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Fundamentar - Fundamentar https://fundamentar.com Fri, 29 Mar 2024 10:41:25 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Construcciones https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6753-construcciones https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6753-construcciones Construcciones

"Para construir un bello sueño es preciso, además,
ser lo bastante espabilado -cuando se da vuelta la fortuna-
para salir de entre las ruinas y hacer otro inmediatamente."

Para construir un bello sueño - Joan Manuel Serrat.

La semana trajo un abanico de novedades que dan por confirmado que el año electoral ha comenzado. Cambios en la jefatura de gabinete a nivel nacional, la “novedad” de la supuesta jubilada Elisa Carrió que anunció su pre, pre, pre candidatura a la presidencia de la Nación (no hay error de tipeo) y la salida del tercer ministro de Seguridad en Santa Fe en el lapso de dos años, le pusieron al sistema político, más calor del que de por sí trae Febrero. Octubre está en el horizonte y todos intentan construir su plataforma de despegue. Con distintas herramientas y métodos. Pasen y vean. Sean todos y todas bienvenidos.

El comienzo de la semana llegó con  una novedad que el presidente Alberto Fernández se guardó para sí mismo: en Tucumán confirmó la salida del Jefe de Gabinete Juan Manzur para hacerse cargo de la campaña electoral en su nuevo rol de candidato a vice gobernador de Osvaldo Jaldo.

Con la salida del sanmiguelino se produce la retirada de un hombre que, a sugerencia de Cristina Fernández de Kirchner, dejaba la gobernación tucumana para darle mayor espesura política a un gobierno que atravesaba una tradicional crisis luego de una dura derrota electoral. De paso, su arribo representaba un guiño para el conjunto de gobernadores peronistas, siempre muy activos a la hora de reclamar más peso en la toma de decisiones del ámbito nacional.

Poco de ello sucedió. La figura de Manzur se fue desdibujando con el correr de los meses, quedando atrapado en la vorágine de la administración que implica una Jefatura de Gabinete.

La noticia no dejó de tener impacto político y a partir de allí comenzó la habitual danza de nombres. Juan Manuel Olmos, actual segundo del tucumano, hombre de confianza del presidente y con diálogo aceitado con todos los sectores del justicialismo; Daniel Scioli un todo terreno que ha tenido la enorme virtud de mostrar siempre un espíritu político propositivo y Agustín Rossi, hombre de indudable referencia en el peronismo nacional desde 2005 hasta aquí; fueron los que han aparecido nominados.

Pese a que, hasta la mañana del sábado, aún no hay confirmación oficial, todo parece indicar que el santafesino cuenta con todos los boletos para la llegada a lo que sería el cargo más importante de su recorrido político.

Si Fernández optara por su designación, elegirá antes que nada a un militante. Rossi puede ser eyectado de un cargo ministerial de cierta relevancia y en pocos días estar sentado en una charla con vecinos de un barrio rosarino asolado por la pobreza y/o la violencia narco. Ha sabido reinventarse para seguir siendo protagonista en el plano nacional, mantiene buen diálogo con todos y resulta un hombre respetado por la militancia peronista que le reconoce un recorrido de lealtad y trabajo permanente.  

Si la llegada de Manzur se justificaba por las razones antes expuestas, situación que no se plasmó en los hechos, a partir del hipotético nombramiento del hombre nacido en Vera, puede esperarse una efectiva cristalización de ese deseo no alcanzado desde setiembre de 2021. Y eso será así, más allá de los gustos del algunos sectores o dirigentes.

El que no la ha tenido todas consigo en un momento donde debería estar mucho más dedicado a la construcción política de su candidato Roberto Mirabella, fue el gobernador santafesino Omar Perotti.

A tener que tragarse lo que puede ser el “sapo” del Chivo, (no olvidar nunca que la relación entre un jefe de gabinete y los gobernadores es estratégica para cualquier aspiración política de un oficialismo), se le agregó un nuevo pedido de renuncia a un ministro de Seguridad de la provincia. El tercero en poco más de dos años para ser más precisos.

Dicen, los que dicen que saben, que el detonante para echar a Rubén Rimoldi, radicó en el brutal asesinato del joven Lorenzo “Jimi” Altamirano en la mismísima puerta de ingreso del club Newell’s Old Boys. Las características del crimen, lo poco que ha podido mostrar la policía en materia investigativa hasta el momento y el anuncio ministerial de medidas judiciales que no se produjeron, aceleraron el proceso de salida de un ministro que había sido nombrado hace apenas seis meses, y que el mayor recuerdo que dejará, será el de haber protagonizado un papelón institucional con una subalterna, en sede parlamentaria, sobre la que no tenía conducción política alguna.

Perotti empieza a actuar con una lógica futbolera típicamente argentina: esa que muestra a los presidentes de los clubes que tienen problemas con el descenso y que cada cuatro meses cambian de director técnico, no aceptando que ciertos procesos llevan tiempo y, fundamentalmente, que los jugadores no se caracterizan por su habilidad deportiva. En Santa Fe la policía es parte del problema, y el que así no lo entienda estará partiendo de un error de base.

https://twitter.com/MCorach/status/1623498460178575360

El problema de Perotti, además de haber sido elegido para solucionar los problemas de sus comprovincianos, es que prometió “Paz y Orden” en 2019 como idea fuerza de campaña. Y de ciertos slogans no se vuelve tan fácilmente cuando se está en la gestión.

La pelea con Aníbal Fernández, definitivamente inconducente, esconde algo de verdad de ambas partes. Si bien las otras provincias no tienen el problema que se ha transformado en el drama de Rosario, cierto es que a situaciones especiales le corresponderían respuestas institucionales especiales y que no alcanzan con el cambio de nombre ministerial ni tampoco para que el control federal se circunscriba al centro rosarino.

Y además, como si todo esto fuera poco, el problema no es nuevo. Tiene más de una década de vigencia y si a alguien lo dejara tranquilo poner una fecha, habría que anclarla en el asesinato de Martin “Fantasma” Paz, a la luz pública, en una mañana sabatina en la zona de Entre Ríos y 27 de Febrero. A Perotti se lo puede acusar de ineficiente y de cierta negligencia, pero ciertas connivencias deben buscarse en otro lado.

Leer y escuchar a algunos dirigentes con responsabilidades políticas en la década anterior, sin sonrojarse y sugiriendo lo que el gobierno actual debe hacer, se parece y mucho, a una hipocresía hecha y derecha. Valga las cercanías y los acuerdo políticos frentistas.

https://twitter.com/maxipullaro/status/1623791753940676609

Jueces involucrados en serias sospechas, funcionaros judiciales eyectados de sus cargos, investigaciones que se mantuvieron en el seno de los tribunales ordinarios cuando debían ser sustanciadas en el fuero federal, punta de ovillos de denuncias que no se profundizaron y que alertaban sobre cierta connivencia con un sector de la política, son el combo previo a lo que hoy vive Rosario, demostrando que con fotos “supremas” no alcanza.

En el medio, Pablo Javkin, que luego de tres años ni siquiera ha dado inicio a la solución de algunos de los problemas más importantes de Rosario (transporte público, estado de las calles, etc.), en el intento de construcción de su precandidatura a gobernador, trata de mostrarse como la voz de los vecinos de una ciudad sobre la que poco hicieron sus antiguos socios políticos para que, efectivamente, no resultara estigmatizada. Por momentos su rol parece quedar opacado al de un mero comentarista de la realidad. Lo que no se comprende del todo es por qué, teniendo un plan para la inseguridad (como decía tener en la campaña de hace cuatro años) y teniendo un diálogo relativamente fluido con el gobernador, eso no se ha aplicado en el control policial de la calle. Cosas que este analista no alcanza a “descular”.

Y si hablamos de socios y socias supuesta y antiguamente progresistas de Javkin, no dejó de llamar la atención en el plano nacional, la afirmación de Elisa Carrió auto postulándose para competir por la presidencia de la Nación. Todo tan verificable como el humo que la sequía de La Niña nos legó.

La oriunda del Chaco busca incidir en la formación de listas que coloque a su alicaída Coalición Cívica en ciertos lugares expectantes del espectro de Cambiemos. También la incidencia en ciertas definiciones previas a los procesos electorales, supone una idea de construcción. Aunque en el caso de Carrió eso se parece bastante a una contradicción en si misma.

Las preguntas del cierre refieren a si el oficialismo tendrá margen para espabilarse y construir un nuevo sueño. Si una oposición jugando al desgaste permanente no resulta funcional a todo aquello que se declama como deseoso. ¿En qué punto ciertas construcciones no son funcionales a la destrucción de sueños y derechos? Todo está por verse. Todo está por construirse.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 12 Feb 2023 10:31:34 -0300
Plomo y Humo. El desafío de representar https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6725-plomo-y-humo-el-desafio-de-representar https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6725-plomo-y-humo-el-desafio-de-representar Plomo y Humo. El desafío de representar

Hay balas que van volando,
por el mundo, por el mundo.
Hay quienes que las esquivan
por el suelo, por el suelo

Lila Downs

Si, al decir de Horacio Ferrer, las callecitas de Buenos Aires tenían “ese no sé qué”, en la semana que termina, en Rosario, no habrá faltado el funcionario que parafraseara al genial compositor porteño y se preguntara, qué había detrás de unos simples grafitis que definieron de manera notable, un malestar social cada vez más creciente. La frase “Plomo y humo. El negocio de matar”, escrita sobre algún símbolo rosarino y sobre edificios institucionales pareció exponer mucho más que un simple acto de vandalización. Como al pasar, la salida de un ministro de Seguridad provincial y la movilización de 10.000 rosarinos al Monumento Nacional a la Bandera, parecieron completar un cuadro social que merece su análisis. Pasen y vean.

Dos ejes atravesaron la semana de la región: la salida de Jorge Lagna como ministro de Seguridad y el padecimiento de millones de ciudadanos del humo que llegaba de las islas entrerrianas.

En el primero de ellos, no faltó la voz mediática que se animó a afirmar que las pintadas ya comentadas apuraron la salida del ahora ex funcionario. Parece un exceso. La situación dramática que vive la ciudad de Rosario en particular, con más de 160 asesinatos en lo que va del año, triplicando la media nacional, resulta un elemento lo suficientemente contundente que minimiza cualquier explicación que especule con arrebatos de expresión callejera.

La llegada de Lagna había supuesto una especie de continuidad de lo que había mostrado Marcelo Saín (ya que integraba parte de su equipo), pero a la vez, presentaba algunos matices bien diferenciados que se evidenciaron en un trato distinto con la oposición y el oficialismo en el Congreso Provincial. Se reinició un diálogo que había impedido que al primer ministro que había elegido Omar Perotti le aprobaran un paquete de leyes que el ex director de la Policía de Seguridad Aeroportuaria consideraba prioritarias.

El derrotero seguido por el gobernador no deja de ser digno de mención. A inicio de su gestión puso al frente de un área tan sensible a un hombre que venía con las mejores referencias políticas brindadas por el mismísimo Presidente de la Nación Alberto Fernández. Más allá de que su diagnóstico fuera acertado o no, la brutalidad política de Saín, su especial predilección por emprender batallas mediáticas y de redes por temas menores y la poca efectividad en la solución de los problemas del área, habilitaron la eyección del cargo. Lo dijimos en su momento: con su salida, Santa Fe se perdió una oportunidad de oro para imponer una reforma de trascendencia, no sólo en la policía provincial sino también en buena parte del entramado judicial que esta semana no se privó de un nuevo pequeño gran escándalo y mostró al jefe de los fiscales Jorge Baclini en una foto con el hipotético pre candidato a presidente Horacio Rodríguez Larreta y el diputado provincial Maximiliano Pullaro, ex ministro del área.

