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Fundamentar - Artículos Este portal pretende hacer un aporte a la cualificación del debate político y económico en la Argentina. Ponemos ideas en discusión que pretenden servir para que surjan otras visiones que enriquezcan el análisis. https://fundamentar.com/articulos/opinion/itemlist/tag/revoluci%C3%B3n%20francesa 2024-05-10T15:36:28-03:00 Joomla! - Open Source Content Management Leer la Realidad Más Allá de la Derecha y la Izquierda (II) 2015-08-24T16:55:35-03:00 2015-08-24T16:55:35-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5063-leer-la-realidad-mas-alla-de-la-derecha-y-la-izquierda-ii NOEMÍ S. RABBIA hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/388e00cea7b04a25bc8bc7fb61cbe2af_S.jpg" alt="Leer la Realidad Más Allá de la Derecha y la Izquierda (II)" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> <em>Hoy en d&iacute;a las palabras &ldquo;izquierda&rdquo; e &ldquo;izquierdista&rdquo; vienen frecuentemente acompa&ntilde;ando gran parte de las conversaciones pol&iacute;ticas cotidianas e inexorablemente volvemos al tan trillado debate acerca de la existencia de la derecha y la izquierda en los tiempos de la post modernidad, que ser&iacute;a ahora. La discusi&oacute;n es clave cuando se refiere a Am&eacute;rica Latina, donde en los &uacute;ltimos diez a&ntilde;os y m&aacute;s ha habido un corrimiento hacia la izquierda de los gobiernos de la regi&oacute;n en contraposici&oacute;n a la d&eacute;cada de los noventa en que imperaron las pol&iacute;ticas y gobiernos de corte neoliberal.</em></p></div><div class="K2FeedFullText"><p> Hace algunos a&ntilde;os en un art&iacute;culo similar a este me encomendaba a la tarea, para nada simple, de intentar ser elocuente y simple en el an&aacute;lisis de si a&uacute;n podemos hablar de izquierda y derecha en la forma tajante que se hablara d&eacute;cadas atr&aacute;s, e incluso siglos. En numerosas ocasiones, sobre todo en la pol&iacute;tica latinoamericana actual, muchos analistas consumen su tiempo en el debate de esta cuesti&oacute;n, concentrando sus esfuerzos en una b&uacute;squeda incansable de etiquetas que, a mi criterio, ya no pueden ser tan determinantes y tajantes como anta&ntilde;o.</p> <p> Como sabemos, la pol&iacute;tica es una arena, un campo de batalla, donde distintos actores se juegan todo por el todo en pos de alcanzar un lugar en dicho universo. Como en toda lucha, los escenarios se modifican, lo hacen continuamente y no necesariamente siguiendo patrones iguales. Luego est&aacute;n las ideolog&iacute;as, los principios rectores en los cuales nos ubicamos o ubicamos a qui&eacute;nes nos representan. Y pese a la diversidad de fuerzas pol&iacute;ticas que puedan llegar a encontrarse en el espectro pol&iacute;tico, sus extremos son dos: como ya imaginar&aacute;n, hablamos de la izquierda y de la derecha.</p> <p> La primera pregunta que nace entonces es a qu&eacute; nos referimos cuando hablamos de izquierda y derecha. En retrospectiva, la historia de los t&eacute;rminos &ldquo;derecha&rdquo; e &ldquo;izquierda&rdquo; se remonta a los a&ntilde;os de la Revoluci&oacute;n Francesa. En aquellos tiempos en que la Asamblea Constituyente debat&iacute;a sobre el futuro de Francia, los diferentes grupos que estaban a favor o en contra de la monarqu&iacute;a se ubicaban en distintos lugares. Desde la perspectiva de alguien que entrara a la c&aacute;mara los revolucionarios, es decir, quienes se opon&iacute;an a la monarqu&iacute;a (los jacobinos) estaban ubicados en el extremo izquierdo de dicho lugar; por su parte, los funcionarios que ocupaban la mayor&iacute;a de los ministerios de gobierno (los girondinos), se sentaban en las bancas inferiores, m&aacute;s pr&oacute;ximas a los estrados y se reun&iacute;an a discutir entre s&iacute; en el rinc&oacute;n derecho del recinto.