Warning: Undefined array key 0 in /home/fundamen/public_html/plugins/system/jblibrary/jblibrary.php on line 380
Fundamentar - Economía Este portal pretende hacer un aporte a la cualificación del debate político y económico en la Argentina. Ponemos ideas en discusión que pretenden servir para que surjan otras visiones que enriquezcan el análisis. https://fundamentar.com/economia/itemlist/tag/crecimiento%20econ%C3%B3mico%20mundial 2024-05-03T11:58:58-03:00 Joomla! - Open Source Content Management La desglobalización afectará el crecimiento en todas partes | Kenneth Rogoff 2020-06-04T10:05:54-03:00 2020-06-04T10:05:54-03:00 https://fundamentar.com/economia/item/6384-la-desglobalizacion-afectara-el-crecimiento-en-todas-partes Kenneth Rogoff (*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/bff47af7018f4f166ef78d16222649e2_S.jpg" alt="La desglobalización afectará el crecimiento en todas partes | Kenneth Rogoff" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p>Todo indica que la economía mundial pospandemia será mucho menos globalizada, con un rechazo de las dirigencias políticas y de las poblaciones a la apertura como no se ha visto desde las guerras de aranceles y devaluaciones competitivas de la década de 1930. Y esto traerá consigo no sólo menos crecimiento, sino también una reducción significativa del producto nacional en todas las economías, excepto tal vez las más grandes y diversificadas.</p></div><div class="K2FeedFullText"><p>En su profético libro de 2001 El fin de la globalización, el historiador de la economía Harold James (Princeton) relata el derrumbe de una era anterior de integración económica y financiera global bajo la presión de hechos inesperados acaecidos durante la Gran Depresión de los años treinta, que culminaron en la Segunda Guerra Mundial. Hoy, parece que la pandemia de COVID‑19 está acelerando otro proceso de desglobalización.</p> <p>La retirada actual comenzó con la victoria de Donald Trump en la elección presidencial estadounidense de 2016, que llevó a una guerra de aranceles entre Estados Unidos y China. Es probable que el efecto negativo a largo plazo de la pandemia sobre el comercio internacional sea todavía mayor, en parte porque los gobiernos son cada vez más conscientes de la necesidad de considerar la capacidad de los sistemas de salud pública como un imperativo de seguridad nacional.</p> <p>El riesgo actual de una debilitante sobrerreacción desglobalizadora al estilo de los años treinta es enorme, en particular si continúa el deterioro de la relación sinoestadounidense. Y es absurdo pensar que una desglobalización caótica al calor de una crisis no introducirá nuevos problemas mucho peores.</p> <p>Incluso Estados Unidos, con su muy diversificada economía, una tecnología de avanzada y una sólida base de recursos naturales, puede sufrir una reducción significativa del PIB real como resultado de la desglobalización. Para economías más pequeñas y países en desarrollo que en muchos sectores no llegan a tener una masa crítica y que a menudo carecen de recursos naturales, la ruptura del comercio internacional implica revertir muchas décadas de crecimiento. Y esto sin haber considerado el impacto duradero de las medidas de distanciamiento social y cuarentena.</p> <p>El difunto economista Alberto Alesina, una figura imponente en el campo de la economía política, sostuvo que para un país bien gobernado en la era de la globalización, la pequeñez puede ser una ventaja. Pero en la actualidad, los países pequeños sin una alianza económica estrecha con un estado de mayor tamaño o una unión de estados se enfrentan a enormes riesgos económicos.</p> <p>Es verdad que la globalización generó desigualdad económica entre los más o menos mil millones de personas que viven en las economías avanzadas. La competencia comercial asestó un duro golpe a los trabajadores con bajos salarios en algunos sectores, aunque al mismo tiempo abarató los bienes para todos. Y puede decirse que la globalización financiera tuvo un efecto aun mayor, al aumentar las ganancias de las multinacionales y ofrecer a los ricos nuevos instrumentos muy rentables para la inversión en el extranjero, sobre todo desde 1980.</p> <p>En su exitoso libro de 2014 El capital en el siglo XXI, Thomas Piketty apunta a la creciente desigualdad de ingresos y riqueza como prueba del fracaso del capitalismo. Pero ¿fracaso para quiénes? Fuera de las economías avanzadas, allí donde vive el 86% de la población mundial, el capitalismo global sacó a miles de millones de personas de la pobreza extrema. De modo que no hay duda de que una sobrerreacción desglobalizadora puede generar muchos más perjudicados que beneficiados.</p> <p>Es verdad que el modelo actual de globalización necesita ajustes, en particular un gran fortalecimiento de la red de seguridad social en las economías avanzadas y (en la medida de lo posible) también en los mercados emergentes. Pero crear resiliencia no es lo mismo que descartar todo el sistema y empezar de cero.</p> <p>A Estados Unidos la desglobalización puede perjudicarlo más de lo que algunos de sus políticos (de derecha y de izquierda) parecen comprender. Para empezar, el sistema global de comercio forma parte de un acuerdo por el que Estados Unidos obtiene la hegemonía de un mundo en el que la mayoría de los países, incluida China, tienen motivos para hacer que el orden internacional funcione.</p> <p>Y dejando a un lado las derivaciones políticas, la desglobalización también plantea riesgos económicos para Estados Unidos. En particular, es probable que muchos de los factores favorables que hoy permiten al gobierno y a las corporaciones estadounidenses endeudarse mucho más que sus homólogos de cualquier otro país estén vinculados con el papel central del dólar dentro del sistema. Y hay una amplia variedad de modelos económicos que muestran que el aumento de aranceles y fricciones comerciales trae consigo una reducción al menos proporcional de la globalización financiera. Esto, además de una enorme caída de las ganancias de las multinacionales y del valor de las bolsas (algo que tal vez sea del agrado de algunos) también puede provocar una significativa reducción de la demanda extranjera de títulos de deuda estadounidenses.</p> <p>No sería una situación ideal en un momento en que Estados Unidos necesita endeudarse a gran escala para preservar la estabilidad social, económica y política. Así como la globalización ha sido un factor importante de los bajos niveles actuales de inflación y tipos de interés, revertir el proceso puede presionar sobre los precios y las tasas en la otra dirección, sobre todo por el aparente shock de oferta duradero que provocará la COVID‑19.</p> <p>No hace falta decir que nos aguardan otras batallas que demandan cooperación internacional, sobre todo el cambio climático. Será todavía más difícil motivar a las economías en desarrollo para que pongan límite a sus emisiones de dióxido de carbono si un derrumbe del comercio internacional debilita el mayor incentivo compartido que tienen los países para mantener la paz y la prosperidad global.</p> <p>Y no hay que olvidar que aunque la COVID‑19 hasta ahora afectó a Europa y a Estados Unidos mucho más que a la mayoría de los países de bajos ingresos, todavía existe un riesgo enorme de que se produzca una tragedia humanitaria en África y otras regiones pobres. ¿Es realmente un buen momento para reducir la capacidad de estos países para protegerse?</p> <p>Incluso si Estados Unidos hace caso omiso de los efectos de la desglobalización sobre el resto del mundo, debe recordar que la abundante demanda actual de activos denominados en dólares depende en gran medida del enorme sistema comercial y financiero que algunos políticos estadounidenses pretenden achicar. Si se produce un exceso de desglobalización, ningún país estará a salvo.