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Fundamentar - Noticias https://fundamentar.com Thu, 28 Mar 2024 18:59:33 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Emilio Ordóñez: “La dimensión sanitaria es una política de poder” https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6408-emilio-ordonez-la-dimension-sanitaria-es-una-politica-de-poder https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6408-emilio-ordonez-la-dimension-sanitaria-es-una-politica-de-poder Emilio Ordóñez: “La dimensión sanitaria es una política de poder”

El analista internacional de Fundamentar Emilio Ordóñez, reflexionó sobre los aspectos geopolíticos que están detrás de la carrera por conquistar la primera vacuna contra la Covid-19. En diálogo con el diputado nacional Germán Martínez en el programa Argentina Unida contra el Coronavirus que se emite por AM 1330 de Rosario, el reconocido intelectual analizó los escenarios presentes y futuros de la disputa global.

Según Ordóñez, lo que está detrás de todo esto, se resume en una palabra: influencia. “Hay 140 vacunas en proceso de pruebas en sus diferentes fases, alrededor de 26 en la etapa intermedia y sólo 6 corriendo la carrera por ser LA vacuna o una de las vacunas que tengan éxito contra la covid-19. Los Estados, en alianza con ciertos laboratorios importantes, van eligiendo, a partir de ciertas características como por ejemplo la capacidad tecnológica o el modelo de contención de la covid, países para ir probando estas vacunas. El objetivo, básicamente, es que estos Estados que obtengan la vacuna en alianza con estas empresas farmacéuticas sean merecedores de prestigio internacional al ser los primeros en poder combatir el coronavirus”.

“En el caso de Argentina, que tiene una gran capacidad de investigación y un cuerpo de investigadores especializados en inmunología de primer nivel, son al menos 4 las vacunas que se están probando. Tal como sucede en otras áreas de la política internacional, uno no vende, por ejemplo, limones a un solo país; uno diversifica sus mercados de exportación. Acá lo que se hace es más o menos parecido: diversificar la oferta de vacunas posibles, esperando que una de ellas o varias sean las más exitosas, de manera tal de mantener relaciones ya no con uno, sino con los países involucrados, de forma tal de obtener en el menor tiempo posible posiciones de privilegio a la hora de repartir estas vacunas. En el caso de Argentina, lo que hace es ganar la capacidad de obtener vacunas más rápido. Mientras que estos países, replicando estas políticas a nivel global, obtienen mayor presencia y mayor prestigio en el caso de éxito”, concluyó el internacionalista.

A continuación, Emilio Ordóñez explicó que “hay algo que me gusta llamar dimensión sanitaria. Uno tiende a pensar correctamente en las políticas sanitarias como una política de gestión pública, asociada directamente a las capacidades del Estado. Y en este último tiempo, ya no sólo el Estado está reclamando su lugar en el contexto de la pandemia, sino que hasta los propios organismos de crédito como el FMI alientan a la inversión masiva en el Estado, y sobre todo en cuestiones de salud”. Ordóñez agregó que “esto es importante para entender que la dimensión sanitaria ya no es solamente una política de Estado en el mismo nivel que las otras. La dimensión sanitaria es básicamente una política de poder a esta altura...de poder blando, es decir, todo lo que no sea militar, el poder blando es cultural, es películas por ejemplo, y también ahora mismo es una política sanitaria mundial. Entonces, una vacuna que tenga razonable éxito en comparación con otras que tengan éxito relativo, y esto se mide no sólo en la capacidad de destruir al virus en el momento, sino en generar inmunidad a largo plazo en aquel que es vacunado, bueno, esto genera mayor capacidad de delinear el mundo que se viene, luego de que la covid baje un poco su intensidad. O sea, quien tenga la mayor capacidad de contener al virus -porque está asumido que va a haber rebrotes y ya lo estamos viendo en Europa-, así como quien obtenga la vacuna comparativamente más efectiva, estos dos elementos van a determinar de alguna manera quién va a pisar más fuerte a la hora de delinear el orden global que se viene”.

Consultado sobre el trabajo conjunto entre Argentina y México para producir la vacuna de la universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca para América Latina, el analista dijo que “la iniciativa de Argentina y México reaviva una potencial alianza, esa alianza que en algún momento se intentó reconstruir en la década pasada y que tuvo algunos frenos por causas tradicionales de comercio como la venta de automóviles, ahora se renueva ante la emergencia sanitaria regional. Ambos países lo que provocan con esta alianza es reafirmar lo que se llama el principio de la solidaridad. Es decir, la producción de las vacunas tanto para nivel interno como a nivel continental, en una parcería de política sanitaria, al contrario de lo que se llama el nacionalismo de las vacunas, que es ‘yo produzco mis vacunas para mi población, y si sobre stock, ahí veo si lo vendo o si lo exporto gratuitamente’. El ejemplo de este nacionalismo de las vacunas es justamente Estados Unidos. Al principio de la pandemia habrás visto noticias sobre robos de vacunas, robos de barbijos… lo que denotó es que no existía tal comunidad internacional al respecto por lo menos de lo sanitario porque se robaban entre aliados inclusive. No había sociedad internacional en la forma en que habitualmente lo conocemos. Con el principio de solidaridad que como ejemplo ponen Argentina y México, lo que hacen es oponer un modelo contra otro. Por lo tanto, es perfectamente dable que aquella sociedad entre Argentina y México, que fue por tanto tiempo de mediana a baja intensidad, pueda de alguna manera empezar a generar la masa crítica-política para extenderlo a otras áreas y proponer también algún tipo de contención a otros modelos, como el caso brasileño, no sólo en su enfoque sanitario, sino también en su enfoque político”.

Para escuchar la entrevista completa podés ingresar acá -->VER

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Opinión Sun, 23 Aug 2020 14:56:56 -0300
BIOHAZARD. Geopolítica del peligro biológico https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6376-biohazard-geopolitica-del-peligro-biologico https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6376-biohazard-geopolitica-del-peligro-biologico BIOHAZARD. Geopolítica del peligro biológico

 “El horror tiene rostro. Tienes que hacerte amigo del horror.
El horror y el terror moral deben ser amigos.
Si no lo son, se convierten en enemigos terribles, en auténticos enemigos".
Coronel Walter E. Kurtz, Apocalypse Now

Miedo y terror. O cómo construir un orden mundial

Año 1991, la URSS  implosionaba, el último hecho histórico enmarcado en la denominada Guerra Fría.  Los pueblos del mundo contemplaban, en un amplio abanico de reacciones y emociones, el fin de no sólo la confrontación de los dos bloques regidos por las dos superpotencias representativas de modelos de sociedad antagónicas, sino también de la opresión psicológica del terror nuclear. La nueva etapa que se abría parecía prometedora en tanto que la opción de la erradicación de la vida humana de la faz de la tierra se obturaba. Las coordenadas de supervivencia del sistema capitalista/soviético o vida, ya no funcionaban, por lo menos en el bando derrotado.

