Warning: Undefined array key 0 in /home/fundamen/public_html/plugins/system/jblibrary/jblibrary.php on line 380
Fundamentar - Artículos https://fundamentar.com Fri, 03 May 2024 19:33:23 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Sudán: transición interrumpida https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6181-sudan-transicion-interrumpida https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6181-sudan-transicion-interrumpida Al Bashir cayó luego de gobernar Sudán por 30 años.

La Unión Africana suspendió a Sudán como miembro hasta tanto no se establezca un gobierno civil. El Consejo de Paz y Seguridad de dicho organismo informó, via Twitter, que debido a la suspensión Sudán no podrá participar en ninguna actividad de la organización panafricana. La decisión busca responder a la gran crisis que vive el país debido a la continuidad de las protestas sociales en reclamo de un cambio político.

Génesis del conflicto

A fin de poder entender la situación actual, es necesario rememorar anteriores acontecimientos. En diciembre 2018 el aumento del precio del pan dio lugar al inicio de  las protestas sociales contra el gobierno del presidente Omar Al-Bashir. Las Fuerzas Armadas habían protegido a los manifestantes que se encontraban frente al Ministerio de Defensa en la capital, Jartum, de los ataques de la policía.

Finalmente, en abril 2019 un de un golpe militar liderado por el General Abdel Fattah Burhan acabó con los 30 años de gobierno del presidente Al-Brashir, instaurando en el poder al Consejo Militar de Transición que el mismo Abdel Fattah preside.  

Cabe destacar que, Al- Bashir, que accedió al poder a través de un golpe militar en el año 1989, fue detenido y acusado por la Corte Penal Internacional (CPI) por los crímenes de guerra ocurridos en Darfur y por los asesinatos a manifestantes opositores; acusaciones sin precedentes a un Jefe de Estado en función. Bajo su presidencia tuvieron lugar la crisis y posterior independencia de Sudán del Sur y  la crisis de Darfur, considerada como el genocidio más grandes del Siglo XXI. El mismo costó la vida de alrededor de 400.000 personas y más de 2 millones de desplazados. La Organización de las Naciones Unidas ha calificado el hecho como un crimen de lesa humanidad, propiciando su intervención en el 2011.

Al Bashir es ante todo un militar y está acusado de graves crímenes de guerra y lesa humanidad / AFP

Acontecimientos recientes

En la actualidad la violencia se ha intensificado y las manifestaciones continúan. Los líderes de la Alianza por la Libertad y el Cambio (ALC), quienes encabezan las protestas, exigen que el poder sea transferido a los civiles. El Consejo Militar utilizó la fuerza para dispersar a los manifestantes concentrados frente al cuartel general del ejército en la capital del Estado. Las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), un grupo paramilitar con vinculación al ejército, fueron dispersadas por todo el país. Su accionar fue bautizado por los opositores como “operación masacre” ya que provocó la muerte de 108 personas y 500 heridos, según fuentes del Comité  Central de Médicos de Sudán (CCSD) vinculados a los manifestantes. Cabe destacar que, el Ministerio de Salud estima que la cifra en realidad es menor; alrededor de 61 personas fallecidas.

En el Sudán de hoy todas las miras están puestas sobre el general Mohamed Hamdan Dagalo, conocido como Hemeidti, el número dos de la junta militar y máximo responsable de las Fuerzas de Apoyo Rápido. Se debe mencionar que, pocos días antes de que se asesinara a decenas de ciudadanos, dicho militar estuvo reunido en Yeda con el príncipe heredero del Reino de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, quien le brindó su apoyo.

La situación que se vive es crítica y difícil, los negocios de la capital se encuentran cerrados, las calles tomadas por los manifestantes e internet sólo es accesible a través de la compañía nacional controlada por el gobierno.

Mientras decenas de personas morían, el presidente del Consejo Militar Transitorio anunciaba por cadena nacional el 3 de junio, la suspensión de todos los acuerdos alcanzados en las últimas semanas con la oposición. También se comprometió a averiguar lo sucedido y a convocar a elecciones en un plazo máximo de 9 meses. Anteriormente, los militares se proponían completar la transición en 2 o 3  años. Entre los acuerdos que se habían alcanzado se encontraba la formación de un Consejo Soberano Transitorio integrado por civiles y militares, que dirigirían el país durante 3 años. Pero como no pudieron consensuar los integrantes del mismo, ya que los militares buscaban tener la presidencia y una gran representación, mientras los opositores no estaban dispuestos a ceder, las negociaciones se estancaron y las revueltas volvieron a las calles.

