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Fundamentar - Artículos https://fundamentar.com Thu, 28 Mar 2024 13:50:42 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Lula vs Bolsonaro: entre la polarización y las expectativas https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6740-lula-vs-bolsonaro-entre-la-polarizacion-y-las-expectativas https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6740-lula-vs-bolsonaro-entre-la-polarizacion-y-las-expectativas Lula vs Bolsonaro: entre la polarización y las expectativas

La victoria obtenida por Luiz Inácio Lula da Silva en el ballotage de las elecciones presidenciales brasileñas, será recordada como un hito en muchos más sentidos que el meramente político. Su centralidad a nivel internacional dio cuenta de las expectativas por el cambio de color político y las consecuencias a nivel interno y externo en un país de relevancia. Pero también sirvió para evocar, tal como un plot twist digno de una buena serie, la llegada al poder de un personaje que hace tan solo dos años estaba preso en una cárcel de Curitiba.

Y, para hacerlo más místico, tras mil y una tribulaciones, gana la elección por poco más de un punto y medio porcentual. No obstante, y aunque hayan pasado más de diez años, el recuerdo de sus éxitos tras dos períodos de gobierno ha jugado un papel fundamental a la hora de explicar este triunfo, por lo que uno de los desafíos inmediatos será moverse en otro tiempo político muy distinto. Sin embargo, la victoria de Lula no se explica solamente por los viejos éxitos de su gestión, sino también por factores que dieron cuerpo a la elección más polarizada de la historia brasileña.

Un primer factor resalta a la vista con solo mirar un mapa con la composición de votos por estados, con un Sur completamente dominado por el bolsonarismo y un Noreste en donde Lula no tuvo competidor. En este escenario, donde las diferencias de voto entre uno y otro candidato se anulan entre sí, entra en juego un segundo factor: las diferencias en estados claves. Así, Minas Gerais, que en estas elecciones fue prácticamente un swing state, volvió a constituirse en el estado testigo de la segunda vuelta, con resultados favorables a Lula —que reflejaron como un calco la diferencia de votos a nivel nacional—.

Por otro lado, el hecho de que la victoria de Bolsonaro en el estado de Sao Paulo fuera por una diferencia menor a la esperada, permitió que los estados con mayor predominio petista le otorgaran la exigua diferencia de dos millones de votos (1.7 puntos) que implicó, a la postre, la victoria de Lula.

Esto último nos lleva al tema de las encuestas. Si los resultados de la primera vuelta fueron los de un acierto a medias, en la medida en que los guarismos fueron mucho más precisos con Lula pero no captaron la capilaridad del bolsonarismo a nivel del electorado, en la segunda vuelta ocurrió exactamente lo mismo. Mientras Lula creció poco más de un punto entre la primera vuelta y la segunda, Bolsonaro creció casi seis puntos, por poco llegando a descontar la diferencia entre ambos a principios de octubre.

Esto debería servir para confirmar algunas nociones a futuro. La primera es que el bolsonarismo está definitivamente arraigado como fuerza en Brasil, y llegó para quedarse. Pareciera que las encuestas no captaron con precisión el nivel del apoyo con el que contaba (y sigue contando) Bolsonaro. Un segundo punto es que los candidatos que quedaron afuera del ballotage no son dueños de sus propios votos.

En una elección donde el electorado estaba fuertemente consolidado a favor de uno u otro candidato, el electorado que optó por terceras opciones (Simone Tebet o Ciro Gomes) decididamente fue a contramano de la bajada de línea de sus dirigentes. Esto no sólo prueba el punto anterior, sino que da cuenta de que el antipetismo es un sentimiento fuerte dentro del voto bolsonarista, que tiene cómo canalizarse electoralmente y que será un punto a considerar en el turbulento contexto social que se le avecina a Lula.

Un tercer punto nos lleva a la relación de fuerzas en el Congreso. La alianza de amplio espectro urdida por Lula ha servido para ganar por la mínima en la segunda vuelta, pero deberá probar su eficacia en un Congreso donde el bolsonarismo duro tendrá un papel relevante como primera fuerza en la cámara baja. Este elemento constituye una variación significativa en el contexto de una correlación de fuerzas similar a la legislatura surgida en las elecciones de 2018.

En este sentido, una incógnita será el papel que cumplirán las mayorías informales (las triple B) que fungieron como apoyos parlamentarios para Bolsonaro. En este punto, las formas políticas propias del presidencialismo de coalición serán fundamentales para sustentar el programa de gobierno llevado adelante por Lula, con el Centrão y el PDMB como actores fundamentales en una trama vital para cualquier proyecto político que se proyecte a futuro.

Más allá de los armados políticos, esta elección, y el tiempo mediato después de ella, estará signada por las narrativas electorales imperantes en la campaña electoral. Así, el binomio democracia vs autoritarismo sostenido por el PT se enfrenta, en una especie de tercer tiempo de largo espectro, con su opuesto entre libertad vs comunismo.

Si bien el primero de ellos se impuso en virtud del resultado electoral, las movilizaciones por parte de militantes bolsonaristas que no aceptan el resultado de las urnas sugieren que la díada sostenida por Bolsonaro continúan vigentes y propone un desafío inédito para el gobierno entrante: cómo enfrentar a los sectores más radicalizados, atravesados por otras narrativas —las de la posverdad— y que a estas horas se manifiestan en los cuarteles buscando la intervención del ejército. En este sentido, y tal como quedó plasmado en Estados Unidos con el asalto al Capitolio, lo que parece haberse roto es el pacto social por el cual los que pierden reconocen el resultado y no cuestionan el sistema electoral.

Siguiendo esta línea argumental, Bolsonaro no ha reconocido ni una ni otra. Su silencio por largas 48 horas y su declaración posterior ante la prensa —que abrió la puerta al proceso de transición—, estuvieron plagadas de mensajes contrapuestos. Mientras validó los cortes de ruta (cuya desobstrucción pidió recién el miércoles a la noche), esperaba apoyos institucionales que no se dieron, como los del sector empresario, el del agronegocio y, sobre todo, el de personalidades afines a su núcleo político, quienes reconocieron —con distintos tonos— la victoria de Lula, haciendo más pronunciado el aislamiento relativo de Bolsonaro tras la derrota.

Esto último hizo pensar en una división entre el bolsonarismo electoral y el institucional, e incluso se especula en una división dentro del propio Partido Liberal entre un sector afín a colaborar con el gobierno entrante y otro refractario a ello. En cierto sentido, Bolsonaro quedó prisionero de sus propios movimientos políticos. Reconocer la victoria de Lula implicaba alienarse de sus votantes, sobre todo de su núcleo duro. Incluso el llamado a desobstruir las rutas fue tomado por su militancia como otra fake news.

Como sea, todo esto no invalida el carácter de Bolsonaro como líder de la oposición futura, y los desafíos orbitarán en el orden de cómo articular tanto con los sectores radicales que apoyan su narrativa, como con el bolsonarismo institucional que acata las reglas del juego político.

Los discursos de Lula da Silva, al certificarse su victoria, orbitaron sobre aquella narrativa vencedora, pero además sirvieron para reinaugurar un tono mesurado y programático opuesto al predominante bajo la administración Bolsonaro. Al desafío social que supone (volver a) sacar a Brasil del mapa del hambre y poner el medioambiente en el centro, se le suma el retorno al mundo y la voluntad de jugar fuerte en espacios como el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y los BRICS.

Si bien es cierto que el armado electoral amplio que le resultó indispensable para ganar la segunda vuelta puede condicionar algunas de sus propuestas de base, no menos cierto es que la propia figura de Lula funge como capital a la hora de reestablecer relaciones con actores de relieve en temas centrales como los mencionados, en un esperado retorno de aquella política activa y altiva que caracterizó su período anterior. La pregunta es si el conflicto interno se superpondrá a su papel como actor internacional global, en un mundo que no es el de 20 años atrás cuando asumió su primera presidencia.

