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Fundamentar - Artículos https://fundamentar.com Fri, 29 Mar 2024 03:05:32 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Ajustado (otra vez) https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6784-ajustado-otra-vez https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6784-ajustado-otra-vez Ajustado (otra vez)

El escenario era el mismo. La alegría también. Los festejos se emparentaban a partir del respaldo popular. Incluso, las consecuencias institucionales pueden ser definidas como semejantes: así como Maximiliano Pullaro contará con mayoría propia en la legislatura santafesina, Pablo Javkin quedó a un tris de contar con la mitad más uno en el Concejo Municipal de Rosario.

Pero las realidades políticas resultan diferentes. Mientras que el gobernador electo triunfó a lo largo y ancho de la provincia, el intendente rosarino prevaleció en todo el centro y en alguna que otra seccional de los extremos de la ciudad. El resto, prefirió la propuesta electoral que ofrecía Ciudad Futura. El fenómeno no es nuevo. Ya en los noventa, algunos candidatos hablaban de una ciudad con dos perfiles claramente definidos al interior de su territorio.

El ballotage de hecho que protagonizaron los rosarinos el domingo 10 de setiembre, mostró situaciones diferentes para ambas candidaturas. Con casi 63% de participación, unos tres puntos más que en las elecciones de julio, lo que se traduce en una asistencia de unos 50.000 rosarinos más, Pablo Javkin logró fidelizar el voto de todo el frente Unidos Para Cambiar Santa Fe, sumando unos 13.000 votos más que hace dos meses atrás. Juan Monteverde, por su parte, no sólo logró retener el voto de los electores que habían preferido a Roberto Sukerman en la interna, sino que terminó agregando unos 77.000 votos que, podría inferirse, corresponderían al resto de las fuerzas que no habían superado el piso electoral.

Son dos las razones que fundamentan la reelección del ex militante de Franja Morada. La primera refiere al núcleo duro de votantes del centro rosarino. Históricamente anti peronista, en esta oportunidad tampoco avaló mayoritariamente, la candidatura de Monteverde. Por ser un “hippie con Osde”, por ser socio político del kirchnerismo, o incluso, por ser calificado de ocupa por su trabajo territorial en Nuevo Alberdi; lo cierto es que todas esas acusaciones, además de falsas y que poco tenían que ver con lo que supone el estado de la ciudad y lo que se desea para la misma en los años venideros, fueron propaladas en algunos casos por los propios dirigentes oficialistas y en otras a través de la utilización perversa en las redes.

https://twitter.com/pablojavkin/status/1701049099116577210

La Rosario de entre bulevares es una ciudad digna de ser vivida. Cuenta con servicios de excelencia: multiplicidad de líneas del transporte urbano de pasajeros, estaciones de bicicletas, los taxis derivan por decantación en la zona, sus calles están iluminadas con luces led y varias de ellas han sido re pavimentadas en el último tiempo, la oferta de teatros y cine resulta variada, el servicio de recolección de residuos pasa puntualmente, la gastronomía cuenta con múltiples opciones y termina resultando junto a Pichincha y la costanera en la zona norte, los lugares turísticos por excelencia. Los ciudadanos y las ciudadanas que habitan el lugar, no enfrentan necesidades estructurales porque todo está relativamente resuelto.

La mayoría de los barrios de la ciudad son la contracara. Rosario sigue siendo una ciudad desconectada en términos de transporte. Por falta de vehículos o por los problemas de inseguridad, esperar un servicio de línea de noche puede ser una verdadera odisea. Muchas de sus calles se encuentran en un estado de abandono desde hace lustros. Uno puede citar de memoria y sin soplar los pozos que existen en determinadas calles sin que ni siquiera se emparchen. El rol que debían cumplir los Centros de Distrito como forma de desarrollo cultural sólo se cumple en parte al igual que el servicio de barrido y limpieza. Las necesidades estructurales abundan y, parece, que más allá de la profusa publicidad oficial, los vecinos y las vecinas del otro lado del polígono que representan 27 de febrero, Francia y el río, demostraron, mayoritariamente, su descontento en la jornada del domingo.

La segunda razón que fundamenta el triunfo de Javkin, recae en la utilización de un discurso eficaz que el frente Unidos Para Cambiar Santa Fe utilizó a lo largo y ancho de la provincia, el cual operó en tres niveles. Uno de ellos refería a que los problemas eran culpa de los otros: si en 2019 el actual intendente nos explicaba que tenía un plan para la seguridad de Rosario, en 2023 la violencia reinante obedecía a que a la ciudad no se la cuidaba desde el Estado nacional como así tampoco del provincial. Los problemas del transporte eran exclusiva responsabilidad de los fondos siempre insuficientes a partir de la falta de federalismo. El tono firme en el marco de la campaña, los gestos adustos en la cartelería urbana y cierta sobreactuación de enojo completaban el cuadro.

El segundo nivel operaba sobre la acusación de Monteverde como un socio del kirchnerismo. “Rosario no debe volver para atrás” era uno de los latiguillos oficialistas, poniendo en el centro del dispositivo discursivo a un sujeto político que nunca había tenido peso en la ciudad, ya que nunca pudo gobernarla. La apelación apuntaba a la sensibilidad de un electorado seducido por una falsa grieta que ve a la estructura conducida por la vicepresidenta Cristina Fernández como la síntesis de todos los males. De allí que el discurso de Patricia Bullrich, en la noche de la celebración, anunciando la destrucción de ese espacio político, no se haya visto como desperfilado o desubicado ni mucho menos.

https://twitter.com/juanmonteverde/status/1701069661045932525

Finalmente, el tercer nivel refería a la ilusión de gobiernos en la misma línea ideológica. Según el ahora intendente electo, los “buenos vientos que vienen”, serían consecuencia del eje común que supone que Pullaro gobierne la provincia y Bullrich el país. Esa idea fuerza, que termina de confirmar el giro a la derecha de Javkin, que anunciábamos aquí hace casi un año, permitiría liberar a Rosario de las cadenas que le impiden su desarrollo.

La idea resulta falaz, ya que cuando a Rosario le ha ido bien fue producto del modelo de acumulación que la favorecía (década del 60’ y parte de los 70’) y quedó atravesada por la miseria y el atraso a partir del modelo de la Convertibilidad que varios de sus actuales socios políticos reivindican. La ciudad no necesita para su desarrollo una misma línea ideológico partidaria, sino un marco económico y jurídico que tenga en cuenta su especificidad transformada desde hace cuatro décadas.

A diferencia de lo que supo moldear el socialismo, con sus planes estratégicos, el desarrollo de la costa central a partir del corrimiento del Estado nacional de la antigua zona ferro portuaria, las descentralizaciones administrativas y la inversión en salud pública, a Creo le ha costado mostrar un eje vertebrador de la gestión que permita intuir hacia dónde va la ciudad en los próximos años. Podrá decirse que la pandemia del Covid todo lo complicó, pero no menos cierto que eso es que, en esta campaña electoral, instancia que debería haber servido para mostrar algún mínimo atisbo de hacia dónde se quiere ir, esa circunstancia, no apareció.

Pablo Javkin lo hizo otra vez. Al igual que en 2019, donde apenas triunfó por 7.000 votos, en éste 2023 volvió a prevalecer pero en esta oportunidad con una diferencia un poco más holgada de 16.000 sufragios. Al igual que hace cuatro años atrás, cuando supo diferenciarse de un oficialismo desgastado del que formaba parte, ahora, supo exponer en la responsabilidad de los otros los problemas que afectaron a su propia impericia y opacidad de gestión. Según su prédica, será cuestión de apostar por un triunfo del desgastado Juntos por el Cambio a nivel nacional para que la ciudad se vea favorecida. Pero si eso no ocurre, ya sabremos dónde recaerán ciertas responsabilidades en el tiempo que viene.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Thu, 14 Sep 2023 15:40:22 -0300
Plomo y Humo. El desafío de representar https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6725-plomo-y-humo-el-desafio-de-representar https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6725-plomo-y-humo-el-desafio-de-representar Plomo y Humo. El desafío de representar

Hay balas que van volando,
por el mundo, por el mundo.
Hay quienes que las esquivan
por el suelo, por el suelo

Lila Downs

Si, al decir de Horacio Ferrer, las callecitas de Buenos Aires tenían “ese no sé qué”, en la semana que termina, en Rosario, no habrá faltado el funcionario que parafraseara al genial compositor porteño y se preguntara, qué había detrás de unos simples grafitis que definieron de manera notable, un malestar social cada vez más creciente. La frase “Plomo y humo. El negocio de matar”, escrita sobre algún símbolo rosarino y sobre edificios institucionales pareció exponer mucho más que un simple acto de vandalización. Como al pasar, la salida de un ministro de Seguridad provincial y la movilización de 10.000 rosarinos al Monumento Nacional a la Bandera, parecieron completar un cuadro social que merece su análisis. Pasen y vean.

Dos ejes atravesaron la semana de la región: la salida de Jorge Lagna como ministro de Seguridad y el padecimiento de millones de ciudadanos del humo que llegaba de las islas entrerrianas.

