Warning: Undefined array key 0 in /home/fundamen/public_html/plugins/system/jblibrary/jblibrary.php on line 380
Fundamentar - Artículos https://fundamentar.com Tue, 22 Oct 2024 13:17:40 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es La calle. Ese lugar. https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6936-la-calle-ese-lugar https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6936-la-calle-ese-lugar La calle. Ese lugar.

Pará hermano, pará un poquito que estamos de la mente.
Mente que busca enroscarse con la gente.
Gente que humilde camina por la calle, calle, calle, calle.
Calle hermana, que me enseñó a entender a to'a la peña.
Peña que siempre se le va la olla.
Olla y que coman todos los que puedan, puedan, puedan, puedan y arriba.

“Alta Magia”- La Vela Puerca

El oficialismo gobernante parece moverse a sus anchas en ciertos espacios de poder económico. Las razones son sencillas: el “éxito” que supone una inflación del 3,5% para setiembre, el dólar planchado, la reducción de impuestos a los más ricos y un superávit fiscal construido sobre la base de recortar buena parte de ayuda social y las transferencias a las provincias son motivos de sobra para que un sector del empresariado aplauda, incluso cuando el insulto a los otros se hace de modo sistemático. Buen ejemplo de todo ello fue el encuentro anual del Coloquio de IDEA en Mar de Plata, donde un conjunto de CEOS y gerentes de empresas dieron un espaldarazo a la gestión mileista.

Pero hay otra parte de la realidad que el libertarismo no maneja (nunca lo logró) y que refiere a un universo que se agranda cotidianamente (como el goteo que horada la piedra) y es el que refiere a la calle, el cual tiene mucho de espacio simbólico en la Argentina y que en la última década la derecha encarnada en el PRO, supo compartir con los sectores populares.

No descubrimos nada nuevo si afirmamos que las disputas en el espacio público forma parte del ADN argento. Si bien existieron movilizaciones populares previas (revisar la Semana Trágica), la fecha icónica por excelencia es la del 17 de octubre. Por un sinfín de matices que han merecido ríos de tinta y toneladas de libros, aquella tarde noche de 1945, es pensada como el momento exacto en que la calle deviene en un espacio de legitimación social y política.

La relación que supo construir el peronismo con sus seguidores, los ataques “libertadores” a la Plaza de Mayo, las luchas obreras de los 60’, la supuesta insignificancia de un grupo de madres circulando por una plaza, la celebración de la recuperación de Malvinas, la vuelta de la democracia y sus peligros, los triunfos electorales, los piquetes nacidos para ganar visibilidad al compás de un país que se desarmaba a finales de los 90’, la tragedia de 2001, los cacerolazos, el pedido de justicia por el asesinato de Axel Blumberg, la disputa por la 125, la leyes de Servicios Audiovisuales y de Matrimonio Igualitario, las celebraciones por el Bicentenario, la muerte del fiscal Alberto Nisman, las movilizaciones de cada 24 de marzo, el Ni una Menos y las disputas por las condenas del 2x1; son todos pequeños - grandes hitos que están marcados a fuego en el inconsciente colectivo y que supieron moldear la vida comunitaria.

Ese lugar, la calle, toma hoy nueva visibilidad, con nuevos actores en cuanto a los nombres propios, pero con la esencia de las viejas disputas de antaño. Si el menemato hacía caso omiso de los reclamos de los jubilados que conducía Norma Plá, el libertarismo que representa Patricia Bullrich los reprime sistemáticamente de manera semanal. Si los estudiantes noventosos se quejaban del desfinanciamiento de la educación pública (algunos dirigentes estudiantiles de aquel tiempo hoy son gobernantes que miran para el costado), los de estos días toman facultades, hacen asambleas y forman parte de clases públicas, ingeniándoselas para dar una disputa de proporciones pese al eficiente aparato comunicacional libertario.

La calle ha tomado nueva centralidad en la discusión de lo público ya que la potencia del concepto de la educación pública en la Argentina parece permanecer sino inalterable, por lo menos vigente. Y el gobierno, que suele desconocer mucho de ciertas densidades argentas, en el tema anda como el boxeador grogui que tira golpes al aire sin acertar ninguno.  

La argumentación de que centenares de miles de estudiantes y docentes se movilizan engañados, siendo funcionales a autoridades universitarias que no quieren ser auditados, no resiste el menor análisis cuando se analizan la pérdida de ingresos de los trabajadores de la educación y el menor presupuesto para el área que se proyecta para 2025. En términos políticos, el oficialismo no tiene una respuesta seria que contenga y limite al conflicto. Por eso la irrupción de sus inexpertos cuadros estudiantiles, nada pueden lograr, salvo la solidaridad ante la estupidez de alguien que no está en sus cabales y que se anima a golpear arteramente.

https://x.com/JMilei/status/1844326918159806698?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1844326918159806698%7Ctwgr%5Ef6a0005fbe5b96dfee9a51853e146a8ed945b243%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.tiempoar.com.ar%2Fpolitica%2Fmilei-hizo-un-posteo-con-un-error-matematico-y-cosecho-burlas-en-las-redes%2F

En el somero recorrido histórico de líneas más arriba, puede visualizarse que incluso con sus bemoles, la derecha nacida de la mano del PRO, supo interpelar a determinados sectores de la sociedad y conjugarlos en el espacio público.

La novedad del libertarismo es que no tiene calle y pareciera que no quiere tenerla. Nacido de la mano del fenómeno excluyente de las redes, donde cada uno de nosotros corremos el riesgo de construir una realidad que se parece mucho a nuestros prejuicios, supuestas certezas y temores, el flamante espacio se encontró con un triunfo político de proporciones con el antecedente de un líder que no conoce el país, ya que no sólo no hizo campaña en la mayoría de las provincias, sino que es un hombre que no ha recorrido el país en el rol de simple ciudadano.

Formateado desde sets de televisión, de la vieja Twitter y la cercanía de Tik Tok, el mundillo libertario se enamoró de slogans sobre los que no tenía mucha conciencia. Uno de ellos, “Zurdos van a correr”, que tiene la doble falacia de poner en una sola vereda a todos los que no piensan como ellos y a pensar que por ello deben ser violentados, tiene la singularidad de que las corridas, de hacerlas, vaya curiosidades de la vida, se hacen en la calle y para eso hay que estar.

En ese minimalismo comunitario que suponen las redes, se encuentran que en un momento social delicado, con tensiones nuevas y de las otras, los que terminan corriendo son ellos para salir rápidamente eyectados a los medios de comunicación amigos a denunciar el maltrato opositor. En esos avatares resultan protegidos por “servicios” precarizados que actúan disfrazados de repartidores de comida.

La idea de hacer correr a los zurdos supondría la posibilidad de que, si no son los propios libertarios los que lo producen, sean las fuerzas de seguridad conducidas por estos esperpentos quienes resulten de mano útil. En este sentido también aquí hay un problema, porque la potencia del reclamo de los sectores de la educación, sabiamente extendido de manera federal, limita las posibilidades represivas.

Pero hay otro factor por el cual la calle no es libertaria. Participar del espacio público supone tomar conocimiento del otro, del distinto, de aquel que, incluso, puede rebelarse (en una democracia de manera pacífica) contra un orden pre establecido.

La razón de ser del accionar político de los seguidores de El León, su emergencia y su desarrollo parte de un conservadurismo constitutivo que invoca un pasado que ya no existe y una sociedad nacional e internacional forjada por una bipolaridad que ya se estudia como parte de la historia.

Una cosa es saber canalizar un descontento social a partir de la insatisfacción de necesidades materiales por el fracaso de las dos fuerzas políticas que con anterioridad gobernaron el país, jugándola de outsider en una coyuntura dada, y otra muy distinta cumplir con las demandas electorales. Allí radica parte del intríngulis libertario: ha generado un marcado deterioro en la calidad de vida de muchos argentinos que, acostumbrados a cierta dinámica de la protesta, no aceptan mansamente ciertas condiciones.

Pero cuidado. La calle como metodología de acción política tampoco puede ser idealizada. Y ello es así por dos grandes motivos. El primero es aquel que refiere a que la permanencia de un conflicto, la sistematicidad en los métodos y la reiteración de cierta prédica movilizatoria, no garantizan el éxito de las luchas populares per se. Hay una máxima no escrita en los manuales de todo sindicalista que se precie: “más importante que saber entrar a un conflicto, es saber cómo salir”. Teniendo en cuenta que enfrente está el Gobierno, que maneja los resortes del Estado y una aceitada relación con las corporaciones mediáticas y en redes, no debe dejarse de lado ese factor de potencia, ya que el desgaste de ciertas demandas pueden entrar más temprano que tarde en corto circuito con sectores que hoy apoyan decididamente.

https://x.com/PrensaCONADU/status/1846371972835692817

El segundo elemento que no debe soslayarse es el clima de época, ese que ha penetrado en no pocos sectores de la sociedad respecto de aceptar ciertas formas represivas y que lejos está de apaciguarse. Algo de esa anuencia en formato de cheque en blanco deben haber imaginado en los máximos niveles del poder santafesino cuando en la semana que culmina, conocimos que detenían a cinco trabajadores por los incidentes en la legislatura santafesina al momento de la sanción de la reforma jubilatoria.

En un hecho inédito en la gestión de la democracia de los últimos 40 años, asistimos a la vergüenza de fuerzas policiales, con el respaldo político y judicial pertinente, violentando casas para detener a docentes, sin citación judicial previa y con el invalorable aporte de los mass media que transmitían, casi, en vivo y en directo. La movilización posterior pidiendo por la liberación de los detenidos, el operativo cerrojo en la ciudad de Santa Fe al momento de la audiencia imputativa y el silencio del Gobernador dando una respuesta de lo sucedido, hablan por sí solo de la gravedad de los hechos.

La calle no es el mundo ideal ni mucho menos. Lejos de cualquier romantización digamos que el éxito de toda gestión que se precie debe vincularla con el palacio. Tener dirigentes que imaginen que desde el reclamo sólo alcanza para plasmar mejores medidas para la comunidad, resulta tan limitado como suponer que puede gobernarse la cosa pública desde la rosca, el internismo o los grandes grupos de poder sin la más mínima eficiencia en la satisfacción de las necesidades populares. Ni tanto ni tan poco.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

]]>
hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 19 Oct 2024 20:27:08 -0300
Billetera mata novedad https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6921-billetera-mata-novedad https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6921-billetera-mata-novedad Javier Milei y Susana Giménez en el balcón de Casa Rosada

Yo entiendo qué te pasa, si sos tan solo un niño
aunque te hagas el malo te está faltando cariño
yo no tengo enemigos y no los necesito
igual vení acercate que te firmo la fotito…

“Fanático”. Lali Espósito

Una exposición en la ONU que no tuvo, ni por asomo, el impacto internacional esperado por el libertarismo. Encuestas que marcan un marcado declive en la ponderación de la figura presidencial. Buena parte de la Córdoba turística incendiada por la acción del hombre. Y los números de pobreza del primer semestre de 2024 que reflejan un crecimiento exponencial y que la proyectan a los valores de comienzos de siglo. Todos estos hechos, en parte, marcan la agenda política de la última semana de setiembre, con un oficialismo que se esfuerza en el intento de desviar los ejes de discusión y que se terminan transformando en verdaderos tiros en el pie. No sólo los bolsillos de la mayoría de los argentinos tienen límites, las novedades también. Recorrido por días de dudosa efectividad de leones y allegados. Pasen y vean. Quedan todos y todas formalmente invitados.

En los días previos a su viaje a Nueva York, allegados al gobierno habían hecho correr la versión de que el presidente Javier Milei se preparaba para brindar un discurso que además de disruptivo, incluía denunciar a China por su rol en el concierto de las naciones. Bastó que con el mismo método, voceros de la embajada de ese país, comentaran off the record que no estaban dispuestos a tolerar ciertos planteos, para que el papá de Conan omitiera cualquier referencia a los herederos de Mao.

