva legitimidad?</p> <p>Quiero decir, para no caer en el desánimo y para entender a qué nos atenemos en materia de los conflictos políticos que se avecinan, resulta válido preguntarnos si no estamos frente a un nuevo tipo de legitimidad en un proceso que cumple con ciertas formalidades de la democracia, que relativiza el cumplimiento o no de cómo se desarrolla el “ejercicio” de la gestión.      </p> <p>Preguntarse cuánto dura el gobierno libertario es una duda incorrecta, ya que pone en el conjunto social una mirada, la nuestra, que da por hecho que de este maltrato político, social y económico, nada bueno puede salir. La requisitoria que más podría servirnos, lejos de caer en la argumentación iluminada del escriba, es ¿por qué dura y sobre qué vectores se construye esa duración?</p> <p>Haciendo la salvedad que aún no llegamos a los cuatro meses de gestión, atentos aquellos que reclaman por el surgimiento mágico de liderazgos nac &amp; pop para enfrentarlos, el primer apoyo evidente es el de los sectores más concentrados de la economía: Paolo Rocca, Eduardo Elzstain y Eduardo Eurnekian, con distintos matices, formando parte del gobierno o escribiendo partes de DNU que resultan de su interés, se encuentran frente a la oportunidad histórica de manejar algunos resortes a gusto y piaccere. </p> <p>Si bien ya tuvimos un gobierno atendido por los algunos dueños, la experiencia cambiemista resultaba esencialmente distinta: Juntos por el Cambio, como estructura partidaria que veía en cada resorte del Estado la posibilidad de concretar un nuevo negocio y que convivía con no pocos personajes del tenor de Juan José Aranguren que habían saltado de la actividad privada a la gestión estatal para ejecutar en aquellas áreas sobre las que se habían desarrollado a partir de sus propios intereses; atravesaba por la circunstancia que supone la existencia de una coalición política con diversas tradiciones. Existían segundas líneas con capacidad y recorrido de funcionariado, a diferencia del proceso actual donde se relevan decenas de secretarías, subsecretarías y direcciones nacionales sin nombramiento de funcionarios. A diferencia de la retórica publicitaria del período macrista hoy, el Estado es no estar.</p> <p>También existe un conjunto de empresarios, medios, que más allá de las circunstancias actuales,<a href="https://www.lavoz.com.ar/politica/grinman-sobre-el-plan-de-milei-y-su-impacto-en-comercio-estamos-con-recesion-y-esperanza/" target="_blank" rel="noopener noreferrer"> adhieren cual dogma judeo cristiano de sobrevivir en esta etapa dolorosa para, si hacemos las cosas bien, ganar el cielo del desarrollo.</a></p> <p>Los medios de comunicación, con su construcción de sentido, también quedan supeditados a ciertas lógicas de apoyo. A la par de afectar algunos negocios (la llegada de Starlink, es un buen ejemplo), los medios concentrados se muestran complacientes pero no todos se tiran sobre la granada, llegando a situaciones realmente llamativas donde un mismo multimedio atiende de los dos lados del mostrador. La muestra palmaria se la lleva La Nación que combina la genuflexión de su canal de cable (La Nación +) con un presunto espíritu republicano y crítico de sus principales plumas en la versión del diario. </p> <p>Del grupo de gobernadores e intendentes ya hemos dado cuenta en otros artículos de esta misma columna sobre las razones que obligan y/o condicionan ciertos posicionamientos: dependencia económica, coincidencia ideológica más allá de las formas y un tiempo social que aún guarda ciertas expectativas para el tiempo que viene.</p> <p>Pero también hay que conjugar a los sectores que, de acuerdo a las distintas encuestas, apoyan a Javier Milei y que oscila entre el 50% y el 40% y que no refiere a una clase social en particular. Ya se ha explicado profusamente que el voto libertario de noviembre está constituido por una heterogeneidad que incluye al votante de clase media y alta del PRO, a muchos trabajadores precarizados y a jóvenes sub 35 que se han sentido defraudados por la sucesión de las experiencias coalicionales de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos. </p> <p>Estos sectores aún se encuentran expectantes. No todos han sido afectados en la misma magnitud (los buenos números del turismo en este fin de semana extra large así parecen indicarlo), entienden que los plazos para ver los resultados son más largos y que, en su hartazgo, nada parece definitivo. </p> <figure><img src="https://fundamentar.com/images/nicolas_posse.jpg" alt="El Jefe de Gabinete, Nicolás Posse" /> <figcaption>El Jefe de Gabinete, Nicolás Posse</figcaption> </figure> <p>En el mientras tanto, el mileismo, sigue apostando a la centralidad casi excluyente del primer mandatario, con la aparición en segundo plano de sus ministros de Economía, y de Interior, Guillermo Francos y la nula visibilidad del resto del funcionariado. ¿Hay jefe de gabinete?</p> <p>El discurso presidencial anida en la fortaleza de la simpleza, sumado a la estrategia comunicacional de la campaña permanente, jugando a hacerse “el loco” desde su condición de outsider. No establece ninguna pelea real y de fondo con los sectores del poder económico más concentrado, ese que atenta contra la idea del libre mercado, que tiene decenas de terminales en la vida económica del país, donde por ejemplo, hoy podrán apoyar la eliminación de la obra pública, habiéndose enriquecido en el pasado con la misma, a la vez que alabar la importación de alimentos para, supuestamente, bajar la inflación. Y mañana, mañana se verá.</p> <p>El encuentro virtuoso entre Indio y Wos, nos regala la síntesis de dos estilos que, más allá de sus diferencias, no resultan antitéticos en su esencia. Con un movimiento libertario cada vez más arraigado a ciertas mezquindades, sin la más mínima fraternidad con el distinto y con muchos integrantes rotos en su esencia de pertenencia social, el oficialismo por ahora, va salvando la ropa, a la espera que la señora inflación pueda ser domada a base de deterioro económico para luego mostrarlo como un triunfo. La gran pregunta es si nosotros podremos quemar el dolor que eso conlleva. </p> <p>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/d68fc968356638fac078690757ce9914_S.jpg" alt="Mezquinos y rotos" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3 style="text-align: right;"><em>Y eso es así, ya lo verás</em><br /><em>hay gente arraigada solo a su mezquindad,</em><br /><em>y en la desazón de no adueñarse del sol,</em><br /><em>perdieron las alas de la fraternidad.</em><br /><em>Pájaro enfermo, sueña que vuela dormido,</em><br /><em>buscando en el cielo un sentido,</em><br /><em>las nube’ le hacen de nido fractal,</em><br /><em>donde cantará…</em></h3> <h3 style="text-align: right;">“Quemarás” - WOS / Indio Solari</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>Si la verdad discepoleana de que "el siglo XX es un despliegue de maldad insolente” era un dato de innegable contrastación de la realidad, un cuarto de siglo después convivimos en un tiempo social, que nada debe envidiarle a la claridad meridiana del creador de El Mordisquito. Alcanzados por un enojo social evidente, mezcla de insatisfacción personal, colectiva y de cierto desprecio a lo que nos resulta ajeno, en los días que corren, parece ponerse en discusión en qué medida “la patria es el otro”. </p> <p>Europa hace rato que conoce de ciertos fenómenos sociales y políticos que en nuestra América parecen más recientes: Donald Trump, Jair Bolsonaro y ahora Javier Milei en la Argentina llegaron para, de alguna manera, representar ese malestar de buena parte de una ciudadanía que no encontraba respuesta en ciertas tradiciones. La última semana de marzo, más allá de la brisa de alivio que recorrió el país en la tarde del domingo 24, fue pródiga en insensibilidades varias de parte de un gobierno que parece moverse a sus anchas en los pliegues de cierta mezquindad constitutiva. Pasen y vean. Sean todos y todas bienvenidos.</p> <p>Para el gobierno, buena parte de la semana se desarrolló haciendo gala de una evidente falta de empatía con aquello que no conoce. Los modos son los de siempre: contradictorios, embarullados y con la convicción inalterable de que un clavo saca a otro clavo. Si la presentación del video “oficial” sobre lo sucedido en los 70’ resultó un fracaso en sí mismo, a menos de 48 horas apostaba a una nueva provocación con el anuncio de la eliminación del nombre del Centro Cultural Kirchner, por otro que aún no fue definido. Como es de imaginar, con las urgencias y necesidades de estos días, el convite a nadie interesó. </p> <p>El mileismo se enseñorea de una insensibilidad a prueba de contradicciones y vaivenes de hamaca: el oficialismo publicó un nuevo DNU en materia de jubilaciones que venía a cumplir con lo anunciado días antes por el presidente. Pero lo hizo tan mal en su redacción, que no fueron pocos los especialistas en el tema que debieron leer una y otra vez la norma en cuestión, para “descular” de qué se trataba lo publicado en el boletín oficial. Una cosa quedó clara: la mejora a nuestros mayores no cubre lo perdido entre diciembre y marzo. </p> <p>Para demostrar el desconocimiento que portan sobre cómo se gestiona el Estado, el gobierno anunció que los haberes de este mes que termina, se abonarán en dos cuotas. Tuvo tal impacto la noticia, que el propio ministro de Economía Luis Caputo debió salir a dar las explicaciones del caso. </p> <p>https://twitter.com/LuisCaputoAR/status/1773484344784400824</p> <p>Pero también hubo tiempo para desmentir al propio Jefe de Estado quien en una presentación en el International Economic Forum (IEFA), a media luz (a su pedido), confirmó que ya habían despedido a 50.000 trabajadores estatales y que en los días venideros debían sumarse unos 70.000 más. La cita, que no despertó una ovación por sí misma, a las pocas horas fue desmentida por un conjunto de funcionarios que señalaron un número mucho menor, dato que fue confirmado por el propio sindicato ATE que referencia en 21.000 la cantidad de empleados despedidos. </p> <p>Esa insensibilidad manifiesta, que ve en los jubilados la clave de la licuación y en el trabajador del Estado una especie de ser que no merece otro trato que no sea el menosprecio, se desarrolla en el contexto de una economía en retroceso, donde las estadísticas ya muestran el deterioro de enero (- 4,3%) y se complementa con el recorte de las cajas de jubilaciones provinciales, la eliminación del Fondo Compensador para el transporte urbano del interior del país y del Fondo Nacional del Incentivo Docente. Tal vez los interlocutores habituales de la prensa provincial, puedan preguntarle al gobernador santafesino Maximiliano Pullaro si aún considera que Milei es mejor presidente que candidato. Uno cree que la duda jamás será planteada. </p> <p>Ante este estado de las cosas, una pregunta válida es cómo se sostiene el derrotero mileista de estos días. Un interesante aporte lo hace el colega Mariano Tilli, quien vía X, afirma que, de alguna manera, Milei está cumpliendo con lo prometido a sus votantes. Dejemos que él lo explique por sí mismo. </p> <p>https://twitter.com/icevainillaice/status/1773037379663655264</p> <p>La clave está, como siempre sucede con la gobernabilidad de una propuesta política, en la legitimidad. Como canta Solari (hoy me levanté más indígena de lo habitual), “él hizo lo que vino a hacer”: prometió motosierra y por consiguiente destrucción. Milei, guste o no, cumple con uno de los dos preceptos básicos de la antíquisima díada que refiere a la legitimidad de origen y a la de ejercicio: tiene de origen ya que fue votado en elecciones transparentes con un número importante de votos.</p> <p>En cuanto a la de ejercicio (esa que se sustenta en cómo se gobierna), evidentemente no la cumple, ya que ha violado no pocos mandatos constitucionales a la hora de la gestión (unos cuantos artículos del DNU 70/23 así lo ejemplifican) y por lo tanto, esta cuestión algo más difusa queda abierta a un debate, si se quiere, más profundo. </p> <p>Pero lo que deja poco lugar para la discusión es que esa legitimidad se ha construido sobre otros tópicos. En resumidas cuentas y más allá del interés del conjunto de politólogos que abrevamos en este mundo, honestamente, ¿a quién le importa cómo se construye esa nueva legitimidad?</p> <p>Quiero decir, para no caer en el desánimo y para entender a qué nos atenemos en materia de los conflictos políticos que se avecinan, resulta válido preguntarnos si no estamos frente a un nuevo tipo de legitimidad en un proceso que cumple con ciertas formalidades de la democracia, que relativiza el cumplimiento o no de cómo se desarrolla el “ejercicio” de la gestión.      </p> <p>Preguntarse cuánto dura el gobierno libertario es una duda incorrecta, ya que pone en el conjunto social una mirada, la nuestra, que da por hecho que de este maltrato político, social y económico, nada bueno puede salir. La requisitoria que más podría servirnos, lejos de caer en la argumentación iluminada del escriba, es ¿por qué dura y sobre qué vectores se construye esa duración?</p> <p>Haciendo la salvedad que aún no llegamos a los cuatro meses de gestión, atentos aquellos que reclaman por el surgimiento mágico de liderazgos nac &amp; pop para enfrentarlos, el primer apoyo evidente es el de los sectores más concentrados de la economía: Paolo Rocca, Eduardo Elzstain y Eduardo Eurnekian, con distintos matices, formando parte del gobierno o escribiendo partes de DNU que resultan de su interés, se encuentran frente a la oportunidad histórica de manejar algunos resortes a gusto y piaccere. </p> <p>Si bien ya tuvimos un gobierno atendido por los algunos dueños, la experiencia cambiemista resultaba esencialmente distinta: Juntos por el Cambio, como estructura partidaria que veía en cada resorte del Estado la posibilidad de concretar un nuevo negocio y que convivía con no pocos personajes del tenor de Juan José Aranguren que habían saltado de la actividad privada a la gestión estatal para ejecutar en aquellas áreas sobre las que se habían desarrollado a partir de sus propios intereses; atravesaba por la circunstancia que supone la existencia de una coalición política con diversas tradiciones. Existían segundas líneas con capacidad y recorrido de funcionariado, a diferencia del proceso actual donde se relevan decenas de secretarías, subsecretarías y direcciones nacionales sin nombramiento de funcionarios. A diferencia de la retórica publicitaria del período macrista hoy, el Estado es no estar.</p> <p>También existe un conjunto de empresarios, medios, que más allá de las circunstancias actuales,<a href="https://www.lavoz.com.ar/politica/grinman-sobre-el-plan-de-milei-y-su-impacto-en-comercio-estamos-con-recesion-y-esperanza/" target="_blank" rel="noopener noreferrer"> adhieren cual dogma judeo cristiano de sobrevivir en esta etapa dolorosa para, si hacemos las cosas bien, ganar el cielo del desarrollo.</a></p> <p>Los medios de comunicación, con su construcción de sentido, también quedan supeditados a ciertas lógicas de apoyo. A la par de afectar algunos negocios (la llegada de Starlink, es un buen ejemplo), los medios concentrados se muestran complacientes pero no todos se tiran sobre la granada, llegando a situaciones realmente llamativas donde un mismo multimedio atiende de los dos lados del mostrador. La muestra palmaria se la lleva La Nación que combina la genuflexión de su canal de cable (La Nación +) con un presunto espíritu republicano y crítico de sus principales plumas en la versión del diario. </p> <p>Del grupo de gobernadores e intendentes ya hemos dado cuenta en otros artículos de esta misma columna sobre las razones que obligan y/o condicionan ciertos posicionamientos: dependencia económica, coincidencia ideológica más allá de las formas y un tiempo social que aún guarda ciertas expectativas para el tiempo que viene.</p> <p>Pero también hay que conjugar a los sectores que, de acuerdo a las distintas encuestas, apoyan a Javier Milei y que oscila entre el 50% y el 40% y que no refiere a una clase social en particular. Ya se ha explicado profusamente que el voto libertario de noviembre está constituido por una heterogeneidad que incluye al votante de clase media y alta del PRO, a muchos trabajadores precarizados y a jóvenes sub 35 que se han sentido defraudados por la sucesión de las experiencias coalicionales de Juntos por el Cambio y el Frente de Todos. </p> <p>Estos sectores aún se encuentran expectantes. No todos han sido afectados en la misma magnitud (los buenos números del turismo en este fin de semana extra large así parecen indicarlo), entienden que los plazos para ver los resultados son más largos y que, en su hartazgo, nada parece definitivo. </p> <figure><img src="https://fundamentar.com/images/nicolas_posse.jpg" alt="El Jefe de Gabinete, Nicolás Posse" /> <figcaption>El Jefe de Gabinete, Nicolás Posse</figcaption> </figure> <p>En el mientras tanto, el mileismo, sigue apostando a la centralidad casi excluyente del primer mandatario, con la aparición en segundo plano de sus ministros de Economía, y de Interior, Guillermo Francos y la nula visibilidad del resto del funcionariado. ¿Hay jefe de gabinete?</p> <p>El discurso presidencial anida en la fortaleza de la simpleza, sumado a la estrategia comunicacional de la campaña permanente, jugando a hacerse “el loco” desde su condición de outsider. No establece ninguna pelea real y de fondo con los sectores del poder económico más concentrado, ese que atenta contra la idea del libre mercado, que tiene decenas de terminales en la vida económica del país, donde por ejemplo, hoy podrán apoyar la eliminación de la obra pública, habiéndose enriquecido en el pasado con la misma, a la vez que alabar la importación de alimentos para, supuestamente, bajar la inflación. Y mañana, mañana se verá.</p> <p>El encuentro virtuoso entre Indio y Wos, nos regala la síntesis de dos estilos que, más allá de sus diferencias, no resultan antitéticos en su esencia. Con un movimiento libertario cada vez más arraigado a ciertas mezquindades, sin la más mínima fraternidad con el distinto y con muchos integrantes rotos en su esencia de pertenencia social, el oficialismo por ahora, va salvando la ropa, a la espera que la señora inflación pueda ser domada a base de deterioro económico para luego mostrarlo como un triunfo. La gran pregunta es si nosotros podremos quemar el dolor que eso conlleva. </p> <p>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> Fugacidades 2024-03-03T13:40:00-03:00 2024-03-03T13:40:00-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6806-fugacidades Miguel Gómez (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/4eac8ccd82e30804b316c176f36587ec_S.jpg" alt="Fugacidades" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3 style="text-align: right;"><em>No es una noche más,</em><br /><em> es una noche de fuego,</em><br /><em> fuegos de artificio.</em><br /><em> Entre llantos y decepción</em><br /><em> humo y gritos marionetas del terror.</em><br /><em> Decisiones sin saber,</em><br /><em> noche eterna, pesadillas del poder…</em></h3> <h3 style="text-align: right;">Los violadores</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>La imagen que acompaña la portada de éste artículo, nada tiene que ver con la idea de festividad que suponen los fuegos de artificio ya que no son tiempos de celebraciones ni mucho menos. Refiere a una especie de síntesis con la que convive la política argentina en estos tiempos: mucho brillo, buena parte de explosividad y efectivamente fugaz. Mientras la matrix empieza a tomarle el pulso al líder libertario, que en sus primeros 83 días de gestión padece una segunda derrota política de relevancia y el círculo rojo mediático intentará imponernos la idea de un Javier Milei de capacidades extraordinarias, subyacen ciertas características que tienen mucho de lo que podríamos llamar como humo electoral. El problema es que la campaña terminó hace algunos meses y es hora de gobernar. Recorrido por días de cotillón y fantasías varias. Pasen y vean. Como siempre, y ahora que nos prohíben el inclusivo, son todes bienvenides.</p> <p>El discurso de apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación (y todo lo que lo rodea) refleja una buena síntesis del momento político y social que vive el país. A favor del espacio libertario debe decirse que supo guardarse el secreto de la “propuesta” que apareció al final del mismo. Ni fin del cepo, ni dolarización con fecha de inicio, ni intervención federal a ninguna provincia díscola: la novedad vino de la mano de la convocatoria a un acuerdo con el conjunto de los gobernadores intentando, otra vez desde una gestión que recién se inicia, recrear la idea de un pacto fundacional que “alumbre” el camino para las próximas décadas.</p> <p>El discurso parece reflejar una buena síntesis de lo que viene sucediendo desde el 10 de diciembre. Muchos números falsos: proyección de los niveles de inflación y de lo que (supuestamente) se habría evitado, datos de la educación y estado de la administración nacional a partir del informe que, anual y obligatoriamente, ejerce la SIGEN desde su creación.</p> <p>Fuego de artificio declarativo que esconde la debilidad estructural que padece el libertarismo en el plano institucional de la política local. Sin gobernadores que le respondan directamente, con sólo un 15% de representación política en ambas cámaras, Milei se las ingenia, chequera en mano (o claves digitales a disposición para transferir, no parezca tan viejo señor articulista), para ocupar el centro del espacio a fuerza de crear enemigos de importancia relativa, insultando y violentando al conjunto de la sociedad.</p> <p>En el camino ya se comió dos derrotas institucionales de fuste, demasiado contundentes para ignorarlas y para dejar de mensurar que ocurrieron en el período que se da por sentado, resulta de una mayor gracia a su favor. El mal manejo legislativo libertario de la ley ómnibus y el conflicto con la provincia de Chubut, encarnado en la figura de su gobernador Ignacio Torres, reflejan los límites a los que se enfrenta el padre de Conan.</p> <p>De a poco se comienza a conocer su estilo: el presidente se hace el loco pero no lo es. En ambas circunstancias comentadas actuó de la misma manera. Aceleró con quinta a fondo, se asomó al precipicio y cuando se expuso a una derrota irremediable y contundente, bajó los decibeles del ruido, y trató de fortalecerse desde lo no logrado.</p> <p>https://twitter.com/OPRArgentina/status/1763737159779983703</p> <p>Si a la derrota legislativa por la ley ómnibus, que incluyó la vuelta del proyecto a comisión, le siguió la reinterpretación de que todo era parte de una estrategia premeditada para exponer a la “casta que se opone al cambio”; el caso Chubut se cierra, luego del fallo judicial que le asistió razón al joven gobernador y la consiguiente transferencia de fondos que no fue publicitada, con la convocatoria al pacto de Mayo en la provincia de Córdoba.