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Fundamentar - Artículos https://fundamentar.com Sun, 28 Apr 2024 20:29:33 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Discursos de fondo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6607-discursos-de-fondo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6607-discursos-de-fondo Discursos de fondo

La semana supuestamente “corta” en la previa del feriado de la Pascua, trajo tres hechos y un dato que en buena medida sintetizan lo que se discute por este tiempo en la Argentina de la supuesta post pandemia: el encuentro en Rosario organizado por la Corriente de la Militancia, las declaraciones del ministro Martín Guzmán en los estudios de C5N y el discurso que Cristina Fernández brindó en la Asamblea Parlamentaria Euro Latinoamericana en el Centro Cultural Kirchner. En el medio se conoció el dato de inflación de marzo, el cual dejó un número récord para los últimos 20 años. De alguna manera, la vinculación de estos elementos que nombramos, refiere a cuestiones de fondo que tensionan el día a día de la vida del país. Repasemos.

Relativizamos la idea de semana corta porque indudablemente la jornada desarrollada en Rosario, con la presencia de funcionarios de primera línea, intelectuales de innegable pertenencia a las corrientes populares de pensamiento y más de dos mil almas que acompañaron el convite, se transformó en el hecho político más importante del fin de semana anterior, proyectándose en los días venideros con análisis de todo tipo.

En la Argentina de hoy parece una eternidad hablar de un hecho político ocurrido una semana atrás, pero lo cierto es que mucho de lo que allí se dijo sigue vigente, guste o no. Lo que tal vez haya quedado más claro de la reunión sabatina, refiere a una especie de “espíritu” de unidad que sobrevoló en el ambiente.

Más allá de lo que pueda haberse dicho desde el estrado, dos cosas quedaron muy claras desde el comienzo: independientemente del aprecio por los que jugaron de local, la figura de la vicepresidenta fue permanentemente reconocida con aplausos, y este tiempo en donde la sociedad argentina parece decidida a haber dejado atrás la pandemia, sobrevive una necesidad que podría definirse como visceral, de escuchar y de encontrarse. Para tratar de entender parte de lo que está pasando y para, de alguna manera, recuperar, otra vez, la idea de que lo colectivo siempre es superior al micro mundo de cada uno de nosotros.

https://www.youtube.com/watch?v=fOwCQm7rE5E&t=4s

Lo hemos dicho desde el comienzo de la pandemia: fue al peronismo, con su lógica de construcción política con el otro, en la calle, en el cuerpo a cuerpo, y más allá de lo que digan la telepolítica y las redes, a quien más afectó las restricciones impuestas allá (no tan) lejos y hace (no tanto) tiempo.     

Unidad, cohesión, construcción de un nuevo relato, fueron tal vez las referencias conceptuales que marcaron la agenda de lo que viene con la idea imperturbable de cumplir con el compromiso asumido en 2019, y que las elecciones de 2021 parecieron trastocar. Qué tipo de unidad y cómo se consolida con el devenir de las semanas fue la referencia insoslayable.

Y si hablamos de cohesión, algo de eso dejó traslucir el ministro Martín Guzmán en su entrevista brindada al periodista Gustavo Sylvestre, en el canal de noticias C5N el día lunes. Habló de la necesidad de que los funcionarios de segundas y terceras líneas no realicen cuestionamientos públicos a la política económica vía medios y de que el gobierno está trabajando sobre un proyecto para captar parte de las rentas extraordinarias que deja la coyuntura económica mundial, que, indudablemente, profundizará las brechas económicas.

Es indudable que el ministro se siente fortalecido. Los ya antiguos rumores de su salida (recordarán los queridos y queridas lectoras que para finales de 2021 se afirmaba en muchos medios que, una vez logrado el acuerdo con el FMI, el ministro se iría del cargo), no han hecho más que validar todo lo contrario, reversionando aquella estrategia donde se confirman en el cargo funcionarios (o dt de fútbol) que a los pocos o días son eyectados de sus cargos.

https://www.youtube.com/watch?v=MmYVMtedMA4

Desgaste opositor, devaneos internos, los persistentes off the records, tan perennes en estos tiempos, han sabido instalar la idea de que varios funcionarios “están de salida”. Algunos medios han ido un poco más allá poniendo fecha a las eventualidades que se fueron corriendo: que antes de la Pascua, que durante o que luego de ella se vendría un restyling gubernativo. Este analista no tiene información de primera mano ni mucho menos, pero cuando una idea de este tipo se menea de esa manera, la dilación no representa nada bueno en sí mismo.

