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Fundamentar - Artículos https://fundamentar.com Fri, 29 Mar 2024 11:56:10 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es La política ficción https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6656-la-politica-ficcion https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6656-la-politica-ficcion La política ficción

La calle más larga, el río más ancho
Las minas más lindas del mundo
El dulce de leche, el gran colectivo
Alpargatas, soda y alfajores
Las huellas digitales, los dibujos animados
Las jeringas descartables, la birome
La transfusión sanguínea, el 6 a 0 a Perú
y muchas otras cosas más.

Bersuit Vergarabat

“¡Aguante la ficción!” gritó la siempre vigente Soledad Silveyra y despertó aplausos y vítores de los asistentes al evento y la mueca de aprobación cómplice de los que miraban detrás de la pantalla. La frase que (tal vez) sin proponérselo, quedó grabada en el inconsciente colectivo de muchos argentinos, fue pronunciada en un contexto donde la suma de programas de archivos y “enlatados” condicionaban fuertemente el trabajo de actores en el ámbito de la televisión. No sólo de los consagrados sino de aquellos que sobreviven como pueden en una profesión que sabe y mucho, de informalidad y precarización laboral. En esta semana que pasó, con la discusión impuesta sobre el avión venezolano – iraní, si algún protagonista de la política nacional hubiera parafraseado a la consagrada actriz, habría dado una muestra muy acabada de lo construido en la agenda política de los últimos días. Pero también hubo tiempo para algunas buenas noticias. Pasen y vean.

Hay algo que resulta irreductiblemente cierto: la política tiene mucho de teatralidad. Oralidad, manejo del cuerpo, lo que “se muestra” en la escenografía de aquello que quiere comunicarse y hasta el propio formato de los parlamentos (del mundo occidental, tal vez la Cámara de los Comunes británica sea el ejemplo más contundente al respecto), confirman la afirmación inicial.

Por su parte, la ficción tiene un modo específico en el relato, sea escrito o audiovisual. Cuenta con uno o varios autores que se identifican, con actores protagónicos y secundarios que, se da por hecho, siempre dan su aquiescencia para formar parte de la obra. Pero en la política ficción las cosas no son tan claras.

En un hecho sobre el que, una semana después de haberse conocido, no hay una sola prueba de todo aquello que alegremente se afirma (entre otros comentarios se sostiene que el avión varado en Ezeiza responde a un supuesto caso de “inteligencia iraní), no puede dejar de pensarse en que cierta política se construye desde la ficción.

Las diferencias con una obra artística son dos en su esencia. La primera es que el modo del relato se construye sobre el prejuicio político. En la realidad social argentina se ha machacado hasta el hartazgo sobre vinculaciones “mapuche – venezolana – cubana – iraní”, sirviendo esto de argumento que explicaba desde el supuesto asesinato del fiscal Alberto Nisman, hasta la desaparición primero y la confirmación de la muerte después de Santiago Maldonado.

La segunda diferencia refiere a que no hay un autor y no todos los actores, sean protagonistas o secundarios, quieren participar del asunto. Sí debe decirse, que ese modo ficcional no es nuevo en la Argentina. Allí está el recuerdo siempre presente del fiscal Guillermo Marijuan y su campera de abrigo azul recorriendo la enorme territorialidad patagónica para desenterrar dinero supuestamente mal habido de la familia Kirchner; la escala de Cristina Fernández en la isla de Seychelles para dejar dinero no declarado en una nunca encontrada cuenta bancaria; o, el supuesto delito cometido por Amado Boudou con la firma de un “08” para la compra de un automotor que tenía 20 años de antigüedad.

Pero, en resumen, sea para la obra artística o para la política ficción, los medios de "la corpo” resultan una referencia insoslayable en esa construcción de sentido cotidiana y que, a la vez, podría pensarse como imperceptible. Como el viejo mago, que hace del “nada por aquí y nada por allá” la razón de ser de su trabajo, mostrando sin dejarnos ver, la pléyade de estos medios y sus voceros, pudieron imponer la lógica de decir cosas que referencian en los peores miedos de los argentinos (léase atentados a la Embajada de Israel y a la mutual AMIA, con la subsiguiente impunidad alcanzada), sin tener ningún sustento específico sobre aquello que “denunciaban”.

https://www.youtube.com/watch?v=hm0U9dGcfE4

Debe decirse, que el problema no se agota allí. Se profundiza cuando buena parte de la política termina discutiendo desde la ficción y cuando ello trata de llegar a cierta institucionalidad. No dejó de bordear el bochorno lo sucedido en la sesión del día miércoles en la Cámara de Diputados de la Nación, cuando se intentaba forzar el apartamiento del reglamento que serviría como paso previo al pedido de interpelación de ministros para el caso del avión venezolano – iraní. ¿Una medida excepcional para hablar de aquello que no ha sucedido? Parece loco, pero es real.

Pero también hubo buenas noticias en la semana que se está yendo. De aquellas que son perceptibles en el corto plazo, de las que miran el tiempo largo y de esas otras que no se ven y que, una vez logradas, las naturalizamos en nuestra cotidianeidad.

La ya mencionada cámara, votó por unanimidad el proyecto que se denominó de “alivio fiscal” y que sirve para que los monotributistas, en un contexto de una inflación anual del 60% (dato confirmado con el dato brindado por Indec el día martes), no queden “enganchados” en nuevas categorías que impliquen una mayor erogación mensual de sus obligaciones. En la misma sesión logró la aprobación, invirtiendo las mayorías de la sesión anterior con la Boleta Única, para que las industrias culturales sigan gozando de apoyo estatal durante, nada más y nada menos, que 50 años.

Las buenas nuevas también salieron de los límites de la General Paz, y el presidente de la Nación se corrió hasta la capital santafesina para anunciar dos de ellas: la ampliación de las plantas potabilizadoras en las ciudades de Santa Fe y Granadero Baigorria lo que permitirá que más santafesinos accedan al recurso del agua potable y el pago de la deuda que el Estado nacional tiene con la provincia, a partir de un fallo de la Corte Suprema de Justicia de noviembre 2015 y que la administración macrista había prometido pagar al gobierno de Miguel Lifschitz. El monto ronda los 130.000 millones de pesos y si bien Santa Fe no recibirá efectivo sino bonos, la deuda resulta lo suficientemente onerosa como para no tener en cuenta en el mediano plazo.

https://www.youtube.com/watch?v=y_B6gzo-RTc

Dos preguntas que se caen de rigor. La primera, ¿sabrá reconocer en términos políticos, la administración conducida por Omar Perotti todo lo anunciado por Fernández? Cuando el agua fluya con la suficiente fuerza en los hogares santafesinos que resulten beneficiados y cuando, de las obras que puedan concretarse con la deuda pagada por el Estado nacional, ¿habrá espacio para el reconocimiento compartido o, como se intentó construir en la campaña electoral de 2021, el proceso electoral venidero será dominado por la lógica local? Como siempre, estimades lectores, la respuesta está en cada una de sus valoraciones y en el paso del tiempo.

Algo parecido debería suceder con una tercera pregunta. ¿En qué medida, la política ficción y las buenas noticias se contraponen? La respuesta resulta compleja. Partiendo de la base que la oposición encarnada en Juntos resulta un núcleo duro que cuenta con el 40% del electorado a su favor, cualquier buena nueva que se precie requerirá de una musculatura política oficial consolidada y convincente para recuperar el terreno político perdido.

Como dice la canción del epígrafe, la argentinidad al palo supone un buen número de contradicciones de las cuales sus autores no quedaron exentos cuando afirmaban que “Barreda y Monzón matan por amor”, pero también resume una serie de invenciones argentas dignas de destacar. La política ficción no es una novedad de este rincón del planeta. Pero sí, cada tanto, agrega nuevos, diferentes y específicos capítulos. Está en nosotros no convertirnos en meros espectadores.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 19 Jun 2022 11:13:49 -0300
Los oficialismos también ganan en pandemia https://fundamentar.com/nacional/item/6513-los-oficialismos-tambien-ganan-en-pandemia https://fundamentar.com/nacional/item/6513-los-oficialismos-tambien-ganan-en-pandemia Elecciones en pandemia

La pregunta que genera insomnio a oficialistas y opositores: ¿la pandemia afecta negativamente a los gobiernos de turno en elecciones? Spoiler: no tanto como se esperaba. Análisis detallado de todas las nacionales celebradas desde marzo de 2020 hasta la fecha. La región del mundo importa. Dos pintorescas yankees y recuelectorales para tres meses.

Hola, ¿cómo estás?

Quiero contar una infidencia, aunque ya te la adelanté hace dos semanas. Hace más de un mes me llegó un mensaje del Secretario General del Partido preguntando si tenía el dato de cuántos gobiernos habían ganado o perdido elecciones en pandemia. Lo responsabilizo a él públicamente porque, como no lo tenía, lo tuve que obtener. Así fue como me puse a armar una base de datos con todas las elecciones nacionales (legislativas y/o presidenciales, no incluye locales o regionales) celebradas desde que la OMS decretó la pandemia de Covid-19 (que ya vendría a ser -21). Mi intuición inicial era que los oficialismos no habían perdido tanto en el mundo como se pensaba y se había tuiteado por ahí, pero tenía que constatarlo con los datos, no con opinión. Con sugerencias de una Gringa, crucé los resultados con el nivel de competitividad electoral (qué tan peleadas son las elecciones en un país determinado) y planeo hacerlo también con el grado de desarrollo humano (para chequear la dimensión económica). 

Este es el primer avance de lo que aspira a ser el primer paper académico surgido de los intercambios que tenemos vos y yo desde hace algunos meses. Así que, si te surgen ideas, sugerencias o intuiciones sobre el tema, por favor hacémelas llegar. Cuando esté terminado o más avanzado, prometo ir contándote más y, obviamente, darte los créditos correspondientes. En el segundo semestre de 2021 se vienen algunos encuentros de politólogos y politólogas que solemos llamar congresos, así que será un buen termómetro para medirnos ante la comunidad nerd organizada.