</p> <p>En el medio el presidente no se priva de los insultos a sus enemigos, en la cara y en la casa de ellos y con invitados especiales, quienes estoica e inteligentemente, soportaron sin responder cada una de las diatribas presidenciales.</p> <p>En el medio y dicho como al pasar, hubo un escenario televisado por la cadena nacional que, en ausencia de un relato democrático, sólo mostraba las celebraciones de sus partidarios en un plano tan corto, que uno imagina que el camarógrafo en cuestión, tuvo muy poco trabajo efectivo. No hubo ninguna gestualidad opositora para reflejar, y si alguien llegado desde el exterior, desconociera el día a día de la política nacional, bien podría pensar que la oposición legislativa no había asistido al convite. El único lujo que pareció permitirse la transmisión oficial fue la imperturbabilidad de los cuatro jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.</p> <p>El discurso hizo mucho hincapié en la supuesta herencia recibida que, en el modelo libertario, no se circunscribe sólo a la gestión precedente del Frente de Todos, sino que se proyecta a los últimos cien años, macrismo incluido, donde se romantiza un tiempo social de exclusión y miseria que dejaba afuera a las grandes mayorías, falseando datos y fomentando el mito de la Argentina granero del mundo que, de acuerdo a no pocas investigaciones científicas, jamás existió.</p> <p>Por otro lado, y mientras se siguen conociendo encuestas que reflejan una caída de la imagen presidencial, los dichos de Milei solo hicieron una escueta referencia a lo que está sucediendo con el día a día de los argentinos, en cuanto al encarecimiento de la vida cotidiana, y pidió paciencia, no dejando de señalar que aún falta lo peor. La referencia a un futuro venturoso solo puede apalancarse en una dimensión que se escinda del deterioro material y es por ello que la recurrencia al argumento de la casta política es puesta, una y otra vez, en el centro de la escena.</p> <p>La novedad de los dichos presidenciales reside en el segmento final (ya lo habían dejado trascender sus voceros mediáticos ad hoc), cuando, luego de una serie de afirmaciones ofensivas, realizó una convocatoria a un gran acuerdo nacional previa aprobación de una, ahora sí, reflotada ley ómnibus que nadie tiene del todo claro en sus alcances. Tampoco queda muy iluminado si la “genialidad” presidencial de presentar una mega ley que luego, cuando estaba por quedar diluida, sirvió para exponer a la casta; porqué ahora el mismo proyecto queda reflotado.</p> <p>El cambio de estrategia obedece a las carencias del Ejecutivo nacional que, no casualmente, pueden verse como espejo de la realidad de los gobernadores. La necesidad de acuerdo son mutuas ya que en el caso de un hipotético desfinanciamiento a las provincias, y el consecuente incendio allende la avenida General Paz, alcanzaría a todas las partes. Una adenda como al pasar: en la semana, la inteligentzia trollista libertaria, ensayó una encuesta vía X, donde se preguntaba quien tenía razón en la disputa entre Milei y Torres. Ganó el segundo 60% a 40%. Fin.</p> <p>Por ello la disputa con el chubutense en particular y con los gobernadores patagónicos en general, que rozaban la ridiculez de la vuelta a un estadio previo al Pacto de San José de Flores, no deben verse más que como parte de la fugacidad de los fuegos de artificio. Las señales brindadas en las últimas horas por los diez gobernadores de Juntos por el Cambio, más la del cordobés Martín Llaryora, parecen (y sólo eso), referenciar un tiempo de tregua.</p> <p>Pero hay un segundo aspecto que va más allá de que la necesidad tiene cara de hereje y es el que refiere a la coincidencia ideológica, que ya hemos comentado en artículos anteriores, en todo el espectro de la derecha argentina. En los 10 puntos que pretende el libertarismo como punto de inicio de un nuevo tiempo social, reside buena parte de la prédica cambiemista de antaño, espacio político que (esto dicho como segunda adenda), se enfrenta al serio riesgo de una licuación si Milei logra consolidarse políticamente.</p> <p>https://twitter.com/CasaRosada/status/1764048922010358189</p> <p>Pero el pacto también tiene un problema de raíz. No está concebido como parte de un acto que supone una discusión generosa y que termina alumbrando una serie de enunciados: sería el paso final (elucubrado por el libertarismo gobernante) que requiere de la aprobación previa de los mamotretos jurídicos ya comentados y que devendría, como promesa futura, en un alivio fiscal para las provincias. Este procedimiento resulta claramente extorsivo y pretende, como un paquete cerrado, ganar en legitimidad sin ningún tipo de revisión. Es un acuerdo sujeto con fórceps, concebido con una errónea conceptualización mileista que cree contar con un cheque en blanco, a partir de su triunfo en el balotaje de noviembre.</p> <p>En resumen, el oficialismo trata de ganar tiempo ya que se enfrentaba a un inminente rechazo del DNU 70/23 en la cámara alta, cuyos legisladores ahora probablemente revisen su accionar para adelante, teniendo en cuenta la supuesta instancia de negociación que se les abren a los gobernadores y que, en muchos casos, resultan sus jefes políticos.</p> <p>En el procedimiento, por ahora novedoso para las formas libertarias, Milei toma una bandera cara a cierto infantilismo político que siempre tiene como aspiración, el máximo deseo de lograr un acuerdo que incluyan unos pocos puntos que, supuestamente, permitiría sacar al país del atraso, dejándolo escrito y publicado para la posteridad. Una especie de Pacto de la Moncloa de estos confines del mundo. Ya lo intentó Mauricio Macri con el fenecido consenso fiscal de 2017, que imponía una serie de transformaciones fiscales al interior de las provincias, que el mundo amarillo vivió como un triunfo pero que, la profundizada crisis económica del año siguiente, le dio un baño de realidad.</p> <p>Los acuerdos pueden condensarse en la realidad de la superestructura política y económica. Podrá imponerse (o no) desde la fortaleza de la caja del Estado nacional y de las carencias de no pocos Estados subnacionales, pero hay una segunda instancia, esa que refiere a la calidad de vida material de los argentinos que no parece enfrentar en el mediano plazo más que sufrimiento y miseria. Cuánto de eso podrá sostenerse en el tiempo, sin asistir a un deterioro tan marcado que transforme en letra muerta cualquier tipo de acuerdo suscripto por arriba, es un verdadero misterio que ningún protagonista ni analista puede avizorar. Si la historia reciente sirviera de algo, vale decir que esa celebración macrista que se combinó con el buen resultado electoral de 2017, fue el sustento para imponer una reforma jubilatoria que se transformó en piedra de toque de la debacle macrista de 2018 y 2019.</p> <p>La estrategia libertaria parece haber dado sus frutos. En un contexto donde algunas disputas que parecen gravosas, se sustancian con el fuego de artificio de las redes, Milei tiró la línea lo suficientemente lejos, como para darle algo de aire, también, a sus potenciales aliados que, en definitiva y en tren de ser honestos, sólo aspiran que la tensión se sustancie en la misma antinomia de los últimos 78 años: peronismo / antiperonismo. Si buena parte de la oposición amigable tolera insultos, maltratos y ninguneos, ello obedece a no quedar pegados, por ejemplo, en una votación parlamentaria con el bloque, vaya casualidad, que resulta mayoritario.</p> <p>Dicen Los Violadores, protagonistas del epígrafe de hoy, que en una noche de fuegos de artificio se tomaron decisiones sin saber. Tal vez nuestra resiliencia pueda impedir las pesadillas del poder. Solo tal vez.</p> <p>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/4eac8ccd82e30804b316c176f36587ec_S.jpg" alt="Fugacidades" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3 style="text-align: right;"><em>No es una noche más,</em><br /><em> es una noche de fuego,</em><br /><em> fuegos de artificio.</em><br /><em> Entre llantos y decepción</em><br /><em> humo y gritos marionetas del terror.</em><br /><em> Decisiones sin saber,</em><br /><em> noche eterna, pesadillas del poder…</em></h3> <h3 style="text-align: right;">Los violadores</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>La imagen que acompaña la portada de éste artículo, nada tiene que ver con la idea de festividad que suponen los fuegos de artificio ya que no son tiempos de celebraciones ni mucho menos. Refiere a una especie de síntesis con la que convive la política argentina en estos tiempos: mucho brillo, buena parte de explosividad y efectivamente fugaz. Mientras la matrix empieza a tomarle el pulso al líder libertario, que en sus primeros 83 días de gestión padece una segunda derrota política de relevancia y el círculo rojo mediático intentará imponernos la idea de un Javier Milei de capacidades extraordinarias, subyacen ciertas características que tienen mucho de lo que podríamos llamar como humo electoral. El problema es que la campaña terminó hace algunos meses y es hora de gobernar. Recorrido por días de cotillón y fantasías varias. Pasen y vean. Como siempre, y ahora que nos prohíben el inclusivo, son todes bienvenides.</p> <p>El discurso de apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación (y todo lo que lo rodea) refleja una buena síntesis del momento político y social que vive el país. A favor del espacio libertario debe decirse que supo guardarse el secreto de la “propuesta” que apareció al final del mismo. Ni fin del cepo, ni dolarización con fecha de inicio, ni intervención federal a ninguna provincia díscola: la novedad vino de la mano de la convocatoria a un acuerdo con el conjunto de los gobernadores intentando, otra vez desde una gestión que recién se inicia, recrear la idea de un pacto fundacional que “alumbre” el camino para las próximas décadas.</p> <p>El discurso parece reflejar una buena síntesis de lo que viene sucediendo desde el 10 de diciembre. Muchos números falsos: proyección de los niveles de inflación y de lo que (supuestamente) se habría evitado, datos de la educación y estado de la administración nacional a partir del informe que, anual y obligatoriamente, ejerce la SIGEN desde su creación.</p> <p>Fuego de artificio declarativo que esconde la debilidad estructural que padece el libertarismo en el plano institucional de la política local. Sin gobernadores que le respondan directamente, con sólo un 15% de representación política en ambas cámaras, Milei se las ingenia, chequera en mano (o claves digitales a disposición para transferir, no parezca tan viejo señor articulista), para ocupar el centro del espacio a fuerza de crear enemigos de importancia relativa, insultando y violentando al conjunto de la sociedad.</p> <p>En el camino ya se comió dos derrotas institucionales de fuste, demasiado contundentes para ignorarlas y para dejar de mensurar que ocurrieron en el período que se da por sentado, resulta de una mayor gracia a su favor. El mal manejo legislativo libertario de la ley ómnibus y el conflicto con la provincia de Chubut, encarnado en la figura de su gobernador Ignacio Torres, reflejan los límites a los que se enfrenta el padre de Conan.</p> <p>De a poco se comienza a conocer su estilo: el presidente se hace el loco pero no lo es. En ambas circunstancias comentadas actuó de la misma manera. Aceleró con quinta a fondo, se asomó al precipicio y cuando se expuso a una derrota irremediable y contundente, bajó los decibeles del ruido, y trató de fortalecerse desde lo no logrado.</p> <p>https://twitter.com/OPRArgentina/status/1763737159779983703</p> <p>Si a la derrota legislativa por la ley ómnibus, que incluyó la vuelta del proyecto a comisión, le siguió la reinterpretación de que todo era parte de una estrategia premeditada para exponer a la “casta que se opone al cambio”; el caso Chubut se cierra, luego del fallo judicial que le asistió razón al joven gobernador y la consiguiente transferencia de fondos que no fue publicitada, con la convocatoria al pacto de Mayo en la provincia de Córdoba.</p> <p>En el medio el presidente no se priva de los insultos a sus enemigos, en la cara y en la casa de ellos y con invitados especiales, quienes estoica e inteligentemente, soportaron sin responder cada una de las diatribas presidenciales.</p> <p>En el medio y dicho como al pasar, hubo un escenario televisado por la cadena nacional que, en ausencia de un relato democrático, sólo mostraba las celebraciones de sus partidarios en un plano tan corto, que uno imagina que el camarógrafo en cuestión, tuvo muy poco trabajo efectivo. No hubo ninguna gestualidad opositora para reflejar, y si alguien llegado desde el exterior, desconociera el día a día de la política nacional, bien podría pensar que la oposición legislativa no había asistido al convite. El único lujo que pareció permitirse la transmisión oficial fue la imperturbabilidad de los cuatro jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.</p> <p>El discurso hizo mucho hincapié en la supuesta herencia recibida que, en el modelo libertario, no se circunscribe sólo a la gestión precedente del Frente de Todos, sino que se proyecta a los últimos cien años, macrismo incluido, donde se romantiza un tiempo social de exclusión y miseria que dejaba afuera a las grandes mayorías, falseando datos y fomentando el mito de la Argentina granero del mundo que, de acuerdo a no pocas investigaciones científicas, jamás existió.</p> <p>Por otro lado, y mientras se siguen conociendo encuestas que reflejan una caída de la imagen presidencial, los dichos de Milei solo hicieron una escueta referencia a lo que está sucediendo con el día a día de los argentinos, en cuanto al encarecimiento de la vida cotidiana, y pidió paciencia, no dejando de señalar que aún falta lo peor. La referencia a un futuro venturoso solo puede apalancarse en una dimensión que se escinda del deterioro material y es por ello que la recurrencia al argumento de la casta política es puesta, una y otra vez, en el centro de la escena.</p> <p>La novedad de los dichos presidenciales reside en el segmento final (ya lo habían dejado trascender sus voceros mediáticos ad hoc), cuando, luego de una serie de afirmaciones ofensivas, realizó una convocatoria a un gran acuerdo nacional previa aprobación de una, ahora sí, reflotada ley ómnibus que nadie tiene del todo claro en sus alcances. Tampoco queda muy iluminado si la “genialidad” presidencial de presentar una mega ley que luego, cuando estaba por quedar diluida, sirvió para exponer a la casta; porqué ahora el mismo proyecto queda reflotado.</p> <p>El cambio de estrategia obedece a las carencias del Ejecutivo nacional que, no casualmente, pueden verse como espejo de la realidad de los gobernadores. La necesidad de acuerdo son mutuas ya que en el caso de un hipotético desfinanciamiento a las provincias, y el consecuente incendio allende la avenida General Paz, alcanzaría a todas las partes. Una adenda como al pasar: en la semana, la inteligentzia trollista libertaria, ensayó una encuesta vía X, donde se preguntaba quien tenía razón en la disputa entre Milei y Torres. Ganó el segundo 60% a 40%. Fin.</p> <p>Por ello la disputa con el chubutense en particular y con los gobernadores patagónicos en general, que rozaban la ridiculez de la vuelta a un estadio previo al Pacto de San José de Flores, no deben verse más que como parte de la fugacidad de los fuegos de artificio. Las señales brindadas en las últimas horas por los diez gobernadores de Juntos por el Cambio, más la del cordobés Martín Llaryora, parecen (y sólo eso), referenciar un tiempo de tregua.</p> <p>Pero hay un segundo aspecto que va más allá de que la necesidad tiene cara de hereje y es el que refiere a la coincidencia ideológica, que ya hemos comentado en artículos anteriores, en todo el espectro de la derecha argentina. En los 10 puntos que pretende el libertarismo como punto de inicio de un nuevo tiempo social, reside buena parte de la prédica cambiemista de antaño, espacio político que (esto dicho como segunda adenda), se enfrenta al serio riesgo de una licuación si Milei logra consolidarse políticamente.</p> <p>https://twitter.com/CasaRosada/status/1764048922010358189</p> <p>Pero el pacto también tiene un problema de raíz. No está concebido como parte de un acto que supone una discusión generosa y que termina alumbrando una serie de enunciados: sería el paso final (elucubrado por el libertarismo gobernante) que requiere de la aprobación previa de los mamotretos jurídicos ya comentados y que devendría, como promesa futura, en un alivio fiscal para las provincias. Este procedimiento resulta claramente extorsivo y pretende, como un paquete cerrado, ganar en legitimidad sin ningún tipo de revisión. Es un acuerdo sujeto con fórceps, concebido con una errónea conceptualización mileista que cree contar con un cheque en blanco, a partir de su triunfo en el balotaje de noviembre.</p> <p>En resumen, el oficialismo trata de ganar tiempo ya que se enfrentaba a un inminente rechazo del DNU 70/23 en la cámara alta, cuyos legisladores ahora probablemente revisen su accionar para adelante, teniendo en cuenta la supuesta instancia de negociación que se les abren a los gobernadores y que, en muchos casos, resultan sus jefes políticos.</p> <p>En el procedimiento, por ahora novedoso para las formas libertarias, Milei toma una bandera cara a cierto infantilismo político que siempre tiene como aspiración, el máximo deseo de lograr un acuerdo que incluyan unos pocos puntos que, supuestamente, permitiría sacar al país del atraso, dejándolo escrito y publicado para la posteridad. Una especie de Pacto de la Moncloa de estos confines del mundo. Ya lo intentó Mauricio Macri con el fenecido consenso fiscal de 2017, que imponía una serie de transformaciones fiscales al interior de las provincias, que el mundo amarillo vivió como un triunfo pero que, la profundizada crisis económica del año siguiente, le dio un baño de realidad.</p> <p>Los acuerdos pueden condensarse en la realidad de la superestructura política y económica. Podrá imponerse (o no) desde la fortaleza de la caja del Estado nacional y de las carencias de no pocos Estados subnacionales, pero hay una segunda instancia, esa que refiere a la calidad de vida material de los argentinos que no parece enfrentar en el mediano plazo más que sufrimiento y miseria. Cuánto de eso podrá sostenerse en el tiempo, sin asistir a un deterioro tan marcado que transforme en letra muerta cualquier tipo de acuerdo suscripto por arriba, es un verdadero misterio que ningún protagonista ni analista puede avizorar. Si la historia reciente sirviera de algo, vale decir que esa celebración macrista que se combinó con el buen resultado electoral de 2017, fue el sustento para imponer una reforma jubilatoria que se transformó en piedra de toque de la debacle macrista de 2018 y 2019.</p> <p>La estrategia libertaria parece haber dado sus frutos. En un contexto donde algunas disputas que parecen gravosas, se sustancian con el fuego de artificio de las redes, Milei tiró la línea lo suficientemente lejos, como para darle algo de aire, también, a sus potenciales aliados que, en definitiva y en tren de ser honestos, sólo aspiran que la tensión se sustancie en la misma antinomia de los últimos 78 años: peronismo / antiperonismo. Si buena parte de la oposición amigable tolera insultos, maltratos y ninguneos, ello obedece a no quedar pegados, por ejemplo, en una votación parlamentaria con el bloque, vaya casualidad, que resulta mayoritario.</p> <p>Dicen Los Violadores, protagonistas del epígrafe de hoy, que en una noche de fuegos de artificio se tomaron decisiones sin saber. Tal vez nuestra resiliencia pueda impedir las pesadillas del poder. Solo tal vez.</p> <p>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> Caballos de Troya 2024-02-18T12:45:23-03:00 2024-02-18T12:45:23-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6805-caballos-de-troya (*) Miguel Gómez hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/832cb9ecbdbac82357fa94ec2046e855_S.jpg" alt="Caballos de Troya" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3 style="text-align: right;"><em>"Contame (decime donde empieza tu libertad),</em><br /><em>decime (y se termina la mía).</em><br /><em>Decime adonde llega tu libertad,</em><br /><em>que no pise la mía, que no pise la mía"</em></h3> <h3 style="text-align: right;">Decime - Bersuit Vergarabat</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>Cuenta el mito antiguo, que los griegos, al no poder destruir la amurallada ciudad de Troya, habiendo llevado adelante una guerra que duraba diez años, pudieron lograr su objetivo regalando a los defensores, un enorme caballo de madera que tenía en su interior a un grupo de guerreros seleccionados que fueron los que lograron habilitar el ingreso de los invasores. Desde los tiempos inmemoriales en que la historia fue conocida, se ha utilizado al hecho (poco importa si existió o no), como una clase magistral de simulación y engaño que sirve al logro de otros fines, a veces inconfesables de primera mano.</p> <p>Una legítima pregunta para los días que corren en la Argentina es aquella que se plantea cuánto de caballo de Troya y cuanto de verdad hay en un supuesto e inminente acuerdo con un sector de la oposición que le otorgaría cierta gobernabilidad política al libertarismo o en el episodio de un presidente de la Nación violentando y hostigando vía redes a una de las artistas más convocantes del país que, vaya casualidad, es una mujer. Promediando febrero, nada parece tan definitivamente claro. Pasen y vean. Resumen de una semana donde esa libertad a la que nos acostumbramos, comienza a ser repensada a partir de acciones y testimonios. De las inteligentes y de las otras. Entren. Pases y boletos gratis para todos y todas. Aunque se terminen los subsidios.</p> <p>Si a finales de la semana anterior, el acuerdo La Libertad Avanza – PRO era inminente, siete días después nadie está del todo seguro de cómo se va a plasmar en la realidad. Conscientes de las necesidades de ambas partes, en la “pública” el presidente Javier Milei sigue haciendo gala de un estilo que desconcierta a propios y extraños y que le costó, entre otras cosas, la derrota legislativa por la ley ómnibus. El libertario habilita instancias de negociaciones, le da margen de discusión y de acción a sus operadores pero cuando llega el momento de suscribir las coincidencias, el primer mandatario desautoriza a los cercanos y sale a romper públicamente cualquier atisbo de acuerdo.</p> <p>En un encuentro con tres imitadores periodísticos que resultó televisado y donde Milei no perdió oportunidad de mostrar su intemperancia crónica, levantando la voz ante preguntas simples que no debían más que permitir su lucimiento, desechó que algunos nombres propios como el de Martín Menem, puedan perder relevancia institucional a partir de los deseos de Mauricio Macri.</p> <p>Como cualquier acuerdo, este, que por ahora parece ralentizado, tiene sus propios límites. No se trata solamente de nombres y de la posibilidad de una mayor gobernabilidad: se trata de quién ejercerá el poder a partir de su puesta en práctica. Ya no es la discusión por el programa, dado que la ideología es coincidente y ya sabemos del deseo macrista por el shock, sino por descubrir quién gobernaría y con qué condiciones.