En el primero de ellos, no faltó la voz mediática que se animó a afirmar que las pintadas ya comentadas apuraron la salida del ahora ex funcionario. Parece un exceso. La situación dramática que vive la ciudad de Rosario en particular, con más de 160 asesinatos en lo que va del año, triplicando la media nacional, resulta un elemento lo suficientemente contundente que minimiza cualquier explicación que especule con arrebatos de expresión callejera.

La llegada de Lagna había supuesto una especie de continuidad de lo que había mostrado Marcelo Saín (ya que integraba parte de su equipo), pero a la vez, presentaba algunos matices bien diferenciados que se evidenciaron en un trato distinto con la oposición y el oficialismo en el Congreso Provincial. Se reinició un diálogo que había impedido que al primer ministro que había elegido Omar Perotti le aprobaran un paquete de leyes que el ex director de la Policía de Seguridad Aeroportuaria consideraba prioritarias.

El derrotero seguido por el gobernador no deja de ser digno de mención. A inicio de su gestión puso al frente de un área tan sensible a un hombre que venía con las mejores referencias políticas brindadas por el mismísimo Presidente de la Nación Alberto Fernández. Más allá de que su diagnóstico fuera acertado o no, la brutalidad política de Saín, su especial predilección por emprender batallas mediáticas y de redes por temas menores y la poca efectividad en la solución de los problemas del área, habilitaron la eyección del cargo. Lo dijimos en su momento: con su salida, Santa Fe se perdió una oportunidad de oro para imponer una reforma de trascendencia, no sólo en la policía provincial sino también en buena parte del entramado judicial que esta semana no se privó de un nuevo pequeño gran escándalo y mostró al jefe de los fiscales Jorge Baclini en una foto con el hipotético pre candidato a presidente Horacio Rodríguez Larreta y el diputado provincial Maximiliano Pullaro, ex ministro del área.

La designación de Rubén Rimoldi, supone una vuelta atrás en varios aspectos y no acarrea una renovación de expectativas de los sectores de representación popular. Se rompe una continuidad de más de 20 años de ministros “civiles”, el flamante funcionario llega con un historial cuestionado por lo hecho en 2012, donde prohibió una actividad de Madres de Plaza de Mayo en Casilda, pero, además, y esto sí que es un dato definitivo a tener en cuenta, sus declaraciones iniciales hicieron especial hincapié en la ausencia policial en el territorio.

Más allá de situaciones específicas, cuando uno le presta atención al derrotero que muchas veces se conocen de los crímenes sucedidos Rosario, parece de difícil resolución la cuestión a partir de la presencia o no de la policía en los barrios más pobres de la ciudad, ya que, de alguna manera, el formato de la violencia instalada, al boleo y sin mucho sentido, no se resuelve con un patrullero más o menos en una zona circunstancialmente caliente. Parece el preanuncio de más de lo mismo: en los últimos años en la provincia en general y en Rosario en particular, hemos convivido (sistemáticamente) con anuncios de más patrulleros, más policías, en definitiva, más recursos para el control y la situación resulta cada vez más gravosa.

Con las grandes bandas supuestamente desarticuladas, muchos de los asesinatos y de los hechos de violencia que se padecen refieren a una disputa por el territorio; más presencia policial en las calles no parece ser verdadera solución definitiva al problema. Para el gran déficit de la gestión de Omar Perotti, tal vez la solución nunca llegue haciendo más o menos lo mismo, independientemente de los nombres propios.

Si algo tuvo de virtuoso el conjunto de pintadas que se sucedieron en un par de noches, y más allá del ridículo apuro por borrarlas de partes de las autoridades locales, fue el hecho de que parecieron reflejar acertadamente un cansancio social en dos temas que resultan definitivamente sensibles.

El reproche refiere a una especie de máxima smithiana de "laissez faire, laissez passer"  (dejar hacer, dejar pasar) que tiene a la Justicia entrerriana, paradójicamente, como una de las principales acusadas. Tres días de humo continuado activaron a tal punto inconvenientes en la salud y quejas ciudadanas, que no pareció extraño que 10.000 rosarinas y rosarinos se juntaran alrededor de su símbolo edilicio más importante para reclamar por una solución definitiva. La foto del miércoles a la tarde se completaba con la provocación de tres focos de fuego sobre las que el viento del norte evitaba que el humo se instalara en la zona.

La demanda ha sido de tal magnitud que el poco visible Juan Cabandié, a la sazón ministro de Ambiente de la Nación, se hizo presente en el Juzgado Federal de Victoria para ampliar sus denuncias con nuevos datos sobre responsables de algunos terrenos incendiados. La respuesta institucional no se agotó allí ya que la propia provincia de Santa Fe, operó en el mismo sentido y un grupo de intendentes y presidentes comunales de la región hicieron públicos sus reclamos a partir de una actividad conjunta.

El malestar es grande. Existe y se evidencia en los cuestionamientos de los manifestantes que usaron todo tipo de recursos para la queja, con barquitos de papel incluidos, y que le pusieron contenido a una marcha que, lejos de ser espontánea, permite suponer que vendrán nuevos capítulos en la demanda.

Los manuales más elementales de la teoría política indican que, de alguna manera, los partidos políticos surgen para canalizar las demandas sociales. En un contexto ambiental que parece indicar que la sequía seguirá ocupando el centro de la escena, con un sistema institucional que no parece estar preparado para la resolución del problema, la pregunta del millón radica en saber en qué medida esas mismas estructuras partidarias, que muchas veces parecen anacrónicas, podrán interpelar a una comunidad que se siente desprotegida. Puede decirse que la demanda es transversal y eso quedó demostrado en la concurrencia variopinta de la última marcha. Y, debe decirse, algo parecido sucede con la demanda de seguridad.

Vale preguntarse, por ejemplo, dado que en la cuestión del humo, la explicación causal refiere a preparar terrenos para la producción agrícola, qué tendrán para decir las organizaciones que representan los intereses del campo patronal ahora que, según las declaraciones de Nicolás Pino, Presidente de la Sociedad Rural, el sector debe prepararse ya no para la defensa pública de sus intereses sino para la participación mucho más activa en el sistema de representación partidaria del país.

A pocos meses de un proceso electoral que definirá a un nuevo gobernador (según los primeros trascendidos las elecciones generales serían en junio, las PASO en abril y los cierre de listas en febrero), inseguridad y medioambiente son los temas que, sin quererlo, se imponen en la agenda local, con una ciudadanía que ha empezado a exigir algunas respuestas más contundentes.

Tal vez la naturaleza se apiade, aparezcan las lluvias, los vientos roten en otros destinos y la ribera oeste del Paraná en el período primavera – verano pueda dejar de lado el malestar y los inconvenientes de los últimos días. Y tal vez, el flamante ministro de Seguridad haya diagnosticado correctamente el problema, y los rosarinos empecemos a dejar atrás tanta angustia y dolor en los barrios allende los bulevares. Sería el escenario ideal, para no terminar, como canta Lila Downs, esquivando balas (y humo) en el suelo. Que así sea.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 13 Aug 2022 10:18:43 -0300
Los números y la caja de pandora https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6627-los-numeros-y-la-caja-de-pandora https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6627-los-numeros-y-la-caja-de-pandora Los números y la caja de pandora

Abierta está la caja de Pandora.
Se le advirtió,
pero, aun así, ella la abrió.
El mal dejó salir de allí Pandora,
y en su interior,
solo esperanza quedó.

Tierra Santa

De alguna manera, los números dominaron la semana en la Argentina en general y en Rosario en particular. Por un lado, el Censo 2022 y por el otro la situación del transporte en el interior del país, pusieron en el centro de la escena una serie de discusiones que en la mayoría de los casos se quedaron en la superficie de las cosas. De haber funcionado de otra manera, cual caja de Pandora, tal vez muchas “desgracias” podrían haber sido descubiertas. Si el censo es una foto que define los últimos doce años de la vida de los argentinos pero que iremos descubriendo en el futuro; la situación del transporte rosarino representa una historia vieja que unos cuantos intentan hacernos olvidar. De ambos hechos, en los últimos siete días se escribió un nuevo capítulo. Pasen y vean.

El tema del transporte no se circunscribió exclusivamente a la ciudad de Rosario, sino que alcanzó a todo al conjunto de las provincias del país. Cuando el día lunes, vencida la instancia de la conciliación obligatoria, se conoció la decisión sindical de realizar una medida de fuerza que implicaba un paro de transporte de 72 horas, las alarmas del conjunto social se encendieron. No descubrimos nada si planteamos cómo afecta al común de los ciudadanos, más o menos pudientes, viviendo en el centro, en los barrios o en la periferia, la imposibilidad del uso del transporte público. Todas las actividades quedan, definitivamente, condicionadas.

