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Fundamentar - Economía https://fundamentar.com Fri, 29 Mar 2024 07:45:45 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Orden y progreso https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6724-orden-y-progreso https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6724-orden-y-progreso Orden y progreso

Somos uno, pero no somos iguales,
podemos llevarnos el uno al otro,
llevarnos el uno al otro... uno.
U2

Lo que en la Argentina de 1880 se conoció con el slogan de “Paz y Administración”, que actuó como una especie de síntesis de lo que el roquismo deseaba para el país y que, de alguna manera, se reflejó en siete décadas de estabilidad institucional, en el hermano Brasil, una díada semejante integra su bandera: “Orden y Progreso”. La frase define conceptualmente un tiempo caracterizado por el positivismo social que, allá por el siglo XIX, suponía que la preeminencia del primero, traería aparejada (de manera irreductible) la vigencia del segundo para los pueblos del mundo. Reformulado desde lo conceptual, algo parecido parece indicar la coyuntura política que casi todo el oficialismo trata de transmitirle al conjunto de los argentinos en esta primera semana de agosto. Pasen y vean.

La llegada de Sergio Massa al ministerio de Economía tuvo, si se quiere, tres momentos: la sesión en que se aprobó su renuncia, el acto de asunción y las medidas que, unas horas después, anunció en conferencia de prensa. Los tres hechos supusieron novedades que vale la pena señalar.

En el primero, más allá del respeto y aprecio mostrado por sus propios compañeros, no dejó de llamar la atención el pedido del diputado cordobés Rodrigo De Loredo, jefe del bloque Evolución Radical, para que el flamante ministro se autoexcluya de una hipotética precandidatura a presidente de la Nación. Que un hombre de la política le pida a otro hombre de la política que se aleje de la construcción que justamente la política le habilita, serviría más para un chiste de Diego Capusotto antes que para un dato de la realidad, pero habría que tener en cuenta si tal vez la frase no esconde cierta preocupación de algunos sectores opositores que han intentado decretar la mortandad del Frente de Todos.

El segundo momento refiere a la asunción, donde unos 500 invitados dieron su anuencia para la llegada de un funcionario que seguramente no se referenciará en el perfil bajo. Un acto que fue ganado por cierta emotividad de los más allegados a Massa, algo realmente infrecuente en estos eventos, y, que intentó ser deslegitimado por cierta oposición que pulula en redes por la presencia de Fernando “Pato” Galmarini, funcionario del gobierno de Carlos Menem y su pareja, la actriz Moria Casán. Cuestionar a un dirigente porque nos caigan mejor o peor sus familiares no parece ser el mejor de los métodos para el análisis de la política. 

https://twitter.com/CasaRosada/status/1554929477075013632

Finalmente el tercer momento, el más importante, versó sobre un conjunto de medidas desde las cuales Massa dio inicio a su gestión. Uno de los cambios que pudo notarse en días previos fue que las novedades no fueron pre anunciadas en el tan fatídico off the récord que cierta parte del oficialismo supo utilizar en etapas recientes. No hubo ensayo y error, y además, las explicaciones no debieron ser supuestas sino que fueron notificadas por el propio protagonista ocupando el centro de la escena. Para este articulista, punto para el gobierno.

En el conjunto de medidas subyace la preocupación por confirmar el freno de la corrida de hace un par de semanas pero, fundamentalmente, en ordenar distintos frentes de una economía que a la vez que presenta un crecimiento constante, se enfrenta a una serie de problemas que son la base de cierto mal humor social evidente.

De acuerdo a lo expresado en la noche del miércoles, existen dos grandes preocupaciones para Massa y su equipo: conseguir dólares y no perder más liquidez de la divisa norteamericana. Para el primero de los objetivos intentará seducir al sector primario con una serie de medidas que incluyen a productores y cerealeras. A esto debe sumarse la posibilidad del adelanto de ganancias de las empresas más grandes (que no requiere el aval del Congreso Nacional), la existencia de cuatro ofertas de Repo para fortalecer reservas y recomprar deuda soberana (tres instituciones financieras internacionales y un fondo soberano ya habrían acercado una propuesta) y el reencauzamiento del diálogo con organismos de crédito internacional para que remitan fondos que están demorados y que suponen unos U$s1.200 millones.

