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Fundamentar - Fundamentar https://fundamentar.com Fri, 29 Mar 2024 03:05:28 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Barajar y dar de nuevo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6779-barajar-y-dar-de-nuevo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6779-barajar-y-dar-de-nuevo Barajar y dar de nuevo

No me siento bien (no, no, no me siento bien).
Hoy perdí la fe,
la suerte juega con cartas sin marcar,
no se puede cambiar…

Andrés Calamaro

La mano viene cambiada. El triunfo electoral de La Libertad Avanza del último domingo, a lo largo y ancho del país, tuvo un enorme impacto en el sistema político argentino. Si bien ganar por un estrecho margen de tres puntos entre el primero y el tercero, no es lo mismo que “arrasar” (como se apuraron a titular no pocos medios), la novedad de ver a Javier Milei en el primer lugar de la grilla, incluso en provincias muy distantes de la centralidad porteña y conurbana, los cuales se imaginaban como los territorios de mayor fortaleza libertaria; representa una novedad con evidentes consecuencias para el corto (y por lo menos), mediano plazo. Pasen y vean. Recorrido por una semana donde los principales protagonistas de octubre, comenzaron a mostrar algunas cartas. Sean todos y todas bienvenidos.

Como es de rigor, cada uno de los espacios políticos que se han repartido la centralidad del escenario de tercios, tuvo distintas reacciones en la noche del domingo electoral. A la supuesta idea de unidad que se intentó mostrar en Juntos por el Cambio en el comando de campaña montado en Parque Norte, le correspondió un cierre discursivo de Mauricio Macri que, por esa cosa de los espacios reducidos, terminó tapando la presencia física del derrotado Horacio Rodríguez Larreta, situación que comunicadores y analistas no dejaron pasar como un simple detalle simbólico para ese espacio.

Milei no tuvo la caballerosidad de esperar que el ex presidente terminara de hablar y rompiendo cierta norma no escrita que da por hecho que el triunfador aparece en escena en último lugar, se largó con un discurso leído que, al igual que lo realizado por Axel Kicillof en el comando de Unión por la Patria, dice más sobre la necesidad de ser prudentes en un proceso electoral que no tiene un solo capítulo.

Finalmente, en el reducto oficialista, se hizo hincapié en el hecho de que Sergio Massa era el segundo candidato más votado (se esperaba el primero) y se instó a redoblar esfuerzo de cara a lo que viene. En el escenario no estuvieron presentes ni Alberto Fernández (lo cual era algo esperable) ni Cristina Fernández de Kirchner, quien no era candidata y jamás ha sido propensa a exponerse en escenarios donde no es protagonista.

Pero las primeras señales más importantes comenzaron a surgir con el desarrollo de la semana. Como es lógico, los ganadores no tardaron en aparecer en la centralidad de la política argentina. Surgieron definiciones varias que apuran tensiones hipotéticas de futuro. Milei se animó a plantear el cierre del Conicet, un verdadero sinsentido que no permite establecer si habla desde su ignorancia (comparó al instituto argentino con la NASA) o desde la mala fe; demostró que aún no tiene en claro en qué tiempos, ni los modos, ni el modelo de dolarización que implementaría; se enojó con periodistas que tuvieron la osadía de repreguntarle y cometió el sincericidio e infantilismo político de afirmar que rompería relaciones con el Mercosur y con China. Con los primeros por ser parte de una unión aduanera de mala calidad y con los segundos por comunistas. Repasemos cada una de estas circunstancias.

El Conicet es un verdadero ejemplo de producción científica de calidad, con un vasto reconocimiento internacional y con el que no cuentan el común de los países. El proceso para su selección e ingreso se basa definitivamente en el mérito y, vale reconocerlo, sus investigadores, en términos internacionales, no cuentan con los mejores niveles de ingreso.

https://twitter.com/FilmusDaniel/status/1693273787259576484

La dolarización está en veremos en cuanto a sus formas, y resultó incisivo Massa cuando, en la continuidad del programa “A dos voces”, le recordó que esa compleja explicación que brindó respecto de dónde saldrían los fondos para sostenerla, redundaban en un nuevo plan BONEX (aquí un recordatorio) y que, además, le faltaba imputar los 45.000 millones de dólares de deuda con el Fondo Monetario Internacional que Macri nos legó. Detalles.

Los que parecen espantarse ahora son los representantes periodísticos de los comunicadores de la corporación mediática que habrían descubierto (ahora sí) el perfil violento del candidato libertario. Es una verdadera lástima que no se lo hayan hecho notar en su momento a sus productores, quienes invitaban a Milei a cuanto programa en horario central hubiera como un personaje “simpático”, que tenía cosas para decir desde ciertos extremos. Como diría mi abuela, “tarde piaste”.

Respecto de las relaciones con China y Mercosur estamos en presencia de una verdadera novedad de prejuicio ideológico, al que no se atrevió ni la propia dictadura argentina de los 70’, quien dejaba los pruritos del lado y no tenía ningún inconveniente en venderles granos a los “bolcheviques” soviéticos.

En todos estos casos, aplica la incómoda pregunta sobre a quién (o a quienes) le importa esta serie de desvaríos libertarios: el Conicet es una institución reconocida pero que en su funcionamiento, desconocen muchos argentinos; la dolarización actúa en cierto imaginario colectivo sobre la base de una estabilidad monetaria que Argentina adolece desde hace tiempo, y respecto de los comunicadores, basta ver las respuestas en redes al comunicado publicado por la Academia Nacional de Periodismo, para entender que a los profesionales de los medios, también le ha alcanzado cierto desprestigio.

Respecto de China y Mercosur algunas explicaciones sobre las consecuencias de las decisiones libertarias, deberían ser más sencillas. Por ejemplo, tal vez los trabajadores de los frigoríficos beneficiados con la exportación de carnes, o aquellos que, se desempeñan en el rubro automotriz, el cual exporta pick ups al Brasil, a partir de acuerdos de cupo ya históricos, entiendan lo riesgoso de ciertas decisiones.

Por su parte, Juntos por el Cambio, y tal como se dieron los resultados (que nadie previó en el orden final), quedó expuesto a una situación de clara debilidad política. Rápidamente, en la noche del mismo domingo, tanto Bullrich como Macri, se encargaron de enviar señales de reconocimiento al libertario, el cual, inteligentemente, corrió el cuerpo.

https://twitter.com/VickyVillarruel/status/1693027290962153630

Rápidamente se puso en marcha un operativo para seducir a Juan Schiaretti a los fines de que baje su candidatura para fortalecer a la ex ministra de Seguridad, pero el cordobés, viejo zorro en estos asuntos, de manera no menos veloz confirmó que está dispuesto a vender mucho más caro ese 4% de votos obtenidos. Octubre lo puede dejar mejor posicionado de cara a una hipotética negociación para el balotaje. La duda es con quién deberá negociar ante el riesgo de una fuerza amarilla que ocupe el tercer lugar.

Para profundizar la idea de unidad que pretendió construirse desde la noche del mismísimo 13 de agosto, el día martes hubo una reunión entre las dos fórmulas que compitieron en la interna. Más allá de la foto de rigor, de acuerdo a lo no dicho y a los rumores que, en mucho se parecen a operaciones de prensa, nada ha quedado del todo explicitado en cuanto al rol que podría (o debería) jugar el jefe de gobierno porteño, sobre todo en un contexto tan confuso, donde el líder del espacio construye un feedback con la estrella de las PASO que, de alguna manera, termina torpedeando a Juntos por el Cambio.

A esta altura del fin de semana y mientras escribimos esta columna en una tarde de sábado, vale preguntarse en qué medida la disputa Bullrich – Milei con lo semejante de sus ideas, pero fundamentalmente con el arropaje de Macri, no terminan siendo parte de una misma cosa. Es tal la desorientación en las huestes del PRO, que a partir de las declaraciones de los libertarios, la candidata, ahora sí, aparece como moderada. La segunda gran pregunta aquí deviene en conformar si eso era lo que esperaban sus votantes.

Más allá de los discursos de la noche del domingo, en el oficialismo los resultados generaron un evidente impacto. De los dirigentes nacionales, con la sola excepción de Agustín Rossi, quien en la mañana del lunes salió a cuestionar lo que supone la propuesta libertaria, el conjunto del peronismo pareció tomarse un tiempo para procesar el trago amargo.

Durante esa jornada se conoció la devaluación del 22% dispuesta por el gobierno y no fueron pocos los que recordaron el lunes post PASO de 2019 cuando el país también sufrió una devaluación. Pero aquí hubo una diferencia de grado: mientras hace cuatro años, la irresponsabilidad de Macri dejó correr libremente la cotización del dólar, responsabilizando a los argentinos por el voto hacia el dúo Fernández – Fernández, en esta oportunidad, el Banco Central conducido por Miguel Pesce impuso un número (dólar a $350) como forma de reducción de daños y a los fines de tener algo de margen de maniobra en una economía claramente debilitada. Lo contra fáctico no existe, pero las señales que vinieron luego, esas que refieren a nuevos acuerdos que limitan aumentos van en ese sentido. La tercera gran pregunta es en qué medida la corrida se frenó y cuál será el tenor de las acciones que eviten un deterioro de las condiciones de vida del conjunto de los argentinos. La última semana de agosto probablemente traiga novedades al respecto.

https://twitter.com/FlaviaRoyon/status/1692321185587958026

El día miércoles fue el elegido por Massa para hacer su primera aparición pública, en el programa ya comentado, aclarando que no presentaba la renuncia, que la semana venidera viaja a Washington para suscribir el acuerdo con el FMI, que representará un ingreso de 8.000 millones de dólares y que ello servirá para intervenir en el mercado de divisas. En la misma entrevista jugó un doble rol: al comienzo fue el funcionario que debe responder por la gestión de su área y sobre una segunda parte no se privó de cuestionar a sus dos adversarios más importantes.

Para Unión por la Patria, si es que quiere llegar a la segunda vuelta, la campaña exigirá mucho de creatividad pero también de compromiso de un conjunto de gobernadores e intendentes que, habiendo obtenido buenos resultados en las elecciones locales, sufrieron derrotas muy severas en sus territorios en la elección nacional. Nadie puede negar el carácter distintivo entre una elección y otra, como así tampoco, que algunos no estuvieron tan firmemente convencidos del proceso. Vale recordar que Sergio Massa es el candidato por el que presionaron gobernadores y dirigentes sindicales de la CGT. Tal vez sea hora de demostrar de manera mucho más firme ese apoyo.

En el sentido de la creatividad, vale preguntarse por una estrategia que corra del centro de la escena a Javier Milei, esto es, construir una línea discursiva que deje de poner en primer lugar el hecho de responder a los delirios del libertario. Horizonte de futuro que le dicen, aunque la suerte parezca echada, y el pesimismo de esta semana que pasó, parezca confirmar nuestros peores temores. “No nos sentimos bien”, y tal vez, a diferencia de Calamaro, no debamos perder la fe. Más allá de nuestra inteligencia, “optimismo de la voluntad”, decía un tal Antonio, que se apellidaba Gramsci.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 20 Aug 2023 09:56:25 -0300
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El eclipse no fue parcial,
y cegó nuestras miradas.
Te vi que llorabas, te vi que llorabas,
por él.
Té para tres…

Gustavo Ceratti

Los resultados electorales nunca pueden ser analizados ni comprendidos desde el enojo. Mucho menos cuando no nos favorecen. En ese sentido aplica aquella vieja máxima de la calle que dice que “el que se enoja, pierde”. El triunfo de Javier Milei en las PASO del último domingo, produjo un verdadero cimbronazo en el conjunto del sistema político argentino. Más allá de los estilos, de las promesas de campaña y de la preocupación por el corto y el mediano plazo, el electorado se expresó y por lo tanto, ello debe ser revisado de cara a lo que viene. Sobre todo si se quieren dar vuelta los números finales.