El primer mandatario denunció la falta de eficiencia de la ONU, su supuesto socialismo y se corrió de cualquier tipo de acuerdo que se pueda tejer a partir de las agendas internacionales construidas por estos días. En su relato supuestamente rupturista, no omitió alinearse con Estados Unidos e Israel. Pero a la vez no pudo evitar, vaya paradoja, que su estrategia lo dejara aislado y realizando planteos similares a los de Rusia, Nicaragua y Venezuela. Con un nulo impacto internacional, quedó demostrado que, a los fines de evitar el ridículo, el gran juego de las relaciones internacionales se juega desde la experiencia y el saber hacer, no desde el arrebato de un personaje que se imagina como un profeta de un nuevo tiempo social, antes que un dirigente interesado en mejorar la calidad de vida del pueblo que lo eligió.

https://x.com/OPRArgentina/status/1838678561080906011

El Gobierno enfrenta un tiempo difícil. Todas las encuestas reflejan una caída de la imagen presidencial y no son pocos quienes se preguntan si la comunicación libertaria, sostenida a fuerza del ejército de trolls que habitan la Casa Rosada y de un grupo de operadores mediáticos con una enorme visibilidad, alcanza para dejar de caer o, para peor, si ya no resulta “viejo”.

Milei construyó su figura pública sobre tres ejes: la denuncia a la casta, el insulto como instrumento del relato y una singular articulación en redes que le permitió tener llegada a sectores etarios que la política tradicional había dejado de interpelar. En el marco de la campaña electoral esas formas resultaron muy efectivas, pero gobernar se trata de otra cosa. Sobre todo si entendemos que los “éxitos” institucionales libertarios se construyeron sobre la base de negociar con los políticos y los poderes fácticos que se denunciaban.

La idea de amigo / enemigo es intrínseca a la política, algo que explicó y muy bien el bueno de Carl Schmitt. Y en ese devenir, el libertarismo gobernante, a la que vez que denuncia a sus enemigos, en no pocas ocasiones (a veces ocultas, otras a la luz pública), transa y se amiga con los supuestos inescrupulosos:

-          Negó un aumento a jubilados pero negoció con un grupo de diputados para bloquear la insistencia legislativa a quienes terminó llamándolos “héroes”.

-          Denunció la supuesta corruptela sindical, fogoneó proyectos de ley que limitan las reelecciones en los gremios, pero terminó acordando con lo más conservador de esa dirigencia, dejando de lado acuerdos previos con distintos bloques legislativos.

-          Ahogó al sistema universitario por ser supuestamente ineficiente por una doble vía. Por un lado con la reducción al mínimo de los gastos de funcionamiento, para otorgar después todo lo reclamado por el Consejo Interuniversitario Nacional. Y por otro, con paritarias vergonzosas para los trabajadores y que, en la previa de lo que podría ser una enorme movilización el día 2 de octubre, ofreció un aumento que no llega al 6%, afirmando que se estaba frente a una oferta histórica.

https://x.com/INDECArgentina/status/1839379446530507019

El de Milei es un gobierno que no tiene empatía frente al dolor social. Lo demostró inicialmente en la crisis climática que vivió la ciudad de Bahía Blanca (“yo sé que ustedes podrán resolverlo”); lo viven cada semana los jubilados cuando son reprimidos por reclamar mejoras en sus haberes; hizo gala de su desaprensión cuando juntó a varias decenas de legisladores en un asado para celebrar la vigencia del veto a la reforma de movilidad jubilatoria y esta semana lo sufrieron los cordobeses cuando visitó la provincia a partir de los incendios forestales en el valle de Punilla, donde no llevó ningún tipo de ayuda ni se tomó el tiempo de saludar a los bomberos que luchan contra ese ecocidio.

Pero no conforme con lo anterior, lo volvió a demostrar en la tarde del día jueves cuando coincidentemente, mientras se daba a conocer el aumento escandaloso de la pobreza, salía a saludar desde un cada vez más devaluado balcón de la Casa Rosada junto a Susana Gimenez, conductora televisiva que parece no contar con el encendido televisivo de otros tiempos y con quien grabó una nota que se emitirá el día domingo a la noche. ¿Volverá a darse una caída del rating como en la jornada de la presentación del presupuesto o las partes podrán salvar la ropa? Dudas que se develarán en pocas horas.

De alguna extraña manera, el mundo libertario se regodea con algunas fotos sepia de los 90’: a lo comentado en el párrafo anterior, deben sumarse la vigencia del apellido Menem como síntesis de controversia; la señora Amalia "Yuyito" González que vuelve a hacerse visible por sus vinculaciones románticas con algún sector del poder; Juan Bautista "Tata" Yofre vuelve a formar parte del entramado de inteligencia a través de la vieja / nueva SIDE y ciertos sectores de la dirigencia sindical negocian en silencio reformas laborales, bajo el eterno argumento de que si se lo deja al gobierno, el escenario futuro podría ser peor. De alguna manera no deberíamos olvidar que hace tres décadas ayudaron a desguazar un país. No es menos cierto que la vieja frase marxista sobre la tragedia y la farsa vuelve a cobrar sentido. Pero en honor a lo remanido de su uso, obviaremos cualquier profundización explicativa.

https://x.com/Zuban_Cordoba/status/1839402375129555342

En 2024, el ajuste sobre la educación y la salud pública, las amenazas sobre Aerolíneas Argentinas, el estado de abandono del servicio de trenes para el interior del país, la eliminación de los subsidios para el transporte urbano, el desinterés manifiesto por defender una política industrial, la discrecionalidad en las transferencias a las provincias y el cierre definitivo de áreas estatales que daban respuestas a demandas del presente siglo, completan un cuadro donde las novedades parecen agotarse.

El número de la pobreza era parte de algo muy anunciado y que el oficialismo, los dirigentes aliados, unos cuantos gobernadores que apoyaron el pacto de mayo firmado en julio y sus operadores mediáticos, hasta ahora se negaban a ver fingiendo demencia. De todas formas, no son pocos los protagonistas que en su anti peronismo genético expanden culpas hacia el gobierno anterior, como si la devaluación operada en los primeros días de diciembre se le deba a los Massa boys.

Se repite así un esquema practicado por Mauricio Macri allá por comienzos de 2016, cuando produjo un apagón estadístico de seis meses y cumplido ese plazo, pidió que a su gestión se la evaluara a partir de ese momento, luego de otra devaluación de proporciones. En el caso libertario, mientras el presidente anuncia que los salarios le ganan a la inflación, omite medir su gestión desde el día 10 de diciembre.

La novedad aquí, es que el deterioro es mucho más rápido que en la gestión amarilla. Y no hay mucha cosa nueva por contar ya que las sorpresas de antaño dejaron de serlo al calor de acostumbrarnos, todos, a cierta rutinización libertaria. Las estrategias novedosas comienzan a agotarse paralelamente a dos factores innegables: el ya comentado deterioro social y que, por ahora, el apoyo que pierde Milei no parece correrse hacia otros referentes.

En los deterioros de los niveles de aprobación sobre la figura de Milei y su gobierno, parece hacerse visible la pregunta de “qué me ofreces además de insultos, acuerdos y desacuerdos circunstanciales con la casta que denunciaste y un deterioro económico del día a día”. Y si la billetera (gorda) mataba galán, la billetera (flaca) mata las novedades que ya no lo son tanto.

 (*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

]]>
hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 29 Sep 2024 09:52:36 -0300
Doce segundos https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6909-doce-segundos https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6909-doce-segundos Doce segundos

No es la luz,
lo que importa en verdad.
Son los 12 segundos de oscuridad,
12 segundos de oscuridad…

“Doce segundos en la oscuridad” - Jorge Drexler

Rápidas y furiosas. Así parecen ser las respuestas institucionales de los gobiernos nacional y provincial ante determinados reclamos sectoriales. Si en el artículo del domingo anterior establecíamos puntos de diferenciación y encuentro entre la gestión libertaria y la de Unidos, en la semana que pasó las coincidencias se hicieron mucho más evidentes a partir de cómo actúan frente a ciertas demandas populares. Siete días de violencia, fake news y mentiras desembozadas como argumentación de algunas transformaciones. Pasen y vean. Quedan todos y todas formalmente invitados.

A comienzos de semana el oficialismo nacional se enfrentaba a un serio desafío: la oposición en diputados se proponía insistir con el proyecto de movilidad jubilatoria, el cual se había sancionado con amplios márgenes de votos, necesitando de las dos terceras partes de los legisladores presentes en la sesión para dar vuelta el veto presidencial.

Fue el propio Javier Milei el que se puso al frente de una jugada política a la que no suele estar acostumbrado. Convocó a un grupo de legisladores radicales que no tuvieron ningún empacho en cambiar la postura que los había llevado a votar a favor hace apensas dos meses, generando una crisis de proporciones ya no al interior del bloque que conduce el cordobés Rodrigo De Loredo, sino al interior del centenario partido.

Podría decirse que el presidente está aprendiendo a hacer política ya que, con un solo movimiento, puso en crisis a un sector de la oposición y logró su objetivo de bloquear que la ley quedara firme. Que la victoria sea a expensas de uno de los dos sectores más desfavorecidos de la sociedad y que pague cierto costo político, es algo que al papá de Conan, no parece importarle del todo.

El acuerdo con el grupo de radicales tuvo mucho de una componenda que da vergüenza ajena. Negociando con parte de una supuesta casta que el candidato Milei supo denunciar, al rato de producida la votación en el recinto, no dudó de calificar como héroes a los 87 diputados que se negaron a insistir con una muy moderada mejora para nuestros viejos.

No son pocas las voces del sistema político, que en las horas posteriores relativizaron el éxito oficialista a la luz de la represión que otra vez se desató en las adyacencias del Congreso de la Nación, sobre jubilados y trabajadores que se movilizaron como respaldo a la posibilidad de hacer caer el veto. Ya a comienzos de semana, voces periodísticas cercanas al gobierno dejaban trascender que la marcha podría ser “multitudinaria y peligrosa”.

https://x.com/arilijalad/status/1834383688961872084

Con las imágenes de la represión como un estandarte, el oficialismo amplió el margen del costo político con el ataque a una niña de 10 años que, junto a su madre, resultó gaseada. Desde cierta vocinglería mediática que rápidamente sintonizó con los dichos de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que inicialmente cuestionaba el hecho de que Fabricia estuviera presente en la movilización, hasta llegar a confirmar que la policía había actuado desprovista de cualquier reflejo de humanismo, se construyó una fake news de proporciones que dejó involucrados a funcionarios de primera línea del mencionado ministerio y a operadores mediáticos que resultan cercanos e íntimos al gobierno.

Con la misma irreductibilidad de la onda expansiva de una piedra lanzada al agua, uno y cada uno de los protagonistas quedaron salpicados por un verdadero enchastre que se profundizó cuando, apenas un día después, aparecieron las disculpas públicas de un tal Eduardo Feinmann hacia Bullrich por haber pedido su renuncia y la de los funcionarios más cercanos a ella. Ni Netflix se anima a tanto.

https://x.com/INDECArgentina/status/1833943960638931393

Pero las malas siguieron para el gobierno. Al número de inflación de agosto que se conoció el día miércoles (4,2%), el cual refleja los límites del oficialismo ya que con una caída de la actividad económica de proporciones, el libertarismo no puede consolidar una tendencia más marcada hacia la baja; se le sumó el rechazo en el Senado al DNU que habilitaba $100.000.000 millones para la SIDE y la aprobación de la ley de financiamiento de la educación superior que, rápidamente, el presidente anunció que vetará.

Ante esto último se abren escenarios de escasa certidumbre ya que si, se repitiera el recorrido de la reforma jubilatoria (aprobación, veto e imposibilidad de insistencia legislativa), nadie sabe del todo si el grupo de radicales convertidos seguirán con esa misma actitud y, si se plasmara el mismo recorrido, las respuestas en las calles serían idénticas. Una cosa es ir contra un sector de la sociedad como el de los jubilados, sin representación institucional de peso y otra muy distinta ir contra el sistema de educación superior que cuenta con todos los resortes a su disposición, jóvenes incluidos. El oficialismo se asoma así al riesgo de una doble derrota. En el palacio y en las calles.

https://x.com/JMilei/status/1834647943996932169

Pero como si las imágenes de la violencia institucional en CABA no alcanzaran, también hubo que ampliar la mirada sobre lo que sucedía en la ciudad de Santa Fe, con la aprobación en la Cámara de Diputados de la reforma previsional.

