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Fundamentar - Artículos https://fundamentar.com Sat, 30 Sep 2023 07:30:57 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Desunidos por el cambio https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6785-desunidos-por-el-cambio https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6785-desunidos-por-el-cambio Desunidos por el cambio

"Yo no le canto a la luna,
porque alumbra y nada más.
Le canto porque ella sabe,
de mi largo caminar…"

Atahualpa Yupanqui

En otro contexto, el triunfo electoral que obtuvo Juntos por el Cambio en las elecciones chaqueñas del domingo 17 de setiembre, de cara al 22 de octubre, debía servir como una especie de apuntalamiento de la candidatura nacional de Patricia Bullrich, lo cual podía sumarse a lo acontecido en Santa Fe hace apenas dos semanas atrás y a lo que seguramente sucederá el día 24 en la provincia de Mendoza, donde se da por favorito a Alfredo Cornejo para ser el nuevo gobernador. Pero no todo es tan lineal en la política y mucho menos en un país como la Argentina, sintetizado en este 2023 tan particular. Suelen pasar cosas: los éxitos no son necesariamente trasladables a terceros y ciertos principios de unidad parecen resquebrajarse con el devenir de los días. Esta incipiente primavera ya dio algunas señales en ese sentido. Pasen y vean. Son todos y todas bienvenidos.

Juntos por el Cambio alcanzó un triunfo resonante en la provincia de Chaco: ganó en primera vuelta alcanzando el 46% de los votos y destronó del poder al peronismo luego de 16 años de gestión de éste último, donde el actor principalísimo fue el derrotado Jorge Capitanich. El ganador, Leandro Zdero, resulta un radical de pura cepa que viene a completar una seguidilla de victorias que no eran tan seguras allá por el mes de marzo, cuando comenzaron las distintas elecciones provinciales.

Rápidamente viajó Bullrich para formar parte de las celebraciones. Insistió con la eliminación del kirchnerismo, lo cual, como en cada una de las ocasiones anteriores, fue celebrado por los asistentes al comando de campaña, pero, debe decirse, hay algo que subyace en la relación con su electorado, que no le permite a la ex ministra de Seguridad, apropiarse de esos climas electorales de las provincias. Al respecto podemos imaginar varias hipótesis. Repasemos.

https://twitter.com/LeandroZdero/status/1703609882413301937

La primera refiere a la emergencia de Javier Milei a nivel nacional. Si, como el común de los analistas y dirigentes parecen sentenciar, el libertario es el emergente de cierto hartazgo social, debe insistirse con que esa situación se circunscribe al plano nacional y no a las provincias, donde los partidos políticos tradicionales que han actuado en el rol de opositores, han sabido seducir a un electorado que los ha reposicionado en el manejo de la gestión en no pocos estados sub nacionales, y donde prevalecen dirigentes de origen y prosapia radical.

A partir de esto, y sin traslación de votos, más allá de las estrategias comunicacionales en cada domingo victorioso, la segunda hipótesis plantea que asistimos, cuanto menos y en el mejor de los casos, a un proceso de inicio de una transición que trastocará la centralidad política de Juntos por el Cambio. Y lo planteamos en esos términos porque, suponiendo que Jorge Macri prevaleciera en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (los partidos nunca se ganan antes de jugarlos), al PRO, en un escenario de derrota nacional y con un Mauricio Macri profundamente desgastado, no le quedará ninguna referencia institucional de peso reconocido para la discusión del poder interno, más allá de la importancia que termine teniendo en el plano legislativo.

También aquí las diferencias comienzan a ser más evidentes y un buen ejemplo de ello lo tuvimos en la última semana con el tratamiento legislativo que propone la eliminación de ganancias para los trabajadores. Si bien Juntos por el Cambio votó como un solo bloque (103 votos negativos), los distintos criterios quedaron a la vista con la aceptación a dar quorum de parte de un grupo de diputados radicales que se referencian políticamente con Martín Lousteau y que en la Cámara Baja conduce Emiliano Yacobitti.