La presencia de Guzmán en el set de televisión, algo inusual para su estilo, lo mostró activo en la previa del dato económico y político de la semana: el Indec informó que la inflación de marzo alcanzó el 6,7% y puso en números lo que se sabía de antemano, por lo pre anunciado, pero también por lo que cada uno de nosotros “descubre” cuando va a un supermercado o, si tiene la suerte, compra algo de ropa.

https://twitter.com/INDECArgentina/status/1514317554336079872

Y decimos que es político porque indudablemente lo que sobresale, antes que el conteo de uno o varios productos y su evolución de su precio, es la discusión de cómo se distribuyen los ingresos en la Argentina.  Podrá decirse que la guerra ha sido un factor determinante (algunos indicadores en el primer mundo no dejan de asombrar), pero nadie podrá distraerse con una historia tan recurrente y persistente en la vida del país, opositores incluido.

No deja de ser cómico, a la vez que irritante, leer, escuchar o ver a algunos ex funcionarios, a la sazón comentaristas de la realidad, explicar el fenómeno de la inflación. Vamos a insistir hasta el hartazgo con dos ejemplos: Alfonso Prat Gay sostenía en 2015 que la devaluación que suponía dejar al dólar flotar libremente (el oficial valía $9, mientras que el blue o ilegal $16) no afectaría a la economía real ya que la misma se movía al ritmo de la cotización no oficial. Resultado: el país se comió una devaluación del 50% con una tasa de inflación en 2016 de más del 40%. Todo esto por no nombrar el 54% de suba de precios con la que el país dejó atrás en 2019 la gestión de Mauricio Macri. Sólo la desidia, el cinismo o la complicidad de varios de los interlocutores permite imaginar que ambos referentes tengan algo positivo para decir al respecto.

Y si hablamos de títulos mediáticos, no puede dejar de observarse el abordaje que muchos le dieron a la presentación de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner en la Asamblea EuroLat. En la frase “que te pongan la banda y el bastón no significa que tengas el poder” varios creyeron encontrar un tiro por elevación a la figura del presidente. Es el problema de seguir la política por los titulares de medios o redes, quitándole sustancia al asunto.

Sólo basta tomarse el trabajo de leer el discurso completo o revisar históricamente la línea argumentativa de la ex presidenta para entender que el problema del poder no es un tema nuevo en sus abordajes políticos. Desde las construcciones discursivas en pleno conflicto con las patronales del campo en 2008, hasta llegar a justificar la recuperación de YPF (que por estos días se cumplen diez años), pasando por la fundamentación de la fenecida Ley de Medios de Servicios Audiovisuales, la relativización de las cuotas de poder con las que cuenta un dirigente político elegido por el voto popular, siempre estuvo presente entre sus preocupaciones.

En el discurso del jueves, otra vez, se aprecia su apelación a lo histórico como un recurso de su acción política. Va sobre el pasado y vuelve sobre los hechos del presente. Explica el “ancien régime” y declama los límites persistentes de la política cuando se enfrenta con los poderes fácticos, esos que nadie vota.

https://www.youtube.com/watch?v=pzXD9JCd5pI

Este último discurso, más allá de las quejas ridículas de parte de la oposición, siempre tan recurrentes a negar cualquier base de historicidad a la vida política de una comunidad, merece ser revisado porque pone el eje en algo aún más profundo, el cual refiere, en tiempos de notable interdependencia económica y social, a la persistente debilidad con la que conviven los Estado Nación en su relación con las grandes corporaciones.

Aunque haya enojos y diferencias, en esto último radica un punto de encuentro entre el hipotético proyecto que anuncia Guzmán para limitar las ganancias (o rentas) extraordinarias y lo que, sistemáticamente denuncia Cristina Fernández. Por eso la deslegitimación opositora a su presentación en el parlamento eurolatino y por ello la agitación permanente de cierta derecha, política y mediática, por la salida del ministro.