Tal vez el condicionante más importante a superar sean las percepciones del mundo. En una arena internacional agitada por la guerra en Ucrania, la disputa entre Estados Unidos y China y variados conflictos regionales, el margen de maniobra con el que cuenta Lula será mucho menos permisivo y mucho más coactivo en función de las expectativas de los principales poderes respecto a cómo el nuevo gobierno se posicionará en torno a este escenario. De cualquier forma, si a nivel interno regresa la política, en lo externo el Norte mundial espera a Lula. Y no sólo las grandes potencias.

Nuestra región cuenta por primera vez un contexto de coincidencia ideológica por parte de los tres países rectores de la región, a los cuales se suma Chile y Colombia. En un retorno de una marea rosa —claramente distinta a la primera— el potencial de interlocución política es prometedor en un mundo que tiende a regionalizarse y cerrarse sobre sí mismo. De esta forma, a la mayor densidad institucional (reformateo de UNASUR, mayor perfil de CELAC, redefiniciones del papel de MERCOSUR) se le suma el desarrollo en nuevas tecnologías, la interconexión logística regional, el papel central en cuestiones medioambientales y un rol más activo de la industria.

Finalmente, y por fuera de los desafíos y los imperativos políticos que enfrentará el viejo líder, es interesante tratar de interpretar qué expresa realmente el retorno de Lula. Tal vez, parte de la respuesta esté en las diadas a las que nos referíamos anteriormente. Hace 20 años el debate se centraba en la discusión entre Estado y Mercado, y la victoria de Lula en 2002 se daba en el marco de la retirada del neoliberalismo regional. El escenario presente es muy distinto y mucho más desafiante, con una extrema derecha definitivamente enraizada en Brasil, con representantes en varios de sus vecinos.

Quienes abogaron por el fin de la historia ven refrendado su error: las ideologías importan, y esta dimensión es la que sustenta la díada democracia vs autoritarismo, la cual vuelve a tener vigencia luego de 40 años en otro contexto. En este marco, Lula y Bolsonaro prometen ser los protagonistas de una disputa política tensada al máximo, pero eso será materia para los meses que vendrán. Lula ha vuelto, y la región —y el mundo— respiran aliviados.

(*) Gisela Pereyra Doval es Doctora en Relaciones Internacionales (UNR). Investigadora del CONICET y Profesora de Problemática de las Relaciones Internacionales (UNR) Argentina. Sígala en @DovalGisela

(**) Emilio Ordoñez es Investigador, analista internacional en el portal Fundamentar.com y columnista radial en diversas emisoras de Argentina y el extranjero. Sígalo en @eordon73 

FUENTE: El Sol de Cuernavaca

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hola@fundamentar.com ( Gisela Pereyra Doval (*) y Emilio Ordoñez (*)) Opinión Sat, 12 Nov 2022 10:49:44 -0300
Brasil inicia construcción de mayor fábrica de hidrógeno verde del mundo https://fundamentar.com/internacional/item/6709-brasil-inicia-construccion-de-mayor-fabrica-de-hidrogeno-verde-del-mundo https://fundamentar.com/internacional/item/6709-brasil-inicia-construccion-de-mayor-fabrica-de-hidrogeno-verde-del-mundo Imagen tomada con un dron cedida por Unigel del 25 de marzo de 2022 de una planta de la multinacional brasileña Unigel en la localidad de Camaçari, en el estado de Bahía, Brasil. Brasil inició el martes la construcción de la mayor fábrica de hidrógeno verde del mundo, energía limpia destinada a substituir en el futuro a los combustibles fósiles, en un evento simbólico con la colocación de la primera piedra de las obras, en la localidad de Camaçari, en la región metropolitana de Salvador de Bahía.

 Brasil inició ayer martes la construcción de la mayor fábrica de hidrógeno verde del mundo, energía limpia destinada a substituir en el futuro a los combustibles fósiles, en un evento simbólico con la colocación de la primera piedra de las obras, en la localidad de Camaçari, en la región metropolitana de Salvador de Bahía (noreste).

La planta en el mayor polo de desarrollo petroquímico del país sudamericano pertenece a la multinacional brasileña Unigel y significa una inversión inicial de 120 millones de dólares.

Entrará en funcionamiento a finales de 2023 con una producción en primera fase de 10.000 toneladas de hidrógeno verde y 60.000 toneladas de amoníaco verde.

La intención de la empresa es multiplicar por cuatro esas cantidades en una segunda fase del proyecto a iniciarse en 2025.

"Tenemos un desafío, el de crear una nueva economía verde global, trayendo soluciones climáticas y beneficiosas para el mundo", explicó en su mensaje el ministro de Medio Ambiente de Brasil, Joaquim Leite.

Para el ministro brasileño, el país sudamericano tiene "la oportunidad" de ser un suministrador mundial de energía limpia, la cual "saldrá de la primera fábrica a escala industrial del mundo de hidrógeno verde".

El hidrógeno verde se genera mediante energía solar y eólica, al estar considerado como una de las fuentes de energía limpia con más futuro en el mundo, debido a que no contamina.

Se le puede utilizar en su forma gaseosa o puede convertirse también en amoníaco verde, material esencial para siderúrgica, fertilizantes y refino del petróleo, al utilizarse en miles de productos.

A su vez, el presidente de Unigel, Roberto Noronha, dijo que se trata de un proyecto "que nos colocará en el liderazgo de descarbonización de Brasil".

"Hoy hay una emergencia climática en el mundo que (...) busca productos verdes como parte de la descarbonización", agregó.

"Debido al potencial de Brasil en la generación de energía eólica y solar, Unigel considera que el país tiene una gran oportunidad de ser referencia mundial en hidrógeno verde, solución que trae versatilidad al transformar energía renovable en materias primas y combustibles carbono cero", añadió Noronha.

La expectativa es que el hidrógeno verde pueda ser utilizado de manera inicial como combustible en barcos y luego en vehículos terrestres, así como aviones, lo que reducirá en forma considerable la emisión a la atmósfera de gases contaminantes.

El hidrógeno verde y el amoníaco verde podrán ser exportados a través del puerto de Aratu, en el que Unigel tiene una terminal.

La nueva planta utilizará tecnología de la compañía alemana Thyssenkrupp Nucera, que instalará tres electrolizadores patrón de 20 MW con una capacidad total de 60 MW en la primera fase, electrolizadores que son los que separan el hidrógeno en la molécula de agua.

La multinacional Unigel es una de las mayores empresas químicas de América Latina, líder en segmentos como fertilizantes y amoníaco.

La empresa cuenta con 27 fábricas en 11 complejos tanto en Brasil como en México con 2.000 empleados y prevé que la nueva planta genere 500 empleos directos e indirectos. 

 

FUENTE: XINHUA

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Dana Vazquez

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Internacional Wed, 27 Jul 2022 16:55:03 -0300
Justicia brasileña prorroga indagación contra Jair Bolsonaro https://fundamentar.com/internacional/item/6651-justicia-brasilena-prorroga-indagacion-contra-jair-bolsonaro https://fundamentar.com/internacional/item/6651-justicia-brasilena-prorroga-indagacion-contra-jair-bolsonaro Justicia brasileña prorroga indagación contra Jair Bolsonaro

Durante varios meses, la Comisión Parlamentaria investigó la gestión del Gobierno con la pandemia del coronavirus.

El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil comunicó este martes que se extienden por 60 días más la investigación contra el presidente Jair Bolsonaro, por posibles noticias falsas con relación a la administración de vacunas contra la Covid-19 difundidas por el mandatario durante el contexto epidemiológico.

De acuerdo con el Poder Judicial, el juez del Tribunal Supremo de Brasil Alexandre de Moraes decidió prorrogar la causa abierta por la Comisión Parlamentaria sobre la crisis del coronavirus ante la necesidad de proseguir las investigaciones, en los términos solicitados por la Policía Federal y la Ley interna del Tribunal Supremo.

Vale recordar que el jefe de Estado brasileño cometió decenas de trasgresiones, entre ellas las noticias falsas divulgadas que relacionaban el uso de las dosis anticovid con la probabilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual como VIH/SIDA.