De modo que hoy comienzo con una breve síntesis de qué sabemos sobre el tema hasta ahora: ¿qué factores inciden en el comportamiento electoral? ¿qué ayuda a ganar a los oficialismos? Después te voy a mostrar el panorama global general de las elecciones nacionales para, posteriormente, meterme en detalle sobre esos resultados: ¿qué pasó en los distintos continentes? ¿hay diferenciación regional del desempeño de los oficialismos? ¿qué pasó donde las elecciones suelen ser más peleadas? ¿y dónde menos?

Ahora sí, vamo’ a analiza’.

¿Qué sabemos sobre el tema?

La gente vota porque vivimos en democracia. Es muy de Perogrullo, pero es bueno recordarlo. Y, como muchas cosas en la vida, es una decisión que tomamos basada en una elección: elegimos hacerlo por uno u otro candidato, por una u otra lista, por uno u otro partido, por una u otra coalición. Este proceso está cruzado por distintas cuestiones, como puede ser la ideología, la clase social y, como muchos estudios han abordado en las últimas décadas, por el desempeño del gobierno de turno. Al hacerlo, cada uno y cada una evalúa hacia atrás lo que los gobernantes (no) hicieron: eso se llama voto retrospectivo. Priman las acciones y los hechos. También incide, a veces, lo que nos imaginamos que pueden llegar a (no) hacer los que compiten en base a sus propuestas de campaña: eso se llama voto prospectivo. Priman los programas y las declaraciones de campaña.

Este proceso de evaluación, que es muy personal, puede estar asociado a un comportamiento más racional en lugar de a ciertos valores políticos determinados. Votamos a favor o en contra del gobierno de turno porque sus políticas, decisiones y programas nos redituaron en beneficios concretos y/o simbólicos. Desde esta perspectiva, que no siempre es la que prevalece a la hora de decidir, votamos con un mix de cabeza y bolsillo, antes que con corazón e ideología. Hay voto ideológico, sí. Abundan textos, libros y teorías al respecto. Pero, en un contexto mundial donde el virus o las medidas para enfrentarlo no son de izquierda ni de derecha, sino efectivas y eficientes, la ciudadanía puede discriminar su apoyo en elecciones a partir de la reacción que tuvo cada gobierno nacional frente a la pandemia. Contagiados, muertos, ayudas económicas, cierres de fronteras, cuarentenas y vacunas pasan a ser parámetros importantes a partir de los cuales definimos nuestro voto. Esto no quiere decir que sean los únicos, pero hoy en día sí se han vuelto muy importantes.

A eso se suma otra agenda interesante que distintos equipos de trabajo han impulsado: la ventaja de los oficialismos. Se presume que los gobiernos de turno tienen más herramientas que la oposición para ganar elecciones, ya sea porque juegan los mismos gobernantes o bien porque ungen candidatos y candidatas (los llamamos incumbents). Esto se debe a que gobernar es una vidriera: inaugurás obras, lanzás planes y programas, tenés reuniones con líderes mundiales, (des)armás acuerdos regionales, contás con medios masivos de comunicación favorables (aunque a veces con varios en contra) y, sobre todo, tenés fierros. Me refiero a recursos humanos, materiales y financieros: militancia, territorio y fondos.

En este escenario, a las oposiciones les cuesta más ganarle al que está sentado en el sillón de las decisiones. Corren con desventaja, que no es lo mismo que arrancar perdiendo. No exageremos, vivimos en una democracia y no en una grieta. Por eso, siempre puede haber situaciones excepcionales que hagan virar el sentimiento popular en otra dirección en el medio de un proceso electoral. Crisis económicas, sociales, políticas y/o institucionales, divisiones del oficialismo, desgaste por mandatos continuados o, quién lo hubiera imaginado, una pandemia. Esto abre el interrogante que vinimos a responder juntos: ¿la pandemia afectó el desempeño de los oficialismos en el mundo?

Quiero ser claro y directo en algo. Acá no vamos a responder si los oficialismos ganaron más o menos elecciones que en el mundo pre Covid-19. Sobre eso habrá que seguir trabajando (y te invito a hacerlo si tenés datos o ganas de sumarte). Pero lo que sí podemos saber hoy, 24 de junio de 2021, es si en más de un año de este bicho maldito los oficialismos ganaron más elecciones que las que perdieron.

La big picture mundial

La base de datos incluye todas las elecciones nacionales celebradas desde 21 de febrero de 2020 hasta la fecha (no incluye la de Etiopía del lunes pasado porque el proceso de asignación de bancas será bastante largo). Si bien la pandemia fue decretada por la OMS el 11 de marzo de 2020, para armar la base tomé en cuenta todas las elecciones registradas por IDEA International cuando el Covid-19 ya era una realidad, y la completé con otras que registré personalmente. Si abren el archivo linkeado más arriba van a encontrar:

  • el país;
  • la fecha, ordenada de la primera hasta la última;
  • el continente;
  • si el oficialismo ganó o perdió: acá tomo en cuenta si en elecciones presidenciales y generales el oficialismo sacó más votos y más bancas, y en elecciones legislativas si sacó más bancas;
  • el tipo de elección: legislativas (que en sistemas presidenciales son aquellas de renovación intermedia del órgano legislativo, y en sistemas parlamentarios y semipresidenciales son aquellas de renovación total de la asamblea denominadas elecciones parlamentarias), presidenciales (cuando se compite solamente por el máximo cargo en sistemas presidenciales y semipresidenciales), y generales (cuando se renuevan conjuntamente cargos legislativos y el presidencial).
  • Las otras columnas con numeritos las explico más adelante, así que guardate estos bullets en la memoria.

Así la cosa, la big picture es esta:

Fuente: elaboración propia en base a IDEA International y fuentes primarias.

En todo el mundo, tres de cada cuatro elecciones celebradas en pandemia fueron ganadas por los oficialismos: 60 victorias  (76%) versus 19 derrotas (24%). Esto muestra, en cierta medida, que los oficialismos se mantienen fuertes y competitivos aun en pandemia. La tendencia se mantiene indistintamente del tipo de elección, aunque en aquellos países donde hubo elecciones generales las proporciones se acercaron más al mitad y mitad. 

Hay más. Como en la vida electoral del Señor hay matices, es bueno desagregar por continentes:

Fuente: elaboración propia en base a IDEA International y fuentes primarias.

Regionalmente hablando, hay partes del mundo donde la fortaleza es notable (Asia y África), otras donde las victorias se asemejan a la media mundial (Europa), y otras que pueden ser consideradas más competitivas en pandemia (América y Oceanía). En estas últimas dos regiones del mundo, parece ser que la pandemia le cuesta a los oficialismos de turno. 

Si vamos el detalle del tipo de elección celebrada en cada continente puede haber una punta más:

Fuente: elaboración propia en base a IDEA International y fuentes primarias.

La tabla anterior muestra que la tendencia a la victoria del oficialismo se sostiene en la mayor parte del mundo, replicando la diferenciación regional que marqué antes. Lo que sí llama un poco la atención son dos cosas. La primera es que, en todas las elecciones generales que se celebraron en América, los oficialismos perdieron: en orden, República Dominicana, Bolivia, Estados Unidos, Ecuador y Perú. Los cinco países tuvieron agendas de discusión pública muy variadas y con disputas internas propias de cada uno. A los que, además, se sumó la pandemia. De modo que el Covid-19 no volteó gobiernos, pero sí pudo haber sumado su condimento en la región. Sobre este punto es interesante traer como contrapunto esta nota de The Economist que me acercó muy amablemente Fede Merke, en la que el autor vaticina derrotas de los oficialismos en la región, apoyándose en las crisis históricas que nos inundaron. En parte le pegó porque las elecciones generales le dan la razón. Sin embargo, las elecciones legislativas revierten y compensan el tanteador. En esa bolsa, claro, encontramos una mezcla de renovación parcial de asambleas (Venezuela, El Salvador y México), con sistemas parlamentarios en los cuales el Gobierno nace del Congreso (por ejemplo Guyana, Surinam, Jamaica, Belice y cinco más). Esto es algo que por ahí no sabías: en América Latina hay mucho sistema político heredado de la Europa colonial. Con La Gente Vota se aprende algo nuevo cada quince días.

Lo segundo es que algo similar ocurrió en Oceanía. La única elección donde se renovó el Poder Legislativo junto al Ejecutivo fue Palau, con victoria oficialista. En las otras tres, con sistemas parlamentarios, solo Nueva Zelanda renovó la confianza en su gobierno: en Vanuatu y Samoa (ya conocés la picante historia) hubo rechazo. Ya sé que me vas a decir: de todos los mencionados, solo Nueva Zelanda tiene algún peso regional destacado en el continente, las demás son islitas pedorras. Yo te digo que acá no discriminamos a ninguna islita pedorra donde se pueda votar y fiscalizar en la arena. 

Las condiciones de competencia electoral


Hasta acá todo muy lindo, pero en la escuela de politólogos nos enseñaron que los argumentos (hipótesis) tienen que ser controlados: en palabras sencillas, cruzados por otras variables que podrían incidir en el resultado que estoy buscando, y que tenemos que considerar como posibles efectos directos.

Si lo que estamos analizando es el desempeño electoral de los gobiernos de turno, ¿qué pasa en aquellos países donde las condiciones no son iguales para oficialistas y opositores? Si la ventaja del oficialismo es una realidad en democracia, es posible (y es real) que haya países donde los gobiernos, además de contar con fierros, persiguen, atentan, menoscaban y minimizan abiertamente las posibilidades de que la oposición les gane. Para evaluar esta dimensión, me centré en la base de datos de V-Dem, un proyecto mundial que evalúa el grado de democracia en cada país a través de múltiples indicadores. Si te copa jugar con gráficos andá directo acá donde te resumen buena parte de la metodología de trabajo.

