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Fundamentar - Fundamentar https://fundamentar.com Fri, 29 Mar 2024 02:41:32 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Denuncian represión de Policía de Ecuador contra manifestantes y pobladores https://fundamentar.com/internacional/item/6670-denuncian-represion-de-policia-de-ecuador-contra-manifestantes-y-pobladores https://fundamentar.com/internacional/item/6670-denuncian-represion-de-policia-de-ecuador-contra-manifestantes-y-pobladores La Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos denunció por su lado una “fuerte represión en la Universidad de Cuenca”.

El presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador, Leonidas Iza, expresó este martes que teme por su vida porque ha recibido amenazas de muerte.

Unidades antimotines de la Policía Nacional de Ecuador reprimieron este martes a manifestantes y pobladores de un barrio popular ubicado en la capital, Quito, mientras que atacaron con bombas lacrimógenas el recinto de la Universidad de Cuenca.

En la decimosexta jornada del Paro Nacional, medios locales de comunicación publicaron en las redes sociales videos subidos por habitantes del sector de San Miguel del Común, en el norte de Quito, donde pueden escucharse testimonios sobre la represión policial.

“Así se ve en estos momentos San Miguel del Común, policías reprimen a los manifestantes y habitantes de este sector, expresan los vídeos ciudadanos”, mencionó el medio La Calle en su cuenta de Twitter.

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El medio comunitario Wambra reportó por su parte que mientras la Asamblea Nacional realizaba la votación sobre la destitución del presidente Guillermo Lasso, en San Miguel del Común, al norte de Quito, la “Policía reprimió con gas lacrimógeno”.

https://twitter.com/radiolacalle/status/1541968183732715521?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1541968183732715521%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.telesurtv.net%2Fnews%2Fecuador-represion-policial-manifestantes-pobladores-20220629-0002.html

“Habitantes denuncian que niños fueron asfixiados y varios heridos. No está confirmada la muerte”, agregó.

https://twitter.com/CONAIE_Ecuador/status/1541980673992441857?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1541980673992441857%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.telesurtv.net%2Fnews%2Fecuador-represion-policial-manifestantes-pobladores-20220629-0002.html

La Alianza de Organizaciones por los Derechos Humanos reportó por su lado una “fuerte represión en la Universidad de Cuenca”, ubicada en la ciudad del mismo nombre, en la provincia de Azuay, situada en el sur del país.

https://twitter.com/DDHH_Alianza/status/1541952585711632386?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1541952585711632386%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.telesurtv.net%2Fnews%2Fecuador-represion-policial-manifestantes-pobladores-20220629-0002.html

“En el lugar hay cientos de personas y la Policia de Ecuador se encuentra lanzando bombas lacrimógenas. ¡Exigimos que pare la represión!”, manifestó el organismo no gubernamental.

En tanto, el presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie), Leonidas Iza, expresó este martes que teme por su vida porque ha recibido amenazas de muerte.

https://twitter.com/radiolacalle/status/1541986882355187712?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1541986882355187712%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fwww.telesurtv.net%2Fnews%2Fecuador-represion-policial-manifestantes-pobladores-20220629-0002.html

La Conaie mantiene ya dos semanas de protestas en demanda de un pliego de 10 puntos relacionados con la reducción del precio del combustible, alivio económico, empleo, educación, derechos laborales, protección de los territorios ante la gran minería y eliminación de la privatización de empresas estatales, entre otras necesidades colectivas.

El lunes pasado el movimiento indígena que sostiene el Paro Nacional mantuvo un primer diálogo con representantes de los distintos poderes estatales, mismo que fue suspendido este martes por el presidente Lasso.

 

FUENTE: teleSUR

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Dana Vazquez

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Internacional Wed, 29 Jun 2022 14:44:00 -0300
Federico Merke: "Si hay una palabra que define la situación cubana hoy es escasez" https://fundamentar.com/internacional/item/6529-federico-merke-si-hay-una-palabra-que-define-la-situacion-cubana-hoy-es-escasez-escasez-de-cosas-escasez-de-servicios-escasez-de-ideas https://fundamentar.com/internacional/item/6529-federico-merke-si-hay-una-palabra-que-define-la-situacion-cubana-hoy-es-escasez-escasez-de-cosas-escasez-de-servicios-escasez-de-ideas Manifestaciones en Cuba

Federico Merke sostiene que las recientes protestas en Cuba responden a demandas básicas de electricidad, alimentos y medicamentos más que a un reclamo por democracia. Enmarca las protestas en la salida de la vieja generación de revolucionarios y la llegada de una dirigencia sin carisma que no tiene "una narrativa de hacia dónde va la revolución".

Doctor en Ciencias Sociales, Federico Merke es director de las carreras de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés e investigador del Conicet. Habla de las recientes protestas en Cuba y dice que responden a demandas básicas de electricidad, alimentos y medicamentos más que a un reclamo por democracia. "Son demandas por pan", sostiene. Merke enmarca los reclamos en la salida de escena de la vieja generación de revolucionarios de la isla comunista y en la llegada de una dirigencia representada en el presidente Miguel Díaz Canel, de quien dice, "no ha demostrado tener carisma ni una narrativa de cuál es el horizonte hacia dónde va la revolución".  

Merke explica las protestas en el contexto de un país golpeado por la persistencia del embargo económico de los Estados Unidos, la profunda crisis en Venezuela y los estragos de la pandemia. "En Cuba hay desconcierto. Hay un temor muy fuerte en la élite cubana en el sentido de que 'si nos sentamos a escuchar los reclamos podemos perder poder'”.

Sobre la posición de la Argentina en relación a Cuba, Venezuela y Nicaragua, Merke asegura que el Gobierno de Alberto Fernández no ignora lo que sucede en esos tres países, pero su política aparece sujeta a las demandas internas de la coalición del Frente de Todos, dominada por el kirchnerismo. "Hay una tensión entre la Argentina que tiene que cumplir con sus responsabilidades internacionales, esto es defender y promover los derechos humanos, y un gobierno que tiene que satisfacer las preferencias de un sector de su coalición", sostiene. elDiarioAr lo entrevistó por videollamada.

-¿Cómo caracterizarías la política exterior del gobierno del Frente de Todos? Parece dominada en alguna medida por la agenda política de la coalición, pero aún así resulta difícil de clasificar. Hay un costado sensible, además, que empieza a afectar una de las credenciales más importantes que tiene la Argentina en materia exterior que es su posición en relación a los derechos humanos. También aparece como cuestión de si el Gobierno está defendiendo lo que deberían ser los intereses estratégicos permanentes de la Argentina…

-Es muy difícil precisar en dos líneas cuál es la orientación internacional de la Argentina. Argentina supo tener orientaciones internacionales más definidas que la que estamos viendo. Y tengo la sensación de que la política exterior argentina, no hablo para este gobierno sino de la democracia para acá, siempre estuvo muy atada a dos ciclos, al ciclo electoral y al ciclo económico. Cuando digo el ciclo electoral estoy pensando en gobiernos que llegan y que representan coaliciones distintas al gobierno anterior. Como el caso de Macri con Cristina Fernández, pero no el caso de Cristina Fernández con Néstor Kirchner. Entonces, si el ciclo electoral me dice que llega un gobierno con una coalición doméstica distinta, uno esperaría una nueva orientación internacional. Eso es lo que esperábamos en la transición de Mauricio Macri a Alberto Fernández. Hay una nueva coalición que llega al poder con nuevas ideas. El ciclo económico también me dice que cuando la Argentina está mal con su economía eso afecta negativamente su política exterior. ¿Qué significa estar mal? Significa inflación alta, deuda externa impagable, ya sea o que estás en default o que estás al borde del default, déficit fiscal, pero en particular también el tipo de cambio, cuando tenés una brecha muy grande entre un cambio de mercado negro y un cambio de mercado oficial.

-Todas características que se dan en este momento...

-Exactamente. Estas son todas restricciones económicas internas y externas. ¿Qué es lo que pasa con el ciclo electoral? Llega una nueva coalición, pero es una coalición muy amplia. Y esta es creo que de las coaliciones más amplias que hemos tenido de la democracia para acá porque no es un kirchnerismo 2.0, o eso era lo que decían que no iba a ser, sino que es una coalición panperonista, que tenía una pata kirchnerista pero también tenía una pata albertista y tenía una pata de gobernadores peronistas del interior que no necesariamente eran kirchneristas. O sea, era una coalición con peronistas no kirchneristas e incluso con kirchneristas no peronistas. Un espectro que va de (Guillermo) Nielsen a (Juan) Grabois, para ponerlo con nombres y apellidos. Y es muy difícil para una coalición de esta naturaleza definir una orientación internacional. Porque lo que yo estoy viendo es que Alberto Fernández cuando se trata de política exterior no está mirando toda esa coalición sino que está mirando la pata más fuerte de su coalición que es el kirchnerismo. Entonces está haciendo una política exterior siempre mirando de reojo al bloque o el sector más cercano al kirchnerismo, a La Cámpora, a Cristina Fernández de Kirchner. 

-¿Qué consecuencias está teniendo esto en las relaciones internacionales de la Argentina?

-Tiene dos o tres consecuencias concretas para mí. Una, que en materia de derechos humanos hay una mirada muy sesgada. Alberto Fernández supo muy bien lo que pasaba en Chile y pidió que Chile no fuera violenta cuando estallaron los conflictos en Chile. Alberto Fernández supo muy bien lo que pasaba en Colombia y le pidió a Iván Duque que aflojara con la represión. Pero Alberto Fernández se abstiene en la situación ante Nicaragua. Dice que en Venezuela las cosas están un poco mejor. Y dice no conocer lo que está pasando en Cuba. Entonces uno puede identificar una correlación entre gobiernos más de derecha y gobiernos más de izquierda. Entonces ahí hay un sesgo, y ese sesgo tiene que ver con un sector de la coalición del Frente de Todos que siente que hay que proteger a Venezuela, que hay que proteger a Nicaragua y que hay que proteger a Cuba. Y que la contradicción fundamental no es entre tradición de derechos humanos y violación de derechos humanos en estos países sino entre criticar gobiernos de izquierda que son anti imperialistas y gobiernos de derecha. O sea, mirar lo que pasa en estos países a través de la relación con Estados Unidos: “No vamos a quedar del lado de Estados Unidos, no vamos a hacerle el juego a la derecha”. A eso se agrega una historia que tiene el kirchnerismo de cooperación, con Venezuela fundamentalmente. En menor medida con Cuba pero fundamentalmente con Venezuela. Y con Cuba hay una cooperación pero también hay una relación personal, porque la hija de Cristina Kirchner ha estado en Cuba y Cristina Kirchner ha viajado frecuentemente a Cuba. Entonces ella también tiene una suerte de compromiso con el régimen que no va a poner en juego en este conflicto. Entonces ahí hay una tensión entre la Argentina que tiene que cumplir con sus responsabilidades internacionales, esto es defender y promover los derechos humanos, y el gobierno que tiene que satisfacer las preferencias de un sector de su coalición. Entre lo primero y lo segundo termina optando por lo segundo.  