</p> <p>La discusión es de poder en un contexto donde la fuerza amarilla tampoco las tiene todas consigo: Juntos por el Cambio está definitivamente roto, el radicalismo aún trata de procesar la reconfiguración que supone éste tiempo y Macri trata de recuperar legitimidad y liderazgo político en un partido que, a la vez que supo construir también supo dinamitar.</p> <p>Ya no se trata de que, si se diera el acuerdo, gobernarían los que salieron terceros, sino una facción que, ante la inmejorable oportunidad de ocupar estratégicos lugares de poder institucional, no duda de mirar para otro lado ante un cúmulo de medidas y decisiones que poco tienen de republicanas, democráticas y de respeto por los otros. Tampoco importan ciertas sobreactuaciones como las de Diego Santilli que mientras sale a denunciar la corrupción que supone el desarrollo de festivales donde intervienen artistas populares, omite el haber formado parte de la gestión de un gobierno que auspició con fondos públicos la llegada del Ravi Shankar. Una doble vara a la derecha por favor.</p> <figure><img src="https://fundamentar.com/images/caballo-de-troya-4.jpg" alt="Louis de Caullery - " /> <figcaption>Louis de Caullery - "El saqueo de Troya"</figcaption> </figure> <p>A contramano de la inmediatez libertaria, la cual se ejemplifica en la obsesión twitera del presidente, quien dedica no pocas horas de su tiempo a repostear y dar faveos de todo tipo a usuarios reales y de los otros, (seguir la cuenta @esoesnulo); la aparición semanal de Cristina Fernández de Kirchner pareció querer diferenciarse desde el fondo pero también desde las formas.</p> <p>Con un texto de 33 páginas, abordó el tema de la deuda, hizo una descripción de sus distintos ciclos y, otra vez, pareció adolecer de una autocrítica más contundente por su pertenencia al gobierno que condujo Alberto Fernández. Aunque ya no marque la agenda como antaño, la ex presidenta sigue teniendo la suficiente centralidad como para que, a partir de allí, buena parte del sistema político activara en su rededor.</p> <p>La mayor virtud del texto de Cristina, radica en lo que ofrece para adelante en cuanto a la necesidad de re discutir una serie de temas que poco tienen que ver con la experiencia de la década ganada. Interpelar al peronismo respecto de temas como educación y salud, donde ya no parece alcanzar con garantizar determinadas porciones del presupuesto; reinterpretar lo que supone la idea de Estado presente; ampliar el número de empresas públicas que combinen el modelo público – privado y romper con cierta rigidez del mundo laboral; parecen debates necesarios para el tiempo que viene.</p> <p>La velocidad con la que el libertarismo intenta imponer los cambios, comienza a mostrar, en paralelo, una demanda cada vez más creciente de las bases del movimiento nacional y popular, que reclaman por la aparición de liderazgos que conduzcan el proceso y aquí parece prevalecer un tiempo con distintas sincronías.</p> <p>Hay que recordarlo efectivamente: hace exactamente tres meses se perdía una elección. Ni siquiera hemos superado el período de lo que otrora fuera llamado como “luna de miel”  (que ya hemos comentado desde esta columna que no existe para la gestión mileista) y es esa misma dirigencia la que, derrotada y cuestionada, según no pocos ciudadanos y ciudadanas, ¿debería encabezar una cruzada anti libertaria? Difícil que esa circunstancia termine resultando virtuosa. Los liderazgos no se construyen mágicamente, aunque los tiempos sociales de las minorías (y eso somos hoy, una minoría) exijan otra respuesta.</p> <p>Basta revisar lo actuado hasta aquí: se han diseminado cacerolazos, las centrales obreras articularon la masividad de un paro que fue la antesala de una derrota legislativa pocas veces vista, las asambleas barriales comienzan a tomar forma y nos predisponemos a sendas marchas como las del 8 y del 24 de marzo que, como hace muchos años no se producían, confluirán en una sola movilización. Tal vez, más que nunca, el poeta tenga razón: “crece desde el pie”.</p> <figure><img src="https://fundamentar.com/images/La-procesin-del-caballo-de-troya-Giovanni-Domenico-Tiepolo-.jpg" alt="Giovanni Domenico Tiepolo - La procesión del caballo de Troya" /> <figcaption>Giovanni Domenico Tiepolo - La procesión del caballo de Troya"</figcaption> </figure> <p>Esa demanda tiene una absoluta racionalidad, la cual se fundamenta en una arrogancia política que viene acompañada de justas dosis de ignorancia, violencia y en no pocos casos de misoginia. Lo cual viene a cuento de la falaz discusión sobre la realización en la Argentina de festivales donde actúan artistas populares.</p> <p>La ignorancia, al nominar el costo de lo que un artista cobra y que, por ende eroga el Estado, radica en desconocer el circuito virtuoso que generan esos eventos. Bien lo explicó el gobernador de Córdoba Martín Llaryora a la hora de defender la industria festivalera: ganan los hoteleros, los restó, los dueños de las estaciones de servicio, los proveedores de excursiones turísticas y, cómo no, los comercios regionales. Buena parte de esas actividades tributan impuestos al Estado y ese gasto inicial termina siendo mucho menor a partir de esa rueda que se pone en marcha.</p> <p>La violencia se expresa en que todos los artistas que intervinieron en festivales, resultan definidos como ladrones que le han robado al pueblo. Desconocen que, muchas veces, la magnitud de algunos espectáculos impide que muchos ciudadanos y ciudadanas puedan consumir esos productos. Es tan grave el proceso persecutorio, que se olvida que la propia pareja del presidente ha formado parte de esas mismas estructuras y modos de difusión de la cultura que el libertarismo denosta.</p> <p>Y la frutilla del postre resulta ser el ataque a un personaje artístico que trasciende edades, sectores sociales y nacionalidades. Pareciera ser que, si Donald Trump tuvo su Taylor Swift, Milei necesita su Lali Espósito y a un conjunto importante de mujeres para ser atacadas y menospreciadas como forma de legitimación entre sus huestes. Hay una deficiencia innata en el mundo libertario: no comprende que el arte siempre (pero siempre) pervive, mientras que los dirigentes políticos son fusibles de un tiempo particular.</p> <p>Pero tal vez el eje a revisar sea otro, y debamos dejar de pensar que ciertas discusiones y la virulencia con que el oficialismo las desarrolla, sean el caballo de Troya que habilita la transformación degradante de la Argentina. Propongo pensar al propio Milei como el equino de madera que habilitaría una irrupción de un capitalismo pre decimonónico que utiliza al fascismo como una herramienta en una mano y a la dolarización en la otra. De hecho, los historiadores y antropólogos, si bien reconocen el dato histórico de la invasión de los griegos, nunca encontraron los restos del caballo. ¿A alguien le importa?</p> <p>La libertad declamada poco tiene de real cuando viene acompañada de violencia represiva. Y en un país con las tradiciones como la Argentina, la revolución que quiere imponer el libertarismo no termina exenta de sangre y fuego. Una canción, “Decime”, publicada en enero de este año se hace una pregunta que no resulta nada inocente: “decime donde empieza tu libertad y termina la mía”. Tal vez, no todos tengan la respuesta.</p> <p>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/832cb9ecbdbac82357fa94ec2046e855_S.jpg" alt="Caballos de Troya" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3 style="text-align: right;"><em>"Contame (decime donde empieza tu libertad),</em><br /><em>decime (y se termina la mía).</em><br /><em>Decime adonde llega tu libertad,</em><br /><em>que no pise la mía, que no pise la mía"</em></h3> <h3 style="text-align: right;">Decime - Bersuit Vergarabat</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>Cuenta el mito antiguo, que los griegos, al no poder destruir la amurallada ciudad de Troya, habiendo llevado adelante una guerra que duraba diez años, pudieron lograr su objetivo regalando a los defensores, un enorme caballo de madera que tenía en su interior a un grupo de guerreros seleccionados que fueron los que lograron habilitar el ingreso de los invasores. Desde los tiempos inmemoriales en que la historia fue conocida, se ha utilizado al hecho (poco importa si existió o no), como una clase magistral de simulación y engaño que sirve al logro de otros fines, a veces inconfesables de primera mano.</p> <p>Una legítima pregunta para los días que corren en la Argentina es aquella que se plantea cuánto de caballo de Troya y cuanto de verdad hay en un supuesto e inminente acuerdo con un sector de la oposición que le otorgaría cierta gobernabilidad política al libertarismo o en el episodio de un presidente de la Nación violentando y hostigando vía redes a una de las artistas más convocantes del país que, vaya casualidad, es una mujer. Promediando febrero, nada parece tan definitivamente claro. Pasen y vean. Resumen de una semana donde esa libertad a la que nos acostumbramos, comienza a ser repensada a partir de acciones y testimonios. De las inteligentes y de las otras. Entren. Pases y boletos gratis para todos y todas. Aunque se terminen los subsidios.</p> <p>Si a finales de la semana anterior, el acuerdo La Libertad Avanza – PRO era inminente, siete días después nadie está del todo seguro de cómo se va a plasmar en la realidad. Conscientes de las necesidades de ambas partes, en la “pública” el presidente Javier Milei sigue haciendo gala de un estilo que desconcierta a propios y extraños y que le costó, entre otras cosas, la derrota legislativa por la ley ómnibus. El libertario habilita instancias de negociaciones, le da margen de discusión y de acción a sus operadores pero cuando llega el momento de suscribir las coincidencias, el primer mandatario desautoriza a los cercanos y sale a romper públicamente cualquier atisbo de acuerdo.</p> <p>En un encuentro con tres imitadores periodísticos que resultó televisado y donde Milei no perdió oportunidad de mostrar su intemperancia crónica, levantando la voz ante preguntas simples que no debían más que permitir su lucimiento, desechó que algunos nombres propios como el de Martín Menem, puedan perder relevancia institucional a partir de los deseos de Mauricio Macri.</p> <p>Como cualquier acuerdo, este, que por ahora parece ralentizado, tiene sus propios límites. No se trata solamente de nombres y de la posibilidad de una mayor gobernabilidad: se trata de quién ejercerá el poder a partir de su puesta en práctica. Ya no es la discusión por el programa, dado que la ideología es coincidente y ya sabemos del deseo macrista por el shock, sino por descubrir quién gobernaría y con qué condiciones.</p> <p>La discusión es de poder en un contexto donde la fuerza amarilla tampoco las tiene todas consigo: Juntos por el Cambio está definitivamente roto, el radicalismo aún trata de procesar la reconfiguración que supone éste tiempo y Macri trata de recuperar legitimidad y liderazgo político en un partido que, a la vez que supo construir también supo dinamitar.</p> <p>Ya no se trata de que, si se diera el acuerdo, gobernarían los que salieron terceros, sino una facción que, ante la inmejorable oportunidad de ocupar estratégicos lugares de poder institucional, no duda de mirar para otro lado ante un cúmulo de medidas y decisiones que poco tienen de republicanas, democráticas y de respeto por los otros. Tampoco importan ciertas sobreactuaciones como las de Diego Santilli que mientras sale a denunciar la corrupción que supone el desarrollo de festivales donde intervienen artistas populares, omite el haber formado parte de la gestión de un gobierno que auspició con fondos públicos la llegada del Ravi Shankar. Una doble vara a la derecha por favor.</p> <figure><img src="https://fundamentar.com/images/caballo-de-troya-4.jpg" alt="Louis de Caullery - " /> <figcaption>Louis de Caullery - "El saqueo de Troya"</figcaption> </figure> <p>A contramano de la inmediatez libertaria, la cual se ejemplifica en la obsesión twitera del presidente, quien dedica no pocas horas de su tiempo a repostear y dar faveos de todo tipo a usuarios reales y de los otros, (seguir la cuenta @esoesnulo); la aparición semanal de Cristina Fernández de Kirchner pareció querer diferenciarse desde el fondo pero también desde las formas.</p> <p>Con un texto de 33 páginas, abordó el tema de la deuda, hizo una descripción de sus distintos ciclos y, otra vez, pareció adolecer de una autocrítica más contundente por su pertenencia al gobierno que condujo Alberto Fernández. Aunque ya no marque la agenda como antaño, la ex presidenta sigue teniendo la suficiente centralidad como para que, a partir de allí, buena parte del sistema político activara en su rededor.</p> <p>La mayor virtud del texto de Cristina, radica en lo que ofrece para adelante en cuanto a la necesidad de re discutir una serie de temas que poco tienen que ver con la experiencia de la década ganada. Interpelar al peronismo respecto de temas como educación y salud, donde ya no parece alcanzar con garantizar determinadas porciones del presupuesto; reinterpretar lo que supone la idea de Estado presente; ampliar el número de empresas públicas que combinen el modelo público – privado y romper con cierta rigidez del mundo laboral; parecen debates necesarios para el tiempo que viene.</p> <p>La velocidad con la que el libertarismo intenta imponer los cambios, comienza a mostrar, en paralelo, una demanda cada vez más creciente de las bases del movimiento nacional y popular, que reclaman por la aparición de liderazgos que conduzcan el proceso y aquí parece prevalecer un tiempo con distintas sincronías.</p> <p>Hay que recordarlo efectivamente: hace exactamente tres meses se perdía una elección. Ni siquiera hemos superado el período de lo que otrora fuera llamado como “luna de miel”  (que ya hemos comentado desde esta columna que no existe para la gestión mileista) y es esa misma dirigencia la que, derrotada y cuestionada, según no pocos ciudadanos y ciudadanas, ¿debería encabezar una cruzada anti libertaria? Difícil que esa circunstancia termine resultando virtuosa. Los liderazgos no se construyen mágicamente, aunque los tiempos sociales de las minorías (y eso somos hoy, una minoría) exijan otra respuesta.</p> <p>Basta revisar lo actuado hasta aquí: se han diseminado cacerolazos, las centrales obreras articularon la masividad de un paro que fue la antesala de una derrota legislativa pocas veces vista, las asambleas barriales comienzan a tomar forma y nos predisponemos a sendas marchas como las del 8 y del 24 de marzo que, como hace muchos años no se producían, confluirán en una sola movilización. Tal vez, más que nunca, el poeta tenga razón: “crece desde el pie”.</p> <figure><img src="https://fundamentar.com/images/La-procesin-del-caballo-de-troya-Giovanni-Domenico-Tiepolo-.jpg" alt="Giovanni Domenico Tiepolo - La procesión del caballo de Troya" /> <figcaption>Giovanni Domenico Tiepolo - La procesión del caballo de Troya"</figcaption> </figure> <p>Esa demanda tiene una absoluta racionalidad, la cual se fundamenta en una arrogancia política que viene acompañada de justas dosis de ignorancia, violencia y en no pocos casos de misoginia. Lo cual viene a cuento de la falaz discusión sobre la realización en la Argentina de festivales donde actúan artistas populares.</p> <p>La ignorancia, al nominar el costo de lo que un artista cobra y que, por ende eroga el Estado, radica en desconocer el circuito virtuoso que generan esos eventos. Bien lo explicó el gobernador de Córdoba Martín Llaryora a la hora de defender la industria festivalera: ganan los hoteleros, los restó, los dueños de las estaciones de servicio, los proveedores de excursiones turísticas y, cómo no, los comercios regionales. Buena parte de esas actividades tributan impuestos al Estado y ese gasto inicial termina siendo mucho menor a partir de esa rueda que se pone en marcha.</p> <p>La violencia se expresa en que todos los artistas que intervinieron en festivales, resultan definidos como ladrones que le han robado al pueblo. Desconocen que, muchas veces, la magnitud de algunos espectáculos impide que muchos ciudadanos y ciudadanas puedan consumir esos productos. Es tan grave el proceso persecutorio, que se olvida que la propia pareja del presidente ha formado parte de esas mismas estructuras y modos de difusión de la cultura que el libertarismo denosta.</p> <p>Y la frutilla del postre resulta ser el ataque a un personaje artístico que trasciende edades, sectores sociales y nacionalidades. Pareciera ser que, si Donald Trump tuvo su Taylor Swift, Milei necesita su Lali Espósito y a un conjunto importante de mujeres para ser atacadas y menospreciadas como forma de legitimación entre sus huestes. Hay una deficiencia innata en el mundo libertario: no comprende que el arte siempre (pero siempre) pervive, mientras que los dirigentes políticos son fusibles de un tiempo particular.</p> <p>Pero tal vez el eje a revisar sea otro, y debamos dejar de pensar que ciertas discusiones y la virulencia con que el oficialismo las desarrolla, sean el caballo de Troya que habilita la transformación degradante de la Argentina. Propongo pensar al propio Milei como el equino de madera que habilitaría una irrupción de un capitalismo pre decimonónico que utiliza al fascismo como una herramienta en una mano y a la dolarización en la otra. De hecho, los historiadores y antropólogos, si bien reconocen el dato histórico de la invasión de los griegos, nunca encontraron los restos del caballo. ¿A alguien le importa?</p> <p>La libertad declamada poco tiene de real cuando viene acompañada de violencia represiva. Y en un país con las tradiciones como la Argentina, la revolución que quiere imponer el libertarismo no termina exenta de sangre y fuego. Una canción, “Decime”, publicada en enero de este año se hace una pregunta que no resulta nada inocente: “decime donde empieza tu libertad y termina la mía”. Tal vez, no todos tengan la respuesta.</p> <p>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> Tiempo veloz 2024-02-04T13:02:54-03:00 2024-02-04T13:02:54-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6803-tiempo-veloz Miguel Gómez (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/ea16bf1ef10cb368a7558e7a2ca09b57_S.jpg" alt="Tiempo veloz" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p style="text-align: right;"><em>Todo se construye y se destruye,</em><br /><em>tan rápidamente,</em><br /><em>que no puedo dejar de sonreír.</em><br /><em>Es parte de la religión matar,</em><br /><em>es parte de la religión mentir…</em></p> <p style="text-align: right;">“Parte de la religión” Charly García</p></div><div class="K2FeedFullText"><p>Atravesados por una ola de calor severa, con el resultado de la votación general de la “Ley Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos” ya definido, comencemos con una pregunta como al pasar. Lo sucedido en la tarde del viernes ¿es una victoria pírrica o una derrota disfrazada? Complejizando la requisitoria: ¿es realmente el inicio de un proceso de transformación que, al igual que cada vez que en la Argentina se consolidó un modelo neoliberal, dejó un reguero de miseria y pobreza estructural de la que cada vez cuesta más deshacerse? Difícil de responder por estas horas sin entrar en una suerte de sumatoria de prejuicios y expresión de deseos que poco tendrían que ver con el rigor del análisis político. Sobre todo si no tratamos de desentrañar asertivamente todo aquello que refiere y contextualiza al fenómeno Milei, más allá de los nombres propios. Recorrido por el vértigo político de una semana donde parecieron condensarse todas las debilidades y fortalezas del sistema político argentino. Con tereré en mano, revelados por el viento caliente de los ventiladores, pasen y vean, sean todos y todas bienvenidos.</p> <p>En lo primero que debemos poner el foco es en la relativización de los números de la votación: 144 a 109 no expresa necesariamente la solidez de la propuesta libertaria. De hecho, nadie sabe del todo qué pasará a partir del martes 6 cuando a las 10 de la mañana comience la discusión en particular. Según algunas voces cercanas al tratamiento legislativo, existe acuerdo entre el oficialismo y la oposición friendly para la aprobación de unos 170 artículos, lo que supone una contundencia evidente pero que, a la vez, en paralelo, implica una limitación libertaria ya que la ley original traía nada más y nada menos que unos 664 artículos. Si esa estrategia fue prevista o no, aplicando el ya famoso  macrista del “si pasa, pasa”, es algo que no podemos avizorar a la distancia y que, en realidad, tiene poco de relevancia ya que, con lo que (parece) será aprobado, tendremos bastante para preocuparnos y ocuparnos.</p> <p>Lo segundo a señalar es que, más allá de las bravuconadas de ocasión, la obsesión de mal gusto en redes y los silencios sugestivos, el presidente y sus principales adláteres, negociaron (y lo seguirán haciendo en los días que vienen) con lo más consolidado de la casta para lograr aunque más no sea ganar 1 a 0, pero ganar, no entendiendo que la acción política nunca puede limitarse al formato de un resultado deportivo.</p> <p>https://twitter.com/JMilei/status/1753538900767683054</p> <p>En mi dialecto tabladense de origen diríamos que “poronguea pero transa” (salud querido Marito Borges y gracias por tu arte) y aunque el término no resulte del todo académico, más allá de los supuestos berrinches y enojos que sus voceros mediáticos, oficiales y no oficiales, dejan trascender, el tiempo transcurrido en el proceso de negociación refleja los limitantes presidenciales.</p> <p>Y todo ello a riesgo de atravesar verdaderos papelones institucionales, que no se agotan en la simple y natural inexperiencia de los flamantes legisladores libertarios, sino que se extiende al conjunto de esos sectores opositores, que no dudan en llevar adelante un debate en el recinto de la Cámara de Diputados, sin tener en claro cuáles son los artículos en cuestión, dado que no hay acuerdo y luego de haber firmado un dictamen en blanco.</p> <p>Los institucionalistas argentos, aquellos que aquí hemos definido como nuestros republicanos de cotillón, parecen haber olvidado su vieja retórica de enojos porque alguna ex presidenta levantaba el tono de voz o porque aquellas mayorías (también, como ahora circunstanciales) no tenían en cuenta su cosmovisión del mundo.</p> <p>En los días por venir, es probable que el oficialismo se anote una victoria política. Módica, pero victoria al fin. Y eso tiene más valor si ponderamos que lo hace desde su lugar de evidente minoría que, como afirmábamos días atrás, no cuenta ni siquiera con el 15% del total de legisladores del Congreso Nacional.