Las diferencias, a veces, parecen no ser tan profundas. Si sabrán verlo los distintos protagonistas es la pregunta que dejamos en formato de tarea para este fin de semana de turismo, encuentros familiares y celebración religiosa, queridos lectores y estimadas lectoras. Y aunque la casa no parezca estar en orden, felices pascuas para todos y todas.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 17 Apr 2022 08:57:51 -0300
De las buenas y de las otras https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6605-de-las-buenas-y-de-las-otras https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6605-de-las-buenas-y-de-las-otras De las buenas y de las otras

A veces estoy tan bien, estoy tan down.
Calambres en el alma,
cada cual tiene un trip en el bocho,
difícil que lleguemos a ponernos de acuerdo.
De acuerdo…
(Charly García)

La primera semana de abril trajo como novedad tres hechos que el título de este artículo trata de representar. El protagonismo del Senado en temas que aunque alguno pueda tentarse con afirmar que poco tienen que ver con el día a día de cada uno de nosotros, ocupan una centralidad que merece ser destacada; las declaraciones del secretario de Comercio Interior Roberto Feletti cuestionando la política económica del gobierno que él mismo integra y los datos (que se conocieron casi en simultáneo) que confirman la mejora de los niveles de igualdad en la Argentina (Coeficiente de Gini). Las tres noticias tienen múltiples pliegues en segundo plano que deberíamos revisar. Pasen y vean.  

La Cámara alta ganó en visibilidad política y mediática con el tratamiento de dos proyectos que seguramente seguirán aportando matices en los días que vienen: el tratamiento en comisión del proyecto de ley que crea el Fondo Nacional para la cancelación de la deuda con el FMI y la aprobación con mayoría propia del proyecto de modificación del Consejo de la Magistratura de la Nación (CMN).

En el primero de ellos en la reunión de las comisiones ya quedaron asentadas claramente las posiciones de los espacios políticos mayoritarios. Mientras el oficialismo aparece como un bloque bastante consolidado en su defensa, la oposición encarnada en Juntos por el Cambio también se muestra unida, pero en el sentido del rechazo. Por ahora, la batalla dialéctica la viene ganando el Frente de Todos ya que la argumentación que ha prevalecido hasta aquí desde las huestes que alguna vez supo conducir Mauricio Macri, refiere a cuestionamientos al proyecto que desde tecnicismos que poco tienen que ver con la sustancia del asunto.

En el segundo de los temas, la aprobación de un nuevo proyecto para la conformación del Consejo de la Magistratura, el oficialismo obtuvo la media sanción con los números propios más el aporte de algún aliado como es el caso del senador por Chubut, Alberto Weretilnek.

Es probable que a buena parte de la población esta discusión le pase tangencialmente lejos, pero nunca viene mal recordar lo que representa el mencionado organismo; sobre todo en un país como el nuestro dónde el Lawfare, en su vinculación inestimable de jueces, medios y poder político, fue tan determinante para el período 2015 – 2019 y que, debe reconocerse, no ha sido desmontado ni mucho menos.

Nacido al calor de la reforma constitucional de 1994, según el artículo 114 de la Carta Magna, el Consejo de la Magistratura tiene a su cargo la selección de los magistrados y y la administración del Poder Judicial. Dada su composición colegiada conformada por jueces, abogados, académicos y legisladores, siempre resultó un centro de disputa política.

Hacia 2006, el kirchnerismo supo imponer con toda la legitimidad que permite la propia Constitución Nacional, una nueva ley que le dio otro formato y por ende otro funcionamiento. Nueve años después (sí, nueve años. Leyó bien querida lectora, querido lector) se presentó un pedido de inconstitucionalidad de esa ley, lo cual derivó en un “reciente” fallo de la Corte “Legislativa” de la Nación, que, luego de tener el expediente por cuatro años, falló a favor de la demanda y le ordenó a otro poder de la nación que en el término de 120 días sancionara una nueva ley.