-Este fenómeno de ideologización de las relaciones internacionales alcanza a la región en general... 

-Exactamente. Creo que es una tendencia general. E incluso no solamente de América latina si no diría en la constelación occidental para llamarlo de alguna manera. Estoy incluyendo también a los países prósperos del Norte global. Lo que yo estoy mirando en ese sentido es cómo la política, quizás parece como cacofónico, lleva a la politización de la política exterior. Cuando hablamos de política exterior no estamos hablando de política exterior si no que estamos hablando de política interna. Me parece que hay un escenario de mayor polarización interna en las sociedades, que se ha dado en América latina entre izquierdas y derechas pero también en el Norte. No es tanto izquierda derecha sino más bien gobiernos populistas nacionalistas versus gobiernos más del centro internacionalistas. Y la política exterior pasa a formar parte del repertorio de los temas por los cuales vamos a pelear al definir identidades políticas. Las identidades políticas internas hoy cada vez más están influidas por cómo se posicionan frente a la globalización, ya sea el canal económico o el canal más cultural, migraciones, multilateralismo, etcétera. Estamos muy en una etapa de primacía de la política interna en donde la política exterior termina comida por esos debates.

-La respuesta que está dando hoy EE.UU. a la crisis en Cuba ¿responde un poco a esto? El gobierno demócrata de Biden no ha podido desarmar la arquitectura de Trump en relación al reforzamiento de las sanciones a Cuba por cuestiones de orden interno y electoral...

-Exacto. Biden en las primeras semanas deshizo muchos decretos que había elaborado Trump en las últimas semanas de su gobierno, pero no deshizo las nuevas regulaciones que impuso Trump en relación al embargo. Ahí no ha habido un cambio sino que ha habido continuidad. Y eso le está costando a Biden porque en su coalición interna tiene un sector más progresista, más cercano a Bernie Sanders, a Alexandria Ocasio-Cortez, que está exigiendo desandar las medidas de Trump. Y Biden todavía no lo hizo. Eso es interesante. ¿Por qué no lo hizo?  Acá hay dos respuestas que se pueden ensayar. Una es la base electoral americana cubana que hay en el Sur de Estados Unidos. Principalmente en Miami, en Florida. Que es una región donde pueden ganar republicanos y demócratas. Por pocos votos se juegan muchas elecciones allí. Entonces quizás todavía Biden no quiere irritar a esas bases. Pero el otro punto es que Biden está teniendo una política exterior de suma cero entre la libertad y el autoritarismo. La narrativa de Biden de hacia dónde va la política internacional es un conflicto entre el mundo libre y el mundo no libre, cuyos representantes más claros son Estados Unidos y China.  

-Va más allá de la región...

-Claro. Entonces Biden coloca democracia y derechos humanos muy en el centro de su política exterior. Esto es muy loable, pero hay un serio riesgo acá. ¿Por qué? Porque Estados Unidos rara vez tuvo una estrategia hacia América Latina identificada, clara. Normalmente la relación de Estados Unidos hacia América latina fue la operacionalización de una estrategia global hacia una región. En la Guerra Fría la estrategia global era luchar contra el comunismo: entonces miran América latina en función de “si están con nosotros o no están con nosotros” en la lucha contra el comunismo. A partir del 11 de septiembre, miramos “si están con nosotros o no” en la lucha contra el terrorismo. Y ahora están empezando a mirar a la región en términos de si está o no con Estados Unidos en el conflicto contra China. Entonces, en esa narrativa a Biden le cuesta cooperar con un país que no es democrático y que viola los derechos humanos. El puede estar mirando una contradicción entre hacer una coalición del mundo libre y tenderle un puente a un país que no está en el mundo libre. No sé si esto es algo muy táctico o qué pero claramente no está ayudando. No está ayudando porque Biden no está volviendo a la estrategia de Obama. Obama al final de su mandato inicia una tarea de normalización de las relaciones y desanda restricciones que había en la relación con la isla. El embargo es un tema muy complicado, porque el embargo ni siquiera es una ley. El embargo es un sistema de leyes y de regulaciones que se fueron acumulando con el tiempo. Entonces, desandar el embargo no depende de un presidente en los Estados Unidos, depende del Congreso. Ahí tenemos una batalla muy fuerte. Pero eso no quita que el presidente no pueda intervenir con regulaciones más específicas. Por ejemplo remesas,  viajes, conexión aérea con Cuba, inversiones. Que los americanos puedan visitar la isla. Trump cerró mucho el flujo y Biden no lo está abriendo. Y Obama no lo hizo en clave de democracia y derechos humanos. Obviamente Obama fue a la isla habló de democracia y derechos humanos, pero yo creo que la postura de Obama fue más realista, fue decir: “Cuba es un irritante en la relación entre Estados Unidos y América latina”. Entonces una forma de remover ese irritante es normalizar la relación con Cuba. Que implicaba además, también en clave realista, reconocer que el embargo nunca tuvo éxito. No funcionó. Hace casi 50 años que está el embargo y no logró el objetivo que se esperaba, que era cambiar el régimen cubano. Entonces es muy de política interna el embargo y la relación con Cuba. Es muy de revanchismo por parte de los cubanos americanos que quieren ver al régimen desaparecer y muy de cálculo político por parte de las élites políticas norteamericanas que no quieren perder el voto cubano.

- ¿Qué está pasando en Cuba? Ya no solo con las protestas, sino con la respuesta del régimen. A la represión del domingo y lunes, sigue un momento en el cual el gobierno busca aliviar  un poco la situación de los cubanos con medidas de liberalización para el ingreso de medicamentos,  alimentos, de productos de higiene, demandas de la vida cotidiana. Incluso hubo un giro en el discurso, porque el presidente Díaz Canel llegó a hacer hasta un pedido de disculpas. Se interpretó que hubo una intervención de Raúl Castro para descomprimir la situación. ¿Estás viendo eso? 

-La reacción yo creo que puede ser positiva para aplacar un poco la protesta pero no es suficiente para resolver los problemas que tiene Cuba. Me parece que son medidas de apuro hechas para tener un impacto inmediato. El problema de Cuba es que tiene problemas mucho más de fondo. Que dependen en parte de Cuba y en parte no dependen de Cuba, como la pandemia, el embargo. Cuba depende mucho del turismo internacional, que no está llegando a la isla. Cuba depende mucho de las remesas que están llegando en menor cantidad. Remesas de cubanos en Estados Unidos. Y eso es vital, porque muchos cubanos viven de las externalidades que genera el turismo y viven de los parientes, los primos, que tienen en Estados Unidos. Diría que casi un predictor de cómo le va a un cubano en Cuba es si tiene o no parientes en Estados Unidos que les mandan dólares. Entonces, esos dos elementos en el corto plazo no van a desaparecer. Hay otro elemento que está muy mal que es la energía eléctrica. Cuba está con cortes de luz, están racionando la provisión de energía eléctrica. Eso en el corto plazo dudo que se resuelva. Hay otro elemento que es la importación de alimentos. Casi el 70% de los alimentos en Cuba son importados. Y algunos alimentos este año han aumentado un 40% en el mercado global. Esos alimentos Cuba se los compra a Estados Unidos muchos de ellos y los tienen que pagar en efectivo, dólar constante y sonante. Fuera del sistema bancario porque no hay un clearing ahí.

-Por fuera del embargo...

-Exacto. El embargo exime alimentos y medicamentos. Ese es otro problema, Cuba está teniendo problemas para adquirir medicamentos esenciales para tratar la pandemia y otras cosas. No sé el número exacto pero debe estar en un 30%, 40% son medicamentos importados. Muchos de ellos también de Estados Unidos. Eso lo veo difícil. en Cuba el año pasado cayó 11 puntos el PBI y lleva ya varios años en recesión. El otro problema que tiene Cuba es Venezuela. Venezuela supo ser un protector del régimen y un gran donante de ayuda a Cuba principalmente a partir del petróleo barato o regalado a cambio de médicos cubanos que iban a Venezuela. Ese trueque está casi roto. Está llegando mucho menos petróleo del que llegaba tres años atrás, cuatro años atrás, y eso era importante para Cuba. Y todavía no estoy viendo a China jugar fuerte. Creo que China es muy reticente a pisar fuerte en Cuba, o sea cooperar, defender, etcétera, quizás por dos motivos. Uno porque reconoce que está muy cerca de Estados Unidos. Pero Estados Unidos juega fuerte en Taiwán. Así que no sería muy sorprendente que hicieran algo similar. Y el otro motivo es que hay una desconfianza de China hacia la burocracia cubana en términos de cómo administrar el capitalismo. O sea, para un burócrata chino, Cuba todavía no entiende cómo funciona el capitalismo. El temor de China es que Cuba todavía no tiene capacidad para ofrecer compromisos creíbles acerca de cómo iniciar un proceso de reformas.

-¿Es esto lo que de cierta forma explica por qué Cuba no pudo avanzar hacia un tipo de reformas al estilo Vietnam, como se proponía Raúl Castro?

-Yo creo que hay algo de eso, sí. Sí. Ahí yo desconozco por dónde pasa, pero es una burocracia que tiene alto capital humano pero que todavía le ha costado mucho pensar en términos de más innovación, de integrarse a la globalización, integrarse a cadenas de valor. Principalmente con los Estados Unidos, con América Central, con Europa, con Asia. Con China, por ejemplo, Cuba tiene comercio, no es que no lo tiene. Pero me parece que hay mucha resistencia en la burocracia cubana a iniciar esas reformas bajo el temor de que al final del camino te encuentres con presiones para abrir el sistema político. O sea, China y Vietnam, que son dos países con sistemas que han podido abrir la economía pero al mismo tiempo tener cerrada la política. Yo no sé cuánta confianza tiene el régimen cubano de que eso sea viable y sostenible en un régimen como el cubano. Y a mí me parece que eso es clave porque yo no estoy viendo, con la información que tengo que es muy incompleta, aclaro, pero yo no estoy viendo en Cuba en este momento en la sociedad cubana demandas de democracia. Estoy viendo demandas de pan. 

-Son demandas muy básicas...

-Demandas de electricidad. Demandas de medicamentos. Demandas de internet. Demandas de “dame un poco más de libertad para comprar y vender en el mercado”. Son cosas muy básicas. Es un problema, yo creo que si hay una palabra que define la situación cubana hoy es escasez. Escasez de cosas, escasez de servicios y escasez de ideas. Para mí es la palabra que resume la situación cubana. Entonces, hay una enorme frustración por parte de la sociedad frente a la escasez. Y quién no se va a frustrar frente a la escasez. Por eso China es adicta al crecimiento. China es adicta al crecimiento porque sabe que si no hay crecimiento la legitimidad del régimen empieza a colapsar. 