</p> <p> </p> <p>(*) Kenneth Rogoff, Professor of Economics and Public Policy at Harvard University and recipient of the 2011 Deutsche Bank Prize in Financial Economics, was the chief economist of the International Monetary Fund from 2001 to 2003. He is co-author of This Time is Different: Eight Centuries of Financial Folly and author of The Curse of Cash.</p> <p>FUENTE: <a href="https://www.project-syndicate.org/commentary/deglobalization-threat-to-world-economy-and-united-states-by-kenneth-rogoff-2020-06/spanish" target="_blank" rel="noopener noreferrer">Project Syndicate</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/bff47af7018f4f166ef78d16222649e2_S.jpg" alt="La desglobalización afectará el crecimiento en todas partes | Kenneth Rogoff" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p>Todo indica que la economía mundial pospandemia será mucho menos globalizada, con un rechazo de las dirigencias políticas y de las poblaciones a la apertura como no se ha visto desde las guerras de aranceles y devaluaciones competitivas de la década de 1930. Y esto traerá consigo no sólo menos crecimiento, sino también una reducción significativa del producto nacional en todas las economías, excepto tal vez las más grandes y diversificadas.</p></div><div class="K2FeedFullText"><p>En su profético libro de 2001 El fin de la globalización, el historiador de la economía Harold James (Princeton) relata el derrumbe de una era anterior de integración económica y financiera global bajo la presión de hechos inesperados acaecidos durante la Gran Depresión de los años treinta, que culminaron en la Segunda Guerra Mundial. Hoy, parece que la pandemia de COVID‑19 está acelerando otro proceso de desglobalización.</p> <p>La retirada actual comenzó con la victoria de Donald Trump en la elección presidencial estadounidense de 2016, que llevó a una guerra de aranceles entre Estados Unidos y China. Es probable que el efecto negativo a largo plazo de la pandemia sobre el comercio internacional sea todavía mayor, en parte porque los gobiernos son cada vez más conscientes de la necesidad de considerar la capacidad de los sistemas de salud pública como un imperativo de seguridad nacional.</p> <p>El riesgo actual de una debilitante sobrerreacción desglobalizadora al estilo de los años treinta es enorme, en particular si continúa el deterioro de la relación sinoestadounidense. Y es absurdo pensar que una desglobalización caótica al calor de una crisis no introducirá nuevos problemas mucho peores.</p> <p>Incluso Estados Unidos, con su muy diversificada economía, una tecnología de avanzada y una sólida base de recursos naturales, puede sufrir una reducción significativa del PIB real como resultado de la desglobalización. Para economías más pequeñas y países en desarrollo que en muchos sectores no llegan a tener una masa crítica y que a menudo carecen de recursos naturales, la ruptura del comercio internacional implica revertir muchas décadas de crecimiento. Y esto sin haber considerado el impacto duradero de las medidas de distanciamiento social y cuarentena.</p> <p>El difunto economista Alberto Alesina, una figura imponente en el campo de la economía política, sostuvo que para un país bien gobernado en la era de la globalización, la pequeñez puede ser una ventaja. Pero en la actualidad, los países pequeños sin una alianza económica estrecha con un estado de mayor tamaño o una unión de estados se enfrentan a enormes riesgos económicos.</p> <p>Es verdad que la globalización generó desigualdad económica entre los más o menos mil millones de personas que viven en las economías avanzadas. La competencia comercial asestó un duro golpe a los trabajadores con bajos salarios en algunos sectores, aunque al mismo tiempo abarató los bienes para todos. Y puede decirse que la globalización financiera tuvo un efecto aun mayor, al aumentar las ganancias de las multinacionales y ofrecer a los ricos nuevos instrumentos muy rentables para la inversión en el extranjero, sobre todo desde 1980.</p> <p>En su exitoso libro de 2014 El capital en el siglo XXI, Thomas Piketty apunta a la creciente desigualdad de ingresos y riqueza como prueba del fracaso del capitalismo. Pero ¿fracaso para quiénes? Fuera de las economías avanzadas, allí donde vive el 86% de la población mundial, el capitalismo global sacó a miles de millones de personas de la pobreza extrema. De modo que no hay duda de que una sobrerreacción desglobalizadora puede generar muchos más perjudicados que beneficiados.</p> <p>Es verdad que el modelo actual de globalización necesita ajustes, en particular un gran fortalecimiento de la red de seguridad social en las economías avanzadas y (en la medida de lo posible) también en los mercados emergentes. Pero crear resiliencia no es lo mismo que descartar todo el sistema y empezar de cero.</p> <p>A Estados Unidos la desglobalización puede perjudicarlo más de lo que algunos de sus políticos (de derecha y de izquierda) parecen comprender. Para empezar, el sistema global de comercio forma parte de un acuerdo por el que Estados Unidos obtiene la hegemonía de un mundo en el que la mayoría de los países, incluida China, tienen motivos para hacer que el orden internacional funcione.</p> <p>Y dejando a un lado las derivaciones políticas, la desglobalización también plantea riesgos económicos para Estados Unidos. En particular, es probable que muchos de los factores favorables que hoy permiten al gobierno y a las corporaciones estadounidenses endeudarse mucho más que sus homólogos de cualquier otro país estén vinculados con el papel central del dólar dentro del sistema. Y hay una amplia variedad de modelos económicos que muestran que el aumento de aranceles y fricciones comerciales trae consigo una reducción al menos proporcional de la globalización financiera. Esto, además de una enorme caída de las ganancias de las multinacionales y del valor de las bolsas (algo que tal vez sea del agrado de algunos) también puede provocar una significativa reducción de la demanda extranjera de títulos de deuda estadounidenses.</p> <p>No sería una situación ideal en un momento en que Estados Unidos necesita endeudarse a gran escala para preservar la estabilidad social, económica y política. Así como la globalización ha sido un factor importante de los bajos niveles actuales de inflación y tipos de interés, revertir el proceso puede presionar sobre los precios y las tasas en la otra dirección, sobre todo por el aparente shock de oferta duradero que provocará la COVID‑19.</p> <p>No hace falta decir que nos aguardan otras batallas que demandan cooperación internacional, sobre todo el cambio climático. Será todavía más difícil motivar a las economías en desarrollo para que pongan límite a sus emisiones de dióxido de carbono si un derrumbe del comercio internacional debilita el mayor incentivo compartido que tienen los países para mantener la paz y la prosperidad global.</p> <p>Y no hay que olvidar que aunque la COVID‑19 hasta ahora afectó a Europa y a Estados Unidos mucho más que a la mayoría de los países de bajos ingresos, todavía existe un riesgo enorme de que se produzca una tragedia humanitaria en África y otras regiones pobres. ¿Es realmente un buen momento para reducir la capacidad de estos países para protegerse?</p> <p>Incluso si Estados Unidos hace caso omiso de los efectos de la desglobalización sobre el resto del mundo, debe recordar que la abundante demanda actual de activos denominados en dólares depende en gran medida del enorme sistema comercial y financiero que algunos políticos estadounidenses pretenden achicar. Si se produce un exceso de desglobalización, ningún país estará a salvo.