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Fundamentar - Fundamentar https://fundamentar.com Thu, 25 Apr 2024 10:37:00 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es La frágil hegemonía del dólar | Kenneth Rogoff https://fundamentar.com/economia/item/6454-la-fragil-hegemonia-del-dolar-kenneth-rogoff https://fundamentar.com/economia/item/6454-la-fragil-hegemonia-del-dolar-kenneth-rogoff La frágil hegemonía del dólar | Kenneth Rogoff

El poderoso dólar estadounidense sigue siendo el rey de los mercados internacionales. Pero su dominio tal vez sea más frágil de lo que parece, ya que futuras modificaciones al régimen cambiario de China pueden iniciar una transformación significativa del orden monetario internacional.

Por diversas razones, es de prever que algún día las autoridades chinas abandonarán su política actual de mantener el valor del yuan atado a una cesta de monedas y adoptarán en cambio un régimen moderno de metas de inflación, en el que se permita una flotación mucho más libre (en particular respecto del dólar). Cuando eso suceda, la mayor parte de Asia seguirá a China. Y con el tiempo, la importancia internacional del dólar (que hoy actúa como ancla monetaria para alrededor de dos tercios del PIB mundial) podría quedar reducida a la mitad.

Estados Unidos depende en gran medida del lugar especial del dólar (o lo que el entonces ministro de finanzas francés Valéry Giscard d’Estaing denominó «privilegio exorbitante» de Estados Unidos) para financiar una emisión masiva de deuda pública y privada, de modo que el impacto de ese cambio puede ser importante. Y ahora que Estados Unidos dio rienda suelta al déficit para financiar el combate a los estragos económicos de la COVID‑19, la sostenibilidad de su deuda podría quedar en duda.

El argumento tradicional para la flexibilización del yuan es que China es demasiado grande para permitir que su economía baile al compás de la Reserva Federal de los Estados Unidos (más allá de que obtiene cierto grado de aislamiento con el control de capitales). El PIB de China (a precios internacionales) superó al de Estados Unidos en 2014, y la economía china todavía crece más rápido que Estados Unidos y Europa; por eso la idea de flexibilizar el tipo de cambio resulta cada vez más atractiva.

Un argumento más actual es que el papel central del dólar da al gobierno de los Estados Unidos demasiado acceso a datos sobre transacciones internacionales (lo cual también inquieta a Europa). En principio, las transacciones en dólares se podrían liquidar en cualquier lugar del mundo, pero los bancos y cámaras compensadoras estadounidenses tienen una ventaja natural significativa, porque cuentan con el respaldo implícito (o explícito) de la Fed, que puede emitir moneda en forma ilimitada durante una crisis. En comparación, cualquier cámara de compensación fuera de los Estados Unidos está más expuesta a eventuales crisis de confianza, un problema que afectó incluso a la eurozona.

Además, las políticas que inició el expresidente estadounidense Donald Trump para limitar el dominio comercial de China no se terminarán pronto. Es uno de los pocos temas en los que demócratas y republicanos coinciden en líneas generales; y es indudable que la desglobalización del comercio debilita al dólar.

Abandonar la fijación del yuan supone para las autoridades chinas numerosas dificultades, pero como es habitual en ellas, llevan tiempo preparando el terreno en una variedad de frentes. China flexibilizó el acceso de inversores institucionales extranjeros a bonos denominados en yuanes; y en 2016 el Fondo Monetario Internacional añadió el yuan a la cesta de monedas en las que se basa el valor de los derechos especiales de giro (el activo global de reserva del FMI).

Además, el Banco Popular de China está muy adelantado respecto de otros grandes bancos centrales en el desarrollo de una moneda digital. Por ahora es sólo de uso interno, pero en algún momento servirá para facilitar el uso internacional del yuan, sobre todo en países que están gravitando hacia un futuro bloque monetario chino. Esto dará al gobierno chino acceso a datos de las transacciones digitales de los usuarios (como es el caso con el sistema actual respecto de Estados Unidos).