La razón de ser del estropicio generado se sustancia (ya que nos metemos en el mundillo del derecho utilicemos parte de sus tecnicismos) en un máximo tribunal que se ve a sí mismo como último intérprete del sentido de la constitucionalidad argentina. Cinco seres humanos que no fueron nominados por las urnas (o cuatro a partir de cómo está conformado en estos momentos o tres de acuerdo a las mayorías mínimas que debe tener el cuerpo para sacar cualquier tipo de acordada) se arrogan el derecho de la interpretación normativa de lo que dispone otro poder conformado por trescientos veintinueve ciudadanos que fueron elegidos por el voto popular para integrar un congreso nacional, al igual que la cabeza de un Poder Ejecutivo que lo reglamentó. Algo no funciona bien en la joven democracia argentina.

La pelota pasó ahora al lado de la Cámara de Diputados que tiene la imposible tarea de convertir el proyecto en ley (ni siquiera esta conformada la Comisión de Justicia) en el término de cuatro días hábiles. Sí, leyeron bien nuevamente queridos lectores.

https://twitter.com/gerpmartinez/status/1512388188987351046

Por ello los avisos públicos del jefe del bloque del Frente de Todos en diputados, Germán Martínez parecen más que atendibles ya que, pese a que algunos reclamen y declamen cierto voluntarismo de la acción política para convertir al proyecto en ley, los tiempos “no dan”. La pregunta para la semana corta que se inicia a partir del lunes (además de conocer el alto número de inflación de marzo) refiere a si, esa misma Corte se mostrará rígida en los plazos que impuso, a los fines de convertir a su presidente Horacio Rosatti en la máxima figura del CMN o si dará un guiño judicial para que el proyecto pueda ser debatido de manera adecuada. Sea la decisión que sea, lo real y concreto es que el máximo tribunal de Justicia, ese que prefiere verse por encima de las miserias del día a día, terminará involucrado en el barro que supone la cotidianeidad de la política. En este sentido y parafraseando de un modo inverso a una ex candidata presidencial, “ellos ya perdieron”, aunque uno no cree que les importe demasiado.

Y si hablamos del voluntarismo de la acción política, bueno resulta el ejemplo del secretario de Comercio Interior Roberto Feletti, quien, al mejor estilo de un comentarista de la realidad (es notable como algunos funcionarios atentan contra nuestro trabajo), no tuvo empacho en señalar en un programa radial, que el problema de la inflación en la Argentina obedecía a la “falta de política económica coherente”.

Por un problema de formación, desconoce este articulista lo acertado de esa afirmación, como así también uno cree que la propuesta de la aplicación de retenciones móviles a las que refiere el funcionario, para desacoplar los precios internacionales del mercado interno, parecería ir en sentido correcto. Pero debe decirse que las afirmaciones tienen varios puntos cuestionables:

-          Feletti se incorporó al gobierno siendo Martín Guzmán ministro de Economía. Si la política económica tenía debilidades, podría decirse que estas no son nuevas y que ya existían en el mes de octubre de 2021 cuando se produjo su incorporación.

-          El sistema económico nos advierte (cómo si no nos diéramos cuenta cada vez que vamos al supermercado) que en marzo el número de la inflación en alimentos otra vez será alto. Una pregunta posible es si este avance del funcionario, resulta necesario de exponerlo de manera pública o lo que aquí subyace es el problema del propio fracaso, no pudiendo “poner en caja” a los sectores empresariales que siempre tienen algún argumento para la especulación, y que, por ejemplo, (y tal como se haría acordado) aún no retrotrajeron 600 productos principios de marzo.

-          No parece seguro que al gobierno le resulte tan fácil de imponer, más allá de su justicia, las retenciones móviles. No cuenta con el respaldo institucional (revisar números en el Congreso) y es discutible que el conjunto de la sociedad apoye una medida de ese tipo a partir de los factores de poder con los que, hoy, cuenta quienes se oponen a una medida de ese tipo y que, además, y como si todo esto fuera poco, cuentan con presentaciones judiciales que piden por su lisa y llana eliminación.

En el ejemplo de la aplicación de nuevas retenciones a partir de lo que sucede en los mercados internacionales, subyace cual es la lectura, pero también cual es la interpretación de los resultados de las elecciones de 2021 y de qué escenario quedo montado. Como bien lo suelen explicar docentes y pedagogos, saber leer no es lo mismo que saber comprender un texto. En política pasa algo más o menos parecido.