La designación de Rubén Rimoldi, supone una vuelta atrás en varios aspectos y no acarrea una renovación de expectativas de los sectores de representación popular. Se rompe una continuidad de más de 20 años de ministros “civiles”, el flamante funcionario llega con un historial cuestionado por lo hecho en 2012, donde prohibió una actividad de Madres de Plaza de Mayo en Casilda, pero, además, y esto sí que es un dato definitivo a tener en cuenta, sus declaraciones iniciales hicieron especial hincapié en la ausencia policial en el territorio.

Más allá de situaciones específicas, cuando uno le presta atención al derrotero que muchas veces se conocen de los crímenes sucedidos Rosario, parece de difícil resolución la cuestión a partir de la presencia o no de la policía en los barrios más pobres de la ciudad, ya que, de alguna manera, el formato de la violencia instalada, al boleo y sin mucho sentido, no se resuelve con un patrullero más o menos en una zona circunstancialmente caliente. Parece el preanuncio de más de lo mismo: en los últimos años en la provincia en general y en Rosario en particular, hemos convivido (sistemáticamente) con anuncios de más patrulleros, más policías, en definitiva, más recursos para el control y la situación resulta cada vez más gravosa.

Con las grandes bandas supuestamente desarticuladas, muchos de los asesinatos y de los hechos de violencia que se padecen refieren a una disputa por el territorio; más presencia policial en las calles no parece ser verdadera solución definitiva al problema. Para el gran déficit de la gestión de Omar Perotti, tal vez la solución nunca llegue haciendo más o menos lo mismo, independientemente de los nombres propios.

Si algo tuvo de virtuoso el conjunto de pintadas que se sucedieron en un par de noches, y más allá del ridículo apuro por borrarlas de partes de las autoridades locales, fue el hecho de que parecieron reflejar acertadamente un cansancio social en dos temas que resultan definitivamente sensibles.

El reproche refiere a una especie de máxima smithiana de "laissez faire, laissez passer"  (dejar hacer, dejar pasar) que tiene a la Justicia entrerriana, paradójicamente, como una de las principales acusadas. Tres días de humo continuado activaron a tal punto inconvenientes en la salud y quejas ciudadanas, que no pareció extraño que 10.000 rosarinas y rosarinos se juntaran alrededor de su símbolo edilicio más importante para reclamar por una solución definitiva. La foto del miércoles a la tarde se completaba con la provocación de tres focos de fuego sobre las que el viento del norte evitaba que el humo se instalara en la zona.

La demanda ha sido de tal magnitud que el poco visible Juan Cabandié, a la sazón ministro de Ambiente de la Nación, se hizo presente en el Juzgado Federal de Victoria para ampliar sus denuncias con nuevos datos sobre responsables de algunos terrenos incendiados. La respuesta institucional no se agotó allí ya que la propia provincia de Santa Fe, operó en el mismo sentido y un grupo de intendentes y presidentes comunales de la región hicieron públicos sus reclamos a partir de una actividad conjunta.

El malestar es grande. Existe y se evidencia en los cuestionamientos de los manifestantes que usaron todo tipo de recursos para la queja, con barquitos de papel incluidos, y que le pusieron contenido a una marcha que, lejos de ser espontánea, permite suponer que vendrán nuevos capítulos en la demanda.

Los manuales más elementales de la teoría política indican que, de alguna manera, los partidos políticos surgen para canalizar las demandas sociales. En un contexto ambiental que parece indicar que la sequía seguirá ocupando el centro de la escena, con un sistema institucional que no parece estar preparado para la resolución del problema, la pregunta del millón radica en saber en qué medida esas mismas estructuras partidarias, que muchas veces parecen anacrónicas, podrán interpelar a una comunidad que se siente desprotegida. Puede decirse que la demanda es transversal y eso quedó demostrado en la concurrencia variopinta de la última marcha. Y, debe decirse, algo parecido sucede con la demanda de seguridad.

Vale preguntarse, por ejemplo, dado que en la cuestión del humo, la explicación causal refiere a preparar terrenos para la producción agrícola, qué tendrán para decir las organizaciones que representan los intereses del campo patronal ahora que, según las declaraciones de Nicolás Pino, Presidente de la Sociedad Rural, el sector debe prepararse ya no para la defensa pública de sus intereses sino para la participación mucho más activa en el sistema de representación partidaria del país.

A pocos meses de un proceso electoral que definirá a un nuevo gobernador (según los primeros trascendidos las elecciones generales serían en junio, las PASO en abril y los cierre de listas en febrero), inseguridad y medioambiente son los temas que, sin quererlo, se imponen en la agenda local, con una ciudadanía que ha empezado a exigir algunas respuestas más contundentes.

Tal vez la naturaleza se apiade, aparezcan las lluvias, los vientos roten en otros destinos y la ribera oeste del Paraná en el período primavera – verano pueda dejar de lado el malestar y los inconvenientes de los últimos días. Y tal vez, el flamante ministro de Seguridad haya diagnosticado correctamente el problema, y los rosarinos empecemos a dejar atrás tanta angustia y dolor en los barrios allende los bulevares. Sería el escenario ideal, para no terminar, como canta Lila Downs, esquivando balas (y humo) en el suelo. Que así sea.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 13 Aug 2022 10:18:43 -0300
La política ficción https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6656-la-politica-ficcion https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6656-la-politica-ficcion La política ficción

La calle más larga, el río más ancho
Las minas más lindas del mundo
El dulce de leche, el gran colectivo
Alpargatas, soda y alfajores
Las huellas digitales, los dibujos animados
Las jeringas descartables, la birome
La transfusión sanguínea, el 6 a 0 a Perú
y muchas otras cosas más.

Bersuit Vergarabat

“¡Aguante la ficción!” gritó la siempre vigente Soledad Silveyra y despertó aplausos y vítores de los asistentes al evento y la mueca de aprobación cómplice de los que miraban detrás de la pantalla. La frase que (tal vez) sin proponérselo, quedó grabada en el inconsciente colectivo de muchos argentinos, fue pronunciada en un contexto donde la suma de programas de archivos y “enlatados” condicionaban fuertemente el trabajo de actores en el ámbito de la televisión. No sólo de los consagrados sino de aquellos que sobreviven como pueden en una profesión que sabe y mucho, de informalidad y precarización laboral. En esta semana que pasó, con la discusión impuesta sobre el avión venezolano – iraní, si algún protagonista de la política nacional hubiera parafraseado a la consagrada actriz, habría dado una muestra muy acabada de lo construido en la agenda política de los últimos días. Pero también hubo tiempo para algunas buenas noticias. Pasen y vean.

Hay algo que resulta irreductiblemente cierto: la política tiene mucho de teatralidad. Oralidad, manejo del cuerpo, lo que “se muestra” en la escenografía de aquello que quiere comunicarse y hasta el propio formato de los parlamentos (del mundo occidental, tal vez la Cámara de los Comunes británica sea el ejemplo más contundente al respecto), confirman la afirmación inicial.

Por su parte, la ficción tiene un modo específico en el relato, sea escrito o audiovisual. Cuenta con uno o varios autores que se identifican, con actores protagónicos y secundarios que, se da por hecho, siempre dan su aquiescencia para formar parte de la obra. Pero en la política ficción las cosas no son tan claras.

En un hecho sobre el que, una semana después de haberse conocido, no hay una sola prueba de todo aquello que alegremente se afirma (entre otros comentarios se sostiene que el avión varado en Ezeiza responde a un supuesto caso de “inteligencia iraní), no puede dejar de pensarse en que cierta política se construye desde la ficción.

Las diferencias con una obra artística son dos en su esencia. La primera es que el modo del relato se construye sobre el prejuicio político. En la realidad social argentina se ha machacado hasta el hartazgo sobre vinculaciones “mapuche – venezolana – cubana – iraní”, sirviendo esto de argumento que explicaba desde el supuesto asesinato del fiscal Alberto Nisman, hasta la desaparición primero y la confirmación de la muerte después de Santiago Maldonado.

La segunda diferencia refiere a que no hay un autor y no todos los actores, sean protagonistas o secundarios, quieren participar del asunto. Sí debe decirse, que ese modo ficcional no es nuevo en la Argentina. Allí está el recuerdo siempre presente del fiscal Guillermo Marijuan y su campera de abrigo azul recorriendo la enorme territorialidad patagónica para desenterrar dinero supuestamente mal habido de la familia Kirchner; la escala de Cristina Fernández en la isla de Seychelles para dejar dinero no declarado en una nunca encontrada cuenta bancaria; o, el supuesto delito cometido por Amado Boudou con la firma de un “08” para la compra de un automotor que tenía 20 años de antigüedad.

Pero, en resumen, sea para la obra artística o para la política ficción, los medios de "la corpo” resultan una referencia insoslayable en esa construcción de sentido cotidiana y que, a la vez, podría pensarse como imperceptible. Como el viejo mago, que hace del “nada por aquí y nada por allá” la razón de ser de su trabajo, mostrando sin dejarnos ver, la pléyade de estos medios y sus voceros, pudieron imponer la lógica de decir cosas que referencian en los peores miedos de los argentinos (léase atentados a la Embajada de Israel y a la mutual AMIA, con la subsiguiente impunidad alcanzada), sin tener ningún sustento específico sobre aquello que “denunciaban”.

https://www.youtube.com/watch?v=hm0U9dGcfE4

Debe decirse, que el problema no se agota allí. Se profundiza cuando buena parte de la política termina discutiendo desde la ficción y cuando ello trata de llegar a cierta institucionalidad. No dejó de bordear el bochorno lo sucedido en la sesión del día miércoles en la Cámara de Diputados de la Nación, cuando se intentaba forzar el apartamiento del reglamento que serviría como paso previo al pedido de interpelación de ministros para el caso del avión venezolano – iraní. ¿Una medida excepcional para hablar de aquello que no ha sucedido? Parece loco, pero es real.

Pero también hubo buenas noticias en la semana que se está yendo. De aquellas que son perceptibles en el corto plazo, de las que miran el tiempo largo y de esas otras que no se ven y que, una vez logradas, las naturalizamos en nuestra cotidianeidad.

La ya mencionada cámara, votó por unanimidad el proyecto que se denominó de “alivio fiscal” y que sirve para que los monotributistas, en un contexto de una inflación anual del 60% (dato confirmado con el dato brindado por Indec el día martes), no queden “enganchados” en nuevas categorías que impliquen una mayor erogación mensual de sus obligaciones. En la misma sesión logró la aprobación, invirtiendo las mayorías de la sesión anterior con la Boleta Única, para que las industrias culturales sigan gozando de apoyo estatal durante, nada más y nada menos, que 50 años.

