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Martes, 30 Noviembre 2010 13:48

Treinta Días

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kirchner_dedo_bocaA un mes de producida la desaparición de Néstor Kirchner, el escenario político va mostrando con claridad las dificultades de los distintos sectores de la oposición, así como del entramado de los medios monopolizados, para articular no ya un proyecto alternativo al oficialismo sino por lo menos un discurso coherente que sirva para construir una alternativa política real

 

A un mes de producida la desaparición de Néstor Kirchner, el escenario político va mostrando con claridad las dificultades de los distintos sectores de la oposición, así como del entramado de los medios monopolizados, para articular no ya un proyecto alternativo al oficialismo sino por lo menos un discurso coherente que sirva para construir una alternativa política real

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kirchner_dedo_bocaEl último sábado se cumplió exactamente un mes de la muerte de Néstor Kirchner, la cual causó desazón y perplejidad en la Argentina y en el mundo. El homenaje de los últimos días en distintos foros internacionales así lo demuestra.

Una pregunta para responder es: ¿a quién afectó más la muerte del santacruceño, a los propios o a los extraños? Y esa pregunta, hoy, a más de 30 días de aquel hecho sorpresivo, parece sencilla de responder ya que resulta evidente lo sucedido.

El oficialismo con toda su angustia a cuestas, más pronto que tarde, tuvo que salir a trajinar en la disputa de lo cotidiano a partir de contar con una jefa que, a pesar del inmenso dolor, natural de cualquier viuda, ha sabido mostrarse firme en cada una de sus apariciones. De alguna manera, las encuestas de los últimos días han comenzado a hacer visible que algo de esto debe ser real.

¿Y los opositores? Aclaramos que hablamos en plural y no en singular "la oposición" porque no existe UNA oposición sino un entramado bastante heterogéneo y amorfo de personajes y estructuras que han hecho del cuestionamiento K su razón de ser. Y ahora, la respuesta también es obvia. Han perdido el eje articulador sobre el que hacían política: Néstor Kirchner. Lo afirmábamos allá por finales de octubre, cuando argumentábamos que resulta muy difícil pelearse con un muerto, con un líder que, probablemente, comenzará a transformarse en mito.

Y las consecuencias de ello se vieron a lo largo de esta mensualidad que hoy miramos retrospectivamente: primero la mala lectura que hizo (y hace) la conducción del peronismo federal al plantear que todo seguía como era entonces. A partir de ello, la salida de Carlos Reutemann y las dudas públicas de Felipe Solá, agudizaron la crisis de ese rejunte de dirigentes de otro tiempo.

También a las grandes corporaciones mediáticas les ha costado asumir la muerte del ex presidente. Operando en falso y azuzando conflictos institucionales inexistentes, le dieron aire a una burda operación elucubrada por la mente febril de la devota católica Elisa Carrió que, pese a quien le pese, y le guste a quien le guste, en las últimas 3 semanas se transformó en el referente y eje ordenador de la oposición. A partir de ella, en su inmensa mayoría para cuestionarla y en muy menor medida para apoyarla, la chaqueña volvió a ponerse en el centro del ring desde el espacio que más le gusta y le cabe: el atril mediático.

Y finalmente, la semana anterior volvió a vivirse una nueva demostración de la flaqueza de las fuerzas opositoras en el Congreso Nacional al no lograr, el ya casi extinto grupo "A", la sanción de ninguna ley de peso que afectara al gobierno y mucho menos que favoreciera a la población.

Queda la duda del final, ¿cómo harán estos sectores para construir poder en el corto y mediano plazo de cara a las elecciones de 2011?

Sin la presencia del eje ordenador, en un contexto de altísima heterogeneidad partidaria (la representación parlamentaria es un buen ejemplo de ello) y en el territorio del todo vale, es legítimo preguntarnos quien evita los manotazos de ahogado de dejar a la nación sin presupuesto, de votar leyes inconsistentes o de anunciar profecías nunca cumplidas, intentando sembrar dudas, miedo y desazón en una sociedad que parece haber comenzado a transitar un sendero en sentido contrario al de muchos de sus representantes que votó hace apenas, quince meses atrás.

 

(*) Licenciado en Ciencia Política. Analista Político de la Fundación para la Integración Federal

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