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Fundamentar - Artículos https://fundamentar.com Thu, 28 Mar 2024 11:54:34 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es El canibalismo va al casino https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6808-el-canibalismo-va-al-casino https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6808-el-canibalismo-va-al-casino Saturno devorando a su hijo

Que la práctica política en la Argentina se ha convertido en una especie de canibalismo sin retorno, no es precisamente una novedad que vengamos a descubrir por estos días.  Para no irnos muy atrás en el tiempo (ni en las referencias ideológicas), la forma en que el extinto Frente de Todos, inicialmente estructuró al conjunto de las gestiones ministeriales, donde al interior de cada uno de ellos, se trataba de garantizar la presencia de los espacios políticos que sintetizaban la idea de la “unidad en la diversidad”, actuó como un severo limitante para imponer reformas, deterioro que se profundizó a partir de la derrota electoral de 2021. Pero lo novedoso de este lluvioso mediados de marzo, es que esa fagocitación entre propios, ya no se hace, por ejemplo, con la supuesta fortaleza que puedan representar los números en una legislatura (para el período 2019 – 2021 el FDT contaba con 109 diputados y 38 senadores propios); sino que se proyecta para buena parte del sistema político, con la oposición incluida. Recorrido por una semana de variados desgastes internos y de la inquebrantable convicción de no pocos protagonistas de jugarse algún pleno. Mientras esperamos la seca y el sol, pasen y vean. Están todos invitados.

A nivel nacional, la noticia más importante vino de la mano del rechazo del Senado al Decreto de Necesidad y Urgencia nº 70/23, por un número de votos que el oficialismo no esperaba: 42 a 25. Esas cifras dejaron en un recuerdo muy lejano los acuerdos de diciembre donde la muñeca política de la vicepresidenta, habilitó una sobrerepresentación opositora en el control de las mayorías de las comisiones. Lo sucedido en la tarde del miércoles puede pensarse como la síntesis de tres factores que hoy componen la vida nacional.

https://twitter.com/VickyVillarruel/status/1768431095878709624

1.      De la debilidad libertaria

Si bien el oficialismo cuenta con una muy baja representación legislativa (15%), la presente coyuntura del sistema político argentino no lo deja fuera de juego a la hora de imponer condiciones. Maneja los recursos del Estado nacional, está en condiciones de imponer agenda a partir de un reformado esquema comunicacional, vía medios tradicionales y redes, pero también, la atomización partidaria del conjunto, representa un factor que juega a su favor.

El problema es otro. Es el que refiere (y esto lo planteamos en el más estricto análisis de cierta instrumentalidad política) al mal manejo de esa debilidad como un recurso, ya que en la vida, uno puede mentir, pero el problema es creerse su propia mentira. El presidente Javier Milei y buena parte de sus pocos pensantes acólitos, parece haberse creído la mentira estadística de ser el presidente más votado de la historia de los argentinos. Para ser un hombre que ha vivido de los números, parece ser una pobre significación de su persona: el 56% de los votos obtenidos los alcanzó en un ballotage y la elección de 2023 es la que más personas habilitó para votar. Las peras se comparan con peras y no con manzanas, aunque ambas sean producidas en el hermoso Alto Valle del Río Negro.

Milei parece decido a jugar a la política con esa estrategia aunque ya atraviese la segunda derrota legislativa de importancia. A la queja oficialista de que “la casta” nunca había rechazado un DNU del kirchnerismo, vale recordarle que tampoco se hizo desde la reforma constitucional (lo cual incluye a sus circunstanciales aliados), y que, además, ninguna de estas propuestas resultaba definitivamente anticonstitucional como el esperpento legislativo que comentamos.

El capítulo del rechazo senatorial del DNU mostró el error que suelen cometer no pocos gobiernos cundo sufren algunas derrotas: la victimización. Sobreexpuso al presidente a brindar un conjunto de notas diarias en medios afines, y potenció el canibalismo de atacar a la vicepresidenta Victoria Villaruel, porque había habilitado una sesión sobre la que ya no tenía demasiados elementos reglamentarios para seguir posponiendo.