-Sobre la escasez de ideas que mencionás, ¿está fallando la respuesta del régimen frente los desafíos que se plantean desde la declinación de Venezuela? Hay una situación de  desconcierto frente a lo que está pasando...

-Hay desconcierto. Tenemos que tener en cuenta que toda esta situación, repito, parte por problemas cubanos pero parte por problemas externos -el embargo, la pandemia, Venezuela básicamente- coincide con la salida de Raúl Castro y el ingreso de Díaz Canel.

-El recambio generacional, ya sin los Castro... 

-Sin los Castro. Y la opinión compartida es que Díaz Canel es un tecnócrata del régimen, es un burócrata en el mejor sentido de la palabra, que conoce muy bien cómo funciona la máquina del Estado cubano, pero no tiene o no ha demostrado tener el carisma para inspirar. Tampoco ha demostrado tener una narrativa de cuál es el horizonte hacia dónde va la revolución. Entonces hay un temor muy fuerte en la élite cubana de que “si nos sentamos a escuchar los reclamos podemos perder poder”. Entonces solo “vamos a escuchar los reclamos que estén dentro de la revolución; los reclamos que a mí no me gustan no están dentro de la revolución y están financiados por Estados Unidos”. Y al cubano promedio yo creo que eso le molesta muchísimo. Porque dice “a mí no me financia nadie, yo voy a la panadería y no hay pan, es así. Y eso no me lo financia el imperialismo, eso es culpa de esta gente que no está resolviendo problemas muy básicos”.

-¿Ves muy lejos al gobierno argentino de estar leyendo adecuadamente esta realidad en Cuba?

-Volvemos al comienzo de la conversación. Porque es una coalición muy amplia. Creo que hay actores dentro de este gobierno que entienden cuál es la situación cubana y saben que Cuba necesita reformas y son conscientes de que Cuba viola los derechos humanos. Eso creo que lo entienden. Ahora, ¿qué es lo que se está diciendo? Lo que se dice es muy pobre, es lo que dijo Alberto Fernández y no sé si hubo algún comunicado de Cancillería..

-No, no recuerdo que haya habido un comunicado.

-Ha sido muy pobre porque no tienen mucho para decir. Porque no quieren quedar pegados al imperialismo y a Estados Unidos. Entonces me parece que lo de Cuba encuentra al gobierno poco preparado. Claramente ha estado poco preparado para reaccionar frente a esta situación, que ya un poco se veía venir con la aparición del movimiento de San Isidro. En donde hubo mucha represión, muchos presos políticos, ahí se movilizaron muchos intelectuales cubanos, artistas, más de 500, 600 que han estado involucrados en firmar cartas, en expresiones muy concretas, donde piden mejores servicios, mejores bienes, un poco más de libertad, y eso fue reprimido, lo que generó a su vez más insatisfacción, más frustración. A mí me parece que ahí el gobierno cubano tendría que entablar algún canal de diálogo. El problema es que Cuba no reconoce la existencia de una sociedad civil independiente y librepensadora como sucede en una democracia. Entonces tiene miedo a reconocer la existencia de ese actor. Temen que al reconocerlo el régimen esté perdiendo poder y legitimidad.

-La relación de la Argentina con Estados Unidos está en cierto modo en medio de esta cuestión. Por un lado, como decís, se intenta desmarcarse públicamente de las posiciones de Estados Unidos respecto de conflictos como los de Venezuela, Cuba e incluso Nicaragua. Pero hay un canal paralelo en la relación, que muestra por ejemplo que antes de abandonar el Grupo de Lima Argentina llama a la Casa Blanca y anticipa la decisión; explora con una visita de Sergio Massa o cultiva una línea para que Biden termine de liberar la donación de vacunas, cosa que está ocurriendo en estas horas. ¿Ves este tipo de doble juego?

-Sí, creo que sí. Mi sensación es que cuando Argentina dice lo que dice o hace lo que hace en relación a Venezuela, Nicaragua o Cuba principalmente está atendiendo demandas de preferencias internas de la Argentina. No lo hace como una forma de retar a Washington. La consecuencia es que probablemente lo irrite, pero no creo que en el gobierno de Alberto Fernández esté ese sentimiento. No veo un sentimiento anti-americano. No veo una postura dura frente a Washington. Y lo que veo es que en paralelo a este ruido que genera democracia y derechos humanos, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Lima, etcétera, en paralelo hay un intento de acercamiento que yo lo veo muy gráfico en la gestión de Jorge Argüello, el embajador en Washington. Yo creo que Jorge Argüello está haciendo un trabajo muy fino, muy complejo de tender vínculos con Estados Unidos a través de la conversación en el G-20, la conversación en lo que es cambio climático y la transición energética, la cooperación en el tema de vacunas y obviamente la cuestión del default, la negociación con el Fondo Monetario en donde el rol que pueda jugar Estados Unidos ahí es importante. No decide pero sí tiene mucha capacidad para influir en las decisiones del Fondo. Después está la agenda clásica, la de la lucha contra el terrorismo, los temas de no proliferación nuclear. Ahí hay una agenda histórica que casi no se altera. Entonces yo te diría que hay una agenda positiva con Estados Unidos. Siento por momentos que podría ser más explotada de lo que lo es. A veces lo veo al embajador Argüello un poco, no sé si solo pero sí en una actitud que no refleja la actitud promedio desde Casa Rosada. Pienso en un funcionario norteamericano que se entrevista con Jorge Argüello pero al otro día lee el diario y lee los tweets de Felipe Solá y lee la carta que firman los senadores kirchneristas en el Congreso diciendo que no hay que pagar la deuda. Y leo una entrevista a Martín Guzmán… A quién le cree.. ¿A todos, a un promedio? Ahí hay como un ruido que me parece que el gobierno tiene que trabajar más en reducir.

- ¿Cómo estás viendo la relación con el Brasil de Bolsonaro? El gobierno argentino parece estar haciendo una apuesta parecida a la que hizo con el correísmo. Es decir, esperar la vuelta de Lula y el PT. La apuesta en Ecuador no funcionó...

-Le cuesta mucho a la Argentina tratar con Brasil. Le cuesta mucho. Hay un intento en Cancillería de abordar temas de baja intensidad que hacen a la cooperación histórica, como manejo de fronteras, las cuestiones comerciales, ciencia y tecnología, educación. Hay una agenda histórica con Brasil. Yo creo que con Brasil deberemos tener quizás una de las agendas bilaterales más densas ¿no? Que involucra a más agencias del Estado. Entonces hay un intento por abordar esa agenda y me parece que (Daniel) Scioli está haciendo ese papel. Me parece que la designación de Scioli como embajador en Brasil fue muy acertada porque es alguien que viene de un peronismo claramente no identificado como kirchnerista. Y es alguien que puede tender puentes ahí. Eso en el plano del día a día diplomático. En el plano oficial no veo ninguna conversación ahí. Hay sí algo nuevo para mí en la relación entre Argentina y Brasil, que es haber hecho del otro un tema de política interna. Argentina Y Brasil tenían una suerte de contrato no escrito en donde no había una intervención en asuntos internos. No opinábamos sobre la decisión del presidente en relación a dejar o no prisionero a alguien. Eran temas de Brasil. Y me parece que eso se ha roto porque Bolsonaro encuentra en la Argentina un tema ideal para alimentar sus bases de apoyo. Porque él identifica a Alberto Fernández con Cristina Fernández y a Cristina Fernández con Evo Morales y con Chávez y con Maduro, y con el papa Francisco y con lo que él llama el “marxismo cultural”. Un poco lo que hablamos sobre la politización de la política exterior. Entonces cuando Bolsonaro habla de Argentina no está hablando de política exterior, está haciendo política interna. Y de este lado este gobierno también ha intervenido muy a favor de Lula. No nos olvidemos. Entonces también desde acá se percibe que hay un Brasil bueno y un Brasil malo. Esa es un poco la imagen que se construye. Y el Brasil bueno es el Brasil de Lula y el Brasil malo es el Brasil de Bolsonaro. Entonces la tarea de la Argentina es esperar la salida del Brasil de Bolsonaro y que vuelva el Brasil de Lula. Pero más allá del Brasil de Bolsonaro y el Brasil de Lula está Brasil. O sea, en política exterior claramente que las diferencias ideológicas pueden aceitar o inhibir las relaciones, pero hay temas que van más allá de lo ideológico: cómo administrás la frontera, cómo vamos a negociar con la Unión Europea, cómo podemos agilizar el Mercosur. Entonces, Bolsonaro se va a ir, tarde o temprano se va a ir, y Lula también se va a ir, y cuando se vayan Bolsonaro y Lula van a seguir estando…

...los intereses permanentes de los dos países.

-Exactamente. Entonces, en tanto y en cuanto Argentina y Brasil tengan un Mercosur, estén negociando acuerdos con terceros, participen conjuntamente en distintas organizaciones internacionales, Argentina está condenada a cooperar con Brasil. Yo entiendo el disgusto y el rechazo que el gobierno puede sentir hacia Bolsonaro. Yo empatizo y simpatizo, pero lo digo desde mi cómodo sillón de académico, cuando estás frente a una responsabilidad tenés que tratar de encontrar canales de cooperación con un socio como es Brasil más allá de tus simpatías. Pero ahí también hay una cuestión de política interna, del cómo puede pegar internamente en las bases del Frente de Todos que Alberto Fernández se reúna con Bolsonaro o con algún funcionario brasileño. Ahora, dicho esto yo creo que la solución no pasa por esperar a que Bolsonaro se vaya, porque yo tengo la sensación que Argentina es cada vez menos relevante para Brasil. Hemos perdido espacios de influencia en Brasil. Importamos menos de lo que pensamos que importamos. Tendemos a vernos como un eje franco-alemán en América del Sur y Brasil no ve lo mismo. Brasil ha tenido una agenda más expansiva, ya sea durante los años del PT hacia el Sur global, ya sea ahora con Bolsonaro hacia el Norte global, principalmente Estados Unidos, y China claramente. Como sea, hemos perdido espacios en la conversación de política exterior con Brasil.

-En igual proporción a la pérdida de importancia relativa de la Argentina como un actor regional...