El éxito político para el oficialismo operó en un triple sentido: ganó centralidad política (se discutió de lo que el peronismo quiso en el marco de la campaña), el proyecto alcanzó una mayoría de 135 votos en el recinto y, partido en sus opiniones, el bloque amarillo debió explicar, porqué negaba una baja de impuesto que hasta hace días reivindicaba y que era una vieja promesa de campaña a un sector que es la base de su electorado.

https://twitter.com/gerpmartinez/status/1704309454009725005

La gran pregunta/apuesta para el tiempo que viene, es qué pasaría con la fuerza cambiemista si se produjera una derrota que ubique a Bullrich en el tercer lugar, alejándola del ballotage de noviembre. ¿Prevalecerá la idea de unidad con una reestructuración de las conducciones (por ahora ninguno de los triunfadores radicales de las provincias, tiene proyección nacional) o asistiremos a la desaparición de Juntos por el Cambio como lo conocemos hoy, empoderándose un radicalismo que ha sabido guarecerse en la territorialidad?

La tercera hipótesis refiere a si la estrategia de campaña de Juntos por el cambio es la correcta. A Bullrich le ha costado encontrar un eje sobre el que referenciarse. Penduló de manera harto evidente con la idea del kirchnerismo como razón de todos los males, readecuó su línea discursiva hablando de un desarrollo humano que ayude a sacar a los argentinos de la angustia, y volvió a encaminar su prédica sobre los conceptos iniciales. En el medio tuvo que soportar el coqueteo político de Macri con Milei y habilitar el protagonismo de Carlos Melconian para que la socorra en la explicación de la economía.

Por momentos, al insistir con la grieta K/anti K, se parece a esos perros que de madrugada nos despiertan ladrándole a la luna. El kirchnerismo no está muerto ni mucho menos, pero no es el protagonista principal en esta elección: Sergio Massa no pertenece al espacio, Cristina Fernández de Kirchner no se ha hecho visible (excepto en éste sábado) y la conformación de las listas de diputados en cada provincia, más allá del supuesto protagonismo de Máximo Kirchner en Buenos Aires, representa la heterogeneidad que hoy domina al peronismo.

Existe, evidentemente, un núcleo duro de votantes a los cuales esa grieta parece aún interpelar, pero por momentos, además de minoritaria, parece desactualizada, por no decir vetusta. Asistimos, sea quien sea elegido (o elegida) a un cambio de época. Los resultados del 22 de octubre hablarán por sí solos, pero todo parece indicar que el libertarismo tendrá un crecimiento exponencial en el plano legislativo y que, el peronismo, si resulta triunfador, tendrá en Massa a un presidente que ocupe todo el espacio político y, si resultase derrotado, comenzará un tiempo de una profunda discusión interna. Si abusamos de una imaginación profusa, y para ser consecuentes con nuestra teoría que nadie está derrotado hasta que los escrutinios así lo determinan, si prevaleciera Bullrich tendrá en su radar para sumarlo, la trascendencia de un espacio legislativo libertario que hoy, resulta muy poco significativo.

Milei supo renovar el relato de la grieta. Desde lo discursivo contrapone la idea de casta y no casta como el principal problema de la política. En los hechos, ese sector no sólo referiría a los políticos que habrían sido, según su concepción, a los únicos a los cuales le habría ido verdaderamente bien en la Argentina, sino que también se extiende a todo aquello que tenga tufillo a lo estatal: empleados públicos, empresas y organismos descentralizados quedan expuestos a la definición de la pertenencia originaria a una organización criminal. Por eso debe extirparse.

El fracaso estrepitoso de sus ideas ya quedó consagrado en la práctica política que supieron llevar adelante sus primos hermanos ideológicos de la región y que, más temprano que tarde fueron rechazados por el voto de las mayorías populares, no privándose como vimos en los ejemplos de Brasil y Estados Unidos la intentona de violar la legitimidad popular.