</p> <p> </p> <p>(*) Kenneth Rogoff, Professor of Economics and Public Policy at Harvard University and recipient of the 2011 Deutsche Bank Prize in Financial Economics, was the chief economist of the International Monetary Fund from 2001 to 2003. He is co-author of This Time is Different: Eight Centuries of Financial Folly and author of The Curse of Cash.</p> <p>FUENTE: <a href="https://www.project-syndicate.org/commentary/deglobalization-threat-to-world-economy-and-united-states-by-kenneth-rogoff-2020-06/spanish" target="_blank" rel="noopener noreferrer">Project Syndicate</a></p></div> OCDE Pronostica un Crecimiento sin Brillo por "Estancamiento de la Globalización" 2016-09-21T10:43:44-03:00 2016-09-21T10:43:44-03:00 https://fundamentar.com/economia/item/5427-ocde-pronostica-un-crecimiento-sin-brillo-por-estancamiento-de-la-globalizacion Joel Hugo hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/f137ca4f658e33577819eb460a95f623_S.jpg" alt=" OCDE advirtió sobre los bajos niveles de crecimiento " /></div><div class="K2FeedIntroText"><p><em>El crecimiento económico se empantanará este año y el próximo con tasas de interés que no se han visto desde la crisis financiera porque se frenó el avance de la globalización, advirtió el miércoles la OCDE.</em></p></div><div class="K2FeedFullText"><p>El comercio internacional, que por largo tiempo ha sido un motor de la economía mundial, este año crecería menos que la actividad económica, según una actualización de las principales previsiones económicas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). "Esto es mucho menor que la norma del pasado e implica que la globalización medida por la intensidad del comercio puede haberse estancado", dijo la organización con sede en París. En consecuencia, la OCDE prevé que la economía mundial crecerá sólo un 2,9 por ciento este año, menos que el 3 por ciento que pronosticó en junio y la tasa más baja desde la crisis financiera de 2008-2009.</p> <p>La OCDE dijo que muchas cadenas de suministro que añaden valor, que a menudo están radicadas en suelo chino u otros países asiáticos, se están desarmando en la medida que China busca que su economía dependa menos de las exportaciones para crecer y porque algunas empresas están devolviendo la producción a sus lugares de origen. Una reacción contra la liberalización comercial y la recesión en algunos grandes países productores de materias primas están contribuyendo a la desaceleración del crecimiento, algo que la OCDE advirtió puede menoscabar una productividad ya débil y finalmente deteriorar la calidad de vida.</p> <p>"Si podemos volver a la clase de crecimiento que tuvimos en la década de 1990 y el 2000, seremos capaces de retomar tasas de crecimiento de productividad como las anteriores a la crisis financiera", dijo la economista jefe de la OCDE, Catherine Mann. "La productividad básicamente ha caído a la mitad desde la crisis financiera y esa es una receta para que no se cumplan las promesas que se han hecho a todos los ciudadanos", añadió. Mann sostuvo que un crecimiento global de sólo un 3,2 por ciento el próximo año, frente a la previsión de un 3,3 por ciento de junio, no sería suficiente para generar los empleos que necesitan los jóvenes ni para respetar las promesas de pensiones para los mayores.</p> <p> </p> <p class="Body"><strong>FUENTE: <a href="http://lta.reuters.com/article/topNews/idLTAKCN11R0UQ?pageNumber=1&amp;virtualBrandChannel=0" target="_blank" rel="alternate">REUTERS</a></strong></p> <p class="Body"><strong>RELEVO Y EDICIÓN:</strong> Joel Hernán González</p> <p> </p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/f137ca4f658e33577819eb460a95f623_S.jpg" alt=" OCDE advirtió sobre los bajos niveles de crecimiento " /></div><div class="K2FeedIntroText"><p><em>El crecimiento económico se empantanará este año y el próximo con tasas de interés que no se han visto desde la crisis financiera porque se frenó el avance de la globalización, advirtió el miércoles la OCDE.</em></p></div><div class="K2FeedFullText"><p>El comercio internacional, que por largo tiempo ha sido un motor de la economía mundial, este año crecería menos que la actividad económica, según una actualización de las principales previsiones económicas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). "Esto es mucho menor que la norma del pasado e implica que la globalización medida por la intensidad del comercio puede haberse estancado", dijo la organización con sede en París. En consecuencia, la OCDE prevé que la economía mundial crecerá sólo un 2,9 por ciento este año, menos que el 3 por ciento que pronosticó en junio y la tasa más baja desde la crisis financiera de 2008-2009.</p> <p>La OCDE dijo que muchas cadenas de suministro que añaden valor, que a menudo están radicadas en suelo chino u otros países asiáticos, se están desarmando en la medida que China busca que su economía dependa menos de las exportaciones para crecer y porque algunas empresas están devolviendo la producción a sus lugares de origen. Una reacción contra la liberalización comercial y la recesión en algunos grandes países productores de materias primas están contribuyendo a la desaceleración del crecimiento, algo que la OCDE advirtió puede menoscabar una productividad ya débil y finalmente deteriorar la calidad de vida.</p> <p>"Si podemos volver a la clase de crecimiento que tuvimos en la década de 1990 y el 2000, seremos capaces de retomar tasas de crecimiento de productividad como las anteriores a la crisis financiera", dijo la economista jefe de la OCDE, Catherine Mann. "La productividad básicamente ha caído a la mitad desde la crisis financiera y esa es una receta para que no se cumplan las promesas que se han hecho a todos los ciudadanos", añadió. Mann sostuvo que un crecimiento global de sólo un 3,2 por ciento el próximo año, frente a la previsión de un 3,3 por ciento de junio, no sería suficiente para generar los empleos que necesitan los jóvenes ni para respetar las promesas de pensiones para los mayores.</p> <p> </p> <p class="Body"><strong>FUENTE: <a href="http://lta.reuters.com/article/topNews/idLTAKCN11R0UQ?pageNumber=1&amp;virtualBrandChannel=0" target="_blank" rel="alternate">REUTERS</a></strong></p> <p class="Body"><strong>RELEVO Y EDICIÓN:</strong> Joel Hernán González</p> <p> </p></div> Piketty contra Piketty 2016-01-26T11:08:46-03:00 2016-01-26T11:08:46-03:00 https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5305-piketty-contra-piketty J. BRADFORD DELONG(*) hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/2613396ca922d878fd97d3919c32a445_S.jpg" alt="Thomas Piketty" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> <em>Thomas Piketty destaca los contrastes llamativos en Am&eacute;rica del Norte y Europa cuando se compara la Edad de Oro que precedi&oacute; a la Primera Guerra Mundial con las d&eacute;cadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Seg&uacute;n &eacute;l, se debe esperar nuestro retorno a los patrones econ&oacute;micos y pol&iacute;ticos de la Edad de Oro a medida que las econom&iacute;as de Am&eacute;rica del Norte y Europa regresan a lo que es normal para una sociedad capitalista.</em></p></div><div class="K2FeedFullText"><p> En su libro El capital en el siglo XXI, el economista franc&eacute;s Thomas Piketty destaca los contrastes llamativos en Am&eacute;rica del Norte y Europa cuando se compara la Edad de Oro que precedi&oacute; a la Primera Guerra Mundial con las d&eacute;cadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Durante el primer per&iacute;odo, el crecimiento econ&oacute;mico era lento, la riqueza predominante se heredaba, los ricos dominaban el &aacute;mbito pol&iacute;tico y la desigualdad econ&oacute;mica era extrema (como tambi&eacute;n lo eran las desigualdades raciales y de g&eacute;nero).