Parte del oficialismo pregona que la doble derrota de setiembre y noviembre se produjo porque la mejora sustancial de la macroeconomía no había llegado a los bolsillos de la mayoría de los argentinos o, por lo menos, a los ciudadanos que le dieron su voto de confianza al Frente de Todos en 2019.

Dando por válido ese análisis, la gran pregunta refiere a cómo revertir el proceso. Y allí está “la verdad de la milanesa”. No falta quienes se entusiasman con recrear el escenario 2008 – 2011, cuando el kirchnerismo parió un entramado de leyes y decisiones políticas que se tradujeron en derechos que llegaron para quedarse.

Fue tan trascendente ese tiempo, que algunos se animan a decir allí se parió el kirchnerismo. Una falsedad que, para quienes le prestamos atención a la política como una actividad donde la historia juega un rol importante, sólo puede servir de justificación de planteos de este tiempo.

La virtuosidad del período 2008 – 2011 y que derivó en la enorme legitimidad de una Cristina Fernández de Kirchner reelecta con más del 54% de los votos, la cual se construyó luego de la derrota legislativa, justamente, por el intento de aplicación de retenciones móviles y segmentadas; radicó en la construcción de escenarios políticos que propiciaban la solución a demandas históricas. Por nombrar sólo tres: la eliminación de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensión; la Ley de Medios que se apalancó en un conjunto de organizaciones que habían producido los 21 puntos para una mejor comunicación y que, además, antes de su presentación legislativa recorrió el país en múltiples foros de discusión y la Ley de Matrimonio Igualitario supo recoger una demanda de que subyacía en el subsuelo social y que muchos se negaban a ver.

https://twitter.com/INDECArgentina/status/1511781057925890048

La construcción de escenarios suponía mostrar las injusticias de aquello que debía corregirse y reformarse. A las AFJP le correspondía administradoras que se quedaban con suculentas tortas, que representaban nuestras jubilaciones y que se timbeaban sin control; a la Ley de Medios le venía dado un tal Héctor Magnetto, cómplice de la dictadura que había sabido diseminar un sistema de medios dominante y mafioso y a la ley sancionada en 2010 el mostrar los derechos que les eran negados a aquellas personas que tenían otra preferencia sexual.

La pregunta, once años después es, qué medidas puede imaginar el Frente de Todos, en tanto pueda repensarse como un espacio revulsivo que llegó, creemos varios, para corregir la injusticia que supuso el juego de la Oca macrista que nos hizo retroceder tantos pasos. Vale saber dónde deberíamos poner la inventiva para sortear el conservadurismo de una derecha vergonzante pero empoderada que, al igual que lo que sucede en buena parte del mundo occidental se enseñorea mostrando una conjunción de libertarios, neoliberales y fascistas que sólo tiene una coincidencia central: eliminar derechos sociales.

Tal y como lo comentamos el fin de semana anterior, el proyecto de cancelación de deuda con el FMI parece una buena medida y aunque parte del oficialismo siga con la práctica cada vez más aceitada de pegarse tiros en los pies (albertistas y cristinistas incluidos) digamos como al pasar la buena noticia que pudo conocerse esta semana: la mejora en los índices de igualdad para el año 2021. Si, el famoso índice de Gini refleja una evolución positiva respecto de 2020 y 2019.

Nadie saldrá por las calles a celebrar la noticia. Nada puede festejarse en un país con 37,7% de pobreza y 50% de inflación. Pero tampoco sirve demasiado seguir con acciones y comentarios que impidan lograr algunos acuerdos. Tal vez ya no los sugirió Charly sin saberlo hace treinta y ocho años atrás. Habrá que cambiar el trip…

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 10 Apr 2022 09:25:02 -0300
Piketty contra Piketty https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5305-piketty-contra-piketty https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5305-piketty-contra-piketty Thomas Piketty

Thomas Piketty destaca los contrastes llamativos en América del Norte y Europa cuando se compara la Edad de Oro que precedió a la Primera Guerra Mundial con las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Según él, se debe esperar nuestro retorno a los patrones económicos y políticos de la Edad de Oro a medida que las economías de América del Norte y Europa regresan a lo que es normal para una sociedad capitalista.