La respuesta política no se hizo esperar. La mañana del martes comenzó con la trillada argumentación mediática de la diferencia de asignación de subsidios al transporte público entre la región metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y el resto de las provincias argentinas. Según comentan desde voces oficiales de la provincia y el municipio, mientras el conjunto de bonaerenses y porteños (y porteñas) gozan del beneficio del 89% de los subsidios, el otro 11% debe ser repartido en el resto del país. Si esto es así, y ningún funcionario nacional salió a desmentirlo, la situación es por demás de injusta y se ancla en un dato objetivo: mientras en CABA un boleto cuesta $18, hasta mañana domingo en Rosario, Córdoba y Santa Fe, trepa a $59,35.

No dejó de ser llamativa la argumentación de números y porcentajes que periodistas, voceros y operadores mediáticos anunciaban desde el comienzo de la mañana. El broche lo ponían funcionarios municipales y provinciales que repetían el mismo discurso. En todo caso, debe decirse, no está del todo claro, quien copiaba a quien. Pero hay otros elementos que indudablemente no se mencionaban y que de alguna manera quedaban ocultos: de la cotidianeidad de estos días y de una gestión gubernamental sobre el transporte que lleva más de treinta años.

Lo llamativo de las declaraciones, análisis y comentarios del martes era que el problema se iniciaba en el marco de una discusión salarial. Siendo así, parecía legítimo escuchar la argumentación empresarial del por qué no se llegaba al acuerdo. Pero la voz del sector privado brillaba por su ausencia. Todo se ceñía a las falencias del Estado nacional. No deja de ser llamativo que, ante un conflicto en un sector mixto, sea uno sólo el responsable, mientras que el otro protagonista nada tenga para comentar.

La primera pregunta se cae de maduro: si los empresarios “privados” dependen del Estado nacional para el otorgamiento de un aumento salarial, vale saber cual es la razón de ser de su existencia. Si el costo político de un conflicto salarial lo debe pagar el Estado, no se termina de entender del todo dónde aparece el riesgo y la responsabilidad empresarial.

La secuencia continuó el día miércoles, cuando a lo largo y ancho del país nos enteramos que había un principio de acuerdo entre las partes, lo que permitiría levantar el paro del día jueves, cuestión que terminó sucediendo. Lo interesante del caso es que, durante todo ese día, nadie confirmó los alcances de la buena nueva. Si allá por los 80’ el mítico Raúl Granados se preguntaba, “dónde está la plata”, en este caso, bien vale parafrasearlo y preguntarnos quien ponía la plata. Silencio por aquí, silencio por allá. Nada tenían para contar funcionarios ni comunicadores.

La respuesta la empezamos a sospechar 24 horas después, cuando el oligopolio mediático rosarino (¿alguna vez nos animaremos hablar del sistema de medios santafesino que concentra en muy pocas manos la “verdad publicada” en la región?), comenzó a hacer circular la idea de que el Observatorio del Transporte se reuniría para analizar la revisión de las tarifas. Son tan expeditivos los compañeros, compañeras y los no tanto, que al caer la noche ya se había dejado correr el nuevo precio: $69,5. La frutilla del postre la puso el intendente de la ciudad al firmar el decreto respectivo con el aumento que comienza a operar desde el lunes.

https://twitter.com/lacapital/status/1527951332350513154

Lo interesante del caso se extiende hasta este sábado ya que si usted querida lectora, estimado lector, se toma el trabajo de leer los tres diarios de la ciudad, se editan todos con la misma argumentación del porqué del aumento. En sus “considerandos” nos enteramos que el costo del boleto alcanza los $105 y que la diferencia ($35) la ponen el municipio y los empresarios. Aplausos por tanta bondad de empresarios que, en un sistema capitalista, invierten para perder dinero, pero, debe decirse, no queda del todo claro donde están los fondos de ese 11% que pone el Estado nacional.

En esta historia de verdades dichas a media debe alzarse la mirada y prestarle atención al problema estructural que representa el transporte urbano de pasajeros desde hace treinta años. Para que se entienda la magnitud del problema, bien vale juntar los extremos temporales: Rosario pasó de tener un sistema con multiplicidad empresarial que contaban con líneas con más o menos ganancias, a uno donde convive un actor privado (o sus herederos) que opera las líneas más rentables y uno público que anda por la vida recogiendo los restos de aquellas empresas que “se caen” o deciden irse de la ciudad y que son, vaya novedad, las no rentables.

En la ciudad evolucionamos institucionalmente desde una discusión que se instalaba en el Concejo Municipal, que actuaba como natural (y legal) caja de resonancia, hacia una coyuntura que bien supo instalar la ex intendenta y actual diputada Mónica Fein, donde el cuerpo legislativo cede su potestad y habilita al Poder Ejecutivo a imponer el aumento si así lo considera oportuno. De una decisión colectiva y construida con discusiones y consensos, a otra que resuelve la soledad del intendente.

Desde la promesa noventista que nos anunciaba el modelo Curitiba, con unidades de distinto tipo, evolucionamos hacia un sistema donde la única gran virtud que logró plasmarse radica en la posibilidad del trasbordo sin costo alguno (cuestión que, cuando se lo compara con Buenos Aires debería tenerse en cuenta ya que allí no existe esa opción); y que, además, duele decirlo, no son pocos los barrios rosarinos que no se encuentran unidos por una sola línea de transporte.

Sacando el contexto de la pandemia, que obligó a la reestructuración de líneas y sobre la que mucho no puede decirse ya que tanto el Estado como el sector privado hicieron lo que pudieron en esa coyuntura, bien vale recordar que en Rosario se atraviesa este 2022 con serias falencias del transporte que no pueden ser adjudicadas exclusivamente a un problema del reparto de fondos. Sin audiencias públicas que permita discutir el estado real del servicio público, como sucede cuando se pretende imponer un aumento de tarifas y sin un verdadero conocimiento comunitario sobre el gerenciamiento de las empresas que pertenecen al sector público; mucho de lo que se diga desde las autoridades locales se parece más a un repartir responsabilidades hacia arriba y que evite abrir la caja de Pandora que suponen tres décadas de desaciertos de gestión.

Pero, además, y si hablamos de agendas no deseadas, las novedades que trajo el censo hacen pensar en algunas discusiones que servirán de argumento en las semanas venideras para el agite de algunos fantasmas.

Atravesado por un nuevo intento de deslegitimación, que, a diferencia de lo ocurrido en 2010, donde la fiebre comunicacional operaba sobre el miedo de quien te iba a censar (ahora también estuvo presente esa actitud. pero este articulista cree que en menor medida), algunos cuestionamientos rayaron la ridiculez, al punto de la queja de porqué se decretaba feriado y por qué no se hacía un domingo teniendo en cuenta la situación económica de algunos sectores del comercio que la pandemia afectó de manera decidida.

Lo primero que debe decirse es que un censo se realiza porque está establecido en el marco legal argentino. Aunque parezca básico decirlo, en un domingo son múltiples las tareas laborales que se desarrollan, más allá de que los quejosos crean que, porque ellos no laboran en esa jornada, el mundo allí termina.

Por otro lado, además, cabe recordar que no es una actividad que se diagrama en un abrir y cerrar de ojos, sino que tiene una elaboración en lo previo que supone acordar en un formato académico qué y cómo se pregunta, y que la logística de movilizar a 600.000 ciudadanos para que consulten a sus pares, exige una planificación que lleva muchos meses, incluso años.

Indec informó, en formato de adelanto, que somos 47.327.407 la cantidad de personas que habitamos el territorio argentino y a partir de allí comenzaron algunas discusiones, tal vez no deseadas para este momento social. La que más ruido hará en las semanas que vienen refiere al problema de la representación política ya que, de acuerdo a la ley vigente, varias provincias deberían cambiar su número de diputados en esa cámara, algunos con más y otros con menos.

https://twitter.com/Censo2022/status/1527417203053645824

Si a uno lo apuran un poco imagina que no habrá ningún cambio significativo por dos grandes razones: la primera es que la modificación de la representación supone el agregado de unos setenta diputados más. En tiempos donde reverdece la mirada sobre el costo de la política, agregar nuevos legisladores no parece ser una medida que pueda plasmarse efectivamente. Y, además, el segundo impedimento es que la hipotética modificación supone la pérdida de algunos representantes de C.A.B.A y el agregado en las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. Es de imaginar, que el debate terminará más temprano que tarde, sin modificación de ningún tipo.

Pero esa no es la discusión más importante que se viene, sino que, con el correr de los meses, una vez confirmados los números de habitantes en cada provincia, ciudad y comuna, probablemente deban modificarse las partidas presupuestarias que, en muchos casos, recordemos, se estructuran a partir de cada censo poblacional. No sería raro descubrir que varios están gastando más de la cuenta.

El censo también puede traer algunas discusiones no deseadas y tal vez, abrir una caja de Pandora. Pero como bien nos enseña la mitología griega, la esperanza es lo último que se pierde. Y probablemente, aunque la imagen que el espejo nos trae por lo realizado el 18 de mayo no nos guste, haya que aplicar aquella máxima que supo hacer famosa el trovador catalán: “nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”.