</p> <p> Pero todo cambi&oacute; despu&eacute;s de la conmoci&oacute;n causada por la Segunda Guerra Mundial. El crecimiento del ingreso se aceler&oacute;, la riqueza, en su gran mayor&iacute;a, se ganaba (ya sea de forma justa o injusta), el &aacute;mbito pol&iacute;tico pas&oacute; a estar bajo el dominio de la clase media y la desigualdad econ&oacute;mica era modesta (a pesar de a&uacute;n quedaba un largo camino para alcanzar las igualdades raciales y de g&eacute;nero). El Occidente parec&iacute;a haber entrado en una nueva era. Sin embargo posteriormente, durante la d&eacute;cada de 1980, estas tendencias parec&iacute;an estar cambiando constantemente, regresando hacia a la que fue la norma antes de la Primera Guerra Mundial.</p> <p> La tesis central de Piketty es que no deber&iacute;amos sorprendernos por esto. Se debe esperar nuestro retorno a los patrones econ&oacute;micos y pol&iacute;ticos de la Edad de Oro a medida que las econom&iacute;as de Am&eacute;rica del Norte y Europa regresan a lo que es normal para una sociedad capitalista.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> Dos corrientes cr&iacute;ticas sugieren que Piketty pudiese estar equivocado, tanto con respecto a las caracter&iacute;sticas normales de una econom&iacute;a capitalista, como sobre d&oacute;nde podemos estar dirigi&eacute;ndonos en lo que se refiere a la desigualdad.</p> <p> En una econom&iacute;a capitalista, Piketty argumenta, es normal que una gran parte de la riqueza se herede. Es normal que su distribuci&oacute;n sea altamente desigual. Es normal que una elite plutocr&aacute;tica, una vez constituida, utilice su poder pol&iacute;tico para dar forma a la econom&iacute;a de una manera que permita que sus miembros capturaren una gran parte de los ingresos de una sociedad. Y, es normal que el crecimiento econ&oacute;mico sea lento; al fin de cuentas, el crecimiento r&aacute;pido necesita de la destrucci&oacute;n creativa; y, debido a que lo se tendr&iacute;a que destruir es la riqueza de los plut&oacute;cratas, es poco probable que se aliente tal destrucci&oacute;n.</p> <p> Desde la publicaci&oacute;n de su libro, el argumento de Piketty ha sido objeto de ataques feroces. La mayor&iacute;a de las cr&iacute;ticas son, en el mejor de los casos, mediocres; para m&iacute;, son m&aacute;s reflexiones sobre el poder econ&oacute;mico y pol&iacute;tico de una plutocracia naciente que esfuerzos intelectuales serios y comprometidos sobre el tema.</p> <p> Sin embargo, de manera independiente a esta cacofon&iacute;a, dos corrientes cr&iacute;ticas sugieren que Piketty pudiese estar equivocado, tanto con respecto a las caracter&iacute;sticas normales de una econom&iacute;a capitalista, como sobre d&oacute;nde podemos estar dirigi&eacute;ndonos en lo que se refiere a la desigualdad.</p> <p> El campe&oacute;n moderno de la primera corriente de ataques cr&iacute;ticos es Matthew Rognlie, un estudiante graduado en el MIT; sin embargo, cabe mencionar que a pesar de que su argumentaci&oacute;n es actual, la misma tiene un pedigr&iacute; largo e impresionante. Entre otros fundamentos, esta l&iacute;nea de razonamiento se basa en los libros de John Maynard Keynes: Las consecuencias econ&oacute;micas de la paz, publicado el a&ntilde;o 1919, y su obra del a&ntilde;o 1936 La Teor&iacute;a general del empleo, el inter&eacute;s y el dinero.</p> <p> Rognlie concuerda con Piketty (tal como lo har&iacute;a Keynes) con respecto a que la operaci&oacute;n normal del capitalismo produce una clase social que acumula riqueza, misma que, como resultado, se consolida en una distribuci&oacute;n de pico superior puntiagudo. Sin embargo, &eacute;l no concuerda sobre lo que sucede a continuaci&oacute;n. Rognlie argumenta que la creciente concentraci&oacute;n del capital es, en cierta medida, auto-corregible, ya que produce una ca&iacute;da proporcionalmente mayor en la tasa de ganancias.</p> <p> Una distribuci&oacute;n desigual de la riqueza, seg&uacute;n este punto de vista, produce lo que Keynes denomin&oacute; como &ldquo;la eutanasia del rentista, y, en consecuencia, la eutanasia del poder opresivo acumulado de los capitalistas que les permite explotar el valor de escasez del capital&rdquo;. El resultado es una econom&iacute;a con una distribuci&oacute;n del ingreso relativamente igual y un sistema gubernamental en el que los ricos tienen relativamente una voz menos influyente. Mi respuesta a esta l&iacute;nea de razonamiento es un tajante &ldquo;tal vez&rdquo;.</p> <p> El abanderado de la segunda corriente de ataques cr&iacute;ticos no es nada m&aacute;s ni nada menos que el propio Piketty &ndash; no por algo que &eacute;l hubiese escrito, sino por c&oacute;mo se ha comportado desde que se convirti&oacute; en una celebridad y en un intelectual p&uacute;blicamente reconocido.<br /> El libro de Piketty estimula una respuesta pasiva. Retrata las fuerzas que favorecen la formaci&oacute;n de una plutocracia dominante como fuerzas que son tan fuertes que &uacute;nicamente pueden ser contrarrestadas por guerras mundiales y revoluciones globales &ndash; e incluso as&iacute;, la correcci&oacute;n es s&oacute;lo temporal.</p> <p> Pero Piketty no se est&aacute; comportando como un cronista pasivo del destino inevitable. &Eacute;l est&aacute; actuando como si creyese que es posible oponer resistencia a las fuerzas que &eacute;l describe en su libro. Si nos fijamos en lo que Piketty hace &ndash; en lugar de fijarnos en lo que escribe &ndash; parece evidente que Piketty cree que podemos construir nuestro propio destino de manera colectiva, a pesar de que las circunstancias no sean las que &eacute;l, o nosotros, elegir&iacute;amos.</p> <p> &nbsp;</p> <p> (*) Profesor de Econom&iacute;a en la Universidad de California e investigador asociado en el&nbsp; National Bureau of Economic Research</p> <p> &nbsp;</p> <p> <strong>FUENTE:</strong> <a href="http://www.project-syndicate.org/commentary/capital-inequality-piketty-criticism-by-j--bradford-delong-2015-12/spanish" target="_blank">Project Syndicate</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/2613396ca922d878fd97d3919c32a445_S.jpg" alt="Thomas Piketty" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> <em>Thomas Piketty destaca los contrastes llamativos en Am&eacute;rica del Norte y Europa cuando se compara la Edad de Oro que precedi&oacute; a la Primera Guerra Mundial con las d&eacute;cadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Seg&uacute;n &eacute;l, se debe esperar nuestro retorno a los patrones econ&oacute;micos y pol&iacute;ticos de la Edad de Oro a medida que las econom&iacute;as de Am&eacute;rica del Norte y Europa regresan a lo que es normal para una sociedad capitalista.</em></p></div><div class="K2FeedFullText"><p> En su libro El capital en el siglo XXI, el economista franc&eacute;s Thomas Piketty destaca los contrastes llamativos en Am&eacute;rica del Norte y Europa cuando se compara la Edad de Oro que precedi&oacute; a la Primera Guerra Mundial con las d&eacute;cadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Durante el primer per&iacute;odo, el crecimiento econ&oacute;mico era lento, la riqueza predominante se heredaba, los ricos dominaban el &aacute;mbito pol&iacute;tico y la desigualdad econ&oacute;mica era extrema (como tambi&eacute;n lo eran las desigualdades raciales y de g&eacute;nero).