La verdadera sorpresa radicó en el triunfo del libertario, no tanto en la paridad que suponen tres puntos en un escenario de tercios. En esta misma columna en algún momento abordamos la existencia de un “té para tres” que hasta la propia Cristina Fernández de Kirchner luego explicitó a partir de una serie de estudios de opinión que, efectivamente, reflejaban ese escenario. (Vale la mención para el grupo Zubán Córdoba y Asociados que insistió hasta días antes con la referencia de los tercios).

¿Qué pasó?, preguntará algún desprevenido. El error en el que cayó este articulista refiere a haberse apegado a cierta lógica tradicional del análisis político que establece que a lo largo de la historia, ningún candidato presidencial había podido prevalecer sin una estructura de apoyo territorial. Todos hemos visto cómo las pocas candidaturas que Milei decidió apoyar, tenían poco volumen electoral en cada una de las provincias. Ni hablar de aquellas donde luego de algunos acuerdos iniciales decidió quitarles el apoyo.

Una de las grandes preguntas de cara a lo sucedido redunda en “descular” si debemos quemar los libros que explican las condiciones básicas para una candidatura nacional, dado que estaríamos en presencia de un tiempo social que no exige de la utilización de ciertas estructuras y formatos tradicionales o si, en realidad, nos enfrentamos a una causalidad efímera.

En este último aspecto vale resaltar cómo llega el principal protagonista del último domingo al proceso electoral. Milei había alcanzado un modesto resultado en 2021, lo cual lo había convertido en diputado nacional alcanzando cuatro escaños para la Cámara Baja. Es un hombre conocido en los medios, fundamentalmente en aquellos que pertenecen a la corporación mediática con incidencia nacional, los cuales trajina, al menos, desde hace cinco años. No importa el carácter insólito de muchas de sus propuestas, lo cual las transforman en impracticables, ya su mayor activo radica en que habla claro y sencillo en un contexto de insatisfacción social evidente. Visibilidad no le faltaba, por lo tanto no tuvo que gastar ni tiempo ni dinero en hacer conocida su figura.

Daniel Paz
Daniel Paz

Una segunda gran pregunta refiere a descubrir quién lo votó. No pueden pedirse estudios demasiados profundos a 72hs de las elecciones, pero la sensación reinante impone que su base de sustentación radicó en los jóvenes sub 25, en los trabajadores precarizados y en quienes desde hace no poco tiempo están enojados con “la política”. La apelación al discurso anti casta, a la que Milei ha pertenecido en algún momento hasta hace algunos años atrás, al haber sido asesor del diputado Ricardo Bussi en la Cámara de Diputados, su estilo disruptivo, la ropa que viste y hasta su declamada forma de vida, lo muestran como un supuesto anti sistema que, en línea con lo que sucede en no pocas partes del mundo, siempre seduce y atrae.

Basta poner atención, de manera honesta y tratando de evitar los prejuicios, en aquellos testimonios de algunos votantes para entender las razones de su irrupción. De alguna forma, supo representar a buena parte de los desencantados por el fracaso del gobierno de las dos últimas coaliciones. Nada es casual, y si miramos con detenimiento comparativo los números de las PASO 2019 con las del 2023, notaremos que mientras el peronismo perdió el 21 por ciento de los votos, Juntos por el Cambio dejó en el camino 13 puntos. Realice la suma estimado lector, querida lectora y verá que el número está por encima (pero no muy lejos) de lo obtenido por el libertario.

Pero más allá de lo evidente, de cara a octubre, el escenario está abierto. Tres puntos de diferencia entre el primero y el tercero no representan nada definitivo y cada uno de los principales protagonistas enfrenta sus propios límites de cara a lo que viene.

Patricia Bullrich porque no tiene mucho para crecer: no son pocos los que dudan de que pueda retener los 11 puntos de Horacio Rodríguez Larreta ya que si extrema su discurso, muchos migrarían a la versión original que representa el líder de La Libertad Avanza y si lo modera, otros irían hacia la opción de Sergio Massa.

El tigrense, por su parte, se enfrenta a la doble problemática de ser candidato siendo ministro de Economía, en el contexto de un peronismo que no se ha mostrado como esa máquina electoral dispuesta a imponer un resultado electoral que lo favorezca.

Y finalmente, Milei se encuentra frente al dilema de tener que explicitar con más detalle su propuesta política, la cual adolece de coherencia y que, de aplicarlas, supone la emergencia de un escenario social que agrave las dificultades de lo existente.

Una pregunta final y una hipótesis de trabajo para ciudadanos y ciudadanas que nos resistimos a la idea de poner en riesgo lo poco o mucho que cada uno pueda haber logrado. De cara a lo que viene, ¿podemos imaginar un candidato que se “bagliniza” (el teorema de Baglini dice que “A menor posibilidad de ser gobierno, más liviandad en las propuestas”) o insistirá en la idea de romper todo aquello que el liberalismo extremo ensalza?

Ante esto, la repregunta con argumentos al candidato, pero fundamentalmente a sus votantes, aparece como un activo para debilitar políticamente la propuesta libertaria. Es falso que en muchos de sus votantes el Estado ha sido un lastre o no ha llegado con cierta presencia. Es cuestión de cada uno saber detectar cómo, cotidianamente, prevalece en nuestras vidas: con los subsidios en tarifas y servicios, con la existencia de la educación pública en los tres niveles, con la atención de las redes de salud, vía hospitales públicos y obras sociales, etc. Todo ello para nosotros y los demás. Con el fin de evitar nuevas pesadillas, tal vez la clave resida en el fundamento que cada uno de nosotros podamos aportar desde el boca a boca. Así de simple. Así de complejo.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Thu, 17 Aug 2023 06:26:13 -0300
Meses de preaviso https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6777-meses-de-preaviso https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6777-meses-de-preaviso Meses de preaviso

Comunicación sin emoción.
Una voz en off con expresión, deforme.
Busco algo que me saque este mareo,
busco calor en esa imagen de video…
“Nada personal” - Soda Stéreo

Cuando usted, querido lector, estimada lectora, lea estas líneas, el domingo electoral ya se estará desarrollando a pleno. Si es algo remolón o remolona, probablemente los resultados ya sean conocidos y tal vez, sólo tal vez, su voto se vea sintetizado en un triunfo electoral que lo reconforte, luego de una campaña que puede haber sido muchas cosas pero que seguro adoleció de la pasión y del ánimo de otros tiempos.

Para colmo de males, y como si no alcanzara con algunas incertidumbres, la violencia volvió a aparecer en el centro de la escena. Inicialmente, con el crimen de una niña de once años que fue utilizado políticamente y veinticuatro horas después con el fallecimiento de un militante de izquierda, en pleno Obelisco, con la policía porteña involucrada, hecho sobre el cual aparecieron (rápidamente) las justificaciones más deleznables. De alguna forma, como en aquellos trabajadores que tienen una antigüedad mayor a cinco años, ciertos hechos y sus justificaciones nos anuncian lo que puede suceder de aquí a dos meses. Recorrido por una semana atípica de cierre de campaña. Pasen y vean. Sean todes bienvenides.

Finalmente llegamos a la primera posta de las elecciones nacionales. Si serán dos o tres, (con ballotage incluido) está por verse, pero lo que suceda a partir del domingo a la noche, una vez contados los votos, ya nos dará las primeras señales.  

https://twitter.com/PatoBullrich/status/1689324276418060302

Pero antes de los resultados hubo una campaña que dejó algunas certezas y, si se quiere, novedades no del todo agradables. Un proceso electoral supone el intento de seducción del votante. El ABC de la estrategia indica que la propuesta debe erigirse sobre una oferta de futuro. Se cuestiona lo que está mal del presente y con determinadas recetas muchas veces originales, otras planteadas de manera imperfectas, el candidato promete un tiempo por venir mejor.

Desde la estrategia comunicacional opositora que encarnan Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza, esta campaña electoral resulta rara en su esencia. Los candidatos de ambos frentes proponen un futuro pero con el espejo retrovisor de 150 años de historia. La debilidad propositiva es tal, que ya no podrían utilizar la estratagema macrista de 2015, donde prometió que ninguno de los derechos consagrados en el período de la década ganada serían afectados, sino que lo bueno que está por venir reside en la ejemplaridad del promocionado (y falso) ideario del granero del mundo.

En este aspecto existe una construcción de sentido muy particular, estructurada desde hace no menos de cien años, donde se nos cuenta que la potencialidad argentina de aquel entonces, resulta el modelo para imitar en los tiempos que vienen. A sus propaladores poco les importa que, en los hechos y en los números, la Argentina no era un país para todos. La hacinación en los centros urbanos que tomaron el nombre de conventillos, su pobreza estructural, las injusticias que padecía el trabajador de campo al que no le correspondía derecho de ningún tipo, la represión impuesta ante los primeros atisbos de organización obrera, la miseria que alcanzaba a los que no tenían la dicha de nacer en una familia de alcurnia y la imposibilidad de acceder a derechos de cualquier tipo; también son parte de la historia de esa Argentina potencia.

Esa articulación se estructura sobre el olvido y/o desconocimiento de los receptores del discurso. La derecha argentina debe volver el tiempo atrás, porque sus experiencias recientes no pueden ser reivindicadas más allá del límite que supone cierto núcleo duro con el que no se ganan elecciones. Si Javier Milei reivindica la década del 90’, rápidamente encontrará un freno a partir de lo que cualquier ciudadano medianamente informado intuya lo que fue el final de la experiencia de la convertibilidad.  En Juntos por el Cambio por su parte, resulta necesario irse muy atrás en el tiempo, para encontrar una era a reivindicar, dado que la experiencia 2015 – 2019 está demasiado fresca para seducir a alguien que ya no esté convencido.

https://www.youtube.com/watch?v=6drzgzLWztk&ab_channel=SergioMassa

Pero debe decirse que la campaña 2023 fue rara en sí misma. Ningún opositor derechoso que se precie, se ruboriza porque la propuesta electoral se parezca más a un decálogo de amenazas hacia un sector de la sociedad, antes que a un “nosotros” inclusivo que resulte masivo: si en 2015 el kirchnerismo era un problema porque promocionaba la grieta, hoy, ese mismo mecanismo es reivindicado per se, como la solución de todos los males.

A ese entramado político se enfrenta un oficialismo nacional que tiene sus propios límites (a partir de lo que hemos venido comentando desde el 2020 para aquí), pero que ha encontrado en Sergio Massa un candidato que, como dirían los comentaristas deportivos, lo puso en partido.