Sin embargo, el hegemón triunfante se encargó de sustituir el viejo terror por otros nuevos, categorizados en una nutrida galería con ejemplos como terrorismo, Estados fallidos, narcotráfico, dictaduras  populistas y muchos más nuevos enemigos a temer, incluyendo la amenaza de armas de destrucción masiva. El nuevo orden de imposición universal corroboraba la imposibilidad de sustentarse en otra táctica que no fuera el terror, reformulando la dicotomía, pasando a ser esta entre neoliberalismo o vida, la primera elección era la única disponible y aceptable para la unipolaridad. Latinoamérica había sido pionera durante los años 60s, 70s y 80s, cuando el terrorismo de estado garantizó la alternativa adecuada y complaciente con las directrices occidentales y libremercadistas.

Siendo abril del año 2020 una noticia irrumpió como un anacronismo: los incendios en Chernobyl, Ucrania. El hecho resucitó el viejo miedo atómico en medio de una crisis sin precedentes para nuestra historia como especie: la propagación de un nuevo terror, el biológico. El pandemónium de 1986 se exhibió en el presente como un recordatorio, una efeméride de la capacidad de destrucción, el átomo se manifestaba como un fantasma radioactivo frente al virus bautizado COVID-19.

Geopolítica viral

Desde su aparición en la escena global, a fines de diciembre del 2019, el nuevo coronavirus no pudo sustraerse de la disputa geopolítica llevada adelante entre EEUU y China. La pandemia se convirtió en otro escenario de una confrontación propensa a resquebrajar la dirección de un liderazgo cuestionado por cada vez más actores de la comunidad internacional.

El origen del COVID-19 se manipuló por ambas administraciones, cruzándose acusaciones sobre la intencionalidad de manipular un agente virósico con el fin de acelerar la caída del contendiente, condensadas en, por un lado, la denominación de “virus chino” de parte de Trump y, por el otro, en la denuncia de una supuesta inoculación del patógeno realizada por el ejército yanqui, efectuada por el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular de China, Zhao Lijian.

Esta escalada en la tensión entre los dos principales jugadores del sistema internacional no puede quedar sólo como una anécdota de las imprudencias de carácter del mandatario de EEUU o de una excepción de tono dentro de la disciplinada sinocultura.

Una de las víctimas en este cruce conflictivo fue la OMS (Organización Mundial de la Salud), denunciada por el gobierno norteamericano por ocultar información respecto al impacto del virus en China y condenada a prescindir de los fondos provenientes  de las arcas estadounidenses. Taiwán fue un aliado clave en el ataque contra la organización multilateral, aportando pruebas y cumpliendo su rol de enemigo del gigante comunista que  lo confinó a esa isla luego de la derrota de las fuerzas nacionalistas en 1949, inicios de la guerra fría que parecería resurgir en una lucha geopolítica distinta pero similar en varios aspectos.

Los efectos y consecuencias a nivel planetario que la pandemia está generando, no incentivaron un espíritu de cooperación en el plano geopolítico entre la potencia clásica y la emergente. El COVID-19 parece revelar un nuevo factor de poder e insumo utilizable por fuera de la lógica de una guerra comercial. En un futuro cercano podría fortalecerse y desarrollarse el sector de la Biodefensa en la rama militar de aquellos países con recursos e intenciones de hacerlo. La Biotecnología ya no es una ficción de la literatura o de contenidos audiovisuales. En nuestros tiempos, a nadie le sorprendería el mote de Bioterrorismo utilizado por el ejecutivo  de Estados Unidos, por ejemplo, en el Discurso del estado de la Unión para referirse a una nación considerada hostil a sus designios.

REUTERS/Gleb Garanich
REUTERS/Gleb Garanich

Tanatos Vs Zoè

La estrategia y su planificación son la clave del triunfo, bien lo saben los dirigentes de la tierra de Sun Tzu.  El flagelo de la muerte en la Unión Europea (UE), identificado con el coronavirus, fue uno de los tantos puntos geográficos hábilmente capitalizados a favor del prestigio del gigante asiático. China acometió con una avanzada sanitaria centrada en la solidaridad internacional, materializada en ingentes insumos para abastecer los golpeados sistemas de salud de la Eurozona. Este accionar contrastaba con las propias políticas de la UE hacia sus propios miembros, ensimismada en discusiones referidas al costo económico de la pandemia y dónde descargar el peso del mismo, mientras se exacerbaba en los hechos un cordón sanitario de recursos entre las fronteras internas. “Somos olas del mismo mar, hojas del mismo árbol, flores del mismo jardín» esta frase acompañaba  las miles de cajas de barbijos provenientes de China para colaborar con Italia. La otra cara: "la solidaridad europea no existe", declaración de Aleksandar Vucic, presidente de Serbia, país provisto también de profesionales y materiales chinos.

Cruzando el Atlántico se dividieron las posturas en dos visiones  de gestión  de la crisis del virus COVID-19. Recurriendo al concepto del filósofo Achille Mbembe, la Casablanca se volcó a la ejecución de una necropolítica, entendida esta como la capacidad de hacer morir a ciertos estratos de la población. Los discursos de Trump se propusieron  subestimar el peligro del virus con una clara intencionalidad de no influir en la actividad económica. Las descomunales cifras, que se actualizan constantemente día a día, de contagios y muertes en territorio estadounidense son la prueba  de la elección de economía o vida, elección coherente con la doctrina imperial y neocolonial que despliega hace décadas la nación del American Way of Life.

Al sur del continente, precisamente en Sudamérica, la doctrina del necropoder encontró referentes como Jair Bolsonaro, reproduciendo en Brasil una filosofía de la brutalidad que sólo se entiende en la preeminencia del pensamiento neoliberal inoculado en parte de las élites políticas y económicas de nuestra región.  Nuevamente, en la cosmovisión de estos lideres la elección del cuidado de la vida sobre la población en general, no es válida en una economía de las neoliberales, donde todo es descartable -incluso las personas- en la acumulación y concentración extrema de riqueza.

En contraposición al manejo brasileño se destacó la asertiva política del gobierno argentino conducido por Alberto Fernández. En  este caso primó, en términos foucoultianos, la biopolítica, entendida esta como el despliegue de la capacidad del  estado en hacer vivir, sabiendo que con una sociedad enferma o con pérdidas de vidas altas, no hay economía posible.  En este sentido, la reunión del G20 coloca a la figura de Fernández en el centro del conjunto de países que abogan por una administración que ponga a la vida humana por sobre la especulación en términos de costo-beneficio. Su propuesta orientada a la formación de un Fondo de Solidaridad Humanitaria, junto al reclamo contra los bloqueos y sanciones económicas contra Venezuela y Cuba, implementadas por los EEUU, abren el margen para un proyecto que dispute contra un sistema en decadencia desde antes del COVID-19.