</p> <p>El mileismo logrará, en parte, poner en línea a un conjunto de aliados que podrán aparecer a la luz pública como muy distintos entre sí, pero a los cuales los une dos elementos esenciales y que, más allá de los modos y de la nula capacidad de empatía política con los adversarios de parte del presidente Javier Milei, no existe una distancia ideológica muy severa entre ellos. Viene a cuento recordar que Mauricio Macri alguna vez fue festejado por sus partidarios por afirmar que de tener un segundo mandato, intentaría hacer todo más rápido. ¿No es acaso este tiempo político la expresión de todo ello?</p> <p>Pero además, buena parte de ese entramado amigable, se nutre de un antiperonismo flagrante. Algunos, que tienen la intrínseca aspiración de tener un peronismo domesticado, hablan de kirchnerismo hacia el espacio de algo más de 100 diputados que conduce el rosarino Germán Martínez, obviando que al interior de ese espacio conviven tradiciones políticas varias. “Lo hacen para bajarle el precio al peronismo”, supo definir alguna vez Néstor Kirchner y no parece que se haya equivocado.</p> <p>https://twitter.com/gerpmartinez/status/1753785604469399664</p> <p>Los De Loredo, los Zago y los Ritondo de la vida, necesitan auto referenciarse en ese cuestionamiento al kirchnerismo, para de alguna manera justificar su accionar de los últimos años y de esa forma, no quedar enganchados en una acusación de antidemocráticos. Incluso, a riesgo de quedar “pegados” a un proceso político que no las tiene todas consigo.</p> <p>La velocidad con que suceden los hechos, no sólo refiere a todo aquello que favorece y pueda potenciar al oficialismo. También actúa como espejo a la hora del desgaste. En la semana tuvieron una amplia difusión un par de encuestas que, como adelantábamos en nuestra columna anterior, señalan el rápido deterioro de la imagen presidencial. Más allá de los contextos generales que bien explican sus autores (consensos precarios), la reforzada decisión libertaria de los últimos días, de afirmar que gobiernan para el 56% de los argentinos de bien que los votaron, no parece contener un gen democrático en sí mismo.</p> <p>Una de las novedades del fenómeno Milei, a diferencia de lo que hacían lo que podríamos decir las fuerzas políticas tradicionales es que, más allá de las verdaderas intenciones o de los resultados, éstas pretendían construir una referenciación en un “todos” o en mayorías verdaderamente contundentes. El mileismo, desde la misma noche de su triunfo electoral, ha decidido anunciar un “todos” reducido, sin tener en cuenta que esos números pueden resultar absolutamente provisionales.</p> <p>Una de las preguntas que, más temprano que tarde empezará a tener peso es en qué medida los acuerdos con la casta política y empresarial, en un contexto de agravada crisis económica, afectará al electorado libertario original (29,7%), como para que éste pueda (o no) desilusionarse con las promesas de campaña.</p> <p>Vale saber hasta dónde tienen importancia los acuerdos con cierto transfuguismo político como el que representa Miguel Pichetto, quien supo mostrar con histrionismo su conservadurismo innato, apareciendo como una pieza de museo ya que reivindicó que durante sus dos primeros años de diputado, allá por la década del 90’, nunca hizo uso de la palabra mientras “que acá ahora habla cualquiera” (sic), calificó de pelotudos a algunos de sus pares (sic), se enojó con periodistas en un diálogo algo bizarro y reconoció que prefiere la traición a la irrelevancia. Afortunadamente no debió exhibir la xenofobia que lo alcanza.</p> <p>También vale preguntarse si sabrán en el mundo libertario que éste estratégico aliado, a quien el presidente le dispensó un público agradecimiento en la tarde del viernes, resulta un legislador que transita los pasillos del congreso desde hace 30 años, que fue menemista, duhaldista, kirchnerista, macrista y que en esta oportunidad fue elegido como diputado por su lugar de nacimiento y no por el de residencia ya que, en Río Negro, el hombre no goza de los mayores reconocimientos. Tal vez, a la hora de ciertos logros políticos, sea bueno recordar aquella frase de un viejo general: las casas también se construyen con bosta.</p> <p>En una democracia, los gobiernos atan su suerte a la gestión. Más allá de las tentaciones de este tiempo el libertarismo parece consolidarla sobre dos ejes centrales. Uno, el conocido de antemano, refiere a la represión. Todos sabíamos que la propuesta de la derecha argenta no cierra sin represión. La dinámica política de nuestro país, no tolera sin más, la conculcación de derechos. Y en la semana tuvimos las muestras de ello, con la violencia ejercida en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y, vaya novedad (¿novedad?), en la mismísima Rosario, donde un grupo de artistas fueron detenidos violentamente por pintar una vereda, confirmando que tal vez, a la hora de la gestión y de la conducción de la policía, no baste con la emoción del gobernador Maximiliano Pullaro cuando recuerda la figura de un tal Raúl Alfonsín, supuesto padre de la democracia.</p> <p>https://twitter.com/PatoBullrich/status/1753801622994456746</p> <p>Lo que seguramente no sabíamos, es que una fuerza minoritaria, sin tradición ni anclaje territorial apostaría por la provocación como forma de relacionamiento político: lo hace todos los días el vocero Manuel Adorni y acaba de hacerlo en plena marcha de protesta al Congreso, un joven y reconocido tiktokero que no tuvo mejor idea que atravesar la concurrencia como si fuera un perfecto desconocido. El cobarde ataque a su persona no es una buena señal, como tampoco lo es la persecución y los insultos a los diputados Rodrigo Marra y Alberto Benegas Lynch, como así tampoco el escrache que algunas semanas atrás sufriera la diputada Victoria Tolosa Paz en un restó de Pinamar. Por todo ello hablábamos de “mechacortismo” en uno de los últimos artículos de 2023. Las responsabilidades primarias siempre devienen desde arriba.</p> <p>Hay un después. Y lo hay para todos. Para lo que pueda suceder en la aplicación de la mal llamada ley ómnibus que se terminó pareciendo a un transporte escolar, pero que tiene una potencia evidente porque sigue contando en esencia, con la relevancia del artículo primero, su delegación de facultades y para, en definitiva, reimponer de facto, los artículos que la oposición friendly cree haberle arrebatado al oficialismo.</p> <p>Con su genialidad a cuestas, Charly nos anunciaba que todo se destruye y se construye tan rápidamente, que no podía dejar de sonreír. Tal vez no sea nuestro gesto de estos días, pero habrá que intentarlo.</p> <p>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/ea16bf1ef10cb368a7558e7a2ca09b57_S.jpg" alt="Tiempo veloz" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p style="text-align: right;"><em>Todo se construye y se destruye,</em><br /><em>tan rápidamente,</em><br /><em>que no puedo dejar de sonreír.</em><br /><em>Es parte de la religión matar,</em><br /><em>es parte de la religión mentir…</em></p> <p style="text-align: right;">“Parte de la religión” Charly García</p></div><div class="K2FeedFullText"><p>Atravesados por una ola de calor severa, con el resultado de la votación general de la “Ley Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos” ya definido, comencemos con una pregunta como al pasar. Lo sucedido en la tarde del viernes ¿es una victoria pírrica o una derrota disfrazada? Complejizando la requisitoria: ¿es realmente el inicio de un proceso de transformación que, al igual que cada vez que en la Argentina se consolidó un modelo neoliberal, dejó un reguero de miseria y pobreza estructural de la que cada vez cuesta más deshacerse? Difícil de responder por estas horas sin entrar en una suerte de sumatoria de prejuicios y expresión de deseos que poco tendrían que ver con el rigor del análisis político. Sobre todo si no tratamos de desentrañar asertivamente todo aquello que refiere y contextualiza al fenómeno Milei, más allá de los nombres propios. Recorrido por el vértigo político de una semana donde parecieron condensarse todas las debilidades y fortalezas del sistema político argentino. Con tereré en mano, revelados por el viento caliente de los ventiladores, pasen y vean, sean todos y todas bienvenidos.</p> <p>En lo primero que debemos poner el foco es en la relativización de los números de la votación: 144 a 109 no expresa necesariamente la solidez de la propuesta libertaria. De hecho, nadie sabe del todo qué pasará a partir del martes 6 cuando a las 10 de la mañana comience la discusión en particular. Según algunas voces cercanas al tratamiento legislativo, existe acuerdo entre el oficialismo y la oposición friendly para la aprobación de unos 170 artículos, lo que supone una contundencia evidente pero que, a la vez, en paralelo, implica una limitación libertaria ya que la ley original traía nada más y nada menos que unos 664 artículos. Si esa estrategia fue prevista o no, aplicando el ya famoso  macrista del “si pasa, pasa”, es algo que no podemos avizorar a la distancia y que, en realidad, tiene poco de relevancia ya que, con lo que (parece) será aprobado, tendremos bastante para preocuparnos y ocuparnos.</p> <p>Lo segundo a señalar es que, más allá de las bravuconadas de ocasión, la obsesión de mal gusto en redes y los silencios sugestivos, el presidente y sus principales adláteres, negociaron (y lo seguirán haciendo en los días que vienen) con lo más consolidado de la casta para lograr aunque más no sea ganar 1 a 0, pero ganar, no entendiendo que la acción política nunca puede limitarse al formato de un resultado deportivo.</p> <p>https://twitter.com/JMilei/status/1753538900767683054</p> <p>En mi dialecto tabladense de origen diríamos que “poronguea pero transa” (salud querido Marito Borges y gracias por tu arte) y aunque el término no resulte del todo académico, más allá de los supuestos berrinches y enojos que sus voceros mediáticos, oficiales y no oficiales, dejan trascender, el tiempo transcurrido en el proceso de negociación refleja los limitantes presidenciales.</p> <p>Y todo ello a riesgo de atravesar verdaderos papelones institucionales, que no se agotan en la simple y natural inexperiencia de los flamantes legisladores libertarios, sino que se extiende al conjunto de esos sectores opositores, que no dudan en llevar adelante un debate en el recinto de la Cámara de Diputados, sin tener en claro cuáles son los artículos en cuestión, dado que no hay acuerdo y luego de haber firmado un dictamen en blanco.</p> <p>Los institucionalistas argentos, aquellos que aquí hemos definido como nuestros republicanos de cotillón, parecen haber olvidado su vieja retórica de enojos porque alguna ex presidenta levantaba el tono de voz o porque aquellas mayorías (también, como ahora circunstanciales) no tenían en cuenta su cosmovisión del mundo.</p> <p>En los días por venir, es probable que el oficialismo se anote una victoria política. Módica, pero victoria al fin. Y eso tiene más valor si ponderamos que lo hace desde su lugar de evidente minoría que, como afirmábamos días atrás, no cuenta ni siquiera con el 15% del total de legisladores del Congreso Nacional.</p> <p>El mileismo logrará, en parte, poner en línea a un conjunto de aliados que podrán aparecer a la luz pública como muy distintos entre sí, pero a los cuales los une dos elementos esenciales y que, más allá de los modos y de la nula capacidad de empatía política con los adversarios de parte del presidente Javier Milei, no existe una distancia ideológica muy severa entre ellos. Viene a cuento recordar que Mauricio Macri alguna vez fue festejado por sus partidarios por afirmar que de tener un segundo mandato, intentaría hacer todo más rápido. ¿No es acaso este tiempo político la expresión de todo ello?</p> <p>Pero además, buena parte de ese entramado amigable, se nutre de un antiperonismo flagrante. Algunos, que tienen la intrínseca aspiración de tener un peronismo domesticado, hablan de kirchnerismo hacia el espacio de algo más de 100 diputados que conduce el rosarino Germán Martínez, obviando que al interior de ese espacio conviven tradiciones políticas varias. “Lo hacen para bajarle el precio al peronismo”, supo definir alguna vez Néstor Kirchner y no parece que se haya equivocado.</p> <p>https://twitter.com/gerpmartinez/status/1753785604469399664</p> <p>Los De Loredo, los Zago y los Ritondo de la vida, necesitan auto referenciarse en ese cuestionamiento al kirchnerismo, para de alguna manera justificar su accionar de los últimos años y de esa forma, no quedar enganchados en una acusación de antidemocráticos. Incluso, a riesgo de quedar “pegados” a un proceso político que no las tiene todas consigo.</p> <p>La velocidad con que suceden los hechos, no sólo refiere a todo aquello que favorece y pueda potenciar al oficialismo. También actúa como espejo a la hora del desgaste. En la semana tuvieron una amplia difusión un par de encuestas que, como adelantábamos en nuestra columna anterior, señalan el rápido deterioro de la imagen presidencial. Más allá de los contextos generales que bien explican sus autores (consensos precarios), la reforzada decisión libertaria de los últimos días, de afirmar que gobiernan para el 56% de los argentinos de bien que los votaron, no parece contener un gen democrático en sí mismo.</p> <p>Una de las novedades del fenómeno Milei, a diferencia de lo que hacían lo que podríamos decir las fuerzas políticas tradicionales es que, más allá de las verdaderas intenciones o de los resultados, éstas pretendían construir una referenciación en un “todos” o en mayorías verdaderamente contundentes. El mileismo, desde la misma noche de su triunfo electoral, ha decidido anunciar un “todos” reducido, sin tener en cuenta que esos números pueden resultar absolutamente provisionales.</p> <p>Una de las preguntas que, más temprano que tarde empezará a tener peso es en qué medida los acuerdos con la casta política y empresarial, en un contexto de agravada crisis económica, afectará al electorado libertario original (29,7%), como para que éste pueda (o no) desilusionarse con las promesas de campaña.</p> <p>Vale saber hasta dónde tienen importancia los acuerdos con cierto transfuguismo político como el que representa Miguel Pichetto, quien supo mostrar con histrionismo su conservadurismo innato, apareciendo como una pieza de museo ya que reivindicó que durante sus dos primeros años de diputado, allá por la década del 90’, nunca hizo uso de la palabra mientras “que acá ahora habla cualquiera” (sic), calificó de pelotudos a algunos de sus pares (sic), se enojó con periodistas en un diálogo algo bizarro y reconoció que prefiere la traición a la irrelevancia. Afortunadamente no debió exhibir la xenofobia que lo alcanza.</p> <p>También vale preguntarse si sabrán en el mundo libertario que éste estratégico aliado, a quien el presidente le dispensó un público agradecimiento en la tarde del viernes, resulta un legislador que transita los pasillos del congreso desde hace 30 años, que fue menemista, duhaldista, kirchnerista, macrista y que en esta oportunidad fue elegido como diputado por su lugar de nacimiento y no por el de residencia ya que, en Río Negro, el hombre no goza de los mayores reconocimientos. Tal vez, a la hora de ciertos logros políticos, sea bueno recordar aquella frase de un viejo general: las casas también se construyen con bosta.</p> <p>En una democracia, los gobiernos atan su suerte a la gestión. Más allá de las tentaciones de este tiempo el libertarismo parece consolidarla sobre dos ejes centrales. Uno, el conocido de antemano, refiere a la represión. Todos sabíamos que la propuesta de la derecha argenta no cierra sin represión. La dinámica política de nuestro país, no tolera sin más, la conculcación de derechos. Y en la semana tuvimos las muestras de ello, con la violencia ejercida en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y, vaya novedad (¿novedad?), en la mismísima Rosario, donde un grupo de artistas fueron detenidos violentamente por pintar una vereda, confirmando que tal vez, a la hora de la gestión y de la conducción de la policía, no baste con la emoción del gobernador Maximiliano Pullaro cuando recuerda la figura de un tal Raúl Alfonsín, supuesto padre de la democracia.</p> <p>https://twitter.com/PatoBullrich/status/1753801622994456746</p> <p>Lo que seguramente no sabíamos, es que una fuerza minoritaria, sin tradición ni anclaje territorial apostaría por la provocación como forma de relacionamiento político: lo hace todos los días el vocero Manuel Adorni y acaba de hacerlo en plena marcha de protesta al Congreso, un joven y reconocido tiktokero que no tuvo mejor idea que atravesar la concurrencia como si fuera un perfecto desconocido. El cobarde ataque a su persona no es una buena señal, como tampoco lo es la persecución y los insultos a los diputados Rodrigo Marra y Alberto Benegas Lynch, como así tampoco el escrache que algunas semanas atrás sufriera la diputada Victoria Tolosa Paz en un restó de Pinamar. Por todo ello hablábamos de “mechacortismo” en uno de los últimos artículos de 2023. Las responsabilidades primarias siempre devienen desde arriba.</p> <p>Hay un después. Y lo hay para todos. Para lo que pueda suceder en la aplicación de la mal llamada ley ómnibus que se terminó pareciendo a un transporte escolar, pero que tiene una potencia evidente porque sigue contando en esencia, con la relevancia del artículo primero, su delegación de facultades y para, en definitiva, reimponer de facto, los artículos que la oposición friendly cree haberle arrebatado al oficialismo.</p> <p>Con su genialidad a cuestas, Charly nos anunciaba que todo se destruye y se construye tan rápidamente, que no podía dejar de sonreír. Tal vez no sea nuestro gesto de estos días, pero habrá que intentarlo.</p> <p>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> Nada es gratis 2024-01-28T09:35:51-03:00 2024-01-28T09:35:51-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6802-nada-es-gratis Miguel Gómez (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/863307fbd1530a9c2d2dbdedee75ede3_S.jpg" alt="El ministro Caputo anuncia en conferencia de prensa que retira el capítulo fiscal de la Ley Ómnibus" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3 style="text-align: right;"><em>Habrá consecuencia, ante tantas faltas y engaños,</em><br /><em> ante tanto mal provocado,</em><br /><em> ante tan deliberada crueldad, amor.</em><br /><em> Habrá consecuencia, porque no se miente de esa manera,</em><br /><em> lo que nace en el odio en el odio se queda.</em><br /><em> Voy a rogar que una fuerza sobrenatural,</em><br /><em> sentencie tu esencia…</em></h3> <h3 style="text-align: right;">“Sentencia” - Mamita Peyote</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>Si en la lógica de nuestras vidas privadas, chiquitas y cargadas de verdades relativas, aprendemos, a medida que crecemos, que nuestro accionar cotidiano tiene consecuencias (a favor o en contra); en el mundillo de la política, plagado de intereses cruzados, de los honestos y de los otros, el costo de cada acción nunca es gratis. Sobre todo si el objetivo inicial radica en poner patas para arriba un andamiaje legal construido desde los últimos 100 años, pero fundamentalmente si se quiere avanzar sobre los derechos de una sociedad que está agotada de cierta cotidianeidad, a la cual se le ofrece la certeza de un presente de esfuerzo y sacrificio, a cambio de la promesa de un mañana venturoso. A poco más de 45 días de gestión, la administración Milei tuvo que aceptar en los hechos que el posicionamiento de un panelista televisivo primero y el desarrollo de la campaña electoral después, son coyunturas muy diferentes a la hora de ejecutar el gobierno. Semana de desasosiego y derrotas varias para el libertarismo argentino. Pasen y vean. Como siempre, y este 2024 no será la excepción, están todos y todas invitados.</p> <p>La expectativa semanal radicaba en dos temas centrales: el paro dispuesto por la Confederación General del Trabajo al que adherían el resto de las centrales obreras y un muy buen número de organizaciones de la sociedad civil y el tratamiento en comisiones de la mal llamada Ley Ómnibus, sobre el que el oficialismo tenía la aspiración de obtener el dictamen de mayoría.</p> <p>En el primero de ellos, el mileismo intentó utilizarlo como una herramienta en su favor: con parte de la dirigencia sindical deslegitimada, por acciones históricas propias, pero fundamentalmente por la plena vigencia de esa construcción de sentido que indica que para buena parte de la sociedad argentina, todo lo relacionado con la acción sindical de cualquier tipo, representa un problema en sí mismo; el gobierno y algunos aliados circunstanciales, pecaron de falta de originalidad a la hora de dar la discusión de rigor.</p> <p>Con un evidente sesgo interpretativo, basado en un prejuicio ideológico que encuentra su raíz en la Argentina de la Ley de Residencia de 1904, el oficialismo en sus múltiples terminales (funcionariado, medios de comunicación afines y voceros de redes) no se privó de pronunciar las zonceras tradicionales para este tipo de coyunturas históricas: desde que “el paro es político” (sí Javier, la sociedad en la calle reclamando es un hecho político en sí mismo), pasando por la decisión de desarrollar una medida de fuerza a 45 días de haber asumido el gobierno, siendo que a Alberto Fernández no se le hizo ningún paro, hasta llegar a la discusión de números, donde algún periodista devenido en reciente segundo del vocero presidencial se animó a dar números concretos del dinero que perdería el país con la medida de fuerza y donde la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, no tuvo empacho alguno en minimizar la contundencia de la convocatoria en la Plaza del Congreso, realizando una cuenta algo trucha y obviando las distintas movilizaciones producidas a lo largo y ancho del territorio nacional.</p> <p>https://twitter.com/cgtoficialok/status/1750961014433091806</p> <p>Lo señalado merece algunas aclaraciones. La primera es que, más allá de algunas defecciones históricas, cuando el movimiento obrero reclama no obedece sólo a la cuestión inflacionaria sino a un entramado normativo que se intenta imponer y sobre el que el gobierno anterior jamás pretendió avanzar.</p> <p>La segunda es que en los cuatro años anteriores, con plena vigencia de paritarias libres, todos los sectores que representan el conjunto del movimiento obrero, se vinculan con los sectores formales del mundo laboral y por lo tanto, con sus más y sus menos, pudieron ir “arrimando el bochín” al escenario inflacionario.</p> <p>Y la tercera refiere a la falacia de afirmar que nada se dijo durante el período 2019 – 2023 de los problemas económicos que presentaba el país. Vale recordarle a unos cuantos, que si algo caracterizó a la gestión anterior fue la permanente discusión, con el consecuente internismo, sobre qué destino de gestión debía elegirse.  </p> <p>Lo que el libertarismo argento no entiende (entre tantas cosas), es que las disputas políticas se basan en un principio algo básico de acción y reacción. Si en la primera acción formal de gobierno, entre decretos de necesidad y urgencia de nula necesidad, urgencia y constitucionalidad, la misma se complementa con un bodoque normativo que modifica centenares de leyes, las cuales redundarían (si se sancionara) en la afectación de millones de personas, violando todo principio de discusión adecuada en cada una de las comisiones conformadas para tal fin en la Cámara de Diputados, pretendiendo desoír a los distintos sectores de la sociedad a las que afecta, es evidente que ese malestar deberá canalizarse por algún lado. Una sociedad verdaderamente democrática es como el cauce de un río: se lo podrá intentar obturar, pero siempre volverá a su destino original.</p> <p>Pero además, discutir el número de una movilización, con plazas llenas de extremo a extremo, con evidentes muestras de masividad en las ciudades más grandes del país, pero también en las más pequeñas, trae consigo la desvalorización de aquel ciudadano o aquella ciudadana que se sienten contenido por la organización gremial a la que pertenecen, porque desde el libertarismo tonto e ignorante se cree que las personas pueden ser arriadas sin más razones que el interés del dirigente gremial de ocasión.</p> <p>Así mismo, si honestamente funcionarios e influencers mediáticos (en mis tiempos jóvenes idos les llamábamos formadores de opinión), hubieran decidido pararse en una esquina cercana a una convocatoria en cualquier provincia del país, habría notado que no sólo las estructuras sindicales movilizaron, sino que mucha “gente suelta” se sintió interpelada para mostrar públicamente sus preocupaciones, miedos y enojos. No tratar de comprender esto demuestra la tempranera decisión gubernamental de dejar de intentar representar a los intereses del conjunto de los argentinos: la convocatoria no fue sólo gremial, implicó la presencia de vastos sectores y sirvió como una instancia de institucionalización de un descontento creciente y que, como veremos en los próximos días, se reflejarán en las primeras encuestas que marcan un deterioro en la imagen presidencial. Quien quiera oír que oiga, quien quiera escuchar que escuche.</p> <p>En el enfoque oficialista subyace un error de base que hemos marcado desde el día uno de gestión: Javier Milei confunde un triunfo electoral en un ballotage con un 56% de los votos, con un cheque en blanco para legitimar sus dichos de campaña y su acción inicial posterior.</p> <p>Ese número no se construyó sobre la base de un triunfo político donde una fuerza sobresale con más de la mitad de los votos y el resto de los partidos discuten poder de una manera claramente atomizada (versión electoral del resultado de 2011 y el triunfo en primera vuelta de Cristina Fernández de Kirchner);  sino sobre la presencia de bloques verdaderamente intensos, lo cual no resulta fijo e inmutable, ya que la velocidad con que se intentan los cambios, resulta directamente proporcional a aquellos intereses que pueden afectar.</p> <p>Si además, esa acción política gubernamental se construye sobre un andamiaje institucional definitivamente raleado, donde no se cuenta con ningún gobernador propio, con una minoría muy evidente en el Congreso de la Nación (no se tiene ni el 15% de los legisladores), si se maltrata a los posibles aliados legislativos y se amenaza a gobernadores que no están dispuestos a pagar el costo político que suponen nuevas imposiciones a las economías regionales, queda evidenciado que el resultado no será el esperado por el oficialismo. En la calle se aprende que para pelearse con los grandotes, hay que tener con qué, independientemente del uso o no de la chequera.</p> <p>Como nunca, esta semana el oficialismo dio un espectáculo en sí mismo de los límites que supone la estrategia de hacerse fuerte desde la debilidad: hizo firmar el dictamen de mayoría en la Cámara de Diputados en blanco para reescribirlo después, exponiendo a sus aliados y a una denuncia penal de rigor; visibilizó (otra vez) una interna feroz que todas las semanas habilita renuncias de segundas y terceras líneas de funcionarios; el presidente ordenó la eyección de un ministro por un off the récord publicado en un medio, confirmando en definitiva que lo afirmado era verdad; abrió un nuevo frente de conflicto con gobernadores opositores y no tanto, que rápidamente le recordaron las “ventajas” de un sistema federal de gobierno; y en un típico escenario de crisis, el ministro del área convocó a una conferencia de prensa en un horario absolutamente inusual donde anunció que se retiraba la parte fiscal del proyecto de ley pomposamente llamado “Bases y Puntos de partida para la libertad de los argentinos”, como forma de no exponerse a una derrota segura en la sesión de la semana próxima en la Cámara de Diputados de la Nación.</p> <p>https://twitter.com/OPRArgentina/status/1751036629182042403</p> <p>El oficialismo vino anunciando un esquema de todo o nada. Pero esa estrategia puede servir (incluso en la derrota) cuando detrás se cuenta con una estructura consolidada que te sostiene: si a seis meses de haber asumido Cristina Fernández, el kirchnerismo perdió la batalla política por las retenciones en el Congreso de la Nación, supo capear el temporal (y más allá de algunos cantos de sirena que aseguraban el final del gobierno), esto fue así porque contaba con un respaldo institucional de proporciones. La historia reciente, más allá de los colores ideológicos, debería servir para aprender.</p> <p>La pregunta que dejamos flotando por aquí (ya empezamos queridos lectores. Como verán, no damos respiro en el primer artículo del año), refiere a si la actitud oficialista de este tiempo tiene que ver con una ceguera o brutalidad política, que cada uno adjetive como le parezca, que se sostendrá en el tiempo, o si la derrota autoinflinjida por estos días, con un ministro renunciando públicamente a imponer lo que era el nudo gordiano del proyecto de ley, modificará las estrategias de relacionamiento con la oposición light.</p> <p>Lo que vendrá en los días que siguen supone la propia valoración gubernamental de haber escuchado las demandas sociales, algo difícil de creer a partir de cómo operó ambos mamotretos legales (DNU y ley ómnibus) de cara a los opositores y a la sociedad. Pero el trasfondo es otro: el oficialismo se preparaba a cumplir otro récord, el de tener una ley rechazada a poco menos de dos meses de haber asumido, quedando en el aire la inevitable sensación de que sólo se aspira a la aprobación concreta del artículo 1º de la ley, ese que habla de delegación de facultades, con el fin de ir por más en el corto plazo vía decreto, y además, evitar el tratamiento legislativo del DNU, apostando un pleno a la aprobación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, allá por el mes de marzo.</p> <p>Nada es gratis. Y al elegir equipos de gestión inexpertos y sin diálogo político, el gobierno acaba de tener una derrota que por lógica no resulta definitiva. Hay consecuencia de cada acto y habrá que ver cómo logra (si es que lo hace) recomponer una relación con aquellos sectores “amigables” a los que expuso con sus devaneos iniciales. Ante las faltas, los engaños y la crueldad, siempre habrá consecuencias. Cuidado con las sentencias prematuras.</p> <p>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/863307fbd1530a9c2d2dbdedee75ede3_S.jpg" alt="El ministro Caputo anuncia en conferencia de prensa que retira el capítulo fiscal de la Ley Ómnibus" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3 style="text-align: right;"><em>Habrá consecuencia, ante tantas faltas y engaños,</em><br /><em> ante tanto mal provocado,</em><br /><em> ante tan deliberada crueldad, amor.</em><br /><em> Habrá consecuencia, porque no se miente de esa manera,</em><br /><em> lo que nace en el odio en el odio se queda.</em><br /><em> Voy a rogar que una fuerza sobrenatural,</em><br /><em> sentencie tu esencia…</em></h3> <h3 style="text-align: right;">“Sentencia” - Mamita Peyote</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>Si en la lógica de nuestras vidas privadas, chiquitas y cargadas de verdades relativas, aprendemos, a medida que crecemos, que nuestro accionar cotidiano tiene consecuencias (a favor o en contra); en el mundillo de la política, plagado de intereses cruzados, de los honestos y de los otros, el costo de cada acción nunca es gratis. Sobre todo si el objetivo inicial radica en poner patas para arriba un andamiaje legal construido desde los últimos 100 años, pero fundamentalmente si se quiere avanzar sobre los derechos de una sociedad que está agotada de cierta cotidianeidad, a la cual se le ofrece la certeza de un presente de esfuerzo y sacrificio, a cambio de la promesa de un mañana venturoso. A poco más de 45 días de gestión, la administración Milei tuvo que aceptar en los hechos que el posicionamiento de un panelista televisivo primero y el desarrollo de la campaña electoral después, son coyunturas muy diferentes a la hora de ejecutar el gobierno. Semana de desasosiego y derrotas varias para el libertarismo argentino. Pasen y vean. Como siempre, y este 2024 no será la excepción, están todos y todas invitados.</p> <p>La expectativa semanal radicaba en dos temas centrales: el paro dispuesto por la Confederación General del Trabajo al que adherían el resto de las centrales obreras y un muy buen número de organizaciones de la sociedad civil y el tratamiento en comisiones de la mal llamada Ley Ómnibus, sobre el que el oficialismo tenía la aspiración de obtener el dictamen de mayoría.</p> <p>En el primero de ellos, el mileismo intentó utilizarlo como una herramienta en su favor: con parte de la dirigencia sindical deslegitimada, por acciones históricas propias, pero fundamentalmente por la plena vigencia de esa construcción de sentido que indica que para buena parte de la sociedad argentina, todo lo relacionado con la acción sindical de cualquier tipo, representa un problema en sí mismo; el gobierno y algunos aliados circunstanciales, pecaron de falta de originalidad a la hora de dar la discusión de rigor.</p> <p>Con un evidente sesgo interpretativo, basado en un prejuicio ideológico que encuentra su raíz en la Argentina de la Ley de Residencia de 1904, el oficialismo en sus múltiples terminales (funcionariado, medios de comunicación afines y voceros de redes) no se privó de pronunciar las zonceras tradicionales para este tipo de coyunturas históricas: desde que “el paro es político” (sí Javier, la sociedad en la calle reclamando es un hecho político en sí mismo), pasando por la decisión de desarrollar una medida de fuerza a 45 días de haber asumido el gobierno, siendo que a Alberto Fernández no se le hizo ningún paro, hasta llegar a la discusión de números, donde algún periodista devenido en reciente segundo del vocero presidencial se animó a dar números concretos del dinero que perdería el país con la medida de fuerza y donde la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, no tuvo empacho alguno en minimizar la contundencia de la convocatoria en la Plaza del Congreso, realizando una cuenta algo trucha y obviando las distintas movilizaciones producidas a lo largo y ancho del territorio nacional.</p> <p>https://twitter.com/cgtoficialok/status/1750961014433091806</p> <p>Lo señalado merece algunas aclaraciones. La primera es que, más allá de algunas defecciones históricas, cuando el movimiento obrero reclama no obedece sólo a la cuestión inflacionaria sino a un entramado normativo que se intenta imponer y sobre el que el gobierno anterior jamás pretendió avanzar.</p> <p>La segunda es que en los cuatro años anteriores, con plena vigencia de paritarias libres, todos los sectores que representan el conjunto del movimiento obrero, se vinculan con los sectores formales del mundo laboral y por lo tanto, con sus más y sus menos, pudieron ir “arrimando el bochín” al escenario inflacionario.</p> <p>Y la tercera refiere a la falacia de afirmar que nada se dijo durante el período 2019 – 2023 de los problemas económicos que presentaba el país. Vale recordarle a unos cuantos, que si algo caracterizó a la gestión anterior fue la permanente discusión, con el consecuente internismo, sobre qué destino de gestión debía elegirse.  </p> <p>Lo que el libertarismo argento no entiende (entre tantas cosas), es que las disputas políticas se basan en un principio algo básico de acción y reacción. Si en la primera acción formal de gobierno, entre decretos de necesidad y urgencia de nula necesidad, urgencia y constitucionalidad, la misma se complementa con un bodoque normativo que modifica centenares de leyes, las cuales redundarían (si se sancionara) en la afectación de millones de personas, violando todo principio de discusión adecuada en cada una de las comisiones conformadas para tal fin en la Cámara de Diputados, pretendiendo desoír a los distintos sectores de la sociedad a las que afecta, es evidente que ese malestar deberá canalizarse por algún lado. Una sociedad verdaderamente democrática es como el cauce de un río: se lo podrá intentar obturar, pero siempre volverá a su destino original.</p> <p>Pero además, discutir el número de una movilización, con plazas llenas de extremo a extremo, con evidentes muestras de masividad en las ciudades más grandes del país, pero también en las más pequeñas, trae consigo la desvalorización de aquel ciudadano o aquella ciudadana que se sienten contenido por la organización gremial a la que pertenecen, porque desde el libertarismo tonto e ignorante se cree que las personas pueden ser arriadas sin más razones que el interés del dirigente gremial de ocasión.</p> <p>Así mismo, si honestamente funcionarios e influencers mediáticos (en mis tiempos jóvenes idos les llamábamos formadores de opinión), hubieran decidido pararse en una esquina cercana a una convocatoria en cualquier provincia del país, habría notado que no sólo las estructuras sindicales movilizaron, sino que mucha “gente suelta” se sintió interpelada para mostrar públicamente sus preocupaciones, miedos y enojos. No tratar de comprender esto demuestra la tempranera decisión gubernamental de dejar de intentar representar a los intereses del conjunto de los argentinos: la convocatoria no fue sólo gremial, implicó la presencia de vastos sectores y sirvió como una instancia de institucionalización de un descontento creciente y que, como veremos en los próximos días, se reflejarán en las primeras encuestas que marcan un deterioro en la imagen presidencial. Quien quiera oír que oiga, quien quiera escuchar que escuche.</p> <p>En el enfoque oficialista subyace un error de base que hemos marcado desde el día uno de gestión: Javier Milei confunde un triunfo electoral en un ballotage con un 56% de los votos, con un cheque en blanco para legitimar sus dichos de campaña y su acción inicial posterior.</p> <p>Ese número no se construyó sobre la base de un triunfo político donde una fuerza sobresale con más de la mitad de los votos y el resto de los partidos discuten poder de una manera claramente atomizada (versión electoral del resultado de 2011 y el triunfo en primera vuelta de Cristina Fernández de Kirchner);  sino sobre la presencia de bloques verdaderamente intensos, lo cual no resulta fijo e inmutable, ya que la velocidad con que se intentan los cambios, resulta directamente proporcional a aquellos intereses que pueden afectar.</p> <p>Si además, esa acción política gubernamental se construye sobre un andamiaje institucional definitivamente raleado, donde no se cuenta con ningún gobernador propio, con una minoría muy evidente en el Congreso de la Nación (no se tiene ni el 15% de los legisladores), si se maltrata a los posibles aliados legislativos y se amenaza a gobernadores que no están dispuestos a pagar el costo político que suponen nuevas imposiciones a las economías regionales, queda evidenciado que el resultado no será el esperado por el oficialismo. En la calle se aprende que para pelearse con los grandotes, hay que tener con qué, independientemente del uso o no de la chequera.</p> <p>Como nunca, esta semana el oficialismo dio un espectáculo en sí mismo de los límites que supone la estrategia de hacerse fuerte desde la debilidad: hizo firmar el dictamen de mayoría en la Cámara de Diputados en blanco para reescribirlo después, exponiendo a sus aliados y a una denuncia penal de rigor; visibilizó (otra vez) una interna feroz que todas las semanas habilita renuncias de segundas y terceras líneas de funcionarios; el presidente ordenó la eyección de un ministro por un off the récord publicado en un medio, confirmando en definitiva que lo afirmado era verdad; abrió un nuevo frente de conflicto con gobernadores opositores y no tanto, que rápidamente le recordaron las “ventajas” de un sistema federal de gobierno; y en un típico escenario de crisis, el ministro del área convocó a una conferencia de prensa en un horario absolutamente inusual donde anunció que se retiraba la parte fiscal del proyecto de ley pomposamente llamado “Bases y Puntos de partida para la libertad de los argentinos”, como forma de no exponerse a una derrota segura en la sesión de la semana próxima en la Cámara de Diputados de la Nación.</p> <p>https://twitter.com/OPRArgentina/status/1751036629182042403</p> <p>El oficialismo vino anunciando un esquema de todo o nada. Pero esa estrategia puede servir (incluso en la derrota) cuando detrás se cuenta con una estructura consolidada que te sostiene: si a seis meses de haber asumido Cristina Fernández, el kirchnerismo perdió la batalla política por las retenciones en el Congreso de la Nación, supo capear el temporal (y más allá de algunos cantos de sirena que aseguraban el final del gobierno), esto fue así porque contaba con un respaldo institucional de proporciones. La historia reciente, más allá de los colores ideológicos, debería servir para aprender.</p> <p>La pregunta que dejamos flotando por aquí (ya empezamos queridos lectores. Como verán, no damos respiro en el primer artículo del año), refiere a si la actitud oficialista de este tiempo tiene que ver con una ceguera o brutalidad política, que cada uno adjetive como le parezca, que se sostendrá en el tiempo, o si la derrota autoinflinjida por estos días, con un ministro renunciando públicamente a imponer lo que era el nudo gordiano del proyecto de ley, modificará las estrategias de relacionamiento con la oposición light.</p> <p>Lo que vendrá en los días que siguen supone la propia valoración gubernamental de haber escuchado las demandas sociales, algo difícil de creer a partir de cómo operó ambos mamotretos legales (DNU y ley ómnibus) de cara a los opositores y a la sociedad. Pero el trasfondo es otro: el oficialismo se preparaba a cumplir otro récord, el de tener una ley rechazada a poco menos de dos meses de haber asumido, quedando en el aire la inevitable sensación de que sólo se aspira a la aprobación concreta del artículo 1º de la ley, ese que habla de delegación de facultades, con el fin de ir por más en el corto plazo vía decreto, y además, evitar el tratamiento legislativo del DNU, apostando un pleno a la aprobación de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, allá por el mes de marzo.</p> <p>Nada es gratis. Y al elegir equipos de gestión inexpertos y sin diálogo político, el gobierno acaba de tener una derrota que por lógica no resulta definitiva. Hay consecuencia de cada acto y habrá que ver cómo logra (si es que lo hace) recomponer una relación con aquellos sectores “amigables” a los que expuso con sus devaneos iniciales. Ante las faltas, los engaños y la crueldad, siempre habrá consecuencias. Cuidado con las sentencias prematuras.</p> <p>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> El acuerdo como desafío 2022-03-06T11:11:27-03:00 2022-03-06T11:11:27-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6595-el-acuerdo-como-desafio Miguel Gómez (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/0f510cd367bad4a8ef3d4997a2f2267a_S.jpg" alt="El acuerdo como desafío" /></div><div class="K2FeedIntroText"></div><div class="K2FeedFullText"><p>Casi en los extremos de la semana, la política argentina tuvo como protagonista al Congreso de la Nación. En primer lugar, y tal como lo establece la Constitución Nacional, el 1° de Marzo se produjo la apertura de sesiones ordinarias con la presencia del presidente Alberto Fernández y luego, sobre el mediodía del día viernes, ingresó a la Cámara de Diputados el proyecto de ley que permitiría aprobar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Ambos hechos no se agotan allí, sino que tendrán un indudable impacto con el correr de semanas, meses y, seguramente, años, en la generalidad de la vida de todos nosotros, pero, además, en la particularidad de los dos grandes bloques en los que se divide la política argentina. Repasemos.</p> <p>Antes que nada, una adenda de rigor. El sistema partidario argentino se ha reconfigurado electoralmente y desde la gestión, en dos grandes bloques. En su momento Torcuato Di Tella, tuvo la audacia de afirmar que el país marchaba hacia un sistema político apoyado sobre dos grandes ejes: uno de centro derecha y el otro de centro izquierda, donde el peronismo quedaría subdividido y la Unión Cívica Radical desparecería. Lo que en aquel tiempo parecía una afirmación que podía pensarse para otros regímenes, desde el 2015 para aquí, en buena parte y con matices, se ha confirmado en los hechos. El Pro supo referenciarse como ese espacio de centro derecha, aglutinando tras de sí a la UCR que está vivita y coleando, y el kirchnerismo ha sabido abrir el juego al conjunto del peronismo para conducir un proceso original en la historia del país.</p> <p>Más por necesidad que por convicción, el impactante resultado de 2011, con el 54% de los votos obtenidos por Cristina Fernández de Kirchner, sacando una diferencia de casi 40 puntos con el segundo (Hermes Binner), terminó siendo un llamado de atención para una centro derecha que encontró en Mauricio Macri aquella figura electoral con la suficiente potencia para, a la vez que le “juntaba las cabezas” a amplios sectores de la Unión Cívica Radical y a la Coalición Cívica, derrotar a Daniel Scioli, candidato oficialista.</p> <p>En 2019, esa actitud se mudó de espacio y, a partir de la magistral jugada de ajedrez de la actual vicepresidenta, bajándose de una candidatura sin bajarse del todo, circunstancia a la que el macrismo jamás pudo responder con inteligencia; el peronismo todo se encolumnó detrás de una candidatura que allá por la primera quincena de mayo de ese año, era impensada. El resto es historia conocida.</p> <p>Con lo afirmado hasta aquí no queremos decir que el sistema político argentino no deja espacio para los extremos: allí están las diputaciones de libertarios y de dirigentes de izquierda. Señalamos que el grueso de la representación se dirime en dos grandes bloques que cuentan con varios pliegues hacia su interior y que, por ahora, en un delicado equilibrio que se construye en el día a día, no tiene visos de explotar por el aire. La suma del 75% de los votos obtenidos a nivel nacional por ambos frentes en las elecciones de hace apenas 90 días, así lo confirman.