-Exacto. Entonces eso no se va a resolver sin Bolsonaro y volviendo Lula. No creo que eso se resuelva. Me parece que ahí hay una pérdida de incentivos. Los políticos argentinos que construyeron la relación con Brasil eran políticos que conocían Brasil. Que viajaban a Brasil. Que habían estado exiliados en Brasil. O brasileños que habían estado exiliados en Buenos Aires. Antes de ser presidente, antes de asumir, Raúl Alfonsín va a la inauguración de un nuevo gobernador, no me acuerdo si fue en Río Grande do Sul. Había un intercambio de las élites políticas que hoy no lo estoy viendo. Creo que el político promedio de las nuevas generaciones entiende poco a Brasil. Esa mística del eje argentino brasileño que se crea en el espíritu Alfonsín-Sarney y después el Mercosur. Como con (Eduardo) Duhalde, que siempre fue muy cercano a esta alianza con Brasil. Yo no lo estoy viendo en los políticos que gravitan hoy. Están mirando China, Asia, porque el mundo se amplió bastante más. Entonces hemos perdido también políticos con intereses en Brasil.

- Esto lleva un poco a la idea de la decadencia del pensamiento estratégico en la Argentina…

-Absolutamente, sí. Es un signo de la declinación argentina. Yo trato de despersonalizar este problema y decir que esto es culpa de que tenemos unos políticos mediocres. Trato de evitarlo, porque no creo que necesariamente esa sea la explicación. Me parece que la declinación de la Argentina no genera presiones e incentivos para tener una dirigencia política preocupada por el mundo. La declinación te vuelve parroquial. Recuerdo los años del ascenso de Brasil con el PT y vos veías a la dirigencia brasileña preguntándose, de golpe: ¿Qué se espera de Brasil? Estamos creciendo: ¿Cuáles son nuestras responsabilidades como potencia emergente? Y empezaron a viajar. Yo tenía colegas que decían nunca viajaron tanto como en los años del PT. Entonces eso generaba una presión en la dirigencia, sobre cuál es su rol. Porque era un Brasil que asomaba la cabeza. En una dirigencia que declina, nadie se pregunta cuál es nuestro rol. ¿Cuál es la pregunta que nos hacemos? Cómo nos ven. Y la verdad es que no te ven. Porque estás cada vez más abajo. También nosotros estamos escasos de ideas. Ayer leía una columna de Federico Zapata en Panamá Revista sobre el biodesarrollismo. Y creo que apunta lo que para mí sería el hueso del problema político argentino: tenés dos grande coaliciones en la Argentina, una coalición más nacionalista estatista que la vimos en parte, con diferencias con Alfonsín,  Néstor Kirchner, Cristina Fernández y ahora en parte con Alberto Fernández Y una coalición más aperturista internacionalista que la vimos con Menem y con Cambiemos, también con diferencias. Y toda coalición tiene una mirada de mundo porque tiene intereses distintos frente al mundo. La coalición nacionalista estatista está conformada por industriales, por sindicalistas, por sectores que ven en la protección una necesidad. La coalición aperturista está conformada por servicios, por el agro, por profesionales urbanos que ven en la apertura una oportunidad. Entonces Federico Zapata lo que dice es acá hay que pensar en una diagonal en donde la coalición, él no lo llama con estos nombres pero es el nombre que yo le doy, que la literatura le da, la coalición internacionalista tiene que incorporar al sector popular.  Y la coalición más estatista nacionalista tiene que incorporar al capitalismo, al capitalismo innovador y moderno. Uno podría decir que el albertismo en el momento cero era un intento de eso. Si vos tomas la mejor versión del albertismo yo creo que era una aspiración del peronismo de incorporar el capitalismo abierto. Eso se ha desdibujado con la pandemia y con las tensiones que tiene la Argentina. Pero esas son las dos diagonales que deberían darse para conformar una coalición que Zapata llama una coalición exportadora, federal y popular. A mí me parece muy interesante.

-En el contexto de la lucha por la hegemonía global, el ascenso de China, ¿Qué mundo dirías que está formateando la pandemia? 

-Veo tres cuestiones. La más urgente es la pandemia, cómo vamos a salir de la pandemia. Porque estamos, muchos países están muy mal. Nos ha afectado muy negativamente. Pero incluso los países centrales han tenido problemas. Los Estados han puesto mucha plata en la pandemia, para mitigar la pandemia, pero cuando baje el agua van a tener que poner una misma cantidad para reconstruir la post pandemia. Entonces me parece que ese es el tema más urgente en donde yo veo un gran problema de cooperación global entre el centro y la periferia y una división muy grande entre los que tienen recursos para hacer frente a la pandemia y los que no tienen recursos. No es lo mismo Noruega y el Reino Unido que Haití. Haití tiene cero vacunados. Entonces, ahí hay un problema de ampliación de la brecha. O sea, la pandemia lo que va a hacer es ampliar aún más la brecha de riqueza. La desigualdad. Eso es lo más urgente.

-¿Qué viene después de la pandemia?

-Otras dos cosas. Cómo acomodar el ascenso de China, que es una tarea principalmente de Estados Unidos pero en buena medida también de Occidente, cómo Occidente se va a acomodar al ascenso de China. Y no estoy viendo buenas señales en ese sentido, porque veo un Biden con una mentalidad de suma cero entre el mundo libre y China, y no me parece que esto augure buenas noticias. Porque Occidente se tiene que acomodar al ascenso de China. Cuando digo eso estoy queriendo decir que Occidente no puede frenar a China. O sea, la contención China no va a funcionar. Porque China ya es lo que se temía que fuera 15, 20 años atrás. Entonces por eso digo “acomodarse” al ascenso de China. Acomodarse en reglas de juego. Acomodarse en seguridad internacional. Acomodarse a un diálogo más multicultural en temas de democracia y derechos humanos. No es un tema menor. La discusión de los valores. Cómo el orden liberal internacional se acomoda a un Estado que ha hecho un uso selectivo de ese orden liberal internacional. Y el tercer desafío, que es el que más me preocupa a mí como padre ya, ni siquiera como académico, es el cambio climático. El cambio climático tiene la urgencia de la pandemia y la dimensión estructural del ascenso de China y Estados Unidos. Veo una conciencia mayor de lo que implica el cambio climático. Se ve en la conversación pública. La pandemia creo que ha traído eso. Una mayor conciencia de lo que pueden implicar los daños ambientales. Y mucha plata que está empezando a ponerse en reducir las emisiones de carbono. Lo que sacó el Plan Verde de la Unión Europea, la discusión que se está dando en Estados Unidos con la agenda climática de Biden. Ahora tenemos la Conferencia sobre Cambio Climático en Glasgow para discutir cómo nos está yendo con esto. Y creo que ahí el gran desafío del cambio climático es el enorme financiamiento que hay que poner en marcha para transitar una economía carbono cero. Esa plata el Sur global no la tiene. Esa plata en buena medida va a tener que venir del Norte. No pienso solamente en Estados si no en inversión privada. Y creo que hay oportunidades, no es costo. Hay mucha oportunidad que tiene el capitalismo de reinventarse a partir de incorporar la sustentabilidad como negocio. No como un deber moral, porque ya vimos que hasta acá el deber moral no funcionó. Pero cuando los capitalistas ven el negocio, ahí aparece.

FUENTE: elDiarioAR

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Elizabeth Hernández

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hola@fundamentar.com (Walter Curia ) Internacional Mon, 19 Jul 2021 13:48:46 -0300
Cuba: entre la vacuna y la crisis https://fundamentar.com/internacional/item/6525-cuba-entre-la-vacuna-y-la-crisis https://fundamentar.com/internacional/item/6525-cuba-entre-la-vacuna-y-la-crisis Manifestantes piden por "libertad" en Cuba

Cuba vive momentos tensos. La situación económica ha empeorado dramáticamente, los alimentos básicos son escasos, la moneda pierde valor y los números de contagios de covid-19 se están disparando. En este marco, Cuba vive inéditas protestas en las calles.

Cuba vive momentos tensos. La situación económica ha empeorado dramáticamente, los alimentos básicos son escasos, la moneda pierde valor, la frustración estalla en protestas callejeras, y los números de contagios de covid-19 se están disparando. Los casos diarios se han multiplicado por cuatro en tan solo tres semanas. Con más de 6.700 contagios por día y más de 25.000 hospitalizados confirmados por covid-19, el sistema de salud está llegando a sus límites. Sin embargo, la lucha contra la pandemia también trae la mayor esperanza: las vacunas desarrolladas en la isla muestran un nivel de eficacia muy alto, no solo en los estudios clínicos, sino también en la práctica.

El gobierno de La Habana había arriesgado mucho cuando, en mayo de 2020, decidió no importar ninguna vacuna, ni de Rusia ni de China. Tampoco a través de la participación en la plataforma de vacunas COVAX. En su lugar, apostó en desarrollar vacunas propias. Muchos se mostraron escépticos: ¿por qué esta isla caribeña de 11 millones de habitantes sería exitosa allí donde fracasaron multimillonarios emporios farmacéuticos?

La explicación es el sector biotecnológico que ha ido construyéndose sistemáticamente desde la década de 1980: una isla de eficiencia en medio de la economía socialista del país. Desde el principio, se hizo énfasis en el desarrollo de vacunas, no solo para el consumo interno, sino también para la exportación a países del Sur global. Es esta estructura de investigación y producción la que ha permitido a Cuba crear en muy poco tiempo dos vacunas listas para usar.

Ambas, «Abdala» y «Soberana-2», se basan en una plataforma de proteínas, un método utilizado durante décadas contra la poliomielitis, el tétanos y otras enfermedades. A diferencia de las novedosas vacunas de ARN mensajero de BioNTech y Moderna, se trata de una tecnología de la «vieja escuela». Pero la ventaja es que estas vacunas se pueden producir en las fábricas existentes, la experiencia indica un bajo nivel de efectos secundarios graves y no se necesita un enfriamiento extremo. Y son vacunas eficaces. Ya se han publicado los resultados de los estudios de fase 3, que muestran para Abdala una efectividad contra enfermedad sintomática de 92% después de completar el esquema de tres dosis, y para Soberana-2, una eficacia de 91%.

Los críticos han cuestionado estos números y han señalado falta de transparencia y documentación insuficiente en las revistas científicas. Es posible que con la aplicación práctica haya que hacer ajustes. A pesar de que ambos estudios de fase 3 se hicieron sobre más de 40.000 personas, los números absolutos en los que se basan los cálculos de eficacia no son altos; para Soberana-2 había cinco casos de enfermedad sintomática en el grupo vacunado versus 51 en el grupo placebo.

Pero más allá de los estudios, para ver que las vacunas sí son eficaces, la campaña de vacunación en curso habla por sí sola. Cuando se vacunó al personal médico del país, a principios de marzo, se redujo inmediatamente el número de contagios entre los empleados del sector sanitario. Esto se observa también desde el comienzo de las vacunaciones masivas en La Habana, en el mes de mayo.