“Es una acción consciente y confesada, hay más de 200 videos adjuntos a los expedientes en los que el presidente de la República, de forma metódica, ensayada, preparada, organizada, utilizando las herramientas del Estado, hizo que los brasileños se protegieran menos”, señaló el senador Alessandro Vieira.

En este sentido, la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), asumió la investigación de caso contra el mandatario, indagando durante un período de seis meses sobre el desempeño del gobierno federal en la crisis sanitaria.

Así pues, la junta de 11 senadores verificó graves anomalías que la indujeron a enunciar nueve imputaciones contra el presidente Jair Bolsonaro, entre ellas, crimen contra la humanidad, violar las medidas de prevención sanitaria, genocidio contra los pueblos indígenas y remedios fraudulentos contra la enfermedad.

 

FUENTE: teleSUR

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Dana Vazquez

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Internacional Wed, 15 Jun 2022 10:39:39 -0300
Lula podría ganarle a Bolsonaro en primera vuelta https://fundamentar.com/internacional/item/6616-lula-podria-ganarle-a-bolsonaro-en-primera-vuelta https://fundamentar.com/internacional/item/6616-lula-podria-ganarle-a-bolsonaro-en-primera-vuelta  En la suma de los votos válidos, o sea, sin contar los blancos y los anulados, Lula vencería por 51% en la primera vuelta

El sondeo de la consultora Quaest muestra que el líder opositor tiene una intención de voto del 46%, contra el 29% del actual presidente. Además, explica que el favoritismo por el ex mandatario está basado en la relevancia de la economía real.

El líder opositor y expresidente Luiz Inácio Lula da Silva podría vencer en primera vuelta al mandatario Jair Bolsonaro en las elecciones del 2 de octubre en Brasil, al obtener más del 50% de los votos válidos, según reveló este miércoles una encuesta.

El sondeo de la consultora Quaest para el Banco Genial apunta que Lula tiene una intención de voto del 46%, contra el 29% del presidente Bolsonaro.

En la suma de los votos válidos, o sea, sin contar los blancos y los anulados, Lula vencería por 51% en la primera vuelta, lo que permitiría ganar sin necesidad de un balotaje.

La encuesta, la primera en el año que da como ganador a Lula en primera vuelta, contrasta con otra telefónica divulgada el martes, del instituto MDA, que mostró un avance de tres puntos en un mes de Bolsonaro, que se habría quedado con los votos de los que se inclinaban por por el exjuez Sérgio Moro, que desistió de su candidatura a la presidencia.

En la suma de los votos válidos Lula vencería por 51% en la primera vuelta, lo que permitiría ganar sin necesidad de un balotaje.

El sondeo de Quaest, ampliamente publicado por los medios por tratarse de una encuesta presencial, es decir, considerada con mayor nivel de acierto, otorgó un tercer lugar, con 7%, a Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista (PDT).

Después figuran Joao Doria, del Partido de la Social Democracia Brasileña, y André Janones, de Avante, con 3%, mientras que Simone Tebet y Felipe D'Avila, del Partido Novo, alcanzarían el 1%.

El director de Quaest, Felipe Nunes, explicó que el favoritismo de Lula está basado en la relevancia de la economía real.

"El 50% dice que la economía es el principal problema de país", dijo. De esta cifra, el 18% dice que la inflación es el principal problema del país, contra el 6% que respondía eso en septiembre de 2021.

El 59% de la población, según la encuesta, respondió que sigue teniendo problemas para pagar sus obligaciones mensuales.

Además, el 61% opinó que el actual mandatario, de ultraderecha, no merece ser reelegido por su experiencia en el primer gobierno.

La estabilidad en el voto de Lula entre abril y mayo de 2022 está explicada por dos movimientos, uno positivo y otro negativo para su campaña.

Lula ganó 3 puntos entre las mujeres, mientras que perdió 4 puntos entre los evangelistas luego de haber dicho que estaba a favor de garantizar el derecho al aborto en la política de salud pública.

La estabilidad en el voto de Lula entre abril y mayo de 2022 está explicada por dos movimientos, uno positivo y otro negativo para su campaña: ganó 3 puntos entre las mujeres, mientras que perdió 4 puntos entre los evangelistas.

De todas formas, según la encuesta, 47% de los evangelistas no saben la opinión de Lula sobre el aborto, un punto que comenzó a ser explorado por la campaña de Bolsonaro.

La pelea de Bolsonaro con el Supremo Tribunal Federal no le ha rendido sus frutos. El 54% reprobó el indulto que Bolsonaro le dio al diputado Daniel Silveira, de ultraderecha, condenado a 8 años de prisión por haber atentado contra la Constitución.

También otra bandera institucional de Bolsonaro -calificada de golpista por sus críticos- es la que pone en duda las urnas electrónicas con las cuales fue elegido en 2018.

La franja de brasileños que desconfía de las urnas electrónicas cayó de 29% a 22% desde septiembre pasado, según el sondeo.

A favor de Bolsonaro, la encuesta arrojó que por tercer mes consecutivo cae la imagen negativa de su gobierno, que en febrero era de 51% y ahora está en 46%.

 

FUENTE: télam

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Dana Vazquez

 

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Internacional Wed, 11 May 2022 14:50:02 -0300
Hacia ambos lados del Río Bravo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6411-hacia-ambos-lados-del-rio-bravo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6411-hacia-ambos-lados-del-rio-bravo Hacia ambos lados del Río Bravo

Nos vamos a América del Norte. Estados Unidos vuelve a sacudirse por un caso de violencia racial mientras Trump dirige la orquesta de la Convención Republicana. Andrés Manuel López Obrador se apoya en la lucha contra la corrupción para ganar terreno perdido por la pandemia. La incontinencia verbal de Bolsonaro y otro argentino que logra cosas inesperadas.


Sobre racismo y convenciones

Algunos le dicen destino. Otros dirán que fue una señal. Habrá quienes piensen que todo fue de casualidad.

El Partido Republicano se aprestaba el lunes a iniciar su Convención Nacional, el ritual previo a cada elección donde los partidos eligen formalmente a sus candidatos y se debaten las líneas de acción de la campaña. Lo hacía 4 días después de la finalización de la Convención Demócrata que había mostrado al país el cierre de filas detrás de Joseph Biden, a diferencia de 2016 donde Hillary Clinton había encontrado una potente resistencia a su candidatura.

Mientras tanto, un video grababa a un policía blanco tirándole 7 tiros por la espalda a Jacob Blake, un afroestadounidense de 29 años que estaba subiendo a su auto donde lo esperaban sus tres hijos. Sucedió en Kenosha, una ciudad de 100.000 habitantes que queda en el Estado de Wisconsin, el mismo donde el partido de Abraham Lincoln fue fundado hace 166 años. Una ciudad que vivió las protestas más grandes de su historia a raíz de otro caso de brutalidad policial contra un negro.

https://www.youtube.com/watch?v=5WZeT9vr2-g

La semana estuvo marcada por estos dos hechos que se desarrollaban prácticamente en paralelo. Por un lado, la Convención celebrada de manera virtual giró en torno a Donald Trump, quien se hizo con el control del Partido a expensas de los republicanos más moderados. Los ejes discursivos fueron la posibilidad de fraude del voto por correo, la fortaleza económica del país (hasta la llegada del coronavirus, claro), y la agenda socialista que pondrá en marcha el Partido Demócrata si llega al poder. Acá les tiro un spoiler: no habrá agenda socialista de ningún tipo.

La Convención tuvo rasgos inéditos, como la participación del Secretario de Estado (que nunca participa de estos eventos proselitistas debido a su rol), la utilización de la Casa Blanca, y el culto a un apellido. Sino observen la lista de oradores.

El jueves, Donald cerró la Convención en los jardines de la Casa Blanca. Dejó algunas definiciones y se dispusieron a disfrutar del espectáculo de fuegos artificiales​.

https://www.youtube.com/watch?v=X1J5Du8FmzY

Al otro día, en la mismísima capital estadounidense, el movimiento Black Lives Matter organizaba una manifestación multitudinaria. Esta fue la última de las secuelas que dejó el ataque policial a Jacob Blake. Durante la semana, la Guardia Nacional fue desplegada en Wisconsin para contener las protestas por el hecho. Protestas que tuvieron su capítulo dramático el miércoles cuando Kyle Rittenhouse, un jóven de 17 años, mostró cabalmente lo que produce la sociedad norteamericana, matando a dos personas que participaban de las protestas con su rifle de asalto, algo que nosotros sólo podemos llegar a ver en el Counter Strike.

