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Fundamentar - Artículos https://fundamentar.com Sat, 27 Apr 2024 16:36:58 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es EE UU Pedirá la Pena de Muerte para el Acusado del Atentado de Boston https://fundamentar.com/internacional/item/3355-ee-uu-pedira-la-pena-de-muerte-para-el-acusado-del-atentado-de-boston https://fundamentar.com/internacional/item/3355-ee-uu-pedira-la-pena-de-muerte-para-el-acusado-del-atentado-de-boston Boceto del juicio a Dzhokhar Tsarnaev

El fiscal general, Eric Holder, tuvo que intervenir para autorizarla debido a que Massachusetts tiene abolida la máxima pena desde 1984

El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, anunció este jueves su decisión –esperada- de que aprueba que se pueda pedir la pena de muerte en el juicio contra Dzhokhar Tsarnaev, el único responsable vivo de cometer el atentado de Boston que el año pasado costó la vida a tres personas y dejó heridas a más de 260.

Holder autoriza con su decisión a la fiscalia a que pida la máxima pena para el joven de 20 años debido a “la naturaleza y el daño causado” por el primer ataque terrorista en territorio de Estados Unidos desde el 11-S. Una vez que el Departamento de Justicia dio luz verde a que la máxima pena esté encima de la mesa en el proceso –sin fecha- contra el joven ruso de origen checheno -y nacionalidad norteamericana-, la fiscal federal del Estado de Massachusetts, Carmen Ortiz, confirmó que el ministerio público había presentado la petición.

La pena de muerte ha sido autorizada en cerca de 500 casos federales desde que se reinstauró en este nivel en 1988, pero solo tres acusados han sido ejecutados desde entonces y ninguno en los últimos diez años.

Este proceso ha sido necesario debido a que Massachusetts tiene abolida la pena de muerte de su ordenamiento jurídico desde 1984, por lo que Justica debía de hacer del proceso un caso federal, lo que supone que será también el Gobierno federal quien finalmente ejecute a Tsarnaev si es declarado culpable y condenado a muerte.

La pena de muerte ha sido autorizada en cerca de 500 casos federales desde que se reinstauró en este nivel en 1988, pero solo tres acusados han sido ejecutados desde entonces y ninguno en los últimos diez años. La ejecución de Timothy McVeigh –responsable del atentado de Oklahoma- fue la primera federal en cerca de 40 años cuando murió por inyección letal en 2001.

El otro factor que queda ahora por determinar es si el juicio se desarrolla fuera de Massachusetts. Si no es así, un jurado de ese Estado –con larga tradición de ser contrario a la pena de muerte- decidirá sobre si vive o muere el joven.

Tsarnaev está acusado de ser el coautor del atentado junto a su hermano Tamerlán, 26 años, muerto en un enfrentamiento con la policía, que sacudió la ciudad de Boston el pasado 15 de abril durante la celebración del mundialmente famoso maratón. Tsarnaev se declaró inocente de los 30 cargos que se le imputaron el pasado 10 de julio, entre ellos asesinato, uso de armas de destrucción masiva, conspiración y atentado contra un lugar público.

 

RELEVAMIENTO Y EDICION: Pedro Arrospidegaray

FUENTE: El Pais

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Internacional Fri, 31 Jan 2014 16:14:08 -0300
La Investigación del Atentado en Boston Pone en Duda la Labor de la CIA y el FBI https://fundamentar.com/internacional/item/1986-la-investigacion-del-atentado-en-boston-pone-en-duda-la-labor-de-la-cia-y-el-fbi https://fundamentar.com/internacional/item/1986-la-investigacion-del-atentado-en-boston-pone-en-duda-la-labor-de-la-cia-y-el-fbi momento preciso de la primera explosión

Mientras avanza la investigación, los atentados en Boston han llevado a muchos a cuestionar la capacidad de Estados Unidos de prevenir acciones terroristas, puesto que la CIA y el FBI seguían sus pasos.

Tamerlán, el mayor de los Tsarnaev, viajó a Rusia para obtener el pasaporte del país, según afirmó el padre de los presuntos autores del atentado durante el maratón, Anzor Tsarnaev. Viajó a la república de Daguestán (sur de Rusia) con el fin de tramitar la ciudadanía rusa, ya que su pasaporte de Kirguistán estaba próximo a vencerse.