Accionar de la Comunidad Internacional

La actual crisis que sufre Sudán generó conmoción a nivel internacional, llevando a los principales representantes a manifestar sus opiniones. Según varias fuentes, la Comunidad Internacional denuncia la represión de las manifestaciones y critica el accionar de la Junta Militar.

Estados Unidos ha decidido, en los últimos días, enviar al Secretario de Estado adjunto para asuntos africanos, Tibor Nagy, a fin de promover el diálogo entre las partes. El diplomático norteamericano también visitará Etiopía y la Unión Africana, con el principal objetivo de paliar la crisis interna de la Republica del Sudán.

Los manifestantes quemando llantas en Jartum / AFP

Por su parte, el Reino Unido retiró a varios de sus diplomáticos de la embajada en la capital del país y desaconsejó a los británicos acerca de viajar a Sudán debido al alto nivel de violencia que existe. Al mismo tiempo, junto con Alemania pidió convocar a una reunión al Consejo de Seguridad de la ONU.

Frente al temor de que la situación empeore dicha Organización Internacional decidió relocalizar temporalmente parte de su personal en Sudán. Además, el Secretario General Antonio Guterres, condenó el “uso excesivo de la fuerza” por parte de los militares y solicitó que se abra una investigación independiente.

Por otro lado, la Unión Europea ha defendido el derecho a la protesta pacífica y le ha solicitado al Consejo de Militar que actúe responsablemente y rápidamente para generar una transición del poder a los civiles. Es decir, tanto para la Unión Europea como para la Unión Africana es fundamental que se establezca un gobierno civil en el país africano.

El General Mohamed Hamdan Dagalo. REUTERS

En palabras del portavoz del servicio diplomático europeo, Maja Kocijancic: “esperamos que el Consejo Militar actué de forma responsable  y respete el derecho del pueblo a expresar sus preocupaciones de forma pacífica sin sufrir amenazas o el uso de la violencia contra ellos”.  

De esta forma, también el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos, liderado por Michelle Bachelet, además de lamentar los acontecimientos violentos, indicó que toda persona que ejerza su derecho de reunión no debe ser víctima de persecuciones políticas.

Estados cercanos a la Junta de Sudán, como Egipto, han expresado una gran preocupación  por la situación actual y han convocado nuevamente a las negociaciones entre las partes. Pero no han condenado el recurso a la fuerza por parte de los actuales responsables del poder.

En pocas palabras, desde la salida del Presidente Omar Al-Bashir, la sociedad sudanesa se encuentra en una encrucijada exigiendo el establecimiento de un gobierno civil, que ponga fin a la violencia, la represión y las persecuciones sociales. Aún quedará por verse si los manifestantes lograran sus objetivos o bien los generales vencerán en la contienda. 

(*) Analista del Centro de Estudios Políticos Internacionales (CEPI)

 

 

 

]]>
hola@fundamentar.com (Sofía Zeballos (*)) Opinión Mon, 24 Jun 2019 12:28:20 -0300
La Continuidad del Conflicto en África Subsahariana https://fundamentar.com/internacional/item/4261-la-continuidad-del-conflicto-en-africa-subsahariana https://fundamentar.com/internacional/item/4261-la-continuidad-del-conflicto-en-africa-subsahariana Logo de Boko-Haram

Finalizando el año 2014 es posible hacer un balance de las situaciones de violencia política, étnica y religiosa en África Subsahariana, una región que en el siglo XXI continúa enfrentando fantasmas del pasado junto a amenazas emergentes relacionadas con el terrorismo internacional. A continuación, un punteo de los principales focos de tensión que atraviesa la región.

La virulencia de los conflictos contemporáneos en África Subsahariana se remonta a las guerras de la independencia en los años sesenta y mediados de los setenta. En los ochenta los conflictos asumieron carácter regional en África Austral y el Cuerno de África. En los noventa hubo violentos estallidos en Burundi, República Democrática del Congo, Chad, Sudán, Liberia, Sierra Leona, Nigeria y Ruanda con el genocidio de Ruanda, junto a la guerra entre Etiopía y Eritrea.

De la situación explosiva de los años noventa, África Subsahariana ha recorrido en el siglo XXI un camino de estabilización y solución de muchos de los graves conflictos que la asolaban. De este modo, observamos el fin de la guerra civil en Angola (2002), en Sudán con la independencia de Sudán del Sur (2005), en Sierra Leona (2002) y en Liberia (2003). No obstante, nuevos estallidos de violencia surgieron en los últimos años, relacionados con la presencia de grupos terroristas tanto como de grupos rebeldes armados.