Pero esa grieta aún le funciona en un electorado que, en su enojo, no parece prestar atención a las consecuencias de las propuestas del libertarismo del siglo XXI. Y no hablamos de comprender las consecuencias devastadoras de una dolarización o de la eliminación, en el tiempo, del Banco Central, ni siquiera de la reivindicación de cierta violencia dictatorial que, para algunos, es historia. Hablamos de un desinterés marcado por todo aquello que respete cierto orden elemental de nuestra vida cotidiana: venta de órganos, desprecio por el medio ambiente y de la violencia inmanente de un candidato que no parece tolerar la más mínima repregunta en el contexto de una sociedad dinámica y cambiante.

En el medio, y como quien no quiere la cosa, en la semana que pasó, Luis Barrionuevo le armó un acto a Milei con un conjunto de sindicalistas. Escaso de presencia con dirigentes de peso y de público en general, los asistentes no se privaron de entonar que “la casta tiene miedo”. Nadie sabe del todo qué habrá dicho el consejero que, allá por los 90’, le pedía a la dirigencia, incluyéndose, que dejara robar y que, vaya coincidencias de la vida, desde hace varias décadas gobierna con mano de hierro el sindicato de gastronómicos.

La grieta que se anticipa es aquella que define si queremos más o menos democracia. Sea con el perfil que muestra Bullrich, siempre provocadora y coqueteando con la violencia (el lunes pos triunfo electoral en Chaco, no se privó de visitar el barrio de Emerenciano Sena, uno de los detenidos por el crimen de Cecilia Stryzowski, gritando a viva voz que llegaba para “denunciar la existencia de un Estado paralelo”); o el de Milei, que tiene como idea fuerza de campaña una motosierra, asistimos a una degradación que nos exige revisar lo construido o no en los últimos cuarenta años de democracia.

El epígrafe de hoy nada tiene que ver con el contenido del texto. El día jueves falleció Mario Wainfeld. En su despedida, quienes asistieron al último saludo, entonaron “Luna tucumana”, una que sabemos todos. Este analista se reconoce deudor de su estilo y de su forma de ver la política. No nos avergüenza afirmarlo. Su lucidez sirvió como referencia en tiempos de angustia pero también en aquellos de los vientos a favor. Y su calidez era un bálsamo para los oyentes de sus programas de radio. Chapeau querido Mario y gracias por habernos ayudado a pensar.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 24 Sep 2023 11:28:12 -0300
Si no es todo... https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6776-si-no-es-todo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6776-si-no-es-todo Si no es todo...

El tesoro que no ves,
la inocencia que no ves.
El placer es tan oscuro como el culo,
de un topo negro y si no hay amor,
que no haya nada entonces, alma mía,
no vas a regatear…
“El tesoro de los inocentes” - Carlos Solari

Partidos. Con semblantes de falsas sonrisas. Divididos al extremo en la hora en que las contradicciones se agudizan, los dirigentes de Juntos por el Cambio parecen decididos a demostrar que todo se reduce a un aquí y ahora definitivo. Cualquier definición que rompa con la lógica de la tensa calma que se avecina para los próximos días, desata una serie de idas y vueltas que reflejan las incomodidades del momento. En el mundillo cambiemista, en esta primera semana de agosto, la centralidad se la llevó la decisión de María Eugenia Vidal de anunciar su apoyo a Horacio Rodríguez Larreta en la competencia por la pre candidatura a la presidencia de la Nación. A partir de allí se conocieron una serie de declaraciones, con Mauricio Macri incluido, que nos hace pensar en que la definición bullrichista de que “si no es todo, es nada” no aplica sólo al marco de la campaña electoral sobre aquello que se nos está prometiendo a los argentinos a partir del 10 de diciembre, sino que refiere (también) a una forma de resolver el disenso interno en las huestes amarillas. Recorrido por un ejemplo más de una interna feroz y algunos motivos estructurales que la explican. Pasen y vean. Están todos y todas invitados.

