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Fundamentar - Fundamentar https://fundamentar.com Thu, 28 Mar 2024 13:17:59 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Las claves del éxito del Partido Comunista Chino en su camino al centenario https://fundamentar.com/internacional/item/6512-las-claves-del-exito-del-partido-comunista-chino-en-su-camino-al-centenario https://fundamentar.com/internacional/item/6512-las-claves-del-exito-del-partido-comunista-chino-en-su-camino-al-centenario Partido Comunista Chino

Aquel pequeño grupo de pioneros del PCC, que en julio de 1921 se reunieron en Shanghai, seguramente jamás imaginaron que 100 años después el partido iba a estar consolidado como el pilar fundamental de una China convertida en superpotencia planetaria.

Aquel pequeño grupo de pioneros del Partido Comunista Chino (PCC) que en julio de 1921 se reunieron en Shanghai, seguramente jamás imaginaron que 100 años después el partido iba a estar consolidado como el pilar fundamental de una China convertida en superpotencia, habiendo alcanzado logros monumentales.

La trayectoria del PCC ha estado cargada de duros obstáculos y proezas, desde el primerísimo momento. De hecho, el primer desafío de los fundadores del PCC fue tener que escapar de la persecución policial en Shanghai, completando el primer congreso partidario en un bote alquilado en la vecina Jiaxing. De ahí en adelante, la historia del partido se fundirá entre realizaciones y desgracias, como la cruel masacre sufrida en 1927 a manos de los nacionalistas apoyados desde el exterior.

Hacia 1934, cuando la esperanza de los comunistas parecía esfumarse, agobiados por la brutal campaña de aniquilación lanzada por el gobierno del Guomindang (KMT), Mao Zedong y otros líderes comunistas llevaron a cabo la “Larga Marcha”, una de las mayores hazañas militares de la historia. Fue una verdadera marcha de la muerte, bajo el asedio permanente del KMT y una geografía tan inhóspita como hostil. No obstante, un grupo de pioneros comunistas logró llegar a destino, tras marchar durante 370 días a lo largo de casi 10.000 kilómetros. La mayoría murió en el camino.

En las recónditas cuevas de Yan’an se forjó el carácter de los jóvenes cuadros del partido. Allí se reforzaron las bases organizativas, se reafirmaron los pilares de la ideología comunista y comenzó a tomar forma el sueño de una República Popular bajo el liderazgo de Mao Zedong.

Tras el inicio de la Guerra Civil, sobrevino el desafío de deponer las armas y constituir un frente unido para enfrentar a los invasores japoneses. Con la reanudación de la guerra contra los nacionalistas, las tropas comandadas por Mao derrotaron de manera aplastante al KMT y el 1º de octubre de 1949 quedó oficialmente creada la República Popular China (RPC).

La fundación y la etapa maoísta

A partir de la fundación de la RPC comienza una etapa muy turbulenta para China, signada por el aislamiento internacional en el marco de la Guerra Fría y por la decadencia económica, producto de las fallidas políticas colectivistas de Mao. Millones de chinos murieron de hambre tras el “Gran Salto Adelante” (1958-1961), un desastroso plan de rápida industrialización cuyas consecuencias demográficas duraron varias décadas y marcó a fuego la era de Mao.

Con la economía devastada y acorralado por el criticismo en el seno del PCC, Mao lanzó en 1966 la “Revolución Cultural”, uno de los períodos más oscuros de la historia moderna china. Los jóvenes chinos respondieron al llamado de su líder, lanzando una brutal y caótica persecución contra todo elemento considerado capitalista o tradicionalista en la sociedad china. La cifra de muertes que provocó este movimiento es desconocida y al día de la fecha sigue siendo un tema poco documentado y escasamente debatido en China.

Quizás los mayores logros de la etapa maoísta fueron la consolidación de la integración territorial y la recuperación de la dignidad internacional de China, tras más de un siglo de humillaciones frente a las grandes potencias colonialistas. Hacia 1949, China estaba totalmente arrasada por la guerra y desintegrada territorialmente en varias facciones.

En política exterior, Mao tuvo la astucia de protagonizar uno de los mayores giros geopolíticos de la Guerra Fría: el acercamiento a los EE.UU., en 1972, con el objetivo de contener la amenaza común que constituía la Unión Soviética.

Reforma y apertura

Tras la muerte de Mao, en 1976, el PCC reconvirtió radicalmente su rumbo en el plano económico, de la mano del rehabilitado líder reformista Deng Xioaping. En 1978 dio inicio el proceso de “Reforma y Apertura”, pilar de la futura consolidación de China como superpotencia económica y tecnológica.

Las acertadas reformas de Deng hicieron posible lo que muchos en Occidente han denominado el “milagro chino”, una fructífera etapa con impactantes tasas de crecimiento que no tiene precedentes en la historia, por su escala, magnitud y por los resultados sociales obtenidos.

Tras la muerte de Deng, en 1992 el poder recayó en Jiang Zemin, un dirigente que rápidamente exhibió grandes aptitudes políticas y diplomáticas. El nuevo líder supo garantizar la continuidad de las políticas económicas de Deng, frente a la creciente presión de sectores conservadores, dando inicio a otra etapa dorada de China.

Parte del gran legado de Jiang Zemin fue asegurar una transición de poder ordenada con su sucesor, Hu Jintao. El nuevo líder fijó como principal objetivo afianzar el proceso de crecimiento y desarrollo económico de China, en la búsqueda de una “sociedad armoniosa” y en el marco de un “ascenso pacífico” de China en el plano global.

La era de Xi

En 2012 se produjo un cambio decisivo en la conducción del PCC, con la llegada al poder de Xi Jinping, quien definitivamente ha iniciado una “nueva era” en China, con el norte puesto en las ambiciosas metas de los “dos centenarios”. La primera meta ha sido recientemente concretada, con la erradicación total de la pobreza extrema.

De acuerdo a estadísticas validadas por el Banco Mundial y otros organismos internacionales, unos 740 millones de chinos abandonaron la pobreza, desde 1978. Ahora, China se encamina a convertirse en un “país socialista moderno” hacia 2049, lo que significaría alcanzar ingresos medios equiparables a los ostentados actualmente por las principales economías de Occidente.