Desde plantear las dudas sobre su sexualidad, pasando por la acusación de traidora y al pedido de que debía ser colgada de la plaza, el combo comunicacional de redes expuso una violencia que ya es de manual y que obligó a la presidenta del Senado a grabar un discurso institucionalista donde trataba, otra vez, de deslegitimar la figura de Cristina Fernández de Kirchner, recurso que siempre puede “garpar” para cierto antiperonismo genético.

https://twitter.com/GugaLusto/status/1768613722988187963

2.      De la atomización radical

La llegada de Martín Losteau a la conducción de la Unión Cívica Radical, pareció darle una nueva impronta al histórico partido. Lejos del perfil de un cada vez más desgastado Gerardo Morales que, a fuerza de convertirse en un emperador norteño ha terminado en el papelonezco rol de defender una mal entendida hombría, a partir de los rumores que circulan en la bella Jujuy; la llegada del ex ministro de Economía suponía una renovación que traería otros aires. Su voto de rechazo al DNU confirma todo lo contrario.

El partido, que gusta verse a sí mismo como una garantía de cierta institucionalidad democrática, durante la semana emitió un comunicado que, de alguna manera, trataba de ser el sostén político de ese rechazo. El punto en cuestión es que la conducción dijo una cosa y buena parte de los conducidos dijeron otra, reflejando los límites que enfrenta el propio Losteau, que no sólo debió soportar el ataque de trolls y de periodistas generosamente cercanos al oficialismo, comentando situaciones personales y haciendo análisis psicológicos de inexistente valor; sino que fue alcanzado por el cuestionamiento público de dirigentes de la talla de Rodrigo De Loredo, presidente del bloque radical en la Cámara de Diputados y de Alfredo Cornejo, gobernador de la provincia de Mendoza.

El episodio del DNU sirvió para mostrar que el partido se enfrenta a un presente político de contar sin una conducción que sintetice una idea común; lo expone a una serie de contradicciones históricas ya que, si se pretende erigir en el partido de la institucionalidad argenta, poco se entiende que unos cuantos referentes apoyen semejante esperpento jurídico, que no ha contado con el aval de ningún constitucionalista (de fuste y de los otros) y que viene a demostrar que la estrategia de escudarse detrás de la fortaleza que, en otros tiempos, representaba la escudería Juntos por el Cambio, ahora que esta feneció, de poco sirvió para salir más fortalecidos.

https://twitter.com/Senadores_Todos/status/1768407667758821451

3.      De la (hipotética) unidad del PJ

Sabido es que el peronismo sufrió una derrota trascendente en las elecciones de noviembre. A lo largo de su historia, ha ejercido una práctica política donde los traspiés electorales rápidamente encuentran un padre sobre el que hacer recaer responsabilidades (ejemplo del machirulismo de otros tiempos). En el medio de ese proceso, el cual incluye los nombres propios de Alberto Fernández (presidente), Sergio Massa (candidato) o Cristina Fernández (vicepresidenta y jefa política de una minoría intensa), el partido trata de exponer la representación de aquellos sectores que peor la pasan (y pasarán) con el modelo económico libertario.

En esta instancia de debilidad, el deterioro que comentamos puede servir de articulador de un fortalecimiento a partir de una única verdad que hoy puede sintetizarse en algo muy simple: sabe lo que no quiere.

El rechazo a la ley ómnibus y al DNU sirve para mostrar una mínima identidad que no es poco para los tiempos que corren, más allá de las diferencias de posicionamiento que puedan exigir los gobernadores que deben gestionar sus territorios y los cantos de sirena que siempre están a la orden del día en un peronismo derrotado y que supone la reinterpretación histórica de lo que éste debería hacer de parte de personajes ya grotescos como Miguel Angel Pichetto y Guillermo Moreno.

Los dos tienen la particular virtud de explicarnos al conjunto de los argentinos lo que el peronismo tendría que realizar, desde una posición bastante relativa de su peso político. El primero, porque luego de haberse disfrazado de cambiemista, no son pocos los que comenzaron a mirarlo de reojo en su capacidad de liderazgo legislativo, dado que en la semana que se va, no logró unificar el voto de su bloque en cuanto al intento de ir por una reforma de la ley previsional; y el otro, porque más allá de su histrionismo y rol de panelista televisivo, émulo del recorrido mileista, hace escasos siete meses, no alcanzó el mínimo establecido (más del 1.5% del padrón) para participar de las elecciones generales a presidente. Una cosa es tener visibilidad y otra muy distinta, espesura política.

En el derrotero cotidiano, el canibalismo desarrollado se construye desde la mayor de las orfandades para el conjunto de los actores, apostando a un pleno en el casino. Bien lo saben Villarruel y Lousteau, que han sufrido las consecuencias de exponer diferencias con parte del sistema que los contiene.