Promediando la semana, la ex gobernadora de Buenos Aires hizo conocer, vía redes, el anuncio de su apoyo a Rodríguez Larreta. Alineada con los tiempos comunicacionales que corren, el anuncio se notificó a través de Twitter (¿o hay que decir X?), con texto explicativo, acompañada de una imagen en un acto al mejor estilo PRO. A partir de allí, las críticas arreciaron desde el otro lado. Desde el jefe de campaña de la otra lista, pasando por Mauricio Macri hasta llegar a la propia Patricia Bullrich, quien chicaneó, ante una requisitoria periodística, que este apoyo (junto al de Facundo Manes) sólo representaban dos votos.

https://twitter.com/mariuvidal/status/1686708452146450432

Es legítima la duda que supone desentrañar qué representa hoy la figura de Vidal. Además de su pésima gestión en la provincia de Buenos Aires, sus vaivenes territoriales y sus frustrados intentos de convertirse en una protagonista de peso a nivel nacional, actualmente la ubican en un segundo plano del entramado cambiemista. Con su definición de las últimas horas, parece haber roto algunos acuerdos no escritos y tampoco explicitados públicamente sobre una neutralidad a la que muy pocos dirigentes le han podido escapar. Para los que miramos esa interna con algo de lejanía, ciertas reacciones parecieron desmedidas, aunque deben insertarse en el marco de una disputa que puede sintetizarse en tres ejes.

El primero refiere a una ausencia de liderazgo que sintetice al espacio en su conjunto y que en su momento (qué duda cabe) fue protagonizado por Mauricio Macri, quien carga con el antecedente innegable de una mala gestión de gobierno pero también con el perfil de un liderazgo que en los últimos años lo podríamos definir como “evasivo”.

Para la primera de las afirmaciones cabe decir que es un elemento de peso pero no definitorio si tenemos en cuenta que en 2019, obtuvo el 41% de los votos en la elección general de octubre. Un piso verdaderamente alto teniendo en cuenta los resultados de su gobierno.

Esa razón se complementa con una segunda, que tiene que ver con las formas en que decidió procesar políticamente el día después de haber dejado el gobierno hace ya cuatro años. Desde el deseo, siempre pretendió (de alguna manera hasta el día de hoy lo intenta) erigirse como un primus inter pares que le permitiera seguir siendo un parte aguas insoslayable. Por un lado porque imaginaba un “Segundo tiempo” y por otro porque, cuando vio que no tenía resto para insistir con el premio mayor, pretendía ser un articulador con gran poder de incidencia sobre el conjunto del espacio; bloqueando o potenciando a quien correspondiera.

https://twitter.com/mauriciomacri/status/1686857424685195265

Pero para ser jefe hay que estar y un espacio político de la magnitud de Juntos por el Cambio no se conduce a la distancia. La ambición del hijo de Franco, refería a convertirse en un líder regional para la derecha de este rincón del mundo. En función de ello, eligió las luminarias de un primer mundo que le ofreció la presidencia de la Fundación FIFA y una cercanía estrechísima con la Fundación para la Libertad quien tiene como caras visibles al escritor Mario Vargas Llosa y a nuestro más cercano, Gerardo Bongiovani. Pero, como canta Ciro, “desde lejos no se ve”, y están muy bien las fotos con los campeones del mundo de Qatar 2022 y las disertaciones en el mundo desarrollado reivindicando las ideas del neoliberalismo económico, pero la política nacional exige otra cosa.