Hacia el exterior, Xi ha promovido la construcción de una “comunidad global de destino compartido”, en contraste con la postura confrontativa y unilateralista de los EEUU. Xi ha propuesto realizaciones concretas y no meras promesas, en el marco de la mega iniciativa de la Franja y la Ruta.

Paradojalmente, la tragedia de la pandemia de Covid-19 le ha dado la razón a Xi, sobre la necesidad de la cooperación global para poder superar esta amenaza global sin precedentes. En ese sentido, China ha buscado posicionarse como una superpotencia responsable, ofreciendo vacunas y asistencia sanitaria a todos los países que lo requieran, desde el inicio mismo de la pandemia. La cooperación con Argentina es un buen ejemplo de ello.

Claves del éxito del PCC

A lo largo de estos 100 años de historia, el PCC ha exhibido una línea de continuidad en sus fundamentos ideológicos, incorporando sucesivamente las tradiciones del marxismo-leninismo, el maoísmo, los aportes de Deng, Jiang, Hu, y finalmente, el pensamiento de Xi Jinping. Estos líderes fueron fieles defensores del legado recibido, el cual defendieron y fueron mejorando con sus contribuciones y propia experiencia.

No obstante, el PCC fue capaz de evolucionar ideológicamente a lo largo de la historia, con el objeto de responder a las necesidades y desafíos de cada tiempo, con notable realismo, pragmatismo, visión de largo plazo y minuciosa planificación, sobre todo a partir de 1978. Esas han sido las grandes claves del éxito centenario del PCC.

Pese a los reiterados vaticinios de supuesto colapso del modelo político que encarna el PCC, lo cierto es que, más allá de que nos guste o no dicho sistema, el partido luce más fuerte que nunca al celebrar su centenario. Y su amplia legitimación social no se basa en mera represión o censura, como también suele afirmarse sino que se fundamenta, ante todo, en los incuestionables logros económicos y sociales.

Es algo lógicamente difícil de comprender desde la óptica occidental, pero es la realidad. Sería bueno dejar de negarla o tergiversarla, ya que también es un dato de la realidad que China va camino a convertirse en la mayor superpotencia global bajo este sistema político y bajo el liderazgo de este partido que celebra sus primeros 100 años.

(*) Patricio Giusto es director del Observatorio Sino-Argentino, docente del Posgrado sobre China Contemporánea de la UCA y Master of China Studies y profesor visitante de la Universidad de Zhejiang (China)

FUENTE: El Economista

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Elizabeth Hernández

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hola@fundamentar.com (Patricio Giusto (*)) Internacional Mon, 28 Jun 2021 14:15:47 -0300
¿Qué podría causar una guerra entre Estados Unidos y China? | Joseph Nye https://fundamentar.com/internacional/item/6453-que-podria-causar-una-guerra-entre-estados-unidos-y-china-joseph-nye https://fundamentar.com/internacional/item/6453-que-podria-causar-una-guerra-entre-estados-unidos-y-china-joseph-nye ¿Qué podría causar una guerra entre Estados Unidos y China? | Joseph Nye

Cuando el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, recientemente reclamó un reseteo de las relaciones bilaterales con Estados Unidos, un portavoz de la Casa Blanca respondió que Estados Unidos consideraba que la relación entre ambos países era de una fuerte competencia y que requería de una posición de fortaleza. Es evidente que la administración del presidente Joe Biden no está simplemente revirtiendo las políticas de Trump.

Algunos analistas creen que la relación entre Estados Unidos y China está entrando en un período de conflicto en donde se enfrentan un poder hegemónico establecido con un retador cada vez más poderoso.

Yo no soy tan pesimista. La interdependencia económica y ecológica reduce la probabilidad de una guerra fría real, mucho menos de una guerra caliente, porque ambos países tienen un incentivo para cooperar en muchas áreas.

La historia está plagada de casos de percepciones erróneas sobre los equilibrios de poder cambiantes. Por ejemplo, cuando el presidente Richard Nixon visitó China en 1972, quería equilibrar lo que veía como una creciente amenaza soviética para un Estados Unidos en decadencia. Pero lo que interpretó como una decadencia era en verdad el retorno a la normalidad de una participación artificialmente alta de Estados Unidos en la producción global después de la Segunda Guerra Mundial. Nixon proclamó la multipolaridad, pero lo que siguió fue el fin de la Unión Soviética y el momento unipolar de Estados Unidos dos décadas después. Hoy, algunos analistas chinos subestiman la resiliencia de Estados Unidos y predicen un predominio chino, pero esto también podría resultar un error de cálculo peligroso.

Lo que resulta igualmente peligroso es que los norteamericanos sobreestimen o subestimen el poder chino, y en Estados Unidos hay grupos con incentivos económicos y políticos para ambas cosas. Medida en dólares, la economía de China tiene dos tercios del tamaño de la estadounidense, pero muchos economistas esperan que China supere eso en algún momento en los años 2030.

¿Los líderes norteamericanos admitirán este cambio de una manera tal que permita una relación constructiva? ¿Los líderes chinos asumirán más riesgos, o los chinos y los norteamericanos aprenderán a cooperar?

Recuerden que Tucídides atribuyó la guerra que desintegró al antiguo mundo griego a dos causas: el ascenso de una nueva potencia y el miedo que esto generó. La segunda causa es tan importante como la primera. Estados Unidos y China deben evitar temores exagerados que pudieran crear una nueva guerra fría o caliente.

Aún si China supera a EE.UU. y se convierte en la mayor economía del mundo, el ingreso nacional no es la única medición del poder geopolítico. China se ubica muy por detrás de Estados Unidos en poder blando y el gasto militar norteamericano es casi cuatro veces el de China.

Por otro lado, Estados Unidos alguna vez fue la principal economía comercial del mundo y su mayor prestador bilateral. Hoy, China es el principal socio comercial de casi 100 países, comparado con 57 en el caso de Estados Unidos. China planea prestar más de 1 billón de dólares para proyectos de infraestructura en los próximos diez años, mientras que EE.UU. ha recortado la ayuda. China ganará poder económico a partir del mero tamaño de su mercado.

De todos modos, los equilibrios de poder son difíciles de juzgar. Estados Unidos conservará ciertas ventajas de poder en el largo plazo que contrastan con áreas de vulnerabilidad china.

