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Fundamentar - Noticias https://fundamentar.com Thu, 18 Apr 2024 19:56:07 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Fabricantes de mentiras https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6447-fabricantes-de-mentiras https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6447-fabricantes-de-mentiras Fabricantes de mentiras

Él era un fabricante de mentiras,
él tenía las historias de cartón.
Su vida era una fábula de lata,
sus ojos eran luces de neón.
Y nunca tengas fe,
que sus mentiras pueden traer dolor.

Charly García – Nito Mestre

En el día a día de la práctica política existe un elemento que es central, al que deberíamos decir constitutivo: la ideología. Podemos descubrir tácticas y estrategias comunicacionales, institucionales o de gestión, pero si no tenemos en cuenta la cosmovisión del mundo que nos plantean dirigentes o partidos políticos, poco podríamos entender de todo aquello que nos rodea.

Es sabido que, desde los ahora lejanos tiempos en que Francis Fukuyama editó el “Fin de la historia”, el liberalismo y el neoliberalismo que tienen una misma raíz, pero no representan lo mismo, sus voceros y representantes han pretendido convencernos de que ya no tenían sentido las diferencias. Si bien la argucia argumental tuvo vigencia durante un tiempo, como decía Abraham Lincoln, no se puede mentir a todos, todo el tiempo. No es ninguna novedad que la pretendida desaparición de las ideologías, era una forma más de concebir el mundo.

Los países desarrollados fueron parte de este esquema. Podríamos decir que las “nuevas” formas tecnológicas que comentaba el homo videns sartoriano, combinado con la caída del bloque soviético, esparcieron por el mundo la tonta idea de que, como cantaba el poeta paranaense criado en La Plata, creen en la pendejada que es todo igual, todo lo mismo.   

Si la socialdemocracia europea recibió la inapelable crítica de que se había convertido en buena parte de todo aquello que había denunciado, nuestra región no fue la excepción. Y mucho menos la Argentina. Pudimos notarlo sobre finales de los 90’: el triunfo de la Alianza UCR Frepaso representó en realidad un maquillaje que no proponía ninguna transformación real del modelo de acumulación que había sabido imponer Carlos Menem y que, a diferencia de la dictadura cívico eclesiástica militar del ’76, había utilizado votos y no botas, libertad y no desapariciones.

La oleada de centroizquierda que vivió Latinoamérica desde comienzos de este siglo, demostró que había mucho para decir y actuar desde otro lugar. Interpeló a múltiples actores. Dialogó, presionó y (muchas veces) cedió al enorme poder de las corporaciones. Construyó un discurso inclusivo con medidas concretas que sirvieron para una mejora real de las condiciones de vidas de decenas de millones de personas. Transformó cotidianeidades y le dio una nueva impronta al discurso público y a la construcción política al punto de poder afirmar que nunca en nuestra corta historia de 200 años, el sueño de la Patria Grande había resultado más visible, cercano y real. ¿Quién dijo que no había ideas distintas y que, además, no pudieran ser exitosas? Un observatorio de políticas públicas para los militantes del Consenso de Washington, por favor.

Pero el modelo también tuvo sus propios límites. Por errores propios, falta de tiempo en hacer un “todos” más real, una derecha (como resumen del liberalismo y sucedáneos) que supo seducir bajo el argumento de cierto republicanismo panfletario y que contaba con la inestimable ayuda de corporaciones empresariales y mediáticas; ese clima de concordancia política regional se fue diluyendo.

El neoliberalismo llegó para “volver a poner las cosas en su lugar”. Pero, por ejemplo, en el caso argentino, con algunas perlitas en formato de novedades. Si la relación público – privado debía volver a un par de décadas atrás, la irrupción del macrismo en el poder supuso que, como bien se afirmó desde el comienzo de la gestión, la Argentina ahora era atendida por sus propios dueños. Si antes, Macri padre había resultado lo suficientemente astuto para concebir y desarrollar un imperio mediante negocios turbios bajo la lógica de la famosa Patria Contratista, Macri hijo demostraba una inteligencia no menor para terminar atendiendo de los dos lados del mostrador: Correo Argentino, parques eólicos, entre otros, así lo ejemplifican. Pero, además, el proyecto PRO supuso la novedad de que en toda política pública podía aparecer el negocio de lo privado. Si el ex ministro de modernización Carlos Dromi había afirmado nada que "Nada de lo que deba ser estatal quedará en manos del estado”, los partidarios amarillos podrían reformular la frase diciendo que nada de lo que deba ser público dejará de estar ajeno a un negocio privado.