La estrecha relación entre etnia y política aumenta las rivalidades durante los comicios y son fuente de inestabilidad, tal como sucedió en Costa de Marfil

A lo largo de las décadas los principales orígenes de los conflictos han sido:
• Cuestionamientos a las fronteras heredadas del período colonial.
• Demandas de autodeterminación.
• Rivalidades entre grupos étnicos, tribales y religiosos.
• Incursiones transfronterizas de grupos rebeldes y terroristas.
• Enfrentamientos por el control de recursos naturales.

Dichos motivos han estado además entrelazados entre sí, complejizando las situaciones conflictivas. Asimismo, la estrecha relación entre etnia y política aumenta las rivalidades durante los comicios y son fuente de inestabilidad, tal como sucedió en Costa de Marfil, situación que se resolvió tras la intervención francesa en 2011. Actualmente a las mencionadas dimensiones se suma la presencia de grupos terroristas islámicos con intereses internacionales y regionales que son combatidos no sólo por los gobiernos locales, sino también a través de estrategias globales de las potencias occidentales. De este modo, a lo largo de 2014 estuvieron en la mira de los medios de comunicación internacionales los países fuertemente amenazados por el terrorismo vinculado a grupos islámicos.

El caso de Boko-Haram en Nigeria ha sido el más resonante luego del secuestro de niñas de una escuela secundaria católica a mediados de año. No obstante, el grupo asola el norte nigeriano desde hace una década, habiendo hecho estallar una sede de Naciones Unidas en 2011. En sus alusiones públicas se combinan cuestiones religiosas y demandas locales y en sus acciones atentados y acciones que están más relacionadas con acciones criminales para la obtención de fondos que con reclamos políticos o religiosos.

En Somalia, luego de dos décadas de conflicto, en septiembre de 2012 se estableció un gobierno federal reconocido internacionalmente. El mismo actualmente enfrenta la acción desestabilizadora del grupo terrorista islámico al-Shabaab, que ha reconocido ser parte de la red Al-Qaeda y actúa en terceros países de la zona. El gobierno cuenta con la presencia de las misiones de paz de Naciones Unidas (UNSOM) y de la Unión Africana (AMSOM) para garantizar la transición y hacer frente a las amenazadas de este grupo radical.

Al-Shabaab también afectó fuertemente la evolución del proceso de estabilización en Sudán, donde la actuación de las tropas de la Unión Africana fue central para mantener el control territorial. En este país, si bien el conflicto de Darfur bajó su intensidad, también continúan los ataques entre musulmanes y católicos. En tanto, el recientemente independizado (2011) Sudán del Sur continúa siendo un fuerte centro de inestabilidad ya que diversos grupos armados con base étnica se enfrentan por el control del país, si bien en el mes de mayo se llegó a un alto el fuego.

En Malí, tras la intervención de las fuerzas armadas francesas en el mes de mayo pasado y el acuerdo de cese de fuego, está latente el accionar de los insurgentes islámicos en el norte del país.

Los factores religiosos y étnicos que fragmentan los territorios nacionales también estuvieron presentes en República Centroafricana, grupos musulmanes y católicos se continúan enfrentado violentamente a pesar del cese de fuego proclamado en el mes de julio pasado y el establecimiento de la operación de paz de Naciones Unidas, la MINUSCA.

En Malí, tras la intervención de las fuerzas armadas francesas en el mes de mayo pasado y el acuerdo de cese de fuego, está latente el accionar de los insurgentes islámicos en el norte del país. En este territorio también actúa una operación de mantenimiento de paz de Naciones Unidas, MINUSMA, desde el año 2013.

La paz tampoco pudo garantizarse en la República Democrática del Congo. Si bien el principal grupo rebelde, el M23, fue desarticulado por las fuerzas armadas nacionales con el apoyo de la misión de Naciones Unidas (MONUSCO), siguen activas otras guerrillas en el este del territorio, tales como ADF y Mai Mai.

Además de los siete casos señalados, también hay que considerar las situaciones frágiles que atraviesan Zimbabwe, debido a la violencia política, Liberia y Costa de Marfil, donde aún se mantienen activas las Operaciones de Mantenimiento de la Paz de Naciones Unidas UNMIL y UNOCI, respectivamente.

De este modo, el “afroptimismo” del siglo XXI, basado en el crecimiento económico de la región, en los avances democráticos y en los nuevos mecanismos de pacificación intrarregional parece encontrar un freno en una de las principales aristas que dieron lugar en los noventa al “afropesismismo”: los conflictos armados.