</p> <p>https://www.youtube.com/watch?v=S3rPJY8zNSg</p> <p>Como señalamos más arriba, la semana se movió entre dos tópicos: el discurso presidencial en el Congreso y la presentación del acuerdo en la Cámara de Diputados. El primero de ellos vino con un acting incluido, algo que se había conocido un rato antes con sólo escuchar cualquier medio nacional de relevancia: era muy probable que la bancada PRO se retirara del recinto a partir de lo que afirmara Alberto Fernández. Se llegaba a un punto de no dudar si el gravoso hecho se produciría, sino que la apuesta pasaba por descubrir el momento.</p> <p>Si el plan inicial incluía a todo el espacio de Juntos por el Cambio, sólo lo sabrán sus protagonistas. Lo cierto y concreto es que el hecho, que se da de bruces con cualquier idea de respeto democrático, sobre todo si quien expone lo hace pidiendo que la Justicia actúe en una causa penal, dejó al nada desdeñable bloque Pro, en una soledad absoluta. Los dichos de Fernández no fueron un ataque a la democracia. Fue un recordatorio de que esa deuda tomada entre tres (Mauricio Macri, Nicolás Dujovne y Marcos Peña Brown), está severamente sospechada.</p> <p>La novedad es que el movimiento “contra” el primer mandatario no es sólo contra el Presidente sino también contra sus aliados de Juntos X el Cambio, a quienes obliga a despegarse de esas actitudes. Por momentos, en Pro aparece la actitud de la persona adicta: siempre va por más. Corridos por derecha por los libertarios, de forma permanente necesita dar un paso más allá. Si hasta hace algunas semanas atrás, la chicana venía por el lado de afirmar que el espacio votaría lo mismo que vote Máximo Kirchner, salido éste de la conducción del bloque, la novedad de estos días, en boca del propio Luciano Laspina -diputado por Santa Fe que reside desde hace décadas en Buenos Aires y que a la sazón resulta el vicepresidente de la comisión de presupuesto- es que el acuerdo sería una “bomba de tiempo”. Cada vez es más evidente: desde cierta dirigencia Pro, el cinismo se ha convertido en una herramienta política que se expone sin rubores, confirmando que la idea de halcones y palomas es una mera ilusión óptica.</p> <p>La diferencia es de grado. Más allá de cierto comportamiento culposo del oficialismo hay algo que debe afirmarse sin eufemismos: que un acuerdo con el FMI quede supeditado al tratamiento ante el Poder Legislativo es un salto de calidad evidente.</p> <p>https://www.youtube.com/watch?v=GsQtm6CcISI</p> <p>Quien haya vivido lo suficiente en la Argentina, sabrá recordar que históricamente los acuerdos con el organismo de (des)crédito internacional, debían ser “descubiertos” por los diferentes actores de la vida nacional para presuponer qué nos esperaba a los argentinos.</p> <p>Hoy, por ejemplo, llegamos al punto de saber al detalle, a través de distintos referentes, que ese documento que marcará la vida de los argentinos por unos cuantos años, cuenta con 137 páginas. Será discutido en comisiones, expondrán funcionarios, será defendido y cuestionado, en espacios institucionales, pero también en el seno de la sociedad. Diarios, radios, canales de televisión, podcasts y redes darán cuenta hasta en lo mínimo de aquello que ha firmado el ministro Martín Guzmán y su funcionariado. El ciudadano tendrá la información de primera mano, sin intermediarios, sin intérpretes y traductores obligados, sin bufones del poder que nos relatan “la posta”.</p> <p>Ese proyecto es un salto de calidad. Que las oposiciones argentinas miren para otro lado es algo que no debería sorprendernos porque es parte del bendito juego de la democracia. Ahora bien, que el oficialismo, no haya hecho más hincapié en el asunto es algo que, a la distancia de 300 kilómetros de los hechos, no se termina de entender del todo.</p> <p>Podría afirmarse que, paradójicamente, para los dos bloques de poder, el desafío del acuerdo va más allá de la votación y pone en juego la idea de unidad. En el caso opositor que se refiere a Juntos por el Cambio, el peor escenario es una votación dividida. Si eso se profundizara, las seguras internas que traerá el 2023 pondrán las cosas en su lugar, y quien se transforme en ganador tendrá, al menos hasta que se conozca el resultado de la general, “la razón” por lo hecho hasta ese momento. (Desde estas líneas insistimos que la UCR dará la disputa política con una pre candidatura presidencial propia).</p> <p>Para el oficialismo, además, se agregan otros desafíos. El lector o la lectora sabrá darle el orden de importancia de los mismos. El primero es ser eficaz en hacerle saber a la sociedad que se llega a este acuerdo por uno previo, que, a contraposición de éste, no fue discutido ni fue ofrecido a la sociedad para su consideración y que obedecía a una necesidad previa. Algo había pasado entre 2016 y 2018 para que el país se quedara sin crédito internacional. Esa idea, que apenas asumido como jefe de bloque el rosarino Germán Martínez deslizó como condición necesaria para la discusión, seguramente tomará cuerpo con el correr de los días.</p> <p>El segundo desafío es el de la gestión. A diferencia de los intereses de Juntos por el Cambio, que apuesta al olvido, a la desinformación y a lo que en la jerga periodística le llamarían “carne podrida” (sólo así puede entenderse la afirmación de que la administración Fernández ha endeudado más en pesos que la de Macri en dólares), el Frente de Todos se enfrenta a dar respuesta en el día a día de cada argentino. Más allá de los números que reflejan el crecimiento de la economía y que bien expuso el presidente en su discurso del día martes, la inflación se presenta como el mayor reclamo de los ciudadanos. Con ello vienen de la mano un conjunto de factores y variables que se ponderan en cada elección. Las ya mencionadas elecciones de 2021 así lo certifican.</p> <p>Si aquella vieja afirmación que dice que las elecciones las ganan o pierden los oficialismos fuera real, con la sensación de la pandemia ya superada, al Frente de Todos le quedan algo así como 18 meses para comenzar a revertir la cuesta que le impuso el proceso electoral del año pasado. No es poco, tampoco mucho.</p> <p>El tercer desafío refiere a la idea de unidad en la diversidad y en la gestión. De lo que se percibe en el espacio público, no puede imaginarse una ruptura definitiva. Hasta ahora, con la honrosa excepción del ex jefe de bloque y de <a href="https://twitter.com/la_campora/status/1499507776908935174" target="_blank" rel="noopener noreferrer">algún video posteado por la organización que conduce</a>, en una crítica severa al comportamiento técnico y político del FMI, no se han escuchado voces legislativas del oficialismo que hayan planteado en el Ágora, su rechazo al acuerdo. Si aparecen rechazos, uno puede imaginarse que serán con el suficiente bajo perfil, como para no dañar profundamente una relación política que ha tenido sus vaivenes, en un contexto inédito para el peronismo, al tener que gobernar en formato de coalición.</p> <p>https://twitter.com/elpais_america/status/1500144431286136834</p> <p>En resumidas cuentas, cómo pocas veces suele suceder con el tratamiento de leyes en el Congreso de la Nación, no sólo importará el resultado final de la votación, sino que también será interesante apreciar cómo se construyen esos números. Con victorias o derrotas, con aprobación, rechazos o abstenciones, con unidad o severamente enfrentados, lo que trae consigo el acuerdo con el Fondo, será un mojón importante en la vida de ambos frentes políticos. Pero fundamentalmente, en la vida de los argentinos. Tal vez esto último sea lo más importante que debamos tener en cuenta. Seguramente, continuará.</p> <h4>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a> </h4></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/0f510cd367bad4a8ef3d4997a2f2267a_S.jpg" alt="El acuerdo como desafío" /></div><div class="K2FeedIntroText"></div><div class="K2FeedFullText"><p>Casi en los extremos de la semana, la política argentina tuvo como protagonista al Congreso de la Nación. En primer lugar, y tal como lo establece la Constitución Nacional, el 1° de Marzo se produjo la apertura de sesiones ordinarias con la presencia del presidente Alberto Fernández y luego, sobre el mediodía del día viernes, ingresó a la Cámara de Diputados el proyecto de ley que permitiría aprobar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Ambos hechos no se agotan allí, sino que tendrán un indudable impacto con el correr de semanas, meses y, seguramente, años, en la generalidad de la vida de todos nosotros, pero, además, en la particularidad de los dos grandes bloques en los que se divide la política argentina. Repasemos.</p> <p>Antes que nada, una adenda de rigor. El sistema partidario argentino se ha reconfigurado electoralmente y desde la gestión, en dos grandes bloques. En su momento Torcuato Di Tella, tuvo la audacia de afirmar que el país marchaba hacia un sistema político apoyado sobre dos grandes ejes: uno de centro derecha y el otro de centro izquierda, donde el peronismo quedaría subdividido y la Unión Cívica Radical desparecería. Lo que en aquel tiempo parecía una afirmación que podía pensarse para otros regímenes, desde el 2015 para aquí, en buena parte y con matices, se ha confirmado en los hechos. El Pro supo referenciarse como ese espacio de centro derecha, aglutinando tras de sí a la UCR que está vivita y coleando, y el kirchnerismo ha sabido abrir el juego al conjunto del peronismo para conducir un proceso original en la historia del país.</p> <p>Más por necesidad que por convicción, el impactante resultado de 2011, con el 54% de los votos obtenidos por Cristina Fernández de Kirchner, sacando una diferencia de casi 40 puntos con el segundo (Hermes Binner), terminó siendo un llamado de atención para una centro derecha que encontró en Mauricio Macri aquella figura electoral con la suficiente potencia para, a la vez que le “juntaba las cabezas” a amplios sectores de la Unión Cívica Radical y a la Coalición Cívica, derrotar a Daniel Scioli, candidato oficialista.</p> <p>En 2019, esa actitud se mudó de espacio y, a partir de la magistral jugada de ajedrez de la actual vicepresidenta, bajándose de una candidatura sin bajarse del todo, circunstancia a la que el macrismo jamás pudo responder con inteligencia; el peronismo todo se encolumnó detrás de una candidatura que allá por la primera quincena de mayo de ese año, era impensada. El resto es historia conocida.</p> <p>Con lo afirmado hasta aquí no queremos decir que el sistema político argentino no deja espacio para los extremos: allí están las diputaciones de libertarios y de dirigentes de izquierda. Señalamos que el grueso de la representación se dirime en dos grandes bloques que cuentan con varios pliegues hacia su interior y que, por ahora, en un delicado equilibrio que se construye en el día a día, no tiene visos de explotar por el aire. La suma del 75% de los votos obtenidos a nivel nacional por ambos frentes en las elecciones de hace apenas 90 días, así lo confirman.</p> <p>https://www.youtube.com/watch?v=S3rPJY8zNSg</p> <p>Como señalamos más arriba, la semana se movió entre dos tópicos: el discurso presidencial en el Congreso y la presentación del acuerdo en la Cámara de Diputados. El primero de ellos vino con un acting incluido, algo que se había conocido un rato antes con sólo escuchar cualquier medio nacional de relevancia: era muy probable que la bancada PRO se retirara del recinto a partir de lo que afirmara Alberto Fernández. Se llegaba a un punto de no dudar si el gravoso hecho se produciría, sino que la apuesta pasaba por descubrir el momento.</p> <p>Si el plan inicial incluía a todo el espacio de Juntos por el Cambio, sólo lo sabrán sus protagonistas. Lo cierto y concreto es que el hecho, que se da de bruces con cualquier idea de respeto democrático, sobre todo si quien expone lo hace pidiendo que la Justicia actúe en una causa penal, dejó al nada desdeñable bloque Pro, en una soledad absoluta. Los dichos de Fernández no fueron un ataque a la democracia. Fue un recordatorio de que esa deuda tomada entre tres (Mauricio Macri, Nicolás Dujovne y Marcos Peña Brown), está severamente sospechada.</p> <p>La novedad es que el movimiento “contra” el primer mandatario no es sólo contra el Presidente sino también contra sus aliados de Juntos X el Cambio, a quienes obliga a despegarse de esas actitudes. Por momentos, en Pro aparece la actitud de la persona adicta: siempre va por más. Corridos por derecha por los libertarios, de forma permanente necesita dar un paso más allá. Si hasta hace algunas semanas atrás, la chicana venía por el lado de afirmar que el espacio votaría lo mismo que vote Máximo Kirchner, salido éste de la conducción del bloque, la novedad de estos días, en boca del propio Luciano Laspina -diputado por Santa Fe que reside desde hace décadas en Buenos Aires y que a la sazón resulta el vicepresidente de la comisión de presupuesto- es que el acuerdo sería una “bomba de tiempo”. Cada vez es más evidente: desde cierta dirigencia Pro, el cinismo se ha convertido en una herramienta política que se expone sin rubores, confirmando que la idea de halcones y palomas es una mera ilusión óptica.</p> <p>La diferencia es de grado. Más allá de cierto comportamiento culposo del oficialismo hay algo que debe afirmarse sin eufemismos: que un acuerdo con el FMI quede supeditado al tratamiento ante el Poder Legislativo es un salto de calidad evidente.</p> <p>https://www.youtube.com/watch?v=GsQtm6CcISI</p> <p>Quien haya vivido lo suficiente en la Argentina, sabrá recordar que históricamente los acuerdos con el organismo de (des)crédito internacional, debían ser “descubiertos” por los diferentes actores de la vida nacional para presuponer qué nos esperaba a los argentinos.</p> <p>Hoy, por ejemplo, llegamos al punto de saber al detalle, a través de distintos referentes, que ese documento que marcará la vida de los argentinos por unos cuantos años, cuenta con 137 páginas. Será discutido en comisiones, expondrán funcionarios, será defendido y cuestionado, en espacios institucionales, pero también en el seno de la sociedad. Diarios, radios, canales de televisión, podcasts y redes darán cuenta hasta en lo mínimo de aquello que ha firmado el ministro Martín Guzmán y su funcionariado. El ciudadano tendrá la información de primera mano, sin intermediarios, sin intérpretes y traductores obligados, sin bufones del poder que nos relatan “la posta”.</p> <p>Ese proyecto es un salto de calidad. Que las oposiciones argentinas miren para otro lado es algo que no debería sorprendernos porque es parte del bendito juego de la democracia. Ahora bien, que el oficialismo, no haya hecho más hincapié en el asunto es algo que, a la distancia de 300 kilómetros de los hechos, no se termina de entender del todo.</p> <p>Podría afirmarse que, paradójicamente, para los dos bloques de poder, el desafío del acuerdo va más allá de la votación y pone en juego la idea de unidad. En el caso opositor que se refiere a Juntos por el Cambio, el peor escenario es una votación dividida. Si eso se profundizara, las seguras internas que traerá el 2023 pondrán las cosas en su lugar, y quien se transforme en ganador tendrá, al menos hasta que se conozca el resultado de la general, “la razón” por lo hecho hasta ese momento. (Desde estas líneas insistimos que la UCR dará la disputa política con una pre candidatura presidencial propia).</p> <p>Para el oficialismo, además, se agregan otros desafíos. El lector o la lectora sabrá darle el orden de importancia de los mismos. El primero es ser eficaz en hacerle saber a la sociedad que se llega a este acuerdo por uno previo, que, a contraposición de éste, no fue discutido ni fue ofrecido a la sociedad para su consideración y que obedecía a una necesidad previa. Algo había pasado entre 2016 y 2018 para que el país se quedara sin crédito internacional. Esa idea, que apenas asumido como jefe de bloque el rosarino Germán Martínez deslizó como condición necesaria para la discusión, seguramente tomará cuerpo con el correr de los días.</p> <p>El segundo desafío es el de la gestión. A diferencia de los intereses de Juntos por el Cambio, que apuesta al olvido, a la desinformación y a lo que en la jerga periodística le llamarían “carne podrida” (sólo así puede entenderse la afirmación de que la administración Fernández ha endeudado más en pesos que la de Macri en dólares), el Frente de Todos se enfrenta a dar respuesta en el día a día de cada argentino. Más allá de los números que reflejan el crecimiento de la economía y que bien expuso el presidente en su discurso del día martes, la inflación se presenta como el mayor reclamo de los ciudadanos. Con ello vienen de la mano un conjunto de factores y variables que se ponderan en cada elección. Las ya mencionadas elecciones de 2021 así lo certifican.</p> <p>Si aquella vieja afirmación que dice que las elecciones las ganan o pierden los oficialismos fuera real, con la sensación de la pandemia ya superada, al Frente de Todos le quedan algo así como 18 meses para comenzar a revertir la cuesta que le impuso el proceso electoral del año pasado. No es poco, tampoco mucho.</p> <p>El tercer desafío refiere a la idea de unidad en la diversidad y en la gestión. De lo que se percibe en el espacio público, no puede imaginarse una ruptura definitiva. Hasta ahora, con la honrosa excepción del ex jefe de bloque y de <a href="https://twitter.com/la_campora/status/1499507776908935174" target="_blank" rel="noopener noreferrer">algún video posteado por la organización que conduce</a>, en una crítica severa al comportamiento técnico y político del FMI, no se han escuchado voces legislativas del oficialismo que hayan planteado en el Ágora, su rechazo al acuerdo. Si aparecen rechazos, uno puede imaginarse que serán con el suficiente bajo perfil, como para no dañar profundamente una relación política que ha tenido sus vaivenes, en un contexto inédito para el peronismo, al tener que gobernar en formato de coalición.</p> <p>https://twitter.com/elpais_america/status/1500144431286136834</p> <p>En resumidas cuentas, cómo pocas veces suele suceder con el tratamiento de leyes en el Congreso de la Nación, no sólo importará el resultado final de la votación, sino que también será interesante apreciar cómo se construyen esos números. Con victorias o derrotas, con aprobación, rechazos o abstenciones, con unidad o severamente enfrentados, lo que trae consigo el acuerdo con el Fondo, será un mojón importante en la vida de ambos frentes políticos. Pero fundamentalmente, en la vida de los argentinos. Tal vez esto último sea lo más importante que debamos tener en cuenta. Seguramente, continuará.</p> <h4>(*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a> </h4></div> Política exterior. Destacados de la semana 2022-03-04T14:56:02-03:00 2022-03-04T14:56:02-03:00 https://fundamentar.com/nacional/item/6594-politica-exterior-destacados-de-la-semana Camila Elizabeth Hernández (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/462c3600617c91bc3cb82c71ac2dbfd5_S.jpg" alt="Política exterior. Destacados de la semana" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3>Te presentamos los hechos más importantes de esta semana de la política exterior argentina desde una mirada analítica.</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p style="text-align: justify;"><strong>Apertura de sesiones del Congreso de la Nación</strong></p> <p style="text-align: justify;">En la apertura de sesiones del Congreso de la Nación de este año, el presidente destacó algunos puntos importantes para la política exterior de nuestro país de cara al futuro. En primer lugar, hizo un llamado a la paz: “Si el mundo no comprende que es este el momento preciso en que debemos darle una oportunidad a la paz y que debemos construir nuevas reglas que saquen de la postergación a los millones de desposeídos que apenas sobreviven, otra vez la humanidad estará siendo condenada a padecer la indecencia de los poderosos”. Luego, con respecto al acuerdo con el FMI, el presidente sostuvo: “Sin acuerdo, no podremos ayudar a construir certezas. El acuerdo que anunciamos semanas atrás sobre el marco de políticas económicas es el mejor acuerdo que el gobierno de la Argentina podía conseguir” y “Este acuerdo no contempla restricciones que posterguen nuestro desarrollo, a diferencia de otros que la Argentina firmó en el pasado”. También afirmó que no habrá reformas previsional, laboral o tarifazo, ya que “Este acuerdo no doblega nuestra soberanía. Somos nosotros los que decidiremos nuestro futuro”. Con respecto a las relaciones con el mundo, Fernández habló de la importancia de la cooperación y la integración: "Seguimos trabajando junto a las naciones del mundo para lograr una integración que nos fortalezca. Y vamos dando pasos para una integración que potencie nuestras posibilidades productivas y fortalezca la estabilidad de nuestra economía”. Habló de un multilateralismo cooperativo: “La Argentina lleva a cabo una política exterior basada en el multilateralismo cooperativo. Apoya con firmeza la paz, la seguridad internacional, la solución pacífica de controversias, los derechos humanos, la defensa de la democracia y el cuidado del medio ambiente”. Por último, en referencia a la macroeconomía y las inversiones en ciencia y tecnología: “Vamos a impulsar la producción y las exportaciones para generar empleo, mejorar los ingresos, generar divisas y bajar la inflación. No se trata de exportar a costa del mercado interno. Se trata de exportar para mejorar la vida de los argentinos” y “El futuro exige dar un enorme impulso a la ciencia y la tecnología. Son herramientas fundamentales para resolver los problemas que afectan a la humanidad”.</p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CasaRosada/status/1498760566130757639 </p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1498704614136459264 </p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1498686633872216065 </p> <p style="text-align: justify;">En relación con Malvinas, el presidente, en línea con las declaraciones del canciller Santiago Cafiero en el 49º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, sostuvo: "<span style="font-weight: 400;"> “La República Argentina reitera su búsqueda de una solución negociada y pacífica de la disputa de soberanía, para cumplir con el objetivo irrenunciable de recuperar el ejercicio pleno de soberanía sobre esa parte de nuestro territorio que se encuentra usurpado”.</span> </p> <p style="text-align: justify;"> </p> <p style="text-align: justify;"><strong>Argentinas y argentinos en Ucrania</strong></p> <p style="text-align: justify;">El sábado pasado, la Cancillería Argentina informó, mediante un comunicado en la página oficial y Twitter, a las y los compatriotas registrados que viven en Ucrania, que luego de una reunión técnica con funcionarios de cancillerías latinoamericanas, se acordó trabajar de manera conjunta en la asistencia de los respectivos nacionales a través de un mecanismo de cooperación consular. “El Ministerio de Relaciones Exteriores está trabajando con las cancillerías de Chile, Brasil, Perú, Uruguay, Paraguay, México, Colombia, Bolivia y Ecuador, articulando acciones e intercambiando información de utilidad, a fin de poder prestar, en las circunstancias actuales, la asistencia consular que resulte necesaria.”