Ya se han aplicado más de siete millones de dosis en una campaña que se ha concentrado en la capital del país, originalmente el epicentro del proceso infeccioso. En todas las demás provincias, las incidencias están aumentando fuertemente. En la capital, sin embargo, donde ya la mitad de la población ha sido vacunada, los contagios han caído a la mitad de su valor pico. Como en otros países con altos niveles de vacunación, se ve un repunte con la reciente entrada a Cuba de la agresiva variante Delta. Los estudios de fase 3 de las vacunas cubanas se hicieron todavía con la prevalencia de la cepa Beta. Aun si parecen dar buena inmunidad contra la Delta también, no se puede excluir que –como se ha visto con otras vacunas– la efectividad sea algo menor contra esa variante, sobre todo en caso de vacunación incompleta.

También en Irán se realizó un estudio de fase 3 para la vacuna Soberana-2, con 24.000 participantes, y allí la vacuna cubana ya obtuvo la aprobación de emergencia. En Cuba recientemente se dio la aprobación para Abdala mientras la para Soberana-2 es espera en las próximas semanas. Es de suponer que la autoridad de aprobación cubana espera con la aprobación formal hasta que se tenga disponible todos los datos requeridos por los protocolos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Porque, además de vencer la pandemia en su propio territorio, Cuba también espera exportar sus vacunas. Pero la producción a escala se enfrenta a grandes obstáculos. Los 100 millones de dosis cuya producción se anunció alguna vez para este año quedarán como una posibilidad teórica. Los insumos que se necesitan se han vuelto extremadamente escasos, porque empresas de todo el mundo apuestan al desarrollo de vacunas a base de proteínas, sea Novavax en Estados Unidos, Sanofi/GlaxoSmithKline en Europa o Anhui en China.

Si bien Cuba es «soberana» en el desarrollo de sus propias vacunas, tal como lo sugiere el nombre de una de ellas, esto no es así en cuanto al equipamiento y los componentes, que deben importarse. A los problemas mencionados se suma, como siempre ocurre en Cuba, el lastre del embargo estadounidense, que limita las oportunidades de adquirir maquinaria e insumos. Además, las amenazas de Washington a los bancos internacionales hacen que las transacciones financieras con la isla sean maniobras complejas y costosas. Como resultado, Cuba tendrá que concentrarse inicialmente en producir suficientes vacunas para su propia población. Por cierto, como gesto de solidaridad, hubo una primera entrega de 30.000 dosis de Abdala a su aliada Venezuela, cuyas entregas de petróleo a Cuba han disminuido, pero siguen siendo indispensables para abastecer a la isla. Se han prometido otros 12 millones de dosis, pero sin precisar la fecha de entrega.

También se espera poder negociar opciones de exportación, preferiblemente con prefinanciación. Otra opción es vender licencias a países como Argentina o Vietnam, que tienen sus propias capacidades de producción. En el pasado, la OMS ya ha comprado vacunas cubanas para campañas de vacunación en países del Sur global y podría volver a hacerlo en la actual pandemia. A mediano plazo, las vacunas a base de proteínas, como las cubanas, también son adecuadas como vacunas de refuerzo.

Por importantes que sean estas perspectivas, las vacunas cubanas pueden vencer la crisis sanitaria del país, pero no la económica. Esta sigue siendo tarea de una agenda de reformas que debería apuntar a reanimar toda la economía y no confiar en que el sector biotecnológico se convierta en la gallina de los huevos de oro. Y aún cuando son un logro del sistema de salud, no pueden ser las vacunas las que den respuesta a la largamente acumulada crisis de confianza política que en estos días se hace evidente en las calles. 

La lucha contra la pandemia en Cuba es, como en otros lugares, una carrera contra el tiempo. Entre la velocidad de la vacunación, por un lado, y la propagación del virus y sus variantes, por otro. Si las cosas van bien, la campaña de vacunación puede prevenir el colapso de los hospitales, hacer que gradualmente el país salga de las medidas de confinamiento y permitirle reabrir sus puertas al turismo internacional a tiempo para la importantísima temporada de invierno. El sector turístico era la industria más importante de la isla antes de la pandemia y su reactivación es indispensable como fuente de divisas en la actual crisis.

Pero las vacunas cubanas también deberían ser motivo de reflexión fuera de la isla. En tiempos de cadenas de suministro globales, muchos rápidamente tildaron todas las ideas de «autosuficiencia» de anticuadas. Durante la pandemia, sin embargo, hasta los países ricos tuvieron que aprender que no se puede contar con la globalización en tiempos de emergencia. Ya se trate de mascarillas o vacunas, a la hora de la verdad, no solo es America First, sino que cualquier otro país cuida primero sus propios intereses.

El hecho de que el sector biotecnológico de Cuba haya logrado desarrollar sus propias vacunas con los limitados recursos del país es sencillamente sensacional. Con el avance de la variante Delta y el dramático aumento de infecciones, combinado con la crisis alimentaria y el malestar social, la sociedad cubana está por vivir meses tensos, si no dramáticos. Pero el avance de las vacunaciones hace esperar que, llegando el invierno, Cuba se uno de los primeros países de América Latina en entrar a la «era post-covid».

(*) Investigador principal en el Instituto Alemán de Estudios Globales y de Área (GIGA, por sus siglas en inglés) en Hamburgo y profesor honorario en la Universidad Libre de Berlín.

FUENTE: Nueva Sociedad

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Elizabeth Hernández

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hola@fundamentar.com (Bert Hoffmann (*)) Internacional Mon, 12 Jul 2021 15:11:47 -0300
El estallido colombiano https://fundamentar.com/internacional/item/6473-el-estallido-colombiano https://fundamentar.com/internacional/item/6473-el-estallido-colombiano Jornada de protestas en Colombia y represión policial

Una multitudinaria ola de movilizaciones logró poner en jaque a la reforma tributaria que promovía el gobierno de Iván Duque. La represión de la protesta y las violaciones a los derechos humanos se hicieron patentes. Duque y el uribismo se enfrentan a una creciente impopularidad y a la crítica de una ciudadanía cada vez más movilizada.

Desde el 28 de abril, Colombia vive una multitudinaria ola de movilizaciones similar a la que se produjo en 2019, con causas de descontento semejantes. Este nuevo ciclo de protestas tiene lugar en el tercer pico de la pandemia, en medio de un frágil proceso de paz y con los peores indicadores sociales de la historia del país. El covid-19 ha sido particularmente fuerte con la sociedad colombiana: al día de hoy, Colombia es el tercer país con mayor número de muertos y contagiados en América Latina. Además, el nivel de pobreza llegó a 42%, valor que no se veía desde hace una década. Hoy, 15% de los colombianos viven en la pobreza extrema y no logran consumir tres comidas al día.

En este contexto, el renunciado ministro de Hacienda Alberto Carrasquilla presentó la reforma tributaria más ambiciosa, en términos de recaudación, de los últimos años. Lo hizo, principalmente, para pagar la elevada deuda del país e intentar frenar una posible pérdida del grado de inversión de las calificadoras internacionales. En menor medida, lo hizo también para invertir en programas sociales.

La reforma tributaria, que el gobierno llamó eufemísticamente «Ley de Solidaridad Sostenible», fue impopular incluso antes de que su contenido se diera a conocer. El ministerio socializó partes de la reforma antes de que fuera radicada con gremios empresariales amigos e incluso estuvo en una reunión cerrada en palacio con Tomás Uribe, el hijo del ex-presidente Álvaro Uribe, quien no tiene ningún cargo político o mandato oficial. Esto, como era de esperarse, incomodó a varios políticos. Una vez que se conoció la reforma, los partidos políticos de oposición promovieron una votación negativa en el Congreso. Algunos partidos cercanos al gobierno, como Cambio Radical, también se opusieron a la propuesta, y ni el mismo Álvaro Uribe lucía muy convencido de ella.

Hasta ese momento, parecía tratarse de otra propuesta de reforma tributaria impopular que iba a ser aprobada en la sede parlamentaria. Hay que recordar que, en 2016, el ex-presidente Juan Manuel Santos aumentó la tarifa general del IVA de 16% a 19%. Además, las dos pasadas reformas de Iván Duque incluían beneficios tributarios onerosos para grandes empresas. Todas estas fueron medidas impopulares que lograron aprobación parlamentaria sin mayor escrutinio. Las cuentas en el Congreso para aprobar la Ley de Solidaridad no parecían fáciles, dado el rechazo de los partidos cercanos al gobierno. Sin embargo, Uribe ya se estaba encargando de conversar personalmente con ellos para lograr los votos necesarios con el fin de lograr una mayoría. Con la presión directa del ex-presidente, era probable que finalmente se consiguiera el resultado favorable.

Sin embargo, el futuro de la reforma no se definió en el Congreso, como había sucedido siempre, sino en las calles, lo que marca un hecho inédito en Colombia. Si bien aun antes de la radicación del proyecto las centrales obreras habían convocado un paro para el 28 de abril, la divulgación del articulado de la ley días antes de la protesta convirtió el rechazo hacia la reforma  –y hacia el ministro– en el lema de la movilización. El malestar venía de algunos puntos específicos de la ley, como ciertos aumentos en el IVA a servicios públicos e impuestos a los combustibles, y el congelamiento de los salarios de los empleados públicos, quienes tienen el convenio colectivo con mayor cobertura en el país. La molestia principal no eran los eventuales resultados de la reforma –podía beneficiar a los más pobres con ayudas sociales y reducir la desigualdad de ingresos–, sino el sujeto al que presionaba para conseguir su objetivo. La presión tributaria no se dirigía a los estratos más ricos de la sociedad, sino a los ya golpeados sectores medios. Y es que lo que hoy en Colombia se conoce como clase media es un amplio conglomerado integrado mayoritariamente por individuos que no ganan ni siquiera el salario mínimo y que tienen una limitada capacidad contributiva, en un país con pocos servicios y bienes sociales públicos.

La ley dejó en evidencia la desconexión entre la tecnocracia colombiana y su pueblo. Este alejamiento quedó evidenciado en una entrevista en la que el ministro, mientras explicaba las medidas sobre el IVA que llevarían al aumento del precio de los huevos, señaló que 12 huevos en Colombia costaban menos de una tercera parte de lo que en realidad valen. Tras las declaraciones, el huevo se convirtió en un símbolo que se incorporó en las pancartas de las manifestaciones y el ministro, por su parte, pasó a personificar la desconexión del gobierno con la sociedad. Una desconexión similar se vio también entre el pueblo y la academia ortodoxa, que constantemente trató a los manifestantes de desinformados que no entendían la filigrana de la reforma y por eso se oponían a ella. Treinta destacados economistas del país llegaron a redactar una carta pública apoyando la propuesta tributaria.