En su libro El capital en el siglo XXI, el economista francés Thomas Piketty destaca los contrastes llamativos en América del Norte y Europa cuando se compara la Edad de Oro que precedió a la Primera Guerra Mundial con las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Durante el primer período, el crecimiento económico era lento, la riqueza predominante se heredaba, los ricos dominaban el ámbito político y la desigualdad económica era extrema (como también lo eran las desigualdades raciales y de género).

Pero todo cambió después de la conmoción causada por la Segunda Guerra Mundial. El crecimiento del ingreso se aceleró, la riqueza, en su gran mayoría, se ganaba (ya sea de forma justa o injusta), el ámbito político pasó a estar bajo el dominio de la clase media y la desigualdad económica era modesta (a pesar de aún quedaba un largo camino para alcanzar las igualdades raciales y de género). El Occidente parecía haber entrado en una nueva era. Sin embargo posteriormente, durante la década de 1980, estas tendencias parecían estar cambiando constantemente, regresando hacia a la que fue la norma antes de la Primera Guerra Mundial.

La tesis central de Piketty es que no deberíamos sorprendernos por esto. Se debe esperar nuestro retorno a los patrones económicos y políticos de la Edad de Oro a medida que las economías de América del Norte y Europa regresan a lo que es normal para una sociedad capitalista.

Dos corrientes críticas sugieren que Piketty pudiese estar equivocado, tanto con respecto a las características normales de una economía capitalista, como sobre dónde podemos estar dirigiéndonos en lo que se refiere a la desigualdad.

En una economía capitalista, Piketty argumenta, es normal que una gran parte de la riqueza se herede. Es normal que su distribución sea altamente desigual. Es normal que una elite plutocrática, una vez constituida, utilice su poder político para dar forma a la economía de una manera que permita que sus miembros capturaren una gran parte de los ingresos de una sociedad. Y, es normal que el crecimiento económico sea lento; al fin de cuentas, el crecimiento rápido necesita de la destrucción creativa; y, debido a que lo se tendría que destruir es la riqueza de los plutócratas, es poco probable que se aliente tal destrucción.

Desde la publicación de su libro, el argumento de Piketty ha sido objeto de ataques feroces. La mayoría de las críticas son, en el mejor de los casos, mediocres; para mí, son más reflexiones sobre el poder económico y político de una plutocracia naciente que esfuerzos intelectuales serios y comprometidos sobre el tema.

Sin embargo, de manera independiente a esta cacofonía, dos corrientes críticas sugieren que Piketty pudiese estar equivocado, tanto con respecto a las características normales de una economía capitalista, como sobre dónde podemos estar dirigiéndonos en lo que se refiere a la desigualdad.

El campeón moderno de la primera corriente de ataques críticos es Matthew Rognlie, un estudiante graduado en el MIT; sin embargo, cabe mencionar que a pesar de que su argumentación es actual, la misma tiene un pedigrí largo e impresionante. Entre otros fundamentos, esta línea de razonamiento se basa en los libros de John Maynard Keynes: Las consecuencias económicas de la paz, publicado el año 1919, y su obra del año 1936 La Teoría general del empleo, el interés y el dinero.

Rognlie concuerda con Piketty (tal como lo haría Keynes) con respecto a que la operación normal del capitalismo produce una clase social que acumula riqueza, misma que, como resultado, se consolida en una distribución de pico superior puntiagudo. Sin embargo, él no concuerda sobre lo que sucede a continuación. Rognlie argumenta que la creciente concentración del capital es, en cierta medida, auto-corregible, ya que produce una caída proporcionalmente mayor en la tasa de ganancias.

Una distribución desigual de la riqueza, según este punto de vista, produce lo que Keynes denominó como “la eutanasia del rentista, y, en consecuencia, la eutanasia del poder opresivo acumulado de los capitalistas que les permite explotar el valor de escasez del capital”. El resultado es una economía con una distribución del ingreso relativamente igual y un sistema gubernamental en el que los ricos tienen relativamente una voz menos influyente. Mi respuesta a esta línea de razonamiento es un tajante “tal vez”.

El abanderado de la segunda corriente de ataques críticos no es nada más ni nada menos que el propio Piketty – no por algo que él hubiese escrito, sino por cómo se ha comportado desde que se convirtió en una celebridad y en un intelectual públicamente reconocido.
El libro de Piketty estimula una respuesta pasiva. Retrata las fuerzas que favorecen la formación de una plutocracia dominante como fuerzas que son tan fuertes que únicamente pueden ser contrarrestadas por guerras mundiales y revoluciones globales – e incluso así, la corrección es sólo temporal.