Nuevas configuraciones en la pospandemia

Todos los análisis concuerdan en el debacle general de la economía mundial. Las formas de producción y de generación de riquezas se deberán reestructurar en formas novedosas opuestas a la ortodoxia de las finanzas especulativas. Los nuevos valores de las comunidades y sociedades deberán comenzar a imponer otras prioridades en nuestra vida en común.

Para los países como el nuestro, se habilitará la oportunidad de comenzar a edificar factores y variables de poder nutridos de ideas y visiones que nos permitan edificar un sistema distinto de valorización de lo público y lo estatal al servicio de las mayorías. Es en estos espacios de maniobra donde nos debemos ir abriendo caminos en un mundo que seguirá siendo disputado entre la unipolaridad y la multipolaridad.

La integración Latinoamericana debe ser nuestro norte aprovechando en un principio las coincidencias del surgimiento de un neokeynesianismo,  implementado por las políticas públicas que los gobiernos latinoamericanos -de diverso signo y en diversa medida- se vieron obligados a implementar para sortear la pandemia. La complejidad  y la diversidad será el remedio frente a la homogenización dogmatica neoliberal que se propagó como peste, causando estragos similares o peores al CODVID-19 en nuestro tejido social.

En el Malbrán se descifró el genoma del Covid-19 local y Gaza exporta donaciones de barbijos y vestimenta. En Nueva York, sede de Wall Street, se cavan fosas comunes.

Cuáles hechos serán la guía para actuar en la geopolítica futura, esa es la principal decisión.

(*) Analista internacional. Colaborador de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Conrado Cardile (*)) Opinión Sun, 17 May 2020 18:47:15 -0300
Siria: Rusia e Irán Juegan y Ganan https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5647-siria-rusia-e-iran-juegan-y-ganan https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5647-siria-rusia-e-iran-juegan-y-ganan Siria: Rusia e Irán Juegan y Ganan

Tras la caída de Alepo, el autor analiza la importancia geoestratégica de Siria, el papel que juegan las principales potencias y la trascendencia que tiene el control de ese país en la política mundial.

La recuperación de Alepo por las fuerzas del Gobierno sirio, apoyadas por Rusia, era hecho cantado. Desde la irrupción, en septiembre de 2015, de las fuerzas aeroespaciales rusas en la guerra, no ha cesado Damasco de recuperar territorio y quebrantar a las fuerzas opositoras apoyadas por EEUU, Arabia Saudí, Qatar y -hasta hace pocos meses- Turquía. No parecía dispuesta Rusia a perder al único país aliado con costas en el mar Mediterráneo que le quedaba. Tampoco iba a vacilar Irán por razones no menos poderosas, como ser el Gobierno sirio, además de su único aliado chiita sin influencia de EEUU, el único que limita con Líbano, sede del más potente movimiento armado chiita, como es Hezbolá. Rusia e Irán, en fin, compartían la voluntad de defender sus intereses contra la política de expansión de la OTAN, dirigida a expulsar a estos dos países de Oriente Próximo y a privarles de prácticamente toda influencia en esta región.

No es baladí el tema. Siria es el único país desde el cual puede Rusia proyectar su poder en el mar Mediterráneo, desde la base naval de Tartus y la aérea de Jmeimim. El pasado 17 de octubre, Rusia y Siria firmaron un acuerdo que cede a Rusia, por 49 años, la base de Tartus, que será transformada en una base naval permanente rusa. Al tiempo, Rusia ampliará Jmeimim con la construcción de una nueva pista de aterrizaje, para desplegar un contingente aéreo mayor y permanente, desde el cual operar y vigilar a las fuerzas de la OTAN en el Mediterráneo. Tartus y Jmeimim tienen, para Rusia, un valor incalculable, más ahora que la OTAN, desde Bulgaria y Rumanía, ha alcanzado su mayor nivel de proyección y amenaza sobre el mar Negro y el flanco sur de Rusia.

La OTAN intentó, en 2013, tumbar a Bashar el Asad como había hecho en 2011 con Gadafi, en Libia, disfrazando su política tardo-imperialista de defensa de la población. Si Rusia hubiera seguido gobernada por el alcohólico Yeltsin y no por Vladimir Putin, lo habrían conseguido y, con ello, habrían expulsado a Rusia -puede que para siempre- del mar Mediterráneo. Putin entendió el desafío y plantó cara con una firmeza tal que dejó pasmada a la OTAN. En 2013 quedó establecido el estado de guerra entre Rusia, Irán y China, por una parte, y la Alianza Atlántica por otra, guerra subterránea, sórdida, pero no menos implacable. Hasta septiembre de 2015, la OTAN fue ganando esa guerra, merced al flujo incesante de armas que llegaban a rebeldes y yihadistas islámicos desde territorio turco, procedentes de EEUU, Israel, Qatar y Arabia Saudí. Pero ese septiembre de 2015 Putin decidió intervenir con sus fuerzas aeroespaciales, decisión que dio un vuelco inesperado y determinante al conflicto. Como antes en Georgia, Crimea y Donbás, Putin intervenía para ganar y ganar sin ningún género de duda.

Aliado inestimable era Irán, urgido de impedir que el eje chiita Teherán-Bagdad-Damasco-Hezbolá fuera dinamitado en su territorio más estratégico, como era Siria, único aliado con fronteras con Israel y Líbano. Líbano es Hezbolá, el más temible vecino de Israel, país que alentó más que nadie la destrucción de Siria y está viviendo la recuperación de Alepo como su mayor derrota en esta guerra. Sin control amigo sobre Siria, las posibilidades de Irán de respaldar a Hezbolá se reducirían casi a cero, como demuestra la dificultad de apoyar militarmente a los rebeldes hutíes en Yemen, que combaten contra Arabia Saudí. También perdería Irán toda posibilidad de construir -cuando haya paz- el soñado gasoducto, que lleve hasta el Mediterráneo el gas iraní.

China no es un actor menor, aunque se ha esforzado en mantener un perfil bajo, casi invisible, pese a enviar armas, instructores militares y hacer causa común con Rusia en el Consejo de Seguridad de la ONU. El interés chino es claro, pues Siria constituye la salida natural al Mare Nostrum de los países de Oriente Medio, Asia Central y, por supuesto, de la propia China. En febrero de 2016 se inauguró una nueva línea férrea que la une con Irán, como parte del megaproyecto chino de Nueva Ruta de la Seda, que está construyendo la mayor red de infraestructuras del mundo para abrir Eurasia al comercio e inversiones chinas. La continuación natural de la vía férrea chino-iraní es Damasco y los puertos sirios del Mediterráneo. Dados los alcances geoestratégicos, económicos y comerciales de la Nueva Ruta de la Seda, China requiere una red de países amigos que no sean susceptibles de obstruirla por presiones de EEUU o la Unión Europea. En caso de conflicto armado, la Nueva Ruta de la Seda garantiza a China acceso a casi todo el continente euroasiático, sus economías, recursos y puertos. EEUU podría controlar el mar, pero China (y Rusia) controlarían el territorio euroasiático y se asegurarían el control de los vastos recursos de todo tipo que poseen. Por demás, Siria es buen sitio para la retaliación china en su pugna con EEUU: lo que EEUU apriete en el Mar de la China puede China devolvérselo apretando cuanto pueda en Oriente Medio y Próximo.