Las buenas nuevas también salieron de los límites de la General Paz, y el presidente de la Nación se corrió hasta la capital santafesina para anunciar dos de ellas: la ampliación de las plantas potabilizadoras en las ciudades de Santa Fe y Granadero Baigorria lo que permitirá que más santafesinos accedan al recurso del agua potable y el pago de la deuda que el Estado nacional tiene con la provincia, a partir de un fallo de la Corte Suprema de Justicia de noviembre 2015 y que la administración macrista había prometido pagar al gobierno de Miguel Lifschitz. El monto ronda los 130.000 millones de pesos y si bien Santa Fe no recibirá efectivo sino bonos, la deuda resulta lo suficientemente onerosa como para no tener en cuenta en el mediano plazo.

https://www.youtube.com/watch?v=y_B6gzo-RTc

Dos preguntas que se caen de rigor. La primera, ¿sabrá reconocer en términos políticos, la administración conducida por Omar Perotti todo lo anunciado por Fernández? Cuando el agua fluya con la suficiente fuerza en los hogares santafesinos que resulten beneficiados y cuando, de las obras que puedan concretarse con la deuda pagada por el Estado nacional, ¿habrá espacio para el reconocimiento compartido o, como se intentó construir en la campaña electoral de 2021, el proceso electoral venidero será dominado por la lógica local? Como siempre, estimades lectores, la respuesta está en cada una de sus valoraciones y en el paso del tiempo.

Algo parecido debería suceder con una tercera pregunta. ¿En qué medida, la política ficción y las buenas noticias se contraponen? La respuesta resulta compleja. Partiendo de la base que la oposición encarnada en Juntos resulta un núcleo duro que cuenta con el 40% del electorado a su favor, cualquier buena nueva que se precie requerirá de una musculatura política oficial consolidada y convincente para recuperar el terreno político perdido.

Como dice la canción del epígrafe, la argentinidad al palo supone un buen número de contradicciones de las cuales sus autores no quedaron exentos cuando afirmaban que “Barreda y Monzón matan por amor”, pero también resume una serie de invenciones argentas dignas de destacar. La política ficción no es una novedad de este rincón del planeta. Pero sí, cada tanto, agrega nuevos, diferentes y específicos capítulos. Está en nosotros no convertirnos en meros espectadores.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 19 Jun 2022 11:13:49 -0300
Puesta en escena https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6622-puesta-en-escena https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6622-puesta-en-escena Puesta en escena

Buenos atracos, perfectos atentados,
bien iluminados.
Las monjas verdes revolucionarias,
para gran consumo.
Noticias de ayer, extra, extra…

Carlos Indio Solari

La política, la que se juega en las altas esferas, supone la construcción de un relato, el que se solidifica con imágenes y hechos que se desarrollan en el día a día, de alguna manera en formato de “campaña permanente”. Redes, medios de comunicación y, en los últimos años, influencers, operan en una realidad sobre la cual el dirigente / funcionario siempre debe estar muy atento. Los simbolismos son moneda corriente y se justifican en el permanente intento de la construcción de sentido. En la semana que pasó, por un par de días, Rosario se convirtió en el centro de las miradas de la política nacional por su condición de ciudad (y región) atravesada por la problemática del narcotráfico. El punto de discordia es que sus protagonistas no fueron políticos, sino jueces. Un hallazgo de la democracia que hemos sabido construir. Repasemos.

El dirigente político tiene su razón de ser en todo aquello que dice, que verbaliza, pero también en la acción, en lo que defiende con su discurso y con su cuerpo. Usa una multiplicidad de simbolismos en el día a día. Desde su aspecto físico, su forma de vestir, su dicción y hasta la forma en que se relaciona con interlocutores de todo tipo lo definen. Expresa ideas, una cosmovisión del mundo, una forma de interpretar la realidad que lo rodea.  Las formas suelen ser cuidadas, al punto de tener muy en claro qué se dice, para qué se dice y cómo se dice. El destino final es ganarse la confianza de la sociedad para, en una sociedad democrática, ser electo (o reelecto) a los fines de manejar cuotas de poder que le permitan imponer esa idea original. En resumen, para ese formato de político, las elecciones son el último escollo legitimante.

En la Justicia no funciona de ese modo. Es otra cosa (o debería serlo) según nos dicen los manuales más elementales de Educación Cívica. También cuenta con sus propios simbolismos, que, en plena era de la virtualidad, algunos resultan definitivamente anacrónicos.

Por ejemplo, en sociedades dinámicas, que se pretenden igualitarias, con multiplicidad de credos y valores, vale preguntarse hasta cuándo se puede seguir sosteniendo la imagen de una cruz en un ámbito que debería instrumentarse como secular, o la utilización de púlpitos desde donde el juez está por encima de todos como una síntesis de toda razón o, yendo más allá, en la utilización del término Su Señoría que refiere, indudablemente, a la idea del Señor, de tiempos que la modernidad supieron dejar atrás, hace nada más y nada menos que de doscientos años.

Esa simbología pareciera actuar como una especie de reserva moral que no se entiende muy bien de qué, ni de porqué algunos la protagonizan. Argentina vive un tiempo social en el que un grupo de señores (de los últimos 15 años, nunca tan “machirula” la composición cortesana) que se encuentran en la punta de la pirámide judicial, les gusta verse de una manera tal que actúan como protagonistas de esa reserva y desde sus púlpitos le comunican al conjunto de la comunidad, cuál es el camino que debería elegirse.

La ciudad de Rosario hace casi diez años que sufre el drama del narcotráfico en sus calles. Desde lo que podría definirse como el mojón inicial que fue el asesinato de Martín “Fantasma” Paz en una mañana sabatina, allí en la zona de 27 de febrero y Entre Ríos, hemos asistido a una situación de violencia permanente a la que, lamentablemente, nos hemos acostumbrado.

Tribunal Federal n° 2 de Rosario
Tribunal Federal n° 2 de Rosario

Desde los casos más estentóreos, la saga continuó con otros narcotraficantes famosos asesinados en las calles, de noche y también a plena luz del día, alguno que pretendía desarrollar negocios legales que servirían como actividades de lavado; con un jefe policial que era detenido por facilitar información reservada a narcos y que resultaba defendido por parte del oficialismo de entonces diciendo que era un preso político; con un Poder Judicial ordinario que era “abrazado” pero que hacia su interior contaba con un juez que viajaba a ver peleas de box a Las Vegas con el padre del primero de los asesinados; con el atentado a la casa de un gobernador, hecho inédito en la cuarentona democracia argentina, con la correspondiente denuncia y pedido de investigación pero que luego la misma víctima retiraba; con un ministro que aparecía en escuchas anunciando “acomodo” en concursos para la elección de jefes policiales y que luego esos funcionarios terminaban detenidos por proteger a bandas narco, antagónicas de las anteriores.

En el medio sucedía (y sucede) la “disputa por el territorio”. Pero eso sí, pasaba lejos de los barrios coquetos de Rosario y del polígono que definen los bulevares. Si en antaño el barrio de Tablada había sido reconocido a nivel nacional por el proyecto comunitario de la Vigil y por la magia futbolística de un tal Tomás Felipe Carlovich, la segunda década del siglo XXI lo proyectaba a todo el país por el inicio y desarrollo de un tiempo con un reguero de muertes y violencia que no terminó quedando circunscripta a sus zonas más marginales, sino que se extendió a toda la periferia rosarina.

En el mientras tanto y más allá de la cobertura mediática que empezó a contar crímenes en la misma cantidad de días que tiene el año, buena parte de la rosarinidad se autoconsolaba con el “no importa, se están matando entre ellos”. Pero, la idiotez conformista nunca es buena consejera, y como nos cantó hace algunas décadas atrás un ya viejo rockero, “el futuro llegó, hace un rato, todo un palo”.

Podrá preguntarse algún desprevenido o alguien que le empezó a prestar atención al tema desde cierta lejanía con la otrora segunda ciudad del país, cuál ha sido el rol de la Justicia Federal, cuántas investigaciones llevó adelante, cuántos juicios inició, cuántos fiscales y jueces se convirtieron en protagonistas de la cruzada contra el narcotráfico. Y costará encontrar respuestas positivas.

En el devenir de este proceso, el problema de la dirigencia rosarina es que siempre creyó que la inseguridad, con el mundo narco incluido, se resolvía con la llegada de más uniformados primero desde Santa Fe y luego desde Buenos Aires. Y los despachos judiciales con sede en calle Oroño, poco se involucraron en la persecución contra ese mundo del delito organizado y mucho empeño pusieron en el “chiquitaje” que suponen los soldaditos.

Hay que reconocerlo: fueron pocos los especialistas (bastante desoídos por cierto) que insistieron con que las causas de Los Monos y de Esteban Alvarado debían tramitarse en tribunales federales. Pero muchos miraron para el costado.

La pregunta entonces se cae de maduro. ¿A qué viene la Corte Suprema de Justicia de la Nación en pleno a Rosario, a un congreso que fue ideado por jueces vinculados al Lawfare? Voceros y analistas que no pueden ser acusados de oficialistas, no han entendido del todo las razones. Si refiere a la necesidad de respaldo institucional a los jueces de la región, no se termina de entender muy bien a qué, ya que no hubo autocrítica o llamado de atención de ningún tipo sobre lo que no se hace o se hace mal.

No deja de ser llamativa la convocatoria y las presencias. Pero tal vez haya que salirse de la explicación “judicial” y tengamos que involucrarnos en la política. El tono ceremonioso utilizado, los dichos de Lorenzetti sobre la necesidad de crear una super agencia que se dedique a las causas de narcotráfico, y las recomendaciones cortesanas al Poder Ejecutivo nos permite afirmar que el cuarteto que gobierna al Poder Judicial desde el cuarto piso de calle Talcahuano, se parece cada vez más a un agrupamiento político antes que a un grupo de hombres comunes que tienen la loable función de saber interpretar la Constitución Nacional.

Los cortesanos con su pléyade de asesores a cuestas, el centenar de jueces que abrevan en la Asociación de Jueces Federales de la Argentina (AJUFE), los modos, las formas de la reunión, la presencia de no pocos representantes de la política opositora (defina usted querida lectora, estimado lector, donde lo ubica al gobernador Omar Perotti) y la cobertura de importantes medios nacionales que también formaron parte del Lawfare, le dieron al encuentro rosarino el perfil de una gran puesta en escena antes que un encuentro que sirva, honestamente, para mostrar una Justicia Federal que vaya en un sentido inverso de lo (no) hecho hasta aquí.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha decidido jugar a la política. Con la enorme ventaja de que no debe enfrentar ningún proceso electoral cada dos años. A la vista de todos, bien iluminados y para el gran consumo. Aunque en Rosario sigamos padeciendo el mirar para el costado de no pocos protagonistas de esta historia de muerte y dolor.

 (*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 15 May 2022 12:03:11 -0300
Como era entonces https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6575-como-era-entonces https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6575-como-era-entonces Como era entonces

Todo está como era entonces:
la casa, la calle, el río,
los árboles con sus hojas,
y las ramas con sus nidos.
Todo está, nada ha cambiado.
El horizonte es el mismo.

Olegario Víctor Andrade

Las elecciones legislativas para el Concejo Municipal en Rosario, dejan la foto final de que nada ha cambiado del todo. Más allá de las novedades de ocasión, el 10 de diciembre nos encontraremos con un cuerpo legislativo institucionalizado por una marcada atomización, ya que, sobre un número de 28 concejales, hacia su interior conviven seis fuerzas políticas de distinto signo y algunas de ellas atravesadas por no pocas diferencias. Repasemos lo estructural y los detalles novedosos.