De este proyecto gigante tomé en cuenta dos indicadores. En la base vas a ver el valor asignado a cada país en las columnas bajo la siguiente etiqueta:

  • V-Dem Elect Dem Index: toma en cuenta la dimensión electoral de la democracia, y mide de una escala de 0 (muy bajo) a 1 (muy alto) el grado en el que se respeta la justicia y libertad de las elecciones, el voto universal, la limpieza del proceso y la convicción ciudadana de que se respete el resultado de las urnas. También captura si en períodos no electorales hay libertad de expresión política.
  • V-Dem Lib Dem Index: toma en cuenta la dimensión liberal de la democracia, y mide, con la misma escala que el anterior, la protección de derechos individuales y de las minorías, el abuso de las autoridades gubernamentales, y la tiranía de la mayoría sobre las minorías. 

Tengo hecho el cálculo y las tablas para la dimensión liberal de la democracia, pero para este informe me centré solamente en la dimensión electoral de modo que podamos ver en qué medida las condiciones de la competencia electoral inciden o no en la victoria de los oficialismos en pandemia. El resultado te sorprenderá:

Fuente: elaboración propia en base a IDEA International y fuentes primarias. La cantidad de elecciones son menos (71 en esta tabla versus 80 en las anteriores) porque no existen datos de V-Dem para 9 países. Cosas de la vida politológica.

Armé cuatro categorías para agrupar los valores asignados a cada país y poder discriminar entre tipos de democracia electoral. A primera vista, a medida que las elecciones son más competitivas (alta y media-alta), como consecuencia de condiciones más igualitarias para oficialistas y opositores, crecen las derrotas de los primeros, pero igualmente mantienen una ventaja importante. Las elecciones celebradas en condiciones menos competitivas (media-baja y baja), donde los oficialismos no solo son fuertes sino que también persiguen y encarcelan, muestran una goleada importante. Ahí no hay pandemia que salve a la oposición. La mayoría de estos regímenes políticos de baja calidad democrática se encuentran en Asia y África (no hay remate). Esto parece otra Perogrullada, pero no es tan así: la clasificación y control por el nivel de democracia electoral abona a la evaluación inicial, en la cual los oficialismos ganan más que lo que pierden.

A modo de resumen, hay indicios para considerar que los oficialismos se mantienen fuertes en elecciones, a pesar de la pandemia de Covid-19. Ni el tipo de elecciones celebradas ni el grado de democracia electoral de cada país permiten encontrar un cambio en esta tendencia. Lo que sí es claro es que hay una diferenciación regional: hay partes del mundo donde se empareja la cancha (Oceanía y América), mientras que en otras se mantiene una ventaja clara (Europa) o abrumadora (África y Asia).

Una yapa. Como ya vengo hace un rato hablando del tema, queda para que pidas delivery: la tabla de las oleadas, donde separo por semestres de acuerdo a la fecha de celebración de las elecciones, las cuales coinciden más o menos con las oleadas de Covid-19 que afectaron a los distintos países. Adiviná el resultado y te llevás datos gratis.

Fe de erratas

En la entrega anterior, distintos amigos, amigas y colegas me advirtieron sobre algunos puntos que se me escaparon u obvié, y que quiero enmendar acá. Porque leyendo se entiende la gente:

  • Mencioné que solamente Paraguay y México tienen la reelección prohibida en la región: resulta que Colombia también desde 2015, dando marcha atrás a la Constitución de 1991. Uribe la había incluido para las elecciones del 2006. Gracias, Aleti Martínez.
  • Un lector anónimo me contó una mágica sobre México. MORENA, además de crecer en cantidad de Estados que gobierna, ganó la mayoría en 19 de los 32 congresos locales. Esto es mucho muy importante porque México funciona similar a Estados Unidos en materia federal y legislativa: hay leyes específicas que se aprueban en un Estado, pero en otro no. Por ejemplo, todo lo que sea ampliación de derechos (aborto, matrimonio igualitario, legalización de la marihuana, etc.). La joda mexicana está en que si una ley X se aprueba en la mitad más uno de los Estados (17), automáticamente se vuelve una ley nacional y los demás Estados la tienen que promulgar. Por esa razón, contar con la mayoría legislativa en 19 congresos es muy importante: pesa tanto como tenerla a nivel nacional. Only in México, qué lindo que es el federalismo. Gracias, lector anónimo.
  • Cuando mencioné la primera elección en Argentina bajo pandemia lo hacía en referencia al nivel provincial: Sofi Santamarina, brillante colega y fan electoral, me alertó que ya se había votado en Río Cuarto a nivel local. Gracias, Sofi.
  • Otra colega, que llamaremos Sra. Jamón York, no solo se re copó leyendo sino que también me recordó que Venezuela tiene sistema electoral mixto para la elección legislativa. Yo te había contado que creía que no me fallaba la memoria y que eran solo dos a nivel nacional. Bueno, corregido. Acá podés ver las últimas elecciones celebradas, justamente, en pandemia, con mucho boicot, escasa participación, poca transparencia y un poco del sistema electoral.

Elecciones pintorescas

A mí no me copa mucho la política electoral norteamericana porque me parece aburrida, pero las dos pintorescas de hoy van dedicados al norte poderoso:

  • Me enteré por el newsletter Decision Desk HQ que las elecciones locales de consejos escolares en Estados Unidos se pusieron picantes. Vos te preguntarás ¿por qué? ¡¿UN CONSEJO ESCOLAR?! ¡¿ESTAMOS TODOS LOCOS?! Parece que la grieta entra en todos lados: dado que cerca de 12 Estados quieren prohibir la Teoría Crítica de la Raza y que creció la discusión sobre el cierre de escuelas en pandemia, se llegó a armar un PAC conservador nacional que va a dar pelea. Vienen por todo.
  • El martes pasado se votó en elecciones primarias para la Alcaldía de Nueva York. Vos te preguntarás (también) ¿y por qué importa una interna local de la capital cosmopolita del mundo? Porque por primera vez en la historia usarán el voto alternativo. El elector puede ordenar todas las candidaturas en una boleta, desde el más preferido hasta el menos. Se cuentan los votos en la primera instancia y, si hay uno que llega al mínimo necesario (generalmente, 50% de los votos), gana. Si eso no pasa, se elimina el que sale último y se redistribuyen los votos otra vez, hasta que alguien quede en pie. Acá te lo explican más detallado. Y acá podes encontrar una infografía completa sobre candidatos y candidatas de cada partido.

Recuelectorales

  • El proyecto Reformas Políticas LATAM sacó un hermoso hilo con todos los estudios sobre sistemas electorales mixtos para la competencia legislativa. Si te quedaste con ganas de más cosas nerds luego de leer sobre México hace quince días, esta es tu oportunidad. Acá te dejo cómo quedó la asignación final de bancas en las legislativas y acá por distrito.
  • La entrega de hoy circuló mucho sobre comportamiento electoral y ventajas del oficialismo. Acá te dejo una nota sobre el impacto de la vacunación en la imagen presidencial, la cual me sirvió mucho para pensar el nius de hoy. Acá, tres papers cortos de tres colegas que respeto (y de quienes aprendí) muchísimo sobre el voto en Argentina: Germán Lodola, María Celeste Ratto y María Laura Tagina. En otro, María Celeste se extiende a toda América Latina. Este siempre me gustó: María Victoria Murillo, Virginia Oliveros y Milan Vaishnav dicen que el giro a la izquierda en América Latina no fue producto de la ideología sino del voto económico. La última es uno de los pocos trabajos sobre ventaja del oficialismo en Argentina a nivel subnacional. Sobre otros países junté algunas cosas, así que si te interesa pedime (hay de Ghana ¡WTF!). Y si querés más, no te pierdas este libro de Noam Lupu, la misma Virginia y Luis Schiumerini.

Un abrazo electoral, cuidate y nos vemos en dos semanas,

(*) Facundo Cruz es politólogo, coordinador Académico Departamento de Gobierno de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Es profesor e investigador en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y bloggero.

FUENTE: Cenital

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Elizabeth Hernández

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hola@fundamentar.com (Facundo Cruz (*)) Argentina Mon, 28 Jun 2021 14:27:30 -0300
La campaña de Cristina y Kicillof https://fundamentar.com/nacional/item/6500-la-campana-de-cristina-y-kicillof https://fundamentar.com/nacional/item/6500-la-campana-de-cristina-y-kicillof Axel Kicillof y Cristina Fernández de Kirchner

En pocos días, el operativo de vacunación y la campaña electoral le devolvieron a Axel Kicillof la centralidad política que había perdido en el primer año de gobierno del Frente de Todos, abrumado por la pandemia, la escasez de aliados en un territorio desconocido y la falta de reflejos que derivó en la crisis con la Policía Bonaerense.

En pocos días, el operativo de vacunación y la campaña electoral le devolvieron a Axel Kicillof la centralidad política que había perdido en el primer año de gobierno del Frente de Todos, abrumado por la pandemia, la escasez de aliados en un territorio desconocido y la falta de reflejos que derivó en la crisis con la Policía Bonaerense. 

El gobernador bonaerense avanza en varias direcciones a la vez. Sus horas de conversación con Martín Guzmán son parte de un esfuerzo por aflojar la tensión interna y enfocarse en las elecciones legislativas para las que faltan menos de 100 días. Antes de posar el martes para las cámaras Kicillof y Guzmán ya habían tenido por lo menos un encuentro a solas, en un lugar reservado, con el objetivo de acortar las diferencias históricas que los separan. Las trayectorias del gobernador y el ministro están unidas por el proyecto del Frente de Todos y por una economía que se sublevó ante las pretensiones de los dos. Kicillof quiso volver a los mercados, selló un acuerdo con el Club de París que ahora cuesta caro, tuvo que devaluar en 2014 y se fue con escasez de reservas en el Banco Central, pero terminó con niveles de consumo incomparables con el frío del ajuste prolongado que hoy padecen los ingresos. Después de reestructurar la deuda y evitar la devaluación, Guzmán proyectó para este año una inflación del 29%, una segunda ola benigna -amortiguada por vacunas que debían llegar muchísimo antes- y un acuerdo más rápido con el Fondo. 