El mundo está en guerra. No las guerras controladas de la Guerra Fría, donde cada superpotencia podía imponer sus intereses dentro de su área de influencia, sin enfrentar más que formales protestas de la otra superpotencia. Una guerra de reajuste de poderes entre grandes potencias, más próxima al siglo XIX que a la segunda mitad del XX. Con una enorme particularidad. Por vez primera en 500 años, este reajuste no tiene como actores a un grupo de grandes potencias europeas. Sus actores son extraeuropeos, con la singularidad de Rusia que es -al tiempo- potencia insoslayable en Europa y potencia insustituible en Asia Central y el Lejano Oriente. Ahora Europa es un simple, mero y memo espectador, cuyo papel baila entre el son de EEUU y el temor que provoca la gigantesca, inmanejable, odiada, admirada e inaudita Rusia, el país-continente donde naufragó la Grande Armée napoleónica y se hundió la maquinaria nazi. Del declive de la hegemonía occidental da fe un hecho: la reunión, en Moscú, de los ministros de Exteriores de Rusia, Irán y Turquía para tratar sobre Siria. Ni EEUU cuenta ya.

De Europa el único país que juega -y parcialmente- es Alemania. La única potencia económica y política europea, sin embargo, sigue, como hace un siglo, cautiva de su geografía y sus limitaciones energéticas. Geográficamente, porque ha vivido enclavada en un espacio rodeado de otras potencias, que se han unido para derrotarla cuando ha querido ampliar su área de influencia. Energéticamente, porque carece de esos recursos y debe buscarlos en territorios fuera de su control. Rusia es hoy, como hace cien años, el rival a batir pero, como hace cien años, Alemania necesita del petróleo y del gas rusos. Ucrania es su gran frustración. Intento independizarla para satelizarla en las dos grandes guerras mundiales y fracasó. Lo ha intentado ahora con el Maidán y lo único que ha logrado es aproximar la posibilidad de una Tercera Guerra Mundial. Lo único que puede hacer Berlín para seguir siendo potencia dominante europea -no mundial- es adecuarse a Rusia y olvidarse -ya para siempre- de Ucrania como satélite. Ha sido y será parte del mundo eslavo, al que pertenece, como rusa o rusohablante es la mitad de su población.

Turquía parece haber entendido las nuevas reglas del juego. Ha pasado, en escasos meses, de promover el derrocamiento de Bashar el Asad a cooperar estrechamente con Rusia en la guerra contra el Estado Islámico. Turquía es un país en medio de la nada. No es europeo, no es árabe, no es eslavo. Sus pueblos hermanos están en Asia Central, lejos de su alcance. El vecindario le es hostil, de Grecia a Irán, pasando por sirios e iraquíes. Tiene al enemigo en casa -los kurdos-, que también habitan en tres países vecinos. Erdogan está viendo en Putin y en Rusia un aliado más estable que la UE y EEUU, para quienes es un socio incómodo e impredecible. Su mayor prioridad, ahora, es combatir a los kurdos, que, con Rusia e Irán, han sido los mayores beneficiarios del conflicto sirio. La inflexión turca se dio con el derribo del cazabombardero ruso en noviembre de 2015 y en la durísima reacción del Kremlin que, como respuesta, daba apoyo a los kurdos, aviso de lo que podría pasar si Rusia decidía armar a ese pueblo.

Siria es la guerra geopolítica por excelencia y todo lo que se haga desde la OTAN o Europa para prolongarla lo único que hará es prolongar la agonía del pueblo sirio. El nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, puede que haya entendido la situación y trabaje en esa línea a partir del 20 de enero próximo, cuando tome posesión del cargo. Independientemente de ese hecho, Rusia, Irán y Damasco harán cuanto puedan para consolidar su triunfo en Alepo y extenderlo a otras zonas en manos rebeldes. La meta, lógica e irrefutable, militar y políticamente, es convertir la guerra siria en irreversible a favor de sus intereses. Rusia e Irán jugaron y ganaron. Hora es de cerrar este capítulo, por una mínima piedad y compasión con el pueblo sirio.

Augusto Zamora R. es autor de Política y geopolítica para rebeldes, irreverentes y escépticos, Foca, 2016.

 

FUENTE: El Mundo

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hola@fundamentar.com (AUGUSTO ZAMORA R.) Opinión Fri, 06 Jan 2017 18:22:04 -0300
Los Fondos Buitre en un Mundo en Transición https://fundamentar.com/economia/item/4319-los-fondos-buitre-en-un-mundo-en-transicion https://fundamentar.com/economia/item/4319-los-fondos-buitre-en-un-mundo-en-transicion Los Fondos Buitre en un Mundo en Transición

El lunes 20 de octubre se celebró en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario la conferencia “Los Fondos Buitre en un Mundo en Transición: Economía y Geopolítica en Debate”. Dicha conferencia estuvo a cargo del politólogo Julio Burdman (UBA-UNLM) y del economista Ernesto Mattos (Instituto Gino Germani-UBA). El objetivo de dicha conferencia fue enmarcar la problemática actual de los fondos buitre no sólo desde su vertiente histórica y económica, sino desde su expresión en el escenario internacional entendido como juego de poderes.

En primer término, y desde un plano general, Mattos señala la existencia de tres características del capitalismo: la presencia de empresas transnacionales, los organismos internacionales y el mercado financiero, todas ellas atravesadas por una estrategia dual y complementaria: la desregulación estatal y la expansión militar. Añade luego que estos tres planos fueron abordados desde la geopolítica para mostrar el poder financiero y económico con que cuentan tanto los mercados como las empresas transnacionales (CitiGroup, JP Morgan, Goldman Sachs) y los organismos de crédito (FMI, Banco Mundial). Mattos incluso retrocede aún más en el tiempo, señalando que estos temas fueron desarrollados desde la economía política, con Adam Smith y David Ricardo, exponentes de la escuela clásica. Mattos asevera que estas tendencias se expresaron en los ´80 con el neoliberalismo, a partir de dos elementos fundamentales del mismo: el individualismo y el libre comercio. El auge del neoliberalismo llevó a la constitución del mercado financiero desregulado, la privatización de las bolsas mundiales y la titularización de la deuda externa.