Una prueba la tuvimos esta semana que pasó con las declaraciones de la presidenta del partido Patricia Bullrich, cuando fue consultada por cómo imaginaba que hubiera gestionado Juntos por el Cambio la pandemia del Coronavirus. Afirmó, muy suelta de cuerpo y a contramano de lo que sucede en el mundo, desarrollado o no, que ese hipotético gobierno habría habilitado la opción de compra de la vacuna y que aquellos que no pudieran pagarla (recordemos que su gobierno dejó la administración del país con un 40% de pobreza) podrían haber accedido a un subsidio estatal (ooootro más) o a la espera de los plazos que dispusiera el Estado. Más malthusiano no se consigue.

Más allá de suposiciones y de gobiernos hipotéticos, resulta interesante la comparación de lo que proponen unos y otros en la gestión de la pandemia. Así, mientras sobresale la gestión de Axel Kicillof, quien en la provincia de Buenos Aires registra un nivel de vacunación diaria de unas 50.000 personas, todas en efectores públicos, en la ciudad más rica del país, no se superan las 2.000 inoculaciones por día en espacios privados como la Sociedad Rural, obras sociales o clubes de futbol. Y acá la pregunta es si la decisión política de abrir estos espacios, no esconde un sistema de salud tan deteriorado que necesita de ámbitos no tradicionales para la vacunación. Esa pregunta tal vez podrían contestarla los residentes de la Reina del Plata. Desde lejos no se ve.

Pero esa misma campaña en la provincia, que no había recibido cuestionamientos de las corporaciones mediáticas y sus interlocutores políticos, esta semana estuvo en centro de la escena a nivel nacional. La mentira de la que fue parte la ensayista Beatriz Sarlo, quedó desarticulada ante lo evidente que demostró la investigación judicial abierta a partir de sus declaraciones en el canal TN, cuando había afirmado que le habían propuesto inocularla “por debajo de la mesa”. En realidad, todo obedecía a una campaña de vacunación que, en el peor momento del descrédito de la Sputnik V, intentaba mostrar el compromiso de unas cien personalidades que apoyarían el proceso. El detalle fue que no nos enteramos de los hechos por la autora de “La audacia y el cálculo”, quien comentó que se autocritica fuertemente, sino a partir de las pruebas que tuvo que presentar en sede judicial.

De allí en más, otra mentira quedó al descubierto. Pero en vez de reducir el margen de crítica, los compañeros de ruta de Sarlo fueron por más. Como si no bastara lo evidente, juzgaron a Kicillof (tal vez un muy posible potable y próximo candidato presidencial) por haber involucrado a su esposa, quien no funge como funcionaria, ya que fue ella quien contactó al editor de la columnista del diario de los Mitre (¿o de Macri?) para que se sumara al proyecto y que rechazó, elegantemente, el convite. Hubiera sido deseable esa misma práctica a la hora de aclarar sus dichos de hace más de 40 días.

Pero esta es una mentira chiquita, que quedará olvidada rápidamente y que podríamos llamar de salón y como parte de una anterior y que ha tenido a la Sputnik V como protagonista, ya que fue fuertemente vilipendiada a medida que mostraba su eficacia. Si el gobierno ruso anunció su existencia promediando el primer semestre del 2020, pocos le prestaron atención. Si se anunció el comienzo de la vacunación para un 10 de agosto en la tierra de zares y bolcheviques, por estos arrabales del mundo se la consideró veneno ya que no cumplía con los procedimientos científicos preestablecidos. Lo que no se reconoció desde estos sectores críticos del “veneno soviético”, es que todas las vacunas necesitaron procedimientos excepcionales para su aprobación y que la pandemia ha generado respuestas extraordinarias en lapsos de tiempo realmente impensados.

Ya no alcanza con la matriz ideológica y sus relativos éxitos o fracasos para explicar el día a día de la política argentina en 2021. Algunos se han enseñoreado con la mentira. Al punto de que, descubierta la misma, se siguen ufanando de sus alcances olvidando el objetivo inicial de lo denunciado. Ya no alcanza con decir que tiene patas cortas, ya que para un sector social (¿seguirá siendo el 40% de octubre de 2019?), lo que menos interesa es conocer las verdades relativas sino descubrir cómo se construyen argumentos que, más allá de su puerilidad, sirvan para socavar al oficialismo, confirmando a la vez que se distribuyen miedos, prejuicios y angustias.