Es tal el nivel de deterioro de la figura de Macri, que a una semana de las elecciones PASO a nivel nacional, coincidentes con las que se realizarán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, su máxima aspiración pública refiere a acompañar a su primo en una recorrida de campaña que no viene tan sencilla como se especulaba en la previa; y en dudar si, finalmente, hará público su apoyo a Bullrich ante la no certeza de un triunfo de la ex ministra de Seguridad de la Nación. ¿Tanto recorrer para llegar a ningún lado? En poco más de siete días lo sabremos.

El segundo eje se refiere a la actual coyuntura transicional que alcanza a Juntos por el Cambio en general y al PRO en particular. Una duda importante es quién manda hoy en el espacio, pero una pregunta mucho más trascendente redunda en descubrir quién mandará mañana.

La coalición se enfrenta a una serie de procesos electorales que permiten afirmar que estamos ante una multiplicidad de jugadas riesgosas, donde el slogan “si no es todo, es nada”, pueda referirse también a la propia interna de una fuerza política que se ha pretendido proyectar con una centralidad eterna sobre algunos territorios.

En este sentido, para el PRO, la elección en la ciudad de Buenos Aires no está exenta de ciertos riesgos ya que, de las variadas encuestas que han aparecido por estos días, nadie puede afirmar que la interna con Martín Lousteau sea un simple trámite. Algunos encuestadores señalan diferencias de alrededor de diez puntos, mientras que otros insisten en un escenario de empate técnico.

Lejos está la posibilidad real de un triunfo en la provincia de Buenos Aires. No hubo un resultado a favor en las elecciones cordobesas, bastión históricamente macrista y donde hasta hace unos pocos meses se saboreaba una victoria que sería el prolegómeno a lo que debía suceder en el plano nacional. Y en Santa Fe, por su parte, Maximiliano Pullaro, radical de origen y recorrido, quien obtuvo un contundente triunfo hace escasas tres semanas, podría decidir resguardarse de las peleas grandes de agosto y octubre, prescindiendo de ciertos liderazgos que no necesita para revalidar votos.

La necesidad de mantener a la ciudad – estado como un bastión propio se hace cada vez más ostensible. Si bien Chubut trajo una buena noticia para nuestros republicanos de ficción, sumados a los sorpresivos triunfos en San Luis y San Juan, resulta definitivamente cierto que a ninguno de los gobernadores electos de estas provincias le da la talla, por lo menos por ahora, para proyectarse en el plano nacional.

El tercer factor que explica la virulencia de la interna amarilla refiere a que desde 2021 para aquí, en el espacio se interpretó que quien prevaleciera en la interna se quedaría con el sillón del endeudador Rivadavia. El que ganaba la interna, ganaba la presidencial. El espíritu que ha prevalecido tenía que ver con que más allá de las peleas, obtenido el triunfo en octubre, y si es en primera vuelta mejor, ya habría tiempo para ordenarse.

En este último sentido la irrupción de Javier Milei no ha dejado de plantear, al decir de los abogados penalistas, una duda razonable. Si el supuesto libertario, alcanzase entre el 15 y 20 por ciento de los votos, y se supusiera, que buena parte de esos números, tributan en ideas más cercanas al neoliberalismo que encarna PRO, antes que a las que propala el oficialismo, esa emergencia no deja de ser un inconveniente. Sobre todo si, a esta aparición, se le suma un justicialismo que parece haber ganado en competitividad con la candidatura de Sergio Massa y, por qué no, con la interna que ha propuesto Juan Grabois.

La foto del domingo a la noche podría mostrar que el actual ministro de Economía sea el candidato más votado con varios puntos de ventaja sobre quien resulte segundo, y si bien adherimos a la teoría de que una PASO nunca es igual a una general, también insistimos desde hace unos cuantos años en esta columna, que las matemáticas y las alquimias electorales casi nunca se llevan del todo bien.  