Sin embargo, la autocrítica que el ministro reclamaba por el “sistema de subsidios energéticos pro ricos” debía hacerla, en realidad, el dúo Kicillof-Cristina Fernández y tendrá que esperar sin fecha cierta. Las correcciones, más bien, le tocan a él, como lo muestra la partida adicional de 480 mil millones de pesos que dispuso el gobierno de Alberto Fernández y los anabólicos que pretende inyectar CFK en la recta final hacia las PASO. La fuerte reducción del déficit fiscal que el profesor de Columbia ejecutó en los últimos meses deberá ser interrumpida, al menos por un tiempo y de manera parcial. 

Con el anuncio de la compra de entre 10 y 15 millones de vacunas al fondo Covax la discusión, la vacunación libre para los mayores de 70 años y un operativo que acelera más rápido que ninguno, el gobernador inmunizó con una dosis a 4 millones de bonaerenses y apuesta a duplicar esa cifra en el corto plazo. Es su principal argumento de campaña.

Mientras Argentina cuenta más de 80 mil víctimas fatales y va camino a duplicar la cifra de muertos de 2020 en menos de seis meses, la oposición no deja de promover las bondades de Pfizer y de apuntar contra Hugo Sigman como gran gestor del acuerdo de salvación que recién ahora empieza a cumplir AstraZeneca. Pero puertas adentro del oficialismo, aunque los contagios y las muertes no ceden, se respira otro clima: el gobierno advierte que tiene, por fin, un horizonte más amable por delante. 

La situación es tan distinta a la de hace unos meses que a Ginés González García le explotó el teléfono en los últimos días: la reivindicación política que el ex ministro de Salud esperaba por parte del peronismo llegó gracias a su incursión en TN, una escena que se viralizó y le trajo felicitaciones de todos los sectores de la alianza. A Ginés, que no volvió a hablar con Alberto, lo que más le importaba era saber qué pensaba Cristina y en ese punto, también, el ex ministro ahora respira tranquilo. 

Así como el Presidente recupera el optimismo, la vicepresidenta le transmite a sus seguidores un mensaje que suena a misión cumplida: con Sputnik, Astrazeneca, Sinopharm y algún contrato más, el tema de la vacunación “ya está”; ahora lo que falta es recuperar los ingresos que acumulan cuatro años largos de ajuste desde 2016. 

De acuerdo a un informe reciente de consultora Analytica, en los últimos años, entre la crisis y la pandemia, la remuneración de los asalariados funcionó como una de las principales anclas antiinflacionarias y se impuso la constante que trascendió el cambio de gobierno. “En términos reales, entre diciembre de 2017 y enero de este año, el salario registrado perdió un cuarto de su poder adquisitivo”, dice. Ni hablar de la realidad de los informales, más aún en un contexto donde los precios no paran de escalar. 

Como en los tiempos del último cristinismo, aunque ahora sin confrontar con el poder político, Hugo Moyano volvió a quebrar las proyecciones oficiales y pidió un aumento del 45% en línea con la inflación del changuito del supermercado. El sindicalismo de los mejores salarios advierte que el IPC del año electoral va a estar más cerca de la inflación que dejó Macri (53,8%) que de la meta oficial de Guzmán (29%). Con el incremento de sueldos del 40% que acaban de firmar en el Congreso, CFK y Sergio Massa también despegan del inviable 29% y dan una señal más general. 

Que la jefa no participe de las reuniones de hombres que se hacen los lunes en La Plata, donde Kicillof es anfitrión de Massa, Máximo Kirchner y los ministros Santiago Cafiero, Eduardo De Pedro, Gabriel Katopodis y Jorge Ferraresi no quiere decir que deje de enfocarse en la provincia de Buenos Aires. En el territorio madre de todas las batallas, no sobran motivos para festejar. Según el último trabajo de la consultora Circuitos, hoy el 77,4% de los bonaerenses considera que la situación económica es muy mala (35,3%), mala (23%) o regular (19,1%) y el 52,8% piensa que en los próximos meses puede empeorar (27,4%) o empeorar mucho (25,4%). El 22,8% cree que puede mantenerse igual y sólo el 21,9% apuesta a que puede mejorar (16,8%) o mejorar mucho (5,1%). 

Con niveles de pobreza elevadísimos, alto desempleo, precios de los alimentos por las nubes y pérdida sistemática del poder adquisitivo, el pesimismo y el malestar obliga al gobierno a hacer un esfuerzo adicional para ampliar su base de adhesiones, más allá de la lealtad incondicional que lo acompaña en la tercera sección. Así como Mauricio Macri se ensañó con parte de la clase media que lo había votado, en la víspera de los comicios, la pandemia y las restricciones presentan a un peronismo que viene castigando a su base electoral con la caída de salarios y jubilaciones. Es lo que preocupa a la vicepresidenta y a su mayor crédito hacia adelante, el gobernador bonaerense. 

Dos años después de que iniciara su desembarco en la provincia, el protagonismo de Kicillof no puede circunscribirse a la vacunación ni a la discusión interna por el rumbo de la economía ni, tampoco, a las elecciones de este año. Por características personales y por la relación que existe entre ellos, AK es para CFK el heredero natural y el mejor candidato hacia 2023. Eso explica la prioridad del gobierno nacional a la hora de financiar a Buenos Aires, donde se concentra el 40% de la población de todo el país. 

Según el informe de junio de la consultora Aerarium, en el año electoral y producto del rebote de la economía con respecto al pozo profundo del encierro estricto, las transferencias automáticas de Nación a las provincias vienen rompiendo récords y en abril superaron los $265.000 millones, lo que representa un crecimiento del 101.4% respecto al mismo mes de 2020 y del 38.6% deflactado por IPC. Pero además, en los primeros cinco meses de 2021, la provincia que gobierna Kicillof recibió del tesoro nacional $45.844 millones de transferencias discrecionales, un porcentaje que hasta abril era el 33% del total de giros realizados por los Fernández a las provincias y la CABA. Aunque en 2020, las transferencias habían sido todavía más altas, es de suponer que la partida volverá a crecer en los próximos 100 días, a tono con la campaña del Frente de Todos en el distrito clave. 

En alguna mañana luminosa, el Presidente y sus colaboradores más estrechos pueden imaginar que el ritmo acelerado de la vacunación, la soja récord, el rebote de la economía y un buen resultado en las elecciones, junto con un acuerdo con el Fondo, pueden estirar sus días en la Casa Rosada y aplazar las diferencias internas hasta 2027. Sin embargo, no es eso lo que piensan a esta hora cerca de CFK, donde el objetivo es que Fernández logre "cruzar el río" y algunos ya hablan de él como candidato a senador por Capital en 2023, un cargo que lo llevaría a cumplir el rol que hoy tiene Claudia Abdala de Zamora y tuvo en su momento Federico Pinedo. En la Argentina del día a día, no hay forma de gobernar la crisis múltiple, pero siempre sobran planes para mañana.

Kicillof tiene entre los méritos que destaca CFK uno que valoran hasta encarnizados detractores del cristinismo: la honestidad a prueba de balas. En las altas ligas del poder, se dan curiosidades que hacen circular la información de punta a punta del arco político. Los mismos empresarios que antes se decían horrorizados por la corrupción kirchnerista son los que ahora advierten que al gobernador no hay forma de entrarle con pedidos de favoritismo. Con anécdotas que se propagan entre el establishment, dueños de medios y formadores de opinión del Círculo Rojo, ellos son los que contribuyen de manera involuntaria con la campaña de Kicillof, un candidato puro que no cuenta con el plus que Fernández aportó en su momento. Pueden sobrar motivos para cuestionar al gobernador, pero ese frente que tanto trastornos le provocó al último Frente para la Victoria está cubierto de cara a una presidencial como la que imagina Cristina.

Prematura pero firme, esa definición no sólo obligaría a un corrimiento de Fernández: también pondría a prueba la sociedad de Máximo con Massa, el ex intendente de Tigre que -pese a lo que sugieren las encuestas- sigue amasando su sueño presidencial. Aliado del fundador del Frente Renovador, el líder de La Cámpora se perfila para ser candidato a gobernador bonaerense pero tiene pendiente diseñar un esquema donde todo se complemente y nadie se sienta postergado. ¿Qué lugar puede ocupar Cristina en 2023? Si no se dedica a criar a sus nietos, la vicepresidenta podría ser primera candidata a diputada por la provincia de Buenos Aires con la intención de sentarse en el sillón que hoy ocupa Massa. Si Kirchner hijo quisiera ser candidato a gobernador en el próximo turno, entonces surgirían varias preguntas: ¿Puede haber dos Kirchner en la boleta bonaerense? ¿Puede la alianza pancristinista prescindir de CFK en la lista? ¿Puede Cristina volver a vivir sin fueros?

Falta muchísimo pero son especulaciones que ya se activan por lo bajo, producto de la sensación prematura de que lo peor ya pasó. Con la crisis, la pandemia y las diferencias internas, el núcleo duro del kirchnerismo tiene una larga lista de razones para preocuparse, pero cuenta también con una ventaja que destaca un dirigente cercano a Massa: “Ellos viven cien por ciento para la política. No salen a comer, no pierden tiempo, no les interesa otra cosa. Es una vida sacerdotal en función de conservar el poder”. Puede ser mucho, si se lo compara con la lógica de un presidente que a las 7 de la tarde cerraba todo y ponía Netflix. O poco si, ante un cuadro dramático como el actual, el peronismo no encuentra la salida al laberinto de la crisis.

(*) Diego Genoud es periodista político. Trabaja desde hace 15 años en diarios, revistas y portales. Es autor de "Massa, la biografía no autorizada".