Lo primero que debe señalarse es algo que se parece a un rasgo ya histórico: con alguna excepción, el peronismo triunfó en las seccionales más alejadas del centro, mientras que en este último prevalecieron, alternadamente, el Frente Progresista y Juntos por el Cambio. Como es sabido, toda regla tiene una excepción y en este caso 2007 representó un mojón insoslayable para el socialismo, ya que Miguel Lifschitz en aquella oportunidad se impuso en todas las seccionales rosarinas, al igual que Roy López Molina lo hizo en 2017, cuando el color amarillo se había transformado en una fuerza arrolladora.

El segundo factor distintivo a simple vista es que (casi) “todos ganaron”. El oficialismo gobernante porque prevaleció sobre el resto con unos 5.000 votos sobre el segundo; el espacio de Ciudad Futura porque teniendo que renovar una concejalía obtuvo dos; Mejor, esa novedad que tiene como principal referente al periodista Miguel Tessandori, porque también contará con dos representantes desde el próximo mes; y el peronismo que, manteniendo las tres bancas que ponía en juego, aplica aquella vieja máxima futbolera que dice que, si no se puede ganar, empatar no es un mal resultado.

Quien no pudo revalidar títulos fue el espacio de Juntos por el Cambio que, renovando seis concejales de aquella excelente elección del ya mencionado López Molina, sólo obtuvo tres. No deja de ser llamativo el dato ya que, en este 2021, la fuerza fundada por Mauricio Macri hizo una muy buena elección a lo largo y ancho del país, al igual de lo que había sucedido en 2017. Las razones pueden ser variadas: debilidad de la lista, crisis interna producto de permanentes divisiones, falta de un liderazgo local que prevalezca en el día a día o algún episodio de la vida privada de la dirigente que encabezaba la lista y que se hizo público a semanas de la elección, son los elementos que marcan el presente del Juntos por el Cambio local.

Por otro lado, no todo puede ser interpretado como alegría en el oficialismo gobernante, más allá del triunfo. Objetivamente, si se mira la anterior elección de medio término en 2017, el Frente Progresista recuperó casi 25.000 sufragios. Pero a la vez, resulta llamativa la pérdida de votos entre este domingo 14 de noviembre y la votación de junio 2019 para concejales. Si bien el dato no es absolutamente comparable, ya que en la de hace dos años conviven dos elecciones (ejecutiva y legislativa), en términos de la revisión del andar político del oficialismo, la diferencia radica en no menos de 40.000 votos. Esto, supone dos situaciones: que Ciro Seisas, más allá de resultar una persona conocida, estuvo muy lejos de poder recibir el caudal de votos que alcanzó su jefe político en 2019 (184.000) y que, mirando las últimas cinco elecciones legislativas de medio término, el número de 115.000 adhesiones es uno de los menores que ha recibido un oficialismo hasta aquí.

Más allá de alguna celebración de ocasión el dato está allí al alcance de la mano. ¿Incapacidad del candidato, disconformidad ciudadana con la gestión de Pablo Javkin, (entre otras cosas producto de la pandemia) o falta de trabajo territorial que potencie lo que, según declaman los funcionarios municipales, bien se ha hecho hasta el momento? Aquí también, tal vez ninguna de las explicaciones resulte excluyente y en los hechos haya un poco de cada cosa.

Recinto del Concejo Municipal de Rosario
Recinto del Concejo Municipal de Rosario

Por el lado del peronismo, los números se repiten respecto de las últimas tres elecciones a cargos de concejales, estableciéndose en la banda que va de 100.000 a 110.000 votos. Esa monocromía fue rota en el 2019 por Roberto Sukerman (dato también a relativizar Boleta Única mediante) quien para la disputa a la intendencia alcanzó alrededor de 174.000 sufragios.

La renovación que supuestamente encarnaría Lisandro Cavatorta no redundó en una diferencia a su favor que sea digna de destacar. En Rosario, el justicialismo, parece contar con una base sostenida que le permite ser un actor con peso específico, pero, excepto la particularidad del actual ministro de gobierno de la provincia en 2019, sigue sin encontrar un referente local con proyección para 2023. ¿Aceptará Marcelo Lewandoski ser el candidato en dos años, o su figura será proyectada a nivel provincial, teniendo en cuenta que Omar Perotti no puede ser reelegido y su espacio no cuenta con una figura de reemplazo? Es cierto que falta una eternidad para ese tiempo, pero, no menos real es que más temprano que tarde veremos hacia donde van sus primeros movimientos.

La novedad política de la semana no vino del lado de los resultados del domingo sino de la foto que el intendente rosarino hizo circular vía redes con el recientemente electo senador por Santa Fe Dionisio Scarpín, dirigente político que, como hombre de Juntos por el Cambio e intendente de Avellaneda, supo militar en las filas de los anticuarentenas del Covid y por la defensa de la malograda firma Vicentín y de sus principales directivos, varios de ellos acusados de estafa.

En el texto que acompaña la foto, aparece la convocatoria a la conformación de nuevos frentes, sueño sempiterno de la conducción radical de la provincia que, durante el período 2015 – 2019, tuvo la enorme capacidad de cobrar políticamente en los dos frentes: en el plano nacional formando parte de Cambiemos y en el local, siendo una de las patas del Frente Progresista. Las anteriores imágenes (no tan antiguas) de Javkin reunido en bares con Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau, Rogelio Frigerio o el diputado electo Facundo Manes complementan y dan sentido a su encuentro con el compañero de fórmula de Carolina Losada quien, según el ex presidente de la FUR, defenderá a Rosario en el Congreso. Uno desea que ponga el mismo ahínco que puso con los dueños de los vinos “El contrabandista”.

El articulista, afectado por su ludopatía crónica, se anima a apostar por el futuro (y no tanto) giro hacia la derecha del intendente rosarino, todo sazonado con un discurso que contenga una justa dosis de progresismo que endulce oídos. La apuesta no es estructurada por el azar, a suerte y verdad, sino que, además del estilo que ha impuesto Javkin a su gestión, tiene como fundamento el contexto nacional que imagina un radicalismo decidido a tallar como nunca en este siglo XXI en el tablero nacional y disputando la interna, de manera decidida, en el espacio de Juntos por el Cambio. ¿Alguien, en serio, supone que el ex Franja Morada se quedará a revalidar títulos rosarinos acompañado de un socialismo que, hasta ahora, cada vez se parece más a una fuerza testimonial en las ligas mayores?

Otro domingo de elecciones pasó, y en Rosario, el Concejo seguirá más o menos por los mismos carriles, aunque haya cambiado la primera minoría (para el oficialismo ahora). La negociación política será permanente, proyecto por proyecto, con el riesgo real de posibles demoras (a veces) innecesarias en el tratamiento legislativo, si es que el propio Frente Progresista no muestra cintura y muñeca política para sortear las no pocas diferencias que existen no sólo en el conjunto del cuerpo, sino al interior del propio bloque que referencia en el Ejecutivo. Casi, casi, todo está como era entonces.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 21 Nov 2021 14:22:07 -0300
Desafíos y Preguntas en la Urgencia https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6560-desafios-y-preguntas-en-la-urgencia https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6560-desafios-y-preguntas-en-la-urgencia Desafíos y Preguntas en la Urgencia

¿Cuál es aquel camino que tengo que tomar?
Si solo hay un destino al que puedo llegar.
Es solo un momento
Es una mirada hacia atrás,
yo quiero saber, mi amor, si al llegar
vas a estar allí.

(Vicentico)

Como era de esperarse, la respuesta del peronismo nacional frente a la derrota electoral de las PASO, supuso una reconfiguración de los espacios de poder hacia el interior de buena parte del espectro oficialista. La salida de varios ministros y del propio Jefe de Gabinete no representan sólo un cambio de nombres con determinadas características personales, sino, el mayor protagonismo a nivel nacional del conjunto de gobernadores que, ahora sí, dicen sentirse mucho más contenidos desde Balcarce 50. Esta semana que acaba de concluir, tuvo un par de ejemplos cercanos que confirman la idea. Repasemos.

Dos hechos sirven como referencia de lo anterior. Por un lado, el rápido acuerdo logrado por el flamante ministro Julián Domínguez con los sectores agropecuarios por el tema exportación de carnes, con el consiguiente protagonismo de los gobernadores de las provincias donde la industria frigorífica tiene un peso relevante; y por otro, el anuncio de la llegada de 575 uniformados a la provincia de Santa Fe, más específicamente a la ciudad de Rosario, para atender el fenómeno de la narcocriminalidad de la otrora “Chicago” argentina. En ambos casos el gobernador Omar Perotti ganó en visibilidad nacional.

La situación refleja tres situaciones definitivamente nítidas. La primera es que el oficialismo parece concederle razón al santafesino a partir de las diferencias que éste último había planteado en ambas problemáticas, antes y durante la campaña electoral.

La segunda es que, aunque no resulte visible del todo, las coincidencias entre el jefe de la Casa Gris y el dúo Fernández – Fernández, no han quedado circunscriptas a un esquema electoral, sino que, producto de un análisis estructural de los protagonistas, el acuerdo llegó para quedarse.

Finalmente, la tercera novedad que traen estos días, es que, a suposición de que parte de la derrota se debió a que en el interior de estas provincias las limitaciones a las exportaciones, habrían incidido negativamente en no pocos sectores; y de que, en el caso santafesino, la promesa perottista de “Paz y Orden” no estaría siendo cumplida; el gobierno nacional vuelve sobre sus pasos dando por concluidas las restricciones a la exportación (medida exitosa en sí misma, ya  no respecto del marcado descenso del precio de la carne en mostrador, pero sí, cuanto menos, a su estabilización) y enviando varios centenares de uniformados a Rosario, situación a la que, la ministra saliente, se había negado sistemáticamente.

El ministro de seguridad Aníbal Fernández, y el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti.
El ministro de seguridad Aníbal Fernández, y el gobernador de Santa Fe, Omar Perotti.

En este último sentido, es probable que, en los días por venir, comencemos a ver mucho más seguido por Casa Rosada al conjunto de gobernadores que tributan en en el peronismo. La semana que se fue muestra claramente el efecto del subibaja de las plazas de nuestra niñez: mientras el Jefe de Gabinete Juan Manzur gana protagonismo y se los hace ganar a sus colegas gobernadores, el presidente Alberto Fernández se corre de la visibilidad política cotidiana. La urgencia de la derrota marca nuevos desafíos a los cuales comienzan a subirse algunos mandatarios provinciales.

En este sentido, para el caso santafesino el límite es claro: por un lado, el arribo de las fuerzas federales deberá, cuanto menos, generar un escenario que brinde algo de calma en los barrios más acosados por cierta trama delictual y por otro, el precio de la carne debería tener una estabilidad tal, que no debilite (aún más) la palabra del gobernador que, en reiteradas ocasiones, había reclamado por la apertura de las exportaciones. Si en pocas semanas, ese bien cultural llamado asado se disparara nuevamente, resultaría muy difícil, casi imposible, de no vincular a los Perotti boys de la defensa de ciertas lógicas sectoriales.