¿Seguirán otros países asiáticos a China? Estados Unidos hará todo lo posible por mantener a otras economías en órbita alrededor del dólar, pero no le resultará fácil. Así como a fines del siglo XIX Estados Unidos eclipsó a Gran Bretaña como principal socio comercial del mundo, hace mucho que China superó a Estados Unidos en ese aspecto.

Japón y la India tal vez se mantengan aparte, pero es probable que en caso de flexibilizarse el yuan le den al menos un peso similar al del dólar en las reservas de divisa extranjera.

El vínculo actual de Asia con el dólar se parece mucho a la situación de Europa en los sesenta y principios de los setenta. Pero ese período terminó con alta inflación y el derrumbe del sistema de fijación cambiaria de la posguerra (Bretton Woods). Entonces la mayor parte de Europa comprendió que el comercio intraeuropeo era más importante que el comercio con Estados Unidos, se formó un bloque basado en el marco alemán, y décadas después este se transformó en la moneda única, el euro.

No quiere decir esto que el yuan chino vaya a ser la moneda mundial de un día para el otro. La transición de una moneda dominante a otra puede llevar mucho tiempo. Por ejemplo, durante el período de entreguerras (1919‑39), la nueva moneda internacional (el dólar) tuvo más o menos la misma importancia en las reservas de los bancos centrales que la libra británica, que había sido la moneda global dominante por más de un siglo después de las Guerras Napoleónicas de principios del siglo XIX.

¿Qué tiene de cuestionable el hecho de que tres monedas mundiales (el euro, el yuan y el dólar) compartan el centro del escenario? Nada, excepto que ni los mercados ni los gobiernos parecen mínimamente preparados para la transición. Es casi seguro que el tipo de interés de la deuda pública estadounidense subirá, aunque el mayor efecto lo sentirán los deudores corporativos, en particular pequeñas y medianas empresas.

Los funcionarios estadounidenses y muchos economistas al parecer siguen convencidos de que el apetito mundial de deuda denominada en dólares es prácticamente insaciable. Pero la posición internacional del dólar puede recibir un duro golpe si China moderniza sus esquemas cambiarios.

(*) Kenneth Rogoff, Professor of Economics and Public Policy at Harvard University and recipient of the 2011 Deutsche Bank Prize in Financial Economics, was the chief economist of the International Monetary Fund from 2001 to 2003. He is co-author of This Time is Different: Eight Centuries of Financial Folly and author of The Curse of Cash.

FUENTE: Project Syndicate

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hola@fundamentar.com (KENNETH ROGOFF (*)) Economía Fri, 09 Apr 2021 18:41:11 -0300
Emilio Ordóñez: “La dimensión sanitaria es una política de poder” https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6408-emilio-ordonez-la-dimension-sanitaria-es-una-politica-de-poder https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6408-emilio-ordonez-la-dimension-sanitaria-es-una-politica-de-poder Emilio Ordóñez: “La dimensión sanitaria es una política de poder”

El analista internacional de Fundamentar Emilio Ordóñez, reflexionó sobre los aspectos geopolíticos que están detrás de la carrera por conquistar la primera vacuna contra la Covid-19. En diálogo con el diputado nacional Germán Martínez en el programa Argentina Unida contra el Coronavirus que se emite por AM 1330 de Rosario, el reconocido intelectual analizó los escenarios presentes y futuros de la disputa global.

Según Ordóñez, lo que está detrás de todo esto, se resume en una palabra: influencia. “Hay 140 vacunas en proceso de pruebas en sus diferentes fases, alrededor de 26 en la etapa intermedia y sólo 6 corriendo la carrera por ser LA vacuna o una de las vacunas que tengan éxito contra la covid-19. Los Estados, en alianza con ciertos laboratorios importantes, van eligiendo, a partir de ciertas características como por ejemplo la capacidad tecnológica o el modelo de contención de la covid, países para ir probando estas vacunas. El objetivo, básicamente, es que estos Estados que obtengan la vacuna en alianza con estas empresas farmacéuticas sean merecedores de prestigio internacional al ser los primeros en poder combatir el coronavirus”.