</p> <p> La Revoluci&oacute;n Francesa, como sabemos, sent&oacute; las bases de muchas nociones b&aacute;sicas de la vida pol&iacute;tica y social actual. La dicotom&iacute;a entre derecha e izquierda no parece ser la excepci&oacute;n a la regla. Es as&iacute; que a&uacute;n hoy, salvando las obvias diferencias, solemos considerar &ldquo;izquierda&rdquo; a aquellos actores que, como los jacobinos, buscan transformar de forma radical y profunda la disposici&oacute;n de las cosas y las reglas de juego de la vida socio &ndash; pol&iacute;tica e identificamos con la &ldquo;derecha&rdquo; a otros que, como los girondinos, defienden el status quo o regresar al orden &ldquo;alterado&rdquo; por las transformaciones radicales. Con el tiempo, a dichas definiciones se han sumado condimentos de otro tipo, como la asociaci&oacute;n de la derecha tendiente a defender los derechos individuales y a la izquierda m&aacute;s cercana a la idea de bien com&uacute;n o social.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> La amenaza &ldquo;izquierdista&rdquo; en Am&eacute;rica Latina es un clich&eacute; utilizado por actores con intereses opuestos a las pol&iacute;ticas de alto contenido social llevadas a cabo por gran parte de los gobiernos de la regi&oacute;n en los &uacute;ltimos a&ntilde;os.</p> <p> M&aacute;s all&aacute; de la derecha y la izquierda en su acepci&oacute;n m&aacute;s pura, la segunda pregunta que surge es cu&aacute;l es la vigencia que tales absolutos poseen en el juego pol&iacute;tico actual. Lo cierto es que vivimos en un mundo con un mercado predominantemente guiado por la l&oacute;gica liberal, que prioriza las libertades individuales por encima del bien com&uacute;n. &iquest;Significa ello que el Estado deba seguir la misma l&oacute;gica? &iquest;Es posible la existencia de un Estado que conjugue principios de transformaci&oacute;n profunda en un contexto internacional dominado por las variables econ&oacute;micas y la especulaci&oacute;n?</p> <p> Pues bien, si consideramos que la ideolog&iacute;a es la forma en que los diferentes actores leen la realidad, entonces podr&iacute;amos decir que un Estado que lea su realidad alejada del polo de la derecha, -incluso en un contexto econ&oacute;mico internacional &ldquo;derechizado&rdquo;- es totalmente posible. No significa por ello que necesariamente hablemos de un Estado de izquierda. Las sociedades son organismos vivos que desde sus comienzos se han caracterizado por su dinamismo y en consecuencia por su creciente diversificaci&oacute;n. Cuando la sociedad se diversifica es razonable que el Estado lo haga tambi&eacute;n.</p> <p> Como sabemos, los medios de comunicaci&oacute;n cumplen en ciertas ocasiones el rol de mediadores entre la sociedad y la pol&iacute;tica, ya que no s&oacute;lo son formadores de opini&oacute;n, sino tambi&eacute;n de perfiles e im&aacute;genes. Su rol en el juego pol&iacute;tico en numerosas oportunidades se encuentra atravesado por intereses espec&iacute;ficos que, por tanto, terminan de definir la interpretaci&oacute;n altamente subjetiva de las cuestiones pol&iacute;ticas. Tambi&eacute;n esto explica por qu&eacute; algunos grupos exponen la dicotom&iacute;a derecha-izquierda como &uacute;ltima explicaci&oacute;n de la realidad pol&iacute;tica.