Milei apuesta todo al déficit cero y a la baja de la inflación a cualquier costo; el radicalismo, que extraña el cobijo de Juntos por el Cambio, se divide entre la cercanía y la distancia al Ejecutivo, siendo no pocos dirigentes, definitivamente funcionales al esquema libertario; y el peronismo, intenta reconstruirse de la oposición a un modelo económico que ya extraña los índices del reaparecido Martín Guzmán. Así de simple, así de severo. Queda en el pendiente la realidad de los amarillos de Mauricio Macri. Pero para ello, ya tendremos tiempo…

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 17 Mar 2024 12:02:25 -0300
Sobre comparaciones, odios y fracasos https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6517-sobre-comparaciones-odios-y-fracasos https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6517-sobre-comparaciones-odios-y-fracasos Sobre comparaciones, odios y fracasos

La sabiduría popular, ese activo construido desde el fondo de los tiempos, ha establecido que las comparaciones son odiosas. Podríamos reinterpretar el dicho, y afirmar que lo son mucho más cuando los elementos a poner sobre la balanza no tienen demasiado que ver entre sí. Algo de eso ocurre entre peras y manzanas. Sólo digamos que tienen en común su condición de frutas que en la Argentina son producidas en el Alto Valle de Río Negro y que quedan muy ricas en las ensaladas. En nuestro país, en la semana que termina, varios compararon cosas que no tienen nada que ver entre sí, y terminaron armando una ensalada que, de sabroso, se lo debo. Repasemos.

Desde hace un tiempo, voces menores (casi insignificantes) de ciertas formas de oposición en el país, comenzaron a reproducir la idea de que la crisis de la pandemia es tan grave que triplica la cantidad de desaparecidos que dejó como saldo la última dictadura militar. El día miércoles esa opinión fue legitimada ya no por personajes desconocidos, sino por el propio Senador Martín Lousteau, joven criado en el radicalismo que alguna vez formó parte de la pretendida transversalidad kirchnerista, fungiendo, nada más y nada menos, que, como uno de los responsables de la ya tristemente célebre, Resolución 125.

La afirmación comparativa, roza la perversión. En primera instancia porque toca una arista muy sensible para buena parte de la sociedad argentina, que ha sufrido como pocas comunidades en el mundo, un plan de desapariciones que contó con el aval silencioso de las grandes potencias de aquel momento. Y en segundo lugar porque olvida y confunde el rol que ocupó el Estado en cada una de estas dolorosas circunstancias históricas.

Los 30.000 desaparecidos (¿habrá que celebrar que los partidarios del ex joven ministro no nieguen el número?) son producto de un Estado que imponía prácticas ilegales, formateaba hacia su interior fuerzas parapoliciales y, en nombre de la libertad, Dios y la familia, perseguía, torturaba, masacraba y desaparecía conciudadanos. Aunque parezca un oxímoron, el silencio de la sociedad era tan evidente que podía ser escuchado por sus propios verdugos (otro día discutiremos la legitimidad o no de las Juntas de Gobierno militar). El asesino era el Estado. Sin más vueltas, sin más suposiciones.

No hay mejores ni peores muertos. El dolor de amigos y familiares está allí, al alcance de la mano. Pero lo que sí podemos hacer quienes, de alguna manera tratamos de entender lo que pasa en una comunidad y aquellos que tratan de representarla, es intentar ser justos y medidos en todo aquello que afirmamos. El Estado argentino pandémico no persigue, no tortura, no mata ni desaparece. Las decisiones que se han tomado en los tres niveles que lo componen (nacional, provincial y municipal) y sin importar las banderías políticas, siempre se han fundamentado a partir del cuidado de sus habitantes. Con errores, con diferencias profundas, plasmadas incluso, en todos los ámbitos institucionales de rigor, ningún dirigente que se precie forzó algo parecido a la explicación videlista sobre los desaparecidos.

La preocupación, la ocupación y la disputa política por la posibilidad de conseguir más vacunas que lleguen desde distintos lugares del mundo, demuestra el interés por la vida, antes que por la justificación de la muerte. Lousteau, sus simpatizantes y sus interlocutores, deberían saberlo.

También las comparaciones estuvieron a la orden del día a partir de lo que parece ser el nuevo drama nacional de los argentinos varados en el exterior, producto de la limitación de arribo de vuelos, con el fin de retardar la llegada de la cepa Delta del virus Corona que, como todos los especialistas informan, resulta más contagiosa que las que hasta aquí hemos padecido en el país.