Para el segundo objetivo, se conocieron tres hechos que recuerdan aquel viejo pedido de Cristina Fernández de Kirchner que refería a la idea de la “sintonía fina” para enfrentar ciertas decisiones de política económica allá por el 2012. Por el primero de ellos, el flamante ministro informó a la población que desde la administración estatal se había detectado que unas 722 empresas habían sobrefacturado insumos importados y que, en algunos casos, esas mismas firmas, habían subfacturado bienes exportables. Con espíritu complaciente, los conminó a que en 60 días regularicen la situación planteada. Todo un símbolo de la eterna “avivada” argentina y de la preeminencia de un Estado bobo.

Un segundo hecho refiere a que cada vez se conoce más en detalle, que el porcentaje de la población que se quedará sin la posibilidad de recibir subsidios en las tarifas no será del 10% como presuponían las proyecciones gubernamentales, sino que ese número trepará al 30%. Todo parece indicar que al llegar al momento en que los usuarios dan por aceptada, vía declaración jurada, la posibilidad de que el Estado cruce datos fiscales a los fines de evaluar la situación de cada uno, los internautas aplican una vieja máxima ricotera y “rajan del cielo”.

La tercer cuestión refiere a que el flamante equipo le dio una vuelta de tuerca a la segmentación presentada durante la corta administración de Silvina Batakis, y el límite para acceder a los subsidios en energía ya no vendrán exclusivamente de la mano del nivel de los ingresos, sino que en el caso de la electricidad, la cantidad de kilowatts que se gaste será otro factor que condicionará el costo de los servicios. Habrá que ajustar conductas familiares y, tal vez, algunas prácticas comunitarias.

https://twitter.com/SergioMassa/status/1556033505502666764

No deja de ser sintomático de cierta realidad social que un sector del empresariado invente y modifique registros de ventas para hacerse de dólares y que una parte de la sociedad, casualmente aquella que suele pedir por el final de planes y ayuda social, decida pagar más caras las tarifas antes que dar a conocer los verdaderos ingresos. Dicen que, como el buen asado, en Europa no se produce.

Ese conjunto de medidas económicas (que también incluyeron el anuncio de un bono extra para jubilados junto al aumento que dispone la ley para el mes de setiembre) tienen, indudablemente, proyecciones sobre la política. A la ya comentada centralidad del tigrense, debe sumarse el apoyo que recibió de la vicepresidenta a partir de una reunión en el Senado de la Nación, con la consiguiente foto de rigor. A ello se suma un respetuoso silencio cristinista sobre un conjunto de medidas que, hasta hace no menos de dos meses atrás, representaban el punto de disputa de las discusiones internas.

Tal vez los dirigentes camporistas hayan recordado la obsesión que portaba un tal Néstor Kirchner cuando, allá por los comienzos de su gobierno, en los años 2003 y 2004, y sin que existiera el desarrollo de la internet de estos tiempos, andaba con una libretita de aquí para allá preguntando a sus funcionarios por la recaudación diaria de las cuentas públicas. Lo que supone esa anécdota, y que de alguna manera se emparenta con este presente, refiere a la necesidad de tener las cuentas ordenadas.

A contramano de lo que cierto progresismo supone, en un mundo donde las finanzas internacionales no son manejadas por herederos del Che Guevara ni Camilo Cienfuegos, en una economía que necesita de dólares de manera acuciante y ante el riesgo de un desmadre económico, no resulta casual que los últimos tres ministros del área, con distinto desarrollo político y vital, hayan planteado propuestas no del todo diferentes en materia de afrontar la urgencia económica.

El oficialismo necesita ese orden para efectivamente poder “progresar” en cierta paz social y en su proyección política, de cara al 2023. Desde la debilidad estructural que enfrenta por errores propios, por situaciones exógenas (guerra, aumento de precios de alimentos y energía a nivel internacional) y por, como decimos siempre, ese bloque de poder que sólo en el Congreso de la Nación representa poquísimo menos que la primer minoría, sin contar el andamiaje judicial que ha propiciado el Lawfare de los últimos años, su margen de acción resulta definitivamente acotado.