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 22 May 2022 12:10:40 -0300
Puesta en escena https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6622-puesta-en-escena https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6622-puesta-en-escena Puesta en escena

Buenos atracos, perfectos atentados,
bien iluminados.
Las monjas verdes revolucionarias,
para gran consumo.
Noticias de ayer, extra, extra…

Carlos Indio Solari

La política, la que se juega en las altas esferas, supone la construcción de un relato, el que se solidifica con imágenes y hechos que se desarrollan en el día a día, de alguna manera en formato de “campaña permanente”. Redes, medios de comunicación y, en los últimos años, influencers, operan en una realidad sobre la cual el dirigente / funcionario siempre debe estar muy atento. Los simbolismos son moneda corriente y se justifican en el permanente intento de la construcción de sentido. En la semana que pasó, por un par de días, Rosario se convirtió en el centro de las miradas de la política nacional por su condición de ciudad (y región) atravesada por la problemática del narcotráfico. El punto de discordia es que sus protagonistas no fueron políticos, sino jueces. Un hallazgo de la democracia que hemos sabido construir. Repasemos.

El dirigente político tiene su razón de ser en todo aquello que dice, que verbaliza, pero también en la acción, en lo que defiende con su discurso y con su cuerpo. Usa una multiplicidad de simbolismos en el día a día. Desde su aspecto físico, su forma de vestir, su dicción y hasta la forma en que se relaciona con interlocutores de todo tipo lo definen. Expresa ideas, una cosmovisión del mundo, una forma de interpretar la realidad que lo rodea.  Las formas suelen ser cuidadas, al punto de tener muy en claro qué se dice, para qué se dice y cómo se dice. El destino final es ganarse la confianza de la sociedad para, en una sociedad democrática, ser electo (o reelecto) a los fines de manejar cuotas de poder que le permitan imponer esa idea original. En resumen, para ese formato de político, las elecciones son el último escollo legitimante.

En la Justicia no funciona de ese modo. Es otra cosa (o debería serlo) según nos dicen los manuales más elementales de Educación Cívica. También cuenta con sus propios simbolismos, que, en plena era de la virtualidad, algunos resultan definitivamente anacrónicos.

Por ejemplo, en sociedades dinámicas, que se pretenden igualitarias, con multiplicidad de credos y valores, vale preguntarse hasta cuándo se puede seguir sosteniendo la imagen de una cruz en un ámbito que debería instrumentarse como secular, o la utilización de púlpitos desde donde el juez está por encima de todos como una síntesis de toda razón o, yendo más allá, en la utilización del término Su Señoría que refiere, indudablemente, a la idea del Señor, de tiempos que la modernidad supieron dejar atrás, hace nada más y nada menos que de doscientos años.

Esa simbología pareciera actuar como una especie de reserva moral que no se entiende muy bien de qué, ni de porqué algunos la protagonizan. Argentina vive un tiempo social en el que un grupo de señores (de los últimos 15 años, nunca tan “machirula” la composición cortesana) que se encuentran en la punta de la pirámide judicial, les gusta verse de una manera tal que actúan como protagonistas de esa reserva y desde sus púlpitos le comunican al conjunto de la comunidad, cuál es el camino que debería elegirse.

La ciudad de Rosario hace casi diez años que sufre el drama del narcotráfico en sus calles. Desde lo que podría definirse como el mojón inicial que fue el asesinato de Martín “Fantasma” Paz en una mañana sabatina, allí en la zona de 27 de febrero y Entre Ríos, hemos asistido a una situación de violencia permanente a la que, lamentablemente, nos hemos acostumbrado.

Tribunal Federal n° 2 de Rosario
Tribunal Federal n° 2 de Rosario

Desde los casos más estentóreos, la saga continuó con otros narcotraficantes famosos asesinados en las calles, de noche y también a plena luz del día, alguno que pretendía desarrollar negocios legales que servirían como actividades de lavado; con un jefe policial que era detenido por facilitar información reservada a narcos y que resultaba defendido por parte del oficialismo de entonces diciendo que era un preso político; con un Poder Judicial ordinario que era “abrazado” pero que hacia su interior contaba con un juez que viajaba a ver peleas de box a Las Vegas con el padre del primero de los asesinados; con el atentado a la casa de un gobernador, hecho inédito en la cuarentona democracia argentina, con la correspondiente denuncia y pedido de investigación pero que luego la misma víctima retiraba; con un ministro que aparecía en escuchas anunciando “acomodo” en concursos para la elección de jefes policiales y que luego esos funcionarios terminaban detenidos por proteger a bandas narco, antagónicas de las anteriores.

En el medio sucedía (y sucede) la “disputa por el territorio”. Pero eso sí, pasaba lejos de los barrios coquetos de Rosario y del polígono que definen los bulevares. Si en antaño el barrio de Tablada había sido reconocido a nivel nacional por el proyecto comunitario de la Vigil y por la magia futbolística de un tal Tomás Felipe Carlovich, la segunda década del siglo XXI lo proyectaba a todo el país por el inicio y desarrollo de un tiempo con un reguero de muertes y violencia que no terminó quedando circunscripta a sus zonas más marginales, sino que se extendió a toda la periferia rosarina.

En el mientras tanto y más allá de la cobertura mediática que empezó a contar crímenes en la misma cantidad de días que tiene el año, buena parte de la rosarinidad se autoconsolaba con el “no importa, se están matando entre ellos”. Pero, la idiotez conformista nunca es buena consejera, y como nos cantó hace algunas décadas atrás un ya viejo rockero, “el futuro llegó, hace un rato, todo un palo”.

Podrá preguntarse algún desprevenido o alguien que le empezó a prestar atención al tema desde cierta lejanía con la otrora segunda ciudad del país, cuál ha sido el rol de la Justicia Federal, cuántas investigaciones llevó adelante, cuántos juicios inició, cuántos fiscales y jueces se convirtieron en protagonistas de la cruzada contra el narcotráfico. Y costará encontrar respuestas positivas.

En el devenir de este proceso, el problema de la dirigencia rosarina es que siempre creyó que la inseguridad, con el mundo narco incluido, se resolvía con la llegada de más uniformados primero desde Santa Fe y luego desde Buenos Aires. Y los despachos judiciales con sede en calle Oroño, poco se involucraron en la persecución contra ese mundo del delito organizado y mucho empeño pusieron en el “chiquitaje” que suponen los soldaditos.

Hay que reconocerlo: fueron pocos los especialistas (bastante desoídos por cierto) que insistieron con que las causas de Los Monos y de Esteban Alvarado debían tramitarse en tribunales federales. Pero muchos miraron para el costado.

La pregunta entonces se cae de maduro. ¿A qué viene la Corte Suprema de Justicia de la Nación en pleno a Rosario, a un congreso que fue ideado por jueces vinculados al Lawfare? Voceros y analistas que no pueden ser acusados de oficialistas, no han entendido del todo las razones. Si refiere a la necesidad de respaldo institucional a los jueces de la región, no se termina de entender muy bien a qué, ya que no hubo autocrítica o llamado de atención de ningún tipo sobre lo que no se hace o se hace mal.

No deja de ser llamativa la convocatoria y las presencias. Pero tal vez haya que salirse de la explicación “judicial” y tengamos que involucrarnos en la política. El tono ceremonioso utilizado, los dichos de Lorenzetti sobre la necesidad de crear una super agencia que se dedique a las causas de narcotráfico, y las recomendaciones cortesanas al Poder Ejecutivo nos permite afirmar que el cuarteto que gobierna al Poder Judicial desde el cuarto piso de calle Talcahuano, se parece cada vez más a un agrupamiento político antes que a un grupo de hombres comunes que tienen la loable función de saber interpretar la Constitución Nacional.

Los cortesanos con su pléyade de asesores a cuestas, el centenar de jueces que abrevan en la Asociación de Jueces Federales de la Argentina (AJUFE), los modos, las formas de la reunión, la presencia de no pocos representantes de la política opositora (defina usted querida lectora, estimado lector, donde lo ubica al gobernador Omar Perotti) y la cobertura de importantes medios nacionales que también formaron parte del Lawfare, le dieron al encuentro rosarino el perfil de una gran puesta en escena antes que un encuentro que sirva, honestamente, para mostrar una Justicia Federal que vaya en un sentido inverso de lo (no) hecho hasta aquí.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha decidido jugar a la política. Con la enorme ventaja de que no debe enfrentar ningún proceso electoral cada dos años. A la vista de todos, bien iluminados y para el gran consumo. Aunque en Rosario sigamos padeciendo el mirar para el costado de no pocos protagonistas de esta historia de muerte y dolor.

 (*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 15 May 2022 12:03:11 -0300
Giro a la derecha https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6590-giro-a-la-derecha https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6590-giro-a-la-derecha Giro a la derecha

Estoy imaginándome otro lugar,
estoy juntando información,
estoy queriendo ser otro (otro tipo, loco).
Mi necesidad se va modificando con las demás,
así mi luna llega a vos, así yo llego a tu luna.

Fito Paez

Si la política se nutre de actos y de gestos, en tiempos de virtualidad las fotos saben representar hechos en sí mismos, que suelen decir mucho más de lo que la imagen refleja. Algo de eso puede decirse de la reunión del intendente rosarino Pablo Javkin con el gobernador de Jujuy y presidente del partido Unión Cívica Radical, Gerardo Morales, y un conjunto de legisladores nacionales en la tarde noche del jueves en Rosario. Repasemos.