Una es la geografía. Estados Unidos está rodeado de océanos y vecinos que probablemente sigan siendo amigables. China tiene fronteras con 14 países y las disputas territoriales marcan límites a su poder.

Estados Unidos también tiene ventajas demográficas. Es el único país desarrollado importante que, según se proyecta, conservará su posición global (tercero) en términos de población. Si bien la tasa de crecimiento de la población se ha desacelerado, no se volverá negativa. China, mientras tanto, teme y con razón “volverse vieja antes de volverse rica”.

Estados Unidos también sigue liderando en tecnologías clave (biotecnología, nanotecnología, información) que son centrales para el crecimiento económico del siglo XXI. China está invirtiendo fuertemente en investigación y desarrollo, y compite bien en algunos campos. Pero 15 de las 20 principales universidades de investigación del mundo están en EE.UU.; ninguna en China.

Quienes proclaman la Pax Sinica y la decadencia de Estados Unidos no tienen en cuenta el rango total de los recursos de poder. La soberbia norteamericana siempre es un peligro, pero también lo es el miedo exagerado. Igual de peligroso es el creciente nacionalismo chino que, combinado con una creencia en la decadencia norteamericana, lleva a China a asumir riesgos mayores. Ambas partes deben tener cuidado de no cometer errores de cálculo.

(*) Profesor de la universidad de Harvard. Co-fundador, junto con Robert Keohane, de la teoría de la interdependencia compleja, desarrollada en el libro Poder e Interdependencia en 1977. Creó el concepto del "poder blando" y fue autor de numerosos trabajos en los últimos años, como "Is the American Century Over?" y "The Future of Power"

FUENTE: Project Syndicate

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hola@fundamentar.com (JOSEPH S. NYE (*)) Internacional Fri, 09 Apr 2021 18:15:27 -0300
Un desastroso fracaso en el liderazgo | Joseph Nye https://fundamentar.com/internacional/item/6373-un-desastroso-fracaso-en-el-liderazgo-joseph-nye https://fundamentar.com/internacional/item/6373-un-desastroso-fracaso-en-el-liderazgo-joseph-nye Un desastroso fracaso en el liderazgo | Joseph Nye

El liderazgo —la capacidad para ayudar a la gente a formular y alcanzar sus metas— es fundamental en las crisis. El primer ministro británico Winston Churchill lo demostró en 1940, al igual que Nelson Mandela durante la transición de Sudáfrica para salir del apartheid.

De acuerdo con estos estándares históricos, los líderes de las dos mayores economías del mundo han fracasado estrepitosamente. El presidente estadounidense Donald Trump y su contraparte china, Xi Jinping, no reaccionaron inicialmente al brote del coronavirus informando y educando a la ciudadanía, sino negando el problema y causando con ello la pérdida de vidas. Ambos enfocaron sus energías en echar culpas en vez de buscar soluciones. Debido a su fracaso, es posible que el mundo haya perdido la oportunidad para responder a la crisis con un «momento Sputnik» o un «Plan Marshall para la COVID».

Los teóricos del liderazgo distinguen entre los líderes transformadores y transaccionales. Estos últimos intentan transitar las situaciones a la manera de siempre, mientras que los primeros procuran dar nueva forma a las situaciones en las que se encuentran.

Por supuesto, los líderes transformadores no siempre tienen éxito, El expresidente estadounidense George W. Bush trató de cambiar Oriente Medio con una invasión a Irak y las consecuencias fueron desastrosas. Por otra parte, su padre, el expresidente George H.W. Bush, tuvo un estilo más transaccional, pero también contó con la habilidad para manejar la fluida situación del mundo tras el colapso del comunismo en Europa. La Guerra Fría llegó a su fin y Alemania se reunificó y vinculó estrechamente con Occidente sin un solo disparo.

Independientemente de su estilo, los líderes pueden ejercer una fuerte influencia sobre la identidad de los grupos: la fuerza que convierte el «yo» y «ustedes» en «nosotros». Los líderes perezosos suelen reforzar el statu quo aprovechando las divisiones existentes en su propio beneficio, como lo hizo Trump, pero los líderes transformadores eficaces pueden tener un impacto de largo alcance en el carácter moral de la sociedad. Mandela, por ejemplo, pudo fácilmente haber definido su base a partir de los sudafricanos negros y luego buscar revancha por las décadas de injusticia sufrida. En lugar de eso, trabajó incansablemente para ampliar la identidad de sus seguidores.

De manera similar, después de la Segunda Guerra Mundial —durante la cual Alemania invadió a Francia por tercera vez en 70 años— el diplomático francés Jean Monnet concluyó que la revancha solo conduciría nuevamente a la tragedia. Para transformar la situación desarrolló un plan para la producción europea conjunta de carbón y acero, un acuerdo que eventualmente evolucionaría para convertirse en la Unión Europea.

Estos logros no fueron inevitables, cuando miramos más allá de nuestras familias y personas cercanas, descubrimos que la mayoría de las identidades humanas son lo que el sociólogo Benedict Anderson llamó «comunidades imaginadas». Nadie comparte directamente la experiencia de millones de personas de su país, sin embargo, desde hace uno o dos siglos, la nación ha sido la comunidad imaginada por la cual la gente ha estado dispuesta a morir.

Las amenazas mundiales como la COVID-19 y el cambio climático, sin embargo, no discriminan por nacionalidad. En un mundo globalizado, la mayor parte de la gente pertenece a diversas comunidades imaginadas superpuestas —locales, regionales, nacionales, étnicas, religiosas y profesionales— y los líderes no tienen que recurrir a las identidades más limitadas para conseguir apoyo o solidaridad.

La aparición de la pandemia de la COVID-19 representó una oportunidad para el liderazgo transformador. Un líder transformador hubiera explicado al principio que, como la crisis es de naturaleza mundial, ningún país la puede resolverla por sí solo. Tanto Trump como Xi desperdiciaron la oportunidad, ninguno se dio cuenta de que ese ejercicio de poder podría haberse convertido en un juego de suma positiva. En vez de pensar solamente en términos del poder sobre los demás, pudieron haber pensado en términos del poder con los demás.

En muchas cuestiones internacionales, empoderar a los demás puede ayudar a un país como Estados Unidos a cumplir sus propias metas. Si China logra fortalecer su sistema de salud pública o reducir su huella de carbono, los estadounidenses y todos los demás se beneficiarán. En un mundo globalizado, las redes son una fuente clave de poder y, en un mundo cada vez más complejo, los estados más conectados —aquellos capaces de atraer socios para actividades de cooperación— son los más poderosos.