Unión por la Patria ha diseñado una campaña donde el eje central de la elección radica en la diferenciación de dos modelos: productivos, financieros, políticos y definitivamente sociales. Para el oficialismo, de alguna manera, mucho debería resignificarse para no romper aquello que pudo mantenerse en pie pese a la pandemia, la sequía, sus crisis subsiguientes y con un escenario de mediano plazo (2024) que promete mejores condiciones estructurales en un sentido inverso: la Covid es historia, la producción agraria será sustancialmente superior y la importación de energía será de menor cuantía a partir del pleno funcionamiento del gasoducto Néstor Kirchner. La pregunta central para el espacio es confirmar en qué medida ese armado discursivo pudo ser transmitido y aceptado por un electorado que supo identificarse como un núcleo duro de piso alto.

La derecha argentina (y aquí no tiene demasiado valor analítico separar a cambiemistas de libertarios) propone el desafío de construir algo nuevo rompiendo lo que, supuestamente, funciona mal. Desordenar la vida de no pocos argentinos para que, de un modo ilusoriamente infantil, desde ese desestructuramiento se construya una sociedad mejor.

De alguna manera extraña, la incertidumbre asoma como un activo opositor, rasgo que no descarta, claro que no, la violencia como forma de argumentación política. Aunque nos resulte contradictorio en su esencia.

La semana, de alguna manera, nos mostró que el GPS de cierta previsibilidad no funciona del todo bien. El crimen de Morena Domínguez, tan común a la realidad rosarina pero tan excepcional en su propalación nacional y en su utilización política, al igual que la muerte de Facundo Molares, quien parece haber sido merecedor de su triste final por su pertenencia ideológica y su vinculación con las FARC, azuzaron los peores fantasmas de los tiempos recientes. Si Santiago Maldonado murió ahogado por no saber nadar, a la derecha vernácula poco le importa si su decisión de entrar al agua obedeció a un delirio místico o a una persecución ilegal de la Gendarmería Nacional. Molares, parece que tuvo el desatino de descompensarse en una marcha donde había más policías que manifestantes y también resultaría una circunstancia casual, que la policía porteña lo tuviera retenido con una maniobra asfixiante. Detalles de salud que, invariablemente, deberemos tener en cuenta a la hora de imaginar cualquier tipo de movilización a la que queramos asistir.

https://twitter.com/horaciorlarreta/status/1689791988910915584

En ese escenario de una derecha que hace rato decidió salir del closet, y que esta campaña no hizo más que mostrar en toda su dimensión, la duda por los resultados se complementa con lo que pueda suceder con el nivel de ausentismo electoral, que en términos nominales no parece haber tenido una profundización determinante en el conjunto de las elecciones provinciales (algunos analistas refieren a una caída del 5% respecto de 2021), pero que aparece como una variable de cierto malhumor social.

En ese sentido, un nivel de ausentismo alto resulta peor que el famoso voto bronca de 2001 ya que éste, por lo menos era portador de cierto tipo de mensaje, mientras que una ausencia masiva demuestra un desinterés muy difícil de decodificar: ¿apatía que llegó para quedarse o malestar que refleja que un sector del electorado, circunstancialmente, no encuentra representación? Dudas que nadie preferiría tener que comenzar a indagar para las semanas, los meses y los años venideros.

Con todo, no son pocos los especialistas pertenecientes o vinculados al sistema político argentino que se animan a “afirmar que nada puede afirmarse” de antemano para éste domingo 13. Las encuestas vienen fallando aquí y en el mundo por múltiples razones: el voto oculto (por vergüenza o por indecisión), la forma de recolección de datos (no representa el mismo universo interpelado vía telefónica, vía redes o de manera presencial) y por haberlas convertido en un oráculo que en muchas ocasiones responden más a operaciones políticas que a instrumentos científicos que trabajan con datos de la realidad social. Probablemente, la Argentina 2023 no sea la excepción.

“Yo te avisé y vos no me escuchaste” cantaba un joven Vicentico hace algunas décadas atrás. Esta semana política que pasó, tuvo la particular virtud de anticiparnos los tiempos que podrían venir mientras nos recordaba lo que pasó. Comunicación sin emoción. ¿Globos de ensayo anticipatorios? De todos nosotros depende. Nada personal. ¿O sí?

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 12 Aug 2023 18:29:27 -0300
Si no es todo... https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6776-si-no-es-todo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6776-si-no-es-todo Si no es todo...

El tesoro que no ves,
la inocencia que no ves.
El placer es tan oscuro como el culo,
de un topo negro y si no hay amor,
que no haya nada entonces, alma mía,
no vas a regatear…
“El tesoro de los inocentes” - Carlos Solari

Partidos. Con semblantes de falsas sonrisas. Divididos al extremo en la hora en que las contradicciones se agudizan, los dirigentes de Juntos por el Cambio parecen decididos a demostrar que todo se reduce a un aquí y ahora definitivo. Cualquier definición que rompa con la lógica de la tensa calma que se avecina para los próximos días, desata una serie de idas y vueltas que reflejan las incomodidades del momento. En el mundillo cambiemista, en esta primera semana de agosto, la centralidad se la llevó la decisión de María Eugenia Vidal de anunciar su apoyo a Horacio Rodríguez Larreta en la competencia por la pre candidatura a la presidencia de la Nación. A partir de allí se conocieron una serie de declaraciones, con Mauricio Macri incluido, que nos hace pensar en que la definición bullrichista de que “si no es todo, es nada” no aplica sólo al marco de la campaña electoral sobre aquello que se nos está prometiendo a los argentinos a partir del 10 de diciembre, sino que refiere (también) a una forma de resolver el disenso interno en las huestes amarillas. Recorrido por un ejemplo más de una interna feroz y algunos motivos estructurales que la explican. Pasen y vean. Están todos y todas invitados.

Promediando la semana, la ex gobernadora de Buenos Aires hizo conocer, vía redes, el anuncio de su apoyo a Rodríguez Larreta. Alineada con los tiempos comunicacionales que corren, el anuncio se notificó a través de Twitter (¿o hay que decir X?), con texto explicativo, acompañada de una imagen en un acto al mejor estilo PRO. A partir de allí, las críticas arreciaron desde el otro lado. Desde el jefe de campaña de la otra lista, pasando por Mauricio Macri hasta llegar a la propia Patricia Bullrich, quien chicaneó, ante una requisitoria periodística, que este apoyo (junto al de Facundo Manes) sólo representaban dos votos.

https://twitter.com/mariuvidal/status/1686708452146450432

Es legítima la duda que supone desentrañar qué representa hoy la figura de Vidal. Además de su pésima gestión en la provincia de Buenos Aires, sus vaivenes territoriales y sus frustrados intentos de convertirse en una protagonista de peso a nivel nacional, actualmente la ubican en un segundo plano del entramado cambiemista. Con su definición de las últimas horas, parece haber roto algunos acuerdos no escritos y tampoco explicitados públicamente sobre una neutralidad a la que muy pocos dirigentes le han podido escapar. Para los que miramos esa interna con algo de lejanía, ciertas reacciones parecieron desmedidas, aunque deben insertarse en el marco de una disputa que puede sintetizarse en tres ejes.

El primero refiere a una ausencia de liderazgo que sintetice al espacio en su conjunto y que en su momento (qué duda cabe) fue protagonizado por Mauricio Macri, quien carga con el antecedente innegable de una mala gestión de gobierno pero también con el perfil de un liderazgo que en los últimos años lo podríamos definir como “evasivo”.

Para la primera de las afirmaciones cabe decir que es un elemento de peso pero no definitorio si tenemos en cuenta que en 2019, obtuvo el 41% de los votos en la elección general de octubre. Un piso verdaderamente alto teniendo en cuenta los resultados de su gobierno.

Esa razón se complementa con una segunda, que tiene que ver con las formas en que decidió procesar políticamente el día después de haber dejado el gobierno hace ya cuatro años. Desde el deseo, siempre pretendió (de alguna manera hasta el día de hoy lo intenta) erigirse como un primus inter pares que le permitiera seguir siendo un parte aguas insoslayable. Por un lado porque imaginaba un “Segundo tiempo” y por otro porque, cuando vio que no tenía resto para insistir con el premio mayor, pretendía ser un articulador con gran poder de incidencia sobre el conjunto del espacio; bloqueando o potenciando a quien correspondiera.

https://twitter.com/mauriciomacri/status/1686857424685195265

Pero para ser jefe hay que estar y un espacio político de la magnitud de Juntos por el Cambio no se conduce a la distancia. La ambición del hijo de Franco, refería a convertirse en un líder regional para la derecha de este rincón del mundo. En función de ello, eligió las luminarias de un primer mundo que le ofreció la presidencia de la Fundación FIFA y una cercanía estrechísima con la Fundación para la Libertad quien tiene como caras visibles al escritor Mario Vargas Llosa y a nuestro más cercano, Gerardo Bongiovani. Pero, como canta Ciro, “desde lejos no se ve”, y están muy bien las fotos con los campeones del mundo de Qatar 2022 y las disertaciones en el mundo desarrollado reivindicando las ideas del neoliberalismo económico, pero la política nacional exige otra cosa.

Es tal el nivel de deterioro de la figura de Macri, que a una semana de las elecciones PASO a nivel nacional, coincidentes con las que se realizarán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, su máxima aspiración pública refiere a acompañar a su primo en una recorrida de campaña que no viene tan sencilla como se especulaba en la previa; y en dudar si, finalmente, hará público su apoyo a Bullrich ante la no certeza de un triunfo de la ex ministra de Seguridad de la Nación. ¿Tanto recorrer para llegar a ningún lado? En poco más de siete días lo sabremos.

El segundo eje se refiere a la actual coyuntura transicional que alcanza a Juntos por el Cambio en general y al PRO en particular. Una duda importante es quién manda hoy en el espacio, pero una pregunta mucho más trascendente redunda en descubrir quién mandará mañana.

La coalición se enfrenta a una serie de procesos electorales que permiten afirmar que estamos ante una multiplicidad de jugadas riesgosas, donde el slogan “si no es todo, es nada”, pueda referirse también a la propia interna de una fuerza política que se ha pretendido proyectar con una centralidad eterna sobre algunos territorios.

En este sentido, para el PRO, la elección en la ciudad de Buenos Aires no está exenta de ciertos riesgos ya que, de las variadas encuestas que han aparecido por estos días, nadie puede afirmar que la interna con Martín Lousteau sea un simple trámite. Algunos encuestadores señalan diferencias de alrededor de diez puntos, mientras que otros insisten en un escenario de empate técnico.

Lejos está la posibilidad real de un triunfo en la provincia de Buenos Aires. No hubo un resultado a favor en las elecciones cordobesas, bastión históricamente macrista y donde hasta hace unos pocos meses se saboreaba una victoria que sería el prolegómeno a lo que debía suceder en el plano nacional. Y en Santa Fe, por su parte, Maximiliano Pullaro, radical de origen y recorrido, quien obtuvo un contundente triunfo hace escasas tres semanas, podría decidir resguardarse de las peleas grandes de agosto y octubre, prescindiendo de ciertos liderazgos que no necesita para revalidar votos.

La necesidad de mantener a la ciudad – estado como un bastión propio se hace cada vez más ostensible. Si bien Chubut trajo una buena noticia para nuestros republicanos de ficción, sumados a los sorpresivos triunfos en San Luis y San Juan, resulta definitivamente cierto que a ninguno de los gobernadores electos de estas provincias le da la talla, por lo menos por ahora, para proyectarse en el plano nacional.