 

(*) Licenciada en relaciones internacionales de la Fundación para la Integración Federal

 

FUENTES CONSULTADAS:

Alvarez Acosta, María Elena, 2011, “Los conflictos en África Subsahariana en el siglo XXI: aproximación as sus componentes desestabilizadores”, presentación realizada en el XXII Simposio Electrónico del CEID, Buenos Aires.

Arbour, Louise, 2014, “Las Guerras de 2014”, en Esglobal, Madrid, enero.

García, Josefina, 2014, “Terrorismo en Nigeria: el caso de Boko Haram”, Anuario IRI 2014, La Plata.

Kabunda, Mbuyi y Bello, Iraxis, 2011, África: las luces y sombras de un continente prometedor, Biblioteca Africana – Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, Madrid, marzo.

Tinnirello, María Florencia, 2014, “Somalia, entre la consolidación post-transicional y la desafiante presencia de al-Shabaab”, Anuario IRI 2014, La Plata.

Programa de Relaciones y Cooperación Sur-Sur, Universidad Nacional de Rosario: www.precsurweb.com.ar 

]]>
hola@fundamentar.com (CARLA MORASSO (*)) Internacional Fri, 07 Nov 2014 16:49:16 -0300
Sudán del Sur y sus "Niños Perdidos" https://fundamentar.com/internacional/item/3292-sudan-del-sur-y-sus-ninos-perdidos https://fundamentar.com/internacional/item/3292-sudan-del-sur-y-sus-ninos-perdidos Phillip Madol es uno de los "niños perdidos" de Sudan del Sur

Los relatos que cuentan los llamados "niños perdidos" o Lost Boys, guardan enseñanzas sobre sobrevivencia, esperanza y convicción. Aquellos chicos que se encontraron envueltos en un conflicto tan ajeno, como propio, aprendieron a ser entre la guerra que enfrentó por décadas al actual estado de Sudán con la reciente nación independizada, Sudán del Sur.

Jacob Atem tenía tan solo 15 años cuando se unió a los miles de niños perdidos que buscaban volver a empezar. Formó parte del grupo que lograría un refugio en los Estados Unidos para luego convertirse en ciudadanos de dichos país. Eventualmente lograría obtener un máster en salud pública de la Universidad de Michigan y fundaría la Southern Sudan Health Care Organization en la ciudad de Maar, donde nació, y en el cual se atendían a más de 100 pacientes por día. Inclusive había logrado reconectarse con su hermana que aún vivía allí. Pero tan sólo unos días antes de reencontrarse con ella, el pasado diciembre, la violencia estalló.

El regreso de los "niños perdidos" a su país natal coincide con el nacimiento de la nueva nación, Sudán del Sur, con la esperanza de intentar re-comenzar.

Una vez más se encontró en el medio de severos enfrentamientos, escondiéndose detrás de los árboles para que los rebeldes no lo atacasen, esperando que algún avión de Naciones Unidas lo rescatase junto a sus compañeros de trabajo. "Tuve mucha suerte", dijo Atem, graduado de la Universidad del Estado de Michigan, luego de haber sido rescatado en la provincia de Bor, escenario de un conflicto que ya ha dejado como saldo miles de vidas y enormes daños materiales.

El regreso de los "niños perdidos" a su país natal coincide con el nacimiento de la nueva nación, Sudán del Sur, con la esperanza de intentar re-comenzar. Mientras que muchos de ellos son ciudadanos estadounidenses que sólo volvieron para participar del referéndum que se llevó a cabo en el año 2011 por medio del cual se decidió la separación definitiva de Sudán -luego del cruento conflicto que las enfrentó por décadas- , otros volvieron para colaborar en la formación de las futuras generaciones intentando construir una nación más próspera que no obligue a sus ciudadanos a huir.

Ahora, muchos de aquellos niños perdidos que ya habían tenido que escapar a razón del estallido de la violencia, se volvieron a hallar en la inexorable necesidad de tener que sobrevivir entre la guerra y el conflicto armado que vuelve a enfrentar a la sociedad. Perdidos, encontrados y nuevamente olvidados. Inclusive, muchos de ellos, están atrapados y sin posibilidad de huir, debiendo enfrentar la violencia que ha hecho temblar a la joven nación del Sudán del Sur en las recientes semanas.