Con el triste récord de haber sido sancionada en dos semanas desde que el proyecto ingresó al Congreso, las imágenes previas a la sesión donde se mostraba el vallado de toda la zona aledaña a la Plaza de Mayo, anunciaba que nada bueno se estaba por legislar.

La forma en que el Poder Ejecutivo encaró el proceso (que le dio una evidente victoria), con nulo debate social, sin escuchar (en serio y no con la pantomima de una comisión creada a gusto y piaccere) y sin el debate de rigor de parte de los representantes del pueblo, abriendo los espacios de discusión a los distintos actores del sistema; crearon el caldo de cultivo para el enojo del conjunto de trabajadores.

Los hechos producidos el día miércoles en la capital de la provincia dejaron tres datos que deben tenerse en cuenta:

1. El socialismo que terminó votando en contra de los trabajadores. Si uno revisa la línea histórica de cómo nacieron los partidos, cómo se formaron y cómo se consolidaron, no deja de resultar llamativo que el partido fundado por Guillermo Estévez Boero, termine aupado por el mismísimo PRO, el cual nació a los fines de representar intereses definitivamente contrapuestos y muy en línea con la ley aprobada.

2. El saneamiento del déficit será parcial. Dicen sus defensores que la reforma representa un 25% del rojo previsional, lo cual supone unos $75.000 millones. La pregunta se cae por su propio peso: ¿cómo se financiarán los $225.000.000 millones restantes?

3. Deslegitimación de la lucha social. Rápidamente, el pullarismo salió a instalar la idea de que los movilizados y violentos eran la misma cosa y que sólo representaban a un pequeño grupo de dirigentes a los que se les quitaban privilegios. La afirmación resulta riesgosa por un doble motivo. No escucha a los afectados por una medida y, simultáneamente, al oponerse estos, los ubica en un lugar fuera de la ley. Un juego demasiado riesgoso para una democracia que se dice reivindicar.

https://x.com/ClaraGarcia_SF/status/1834363832124190825

Doce segundos tardó la presidenta de la Cámara de Diputados Clara García en hacer votar la ley a sus pares. Otro récord que ubica en un lugar de desprestigio a una dirigente, que más allá de las diferencias, se había sabido ganar el respeto de todo el arco político santafesino. El tratamiento exprés de la ley, la forma en que se llevó adelante la aprobación (recomendamos escuchar el audio), los cuestionamientos que posteriormente aparecieron respecto del procedimiento legislativo en consideración con las abstenciones que no tenían pedido de autorización y las acusaciones cruzadas en el medio del recinto, plantean la pregunta de por qué el oficialismo, teniendo mayoría holgada en ambas cámaras, recurrió a esa metodología.

¿Corrían riesgo las mayorías y se debilitaría el frente oficialista, siempre sustanciado en un delicado equilibrio? ¿Un debate amplificado relativizaría el rol determinante del déficit de la Caja de Jubilaciones en las cuentas públicas?

Estas preguntas representan escenarios contra fácticos y, de alguna forma, no tienen demasiada importancia para el análisis político ya que son parte de hechos que no sucederán y por lo tanto carecen de valor. Pero lo que sí puede afirmarse sobre los hechos de la tarde del miércoles, los cuales, insistimos, son una resultante, es que la calidad institucional santafesina dio un paso atrás de cara a la sociedad, más allá de los festejos de rigor del oficialismo.

Doce segundos tarda el haz de luz en hacerse visible en el faro de Cabo Polonio. Tiempo para alumbrar la noche en tierra y en altamar. Canta Jorge Drexler “pie detrás de cada pie iba tras el pulso de claridad”. Tal vez de eso se trate, de seguir caminando, más allá de los 12 segundos que a veces nos dejan en la oscuridad.

 (*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

]]>
hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 15 Sep 2024 11:48:30 -0300
Diferentes (pero no tanto) https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6901-diferentes-pero-no-tanto https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6901-diferentes-pero-no-tanto Diferentes (pero no tanto)

Investiga en tu libro de reglas,
y decime lo que ves,
¿sos tan diferente?,
¿no sos igual a mí?...

“No tan distintos” - Sumo

Más allá del fulgor de las últimas horas en la disputa entre Cristina Fernández de Kirchner y Javier Milei, la semana política se fue construyendo en el plano nacional con el desorden ya tradicional del mundo libertario y en el ámbito comarcal, con la efectividad institucional del pullarismo santafesino, que logró dar media sanción a una reforma jubilatoria que ha sabido juntar el rechazo de todo el espectro sindical y de ciertos sectores del mundo judicial. Subyace como síntesis el problema jubilatorio en ambas administraciones: en un caso por la represión a los que reclaman por una mejora en sus haberes y en otro porque el proyecto de ley cercena (más allá de ciertas voces oficiosas) no pocos derechos del conjunto de trabajadores pertenecientes a la plantilla del Estado. Pero en definitiva, más allá de las urgencias y como forma de análisis de lo que se dice como argumentos justificadores, ¿qué separa y que une a ambas administraciones? Pasen y vean. Sean todos y todas bienvenidos.

De alguna forma, a ambos proyectos políticos los unen tres factores que se hicieron presente durante el 2023 electoral:

1. Las virtudes propias de los candidatos. Mientras el actual presidente, más allá de sus modos, supo captar un malestar social evidente con las formas tradicionales de la política; Maximiliano Pullaro pudo convertirse en un líder que aglutina tras de sí, corrientes ideológicas que, supuestamente, expresan no pocas diferencias. En el espacio triunfador de setiembre conviven socialistas, amarillos y radicales en una simbiosis que sólo la capacidad del hombre oriundo de Hughes, hasta ahora parece sintetizar.

2. El peronismo deslegitimado. Las promesas incumplidas y el consiguiente fracaso de las gestiones resultaron campo orégano para los triunfos opositores, tanto en el plano nacional como en el provincial. En muy resumidas cuentas, la insatisfacción económica en el primero y a lo que se suma la gravosa situación de la inseguridad en el segundo, actuaron como base de sustentación de proyectos políticos que, a lo lejos y en la previa, parecían no tener punto de encuentro.

3. Clima de época. Existe un evidente (pero parcial) revival noventoso, donde cierta estatalidad aparece cuestionada. Hace treinta años, como en tantas cosas, el recurso discursivo resultaba mucho más simplista: el Estado gestionaba mal y debía reducir sus funciones. Por los tiempos que corren, las cosas resultan más complejas.

En el caso de los libertarios, Milei resultaría una especie de topo que viene a destruir esa empresa criminal llamada Estado y todo lo que tenga que ver con él debe desaparecer. Para el oficialismo santafesino en cambio, el Estado es central para el desarrollo de la comunidad, pero no deja de intentar fortalecerse con una serie de imposiciones hacia los trabajadores de la administración que, de alguna manera, en los tiempos que corren, portarían consigo una especie de pecado original. La no renovación de contratos en varios sectores, el cierre de paritarias por decreto con el gremio docente y el remanido recurso del ausentismo como condicionante de una buena gestión, complementan el cuadro.

Pullaro, a diferencia de Milei, no porta con un discurso violento, pero sí apunta contra la deslegitimación del otro. Si los jueces le cuestionan la reforma jubilatoria y el escandaloso manejo de los pliegos para cubrir cargos en la Justicia, les anuncia que “ya no tienen coronita” y le da amplificación mediática a que la audiencia pedida por los integrantes de la Corte Suprema de Justicia de la provincia, será otorgada a las 7.30am de un domingo.

Algo parecido sucede con el conjunto de dirigentes sindicales que han cuestionado la gestión y el manejo de las paritarias. Todo ello sazonado con el ya histórico silencio cómplice de la corporación mediática que, al igual que ciertas organizaciones partidarias, hacen uso y abuso de la doble vara.

Un buen ejemplo de lo anterior se circunscribe al éxito alcanzado en el tratamiento de las leyes en el Congreso provincial. Si a la gestión de Omar Perotti le demoraron no menos de dos años en aprobarle la emergencia en seguridad, al actual gobernador, con varios legisladores que integraban el cuerpo en el período anterior, le dieron el visto bueno en pocas semanas.

Lo sucedido con la reforma previsional no deja de ser sintomático. Ideada por el conservador Jorge Boasso, hombre que ha sabido construir su vida profesional estando de los dos lados del mostrador, como agente fiscal de la AFIP y como concejal rosarino, con el consecuente respaldo de la justicia local; los santafesinos asistimos a una puesta en escena digna de cualquier buen dramaturgo que se precie, al informarnos que se había creado una comisión, integradas por funcionarios, legisladores y sindicalistas, la cual revisaría la necesidad de la reforma a los fines de reducir el crónico déficit de la caja.

La comisión cumplió con los plazos previstos, habilitó unas pocas audiencias para escuchar a distintas partes y llegó a la misma conclusión que el Poder Ejecutivo. Casualmente, en pocas semanas el oficialismo presentó un proyecto que le modifica la vida a varios centenares de miles de santafesinos y, en exactamente ocho días, obtuvo la aprobación de parte de la Cámara de Senadores, esperando que, la próxima semana, se convierta en ley a partir del sí en diputados. Tratamiento express que le dicen, con el congreso cerrado y los trabajadores que se movilizaban para protestar demorados en la ruta. Sabrá el altísimo qué pecado habían cometido. Toda una postal.

El caso viene a cuento de cómo se institucionalizan ciertas transformaciones cuando las mayorías legislativas acompañan y relativiza aquella (vieja) acusación de ser una escribanía que recibía el Congreso Nacional en los tiempos de la década ganada cuando se ampliaban derechos. No son pocos los quejosos de aquellos tiempos, políticos y mediáticos, que hoy parecen mirar para otro lado.

 

En su construcción de sentido, Pullaro parece imitar a Milei en la utilización de ciertas mentiras. Dos de los últimos días: afirmó sin sonrojarse que a los docentes no se le ampliaba el plazo de permanencia en “el sistema”. Sería interesante que el gobernador se informara de qué le sucederá a aquellos que, por los beneficios del 2 x 1 (derechos y no privilegios), podían jubilarse antes de los 60 años y ahora, deberán permanecer un par de años más en las escuelas.

La otra mentirilla refiere a haber definido al AMBA como una zona económicamente improductiva. O al ex ministro de Seguridad lo tele transportan cuando viaja a Buenos Aires o, como hacen los chicos, lo hace con los ojos cerrados ya que si no lo veo, no existe.

Es evidente que detrás de esa afirmación está el intento del gobernador de convertirse, antes que nada, en el representante de los sectores de la Pampa gringa que siempre ven con desdén al conurbanismo bonaerense. El triunfo libertario de noviembre puso en duda, a partir de su contundencia a lo largo y ancho del país, la idea de la prevalencia electoral de esa provincia, a la vez que trata de comenzar a diferenciarse de un tal Axel Kicillof.

Con el agradecimiento al Estado nacional por la ayuda recibida en materia de seguridad como norte, el oficialismo local parece omitir reclamos que, en su momento, eran la síntesis más perfecta del centralismo porteño. El silencio de radio respecto de temas como subsidios para el transporte, el no pago de la ya histórica deuda del Estado nacional en materia de la caja previsonal (se habla de unos $800.000 millones de pesos) y, la novedad de esta semana del ministerio de Justicia de la Nación que denuncia los convenios pre existentes con la provincias a los fines del cobro de impuestos de sellos, patentes y multas por parte de los registros del automotor, superando con creces en su proyección los $100.000 millones anuales, ponen en un lugar poco entendible a la administración provincial.

Si se analizan los tópicos libertarios sobre el Estado y se los cruza con las definiciones de las autoridades provinciales, más allá de ciertas coincidencias, radica allí una contradicción de grado que supone que en algún momento quedarán expuestas de manera mucho más cruda.