</p> <p> Pero todo cambi&oacute; despu&eacute;s de la conmoci&oacute;n causada por la Segunda Guerra Mundial. El crecimiento del ingreso se aceler&oacute;, la riqueza, en su gran mayor&iacute;a, se ganaba (ya sea de forma justa o injusta), el &aacute;mbito pol&iacute;tico pas&oacute; a estar bajo el dominio de la clase media y la desigualdad econ&oacute;mica era modesta (a pesar de a&uacute;n quedaba un largo camino para alcanzar las igualdades raciales y de g&eacute;nero). El Occidente parec&iacute;a haber entrado en una nueva era. Sin embargo posteriormente, durante la d&eacute;cada de 1980, estas tendencias parec&iacute;an estar cambiando constantemente, regresando hacia a la que fue la norma antes de la Primera Guerra Mundial.</p> <p> La tesis central de Piketty es que no deber&iacute;amos sorprendernos por esto. Se debe esperar nuestro retorno a los patrones econ&oacute;micos y pol&iacute;ticos de la Edad de Oro a medida que las econom&iacute;as de Am&eacute;rica del Norte y Europa regresan a lo que es normal para una sociedad capitalista.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> Dos corrientes cr&iacute;ticas sugieren que Piketty pudiese estar equivocado, tanto con respecto a las caracter&iacute;sticas normales de una econom&iacute;a capitalista, como sobre d&oacute;nde podemos estar dirigi&eacute;ndonos en lo que se refiere a la desigualdad.</p> <p> En una econom&iacute;a capitalista, Piketty argumenta, es normal que una gran parte de la riqueza se herede. Es normal que su distribuci&oacute;n sea altamente desigual. Es normal que una elite plutocr&aacute;tica, una vez constituida, utilice su poder pol&iacute;tico para dar forma a la econom&iacute;a de una manera que permita que sus miembros capturaren una gran parte de los ingresos de una sociedad. Y, es normal que el crecimiento econ&oacute;mico sea lento; al fin de cuentas, el crecimiento r&aacute;pido necesita de la destrucci&oacute;n creativa; y, debido a que lo se tendr&iacute;a que destruir es la riqueza de los plut&oacute;cratas, es poco probable que se aliente tal destrucci&oacute;n.</p> <p> Desde la publicaci&oacute;n de su libro, el argumento de Piketty ha sido objeto de ataques feroces. La mayor&iacute;a de las cr&iacute;ticas son, en el mejor de los casos, mediocres; para m&iacute;, son m&aacute;s reflexiones sobre el poder econ&oacute;mico y pol&iacute;tico de una plutocracia naciente que esfuerzos intelectuales serios y comprometidos sobre el tema.</p> <p> Sin embargo, de manera independiente a esta cacofon&iacute;a, dos corrientes cr&iacute;ticas sugieren que Piketty pudiese estar equivocado, tanto con respecto a las caracter&iacute;sticas normales de una econom&iacute;a capitalista, como sobre d&oacute;nde podemos estar dirigi&eacute;ndonos en lo que se refiere a la desigualdad.</p> <p> El campe&oacute;n moderno de la primera corriente de ataques cr&iacute;ticos es Matthew Rognlie, un estudiante graduado en el MIT; sin embargo, cabe mencionar que a pesar de que su argumentaci&oacute;n es actual, la misma tiene un pedigr&iacute; largo e impresionante. Entre otros fundamentos, esta l&iacute;nea de razonamiento se basa en los libros de John Maynard Keynes: Las consecuencias econ&oacute;micas de la paz, publicado el a&ntilde;o 1919, y su obra del a&ntilde;o 1936 La Teor&iacute;a general del empleo, el inter&eacute;s y el dinero.</p> <p> Rognlie concuerda con Piketty (tal como lo har&iacute;a Keynes) con respecto a que la operaci&oacute;n normal del capitalismo produce una clase social que acumula riqueza, misma que, como resultado, se consolida en una distribuci&oacute;n de pico superior puntiagudo. Sin embargo, &eacute;l no concuerda sobre lo que sucede a continuaci&oacute;n. Rognlie argumenta que la creciente concentraci&oacute;n del capital es, en cierta medida, auto-corregible, ya que produce una ca&iacute;da proporcionalmente mayor en la tasa de ganancias.</p> <p> Una distribuci&oacute;n desigual de la riqueza, seg&uacute;n este punto de vista, produce lo que Keynes denomin&oacute; como &ldquo;la eutanasia del rentista, y, en consecuencia, la eutanasia del poder opresivo acumulado de los capitalistas que les permite explotar el valor de escasez del capital&rdquo;. El resultado es una econom&iacute;a con una distribuci&oacute;n del ingreso relativamente igual y un sistema gubernamental en el que los ricos tienen relativamente una voz menos influyente. Mi respuesta a esta l&iacute;nea de razonamiento es un tajante &ldquo;tal vez&rdquo;.</p> <p> El abanderado de la segunda corriente de ataques cr&iacute;ticos no es nada m&aacute;s ni nada menos que el propio Piketty &ndash; no por algo que &eacute;l hubiese escrito, sino por c&oacute;mo se ha comportado desde que se convirti&oacute; en una celebridad y en un intelectual p&uacute;blicamente reconocido.<br /> El libro de Piketty estimula una respuesta pasiva. Retrata las fuerzas que favorecen la formaci&oacute;n de una plutocracia dominante como fuerzas que son tan fuertes que &uacute;nicamente pueden ser contrarrestadas por guerras mundiales y revoluciones globales &ndash; e incluso as&iacute;, la correcci&oacute;n es s&oacute;lo temporal.</p> <p> Pero Piketty no se est&aacute; comportando como un cronista pasivo del destino inevitable. &Eacute;l est&aacute; actuando como si creyese que es posible oponer resistencia a las fuerzas que &eacute;l describe en su libro. Si nos fijamos en lo que Piketty hace &ndash; en lugar de fijarnos en lo que escribe &ndash; parece evidente que Piketty cree que podemos construir nuestro propio destino de manera colectiva, a pesar de que las circunstancias no sean las que &eacute;l, o nosotros, elegir&iacute;amos.</p> <p> &nbsp;</p> <p> (*) Profesor de Econom&iacute;a en la Universidad de California e investigador asociado en el&nbsp; National Bureau of Economic Research</p> <p> &nbsp;</p> <p> <strong>FUENTE:</strong> <a href="http://www.project-syndicate.org/commentary/capital-inequality-piketty-criticism-by-j--bradford-delong-2015-12/spanish" target="_blank">Project Syndicate</a></p></div> El Frenazo de los Emergentes Enfría el Crecimiento Mundial 2015-10-07T11:39:16-03:00 2015-10-07T11:39:16-03:00 https://fundamentar.com/internacional/item/5185-el-frenazo-de-los-emergentes-enfria-el-crecimiento-mundial Noelia Montero hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/d215488382b19d3baa0e6b2048422547_S.jpg" alt="El Frenazo de los Emergentes Enfría el Crecimiento Mundial" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> <em>El FMI prev&eacute; que el PIB global avance un 3,1% en 2015, el ritmo m&aacute;s bajo en seis a&ntilde;os</em></p></div><div class="K2FeedFullText"><p> El t&iacute;tulo con el que el&nbsp;(FMI) encabeza su &uacute;ltimo informe sobre la econom&iacute;a mundial lo dice casi todo: &ldquo;Ajust&aacute;ndose a precios m&aacute;s bajos en las materias primas&rdquo;. China, la econom&iacute;a que marca el paso en la demanda de productos b&aacute;sicos, no crece como antes. Los pa&iacute;ses exportadores de metales, petr&oacute;leo o alimentos, en buena parte emergentes o en v&iacute;as de desarrollo, sufren. Y la recuperaci&oacute;n de las econom&iacute;as avanzadas marcha a &ldquo;un ritmo persistentemente modesto&rdquo;. As&iacute; que lo que se ajusta, a la baja, es el pron&oacute;stico de crecimiento. Los expertos del FMI liman otras dos d&eacute;cimas a lo que creen que avanzar&aacute; el PIB mundial en 2015 para dejarlo en un 3,1%, la tasa m&aacute;s baja en seis a&ntilde;os.