“En el caso de Argentina, que tiene una gran capacidad de investigación y un cuerpo de investigadores especializados en inmunología de primer nivel, son al menos 4 las vacunas que se están probando. Tal como sucede en otras áreas de la política internacional, uno no vende, por ejemplo, limones a un solo país; uno diversifica sus mercados de exportación. Acá lo que se hace es más o menos parecido: diversificar la oferta de vacunas posibles, esperando que una de ellas o varias sean las más exitosas, de manera tal de mantener relaciones ya no con uno, sino con los países involucrados, de forma tal de obtener en el menor tiempo posible posiciones de privilegio a la hora de repartir estas vacunas. En el caso de Argentina, lo que hace es ganar la capacidad de obtener vacunas más rápido. Mientras que estos países, replicando estas políticas a nivel global, obtienen mayor presencia y mayor prestigio en el caso de éxito”, concluyó el internacionalista.

A continuación, Emilio Ordóñez explicó que “hay algo que me gusta llamar dimensión sanitaria. Uno tiende a pensar correctamente en las políticas sanitarias como una política de gestión pública, asociada directamente a las capacidades del Estado. Y en este último tiempo, ya no sólo el Estado está reclamando su lugar en el contexto de la pandemia, sino que hasta los propios organismos de crédito como el FMI alientan a la inversión masiva en el Estado, y sobre todo en cuestiones de salud”. Ordóñez agregó que “esto es importante para entender que la dimensión sanitaria ya no es solamente una política de Estado en el mismo nivel que las otras. La dimensión sanitaria es básicamente una política de poder a esta altura...de poder blando, es decir, todo lo que no sea militar, el poder blando es cultural, es películas por ejemplo, y también ahora mismo es una política sanitaria mundial. Entonces, una vacuna que tenga razonable éxito en comparación con otras que tengan éxito relativo, y esto se mide no sólo en la capacidad de destruir al virus en el momento, sino en generar inmunidad a largo plazo en aquel que es vacunado, bueno, esto genera mayor capacidad de delinear el mundo que se viene, luego de que la covid baje un poco su intensidad. O sea, quien tenga la mayor capacidad de contener al virus -porque está asumido que va a haber rebrotes y ya lo estamos viendo en Europa-, así como quien obtenga la vacuna comparativamente más efectiva, estos dos elementos van a determinar de alguna manera quién va a pisar más fuerte a la hora de delinear el orden global que se viene”.

Consultado sobre el trabajo conjunto entre Argentina y México para producir la vacuna de la universidad de Oxford y el laboratorio AstraZeneca para América Latina, el analista dijo que “la iniciativa de Argentina y México reaviva una potencial alianza, esa alianza que en algún momento se intentó reconstruir en la década pasada y que tuvo algunos frenos por causas tradicionales de comercio como la venta de automóviles, ahora se renueva ante la emergencia sanitaria regional. Ambos países lo que provocan con esta alianza es reafirmar lo que se llama el principio de la solidaridad. Es decir, la producción de las vacunas tanto para nivel interno como a nivel continental, en una parcería de política sanitaria, al contrario de lo que se llama el nacionalismo de las vacunas, que es ‘yo produzco mis vacunas para mi población, y si sobre stock, ahí veo si lo vendo o si lo exporto gratuitamente’. El ejemplo de este nacionalismo de las vacunas es justamente Estados Unidos. Al principio de la pandemia habrás visto noticias sobre robos de vacunas, robos de barbijos… lo que denotó es que no existía tal comunidad internacional al respecto por lo menos de lo sanitario porque se robaban entre aliados inclusive. No había sociedad internacional en la forma en que habitualmente lo conocemos. Con el principio de solidaridad que como ejemplo ponen Argentina y México, lo que hacen es oponer un modelo contra otro. Por lo tanto, es perfectamente dable que aquella sociedad entre Argentina y México, que fue por tanto tiempo de mediana a baja intensidad, pueda de alguna manera empezar a generar la masa crítica-política para extenderlo a otras áreas y proponer también algún tipo de contención a otros modelos, como el caso brasileño, no sólo en su enfoque sanitario, sino también en su enfoque político”.

Para escuchar la entrevista completa podés ingresar acá -->VER

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Opinión Sun, 23 Aug 2020 14:56:56 -0300