“Si no hay amor que no haya nada entonces” entona Carlos “Indio” Solari, y uno se moviliza con la belleza de la melodía de “El tesoro de los inocentes” y con lo visceral de una decisión pasional: el amor como un todo que le da sentido a una forma de vivir. Y en un sentido inversamente proporcional, esa totalidad que nos promete, si se produjeran algunos resultados, sufrimientos y angustias varias a partir del 10 de diciembre, hoy se enfrenta al paradójico dilema de, tal vez, perderlo todo. Amén.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 06 Aug 2023 11:04:12 -0300
Vendaval Para Cambiar https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6773-vendaval-para-cambiar https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6773-vendaval-para-cambiar Vendaval Para Cambiar

Las elecciones PASO en Santa Fe ya sucedieron y dejaron, como cada domingo electoral, múltiples variables de ser analizadas. Lo más evidente, por la contundencia de los números de la interna de Unidos para Cambiar Santa Fe (los cuales pueden ser proyectados al escenario de las generales), es el triunfo del ex ministro de Seguridad de la provincia y actual diputado Maximiliano Pullaro y que, como se suponía de antemano, el escenario electoral de tercios es historia. Pero también existen otros datos que no pueden dejar de ser puestos bajo la lupa del análisis para magnificar lo sucedido el día domingo. Primera aproximación descriptiva de una jornada con un evidente impacto político. Como siempre, pasen y vean.

Antes del comienzo, un par de aclaraciones metodológicas de rigor. La primera refiere a que al analizar las PASO 2023, realizaremos el abordaje desde el método comparativo con las elecciones del mismo tenor de 2019, ya que algunos nombres siguen teniendo vigencia y porque abundan explicaciones en redes y medios donde se mezclan hechos y situaciones políticas absolutamente distintas. Cómo nos han enseñado nuestros docentes, las peras se comparan con peras, no con otras frutas. Además, debemos dejar asentado que los datos con los que trabajaremos refieren a los resultados provisorios con los que contamos para este 2023, en contraposición con el escrutinio definitivo de lo sucedido cuatro años atrás.

La segunda aclaración refiere a que en la mayoría de los indicadores utilizaremos números absolutos y no porcentuales ya que de esa forma se explican de manera mucho más precisa ciertos triunfos y derrotas personales y colectivas.

1. Ausentismo

En 2023, en la provincia de Santa Fe, asistieron a votar algo más del 63% de los habilitados a hacerlo (2.811.000). Si bien la cantidad de electores viene subiendo (en esta oportunidad se agregaron alrededor de 83.000 jóvenes de entre 16 y 18 años), los porcentuales de asistencia vienen en baja: 69, 5% en 2019, 72,5% en 2015, 73,6% en 2011 y 77, 4% en 2007 cuando se inauguró el sistema de las PASO. Respecto de hace cuatro años, 136.000 electores no se presentaron a cumplir con su derecho / obligación. El problema del ausentismo creciente es persistente y es real. Resulta inútil negarlo.

2. Performance de Juntos Avancemos / Peronismo

En las PASO 2019, las fórmulas conducidas por Omar Perotti y María Eugenia Bielsa alcanzaron la totalidad de 704.000 votos, mientras que en la elección del último domingo las cuatro fuerzas que compitieron en la interna alcanzaron los 420.000 votos. Una diferencia de 284.000 menos, lo que permite afirmar una primera hipótesis que supone que a más opciones internas, no siempre le corresponden más votos.

3. Performance de Unión para Cambiar Santa Fe / FPCyS – Cambiemos.

Otra aclaración. En 2019 UPCSF no existía como espacio político, ni formal ni informalmente. Pero si recurrimos a la construcción de este indicador lo hacemos porque la contundencia de ciertos números de cuatro años atrás y los de estos días, vienen a confirmar una decisión política que no estuvo exenta de polémica hace unos meses atrás.