Del 7% restante que ha quedado fuera del canje de deuda, Mattos remarca que solo un 1% está en litigio con nuestro país, utilizando sus mecanismos de influencia para intentar doblegar la soberanía de una nación que decide como articular sus políticas en materia internacional.

En un plano regional, el economista da cuenta de la profundización del neoliberalismo en América Latina durante la década del ´90, con la privatización de empresas públicas, la extranjerización de la economía y la desregulación del comercio exterior y de la cuenta capital, esquema sostenido por el refinanciamiento y endeudamiento que posibilitó la concreción del llamado “realismo periférico” (concepto acuñado por el politólogo Carlos Escudé) que significó, en los hechos, la subordinación al imperialismo de turno.

Finaliza su análisis señalando que este proceso se revierte a partir de 2003 mediante la constitución de un proyecto de Nación con bajos niveles de endeudamiento, ajuste al mercado financiero con la quita de la deuda del 60% a los acreedores que logró un histórico nivel de aceptación entre éstos: 93%. Del 7% restante que ha quedado fuera del canje de deuda, Mattos remarca que solo un 1% está en litigio con nuestro país, utilizando sus mecanismos de influencia para intentar doblegar la soberanía de una nación que decide como articular sus políticas en materia internacional.

Seguidamente, el Lic. Burdman comenzó abordando la problemática desde el campo de la geopolítica, definiendo a las relaciones internacionales como un campo que es abarcado por ésta, y en donde los estados conjugan sus propias visiones del mundo con su accionar concreto, realizando política territorial. Estas imágenes y visiones, dice Burdman, también forman parte de la geopolítica.

En lo que a la Argentina se refiere, Burdman comienza citando la conceptualización de John Agnew, quien describe los cuatro modelos de soberanía: tradicional, imperial, integracionista y globalista. Teniendo en cuenta esto, Burdman indica que nuestro país ha adoptado una mixtura entre el modelo tradicional -mediante el aumento del control sobre sus propias instituciones y políticas públicas y las salvaguardas hacia su economía, ante la previsión de turbulencias económicas externas-, buscando al mismo tiempo aprovechar las ventajas de un esquema integracionista.

En un nivel más particularizado, Burdman establece una geopolítica del kirchnerismo que divide luego en tres etapas: la primera, que abarca el período 2003-2005, donde no se establecen grandes variaciones en relación al período anterior, y en la cual el énfasis estaba centrado en la resolución de la crisis interna, introduciendo la noción de corresponsabilidad (esto es, el mundo también era responsable de la crisis socioeconómica local). La segunda etapa, comprendida entre el 2005-2008, se caracteriza por una etapa de mayor autonomía, cuyos hitos más relevantes son el rechazo al ALCA en la Cumbre de Mar del Plata, la creación de UNASUR, la regionalización de la cuestión Malvinas y el Plan Estratégico Territorial.

Burdman destaca que la Argentina defendió su soberanía al mismo tiempo que buscó apoyos en las instituciones y foros internacionales como el G-20 o la ONU, y que si bien el gobierno nacional obtuvo victorias políticas, éstas no modificaron el panorama del conflicto

Por último, la tercer etapa (2008 hasta el presente) se caracteriza por el protagonismo y la percepción de Argentina como parte de un nuevo orden mundial emergente en un mundo sumido en las consecuencias de la crisis económica de los países centrales .Esta nueva percepción se traduce el papel de nuestro país en UNASUR, las alianzas con los países del BRICS, la nacionalización de YPF, un mayor activismo por el tema Malvinas, apostando a ocupar un lugar en lo que Burdman define como “nueva ordenanza global”.

Es en esta etapa en la cual se da la aparición de los fondos buitre. Aquí Burdman destaca que la Argentina defendió su soberanía al mismo tiempo que buscó apoyos en las instituciones y foros internacionales como el G-20 o la ONU, y que si bien el gobierno nacional obtuvo victorias políticas, éstas no modificaron el panorama del conflicto, en gran parte por las características intrínsecas de estos fondos especulativos: actores privados sin nacionalidad, con gran capacidad de lobby. Burdman finaliza su exposición remarcando que el caso de los fondos buitres da cuenta de los límites a los que se enfrenta la “nueva gobernanza global”.

El cierre estuvo a cargo del investigador del CEPI, Emilio Ordoñez, quien marcó, en primer lugar, la ausencia de un relato que explique el actual sistema internacional en términos comprensibles, en el sentido de lo ocurrido en la Guerra Fría con la dicotomía capitalismo-comunismo, o la lógica del estado comercialista o el choque de civilizaciones en los ´90 o durante el primer lustro del siglo XXI.Esta ausencia de relato está reemplazada por un enfoque geoeconómico en el cual los recursos naturales y su uso político o influencia están a la orden del día, como ocurre en el conflicto ruso-ucraniano, pero también por su incidencia en los comienzos de la Primavera Arabe. Estos enfoques geoeconómicos y el desplazamiento del eje de poder hacia el Pacífico marcan la división del mundo en líneas de falla que ofrecen una reconceptualización geográfica de los conflictos internacionales a mediano plazo. En este sentido, Ordoñez concluye que los fondos buitre, junto a otros fenómenos como las “ciudades privadas” en Centroamérica, forman parte de una disputa que recién empieza: aquella que enfrenta a los Estados contra los actores transnacionales, muchas veces aliados a las potencias centrales que les dan cobijo y protección política. 

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Economía Tue, 25 Nov 2014 10:35:22 -0300
"Malvinas es Una Cuña de la OTAN y la Cuarta Flota" https://fundamentar.com/articulos/noticias/item/3821-malvinas-es-una-cuna-de-la-otan-y-la-cuarta-flota https://fundamentar.com/articulos/noticias/item/3821-malvinas-es-una-cuna-de-la-otan-y-la-cuarta-flota Aeropuerto de la base militar de Monte Agradable

Entrevista al analista en geopolítica, Carlos Pereyra Mele. El especialista destacó la decisión argentina de hacer del conflicto una cuestión de Estado y de alcance regional.

Hay que tener presentes los objetivos permanentes de la Nación Argentina, que son consolidarse como un espacio propio sin injerencias extranjeras", sostuvo el licenciado en Ciencias Políticas, analista político y especialista en Geopolítica Suramericana Carlos Alberto Pereyra Mele, en dialogó con Tiempo Argentino, en relación con el conflicto soberano por las Islas Malvinas entre la Argentina y Gran Bretaña. "Para eso –consideró– tenemos que seguir estudiando, analizando y haciendo propuestas sobre todos los conflictos en torno al Atlántico Sur, como el del agua y el de la alimentación. Estos son los grandes temas nacionales que puso en el tapete este gobierno."