El tercer factor que explica la virulencia de la interna amarilla refiere a que desde 2021 para aquí, en el espacio se interpretó que quien prevaleciera en la interna se quedaría con el sillón del endeudador Rivadavia. El que ganaba la interna, ganaba la presidencial. El espíritu que ha prevalecido tenía que ver con que más allá de las peleas, obtenido el triunfo en octubre, y si es en primera vuelta mejor, ya habría tiempo para ordenarse.

En este último sentido la irrupción de Javier Milei no ha dejado de plantear, al decir de los abogados penalistas, una duda razonable. Si el supuesto libertario, alcanzase entre el 15 y 20 por ciento de los votos, y se supusiera, que buena parte de esos números, tributan en ideas más cercanas al neoliberalismo que encarna PRO, antes que a las que propala el oficialismo, esa emergencia no deja de ser un inconveniente. Sobre todo si, a esta aparición, se le suma un justicialismo que parece haber ganado en competitividad con la candidatura de Sergio Massa y, por qué no, con la interna que ha propuesto Juan Grabois.

La foto del domingo a la noche podría mostrar que el actual ministro de Economía sea el candidato más votado con varios puntos de ventaja sobre quien resulte segundo, y si bien adherimos a la teoría de que una PASO nunca es igual a una general, también insistimos desde hace unos cuantos años en esta columna, que las matemáticas y las alquimias electorales casi nunca se llevan del todo bien.  

“Si no hay amor que no haya nada entonces” entona Carlos “Indio” Solari, y uno se moviliza con la belleza de la melodía de “El tesoro de los inocentes” y con lo visceral de una decisión pasional: el amor como un todo que le da sentido a una forma de vivir. Y en un sentido inversamente proporcional, esa totalidad que nos promete, si se produjeran algunos resultados, sufrimientos y angustias varias a partir del 10 de diciembre, hoy se enfrenta al paradójico dilema de, tal vez, perderlo todo. Amén.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 06 Aug 2023 11:04:12 -0300
El día después https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6774-el-dia-despues https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6774-el-dia-despues “El día después” (1894-1895), Edvard Munch

La contundencia del resultado electoral en la provincia de Santa Fe, a manos de la oposición encabezada (ahora sí) por Maximiliano Pullaro, permite suponer a algunos, que la suerte ya está echada y que en la jornada del próximo 10 de diciembre, Omar Perotti le terminará colocando la banda y entregando los atributos de mando al ex ministro de Seguridad de la gestión de Miguel Lifschitz. Pero no son pocos, triunfadores incluidos, los que dan por hecho que el escenario no está del todo cerrado ni mucho menos, y si bien el justicialismo en su conjunto no la tiene nada fácil (algo de eso dejó entrever Marcelo Lewandowski en la noche del domingo), nunca debe pensarse un resultado como inmodificable, ya que en el devenir de un proceso electoral que dura no menos de cuatro meses existen una variedad de factores que pueden modificar comportamientos del votante: menor ausentismo, la posible incidencia del escenario electoral nacional, los diversos diseños de campaña y el comportamiento general de las distintas fuerzas políticas, pueden resultar razones que muevan el péndulo en un sentido u en otro. Recorrido por la semana posterior al batacazo amarillo, o mejor dicho rojo y blanco, donde nadie parece tomarse vacaciones. Pasen y vean. Están todos y todas invitadas.

Las razones que explican los resultados del domingo 16 para el caso de la provincia de Santa Fe pueden ser variadas. Para ésta columna preferimos centrarnos en las tres que pueden resultar más evidentes, mientras que para el detalle de los números mostramos este bonus track semanal de Fundamentar.

La primera refiere al desgaste de la gestión encabezada por Omar Perotti. Si bien algún perottista convencido podrá remarcar que el actual gobernador fue el dirigente más votado en la categoría de diputados en la que participó, no es menos cierto que la pérdida de votos producida a lo largo y ancho de la provincia es harto evidente. Por poner sólo el ejemplo de Rosario y a los fines de medir el desgaste de su figura política: si en 2019 en la elección general para el departamento Rosario alcanzó el excelente número de 210.000 votos, cuatro años después apenas roza los 63.000.

La cuestión de la inseguridad ha hecho mella en su imagen: el slogan “paz y orden” poco tuvo que ver con una realidad que terminó imponiendo cuatro cambios de ministros, con perfiles absolutamente disímiles entre sí, varios más de jefes policiales y con el consiguiente sentimiento de desamparo en los barrios más vulnerables de la ciudad más importante de la provincia, cuando los asesinatos se cometen en plena vía pública, con la complicidad de la noche.

Para esta elección, poco ha importado la solvencia de las cuentas públicas, de que Santa Fe haya liderado a nivel nacional el crecimiento económico post pandemia y que se hayan cumplido algunas promesas de campaña como la del Boleto Educativo Gratuito. El malestar, evidente, se hizo notar a lo largo y ancho de la provincia, con el ejemplo de una amplia derrota para la categoría de gobernador y una llamativa paridad para el cargo de diputados en el propio departamento Castellanos, terruño y bastión histórico de Perotti.

https://twitter.com/omarperotti/status/1680784486953263106

La segunda razón refiere a la potencia que alcanzó la interna en Unión para Cambiar Santa Fe (UPCSF), fundamentalmente en la centralidad de la disputa de origen radical entre el diputado provincial Pullaro y la senadora nacional Carolina Losada: si no se habían entendido del todo las razones del porqué la ex periodista arrancó la campaña con los tapones de punta, acusando a su adversario de tener vínculos con el narcotráfico, la contundencia de los números de la interna confirman que desde el comienzo comenzó la carrera desde atrás y con varios cuerpos de distancia. El tiempo transcurrido tampoco le brindó la suficiente templanza como para sobrellevar, públicamente, la estrepitosa derrota. En su rápida aceptación del triunfo de Pullaro, en la noche del domingo, Losada apareció desbordada por la situación y articulando un discurso político confuso. Para colmo de males, nadie cuidó su imagen, ya que luego de enfrentar los micrófonos decidió salir por el medio de un despoblado salón Metropolitano que mostraba, de manera definitiva, su profunda orfandad. Por las dudas, su referente nacional, Patricia “Mascherano” Bullrich, quedó entre bambalinas.

El ganador, por su parte, celebró a su modo. Con un discurso sin estridencias, sin dejar de tener en cuenta que, como en una semifinal de un mundial, aquí no se ganó nada, trató de evitar declaraciones que lo alejen de su principal objetivo de los próximos cincuenta días: fidelizar la totalidad del voto de UPCSF, con socialistas incluidos.

Indudablemente el ex ministro de Seguridad fue efectivo en la comunicación política, haciendo eje en la situación de violencia que se vive en las dos grandes ciudades de la provincia, especialmente en Rosario. Es tan grande el deterioro de este tiempo, que la cifra de 1400 muertos que había alcanzado la ex segunda ciudad del país para el período 2015 – 2019, parece una buena noticia en sí misma.

La tercera razón, algo más difusa y que podrá confirmarse en unas pocas semanas más cuando se produzcan las PASO a nivel nacional, es el clima político que se vive en la franja central del país, donde todo parece indicar que la imagen del mapa argentino, emulando la camiseta xeneise, donde en el norte y el sur predomina el peronismo y en el medio el amarillo de Juntos por el Cambio, podría repetirse. Pero por ahora, esto no parece más que una elucubración que será confirmada o desechada en escasas tres semanas.

Una gran pregunta para lo que viene en Santa Fe, refiere a si la campaña se nacionalizará o quedará circunscripta a los vaivenes provinciales. De alguna forma, en cuanto a las conveniencias de los actores, sería algo así como replicar la pregunta de qué fue primero, si el huevo o la gallina. En este ítem, no fue casual la presencia de Horacio Rodríguez Larreta, Gerardo Morales y Martín Losteau en los festejos del comando de campaña del hombre nacido en Hughes; como así tampoco le renovada visita del actual jefe de gobierno porteño a la ciudad de Rosario, el día jueves, para presentar su plan de seguridad con Pullaro a su izquierda.

https://twitter.com/maxipullaro/status/1682042479376498689

¿Quién necesita de quién? En el sistema político argentino, en el transcurso de los años electorales, siempre surge la duda en qué medida una elección provincial puede quedar condicionada por el marco nacional. Indudablemente, Rodríguez Larreta necesita de Pullaro y no al revés. Y es por ello que, hasta tanto no tengamos el resultado de las PASO nacional confirmado, el gran protagonista de la última noche dominguera, será muy cuidadoso de plantear diferencias profundas en la interna de Juntos por el Cambio. Si a este analista lo apuraran con una apuesta, se decidiría por imaginar que para los intereses de UPCSF, el perfil de la elección de cara al 10 de setiembre, no pasará los límites de la bota.

De todas formas, en los dos grandes frentes provinciales, ha prevalecido la idea de unidad. A lo ya comentado en la oposición, debe sumarse la convocatoria del día viernes en  el salón Metropolitano de Rosario, que tuvo foto incluida con la conducción de los 15 partidos que integran la coalición y con la seguridad de contar con algo de tiempo a favor, situación absolutamente inversa en Juntos Avancemos.

En el frente conducido por el peronismo aparecieron dos señales de que no hay tiempo para perder, con la consiguiente duda de cara al futuro inmediato. La primera se produjo el mismísimo lunes en la ciudad de Santa Fe, en la sede del Partido Justicialista donde se encontraron los cuatro precandidatos a gobernador (con sus respectivas compañeras de fórmula) con el patrocinio del presidente del partido, Ricardo Olivera.

https://twitter.com/PJ_SantaFe/status/1681343647009193990

En el pos cónclave apareció una segunda señal que el venadense decidió blanquear como una duda no menor: en qué medida, corregidos los errores que reconoció el anfitrión, el conjunto del movimiento, a lo largo y ancho de la provincia se comprometerá con una militancia que le ponga otra impronta al proceso electoral santafesino. Con boleta única y escenario previo de derrota, no suelen ser pocos los dirigentes regionales que terminan siendo renuentes a militar más allá de sus propios intereses que refieren al pago chico. Mientras que para el frente de frentes la unidad es el mensaje, para el peronismo es una necesidad.

Pero si el claro triunfador del domingo venía dulce con los números que le dieron la victoria, no menos a gusto se debe haber sentido una vez que se conoció el fallo (dividido) en primera instancia, que favoreció a los policías que estuvieron involucrados en la detención, desaparición y posterior muerte de Franco Casco.

La decisión judicial, que deja una dolorosa sensación de impunidad (¿Casco habrá decidido solo tirarse maniatado al río?), sirvió para que unos cuantos alcahuetes del poder de aquel entonces (mediáticos y políticos) se ufanaran del mismo, sin conocer los fundamentos y sin tener en cuenta, por ejemplo, el fallo en minoría del presidente del tribunal, Dr. Omar Paulucci. Olvidan, estos mequetrefes de ocasión, que si algo le sobra a los sectores que han peleado por la Memoria, la Verdad y la Justicia en la Argentina, es templanza para alcanzar esos objetivos. Seguramente habrá apelación. Y la sentencia por ahora no es firme. En ese sentido, no dejó de preocupar las declaraciones de Pullaro defendiendo al conjunto de policías que fueron absueltos.