Si la voz de Pullaro, y nos referimos al gobernador en exclusiva porque somos conscientes de que al interior de Unidos, socialistas y amarillos no tienen la misma idea del Estado, pretende convertirse en una opción que supere los límites de la bota santafesina, habrá que ver cómo acomoda el cuerpo a una situación donde el modelo de desarrollo impuesto a nivel nacional, poco tiene que ver con el entramado productivo de las pequeñas y medianas empresas de la región, más allá de las celebraciones de ocasión por la adhesión al RIGI, que en el largo plazo, sólo traerá beneficios exclusivos para las empresas que inviertan y no para el conjunto de la comunidad.

Entre lo que representa Javier Milei y Maximiliano Pullaro existen diferencias. Pero tal vez no sean tan profundas como para establecer disputas de fondo que, por ahora, nadie quiere llevar adelante la gestión política de estos tiempos. Creen los protagonistas que ya llegará el momento para las diferenciaciones. Vale preguntarse si no será muy tarde.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

]]>
hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 08 Sep 2024 08:54:22 -0300
Internas https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6898-internas https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6898-internas Internas

Cambia lo superficial,
cambia también lo profundo,
cambia el modo de pensar,
cambia todo en este mundo,
cambia el clima con los años,
cambia el pastor su rebaño.
Y así como todo cambia,
que yo cambie no es extraño…

Julio Numhauser

El libertarismo que convive cotidianamente con internas feroces, palaciegas y a la luz pública. El PRO tironeado por las ambiciones personales de su líder, quien aún conserva algo de peso político. El peronismo en proceso de debate interno, a mitad de camino de insistir con métodos poco exitosos, las urgencias de gestión de los gobernadores y la necesidad de una renovación que cada vez se hace más imperiosa. Y la Unión Cívica Radical que luego de la experiencia coalicional de Juntos por el Cambio, no se sabe del todo a qué y a quienes representa. Todos ellos sintetizan el esquema de poder político partidario en la Argentina. Todos con desavenencias tan profundas que hacen extrañar los modelos clásicos de representación del siglo XX. Días de internismos acuciantes en la partidocracia argentina. Señoras y señores pasen y vean. Quedan todos formalmente invitados.

Como un encantador de serpientes, Mauricio Macri se las ingenia para que lo más granado de la dirigencia del PRO baile al ritmo de sus intereses. El ex presidente habilitó el “dejar hacer” a unos cuantos legisladores para que voten la reforma de la movilidad jubilatoria y, veinticuatro horas después, salió públicamente a apoyar el anunciado veto presidencial.

Entre cenas y cenas en la Residencia de Olivos, le alcanzó para ganar una centralidad que hasta hace unas pocas semanas parecía perdida. Rota la relación con la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, sabido es que el ex presidente convive en un delicado equilibrio de no perder clientela política a manos del libertarismo, a sabiendas que el tándem Santiago Caputo - Karina Milei están especialmente empecinados en jubilarlo, mientras Javier Milei, inteligentemente, endulza los oídos de las partes.

La interna amarilla está lo suficientemente consolidada como para que, superado el efecto del voto en el Senado, un conjunto de dirigentes, con Cristian Ritondo y María Eugenia Vildal a la cabeza, se hayan reunido con el presidente y un grupo de legisladores aliados, para evitar la insistencia de la ya mencionada ley en la Cámara de Diputados. Recordemos que el presidencialismo de la Constitución Nacional, exige que para que un veto sea rechazado debe contar con la insistencia de las dos terceras partes de los presentes en ambas cámaras. Unas pocas ausencias en alguna de ellas, bastará para que lo suscripto por Milei en la noche del viernes persista, más allá del costo político que supone negar un aumento del 8,1% a jubilados y pensionados.  

Por su parte, la Unión Cívica Radical aparece como una estructura partidaria sin una identidad clara. Cuesta identificar a los intereses que expresa y a quiénes representa. Por ahora se va sustanciando entre las contraposiciones de los tres dirigentes con peso institucional más importante. Rodrigo De Loredo navega entre su conservadurismo innato y los reclamos que lo condicionan desde el bloque de diputados que conduce. Martín Losteau se hace visible como el modelo más acabado de un radicalismo vinculado al progresismo y a un porteñismo evidente. Y Maximiliano Pullaro, quien surge como el gobernador con mejor imagen del país, no trepida en reivindicar el legado alfonsinista y, en paralelo, aplicar una política de mano dura con delincuentes que sistemáticamente viola derechos humanos de los reos. Con la anuencia de la sociedad santafesina, claro.

En ese transcurrir, y más allá del peso institucional con el que cuenta en cierta territorialidad, la UCR aparece como mucho más viscosa a la hora de prever ciertos comportamientos institucionales. En los días por venir queda por saber si el diálogo libertario con el PRO se extiende al conjunto de los diputados del centenario partido o si, por ejemplo, el gobernador santafesino alzará la voz por el veto presidencial a los jubilados. En este último aspecto déjeme señalarle querido lector, estimada lectora, que será difícil que el chancho chifle teniendo en cuenta que el Poder Ejecutivo santafesino ha presentado un proyecto de reforma jubilatoria que se ha ganado el rechazo de la mayoría de los gremios estatales y, vaya novedad, de un par de centenares de jueces que no dudaron de posar para la foto para rechazarlo. Por lo menos en la partecita que a ellos les toque.

https://x.com/CFKArgentina/status/1828113763243004255

En el peronismo tampoco habita un tiempo de armonía y concordia. Mientras buena parte de las bases mastica bronca por el reconocimiento de Mariano Recalde de que en el Senado había una negociación en marcha para votar a Ariel Lijo para la Corte Suprema Justicia de la Nación, supuestamente a cambio de una ampliación de los números de sus integrantes; a las diferencias públicas de José Mayans y Cristina Fernández de  Kirchner, se agregaron una serie de chispazos entre Eduardo De Pedro y referentes del Frente Renovador, en una disputa que muestra un “chiquitaje” exasperante y que se suma a los cuestionamientos de un tal Guillermo Moreno, que en la última elección no pasó el piso electoral del 1,5% y que pretende peronizar a la vicepresidenta Victoria Villarruel, mientras discute la legitimidad política del gobernador Axel Kicillof. Too much.

Hoy, de alguna forma, el peronismo convive en una tensión sintetizada en dos máximas históricas. Una, al decir de Juan Domingo Perón, que afirmaba que los peronistas eran como los gatos, “parece que se pelean pero se están reproduciendo” y la otra que establece que el peronismo, lejos del poder tiende a la atomización.

Con una derrota a cuestas de hace apenas nueves meses, con sectores que no terminan de asumir las responsabilidades de la gestión anterior, un ex presidente atravesado por una denuncia de alto impacto, con una Confederación General del Trabajo que como el tero, grita contra la represión a jubilados, pero negocia en silencio con el oficialismo, y gobernadores que navegan a dos aguas entre el eterno provincialismo de cuidar el territorio y las necesidades que la gestión impone. Sobresale la unidad demostrada hasta ahora en el ámbito legislativo a la hora de las votaciones, donde se han impuesto algunos límites al libertarismo gobernante. Nada más, pero nada menos que eso.

Pero quien se lleva las palmas de un internismo cada vez más violento es el oficialismo libertario. Ya no hablamos de visita a genocidas y de diputadas sacándole el cuerpo al asunto o de diferencias por puestos de poder. Acusaciones entre legisladoras que merecerían que, si resultaran simple famosos, tuvieran una enorme cobertura en programas de chimentos; un senador como Francisco Paoltroni que va contra el asesor Santiago Caputo (que integra el triángulo de hierro), acusándolo de resultar un personaje "con mucho poder que está haciendo un gran daño” y una vicepresidenta cada vez más decidida a mostrarse con un proyecto propio, reflejan el recorrido oficialista de la última semana de agosto.

En el caso libertario las desavenencias vienen en un formato novedoso ya que no son producto de los cuestionamientos a una realidad social cada vez más acuciante para la mayoría de los argentinos, sino del mismo formato que le dio vida y que se sintetizan en dos razones: la forma en que se armaron las listas para cargos legislativos (venta de candidaturas, lo cual ha reconocido el propio Paoltroni) y el tipo de liderazgo que encarna Javier Milei quien, como hemos dicho ya en no pocas ocasiones, aborrece de cualquier forma que lo emparente con el “hacer política”, lo cual supone un constante equilibrio entre intereses cruzados, incluso de los que resultan propios.

https://x.com/lilialemoine/status/1829749189447713219

Si hoy La Libertad Avanza aparece como una estructura política desordenada, donde cotidianamente vemos disputas de todo tipo, es porque de alguna manera representa la personalidad de su líder. Milei a veces niega a los demás una forma ordenada de relacionamiento político y en la mayoría de las ocasiones la construcción la delega en terceros. De acuerdo a quienes sean esos nombres propios el diálogo podrá o no ser más efectivo, llegando a necesitar como en el caso de la reunión de ayer con diputados aliados, conducir él mismo las reuniones. En ese “laissez faire, laissez passer” (dejar pasar, dejar hacer) el libertarismo va.

En resumen, lo que caracteriza a este momento de la vida político partidaria argenta es una especie de atomización mayúscula que ya no alcanza al conjunto de las oposiciones sino que se proyecta sobre el propio oficialismo. Quedan, de alguna manera, dos hipótesis de trabajo para plantear en formato de preguntas.

La primera es, si resultara válida la idea de un peronismo que se atomiza en lejanía del poder, en qué medida el conjunto del sistema partidario no se ha peronizado a la usanza de un par de década atrás, teniendo el ejemplo claro de un 2003 donde hubo que habilitar un sistema de neolemas para las elecciones de aquel año.

La disputa de todos contra todos, cambiante, oscilante y oportunista parece prevalecer en un formato que ya no se limita a los devaneos circunstanciales del Congreso con acuerdos circunscriptos a cada ley en particular, sino a una forma de entender el juego grande de la política. Una pregunta como al pasar: ¿el proyecto de Boleta Única que espera ser aprobado por este tiempo, no potencia esas prácticas? Seguimos.

La segunda hipótesis viene a cuestionar una forma de abordar el análisis político de este tiempo. Resulta muy común escuchar que los evidentes problemas de representación, y no nos referimos a la satisfacción de cierta materialidad, son producto de una política (como sector) que no sabe desentrañar lo que la sociedad reclama.

En la secuencia clásica e histórica, los sistemas de partidos fueron evolucionando desde el partido de notables (donde prevalecía una figura reconocida de la comunidad), el partido de masas que se sustanció en el siglo XX y donde iban surgiendo distintos liderazgos, para llegar a finales de ese centenio donde surgió el sistema “atrapa todo” donde los partidos perdían identificación política a cambio de ser más amplios en su propuesta electoral. Cada uno de esos tipos ideales (al decir weberiano) se fue consustanciando de la mano de los cambios sociales.

Corresponde saber entonces, si esta híper ideologización que propone la extrema derecha gobernante, combinada con altas dosis de atomización opositora, no es parte representativa de una sociedad que, en su mayoría, mira para otro lado. ¿Debe cambiar la política o cambió la sociedad?

Ejemplos al pasar. Una ministra no reparte alimentos a punto de vencerse con orden judicial incluida; en nombre del superávit fiscal se niega medicamentos a enfermos terminales; se produce una masiva protesta por el desfinanciamiento en el funcionamiento de las universidades, pero no se acompaña el reclamo salarial de trabajadores de la educación; los jubilados son reprimidos con violencia y buena parte de los comentarios en redes (no trolls) refieren a reivindicar lo actuado por las fuerzas de seguridad. A horas de conocido el veto presidencial sobre la reforma en la movilidad jubilatoria, ¿habrá un costo político para el oficialismo? ¿Dónde se trasunta, quien lo vehiculiza?