En la medida en que la clave para la futura seguridad y prosperidad estadounidenses depende de que se entienda la importancia del «poder con» además del «poder sobre», el desempeño del gobierno de Trump durante la pandemia ha sido desalentador. El problema no es el eslogan «América primero» (todos los países se preocupan de lo propio en primer lugar), sino la forma en que Trump define los intereses estadounidenses: centrándose solo en los beneficios de corto plazo derivados de transacciones de suma cero, prestó escasa atención a los intereses a más largo plazo de los que se ocupan las instituciones, alianzas y reciprocidad.

Actualmente, EE. UU. ha abandonado su tradición de buscar el propio beneficio a largo plazo de manera inteligente, pero el gobierno de Trump aún está a tiempo para tener en cuenta las lecciones que apuntalaron los éxitos de los presidentes estadounidenses posteriores a 1945, que describo en mi último libro, Do Morals Matter? Presidents and Foreign Policy from FDR to Trump. De hecho, Estados Unidos todavía está a tiempo de lanzar un programa de asistencia masiva por la COVID-19 según el modelo del Plan Marshall.

Como sostuvo recientemente Henry Kissinger, los líderes de hoy deben elegir el camino de la cooperación que llevará a una mayor resiliencia internacional. En vez de recurrir a la propaganda de la competencia, Trump podría convocar una cumbre de emergencia del G20 o una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para crear marcos bilaterales y multilaterales que amplíen la cooperación.

Trump también podría destacar que nuevas oleadas de la COVID-19 golpearán a los países más pobres con especial dureza y que los brotes en el hemisferio sur nos perjudicarán a todos cuando se propaguen hacia el norte. Vale la pena recordar que la segunda oleada de la pandemia de gripe de 1918 mató a más personas que la primera. Un líder transformador enseñaría al público estadounidense que le conviene contribuir generosamente a un nuevo fondo para combatir la COVID-19, disponible para todos los países en vías de desarrollo.

Si un Churchill o un Mandela estadounidense educara al público de esta forma, la pandemia podría abrir el camino a una mejor política mundial. Lamentablemente, sin embargo, tal vez hayamos perdido ya la oportunidad para el liderazgo transformador y el virus simplemente acelere las condiciones preexistentes de nacionalismo populista y abusos tecnológicos autoritarios. Los fracasos del liderazgo siempre son lamentables, pero mucho más frente a una crisis.

FUENTE: Project Syndicate

(*) Profesor de la universidad de Harvard. Co-fundador, junto con Robert Keohane, de la teoría de la interdependencia compleja, desarrollada en el libro Poder e Interdependencia en 1977. Creó el concepto del "poder blando" y fue autor de numerosos trabajos en los últimos años, como "Is the American Century Over?" y "The Future of Power"

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hola@fundamentar.com (Joseph Nye (*)) Internacional Wed, 13 May 2020 12:17:42 -0300
VIDEO: Ave Fénix, nuevo megaaeropuerto de Pekín https://fundamentar.com/internacional/item/6267-ave-fenix-el-nuevo-megaaeropuerto-de-pekin https://fundamentar.com/internacional/item/6267-ave-fenix-el-nuevo-megaaeropuerto-de-pekin VIDEO: Ave Fénix, nuevo megaaeropuerto de Pekín

https://www.youtube.com/watch?v=iHVVGhpW950

El presidente de China, Xi Jinping, anunció este miércoles la apertura oficial e inicio de operaciones del Aeropuerto Internacional Daxing de Pekín, el terminal aéreo más grande del mundo.

Tras cuatro años de construcción, el aeropuerto, ubicado a unos 45 kilómetros del centro de la capital china, abarca 700.000 metros cuadrados, cuenta con cuatro pistas operativas y está diseñado para manejar el tránsito de 72 millones de pasajeros al año.

Su estructura consiste en un área central de la que se extienden cinco brazos, y visto desde el aire el aeropuerto tiene el aspecto de un ave fénix con las alas desplegadas. Sus paredes curvas y el techo de vidrio permiten que la luz exterior ingrese y alumbre hasta los niveles más bajos de la construcción de cinco pisos.

 

FUENTE: RT

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Internacional Wed, 25 Sep 2019 15:02:00 -0300
Trump arremete contra China en Twitter y se desploma Wall Street https://fundamentar.com/internacional/item/6244-trump-arremete-contra-china-en-twitter-y-se-desploma-wall-street https://fundamentar.com/internacional/item/6244-trump-arremete-contra-china-en-twitter-y-se-desploma-wall-street Trump arremete contra China en Twitter y se desploma Wall Street

https://www.youtube.com/watch?v=l3aZ5AFuvLc

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Internacional Fri, 23 Aug 2019 17:35:07 -0300
Rivalidad cooperativa entre Estados Unidos y China https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6107-rivalidad-cooperativa-entre-estados-unidos-y-china https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6107-rivalidad-cooperativa-entre-estados-unidos-y-china Reunión bilateral en Buenos Aires, Argentina, el 1° de Diciembre

En una visita a Beijing en octubre, muchas veces me preguntaron si las recientes críticas duras a China formuladas por el vicepresidente norteamericano, Mike Pence, marcaban la declaración de una nueva guerra fría. Respondí que Estados Unidos y China han ingresado en una nueva fase en su relación, pero que la metáfora de la guerra fría es engañosa.

Durante la Guerra Fría, Estados Unidos y la Unión Soviética se apuntaban mutuamente con decenas de miles de armas nucleares y prácticamente no tenían ningún vínculo comercial o cultural. Por el contrario, China tiene una fuerza nuclear más limitada, el comercio sino-norteamericano anual alcanza el medio billón de dólares y más de 350.000 estudiantes y tres millones de turistas chinos están en Estados Unidos cada año. Una mejor descripción de la relación bilateral de hoy es “rivalidad cooperativa”.

Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, las relaciones entre Estados Unidos y China han pasado por tres etapas que duraron aproximadamente dos décadas cada una. La hostilidad marcó los 20 años posteriores a la Guerra de Corea, y luego hubo una cooperación limitada en contra de la Unión Soviética durante la fase que siguió a la famosa visita del presidente Richard Nixon en 1972.