A pesar de que Colombia está pasando por el tercer pico de la pandemia –el más fuerte hasta el momento–, las manifestaciones han sido multitudinarias, incluso en ciudades intermedias bastante conservadoras. Su pregnancia ha sido tal que las protestas han continuado, a pesar de que el 27 de abril un tribunal ordenó su suspensión y de que rigen diversos decretos de toques de queda (algunos regían ya por la pandemia y otros se produjeron para frenar las protestas). En algunas ciudades las manifestaciones han sido particularmente fuertes. Cali, que hoy se autodenomina la «capital de la resistencia», en medio de un desabastecimiento general y del bloqueo de todas las entradas, incluso la del aeropuerto, es quizás la expresión máxima de ello. Los líderes locales de las grandes ciudades como Bogotá, Medellín y la misma Cali no solo desafiaron los decretos de suspensión y los toques de queda, sino que se posicionaron directamente en contra de la militarización ordenada por el gobierno. Algunas ciudades medianas buscaron salidas democráticas pacíficas, por ejemplo en mesas conjuntas de la ciudadanía y los militares, como sucedió en Cartagena.

Aunque ya hubo muertos en las manifestaciones anteriores, el estado de violencia y represión que se ha vivido no tiene precedentes. Temblores, una importante organización de defensa de los derechos humanos, ha reportado, entre el 28 de abril y el 4 de mayo, 31 víctimas por violencia homicida por parte de la policía y más de 1.443 casos de violencia policial, incluyendo violencia sexual contra mujeres. La Defensoría del Pueblo reporta un número de 88 desaparecidos, mientras que distintas organizaciones no gubernamentales hablan de más de 170. Muchos temen que la ineficacia del sistema judicial lleve otra vez a la impunidad de estos crímenes, como ya sucedió con casos semejantes en 2020. Los medios y el establishment han sostenido, por su parte, que se han producido graves e injustificables ataques contra la policía y vandalismo contra propiedad pública y privada. En una sociedad que, tras años de conflicto interno, se encuentra inmersa en un proceso de justicia transicional cuyo lema es el de «no repetición», el escenario resulta aterrador. Colombia ya ha padecido ciclos muy fuertes de conflicto interno como para ignorar que más violencia evoca aún más violencia, en un espiral que parece no tener fin.

Para ponerlo en contexto, las violaciones de derechos humanos por parte de la policía superan, en solo cuatro días, las cometidas en Chile durante varios meses de protesta en 2019. Organizaciones de la sociedad civil colombiana denuncian que la violencia policial es una práctica difundida dentro de las manifestaciones. Mientras continúan las violaciones de derechos humanos, la consejera presidencial de Derechos Humanos aseguró en una entrevista que «los derechos humanos solo existen si todos los ciudadanos observamos los deberes que tenemos para ser parte de la sociedad, porque la protección de los derechos es un asunto de todos». De manera semejante reaccionó también el gobierno ante las críticas de múltiples organismos internacionales, que pidieron el 4 de mayo una aclaración de los hechos cometidos y el respeto de los derechos humanos.

En medio de esta escalada de violencia, el paro tuvo su primer triunfo el 2 de mayo: el presidente ordenó retirar la reforma tributaria y aceptó la renuncia de Carrasquilla. Esto representa un descalabro político para un gobierno muy debilitado y un problema para el partido del gobierno en vistas a las elecciones de 2022.

La realidad es que la gestión del presidente Duque siempre ha sido impopular, pero su manejo de la pandemia –basado casi exclusivamente en decretos– y sus desatinos continuos en su programa diario de televisión no han hecho más que empeorar su imagen. Además, desde hace más de un año, el Congreso solo actúa de manera virtual y se esfuerza poco por cumplir su función de control político. Este hecho ha contribuido a llevar a la democracia colombiana a una crisis.

Frente a la continuación anunciada del paro, la pregunta es cómo superar, en medio de la violencia desbordada, la profunda crisis de gobernabilidad de esta administración. La estrategia del gobierno para manejar la protesta parece ser la misma que en 2019: iniciar un diálogo, cuando lo que realmente se necesita es una negociación seria. Además, junto con los actos de violencia policial, no queda claro si esta estrategia de diálogo puede llevar a desescalar la situación y a reparar la confianza de los sectores que se han movilizado. El problema es tan agudo que algunos manifestantes, al igual que el ala de extrema derecha del partido de gobierno, han pedido la destitución del presidente. Otros sectores están pidiendo, por su parte, la declaración de un estado de conmoción interior.

La falta de apoyo al presidente, la crisis derivada de la pandemia y las protestas multitudinarias con altos niveles de violencia, en medio de la crisis social y económica más grande de la historia, parecen constituir una carga demasiado grande para Duque. Pero en el sistema presidencialista no hay salidas fáciles para un gobierno que enfrenta una crisis de esta magnitud. Para salir de la crisis de gobernabilidad, algunos miembros destacados del partido de gobierno han pedido un cambio inmediato en la Presidencia. Seguramente, el partido tiene entre sus opciones explotar las manifestaciones para estos fines. Desde fuera, esta parece ser una estrategia arriesgada, porque el espectro político de la centroderecha y la extrema derecha no ha definido sus candidaturas hasta ahora. En el Centro Democrático, el partido del presidente, no ha surgido un liderazgo convincente. Es probable que, confiando en el fuerte institucionalismo que siempre ha guiado al pueblo colombiano y que ha garantizado la estabilidad del sistema político, se busque finalmente una salida institucional. Esta se presenta en menos de diez meses, a través de elecciones legislativas y luego presidenciales.

https://www.youtube.com/watch?v=0b_C4DlITIA

Si bien es cierto que el gobierno y Centro Democrático salen de la última semana fuertemente debilitados, no es fácil identificar ganadores políticos que puedan beneficiarse de esta crisis. Ganan, seguramente, los partidos políticos de la oposición, que se posicionaron pronto contra la reforma y que, además, han estado acompañando las protestas en los territorios. El llamado Pacto Histórico, una alianza alrededor del candidato de izquierda Gustavo Petro, parece tomar impulso. El Pacto Histórico ha apoyado abiertamente al comité del paro, aunque también otros partidos han declarado empatía y solidaridad con los manifestantes. En efecto, según las más recientes encuestas, Petro tiene las mejores posibilidades de ganar las elecciones de 2022. Esto es así incluso cuando recientes sondeos también indican que la mayoría de los colombianos se ubican en el centro dentro del espectro político. Sin embargo, hay que tener en cuenta que las encuestas no siempre resultan confiables: recordemos que los sondeos realizados en Colombia en 2016 anunciaban un resultado afirmativo arrollador al plebiscito sobre el Acuerdo de Paz.

Sea quien fuere la ganadora o el ganador de esta situación, algo resulta evidente: para ganar la primera vuelta de las elecciones presidenciales, esa persona deberá ser capaz de movilizar no solo a los manifestantes, sino también a una buena parte del establishment.

Quien gane políticamente con la situación de 2021 se enfrentará, además, a un nuevo reto: la caída de la reforma tributaria y del ministro. Este es un hito histórico que muestra que Colombia se encuentra frente a un despertar democrático de la ciudadanía hacia temas de justicia económica, además de poner en claro la vocación ciudadana de que las políticas públicas se hagan de frente y no de espaldas a ella. Para realizar cambios estructurales y transformar la sociedad colombiana, será precisa una alianza que pueda inspirar una mayor confianza popular y la certeza de que se construirá una democracia deliberativa más incluyente, con una propuesta social y económica más equitativa. A su vez, será necesario asumir que los proyectos políticos deben ser consensuados y discutidos más ampliamente con sectores políticos y sociales diversos. El progreso hacia la paz estable y la justicia social debe hacerse a través de una solución negociada de estos conflictos socioeconómicos, fortaleciendo las instituciones democráticas y cumpliendo las normas internacionales de derechos humanos.

 

(*) María Fernanda Valdés es economista, máster en Desarrollo por el Instituto de Estudios Sociales (Holanda) y doctora en Economía por la Universidad Libre de Berlín. Actualmente se desempeña como coordinadora de proyectos en la Fundación Friedrich Ebert (FES) en Colombia y como coordinadora del proyecto Tributación para la Equidad de la FES en América Latina. 

(**) Kristina Birke Daniels Magíster en Teoría Económica en Relaciones Internacionales de la Universidad de Aberystwyth. Directora de la Fundación Friedrich-Ebert-Stiftung en Colombia (FESCOL), desde 2018. Fue representante de Friedrich Ebert Stiftung (FES) en Marruecos, Rabat, 2012-2016, y encargada de América Central y de la coordinación sindical en América Latina, FES, Berlín.

FUENTE: Nueva Sociedad

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Elizabeth Hernández

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hola@fundamentar.com (María Fernanda Valdés (*) y Kristina Birke Daniels(**)) Internacional Thu, 06 May 2021 14:51:37 -0300
Procuran planificar protesta contra la cumbre del G20 https://fundamentar.com/nacional/item/6100-gobierno-y-organizaciones-procuran-planificar-protesta-contra-la-cumbre-del-g20 https://fundamentar.com/nacional/item/6100-gobierno-y-organizaciones-procuran-planificar-protesta-contra-la-cumbre-del-g20 Procuran planificar protesta contra la cumbre del G20

Funcionarios del Ministerio de Seguridad y las organizaciones sociales y políticas que se manifestarán esta semana contra la cumbre del G20 volverán a reunirse este martes para ultimar los detalles de organización de las protestas, para asegurar que se desarrollen sin violencia.

La reunión, que se realizará a partir de las 11.30 en la sede del Servicio Paz y Justicia (Serpaj) ubicado en Piedras al 700, será la continuación de la que mantuvieron el viernes pasado en ese mismo lugar referentes de las organizaciones con el jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Gerardo Milman, y Daniel Barberis, director de Violencia Institucional de la cartera que conduce Patricia Bullrich, a cargo del operativo que custodiará la cumbre.

Tras ese encuentro, Milman dijo que se inició un "sano diálogo que busca la paz en la ciudad de Buenos Aires y en la Argentina, fruto de la venida del G20", que se reunirá entre este viernes y el sábado 1 de diciembre en Buenos Aires y traerá al país a Donald Trump, Vladimir Putin y Xi Jinping, entre otros líderes mundiales.

Por parte de las organizaciones que programaron protestas participan el premio Nobel de la Paz 1981 y presidente del Serpaj, Adolfo Pérez Esquivel, la integrante de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora Nora Cortiñas; así como referentes de las dos CTA, ATE, la Corriente Clasista y Combativa (CCC), el Partido Obrero, el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) y el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS).

Todas estas organizaciones integran la denominada "Confluencia Fuera G20-FMI", de la que también forman parte Diálogo 2000, la Asociación por la Tasación de las Transacciones financieras y por la Acción Ciudadana, Foro Feminista contra el G20 y Multisectorial Antiextractivista, entre otros.

Entre las cuestiones que deberán quedar definidas hoy en la reunión, se encuentra el recorrido que hará la manifestación prevista para el viernes que las organizaciones quieren realizar desde avenida 9 de Julio y San Juan hacia el Congreso para desarrollar la denominada Cumbre de los Pueblos.