Pero más allá de estas cuestiones que refieren a lo superestructural, el kirchnerismo en particular parece no encontrar el rumbo de cómo pararse en el contexto de esta campaña. Como si hubiera sufrido su primera derrota electoral de medio término de su historia (4 de 5), muchos dirigentes de segundas y terceras líneas, e incluso, no pocos militantes sin responsabilidades institucionales, se sienten desguarnecidos frente a las semanas que se vienen. Dicen, por ejemplo, extrañar la ausencia de una épica que sirva como elemento articulador de la acción política. Comparan, alegremente, como si los escenarios fueran transmutables, este pandémico 2021 con la crisis de la derrota de 2009, la cual parió la creación de la Asignación Universal por Hijo o la estatización de las AFJP, entre otros hechos relevantes. Quiero recordarles algo: ese conjunto de medidas, junto a otras, fueron posteriores a la derrota de 2009 y se construyeron y consolidaron con el correr de 24 meses que habilitaron el fenomenal triunfo de 2011.

Hay una fantasía simplista y recurrente en cierto kirchnerismo: el suponer que las fórmulas que fueron exitosas en “altro tempo” pueden replicarse sin más en la coyuntura de la pandemia. 2021 no es 2005, ni 2009, ni 2013. Si en los años siguientes, el kirchnerismo (como la versión más cercana al mejor de los peronismos en pleno siglo XXI) pudo sobreponerse a las derrotas de medio término, en cada una de ellas, las respuestas no fueron unívocas.

En cada una de esas elecciones la solidez económica era otra, no existía enfrente un bloque de poder tan decididamente consolidado y a nadie se le ocurría pensar que un virus podía alterar tanto nuestras cotidianeidades. No había una deuda externa pendiendo sobre nuestras cabezas cual espada de Damocles. No existía una oposición que apostaba a la desestabilización. Y tampoco el ánimo de nuestra gente estaba por el piso luego de más de 115.000 muertos y millones de contagiados en una pandemia.

No pocos sectores del oficialismo intentan, en medio de una campaña electoral, tensionar “por izquierda”. La reacción, que a veces pareciera histérica, sobre el déficit o el superávit de las cuentas públicas, se parece a esas discusiones que solo preocupan a los interesados en cierto metier. La pregunta es si buena parte del kirchnerismo no construye su propia contradicción sin haber entendido, no sólo los tiempos que hoy tocan vivir, sino a la propia jefa política que resulta, a la sazón, la figura más preclara de este tiempo.

Si se recurrió a un moderado para presidente, en acuerdo con un buen número de dirigentes con los cuales existía un distanciamiento evidente y con los que se construyó la idea de la “unidad en la diversidad”; si ante la elección de las candidaturas electorales, Cristina Fernández eligió a referentes que no se distinguían por su prosapia k; si ante la crisis de una derrota la salida es con el formato “clásico” de cierto pejotismo, fomentado por la propia vicepresidenta, la pregunta que huelga es si tiene sentido en el interregno de dos elecciones, con diferencia de 60 días, insistir con más progresía cuando, desde hace 28 meses se dan señales de ir por cierto tradicionalismo político, que es el resultante de los límites que ha impuesto la propia sociedad argentina. También resulta válido preguntarse, si es justa la queja sobre la tibieza de Alberto Fernández, cuando es la propia vicepresidenta la que nos dice, con sus actos, que no hay margen para un escenario de mayor audacia política. ¿Cree, en serio, cierto kirchnerismo, que puede emularse determinada épica aceptando de buen grado la decisión, producto de los limitantes de la época, de recostarse sobre aquellos sectores con los que no se tenía una relación fluida? ¿Está pidiendo la sociedad argentina más progresismo? Si ello fuera real, vale preguntarse también con qué actores y referentes institucionales de peso ello se puede construir. Y la pregunta del millón: ¿está dispuesta la propia referente a ir por esa épica?

https://twitter.com/INDECArgentina/status/1443651927250776076

Podría profundizarse el análisis tratando de responder a una pregunta que viene de los fondos de los tiempos: ¿en qué medida voluntarismo y pragmatismo pueden convivir en tiempos de vacas flacas que no refieren exclusivamente a las carencias económicas?

Estas líneas no están planteadas para la crítica, el desánimo o la desesperanza, sino para insistir que nada está definido del todo. Que el objetivo más urgente ni siquiera refiere a ganar o perder una elección de medio término, sino a empezar a cumplir el contrato electoral de 2019, teniendo en claro la doble pandemia que debimos atravesar en los últimos años: la macrista y la del Covid.

Parte de esto se refleja en el último dato que el Indec acaba de publicar sobre la pobreza: 40,6%. Es un número que en un país como el nuestro representa un cachetazo, sobre el cual no se puede construir ni épica ni celebración de ningún tipo. Pero que, a la vez, al compararlo con setiembre de 2020 (40,9%), refiere a que, pese al año de restricciones y penurias, la situación no se agravó. Ni por asomo podemos contentarnos. Pero, vaya pues, alguna forma discursiva que sirva para evitar la autoflagelación en tiempos de derrotas electorales en formato de PASO de medio término, y para reconocer la enorme virtud del peronismo que da una respuesta a la sociedad, con sus modos (a veces brutales), de cara a la sociedad, sin echar culpas sobre el electorado, ni mandarnos a dormir tempranamente en una noche de domingo.

Desde la base que supone la idea de la Comunidad Organizada, la actualización doctrinaria del kirchnerismo supo construir el concepto de que “Nadie se salva sólo”. Tal vez sea hora de recordarlo. La historia así lo demuestra.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 03 Oct 2021 11:10:37 -0300
Balas de plata https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6544-balas-de-plata https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6544-balas-de-plata Balas de plata

A cara o cruz,
así se gana
o se pierde un amor.

A cara o cruz,
hoy un te quiero,
y mañana un adiós.

José Vélez

Si habitualmente las campañas electorales pueden ser vistas, incluso para quienes solemos prestarles mucha atención por cuestiones profesionales, como formatos aburridos y, a veces, hasta repetitivos, la santafesina del Frente de Todos viene aportando una serie de datos novedosos que, no casualmente, ha ocupado, hasta aquí, la atención de la Matrix de la política nacional. Repasemos.

En términos de campaña, la semana comenzó puntualmente. Los dos espacios que compiten en la interna, hicieron su presentación de listas el día lunes. Las formas no pudieron ser más disímiles. El espacio que lidera Agustín Rossi, eligió la simbología del Monumento Nacional a la Bandera, en un espacio abierto, a plena luz del día, con un sol que entibiaba y con el común de los rosarinos circulando en sus rutinas habituales. Tal como defienden las teorías minimalistas, los estrategas de la campaña del actual ministro de defensa, parecen haber apostado al “menos es más” y con ello trataron de mostrar un perfil estético de campaña, que no es nuevo en el hombre oriundo de Vera en particular, ni en la política argentina en general y que, evidentemente, ha llegado para quedarse. Las características volvieron a repetirse en la presentación en la ciudad de Santa Fe, teniendo como protagonista al viejo Puente Colgante.

https://twitter.com/RossiAgustinOk/status/1422292694047547401

Del otro lado, en la lista oficialista, el estilo fue otro. Se eligió a la ciudad de Funes y se apostó al recurso de la tecnología, dada la necesidad de transmitir los mensajes de apoyo que llegaban desde algunos de los despachos oficiales capitalinos a  los candidatos que referencian en la figura de Omar Perotti y que tuvo en la aparición del presidente de la nación, el dato más significativo de la jornada. Pidió debate de ideas y señaló el aprecio personal por el ahora adversario político. Las PASO, con su característica de que las listas plurinominales de la general quedan conformadas de manera conjunta y la necesidad de la unidad política, explican el tono presidencial.

https://twitter.com/omarperotti/status/1422361116831887360

Con el devenir de la semana, la duda que comenzó a instalarse desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, refería a si habría foto que involucrara a la actual vice presidenta y a los candidatos de la lista Celeste y Blanca. Más allá de las dudas, operaciones y apuestas de rigor, el hecho se terminó confirmando relativamente rápido en las oficinas del reabierto Instituto Patria, al que Cristina Fernández de Kirchner volvió luego de las restricciones impuestas por la pandemia.

A no dudarlo, fue la segunda novedad y el dato de la semana, con un mensaje claro y que, de alguna manera, intenta actuar como ordenador de dónde está parado cada uno. Puede inferirse que, si bien el mundillo de la política tenía en claro cómo se habían movido las fichas en las últimas semanas, tal vez el gesto de la actual presidenta del Senado deba entenderse como dirigido a los votantes propios que, por variados motivos, no terminan de digerir el proceso interno que se vive.

https://twitter.com/CFKArgentina/status/1423386848848711684

Sin pretensión de representatividad, de lo charlado en el “ambiente”, las dudas del kirchnerista santafesino refieren, fundamentalmente, en el perfil del aliado elegido y sobre quién se privilegió esa alianza. Hay un pasado reciente en la figura del actual gobernador de Santa Fe que no convence: voto a favor del pago de la deuda a fondos buitres, aval para el allanamiento del domicilio de la ex presidenta (siendo Senadora), dispuesto por el inefable Claudio Bonadío, acompañamiento de la decisión macrista de nombrar dos jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación en comisión, son todos hechos que, el votante K aceptó a regañadientes en la elección de 2019 en nombre de la “unidad en la diversidad”, dado que, entre otras cuestiones no menores, el socialismo gobernante de aquel entonces había coqueteado, y bastante, con la cercanía al mundo de Juntos por el Cambio.

Pero también hay un presente que deja gusto a poco en el día a día de la gestión. Más allá de las virtudes de Billetera Santa Fe y del boleto gratuito; los posicionamientos políticos referidos a la cuestión Vicentín, o la discusión por la presencialidad escolar en el exacto momento que Alberto Fernández sufría una derrota político institucional a manos de Carlos Rosenkrantz y asociados, han generado un malestar que confirma, de alguna manera, las sospechas de 2019 sobre la figura del rafaelino.

La foto en el Instituto Patria demuestra claramente dos situaciones dignas de revisar. La primera es aquel perfil que intentaba mostrar a Perotti como un dirigente independiente del poder porteño. Si el formato “Hacemos Santa Fe” surgió como una referencia que intenta ser un modelo propio y que tiene mucho de parecido con lo que se ha construido en la provincia de Córdoba, rápidamente quedó desarmado con la rauda escapada a Buenos Aires para la foto de rigor. “Fueron al pie” diríamos en el juego de Truco y no queda mucho más por agregar.

El segundo hecho a revisar es el concepto que comenzó a circular en los últimos días de contar con una Cristina pragmática, que no dudó en un acuerdo que dejara afuera a uno de los referentes más respetados del mundillo K. Quien descubra ese perfil como una novedad tiene dos problemas potenciales: o es un recién llegado al país o no tiene la más mínima lectura política de la biografía de la ex presidenta.

Si nos vamos al fondo de los tiempos, la discusión, su resultado final (y el devenir posterior de la vida política de un tal Julio Cobos) por la ya famosa Resolución 125, esconde un ejemplo de pragmatismo: cuando el reclamo de las patronales del campo fue in crescendo, la presidenta de entonces no tuvo ninguna duda en transformar una mera resolución en una ley que modificaba en varios aspectos de la normativa inicial con el fin de lograr la legitimidad política necesaria.