Preguntas que no tienen la intención de mostrar desánimo ni mucho menos, sino que se circunscriben a la idea de entender que la propuesta neo conservadora libertaria encontró una sustanciación en sectores sociales que, probablemente, hayan cambiado en ciertas cosmovisiones. El desafío está en descubrir cuánto hay de superficial y cuánto de profundo.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

]]>
hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 01 Sep 2024 09:00:41 -0300
Días de furia https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6897-dias-de-furia https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6897-dias-de-furia Días de furia

No lo soñé,
ibas corriendo la deriva.
No lo soñé,
los ojos ciegos bien abiertos,
no mires por favor,
y no prendas la luz,
la imagen te desfiguró…

“Jijiji” - Patricio Rey y los Redonditos de Ricota

La oralidad y la gestualidad presidencial exhibidas en la tardecita rosarina del día viernes, en el marco del 140º aniversario de la fundación de la Bolsa de Comercio de Rosario, actuaron como reflejo de lo que fue, en términos institucionales, la peor semana libertaria desde el 10 de diciembre de 2023. Si bien los vaivenes políticos, actuaban como limitantes que determinaron que la Ley Bases fuera el único proyecto oficialista aprobado en los primeros seis meses de gestión, el libertarismo nunca había sufrido una serie de derrotas tan contundentes y en tan poco tiempo en el plano legislativo. Inexperiencia, una sobreactuación fungiendo con más fortaleza de la que verdaderamente se tiene y una interna cada vez más violenta, le dieron marco a una tríada de derrotas impensadas hasta hace pocas semanas atrás. Pasen y vean. Recorrido de días de furia libertaria que prometen continuar. Sean todos y todas bienvenidas.

Lo primero que debe señalarse es que por más sorpresivas que nos parezcan, ninguna de las tres derrotas son reflejo de un arrebato opositor. Cada una de ellas tiene un anclaje en un pasado reciente y se fueron cimentando al calor de un clima social que todos los días empeora un poco más y de la mano de un presidente que cree que “hacer política” es mala palabra y que el reino de las redes es el más perfecto ágora de este atribulado siglo XXI que habitamos.

De alguna manera, ese pasado reciente condena al libertarismo quien ha imaginado que la síntesis de manejo de chequera como forma de disciplinamiento, atomización partidaria opositora (con su consecuente falta de liderazgo) y un estilo presidencial dominante (en la imagen hacia afuera), eran factores que de manera permanente le jugarían a su favor.

Pero hay un detalle. Buena parte de los problemas de los otros, también le son propios. A veces con “la plata” no alcanza, la venta de candidaturas libertarias del 2023 condiciona cierto desarrollo político armónico y si el liderazgo se ejerce delegando la construcción en terceros, que no son votados y que en algún caso tampoco aceptan contar con firmas que le imponga responsabilidades, va de suyo que los problemas comenzarán más temprano que tarde.

En el caso de la designación de un opositor como Martín Losteau al frente de la Comisión Bicameral de Inteligencia, demuestra lo que venimos diciendo líneas más arriba: el acuerdo con el PRO para la designación del senador Martín Goerling, ya estaba planteado desde comienzos de año. Cierta testarudez, el imaginar escenarios no volátiles en la política argentina (ja!, qué ilusos) y la discusión por los nombres propios entre la ministra de Seguridad Patricia Bullrich y el asesor Santiago Caputo, hombre que, según el presidente Javier Milei cuenta con un coeficiente intelectual por encima de la media, pero que en este caso no se aplicó en su epidermis política, fueron construyendo un camino que supo tomar la oposición encarnada en parte del radicalismo y del peronismo.

A su manera, y en vinculación con el DNU que habilitó los $100.000.000.000 (perdón por abusar de los ceros querido lector, estimada lectora), el oficialismo quiso comerse el chancho antes de cazarlo. En la relación del tema comisión bicameral - DNU 656/2024, hay un error de tiempos: el Poder Ejecutivo Nacional habilitó un gasto vía una medida normativa que queda sujeta a revisión del Congreso, sobre el cual no sólo que no tiene mayoría sino que sólo cuenta con el 15% del total de legisladores, sin contar siquiera, con el manejo de la comisión que ejerce el control sobre esos gastos. Una especie de pequeña tormenta perfecta veraniega de nuestras infancias, cuando no existía la sofisticación actual en la pronosticación del tiempo y que nos sorprendía sin resguardo.

Vale la pregunta si fue inexperiencia política o presumir de una fortaleza que no se tiene. Tal vez la respuesta venga de la mano que ambas situaciones no resultan excluyentes una de la otra, asomando como una cuestión más estructural algo que venimos planteando desde hace meses en los micrófonos de AM1330 y en las páginas de Fundamentar: los acuerdos parlamentarios son meramente coyunturales y se aplican tema por tema, momento a momento y de acuerdo a mayorías siempre circunstanciales. ¿O acaso alguien tiene la certeza, hoy, a partir de los devaneos macristas, de lo que pueda suceder en el Senado de la Nación con el ya mencionado DNU? Todo ello debiendo tenerse presente que para que el mencionado instrumento (creado con la reforma constitucional de 1994) no se aplique, debe ser rechazado por el pleno de ambas cámaras.

Por su parte la reforma de la movilidad jubilatoria, que aparece como la tercera derrota parlamentaria de la semana, también es parte de un reclamo que no es reciente. Cuando el Gobierno actualizó la nueva fórmula (oooootra vez vía DNU) no escuchó el reclamo público que planteaba las diferencias de un 8% sobre el reajuste de comienzos de año.

La contundencia de los números de la Cámara Alta en la votación del día jueves (61 a 8) hizo pensar al conjunto del sistema político que el oficialismo había recibido un golpe de proporciones inéditas y que el aporte de Mauricio Macri, quien había filtrado un diálogo interno vía zoom que afirmaba que el oficialismo los estaba “boludeando” desde hacía ocho meses, había sido determinante para esa circunstancia y para el futuro inmediato.

No faltaron los voceros mediáticos del macrismo, ni buena parte de la dirigencia amarilla que salió a reivindicar la prevalencia del ex presidente en el gran juego de la política argentina, de cómo con un solo movimiento había dado una señal casi definitoria para el mundillo libertario, sin dejar de especular sobre el futuro electoral del hijo de Franco.

Pero todo se deshizo en menos de 24 horas. Con otro movimiento inentendible para muchos, Mauricio lo hizo de nuevo: vía redes salió a respaldar el anunciado veto presidencial a la reforma jubilatoria escudándose en su anti kirchnerismo congénito, a la vez que dejaba en posición adelantada (utilizamos las metáforas futboleras que tanto gustan al personaje en cuestión) a no pocos dirigentes aliados y del mismísimo PRO.

Por estas horas resulta complejo desentrañar los motivos de la jugada del ex presidente. El péndulo decisional ¿es una señal para gravitar y forzar un hipotético acuerdo con el mileismo y así llegar a ocupar cargos de relevancia en el Poder Ejecutivo?, o ¿es una forma de presión para cerrar “negocios” políticos (la circunstancia del nombramiento de Lijo a la Corte Suprema de Justicia de la Nación no puede ser descartada) o empresariales (Hidrovía)? Probablemente, el correr de los días nos alumbre las dudas, pero quedan expuestas dos consecuencias y un par de preguntas del accionar del ex primer mandatario:

·         Rápidamente afectó buena parte del escaso capital político que le quedaba, con una acción muy difícil de defender para los propios.

·         A partir de ello, generó un tembladeral que alcanza a viejos aliados que no están nada felices con la suposición de que Mauricio los haya utilizado por un interés personal de negocios particulares.

·         El apoyo al veto a la reforma de la movilidad jubilatoria, ¿es un placebo para el mileismo a los fines de mostrarse equidistante de ciertas derrotas institucionales que podrían plantearse en el futuro?

·         Si el Congreso quisiera insistir con las dos terceras partes de los votos para romper el inminente veto presidencial, ¿quedará disminuido en los números a partir de lo anunciado en la noche del jueves? Dudas para la almohada y el diván, mis queridos chichipíos.

La crisis mileista no refiere solamente a la derrota que le infringieron los opositores amigables y de los otros. Se sustancia, como dijimos al principio, en que pareciera que nadie hace política (en serio) en el gobierno: Karina Milei aparece más preocupada por el armado nacional de cara al 2025 y por imponer a los más cercanos en todo el organigrama de poder; el Jefe de Gabinete Guillermo Francos, que tanto fue reivindicado por la muñeca política que mostró para la aprobación de la Ley Bases, brilla por su ausencia; Santiago Caputo, contrariado por varias situaciones internas que le restaron poder, viajó al sur para vacacionar en la peor semana del mileismo y, de alguna manera, los aliados de a poco comienzan a descubrir que no cuentan con interlocutores de peso para llevar adelante la gestión.

Con lo anterior, vaya de ejemplo lo padecido por el ministro santafesino Lisandro Enrico (Obras Públicas) que hasta hace unas pocas semanas, reivindicaba un acuerdo con autoridades nacionales en lo referente a obras de infraestructura, que hasta ahora no se ha cumplido, que nadie le atiende el teléfono, dejando saber a los voceros mediáticos santafesinos, siempre atentos a ciertas preocupaciones de los oficialismos vernáculos, que el pobre funcionario debió viajar nueves veces a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, sin éxito alguno. Cosas que pasan.

De a poco, las redes ya no parecen alcanzar. Comienzan a surgir estudios donde la incidencia de los trolls ya no es lo que era porque, parece, que malaria mata relato. Vaya novedad.

También de a poco, el oficialismo comienza a perder inmunidad en su escudo protector. Algunas balas comienzan a entrar y lo mostrado en la tardecita rosarina del viernes resulta un claro ejemplo de un gobierno que se habla a sí mismo: invitado para la celebración de una entidad que se vincula con la producción primaria, con la presencia de múltiples actores institucionales, gobernador e intendente incluidos, empresarios y supuestos inversores, el primer mandatario destinó todo su tiempo de alocución a hablar de la reforma jubilatoria, no quiso escuchar los discursos del anfitrión Miguel Simioni, de Pablo Javkin y de Maximiliano Pullaro (no llegó tarde, estaba en el edificio), no se vinculó con los escasos partidarios que fueron a “bancarlo” y forzó un operativo de seguridad que denuda una enorme debilidad a la hora del face to face con la población.

“Los ojos ciegos bien abiertos” se canta en el pogo más grande del mundo y aunque todo parece indicar que para la deriva falta bastante, el deterioro económico de la mayoría de la población, la terquedad oficialista, las remanidas apelaciones  a la casta como forma de legitimación política y cierto aislamiento cada vez más evidente, demuestran que agosto de 2024 poco tiene que ver con diciembre de 2023. Los días de furia así lo demuestran. Con denuncias de violencia de género entre diputados y diputadas libertarios incluidos.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

]]>
hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 25 Aug 2024 11:07:46 -0300
Saber o no saber. ¿Esa es la cuestión? https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6885-saber-o-no-saber-esa-es-la-cuestion https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6885-saber-o-no-saber-esa-es-la-cuestion Saber o no saber. ¿Esa es la cuestión?

Ya no siento el fuego, voy quedando ciego.
Y no lo sé, no lo sé.
La verdad es esta y a veces me cuesta comprender,
Que no la sé, no la sé…

“Poco” - No Te Va Gustar

Un ex presidente que poco tenía de relevancia política denunciado por violencia de género. Una víctima que resulta re victimizada con la publicación de fotos, incluso por medios y personajes que se dicen defender a la mujer de las atrocidades del patriarcado. Un Poder Judicial que sobreactúa una prolijidad que no tiene. Un sistema político que sintió el impacto en múltiples direcciones y puso en práctica el consiguiente carancheo de ocasión en redes y medios. Todo eso dejó la segunda semana de agosto que prometía darle visibilidad a una enorme movilización de los sectores más perjudicados del modelo mileista y a poner blanco sobre negro las visitas a represores detenidos en cárceles federales por parte de legisladores que buscan consagrar un nuevo capítulo de impunidad. Comodoro Py lo hizo de nuevo. Pasen y vean. Sean todos y todas bienvenidas.

En el plano interno, Alberto Fernández se había transformado en un muerto político. Su mayor visibilidad radicaba en contestar vía redes (asertivamente), muchas de las mentiras esgrimidas por el presidente Javier Milei a la hora de hablar de la herencia recibida o de defender su gestión. No era una figura relevante y el capital político que otrora había sabido construir, se había esfumado de manera evidente.