Beverly Keene -referente del Espacio Diálogo 2000 y de la Confluencia Fuera G20-FMI- ya había adelantado que las protestas comenzarán el jueves con la instalación de carpas en el Congreso y actividades como talleres, foros y debates, y que el viernes 30 la convocatoria será a partir de las 15, en San Juan y avenida 9 de Julio, mientras los líderes mundiales deliberen en Costa Salguero.

FUENTE: RosarioPlus

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Mariana Vera 

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Argentina Tue, 27 Nov 2018 11:50:53 -0300
Argentina no Reconocerá Resultados de la Elección en Venezuela https://fundamentar.com/nacional/item/5943-argentina-no-reconocera-resultados-de-la-eleccion-en-venezuela https://fundamentar.com/nacional/item/5943-argentina-no-reconocera-resultados-de-la-eleccion-en-venezuela Argentina no Reconocerá Resultados de la Elección en Venezuela

El gobierno argentino dijo que no reconocerá los resultados de la elección para una asamblea constituyente en Venezuela, que calificó como "ilegal" debido a que no cumple los requisitos constitucionales, al tiempo que llamó al presidente Nicolás Maduro a terminar con la represión a opositores y a respetar la voluntad popular para restablecer el orden democrático en el país.

"La elección de hoy no respeta la voluntad de más de siete millones de ciudadanos venezolanos que se pronunciaron en contra de su realización. La Argentina no reconocerá los resultados de esa elección ilegal", dijo en un comunicado la cancillería argentina.

"El Gobierno argentino hace un llamamiento para que el Gobierno venezolano cese la represión de quienes se manifiestan para hacer oír sus voces y para asegurar el respeto de la voluntad popular mayoritariamente contraria a esta elección que sólo procura asegurar la continuidad del actual régimen, violencia que ya ha causado más de cien muertes", agregó la nota del Palacio San Martín.

Argentina, también, reafirmó que "es necesario un proceso de diálogo de todos los venezolanos -Gobierno y oposición- en libertad y sin restricciones, que permita restablecer el orden democrático, con la vigencia de las instituciones sobre las que se sustenta, incluyendo el llamado a elecciones en todos los niveles".

Por último, el gobierno argentino señaló que lamentaba que el Poder Ejecutivo de Venezuela, "desoyendo los llamados de la comunidad internacional, incluyendo el de los países del Mercosur, prosiguiera con la elección a una asamblea constituyente que no cumple con los requisitos impuestos por la Constitución de ese país".

La elección de constituyentes convocada para hoy por el gobierno de Maduro es rechazada tajantemente por la oposición, que no participa de los comicios.

Maduro espera que la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) surgida de la elección tenga poderes ilimitados para reformar el Estado y cambiar el ordenamiento jurídico.

FUENTE:  Ámbito 

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Abbondanzieri

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hola@fundamentar.com (Camila Abbondanzieri) Argentina Mon, 31 Jul 2017 11:46:31 -0300
Maduro Despliega Militares en Escalada de Violencia en Venezuela https://fundamentar.com/internacional/item/5798-maduro-despliega-militares-en-escalada-de-violencia-en-venezuela https://fundamentar.com/internacional/item/5798-maduro-despliega-militares-en-escalada-de-violencia-en-venezuela Maduro Despliega Militares en Escalada de Violencia en Venezuela

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ordenó este miércoles militarizar el estado Táchira (frontera oeste con Colombia) tras fuertes disturbios, en una agudización de la crisis que deja 42 muertos en siete semanas de protestas opositoras y que incluso ya se elevó a la ONU.

"He ordenado el traslado de 2.000 guardias y 600 tropas de operaciones especiales", anunció el ministro el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, a través de la televisora gubernamental VTV.

Entre la noche de martes y este miércoles, decenas de comercios fueron saqueados y dos estaciones de policía incendiadas en Táchira, donde muchos negocios permanecían cerrados por temor a nuevos actos vandálicos.

Los focos de violencia también persisten en otros puntos del país. En la periferia este de Caracas, en San Antonio Los Altos, se mantienen los disturbios y barricadas montadas por encapuchados.

"No podemos hablar de manifestaciones. Se trata de un accionar subversivo (...), que está rayando ya en la fase de insurgencia armada", manifestó el general Padrino López.

La oleada de protestas iniciada el 1 de abril se perfila como la más trágica de los años recientes en Venezuela y está a punto de igualar la cifra de 43 fallecidos de las movilizaciones contra Maduro entre febrero y mayo de 2014.

Las protestas tienen como combustible un grave deterioro económico y social en el país petrolero, con severa escasez de alimentos y medicinas, la inflación más alta del mundo y una criminalidad desbordada.

"Menos bombas, más medicinas" 

Médicos, enfermeras y otros especialistas marchan este miércoles en Caracas, con la intención de ir hacia el Ministerio de Salud, pero debieron cambiar su ruta porque sus pares chavistas se alistan para un acto que será encabezado por Maduro.

Hace una semana, Antonieta Caporale fue cesada como ministra de Salud tras divulgar un boletín que reveló que la mortalidad infantil había aumentado 30,12% en 2016 y la materna 65%, mientras repuntan enfermedades como la malaria.

Con sus batas blancas, médicos y enfermeras, acompañados de líderes del sector salud y de organizaciones de pacientes, marchan coreando: "¡No queremos armas, queremos medicinas!".

"Tanquetas no, ambulancias sí", "Menos bombas, más medicinas", se lee en las pancartas que portan los manifestantes, criticando el uso de gases lacrimógenos y vehículos blindados para detener las marchas opositoras.

Los manifestantes planean entregar al nuevo ministro de Salud, Luis López Chejade, un documento donde exigen solución al desabastecimiento de medicamentos y al mal funcionamiento de la red hospitalaria, una revisión de la infraestructura médica y la apertura de un canal humanitario.

Protesta con luces

Los opositores harán dos concentraciones nocturnas en Caracas, un desafío a la inseguridad en un país que exhibe una de las tasas de homicidios más altas del mundo: 70,1 por cada 100.000 habitantes, ocho veces mayor al promedio mundial.

La oposición convocó a la "concentración de las luces" en memoria de los fallecidos en las protestas, que además dejan cientos de heridos y detenidos, de los cuales 159, según la ONG de derechos humanos Foro Penal, fueron enviados a prisión por tribunales militares.

Pero la noche del martes, el presidente socialista comparó las "luces" con "antorchas", tildándolas de "simbología fascista".

Maduro renovó sus acusaciones sobre un plan orquestado por Washington para intervenir en Venezuela, a la vez que denunció una "campaña de persecución". "Somos los nuevos judíos del Siglo XXI", dijo.

La oposición exige elecciones generales y rechaza la convocatoria de Maduro a una Asamblea Constituyente, por considerarla un "fraude" con el que busca perpetuarse en el poder.

Maduro, cuya gestión desaprueban siete de cada diez venezolanos según encuestas, asegura que la Constituyente traerá la paz y prometió que en 2018 habrá elecciones presidenciales, pero no generales.

En su amplia agenda de protestas, la oposición llamó a marchar el jueves hacia la sede del Ministerio de Interior, y el sábado están previstas manifestaciones en todo el país.

Alarmas internacionales 

La situación de Venezuela ha prendido las alarmas en la comunidad internacional. El Consejo de Seguridad de la ONU abordará por primera vez este miércoles la crisis del país caribeño a petición de Estados Unidos.

"En Venezuela, estamos al borde de la crisis humanitaria", dijo Haley antes de la reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

La Organización de Estados Americanos (OEA) abordará la crisis venezolana en una reunión de cancilleres el 31 de mayo.

Por su parte, el líder opositor Henrique Capriles se reunirá el viernes con el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, en Ginebra.

Mientras tanto, el embajador brasileño en Caracas reasumirá su cargo el lunes luego del congelamiento de la relaciones bilaterales en agosto de 2016 por las críticas de Caracas al impeachment que encumbró al presidente conservador Michel Temer.

Colombia, de su lado, descarta "por el momento" el regreso de su embajador en Venezuela, "en consultas" en Bogotá desde fines de marzo.

 

FUENTE: AFP

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hola@fundamentar.com (Luciano Herrero) Internacional Wed, 17 May 2017 16:15:09 -0300
Venezuela: La Oposición Vuelve a Marchar y se Teme Otra Jornada de Violencia https://fundamentar.com/internacional/item/5731-venezuela-la-oposicion-vuelve-a-marchar-y-se-teme-otra-jornada-de-violencia https://fundamentar.com/internacional/item/5731-venezuela-la-oposicion-vuelve-a-marchar-y-se-teme-otra-jornada-de-violencia Venezuela: La Oposición Vuelve a Marchar y se Teme Otra Jornada de Violencia

La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocó a una nueva jornada de protesta para este jueves que partirá desde los mismos 26 puntos de la marcha de este miércoles, tras una jornada de movilizaciones y protestas que causaron tres muertos.

Las víctimas son un joven universitario de Caracas, una mujer del estado de Táchira, frontera con Colombia, y un miembro de la Guardia Nacional Bolivariana muerto en enfrentamientos en San Antonio de los Andes, estado Miranda, vecino a la capital.    

La muerte del agente fue confirmada por el Ombudsman, Tareck William Saab, en su cuenta de Twitter.   

El efectivo, identificado como Neomar San Clemente Barrios, fue muerto "por un francotirador" en la comuna de Los Salias.   

El objetivo de la manifestación opositora de este jueves es llegar hasta la Defensoría del Pueblo para exigir las elecciones y la "restitución", según afirman, del orden constitucional.   

"Convocamos a todos los que se movilizaron hoy, y los que no lo hicieron, que se movilicen en los mismos puntos y a la misma hora, frente al salvajismos y la represión la Constitución y democracia", dijo Henrique Capriles, líder y vocero opositor.   

El también gobernador del estado Miranda condenó "la actitud del gobierno" mantenida hacia quienes, precisó, están luchando contra el "autogolpe".   

"Rechazamos que se pretenda deslegitimar una lucha democrática", dijo tras señalar que por el momento no se conoce el número de heridos ni de detenidos   

"Lo único que se sabe es el número de muertos", acotó tras repudiar que los manifestantes debieran meterse en el río Guaire, "la cloaca de Caracas", en el intento de escapar al accionar de los efectivos de los cuerpos de seguridad.   

Asimismo, manifestó su solidaridad con Julio Borges ante las acusaciones formuladas por el presidente Nicolás Maduro, quien vinculó al presidente de la Asamblea Nacional con la violencia registrada en las protestas de este miércoles.