</p> <p> Como ya se dijo, los conceptos de izquierda y derecha nacieron con la Revoluci&oacute;n Francesa, pero muchos polit&oacute;logos consideran que han perdido gran parte de su fuerza como expresiones t&aacute;citas de posici&oacute;n pol&iacute;tica. No obstante, incluso en la actualidad se suele seguir invitando a la opini&oacute;n p&uacute;blica a pensar la realidad en t&eacute;rminos de izquierda y derecha utilizando dichos conceptos de manera inmutable sin otro prop&oacute;sito m&aacute;s que crear etiquetas pol&iacute;ticas negativas sobre ciertos gobiernos. La amenaza &ldquo;izquierdista&rdquo; en Am&eacute;rica Latina es un clich&eacute; utilizado por actores con intereses opuestos a las pol&iacute;ticas de alto contenido social llevadas a cabo por gran parte de los gobiernos de la regi&oacute;n en los &uacute;ltimos a&ntilde;os.</p> <p style="text-align: center;"> <img alt="" src="https://fundamentar.com/archivos/articulos/articulos/imagen/Nestor_y_Cristina_saludando.jpg" style="width: 750px; height: 563px;" /></p> <p> En el caso de Argentina, a m&aacute;s de una d&eacute;cada de la llegada de N&eacute;stor Kirchner al poder, se sigue escuchando esta discusi&oacute;n entre izquierda y derecha. Existen enconados debates sobre si las pol&iacute;ticas llevadas a cabo desde entonces pertenecen puramente a un lado u otro del gran espectro pol&iacute;tico. Lo que se pierde de vista &ndash;voluntaria y/o involuntariamente- es que quiz&aacute; lo que importa no es la etiqueta que deber&iacute;a adjudic&aacute;rsele a un gobierno como el kirchnerista sino aceptar que la pol&iacute;tica argentina vive uno de los per&iacute;odos pol&iacute;ticos m&aacute;s efervescentes de las &uacute;ltimas d&eacute;cadas y que ello no debe considerarse necesariamente como algo negativo. Lejos parecen haber quedado los tiempos de una reinante indiferencia social y el autismo frente a lo que pasa en el mundo de la pol&iacute;tica. Como consecuencia de ello, las divergencias y la diversidad de opiniones tambi&eacute;n se han multiplicado.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> La oposici&oacute;n comienza a darse cuenta que existen l&iacute;mites a los retrocesos que la sociedad argentina actual est&aacute; dispuesta a negociar.&nbsp;</p> <p> M&aacute;s all&aacute; del debate entre izquierda y derecha, el Kirchnerismo ha tenido la habilidad de crear un &ldquo;punto de referencia&rdquo; habi&eacute;ndolo elevado por encima de niveles hist&oacute;ricos que se resumen en la frase &ldquo;nunca menos&rdquo;. Ese punto de referencia es lo que cada argentino espera, o deber&iacute;a esperar, de los gobiernos venideros m&aacute;s all&aacute; del lugar en el espectro pol&iacute;tico donde queramos colocarlo. El m&aacute;gico cambio en el discurso electoral de Mauricio Macri en los &uacute;ltimos tiempos es un claro ejemplo de ello. La oposici&oacute;n comienza a darse cuenta que existen l&iacute;mites a los retrocesos que la sociedad argentina actual est&aacute; dispuesta a negociar.</p> <p> El Estado ha dejado de ser ant&oacute;nimo de eficiencia. La &uacute;ltima d&eacute;cada ha visto de la mano del Kirchnerismo una revalorizaci&oacute;n de la idea de obra p&uacute;blica, de lo estatal e incluso del pago de impuestos como una forma de construir bienestar mediante sistemas solidarios en pos de bienes colectivos. Es cierto, quiz&aacute; estemos m&aacute;s cerca de la izquierda que anta&ntilde;o, no como un absoluto pol&iacute;tico, sino m&aacute;s bien como un recordatorio de la necesidad de conservar el instinto transformador.</p> <p> En un mundo donde priman los principios econ&oacute;micos liberales, tenemos que obligarnos a pensar (en palabras del Pepe Mujica) &ldquo;qu&eacute; ser&iacute;a del mundo si no existiera una actitud de izquierda, que a&uacute;n en el fracaso obliga a repartir, tiene un grito solidario, se acuerda de los que van quedando al costado del camino&hellip; &iexcl;qu&eacute; desastre ser&iacute;a el hombre&rdquo;.