La pregunta huelga por sí misma: ¿será una señal de los tiempos que vienen? Quien lo sabe, por ahora queda no bajar la guardia. Ni siquiera en el día después.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 23 Jul 2023 13:18:04 -0300
Vendaval Para Cambiar https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6773-vendaval-para-cambiar https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6773-vendaval-para-cambiar Vendaval Para Cambiar

Las elecciones PASO en Santa Fe ya sucedieron y dejaron, como cada domingo electoral, múltiples variables de ser analizadas. Lo más evidente, por la contundencia de los números de la interna de Unidos para Cambiar Santa Fe (los cuales pueden ser proyectados al escenario de las generales), es el triunfo del ex ministro de Seguridad de la provincia y actual diputado Maximiliano Pullaro y que, como se suponía de antemano, el escenario electoral de tercios es historia. Pero también existen otros datos que no pueden dejar de ser puestos bajo la lupa del análisis para magnificar lo sucedido el día domingo. Primera aproximación descriptiva de una jornada con un evidente impacto político. Como siempre, pasen y vean.

Antes del comienzo, un par de aclaraciones metodológicas de rigor. La primera refiere a que al analizar las PASO 2023, realizaremos el abordaje desde el método comparativo con las elecciones del mismo tenor de 2019, ya que algunos nombres siguen teniendo vigencia y porque abundan explicaciones en redes y medios donde se mezclan hechos y situaciones políticas absolutamente distintas. Cómo nos han enseñado nuestros docentes, las peras se comparan con peras, no con otras frutas. Además, debemos dejar asentado que los datos con los que trabajaremos refieren a los resultados provisorios con los que contamos para este 2023, en contraposición con el escrutinio definitivo de lo sucedido cuatro años atrás.

La segunda aclaración refiere a que en la mayoría de los indicadores utilizaremos números absolutos y no porcentuales ya que de esa forma se explican de manera mucho más precisa ciertos triunfos y derrotas personales y colectivas.

1. Ausentismo

En 2023, en la provincia de Santa Fe, asistieron a votar algo más del 63% de los habilitados a hacerlo (2.811.000). Si bien la cantidad de electores viene subiendo (en esta oportunidad se agregaron alrededor de 83.000 jóvenes de entre 16 y 18 años), los porcentuales de asistencia vienen en baja: 69, 5% en 2019, 72,5% en 2015, 73,6% en 2011 y 77, 4% en 2007 cuando se inauguró el sistema de las PASO. Respecto de hace cuatro años, 136.000 electores no se presentaron a cumplir con su derecho / obligación. El problema del ausentismo creciente es persistente y es real. Resulta inútil negarlo.

2. Performance de Juntos Avancemos / Peronismo

En las PASO 2019, las fórmulas conducidas por Omar Perotti y María Eugenia Bielsa alcanzaron la totalidad de 704.000 votos, mientras que en la elección del último domingo las cuatro fuerzas que compitieron en la interna alcanzaron los 420.000 votos. Una diferencia de 284.000 menos, lo que permite afirmar una primera hipótesis que supone que a más opciones internas, no siempre le corresponden más votos.

3. Performance de Unión para Cambiar Santa Fe / FPCyS – Cambiemos.

Otra aclaración. En 2019 UPCSF no existía como espacio político, ni formal ni informalmente. Pero si recurrimos a la construcción de este indicador lo hacemos porque la contundencia de ciertos números de cuatro años atrás y los de estos días, vienen a confirmar una decisión política que no estuvo exenta de polémica hace unos meses atrás.

En 2019, el Frente Progresista Cívico y Social estaba conformado por el mayor peso del Partido Socialista y de parte de la Unión Cívica Radical. Algo parecido sucedía en Cambiemos donde la unidad se sustanciaba entre el PRO y otra parte (menor) del centenario partido. La primera de estas alianzas, conducidos por Antonio Bonfatti obtuvo en las PASO 510.000 votos mientras que los segundos, con José Corral a la cabeza alcanzó los 322.000. Si uno utilizara las matemáticas de manera caprichosa, notaría que entre ambas fuerzas llegaron a los 832.000 votos contra los poco más de 750.000 que alcanzó Omar Perotti en la general de junio de ese año y que lo convirtieron en gobernador de la provincia.

Señalamos este detalle que no es menor, corriéndonos de cierto rigor metodológico, dado que esa suma fue la que llevó a que un grupo de dirigentes idearan, aceptaran y le propusieran al conjunto de los santafesinos la creación del “frente de frentes”. Todo eso se confirma si observamos que para la general de 2019, ambos espacios alcanzaron la suma de más de 1.016.000 votos. Segunda hipótesis a tener en cuenta: para estas primarias, el electorado santafesino no peronista, aceptó de buen grado la creación de UPCSF.

4. Los votos del peronismo. ¿Dónde fueron?

Señalamos antes que el peronismo perdió 284.000 votos entre ambas PASO. También comentamos que no asistieron a votar 136.000 ciudadanos y ciudadanas. Poniendo la mirada sobre las otras fuerzas para el cargo de gobernador, notamos que en conjunto sumaron alrededor de 30.000 votos más en este 2023. Y si observamos que el total de votos de UPCSF alcanza los 952.000 sufragios, notaremos que los triunfadores de éste último domingo obtuvieron 120.000 votos más que en 2019. Casualidades o no, sumados los últimos tres ítems, llegamos a una diferencia de 286.000.

¿Podemos afirmar, tal vez de manera arriesgada, que esa totalidad refiere a lo perdido por el peronismo? Parece prematuro dar una definición taxativa, pero si tenemos en cuenta que los cuatro candidatos oficialistas no pudieron correrse de la dificultad de ser la voz de un gobierno poco ponderado, que unos cuantos ciudadanos y ciudadanas se quedaron en casa, y que la imagen de Omar Perotti, que en otros tiempos ha sabido seducir a sectores “independientes”, poco reacios a acompañar al kirchnerismo peronista (había de 3 de 4 candidatos en Juntos Avancemos), también quedó alcanzada por los cuestionamientos. Tal vez sea justo decir que arriesgamos una tercera hipótesis que explique que los votos perdidos deban buscarse en el ausentismo, en el moderado crecimiento de las fuerzas políticas menos importantes y en el mayor caudal electoral que aportó UPCSF.

5. Figuras políticas desgastadas

 En la elección del último domingo, se presentaron tres protagonistas con un ejercicio común entre 2019 y 2023: Omar Perotti, José Corral y Antonio Bonfatti tienen como hecho coincidente que hace cuatro años participaron de las PASO en condición de candidatos a gobernador y que en esta oportunidad lo hicieron como cabezas de lista para ser diputados provinciales, tratando de prevalecer en una práctica que supo imponer el rosarino, que luego también desarrolló Miguel Lifschitz a los fines de convertirse en jefes de la Cámara de Diputados.

Algo también los une: el deterioro político de sus figuras. En los tres casos perdieron votos de una manera notable. La secuencia muestra ese deterioro: Omar Perotti perdió 224000 votos (48%), el ex intendente de Santa Fe 174.000 (46%) y Bonfatti 420.000 (82%), donde puede decirse que el rafaelino hasta ahora salvó la ropa porque resultó triunfador en su interna, aunque si se repitieran los resultados del domingo, el actual gobernador quedará subsumido a un espacio menor en la legislatura.

El electorado santafesino se expresó y todo está por definirse ya que, de acuerdo a una verdad de Perogrullo, las elecciones PASO y las generales, a veces, nada tengan que ver entre sí. Aunque algunos la tengan muy difícil y otros ya se sientan ganadores definitivos.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Wed, 19 Jul 2023 21:11:19 -0300
UP https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6768-up https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6768-up UP

Tirá, tirá para arriba, tirá.
Si no ves la salida, no aflojes mi amor,
no aflojes, vos, tirá.
Tirá, tirá para arriba, tirá,
no hay horas perdidas, no importa, mi amor,
no importa, vos, tirá…
Miguel Mateos

En la genial “UP, una aventura de altura”, película que fue coproducida entre Disney y Pixar, su protagonista Carl Fredriksen aparece en el medio de un conflicto por los derechos de su propiedad. En su soledad, no se le ocurre mejor idea que alejarse de la misma, atando un sinnúmero de globos a su pequeña casa y salir a recorrer el mundo, deseo tan antiguo como su propia edad. Al filme siempre me gustó pensarlo como una alegoría para hacer aquello que nos gusta pese a los años que portamos, las ausencias y algunas presencias, inicialmente, no deseadas.

En la semana que acaba de culminar, al Frente de Todos se le puso fecha de vencimiento y en lo nominal, el oficialismo ha preferido encarar el próximo tiempo electoral con otra impronta: “Unión por la Patria” (UP). Sería legítimo suponer que a ningún genio de la publicidad política se le ocurra la idea de vincular la sigla con el significado del inglés en un movimiento que se define como nacional y popular.

Pero más allá de esta chicana de ocasión, la primera pregunta de rigor deviene en que si este proceso electoral ya iniciado, actuará como los globos de la recordada película, permitiendo que el oficialismo suba en la consideración primero interna y luego general o, como con el personaje del niño explorador Russell, habrá que acostumbrarse a convivir con presencias no deseadas. Recorrido por una semana proyectada desde hace un tiempo, pero, seguramente, no deseada en sus resultados. Pasen y vean. Sean todos y todas bienvenidos.

En el plano nacional, desde comienzos del año político, se sabe que, además de las fechas de la celebración de las elecciones PASO y generales, el miércoles 14 de junio y el sábado 24 del mismo mes, se habían transformado en mojones que sintetizarían buena parte del escenario político de 2023. Inscripción de alianzas y frentes primero, y definición de candidaturas después, las rutinas dirigenciales y el seguimiento de las mismas por parte de analistas, operadores mediáticos y militantes han estado centradas en descubrir las señales de lo que podría suceder por estos días.

En material electoral, en el recorrido de los últimos meses podemos sintetizar tres etapas para el oficialismo: la del intento de derogación de las PASO, la discusión por una candidatura de síntesis y, finalmente, la aceptación a regañadientes del tándem cristinista massista de que el 13 de agosto habrá que hacer debutar un sistema de elección de candidatos con competencia interna para cargos ejecutivos nacionales.

https://twitter.com/unionxlapatria/status/1669088968594292736

La primera de esas etapas transcurrió durante 2022. Parte del oficialismo planteaba públicamente que las PASO debían ser derogadas o, cuanto menos, suspendidas en su realización. Las razones, que hemos expuesto en este artículo respondían al más puro pragmatismo político: a la vez que se ordenaba el proceso electoral desde la conducción política del Frente de Todos, se potenciaba el riesgo de atomización en el espacio de Juntos por el Cambio, ya que la intensidad de la interna amarilla era tan notoria, que no eran pocos los que imaginaban que la oposición terminaría fragmentada, al punto de que cada referente armara su propio “kiosquito” electoral y de esa manera habilitaba un seguro triunfo oficialista.

Esa propuesta encontró límites en el Congreso de la Nación. En la oposición, que dos años antes había pedido derogarlas y que entendía que ahora ese proceso interno podía ser canalizado en términos institucionales; y en el propio oficialismo donde no pocos legisladores veían con malos ojos modificar el sistema electoral de acuerdo a las conveniencias electorales de cada coyuntura.

Ya en 2023, la segunda etapa vino de la mano del argumento defendido con especial ahínco por el massismo, de que era necesario evitar las internas en el Frente de Todos encontrando un candidato que actuara como síntesis del proceso. Las razones argumentativas eran más o menos sencillas. Había que evitar un doble desgaste: el de un proceso interno que puede (y suele) dejar heridos en el camino y el de los hipotéticos titulares del día lunes siguiente a las elecciones donde, en un escenario de tercios, el mejor de los candidatos oficialistas apareciera tercero o cuarto.