Pero Piketty no se está comportando como un cronista pasivo del destino inevitable. Él está actuando como si creyese que es posible oponer resistencia a las fuerzas que él describe en su libro. Si nos fijamos en lo que Piketty hace – en lugar de fijarnos en lo que escribe – parece evidente que Piketty cree que podemos construir nuestro propio destino de manera colectiva, a pesar de que las circunstancias no sean las que él, o nosotros, elegiríamos.

 

(*) Profesor de Economía en la Universidad de California e investigador asociado en el  National Bureau of Economic Research

 

FUENTE: Project Syndicate

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hola@fundamentar.com (J. BRADFORD DELONG(*)) Opinión Tue, 26 Jan 2016 11:08:46 -0300
Reafirmando el Compromiso con la Inclusión Social https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/3741-reafirmando-el-compromiso-con-la-inclusion-social https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/3741-reafirmando-el-compromiso-con-la-inclusion-social Reafirmando el Compromiso con la Inclusión Social

La Asignación Universal por Hijo nace en 2009 como un mecanismo de transferencia de ingresos hacia los sectores más vulnerables de la economía. Año tras año, el Gobierno Nacional fue ratificando el rumbo de la política económica a través de la actualización de las asignaciones con el fin último de contribuir a la distribución del ingreso con inclusión social.

A partir de noviembre de 2009 se implementó la Asignación Universal por Hijo (AUH), cuyo objetivo es el reconocimiento de los derechos de hijos e hijas de los trabajadores informales y desocupados, considerada como una herramienta para reducir inequidades y mejorar las condiciones de vida de la población.

La AUH viene a equiparar los beneficios que ya tienen los trabajadores formales que se benefician de asignaciones familiares o pueden deducir de ganancias el mismo concepto. De esta forma, todos los grupos familiares reciben una asignación por hijo o una deducción de ganancias equivalente.

La cobertura es diferente a la de un subsidio por desempleo porque protege también a quienes, teniendo trabajo, sólo llegan a un bajo nivel de ingresos.

DESCRIPCIÓN Y EVOLUCIÓN

La AUH consiste en una asignación monetaria mensual, de carácter no retributivo, que se abona por cada hijo menor de 18 años (o sin límite de edad para el caso de hijos discapacitados), hasta un máximo de 5 hijos.

El monto de la prestación fijada en 2009 fue de $180 mensuales, importe que fue actualizándose e incrementándose año a año con el fin de mantener el poder adquisitivo de la prestación. El miércoles 14 de Mayo se anunció un nuevo incremento de la AUH de un 40% respecto del año 2013 (respecto a 2009 el incremento asciende a 258%). Así, a partir de junio, un beneficiario de la AUH cobrará $644 mensuales (hoy cobra $460) y un beneficiario de la AUH por hijo discapacitado pasará de cobrar $1500 a $2100 en junio. 

Se consideran destinatarios a aquellos grupos familiares que no reciben ningún tipo de prestación, se encuentran desocupados, monotributistas sociales, se desempeñan en el mercado informal o en servicio doméstico y perciben remuneración inferior al salario mínimo, vital y móvil. La cobertura es diferente a la de un subsidio por desempleo porque protege también a quienes, teniendo trabajo, sólo llegan a un bajo nivel de ingresos. Perciben la AUH los hijos de los trabajadores no registrados, los cuales son casi 4 millones trabajadores que por estar en esta condición están fuera de la seguridad social.

Desde la implementación del plan hasta la actualidad la cantidad de beneficiarios no ha variado significativamente, durante el periodo 2009-2014 la cobertura promedio fue de 3,4 millones y en términos de titulares 1,8 millones. La baja oscilación en la cantidad de beneficiarios desmiente la principal crítica que se hace al programa: “las familias más humildes tendrán más hijos para cobrar la asignación”. El promedio de beneficiarios por núcleo familiar es de dos hijos.