Los jugadores de la NBA también participaron de toda esta trama. Los Bucks, el equipo de la ciudad de Milwaukee, cercana a Kenosha, se negaron a jugar en reclamo a la violencia racial y rápidamente fueron secundados por el resto de los equipos, incluido los Lakers de LeBron James, que se convierte de a poco en una voz que encabeza las reivindicaciones raciales en el plano del deporte estadounidense. A raíz de esto, Trump acusó a la NBA de haberse convertido en una “organización política”.

Algunas reflexiones fugaces. Trump y la Convención Republicana apostaron por la polarización extrema y la asociación de los demócratas con una supuesta agenda socialista que daría lugar a un orden anárquico contrario a los valores nacionales. Correr del debate a la pandemia y sus derivaciones económicas para crear una expectativa de crecimiento cuando todo pase. Esa es la estrategia del Partido Republicano que, de ganar Trump, quedará completamente bajo su control.

Del otro lado, las secuelas del coronavirus y la injusticia racial vuelven a ser tomadas por el Partido Demócrata como puntos de debate en un contexto social que da para eso. 3 meses después del asesinato de George Floyd, vuelven a verse imagenes de un policía blanco descargando su arma y su supremacía arbitraria contra un ciudadano negro.

Como siempre, me interesa más dejarles cosas para leer que escribirles ideas mías. El rol que cumple el Vicepresidente Mike Pence para el vínculo de la Administración con el conservadurismo cristiano me resultó interesante para comprender cuáles son las bases que acompañan el discurso de Trump.

Este video de campaña que subió el Presidente a su cuenta de Twitter muestra la retórica de la campaña para la reelección.

https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1299165375830073344

Por lo pronto, el 29 de septiembre será el primer debate televisado.

AMLO y la corrupción

Andrés Manuel construye la fortaleza de su gobierno en base a su lucha contra dos enemigos que, según sus propias palabras, nunca habían sido enfrentados por un Presidente mexicano: la corrupción y el neoliberalismo.

Las complicaciones de la pandemia en un país que tiene muchísimas particularidades que lo hacen único, obligaron a López Obrador a buscar iniciativa política para enfrentar la segunda mitad de su mandato y a meses de las elecciones intermedias del año que viene.

El ex director de la petrolera estatal Pemex, Emilio Lozoya, está detenido luego de haber sido extraditado de España a México. Es objeto de una investigación por presuntos delitos de corrupción, lavado de dinero y crimen organizado. Su cargo al frente de Pemex fue en el gobierno de Enrique Peña Nieto, que gobernó México de 2012 a 2018. 

Lozoya prendió el ventilador y no solo implicó a Peña Nieto en esquemas delictivos, sino también a otros dos ex presidentes: Felipe Calderón y Carlos Salinas de Gortari. A partir de allí, y vinculando los problemas económicos y el narcotráfico a estos problemas de corrupción endémicos de la “era neoliberal”, AMLO arremetió con la propuesta de realizar una consulta popular para el enjuiciamiento de ex presidentes. A los 3 ex mandatarios nombrados, se les sumarían Ernesto Zedillo y Vicente Fox.

Esta estrategia fue complementada con otro viejo proyecto ideado por el Presidente mexicano: la eliminación de los fueros presidenciales. Esta medida requiere la aprobación de una Ley en el Congreso que modifique dos artículos de la Constitución. AMLO ya intentó esta jugada en 2018 pero la Cámara de Diputados no aceptó el proyecto de Ley modificado que le había enviado el Senado. Con este segundo intento, el mandatario busca cumplir con una de sus principales promesas de campaña y en sus palabras, decirle “Nunca más” a un “narcoestado”.

El caiga quien caiga fue tomado en serio. Mientras Andrés Manuel promueve investigar a sus predecesores, sus rivales también se mueven. Salió a la luz un video en el cual el hermano del presidente, Pío López Obrador, recibe dinero de un ex funcionario nacional de Protección Civil. Según la versión oficial, es un vuelto que le intentan endilgar al Presidente por sus últimas jugadas. Pero él ha respondido que su hermano “debe dar la cara” y que la Fiscalía debe investigar a fondo. Incluso se ofreció a declarar si fuese necesario.

https://www.youtube.com/watch?time_continue=26&v=WrtE4oUJDhg&feature=emb_title

Que un gobierno autodenominado progresista utilice el eje de la corrupción para ganar capital político es algo nuevo en América Latina. Siempre es una estrategia utilizada por las administraciones conservadoras, que suelen tener pocos logros sociales y económicos para mostrar.

La idea de formar un gobierno popular y moralmente superior al de sus predecesores es un viejo anhelo de AMLO, que llegó hace 2 años a la Presidencia de México, un país en el cual gran parte de su población vive bajo las reglas de cárteles delictivos y gubernamentales, y no bajo el imperio de la ley.


Ping Pong

- Capriles se desmarca de Guaidó y sugiere participar en las Legislativas venezolanas-->VER 

- Arrancó la campaña por el referéndum constitucional en Chile-->VER 

- Shinzo Abe, el Primer Ministro japonés que más duró en el cargo, renuncia por problemas de salud-->VER 

- Destituyen a Wilson Witzel, el Gobernador de Rio de Janeiro-->VER 

- 30 muertos en 11 días. Las masacres en Colombia no dan tregua-->VER 


Bonus Track

A todos nos pasó alguna vez de decir “¿por qué no habré cerrado la boca?” cuando decimos algo de más. Hay una persona que tiene incontinencia verbal y no parece hacerse mucho problema por eso: Jair Bolsonaro. Juan Elman rescató esta semana un video donde Al Gore, dirigente histórico del Partido Demócrata de EE.UU., dialoga con Bolsonaro en el foro de Davos sobre los incendios en la Amazonia. Prefiero que lo vean ustedes mismos. No lo encontré con subtítulos en español pero si entendés algo de portugués o de inglés, vas a poder entenderlo.

https://www.youtube.com/watch?v=w5W0EzwEaDk

Ahora, y gracias a su recuperación tras padecer la enfermedad omnipresente, dijo que los periodistas tienen más posibilidades de morir ya que él, atleta del Ejército, se curó lo más bien. Pero usó una expresión bastante particular -->VER

Por último, Irán aceptó luego de varios años que la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) visite sus instalaciones en Teherán para controlar que no haya proyectos nucleares prohibidos en curso. Hay dos lugares que la OIEA solicitó auditar para observar el cumplimiento de los compromisos que la República Islámica tomó en términos de uso de energía nuclear. El que logró este difícil visto bueno fue el nuevo director general del organismo, Rafael Grossi.

Podemos anotar a otro argentino que hace milagros.

Nos leemos la semana que viene.

(*) Analista internacional de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Santiago Toffoli (*)) Opinión Sun, 30 Aug 2020 12:39:19 -0300
La posverdad de las nuevas derechas https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6375-la-posverdad-de-las-nuevas-derechas https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6375-la-posverdad-de-las-nuevas-derechas La posverdad de las nuevas derechas

El fin de los gobiernos de corte progresista que desde comienzos del siglo XXI predominaron en la región, trajo como consecuencia el establecimiento de las “nuevas derechas” como sectores ideológicos que, reciclados, tuvieron que construir una agenda propia y una manera de hacer política que les granjeara la legitimidad electoral para alzarse con el poder.