La historia de un joven graduado de 32 años, Andrew Bith Abui, es recordada por su familia y amigos. Un genuino intelectual que añoraba profundamente volver a la nación africana para ayudar a re-construir un país que le otorgue otras opciones a las generaciones venideras. Pero, prontamente, estallaría la violencia en la localidad de Pariang, donde se encontraba. En cuestión de días su primo, Simon Nygok, recibiría una llamada que le informaría el asesinato de Abui. "Atacaron el pueblo y sobrepasaron la capacidad de la policía. El leit motif era matar a cualquier persona que perteneciese a otra tribu".

"No quiero volver a ver como otra generación de chicos atraviesan por la misma experiencia por la cual atravesamos mi generación y yo"

El 15 de diciembre del pasado año estalló un nuevo conflicto que, hasta el día de la fecha, arrasó con la vida de más de 1.000 personas; ha dejado un saldo de 200.000 personas internamente desplazadas; y ha generado un escenario plausible de convertirse en testigo de una nueva guerra civil. Una vieja disputa entre el actual Presidente, Salva Kiir, y su opositor, Riek Machar, se ha convertido en fuente de violencia, temor y confrontación entre los dos mayores grupos étnicos del Sudán del Sur: los Dinka y los Nuer. Se trata del enfrentamiento entre civiles. De individuos contra individuos.

Phillip Madol, un joven de 33 años, se encontraba viviendo en el estado de Michigan por 13 años cuando escuchó que su madre se encontraba enferma y decidió, sin vacilar, volver hace seis meses. Habiendo logrado escapar de una localidad cercana a Bor del ataque de fuerzas anti-gubernamentales y habiendo sido herido por las mismas, logra sobrevivir luego de cruzar el Nilo Blanco con otras miles de personas. "Nunca nadie pensó que esto sucedería", cuenta Madol, intentando respirar y secándose la transpiración. "Todos estábamos felices que habíamos logrado finalmente la independencia y teníamos la esperanza de que finalmente empezaríamos a vivir en paz. Ahora sólo guardamos leves signos de fe de poder volver a los Estados Unidos".

Joan Hecht, fundadora de la Alliance for the Lost Boys of Sudan en Jacksonville, y quien ha trabajado por décadas junto a Atem y Abui, relata su experiencia junto a estos niños perdidos. "Todos ellos transmitían solo fe, esperanza y fuerza. Motivados y verdaderamente convencidos de que todo había cambiado estaban decididos en volver y llenar, en nombre de sus familias, de orgullo y dignidad a esta pequeña nación". Y fue justamente ese impulso el que empujó a muchos de ellos a abandonar la comodidad de los EE.UU y regresar para ayudar a construir un futuro diferente.

Por su parte, Abrham Avolich, graduado de la Universidad de Vermont, es uno de los fundadores de la Fundación para el Desarrollo de Sudán, por medio de la cual se estableció una pequeña clínica medica para prestar asistencia a niños en la ciudad de Awerial. Hace tan solo unas semanas, logró huir de Sudán del Sur, nuevamente, y reencontrarse con su esposa e hija en Uganda. Sin embargo, decidió regresar a la capital, Juba, una vez más en pos de poder llevar los medicamentos necesarios para continuar atendiendo a aquellos heridos y afectados por el conflicto armado. "No quiero volver a ver como otra generación de chicos atraviesan por la misma experiencia por la cual atravesamos mi generación y yo. Nos sentimientos afortunados de haber sido acogidos en otro país y haber recibido una educación", cuenta Avolich, agregando "desde el momento de la independencia tuve el convencimiento de que era necesario regresar para re-construir y desarrollar este país".

Mientras que muchos de ellos lograron reencontrarse con sus familias y salir con vida luego de haber sido rescatados por las aeronaves de Naciones Unidas, muchos otros quedaron atrapados en el enfrentamiento violento entre dos grupos tribales, los Dinka y los Nuer, colocando a la sociedad civil nuevamente en una guerra sin fin. En palabras de Atem "se trata de una situación devastadora en la cual intentamos volver a aquél lugar del cual intentamos escapar para encontrarnos, una vez más, en la necesidad de tener que huir". Una vez más, intentar SER entre tanta imposibilidad.

 

(*) Pedriodista del New York Times

(**) Periodista freelance que trabaja para el New York Times, CNN y Voice of America

 

FUENTE: The New York Times

TRADUCCIÓN: Florencia Tinnirello, investigadora de la Fundación para la Integración Federal

]]>
hola@fundamentar.com (NICHOLAS KULISH (*) E ISMA'IL KUSHKUSH (**)) Internacional Wed, 15 Jan 2014 15:10:01 -0300