FUENTE: elDiarioAR

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Elizabeth Hernández

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hola@fundamentar.com (Diego Genoud (*)) Argentina Mon, 07 Jun 2021 18:47:08 -0300
¿Se encuentra Latinoamérica a las puertas de un tsunami político? https://fundamentar.com/internacional/item/6483-se-encuentra-latinoamerica-a-las-puertas-de-un-tsunami-politico https://fundamentar.com/internacional/item/6483-se-encuentra-latinoamerica-a-las-puertas-de-un-tsunami-politico Crisis política y económica en Latinoamérica

Hoy en día, los niveles de pobreza en Latinoamérica superan los existentes diez años atrás. Además, una proporción récord de ciudadanos considera que sus países están gobernados por unos pocos grupos poderosos para su propio beneficio. 

Existen varias razones para pensar que Latinoamérica se encamina a padecer un fuerte cimbronazo político. En efecto, la falta de crecimiento, el descontento de la población con sus élites y las consecuencias sociales y económicas que dejará la pandemia pueden estar sentando las bases de un cambio de época.

Inclusive antes de la pandemia, las encuestas realizadas por Latinobarómetro ya señalaban un creciente malestar. Cuando se les preguntaba a los latinoamericanos cómo evaluaban la evolución de sus países, sólo el 20% consideraba que estos estaban progresando, mientras que en el 2010 el 39% respondió de esta forma. Por otra parte, un 77% afirmó que sus naciones se encontraban estancadas o en retroceso, la cifra más alta desde que el centro de estudios comenzó a hacer esta pregunta en 1995. De los encuestados, un 79% (otro récord) afirmó que sus países eran gobernados por unos pocos grupos poderosos para su propio beneficio.

En parte, esta desconfianza es consecuencia de la falta de crecimiento. En los últimos cinco años el tamaño de la economía latinoamericana ha aumentado, en promedio, menos de un 1% anual. Esta tasa, inferior al crecimiento poblacional, no sólo le ha impedido a la región disminuir la brecha que la separa de los países avanzados, sino que dificulta enormemente la lucha contra la pobreza. Efectivamente, hoy los niveles de pobreza superan los existentes diez años atrás. Es más, la falta de crecimiento es generalizada. A diferencia de otras épocas, ya no encontramos economías que, al mostrar gran dinamismo, les brindan esperanza a las otras naciones. Todos los gobiernos están teniendo serias dificultades a la hora de encaminar a sus sociedades hacia el desarrollo.

Pero la falta de crecimiento no es el único motivo que explica el desprestigio de nuestras clases dirigentes. También se observa falta de empatía por parte de una dirigencia que, en demasiadas ocasiones, ha impulsado agendas políticas y sociales que no reflejan las prioridades de la población. Durante el 2018 y el 2019 comenzaron a observarse las primeras consecuencias políticas de este malestar. Dos ejemplos fueron la elección de Jair Bolsonaro como presidente de Brasil, con una agenda que claramente buscaba distanciarse de las elites gobernantes, y las manifestaciones que tuvieron lugar en Chile.

Al igual que ya había ocurrido en otras regiones del mundo, estos eventos tomaron por sorpresa a la mayoría de los analistas. De repente, un hecho cambió el escenario político. Esto por ejemplo había ocurrido con el ascenso al poder de Donald Trump en Estados Unidos, de Narendra Modi en India y de Vladimir Putin en Rusia, y con la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.

El panorama se vuelve aún más complejo si consideramos los efectos que el Covid-19 tendrá en nuestras sociedades. La región ya ha sufrido el 28% de las muertes causadas por la pandemia a nivel mundial, y su economía experimentó una caída del 7,4% el año pasado. A esto debemos sumarles otras consecuencias que tendremos que enfrentar en el mediano y largo plazo. Entre estas se encuentran un aumento de la pobreza y la informalidad y los menores niveles educativos que tendrá el 80% de estudiantes que aún no han podido volver a asistir a clases presenciales.

¿Qué hacer frente a esta difícil realidad? En primer lugar, ser conscientes que los cambios sociales que estamos observando eventualmente tendrán su contrapartida política. Esto es lo que ocurre en las democracias. El gran desafío consiste entonces en contar con liderazgos que sepan canalizar este malestar con la situación actual y transformarlo en algo positivo. Dependiendo de la dirigencia que tengamos, las instituciones republicanas se fortalecerán o se terminarán debilitando aún más, nuestras economías crecerán o se estancarán definitivamente, y nos convertiremos en sociedades inclusivas o nos encaminaremos hacia la desintegración.

Liderar no es fácil. Requiere de una gran habilidad para alcanzar un equilibrio entre la representación de los intereses y valores de la población y la necesidad de liderar las transformaciones que nuestras naciones requieren para superar sus problemas. Esta quizás sea la principal tarea que enfrentará nueva, y esperemos mejor, camada de dirigentes.

(*) Francisco de Santibañes es Vicepresidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) y Global Fellow del Wilson Center for International Scholars, Washington DC. Es asimismo autor de los libros La Argentina y el Mundo (Edicon, 2016), La Rebelión de las Naciones (Vértice de Ideas, 2019) y La Argentina después de la Tormenta (Vértice de Ideas, 2021).

FUENTE: Infobae

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Elizabeth Hernández

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hola@fundamentar.com (Francisco de Santibañes (*)) Internacional Mon, 17 May 2021 15:08:50 -0300
La crítica y lo posible https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6441-la-critica-y-lo-posible https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6441-la-critica-y-lo-posible La crítica y lo posible

Con casi catorce meses de gestión sobre sus espaldas, con la herencia de la crisis económica y social producida por el macrismo, con una pandemia por sobrellevar, inédita en un siglo, y con el desafío de consolidar un formato de gobierno que haga sostenible la idea de la unidad en la diversidad, que también se presenta en un formato original para la historia argentina reciente, (sobre todo en el peronismo); la administración de los Fernández se enfrenta a críticas de propios y extraños que bien merecen ser revisadas.

De los “extraños” bien nos hemos ocupado en el 2020 que culminó hace algunas semanas y seguramente lo seguiremos haciendo en este 2021 electoral. De lo que nos queremos ocupar hoy es de los primeros, de los propios, aquellos que le pusieron el cuerpo al macrismo, soportando dignamente un proyecto político que sólo conlleva exclusión y miseria.

Lo primero que debe señalarse es que nadie puede sentirse satisfecho (por nombrar algunos temas) ni con una inflación del 4% mensual, ni con las divergencias respecto de la política exterior, ni con los vaivenes gubernamentales de casos tipo Vicentín, como así tampoco con la (por momentos) confusa comunicación gubernamental, ni, en definitiva, con la presencia de funcionarios que no funcionan.

Dicho lo anterior, bien vale señalar que existe cierto oficialismo que, desde el honesto cuestionamiento a todo aquello que no está bien, confunde el proceso actual con una permanente comparación con el período 2003–2015 como si los tiempos políticos fueran fácilmente reproducibles. Resulta algo así como una foto auto construida, como un tiempo pasado donde todo habría sido mejor. Esa mirada tiene, desde la verdad relativa de este articulista, dos límites: el olvidarse de algunos elementos constitutivos de ese pasado que se añora, y el desconocer que el presente, ni en política ni en la vida, es lo que nosotros deseamos sino lo que efectivamente ES. Un Nicolás Maquiavelo a la derecha, por favor. O a la izquierda, como usted prefiera querido lector. O lectora.

La política como práctica contiene varios elementos que la componen. Además de lo ideológico hay tres de ellos que merecen señalarse para estas líneas: la fortaleza de cada actor, el voluntarismo para producir los cambios que se desean imponer y la fortuna (no en términos monetarios sino en aquello que vulgarmente llamaríamos “suerte”).

Quienes refieren a la figura de Alberto Fernández como un tibio que tuvo la enorme fortuna de resultar bendecido por el personaje político más importante de lo que va de este siglo XXI, olvidan que el primer gobierno que le dio existencia a la “década ganada” fue producto de una serie de factores que no dependieron exclusivamente del voluntarismo de Néstor Kirchner. Es cierto que el santacruceño a finales de la década del 90’ había comenzado a “nacionalizar” su figura, pero no resulta menos verdadero y los santafesinos lo sabemos bien, que la figura de Carlos Reutemann (responsable político en la provincia de la represión de 2001 y actual hombre del Pro), era el elegido por el peronismo todo para suceder a Eduardo Duhalde en el poder.

¿Alguien cree, verdaderamente, que el primer gobierno K no tenía límites ni condicionamientos? ¿Se olvidan los nombres, por ejemplo, de Roberto Lavagna (siempre tan cercano a Techint) o del recientemente fallecido José Pampuro que tributaba en el duhaldismo gobernante de aquel momento y que nada tenía que ver ni con la política de defensa ni de derechos humanos que exhibió el kirchnerismo con el paso del tiempo?

Tal vez una pregunta trascendente en el análisis, y que resulta el paso previo a la acción política sea plantearse cuál es el diagnóstico correcto que pueda llevarnos a ella. Dicho en otros términos, cuáles son los elementos comunes que surgen de aquel tiempo, a éste de pandemias y alianzas novedosas.

Parece legítimo preguntarse desde este, nuestro lado, si la aprobación de la fusión de Multicanal y Cablevisión, o el conflicto con las patronales del campo en 2008 no tuvieron mucho de error político. No parece justo olvidarse ni del diálogo fluido con George W. Bush (con la clara estrategia de que los organismos internacionales de crédito no ahogaran financieramente a la Argentina) ni de los acuerdos con los grandes conglomerados comerciales y productivos que proponía el ahora opositor Guillermo Moreno.  