Inicialmente debe decirse que la foto, de indudable importancia para la política local y regional, se enmarca en un contexto de reconfiguraciones de cara a 2023 y donde se comienzan a rediscutir múltiples liderazgos. Si algo deja asentado este año que recién se inicia, es que mucho está por hacerse y que, para los distintos frentes que protagonizan el día a día, sea a nivel nacional, provincial o comunal, todo está por construirse.

En líneas generales, sea en las oposiciones o en los oficialismos, no existen candidaturas naturales existiendo un gran camino por desandar. Y el encuentro rosarino de radicales más alguna recién llegada al redil, así debe entenderse.

Podríamos hablar de un tiempo de transición que acarrea una suma de “realidades” que se van construyendo y de suposiciones que sirven para que ciertas especulaciones tomen una carnadura que inicialmente no pasan de ese estado. La foto del intendente y sus ¿pares? radicales, marca un rumbo que seguramente tomará Javkin en el año próximo pero que viene a complementar otros encuentros con dirigentes de Juntos por el Cambio: reuniones cafeteras con Horacio Rodríguez Larreta y Martín Loustau en el pasado o el más reciente encuentro con Guillermo Montenegro, ex ministro de seguridad porteño en la gestión de Mauricio Macri en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y actual intendente de Mar de Plata, en las recientes vacaciones del rosarino, así lo confirman.

Pablo Javkin y Germán Montenegro
Pablo Javkin y Germán Montenegro

El encuentro del día jueves viene, más allá de las declaraciones de ocasión, a satisfacer necesidades mutuas. Para el radicalismo que encabeza Morales trae consigo la necesidad de consolidar el proyecto político de una candidatura presidencial que tenga potencia hacia el interior de Juntos por el Cambio. Hemos señalado hasta el cansancio de la fortaleza del radicalismo en su expansión territorial, lo cual sirvió de base para el desarrollo político de Cambiemos allá por 2015.

Recientemente elegido para conducir los destinos de la UCR, el gobernador jujeño necesita juntar tras de sí, la mayor cantidad de masa crítica que oxigene un espacio que en no pocas oportunidades queda subsumido por las lógicas porteñas y bonaerenses, justamente allí donde se hacen fuertes los amarillos del PRO.

El rosarino es un desconocido en las grandes lides de la coyuntura nacional, pero, justamente, si hay algo que debe aprovecharse en política es que, aquello que no tiene un techo visible puede ser pensado como espacio de crecimiento. Esa es la necesidad de Javkin: su roce con pesos pesados del partido puede servirle (y mucho) para una candidatura a la gobernación santafesina. La presencia de los legisladores Mario Barletta, Mario Negri, Dionisio Scarpin o Carolina Losada suma a todo aquello que, por ahora, no se reconoce públicamente y que entra en el juego de las suposiciones.

Por lo pronto digamos que la gestión del ex dirigente de Franja Morada al frente de la ciudad de Rosario carece de cuadros políticos con luz propia. Con la sola excepción de Leonardo Caruana, secretario de Salud que deviene de la gestión anterior, quien se destaca por historia, pero también por el manejo de la pandemia, el gabinete municipal no cuenta con una figura que refleje políticamente el proyecto del intendente.

Sobresale, sí debe reconocerse, la figura de María Eugenia Schmuck, presidenta del Concejo Municipal de Rosario como dirigente cercana, complementando la alianza política Franco Bartolacci, a la sazón esposo de la experimentada edila, rector de la Universidad Nacional de Rosario, viejo correligionario del intendente y hombre que aportó los cuadros técnicos necesarios para la gestión, dejando de lado al funcionariado socialista que había integrado las áreas de la administración local durante casi tres décadas.

La gestión Javkin, y esto también debe decirse, parece opaca. No se hace visible, a más de dos años de gestión, un proyecto que resulte transformador de los viejos problemas de Rosario. En la infraestructura barrial todo está como era entonces: lejos de los bulevares hasta podríamos decir que los mismos pozos y la misma desidia en el sistema de transporte llevan a los rosarinos y rosarinas a referenciar aquella máxima de Mendieta que decía “estar mal pero acostumbrado”.

Javkin, Schmuck y Scarpin, el día siguiente de las elecciones
Javkin, Schmuck y Scarpin, el día siguiente de las elecciones

Una de las ya antiguas virtudes del socialismo que gobernó la ciudad, refería a que, más allá de las (a veces infantiles) quejas de que a Rosario no la dejaban ser, mostraba un proyecto tentativo de ciudad. Tenía mucho de aspiracional y más allá de sus rotundos éxitos y fracasos, ese “relato”, suponía una forma de entender la vida comunal. Eso se fue apagando con el tiempo y la administración del partido Creo no parece haber revivido.

Pandemia mediante y afectado por la crisis en materia de seguridad que se discute a balaceras y muertes en las calles de la ciudad, de la que el intendente no es responsable directo, pero sobre la que había dicho tener un plan en el transcurso de la campaña electoral de 2019; hasta el más pintado encontraría severos límites para mostrar determinado proyecto, cuestión que venimos analizando desde este portal en el plano nacional desde el mes de marzo de 2020. 

Javkin, Manes y Lousteau
Javkin, Manes y Lousteau

Pero digamos que no se visualiza un plan estratégico, escrito o no, ni se conocen los ejes centrales de la gestión de futuro. La sola idea de “vecindad” parece sobresalir en cierta línea discursiva y se destaca la apuesta a la virtualidad y a la digitalización de trámites como forma de alivio de nuestra vida frente a la siempre engorrosa burocracia estatal. Demasiado poco para una ciudad que supo ser la segunda del país.

Puede estar equivocado este articulista, pero invito a cada lectora y cada lector a la tarea de cada fin de semana: referencie en su cabeza o vuelque sobre un papel al menos cinco políticas o programas que vengan a transformar la realidad rosarina desde 2019 para aquí y seguramente encontrará poco material para la discusión.

https://twitter.com/GerardoMorales/status/1494459293084573697

Pero más allá de todo lo expuesto, aparecen dos pertinentes preguntas en el horizonte. La primera refiere a cómo convivirá Javkin con lo que representa la figura de Gerardo Morales. Si el actual intendente rosarino se fogueó en los 90’, actuando como dirigente de la Federación Universitaria de Rosario, cuestionando todo el entramado menemista, entre otras cosas a la corte adicta de Julio Nazareno y asociados, vale saber cómo se parará frente a la vergüenza que supone que la provincia de Jujuy cuente con un Tribunal de Justicia presidido por quien fuera funcionario de la administración Morales.

Desde su relato político, donde Javkin hace gala de cierta reivindicación republicana (así justifica, entre otras cosas, la sanción del proyecto de su autoría de la ley de Boleta Única que fue aprobada entre gallos y medianoche en la legislatura santafesina), ¿cómo le explicará al conjunto de los rosarinos su vinculación con el responsable político de la detención ilegal de Milagro Sala? Segunda tarea para el hogar.

Y finalmente, si el radicalismo en su conjunto parece dispuesto a dar batalla en la interna de Juntos por el Cambio, enfrentando en una candidatura presidencial a cualquier referente del Pro, y todo parece indicar que el intendente rosarino jugará esa partida, ¿cómo convivirá con la pertenencia a un espacio que llevó a la Argentina a una situación de debilidad económica, política e institucional como no se había conocido desde el 2001 hasta aquí? Dudas de un tiempo que está por venir y que parece lejano, pero que habrá que empezar a contestar, tal vez, más temprano que tarde.

En las letras del epígrafe, Fito Páez nos habla de la transformación y de la posibilidad del encuentro de nuestras lunas. “Giros, todo da vueltas como una gran pelota, casi no se nota”. Por calle Buenos Aires al 700 las cosas hace tiempo que empezaron a cambiar. Y ahora sí se nota.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 20 Feb 2022 11:34:37 -0300
Como era entonces https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6575-como-era-entonces https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6575-como-era-entonces Como era entonces

Todo está como era entonces:
la casa, la calle, el río,
los árboles con sus hojas,
y las ramas con sus nidos.
Todo está, nada ha cambiado.
El horizonte es el mismo.

Olegario Víctor Andrade

Las elecciones legislativas para el Concejo Municipal en Rosario, dejan la foto final de que nada ha cambiado del todo. Más allá de las novedades de ocasión, el 10 de diciembre nos encontraremos con un cuerpo legislativo institucionalizado por una marcada atomización, ya que, sobre un número de 28 concejales, hacia su interior conviven seis fuerzas políticas de distinto signo y algunas de ellas atravesadas por no pocas diferencias. Repasemos lo estructural y los detalles novedosos.

Lo primero que debe señalarse es algo que se parece a un rasgo ya histórico: con alguna excepción, el peronismo triunfó en las seccionales más alejadas del centro, mientras que en este último prevalecieron, alternadamente, el Frente Progresista y Juntos por el Cambio. Como es sabido, toda regla tiene una excepción y en este caso 2007 representó un mojón insoslayable para el socialismo, ya que Miguel Lifschitz en aquella oportunidad se impuso en todas las seccionales rosarinas, al igual que Roy López Molina lo hizo en 2017, cuando el color amarillo se había transformado en una fuerza arrolladora.