Salidos Cristina Fernández de Kirchner y Alberto Fernández del menú de ofertas (en ese orden temporal y por diversas razones), ese nombre de síntesis no ha surgido pese a la presión ejercida por sus propaladores, quienes además contaban con el apoyo de unos cuantos gobernadores y referentes de la CGT.

Y por último, la transición de estos diez días, entre la conformación de los frentes y la nominación de candidatos, da por seguro que las internas son un hecho y que, buena parte del oficialismo no la ha procesado de la mejor manera, lo cual se demuestra con dos hechos por demás de evidentes: el comunicado del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires conducido por Máximo Kirchner y la referencia de la vicepresidenta en un acto en la provincia de Santa Cruz.

https://twitter.com/BonaerensePJ/status/1669108017814437888

Más allá de los dimes y diretes, de lo dicho o no en las reuniones internas, de los tonos utilizados o de la prosapia de cada uno de los protagonistas, lo cierto es que la política argentina cada vez queda más expuesta en su bonaerización (para profundizar en el abordaje del tema, leer este artículo de la colega María Esperanza Casullo).

La discusión por los pisos electorales en la conformación de las listas de diputados es un buen ejemplo de ello. Recordemos que, de acuerdo a la ley electoral nacional, cada frente debe resolver cómo se reparten las candidaturas a los llamados cargos plurinominales en cada provincia. El número que se elija, puede resultar limitante para aquellos que no lo superen ya que se podrían quedar sin la representación ante el electorado en las generales.

Uno de los ejes de la disputa interna bonaerense estuvo centrada si ese piso debía ser de 40 (propuesta cristinista) o de 20 puntos (idea del sciolismo). Como es de rigor, se partieron diferencias y el número quedó en 30. Pero lejos de reivindicar la idea del acuerdo, el comunicado ya señalado y las declaraciones de la ex presidenta vinieron a enrarecer aún más el clima y, de paso, proyectarlo al conjunto nacional, donde, vale decirse, el escenario es otro.

Santa Fe es un buen ejemplo por un doble motivo. Ese límite que comentamos será de 10 puntos y con reparto en la lista por sistema D’hont, lo cual garantiza de manera más o menos adecuada la proporcionalidad representativa para todos los sectores.

El otro motivo se impone desde una lógica de estricta muñeca política: los cuatro precandidatos a gobernadores (y sus respectivas vices) se sumaron a un encuentro en la sede del Partido Justicialista en la ciudad de Santa Fe, donde trataron de mostrar que el concepto de “unidad en la diversidad” aún tiene vigencia por estos arrabales del mundo. El acuerdo de llevar adelante un proceso interno ordenado, donde tres de los cuatros protagonistas se podrían referenciar como hijos de la generación “diezmada”, se contrapone, también, con lo que sucede en el famoso frente de frentes donde las vertientes jóvenes de un radicalismo que sueña con sentar en el sillón del Brigadier López a uno de los suyos, parecen no ceder en una disputa que no duda de hablar de narco política y de gastos de dudoso origen en los movimientos de campaña.

https://twitter.com/PJ_SantaFe/status/1669721552567390208

La otra novedad de la semana radicó en las declaraciones de la vicepresidenta que, como nunca, se involucró públicamente en el barro de la disputa interna por la conformación de las listas. Quienes siguen esta columna dominguera, recordarán que hace un par de semanas nos animábamos a pensar en una Cristina alejada de esas cuestiones menores y proyectando, de alguna manera, más allá de los apoyos circunstanciales, en erigirse en una referencia que actuara desde un liderazgo innegable.

Parece que nos hemos equivocado. Las razones del cambio tal vez deban buscarse en una realidad política donde ya no se puede imponer cierto orden desde la fortaleza innegable de los números. Ni Eduardo De Pedro, ni Sergio Massa parecen despegarse en el lote de candidatos. Sin apoyo explícito de un nombre propio (actitud que resultaría extraña para la forma en que la vicepresidenta ha construido su carrera política) todo parece indicar que estamos ante una disputa de varios “iguales”.

No son pocos los que imaginan que la bendición (¿o crucificción?) llegará para imponer el nombre propio de Axel Kicillof para la disputa de las presidenciales, situación no deseada en ningún sentido por el actual gobernador de la provincia de Buenos Aires. Si ello es así, podríamos hablar de una sorpresa final, pero bastante limitada por cierto.

Miguel Mateos supo componer una canción que se transformó en un himno para los que superamos la barrera de los 50. Cantada a voz en cuello, a los gritos y en plena celebración vital de las fiestas ochentosas, “Tirá para arriba” sigue siendo esa síntesis de melodía y letra que nos interpela desde lo que nos falta, lo que no nos sale o todo aquello que la vida de alguna manera, nos limita, pero que igual debemos seguir intentando. No son tiempos fáciles para quienes eligen el compromiso por una idea política. Cierta dirigencia parece encerrada en algún chiquitaje inconducente. Vos tirá para arriba, no aflojes. El ejemplo de Jujuy y de lo que nos puede esperar, está a la vuelta de la esquina.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 18 Jun 2023 10:04:52 -0300
Cuidado con la curva https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6766-cuidado-con-la-curva https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6766-cuidado-con-la-curva Cuidado con la curva

Sabido es que en el tránsito urbano, cuando se conduce responsablemente, se llega a la curva frenando y se sale de ella acelerando. Podrá utilizarse la segunda o la tercera marcha, dependiendo de cada motor, pero es indudable que el ejercicio supone una básica noción del uso del tiempo. En política, fundamentalmente la de las ligas mayores, el recurso temporal es una herramienta que puede transformarse en un activo que define situaciones en un sentido o en otro. La ambigüedad es parte de esa razón de ser: decir sin decir del todo es una condición sine qua non de muchas estrategias.

Si una imagen puede valer más que mil palabras, resulta evidente que el acto del 25 de Mayo, donde se recordaba (entre otras tantas cosas) la llegada al poder en 2003 de un ignoto Néstor Carlos Kirchner, dejó múltiples señales que todos pudimos ver. Pero a veces, no todo lo que está expuesto refiere a la sustancia de las cosas. Coyuntura de un acto con la estela de 20 años de historia, pero con la enorme vigencia de un 2023 lleno de curvas y contra curvas. Sin, necesariamente, acelerar a fondo, pasen y vean. Están todos y todas invitadas.

Sobre una Plaza de Mayo reducida en tamaño, con la épica que pueda aportar un día de lluvia y con un escenario que miraba a un cabildo que doscientos trece años atrás había repetido la imagen de un clima desapacible y un pueblo movilizado; Cristina Fernández de Kirchner en particular y el peronismo en general, se dieron el gusto (definitivamente constitutivo) de movilizar a varios cientos de miles de ciudadanas y ciudadanos, interesados por la palabra de la lideresa más importante que estos cuarenta años de democracia supieron parir. Le pese a quien le pese y le guste a quien le guste. El convite dejó cuatro ejes insoslayables. Repasemos.

https://twitter.com/CFKArgentina/status/1661839360365305892

Uno. Una ponderación renovada. La Vicepresidenta volvió a insistir en la calle, con algo que cuarenta y ocho horas antes había señalado en un set de televisión: “que el actual gobierno, pese a las diferencias y discusiones internas, era infinitamente mejor que lo hubiera sido un segundo mandato de Mauricio Macri”. Usó al número que representa la medición en dólares del Producto Bruto Interno de 2015 comparativamente con 2019 y aportó los valores de 2022 como una verdad irrefutable. 

El dato debe ser pensado como una base desde donde interpelar a la ciudadanía, fundamentalmente a aquellos a los que se debe re enamorar si se quiere contar con alguna chance electoral para la tríada de fechas electorales (agosto, octubre y en lo que hoy parece como inevitable, el ballotage de noviembre); pero también como un parte aguas del que Cristina no puede escapar del todo, al haber sido la mentora fundamental de esta experiencia novedosa llamada Frente de Todos.

Dos. La centralidad de siempre. Ella será una referencia insoslayable en el armado de cara a lo que viene en el universo oficialista. Tanto en lo que parece ser una cada vez más confirmada PASO, como en las elecciones generales. Esto es así por peso específico propio, ese que se resume en que ningún dirigente del oficialismo o de la oposición, reúne tanta aceptación detrás de su figura. Como ejemplo basta un botón: no fueron pocos los funcionarios del gobierno que no reportan a ella en el día a día de la gestión, pero que sí se hicieron presente en la masiva convocatoria del jueves.

https://twitter.com/wadodecorrido/status/1661885600524382208

Tres. Sin bendiciones públicas. En línea con lo anterior y pese a ciertas ansiedades reinantes de algunos que vienen muy rápidos y que al decir de un tal Carlos “Indio” Solari están a tiro de que se les suelte el patín, la ex presidenta parece no moverse en la inmediatez de ciertas urgencias. Todo el mundo espera de su parte la nominación de un candidato, hecho que por ahora no llega, y que, irresponsablemente y a contramano de cierto espíritu general, este analista empieza a dudar de que llegue. Nos explicamos con dos argumentos.

Descartado el apoyo del cristinismo a Eduardo “Wado” De Pedro, cuestión que se ha hecho por demás de evidente durante este fin de semana largo, con pintadas y afiches en las calles más un video de lanzamiento del actual ministro del Interior y que se suma a su cercanía corporal en el escenario del jueves; vale preguntarse si ella no intentará ponerse por encima de la situación de una interna nunca deseada en su propio espacio. Como mojones valen recordar los intentos por derogar las PASO, y los persistentes intentos de lograr un candidato de unidad.

La historia suele demostrarlo. No resulta raro para cierto ABC de la política y por cierta práctica persistente desde los primeros tiempos kirchneristas, que un líder (lideresa en este caso) no apueste decidida y públicamente por un precandidato de la interna. “Vayan y jueguen” suele ser la mejor de las bendiciones que a veces reciben aquellos que quieren contar con el decidido apoyo del líder.

https://twitter.com/danielscioli/status/1662214568926666753

La presente especulación se explica desde la lógica de una Cristina Fernández de Kirchner que tal vez se imagine a partir de diciembre de 2023 como jefa insoslayable de la coalición de gobierno (si se triunfara en las generales) o de la oposición (si la derrota fuese el resultado que dispongan la mayoría de los argentinos).

En ese contexto deben sumarse a Daniel Scioli, quien insiste en su precandidatura, y a Agustín Rossi, quien prepara su lanzamiento vía streaming para este lunes 29 de mayo. Para completar el cuadro, quien debe comenzar a sentir cierto alivio es Axel Kicillof que, a diferencia de la opinión de Máximo Kirchner, no quería ir por el premio mayor que supone la presidencia, sino quedarse a disputar su reelección en la provincia de Buenos Aires, cosa que, todo parece indicar, sucederá en los hechos.