&nbsp;</p> <p> &nbsp;</p> <p> (*) Licenciada en Relaciones Internacionales de la Fundaci&oacute;n para la Integraci&oacute;n Federal</p> <p> &nbsp;</p> <p> <strong>-Nota del editor:</strong> Este art&iacute;culo fue recepcionado el 01 de Agosto de 2015</p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/388e00cea7b04a25bc8bc7fb61cbe2af_S.jpg" alt="Leer la Realidad Más Allá de la Derecha y la Izquierda (II)" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> <em>Hoy en d&iacute;a las palabras &ldquo;izquierda&rdquo; e &ldquo;izquierdista&rdquo; vienen frecuentemente acompa&ntilde;ando gran parte de las conversaciones pol&iacute;ticas cotidianas e inexorablemente volvemos al tan trillado debate acerca de la existencia de la derecha y la izquierda en los tiempos de la post modernidad, que ser&iacute;a ahora. La discusi&oacute;n es clave cuando se refiere a Am&eacute;rica Latina, donde en los &uacute;ltimos diez a&ntilde;os y m&aacute;s ha habido un corrimiento hacia la izquierda de los gobiernos de la regi&oacute;n en contraposici&oacute;n a la d&eacute;cada de los noventa en que imperaron las pol&iacute;ticas y gobiernos de corte neoliberal.</em></p></div><div class="K2FeedFullText"><p> Hace algunos a&ntilde;os en un art&iacute;culo similar a este me encomendaba a la tarea, para nada simple, de intentar ser elocuente y simple en el an&aacute;lisis de si a&uacute;n podemos hablar de izquierda y derecha en la forma tajante que se hablara d&eacute;cadas atr&aacute;s, e incluso siglos. En numerosas ocasiones, sobre todo en la pol&iacute;tica latinoamericana actual, muchos analistas consumen su tiempo en el debate de esta cuesti&oacute;n, concentrando sus esfuerzos en una b&uacute;squeda incansable de etiquetas que, a mi criterio, ya no pueden ser tan determinantes y tajantes como anta&ntilde;o.</p> <p> Como sabemos, la pol&iacute;tica es una arena, un campo de batalla, donde distintos actores se juegan todo por el todo en pos de alcanzar un lugar en dicho universo. Como en toda lucha, los escenarios se modifican, lo hacen continuamente y no necesariamente siguiendo patrones iguales. Luego est&aacute;n las ideolog&iacute;as, los principios rectores en los cuales nos ubicamos o ubicamos a qui&eacute;nes nos representan. Y pese a la diversidad de fuerzas pol&iacute;ticas que puedan llegar a encontrarse en el espectro pol&iacute;tico, sus extremos son dos: como ya imaginar&aacute;n, hablamos de la izquierda y de la derecha.</p> <p> La primera pregunta que nace entonces es a qu&eacute; nos referimos cuando hablamos de izquierda y derecha. En retrospectiva, la historia de los t&eacute;rminos &ldquo;derecha&rdquo; e &ldquo;izquierda&rdquo; se remonta a los a&ntilde;os de la Revoluci&oacute;n Francesa. En aquellos tiempos en que la Asamblea Constituyente debat&iacute;a sobre el futuro de Francia, los diferentes grupos que estaban a favor o en contra de la monarqu&iacute;a se ubicaban en distintos lugares. Desde la perspectiva de alguien que entrara a la c&aacute;mara los revolucionarios, es decir, quienes se opon&iacute;an a la monarqu&iacute;a (los jacobinos) estaban ubicados en el extremo izquierdo de dicho lugar; por su parte, los funcionarios que ocupaban la mayor&iacute;a de los ministerios de gobierno (los girondinos), se sentaban en las bancas inferiores, m&aacute;s pr&oacute;ximas a los estrados y se reun&iacute;an a discutir entre s&iacute; en el rinc&oacute;n derecho del recinto.