A mitad de semana un medio capitalino impuso en el sistema mediático y político nacional que el número de compatriotas que no podían volver al territorio nacional, era nada más y nada menos que 45000. Ese dato ya fue desmentido por las autoridades pertinentes, pero se repite como un mantra que no merecería objeción de ningún tipo.

A partir de la decisión gubernamental fluyeron rápidamente comparaciones con la situación de países del primer mundo donde parece, y solo eso, que la gravedad de la pandemia ha comenzado a ceder y, podemos ver, felices, eventos públicos con miles de personas participando de los mismos. Dicen, los que dicen que saben, que en el primer mundo la circulación se ha normalizado y lo contraponen con la situación argentina, obviando, de alguna manera, aquellas limitaciones de meses anteriores, donde el primer mundo enfrentaba una gravedad pandémica que en la Argentina aún no había sido alcanzada.

Más allá de la falsedad o no del número de 45000 argentinos sin posibilidad de retorno, lo que sobresale es la inestimable capacidad de hacernos discutir sobre temas que representan a una ínfima parte de la cantidad de habitantes del país. Más allá de la responsabilidad de los propios viajeros que firmaron una declaración jurada donde aceptaban las decisiones que podía tomar el Estado argentino en función del cierre de fronteras, lo real es que por estos días estaríamos discutiendo sobre los inconvenientes y problemas que alcanzan al 0,1% de los argentinos, que no suelen ser, precisamente, excluidos y ninguneados del sistema.

De alguna manera, la capacidad de reproducción de problemas tan mínimos, en un contexto de centenares de muertos diarios, con miles de contagios y los límites que impuso la pandemia a ciertas actividades productivas y comerciales, traen al recuerdo aquel viejo concepto marxista que versaba sobre la capacidad que tenía la burguesía en imponer como generales problemas que le concernían a su particularidad, aunque es dable recordar que Karl Marx no conoció la Argentina mediática de estos tiempos, ni las corporaciones que le dan sentido.

La semana también se formateó a partir de la idea de los fracasos. Del lado del gobierno, con su decisión de negar la renovación de la concesión de los servicios de los trenes de carga en los ramales Roca, Sarmiento y Mitre, complementa la decisión de imponer el manejo propio de la Hidrovía con la estatización del cobro del peaje y la profundización de un modelo de un Estado más activo que tiene como ejemplo a las áreas de Defensa o a la empresa Impsa.

Poca atención se le ha prestado a este tipo de decisiones, pero lo que queda expuesto de manera obvia, es el fracaso del modelo privatista que la Argentina encaró durante los 90’. No es casual la poca enjundia que algunos voceros le pusieron a la defensa de los intereses de empresas como Nuevo Central Argentino. En el caso de los trenes de carga, el informe del Ministerio de Transporte es lapidario y no debería sorprendernos en un país en donde su dirigencia política de hace tres décadas entregó sus principales activos bajo la pertinaz falacia de que todo lo privado era mejor per se.

La casi desaparición de Aerolíneas, el modelo de empresa en el que se había convertido YPF, las firmes sospechas sobre el nivel de evasión imperante en los puertos de la Hidrovía, y el deterioro flagrante del servicio de trenes de carga, muestra, en una resumida cuenta, el resultado de la venta de aquellos espejitos de colores de hace tres décadas atrás. Desde el largo plazo el resultado del fracaso no puede ser más evidente. Aunque varios protagonistas de antaño y ahora, miren para otro lado.

Del lado de la oposición, también la idea de fracaso sobrevoló desde el viernes en adelante. La firma del decreto de necesidad y urgencia que habilita la posibilidad del acuerdo con los laboratorios norteamericanos y que permitiría la llegada de las vacunas de Pfizer, Moderna y Jhonson & Jhonson al país, mostrará en los días que vienen a un conjunto opositor que intentará deslegitimar el acuerdo por hacerlo, según ellos, tarde y mal: por no haberlo cerrado antes y por hacerlo vía DNU.

Constreñidos al tema en sí, los opositores olvidan dos elementos, si se quieren, claves. Por un lado, la actual ley de vacunas fue votada por unanimidad en el Congreso de la Nación, por lo tanto, los limitantes en el acuerdo devenían del propio marco legal avalado por el conjunto de las fuerzas políticas. Y por otro, el reclamo por la llegada de Pfizer, obedeció a algo que en algún momento se pareció a una obsesión, sin perder de vista que el Poder Ejecutivo jamás negó la posibilidad de su llegada de manera definitiva, sino que, el marco legal lo impedía y ante ello, se seguía negociando, sin prisa, pero sin pausa.