El fin de la Guerra Fría introdujo una tercera fase de compromiso económico en la que Estados Unidos ayudó a la integración económica global de China, incluido su ingreso a la Organización Mundial de Comercio en 2001. Sin embargo, en la primera década post-Guerra Fría, la administración del presidente Bill Clinton apostó simultáneamente a fortalecer la alianza entre Estados Unidos y Japón y a mejorar las relaciones con la India. Ahora, desde 2017, la Estrategia de Seguridad Nacional de Estados Unidos se centra en una gran rivalidad de poder, y China y Rusia han sido elegidas como los principales adversarios de Estados Unidos.

Si bien muchos analistas chinos responsabilizan por la cuarta fase al presidente norteamericano, Donald Trump, el presidente chino, Xi Jinping, también tiene culpa. Al rechazar la política prudente de Deng Xiaoping de mantener un bajo perfil internacional, al poner fin a los límites de los mandatos presidenciales y al proclamar su “Sueño Chino” nacionalista, Xi también podría haber usado una gorra roja que dijera “Hacer a China grande de nuevo”. La opinión generalizada sobre China dentro de Estados Unidos ya había comenzado a deteriorarse antes de las elecciones presidenciales de 2016. La retórica y los aranceles de Trump fueron simple gasolina derramada en un fuego humeante.

El orden internacional liberal ayudó a China a sustentar un rápido crecimiento económico y a reducir la pobreza drásticamente. Pero China también inclinó el campo comercial a su favor al subsidiar a empresas estatales, involucrarse en espionaje comercial y exigirles a las firmas extranjeras que transfirieran su propiedad intelectual a “socios” domésticos. Mientras que la mayoría de los economistas sostienen que Trump se equivoca al concentrarse en el déficit comercial bilateral, muchos respaldan sus reclamos sobre los esfuerzos de China por desafiar la ventaja tecnológica de Estados Unidos.

Es más, la creciente fuerza militar de China agrega una dimensión de seguridad a la relación bilateral. Si bien la cuarta fase de la relación no es una guerra fría, debido al alto grado de interdependencia, es mucho más que una típica disputa comercial como, por ejemplo, el reciente choque de Estados Unidos con Canadá por el acceso al mercado lácteo de ese país.

Algunos analistas creen que esta cuarta fase marca el inicio de un conflicto en el que un poder hegemónico establecido va a la guerra con un adversario en ascenso. En su explicación de la Guerra del Peloponeso, Tucídides decía que fue causada por el miedo de Esparta a una Atenas cada vez más fuerte.

Estos analistas creen que el ascenso de China provocará un miedo similar en Estados Unidos, y utilizan la analogía de la Primera Guerra Mundial, cuando una Alemania en ascenso puso nerviosa a una Gran Bretaña hegemónica. Sin embargo, las causas de la Primera Guerra Mundial eran mucho más complejas, e incluían el creciente poder ruso, que generaba miedo en Alemania; el creciente nacionalismo en los Balcanes y otros países y los riesgos asumidos deliberadamente por el Imperio Habsburgo para evitar su caída.

Aún más importante, Alemania ya había superado a Gran Bretaña en producción industrial para 1900, mientras que el PIB de China (medido en dólares) actualmente es sólo el 60% del tamaño de la economía estadounidense. Estados Unidos tiene más tiempo y activos para manejar el ascenso del poder chino de lo que tenía Gran Bretaña con Alemania. China está limitada por un equilibrio natural de poder en Asia donde Japón (la tercera economía más grande del mundo) y la India (a punto de superar a China en población) no tienen ningún deseo de ser dominados por China.

Sucumbir al miedo que describía Tucídides sería una profecía autocumplida innecesaria para Estados Unidos. Afortunadamente, las encuestas revelan que la población norteamericana todavía no ha sucumbido ante un retrato histérico de China como un enemigo tan fuerte como lo era la Unión Soviética durante la Guerra Fría.

Ni China ni Estados Unidos plantean una amenaza existencial para el otro como sí lo hacían la Alemania de Hitler o la Unión Soviética de Stalin. China no está a punto de invadir Estados Unidos, y es incapaz de expulsar a Estados Unidos del Pacífico Occidental, donde la mayoría de los países acogen con beneplácito su presencia. Japón, una parte importante de la llamada primera cadena de islas, paga casi las tres cuartas partes de los costos de país anfitrión para mantener 50.000 tropas estadounidenses con base allí.

Mi visita reciente a Tokio me confirmó que la alianza con Estados Unidos es fuerte. Si la administración Trump la mantiene, las perspectivas de que China pueda expulsar a Estados Unidos del Pacífico Occidental, y mucho menos dominar el mundo, son mínimas. Estados Unidos tiene mejores cartas estratégicas y no necesita sucumbir al miedo de Tucídides.

Ahora bien, existe otra dimensión que hace que esta cuarta fase sea una “rivalidad cooperativa” y no una Guerra Fría. China y Estados Unidos enfrentan retos transnacionales que son imposibles de resolver uno sin el otro. El cambio climático y los crecientes niveles de los océanos obedecen a las leyes de la física, no a la política. En tanto las fronteras se vuelven más porosas a todo desde drogas ilícitas a enfermedades infecciosas y terrorismo, las economías más grandes tendrán que cooperar para hacer frente a estas amenazas.

Algunos aspectos de la relación implicarán un juego de suma positiva. La seguridad nacional de Estados Unidos requerirá poder con China, no sólo sobre China. La pregunta clave es si Estados Unidos es capaz o no de pensar en términos de una “rivalidad cooperativa”. ¿Podemos caminar y mascar chicle al mismo tiempo? En una era de nacionalismo populista, es mucho más fácil para los políticos generar miedo sobre una nueva guerra fría.

(*) Profesor de la universidad de Harvard. Co-fundador, junto con Robert Keohane, de la teoría de la interdependencia, desarrollada en el libro Poder e Interdependencia en 1977. Creó el concepto del "poder blando"  y fue autor de numerosos trabajos en los últimos años, como "Is the American Century Over?" y "The Future of Power"

FUENTE:  Project Syndicate

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hola@fundamentar.com (JOSEPH S. NYE(*)) Opinión Thu, 03 Jan 2019 16:13:50 -0300
La cumbre del G20 evidencia las tensiones entre las grandes potencias https://fundamentar.com/internacional/item/6103-la-cumbre-del-g20-evidencia-las-tensiones-entre-las-grandes-potencias https://fundamentar.com/internacional/item/6103-la-cumbre-del-g20-evidencia-las-tensiones-entre-las-grandes-potencias Llegada del presidente francés, Emmanuel Macron, a la Argentina.

La reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de las 20 mayores economías del mundo se anticipa como la más tensa de las citas anteriores

El mundo está en manos de unas pocas personas. Son las que se reúnen a partir de mañana viernes en Buenos Aires. El llamado Grupo de los 20, o G20, raramente genera soluciones. Pero abre vías para el diálogo y, en sentido contrario, revela las fracturas más amenazantes para la humanidad. La cumbre que este año preside Argentina se inclina hacia lo segundo. La guerra comercial entre Estados Unidos y China y la incredulidad de Donald Trump respecto al cambio climático resultan tan amenazantes, que los objetivos se limitan a evitar portazos y rupturas. Existe el riesgo de un fracaso. Y un fracaso va más allá de una riña entre dirigentes políticos: a veces implica miseria y muerte para millones de personas.

Los anfitriones procuran rodear la reunión de un ambiente festivo. La de 2018 se celebra en un país, Argentina, que no está para festejos. Desde enero ronda el colapso macroeconómico y padece unos dramáticos niveles de inflación y pobreza. El presidente Mauricio Macri confiaba en que la cumbre del G-20 le procurara un aura de estadista internacional idónea para conseguir la reelección en 2019; ahora se conforma con lograr un acuerdo de mínimos y evitar fiascos como el que, a nivel muy distinto, ha supuesto la fallida final futbolística entre River Plate y Boca Juniors. De momento, ha gastado más de cien millones de dólares para organizar la fiesta y garantizar (en lo posible) la segurida

Los “sherpas”, los técnicos que negocian durante todo el año para alcanzar los preacuerdos sobre los que se habla en la cumbre, han ido rebajando sus expectativas. La reunión que en 2017 se celebró en Hamburgo (Alemania) concluyó con un comunicado conjunto de 14 páginas. Esta vez, no se esperan más de cuatro. El texto podría sobrevolar con frases vacías problemas tan graves como el desacuerdo comercial entre Estados Unidos y China (entre ambos suman el 40% de la economía mundial) o, aún peor, las consecuencias del cambio climático. En ambas cuestiones, el elemento disruptivo es Donald Trump. Aunque la Unión Europea también parece ir asumiendo que el “capitalismo de Estado” chino, con subvenciones directas o encubiertas a su tejido empresarial, vulnera las reglas de juego establecidas en tratados como el GATT (Acuerdo General sobre Tarifas y Aranceles), y que Pekín actúa con demasiada desenvoltura cuando se trata de respetar la propiedad intelectual ajena.

El personaje indeseable de la cumbre es el príncipe Mohamed Bin Salman, hombre fuerte del régimen saudí, máximo responsable de la atroz guerra en Yemen y claramente implicado en el secuestro, tortura y asesinato en Turquía del periodista saudí Jamal Khashoggi. No le afectará de momento la demanda presentada contra él ante los tribunales argentinos, pero nadie sentirá una especial satisfacción en el momento de estrecharle la mano. Quizá mantenga una reunión privada con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan que podría ayudar, tal vez, a reducir la tensión entre ambos países. El peor trago puede pasarlo ante el presidente ruso, Vladimir Putin. El Kremlin ha anunciado que Putin (enemigo de Arabia Saudí porque en la guerra de Siria se alinea con el régimen de Bachar el Assad y con Irán) quiere “preguntarle” a Bin Salman “por qué asesina a periodistas en territorio extranjero”.

Otro invitado con ánimo belicoso es Emmanuel Macron, presidente de Francia. Macron aspira desde el inicio de su mandato a erigirse en líder planetario de la lucha contra el cambio climático. Ya lo demostró en la cumbre celebrada en París hace dos años. Para reforzar su estatura, ¿qué mejor que un vigoroso intercambio dialéctico con Donald Trump? El presidente de Estados Unidos acaba de recibir un informe de su propia administración sobre el calentamiento global, en el que se predice una reducción del 10% en la economía estadounidense. Su comentario: “No me lo creo”.

Para Trump, la cuestión del clima resulta secundaria. Incluso el proceso de contención de los armamentos nucleares, que le enfrenta a Putin, le parece menor en esta cumbre. Lo crucial, para él, es el comercio. Es decir, China. Su atención se concentra en la cena privada que mantendrá el viernes con el presidente chino, Xi Jinping. Ambos se han infligido ya severas sanciones comerciales. En esa cena se resolverá si se agrava el enfrentamiento, que está dañando a la industria china y a la agricultura estadounidense, y frenando el crecimiento de la economía mundial, o empieza a relajarse la tensión.

Trump ya tiene a mano un golpe de efecto: la firma, en Buenos Aires, de la renovación del acuerdo de libre comercio de América del Norte (Nafta) entre Estados Unidos, México y Canadá. La Unión Europea y Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) habían soñado también en firmar durante la cumbre un acuerdo, pero eso no ocurrirá.

FUENTE: El País

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Mariana Vera 

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Internacional Thu, 29 Nov 2018 14:07:50 -0300
China Advierte a Trump de su Malestar por la Política de EE UU en la Región https://fundamentar.com/internacional/item/5898-china-advierte-a-trump-de-su-malestar-por-la-politica-de-ee-uu-en-la-region https://fundamentar.com/internacional/item/5898-china-advierte-a-trump-de-su-malestar-por-la-politica-de-ee-uu-en-la-region China Advierte a Trump de su Malestar por la Política de EE UU en la Región

Xi Jinping muestra su irritación en una conversación telefónica después de que Washington desplegara un destructor en aguas disputadas del mar de China

Los días de la “gran amistad” empiezan a evaporarse. Tras el corto idilio surgido entre los presidentes EEUU y China en su reunión a principios de abril en Mar-a-Lago, la Casa Blanca ha vuelto a la presión directa y sin tapujos para que Pekín frene la carrera nuclear de Corea del Norte. Primero fue una advertencia en Twitter de Donald Trump, después la sanción a un banco chino por sus operaciones con el régimen de Pyongyang, luego la venta de armas a Taiwán, y este domingo el envío de un barco de guerra a Tritón, un minúsculo enclave perteneciente al avispero territorial de las Islas Paracelso, en el mar de China Meridional. Pekín ha mostrado su irritación por el despliegue y, en una conversación telefónica con Trump, el presidente chino ha señalado a su homólogo el afloramiento de "factores negativos" en la relación bilateral.