Pero antes de cualquier progreso en ciertas proyecciones políticas hay un presente que sintetiza un reacomodamiento en las huestes oficialistas: respecto de funcionarios (en la mañana de este sábado de agosto aún no se sabe qué pasará en el área de energía y quien será finalmente el viceministro de Economía) y fundamentalmente en la construcción y convivencia de cierta cotidianeidad política en la que, a no dudarlo, las tres patas de la mesa que le da sustento al Frente de Todos han unido definitivamente su destino. El destino es común, inexorablemente.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 07 Aug 2022 08:46:46 -0300
Con el espejo retrovisor https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6603-con-el-espejo-retrovisor https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6603-con-el-espejo-retrovisor Con el espejo retrovisor

Si en el análisis de la semana pasada, poníamos el eje en las señales que la política argentina mostraba de cara al futuro, en la última semana de marzo varios de los hechos o datos que ocuparon parte de la escena, referencian al pasado, el reciente y el no tan reciente, con las mejores virtudes de un oficialismo que supo ganar las elecciones en 2019 y con las limitaciones de un tiempo y un contexto que en varios aspectos no lo favorece y por lo cual debe relativizar cualquier éxito que se suponga por estos días. Repasemos.

En el transcurso de la semana se conocieron dos datos sobre los cuales intervino el Indec que resultaron diferenciados y que van en el sentido del párrafo anterior. El primero de ellos refiere a la medición de la pobreza que, para el segundo semestre de 2021, dio un número de 37,3% lo que implica una baja de 4,7% respecto de igual período de 2020. El segundo, que por múltiples razones pasó desapercibido, notifica que, en promedio, (no olvidar que hablamos de números estadísticos) los salarios del último año aumentaron un 54% contra el 50% de crecimiento de la inflación.

La evolución de estos dos indicadores se explica desde la mejora en las condiciones sanitarias, que permite imaginar un avance progresivo del fenómeno de la pandemia por Covid a una situación de tipo endémica y que se vinculan con el dato conocido en días anteriores que señalan una baja del desempleo hacia el 7%, y con el importante crecimiento de la economía argentina que, en 2021, superó el 10%.

https://twitter.com/INDECArgentina/status/1509244138444804104

Si en los 90’ aprendimos que el crecimiento no bastaba para ir en el sentido de construir una sociedad igualitaria per se (Carlos Menem dejó un país con un desempleo de más del 14% y un crecimiento del 52% del PBI para el período 1990 – 1999), confirmando que la teoría del derrame no es más que un bluf de liberales que sólo leyeron una parte de los libros de la historia de la economía política internacional; la Argentina de la pandemia vuelve a mostrarnos la misma realidad.

Pero cuidado. Con esto no decimos que el gobierno del Frente de Todos articula su acción económica en el mismo sentido que hace 30 años o, para poner un ejemplo más reciente, en lo que proponía la fuerza política que gobernó la Argentina hasta 2019. Allí están, entre otros, los innumerables incentivos a la producción, la libre negociación de paritarias y el rol del sector público alentando inversiones en áreas que en poco tiempo más serán estratégicas y sobre las que el país tiene mucho para aportar.

Decimos que lo hecho hasta acá, pese a la baja de la pobreza, no alcanza. Que aún no se mejoraron los niveles de hace dos años, una de las razones por la cual se ganaron las elecciones presidenciales y que, a la luz de los números de inflación en el primer trimestre de 2022, los cuales se vinculan fuertemente con el índice de pobreza, los mismos deben ser relativizados, al punto de no poder usufructuarlos, por ahora, políticamente.

En un marzo que, a la hora de la inflación, resulta un mes históricamente caliente, nadie podrá negar que éste lo fue más. La inercia que trae febrero en materia de aumento de alimentos no da una buena señal de cara al futuro y todo deberá ceñirse, en el corto plazo, a lo que pueda ofrecer la secretaría de Comercio que comanda Roberto Feletti, limitando la voracidad de formadores de precios que encuentran en la guerra que ocurre a varios miles de kilómetros, unas cuantas excusas que justifican su sempiterna especulación.