Con una agenda “republicana” se dio crítica al intervencionismo estatal del período anterior por considerarlo de características autoritarias. Así comenzamos a escuchar que el managment empresarial tenía las herramientas necesarias para una eficiente gestión de los asuntos públicos, que de la pobreza se podía salir en la medida en que el esfuerzo individual fuera suficiente como para convertir a un pobre en mentor de su propio destino, ya que no debía haber obstáculo al mérito más allá de las propias limitaciones de la voluntad. También comenzamos a escuchar ciertas verdades pocos comprobables, pero que, al compás de la difusión de los medios de comunicación funcionales a estos intereses, se reproducían sin importar si verdaderamente representaban la realidad. Muchas de estas afirmaciones se estiraron tanto que terminaron por convertirse en cargos y acusaciones contra dirigentes políticos, dando paso a la judicialización de la política o “Lawfare”, para quienes gustan de los términos anglosajones.

Posverdad: la Real Academia Española de la que no me considero devota, define al término como una “distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales” ¡Y qué fácil es manipular en tiempos de fake news! Bueno, en realidad es fácil en la medida en la que se disponga de medios de comunicación poderosos que colaboren para que a la velocidad de la luz puedas hacerles creer a los ciudadanos lo que quieras. Si no, preguntémosle a alguno de los autoconvocados caceroleros argentinos el motivo de su indignación. O mejor, preguntémosle ¿Dónde leíste eso?

Siendo gobierno u oposición, la derecha reciclada no tiene reparos en contradecir hasta la más establecida evidencia empírica. Entonces, la encontramos adscripta al negacionismo tanto sea del cambio climático como de las consecuencias del Coronavirus. Basta con ver las declaraciones de Jair Bolsonaro, a quien la red social Instagram le bloqueó recientemente una publicación por difundir información falsa al afirmar que las muertes por enfermedades respiratorias en el estado de Ceará habían disminuído, cuando en realidad aumentaron en un 33%  en el contexto de la pandemia.

A fines de marzo, la red social del pajarito también había censurado mensajes del presidente por cuestionar las medidas de aislamiento social. Al día de hoy, Brasil lleva casi 14 mil fallecidos mientras el primer mandatario desacredita de manera constante las recomendaciones de especialistas y estrena Ministro de Salud, desde que el anterior dio un paso al costado por sus constantes diferencias con el mismo Bolsonaro.

“La libertad importa más que la vida”, redobla el presidente de nuestro vecino país. Curiosamente, la oposición argentina sigue una línea similar al cuestionar las medidas de la administración de la cuarentena, que ya llegó a su fase 4, pero que ya era criticada en sus fases anteriores.

El problema con estos discursos que parecen faltar al sentido común, es que además de ser dados, son aceptados. Es decir, se distribuyen porque hay quienes los consumen, quienes los adoptan y los hacen propios para luego reproducirlos, y, una vez que se vuelven “trending topic”, ¿a quién le importa a qué intereses se favorece con su reproducción? 

Sin embargo, la posverdad ya era famosa antes de que podamos tener nuestros casos autóctonos. El concepto se difundió con la expansión de los partidos antisistema en Europa y con la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2016 en EE.UU, de manera que un poco antes de nosotros, otros ya pasaron por el fenómeno de las mentiras con nombre académico.

Y a decir verdad, tal como sucedió con el desarrollo de la pandemia, podemos afirmar “con el diario del lunes” que de este lado del continente podemos estar mejor preparados. Aún así, no debemos perder la capacidad de asombro, pues el ejercicio de la posverdad como herramienta política puede tomar las formas más variadas, si de favorecer intereses hegemónicos se trata. 

(*) Analista de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Lourdes Ábrigo (*)) Opinión Thu, 14 May 2020 22:41:39 -0300
¡Todos a los botes! https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6368-todos-a-los-botes https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6368-todos-a-los-botes ¡Todos a los botes!

¡Buen viernes! Este resumen ya cumplió un mes de vida. Espero que, después de este embrollo, este humilde apunte internacional semanal sea directamente asociado a los viernes y a la felicidad de comenzar el fin de semana. Pero por lo pronto, los viernes se parecen mucho a los demás días.

Mientras gran parte del mundo empieza a buscar la manera de desconfinarse, una operación armada en las costas de Venezuela descarta cualquier pensamiento optimista sobre el relajamiento de la tensión en aquella zona de nuestro continente, aunque la lucha contra un enemigo común haya generado expectativas contrarias. Estados Unidos hace un giro en su estrategia por la narrativa versus China. Brasil comienza a perfilarse como el epicentro de la pandemia.

Operación Gedeón

El domingo a la tarde apareció Néstor Reverol en la televisión para realizar un anuncio. Reverol es el Ministro del Interior, Justicia y Paz de la República Bolivariana de Venezuela. Dijo que las fuerzas de seguridad neutralizaron, en la zona de La Guaira, un ‘intento de incursión marítima armada terrorista proveniente de Colombia’. Como cada cosa que suele denunciar el Gobierno de Venezuela, no fue tomada muy en serio por la comunidad internacional y la prensa.

El martes, el Gobierno anunció la captura de otro contingente, más numeroso, interceptado en el Estado Aragua. Hubo dos señales que nos dieron la pauta de que la cosa se estaba poniendo más espesa. La primera es que salió el propio Nicolás Maduro a anunciar la captura de este segundo contingente, y no un Ministro. La segunda es que, muestra de pasaportes mediante, había dos norteamericanos entre los detenidos. Su documentación fue exhibida por el propio Presidente venezolano.

Con el pasar de las horas comenzó a conocerse qué había pasado. En el marco de una incursión armada llamada “Operación Gedeón”, desertores venezolanos, paramilitares colombianos y mercenarios norteamericanos zarparon en lanchas desde la Guajira colombiana hacia Venezuela. El objetivo, según los propios detenidos, era asesinar a altos mandos del gobierno, llevar a Maduro al Aeropuerto de Maiquetía en Caracas, y de ahí a los Estados Unidos.

Muchos acusaron al gobierno de Maduro de realizar una clásica maniobra de denuncia antiimperialista para correr el foco de la realidad que vive su país. Pero ni bien Maduro terminó de acusar a Trump y a Duque de la autoría de esta Operación, tanto las autoridades colombianas como estadounidenses rechazaron las acusaciones y dijeron no estar al tanto. 

En ese mismo momento se confirmaba la veracidad de la operación: si Colombia y Estados Unidos se despegaron de ella, fue porque efectivamente existió. 

Los norteamericanos detenidos dijeron trabajar para una empresa de seguridad, Silvercorp USA, dirigida por un tal Jordan Goudreau, ex veterano militar. Esta empresa habría enviado soldados a Colombia a entrenar un contingente para realizar la operación, que fue desbaratada por las fuerzas gubernamentales de Venezuela.

Los propios cautivos estadounidenses dijeron que Silvercorp fue contratada por la oposición venezolana que responde a Juan Guaidó, y que ellos fueron por la retribución económica: recordemos que el gobierno estadounidense ofreció U$S 15 millones de recompensa por la captura de Maduro y varios altos mandos chavistas.

El video donde Luke Denman, uno de los norteamericanos detenidos en Venezuela, cuenta los detalles de la operación, está en esta nota (VER). 

Algunas cuestiones para prestarle atención: el Secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, dijo que si hay dos norteamericanos detenidos, harán “todo lo posible” por repatriarlos. Ese ‘todo lo posible’ contempla muchas posibilidades. Por otra parte, tanto Trump como Duque rechazaron las acusaciones de Maduro. Mientras tanto, en Venezuela la pandemia agrava la crisis económica, en Estados Unidos hay más de 75.000 muertos por COVID-19, y en Colombia un nuevo escándalo de espionaje del Ejército le suma una crisis política a la compleja realidad económica, social y sanitaria de la pandemia.

Volver a salir

De a poco, los países de Europa van levantando restricciones a la circulación, atentos a que no haya un repunte de los contagios. En Italia, los comercios comenzaron a abrir paulatinamente y en España se hará un levantamiento progresivo por fases. Actualmente, las salidas son por horario y por edad.

¿Nos tendremos que preparar para otra realidad al salir a la calle? Miren los carteles que hay en Aalborg, Dinamarca, donde ahora también hay mano y contramano para los peatones.

El tranvía de Niza, en Francia, tiene demarcados los espacios donde los pasajeros deben ubicarse. ¿Aquí se hará de una forma similar?