En 2019, el Frente Progresista Cívico y Social estaba conformado por el mayor peso del Partido Socialista y de parte de la Unión Cívica Radical. Algo parecido sucedía en Cambiemos donde la unidad se sustanciaba entre el PRO y otra parte (menor) del centenario partido. La primera de estas alianzas, conducidos por Antonio Bonfatti obtuvo en las PASO 510.000 votos mientras que los segundos, con José Corral a la cabeza alcanzó los 322.000. Si uno utilizara las matemáticas de manera caprichosa, notaría que entre ambas fuerzas llegaron a los 832.000 votos contra los poco más de 750.000 que alcanzó Omar Perotti en la general de junio de ese año y que lo convirtieron en gobernador de la provincia.

Señalamos este detalle que no es menor, corriéndonos de cierto rigor metodológico, dado que esa suma fue la que llevó a que un grupo de dirigentes idearan, aceptaran y le propusieran al conjunto de los santafesinos la creación del “frente de frentes”. Todo eso se confirma si observamos que para la general de 2019, ambos espacios alcanzaron la suma de más de 1.016.000 votos. Segunda hipótesis a tener en cuenta: para estas primarias, el electorado santafesino no peronista, aceptó de buen grado la creación de UPCSF.

4. Los votos del peronismo. ¿Dónde fueron?

Señalamos antes que el peronismo perdió 284.000 votos entre ambas PASO. También comentamos que no asistieron a votar 136.000 ciudadanos y ciudadanas. Poniendo la mirada sobre las otras fuerzas para el cargo de gobernador, notamos que en conjunto sumaron alrededor de 30.000 votos más en este 2023. Y si observamos que el total de votos de UPCSF alcanza los 952.000 sufragios, notaremos que los triunfadores de éste último domingo obtuvieron 120.000 votos más que en 2019. Casualidades o no, sumados los últimos tres ítems, llegamos a una diferencia de 286.000.

¿Podemos afirmar, tal vez de manera arriesgada, que esa totalidad refiere a lo perdido por el peronismo? Parece prematuro dar una definición taxativa, pero si tenemos en cuenta que los cuatro candidatos oficialistas no pudieron correrse de la dificultad de ser la voz de un gobierno poco ponderado, que unos cuantos ciudadanos y ciudadanas se quedaron en casa, y que la imagen de Omar Perotti, que en otros tiempos ha sabido seducir a sectores “independientes”, poco reacios a acompañar al kirchnerismo peronista (había de 3 de 4 candidatos en Juntos Avancemos), también quedó alcanzada por los cuestionamientos. Tal vez sea justo decir que arriesgamos una tercera hipótesis que explique que los votos perdidos deban buscarse en el ausentismo, en el moderado crecimiento de las fuerzas políticas menos importantes y en el mayor caudal electoral que aportó UPCSF.

5. Figuras políticas desgastadas

 En la elección del último domingo, se presentaron tres protagonistas con un ejercicio común entre 2019 y 2023: Omar Perotti, José Corral y Antonio Bonfatti tienen como hecho coincidente que hace cuatro años participaron de las PASO en condición de candidatos a gobernador y que en esta oportunidad lo hicieron como cabezas de lista para ser diputados provinciales, tratando de prevalecer en una práctica que supo imponer el rosarino, que luego también desarrolló Miguel Lifschitz a los fines de convertirse en jefes de la Cámara de Diputados.

Algo también los une: el deterioro político de sus figuras. En los tres casos perdieron votos de una manera notable. La secuencia muestra ese deterioro: Omar Perotti perdió 224000 votos (48%), el ex intendente de Santa Fe 174.000 (46%) y Bonfatti 420.000 (82%), donde puede decirse que el rafaelino hasta ahora salvó la ropa porque resultó triunfador en su interna, aunque si se repitieran los resultados del domingo, el actual gobernador quedará subsumido a un espacio menor en la legislatura.

El electorado santafesino se expresó y todo está por definirse ya que, de acuerdo a una verdad de Perogrullo, las elecciones PASO y las generales, a veces, nada tengan que ver entre sí. Aunque algunos la tengan muy difícil y otros ya se sientan ganadores definitivos.