Las mentiras de estos días tienen una estrecha relación y semejanza con el Covid: uno sabe que está, te cansa y te agota, pero no se puede bajar la guardia. En la maravillosa canción que hace de epígrafe de este artículo, el dúo García-Mestre se preguntan, sobre el final de la misma, porqué “la niña ríe en vez de llorar” ante quien la ha engañado. En la Argentina de estos días ya no quedan dudas: los fabricantes de mentiras pretenden que rían y lloren los que siempre lo hicieron bajo sus gobiernos. Está en nosotros ayudar a modificar esa historia. 

(*) Analista político de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 14 Mar 2021 11:20:31 -0300
Tranquilidad y Acción Política https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6433-tranquilidad-y-accion-politica https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6433-tranquilidad-y-accion-politica Tranquilidad y Acción Política

Te comportas de acuerdo
Con lo que te dicta, cada momento
Y esta inconstancia, no es algo heroico
Es más bien algo enfermo.
Gustavo Cerati

Esta semana de noviembre que acaba de concluir, tal vez pueda ser pensada como la primera en mucho tiempo en la cual el gobierno nacional puede sobrellevarla sin grandes sobresaltos y con la mirada puesta un poco más allá del día a día. No las tuvo todas a su favor, pero la importancia de las elecciones en los EE.UU., el alivio que empieza a mostrar en algunas regiones del país el comportamiento del Coronavirus y cierta acción política consolidada, parece haberle otorgado algo del oxígeno político que resulta fundamental para lo que viene.

La semana comenzó con el dato confirmado del viaje de la viceministra Carla Vizzotti a la Federación Rusa, para conocer de cerca los detalles y el comportamiento de la vacuna Sputnik V que parece tener una buena evolución en su clínica. No resulta casual que, a una vacuna que se aplica desde el 10 de agosto en aquel país, se le haya prestado tan poca atención por estos arrabales del mundo. A mitad de camino de cierta desprolijidad rusa en el proceso científico de notificación de su comportamiento en humanos (la ya famosa fase III) y de los intereses occidentales que afecta, la noticia del viaje de la funcionaria pasó a ocupar buena parte del centro de la escena política y mediática.

A partir de allí apareció el cúmulo de hechos que parecen acompañar a cada decisión relativamente trascendente que se tome desde el gobierno. Como parece comentarnos el genial Gustavo Cerati en el epígrafe, parte de la sociedad y su consecuente representación política, se comporta de acuerdo a lo que dicta cada momento: oposición a ciertas restricciones de circulación a partir de la presencia del virus, severos cuestionamientos a la implementación del impuesto a las grandes fortunas que afecta a nada más que 12.000 personas y ahora, la furibunda negativa a la posibilidad de la aplicación de una vacuna “rusa”.

Lo que demostró el dato de la potencial vacunación con la Sputnik V, es el grado de prejuicio, desinformación y analfabetismo político de buena parte de esa misma población que mira de manera crítica y deslegitimante el acuerdo entre ambos Estados. Algunos siguen imaginando que la URSS existe y que Vladimir Putin sigue siendo el mismo agente de inteligencia de la KGB de hace varias décadas. Desconocen lo más elemental de las noticias de los últimos lustros: la Federación Rusa es un país capitalista con sus particularidades y detalles.

Serko
Serko

Es atendible la preocupación por ciertos procedimientos que han sido cuestionados por la comunidad científica internacional, pero de allí a desconocer el desarrollo que ha tenido esa región en materia de investigación en salud durante todo el siglo XX, justamente en plena vigencia del comunismo, es desconocer la historia mínima de una nación que no las tuvo todas consigo para haberse convertido en una gran potencia.

Pero en este tema el saldo es a favor del gobierno de Alberto Fernández. La discusión está puesta sobre el eje de contar con la vacuna y no precisamente con su ausencia. Más allá de la existencia de negociaciones para acceder a otras investigaciones, en términos políticos, la aparición de ciertos plazos en el horizonte de semanas, no deja de ser una noticia que brinda cierto beneplácito y que fuerza a pensar en un cambio de ejes discursivos.

Parte de esa calma también viene alimentada por el frente financiero y el comportamiento del dólar ilegal y del CCL (contado con "liqui"), los cuales han tenido una marcada baja en las dos últimas semanas. Lejos de dar una interpretación macroeconómica del asunto, digamos que la estrategia de corto plazo al ministro Martín Guzmán le está dando el resultado esperado y ello ha servido para aflojar “tensiones” y no exclusivamente cambiarias.