El segundo factor distintivo a simple vista es que (casi) “todos ganaron”. El oficialismo gobernante porque prevaleció sobre el resto con unos 5.000 votos sobre el segundo; el espacio de Ciudad Futura porque teniendo que renovar una concejalía obtuvo dos; Mejor, esa novedad que tiene como principal referente al periodista Miguel Tessandori, porque también contará con dos representantes desde el próximo mes; y el peronismo que, manteniendo las tres bancas que ponía en juego, aplica aquella vieja máxima futbolera que dice que, si no se puede ganar, empatar no es un mal resultado.

Quien no pudo revalidar títulos fue el espacio de Juntos por el Cambio que, renovando seis concejales de aquella excelente elección del ya mencionado López Molina, sólo obtuvo tres. No deja de ser llamativo el dato ya que, en este 2021, la fuerza fundada por Mauricio Macri hizo una muy buena elección a lo largo y ancho del país, al igual de lo que había sucedido en 2017. Las razones pueden ser variadas: debilidad de la lista, crisis interna producto de permanentes divisiones, falta de un liderazgo local que prevalezca en el día a día o algún episodio de la vida privada de la dirigente que encabezaba la lista y que se hizo público a semanas de la elección, son los elementos que marcan el presente del Juntos por el Cambio local.

Por otro lado, no todo puede ser interpretado como alegría en el oficialismo gobernante, más allá del triunfo. Objetivamente, si se mira la anterior elección de medio término en 2017, el Frente Progresista recuperó casi 25.000 sufragios. Pero a la vez, resulta llamativa la pérdida de votos entre este domingo 14 de noviembre y la votación de junio 2019 para concejales. Si bien el dato no es absolutamente comparable, ya que en la de hace dos años conviven dos elecciones (ejecutiva y legislativa), en términos de la revisión del andar político del oficialismo, la diferencia radica en no menos de 40.000 votos. Esto, supone dos situaciones: que Ciro Seisas, más allá de resultar una persona conocida, estuvo muy lejos de poder recibir el caudal de votos que alcanzó su jefe político en 2019 (184.000) y que, mirando las últimas cinco elecciones legislativas de medio término, el número de 115.000 adhesiones es uno de los menores que ha recibido un oficialismo hasta aquí.

Más allá de alguna celebración de ocasión el dato está allí al alcance de la mano. ¿Incapacidad del candidato, disconformidad ciudadana con la gestión de Pablo Javkin, (entre otras cosas producto de la pandemia) o falta de trabajo territorial que potencie lo que, según declaman los funcionarios municipales, bien se ha hecho hasta el momento? Aquí también, tal vez ninguna de las explicaciones resulte excluyente y en los hechos haya un poco de cada cosa.

Recinto del Concejo Municipal de Rosario
Recinto del Concejo Municipal de Rosario

Por el lado del peronismo, los números se repiten respecto de las últimas tres elecciones a cargos de concejales, estableciéndose en la banda que va de 100.000 a 110.000 votos. Esa monocromía fue rota en el 2019 por Roberto Sukerman (dato también a relativizar Boleta Única mediante) quien para la disputa a la intendencia alcanzó alrededor de 174.000 sufragios.

La renovación que supuestamente encarnaría Lisandro Cavatorta no redundó en una diferencia a su favor que sea digna de destacar. En Rosario, el justicialismo, parece contar con una base sostenida que le permite ser un actor con peso específico, pero, excepto la particularidad del actual ministro de gobierno de la provincia en 2019, sigue sin encontrar un referente local con proyección para 2023. ¿Aceptará Marcelo Lewandoski ser el candidato en dos años, o su figura será proyectada a nivel provincial, teniendo en cuenta que Omar Perotti no puede ser reelegido y su espacio no cuenta con una figura de reemplazo? Es cierto que falta una eternidad para ese tiempo, pero, no menos real es que más temprano que tarde veremos hacia donde van sus primeros movimientos.

La novedad política de la semana no vino del lado de los resultados del domingo sino de la foto que el intendente rosarino hizo circular vía redes con el recientemente electo senador por Santa Fe Dionisio Scarpín, dirigente político que, como hombre de Juntos por el Cambio e intendente de Avellaneda, supo militar en las filas de los anticuarentenas del Covid y por la defensa de la malograda firma Vicentín y de sus principales directivos, varios de ellos acusados de estafa.

En el texto que acompaña la foto, aparece la convocatoria a la conformación de nuevos frentes, sueño sempiterno de la conducción radical de la provincia que, durante el período 2015 – 2019, tuvo la enorme capacidad de cobrar políticamente en los dos frentes: en el plano nacional formando parte de Cambiemos y en el local, siendo una de las patas del Frente Progresista. Las anteriores imágenes (no tan antiguas) de Javkin reunido en bares con Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau, Rogelio Frigerio o el diputado electo Facundo Manes complementan y dan sentido a su encuentro con el compañero de fórmula de Carolina Losada quien, según el ex presidente de la FUR, defenderá a Rosario en el Congreso. Uno desea que ponga el mismo ahínco que puso con los dueños de los vinos “El contrabandista”.

El articulista, afectado por su ludopatía crónica, se anima a apostar por el futuro (y no tanto) giro hacia la derecha del intendente rosarino, todo sazonado con un discurso que contenga una justa dosis de progresismo que endulce oídos. La apuesta no es estructurada por el azar, a suerte y verdad, sino que, además del estilo que ha impuesto Javkin a su gestión, tiene como fundamento el contexto nacional que imagina un radicalismo decidido a tallar como nunca en este siglo XXI en el tablero nacional y disputando la interna, de manera decidida, en el espacio de Juntos por el Cambio. ¿Alguien, en serio, supone que el ex Franja Morada se quedará a revalidar títulos rosarinos acompañado de un socialismo que, hasta ahora, cada vez se parece más a una fuerza testimonial en las ligas mayores?

Otro domingo de elecciones pasó, y en Rosario, el Concejo seguirá más o menos por los mismos carriles, aunque haya cambiado la primera minoría (para el oficialismo ahora). La negociación política será permanente, proyecto por proyecto, con el riesgo real de posibles demoras (a veces) innecesarias en el tratamiento legislativo, si es que el propio Frente Progresista no muestra cintura y muñeca política para sortear las no pocas diferencias que existen no sólo en el conjunto del cuerpo, sino al interior del propio bloque que referencia en el Ejecutivo. Casi, casi, todo está como era entonces.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 21 Nov 2021 14:22:07 -0300
La política y la Ceiba https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6508-la-politica-y-la-ceiba https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6508-la-politica-y-la-ceiba La política y la Ceiba

Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir,
y al fin andar sin pensamiento.
Perfume de naranjo en flor,
promesas vanas de un amor
que se escaparon con el viento
Después... ¿qué importa el después?
toda mi vida es el ayer
que se detiene en el pasado.
Eterna y vieja juventud
que me ha dejado acobardado,
como un pájaro sin luz.

Virgilio Expósito – Homero Expósito

En los comienzos de Tablada, allí en la manzana que linda con el estadio del querido Central Córdoba, terreno que originariamente fuera de los socios de ese hermoso proyecto llamado Vigil y que luego fuera donado a la Municipalidad de Rosario, hace muchos años, alguien tuvo la feliz idea de plantar una hilera de Ceibas (vulgarmente llamado Palo Borracho) que, además de brindar un particular paisaje, tienen un fruto que, con el paso del tiempo, en su maduración, ofrece varios espectáculos dignos de ser apreciados: de su forma ovoidal emerge una fibra algodonosa que deriva, finalmente, en una hermosa flor de múltiples tonos. El paso del tiempo y la llegada del otoño, actúan en su beneficio. En la política de la argentina opositora de estos días, como en la ceiba, la maduración que supone la cercanía del cierre de listas, permite apreciar de qué están conformados ciertos espacios políticos. Pero lo que emerge no es, precisamente, la belleza de la ceiba. Repasemos.  

Lo primero que debe decirse es que la interna de Juntos por el Cambio resulta (siendo benevolentes) cuanto menos “amplia”. No sólo está atravesada por lo que podría entenderse como la natural diferencia entre el Pro, la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica, sino que con la excepción de ésta última fuerza, donde la uninominalidad de Elisa Carrió resulta excluyente, radicales y amarillos quedan atravesados por un doble proceso simultáneo: hacia el interior de cada espacio y dentro de la alianza. Cada uno con sus matices, cada uno con sus bemoles.

En el espacio Pro, Mauricio Macri ha comenzado a entender, por fin, que no las tiene todas consigo. Las diferencias con Horacio Rodríguez Larreta comienzan a salir a la luz, sin privarnos de algunas operaciones mediáticas dignas de leer y releer.