Para Pereyra Mele, la política desarrollada por los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner es la mejor desde el retorno de la democracia. "Lo mejor que hizo este gobierno fue instalar la causa Malvinas a nivel nacional y de la región", resumió. Crítico con Raúl Alfonsín, aseguró que la desmalvinización de la sociedad fue, en gran parte, llevada a cabo por el alfonsinismo y, en cambio, destacó la importancia de la creación de la Secretaría de Asuntos Relativos a las Islas que conduce Daniel Filmus. "Es una muestra más del camino adoptado por la Argentina, que ha hecho de Malvinas una cuestión de Estado", subrayó.

–¿Cómo se ha tratado el tema Malvinas desde la política en estos 31 años de democracia?

–El tratamiento ha tenido puntos altos y puntos bajos. Hasta hace pocos años, la causa Malvinas no había tenido una política coherente ni seria, ni se la había tomado como una política de Estado. Durante el proceso del alfonsinismo se desmalvinizó al país. No solamente se desmantelaron las Fuerzas Armadas o se las redujo, sino que se desmalvinizó desde el aspecto cultural y político, y Malvinas pasó a ser una especie de tango llorón con el tema de los chicos de la guerra y nada más. "¿Qué le vamos a hacer? Perdimos y alguna vez se verá que se hace", era el argumento. Luego, con el menemato, la situación fue peor, porque se desmanteló el país desde el punto de vista defensivo con la eliminación de la industria y de las FF AA como institución que debía establecer una defensa de nuestros intereses siguiendo directivas del Estado.

–¿Cuál fue la razón?

–Haber entrado al Consenso de Washington, más el tratado de 1990 firmado en Madrid mediante el cual la Argentina, básicamente, reconoce la derrota en Malvinas. Con ese tratado Inglaterra impuso una serie de condiciones al país, entre ellas, que nosotros, con un mes de anticipación, debemos avisarles qué movimientos vamos a hacer en la zona patagónica de nuestro mar. Este y otros condicionamientos nos llevan a concluir que la Argentina, en ese tratado de Madrid, firmado por el canciller de entonces, Domingo Felipe Cavallo, se rinde, baja los brazos, y a partir de ese momento dejamos que el tema Malvinas fuera pateado a 100 años.

–¿Pero el desmantelamiento de las FF AA no puede leerse también como un reflejo político tras  la dictadura?

–Una cosa es la defensa nacional, donde las FF AA son la última razón para la fuerza, pues el Estado debe organizar y prepararse para los conflictos. Por caso, Dante Caputo fue celebre por decir que no tenemos hipótesis de conflicto. Pero, ¿qué es una base militar "enemiga" a 600 km de nuestras costas y que además usurpa un territorio nacional? No equivoquemos el análisis: las FF AA de los ‘70 son el resultado de la Escuela de las Américas, pero ello no invalida tener hoy Fuerzas Armadas que deben ser de rápida respuesta y disuasión. En los ‘90 se disolvieron no por decisión de Carlos Menem sino por imposiciones del tratado de Madrid, el "Versalles argentino", con sus cláusulas lapidarias, donde USA tomo el rol de "garante".

–¿Por qué no se deroga?

–Porque no se pueden tomar medidas arbitrarias o alocadas sin tener la fuerza suficiente para sostenerlas.

–¿Sería contraproducente con el camino diplomático que lleva la Argentina en el reclamo soberano?

–Por supuesto. Porque cuando uno patea un tablero, tiene que tener otro. Si Argentina patea ese tablero, rompe los pocos acuerdos con Inglaterra en diversas actividades como la pesca y la utilización del territorio en disputa. Eso sería, prácticamente, darles el argumento a los británicos de que nosotros somos una nación agresora y que pretendemos llegar a una solución por vías no diplomáticas.

"...el Atlántico Sur, un mar extenso, poco explotado, con costas en África y América del Sur, y cuyo frente Sur-Sur es la Antártida. Es un territorio con mucha disputa desde el punto de vista de quiénes son los dueños de la Antártida. Inglaterra aprovechó estas circunstancias."

–¿Cuándo se revitaliza la política hacia Malvinas?

–Con la llegada del presidente Néstor Kirchner. Él era sureño, y los sureños han vivido la guerra más en vivo y en directo. De otra forma. Este gobierno revirtió la desmalvinización porque empezó a tomar una serie de acciones mediante leyes y beneficios, por ejemplo, a veteranos de guerra.

–¿Cuál fue el acierto del kirchnerismo?

–Imponer en la agenda de la Unasur, la OEA y los distintos foros donde participa la Argentina –además de la profundización en el Mercosur–, que la cuestión Malvinas tiene que estar presente en cuanto acuerdo y documento que se firme, haciendo constar que la Argentina ratifica su decisión de obtener la soberanía del territorio del Atlántico Sur por la vía diplomática. Con esto, hemos logrado que la mayoría de los estados reconozcan que nuestro país tiene derechos. Además, pusimos sobre el tapete en Latinoamérica que Malvinas no es sólo un problema de la Argentina con Inglaterra, sino que nos incumbe en la seguridad y defensa de nuestro continente, porque al ser una base de la OTAN y de la cuarta flota estadounidense, es evidente que cercan al continente por el Atlántico Sur. Gracias a esto, Malvinas ya no es una locura de los argentinos, sino un problema mayúsculo introducido en el Atlántico Sur como una cuña que permanentemente nos lastima, a los argentinos, uruguayos, brasileños, venezolanos, colombianos… a todos.

–¿Cómo evalúa a la Secretaría de Asuntos Relativos a Malvinas?

–Como otra demostración de la importancia que la Argentina le da al tema. Antes de su creación, ya había un departamento de Malvinas, dentro de la Cancillería. Con la creación de esta Secretaría se le ha dado un nuevo empuje a la política de Estado que ha asumido la Argentina, de seguir accionando diplomáticamente en todos los foros y donde sea posible para dejar asentados nuestros derechos. A esto se suma al proyecto Pampa Azul que anunció la presidenta (NdR: un proyecto científico y estratégico que se propone investigar el Atlántico Sur durante los próximos diez años), que constituye otra forma de demostrar que estamos interesados en el territorio y que el reclamo no responde solamente a una pretensión histórica o geográfica. Son todas claras demostraciones de nuestros objetivos, sustentadas en hechos concretos, que tienen peso a la hora de la negociación diplomática.

LAS RAZONES ECONÓMICAS DE INGLATERRA

Para Carlos Pereyra Mele, "hay que aclarar que el Reino Unido es una potencia de segundo orden, con serias dificultades económicas". El dato le sirve para explicar las causas geopolíticas y geoestratégicas tras el interés británico sobre el territorio del Atlántico Sur.