En resumen y planteando una pregunta de rigor dada la configuración actual del peronismo, ¿quién estaría en condiciones de discutir la centralidad de Cristina Fernández de Kirchner si ella estuviera frente al escenario de una derecha que, triunfante en octubre o noviembre, vendría por el plexo de derechos que ha sabido consagrar el peronismo a lo largo de la historia? En el horizonte no aparece ningún nombre con semejante peso específico. 

https://twitter.com/RossiAgustinOk/status/1662098563910840322

Cuatro. Hacerse cargo. Durante mucho tiempo, la actual oposición mediática y política parecía tener como único horizonte de crítica a la figura de la vicepresidenta. El “Cristina, Cristina, Cristina” se transformó en una chicana que se supo construir de este lado del mostrador. A la vez que se la detestaba, el amarillismo de Cambiemos (con todo el rigor de la palabra) la ponía en el centro de la escena como síntesis de todos los males. Un infantilismo político que sólo encuentra semejanza en la denostación permanente a la historia y esencia del peronismo.

De un tiempo a esta parte, cuando las diferencias en el oficialismo se hicieron más evidentes, y ante sus límites de gestión, la referencia al “Cristina, Cristina, Cristina” pareció mudarse de vereda. Florecieron sus exégetas, los que reinterpretaron la historia de la década ganada, los que tienen la “posta anticipatoria” de lo que serán sus movimientos políticos y los que construyen la imagen de una Cristina perfecta y sin errores.

A todos ellos pareció hablarles, también, el día jueves. Reconoció que la década ganada no había sido Disneylandia y ante la insistencia de su candidatura que no será (“una más y no jodemos más”) abrevó en un piadoso silencio. Cerró el discurso con una frase lapidaria también para los propios: “no exigirles a los otros, lo que uno no está dispuesto a realizar por uno mismo”, reversión en modo lluvia, de aquel tomar el bastón de mariscal que supo expresar hace algunos meses atrás, primero en una cena privada y luego de manera pública. Si fuera válida una reinterpretación comparativa, es como aquella madre que les dice a sus hijos que no le pidan más a ella y que salgan al mundo y maduren.

En la continuidad inmediata del acto, y de lo que pudo verse en redes y en algunas declaraciones televisivas, no fueron pocos (sí, tal vez los menos) lo que sintieron que, de cara al futuro, el acto no les había agregado demasiado. Tal vez la base de ese desasosiego radique en la insistencia de un cristinismo que maximizó al extremo la centralidad de la Vicepresidenta: más como una necesidad propia que como una estrategia dispuesta desde la conducción política.

También queda pendiente lo que ella ha sabido esbozar como el programa que debería discutir el oficialismo antes de que emerjan las candidaturas. Planteó varios lineamientos, con el agregado sobresaliente de la cuestión del litio y cómo pararse frente a eso. “No tener la concepción de Potosí”, donde los poderosos de turno engrosen sus ganancias con una dinámica extractiva que le otorgue migajas al conjunto de los argentinos, parece ser una buena síntesis.

Pero el punto en cuestión es que tal vez hoy no se cuente con el tiempo material para la discusión interna de ese programa. La vecindad electoral apremia y tal vez, la única esperanza radique en que el mismo pueda discutirse de cara a la sociedad en el marco de la campaña inminente. Ante las presiones internas que le exigen ciertas definiciones, Cristina Fernández de Kirchner parece conducir a otra velocidad. Tal vez algunos, con sus pretensiones, no vean la curva que parece lejos y a la distancia.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 28 May 2023 09:36:09 -0300
No hay dos sin tres https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6765-no-hay-dos-sin-tres https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6765-no-hay-dos-sin-tres Las Tres Sombras de Godin

Resultados domingueros previsibles. El intento opositor de establecer algunas reglas mínimas para sobrellevar un proceso de internas sin que todo vuele por los aires, a la vez que reivindica la intentona de una nueva jugada cortesana en una provincia definitivamente esquiva a sus intereses. Una carta que se explica por sí misma aunque su autora reclame “comprensión de texto”, en un programa de televisión que alcanza niveles récord de audiencia para una señal de cable. Todas estas circunstancias explican buena parte del devenir político de los últimos días en una Argentina que, de a poco, profundiza su modo campaña. Revisemos.

Si ponemos el rewind (generación Z, abstenerse) y miramos a la distancia, el escenario parecía ideal: un gobierno con problemas evidentes de cohesión interna, datos de pobreza e inflación en alza y el desgaste que supondrían cuatro años de gestión. Cualquier consultor político que se precie y que resulte contratado para dirigir la campaña de un espacio opositor, se frotaría las manos ante el cúmulo de oportunidades imaginadas de cara al proceso electoral. Pero nada es tan lineal y sencillo en un país como la Argentina. Y las certezas que algunos parecían dar como definitivas unos pocos meses atrás, comienzan a desvanecerse de la misma manera que la idea de un otoño frío y seco.

La lógica que había surgido desde comienzos de año parecía más o menos sencilla para el mundillo de Juntos por el Cambio: con un oficialismo debilitado por las razones antes expuestas, sólo quedaba definir los nombres de quiénes serían los protagonistas encargados de devolver a la fuerza amarilla al gobierno de los argentinos. Pero pasaron cosas: su propia interna ha escalado a niveles casi desconocidos para el gran público, la figura de Javier Milei ha crecido de manera no prevista, y las elecciones provinciales, por ahora, no son (ni por asomo) lo que se esperaba desde el PRO.

En ese sentido, el proceso electoral de los estados subnacionales ya alcanza a un tercio de los mismos (ocho) y de las cuales pueden sacarse tres conclusiones: a diferencia de las legislativas pandémicas de 2021 prevalecen los oficialismos; excepto el caso de Jujuy, Juntos por el Cambio (o sus colectoras) ha sido ampliamente derrotado y Libertad Avanza, no se hace visible en las urnas.

Históricamente, en años de comicios por cargos ejecutivos, el sistema electoral argentino convive con dos escenarios paralelos que se retroalimentan entre sí: mientras se desarrollan las elecciones provinciales, la campaña nacional toma forma. Muchas veces de manera separada e independiente, pero en esta oportunidad, la falta de definición de las candidaturas, principalmente en el Frente de Todos, ha propiciado que cada votación sea puesta bajo la lupa de manera protagónica.

El dato original de este 2023 muestra al espacio opositor buscando respuestas por fuera de los límites que impone un proceso electoral: la definición cortesana que terminó obligando a Juan Manzur a bajarse de una candidatura a vice gobernador de Tucumán y a poner en lista de espera al deseo reeleccionista de Sergio Uñac en San Juan; ha tentado a algunos protagonistas a probar suerte en el máximo tribunal, negando lo que dicen las constituciones provinciales y con interpretaciones forzadas de la Carta Magna sancionada en 1853. Si ya se limitó el derecho al sufragio en dos provincias, algunos imaginan que tal vez pueda haber una tercera. 

https://twitter.com/insfran_gildo/status/1658635077843025920

Es el caso de la novedad de la semana, donde un dirigente opositor formoseño no tuvo mejor idea que presentar un amparo para que la Corte impida la candidatura del actual gobernador de Formosa Gildo Insfran. El litigante no tuvo el mejor de los viernes: una vez que el máximo tribunal le dio vista al Procurador, éste desestimó el pedido por considerar que los supremos no tienen competencia en el asunto. Por lo demás, si los cuatro de la calle Talcahuano decidieran repetir el espíritu de hace un par de semanas atrás, generarían dos hechos simultáneamente vergonzosos: un verdadero escándalo político y un aún más desechable antecedente jurídico dado que la Constitución de esa provincia, no impone límite de reelecciones y, además, deslegitimaría a un ciudadano que gobierna ese territorio desde hace, nada más y nada menos, que dieciocho años, elegido a través del voto ciudadano.

Ya no basta con judicializar leyes que son sancionadas de manera legítima por el Congreso de la Nación o decretos del Poder Ejecutivo que corresponden a su derecho de gestionar. A partir de algunas “primicias” que transcienden en la corporación mediática, buena parte del sistema político se empieza a preguntar hasta donde estará dispuesto a llegar el cuarteto de jueces supremos.

En nombre de la república y las alternancias parte de la política se vuelve a denigrar a sí misma, negando la esencia de la voluntad popular y buscando por fuera de ella lo que las mayorías no parecen otorgar.

En este contexto, los dos espacios más importantes siguen atravesando coyunturas disímiles a la vez que semejantes y que podrían ser sintetizadas en la existencia de profundos procesos internos, pero que empiezan a dar señales de cierto ordenamiento que imponga algunas reglas relativamente claras.

Para el caso del Pro, a pocas horas de haberse conocido los resultados en las provincias de Tierra del Fuego, La Pampa, Salta y San Juan, la conducción partidaria nacional intentó dar una señal hacia afuera, pero fundamentalmente hacia adentro, al decidir que el precandidato para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires será definido por un mix de encuestas y que en la provincia más grande del país, cada pre candidato presidencial llevará el suyo propio para la gobernación.

El espacio fundado por Mauricio Macri enfrenta un serio problema para la elección de CABA y que tiene nombre propio: Martín Lousteau. El actual senador cuenta con una buena proyección en las encuestas y nadie puede confirmar del todo que el triunfo interno del PRO esté asegurado. Llevar dos candidatos por el mismo partido suponía una partición del voto que sólo le convendría al creador de la tristemente célebre Resolución 125.

Del otro lado, en el Frente de Todos, y más allá de los reiterados argumentos del ministro de Economía Sergio Massa pidiendo unidad para una mejor gestión, la centralidad política de la semana le volvió a corresponder, por una doble acción, a Cristina Fernández de Kirchner. En primer término por la carta publicada en sus redes, el mismo día y unos minutos después que se celebrara el congreso partidario en el micro estadio de Ferro, donde se había pedido por una “Cristina presidenta”. En la misiva digital volvió a ratificar lo anunciado el 6 de diciembre, cuando se conociera el fallo condenatorio de la causa “Vialidad”, desistió de participar como candidata (para cualquier cargo) del proceso electoral de este 2023. El sacudón político para quienes habían activado el operativo clamor no fue menor.

https://twitter.com/CFKArgentina/status/1658585951789109250

El segundo hecho refiere a la presencia de la vicepresidenta, por primera vez luego de seis años, en un set de televisión. En esta oportunidad, en el programa Duro de Domar que alcanzó la friolera para un canal de cable, de casi once puntos de rating. Si a ese número le agregamos el seguimiento en redes y en diversos canales de You Tube, es probable que su presencia televisiva la hayan seguido no menos de 1.500.000 ciudadanas y ciudadanos: un número nada desdeñable para una supuesta muerta política que desde hace veinte años incide en el juego de las grandes ligas.

Más allá de las apuestas previas de muchos de sus partidarios, Cristina obvió las grandes definiciones que refieren a candidaturas. No fustigó al presidente y a sus funcionarios más cercanos (no es poco), reivindicó por primera vez en mucho tiempo a éste, como un gobierno infinitamente mejor que el de Mauricio Macri y se la notó sensibilizada cuando le tocó hablar de la situación de su hija y del recuerdo de su compañero Néstor Kirchner. Pidió salir rápido de ese lugar, y no se privó de hablar de un escenario de tercio electoral, tal vez su definición política más importante.

La ex presidenta confirma lo que muchos encuestadores han dejado traslucir desde hace algunos meses: ya no existe un escenario antitético de uno contra uno, donde Juntos por el Cambio y el Frente de Todos disputarían el premio mayor, sino que el supuesto libertario Javier Milei tallará de manera determinante en agosto y octubre. Según ella, si ya no son dos sino tres, la clave para el oficialismo pasa por llegar al ballotage. Los nombres propios, más allá de las ansiedades y las múltiples interpretaciones, te los debo. No falta demasiado para ello, pero por ahora, este analista supone que Cristina insistirá con la idea de un programa que aglutine al peronismo, pero que fundamentalmente, “re enamore” al electorado.