Había llegado a la presidencia de la mano de una genial jugada política de Cristina Fernández de Kirchner a la que el conjunto del movimiento nacional y popular se alineó. Más allá de las reinterpretaciones de esta hora (no deja de resultar llamativo como algunos corren el cuerpo), su elección como candidato expresaba, supuestamente, el deseo de atravesar un tiempo distinto que debía recorrerse en la Argentina en general y en el peronismo en particular: hombre de dialogo reconocido que estuviera lejos de ciertos “extremos”.

El fracaso de su gestión, por múltiples razones que huelgan explicar aquí, lo puso en un lugar de retiro irremediable. En términos políticos, las denuncias de su ex esposa Fabiola Yañez sobre violencia de género, no hace más que reforzar un ostracismo que ya estaba consumado. Más allá del evidente impacto social, de la indignación y la bronca popular por lo que la situación expresa, también hay un transcurrir en un segundo plano de sentimientos que se desgranan sobre todo lo que tenga tufillo a nacional y popular.

Más temprano que tarde aparecieron las acusaciones sobre los votantes del Frente de Todos de 2019, por haber votado a una persona que ejerció la violencia de género y que, además, habría utilizado ciertos recursos de poder para obtener diversos favores sexuales de otras mujeres.

La acusación se cae por el peso de su propia miopía que expone además un prejuicio político de proporciones. En 2019, en el cuatrienio que duró su administración y hasta la publicación en “exclusiva” del diario Clarín del domingo pasado, ni propios ni extraños sabían lo que había sucedido con la ex primera dama.

El hostigamiento aparece (y aparecerán) sobre todo aquello que puedan expresar el peronismo y el movimiento feminista. No faltaron las argumentaciones, bastante berretas por cierto, que el aumento de los casos de violencia contra mujeres, era un claro ejemplo del fracaso del ministerio y que su creación obedecía a un oscuro interés del manejo de una caja más para la política.

Es tan pueril el argumento que, por ejemplo, al producirse un incremento de casos de robos o de amedrentamiento público de bandas narcos, deberían cerrarse los ministerios de seguridad y desplazar a cualquier idea de control policial que se precie.

El caso Alberto Fernández le sirve al conglomerado de una derecha que en la Argentina incluye a lo que hoy pueda expresar el desvencijado PRO, a un radicalismo culposo que bate parches contra cierto accionar oficialista pero que le corre el cuerpo a tomar decisiones institucionales que le otorgue cierta dignidad política y un libertarismo que no da pie con bola en la gestión de la administración de la economía y donde mes a mes notamos que los reiterados anuncios de recuperación sólo ocurren en la imaginación del presidente y en la de su ministro Luis Caputo. En la semana que se va, INDEC dio los datos de la economía real de Junio: en términos interanuales, industria cayó un 20% y la construcción 35%, datos que no pueden dejar de vincularse con un incremento exponencial de la pobreza que, según la UCA, ya habría trepado al 55%. Fin.

La gran pregunta refiere a qué hacer con aquello que sabemos. Si el peronismo y el feminismo deben hacerse cargo de lidiar con los hechos conocidos hace poco menos de una semana, a los catadores de violencia de género de ocasión cabe preguntarles qué deberían hacer con un líder que hace de la misoginia un práctica cotidiana vía redes, que no tolera desde siempre la re pregunta, y mucho menos si viene de parte de una mujer.

Habrá que preguntarles también, a los seguidores que le queden a Mauricio Macri, cómo justifican haber votado, sabiendo de antemano que el hijo de Franco en 2015 fue candidato por una causa en la que fue desprocesado un día antes de asumir.

Si hasta hace horas, los medios se regodeaban con la miserabilidad del caso Loan, pasando a formar parte de un espectáculo vergonzoso, ese camino le tocará recorrerlo a Alberto Fernández y todo lo que él pueda representar junto al peronismo que le dio apoyo. Estamos ante las puertas de un nuevo Nisman que hasta hace semanas, era resucitado una y otra vez cuando Comodoro Py y sus aliados así lo requerían.

Debemos prepararnos para una nueva versión de la política como espectáculo. Cuando la información que circula en el espacio público, convoca en un mismo plano a un programa chimentero que al del análisis político, transformando en muy difusos los límites que los demarcan, estamos ante un problema de difícil solución, donde el riesgo de la reaparición en escena de que son todos iguales, son todo lo mismo, está a la vuelta de la esquina. El que se “vayan todos”, tal vez ya no nos resulte una frase pronunciada poco más de veinte años atrás.

En este sentido el aporte del juzgado ha sido fundamental. Primero por dar la “primicia” a un medio como Clarín, mientras se hacía correr la voz del cuidado que se había tenido para con la víctima al conocer la situación de manera casual a partir de una investigación judicial sobre el ex presidente sobre el tema seguros. Luego, por la aparición en “exclusiva” en Infobae de las fotos que muestran a Yañez golpeada y finalmente por dejar trascender que existen otros videos que comprometen aún más en términos éticos a Fernández.

En todo caso no debería olvidarse que el juez Julián Ercolini, a cargo ahora de ambas causas, seguro y violencia de género, es uno de los protagonistas del viaje a Lago Escondido, sospechado de haber sido financiado por Clarín; fue quien procesó a Crístobal López y Fabián de Souza por el caso Oil Combustibles (luego fueron liberados de toda responsabilidad por la Cámara de Apelación); sobreseyó sin indagar a los dueños de La Nación y Clarín por la causa Papel Prensa y ordenó la detención del ex secretario de Transporte Ricardo Jaime. De alguna extraña manera (o no tanto), Comodoro Py sigue fungiendo de ordenador del sistema político argentino.

Insistimos con la pregunta original. Si Alberto Fernández ha generado una defraudación que supera ampliamente aquella foto de Olivos en la pandemia y ha aportado de manera decisiva a ese sentimiento de no saber, ¿qué hacemos con lo que sabemos?

Lo primero que debe decirse es que si la indignación circula por estos rincones del mundo, deviene de un tiempo social donde ya no se toleran gratuitamente las consecuencias del patriarcado y donde, desde hace unos cuantos años, el movimiento nacional y popular supo interpelar a algunas nuevas demandas sociales. La tarde noche del 3 de junio de 2015 no fue un día más para las argentinas y los argentinos y si esta sociedad, la nuestra, por ejemplo, llegó a legitimar la sanción de la interrupción voluntaria del embarazo, es porque hubo un movimiento subterráneo que le dio sentido.

Lo segundo a plantear es que tal vez sean tiempos de abandonar las estrategias de los dedos iluminados, donde se eligen candidatos que con el paso del tiempo terminan abjurando de todo aquello que decían reivindicar. En los últimos días fueron profusos los comentarios de lo que el peronismo debía hacer para superar el momento actual: derrotados electoralmente, sin un liderazgo ya palpable y golpeado anímicamente por haber apostado por una especie de topo político que, mientras institucionalizaba leyes transformadoras, ejercía de golpeador y maltratador de su compañera de vida.

En una de sus últimas composiciones, un señor que anda estrenando bastones y que ha dejado de recorrer escenarios, dice que el amor además de un sentir, es una idea. Con algo de esa tensión ha convivido desde siempre el peronismo, que puede ser explicado desde la síntesis que expresaba “Sinfonía de un sentimiento” de Leonardo Fabio, pero con la base de una ideología que pone a los que menos tienen en el centro de la escena. La violencia machista sigue estando allí y las necesidades económicas acrecentadas, también. Será cuestión de escarbar en ciertas profundidades y volver a las fuentes. Aunque más no sea para seguir sintiendo el fuego y no quedarse ciego.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

]]>
hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 11 Aug 2024 09:21:06 -0300
Sorpresas https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6876-sorpresas https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6876-sorpresas Parte de "La Sorpresa"

…Y tropezando se fue cantando desafina'o,
el coro que aquí les traje y del mensaje de mi canción.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida' ¡ay, Dios!.
La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida' ¡ay, Dios!
Pedro Navaja suerte saldada y bocón…

“Pedro Navaja”. Ruben Blades.

Mientras el gobierno de Javier Milei recurre de manera cada vez más insistente a publinotas en medios afines, pasan cosas. Algunas se repiten sistemáticamente: más allá de las reuniones y fotos con buenos deseos, los organismos internacionales no aportan ni un solo dólar, los mercados parecen haber encontrado la cotización del blue en torno de los $1450 y todas las variables de la economía real dan para abajo, cumpliendo nuevos records mes a mes. Pero también aparecen algunas novedades sorpresivas. En esta semana que acaba de concluir, el portazo cegetista y la amenaza opositora a rechazar el decreto que le habilita fondos reservados a la nueva / vieja SIDE, aparecen como limitantes al accionar de un gobierno que hace acting del diálogo, pero que tiene enormes dificultades para cumplir aquello que se negocia. Pasen y vean. Recorrido por días desventurados para el institucionalismo mileista y que el glamour parisino no alcanza a ocultar. Sean bienvenidas y bienvenidos.

Una de las sorpresas vino de la mano de la central obrera más grande del país. Sentados a la mesa de negociaciones con empresarios y el gobierno, los popes sindicales dieron otro ejemplo de real politik cuando en el plenario del día jueves decidieron dejar de participar de los encuentros del Diálogo Social.

Desde la llegada de Mauricio Macri al poder, ha quedado expuesta una división cegetista que se resume en un sector dialoguista y en otro más confrontativo. Entre los primeros, encontramos referentes de la talla de Andrés Rodríguez (UPCN), Armando Cavalieri (Empleados de Comercio) y Gerardo Martínez (UOCRA). Entre los segundos, la voz cantante la llevan Pablo Moyano (Camioneros), Sergio Palazzo (Bancarios) y Abel Furlán (Metalúrgicos). Cada uno de ellos tiene un accionar histórico, no resultando casual que, ante un modelo económico que deja de lado el interés por la economía real, los dirigentes que vienen de actividades ligadas a cierto tipo de producción tengan perfiles más críticos.  

Pero las razones de la “sorpresita” cegetista no hay que buscarlas allí. Un salario mínimo de montos irrisorios decidido en la semana, donde el laudo estatal terminó favoreciendo al sector empresarial; la reglamentación del renovado impuesto a las ganancias que dejó claramente disconformes a los popes sindicales y la reforma laboral que habilita la artimaña de los “emprendedores” que se desarrollan en ámbitos laborales de hasta cinco personas, resultaron las razones verdaderas de por qué el sector dialoguista debió ceder en el plano interno.

La queja anida en un déficit estructural  del gobierno: la imposibilidad de cumplir algunos acuerdos (a estas alturas de la administración ya podemos afirmarlo). Internismo extremo, desidia de gestión y el infantilismo político de no negociar con la “casta”, suelen ser las razones que dinamitan cualquier forma de diálogo. El ADN libertario supone que una eficaz gestión política hace prevalecer (exclusivamente) las ideas propias y por lo tanto, ciertas decisiones se apalancan en el desdén por todo aquello que no le es propio.

Por todo ello el oficialismo demoró más de seis meses en obtener la primera ley de su interés, pudo firmar el Pacto de Mayo recién en Julio, como así tampoco termina de contar con la anuencia de determinados bloques de poder que, si bien resultan muy cercanos en su visión ideológica de la economía y de la vida en comunidad, no terminan de sentirse parte de un proyecto político que convive con una interna cada vez más visible y que sólo se justifica desde la supuesta infalibilidad del trío Milei - Milei - Caputo (Santiago).

Y en esa infalibilidad se sustenta el anuncio gubernamental de otorgar la friolera de $100.000.000.000 (cien mil millones de pesos) de fondos reservados de la nueva SIDE, suponiendo erróneamente que sectores de la inteligencia que históricamente han jugado como átomos libres, puedan ser conducidos por un proyecto político en particular.

Más allá de esta inocentada, resulta evidente que el gobierno necesita de servicios de inteligencia que actúen en favor de sus intereses y no necesariamente del conjunto de los argentinos. El sentido es claro: en una estructura política que hace del manejo de redes y del doxeo una de sus razones de ser, todo lo que provenga del oscuro mundo del espionaje, le será funcional a sus deseos.