Por otra parte, Estados Unidos cambió la estrategia de las acusaciones contra China. Antes sostenían que el virus podría haber sido creado intencionalmente. Ahora dicen que la baja seguridad del Laboratorio de Wuhan fue el causante de la liberación del virus. Ante las acusaciones de Pompeo y Trump, China no se quedó en el molde. Jamás lo hace. El gobierno chino le contestó a Trump muy gráficamente a través de este video animado llamado “Once upon a virus” (Había una vez un virus). Mírenlo, no tiene desperdicio

https://www.youtube.com/watch?v=Q5BZ09iNdvo

Tristeza não tem fim

8.500 fallecidos, 125.000 contagiados y serias sospechas de subnotificación de muertes y enfermos son los números que hoy muestran el drama que vive Brasil. Manaos, San Pablo y Rio de Janeiro son las ciudades más comprometidas, donde las camas están ocupadas en más de un 90%. Solo en Brasil hay más enfermeros fallecidos que en España e Italia juntas.

La situación límite importa y mucho al resto del continente: casi todos los países sudamericanos comparten frontera con Brasil. Mas grave y complicado se vuelve todo cuando escuchamos a Bolsonaro decir que “más importante que la vida es nuestra propia libertad”.

El Presidente brasileño continuó esta semana realizando sus movimientos para poner gente de su riñón en la Policía Federal, cuestión causante de la ruptura con Sergio Moro. Al mismo tiempo, el domingo pasado estuvo en otra manifestación anti cuarentena, anti Congreso, anti Justicia (bueno, una marcha anti todo), donde se vio una imagen que retrata muy bien a un mandatario que gano las elecciones con el eslogan “Brasil por encima de todos”

Quizás el “todos” excluía a Estados Unidos e Israel. Qué jodidos que somos también, eh. No hay que interpretar todo con tanta literalidad.

Si bien Bolsonaro por ahora (y solo por ahora) salió ileso de la pelea con Moro, los militares no pierden oportunidad de marcarle la cancha. El Ministro de Defensa, el General Azevedo, dijo que las FF.AA. están comprometidas con la democracia en Brasil, y no busca cerrar ninguna institución como pide el núcleo duro bolsonarista.

Bonus track

Supongo que estás como yo, esperando que la curva siga planchada y poder al menos moverse entre casas a reencontrarte con alguien. Antes de eso, te sugiero que leas esta nota, donde varios economistas de renombre mundial apoyan la reestructuración de la deuda argentina. Hoy viernes es un día clave, porque vence el plazo que hizo el Ministro Guzmán. Está en inglés, pero hay una opción para leerla en español (VER). 

Antes de que la oposición argentina se anote un punto por haber impuesto a la cuestión carcelaria en la agenda a base de fake news, quería remarcar que este problema es común a muchísimos países, y sobre todo aquí en América Latina, donde la desigualdad es la marca diferencial del continente. En este video de 5 minutos, se repasa cual es la situación de las cárceles latinoamericanas. 

https://www.youtube.com/watch?v=8gJlKS0iAvw&feature=youtu.be

Otro de los temas que venimos charlando es la crisis del multilateralismo. La BBC le hizo una entrevista al portugués Antonio Guterres, Secretario General de la ONU. Su pesimismo simboliza bastante lo que sucede con este tipo de instituciones. 

https://www.youtube.com/watch?v=al_3B5t7p88

Y ya que ayer se convocó a una marcha por redes sociales en contra del comunismo en la Argentina (?), les dejo dos fotos donde el comunismo efectivamente existe. 

La primera es la Plaza de la Revolución en Cuba, lugar icónico de La Habana donde miles de personas dicen presente cada 1 de mayo, conmemorando el Día del Trabajador. Este año, estuvo así de vacía 

La otra es de Kim Jong Un, el líder de Corea del Norte, del cual se dijeron muchas cosas debido a una larga ausencia pública de 21 días. Se especuló con que había fallecido después de una operación.

Bueno, no estaba muerto. Estaba de parranda.

Hasta el viernes que viene.

(*) Analista de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Santiago Toffoli (*)) Opinión Fri, 08 May 2020 23:34:08 -0300
¡Rimpisti il Mircisir! https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6362-rimpisti-il-mircisir https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6362-rimpisti-il-mircisir ¡Rimpisti il Mircisir!

¡Buen día! Primero, feliz día para todas las personas que trabajan. Recuerden siempre que nosotros somos los que creamos la riqueza. Muchas veces me dan ganas de comentar cosas que están pasando por fuera de América Latina, pero esta semana no es el caso. Brasil se lleva (otra vez) todos los flashes, e intentaremos ver que pasó con el Mercosur. Así tenés argumentos para discutirle a ese tío que lee Infobae y te quiere correr con que Argentina rompió el bloque. Igualmente, al final hay algunas cosas por fuera del barrio. Vamos.

Divórcio brasileiro

Las cifras oficiales, las difundidas por los gobiernos, dicen que Brasil tiene más contagios y muertes por COVID-19 que China. “Yo soy Messias, pero no hago milagros”, dijo el Presidente, aludiendo a su segundo nombre cuando le preguntaron por los muertos. Pero esta semana fue el escenario de una crisis política importante generada por la explosiva salida de Sergio Moro del gabinete de Jair Bolsonaro.

Comencemos por los hechos. El viernes, el ahora ex Ministro de Justicia y Seguridad Pública de Brasil, Sergio Moro, daba una conferencia de prensa donde comunicaba su renuncia. La razón esgrimida por Moro hizo referencia a que el Presidente buscaba tener injerencia en facultades del Ministerio. En términos concretos, que había perdido autonomía para trabajar, ya que Bolsonaro quiso reemplazar al jefe de la Policía Federal (PF), que depende institucionalmente del Ministerio.

En Brasil, la PF investiga causas federales. Algunas de estas tienen como protagonistas al clan Bolsonaro. En concreto, se investigaba la participación de Carlos y Eduardo, dos de los hijos de Jair, como jefes de un troll center destinado a difundir fakenews durante las elecciones de 2018, en las que resultó victorioso su padre. Otra de las causas investiga a Flavio Bolsonaro por sus vínculos con milicias armadas de Rio de Janeiro, organizaciones parapoliciales criminales con mucha influencia en las favelas. Una última se abrió por la marcha anti cuarentena de hace dos semanas, donde estuvo el presidente y se pidió que se cierre el Congreso y que intervengan los militares.

Conforme al avance de estas causas, Bolsonaro buscaba un cambio en la conducción de la PF, que estaba en manos de Mauricio Valeixo, un hombre de confianza de Sergio Moro y que respondía directamente a él.

Hacia finales de la semana pasada, salía en el Boletín Oficial de Brasil la resolución por la cual se comunicaba la salida de Valeixo de la jefatura de la PF. La misma estaba firmada por el Presidente Jair Bolsonaro y por el Ministro Sergio Moro.

El viernes, afirmando que no firmó esa resolución, Moro renuncia.

¿Por qué esta renuncia causo una crisis política? Porque Moro era el Ministro más popular del gabinete.

Sergio Moro fue Ministro de Justicia desde la asunción de Bolsonaro en enero de 2019. Antes, se desempeñaba como Juez en Curitiba, y estuvo a cargo de la investigación del Lava Jato, el escándalo de corrupción que salpicó a toda la clase política brasileña. Moro fue el juez que encarceló a Lula da Silva, sin pruebas pero amparado en la “firme convicción de su culpabilidad”. Es la espada del poder judicial, el símbolo de la lucha contra la corrupción y el modelo a seguir de muchos dirigentes de la derecha continental, sin tanto éxito como el que tuvo el brasileño.

Moro es visto como un héroe por parte de los opositores al Partido de los Trabajadores (PT). Es un representante del establishment judicial. Su renuncia y posterior pelea con Bolsonaro representa un divorcio entre el gobierno y una parte importante del poder judicial y económico. Así, Bolsonaro sigue perdiendo aliados y depende cada vez más del apoyo de las Fuerzas Armadas.