Y del otro lado, en parte, parecen haber recogido el guante. La convocatoria del presidente Alberto Fernández al acto del 25 de mayo que organiza el cristinismo, celebratorio de los veinte años de la llegada al poder del kirchnerismo, puede ser una buena forma de fomentar algunos puntos de encuentro que vayan más allá de un acuerdo de unidad o de la celebración de las PASO.

Eran dos provincias condicionadas por decisión cortesana y algunos pretenden que ahora sean tres. Cerrábamos 2022 con la hipotética disputa entre peronistas y cambiemistas para las elecciones presidenciales de este año, pero apareció un nuevo protagonista que, ahora parece ser, nadie quería del todo. Multiplicidad de actores, complejidad de perspectivas. Nadie la tiene del todo fácil.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 21 May 2023 08:55:42 -0300
Woodoku https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6763-woodoku https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6763-woodoku Woodoku

En el juego del Woodoku, al que este analista confiesa ser aficionado, la gracia consiste en llenar casilleros que nos van asignando más puntaje. En un tablero de ochenta y un cuadrados, pequeñas piezas de hasta cinco bloques deben ir incorporándose en línea para, una vez completado determinado sector, sumar puntos a la vez que dejamos el espacio libre. De alguna forma, una analogía con los tiempos que comienzan a transitarse en la política argentina en general y en la santafesina en particular: mientras se acerca el tiempo de las definiciones y el tablero de operaciones, candidaturas y resultados electorales comienza a despejarse, vale descubrir quiénes son los que, verdaderamente, podrán sumar algo al gran juego de este ya avanzado 2023. La primera semana de mayo, otra vez, fue rica en matices que bien valen unas líneas al respecto. Pasen y vean. Están todos y todas invitadas.

El federalismo argentino que consagra la Constitución Nacional sancionada en 1853, habilita a que cada provincia elija sus propios sistemas electorales y de representación en tanto y en cuanto, ellos no sean contradictorios con lo dispuesto en la Carta Magna en cuanto a valores y principios. Eso supone la posibilidad concreta de que cada Estado subnacional elija la unicameralidad o la bicameralidad legislativa, la representación por cupos más o menos acotadas, su propio sistema de votación, su instrumento y las fechas de las elecciones, decisión ésta última que en la mayoría de los casos depende de la voluntad política del gobernador. Conviven así en la Argentina, multiplicidad de variantes que complejizan los abordajes.

En ese contexto hay dos consecuencias inalterables en el tiempo. La primera refiere a la tendencia, podría decirse que natural de parte de gobernadores y candidatos, a “alambrar” las provincias para que lo nacional no complique la coyuntura de esos territorios. La segunda radica en la innumerable cantidad de medios, analistas y hasta dirigentes políticos que ven como una señal de debilidad de los oficialismos nacionales, que los mandatarios provinciales elijan desacoplar los comicios locales de los federales (en este 2023 son dieciocho). Basta echar un vistazo en los procesos de las últimas décadas para comprender que lo que para algunos es debilidad, refiere en realidad a una práctica definitivamente asentada.

Ese entramado, que se visualiza en el conjunto de veinticuatro sistemas electorales provinciales más el nacional, impone, en años electorales, la convivencia de un paralelismo que a veces puede resultar, para algunos, desgastante: mientras la mayoría de las provincias suelen elegir a sus autoridades con varios meses de anticipación, la elección nacional queda más cercana al proceso de recambio de autoridades de cada 10 de diciembre de los años impares.

Para sumar confusión a aquellos ciudadanos desprevenidos a los cuales no le interesan estos asuntos, el sistema político en su conjunto (dirigentes, partidos, comunicadores y analistas), suele tomar cada resultado comarcal como un anticipo de lo que sería la elección nacional. Los que peinan canas recordarán aquel viejo caso de una elección en Perico, provincia de Jujuy, durante 1997, donde el menemismo que había resultado triunfador intentaba proyectarlo a la totalidad del país, luego de una magra cosecha de votos en el total país.

De alguna manera, este tablero de Woodoku que comienza a activarse se proyecta en dos sentidos: en el de las propuestas y en el de los resultados. Para el primero de ellos la semana que pasó fue rica en episodios.

https://twitter.com/mariuvidal/status/1654257899823087617

A nivel nacional, en Juntos por el Cambio, más concretamente en el PRO, la noticia más importante fue la decisión de María Eugenia Vidal de bajarse de una pre candidatura a presidenta que había anunciado algunos meses atrás. ¿Novedad? Definitivamente, no. Quienes siguen esta columna semanal y nuestra participación radial en AM1330, sabrán que hemos relativizado aquel lanzamiento de la ex gobernadora de Buenos Aires.

Las razones sobran pero podrían sintetizarse en tres: su mala gestión en la provincia de Buenos Aires, su escasa visibilidad como diputada nacional en los dos últimos años y la existencia de nombres internos previamente instalados como los de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, con otra espesura y bagaje político. Por lo demás, es de dudosa efectividad el estilo madre sobreprotectora, impoluta y abnegada, en tiempos de un partido que profundiza públicamente su viraje a la derecha, tapando bajo la alfombra de la protección de la corporación mediática, la violencia que subyace en ciertas propuestas.

No menos relativa es la posibilidad de que la renunciante pueda aparecer como la síntesis de la interna partidaria que la ubique en una candidatura única para la jefatura de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Pero habrá que esperar. Los caminos de la política argentina son, como los del Señor, inescrutables.

Por el lado de los supuestos libertarios, no dejó de llamar la atención la decisión de su máximo referente, de no sostener ninguna candidatura provincial más allá de los cuatro casos de CABA, Buenos Aires, Tucumán y La Rioja. Los magros resultados electorales conseguidos hasta aquí, los que se proyectan en las inminentes elecciones de este fin de semana y la escasa visibilidad de los que pintan como propuestas comarcales libertarias de mediano plazo, forzaron la decisión de Javier Milei de evitar un armado nacional que le impondría otras condiciones.

Ante esto, no fueron pocos los analistas que pusieron el eje en los límites que eso puede representar en la candidatura presidencial del hombre que fantasea con una dolarización. El problema es estructural: desde un bloque con unos pocos diputados propios, más allá de cierta propalación mediática, sin estructuras partidarias que sostengan una candidatura a lo largo y ancho del país (o por lo menos en las provincias más pobladas), resulta muy difícil institucionalizar una propuesta.

Algo de esto entendió Mauricio Macri en su momento cuando parió Cambiemos a partir del acuerdo con la Unión Cívica Radical. Los territorios también siguen siendo importante en la política del siglo XXI, aunque a veces algunos crean que en los medios y las redes está la verdad final de las cosas. Las luces de la Reina del Plata pueden enceguecer: una elección nacional requiere de una vocación de poder que intrínsecamente supone salirse de ciertas seguridades inmodificables.

Pero si hablamos de situaciones sin variantes, el Frente de Todos a nivel nacional parece llevarse las palmas. No son pocos los dirigentes que comienzan a pedir públicamente un encuentro entre los popes del espacio a fin de ordenar el proceso electoral que, a no dudarlo, ya comenzó.

Más allá del diálogo de las segundas líneas para ese encuentro, no dejó de llamar la atención la  afirmación de un experimentado y gatuno periodista porteño que anunció la “primicia” de una Cristina candidata presidencial. Al no haber correlato de ningún tipo, el tema quedó relegado al micromundo de la política y de las redes. Si el comunicador se comió una operación o actuó de operador, sólo él lo sabe, pero al respecto cabe decir que, a lo largo del tiempo, la vicepresidenta ha sabido mantener un estilo donde no suele adelantar decisiones de ningún tipo, con o sin impacto, vía off the record. Uno imagina que a esta altura de los acontecimientos, no cambiará de formas.

El tiempo de definiciones no se reduce a lo comentado hasta aquí. Más allá de los vaivenes y dudas en CABA y en la provincia de Buenos Aires, tanto para oficialistas como para opositores, en Córdoba y Santa Fe también empiezan a individualizarse los nombres propios. Mientras en la provincia mediterránea estamos a poco menos de 24 horas del cierre de listas, por estos lares queda una semana para que descubramos, quién va con quién en este juego del poliamor político. 

Por lo pronto, Carolina Losada confirmó el día lunes su precandidatura como gobernadora, la cual vendrá acompañada de Federico Angelini como vice, hombre de estrecha confianza de Mauricio Macri y cercano a Patricia Bullrich (¿pedirá también él, licencia en la conducción partidaria?). Su presentación al mejor estilo PRO, por imagen escenográfica, discursiva y hasta de vestimenta, tuvo un segundo acto que la llevó a afirmar que, en caso de ser gobernadora, vivirá en Santa Fe. Se le podría regalar un aplauso si no fuera porque la Constitución Provincial ya lo consagra como una obligación.

No tardaron en recordárselo desde lo más granado del sistema político santafesino, opositores internos incluidos, a quienes les respondió “sin querer queriendo” al decir del Chavo del 8, que ella llegaría al poder sin tener vínculo alguno con la narco criminalidad. No se supo, públicamente, qué pudo haber afirmado algún precandidato nacido en Hughes, aunque podemos suponerlo, junto con la idea de una interna que en ese espacio parece que será subidita de tono.

En el otro sentido del llenado de casilleros del tablero entra el de los resultados que se sucederán este domingo en tres provincias argentinas: La Rioja, Jujuy y Misiones. En las tres, a contramano de lo que sucedía con las elecciones en tiempos de pandemia y de acuerdo a los datos previos, prevalecerían los oficialismos.

En la primera de ellas se da por descontado el triunfo de Ricardo Quintela. La duda radica en si, efectivamente, Martín Menem, candidato que ha sido apoyado públicamente por Javier Milei, logra desplazar a Juntos por el Cambio al tercer lugar, lo cual no sería una buena noticia para la coalición conformada por radicales y amarillos.

A poco más de 700 kilómetros de allí, en la provincia de Jujuy, con un peronismo partido en tres y mientras la izquierda aspira a ocupar el segundo lugar, todo parece indicar que prevalecerá Carlos Sadir, ministro de Economía de la administración que conduce Gerardo Morales, quien espera una victoria contundente que le permita proyectarlo de manera más decidida en el plano nacional, en un contexto donde su pre candidatura no ha ganado en espesura política.

Cruzando el país en sentido oeste – este, Misiones confirmaría el triunfo de Hugo Passalacqua, ex gobernador, hombre de Carlos Rovira, quien parece tener la provincia lo suficientemente amurallada como para el seguir siendo un jefe político que prevalece desde hace veinte años. De todas formas, los partidos deben jugarse y ninguno está ganado de antemano.

Los múltiples tableros electorales comienzan a completarse. Con pre candidaturas de los distintos espacios que, probablemente y por primera vez desde su implementación a nivel nacional, disputen elecciones PASO con resultado incierto; pero también con datos definitivos en provincias argentinas que, al final del mes en curso, habrá aportado el resultado de poco menos de la mitad de las mismas. Una foto que merecerá ser revisada, pero que no necesariamente sirva de adelanto de lo que pueda suceder en el país entre agosto y octubre de este año.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 07 May 2023 11:51:04 -0300