</p> <p> La Revoluci&oacute;n Francesa, como sabemos, sent&oacute; las bases de muchas nociones b&aacute;sicas de la vida pol&iacute;tica y social actual. La dicotom&iacute;a entre derecha e izquierda no parece ser la excepci&oacute;n a la regla. Es as&iacute; que a&uacute;n hoy, salvando las obvias diferencias, solemos considerar &ldquo;izquierda&rdquo; a aquellos actores que, como los jacobinos, buscan transformar de forma radical y profunda la disposici&oacute;n de las cosas y las reglas de juego de la vida socio &ndash; pol&iacute;tica e identificamos con la &ldquo;derecha&rdquo; a otros que, como los girondinos, defienden el status quo o regresar al orden &ldquo;alterado&rdquo; por las transformaciones radicales. Con el tiempo, a dichas definiciones se han sumado condimentos de otro tipo, como la asociaci&oacute;n de la derecha tendiente a defender los derechos individuales y a la izquierda m&aacute;s cercana a la idea de bien com&uacute;n o social.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> La amenaza &ldquo;izquierdista&rdquo; en Am&eacute;rica Latina es un clich&eacute; utilizado por actores con intereses opuestos a las pol&iacute;ticas de alto contenido social llevadas a cabo por gran parte de los gobiernos de la regi&oacute;n en los &uacute;ltimos a&ntilde;os.</p> <p> M&aacute;s all&aacute; de la derecha y la izquierda en su acepci&oacute;n m&aacute;s pura, la segunda pregunta que surge es cu&aacute;l es la vigencia que tales absolutos poseen en el juego pol&iacute;tico actual. Lo cierto es que vivimos en un mundo con un mercado predominantemente guiado por la l&oacute;gica liberal, que prioriza las libertades individuales por encima del bien com&uacute;n. &iquest;Significa ello que el Estado deba seguir la misma l&oacute;gica? &iquest;Es posible la existencia de un Estado que conjugue principios de transformaci&oacute;n profunda en un contexto internacional dominado por las variables econ&oacute;micas y la especulaci&oacute;n?</p> <p> Pues bien, si consideramos que la ideolog&iacute;a es la forma en que los diferentes actores leen la realidad, entonces podr&iacute;amos decir que un Estado que lea su realidad alejada del polo de la derecha, -incluso en un contexto econ&oacute;mico internacional &ldquo;derechizado&rdquo;- es totalmente posible. No significa por ello que necesariamente hablemos de un Estado de izquierda. Las sociedades son organismos vivos que desde sus comienzos se han caracterizado por su dinamismo y en consecuencia por su creciente diversificaci&oacute;n. Cuando la sociedad se diversifica es razonable que el Estado lo haga tambi&eacute;n.</p> <p> Como sabemos, los medios de comunicaci&oacute;n cumplen en ciertas ocasiones el rol de mediadores entre la sociedad y la pol&iacute;tica, ya que no s&oacute;lo son formadores de opini&oacute;n, sino tambi&eacute;n de perfiles e im&aacute;genes. Su rol en el juego pol&iacute;tico en numerosas oportunidades se encuentra atravesado por intereses espec&iacute;ficos que, por tanto, terminan de definir la interpretaci&oacute;n altamente subjetiva de las cuestiones pol&iacute;ticas. Tambi&eacute;n esto explica por qu&eacute; algunos grupos exponen la dicotom&iacute;a derecha-izquierda como &uacute;ltima explicaci&oacute;n de la realidad pol&iacute;tica.</p> <p> Como ya se dijo, los conceptos de izquierda y derecha nacieron con la Revoluci&oacute;n Francesa, pero muchos polit&oacute;logos consideran que han perdido gran parte de su fuerza como expresiones t&aacute;citas de posici&oacute;n pol&iacute;tica. No obstante, incluso en la actualidad se suele seguir invitando a la opini&oacute;n p&uacute;blica a pensar la realidad en t&eacute;rminos de izquierda y derecha utilizando dichos conceptos de manera inmutable sin otro prop&oacute;sito m&aacute;s que crear etiquetas pol&iacute;ticas negativas sobre ciertos gobiernos. La amenaza &ldquo;izquierdista&rdquo; en Am&eacute;rica Latina es un clich&eacute; utilizado por actores con intereses opuestos a las pol&iacute;ticas de alto contenido social llevadas a cabo por gran parte de los gobiernos de la regi&oacute;n en los &uacute;ltimos a&ntilde;os.