A tal punto se ha fortalecido el hombre formado junto a Joseph Stiglitz, que pudo decirles en la cara a los propios empresarios que integran la siempre poderosa Asociación Empresaria Argentina, donde revisten Paolo Rocca y Héctor Magnetto (entre otros), que deben entender que las elecciones las ganó el Frente de Todos para hacer exactamente lo contrario a lo que pregonaba el macrismo que tanto protegieron. Cuestión de cumplimiento de contratos se le dice. Pero en este caso, de contrato social, algo no escrito en formato papel, pero con la suficiente importancia para debilitar o fortalecer gobiernos. Un contractualista a la derecha, por favor.

Incluso, aquellas que no fueron del todo buenas noticias dejaron mejor parado al oficialismo de lo que se esperaba. Es el caso de la Corte Suprema de Justicia de la Nación con el fallo de los jueces Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi. Lo dijimos hace varias semanas: la decisión que tomaría el máximo tribunal vendría en formato salomónico. No acertamos porque tuviéramos una primicia ni mucho menos, sino porque en tiempos de grietas sobredimensionadas, lo que hace preservar a una institución con claro perfil político como la Corte, es la equidistancia.

El fallo no dejó conforme a ninguna de las partes. A los demandantes les concedió legitimidad en todo lo actuado, a la vez que les puso fecha de vencimiento en el cargo una vez que se terminen de implementar los concursos respectivos, a los cuales también deberán someterse. Parece demasiado para jueces que están cerca del retiro jubilatorio.

Al oficialismo le dijo que, si bien la situación del dúo BB no es eterna, el procedimiento por el cual se determinó su salida vía Consejo de la Magistratura y Senado de la Nación, no es el correcto y por lo tanto los desplazados podían volver a ejercer sus funciones.

No hubo sobreactuaciones gubernamentales ni mucho menos. Tal vez porque se entiende que, a la luz pública, a veces no conviene dar ciertas discusiones o, tal vez, porque lo que a partir de ahora deberán convalidar los demandantes, en su rol de integrantes de la Cámara que revisa el accionar de jueces que investigan los casos de corrupción en la primera instancia, sean las demandas que involucren a ex funcionarios macristas. Y revisar causas que alcanzan a funcionarios “cercanos”, tal vez resulte un factor contraproducente para ciertos intereses. Es por ello que no parece extraño el dato de los últimos días y que refiere a las hipotéticas renuncias del dúo Bertuzzi – Bruglia. Habrá que darle tiempo al tiempo.

De las migajas que deja el asunto, parece recoger su alimento el PRO (o parte de él), que en voz de su presidenta Patricia Bullrich, rápida de reflejos, anunció una nueva movilización, ahora en defensa del dúo demandante. En el contexto de lo que ha sido la semana, la medida aparece como destemplada y carente de todo sentido de oportunidad política en un contexto muy particular, donde ciertas resoluciones de la “alta política” como supone el fallo de la Corte (ponele), están muy lejos del interés general de los argentinos.

Varios datos objetivos deja la semana que pasó: los oficialismos de AMBA anuncian el corrimiento del aislamiento social hacia el distanciamiento, las vacunas empiezan a tener fechas temporales de cercanía y los cataclismos económicos que se anunciaban por las corridas en los mercados, parecen haber perdido la potencia de antaño.

Nada mal para un gobierno parido bajo el influjo pandémico. Aunque algunas inconstancias que no son heroicas tampoco sean algo enfermo. Refieren a la sobrevida política. Y ya sabemos todos que la necesidad, tiene cara de hereje.

(*) Analista político de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 07 Nov 2020 18:55:04 -0300
Emilio Ordóñez: “La dimensión sanitaria es una política de poder” https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6408-emilio-ordonez-la-dimension-sanitaria-es-una-politica-de-poder https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6408-emilio-ordonez-la-dimension-sanitaria-es-una-politica-de-poder Emilio Ordóñez: “La dimensión sanitaria es una política de poder”

El analista internacional de Fundamentar Emilio Ordóñez, reflexionó sobre los aspectos geopolíticos que están detrás de la carrera por conquistar la primera vacuna contra la Covid-19. En diálogo con el diputado nacional Germán Martínez en el programa Argentina Unida contra el Coronavirus que se emite por AM 1330 de Rosario, el reconocido intelectual analizó los escenarios presentes y futuros de la disputa global.

Según Ordóñez, lo que está detrás de todo esto, se resume en una palabra: influencia. “Hay 140 vacunas en proceso de pruebas en sus diferentes fases, alrededor de 26 en la etapa intermedia y sólo 6 corriendo la carrera por ser LA vacuna o una de las vacunas que tengan éxito contra la covid-19. Los Estados, en alianza con ciertos laboratorios importantes, van eligiendo, a partir de ciertas características como por ejemplo la capacidad tecnológica o el modelo de contención de la covid, países para ir probando estas vacunas. El objetivo, básicamente, es que estos Estados que obtengan la vacuna en alianza con estas empresas farmacéuticas sean merecedores de prestigio internacional al ser los primeros en poder combatir el coronavirus”.