</p> <p> &ldquo;Para los&nbsp;mercados emergentes y los pa&iacute;ses en v&iacute;as de desarrollo, nuestra predicci&oacute;n es que 2015 ser&aacute; el quinto a&ntilde;o consecutivo de crecimiento declinante&rdquo;, subraya el nuevo economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld, en la introducci&oacute;n del informe, presentado este martes en Lima (Per&uacute;), que acoge esta semana la asamblea anual del organismo. Un lustro de avance debilitado se traducir&aacute; en un aumento del 4% del PIB de este amplio y heterog&eacute;neo grupo de pa&iacute;ses, encabezado por China, India, Brasil o Rusia. Una tasa muy baja para el que ha sido el motor del crecimiento mundial: en las dos &uacute;ltimas d&eacute;cadas, solo en 2009 (3,1%), tras la Gran Recesi&oacute;n en las econom&iacute;as avanzadas y en 2001 (3,8%), cuando estall&oacute; la burbuja de las&nbsp;<em>puntocom</em>, avanzaron a un ritmo m&aacute;s bajo. En la antesala de la Gran Recesi&oacute;n, en 2007, los emergentes y pa&iacute;ses en v&iacute;as de desarrollo crec&iacute;an al 9%. Y China, al 14%.</p> <p> <img alt="" src="https://fundamentar.com/archivos/grafico_fmi.jpg" style="width: 400px; height: 252px; margin-left: 10px; margin-right: 10px; float: left;" /></p> <p> Lo llamativo del nuevo pron&oacute;stico es que, si bien &ldquo;la ralentizaci&oacute;n del crecimiento de China&rdquo; es la raz&oacute;n esencial del empeoramiento de las previsiones para el resto de econom&iacute;as emergentes (y algunas avanzadas), el gigante asi&aacute;tico escapa de esas revisiones a la baja. Ni las acentuadas ca&iacute;das en la Bolsa de Shangh&aacute;i este verano, ni los crecientes indicios de que la inversi&oacute;n inmobiliaria o la producci&oacute;n industrial han dejado de marchar a buen ritmo, hacen variar la estimaci&oacute;n de los expertos del FMI, que destacan el nuevo soporte del consumo privado. Como a principio de a&ntilde;o, el Fondo estima que el PIB chino crecer&aacute; un 6,8% en 2015 y un 6,3% en 2016.</p> <p> &ldquo;Las repercusiones de la ralentizaci&oacute;n china m&aacute;s all&aacute; de sus fronteras son mayores de lo estimado inicialmente&rdquo;, justifica el Fondo. &ldquo;Eso se refleja en una ca&iacute;da de los precios de las materias primas y en las exportaciones, m&aacute;s d&eacute;biles, a China&rdquo;, a&ntilde;ade.</p> <p> La cotizaci&oacute;n del petr&oacute;leo ha bajado un 46% en el &uacute;ltimo a&ntilde;o, seg&uacute;n los datos del FMI, mientras que el precio de los principales metales ha ca&iacute;do un 22% y en el de los alimentos, un 17%. El Fondo anticipa que este periodo de bajos precios en productos b&aacute;sicos se extender&aacute;, al menos, dos a&ntilde;os m&aacute;s, y detraer&aacute; entre 1 y 2,25 puntos porcentuales al crecimiento anual de los pa&iacute;ses exportadores entre 2015 y 2017.</p> <p> <strong>REVISI&Oacute;N A LA BAJA EN AM&Eacute;RICA LATINA</strong></p> <p> Am&eacute;rica Latina es la regi&oacute;n que sale peor parada de este nuevo escenario, protagonizado tambi&eacute;n por el endurecimiento de las condiciones financieras para los pa&iacute;ses emergentes -la inminente subida de los tipos de inter&eacute;s en EE UU marca el fin de la abundancia de liquidez-, o la salida de capitales hacia los refugios tradicionales (Estados Unidos, Jap&oacute;n o la zona euro). La nueva previsi&oacute;n es que el PIB conjunto de las econom&iacute;as latinoamericanas y del Caribe retroceda este a&ntilde;o un 0,3%, frente al aumento del 0,5% que se anticipaba en julio.</p> <p> Venezuela (-10%), Brasil (-3%) y Ecuador (-0,6%) son los que muestran una peor evoluci&oacute;n, tras un sustancial recorte respecto a la &uacute;ltima predicci&oacute;n, pero tambi&eacute;n se ralentiza el crecimiento de los pa&iacute;ses integrantes de la Alianza del Pac&iacute;fico (Chile, M&eacute;xico, Colombia o Per&uacute;), m&aacute;s boyante, con avances en el entorno del 2,5%. Argentina se apunta una ligera mejora este a&ntilde;o, aunque solo para postergar la recesi&oacute;n (-0,7%) a 2016, mientras Bolivia mantiene a&uacute;n una tasa del 4,1%, beneficiada en parte porque los contratos de gas natural se renegocian en plazos largos.</p> <p> Rusia, tan afectada por la bajada del precio del petr&oacute;leo como por el conflicto con Ucrania y las sanciones econ&oacute;micas, tambi&eacute;n encara un pron&oacute;stico peor, con un retroceso previsto del 3,8%, frente al 3,4% que el FMI le auguraba en julio. La predicci&oacute;n sobre la econom&iacute;a de India tambi&eacute;n sufre una m&iacute;nima correcci&oacute;n, pero a&uacute;n as&iacute; su crecimiento (7,3% en 2015) ser&aacute; esta vez mayor que el de China.</p> <p> <strong>FUENTE:</strong> <a href="http://economia.elpais.com/economia/2015/10/06/actualidad/1444108814_932817.html" target="_blank">ElPa&iacute;s</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/d215488382b19d3baa0e6b2048422547_S.jpg" alt="El Frenazo de los Emergentes Enfría el Crecimiento Mundial" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> <em>El FMI prev&eacute; que el PIB global avance un 3,1% en 2015, el ritmo m&aacute;s bajo en seis a&ntilde;os</em></p></div><div class="K2FeedFullText"><p> El t&iacute;tulo con el que el&nbsp;(FMI) encabeza su &uacute;ltimo informe sobre la econom&iacute;a mundial lo dice casi todo: &ldquo;Ajust&aacute;ndose a precios m&aacute;s bajos en las materias primas&rdquo;. China, la econom&iacute;a que marca el paso en la demanda de productos b&aacute;sicos, no crece como antes. Los pa&iacute;ses exportadores de metales, petr&oacute;leo o alimentos, en buena parte emergentes o en v&iacute;as de desarrollo, sufren. Y la recuperaci&oacute;n de las econom&iacute;as avanzadas marcha a &ldquo;un ritmo persistentemente modesto&rdquo;. As&iacute; que lo que se ajusta, a la baja, es el pron&oacute;stico de crecimiento. Los expertos del FMI liman otras dos d&eacute;cimas a lo que creen que avanzar&aacute; el PIB mundial en 2015 para dejarlo en un 3,1%, la tasa m&aacute;s baja en seis a&ntilde;os.</p> <p> &ldquo;Para los&nbsp;mercados emergentes y los pa&iacute;ses en v&iacute;as de desarrollo, nuestra predicci&oacute;n es que 2015 ser&aacute; el quinto a&ntilde;o consecutivo de crecimiento declinante&rdquo;, subraya el nuevo economista jefe del FMI, Maurice Obstfeld, en la introducci&oacute;n del informe, presentado este martes en Lima (Per&uacute;), que acoge esta semana la asamblea anual del organismo. Un lustro de avance debilitado se traducir&aacute; en un aumento del 4% del PIB de este amplio y heterog&eacute;neo grupo de pa&iacute;ses, encabezado por China, India, Brasil o Rusia. Una tasa muy baja para el que ha sido el motor del crecimiento mundial: en las dos &uacute;ltimas d&eacute;cadas, solo en 2009 (3,1%), tras la Gran Recesi&oacute;n en las econom&iacute;as avanzadas y en 2001 (3,8%), cuando estall&oacute; la burbuja de las&nbsp;<em>puntocom</em>, avanzaron a un ritmo m&aacute;s bajo. En la antesala de la Gran Recesi&oacute;n, en 2007, los emergentes y pa&iacute;ses en v&iacute;as de desarrollo crec&iacute;an al 9%. Y China, al 14%.</p> <p> <img alt="" src="https://fundamentar.com/archivos/grafico_fmi.jpg" style="width: 400px; height: 252px; margin-left: 10px; margin-right: 10px; float: left;" /></p> <p> Lo llamativo del nuevo pron&oacute;stico es que, si bien &ldquo;la ralentizaci&oacute;n del crecimiento de China&rdquo; es la raz&oacute;n esencial del empeoramiento de las previsiones para el resto de econom&iacute;as emergentes (y algunas avanzadas), el gigante asi&aacute;tico escapa de esas revisiones a la baja. Ni las acentuadas ca&iacute;das en la Bolsa de Shangh&aacute;i este verano, ni los crecientes indicios de que la inversi&oacute;n inmobiliaria o la producci&oacute;n industrial han dejado de marchar a buen ritmo, hacen variar la estimaci&oacute;n de los expertos del FMI, que destacan el nuevo soporte del consumo privado. Como a principio de a&ntilde;o, el Fondo estima que el PIB chino crecer&aacute; un 6,8% en 2015 y un 6,3% en 2016.