Anzor Tsarnaev ha expresado su intención de viajar a EE.UU., idea que también comparte la madre de los sospechosos, Zubeidat Tsarnaeva, a pesar de tener una orden de detención en su contra expedida por las autoridades de Boston por el caso de un robo en una tienda de ropa.

Los interrogantes en torno a la investigación parecen interminables. El más reciente enigma es por qué los agentes de seguridad no interrogaron a Tamerlán al momento de volver a EE.UU., ya que desde hace un año figuraba en la lista de posibles terroristas, tanto de la CIA como del FBI.

Por si fuera poco, los investigadores han agregado una arista más al ya enredado caso, sugiriendo que los Tsarnaev además planeaban llevar a cabo explosiones en el Times Square de Nueva York.

Por otra parte, pareciera que los medios de comunicación están sobreexplotando el tema de la etnia y religión de los acusados de los ataques en Boston, algo que no tiene nada que ver con lo que han cometido, según comentó Luis Vasquez, que conoció a ambos hermanos.

"Tamerlán y su hermano nunca mostraban en público su religión, la conversación más prolongada que tuve con ellos fue sobre su país de origen. El resto del tiempo hablamos de boxeo, del comedor", comentó Vasquez.

 

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Pedro Arrospidegaray

FUENTE: RT

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Internacional Thu, 25 Apr 2013 20:30:55 -0300
La Paradoja de Boston https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/1978-la-paradoja-de-boston https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/1978-la-paradoja-de-boston La Paradoja de Boston

El atentado de Boston volvió a sacar a la luz el costado discriminatorio y estigmatizador de amplios sectores de la sociedad estadounidense. 

¿De quién es la culpa de que haya ocurrido el atentado en Boston? ¿De Rusia por haber intentado durante 250 años incorporar a las naciones musulmanas del Norte del Cáucaso, como Chechenia y Daguestán, primero al imperio cristiano ortodoxo de los zares, luego a la Unión Soviética y ahora al Estado ruso bajo control de Putin? ¿O es el Islam radical la única explicación que se necesita, tanto en Rusia como en Occidente?

El atentado perpetrado por los hermanos Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev ha provocado comparaciones con los terroristas saudíes que realizaron los ataques del 11 de septiembre del 2001, o con el inmigrante pakistaní, Faisal Shahzad, que intentó detonar un coche bomba en Times Square en el 2010. Otros han sugerido que el mayor de los hermanos, Tamerlan, de 26 años y étnicamente checheno, puede haber sido testigo de la guerra ruso-chechena de 1999, o de los esfuerzos brutales de Rusia por pacificar a los combatientes insurgentes en el Norte del Cáucaso. Según este relato, abrumado por las despiadadas prácticas del Ejército Ruso, él y su hermano adolescente decidieron huir de la violencia y asentarse en suelo estadounidense.

El problema con esta explicación, desde luego, es que los hermanos Tsarnaev provienen de Kirguistán. Jamás vivieron en Chechenia, y sólo pasaron brevemente por Daguestán a inicios de los años 2000. Sus lazos con la región son los de la diáspora. El presidente checheno, Ramzan Kadyrov, un ex rebelde, afirmó rápidamente que los hermanos no tienen nada que ver con su república.

El menor de los hermanos, Dzhokhar, ahora con 19 años, sólo tenía ocho cuando su familia emigró a los Estados Unidos –asentándose en Cambridge, Massachusetts– y de acuerdo a numerosos testimonios era un inmigrante que se había adaptado razonablemente bien. Sólo recientemente había comenzado a identificarse con sus orígenes étnicos y religiosos. Estaba experimentando algunas dificultades académicas en la Universidad, pero estaba muy versado en las múltiples subculturas estadounidenses.

Por su parte, Tamerlan, un boxeador lo suficientemente bueno como para convertirse en profesional, se había casado con una estadounidense cristiana que se había convertido al Islam y que se volvió muy devota de su esposo. Patimat Suleimanova, una tía de los Tsarnaev que vive en Daguestán, explicó que su sobrino mayor jamás había realizado las oraciones musulmanas antes de emigrar a los Estados Unidos a la edad de 16 años. “Ni siquiera sabía lo que era el Islam”, le dijo a la CNN. De acuerdo a su visión, la radicalización de Tamerlan se produjo en los Estados Unidos.