En el medio, los dirigentes de la alianza que conforma Juntos por el Cambio, intentarán hacernos olvidar que han tratado de negar la eficacia de las vacunas soviéticas, chinas y cubanas por prejuicios ideológicos, las cuales han sido junto a AstraZeneca las que han aportado de manera firme y consolidada los casi 25 millones de vacunas que han llegado al país y que también, han salvado vidas. Sus observaciones jamás pasaron del reclamo, sin dejar de señalar que la pelea por la “libertad” ha sido, de alguna manera, el sustento sobre el que se construyó un accionar político que, hoy, de manera perversa, denuncia al oficialismo sobre la cantidad de muertos. Desde estas líneas, hace tiempo que señalamos el sinsentido. Hoy, se muestra en toda su dimensión.

Tal vez sea hora de tomarnos en serio nuestra tarea de sospechar de la utilización de los dramas sociales como recurso político. De cuestionar severamente dichos que retroalimentan situaciones de dolor y muestran heridas que, pese a quien le pese, aún están abiertas. ¿No?

(*) Analista político de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 04 Jul 2021 11:15:40 -0300
Las estrategias de la UCR de cara a la Convención Nacional https://fundamentar.com/nacional/item/6143-las-estrategias-de-la-ucr-de-cara-a-la-convencion-nacional https://fundamentar.com/nacional/item/6143-las-estrategias-de-la-ucr-de-cara-a-la-convencion-nacional El Gobernador de Mendoza y titular de la UCR Nacional, Alfredo Cornejo, será protagonista de la Convención del lunes.

El radicalismo enfrenta una batalla interna para resolver su posición respecto a Cambiemos y las candidaturas de Mauricio Macri y Roberto Lavagna. La cita es el lunes 27 de mayo en Costa Salguero

El radicalismo se encamina a su nuevo Día D: la convención nacional que se realizará el próximo lunes en Costa Salguero y que servirá para reconfigurar su identidad dentro de Cambiemos. Si Gualeguaychú, en 2015, resultó una estrategia política exitosa por los resultados electorales, el centenario partido en este 2019 va por su empoderamiento: forzar la ampliación del frente, habilitar la herramienta PASO. O romper, como proponen los más radicales de los radicales. Halcones y palomas.

En total son 347 los convencionales de todo el país habilitados para participar del encuentro, que tendrá como antecedente la propuesta de la última convención bonaerense, liderada por Daniel Salvador, el vicegobernador de Buenos Aires.

Hasta el momento hay tres posiciones definidas dentro del ecosistema radical. La más dura es encabezada por Alfredo Cornejo. El gobernador mendocino filtró un documento esta semana donde propone un neo-Cambiemos. El texto es elocuente: habla de una "ampliación en una nueva coalición para participar en las próximas elecciones nacionales". Es decir, el certificado de defunción de la marca Cambiemos.

Este jueves, en declaraciones públicas, Cornejo avanzó todavía más en este sentido."Hay peronistas republicanos que no quieren volver para atrás. Si es un peronista republicano que cree que la riqueza se construye primero para después repartirla, como es el caso del gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, por qué no invitarlo a sumarlo a un frente más amplio. O (Roberto) Lavagna que fue ministro de Economía de (Néstor) Kirchner y también fue secretario de Comercio Exterior de (Raúl) Alfonsín", manifestó.

Hasta el momento son especulaciones que se analizan en Casa Rosada, donde uno de los interlocutores radicales es el histórico dirigente Enrique "Coti" Nosiglia. En tanto, cerca del ex ministro Lavagna, descartaron de plano un posible desembarco en un Cambiemos aggiornado. "Jamás", señalaron ante la consulta de este medio. 

 

Lousteau, a la carga

Otro actor importante ayer volvió a pedir una ampliación "hacia el centro". En la presentación de su nuevo libro en La Plata, Martín Lousteau afirmó: "La grieta también es dos postes con dos elásticos, y la pregunta es hasta dónde vamos a tensar el elástico, si hacia afuera, o hacia adentro. Si lo tensamos hacia afuera, no hay recomposición posible. Hay que agarrar el elástico y traerlo para el centro. ¿Por qué no hacemos que el futuro sea distinto? ¿Por qué no nos corremos más al centro? ¿Por qué no convocamos a más? Estoy convencido de que si hacemos eso, vamos a acercar los elásticos, y por ahí si los acercamos llegamos a anudarlos y a empezar a discutir como corresponde las cosas que hay que hacer para devolverle el Estado a la gente". Lousteau estaba acompañado por Marco Lavagna. Un guiño.