“En el caso de Argentina, que tiene una gran capacidad de investigación y un cuerpo de investigadores especializados en inmunología de primer nivel, son al menos 4 las vacunas que se están probando. Tal como sucede en otras áreas de la política internacional, uno no vende, por ejemplo, limones a un solo país; uno diversifica sus mercados de exportación. Acá lo que se hace es más o menos parecido: diversificar la oferta de vacunas posibles, esperando que una de ellas o varias sean las más exitosas, de manera tal de mantener relaciones ya no con uno, sino con los países involucrados, de forma tal de obtener en el menor tiempo posible posiciones de privilegio a la hora de repartir estas vacunas. En el caso de Argentina, lo que hace es ganar la capacidad de obtener vacunas más rápido. Mientras que estos países, replicando estas políticas a nivel global, obtienen mayor presencia y mayor prestigio en el caso de éxito”, concluyó el internacionalista.

A continuación, Emilio Ordóñez explicó que “hay algo que me gusta llamar dimensión sanitaria. Uno tiende a pensar correctamente en las políticas sanitarias como una política de gestión pública, asociada directamente a las capacidades del Estado. Y en este último tiempo, ya no sólo el Estado está reclamando su lugar en el contexto de la pandemia, sino que hasta los propios organismos de crédito como el FMI alientan a la inversión masiva en el Estado, y sobre todo en cuestiones de salud”. Ordóñez agregó que “esto es importante para entender que la dimensión sanitaria ya no es solamente una política de Estado en el mismo nivel que las otras. La dimensión sanitaria es básicamente una política de poder a esta altura...de poder blando, es decir, todo lo que no sea militar, el poder blando es cultural, es películas por ejemplo, y también ahora mismo es una política sanitaria mundial. Entonces, una vacuna que tenga razonable éxito en comparación con otras que tengan éxito relativo, y esto se mide no sólo en la capacidad de destruir al virus en el momento, sino en generar inmunidad a largo plazo en aquel que es vacunado, bueno, esto genera mayor capacidad de delinear el mundo que se viene, luego de que la covid baje un poco su intensidad. O sea, quien tenga la mayor capacidad de contener al virus -porque está asumido que va a haber rebrotes y ya lo estamos viendo en Europa-, así como quien obtenga la vacuna comparativamente más efectiva, estos dos elementos van a determinar de alguna manera quién va a pisar más fuerte a la hora de delinear el orden global que se viene”.

Consultado sobre el trabajo conjunto entre Argentina y México para producir la vacuna de la universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca para América Latina, el analista dijo que “la iniciativa de Argentina y México reaviva una potencial alianza, esa alianza que en algún momento se intentó reconstruir en la década pasada y que tuvo algunos frenos por causas tradicionales de comercio como la venta de automóviles, ahora se renueva ante la emergencia sanitaria regional. Ambos países lo que provocan con esta alianza es reafirmar lo que se llama el principio de la solidaridad. Es decir, la producción de las vacunas tanto para nivel interno como a nivel continental, en una parcería de política sanitaria, al contrario de lo que se llama el nacionalismo de las vacunas, que es ‘yo produzco mis vacunas para mi población, y si sobre stock, ahí veo si lo vendo o si lo exporto gratuitamente’. El ejemplo de este nacionalismo de las vacunas es justamente Estados Unidos. Al principio de la pandemia habrás visto noticias sobre robos de vacunas, robos de barbijos… lo que denotó es que no existía tal comunidad internacional al respecto por lo menos de lo sanitario porque se robaban entre aliados inclusive. No había sociedad internacional en la forma en que habitualmente lo conocemos. Con el principio de solidaridad que como ejemplo ponen Argentina y México, lo que hacen es oponer un modelo contra otro. Por lo tanto, es perfectamente dable que aquella sociedad entre Argentina y México, que fue por tanto tiempo de mediana a baja intensidad, pueda de alguna manera empezar a generar la masa crítica-política para extenderlo a otras áreas y proponer también algún tipo de contención a otros modelos, como el caso brasileño, no sólo en su enfoque sanitario, sino también en su enfoque político”.

Para escuchar la entrevista completa podés ingresar acá -->VER

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Opinión Sun, 23 Aug 2020 14:56:56 -0300