Hasta el formato de conducción que ha elegido para la nueva / vieja SIDE resulta ser coincidente con ciertas formas “vidriosas”: la fuerza es conducida en los hechos por Santiago Caputo, hombre que funge de asesor estrella, que no ostenta ningún cargo público, que no pone la firma en ningún papel y que, seguramente, en el futuro no deberá responder por ningún acto que sea de su responsabilidad. Un hombre muy sagaz por cierto. Aunque no pudiera evitar en la semana, que una cuenta de X al cual se lo vinculaba como propia, fuera suspendida por un ataque violento contra el ex presidente Macri.

Como nunca en cuarenta años de democracia, los argentinos y las argentinas nos enfrentamos al riesgo de ver severamente disminuidos nuestros márgenes de libertad. Si en la administración Macri el espionaje era parte de un recurso que fluía en favor de los intereses del primer mandatario (bien lo saben, por ejemplo, los familiares de la tripulación del ARA San Juan), pero que nunca era mostrado como un activo público, en los  tiempos que corren se plantea una especie de re versión. Como bien lo demuestra esta investigación de la Revista Crisis, ya no hablamos del espionaje como un insumo para la extorsión hacia personajes públicos a los cuales coaccionar, sino de una forma de amedrentamiento que tiene en el mundo digital su punto de inicio, pero que se comienza a proyectar a ataques de cuerpo presente.

Que un gobierno cuente con el uso discrecional de semejante millonada para el espionaje sin control, resulta una afrenta para una sociedad que se dice democrática. Pero que además lo lleve adelante esta gestión representa un riesgo de proporciones inéditas.

El
El "Tata" Yofre le puso el cuerpo al video del gobierno por el 24 de marzo.

Algo de ello deben haber entendido los opositores amigables que ya hicieron saber que estarían dispuestos a no aprobar el DNU 656/2024 que habilita la vuelta de los fondos reservados. Hacemos Coalición Federal y la Coalición Cívica se unirían al peronismo en el detalle de hacer número para conseguir quorum para su tratamiento. Y de allí sólo queda un tris para aplicarle una derrota legislativa al gobierno.

Un detalle como al pasar. Si utilizamos los potenciales es porque esos sectores opositores han sido permeables a ciertas lógicas oficialistas, sin dejar de tener en cuenta que quejarse ahora de ciertas prácticas gubernamentales, luego de haber habilitado, vía Ley Bases, las facultades delegadas, se parece bastante a un juego contradictorio en sí mismo.

Pero en paralelo, el mileismo convive con un desgaste cada vez más evidente. Tres factores lo generan.

·         La interna con la vicepresidenta quien, a diferencia de otros colegas del pasado, sí cuenta con un proyecto de poder, basado en un nacionalismo con un penetrante olor a naftalina, que no trepida en desatar conflictos internacionales, y con la reivindicación a cuestas del accionar de la última dictadura.

·         La mala gestión de la cosa pública que vaya más allá de la grandilocuencia. Cuando se revisa sector por sector, aparece el fenómeno de una falta evidente de cuadros técnicos que le otorguen densidad a la administración. En la semana que pasó tuvimos un ejemplo más: la supuesta disminución del cepo, una medida que trató de ganar visibilidad en los grandes títulos de portales, ya que habilita la compra de dólares a quienes hayan recibido ayuda del Estado y que, hasta ahora, estaban bloqueados. La medida tuvo cero impacto porque, honestamente, nadie que pueda y quiera ahorrar, hoy, en dólares, lo hará por el sistema oficial donde resulta más caro. Pero además, en el Ágora no existen las terceras líneas que expliquen el porqué de las cosas. Hasta el propio Jefe de Gabinete, hombre que supo mostrarse como alguien que “hace política”, ha salido de la cosa pública y sólo se le conoce trabajando en una reforma electoral intramuros.

·         Una economía real que no levanta. A falta de resultados, el gobierno, de la misma manera que lo hace con el famoso superávit fiscal, se empeña en mostrar indicadores que maneja a piaccere. En la semana se conoció el dato de que, medido el primer semestre, los ingresos de los trabajadores le habrían ganado a la inflación. El detalle que parecen omitir en el oficialismo a nivel nacional es el  25% de inflación del mes de diciembre, el cual resulta todo aplicable al actual gobierno a partir de la devaluación promovida. En un país como la Argentina, un poco de contabilidad creativa no se le niega a nadie, pero ese recurso no puede resultar permanente. Otro detalle como al pasar. No es el único oficialismo que aplica cierta lógica creativa: por la tierra del brigadier Estanislao López, los Pullaro boys reivindican ciertos números de manera parecida, pero omite el pago de una paritaria legal y legítima firmada por el gobierno anterior. Cosas que pasan.

Rubén Blades, el autor de “Pedro Navaja”, un año después de haber escrito semejante clásico de la salsa caribeña, compuso “Sorpresa”, una especie de segunda parte del tema que lo hiciera tan famoso. Allí el desafortunado ladrón revive, y se va cantando “estos novatos que creen, si este es mi barrio papá”. Habrá que ver si una CGT más contestataria y una oposición amigable que ya no lo sea tanto, no le terminan dando carnadura a los dichos del salsero panameño.

]]>
hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 28 Jul 2024 12:02:14 -0300
Efímero https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6872-efimero https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6872-efimero "Polvo en el viento"

Esto es efímero,
ahora efímero.
¡Como corre el tiempo!
Tic… tac efímero,
luces efímera,
(pero te creo…)

“Ya nadie va a escuchar tu remera” - Patricio Rey y los Redonditos de Ricota

Una cincuentena de funcionarios renunciados a poco más de siete meses de gestión. Centenares de cargos de la grilla estatal sin ser ocupados en las segundas y terceras líneas ministeriales. Asesores que publicitan públicamente sus diferencias y que con un simple mensaje en redes quedan fuera de la asesoría. Una gestión económica que hace gala de la frazada corta, reivindicando una sola variable de la macroeconomía. Y una nueva mini crisis en el cenáculo del poder a partir de las diferencias que surgen con algunas sobreactuaciones. Todo eso resume la semana de una gestión gubernamental que imaginaba que la sanción de la Ley Bases y la firma del desubicado Pacto de Mayo de Julio, le darían una estabilidad política de la que por ahora adolece. Pasen y vean. Recorrido por una semana donde, lo efímero se apropió de la lógica libertaria. Sean bienvenidos y bienvenidas.

Con la preocupación que había traído la suba del dólar blue, el fin de semana anterior resultó prolífico en anuncios. Para decirlo sencillo: el gobierno se disponía a utilizar reservas para contener el precio de la moneda extranjera. Pese al rechazo del Fondo Monetario Internacional (de quien ruega un préstamo contante y sonante que le de aire), de las dudas de los economistas del palo y del mirar para otro lado de una oposición cada vez más amigable; el oficialismo se embarcó en la aventura de frenar la cotización a cualquier costo. En el desandar bajaron las acciones de las empresas argentinas en las bolsas del mundo, subió el riesgo país a 1600 puntos y los bonos cayeron de manera estrepitosa. Toda la movida sirvió para lograr el modestísimo objetivo de que la cotización del billete americano bajara algo así como un 5%. Cuánto durará el “éxito” de la medida, nadie lo sabe a ciencia cierta.

En la continuidad y consolidación del propio relato, el binomio Milei - Caputo salió a celebrar una supuesta recuperación de la economía ya que, según lo informado por el Indec, medido junio 2023 contra junio 2024, la economía se habría recuperado en un 2%. Lo que obvia decir el relato libertario, es que al desagregarse por sectores, si se saca el aporte del sector primario, que doce meses atrás sufría la peor cosecha de su historia, el conjunto de la economía cae alrededor del 5%.

Todas las variables de la economía y todos los sectores dan para abajo. Algunos de manera inédita. Cotidianamente se confirma que los dichos gubernamentales de semanas atrás, donde se anuncian la buenaventura de una economía que comenzó a “rebotar”, es falso. La saga se complementa con las declaraciones del ministro Luis Caputo, quien no se caracteriza por su docencia comunicativa: en la semana salió a reivindicar que los argentinos deberíamos vender dólares para pagar impuestos y que, a partir de las medidas de este tiempo, el peso resultará fortalecido. Las preguntas entonces se caen por su propio peso: ¿Desde cuándo resulta una buena noticia desprenderse de ahorros para enfrentar gastos corrientes? Y por otro lado, ¿cuál sería el sentido de dolarizar?

Pero si hablamos de declaraciones con impacto, las afirmaciones del por entonces asesor presidencial y empresario textil Teddy Karagozian (“Yo no veo que la economía despegue”) en el programa del operador periodístico Eduardo Feimann que se emite en el canal La Nación +, hicieron el suficiente ruido como para que el líder del Consejo de Asesores de Presidencia Demian Reidel, anunciara su desvinculación.

Vale decir que ninguno de los protagonistas se cuece en el primer hervor y que si el siempre protegido empresario hizo las afirmaciones que hizo, con el tono y en el lugar que las hizo (es un secreto a voces que esa señal tiene fuertes vinculaciones con Mauricio Macri), es porque deseaba precipitar algunos hechos. La eyección de Karagozian se suma a la de semanas atrás de Fausto Spotorno, hombre que pertenece a la consultora propiedad de Orlando Ferreres quien afirmó que la oferta de Pases a Letras del Tesoro para los bancos, se parecía bastante al plan Bonex que había impuesto Erman González hace tres décadas atrás. Parece que las ideas de libertad no admiten disensos públicos y ciertas pertenencias duran la fugacidad de una oruga.

Pero no fueron las únicas sobreactuaciones de estos días. Con una muy mala lectura de cierta realidad social, el oficialismo trató de sacar cierto rédito político de una situación en la que resultó comprometido el futbolista Enzo Fernández, quien en las celebraciones por la obtención de la Copa América se auto filmó entonando una canción de neto corte racista, por cierto nada ajeno al mundillo del futbol argento de cada día.

Primero fue el, por entonces, subsecretario de Deportes de la Nación, Julio Garro, quien planteó que el pedido de disculpas debía hacerse extensivo al capitán del equipo, Lionel Messi. Luego, a partir de las críticas que recayeron sobre su persona, intentó negar los dichos en un verdadero papelón en redes. Efímero fue el paso por la gestión al igual que su eyección comunicada por el presidente vía la red social X.

Pero la cosa no quedó allí. La propia vicepresidenta Victoria Villarruel, haciendo gala de una nueva cuota de chauvinismo explícito, se lanzó con un mensaje que desataba un malestar con Francia, país al que el presidente visitará en unos pocos días cuando asista a la inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024, intentando capitalizar el triunfalismo que supone contar de nuestro lado con el éxito de la Scalonetta.

Rápida de reflejos y como parte de una interna cada vez más expuesta a la luz pública -y pese a dejar en posición adelantada a todo el trolleo libertario- la secretaria de la Presidencia, Karina Milei, se encargó de hacer circular la versión de que había visitado la embajada gala, para reunirse con su jefe diplomático, y así pedir las disculpas del caso, dejando trascender que la opinión de la hija del represor ya desaparecido, no era la del gobierno.

Lo que no dijeron la tía de Conan ni sus voceros mediáticos, es que el propio presidente de la Nación, durante la tarde de ese miércoles tan complicado, le había dado un “MG” a un twit de una cuenta que emitía un mensaje igual de ofensivo hacia el país gobernado por Emmanuel Macron. ¿Disculpas por la segunda en el organigrama institucional argentino? ¿O por el primero? Tal vez algún día lo sepamos. Pero parece que algunas afirmaciones en redes, también duran poco.

Y como en el mundo libertario, todo parece funcionar en un completo desorden, seis diputados de la Libertad Avanza no se privaron de sumar un nuevo escándalo institucional al haber visitado a un grupo de genocidas en la cárcel de Ezeiza, para apoyarlos en su pedido de detención domiciliaria. Avalados por el propio presidente de la Cámara, Martín Menem, quien habría puesto a disposición de sus colegas autos oficiales para el traslado, el bloque se asoma a una nueva crisis ya que un conjunto de integrantes del mismo, han comenzado a exigir alguna forma de sanción para los excursionistas de cárceles federales. El Poder Legislativo se encuentra de receso por las vacaciones de invierno, pero nadie puede asegurar del todo que a su vuelta no aparezcan novedades al respecto.