Pero además, el dato político de la semana se lo llevó un proyecto de ley que fue anunciado desde el bloque oficialista en el Senado de la Nación, llamado “Fondo Nacional para la cancelación de la deuda con el FMI”. Conceptualmente es muy simple ya que supone la idea de imponer multas a quienes cuenten con bienes en el extranjero que no han sido declarados en la Argentina y que los montos colectados se utilicen para el pago de la deuda con el organismo de des/crédito internacional.

Con penas que suponen el 20% (del valor de los bienes) en los primeros seis meses y que luego pasaría al 35%, el proyecto juntó a su favor la opinión de expertos en la materia, los cuales dejaron trascender que el país podía aspirar a recaudar unos U$s70.000 millones, número que tentaría a cualquier gobierno. Más allá de cómo se instrumente la medida, debe recordarse que la Argentina integra, desde hace más de diez años, una serie de organismos internacionales que se dedican a perseguir el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo y que, además, ha tenido implicancia en la creación de todo un marco normativo interno.

Por lo anterior no resulta casual la foto con el embajador de los Estados Unidos en el despacho de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien le pidió apoyo al mediático funcionario norteamericano quien suele moverse a sus anchas con otro tipo de interlocutores. Lo cierto es que el “amigo” de varios dirigentes opositores, mucho no pudo desdecirse del convite dado que su país insiste, desde hace varios lustros, con la aplicación de leyes de este tipo.

El proyecto, en sus tiempos, formas de comunicación y planteamiento, recupera lo mejor de cierto virtuosismo kirchnerista: se hizo de manera sorpresiva, lo cual le permitió tomar la iniciativa (y mantenerla) obligando a los sectores opositores a fijar postura sobre el tema, quienes como en un deja vu de algo más de una década atrás, respondieron sobre la baje del prejuicio político antes que sobre la justicia o no del proyecto.

https://twitter.com/CFKArgentina/status/1508560716457938949

Si hacemos memoria, las respuestas opositoras que refieren a que esto sólo sirve para responder a la interna oficialista (Mario Negri, jefe bloque UCR en Diputados) o que lo único que lograrán es el vaciamiento del país (Cristián Ritondo jefe bloque PRO en Diputados), no deja de parecerse en su base, a aquella deslegitimación que alguna vez planteó Ernesto Sanz en 2010, sobre la Asignación Universal por Hijo, la cual, según el ex senador, se iba por la canaleta de la droga y el juego. Negarse a aprobar un proyecto de ley que persigue evasores y fugadores no parece ser el mejor perfil para una oposición que se dice republicana y democrática. Atención que la historia política tiene sobrados ejemplos de que la miopía no siempre paga.

El proyecto, se supone, tendrá una rápida aprobación en la Cámara de Senadores, pero habrá que prestar mucha atención, como sucederá de aquí a 2023, qué pueda suceder en Diputados donde las fuerzas políticas están mucho más equilibradas.

Seguramente la tríada Fernández de Kirchner – Massa – Fernández que pactó la unidad en la diversidad, la dirigencia de segundas y terceras líneas que le dieron carnadura y el conjunto de ciudadanos que le dieron el aval en las calles y en las urnas, imaginaban otra situación política y económica a casi 28 meses de haber asumido el gobierno. Y esa proyección es la resultante de buena parte de las disidencias internas de este tiempo.

Atravesando la salida de la pandemia, el oficialismo se encuentra ante la encrucijada de fortalecer la mejora de algunos indicadores con una verdadera inclusión que se traduzca en, por lo menos, propiciar que los trabajadores registrados superen la línea de pobreza, en un contexto de diferencias internas que no parecen aportar el escenario ideal.

Más allá de los discursos y señales a la distancia, tal vez sea hora de dejar egos al costado y propiciar coyunturas políticas que repliquen el proyecto que va por fugadores y evasores. Los instrumentos están. Sólo queda saber (y querer) utilizarlos, independientemente de las tensiones con los enemigos de siempre.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 03 Apr 2022 12:13:08 -0300
Lluvia de noviembre https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6598-lluvia-de-noviembre https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6598-lluvia-de-noviembre Lluvia de noviembre

Porque nada dura para siempre
y los dos sabemos que el corazón puede cambiar.
Y es difícil sujetar una vela,
bajo la fría lluvia de noviembre

Axel Rose.