Si nos venimos más cerca en el tiempo, la elección de Alberto Fernández como número uno de la fórmula, su corrimiento al segundo lugar, los acuerdos alcanzados en el marco de la campaña para ganar las elecciones de 2019 y lo que hace a su cotidianidad en el Senado, marcan claramente que el pragmatismo de Cristina no es una actitud de las últimas semanas. Tal vez, lo que debamos aprehender muchos analistas de la realidad política argentina es que el pragmatismo no tiene porqué ser sinónimo de transfugueada que no tiene reparo de ningún tipo.

Ahora bien, la pregunta es, ¿por qué un espacio político que cuenta con los resortes de poder de la administración nacional y provincial, necesita mostrar en el término de cuatro días, y a poco de comenzado la campaña electoral, a las dos máximas figuras del entramado oficialista apoyando a determinados candidatos? Ampliando la duda, ¿porqué se usaron las “balas de plata” que suponen las figuras de Alberto y Cristina en esta coyuntura?

Las respuestas pueden ser tan variadas como análisis planteemos. Pero podemos inferir dos factores, dignos de tener en cuenta. El primero refiere a los números de las encuestas que han trascendido y que, pese a que esos datos siempre deben ser relativizados, vienen a confirmar que, efectivamente, a la hora de la previa del cierre de listas, el dirigente que mejor medía era Agustín Rossi. De las dos encuestas conocidas de manera pública hasta aquí, es él quien prevalece claramente en el proceso interno.   

Pero, además, la cercanía del sector perottista al entramado K, de alguna manera, lo condiciona de cara al futuro. Para el mediano plazo, si el gobernador santafesino se imaginaba como un hombre con perfil propio, que podía seducir a aquellos sectores que miran, no digamos con odio, pero sí con cierto recelo a todo lo que tiene que ver con el kirchnerismo, los movimientos de las dos últimas semanas, han puesto en duda ese imaginario.

Su gran riesgo, además de una derrota, es que una victoria tan vinculada a todo aquello de lo que Perotti ha intentado correrle el cuerpo en su vida política, a la vez que lo potencie le sirva de limitante. Pero además, sin posibilidad de una reelección y sin una figura política de su sector con peso específico propio que le otorgue previsibilidad política post 2023, una derrota interna el 12 de setiembre puede resultar un cimbronazo que complejice el día a día de la gestión, teniendo en cuenta además, que los poderes ejecutivo y legislativo no han tenido la mejor de las relaciones desde el 10 de diciembre de 2019 hasta aquí.

Para el oficialismo, que se encuentra en la disyuntiva de aquellos equipos de futbol poderosos que si le ganan al recientemente ascendido nadie se los reconoce demasiado pero que, si pierde, recibe reproches de todo tipo; tiene varios puntos a su favor. Administra los recursos del Estado en dos niveles y referencia a las máximas figuras políticas desde su lado. Su victoria sería vista como algo natural.

La otra posibilidad, la de un triunfo de Agustín Rossi abre escenarios, por ahora, desconocidos. Tiene en su historia política éxitos y fracasos de todo tipo, pero nadie puede omitir su triunfo electoral de 2017, como su aporte insoslayable al de 2019. De allí las diferencias por el reconocimiento a su espacio en esta coyuntura electoral. Es un hombre respetado y con una estructura territorial nada desdeñable para haber quedado en “el llano”.

Las certezas que sí dejaría una victoria del ex jefe de la bancada K de diputados, tiene que ver con la posibilidad concreta de transformarse en el referente insoslayable del peronismo local para el tiempo que viene, pero a la vez, sería un llamado de atención para un oficialismo que en sus cuadros medios, a nivel nacional, no termina de procesar lo sucedido y se debate entre acatar la buena nueva dispuesta por la “jefa política” y evitar la crítica a un hombre que, con vuelo político propio, ha sido uno de los dirigentes más leales y preclaros que haya podido ofrecer el kirchnerismo a nivel nacional.

Si José Vélez nos contaba que “a cara o cruz, hoy te quiero y mañana un adiós”, era parte de los sentimientos que produce el amor, algún trasnochado podrá pensar que la frase aplica para este tiempo político santafesino. Pero lamento contradecirlo. Nada es para siempre, ya que, en política, antes que las fotos, lo que tiene más valor es el desarrollo de la película. Y en eso, no hay ni actores protagónicos ni de reparto que no hayamos conocido, como actúan. La historia reciente está al alcance de la mano.

(*) Analista político de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 08 Aug 2021 10:33:50 -0300
Desde lejos no se ve https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6540-desde-lejos-no-se-ve https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6540-desde-lejos-no-se-ve Desde lejos no se ve

Vida, la vida, la vida
La vida embrutecida, canalla, torcida
Avanza enloquecida y no hay quien la pare
Avanza convencida sobre la gran ciudad

Los Piojos

En materia política, la última semana de Julio trajo una serie de hechos que no por poco previstos, resultan imposibles de explicar. Santa Fe ocupó, de alguna manera, la atención de parte del escenario nacional, a partir de situaciones que, como a la distancia no se entienden, algunos referentes, comunicadores y analistas, prefirieron definirla como “rara” a partir del resultado que dejó el cierre de listas de cara a las PASO de setiembre. En la ciencia se le llama saber acercarse al objeto de estudio. Lejos de toda pretensión científica, repasemos.

Lo primero que debe decirse es que en la política argentina (así como en tantos órdenes de la vida social) existe una tendencia persistente a entender los problemas (y las soluciones) nacionales con la lógica que se subsume en la provincia de Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Una digresión y recomendación al respecto: existe un análisis muy interesante de la politóloga María Esperanza Casullo que plantea que el porteñismo ha tenido la capacidad (y la soberbia) de instalar nacionalmente el concepto de que cuando se nomina a “la ciudad” se refiere a CABA, y que cuando se utiliza el término “la provincia” refiere al distrito gobernado por Axel Kicillof; como si no existieran otras ciudades y provincias en la Argentina. 

Desde la lógica que impera en este portal, debe entenderse a Santa Fe como un laboratorio electoral, que ha impuesto formas de relacionamiento político que merecen ser resaltados y que no refieren sólo a la formación de frentes y coaliciones que han gobernado comunas, ciudades y provincia, teniendo el ejemplo más palpable en el caso del Frente Progresista Cívico y Social, sino que esas formas de experimentación también se han reflejado en su sistema electoral y en sus instrumentos de votación.

Primero fue la denostada, abusada y mal instrumentada Ley de Lemas que marcó los tiempos políticos de la provincia. No profundicemos demasiado, a riesgo de perder rigor de análisis, pero digamos que las derrotas de Horacio Usandizaga, Héctor Cavallero y Hermes Binner, todos candidatos a gobernador y derrotados a manos del Justicialismo, en un electorado configurado con el concepto del que más voto obtiene, gana; resultaron presión suficiente para que la misma fuera derogada por el entonces gobernador Jorge Obeid en el período 2003 – 2007. Dos digresiones más como al pasar. La primera en la potencia más importante de la que la humanidad tenga registro, desde hace 200 años, sus autoridades son elegidas con un sistema indirecto donde no siempre el que más votos alcanza, se hace del poder. Ante cualquier duda, consultar con una tal Hillary Clinton. Y la segunda, en el Uruguay, esa república imaginada por nuestros republicanos de cotillón, impera la Ley de Lemas o doble voto simultáneo, como usted prefiera, señor lector, señora lectora. Pero retomemos el hilo del análisis, no sea cosa que provoquemos crisis coronarias masivas.

El segundo ejemplo de laboratorio que se impuso desde la llegada de la democracia hasta aquí, fue el sistema ideado por el dúo Obeid – Rosúa (Roberto) de las primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias que tomaba varios elementos distintivos del sistema electoral del “gran país del norte”. Sacudón político si los hubo, con victoria binnerista incluida, allí andamos politólogos, constitucionalistas y demás involucrados en la metié, explicando a los desprevenidos que nunca faltan cómo se lleva adelante un sistema electoral de esas características, que cuatro años después se implementó a nivel nacional, aunque allí, poco se haya utilizado para el fin para el que fue creado.

El tercero y último cambio fue el de la llamada Boleta Única que, en este caso, modificó el instrumento con el que elegimos primero a los candidatos y luego a las autoridades. Sancionada entre gallos y medianoche, sin el debate que el conjunto social se merece para este tipo de temas y que nuestros republicanos coterráneos dicen defender, producto de un proyecto del entonces diputado provincial y ahora intendente de Rosario Pablo Javkin, la forma ha llegado para quedarse.

A riesgo de quedar a contramano de lo que el propio sistema político ha legitimado, podemos afirmar que, elección tras elección vamos notando como aquello que se dice que el sistema de la boleta única favorece, (fortalecimiento de los partidos políticos) en realidad le juega en contra. Excede a este artículo, pero por ahora digamos que cada dos años vemos como se profundiza en todos los partidos y frentes, nuevos o tradicionales, la utilización de figuras con caras conocidas que el electorado pueda identificar en el cuarto oscuro. La individualización del voto, con la consiguiente imagen del candidato número uno en la papeleta, potencia la situación.

Si en los 90’, Ley de Lemas mediante, teníamos modelos, comunicadores, farmacéuticos y tránsfugas que utilizaban apellidos comunes o parecidos con el fin de ser elegidos, en lo que va del siglo XXI tenemos cocineros, futbolistas, modelos, rugbiers reconocidos por su lucha ejemplificadora contra el cáncer y, otra vez, comunicadores. Basta mirar la composición de los espacios legislativos, fundamentalmente el Concejo Municipal de Rosario, para entender que la atomización política no ha sido corregida sino profundizada. De allí a entender el letargo para el logro de algunos acuerdos institucionales de rigor, hay un paso.

Todo este largo derrotero histórico sirve para fundamentar una historia muy rica de relacionamiento político, que siempre ha logrado evitar la imposición a través del dedo admonitorio de quien tuviera más poder en determinada coyuntura. Los santafesinos estamos acostumbrados a que las diferencias internas sean dirimidas en la contienda electoral y si algo ha enseñado el sistema de las PASO en la conformación de listas para cargos legislativos, es que las disputas nunca pueden ser definitorias y terminales, dado que la lista final queda conformada por el resultado de la interna. O sea, todos adentro.

En ese sentido es que debe desdramatizarse a las internas santafesinas, a riesgo de que en el relato nacional que se ha intentado construir desde las fuerzas políticas mayoritarias, la elección del 12 de setiembre represente un problema. En Santa Fe, en este esquema de tercios electoral que impera en la provincia desde hace varios años y que habrá que ver si no se rompe, los tres frentes han presentado varias listas.

En Juntos por el Cambio se presentan cuatro listas con la novedad del agregado a su entramado del ex ministro de seguridad de la gestión de Miguel Lifschitz, Maximiliano Pullaro, quien pegó el saltito que a buena parte de la conducción de las autoridades del radicalismo seduce, y dejó el Frente Progresista Cívico y Social, para pasar a revestir en el entramado que a nivel nacional conduce el ex ministro de economía y actual senador por CABA, Martín Losteau.

Esto se suma a los espacios que representan el diputado Federico Angelini referente del oficialismo PRO, por ser integrante de la conducción del partido a nivel nacional y por la cercanía con el devaluado ex presidente Mauricio Macri; el de Rodrigo Lopez Molina actualizando su sistemática disputa con el anteriormente mencionado y el reaparecido Mario Barletta que nos ofrece la candidatura de una comunicadora que, hasta hace horas, nada sabíamos ni de su nacimiento en la provincia, ni de su interés por la participación política.