Otra característica a destacar es que para cobrar del 100% de la asignación es necesario cumplir ciertos requisitos: mensualmente se cobra el 80% de la asignación y el restante 20% se cobra de forma acumulada una vez presentados los certificados de salud y asistencia. De esta forma, la AUH no es sólo una ayuda monetaria sino que induce a los beneficiarios a realizarse revisaciones médicas periódicas y a escolarizarse.

Junto con el último anuncio sobre el incremento de la AUH se anunció también un incremento en las asignaciones familiares que van del 40% para los rangos de menores ingresos (entre $5.300 y $5.800 pasará $460 a $644 por hijo) hasta un incremento del 20% del rango de mayores ingresos. El impacto social en términos de alcance de las asignaciones por hijo (Universal, familiar y por embarazo) es nada más ni nada menos que 8 millones de niños y adolescentes beneficiados por esta medida, representando el 60% del universo de personas en dicha franja etaria.

¿CUÁNTO INVIERTE EL ESTADO EN ESTE CONCEPTO?

En los últimos 12 meses la inversión realizada en AUH y asignaciones familiares fue de aproximadamente $40.000 millones, con los aumentos anunciados se espera que la inversión se incremente en $15.000 millones, ascendiendo a $55.000 millones. Esta inversión representa el 2% del PBI o el 7% del Presupuesto de la Administración Nacional, es decir, que de cada 100 pesos que gasta la Nación $7 van dirigidos a los hijos de los sectores más desprotegidos.

¿CÓMO IMPACTA EN LA ECONOMÍA?

Teniendo en cuenta que los beneficiarios, por ser los sectores de menores recursos, destinan la mayor parte de sus ingresos al consumo (tienen escaso margen de ahorro), la AUH es un importante elemento dinamizador de la economía. Cada beneficiario de las asignaciones volcará su ingreso en la compra de bienes en almacenes de los barrios, quienes a su vez compran a las distribuidoras y estas a las fábricas, generando un círculo virtuoso de más compras, más producción y más empleo para el conjunto de la economía. Tal como lo expresara el Ministro de Economía: “primero hay que distribuir para poder crecer”.

Teniendo en cuenta que los beneficiarios, por ser los sectores de menores recursos, destinan la mayor parte de sus ingresos al consumo, la AUH es un importante elemento dinamizador de la economía.

Un aspecto a tener en cuenta es que el incremento en los ingresos de los más vulnerables no debería ser apropiado por sectores concentrados vía remarcación de precios. Hoy en día, la industria trabaja al 65% de su capacidad instalada, es decir que, ante un aumento de la demanda, se está en condiciones de responder con un aumento de la producción y no con un aumento de precios que repercuta en el poder adquisitivo de la población.

EXPERIENCIAS EN AMÉRICA LATINA

Políticas similares de transferencia de ingresos han sido implementadas por otros países de América Latina a partir del año 2000 con el fin de mejorar las condiciones de vida de la población y reducir la pobreza y la desigualdad.

En Brasil se aplicó el Plan Bolsa Familia (2003) que consiste básicamente en una transferencia monetaria a sectores de bajos ingresos con la condición de la escolarización y el cumplimiento del plan de vacunación, principalmente orientado a hogares con niños. El plan beneficia a algo más de 14 millones de familias con un costo que ronda el 0,5% del PBI. En Méjico, el Programa Oportunidades, consiste en un auxilio financiero a familias de bajos recursos (actualmente 5,9 millones de familias) con la contrapartida del cumplimiento de compromisos en áreas de educación y salud.

Tanto la Organización Internacional del Trabajo (OIT) como la CEPAL manifestaron su apoyo a estas políticas de transferencias condicionadas resaltando su impacto positivo en la reducción de la pobreza y el trabajo infantil y rechazando las posturas neoliberales que las consideran como un desincentivo al trabajo.

En conclusión, los esfuerzos económicos que el Gobierno Nacional ha volcado en sostener el poder adquisitivo de la Asignación Universal por Hijo año tras año es un ejemplo más de las políticas concretas implementadas para alcanzar un país con mayor equidad y justicia social. 

 

(*) Licenciados en economía - Investigadores de la Fundación para la Integración Federal

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hola@fundamentar.com (MARÍA CELINA CALORE y CRISTIAN ANDRÉS NIETO (*)) Opinión Wed, 28 May 2014 16:49:31 -0300