</p> <p> &ldquo;Las repercusiones de la ralentizaci&oacute;n china m&aacute;s all&aacute; de sus fronteras son mayores de lo estimado inicialmente&rdquo;, justifica el Fondo. &ldquo;Eso se refleja en una ca&iacute;da de los precios de las materias primas y en las exportaciones, m&aacute;s d&eacute;biles, a China&rdquo;, a&ntilde;ade.</p> <p> La cotizaci&oacute;n del petr&oacute;leo ha bajado un 46% en el &uacute;ltimo a&ntilde;o, seg&uacute;n los datos del FMI, mientras que el precio de los principales metales ha ca&iacute;do un 22% y en el de los alimentos, un 17%. El Fondo anticipa que este periodo de bajos precios en productos b&aacute;sicos se extender&aacute;, al menos, dos a&ntilde;os m&aacute;s, y detraer&aacute; entre 1 y 2,25 puntos porcentuales al crecimiento anual de los pa&iacute;ses exportadores entre 2015 y 2017.</p> <p> <strong>REVISI&Oacute;N A LA BAJA EN AM&Eacute;RICA LATINA</strong></p> <p> Am&eacute;rica Latina es la regi&oacute;n que sale peor parada de este nuevo escenario, protagonizado tambi&eacute;n por el endurecimiento de las condiciones financieras para los pa&iacute;ses emergentes -la inminente subida de los tipos de inter&eacute;s en EE UU marca el fin de la abundancia de liquidez-, o la salida de capitales hacia los refugios tradicionales (Estados Unidos, Jap&oacute;n o la zona euro). La nueva previsi&oacute;n es que el PIB conjunto de las econom&iacute;as latinoamericanas y del Caribe retroceda este a&ntilde;o un 0,3%, frente al aumento del 0,5% que se anticipaba en julio.</p> <p> Venezuela (-10%), Brasil (-3%) y Ecuador (-0,6%) son los que muestran una peor evoluci&oacute;n, tras un sustancial recorte respecto a la &uacute;ltima predicci&oacute;n, pero tambi&eacute;n se ralentiza el crecimiento de los pa&iacute;ses integrantes de la Alianza del Pac&iacute;fico (Chile, M&eacute;xico, Colombia o Per&uacute;), m&aacute;s boyante, con avances en el entorno del 2,5%. Argentina se apunta una ligera mejora este a&ntilde;o, aunque solo para postergar la recesi&oacute;n (-0,7%) a 2016, mientras Bolivia mantiene a&uacute;n una tasa del 4,1%, beneficiada en parte porque los contratos de gas natural se renegocian en plazos largos.</p> <p> Rusia, tan afectada por la bajada del precio del petr&oacute;leo como por el conflicto con Ucrania y las sanciones econ&oacute;micas, tambi&eacute;n encara un pron&oacute;stico peor, con un retroceso previsto del 3,8%, frente al 3,4% que el FMI le auguraba en julio. La predicci&oacute;n sobre la econom&iacute;a de India tambi&eacute;n sufre una m&iacute;nima correcci&oacute;n, pero a&uacute;n as&iacute; su crecimiento (7,3% en 2015) ser&aacute; esta vez mayor que el de China.</p> <p> <strong>FUENTE:</strong> <a href="http://economia.elpais.com/economia/2015/10/06/actualidad/1444108814_932817.html" target="_blank">ElPa&iacute;s</a></p></div> África: un Éxito con Matices 2013-07-15T03:59:31-03:00 2013-07-15T03:59:31-03:00 https://fundamentar.com/internacional/item/2409-africa-un-exito-con-matices Pedro Arrospidegaray hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/67494d9fb833f19a8b4d612ba6cf039d_S.jpg" alt="África: un Éxito con Matices" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> Asia, Am&eacute;rica Latina y hoy &Aacute;frica. La globalizaci&oacute;n ha producido un cambio en los polos del crecimiento econ&oacute;mico mundial que ha derivado en la sucesi&oacute;n de las denominadas regiones emergentes. El turno le ha llegado ahora a &Aacute;frica, donde se encuentran siete de las 10 econom&iacute;as de m&aacute;s r&aacute;pido crecimiento en el mundo.<br /> &nbsp;</p></div><div class="K2FeedFullText"><p> los datos del Banco Mundial est&aacute;n ah&iacute;: el PIB conjunto del continente ha crecido a una tasa media anual superior al cinco por cien en la &uacute;ltima d&eacute;cada, y ha venido acompa&ntilde;ado de avances en desarrollo humano impensables hasta hace poco. La poblaci&oacute;n en situaci&oacute;n de pobreza ha ca&iacute;do del 58 al 43 por cien entre 1999 y 2012. La esperanza de vida ha aumentado hasta los 55 a&ntilde;os (siete a&ntilde;os m&aacute;s que a principios de 2000), y se espera que alcance los 60 a&ntilde;os en otra d&eacute;cada m&aacute;s, gracias sobre todo a la radical ca&iacute;da de la mortalidad infantil. Los ingresos per c&aacute;pita han crecido m&aacute;s de un 30 por cien. Las muertes por malaria se redujeron cerca de un 30 por cien y las infecciones por VIH, un 74. Muchos pa&iacute;ses han aplicado pol&iacute;ticas educativas que han extendido de forma espectacular la educaci&oacute;n primaria y recientemente la secundaria.</p> <p> <br /> &iquest;Estamos viviendo un auge de &Aacute;frica? Desde la OCDE, Henri-Bernard Solignac-Lecomte se pregunta: &ldquo;&iquest;Qu&eacute; ha cambiado desde los a&ntilde;os del afro-pesimismo?&rdquo;. En primer lugar, la demograf&iacute;a: &ldquo;&Aacute;frica es hoy el continente m&aacute;s joven del mundo, con 200 millones de personas entre 15 y 24 a&ntilde;os (&hellip;) Desde 2010, los africanos son oficialmente m&aacute;s de 1.000 millones: gente por alimentar, por vestir, alojar, equipar con tel&eacute;fonos m&oacute;viles&hellip;&rdquo;. La demograf&iacute;a y la demanda interior son motores del crecimiento que se han puesto en marcha gracias a otros factores fundamentales como el apaciguamiento africano tras el fin de la mayor&iacute;a de los conflictos armados en el continente, y tambi&eacute;n gracias a un viejo conocido de las econom&iacute;as de &Aacute;frica: la demanda de recursos naturales, desde petr&oacute;leo y minerales a tierra cultivable, esta vez por parte de dos potencias en desarrollo, China e India, pero tambi&eacute;n Brasil.<br /> <br /> El v&iacute;nculo entre pa&iacute;ses en desarrollo es otro de los factores del despegue de &Aacute;frica en su aspecto geopol&iacute;tico. El continente es un centro en la configuraci&oacute;n de lo que P&aacute;draig Carmody denomina el Espacio Sur: &ldquo;una regi&oacute;n definida por la historia, los flujos materiales y unas relaciones sociales supuestamente m&aacute;s igualitarias y menos explotadoras que las que caracterizan las relaciones entre Norte y Sur&rdquo;.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> &nbsp;&ldquo;una regi&oacute;n definida por la historia, los flujos materiales y unas relaciones sociales supuestamente m&aacute;s igualitarias y menos explotadoras que las que caracterizan las relaciones entre Norte y Sur&rdquo;.</p> <p> <br /> Hablar de regiones, y a&uacute;n m&aacute;s de continentes, implica en buena medida generalizar &eacute;xitos o fracasos, aunque permite trazar tendencias. Es imposible hablar de &Aacute;frica como un todo, ni siquiera partiendo de la divisi&oacute;n norte de &Aacute;frica/&Aacute;frica subsahariana. Adem&aacute;s, en la actualidad la diferenciaci&oacute;n se est&aacute; acelerando no solo entre pa&iacute;ses, sino dentro de cada uno de ellos, debido al distinto impacto de fen&oacute;menos como el desplazamiento del campo a la ciudad o la enorme expansi&oacute;n de la telefon&iacute;a m&oacute;vil (hay tres tel&eacute;fonos m&oacute;viles por cada cuatro africanos).<br /> <br /> Los pa&iacute;ses de &Aacute;frica subsahariana est&aacute;n siguiendo patrones que los alejan cada vez m&aacute;s de la pasada caracterizaci&oacute;n que un&iacute;a sin remedio conflicto armado, pobreza y enfermedad. Sin embargo, no es lo mismo Ghana, que con un crecimiento del PIB del 14,4 por cien en 2011 y una democracia resistente se ha convertido en la nueva estrella africana, que Somalia, donde se sufren de forma dram&aacute;tica los efectos del cambio clim&aacute;tico y a&uacute;n hoy vive crisis peri&oacute;dicas de desnutrici&oacute;n. Tampoco es comparable la Sur&aacute;frica integrante del G-20 y del grupo BRICS, con Rep&uacute;blica Centro&shy;africana, uno de los pa&iacute;ses m&aacute;s pobres del planeta que vivi&oacute; un golpe de Estado en marzo y est&aacute; en permanente emergencia sanitaria.