En esencia, la historia de estos jóvenes no es muy diferente a la de otros “lobos solitarios” generalmente blancos e igualmente desencantados, que a menudo han derramado sangre en los Estados Unidos. La diferencia es que los hombres blancos no han sido culpados colectivamente por dichas atrocidades. Adam Lanza en Newtown, Connecticut, o James Holmes en Aurora, Colorado, no son vistos como parte de una religión o un grupo étnico “sospechoso”. Incluso cuando algún hombre blanco no musulmán perpetra explícitamente un atentado terrorista –como por ejemplo el atentado en Oklahoma de 1995 realizado por Timothy McVeigh en el cual perdieron la vida 168 personas, o el “Unabomber” Theodore Kaczynski– sus crímenes han sido caratulados como una cuestión meramente policial, no como terrorismo.

Por el contrario, los sospechosos de cometer terrorismo que tienen piel oscura, sobre todo los musulmanes, son considerados agentes de una vasta conspiración que requiere involucramiento militar y violaciones justificadas a los derechos humanos. El pedido inicial de varios congresistas estadounidenses para que se juzgue a Dzhokhar Tsarnaev como un “combatiente enemigo” ilustra este punto. No importa que Tsarnaev sea ciudadano estadounidense naturalizado que, por eso mismo, no puede ser juzgado por un tribunal militar, o que haya sido capturado en suelo norteamericano y no en un campo de batalla.

En favor del presidente Barack Obama, Tsarnaev será juzgado en una corte civil. Pero ello no modifica la tendencia de los estadounidenses a generalizar despectivamente a países y a pueblos. Efectivamente, tan rápida fue la denigración hacia los chechenos que el embajador checo ante los Estados Unidos se vio compelido a realizar una declaración con el objetivo de prevenir cualquier confusión entre los estadounidenses respecto de la participación de su país en el atentado, dado lo parecido de los nombres.

Respecto, también, de Rusia las consecuencias pueden ser perniciosas. El atentado realizado por los Tsarnaev parece justificar superficialmente la política nacionalista de Putin hacia el Norte del Cáucaso y le da crédito a su argumento de que las dos guerras que Rusia llevó adelante para evitar la independencia de Chechenia –una entre 1994 y 1996, la otra en 1999– fueron peleadas en nombre de la seguridad nacional. En este sentido, el atentado en Boston ha sido un regalo político para él.

Sin embargo, lo único que parece claro respecto de este asunto mortal es que jóvenes completamente alienados de cualquier religión o grupo étnico pueden súbitamente rebelarse violentamente. El rechazo renuente de Dzhokhar Tsarnaev a la vida materialista estadounidense –posteriormente al atentado continuó twitteando, asistiendo a las fiestas del campus y concurriendo al gimnasio– quizás se haya consolidado a partir del aparente resentimiento de su hermano mayor hacia las brutales políticas de Putin en el Norte del Cáucaso.

En ese caso, sin embargo, el atentado de Boston presenta una paradoja mayor. Mientras los hermanos Tsarnaev pueden haber intentado objetar la supuesta vanidad de un Estado laico, hay otro sentido en el que pueden estar en lo correcto: en que Rusia y los Estados Unidos no son tan diferentes el uno del otro. Al igual que Rusia ha debido lidiar con una creciente ola de fundamentalismo que sus propias políticas ha desencadenado, la condena sumaria hacia los musulmanes en los Estados Unidos podría conducir a una mayor alienación y a una venganza proveniente desde su propio seno.

Después de todo, los atentados al sistema del metro de Madrid en el 2004 y al sistema de transporte público en Londres en el 2005, no fueron perpetrados por inmigrantes saudíes o talibanes sino por jóvenes nacidos y criados en España y en el Reino Unido. Durante años, los Estados Unidos fueron vistos como una excepción. Un país en el que los jóvenes, sea cual fuese su pasado, se sentían realmente en su casa. El atentado durante la maratón de Boston, al igual que muchos otros actos de violencia masiva en los Estados Unidos, debería servir para deshacer esa visión de una vez para siempre.

 


(*) Profesora en el Programa de Graduados de Asuntos Internacionales en la New School de New York y académica senior en el World Policy Institute donde dirige el Projecto Rusia. Anteriormente dictó clases en la Columbia University’s School of International and Public Affairs y es autora del libro “Imaginando a Nabokov: Rusia entre el Arte y la Política”.

FUENTE: Project Syndicate
 

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hola@fundamentar.com (NINA L. KHRUSHCHEVA (*)) Opinión Wed, 24 Apr 2013 14:46:33 -0300