En el Frente Amplio, que se intenta renovar con el cambio de nombre, trae la novedad del retorno de Rubén Giustiniani, fichando en el sector que tiene como referente más importante al intendente rosarino. En frente, la candidatura de Clara García a senadora, tratará de fortalecerse desde su vinculación política y marital con el desaparecido ex gobernador. El socialismo en particular se juega una patriada importante en esta coyuntura: seguir consolidado en ese tercio provincial que mencionamos anteriormente, o apostar, un poco por el lugar en el que lo ubique el electorado y otro poco por carencia de un referente indiscutido, a la vuelta a sus orígenes donde se expresaba a nivel provincial como una estructura testimonial. Qui lo sa…

En el Frente de Todos, indudablemente, el protagonismo en la semana que pasó, ha sido otro. El involucramiento de referentes nacionales de la talla del presidente, su vice, un ministro y el gobernador de una de las provincias más importantes, le da otra encarnadura al asunto.

El Frente de Todos se construyó con el concepto básico de la “unidad en la diversidad”. La necesidad de la hora (vencer al bloque de poder representado por Juntos por el Cambio) obligó a dejar de lado egos y reproches del pasado que referenciaban en las historias políticas de sus referentes. Santa Fe no fue la excepción y más allá de las disputas de antaño, la interna de 2019 no fue óbice para el triunfo político que se reflejó en la gestión de Omar Perotti que, además, conformó su gabinete con el aporte de varios sectores internos y sin contar con un espacio político propio a lo largo y ancho de la provincia.

Veinte meses después de asumido y en el devenir del día a día de la gestión, hay algo que parece no tener mucha trascendencia política pero que tal vez sume en un sentido de la explicación del porqué de la interna santafesina. En las bases de buena parte del peronismo hay mucho enojo con el ninguneo político de la no convocatoria a eventos o actos institucionales que refieren al territorio. En qué medida eso influye a la hora del planteo de una interna es difícil de medirlo desde la distancia del análisis, pero es indudable que debe ser un elemento a tener en cuenta.

También debe sopesarse lo que queda como resultado final del armado de las listas. Más allá de los pormenores, y de lo que cada dirigente afirme, el entramado construido de cada lado habla por sí solo. La fuerza de los hechos muestra que el perottismo se ha quedado sin un referente propio para las candidaturas en el Senado. Quedando claro lo que refiere a María de los Ángeles Sacnun, para este articulista supone una incógnita lo que representa Marcelo Lewandoski. Llegado a la política de la mano de María Eugenia Bielsa quien, luego de su salida del gobierno nacional, no se ha mostrado de ninguna manera y habiéndose sido junto a Leandro Busatto, uno de los legisladores más leales al oficialismo gobernante, la pregunta que surge es donde referenciaría en el futuro inmediato, en caso de ganar y, finalmente, convertirse en senador.

Por su parte, la lista de Agustín Rossi reunió hacia su interior a varios sectores del peronismo que no tienen representación en la lista “oficial”: el Frente Renovador, el Movimiento Evita y la propia vice gobernadora Alejandra Rodenas.

La disputa por la referencia política al kirchnerismo no deja de ser llamativa. Y en ese sentido hay tres hechos políticos de la gestión Perotti que, si bien son distantes entre sí, pueden resumir las diferencias y el malestar que se trasunta en la interna: el caso Vicentín, el lanzamiento de hace unos pocos meses de “Hacemos Santa Fe” y la actitud de la administración santafesina, posterior al fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, donde se discutió sobre las autonomías provinciales a la hora de la presencialidad escolar.

En cada una de esas situaciones hubo un despegue provincial de lo decidido en Buenos Aires. Y aquí no se trata de seguir a pie juntillas, lo dispuesto desde la Casa Rosada sino de prestarle atención a los argumentos esgrimidos por el gobernador para justificar su acción o su inacción política. Allí hay una diferencia de grado, conceptual y que refiere a las formas y al fondo de la gestión. Más allá de los nombres propios y más allá del armado de listas.

 En resumen, iniciamos esta campaña con una pregunta común para los tres frentes que conviven en la provincia de Santa Fe y que justifican y explican las internas: para cada uno ellos vale saber ¿quién será el protagonista que ordene la política? Lo cual nos lleva a nuevas inquietudes. ¿Habrá renovación en el liderazgo de Juntos por el Cambio? ¿Podrá el Frente Amplio superar el trauma político de la muerte de quien resultaba su líder natural? ¿Prevalecerá el proyecto perottista o nos enfrentaremos al particular escenario de un kirchnerista histórico que devuelva un triunfo político a quienes le soltaron la mano en la coyuntura de la Argentina pandémica? Preguntas que responderán el tiempo y el electorado santafesino. Aunque desde Buenos Aires, no se quiera ver.

(*) Analista político de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 01 Aug 2021 10:12:02 -0300
Cuestión de prioridades https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6503-cuestion-de-prioridades https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6503-cuestion-de-prioridades Cuestión de prioridades

Que el blanco sea blanco
Que el negro sea negro
Que uno y uno sean dos
Como exactos son los números
Depende
Que aquí estamos de presta'o
Que el cielo esta nubla'o
Que uno nace y luego muere
Y este cuento se ha acaba'o
Depende
Depende ¿de qué depende?
De según como se mire, todo depende

Jarabe de Palo

Si revisáramos el cúmulo de noticias de la semana que acaba de concluir, en una lectura rápida y sin detalles, notaríamos que el saldo de la cuenta debería dar a favor del oficialismo que conducen Alberto Fernández a nivel nacional y Omar Perotti a nivel provincial: se confirmó la tendencia a la baja de casos de Covid, se desarrolla una campaña de vacunación que avanza a muy buen ritmo a lo largo y ancho del país, se han alcanzado nuevos acuerdos para la adquisición de millones de vacunas y el Parlamento, otra vez, se distinguió con la sanción de proyectos que consagran nuevos derechos o que alivian bolsillos. Pero el clima político es otro. Evidentemente, pasaron cosas. La pregunta que queda flotando es a qué cosa le damos prioridad. Repasemos.

El primer “poroto” a favor del gobierno estuvo en la presencia de gerentes de laboratorios y farmacéuticas en el Congreso de la Nación. La jugada (riesgosa) que había diseñado Sergio Massa cumplió su objetivo: Pfizer reconoció que no había existido intento de retornos ni de pedidos de “representación” de parte de las autoridades (qué otra cosa podría decir), informó del cronograma tentativo que se había trabajado en las negociaciones (ni de casualidad se llegaba a los 14 millones de vacunas que alegremente afirmaron algunos dirigentes de Juntos por el Cambio) y confirmó que la principal diferencia había residido en la ley que habilita la adquisición de vacunas a partir de la pandemia.

Traducido en lenguaje clarito y conciso: el Estado Nacional no había llegado a un acuerdo con el laboratorio multinacional por cumplir con la ley. Marco legal que, no casualmente, había sido sancionado por unanimidad por ese mismo cuerpo legislativo. Si tomamos en cuenta la historia del radicalismo y el tristemente célebre derrocamiento de Arturo Illia, entenderíamos que el tuit de Mario Negri es una pieza más de su pusilanimidad política. Punto para el gobierno.  

https://twitter.com/marioraulnegri/status/1402280215229968394

Pero el camino a la redención está lleno de espinas. En términos políticos, como si no bastara con el malestar social que ha provocado la pandemia y el constante repiqueteo desestabilizante de la corporación mediática y de la oposición que encarna Juntos por el Cambio, el presidente acuñó una frase por la que paga un costo político innecesario. Su definición de la evolución etnográfica y migratoria de argentinos, brasileños y mexicanos no sólo lo expone en el ámbito interno, sino que se proyecta al enojo y crítica de los ciudadanos de los países hermanos. Que el negador y fascista de Jair Bolsonaro tome el asunto desde la burla no debería sorprendernos, pero lo que sí debe preocuparnos es lo que viene para adelante en materia de relaciones internacionales.

Además de lo ofensivo que pueda resultar la afirmación, parte de un pre concepto también equivocado. Algunos estudios comenzaron a demostrar que, si bien es cierto el peso de fenómeno migratorio que se produjo en la Argentina durante el modelo agroexportador, debe relativizarse esa idea romántica de que los argentinos descendemos de los barcos.

Pero, en definitiva, el error de Fernández, no es más que eso: una frase equivocada. Y si bien es cierto que en política la palabra es determinante, más lo es su vinculación con la acción que deviene de algún modo justificadora y legitimante de aquello que se dice. Por ejemplo, a la hora de medir la gravedad de las afirmaciones y su relación con los hechos: ¿resulta más gravoso el error albertiano o aquella máxima macrista que decía que la elección del 8 de agosto de 2019, donde había sufrido una derrota electoral histórica, “no había sucedido"? Preguntamos esto porque a partir de aquella negación pudo entenderse la demora en enviar señales económicas que evitaran el corrimiento del dólar con la consiguiente devaluación y deterioro en el bolsillo de todos los argentinos. Primer pregunta y tarea para el hogar: ¿a qué le damos prioridad? ¿A las frases equivocadas que terminan siendo irrelevantes en el devenir de cada argentino o aquellas afirmaciones que, aunque sean dichas al pasar, terminan provocando hechos políticos, sociales y económicas que dañan durante años a la enorme mayoría de la población? “Lo dejo a tu criterio”, afirmaba una reconocida ¿modelo?

Subyace un persistente error en la comunicación presidencial que deviene en costos políticos que podrían evitarse. No por reiterado, nos cansaremos de afirmarlo: la voz presidencial debe ser valorizada. En este caso, revalorizada. Los grandes líderes no hablan en una mañana tres veces con medios para explicar una medida, con alocuciones eternas, donde el protagonista se expone una y otra vez a contestar preguntas reiteradas, con los posibles “furcios” que terminan quitando peso a la palabra.

La voz presidencial debe ser UNA, desarrollada en conferencias de prensa, y los diálogos con las distintas plataformas de comunicación deben producirse como algo esporádico. No dejan de ser un hallazgo interesante las recientes charlas con periodistas e influencers vía Youtube, referentes que llegan a otro público, lejos de la formalidad de los grandes medios. Pero como todo exceso, la sobreabundancia comunicacional genera más perjuicios que beneficios políticos.

Y además, vale preguntarse también si no es hora de modificar y especificar más detalladamente la comunicación oficial. Como muestra va otro botón en las imágenes de más abajo. Hablando de frases y política, Mauricio Macri había prometido 3000 jardines de infantes de los cuales se construyeron muy pocos. Uno de ellos, muy cerca de Rosario, en la ciudad de Pueblo Esther. En abril de 2019 esa era la foto de una obra anunciada y parada. La siguiente es de junio de 2021, pandemia incluida, con avances de obra significativos, donde el Estado nacional aporta los fondos y el provincial dirige la obra. ¿Por qué ninguna de las dos administraciones muestra esos avances, lo que permitiría reflejar que hay otra gestión, pequeña si se quiere, pero que se construye para el día después del Covid? Misterios de la naturaleza humana.

Por otro lado, digamos que más allá de los detalles comunicacionales, los oficialismos comienzan a encontrar un camino político de la mano de la llegada de las vacunas, pero, fundamentalmente, de la histórica campaña de vacunación que llevan adelante. Santa Fe no es la excepción, y el anuncio del día viernes de Omar Perotti, anunciando el acuerdo para la adquisición de 1.000.000 de vacunas al laboratorio CanSino, representa una excelente noticia.