<br /> <br /> El continente africano es cada vez m&aacute;s diverso en su desarrollo, pero existen a&uacute;n retos compartidos. Entre ellos, un mejor reparto de la riqueza, un cambio estructural que genere empleos para esos millones de j&oacute;venes africanos y una gobernanza que pase por el fin de la violencia pol&iacute;tica, el combate a la corrupci&oacute;n y el empoderamiento de los ciudadanos. Relacionarse con China, el principal socio comercial de &Aacute;frica &ndash;actor neo&shy;colonial encubierto para unos, alternativa efectiva a la ayuda occidental para otros&ndash;, supondr&aacute; tambi&eacute;n un desaf&iacute;o a medio plazo. Hay adem&aacute;s un problema que el mundo ha aparcado y que marcar&aacute; el futuro de &Aacute;frica: el cambio clim&aacute;tico.</p> <p> <br /> No es la primera vez que se habla de un &ldquo;renacimiento africano&rdquo;. Econom&iacute;a y &shy;geopol&iacute;tica est&aacute;n hoy a favor para que &Aacute;frica entre en una v&iacute;a sin retorno de desarrollo que llegue a los africanos.</p> <p> &nbsp;</p> <p> &nbsp;</p> <p> RELEVAMIENTO Y EDICI&Oacute;N: Rafael Pansa</p> <p> FUENTE:<a href="http://www.politicaexterior.com/articulo?id=5182" target="_blank">&nbsp;politicaexterior.com</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/67494d9fb833f19a8b4d612ba6cf039d_S.jpg" alt="África: un Éxito con Matices" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> Asia, Am&eacute;rica Latina y hoy &Aacute;frica. La globalizaci&oacute;n ha producido un cambio en los polos del crecimiento econ&oacute;mico mundial que ha derivado en la sucesi&oacute;n de las denominadas regiones emergentes. El turno le ha llegado ahora a &Aacute;frica, donde se encuentran siete de las 10 econom&iacute;as de m&aacute;s r&aacute;pido crecimiento en el mundo.<br /> &nbsp;</p></div><div class="K2FeedFullText"><p> los datos del Banco Mundial est&aacute;n ah&iacute;: el PIB conjunto del continente ha crecido a una tasa media anual superior al cinco por cien en la &uacute;ltima d&eacute;cada, y ha venido acompa&ntilde;ado de avances en desarrollo humano impensables hasta hace poco. La poblaci&oacute;n en situaci&oacute;n de pobreza ha ca&iacute;do del 58 al 43 por cien entre 1999 y 2012. La esperanza de vida ha aumentado hasta los 55 a&ntilde;os (siete a&ntilde;os m&aacute;s que a principios de 2000), y se espera que alcance los 60 a&ntilde;os en otra d&eacute;cada m&aacute;s, gracias sobre todo a la radical ca&iacute;da de la mortalidad infantil. Los ingresos per c&aacute;pita han crecido m&aacute;s de un 30 por cien. Las muertes por malaria se redujeron cerca de un 30 por cien y las infecciones por VIH, un 74. Muchos pa&iacute;ses han aplicado pol&iacute;ticas educativas que han extendido de forma espectacular la educaci&oacute;n primaria y recientemente la secundaria.</p> <p> <br /> &iquest;Estamos viviendo un auge de &Aacute;frica? Desde la OCDE, Henri-Bernard Solignac-Lecomte se pregunta: &ldquo;&iquest;Qu&eacute; ha cambiado desde los a&ntilde;os del afro-pesimismo?&rdquo;. En primer lugar, la demograf&iacute;a: &ldquo;&Aacute;frica es hoy el continente m&aacute;s joven del mundo, con 200 millones de personas entre 15 y 24 a&ntilde;os (&hellip;) Desde 2010, los africanos son oficialmente m&aacute;s de 1.000 millones: gente por alimentar, por vestir, alojar, equipar con tel&eacute;fonos m&oacute;viles&hellip;&rdquo;. La demograf&iacute;a y la demanda interior son motores del crecimiento que se han puesto en marcha gracias a otros factores fundamentales como el apaciguamiento africano tras el fin de la mayor&iacute;a de los conflictos armados en el continente, y tambi&eacute;n gracias a un viejo conocido de las econom&iacute;as de &Aacute;frica: la demanda de recursos naturales, desde petr&oacute;leo y minerales a tierra cultivable, esta vez por parte de dos potencias en desarrollo, China e India, pero tambi&eacute;n Brasil.<br /> <br /> El v&iacute;nculo entre pa&iacute;ses en desarrollo es otro de los factores del despegue de &Aacute;frica en su aspecto geopol&iacute;tico. El continente es un centro en la configuraci&oacute;n de lo que P&aacute;draig Carmody denomina el Espacio Sur: &ldquo;una regi&oacute;n definida por la historia, los flujos materiales y unas relaciones sociales supuestamente m&aacute;s igualitarias y menos explotadoras que las que caracterizan las relaciones entre Norte y Sur&rdquo;.</p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> &nbsp;&ldquo;una regi&oacute;n definida por la historia, los flujos materiales y unas relaciones sociales supuestamente m&aacute;s igualitarias y menos explotadoras que las que caracterizan las relaciones entre Norte y Sur&rdquo;.</p> <p> <br /> Hablar de regiones, y a&uacute;n m&aacute;s de continentes, implica en buena medida generalizar &eacute;xitos o fracasos, aunque permite trazar tendencias. Es imposible hablar de &Aacute;frica como un todo, ni siquiera partiendo de la divisi&oacute;n norte de &Aacute;frica/&Aacute;frica subsahariana. Adem&aacute;s, en la actualidad la diferenciaci&oacute;n se est&aacute; acelerando no solo entre pa&iacute;ses, sino dentro de cada uno de ellos, debido al distinto impacto de fen&oacute;menos como el desplazamiento del campo a la ciudad o la enorme expansi&oacute;n de la telefon&iacute;a m&oacute;vil (hay tres tel&eacute;fonos m&oacute;viles por cada cuatro africanos).<br /> <br /> Los pa&iacute;ses de &Aacute;frica subsahariana est&aacute;n siguiendo patrones que los alejan cada vez m&aacute;s de la pasada caracterizaci&oacute;n que un&iacute;a sin remedio conflicto armado, pobreza y enfermedad. Sin embargo, no es lo mismo Ghana, que con un crecimiento del PIB del 14,4 por cien en 2011 y una democracia resistente se ha convertido en la nueva estrella africana, que Somalia, donde se sufren de forma dram&aacute;tica los efectos del cambio clim&aacute;tico y a&uacute;n hoy vive crisis peri&oacute;dicas de desnutrici&oacute;n. Tampoco es comparable la Sur&aacute;frica integrante del G-20 y del grupo BRICS, con Rep&uacute;blica Centro&shy;africana, uno de los pa&iacute;ses m&aacute;s pobres del planeta que vivi&oacute; un golpe de Estado en marzo y est&aacute; en permanente emergencia sanitaria.<br /> <br /> El continente africano es cada vez m&aacute;s diverso en su desarrollo, pero existen a&uacute;n retos compartidos. Entre ellos, un mejor reparto de la riqueza, un cambio estructural que genere empleos para esos millones de j&oacute;venes africanos y una gobernanza que pase por el fin de la violencia pol&iacute;tica, el combate a la corrupci&oacute;n y el empoderamiento de los ciudadanos. Relacionarse con China, el principal socio comercial de &Aacute;frica &ndash;actor neo&shy;colonial encubierto para unos, alternativa efectiva a la ayuda occidental para otros&ndash;, supondr&aacute; tambi&eacute;n un desaf&iacute;o a medio plazo. Hay adem&aacute;s un problema que el mundo ha aparcado y que marcar&aacute; el futuro de &Aacute;frica: el cambio clim&aacute;tico.</p> <p> <br /> No es la primera vez que se habla de un &ldquo;renacimiento africano&rdquo;. Econom&iacute;a y &shy;geopol&iacute;tica est&aacute;n hoy a favor para que &Aacute;frica entre en una v&iacute;a sin retorno de desarrollo que llegue a los africanos.</p> <p> &nbsp;</p> <p> &nbsp;</p> <p> RELEVAMIENTO Y EDICI&Oacute;N: Rafael Pansa</p> <p> FUENTE:<a href="http://www.politicaexterior.com/articulo?id=5182" target="_blank">&nbsp;politicaexterior.com</a></p></div>