A su vez está el grupo más moderado, los dirigentes que trabajan en un borrador que busca suavizar el documento filtrado por Cornejo. Lo integran el vicegobernador bonaerense Salvador, pero también el vicepresidente de la Convención, Agustín Campero, el legislador porteño Facundo Suárez Lastra, Jesús Rodríguez, entre muchos otros dirigentes. Este grupo también habla de PASO y ampliación, pero siempre dentro del actual Cambiemos y respetando los preceptos de Gualeguaychú 2015.

El texto ratifica "la integración de la Unión Cívica Radical a la Coalición Cambiemos" y promueve "su fortalecimiento y ampliación a través de un programa común". Además, promueve "en la Coalición Cambiemos la formulación de un esquema de funcionamiento -reglado y sistémico- que provea certidumbre en los procesos decisorios".

El punto 2 del documento hace referencia a la comisión encargada a un grupo de dirigentes para "integrar una representación para avanzar con los otros integrantes de la Coalición en el cumplimiento de los objetivos establecidos, compuesta por integrantes del comité nacional, de la convención nacional y de los bloques legislativos. A este documento, menos crítico con la conducción del PRO al frente de Cambiemos, suscribirían Ernesto Sanz, Ángel Rozas, Mario Negri, Luis Naidenoff y José Cano.

"Por ahora, la discusión es por si los convencionales deben votar un texto declarativo tan duro como el que hizo circular Cornejo o directamente no votar declaraciones y solo votar un texto con la resolución", señaló un importante dirigente radical, al tiempo que trazó un panorama para el día después de la convención del lunes próximo: "A partir del martes, una vez que la Convención haya votado y se cree una mesa presidida por Cornejo (así lo dispone uno de los puntos de su documento filtrado), la negociación con Marcos Peña va a ser muy dura, porque los radicales lo que quieren es subsistir, quedarse con las principales listas de diputados y senadores, porque también lo que se pone en juego en las elecciones es el Congreso que viene, y se quiere renovar todas las bancas, que en Diputados son 16".

En esta línea, un grupo de radicales ya advierte que a partir del martes Cornejo va a trabajar para que la candidata sea Vidal, porque la Convención podría darle un cheque en blanco para moverse. Esta postura es la que expresó hace poco Julio Cobos: "Vidal puede representar en esta segunda etapa una mejor oferta electoral", planteó el ex vicepresidente de Cristina Kirchner en una entrevista radial, una declaración que no cayó bien entre los radicales más "amarillos". "Fue algo desubicado,  fuera de tiempo y de lugar", reprocharon.

Allegados a Cobos redoblaron la apuesta. "Lo que dijo en on lo dice en off. Es más, se lo mandó a decir a Vidal semanas atrás. Julio cree que la alternativa para poder ganar es con Vidal a la cabeza, porque su gestión es buena, su imagen es alta y su rechazo es muy inferior al de Macri. Además, es una candidata de Cambiemos, con lo que no se rompe nada, y se puede fortalecer con un vice de la UCR, como Lousteau. Es un planteo razonable y compartido, pocos se animan a expresarlo".

Por último, un grupo más radicalizado, y minoritario, es el que integran Ricardo Alfonsín, el vicepresidente del Comité Nacional, Federico Storani y el titular de la Convención, Jorge Sappia. Son los que directamente sugieren que se debería terminar la alianza con el macrismo y la Coalición Cívica para armar un esquema sin esos socios, y buscar al socialismo, al GEN y a Lavagna. El rechazo a esta propuesta es casi absoluto.

Hasta el plazo de la justicia electoral para entregar las listas de candidatos, Cambiemos continuará siendo terreno fértil para las especulaciones y los tironeos. Hay plan A; hay plan "V" por si algo falla; hay plan "MV": en el oficialismo los planes se multiplican. Mientras tanto, el fin de semana Macri aguarda novedades de los focus groups encargados al psicólogo español Roberto Zapata. Datos decisivos para definir una estrategia electoral definitiva.

FUENTE: Infobae

EDICIÓN Y RELEVAMIENTO: Santiago Toffoli

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Argentina Fri, 24 May 2019 10:47:04 -0300