Ese período que algunos romantizan tenía como condición sine qua non, un sistema político muy debilitado donde la fortaleza del peronismo y su vocación de poder (debiendo incluir aquí los múltiples cacicazgos provinciales de entonces), podían sobrevivir a la implosión del sistema de partidos que había dejado diciembre de 2001. El kirchnerismo pudo dar los primeros pasos desde su débil 22% del electorado que lo había elegido, porque la crisis había sido tan profunda que también los poderes fácticos resultaban severamente cuestionados. El ya famoso intento de condicionamiento de Claudio Escribano a Néstor Kirchner en el pliego de medidas que debía tomar el sureño para tener sobrevida política y su no menos trascendente respuesta, a la vez que demuestra la debilidad a la que también había quedado expuesto cierto poder mediático, nos permite entender en cuan impensable resulta hoy ese escenario.

A la atomización del sistema de partidos de 2003, le corresponde en este tiempo una derecha que ha sabido canalizar las demandas de cierto sector social que se refleja no sólo en la elección de 2015 sino (y esto es lo más llamativo) en el 40% del voto a Mauricio Macri en 2019, pese al desastre económico y social que dejó su administración.

A la evidente debilidad de las empresas a partir del período post Convertibilidad, la cuales valían en el mercado internacional “chauchas y palitos” con el consecuente riesgo de su desaparición, le corresponde un tiempo donde la bonanza K, las fortaleció al punto de seguir insistiendo con el ya viejo esquema de autoflagelación de proponer ajustes que terminan achicando el mercado de consumidores que les da viabilidad como empresas.

A la alianza del primer kirchnerismo con el mismísimo Grupo Clarín, le toca hoy un conglomerado corporativo mediático opositor que ese mismo espectro lidera y con el que, equivocadamente, algunos funcionarios gubernamentales creen necesario tener un diálogo fluido, off the records incluidos. La Ley de Medios fue un gran triunfo cultural que sirvió para demostrar cuáles son los pliegues de poder en los que se mueven las grandes corporaciones de todo tipo, pero a la vez, quedó limitada, gracias al servilismo amarillo, a unas pocas reglas de cumplimiento meramente formales. No está de más, por ejemplo, revisar la inédita concentración mediática santafesina, donde un conjunto de empresarios de distintos “palos”, manejan el devenir de las noticias y sus consecuencias en las dos ciudades más importantes de la provincia. Aprendé “Hetitor” Magnetto.

En resumen, más allá de que muchos nombres se repitan, más allá de que algunas promesas vayan en el mismo sentido de hace casi 18 años, el contexto económico, social y político, resulta totalmente diferente. Los roles y las funciones son de otras características. Si Cristina Fernández nominó a Alberto, un hombre que siempre había construido su carrera política como un articulador que le permitió ocupar roles de funcionario de segunda línea, jefe de gabinete con diálogo constante con muchos de los que luego fueron enemigos del mundo K o jefe de campañas electorales de diferentes proyectos (Kirchner, Florencio Randazzo o Sergio Mazza), ¿por qué deberíamos suponer que su rol de presidente sería muy distinto? ¿Qué director técnico cambia cuando su equipo gana? ¿Quién de nosotros, creciditos y con unas cuantas canas surcando nuestra cabeza, nos animamos a cumplir aquel viejo deseo de Fito Páez que decía de “cambiar de casa por cambiar nomás”?

Si es cierto que la política es ideología, voluntad, fortaleza y fortuna, también es contexto. Elemento tal vez no dicho en las líneas de más arriba, pero concretamente explicitado en los límites que enfrenta éste (y cualquier) gobierno que se anime a transformar para bien, la realidad. O lo que interpretemos de ella. La idea no es justificar que todo está bien y que la autocrítica no sirve, sino entender que mirar el presente con una foto sepia del pasado no puede llevar a otra cosa que no sea al error político.

(*) Analista político de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 06 Feb 2021 19:11:51 -0300
La hora (continuada) de la exageración https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6425-la-hora-continuada-de-la-exageracion https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6425-la-hora-continuada-de-la-exageracion La hora (continuada) de la exageración

Del éxtasis a la agonía,
oscila nuestro historial
podemos ser lo mejor
o también lo peor
con la misma facilidad,
la argentinidad al palo
(Bersuit Vergarabat)

La exageración llegó para quedarse como recurso político. En propios y extraños. Tal vez sea hora de prestarle más atención de lo que se ha hecho hasta ahora y entender que en esta Argentina 2020, tiene más peso del que tal vez nos gustaría. Desde que supimos que el Coronavirus nos enfrentaba a un tiempo excepcional, quedó claro que la pandemia sacaría lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros.

Las tapas de diarios coincidentes y el buen clima social vivido en las primeras semanas de las restricciones impuestas por el gobierno federal fueron sólo un espejismo en este recorrido vital que ya lleva casi siete meses. Debe decirse que las quejas por las medidas gubernamentales impuestas a partir de la pandemia, no son exclusivamente argentinas. También el mundo desarrollado ha sabido de movilizaciones en contra de la utilización de barbijos, del Nuevo Orden Mundial y de visiones conspirativas que otorgaban explicaciones causales que, si no fuera por los miles de muertes producidas a lo largo y ancho del mundo, podrían resultarnos dignas de una comedia italiana.

Pero en la última semana asistimos a una vuelta de tuerca en este decálogo de exageraciones argentas. En opositores y, cómo no, también en oficialistas. Pueden resumirse en tres.

200 días de encierro. El principal argumento opositor (Juntos por el Cambio y medios corporativos) en contra de las restricciones sociales que impone la pandemia, desde siempre ha residido en que afectaba la libertad de las personas y el trabajo de miles de compatriotas. De hecho, ha insistido con el concepto de “cuarentena” como forma de deslegitimar las decisiones gubernamentales. Por necesidad de sobrevida política, evitando discutir el desastre económico y social producido por la gestión que encabezó Mauricio Macri, se ha hablado (y se habla) de “encierro” como recurso que refiere a este tiempo tan particular.

Ese concepto debe ser desestimado. De raíz. Partiendo del hecho de que la zona metropolitana de Buenos Aires no resume a la Argentina, el movimiento que se ve en las calles del país, poco y nada tienen que ver con un encierro. Por lo tanto, esa suma que se proyecta desde el 20 de marzo es falsa de falsedad absoluta.

Esa misma necesidad política llevó a Juntos por el Cambio a promover movilizaciones políticas que ponían (y ponen) en riesgo la realidad sanitaria. Primero fueron voces aisladas alentadas por los grandes medios y luego fueron las propias autoridades de esa fuerza a nivel nacional las que alentaron la queja. El éxito que dicen haber tenido, unos pocos miles de autos movilizados sobre las grandes avenidas de las ciudades más importantes y su repetición en el tiempo, les hizo afirmar que le habían “arrebatado” la calle al peronismo.

Reivindicando aquello que dicen detestar (un psicólogo a la derecha, por favor) desean mostrar un éxito donde no lo hay precisamente, y tratan (con la ayuda inestimable de la corporación mediática) de imponer condiciones a un gobierno que, supuestamente, estaría debilitado por la movilización “popular” que se realiza en autos de lujo y camionetas 4x4. Exageración uno.

Política exterior macrista. En la semana que acaba de terminar, el tablero político oficialista se vio sacudido por el voto argentino ante el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas, condenando la violación de los derechos humanos en Venezuela, como así también el bloqueo perverso que se cierne sobre el país hermano. Pero más que el voto en sí, lo que más ruido generó fue la renuncia de Alicia Castro a la embajada argentina en Rusia. Si bien no había ejercido plenamente el cargo, ya contaba con el plácet ruso y faltaba el acuerdo de parte del Senado Nacional. En su carta de renuncia dirigida al presidente Alberto Fernández, la ex diplomática afirmaba que ese voto ante el organismo internacional se condecía más con la política exterior macrista, antes que con una que referenciara en la Patria Grande. Exageración dos.

Existen demasiados elementos para poner bajo discusión a partir de esa afirmación, quedando expuestos en un análisis de política internacional que excede a este artículo, pero digamos que algunas cosas no son tan lineales como el tiempo a veces parecería hacernos olvidar.

En ese mismo texto, que muchos partidarios del oficialismo reivindicaban como parte de un enojo legítimo hacia los Fernández boys, se recordaba cierto comportamiento político que derivó en la muerte del Alca en Mar del Plata, allá por finales de 2005, y en presencia del mismísimo George W. Bush, con la unidad del tándem Kirchner – Lula – Chávez. En tu propia cara, gringo.

Pero hay que decirlo, aunque duela, que el kirchnerismo como fuerza política gubernamental, no nació en ese escenario épico, sino un 25 de mayo de 2003. Treinta meses antes. En el medio existió todo un proceso político que se referenció en una relación de respeto entre el santacruceño y el texano que no se basaba en el cariño, sino en necesidades políticas mutuas. No debería olvidarse la debilidad extrema que enfrentaba Argentina en el contexto internacional a partir del default del que quería salir el entonces presidente y que el silencio estadounidense era un elemento básico en las durísimas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional.

https://twitter.com/AliciaCastroAR/status/1313529792457846786

Si se quiere referenciar la caída del Alca como política de Estado, tal vez debamos preguntarnos con quién debería tener esa construcción política conjunta el gobierno argentino. Jeanine Áñez no es Evo Morales y Jair Bolsonaro no es Lula Da Silva.

Todo esto no significa que, en tanto ciudadanos, debamos coincidir militarmente con ese voto en la ONU. Es el mismo gobierno que le dio asilo a Evo Morales, que ha desairado a la presidenta de facto de Bolivia, que ha marcado sus diferencias con el propio Bolsonaro pero sin enojarse con el pueblo brasileño, que ha intentado (hasta donde pudo) no avalar la designación del estadounidense Mauricio Claver Carone al frente del BID y que intenta consolidar el Grupo de Puebla como contraposición del Grupo de Lima. Tal vez, los que estamos de este lado, nos hubiéramos sentido más cómodos con otro tipo de decisión, pero también es bueno recordar que los procesos históricos que se referencian, no son de una monocromía excluyente. De grises está plagado el camino al reino del celeste cielo.