En términos políticos, la segunda semana de marzo culmina con la “novedad” de la media sanción en la Cámara de Diputados de la Nación del proyecto del Acuerdo de Facilidades Extendidas entre Argentina y el Fondo Monetario Internacional. La contundencia de su número (202 a favor, 37 en contra y 13 abstenciones), tiene una historia detrás, que no se remonta exclusivamente al ida y vuelta en la negociación de estos días, sino que tiene su razón de ser en tiempos más largos. Repasemos.

Antes de intentar cualquier explicación sustancial o conjetural debe insistirse en dos datos, si se quieren, obvios. El primero es que, en el tema del tratamiento del proyecto, como diría el entrañable David Lebón, “estamos parados en el medio de la vida”. Todo lo que pueda esgrimirse como argumentos en esta bella mañana de sábado, supone la relatividad de un tema que no ha concluido. El Senado de la Nación, cámara que desde el lunes comenzará su discusión, no sólo tiene otro reglamento para el tratamiento de leyes, sino que, y esto es lo más importante, por su naturaleza compositiva, también tiene otra dinámica política. Marcamos sólo los dos indicadores más evidentes: las proporciones de representación no son idénticas a la de diputados, ni en términos partidarios ni jurisdiccionales, y, además, en muchos casos existe una relación política directa con el gobernador de la provincia de origen que en el caso de los diputados muchas veces no existe más allá de los formalismos.

El segundo dato sobre el que debe insistirse es que "la cuestión FMI” no es un tema nuevo para la coalición gobernante ni para el conjunto de los argentinos. Se supo, desde la mismísima composición del Frente de Todos y, una vez iniciado su gobierno, con la apertura de una instancia de negociación, que el tema debía ser abordado en un sentido o en otro, no apareciendo en el baúl de los recuerdos del oficialismo la idea de un no acuerdo que llevara al país al default. Vale la pena insistir sobre el asunto: la discusión, las tratativas y los vaivenes en la negociación era un tema que formaba parte de la agenda pública porque no estaba resuelto. Ni por asomo.

La madrugada del viernes dejaron la contundencia de los números y también las múltiples interpretaciones (que se extenderán en el tiempo a partir de que el proyecto pueda o no convertirse en ley), sobre quién ganó y quién perdió a partir de lo sucedido. Si la pregunta fuera válida pese a estar a mitad de camino, podría decirse que para la administración de Alberto Fernández la respuesta viene en un doble sentido: en el plano externo podrá mostrar un consenso que nunca viene del todo mal, mientras que en lo interno habrá que trabajar mucho, y en sigilo, para restañar aquellas heridas que puede haber dejado la discusión en diputados ahora, y en senadores desde la semana que se inicia.

Guzmán y Manzur en el plenario de comisiones de Diputados
Guzmán y Manzur en el plenario de comisiones de Diputados

Un detalle para la futurología de diván y teniendo en cuenta que el apoyo opositor de Juntos por el Cambio se alcanzó eliminando el “plan” que proponía el gobierno como parte del acuerdo, ya que la oposición dice no compartir sus principales lineamientos que, como todos sabemos, no obliga a reformas estructurales tan caras a los intereses del organismo de des/crédito internacional. Preguntas en formato de digresión y de cara al futuro de mediano plazo en el hipotético caso de un triunfo opositor en 2023: ¿podría darse el caso paradójico que habiendo aceptado el acreedor una renegociación “más leve”, el deudor vaya por más y promueva esa serie de reformas que siempre han desfavorecido al pueblo argentino? Y ante esto, ¿nos enfrentaremos a la situación de repetir lo sucedido con los fondos buitre en el 2016, cuando en la “negociación” de aquel año, el Estado argentino ofreció más de lo que los tenedores de bonos pedían? Quien lo sabe. Lo único y concreto querida lectora, estimado lector, es que ya tiene tarea asignada para los próximos, digamos, dos años.

A lo ya explicado en cuanto a lo que el oficialismo debió ceder, pese a la negativa del mismísimo ministro de economía Martín Guzmán, debe agregarse un contexto donde el sector crítico que representa la agrupación política que conduce Máximo Kirchner, aportó con su silencio antes y durante el tratamiento, lo cual sirvió para no condicionar el desarrollo del tratamiento del proyecto. Junto con ello, la totalidad de los discursos aparecieron medidos, sin grandilocuencias, cuidando las formas con el fin de que nadie sufriera una derrota política: ni quienes tributan en el FDT ni quienes lo hacen en Juntos.