Al enfrentamiento con los gobernadores ex aliados por la gestión de la pandemia, con los medios de comunicación y con la gran parte del Poder Legislativo, hay que sumarle ahora otro jugador en contra al Presidente: el Poder Judicial. El mismo viernes, la Procuración General abría una investigación contra Bolsonaro por las acusaciones de Sergio Moro.

Un periodista carioca dijo una frase en estos días que retrata muy bien lo que sucede en Brasil: “el poder real brasileño se esforzó tanto en correr al PT, a Lula y a Dilma, que recién ahora descubren quien realmente es Bolsonaro”. Un tipo que no respeta nada, ni a nadie. El último en descubrirlo, fue Moro.

En las próximas semanas habrá que seguir los movimientos de varios actores: los militares, que son el ala más poderosa del gobierno, pero que no quiere ganarse el mote de golpista; el Ministro de Economía Paulo Guedes, el único ministro civil de peso que queda en el gabinete, y el último representante del sector liberal; y el “centrão”, una importante bancada del Congreso conformada por pequeños partidos que suelen vender sus votos al mejor postor. Es probable que le pidan cargos y plata a Bolsonaro para no mandarle mecha a alguno de los 20 pedidos de impeachment que hay contra el Presidente de Brasil. 

¿Qué onda con el Mercosur?

Una recomendación: traten de no escuchar a actrices de ficciones de Cris Morena y busquen información seria. Googleen ‘Felicitas Beccar Varela’, y se van a dar cuenta de lo que hablo. No, no es el nombre de una sede de la Sociedad Rural ni de un country en San Isidro. Lo que pasa es que, en las cuestiones internacionales, hay poco periodismo bueno en Argentina: lo que abunda es realmente malo y hay que buscar un poquito para llegar a los que saben.

El sábado se conoció la decisión de Argentina de no participar más en las negociaciones con otros países para conformar acuerdos comerciales (o sea, tratados de libre comercio) con una serie de países: India, Líbano, Corea del Sur, y algunos más. Esto excluye los que ya se ‘firmaron’ con la Unión Europa y con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés). 

Argentina no se va de ningún lado, como dijo algún triste ex embajador. Simplemente decide no participar en estas conversaciones porque sostiene que un acuerdo de libre comercio, fundamentalmente con Corea del Sur, perjudicaría a su ya golpeada industria en un contexto donde hay una pandemia. Porque algunos actúan como si no fuese así, pero hay una pandemia y hubo un modelo económico que dejó a la industria en estado vegetativo.

Argentina hace esto porque en Mercosur rige la regla del consenso: si un país no está de acuerdo con algo y no firma, la negociación se cae por completo. Con el cambio de gobierno en Uruguay y con el ultra liberal Paulo Guedes definiendo la política económica de Brasil, se aceleraron las negociaciones para liberalizar el comercio con estos países. Como el actual gobierno argentino considera que la firma de estos acuerdos es nociva para el empleo nacional, ofrece la flexibilización de la negociación para no vetar el acuerdo y ahorrar un conflicto con alguno de los vecinos.

Mi compañero Fabián Drisun escribió un excelente artículo en Síntesis Mundial explicando más detalladamente esto (VER).

Lo que realmente está en juego acá es el arancel externo común (AEC), que es la característica principal de una unión aduanera como el Mercosur. El AEC es el gravamen común que se le impone a cualquier producto que entra al Mercosur, y tiene el objetivo de impulsar el comercio entre los socios. Las diferencias entre el Brasil de Bolsonaro, el Uruguay de Lacalle Pou y el Paraguay de Abdo Benítez con la Argentina de Fernández, radica en que los tres primeros abogan sin miramientos por un AEC menor.

En fin, no nos vamos de ningún lado pero estamos en un lugar incómodo, rodeados de gente que piensa distinto. Algo que seguramente a todos nos pasó en alguna que otra cena con parientes lejanos.

Bonus track

Era poco pero al final fue mucho para un feriado en cuarentena. Cosas que pasan. Dejo, como siempre, algunas cosas que encuentro por ahí. 

Esta nota de El País caracteriza la gestión de Mark Rutte, el primer ministro de Holanda, quien tiene las posiciones más duras con respecto a hacer comunitario el rescate europeo post coronavirus. Está muy buena la tensión que manejan estos mandatarios, entre lo que le demandan sus sociedades nacionales y el compromiso continental que tienen (VER). 

El Salvador tiene un montón de historia, pero lo primero que se le viene a la cabeza al común de la gente son las maras. Este país también tiene un Presidente bastante joven, que tuitea mucho y que se llama Nayib Bukele. Hace unos meses militarizó el Congreso. Ahora, como las maras empezaron a enfrentarse de nuevo después de una pequeña tregua por el coronavirus, los puso a todos juntos en la cárcel, sin importar de qué pandilla sean.

Por otra parte, vinculado con lo que hablábamos la semana pasada, en este pequeño cuadro se explica de manera muy simple muchas de las cosas que pasan en Venezuela. Lo que allí sucede no es solo consecuencia del petróleo. Pero si comparamos la edad de oro del chavismo con la crisis que atraviesa el país caribeño desde 2014, sorprende como se corresponde con la caída de los precios.

Los musulmanes están atravesando el mes sagrado del Ramadán confinados. Las personas que profesan el Islam tienen la obligación de viajar a la ciudad sagrada de La Meca, en Arabia Saudita, al menos una vez en su vida. Lo que implica que siempre esta abarrotada de gente. Hoy esta así.

En Nueva York, la comunidad jasídica de Brooklyn (donde vive Esty, de Poco Ortodoxa), se reunió con motivo del funeral de un rabino. Tuvo que ir la policía a decirles que se vayan a su casa.

Las últimas dos me dan el pie para dejarles este zarpado mural que hizo Kobra, un artista callejero brasilero.

Un abrazo grande y hasta el viernes que viene.

 

(*) Analista de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Santiago Toffoli (*)) Opinión Fri, 01 May 2020 23:12:09 -0300
¿Ruptura DE o ruptura EN el MERCOSUR? https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6361-ruptura-de-o-ruptura-en-el-mercosur https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6361-ruptura-de-o-ruptura-en-el-mercosur ¿Ruptura DE o ruptura EN el MERCOSUR?

El anuncio del viernes pasado por parte de la Presidencia Pro Témpore de Paraguay en MERCOSUR y su posterior difusión por parte del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de nuestro país, respecto a la salida argentina de las negociaciones de la agenda externa del bloque nos dejó varios días recalculando sobre el significado y el alcance de la noticia.

Hoy ya todos sabemos que pese a las noticias difundidas principalmente desde la oposición al gobierno de Alberto Fernández, esta salida de la mesa de las negociaciones del organismo regional no implica ningún  “argentoexit”, si el término que acabo de inventar se me permite.

Sin embargo, sí cabe analizar con algo más de profundidad qué lleva a la Argentina hoy a desentenderse de los procesos de negociaciones externos del MERCOSUR, y qué objetivos se plantea en este sentido tanto a nivel doméstico como de proyección regional dentro del bloque, del cual es miembro fundador, y en el marco del contexto actual de incertidumbre.

Escenarios críticos

En los días que corren, la pandemia se lleva toda la atención de los gobiernos nacionales que se esfuerzan por administrar el aislamiento obligatorio con  los menores impactos posibles para su economía. El problema es que por mucho que se intente resistir, lo que viene será de una gravedad sin precedentes. 

Según la última proyección de la CEPAL difundida días atrás, la región se encuentra en la antesala de "la recesión más grande que ha sufrido desde 1930". Se espera que la caída del 2020 sea de un -5,3%. Otros indicadores como el desempleo reflejan también escenarios sombríos. Se estima que la pobreza extrema alcanzará a 16 millones de ciudadanos de la región. 

En el caso de nuestro país la situación de pandemia ha venido a profundizar la crisis económica que ya se arrastraba y ello condiciona los próximos pasos a dar. 

¿Es el momento para aceptar acuerdos de Libre comercio?; ¿Con qué consecuencias?

Esa fue la pregunta que el Canciller Felipe Solá hizo en una serie de aclaraciones en las que cruzó al macrismo por comunicar de manera falsa e irresponsable la salida argentina del organismo.