Cambios en el gobierno. Otras voces cercanas al oficialismo y que se escucharon en los últimos días, refieren a la necesidad concreta de “airear” al gobierno generando un cambio en distintas figuras ministeriales. Algo así como que hay que pasar de pantalla porque, por ejemplo, el fin de la guerra con los medios que había sentenciado el propio Alberto Fernández, en nada se ha cumplido. Y si bien esto es efectivamente cierto, habría que ver hasta dónde tiene soga el oficialismo, en un contexto tan particular para enfrentar ciertas peleas. En el medio de las tensiones devaluatorias, no parece una medida muy inteligente promover ciertos cambios. Exageración tres.

Muchos se tientan, otra vez, con la gran pelea por el sentido con la corporación mediática. Referencian la Ley de Medios y sucedáneos, romantizando un pasado que no fue precisamente todo lo armónico que a veces leemos o escuchamos. Otra vez el concepto. El kirchnerismo no nació cuando propuso ese ejemplo de normativa anti monopolio, allá por 2009. Nació el 25 de mayo de 2003 y en el medio avaló la fusión de Cablevisión con Multicanal.

¿Es esto un intento justificador de la moderación paralizante? No, ni mucho menos. Pero sí es el recordatorio, una vez más, de que la política no se construye con meros posibilismos. Si existió una Ley de Medios, fue porque antes pudimos conocer los límites de ciertas formas de comunicación a través del conflicto con las patronales del campo. Si la vida de las AFJP tuvo una fecha de vencimiento fue porque, además de la convicción política de Amado Boudou, Néstor Kirchner y Cristina Fernández, existió un consenso social que le dio sentido a la reforma a partir de la estafa a la que habíamos sido sometidos millones de argentinos.

En estos días de 2020 la pregunta es hasta donde nos hacemos cargo de la idea de “unidad en la diversidad”. Hacia finales de 2018 o comienzos de 2019 Sergio Massa y Daniel Arroyo integraban el Frente Renovador. Felipe Solá, habiendo sido ministro de Carlos Menem, gobernador de la provincia de Buenos Aires y crítico de la acción política oficialista en los días de marzo de 2008, se acercaba al Justicialismo. Y en las elecciones de 2017 Alberto Fernández había sido el jefe de campaña de Florencio Randazzo. Podríamos seguir durante un buen rato el cúmulo de dirigentes que confluyeron en el Frente de Todos y que se habían alejado del kirchnerismo. Pero que estas muestras sirvan de botones.

Hacia mayo de 2019 la hora exigía una buena dosis de amplitud. Así pareció comprenderlo la figura política argentina más importante de lo que va del siglo. Si se entendió que con Cristina no alcanzaba pero que sin ella no se podía, ¿no sería hora de imitar esa misma templanza aceptando las diferencias entre referentes de la coalición? No se juega un destino definitivo de Latinoamérica en la última votación del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, como así tampoco (en el corto plazo) la debilidad del grupo comunicacional dominante en la Argentina. Pero sí se juega el riesgo de una mega devaluación, en un contexto de cansancio social producto de la pandemia, que, como siempre, perjudicaría a la mayoría del pueblo argentino.

Varios de los problemas que podemos analizar por estas horas, refieren a los límites de gobernar con una coalición, donde no siempre hay consenso comunitario y sobre la cual no existen demasiadas referencias históricas en el país. Si bien es cierto que al peronismo siempre lo caracterizó la formación de frentes electorales, también lo es, que junto con el éxito electoral venía acompañado un liderazgo claro que ordenaba el resto del esquema partidario de poder. Hoy, ese modelo (que se podría decir histórico), no existe.

Es un tiempo difícil. Tal vez sea hora de volver a ser generosos, dejar (por un ratito) de pensar que nuestra verdad relativa es inmodificable. La hora lo exige. Por un rato, de este lado, dejemos la exageración que supone la argentinidad al palo a un costado.

(*) Analista internacional de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 10 Oct 2020 21:07:47 -0300
Los partidos tendrán menos tiempo para hacer campaña en los medios https://fundamentar.com/nacional/item/6174-los-partidos-tendran-menos-tiempo-para-hacer-campana-en-los-medios https://fundamentar.com/nacional/item/6174-los-partidos-tendran-menos-tiempo-para-hacer-campana-en-los-medios Los spots televisivos de campaña serán reducidos a la mitad.

Según determinó el decreto publicado en el Boletín Oficial, se redujo del 10% al 5% el espacio disponible.

A poco más de un día de que cierren las listas de candidatos a las próximas elecciones presidenciales, el Gobierno publicó un decreto en el que modificó el espacio que los partidos políticos tienen para publicitar sus spots de campaña en los medios audiovisuales.

A través del decreto 429/2019, publicado este viernes 21 de junio en el Boletín Oficial,  la Casa Rosada determinó que los servicios de comunicación audiovisual y señales que cuenten con una programación igual o superior a doce horas deberán destinar el 5% del tiempo mencionado "para la difusión de mensajes de campaña electoral en servicios de comunicación audiovisual para las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias y las elecciones nacionales". De ese modo, se reemplazó el artículo 2 del decreto 1142/15, que había marcado que el tiempo cedido para esta cuestión debía ser del 10%. 

La disposición establece que el tiempo cedido se distribuirá entre todas las agrupaciones políticas, por categoría de cargos a elegir de la siguiente manera:

Elecciones presidenciales Para la campaña de Presidente y Vicepresidente de la Nación el CINCUENTA POR CIENTO (50%); Para la campaña de Senadores Nacionales el VEINTICINCO POR CIENTO (25%); Para la campaña de Diputados Nacionales el VEINTICINCO POR CIENTO (25%).

“En aquellos distritos en que no se elija la categoría de Senadores Nacionales, los espacios que le corresponderían se adicionarán en partes iguales a las categorías enunciadas en los incisos a) y c) del presente apartado”, se precisó. Una de las fuerzas que ya mostró un spot de campaña es el Frente de Todos, que tiene como postulantes a la presidencia y a la vicepresidencia a Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner respectivamente. 

En el decreto del Gobierno también se modificó el tiempo disponible en las elecciones legislativas, si bien en este caso no aplicaría, dado que las próximas están previstas para 2021: a) Para la campaña de Senadores Nacionales el CINCUENTA POR CIENTO (50%); b) Para la campaña de Diputados Nacionales el CINCUENTA POR CIENTO (50%).

“En aquellos distritos en que no se elija la categoría Senadores Nacionales, la totalidad de los espacios se asignarán a la categoría Diputados Nacionales”, se puntualizó. 

FUENTE: Perfil

EDICIÓN Y RELEVAMIENTO: Santiago Toffoli

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Argentina Fri, 21 Jun 2019 10:45:42 -0300
Lo Contrafáctico y Las Patas Cortas https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6048-lo-contrafactico-y-las-patas-cortas https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6048-lo-contrafactico-y-las-patas-cortas Lo Contrafáctico y Las Patas Cortas

En las últimas semanas el gobierno nacional ha vuelto a utilizar el ya viejo recurso discursivo que justifica que las medidas económicas tomadas desde el 10 de diciembre de 2015, resultaron herramientas que nos permitieron a los argentinos evitar transformarnos en Venezuela. Es, sin lugar a dudas, un argumento contrafáctico, un hecho que no sucedió, que no se desarrolló y por lo tanto tiene severos límites para la justificación y la construcción política. Como la mentira, a poco de andar se le nota lo corto de sus pliegues y de su esquema legitimante.

Lo contrafáctico se opone, por su naturaleza al hecho social o político (que a nuestros fines, ambos, vendrían a operar más o menos de la misma manera). No existe más que en la imaginación de cada uno de nosotros, en un juego que nos puede entretener un tiempo (tal vez prudencial) pero no más allá de ciertos límites tolerables. Resulta una construcción mental, una abstracción que se moldea y se construye y deconstruye una y otra vez desde mentes entretenidas con lo anecdótico. A su diferencia, el hecho social o político ES. Existe. Moldea destinos, configura proyectos, delimita situaciones y se extiende, como no, en el tiempo. El 17 de octubre de 1945 es el hecho político y social más trascendente de la vida argentina de todo el siglo XX. Puede ser resumido de distintas formas (aluvión zoológico, revolución popular, aventura demagógica), pero lo que lo hace trascendente es que ha podido ser reinterpretado una y otra vez. Sistemática e inexorablemente. De hecho, aún hoy y de manera inteligente ya que lo nombra sin nombrarlo, Cambiemos lo ha ubicado como el comienzo de todos nuestros males cuando nos dice que desde hace 70 años hacemos las cosas mal.

El hecho político se moldea colectivamente. Es apropiado y resignificado en múltiples formatos que habilitan a una nueva interpretación para la construcción política. A su contraparte, lo contrafáctico no supera el mero desdén de lo volátil y de lo provisorio que se desvanece. Como la mentira, tiene un corto recorrido que puede resultar legitimante para una etapa chiquita, concreta. Puede pensarse como un recurso electoral poderoso donde el emisor del mensaje nos propone imaginarnos nuestro futuro a su lado. Es elemental en un escenario de elecciones y de tiempos donde se recurren a la esperanza y a la proyección de un mejor desarrollo material. Pero tiene fecha de vencimiento. Al calor del devenir temporal es necesario mostrar otras cartas, más sólidas. Aquello que pueda medirse y que pueda hacerse tangible de diversas maneras.