FUENTE: Ámbito

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Abbondanzieri

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hola@fundamentar.com (Camila Abbondanzieri) Internacional Thu, 20 Apr 2017 10:45:41 -0300
Manifestantes Presionan en Paraguay para Impedir que Cartes Apruebe su Reelección https://fundamentar.com/internacional/item/5703-manifestantes-presionan-en-paraguay-para-impedir-que-cartes-apruebe-su-reeleccion https://fundamentar.com/internacional/item/5703-manifestantes-presionan-en-paraguay-para-impedir-que-cartes-apruebe-su-reeleccion Un grupo de manifestantes reclama justicia para el joven muerto por disparos de la policía.

El presidente contesta al Papa, despide al ministro de Interior y pide una mesa de diálogo con la oposición.

Un millar de personas acudió al Congreso paraguayo, en el centro de Asunción, para protestar en contra de la reelección presidencial que imupulsa el conservador Partido Colorado de Horacio Cartes, un magnate del tabaco que llegó al poder en 2013 tras la destitución en un juicio parlamentario del exobispo Fernando Lugo. Los jóvenes manifestantes instalaron una carpa frente al edificio con vidrios rotos del Palacio Legislativo, quemado el viernes por un grupo de asaltantes. Allí recogen firmas en contra del proyecto para enmendar la Constitución aprobado a finales de la semana pasada por 25 senadores. Ese plan de enmienda, que aún debe ser refrendado por la Cámara Baja, desató violentos enfrentamientos entre manifestantes y policías.

La protesta de aquel día fue convocada por Efraín Alegre, el presidente del también conservador Partido Liberal (PLRA), el principal partido de la oposición, y por senadores del propio Partido Colorado que se oponen a la reelección de Cartes, como Mario Abdo Benítez, hijo del secretario privado del dictador que gobernó Paraguay entre 1954 y 1989. Militantes de ambos partidos protagonizaron el comienzo de los enfrentamientos con las fuerzas policiales.

La jornada terminó con el Congreso en llamas, un centenar de heridos y unos 200 detenidos tras batallas campales por todo el centro. Y, sobre todo, un dirigente de las juventudes del Partido Libertal, fallecido por los disparos de un policía en la propia sede de la formación política, situada a un kilómetro y medio de la zona de conflicto.

Cartes, que destituyó al ministro de Interior y al jefe de Policía tras los altercados, habló el domingo en un vídeo difundido en sus redes sociales donde respondió al exhorto de paz hecho el sábado por el papa Francisco con la propuesta de abrir una mesa de diálogo con la oposición y con un representante de la Conferencia Episcopal.

El mandatario propuso iniciar el lunes este diálogo y “determinar las prioridades para lograr un gran acuerdo por encima de los intereses sectarios”. Detalló que además de a un representante religioso invitará los presidentes de los partidos con representación parlamentaria y a los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados. “Paraguay nos necesita trabajando juntos en nuestros múltiples colores”, declaró.

Pese al llamado al diálogo de Cartes, hasta ahora no hubo reunión entre las partes. El presidente paraguayo sí recibió en la mañana del lunes a aliados de su partido en la Mburuvicharoga (la casa del jefe, en guaraní), como es conocida la residencia presidencial. Alegre, líder del PLRA, acudió en cambio a la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Asunción para dar su versión de lo ocurrido hasta ahora porque, según dijo a EL PAÍS, no recibió ninguna invitación del equipo de Cartes.

El dirigente liberal advirtió que no se sentará a dialogar con Cartes hasta que éste no retire el proyecto de enmienda constitucional. “Se tiene que restablecer el orden institucional en la Cámara de Senadores. Hay que retirar esa enmienda que es un atropello y fue presentada en la clandestinidad. Ahí sí nos sentamos a hablar”, dijo. “¡Pero qué fácil hacer un golpe, matar a un joven y pedir sentarse a conversar! Vamos a conversar pero cuando esté todo en orden”, insistió y convocó a una nueva protesta para la noche del lunes “contra Cartes y su proyecto” de reelección.

El expresidente y hoy senador Fernando Lugo —cuyo partido, el progresista Frente Guasú, que ha apoyado al Partido Colorado en la aprobación de la enmienda en el Senado— pidió también el fin de la violencia y que se apueste por “la paz y la participación democrática de todos”.

“Lo hago por mis nietos, porque quiero que puedan estudiar y tener atención médica sin tener que ser del partido del gobierno de turno. Buscamos 30.000 firmas para rechazar el proyecto de enmienda. Esta no es una convocatoria de los partidos, la gente viene y pide firmar”, dijo a este diario una de las manifestantes, Estela Gónzalez, de 47 años, mientras ayudaba a recoger firmas en una mesa en la plaza.

Un centenar de personas esperaba su turno para firmar mientras otros ciudadanos se turnaban un micrófono para hablar. Justo enfrente, agentes policiales custodiaban las puertas del Congreso, aún severamente dañadas después de varios asaltantes prendieran fuego al interior del edificio durante los enfrentamientos del viernes.

Terminada la protesta, tres carpas quedaron en la plaza. En una tienda de camping justo frente a la puerta principal del Congreso quedó instalado Rafael Esquivel, un artista plástico de 42 años, que participó en la protesta y fue detenido durante los enfrentamientos. “Me soltaron ayer y vinimos a instalarnos para contar lo que pasa en Internet porque los medios están controlados. Nos vamos a quedar en vigilia”, declaró.

FUENTE: El País

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Abbondanzieri

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hola@fundamentar.com (Camila Abbondanzieri) Internacional Tue, 04 Apr 2017 13:48:31 -0300
#1A: Muchos, Pero Siempre los Mismos https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5696-1a-muchos-pero-siempre-los-mismos https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5696-1a-muchos-pero-siempre-los-mismos Manifestantes del #1A en Ciudad Autónoma de Buenos Aires

Pese a lo que varios preveían durante la semana, la marcha fue un éxito. Sin embargo, si bien la marcha fue masiva, no fue multitudinaria, no hubo un componente policlasista. Todo parece indicar que asistimos a un nuevo capítulo de participación de una derecha que se mueve más o menos en esos términos: convocatoria por redes sociales, sin una identificación clara de quienes son los convocantes, con dirigentes políticos a los que les cuesta ser el canal de representación y con un muy fuerte discurso contra todo aquello que tenga el más mínimo tufillo a organización política.

Resulta legítimo preguntarse si la marcha del 1A supone alguna novedad en el escenario político argentino. Antes de dar una definición concluyente veamos previamente algunos detalles.

En primera instancia resulta claro que ha sido una marcha que, más allá del valor que se nos quiera imponer, no ha tenido nada de espontáneo. Lejos de las loas que en muchos ámbitos políticos y mediáticos se suele reivindicar a la espontaneidad como una virtud política en sí misma, digamos que su convocatoria vía redes sociales desde hace algunas semanas quita todo velo de haber asistido a una cosa “de momento” y arrebatada. Estamos en presencia de un hecho planificado, a tal punto, que en la semana que pasó varios funcionarios de primera línea del gobierno nacional debieron salir a posicionarse sobre la misma, con los consecuentes dimes y diretes al interior del frente Cambiemos que no mostró una postura unívoca ni mucho menos.

Definida la idea de no espontaneidad, es obvio que, pese a lo que varios preveían (y muchos oficialistas temían) durante la semana, la marcha fue un éxito. No tiene sentido su deslegitimación por el número, fenómeno fomentado desde las redes sociales contrarias al bloque gobernante, ya que, pruebas fotográficas a la vista, la movilización fue importante numéricamente hablando.

Ahora bien, ¿pudo verse algo nuevo del componente social que salió a respaldar al gobierno nacional? Pareciera que no. Si bien la marcha fue masiva, no fue multitudinaria. Expliquemos la diferencia. Queremos decir que no hubo un componente policlasista que atraviese al fenómeno político (Resulta muy simpática, por no decir indignante, la nota del diario La Nación del domingo 2 de abril, donde el periodista Pablo Sirven refiere al hartazgo del ciudadano como argumento principal de la movilización, negándole todo sustrato de ciudadanía a los miles y miles de hombres y mujeres que coparon las calles durante el reciente mes de marzo). Con una buena dosis de vaguedad en la convocatoria (“por la democracia”), sin consignas claras que identifiquen a los asistentes y con dirigentes políticos propios que en muchos casos prefirieron sacarle el cuerpo al asunto, todo parece indicar que asistimos a un nuevo capítulo de participación (ya rutinario) de una derecha que se mueve más o menos en esos términos: convocatoria por redes sociales, sin una identificación clara de quienes son los convocantes, con dirigentes políticos a los que les cuesta ser el canal de representación y con un muy fuerte discurso contra todo aquello que tenga el más mínimo tufillo a organización política que le dé sentido al hecho político en sí. El componente de clase viene a cerrar el círculo: la diferenciación con el día no laborable elegido, la asistencia por motu propio sin “colectivos” que trasladen a quienes se movilicen y la incorporación a escena, una vez más, del nunca bien ponderado chori, elemento que pareciera justificar la movilización de miles y miles de argentinos que cuestionan las decisiones políticas, y fundamentalmente, económicas que toma el gobierno conducido por Mauricio Macri.

Sumado a todo lo anterior, vale decir que el formato de movilización no es novedoso. Tiene un anclaje temporal en todo lo sucedido desde el conflicto con la ya famosa resolución 125, en cada uno de los cacerolazos que se desarrollaron en el tiempo e incluso, con el reclamo de esclarecimiento de la muerte del fiscal Alberto Nisman. Lo distintivo ahora no viene de la mano ni de los protagonistas ni de la idea de apoyar a un determinado gobierno, sino del contexto que lo contiene: un gobierno de derecha, legal y legítimo, que tiene severos problemas de gestión por errores no forzados en lógica tenística y por padecer de una ceguera notable a la hora de abordar el problema productivo y que, más temprano que tarde, ha comenzado a caer en encuestas de opinión. Lejos parecen estar los tres objetivos planteados como promesa electoral amarilla: “eliminar el narcotráfico, alcanzar la pobreza cero y unir a los argentinos”. Del primero de ellos poco sabemos al presente, teniendo en cuenta que los grandes nombres vinculados a semejante flagelo siguen sin aparecer. Del segundo, nada parece que pueda ser alcanzado con índices de deterioro cada vez más alarmantes en la industria y en el comercio. Y la unión de los argentinos se parece a una quimera antes que, a un proyecto alcanzable, teniendo en cuenta la polarización existente, sostenida por propios y extraños y por un presidente de la nación que alegremente ha reivindicado una marcha (otra vez) “sin colectivos y chorizos” provocando a los sectores opositores, tratando de reforzar el vínculo con los propios. Muy cerca de los que piensan parecido. Muy lejos de un país para todos.

 

(*) Analista político de Fundamentar.com

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hola@fundamentar.com (MIGUEL GÓMEZ (*)) Opinión Sun, 02 Apr 2017 20:46:47 -0300