</p> <p style="text-align: center;"> <img alt="" src="https://fundamentar.com/archivos/articulos/articulos/imagen/Nestor_y_Cristina_saludando.jpg" style="width: 750px; height: 563px;" /></p> <p> En el caso de Argentina, a m&aacute;s de una d&eacute;cada de la llegada de N&eacute;stor Kirchner al poder, se sigue escuchando esta discusi&oacute;n entre izquierda y derecha. Existen enconados debates sobre si las pol&iacute;ticas llevadas a cabo desde entonces pertenecen puramente a un lado u otro del gran espectro pol&iacute;tico. Lo que se pierde de vista &ndash;voluntaria y/o involuntariamente- es que quiz&aacute; lo que importa no es la etiqueta que deber&iacute;a adjudic&aacute;rsele a un gobierno como el kirchnerista sino aceptar que la pol&iacute;tica argentina vive uno de los per&iacute;odos pol&iacute;ticos m&aacute;s efervescentes de las &uacute;ltimas d&eacute;cadas y que ello no debe considerarse necesariamente como algo negativo. Lejos parecen haber quedado los tiempos de una reinante indiferencia social y el autismo frente a lo que pasa en el mundo de la pol&iacute;tica. Como consecuencia de ello, las divergencias y la diversidad de opiniones tambi&eacute;n se han multiplicado.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> La oposici&oacute;n comienza a darse cuenta que existen l&iacute;mites a los retrocesos que la sociedad argentina actual est&aacute; dispuesta a negociar.&nbsp;</p> <p> M&aacute;s all&aacute; del debate entre izquierda y derecha, el Kirchnerismo ha tenido la habilidad de crear un &ldquo;punto de referencia&rdquo; habi&eacute;ndolo elevado por encima de niveles hist&oacute;ricos que se resumen en la frase &ldquo;nunca menos&rdquo;. Ese punto de referencia es lo que cada argentino espera, o deber&iacute;a esperar, de los gobiernos venideros m&aacute;s all&aacute; del lugar en el espectro pol&iacute;tico donde queramos colocarlo. El m&aacute;gico cambio en el discurso electoral de Mauricio Macri en los &uacute;ltimos tiempos es un claro ejemplo de ello. La oposici&oacute;n comienza a darse cuenta que existen l&iacute;mites a los retrocesos que la sociedad argentina actual est&aacute; dispuesta a negociar.</p> <p> El Estado ha dejado de ser ant&oacute;nimo de eficiencia. La &uacute;ltima d&eacute;cada ha visto de la mano del Kirchnerismo una revalorizaci&oacute;n de la idea de obra p&uacute;blica, de lo estatal e incluso del pago de impuestos como una forma de construir bienestar mediante sistemas solidarios en pos de bienes colectivos. Es cierto, quiz&aacute; estemos m&aacute;s cerca de la izquierda que anta&ntilde;o, no como un absoluto pol&iacute;tico, sino m&aacute;s bien como un recordatorio de la necesidad de conservar el instinto transformador.</p> <p> En un mundo donde priman los principios econ&oacute;micos liberales, tenemos que obligarnos a pensar (en palabras del Pepe Mujica) &ldquo;qu&eacute; ser&iacute;a del mundo si no existiera una actitud de izquierda, que a&uacute;n en el fracaso obliga a repartir, tiene un grito solidario, se acuerda de los que van quedando al costado del camino&hellip; &iexcl;qu&eacute; desastre ser&iacute;a el hombre&rdquo;.&nbsp;</p> <p> &nbsp;</p> <p> (*) Licenciada en Relaciones Internacionales de la Fundaci&oacute;n para la Integraci&oacute;n Federal</p> <p> &nbsp;</p> <p> <strong>-Nota del editor:</strong> Este art&iacute;culo fue recepcionado el 01 de Agosto de 2015</p></div>