Desde Cancillería se comunicó que Argentina detendrá la marcha de las negociaciones vinculadas a Acuerdos de Libre Comercio con Corea del Sur, Singapur, el Líbano, en India, entre otros. 

¿Los motivos? La incertidumbre internacional y la propia situación interna que desaconsejan continuar con la marcha de las tratativas. 

El comunicado expresa que el país se previene de las consecuencias económicas de la pandemia, razón por la cual decide proteger las empresas, el empleo y la situación de los más humildes, en contraposición a los socios que plantean la aceleración de las negociaciones por los acuerdos de libre comercio.

La excepción la constituyen los acuerdos  alcanzados con la Unión Europea y la Asociación Europea de Libre Comercio conocido como EFTA, compromisos que continúan vigentes para nuestro país.

La medida puso en evidencia las diferencias. Países cómo Brasil pugnan por una aceleración de los acuerdos de libre comercio, y se suma a Uruguay y Paraguay en el intento por reducir el arancel externo común, eje de la discusión entre los socios. La posición argentina es reticente a la disminución de este arancel que grava los productos que ingresan al bloque, y aquí también el motivo es el de proteger la industria nacional de la posible entrada de productos extrazona que sustituyan los argentinos. 

Los desafíos de la integración regional

Con esta medida, Argentina dejó en claro sus objetivos internos en el marco de su membresía en el MERCOSUR. Le urge preservar su sistema productivo y no está en condiciones de negociar una apertura comercial. Aún así sigue sosteniendo la importancia de la integración. Lejos está de aislarse, de irse. Sigue apostando por el proceso y tal como expresamente se dio a conocer en el comunicado de Cancillería, sigue creyendo en la necesidad de fortalecer las relaciones con las naciones del bloque regional. 

Ahora bien, cómo nuestro país se proyecte de aquí en adelante en el bloque va a depender en parte del desenlace de estas negociaciones de las que ya no va a formar parte, pero que tiene sin embargo la posibilidad de bloquear, debido a que cualquier acuerdo alcanzado deberá contar con su aprobación.

Por el momento, las diferencias reflejan distanciamiento en las posiciones de los socios, y no una ruptura del bloque en sí mismo. 

El desafío futuro será pensar la integración en épocas de pandemia (el tiempo que quede de ella), pero fundamentalmente en el escenario posterior. Para un mundo que no será el mismo y que requerirá poner en discusión los patrones de producción, de comercio y vinculación entre los Estados miembro. 

(*) Analista de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Lourdes Ábrigo (*)) Opinión Fri, 01 May 2020 11:54:45 -0300
La distopía neoliberal https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6354-la-distopia-neoliberal https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6354-la-distopia-neoliberal La distopía neoliberal

En tiempos donde las grandes cadenas televisivas nos bombardean con propuestas que narran catástrofes naturales, violencia de todo tipo como resolución de los problemas sociales y hasta cataclismos generados por la irresponsabilidad del ser humano en su relación con el medio ambiente, la palabra distopía resurgió como un esbozo de moda y de fácil apelación.

La Real Academia Española es clara. Nos dice que su significado refiere a una representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana. La pandemia devenida a partir del corona virus Covid 19, nos ha tentado a imaginar una realidad política y social que algunos quieren suponer como distópica.

Lejos estamos, por capacidad analítica propia y porque aún no se perciben perfiles tan nítidos de qué será del mundo que habitamos una vez concluido este tiempo tan particular del siglo XXI, de dar por terminado y finiquitado el proyecto neoliberal que encontró en el capitalismo financiero internacional su razón de ser y que impera en el mundo globalizado desde hace no menos de 50 años. Sí podemos arriesgarnos a pensar algunos fenómenos particulares que se están dando en nuestro país y a partir de ello, pensar algunas transformaciones que, lejos de ser concluyentes, nos puedan mostrar parte del país que viene.

En este contexto internacional para la Argentina hay un hecho fundante. Todo gobierno trata, legítimamente, de tener un relato, un desarrollo discursivo que le otorgue sentido a su acción política y que pueda transformarse en el hito fundacional. En algunos casos, se trata de una construcción que se realiza por oposición a lo existente. Así, por ejemplo, el macrismo trató de mostrar a la salida del cepo como un elemento definitivo que le garantizaba a los argentinos mayores márgenes de libertad, y simultáneamente, “nos integraba al mundo”. En otros casos, el hecho fundante es producto de la realidad que se interpone más allá de las voluntades gubernamentales, personales y colectivas. El kirchnerismo de 2008 por ejemplo, que venía de un resultado electoral importante a su favor, encontró en pocos meses un severo límite a su construcción política a partir del conflicto con las patronales del campo. No sólo perdió en la “pelea” institucional, sino que se resquebrajó su relación con sectores de la sociedad que lo habían acompañado hasta ese momento. Y a partir de ello, vino lo mejor de su repertorio político: construyó agenda de manera notable y en pocos años a nadie sorprendió que ganara las elecciones de 2011 por casi 40 puntos de diferencia sobre el segundo mejor posicionado.

A la administración que conduce Alberto Fernández le está sucediendo algo parecido. En plena campaña electoral se afirmaba que el gran desafío que enfrentaría quien resultara elegido en los comicios del 27 de octubre, refería al problema de la enorme deuda externa contraída por el gobierno anterior. No casualmente eligió como ministro de economía a un hombre que, pese a su juventud, ha estudiado la cuestión de la deuda profundamente. Pero la realidad, una vez más, superó a las suposiciones políticas: la pandemia del corona virus se ha transformado en el eje central del flamante gobierno.

Inusitadamente, a partir de un estilo político distintivo y de políticas sanitarias fuertes, el ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner goza, en pocos meses, de un respaldo popular que resultaba impensado allá por diciembre de 2019.

Lo que ha puesto en discusión el gobierno no es solamente el anticipo o no a una pandemia, sino que, como sucede en buena parte del mundo, qué rol le cabe al Estado en esta coyuntura y -tal vez lo más importante- qué rol jugará en el tiempo que viene.

La crisis sanitaria ha demostrado, y con creces, que el modelo neoliberal de apropiación hace agua por todos lados cuando se trata de enfrentar crisis globales con lógicas individualistas. El dogma neoliberal y la paparruchada libertaria han entrado en crisis. No sólo por sus propias dificultades para resolver lo colectivo, sino porque sus máximos exponentes -Donald Trump, Jair Bolsonaro y demás secuaces- no pueden atender ni siquiera a lo urgente. A la cuestión estructural que refiere a la fortaleza o no de un sistema salud se le suma la idiotez flagrante de “líderes” que consideraron al fenómeno como una gripecita menor, y que apostaron (y apuestan) a seguir la vida como si nada y hoy cuentan los muertos de a miles. Los libertarios y neoliberales argentinos están en problemas: al resurgimiento del Estado como actor indispensable en el reparto de la cosa pública, se suma que las referencias y panaceas sociales que hasta ayer se reivindicaban, hoy entran una profunda crisis. Si a eso se le suma una correcta comunicación gubernamental (no exenta de errores), un aplomado accionar presidencial y el hecho (y la sensación social) de que la crisis se va sobrellevando mejor que en otros países, el saldo termina siendo a favor de la heterodoxia política que representa el gobierno.

Lo peor que puede hacerse en una crisis sin antecedentes y de las cuales se practica sistemáticamente sobre ensayo y error, es ser rígidos sobre la solución de los problemas. Las discusiones típicas de los monetaristas y sus voceros (emisión es igual a inflación, achiquemos el gasto público para socorrer a los verdaderos necesitados, etc), quedan en un muy segundo plano. Para neoliberales y libertarios el tiempo que viene puede resultar una verdadera distopía social. Un verdadero horror del que se debe escapar de cualquier manera y formato.

Ninguna situación de crisis ni de desarrollo real se supera sin un Estado presente. Pero cuidado. Pensar ese Estado del siglo XXI exige nuevos desafíos, nuevos diseños, acorde a este momento histórico, pero también a lo que el coronavirus nos deje como problema... y como enseñanza.

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Mon, 20 Apr 2020 18:53:09 -0300