</p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1497563793513062408</p> <p style="text-align: justify;">“Se avanzará en la implementación de un plan de evacuación cuando puedan garantizarse las condiciones de seguridad sobre el terreno a través de corredores seguros.” A su vez, se anunció que una misión de Cascos Blancos encabezada por una delegación del voluntariado civil estatal argentino, acompañado por funcionarios consulares, partirá hacia la frontera entre Polonia y Ucrania para brindar la asistencia humanitaria necesaria para garantizar la salida de las y los argentinos, así como de las y los nacionales de los demás países que conforman la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que procuren salir de territorio ucraniano. El despliegue de la misión fue ordenado por Santiago Cafiero, en el marco de un trabajo articulado entre las cancillerías de varios países latinoamericanos, para definir los mecanismos de egreso seguro y ordenado para las y los latinoamericanos que intentan salir hacia Polonia. En ese sentido, el canciller se reunió este lunes con el Presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, en la sede de este organismo en Ginebra, donde dialogaron  respecto  del trabajo articulado con Cascos Blancos en lo que respecta a la ayuda de aquellas personas que desean abandonar Ucrania.</p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1499453040683798533 </p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CascosBlancos/status/1499419536537358339</p> <p style="text-align: justify;">En el día de ayer, el gobierno ordenó la inmediata evacuación de la embajada argentina en Ucrania, cuyos diplomáticos se están trasladando a Rumania. "Estamos llevando un consulado móvil a la frontera con Polonia y reforzando la cantidad de diplomáticos en esas zonas", señaló Cafiero.</p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/SantiagoCafiero/status/1499464512772227072</p> <p style="text-align: justify;"> </p> <p style="text-align: justify;"><strong>49º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas</strong></p> <p style="text-align: justify;">Este lunes, el canciller Santiago Cafiero participó del Segmento de Alto Nivel del 49º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, donde afirmó: “El mundo no soporta más sufrimiento ni debe tolerar más muertos. La paz es urgente”. En ese sentido, Cafiero sostuvo: “Creo en estas horas de dolor e incertidumbre que debemos apegarnos a la preservación de la vida como el más supremo de los derechos humanos”, al tiempo que se preguntó “¿Cuál es la primera víctima en la guerra? ¿La verdad o la vida? ¿La verdad o los seres humanos?” “La comunidad internacional no tiene derecho a condenar la preocupación de ningún Estado sobre su seguridad. Tampoco eventuales denuncias por el supuesto incumplimiento de acuerdos preexistentes. Toda preocupación es legítima, y en todo caso será materia discutible en una mesa de negociaciones o en el foro pertinente”, destacó el canciller argentino, quien puntualizó que “Lo que no es legítimo es recurrir al uso de la fuerza y violar la integridad territorial de otro Estado como forma de resolver un conflicto”, haciendo referencia a los sucesos en Ucrania.</p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/UN_HRC/status/1498247924467253253 </p> <p style="text-align: justify;">A su vez, el canciller mantuvo reuniones con sus pares de Canadá, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Japón, el Director General de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder y la Secretaria General de la Conferencia de Naciones Unidas de Comercio y Desarrollo, Rebeca Grynspan: </p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1498729470244569090 </p> <p style="text-align: justify;"> </p> <p style="text-align: justify;"><strong>III Reunión del Mecanismo de Coordinación Política Argentina-Brasil</strong></p> <p style="text-align: justify;">El viernes pasado, el secretario de Relaciones Exteriores, Pablo Tettamanti, y su par de Brasil, Fernando Simas Magalhaes, celebraron en el Palacio San Martín, la III Reunión del Mecanismo de Coordinación Política Argentina-Brasil. Participaron del encuentro el secretario de Negociaciones Bilaterales y Regionales en las Américas de Brasil, Pedro Miguel Da Costa e Silva, la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco; el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona, el embajador Daniel Scioli y su par Reinaldo Salgado.</p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1497307966927634435 </p> <p style="text-align: justify;">En dicha reunión, se recordó el interés regional de alcanzar una solución pacífica y definitiva a la prolongada disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, de conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas y de otros foros internacionales. En lo que concierne al MERCOSUR, se ratificó el compromiso y la firme voluntad política de continuar fortaleciendo y profundizando el bloque luego de tres décadas de existencia. En ese sentido, se apuntó a la necesidad de impulsar los trabajos en áreas relevantes tales como la integración y la complementación energética, la infraestructura física y digital, y el desarrollo y fortalecimiento de las cadenas regionales de valor, involucrando al sector privado por medio de los foros empresariales. En adición, se resaltó el objetivo compartido de fortalecer la agenda interna, focalizando la atención en brindar respuestas y garantizar derechos a nuestras sociedades a través de políticas que enriquezcan la Ciudadanía del MERCOSUR.</p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/ItamaratyGovBr/status/1497319643039555588 </p> <p style="text-align: justify;"> <br /><em>(*) Analista de Fundamentar</em></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/462c3600617c91bc3cb82c71ac2dbfd5_S.jpg" alt="Política exterior. Destacados de la semana" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3>Te presentamos los hechos más importantes de esta semana de la política exterior argentina desde una mirada analítica.</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p style="text-align: justify;"><strong>Apertura de sesiones del Congreso de la Nación</strong></p> <p style="text-align: justify;">En la apertura de sesiones del Congreso de la Nación de este año, el presidente destacó algunos puntos importantes para la política exterior de nuestro país de cara al futuro. En primer lugar, hizo un llamado a la paz: “Si el mundo no comprende que es este el momento preciso en que debemos darle una oportunidad a la paz y que debemos construir nuevas reglas que saquen de la postergación a los millones de desposeídos que apenas sobreviven, otra vez la humanidad estará siendo condenada a padecer la indecencia de los poderosos”. Luego, con respecto al acuerdo con el FMI, el presidente sostuvo: “Sin acuerdo, no podremos ayudar a construir certezas. El acuerdo que anunciamos semanas atrás sobre el marco de políticas económicas es el mejor acuerdo que el gobierno de la Argentina podía conseguir” y “Este acuerdo no contempla restricciones que posterguen nuestro desarrollo, a diferencia de otros que la Argentina firmó en el pasado”. También afirmó que no habrá reformas previsional, laboral o tarifazo, ya que “Este acuerdo no doblega nuestra soberanía. Somos nosotros los que decidiremos nuestro futuro”. Con respecto a las relaciones con el mundo, Fernández habló de la importancia de la cooperación y la integración: "Seguimos trabajando junto a las naciones del mundo para lograr una integración que nos fortalezca. Y vamos dando pasos para una integración que potencie nuestras posibilidades productivas y fortalezca la estabilidad de nuestra economía”. Habló de un multilateralismo cooperativo: “La Argentina lleva a cabo una política exterior basada en el multilateralismo cooperativo. Apoya con firmeza la paz, la seguridad internacional, la solución pacífica de controversias, los derechos humanos, la defensa de la democracia y el cuidado del medio ambiente”. Por último, en referencia a la macroeconomía y las inversiones en ciencia y tecnología: “Vamos a impulsar la producción y las exportaciones para generar empleo, mejorar los ingresos, generar divisas y bajar la inflación. No se trata de exportar a costa del mercado interno. Se trata de exportar para mejorar la vida de los argentinos” y “El futuro exige dar un enorme impulso a la ciencia y la tecnología. Son herramientas fundamentales para resolver los problemas que afectan a la humanidad”.</p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CasaRosada/status/1498760566130757639 </p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1498704614136459264 </p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1498686633872216065 </p> <p style="text-align: justify;">En relación con Malvinas, el presidente, en línea con las declaraciones del canciller Santiago Cafiero en el 49º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, sostuvo: "<span style="font-weight: 400;"> “La República Argentina reitera su búsqueda de una solución negociada y pacífica de la disputa de soberanía, para cumplir con el objetivo irrenunciable de recuperar el ejercicio pleno de soberanía sobre esa parte de nuestro territorio que se encuentra usurpado”.</span> </p> <p style="text-align: justify;"> </p> <p style="text-align: justify;"><strong>Argentinas y argentinos en Ucrania</strong></p> <p style="text-align: justify;">El sábado pasado, la Cancillería Argentina informó, mediante un comunicado en la página oficial y Twitter, a las y los compatriotas registrados que viven en Ucrania, que luego de una reunión técnica con funcionarios de cancillerías latinoamericanas, se acordó trabajar de manera conjunta en la asistencia de los respectivos nacionales a través de un mecanismo de cooperación consular. “El Ministerio de Relaciones Exteriores está trabajando con las cancillerías de Chile, Brasil, Perú, Uruguay, Paraguay, México, Colombia, Bolivia y Ecuador, articulando acciones e intercambiando información de utilidad, a fin de poder prestar, en las circunstancias actuales, la asistencia consular que resulte necesaria.”</p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1497563793513062408</p> <p style="text-align: justify;">“Se avanzará en la implementación de un plan de evacuación cuando puedan garantizarse las condiciones de seguridad sobre el terreno a través de corredores seguros.” A su vez, se anunció que una misión de Cascos Blancos encabezada por una delegación del voluntariado civil estatal argentino, acompañado por funcionarios consulares, partirá hacia la frontera entre Polonia y Ucrania para brindar la asistencia humanitaria necesaria para garantizar la salida de las y los argentinos, así como de las y los nacionales de los demás países que conforman la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que procuren salir de territorio ucraniano. El despliegue de la misión fue ordenado por Santiago Cafiero, en el marco de un trabajo articulado entre las cancillerías de varios países latinoamericanos, para definir los mecanismos de egreso seguro y ordenado para las y los latinoamericanos que intentan salir hacia Polonia. En ese sentido, el canciller se reunió este lunes con el Presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, en la sede de este organismo en Ginebra, donde dialogaron  respecto  del trabajo articulado con Cascos Blancos en lo que respecta a la ayuda de aquellas personas que desean abandonar Ucrania.</p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1499453040683798533 </p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CascosBlancos/status/1499419536537358339</p> <p style="text-align: justify;">En el día de ayer, el gobierno ordenó la inmediata evacuación de la embajada argentina en Ucrania, cuyos diplomáticos se están trasladando a Rumania. "Estamos llevando un consulado móvil a la frontera con Polonia y reforzando la cantidad de diplomáticos en esas zonas", señaló Cafiero.</p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/SantiagoCafiero/status/1499464512772227072</p> <p style="text-align: justify;"> </p> <p style="text-align: justify;"><strong>49º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas</strong></p> <p style="text-align: justify;">Este lunes, el canciller Santiago Cafiero participó del Segmento de Alto Nivel del 49º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, donde afirmó: “El mundo no soporta más sufrimiento ni debe tolerar más muertos. La paz es urgente”. En ese sentido, Cafiero sostuvo: “Creo en estas horas de dolor e incertidumbre que debemos apegarnos a la preservación de la vida como el más supremo de los derechos humanos”, al tiempo que se preguntó “¿Cuál es la primera víctima en la guerra? ¿La verdad o la vida? ¿La verdad o los seres humanos?” “La comunidad internacional no tiene derecho a condenar la preocupación de ningún Estado sobre su seguridad. Tampoco eventuales denuncias por el supuesto incumplimiento de acuerdos preexistentes. Toda preocupación es legítima, y en todo caso será materia discutible en una mesa de negociaciones o en el foro pertinente”, destacó el canciller argentino, quien puntualizó que “Lo que no es legítimo es recurrir al uso de la fuerza y violar la integridad territorial de otro Estado como forma de resolver un conflicto”, haciendo referencia a los sucesos en Ucrania.</p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/UN_HRC/status/1498247924467253253 </p> <p style="text-align: justify;">A su vez, el canciller mantuvo reuniones con sus pares de Canadá, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Japón, el Director General de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder y la Secretaria General de la Conferencia de Naciones Unidas de Comercio y Desarrollo, Rebeca Grynspan: </p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1498729470244569090 </p> <p style="text-align: justify;"> </p> <p style="text-align: justify;"><strong>III Reunión del Mecanismo de Coordinación Política Argentina-Brasil</strong></p> <p style="text-align: justify;">El viernes pasado, el secretario de Relaciones Exteriores, Pablo Tettamanti, y su par de Brasil, Fernando Simas Magalhaes, celebraron en el Palacio San Martín, la III Reunión del Mecanismo de Coordinación Política Argentina-Brasil. Participaron del encuentro el secretario de Negociaciones Bilaterales y Regionales en las Américas de Brasil, Pedro Miguel Da Costa e Silva, la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco; el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona, el embajador Daniel Scioli y su par Reinaldo Salgado.</p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1497307966927634435 </p> <p style="text-align: justify;">En dicha reunión, se recordó el interés regional de alcanzar una solución pacífica y definitiva a la prolongada disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, de conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas y de otros foros internacionales. En lo que concierne al MERCOSUR, se ratificó el compromiso y la firme voluntad política de continuar fortaleciendo y profundizando el bloque luego de tres décadas de existencia. En ese sentido, se apuntó a la necesidad de impulsar los trabajos en áreas relevantes tales como la integración y la complementación energética, la infraestructura física y digital, y el desarrollo y fortalecimiento de las cadenas regionales de valor, involucrando al sector privado por medio de los foros empresariales. En adición, se resaltó el objetivo compartido de fortalecer la agenda interna, focalizando la atención en brindar respuestas y garantizar derechos a nuestras sociedades a través de políticas que enriquezcan la Ciudadanía del MERCOSUR.</p> <p style="text-align: justify;">https://twitter.com/ItamaratyGovBr/status/1497319643039555588 </p> <p style="text-align: justify;"> <br /><em>(*) Analista de Fundamentar</em></p></div> Lo hizo de nuevo 2022-01-29T23:58:51-03:00 2022-01-29T23:58:51-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6586-lo-hizo-de-nuevo Miguel Gómez (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/5d84b9c34359206b51646334e744fc5d_S.jpg" alt="Lo hizo de nuevo" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3 style="text-align: right;"><em>Volver a empezar,</em><br /><em> que aún no termina juego.</em><br /><em> Volver a empezar,</em><br /><em> que no se apague el fuego,</em><br /><em> queda mucho por andar,</em><br /><em> y que mañana será un día nuevo bajo el sol.</em><br /><em> Volver a empezar.</em></h3> <h3 style="text-align: right;">Alejandro Lerner</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>En la semana que está concluyendo, la atención (y la tensión) de la política nacional estuvo puesta, indudablemente, en todo lo que pudiera suceder con el pago de más de 700 millones de dólares que debía realizar el día viernes el Estado argentino al Fondo Monetario Internacional (FMI), con la expectativa de un posible default o de un acuerdo con el organismo de crédito. Terminó sucediendo esto último. Repasemos.</p> <p>Sabrán disculpar lectoras y lectores, pero vamos a colocarnos alguna medallita. Semanas y días atrás, desde este portal habíamos realizado un par de afirmaciones que se confirmaron en el día de ayer: que el acuerdo llegaría (<a href="https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6583-el-poder-de-los-otros" target="_blank" rel="noopener noreferrer">“El poder de los otros”, 19/12/21</a>)  y, que el ok definitivo para el entendimiento ya no debía buscarse en las oficinas del propio Fondo, sino en la sede de la Casa Blanca. En Fundamentar no practicamos la adivinación mediante bola de cristal, ni nada que se le parezca, sino que algunos elementos, de tan ostensibles, resultaban determinantes para poder adelantarse a lo que sucedería.</p> <p>En la primera cuestión debe decirse que, si Argentina necesitaba el acuerdo, para el Fondo la cuestión no era menos importante. Nuestro país tiene un desarrollo medio, no figura entre los más influyentes del planeta, por localización y por falta de peso político específico, pero SI se sienta en la mesa de los grandes jugadores en algunos casos puntuales. Un ejemplo: el G20.</p> <p>Que un actor que integra ese selecto grupo de países que discuten (a veces parece que de manera inútil) los grandes temas de la economía mundial, enfrente una situación de cesación de pago de sus compromisos, no le conviene a nadie de los que allí participan. Si, además, el crédito de 2018 / 2019, resulta sospechado, ya que el organismo no cumplió con las formalidades del caso, en cuanto al modo, al tiempo, ni al monto en que fue acordado, podríamos inferir, como decíamos en mi Tablada natal, que el FMI está “más sucio que una papa”.</p> <p>¿Eso le da razón a la Argentina para reclamar, en esta oportunidad, un comportamiento absolutamente distinto del organismo a lo largo de lo que fue su historia? Sí y no. Sí, porque existe una evidente corresponsabilidad con el desastre que dejó el macrismo, y no, porque las relaciones de la geopolítica NUNCA se construyen con el derecho como razón excluyente. En ese rol secundario que ocupa el país en el concierto internacional, no le da la talla para imponer condiciones nuevas de ese tipo.</p> <p>https://twitter.com/CasaRosada/status/1487056899258396675</p> <p>En la segunda cuestión, la necesidad de buscar un acuerdo político con la Casa Blanca, obedece al peso y la injerencia que tiene Estados Unidos en el FMI. Es el gran país del norte quien sostiene con más dinero al organismo y de alguna manera (y de todas) su influencia es decisiva a la hora de las políticas que ejecuta. Debe insistirse hasta el cansancio para algún desprevenido que nunca falta: los famosos acuerdos de Bretton Woods de la década del 40’, que derivaron en la multilateralidad crediticia de la segunda mitad del siglo XX, funcionaron como mecanismos que favorecían los intereses del “gran país del norte”. Concepto central del primer trimestre de la materia Relaciones Internacionales en cualquier facultad que se precie. Perdón por la decepción de revelarles semejante novedad.</p> <p>Más allá de las ironías, y tal como lo llevaba adelante un tal Néstor Kirchner, cuando se reunía con George Bush (h) y le apoyaba su mano en la rodilla en un gesto que rompía toda tensión y protocolo (actitud definitivamente nestorista), debe insistirse que todo acuerdo es político, y por lo tanto, en discusiones tan amañadas y complejas, el broche a cualquier buen diálogo, jamás puede pasar por tecnócratas y burócratas que no tienen ninguna responsabilidad más allá de cobrar suculentos salarios por “laborar” allí.</p> <p>De lo sucedido en las últimas veinticuatro horas, es evidente que, por estos lares, la ganancia de un acuerdo alcanza a las figuras de Alberto Fernández y Martín Guzmán. Habrá que ver si el silencio de la vicepresidenta Cristina Fernández obedece a diferencias con lo que se acordó o a dejar que, en un sistema presidencialista de gobierno, la centralidad la ocupe, justamente, el presidente. Por una razón o por otra, para los ansiosos de ocasión, pronto aparecerá la respuesta ya que el acuerdo debe discutirse en el Congreso de la Nación, espacio donde el kirchnerismo ocupa una centralidad decisiva.</p> <p>El anuncio por cadena nacional del presidente, en la mañana del viernes, esta vez resultó un instrumento político interesante. Con un mensaje correcto “Heredamos esta situación. La historia juzgará quien hizo qué. Quien creó un problema y quien lo resolvió”, la puesta en escena en los jardines de la Residencia de Olivos no le fue en zaga. Medido, preciso y concreto, Fernández no abundó en detalles técnicos que, inteligentemente, se dejó a cargo del ministro.</p> <p>Por su parte, Guzmán, más allá de la mayor o menor locuacidad en algunas respuestas, se mostró con un estilo que le resulta innato en los modos explicativos de académico universitario. Sabrá valorar o no cada ciudadano o ciudadana, si ello le resulta una virtud en sí misma.</p> <p>En el plano interno pueden mostrarse tres respuestas que aparecieron sobre el principio del acuerdo: de los mercados, de la oposición y del oficialismo.</p> <p>En el primero, la respuesta fue de manual. Suba de acciones de hasta 10% en Wall Street, caída del riesgo país y baja del dólar paralelo en un 5% en una sola jornada muestran que la noticia fue bien recibida. No es poco, teniendo en cuenta que varios supuestos analistas que se dicen especialistas en materia de deuda y mercados, preanunciaban unas horas antes el famoso y tan temido default: siendo benévolos, digamos que es el problema de pensar a la economía como una ciencia exacta y no como una ciencia humanística donde las expectativas y muchas veces la política condicionan de manera determinante. Sería hora que lo vayan aprendiendo. ¿No?