No las tiene todas consigo el articulista dirá algún desprevenido si toma en cuenta el caso del mal llamado "vacunatorio vip" que se conoció esta semana en la provincia, con convocatoria para una interpelación incluida al ministro de Bobierno Roberto Sukerman en el Congreso santafesino.

Valen un par de aclaraciones. Cuatro casos de personajes políticos relativamente conocidos no pueden titularse como vacunatorio vip, lo cual supondría una estructura que, hasta ahora, nadie ha confirmado que existiese. La apertura del expediente investigativo de parte del organismo pertinente, en tiempo y forma, realizado con anterioridad a la denuncia que se conoció vía mediática, también lo demuestran.  La renuncia del funcionario involucrado termina de cerrar el círculo a los fines de frenar la onda expansiva del daño político sobre el gobernador, única autoridad que debe ser cuidada del deterioro político.

Lo que opera con el llamado "vacunatorio vip" santafesino es la construcción del sentido. Esto es, deslegitimar a una clase política que siempre reditúa en tiempos de incertidumbre y angustia social. A quién conviene un escenario de enojo y frustración es lo que cada ciudadano debería poder contestar en esta coyuntura.

Pero no es muy distinto de la tarea que empiezan a reflejar los grandes medios en la Argentina, naturalmente opositores a todo aquello que tenga tufillo K, cuando dedican grandes columnas a mostrar los casos de las personas fallecidas con, incluso, las dosis completas de inoculación aplicadas.

Desde siempre se insistió de parte de sanitaristas, biólogos e epidemiólogos, que ninguna vacuna garantiza el 100% de inmunidad. Lo dicen las estadísticas históricas y las presentes. Pero lo que demuestra la miserabilidad de algunos textos mediáticos se sustancian en el énfasis puesto sobre los casos de Sputnik V, vacuna que ha sabido ganarse un lugar en la consideración mundial, pese a los prejuicios y los intereses de cierto juego geopolítico. La frutilla del postre la vino a poner el contagio de una famosa presentadora que llama a nuestro país "Argenzuela" y que con dos dosis de Pfizer terminó contagiada, en el hermano Uruguay, internada y pidiendo volver al país para continuar con su internación. Otra vez: a veces el virus enseña.

Si el mayor éxito que pueden mostrar desde algunos oficialismos es el proceso vacunatorio, “peguémosle a ciertas vacunas” parece haber sido la decisión editorial de algunos portales. Pero a veces, tapar la realidad, puede que no alcance.  

La segunda aclaración del caso santafesino refiere a la definición de "crisis política" con la que calificaron parte de la oposición y parte del oficialismo (¿oficialistas votando en contra del gobierno que decían que había que votar? ¿Está seguro articulista?) para justificar la interpelación, ya no a la ministra de Salud, sino al de Gobierno; situación que de alguna manera demuestra por un lado que la indignaditis opositora se potencia en situación de fortaleza política y que el gobierno provincial no tiene todos los elementos a su favor.

Convengamos, a fuerza de ser sinceros, que este fenómeno de enojo opositor resulta bastante selectivo ya que algunos de sus aliados andan negándole a la Justicia la información de algunos hechos graves como el robo de vacunas. Tal vez sea como dice un reconocido comunicador porteño: “es notable la mejora de algunos dirigentes en su rol de opositores”.

https://twitter.com/elciudadanoweb/status/1403311141326049286

La política es, en su esencia, esa actividad que desde la construcción de un “nosotros” común, define prioridades a cada paso. Los recursos nunca son suficientes y mucho menos por estos arrabales del mundo. Desde esa finitud vamos desandando una crisis sanitaria que derivó en incontables frentes de conflicto. Con errores y aciertos incluidos. La gran pregunta es una que se repite, una y otra vez, desde la modernidad para acá: ¿Los derechos y las acciones de quiénes priorizamos y valoramos? Última pregunta del fin de semana (Pero prometo volver).

(*) Analista político de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 12 Jun 2021 19:02:10 -0300
La manta corta https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6490-la-manta-corta https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6490-la-manta-corta La manta corta

Es estúpido pensar
que haciendo lo mismo vamos a llegar
a otro resultado.
Retroceder para avanzar,

con la esperanza de que no me vuelva a equivocar.
Retroceder es mi perdón
que me aleja de volver a cometer el mismo error.

Los Mesoneros

Como en ese viejo dicho campero que refiere al desvestir de los santos, las novedades más importantes de la semana que pasó, tuvieron mucho de aquello de tomar medidas que poco pueden aportar a la resolución de problemas, sean coyunturales o sean estructurales. Repasemos.

En el último artículo, cuando referíamos al problema que representa la inflación en la Argentina de hoy, decíamos que el Poder Ejecutivo conducido por Alberto Fernández algo debía hacer para frenar un índice que, si bien había bajado en el mes de abril respecto de marzo, no resultaba suficiente para tener una perspectiva optimista del asunto. Y lo hizo. En pocas horas, supimos que el gobierno cerraba la exportación de carne vacuna para tratar de comenzar a desentrañar el nudo gordiano que supone exportar más, sin que ello represente un aumento en el precio para el mercado interno.

De alguna forma el intento de respuesta no es nuevo. Como en aquella vieja canción de Los Fabulosos Cadillacs que cantaban yo te avisé y vos no me escuchaste, el presidente de la nación ya había dado señales, unas semanas atrás, que alguna medida no ortodoxa podría imponer, a los fines de frenar un aumento desmedido de un producto tan simbólico para el conjunto de los argentinos.

https://www.youtube.com/watch?v=ALekJEtdeTo&t=1975s

Es obvio que el cierre de la exportación no representa una buena noticia en sí misma. Hay contratos establecidos, cupos de venta asignados y puestos de trabajo en riesgo ya que no pocos frigoríficos faenan exclusivamente para el mercado externo. Además, puede resultar contradictorio cerrar exportaciones, en un gobierno que ha promovido todo aquello que refiera a la venta en mercado internacionales de todo tipo de bienes y productos, ya que el país necesita, como sabemos que sucede desde la década del 30’ para acá, resolver la tensión de la falta de dólares.

Dicen los que dicen que saben, que, si bien el problema no es nuevo, se ha agravado en el último tiempo con la irrupción de China como cliente, ya que demanda volúmenes de venta impensada para nuestra lógica de poco menos de 50 millones de habitantes de un país que ocupa la octava parte del territorio del planeta. La raíz del problema ya no radica, como sucedía algunas décadas atrás, en cómo utilizar el cupo limitante de la llamada cuota Hilton que involucraba a los países desarrollados y que suponía la venta de los “mejores cortes”; sino que el gigante asiático compra la totalidad del animal y eso termina tensionando al mercado interno. Presentándose, además, lo que parece ser una paradoja no menor: el precio al que se comercializa esa parte de la producción es menor que lo que se paga en el país, pero la cantidad demandada es tan importante, que resuelve las diferencias.

A partir de la decisión gubernamental, las respuestas del cúmulo de actores involucrados no se hicieron esperar. Desde un paro en la comercialización por parte de la Mesa de Enlace (lo cual terminaría agravando el problema ya que, ante la reducción de la oferta, con una demanda sostenida, el precio tenderá a subir), hasta algún frigorífico que decidió cerrar sus puertas (no deja de llamar la atención la falta de “espalda” para que, en menos de 72 horas se termine poniendo en riesgo varios centenares de puestos de trabajo), pasando por declaraciones de dirigentes políticos de signo diversos. Oficialistas incluidos.

https://twitter.com/omarperotti/status/1394637032622800897

La teoría productivista allí esbozada, esto es, incentivar la producción para contar con más animales para exportar (más dólares) y para consumir en el mercado interno, peca de un optimismo simplista, típico de un anacrónico liberalismo económico que nos sigue insistiendo que el mercado es el mejor ordenador social.

El problema es aquí y ahora. Un animal no se cría ni engorda en pocas semanas. ¿Cómo resolver una demanda del mercado interno, sostenida no sólo en el derecho a consumir sino en la dimensión cultural que supone comerse un “asadito” el fin de semana?

Si la solución es la mayor producción, tal como declaman lo referentes de la Mesa de Enlace, a la sazón, brazo político agrario de Juntos por el Cambio, vale preguntarse sobre el período 2015 – 2019, cuando la administración macrista concedió cada una de las demandas de las patronales del campo. Según lo comentado por el presidente en la semana que pasó, la producción aumentó sólo un poco menos que el 5%. Realmente insuficiente para absorber nuevas demandas voluminosas del mercado internacional.

Pero demos por sentado que el primer mandatario miente, y la producción ha crecido en un valor mucho más importante. Si es así, cuesta entender el porqué del aumento de más del 65% de la carne vacuna en la Argentina pandémica. Algo no cierra. Y parece que el interés de algunos, los ganadores de siempre, sólo radica en hacer negocios independientemente del consumo de la mesa de los argentinos. En realidad, en un sistema capitalista eso no debería ser algo que nos extrañe. Lo que debería preocuparnos es que algunos dirigentes políticos, con responsabilidades comunitarias, tomen como prioritario el reclamo sectorial antes que la idea del interés general.

Y también hubo avisos no escuchados en la problemática del Covid: 35.000 contagiados por día, más de 700 fallecidos notificados el miércoles de esta semana, con el sistema sanitario colapsado en provincias como Santa Fe y Córdoba, con la relación de contagiados por cada 100.000 habitantes superando en varias veces los valores óptimos; la decisión de volver a fase 1 por nueve días, se pareció a una crónica anunciada. Con gobernadores que abusaron de la navegación a dos aguas por el miedo al “qué dirán” y sin poner el énfasis necesario en los controles, el presidente hizo saber a diversos interlocutores de su enojo por el tiempo perdido en mantener algunas disputas que hoy, a la luz de la crisis sanitaria, parecen carecer de sentido alguno.

Si la necesidad tiene o no cara de hereje, parecen haberlo confirmado Horacio Rodríguez Larreta y Omar Perotti quienes, entre otros, habían insistido hasta el borde del ridículo con la presencialidad escolar, el primero de ellos con demanda cortesana mediante. Una pregunta como al pasar y con tarea para el hogar: ¿seguirá pensando el Dr. Carlos Rosenkrantz que sólo son conjeturas que la mayor circulación no ayuda a la reproducción del virus?

Y como la peor de la fe, es la de los conversos, el alcalde porteño y el gobernador santafesino no tuvieron mejor idea que desechar la virtualidad escolar, en nombre de la falta de acceso a la conectividad de los sectores más empobrecidos de la sociedad. Todo muy coherente y lógico. Como para hacer cada vez más corta la manta.

Retroceder para avanzar. No por muy anunciado el relato, hemos hecho lo que debíamos como sociedad, ni el virus ha dejado de actuar porque le prestara atención a calles que dividen regiones u horarios que segmentan rutinas sociales. La esperanza parece estar allí, al alcance de la mano, vacunas mediante y, tal vez, con 15.000.000 de dosis aplicadas para comienzos del segundo semestre. No es poco, por cierto. Aunque los temores, las dudas y la angustia de estas horas parezcan cubrirlo todo. Hoy, más que nunca, quedate en casa. 

(*) Analista político de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 23 May 2021 11:08:52 -0300