El especialista explicó que "esto enmarca el cuadro geopolítico. Una potencia de segundo orden no es una superpotencia como Estados Unidos, sino que tiene una capacidad limitada de poder para accionar a nivel global. El Reino Unido tiene zonas donde puede actuar y otras en donde le es imposible, porque no puede desarrollar un despliegue logístico y económico para llegar".

–¿Cuáles son los desafíos globales que condicionan al Reino Unido?

–Ha tenido una fuerte impronta económica con su petróleo del Mar del norte, que está en franco retroceso productivo. Además, el Frente Ártico de búsqueda de zonas marítimas del norte está complicado y tiene competidores muy fuertes, como Rusia, que en la zona del Ártico no deja entrar a nadie más porque dice que es zona exclusiva. Entonces, el Reino Unido viró hacia áreas donde le fuera más fácil.

–¿Facilidad que halló en esta región?

–Claro, en el Atlántico Sur, un mar extenso, poco explotado, con costas en África y América del Sur, y cuyo frente Sur-Sur es la Antártida. Es un territorio con mucha disputa desde el punto de vista de quiénes son los dueños de la Antártida. Inglaterra aprovechó estas circunstancias.

 

FUENTE: INFOnews

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hola@fundamentar.com (Luciano Herrero) Malvinas Mon, 23 Jun 2014 08:17:15 -0300
Ecuador Oficializa su Salida del TIAR https://fundamentar.com/internacional/item/3374-ecuador-oficializa-su-salida-del-tiar https://fundamentar.com/internacional/item/3374-ecuador-oficializa-su-salida-del-tiar Rafael Correa, Presidente de Ecuador

El presidente Rafael Correa firmó el Decreto Ejecutivo nº 217, que confirma la salida del Ecuador del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), una vez emitida la aprobación de la Asamblea Nacional para la denuncia de dicho instrumento internacional, de acuerdo al artículo 419 de la Constitución.

El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca fue promovido, en 1947, por los Estados Unidos para defender sus intereses geopolíticos en la región, en el contexto de la Guerra Fría y de la lucha contra el comunismo, señala un comunicado del Ministerio de Exteriores.

Añade que la verdadera naturaleza política del TIAR ha quedado en evidencia a través de algunos de los episodios más oscuros acaecidos en América Latina”.

La decisión soberana de retirarse del TIAR constituye un paso más hacia la construcción de una doctrina continental de seguridad y defensa, adaptada a la realidad del mundo contemporáneo y al servicio de los objetivos de la construcción de un orden mundial más justo y equitativo y del fomento de las relaciones pacíficas entre los Estados.

La nota oficial hace hincapié en que el TIAR y sus cláusulas para ‘proteger’ a la región de amenazas externas –léase comunismo, socialismo o defensa del interés nacional–, guardan una relación directa con hechos nefastos, como las intervenciones militares en Guatemala, en 1954, en Panamá, en 1964, y en República Dominicana, en 1965, así como el aislamiento de Cuba de los foros regionales desde 1962.

En todos los casos citados se apeló al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca.

La Cancillería ecuatoriana también señala que cuando existió una verdadera agresión externa contra un país latinoamericano, como el caso de Argentina en 1982 por parte de Reino Unido, los Estados Unidos obviaron la aplicación del TIAR en defensa de su aliado extra continental.

Argumenta que la decisión soberana de retirarse del TIAR constituye un paso más hacia la construcción de una doctrina continental de seguridad y defensa, adaptada a la realidad del mundo contemporáneo y al servicio de los objetivos de la construcción de un orden mundial más justo y equitativo y del fomento de las relaciones pacíficas entre los Estados.

Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Venezuela anunciaron en el marco de la 42 Asamblea General de la Organización de Estados Americanos, OEA, el pasado 5 de junio de 2012, que procederán a la denuncia formal al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, con fundamento en el artículo 25 del TIAR.

El Decreto Ejecutivo suscrito el martes por Ecuador denuncia en todos sus artículos el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, (TIAR). La Denuncia se hará efectiva, conforme el artículo 25 del Tratado, a los dos años de la fecha en que Ecuador notifique oficialmente la denuncia al Secretario General de la OEA.

La denuncia entra en vigencia a partir del 4 de febrero sin perjuicio de la publicación en el Registro Oficial, encargándose de su ejecución al Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana.

PAÍSES QUE DENUNCIARON EL TIAR

  • 20 de septiembre de 2012, la República de Nicaragua denunció formalmente al Tratado
  • 17 de octubre de 2012, el Estado Plurinacional de Bolivia trasladó al Secretario General de la OEA, la comunicación del Estado boliviano sobre la denuncia al TIAR
  • 14 de mayo de 2013, la República Bolivariana de Venezuela denunció el Tratado
  • 6 de septiembre de 2002, México denunció el Tratado
  • 16 de diciembre de 1991, Perú reiteró la denuncia al Tratado, pese a que en enero de 1990 ya había denunciado al TIAR.

 

FUENTE: Andes

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hola@fundamentar.com (Carolina Martínez) Internacional Thu, 06 Feb 2014 10:48:06 -0300
Los Frentes de India https://fundamentar.com/internacional/item/3128-los-frentes-de-india https://fundamentar.com/internacional/item/3128-los-frentes-de-india Los Frentes de India

Un nuevo mundo se avecina con la emergencia de pujantes potencias económicas que permanecían relegadas en la escena internacional y que hoy ansían un lugar entre los grandes. El deseo de India de ser parte de la futura elite del poder, sin embargo, colisiona con graves fracturas sociales y una región a punto de estallar.

De todos los Estados emergentes, India es, sin lugar a dudas, el que cuestiona de forma más agresiva a la elite política mundial. La diplomacia que lidera en todos los frentes, desde el ámbito militar hasta el ambiental, no busca más que dotarse de un poder en la política internacional que esté a la altura de su economía y su peso demográfico. Pero la tarea es harto difícil ya que sus intereses colisionan con las pretensiones de las grandes potencias de perpetuar el statu quo en la estructura de poder.

Aunque su política hoy se diseñe en clave realista, las batallas que libra dentro de las instituciones internacionales, generalmente de la mano de otros Estados emergentes, derivan en un régimen internacional más justo, pues sus victorias son también usufructuadas por los más débiles. No sucede lo mismo cuando India despliega en su forma más cruda la realpolitik al deslindarse tanto de la legalidad del sistema internacional como de los otros emergentes, como lo hizo al no someterse al Tratado de No Proliferación nuclear.

Su proyección geopolítica hasta ahora ha sido agresiva pero certera: aprovechó la convergencia de un interés compartido con Estados Unidos –la necesidad de generar un contrapeso de China en la región asiática– para instaurarse de facto como potencia nuclear con la connivencia del miembro más importante de la elite mundial y, así, asegurarse además un aliado no sólo para contrarrestar a Pekín sino también a Islamabad.