El lugar, tomado por Pekín en 1974 y que alberga un pequeño helipuerto, sirve de puesto de avanzada chino, pero su soberanía es reclamada por Vietnam y Taiwán. Un punto de enorme tensión, al que el destructor USS Stethem, armado con misiles guiados Tomahawk, se aproximó hasta una distancia de 12 millas náuticas, justo en el límite de las aguas territoriales.

La amenazadora maniobra, la segunda de este tipo desde mayo, desató una inmediata respuesta. Al envío de barcos y aviones, Pekín añadió una dura declaración. “Es una seria provocación militar y política. Las Islas Xisha [nombre chino de las Paracelso] son una parte inherente del territorio chino. Estados Unidos, que está espoleando los problemas en la zona, marcha en dirección opuesta de aquellos países en la región que aspiran a la estabilidad, la cooperación y el desarrollo”, señaló en un comunicado.

Aunque la Marina estadounidense ha declarado que se trata de una operación prevista desde hace semanas y que no responde a ningún tipo de presión, es difícil no considerar el movimiento naval  como una advertencia. Como ha demostrado en las últimas semanas, Washington no dejará respirar al régimen chino hasta que obligue a Pyongyang a frenar su alocada carrera armamentística. Una petición que Trump ha convertido en eje de su política con China y que, sin haber generado aún un conflicto mayor, alimenta una escalada que ha incluido capítulos tan dolorosos para Pekín como la venta a Taiwán de 1.420 millones de dólares en armamento, incluidos radares, misiles y torpedos.

En esta línea de hostigamiento, la maniobra del destructor se desarrolló horas antes de que Trump mantuviese una conversación telefónica con el presidente chino, Xi Jinping, y a los pocos días de su encuentro en la cumbre del G-20 en Hamburgo. La señal es clara. Los buenos tiempos con China están tocando a su fin.

El presidente chino aprovechó la conversación telefónica para lanzar una advertencia velada a Trump por la venta de armamento a Taiwán. Si bien consideró que la relación entre Washington y Pekín "ha arrojado resultados fructíferos" desde el primer encuentro entre ambos mandatarios en Mar-a-Lago el pasado abril, también advirtió que los intercambios "se han visto afectados por algunos factores negativos", según informó la televisión estatal china CCTV. En el comunicado emitido por la Casa Blanca sobre la llamada no se hace referencia alguna a que ambos mandatarios hayan hablado de Taiwán.

Xi se refirió a la polémica venta de armamento a la isla, aunque sin mencionarlo específicamente, al instar a Trump a comprometerse con el principio de "una sola China", que reconoce a Pekín como único representante de China y no a Taipéi. El presidente estadounidense, siempre según la cadena china, le respondió que su administración no ha cambiado su postura en este ámbito. "Valoramos el hecho de que el presidente Trump haya reiterado su adhesión a la política de una sola China y esperamos que Estados Unidos pueda mantenerse en su compromiso (...) y maneje de forma cautelosa y apropiada los asuntos relacionados con Taiwán", le dijo Xi.

Ambos presidentes coincidirán a finales de esta semana en la cumbre de líderes del G20 en Hamburgo, donde muy probablemente mantendrán un encuentro bilateral.

FUENTE: El País

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Abbondanzieri

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hola@fundamentar.com (Camila Abbondanzieri) Internacional Mon, 03 Jul 2017 09:23:58 -0300
Macri Destacó la "Vocación de las Empresas Chinas de Instalarse en Argentina" https://fundamentar.com/nacional/item/5796-macri-destaco-la-vocacion-de-las-empresas-chinas-de-instalarse-en-argentina https://fundamentar.com/nacional/item/5796-macri-destaco-la-vocacion-de-las-empresas-chinas-de-instalarse-en-argentina Macri Destacó la "Vocación de las Empresas Chinas de Instalarse en Argentina"

El presidente Mauricio Macri firmó con su par chino Xi Jinping una serie de acuerdos de cooperación por unos u$s 15 mil millones para la construcción y financiación de dos centrales nucleares, inversión en los ferrocarriles San Martín y Belgrano, energías renovables y para el sector alimenticio, en el quinto día de su visita a China y en el que inicia la Visita de Estado a ese país.

El mandatario concurrió al Gran Palacio del Pueblo, en el centro de Beijing, donde mantuvo reuniones con el primer ministro chino, Li Keqiang, y con el presidente del Comité Permanente de la Asamblea Nacional Popular, Zhang Dejian, para más tarde acudir a la ceremonia de bienvenida que le brindó el presidente de China, Xi Jinping.

"El encuentro fue muy bueno, ratificó la vocación de trabajar en conjunto", declaró Macri tras la reunión en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín durante su visita de Estado a China, que concluye mañana en Shanghái.

El jefe de Estado resaltó que encontró "muchísima vocación de profundizar la asociación estratégica integral" entre ambos países, en el encuentro con Xi Jinping, tras asegurar que ambas partes "reiteraron la vocación de que las empresas chinas vengan a instalarse en Argentina, a producir, a agregarle valor a la materia prima".



Acompañado por su esposa Juliana Awada dieron inicio a la vista de Estado a la República Popular China cuando bajo el sol del mediodía, cruzaron caminando parte de la Plaza Tiananmen, en el casco histórico de la ciudad de Beijing - entre el Ciudad Prohibida y el Mausoleo de Mao - para depositar una ofrenda floral en el Monumento a los Héroes del Pueblo.

Como parte de su gira, Macri mantuvo el martes una serie de encuentros con ejecutivos de importantes empresas chinas dedicadas a energía, transporte e infraestructura que son líderes en sus respectivas actividades a nivel local e internacional, en busca de inversiones para la Argentina.

En contacto con empresarios chinos, que incluyó un almuerzo con los CEO de grandes firmas en la madrugada argentina, el mandatario se reunió hoy en el Hotel World Summit Wing de Beijing con Liu Quitao, presidente y director ejecutivo de China Communications Construction Company (CCCC), empresa estatal dedicada al diseño y construcción de infraestructura de transporte, dragado y maquinaria pesada; y con el titular del directorio de la empresa estatal china de energía CNNC, Wang Shoujun.