Casi tres años después de haber asumido su mandato, Cambiemos se enfrenta al axioma de seguir insistiendo con aquello que no fuimos pero con un presente inexorablemente peor de lo que ya éramos. Su gestión política en la “reasignación” de lo público ha resultado tan mediocre y pobre que necesita, para seguir legitimándose, recurrir a aquello que NO FUE, pero también a construir un espejo donde mirarse y que sea resultado de todo lo malo que hubiéramos sido. Por eso la recurrencia permanente y sistemática al peor de todos los males: el kirchnerismo. Si la promesa electoral refería a la pobreza cero y a la unidad de los argentinos, pero en la realidad la pobreza aumenta y en todos los frentes se juega el juego de la división estigmatizante (sostenida por comprados, conversos y demás miserables), no quedan muchos recursos políticos en tanto construcción colectiva, más que hablarle a los propios y convencidos. Y se le habla con la recurrencia de lo imaginativo, de aquello que apela a la sensibilidad de aquellos sectores que sólo buscan reafirmar prejuicios y temores mundanos sobre el otro, el que pueda resultar distinto. Por ello la imagen del presidente (como así también de todo el arco Cambiemos) baja en todos los frentes. Porque no hay nada de gestión que mostrar. Si el mundo amarillo llegó a la primera magistratura gracias al 51% de los votos, si quisiéramos desechar alegremente al otro 49% que eligió a Daniel Scioli y casi tres años después el núcleo de apoyo (duro) no supera el 25%, es indudable que una buena parte del electorado no está siendo representado. Se podrá seguir construyendo escenarios contrafácticos y utilizándolos hasta el hartazgo, pero si no apareciera una concreta resignificación material, el ideario de Venezuela, para los argentinos, tendrá como la mentira, patas muy cortas.

 

(*) Analista político de Fundamentar

   

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hola@fundamentar.com (MIGUEL GÓMEZ(*)) Opinión Sat, 29 Sep 2018 17:08:38 -0300
"La Oposición le Quitó el Cuerpo a la Política Hace Bastante Tiempo" https://fundamentar.com/nacional/item/4404-la-oposicion-le-quito-el-cuerpo-a-la-politica-hace-bastante-tiempo https://fundamentar.com/nacional/item/4404-la-oposicion-le-quito-el-cuerpo-a-la-politica-hace-bastante-tiempo Juliana Di Tullio, presidenta del bloque de diputados del FpV, expresó su satisfacción por las leyes aprobadas durante 2014

La presidenta del bloque de diputados del Frente para la Victoria, Juliana Di Tullio, expresó su satisfacción por la aprobación de "proyectos de ley muy importantes en términos de derechos" durante 2014, y criticó a la oposición porque "le quitó el cuerpo a la política hace bastante tiempo" y se dedicó a debatir "desde los intereses de las corporaciones". 

"Los intereses económicos no han podido vencer al oficialismo", afirmó Di Tullio en una entrevista con Télam, y a la vez que reconoció que el bloque que conduce logró la sanción de numerosos proyectos importantes para el oficialismo, dejó en claro el rol de conducción de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner: "Mantuvimos la agenda legislativa, pero la agenda política la marcó el gobierno".

"Para nosotros la Presidenta es la vara con la que uno se mide. Ella pone la cara y el cuerpo por nosotros. Les guste o no les guste, a la oposición y a las corporaciones de todo tipo, Cristina está cada vez más fuerte y cada vez más sólida. Y tiene un bloque que así lo traduce", subrayó.

"Hemos sacado muchos proyectos de ley muy importantes en términos de derechos. Por ejemplo, la unificación de los Códigos Civil y Comercial, que afecta derechos concretos y reales para los 40 millones de argentinos", se explayó, para detallar que en dicho cuerpo jurídico "se abordan temas como las nuevas formas de familia, cómo unirse, cómo desunirse" además de "bajar la litigiosidad", entre otros objetivos.

También reivindicó la aprobación del Código Procesal Penal, "una deuda de la democracia argentina", que a partir de la reforma sancionada "permite darle a los fiscales la tarea de la instrucción, a los jueces la de resolución, apunta a que se achiquen los tiempos y a terminar con esas causas que prescriben porque los jueces las cajonean".

"Hemos sacado muchos proyectos de ley muy importantes en términos de derechos. Por ejemplo, la unificación de los Códigos Civil y Comercial, que afecta derechos concretos y reales para los 40 millones de argentinos"

El nuevo código de procedimientos penales "nos convierte en una sociedad más justa, más equitativa, más segura", afirmó.

Al mismo tiempo, la legisladora ponderó la sanción durante 2014 de la ley de Hidrocarburos, la de Pago Soberano y la del "paquete de leyes de defensa del consumidor para que el bolsillo de los argentinos esté cada vez más cuidado" y que "genera un Estado con capacidad para que las empresas con posiciones dominantes no jueguen con la economía de los argentinos".

Consultada por las deserciones pronosticadas en el oficialismo en el Congreso tras las elecciones legislativas de 2013, la dirigente bonaerense recordó que no solo no se produjeron sino que el FPV consiguió "sostener una mayoría y un bloque en el más estricto sentido de la definición".

"Fuimos un grupo de hombres y mujeres, dirigentes, militantes que comparten conducción y dirección. Eso se observó en el recinto", consideró.

"Siempre estamos convencidos de lo que estamos votando. Fue un año de mucho trabajo. Se votaron más de 180 leyes, no solo proyectos del Poder Ejecutivo. Es un mito lo de la escribanía. Muchos de los proyectos son parte de la agenda de la oposición", añadió.

Respecto de la actitud de los bloques parlamentarios opositores, Di Tullio se mostró sorprendida porque "este año de la derecha a la izquierda tuvieron el mismo discurso y la misma actuación".

"La oposición le quitó el cuerpo a la política hace bastante tiempo. No hablan desde la política, no actúan desde la política, no ejercen su rol. Debaten desde los intereses de las corporaciones, judiciales, económicas y mediáticas", dijo de manera categórica.

Para la diputada eso explica, por ejemplo, "por qué votan en contra de la eliminación del Rubro 59 o de la ley de telecomunicaciones Argentina Digital. En el debate por la creación de la bicameral para investigar las cuentas del HSBC, cuentas ilegales no declaradas en Suiza, votaron todos en contra. Hablan en representación de los intereses de las corporaciones. Repiten lo que les dicen".

En el mismo sentido, Di Tullio señaló que algunos diputados opositores, a la par de sus posturas políticas, "le quitan el cuerpo hasta literalmente" a la labor legislativa.

"Dicen que tienen voluntad de ser gobierno y no van al recinto, o van por cinco minutos. Por ejemplo, Sergio Massa debe tener una hora en todo el año sentado en su banca. Le sacó el cuerpo a los debates. Uno puede ir al Congreso por 20 minutos y participar de una votación, pero el debate no lo dan", finalizó.

 

FUENTE: Ámbito.com

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hola@fundamentar.com (Luciano Herrero) Argentina Fri, 26 Dec 2014 15:16:42 -0300
Garzón: "La Ley de Medios no Cercena Derechos de Libertad sino Todo lo Contrario" https://fundamentar.com/articulos/noticias/item/1366-garzon-la-ley-de-medios-no-cercena-derechos-de-libertad-sino-todo-lo-contrario https://fundamentar.com/articulos/noticias/item/1366-garzon-la-ley-de-medios-no-cercena-derechos-de-libertad-sino-todo-lo-contrario

baltazar_garzon_-_sabbatellaPara el ex juez español "la Ley de Medios no cercena los derechos", y se mostró sorprendido "por la acumulación de poder de determinados grupos" que manejan la información "con intencionalidad política".

 

Para el ex juez español "la Ley de Medios no cercena los derechos", y se mostró sorprendido "por la acumulación de poder de determinados grupos" que manejan la información "con intencionalidad política".

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baltazar_garzon_-_sabbatellaBaltazar Garzón visitó la sede de la Autoridad Federal de Comunicación Audiovisual y se reunió con su titular, Martín Sabbatella, que calificó al español como "un símbolo de justicia, de democracia, de libertad y de defensa irrestricta de los derechos humanos".

El ex juez, acompañado por el copresidente de la Comisión Provincial por la Memoria y ex fiscal general de Bahía Blanca Hugo Cañón, manifestó sobre la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual: "Lo primero que puedo decir es que no veo los riesgos que determinados sectores proclaman de la misma".

"Esta ley argentina no cercena los derechos de libertad, información veraz y de expresión, sino todo lo contrario", agregó.

Respecto del mapa nacional de medios de comunicación, Garzón expresó: "Lo que más me sorprende es la acumulación de poder de determinados grupos que ocupan una cuota demasiado alta de información, convirtiéndose así en un instrumento político fuera de los cauces del control democrático".

"El problema aquí es que se utiliza la información con una intencionalidad política cuasi partidista, pero fuera del esquema de partidos -siguió-. Lo que regula esta ley son las cuotas de poder empresarial que se acumulan en el sector. Porque no deben existir situaciones de auténtico monopolio. Y no lo digo ahora, sino que es algo que he dicho desde hace muchos años".

Para Garzón, el de los medios de comunicación es "un sector que no debe regirse por esa acumulación de poder porque se convierte no ya en el controlador de la democracia sino en el que ejerce realmente el poder".

"Esta ley se ocupa de un derecho fundamental, la información y la expresión. Es un derecho de doble vuelta, tanto para quien emite como para quien recibe -cerró-, y es la obligación de un gobierno democráticamente elegido regular el sector de los medios de comunicación para garantizar la protección de los ciudadanos".

Por su parte, Sabbatella sostuvo: "Garzón es reconocido en todo el mundo como un símbolo de democracia, de justicia, de libertad y de defensa irrestricta de los derechos humanos. Por eso es un honor y un gran orgullo para nosotros contar con su apoyo, que nos da más fuerza para seguir con este trabajo".

"En la charla, Garzón hizo especial hincapié en su interés por la defensa al derecho a la información, en tanto uno de los derechos humanos fundamentales que debe ser garantizado. Y, en ese sentido, nos expresó su firme apoyo a la tarea que estamos llevando adelante", concluyó el titular del Afsca.

 

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Pedro Arrospidegaray

FUENTE: Télam

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Noticias Tue, 30 Oct 2012 07:35:39 -0300