El silencio de Milei respecto al tema y la disputa desatada con su vicepresidenta, reflejan que la imagen de unidad que se intentó mostrar en el desfile del 9 de Julio sobre la Avenida Libertador en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde la dupla presidencial aparecía subida a un tanque, representa una puesta en escena antes que un hecho sustantivo de la realidad. Si la ausencia de Villarruel en el Pacto de Mayo en Julio había hecho ruido interno, los episodios de los últimos días confirman lo que el sistema político argentino ha demostrado con una matemática particularidad: las tensiones entre los presidentes y quienes le siguen en la línea de sucesión.

La potencia discursiva libertaria, el manejo de los recursos del Estado y aquello que el periodista Sebastián Lacunza bien sintetizó en un twit al afirmar que el problema no es un presidente sino la época que vivimos, imponen la fugacidad del hecho político.

Empeñado en desviar la atención de lo que resulta nodal de acuerdo a lo que fue prometido en campaña (hacer pagar el ajuste a la casta, levantar el cepo, cerrar el Banco Central, dolarizar, etc.), cotidianamente el mundo libertario nos proporciona “novedades” que parecen desafiar nuestra paciencia. En palabras de la poesía del epígrafe, hasta cuándo la sociedad seguirá “escuchando la remera” libertaria, es algo que no parece tener una fecha cierta. Tampoco, hasta cuándo le creerá.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

]]>
hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 20 Jul 2024 20:10:44 -0300
Fuego amigo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6865-fuego-amigo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6865-fuego-amigo Fuego amigo

Mientras buena parte de la política argentina se prepara para la foto del Pacto de Mayo que se realizará en Julio, en la vigilia de un nuevo aniversario del día de la Independencia, en la semana que se va esos mismos sectores quedaron condicionados por lo irremediable del fuego amigo: por lo que sucede en el presente, pero también por lo que pueda acontecer en el mediano plazo de la gestión. Mercados, internas y la llegada de un viejo conocido sintetizan una serie de disputas que no pueden ocultarse más allá de la potencia mediática libertaria para evitar ciertas diferencias. Pasen y vean. Sea todo el mundo bienvenido.

La preocupación gubernamental debió centrarse sobre los mercados, un sector que el mileismo y el propio Luis Caputo dicen conocer. El primero por una supuesta expertise y el segundo por formar parte del mismo desde hace varias décadas. El aumento del precio del dólar, la caída de los bonos y las acciones de empresas argentinas en las bolsas internacionales y el riesgo país superando la barrera de los 1500 puntos, obligaron a dar una forma de respuesta oficialista que vino de la mano del Jefe de Gabinete Guillermo Francos y del propio Javier Milei.

Como el mercado, según la lógica libertaria, es perfecto, sus principales voceros políticos, comunicacionales y de redes salieron a deslizar la responsabilidad de Sergio Massa sobre el deterioro de las variables antes comentadas. No deja de ser interesante a la vez de divertida, la acusación para un hombre que, siendo oposición silenciosa, siete meses después ha logrado tener un peso tan determinante en los mercados, pero a los cuales no habría podido domar durante su gestión, razón fundamental del triunfo mileista de noviembre.

La semana dejó dos certezas inocultables: que la ya famosa conferencia de prensa del dúo Caputo - Bausili del viernes 28 a la tarde no sirvió de mucho, generando más dudas en los hombres de negocios y que los preanuncios de que una vez sancionada la Ley Bases los mercados responderían de manera positiva, fue sólo una ilusión con muy poco sustento.

Dicen, los que dicen que saben, que la ausencia de anuncios de una fecha hipotética de salida del cepo, o en qué momento se cumplirá con la modesta promesa (comparada con la vocinglería electoral de dolarización y cierre del Banco Central), de reducir el impuesto País al 7,5%, han actuado como factores de la alteración comentada. Ni la institucionalidad que presupone la aprobación de la Ley Bases ni la próxima foto de Tucumán parece conformar a los operadores financieros. Quieren cash, algo que ya supo comentar Juan Carlos Pugliese hace unos 35 años atrás cuando afirmó que "les hablé con el corazón y me respondieron con el bolsillo”. Persiste un error histórico en el neoliberalismo argento, el cual se extiende a libertarismo de estos días: el pensar que poniendo a uno propio a cumplir ciertas funciones, garantizará alguna eficacia en el manejo de la cosa pública.

En concreto el gobierno se enfrenta a una segunda crisis en poco menos de 50 días, aunque cada una de ellas tenga sustancia y formas diferentes. La primera, la que surgió a partir de contar con cinco millones de kilos de alimentos sin repartir y que, guste o no, supo repechar la cuesta, tiene, si se quiere, un carácter moral. Siguiendo la definición de la Real Academia Española, no puede hablarse de negligencia (descuido). Con el correr de los días y las semanas supimos que el almacenamiento y fundamentalmente la no compra de alimentos desde el mismísimo 10 de diciembre de 2023 han obedecido a un plan en el cual el gobierno fue sorprendido y sobre el cual, es obvio, pagó un costo político.

Pero más allá de la inhumanidad de buena parte de ese funcionariado, también debe decirse que para un importante sector social que se siente representado por las ideas de la libertad, el tema no movió el amperímetro ya que no sufren de ese tipo de necesidades. Los medios oficialistas hicieron su parte, más allá de quedar expuestos al ridículo con sus idas y venidas, pero también, la presencia de los otros niveles del Estado, han contenido una situación que bien podría anticiparse como explosiva.

La nueva crisis de estos días, tiene otra impronta. No es moral, no tiene efecto inmediato, pero sí refiere a las expectativas, algo definitivamente básico para cualquier proyección económica y política. A partir del deterioro de la actividad económica (el comercio minorista tuvo una retracción del 7,3% para el mes de mayo), nadie está del todo seguro si los movimientos del dólar blue afectarán los precios de la economía real. Sí debe decirse que en los días que corren, el oficialismo puede terminar alcanzado por el mismo mal de buena parte de la dirigencia política tradicional que le permitió llegar al poder: hablar de una realidad distinta a lo que le sucede a sus votantes. “Atento Fioravanti”. Otra vez, perdón centenials y milenials. Nuevamente un consejo: googleen…

Pero si hablamos de crisis, en el mundo amarillo no las tienen todas consigo. La semana que se está yendo tuvo la virtud de mostrar a plena luz del día lo que era una disputa interna en el PRO, la cual se cocía a fuego lento y entre los pliegues de declaraciones vía off the record.

De un lado Mauricio Macri, que se resiste a perder la centralidad que tuvo en un partido que resultó construido a su imagen y semejanza y del otro Patricia Bullrich, que fiel a su historia política, ve con muy buenos ojos la posibilidad de formatear la relación entre La Libertad Avanza y el PRO a los tiempos que corren, con una unidad que los sintetice. Más allá de la cuestión semántica de los alcances o no de la fusión, la ministra de Seguridad pugna por una relación mucho más intensa entre ambos sectores, siendo ella quien cumpla la función de ariete de esos acuerdos. Para la ex montonera, Macri es historia.

Algo parecido desea el ex presidente, copando el gobierno con dirigentes propios, en la primera línea de la gestión y que le reporten de manera directa, situación que Milei ha sabido evitar. Aquí la discusión nada tiene de componente ideológico. Es de poder. El apoyo amarillo en el tratamiento de la Ley Bases, el reciente comunicado con críticas a la gestión libertaria emitido desde la Fundación Pensar conducido por María Eugenia Vidal, así lo demuestran.

Las declaraciones del presidente de la Fundación FIFA, reflejan un límite que puede aparecer en el corto plazo del tratamiento de ciertas leyes. También, de alguna manera, las disputas del jueves en el marco de la asamblea partidaria, donde se dejó afuera a Bullrich de la conducción luego de haberlo acordado algunas semanas atrás para evitar la interna, intentan fortalecer a una figura política que si bien cuenta con una pésima imagen pública, aún intenta prevalecer en el manejo de ciertos resortes.

La irrupción de LLA ha complicado en demasía a los designios de un espacio de centro derecha que se imaginaba discutiendo poder de manera sostenida con ciertos sectores del peronismo. Si a los libertarios les va bien, el PRO podría perder buena parte de su sustentación política. Pero si les va mal, los amarillos corren el riesgo de pagar un enorme costo político por su apoyo y cercanía. De allí cierta diferenciación sobreactuada de estos días que evite que el partido termine licuado al mejor estilo de lo sucedido con la Unión Cívica Radical, a partir de la ya histórica Convención de Gualeguaychú, allá por el año 2015.

Pero si hablamos de fuego amigo, también el futuro cercano presenta algunas hipótesis de conflicto. La demorada llegada de Federico Sturzenegger como ministro de Desregulación y Transformación del Estado, abre dos interrogantes de rigor. El primero es el que refiere a la relación con su ahora par Luis Caputo. No sólo que dentro de las 27 funciones que le asigna el decreto que fundamenta su designación, algunas pueden chocar en funciones que a cada uno le compete, sino que entre ambos, en términos históricos y actuales, la relación no es de las mejores. Celos, diferencias de estilos y enconos antiguos pondrán a prueba la capacidad del liderazgo de Milei en el día a día de la gestión. Todo un desafío.

El segundo, más estructural, y más allá del humo de tablón que traerá el proyecto de la “Ley Hojarasca”, independientemente de los nefastos antecedentes en la gestión del flamante funcionario, supone preguntarse si tendrá los elementos necesarios para la transformación que suele reivindicar. Algunas preguntas como al pasar: ¿cuenta con los equipos técnicos para ocupar aquellos lugares de la administración que la gestión libertaria aún no pudo, no quiso o no supo ocupar? En esa relación potencialmente conflictiva con Caputo, ¿alguien puede garantizar que contará con los recursos económicos necesarios para llevar adelante una supuesta modernización administrativa?

Más allá de cierta romantización con el pasado, los años veinte del siglo XXI no tienen nada que ver con la Reforma del Estado de los 90’, donde su esencia radicó, más allá de las privatizaciones, en la transferencia de servicios básicos como salud y educación a los Estados provinciales y municipales, en muchos casos sin los recursos suficientes. Hoy no hay joyas de la abuela, en parte porque algo de pudor le ha quedado a una oposición amigable que hasta ahora evitó las privatizaciones de empresas como YPF o Aerolíneas Argentinas, ni los mercados internacionales están dispuestos a prestar alegremente al conjunto de los argentinos.

Si el presidente se siente impresionado por la inteligencia artificial, la cual dice que utilizará para la transformación de la gestión del Estado, ese que odia porque supuestamente representa una asociación criminal, vale saber con qué recursos lo hará a la hora de reivindicar de manera obsesiva y bochornosa un déficit cero que garantiza un lindo dibujo financiero, pero deja de a pie el cuidado de cientos de miles de argentinos que necesitan de la ayuda del Estado.

Dando por sentado que en esta posmodernidad que nos engloba, existen palabras que tienen una connotación positiva que no merecen (cambio, revolución, reforma), convengamos que transformación no le va en zaga al asunto. El menemato y el gobierno que le prosiguió, supieron mucho de ello y la Argentina terminó en 2001 con una crisis de proporciones, a partir de haber desmontado muchos de los resortes de contención que un Estado de Bienestar light supo construir en nuestro país.

Los mercados enviaron una serie de señales que para el mundo libertario puede resultar un llamado de atención. Las diferencias en el principal aliado quedaron expuestas sin mucho pudor y podrían condicionar en el futuro mediato una gobernabilidad que, si bien se ha sostenido con alfileres, nadie puede negar de su eficacia. Y la llegada formal al gobierno de un hombre como Sturzenegger podría profundizar un escenario de disputas internas que, en siete meses de gestión, no han dejado de ser un dolor de cabeza para los hermanos Milei y el más joven de los Caputo, hombre clave en el entramado gubernamental. El fuego amigo, a veces, puede afectar más que la pericia de ciertos enemigos.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

]]>
hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 07 Jul 2024 12:10:05 -0300