</p> <p>https://twitter.com/Miguel_Boggiano/status/1486748741889662977</p> <p>Desde el lado de la oposición, donde varios también se jugaban un pleno al no acuerdo (en realidad en muchos casos, oposición y operadores truchos que dicen sabérsela “lunga”, son parte de lo mismo), la respuesta tardó varias horas en llegar. Teniendo un claro perfil cementicio (sólo así puede entenderse el caradurismo de piedra de algunos y algunas), la oposición en general prometió revisar la letra chica del acuerdo en el Congreso de la Nación, lugar natural de discusión si se quiere, a partir de lo que dice la Constitución Nacional y también de lo que exige la ley promovida por el actual gobierno en  febrero de 2021. Calidad institucional que se le dice.</p> <p>Más allá de las omisiones del pasado, del acuerdo que se firmó en 2018, casi entre gallos y medianoche, endeudando al país nada más y nada menos que en 57 mil millones de dólares, por estas horas da la sensación (y sólo eso) que, más allá de las estrategias legislativas de ocasión, el oficialismo no debería tener limitación opositora alguna de cara a transformar el acuerdo en ley.</p> <p>Independientemente del previsto rechazo de la izquierda, el espacio que compone Juntos por el Cambio se expone a un doble riesgo (y que deberá asumir), teniendo como dato insoslayable que ha sido el responsable de haber generado este nivel de endeudamiento: si el acuerdo funciona, serán otros lo que resolvieron el problema. Si no funciona, su corresponsabilidad también será evidente. Allí hay un corset para su construcción política. Seguramente en el devenir de los meses que se aproximan, más temprano que tarde, las fuerzas amarillas recurrirán a aquella vieja canción de Andrés Calamaro que decía “mejor no hablar de eso, pasemos a otro tema”</p> <p>Por el lado del oficialismo, como ha sucedido desde el momento mismo de la construcción de la coalición, convive con tensiones, que en muchas ocasiones se discuten de cara a la sociedad. Desde la campaña electoral y en la propia gestión de gobierno. Lo que para algunos es problema, debe ser pensado como una novedad virtuosa para el peronismo.</p> <p>Podríamos identificar tres grupos: los que querían acordar y reivindicaron lo anunciado, los que entendían que debía acordarse, pero ponen algunos reparos a lo que se logró y los que definitivamente veían al default como la opción más valedera.</p> <p>Y ante este último grupo, conviene plantearse una primera pregunta. Lejos de toda chicana: ¿había margen para otra cosa? Existe, en no pocos sectores de cierto kirchnerismo un enamoramiento de cierto relato épico del pasado, que no está mal en sí mismo como recurso político, pero nunca podría aplicar al contexto actual.</p> <p>Antes de desarrollar la idea, una aclaración de rigor: Cuando hablamos de relato, no lo hacemos despectivamente. Si hay algo que la comunicación política ha demostrado a lo largo de la historia es que, cualquier grupo político que se precie, en funciones ejecutivas o no, debe contar con un relato. En los gobiernos de la Argentina democrática lo construyeron Raúl Alfonsín con el “Somos la vida”, Carlos Menem con la idea de un liderazgo preclaro que no nos defraudaría, el kirchnerismo con la ampliación de un buen número de derechos y Mauricio Macri con la hipótesis de una Argentina moderna. El problema no es la construcción de relatos per se, sino la política que se practica cotidianamente para la efectivización de aquello que se declama. Fin de la digresión.</p> <p>La imagen y decisión de Néstor Kirchner resolviendo el tema de la deuda contante y sonante, pagando de una sola vez los U$s 10.000 millones que se le debían al Fondo, tiene un valor innegable, al igual que cada uno de los acuerdos a los que se llegó para resolver el tema de la deuda externa durante los doce años de gestión K. Pero aquí hay un problema: no se puede leer la realidad de 2022 con los anteojos de 2006. Y las razones sobran.</p> <p>En el primer kirchnerismo se había logrado un acuerdo con los deudores privados que vino acompañado de la relevancia de Roberto Lavagna. El país atravesaba un período de varios años de crecimiento (yendo en contra de las recetas del FMI), lo que le permitió acumular reservas de tal magnitud que pudo proponerse el pago de una sola vez y para siempre, en tándem con el Brasil de Lula, sin importar lo que planteara el establishment que, al igual que ahora lo hace el propio ex gobernador de Mendoza, Adolfo Cornejo, “rollear” (refinanciar) la deuda, era la solución más conveniente.</p> <p>Tenemos una mala noticia al respecto: ese país y ese mundo (o por lo menos cierta realidad continental) ya no existe. Argentina no cuenta con un crecimiento sostenido durante varios años, ya que la doble pandemia, la macrista (2015 – 2019) y la del Covid (2020) la dejó severamente condicionada.</p> <p>Su economía presenta una notable debilidad con alta inflación (hacia 2006 era de 9.8%), presión cambiaria para confirmar una devaluación que siempre perjudica y favorece a los mismos y pocas reservas líquidas en el Banco Central.</p> <p>En el plano regional no cuenta con los aliados de otrora. El continente (y el mundo) convive con gobiernos y oposiciones de derecha fuertemente consolidados. Además, Nicolás Maduro no es Hugo Chávez, Gabriel Boric en Chile, más allá de algunas señales interesantes, por ahora es una incógnita, Luis Lacalle Pou no es Tabaré Vazquéz y Lula Da Silva (quien reivindicó el acuerdo), por ahora solo se prepara para volver a ser presidente, cosa que sucedería recién en octubre de este año.</p> <p>https://twitter.com/LulaOficial/status/1487112946161528837</p> <p>A diferencia de lo sucedido hasta (por lo menos) 2013, el país hoy cuenta con un bloque opositor consolidado. Las derrotas legislativas de 2009 y 2013 se produjeron con sectores de la oposición desarticulados entre sí, lo cual permitía que, con gestión, coordinación y conducción política, las elecciones ejecutivas tuvieran otras expectativas. ¿Hace falta recordar que el macrismo obtuvo el 41% de los votos en 2019 y el 43% hace unos pocos meses atrás?</p> <p>El acuerdo no supone la celebración de nada. Pero trae como novedad, y eso es innegable respecto de lo que hasta ahora se ha conocido, que no se plantea una solución ortodoxa al problema. Para los que no nos cocemos con el primer hervor y sabemos que la historia no se empezó a escribir en el 2003, podremos recordar que los “acuerdos” con el FMI traían consigo no sólo el ajuste de ciertas variables económicas, sino reformas que le cambiaban definitivamente para mal la vida a los ciudadanos y ciudadanas. ¿Cómo no recordar reformas laborales, jubilatorias o la que se propuso llevar adelante un tal Ricardo López Murphy que en poco menos de 15 días y de un plumazo quería suprimir nada más y nada menos que U$s2000 millones en el presupuesto de educación? La historia siempre enseña.</p> <p>Tal vez la clave sea, más allá de sus limitantes que existen y son reales, en pensar al acuerdo como una oportunidad para ganar tiempo y como una excepcionalidad que no justifica ningún festejo. Aceptar la realidad como está planteada no supone no pensar en transformarla. Pero el posibilismo por sí mismo no alcanza. Si la épica k, que desde estas líneas se celebran, ha tenido alguna posibilidad, ha sido porque primero se acumuló y se construyó un bloque de poder que hoy no existe, para enfrentar a cierto establishment internacional. ¿O, alguien tiene en su bolsillo unos U$s 45.000 millones para sacarse de encima al FMI y a laderos de la talla de Lula y Chávez para copar la parada?</p> <p>Volver a empezar dice la canción del epígrafe. Queda mucho por andar. Con las aspiraciones de siempre, pero pensando nuevas fórmulas, revisando algunas cómodas certezas y, sobre todo, saliendo de la zona de confort ideológica. No es resignación. Es la inteligencia de hacer virtud de la necesidad. Y entendiendo de manera firme y contundente, que el peronismo lo hizo de nuevo: vino a arreglar el desastre financiero que otros supieron construir. Con alguna discusión interna. Con algunas voces destempladas y con el oxímoron de silencios que aturden. Pero, a partir de ahora, le guste a quien le guste, es probable que sea parte de una hipotética solución.</p> <p> (*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/5d84b9c34359206b51646334e744fc5d_S.jpg" alt="Lo hizo de nuevo" /></div><div class="K2FeedIntroText"><h3 style="text-align: right;"><em>Volver a empezar,</em><br /><em> que aún no termina juego.</em><br /><em> Volver a empezar,</em><br /><em> que no se apague el fuego,</em><br /><em> queda mucho por andar,</em><br /><em> y que mañana será un día nuevo bajo el sol.</em><br /><em> Volver a empezar.</em></h3> <h3 style="text-align: right;">Alejandro Lerner</h3></div><div class="K2FeedFullText"><p>En la semana que está concluyendo, la atención (y la tensión) de la política nacional estuvo puesta, indudablemente, en todo lo que pudiera suceder con el pago de más de 700 millones de dólares que debía realizar el día viernes el Estado argentino al Fondo Monetario Internacional (FMI), con la expectativa de un posible default o de un acuerdo con el organismo de crédito. Terminó sucediendo esto último. Repasemos.</p> <p>Sabrán disculpar lectoras y lectores, pero vamos a colocarnos alguna medallita. Semanas y días atrás, desde este portal habíamos realizado un par de afirmaciones que se confirmaron en el día de ayer: que el acuerdo llegaría (<a href="https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6583-el-poder-de-los-otros" target="_blank" rel="noopener noreferrer">“El poder de los otros”, 19/12/21</a>)  y, que el ok definitivo para el entendimiento ya no debía buscarse en las oficinas del propio Fondo, sino en la sede de la Casa Blanca. En Fundamentar no practicamos la adivinación mediante bola de cristal, ni nada que se le parezca, sino que algunos elementos, de tan ostensibles, resultaban determinantes para poder adelantarse a lo que sucedería.</p> <p>En la primera cuestión debe decirse que, si Argentina necesitaba el acuerdo, para el Fondo la cuestión no era menos importante. Nuestro país tiene un desarrollo medio, no figura entre los más influyentes del planeta, por localización y por falta de peso político específico, pero SI se sienta en la mesa de los grandes jugadores en algunos casos puntuales. Un ejemplo: el G20.</p> <p>Que un actor que integra ese selecto grupo de países que discuten (a veces parece que de manera inútil) los grandes temas de la economía mundial, enfrente una situación de cesación de pago de sus compromisos, no le conviene a nadie de los que allí participan. Si, además, el crédito de 2018 / 2019, resulta sospechado, ya que el organismo no cumplió con las formalidades del caso, en cuanto al modo, al tiempo, ni al monto en que fue acordado, podríamos inferir, como decíamos en mi Tablada natal, que el FMI está “más sucio que una papa”.</p> <p>¿Eso le da razón a la Argentina para reclamar, en esta oportunidad, un comportamiento absolutamente distinto del organismo a lo largo de lo que fue su historia? Sí y no. Sí, porque existe una evidente corresponsabilidad con el desastre que dejó el macrismo, y no, porque las relaciones de la geopolítica NUNCA se construyen con el derecho como razón excluyente. En ese rol secundario que ocupa el país en el concierto internacional, no le da la talla para imponer condiciones nuevas de ese tipo.</p> <p>https://twitter.com/CasaRosada/status/1487056899258396675</p> <p>En la segunda cuestión, la necesidad de buscar un acuerdo político con la Casa Blanca, obedece al peso y la injerencia que tiene Estados Unidos en el FMI. Es el gran país del norte quien sostiene con más dinero al organismo y de alguna manera (y de todas) su influencia es decisiva a la hora de las políticas que ejecuta. Debe insistirse hasta el cansancio para algún desprevenido que nunca falta: los famosos acuerdos de Bretton Woods de la década del 40’, que derivaron en la multilateralidad crediticia de la segunda mitad del siglo XX, funcionaron como mecanismos que favorecían los intereses del “gran país del norte”. Concepto central del primer trimestre de la materia Relaciones Internacionales en cualquier facultad que se precie. Perdón por la decepción de revelarles semejante novedad.</p> <p>Más allá de las ironías, y tal como lo llevaba adelante un tal Néstor Kirchner, cuando se reunía con George Bush (h) y le apoyaba su mano en la rodilla en un gesto que rompía toda tensión y protocolo (actitud definitivamente nestorista), debe insistirse que todo acuerdo es político, y por lo tanto, en discusiones tan amañadas y complejas, el broche a cualquier buen diálogo, jamás puede pasar por tecnócratas y burócratas que no tienen ninguna responsabilidad más allá de cobrar suculentos salarios por “laborar” allí.</p> <p>De lo sucedido en las últimas veinticuatro horas, es evidente que, por estos lares, la ganancia de un acuerdo alcanza a las figuras de Alberto Fernández y Martín Guzmán. Habrá que ver si el silencio de la vicepresidenta Cristina Fernández obedece a diferencias con lo que se acordó o a dejar que, en un sistema presidencialista de gobierno, la centralidad la ocupe, justamente, el presidente. Por una razón o por otra, para los ansiosos de ocasión, pronto aparecerá la respuesta ya que el acuerdo debe discutirse en el Congreso de la Nación, espacio donde el kirchnerismo ocupa una centralidad decisiva.</p> <p>El anuncio por cadena nacional del presidente, en la mañana del viernes, esta vez resultó un instrumento político interesante. Con un mensaje correcto “Heredamos esta situación. La historia juzgará quien hizo qué. Quien creó un problema y quien lo resolvió”, la puesta en escena en los jardines de la Residencia de Olivos no le fue en zaga. Medido, preciso y concreto, Fernández no abundó en detalles técnicos que, inteligentemente, se dejó a cargo del ministro.</p> <p>Por su parte, Guzmán, más allá de la mayor o menor locuacidad en algunas respuestas, se mostró con un estilo que le resulta innato en los modos explicativos de académico universitario. Sabrá valorar o no cada ciudadano o ciudadana, si ello le resulta una virtud en sí misma.</p> <p>En el plano interno pueden mostrarse tres respuestas que aparecieron sobre el principio del acuerdo: de los mercados, de la oposición y del oficialismo.</p> <p>En el primero, la respuesta fue de manual. Suba de acciones de hasta 10% en Wall Street, caída del riesgo país y baja del dólar paralelo en un 5% en una sola jornada muestran que la noticia fue bien recibida. No es poco, teniendo en cuenta que varios supuestos analistas que se dicen especialistas en materia de deuda y mercados, preanunciaban unas horas antes el famoso y tan temido default: siendo benévolos, digamos que es el problema de pensar a la economía como una ciencia exacta y no como una ciencia humanística donde las expectativas y muchas veces la política condicionan de manera determinante. Sería hora que lo vayan aprendiendo. ¿No?</p> <p>https://twitter.com/Miguel_Boggiano/status/1486748741889662977</p> <p>Desde el lado de la oposición, donde varios también se jugaban un pleno al no acuerdo (en realidad en muchos casos, oposición y operadores truchos que dicen sabérsela “lunga”, son parte de lo mismo), la respuesta tardó varias horas en llegar. Teniendo un claro perfil cementicio (sólo así puede entenderse el caradurismo de piedra de algunos y algunas), la oposición en general prometió revisar la letra chica del acuerdo en el Congreso de la Nación, lugar natural de discusión si se quiere, a partir de lo que dice la Constitución Nacional y también de lo que exige la ley promovida por el actual gobierno en  febrero de 2021. Calidad institucional que se le dice.</p> <p>Más allá de las omisiones del pasado, del acuerdo que se firmó en 2018, casi entre gallos y medianoche, endeudando al país nada más y nada menos que en 57 mil millones de dólares, por estas horas da la sensación (y sólo eso) que, más allá de las estrategias legislativas de ocasión, el oficialismo no debería tener limitación opositora alguna de cara a transformar el acuerdo en ley.</p> <p>Independientemente del previsto rechazo de la izquierda, el espacio que compone Juntos por el Cambio se expone a un doble riesgo (y que deberá asumir), teniendo como dato insoslayable que ha sido el responsable de haber generado este nivel de endeudamiento: si el acuerdo funciona, serán otros lo que resolvieron el problema. Si no funciona, su corresponsabilidad también será evidente. Allí hay un corset para su construcción política. Seguramente en el devenir de los meses que se aproximan, más temprano que tarde, las fuerzas amarillas recurrirán a aquella vieja canción de Andrés Calamaro que decía “mejor no hablar de eso, pasemos a otro tema”</p> <p>Por el lado del oficialismo, como ha sucedido desde el momento mismo de la construcción de la coalición, convive con tensiones, que en muchas ocasiones se discuten de cara a la sociedad. Desde la campaña electoral y en la propia gestión de gobierno. Lo que para algunos es problema, debe ser pensado como una novedad virtuosa para el peronismo.</p> <p>Podríamos identificar tres grupos: los que querían acordar y reivindicaron lo anunciado, los que entendían que debía acordarse, pero ponen algunos reparos a lo que se logró y los que definitivamente veían al default como la opción más valedera.</p> <p>Y ante este último grupo, conviene plantearse una primera pregunta. Lejos de toda chicana: ¿había margen para otra cosa? Existe, en no pocos sectores de cierto kirchnerismo un enamoramiento de cierto relato épico del pasado, que no está mal en sí mismo como recurso político, pero nunca podría aplicar al contexto actual.</p> <p>Antes de desarrollar la idea, una aclaración de rigor: Cuando hablamos de relato, no lo hacemos despectivamente. Si hay algo que la comunicación política ha demostrado a lo largo de la historia es que, cualquier grupo político que se precie, en funciones ejecutivas o no, debe contar con un relato. En los gobiernos de la Argentina democrática lo construyeron Raúl Alfonsín con el “Somos la vida”, Carlos Menem con la idea de un liderazgo preclaro que no nos defraudaría, el kirchnerismo con la ampliación de un buen número de derechos y Mauricio Macri con la hipótesis de una Argentina moderna. El problema no es la construcción de relatos per se, sino la política que se practica cotidianamente para la efectivización de aquello que se declama. Fin de la digresión.</p> <p>La imagen y decisión de Néstor Kirchner resolviendo el tema de la deuda contante y sonante, pagando de una sola vez los U$s 10.000 millones que se le debían al Fondo, tiene un valor innegable, al igual que cada uno de los acuerdos a los que se llegó para resolver el tema de la deuda externa durante los doce años de gestión K. Pero aquí hay un problema: no se puede leer la realidad de 2022 con los anteojos de 2006. Y las razones sobran.</p> <p>En el primer kirchnerismo se había logrado un acuerdo con los deudores privados que vino acompañado de la relevancia de Roberto Lavagna. El país atravesaba un período de varios años de crecimiento (yendo en contra de las recetas del FMI), lo que le permitió acumular reservas de tal magnitud que pudo proponerse el pago de una sola vez y para siempre, en tándem con el Brasil de Lula, sin importar lo que planteara el establishment que, al igual que ahora lo hace el propio ex gobernador de Mendoza, Adolfo Cornejo, “rollear” (refinanciar) la deuda, era la solución más conveniente.</p> <p>Tenemos una mala noticia al respecto: ese país y ese mundo (o por lo menos cierta realidad continental) ya no existe. Argentina no cuenta con un crecimiento sostenido durante varios años, ya que la doble pandemia, la macrista (2015 – 2019) y la del Covid (2020) la dejó severamente condicionada.</p> <p>Su economía presenta una notable debilidad con alta inflación (hacia 2006 era de 9.8%), presión cambiaria para confirmar una devaluación que siempre perjudica y favorece a los mismos y pocas reservas líquidas en el Banco Central.</p> <p>En el plano regional no cuenta con los aliados de otrora. El continente (y el mundo) convive con gobiernos y oposiciones de derecha fuertemente consolidados. Además, Nicolás Maduro no es Hugo Chávez, Gabriel Boric en Chile, más allá de algunas señales interesantes, por ahora es una incógnita, Luis Lacalle Pou no es Tabaré Vazquéz y Lula Da Silva (quien reivindicó el acuerdo), por ahora solo se prepara para volver a ser presidente, cosa que sucedería recién en octubre de este año.</p> <p>https://twitter.com/LulaOficial/status/1487112946161528837</p> <p>A diferencia de lo sucedido hasta (por lo menos) 2013, el país hoy cuenta con un bloque opositor consolidado. Las derrotas legislativas de 2009 y 2013 se produjeron con sectores de la oposición desarticulados entre sí, lo cual permitía que, con gestión, coordinación y conducción política, las elecciones ejecutivas tuvieran otras expectativas. ¿Hace falta recordar que el macrismo obtuvo el 41% de los votos en 2019 y el 43% hace unos pocos meses atrás?</p> <p>El acuerdo no supone la celebración de nada. Pero trae como novedad, y eso es innegable respecto de lo que hasta ahora se ha conocido, que no se plantea una solución ortodoxa al problema. Para los que no nos cocemos con el primer hervor y sabemos que la historia no se empezó a escribir en el 2003, podremos recordar que los “acuerdos” con el FMI traían consigo no sólo el ajuste de ciertas variables económicas, sino reformas que le cambiaban definitivamente para mal la vida a los ciudadanos y ciudadanas. ¿Cómo no recordar reformas laborales, jubilatorias o la que se propuso llevar adelante un tal Ricardo López Murphy que en poco menos de 15 días y de un plumazo quería suprimir nada más y nada menos que U$s2000 millones en el presupuesto de educación? La historia siempre enseña.</p> <p>Tal vez la clave sea, más allá de sus limitantes que existen y son reales, en pensar al acuerdo como una oportunidad para ganar tiempo y como una excepcionalidad que no justifica ningún festejo. Aceptar la realidad como está planteada no supone no pensar en transformarla. Pero el posibilismo por sí mismo no alcanza. Si la épica k, que desde estas líneas se celebran, ha tenido alguna posibilidad, ha sido porque primero se acumuló y se construyó un bloque de poder que hoy no existe, para enfrentar a cierto establishment internacional. ¿O, alguien tiene en su bolsillo unos U$s 45.000 millones para sacarse de encima al FMI y a laderos de la talla de Lula y Chávez para copar la parada?</p> <p>Volver a empezar dice la canción del epígrafe. Queda mucho por andar. Con las aspiraciones de siempre, pero pensando nuevas fórmulas, revisando algunas cómodas certezas y, sobre todo, saliendo de la zona de confort ideológica. No es resignación. Es la inteligencia de hacer virtud de la necesidad. Y entendiendo de manera firme y contundente, que el peronismo lo hizo de nuevo: vino a arreglar el desastre financiero que otros supieron construir. Con alguna discusión interna. Con algunas voces destempladas y con el oxímoron de silencios que aturden. Pero, a partir de ahora, le guste a quien le guste, es probable que sea parte de una hipotética solución.</p> <p> (*) Analista político de Fundamentar - <a href="https://twitter.com/miguelhergomez" target="_blank" rel="noopener noreferrer">@miguelhergomez</a></p></div>