Al ex presidente lo define una debilidad estructural que se refleja en varios aspectos: tiene un techo de penetración electoral muy bajo, por momentos da la sensación que no entiende el momento político, social y sanitario que no sólo vive la Argentina sino el planeta en su conjunto y no se percibe muy bien si quiere o no ser candidato en estas elecciones que se aproximan. Para el domingo de las PASO faltan algo así como tres meses, pero para el cierre de listas unas pocas semanas. No parece ser el mejor presente para la figura de un ex presidente.

Como si no bastara con los límites que le imponen los cuatro años de su gestión, esta semana intentó competir con la desdichada frase de Alberto Fernández de algunos días atrás y el jueves afirmó que no entendía cómo una gripe un poco más grave de lo conocido hasta ahora, podía quitarnos el sueño. La comparación con el negador fascista que gobierna Brasil resultó inmediata. Por otro lado, mientras Fernández partía de un enfoque erróneo para explicar un fenómeno migratorio de hace siglos, Macri mostraba toda su falta de empatía con nada más y nada menos que las víctimas y los familiares de los casi 90.000 muertos que produjo la pandemia en la Argentina.

Su pedido de disculpas y aclaración vía Twitter 24 horas después confirmó dos verdades inapelables de la calle: que la explicación de la estupidez resulta más gravosa que la estupidez misma y que callado, el ex presidente, se defiende mejor.

https://twitter.com/mauriciomacri/status/1406017044244533248

Del otro lado, quien fuera su delfín político y sucesor en la jefatura del gobierno porteño, se frotaba las manos. Enfrascado en profundizar su perfil de dirigente nacional, dicen los que dicen que saben, que empezó a tallar en la conformación de supuestas listas de candidaturas legislativas en las distintas provincias. Un ejemplo sería la convocatoria para tentar con la candidatura a senador a Miguel Torres del Sel en la provincia de Santa Fe, quien la habría desechado. En realidad, lo que sucede, y que muy pocos afirmaron públicamente, es que el ex Midachi tiene en su espejo retrovisor una condena firme de la Justicia electoral por desmanejos de la campaña 2012 lo cual no lo convertiría precisamente, en el candidato más potable. Debería ajustar el nivel de información el Jefe de Gobierno porteño a fuerza de no cometer errores innecesarios.

En la semana que pasó, comenzaron a mostrarse las primeras cartas de supuestos candidatos que quieren irrumpir en el escenario político del 2021. Empieza a resultar cada vez más evidente la recurrencia a caras conocidas para ofrecerle candidatos a la sociedad. Lo que subyace, en el fondo, es que, para algunos sectores, la política sería algo así como aquello que se practica entre elecciones. La falta de proyectos que supongan militancia y trabajo territorial, combinado con el siempre redituable sistema de Boleta Única, coadyuvan para que los “famosos” digan que “salen de su zona de confort y bajen al barro para dar una mano”.

El proceso se parece al fenómeno del perro mordiéndose la cola. A la vez que se declama la importancia de los partidos, la política sería un problema porque no escucha al ciudadano. Pero entre elecciones muchos dirigentes se dedican a la superestructura: atraídos por las luces de los medios y de Buenos Aires, poco contacto fungen con los ciudadanos que deberían y dicen representar. No hay construcción de espacios comunes que vayan más allá de la rosca circunstancial. Y cuando llegan los tiempos pre electorales, se recurre a figuras que se han hecho conocidas por ser críticos del “sistema”, sin ningún compromiso ni de forma ni de fondo, con aquellas estructuras que les regalan, necesitadas, el espacio.

Como sucede en los tiempos posmodernos del futbol que (a veces) padecemos, sólo importa el resultado. Si pierden, se vuelven a su mundo “privado” (que no lo es tanto) sin rendir ninguna cuenta precisa del porqué de la derrota. Y si ganan, quedan enmarañados en esas mismas estructuras que cuestionaban desde sus púlpitos impolutos, con lo cual el problema de la representación fallida de la política no sólo se mantiene, sino que se agrava.

Los santafesinos en general y los rosarinos en particular asistimos a dos ejemplos en la semana que pasó. Por un lado, Mario Barletta convocando a una pre candidatura para el Senado (cómo degradan cargos algunos personajes) a una periodista que trabajaba hasta hace horas en Buenos Aires; y por el otro, el oficialismo rosarino “lanzando a la calle” a otra cara conocida que, hasta hace semanas se distinguía en su trabajo mediático por el cuestionamiento sistemático de todo aquello que tuviera que ver con la organización de los trabajadores.

https://twitter.com/barlettamario/status/1405233233101524996

Doble e interesante parábola la del intendente rosarino quien, nacido y criado políticamente en los movimientos estudiantiles, termina convocando a una figura famosa para que, según se dice por lo bajo, encabece la lista de concejales y, además, nos cuente a quien queramos escucharlo, que el mejor homenaje a Manuel Belgrano sería garantizar la presencialidad escolar. Que los niveles de contagio estén seis veces por encima de los indicadores sugeridos es un tema, parece, menor. Parafraseando a quien alguna vez fuera su referencia política de rigor, “una alianza a la derecha, por favor”.

El neoliberalismo, el del cuatrieño 2015–2019, el de la década del ’90 y el de la dictadura militar, siempre intentó enseñarnos que primero había que saber sufrir para después gozar de los beneficios del derrame que llegarían para todos. Los hermanos Expósito nos siguen emocionando con la idea de después amar y al fin andar sin pensamientos, con las promesas vanas que se escaparon con el tiempo. Entiendo perfectamente la idea del amor perdido en la belleza de su letra y su melodía, pero déjeme contarle querido lector, querida lectora, que algunos dirigentes hablan sin pensar, que sus dichos hace rato se esfumaron con el fracaso de su accionar. Varios de sus mayores exponentes hicieron gala de todo ello en la semana que pasó. Sería bueno que nosotros no lo olvidemos.

(*) Analista político de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 19 Jun 2021 19:55:09 -0300
Paradojas y contradicciones https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6377-paradojas-y-contradicciones https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6377-paradojas-y-contradicciones Paradojas y contradicciones

No, porque con tus besos no encuentro dulzura,
porque tus reproches me dan amargura,
porque no sentimos lo mismo que ayer.
No, porque ya no extraño como antes tu ausencia,
porque ya disfruto aún sin tu presencia,
ya no queda esencia, del amor de ayer.
Armando Manzanero

La pandemia de la Covid-19 trajo aparejada una paradoja que, a fuerza de repetida y sabida, no ha dejado de ser real: aislándonos, nos cuidamos. Sin vernos, sin estar en contacto con el otro, nuestra posibilidad del no contagio aumenta. En parte, de allí proviene el relativo éxito de la escasa circulación del virus en provincias como Santa Fe y localidades como Rosario.

Pero la semana anterior, la principal ciudad de la provincia vivió una contradicción propia a partir del paro dispuesto por los trabajadores del transporte automotor que, al no haber cobrado su salario del mes de abril de forma completa, decidieron una obvia y justa medida. Vale aclarar que no es Rosario la que exclusivamente padece este problema, sino un conjunto de ciudades que dependen doblemente de la recaudación que generan los usuarios del sistema y del nivel de subsidio que aportan tanto el Estado nacional como provincial.

Va de suyo que una ciudad de las características de Rosario está condenada a sufrir los paros de transporte urbano de pasajeros. Eso lo han entendido desde siempre dirigentes políticos, empresarios, sindicalistas y los usuarios. Si el “quédate en casa” ha sido el eje central de la lucha contra la pandemia que ha traído resultados verdaderamente positivos, no es menos cierto que la actividad económica se ha visto seriamente afectada. La flexibilización de la famosa cuarta etapa de la cuarentena así lo demuestra. Todos los niveles del Estado dependen de la recaudación que genera la actividad comercial, con la salvedad de que sólo el nacional puede ir repechando la cuesta con la emisión monetaria. El resto, debe arreglarse como puede.

Plaza Sarmiento | Créditos: Rosarioplus
Plaza Sarmiento | Créditos: Rosarioplus

Por ello parecía tan importante que, aunque lentamente, el mundo del trabajo se fuera normalizando desde el lunes 11 de mayo. Pero una de las dudas principales radica en el sistema de transporte. Sabido es que resulta uno de los focos más importantes de transmisión del virus. De allí la reticencia del equipo de expertos que asesora al presidente Alberto Fernández a habilitar sin más la circulación masiva. 

Y Rosario no es la excepción. En ello radica la contradicción rosarina: si lo que me potencia para enfrentar el virus es el aislamiento, del cual a su vez necesito salir para poner en marcha la economía, pero, por otro lado, un paro de transporte frena la actividad local, podríamos preguntarnos, legítimamente, cuán urgente verdaderamente es el problema para algunos de los responsables. En el contexto pre cuarentena, ¿habría tolerado la ciudadanía un paro de una semana? Es evidente que no. El jefe político de la ciudad, si el problema son los subsidios que no llegan, ¿no se hubiera puesto al frente de la demanda? Es evidente que sí. El carácter excepcional del tiempo que vivimos parece modificar ciertas disputas de manera notable.