Su proyección geopolítica hasta ahora ha sido agresiva pero certera: aprovechó la convergencia de un interés compartido con Estados Unidos –la necesidad de generar un contrapeso de China en la región asiática– para instaurarse de facto como potencia nuclear con la connivencia del miembro más importante de la elite mundial y, así, asegurarse además un aliado no sólo para contrarrestar a Pekín sino también a Islamabad.

EN EL CERCO ASIÁTICO 

Epicentro de una región poco integrada y siempre a punto de estallar, India mantiene aún importantes disputas territoriales tanto con China (Aksai Chin) como con Pakistán (Cachemira) y una relación tensa con Bangladesh, frente al que construye desde hace veinticinco años un muro de 3.286 kilómetros, la barrera geopolítica más larga del mundo, destinada a contener a los bangladesíes.

Los intercambios comerciales entre los Estados de Asia del Sur son realmente magros y no ayudan a destrabar los conflictos latentes en la región. Con China, su vecino del Norte, logró en cambio un sustancial incremento del comercio –que pasó de 3.000 a 73.900 millones de dólares en diez años, esto es, un aumento del ¡2.463%!–, que sin embargo no alcanzó para atemperar la candente relación que mantienen en el ámbito geoestratégico y militar.

A la rivalidad histórica, los diferendos territoriales y el temor indio al ascenso chino, se suma la alianza geoestratégica de Pekín con Islamabad, con quien Nueva Delhi tiene desde hace casi setenta años una relación explosiva por Cachemira.

La paridad estratégica que India y Pakistán alcanzaron al dotarse del arma nuclear presagia un futuro lúgubre. Más aun cuando el stock nuclear del último país presentó el más rápido crecimiento del mundo en los últimos años, y la relación bilateral vuelve a atravesar por un mal momento tras las presuntas violaciones de ambos Estados en enero de 2013 de la línea de control que divide Cachemira. La demostración paquistaní de sus avances atómicos, en un período delicado, probando un misil balístico de alcance intermedio con capacidad para cargar una ojiva nuclear unos mil kilómetros, no promueve precisamente una distensión en las relaciones bilaterales.

India, por su parte, se embarcó en los últimos años en una modernización sin precedentes de su aparato militar hasta instalarse como primer importador de armas del mundo. China, a su vez, se erigió como quinto exportador de material bélico del planeta, destinando más del 50% del mismo a su aliado paquistaní. Una carrera por el poder duro que impregna a toda la región, atrae injerencias externas y llena de escollos el camino hacia la paz y la cohesión en Asia.

"LA MAYOR DEMOCRACIA DEL MUNDO"

La desigualdad social es rampante: el índice de pobreza alcanza a más del 30% de la población, la riqueza nacional tiende a concentrarse cada vez más en menos manos –los multimillonarios pasaron a apoderarse del 1,8% al 10% de la misma entre 2003 y 2012–, y prevalece un arraigado sistema de estratificación social: las castas

El vertiginoso y sostenido crecimiento que vive la economía india desde hace tres décadas, de un 6% anual aproximadamente, impulsado principalmente por el sector de servicios, la coloca como una de las futuras grandes potencias del siglo XXI. Pero en las mismas tres décadas también presentó indicadores sociales menos auspiciosos: el Índice de Desarrollo Humano sigue estando, casi como en 1980, en el puesto 136. Otras cifras sociales, lejos de estabilizarse, empeoraron. ¡La malnutrición infantil alcanzó en 2011 el 44%!

La desigualdad social es rampante: el índice de pobreza alcanza a más del 30% de la población, la riqueza nacional tiende a concentrarse cada vez más en menos manos –los multimillonarios pasaron a apoderarse del 1,8% al 10% de la misma entre 2003 y 2012–, y prevalece un arraigado sistema de estratificación social: las castas.

Pero también persisten otras diferencias, como las religiosas. En una sociedad mayoritariamente hindú, con frecuencia se somete a los musulmanes (primera minoría) a una situación inferior a la de las castas más bajas de la sociedad. La violencia se extiende además a las relaciones de género: la mujer muchas veces sufre situaciones humillantes, como el pago de la dote de los padres de la novia a la familia de su futuro marido, que la equipara a una mercancía.

Lo tradicional y lo moderno no colisionan en la sociedad india, simplemente conviven con sus contradicciones. India es la mayor democracia del mundo –en 20 años superaría a China en población y en 40 en personas activas– y la única donde la participación electoral sigue aumentando. Aunque la voz del ciudadano muchas veces no tiene peso real en el espacio público por las fracturas sociales propias de una nación heterogénea.

Una potencia demográfica, económica y militar que hoy se instala como futuro miembro de la elite del poder mundial. Pero como todo emergente, además del frente interno, deberá librar la batalla por el poder primero en el campo regional, para después sumergirse en el fuego internacional. 

 

(*) Licenciada en Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario. Desde agosto de 2006 es redactora de Le Monde diplomatique, edición Cono Sur. Formó parte del equipo de redacción de la revista Psicoanálisis y Cultura y desempeñó actividades de investigación bajo la dirección de Adriana Rossi en Acción Sur.

 

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Rafael Pansa

FUENTE: ElDiplo

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hola@fundamentar.com (CREUSA MUÑOZ (*)) Internacional Thu, 28 Nov 2013 15:36:04 -0300
Síntesis Mundial Septiembre 2013 https://fundamentar.com/publicaciones/revista-sintesis-mundial/item/2967-sintesis-mundial-septiembre-2013 https://fundamentar.com/publicaciones/revista-sintesis-mundial/item/2967-sintesis-mundial-septiembre-2013 Síntesis Mundial Septiembre 2013

Resumen mensual de los acontecimientos internacionales del Centro de Estudios Políticos e Internacionales de la Fundación para la Integración Federal

Resumen mensual de los acontecimientos internacionales del Centro de Estudios Políticos e Internacionales de la Fundación para la Integración Federal

 

 
SUMARIO:
 
EDITORIAL / Por Ana Lucia Mucci (descargar PDF)
 

La Geopolítica como Explicación de la Crisis Siria / Por Pedro Arrospidegaray (descargar PDF)

La Crisis Siria en el Marco del G-20 / Imanol Barrangú (descargar PDF)

La Crisis Siria Presente en la Agenda Latinoamericana / Por Carolina Martínez (descargar PDF)

Crisis Siria: ¿Cómo Repercute en la Región? / Por M. Rocío Novello (descargar PDF)

¿De la Primavera al Invierno Árabe? / Por Noemí S. Rabbia (descargar PDF)

Tensión entre Estados Unidos y Rusia por Siria / Por Priscila Pretzel (descargar PDF

 

Descargar Revista Completa

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hola@fundamentar.com (Dana Valdano) Síntesis Mundial Sun, 20 Oct 2013 23:28:07 -0300