Además, compartió un encuentro con Yan Zhiyong, titular de PowerChina, compañía que ofrece servicios integrales en el campo de energía hidroeléctrica, nueva energía e infraestructura; y luego con Yang Hua, titular de China National Offshore Oil Corp (CNOOC), holding chino dedicado a la exploración, explotación, producción y venta de petróleo y gas natural.

 

FUENTE: Ámbito

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hola@fundamentar.com (Luciano Herrero) Argentina Wed, 17 May 2017 12:43:26 -0300
Macri Abogó por "Equilibrar la Balanza Comercial" con China https://fundamentar.com/internacional/item/5794-macri-abogo-por-equilibrar-la-balanza-comercial-con-china https://fundamentar.com/internacional/item/5794-macri-abogo-por-equilibrar-la-balanza-comercial-con-china Macri Abogó por "Equilibrar la Balanza Comercial" con China

En la continuidad de su gira por Asia, el presidente Mauricio Macri sostuvo que uno de los propósitos de su visita a China es "equilibrar la balanza" comercial que actualmente es "demasiado favorable para China" e "invertir recíprocamente para los dos lados", por lo que su viaje se propone "relanzar la relación" entre ambas naciones, al brindar un discurso en la Academia china de Ciencias Sociales ante 300 participantes, en el centro de la capital del país asiático.

Además, destacó que "hay pocos países con el nivel de complementación que tienen Argentina y China", e insistió en resaltar a la Argentina como un gran productor de alimentos pero aseguró que su objetivo es que se convierta "en el supermercado del mundo".

"La Argentina produce alimentos para 400 millones de personas y aspiramos a duplicarlos en los próximos 5 a 8 años. Y estoy seguro de que con ayuda del empresariado chino el proceso será más exitoso", subrayó Macri.

Ante empresarios chinos y argentino, el Presidente resaltó que su objetivo es que el país se convierta en el "supermercado del mundo" para lo cual necesita "agregarle valor a las valiosas materias primas que producimos".

Según un comunicado de prensa oficial, el mandatario sostuvo que hay "millones de hectáreas por desarrollar" en la Argentina e invitó a los empresarios chinos a realizar inversiones para la explotación de esos recursos.

Como parte de su gira, Macri mantuvo una serie de encuentros con ejecutivos de importantes empresas chinas dedicadas a energía, transporte e infraestructura que son líderes en sus respectivas actividades a nivel local e internacional, en busca de inversiones para la Argentina.

Como parte de los contactos con empresarios chinos, que incluyeron un almuerzo con los CEO de grandes firmas en la madrugada argentina, el mandatario se reunió hoy en el Hotel World Summit Wing de Beijing con Liu Quitao, presidente y director ejecutivo de China Communications Construction Company (CCCC), empresa estatal dedicada al diseño y construcción de infraestructura de transporte, dragado y maquinaria pesada; y con el titular del directorio de la empresa estatal china de energía CNNC, Wang Shoujun.

Además, compartió un encuentro con Yan Zhiyong, titular de PowerChina, compañía que ofrece servicios integrales en el campo de energía hidroeléctrica, nueva energía e infraestructura; y luego con Yang Hua, titular de China National Offshore Oil Corp (CNOOC), holding chino dedicado a la exploración, explotación, producción y venta de petróleo y gas natural.

En la reunión con Liu Quitao, titular de la compañía que en Argentina, a través de una UTE con Iecsa se adjudicó la construcción del segundo tramo del gasoducto troncal de Córdoba, Macri ratificó que en la Argentina empezó una nueva etapa para los inversores en la que habrá reglas claras para competir y producir, según informó Presidencia en un comunicado.

CCCC está interesada en participar en el dragado de la Cuenca del Salado, en la construcción del nuevo puente entre las ciudades de Santa Fe y Paraná y en el proyecto de saneamiento del Riachuelo.

En tanto, Macri conversó con Wang Shoujun de CNNC, la empresa pública más grande de la industria nuclear china, acerca del desarrollo conjunto de una cuarta central atómica en nuestro país a partir de enero de 2018 en la provincia de Buenos Aires y otra en Río Negro en enero de 2020, con vistas a fortalecer el desarrollo energético argentino.

Hace un año y medio, CNNC firmó con Nucleoeléctrica Argentina (NASA) un acuerdo para la fabricación de las centrales nucleares argentinas Cuarta y Quinta, por un monto aproximado de 14.000 millones de dólares, de los cuales un 85 por ciento es financiado por el gobierno chino.

De ambos encuentros participaron los ministros de Energía y Minería, Juan José Aranguren, y de Producción, Francisco Cabrera.

Por otra parte, Macri y el titular de PowerChina, Yan Zhiyong, hablaron de desarrollar un parque fotovoltaico de 600 megavatios a través de la instalación de paneles solares a 4.000 metros de altura en la localidad de Caucharí, provincia de Jujuy, con posibilidad de llevar adelante proyectos hidroeléctricos en otras dos provincias.

Las iniciativas van en línea con el objetivo del Gobierno de avanzar hacia la meta de producción del 20 por ciento de energías renovables en los próximos años.

Además de Aranguren y Cabrera, también fueron parte del encuentro los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy) y Omar Gutiérrez (Neuquén).

PowerChina tiene presencia en 109 países, entre ellos Argentina, Colombia, México y Panamá, y emplea 210.000 personas. Su ingreso anual en 2016 fue de 43.600 millones de dólares.

El Presidente también se reunió con Anning Chen, quien está al frente de la fábrica automotriz Chery Automobile, con sede en la ciudad de Wuhu y presencia en más de 90 países; con los principales ejecutivos de China Railway Rolling Stock Corporation (CRRC); y con Jiang Zhaobai, chairman de la empresa SPX que se dedica al desarrollo inmobiliario, construcción de infraestructura urbana, inversión de alta tecnología, industria y comercio, como al cultivo de soja, maíz y sorgo, y cría de ganado bovino.

 

FUENTE: Ámbito

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hola@fundamentar.com (Martina Mantaras) Internacional Tue, 16 May 2017 11:54:16 -0300