Y la rosarinidad del asunto radica, además, en su propia historia. Pablo Javkin, como intendente de la ciudad, es heredero de una historia muy particular a partir de la acción política del gobierno del que fue parte por un par de años. Luego de tres décadas de administración socialista, el último fotograma del transporte muestra un sistema público “mixto”: dominado por un privado que ha administrado las empresas más rentables y co-administrado por el sistema público que, ya se sabe, tomó las empresas que de a poco iban quebrando. (Ni pierdan el tiempo en recordarme que ahora existe alguna empresa privada más en el sistema. Los invito a que vean cómo están conformados sus directorios).

El carozo del asunto está visible. El gobierno anterior jugó a la oligopolización del sistema: siempre es más fácil entenderse con un empresario que con varios de ellos. Y el sindicato a lo largo de esta historia también fue funcional a esos intereses. Hemos visto hasta el hartazgo cómo funcionaba el sistema: el Ente de la Movilidad de Rosario daba en primicia al multimedios más importante de la región que la ecuación del boleto estaba por debajo del promedio. Éste lo publicaba en su tapa, con lo cual imponía agenda. Los funcionarios decían que no estaba previsto ningún aumento aunque, efectivamente, los números no cerraban, hasta que, “eureka”, en un par de semanas llegaba el pedido de cambio de tarifas al Concejo Municipal que, finalmente, cedía. Y cuando la relación de fuerzas no favorecía al oficialismo, el empresario privado amenazaba con el no pago de los sueldos y, raudamente, el recientemente fallecido dirigente sindical, Manuel Cornejo, decretaba una medida de fuerza (en muchas ocasiones sorpresivas) que dejaba a muchos rosarinos de a pie.

Tal vez como un acto reflejo de aquellos tiempos no muy lejanos, la actual comisión directiva (que es la misma que acompañaba a Cornejo), convocó al paro. Pero, otra vez, la pandemia desarticuló formas y métodos que todos creíamos establecidos e inmodificables por siempre. En consecuencia, el resultado no es el mismo: un paro diluido, que lleva angustia a sus trabajadores, y que, si afinamos bien la mirada, no faltará el funcionario que haya visto con alivio que la situación epidemiológica no se complique dado que el transporte no funciona. 

La pregunta final es si la situación puede extenderse mucho más. Da la sensación de que no (esta columna se escribe un domingo a la noche y se publica 24 horas después). Pero más allá de los detalles de lo que la coyuntura pueda resolver, queda claro que la contradicción se hizo presente de una manera tal que, habiendo afectado a trabajadores por igual -los que no cobran y los que deben ir a ganarse la vida-, lo que debería haber sido un alto costo político para la administración local, resultó en una mirada, por ahora, de costado de la mayoría de los rosarinos, más preocupados porque el virus no amplíe su zona de influencia desde los 250 kms que separan el aglomerado metropolitano de Buenos Aires con la otrora segunda ciudad del país. El mundo cambió. Algo de eso nos cuenta Armando Manzanero.   

(*) Analista político de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Mon, 18 May 2020 09:47:29 -0300
David, Goliat y otras yerbas https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6112-david-goliat-y-otras-yerbas https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6112-david-goliat-y-otras-yerbas Pablo Javkin festejando el triunfo en su búnker

Por segunda vez consecutiva en una elección de cargos ejecutivos y en menos de cuatro años en el interregno de tres décadas, el socialismo rosarino veía amenazada su continuidad en el cargo a manos de Pablo Javkin. En la interna de 2015 la relación de 6 a 4 en favor de la actual intendenta Mónica Fein, obligó a los hombres y mujeres del partido de la rosa a sumar al gabinete al ex radical, quien inicialmente aceptó el convite, pero en poco tiempo entendió que lo suyo era otra cosa y terminó compitiendo (y accediendo) en 2017 por una concejalía. Esta vez también tuvo enfrente a una dirigente de pura cepa socialista, Verónica Irizar, aunque en términos de antecedentes contaban, detalle más, detalle menos, con un currículum parecido.

El oficialismo rosarino rápidamente entendió que no las tenía todas consigo. Como en tantas oportunidades, apeló a la instalación apurada de la nueva figura. Especuló con el manejo de los resortes del Estado para hacer conocida a la “Vero”. Pero esta vez equivocó, en parte, el camino. Eligió como herramienta central (a falta de tiempos políticos) el sobredimensionamiento de la figura en campaña: imágenes callejeras a lo largo y ancho de la ciudad, instalación fenomenal en los medios y gastos abrumadores en merchandising electoral que ruborizan a los partidarios de las campañas austeras. Algo de esto planteó el contrincante cuando la semana previa a las elecciones afirmó que era una pelea entre David y Goliat. Y ganó David nomás, con mucha convicción, con mucha caminata barrial y contacto con los vecinos. Javkin plantea la necesidad de una renovación. La mayoría de los votantes de la interna del Frente Progresista esta vez le aceptaron el convite.

Una vez confirmada la derrota, negada hasta el borde del ridículo en la noche del domingo, las principales espadas socialistas salieron el día lunes a “celebrar” la fortaleza del espacio común. No les queda otra opción por un par de cuestiones: sobrevivencia política de los próximos cuatro años por un lado y el hecho determinante que, en la elección a gobernador, Antonio Bonfatti deberá mejorar una magra elección en Rosario que no le garantiza al día de hoy la vuelta a la Casa Gris, por el otro.

Así las cosas, vale decir que por primera vez en treinta años el Palacio de los Leones no será presidido por un socialista. Dato no menor para una fuerza política que, coincidamos o no con su recorrido político, dejó una marca indeleble en la otrora segunda ciudad del país. Nada es para siempre. Queda flotando una duda en el aire. Con apoyo socialista incluido, ahora, ¿David se convertirá en Goliat? En pocas semanas lo sabremos.

(*) Analista político de Fundamentar.com

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez(*)) Opinión Tue, 30 Apr 2019 17:04:25 -0300
La Municipalidad Envió el Nuevo Endeudamiento y Pidió "Madurez" en el Debate https://fundamentar.com/articulos/noticias/item/5733-la-municipalidad-envio-el-nuevo-endeudamiento-y-pidio-madurez-en-el-debate https://fundamentar.com/articulos/noticias/item/5733-la-municipalidad-envio-el-nuevo-endeudamiento-y-pidio-madurez-en-el-debate La Municipalidad Envió el Nuevo Endeudamiento y Pidió "Madurez" en el Debate

En un nuevo intento de juntar consenso, el Ejecutivo municipal envió al Concejo el pedido de endeudamiento con modificaciones.

Finalmente el Ejecutivo municipal envió al Concejo el nuevo pedido de autorización para tomar deuda en el mercado de capitales por unos 200 millones de dólares. Ahora le resta esperar que las modificaciones que realizó al primer proyecto seduzcan a los ediles y le den el aval a un proyecto clave para la gestión actual. Desde el Palacio de los Leones piden que se debata con “madurez” y que se dejen de lado las aspiraciones electorales.

El secretario general de la Municipalidad de Rosario, Pablo Javkin, y el secretario de Gobierno, Gustavo Leone, fueron los que encabezaron la presentación del pedido de endeudamiento que modificó el original y añadió la lista de obras que se pretenden financiar,  tal como adelantó este lunes Rosarioplus.com. El monto total de las obras del proyecto es de 290 millones de dólares, es decir, 90 millones más en el borrador para que los concejales puedan definir prioridades.

Una vez que se detalló el nuevo borrador, el cual viene a saldar las objeciones que planteó la oposición en  diciembre pasado, Javkin afirmó que no se trata de un proyecto “coyuntural” y prefirió insistir en el concepto de “oportunidad” para la ciudad.

A su vez hizo un “llamado a un debate maduro”, en alusión a los concejales,  y solicitó que entiendan que por parte de la Municipalidad han tomado en consideración lo que propusieron”. “Esperamos un espíritu de madurez para llegar a consensos”, dijo Javkin, “más allá del año electoral”, remarcó Leone sentado a su lado.  

Del otro lado del mostrador hay una oposición muy fragmentada en 19 bloques que esperan por el nuevo borrador para decidir si le aprueban el segundo intento de endeudamiento al Ejecutivo. En diciembre, el Pro se encaminaba a darle los votos pero inesperadamente no logró consenso dentro de su bloque y decidió no acompañar el proyecto del Ejecutivo. El Frente Progresista  y Ciudad Futura aprobaron la autorización, ante un peronismo reacio a endeudarse.

“Más allá de algunos bloques de concejales que se oponen conceptualmente a tomar deuda, entendemos que se puede generar consenso”, consideró Leone en contacto con Rosarioplus.com. Recién la semana que viene comenzará el trabajo fino en comisiones sobre el detalle de las obras y la capitalización del Banco Municipal. Vale recordar que la reestructuración de deuda antigua y la modernización tecnológica del Estado se quitaron del proyecto, y ese 35% de los 200 millones que comprendían, se destinará a obras.  

FUENTE: Rosario Plus

RELVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Abbondanzieri

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hola@fundamentar.com (Camila Abbondanzieri) Rosario y la región Thu, 20 Apr 2017 11:11:53 -0300