Y aquí debe ampliarse una idea: no solamente el oficialismo necesita el acuerdo y que la Argentina no caiga en default. Juntos por el Cambio en general y el Pro en particular depende de su aprobación para tratar de poner en el pasado su responsabilidad política al tomar una deuda de U$s 57.000 millones que debía ser devuelta a partir del tercer año, con muy poco plazo de pago y en tiempos realmente exiguos. Sería un verdadero despropósito que la fuerza política que generó el problema, mirara para el costado a la hora de tratar de darle una salida mucho más armónica para los intereses del conjunto social.

El Presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.
El Presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa.

La forma en que se construyó ese apoyo que se traduce en 202 votos a favor tiene una lógica de la cotidianidad de este marzo, pero también tiene el trasfondo que se proyecta desde el mes de noviembre. “La necesidad tiene cara de hereje” diría mi sabia abuela, y los orígenes del consenso deben buscarse en algo que, aunque parezca obvio, algunos parecen olvidar: el resultado electoral de noviembre de 2021.

En el período preelectoral, en un clima que se suponía favorable al FDT, la gran apuesta residía en que el oficialismo obtuviera tal resultado que pudiera ganar siete diputados más en la cámara, con lo cual alcanzaría el quorum propio y lo que es más importante, quedaba posibilitado de aprobar aquellas leyes que no necesitan de mayorías especiales. El resultado fue determinadamente distinto, configurándose un oficialismo que ha quedado debilitado.

Debe decirse, le pese a quien le pese: si en la sesión iniciada el jueves y finalizada en la madrugada del viernes, el oficialismo hubiera contado con el conjunto de sus legisladores dispuestos a votar a favor, tampoco le habrían dado los números para alcanzar la aprobación del proyecto original. La postura negativa de bloques minoritarios como el Interbloque Federal que, entre otros, integran los socialistas santafesinos y que, en estas circunstancias de votaciones ajustadas, suelen transformarse en estratégicos, completan el cuadro. Es discutible si el proyecto estaba bien apuntalado originalmente, pero lo que no puede negarse es que cualquier tratamiento de ley de la cámara baja y que se proponga desde el propio oficialismo, siempre arranca con números que necesita de otros espacios. Como se ha impuesto en redes de estos tiempos: “datos, no opinión”.

El Presidente del bloque del Frente de Todos, Germán Martínez, y el diputado por CABA, Leandro Santoro
El Presidente del bloque del Frente de Todos, Germán Martínez, y el diputado por CABA, Leandro Santoro

De lo visto hasta aquí, de las justificaciones, fundamentos y críticas surge una pregunta de rigor: ¿tiene sentido emular decisiones políticas del pasado con escenarios que resultan muy pocos coincidentes? Nos explicamos: en el argumento de que el kirchnerismo supo desendeudar al país y que, de la mano de Néstor Kirchner, en 2006 Argentina se sacó de encima al Fondo con un pago histórico de U$s 10.000 millones, subyace el fundamento para no validar lo propuesto por Guzmán o, directamente, para no hacer frente a las obligaciones. Varias salvedades al respecto y que ya hemos señalado desde Fundamentar pero que vale insistir ya que el período 2003 – 2006 nada tiene que ver con el de 2019 – 2022:

1) Argentina no viene de una etapa de recuperación económica. Conocidas son las consecuencias de la pandemia y debe decirse que recién en el segundo año de gestión el país ha podido crecer.

2) El FMI es el de siempre, eso es ferozmente cierto, pero el contexto no. En lo interno, en 2006 se venía de una instancia de negociación previa con el organismo, de un triunfo electoral en 2005, el kirchnerismo se presentaba como una novedad política que renovaba expectativas y la oposición no estaba configurada, ni por asomo, en un solo bloque. En 2022 se viene de una derrota política, Cristina Fernández tiene un techo político que la llevó a ceder lo que parecía ser su candidatura natural, y desde 2015 para acá la derecha que supo aglutinarse en Juntos por el Cambio, no baja del 40% en ninguna elección, independientemente del desastre económico, político y social del período 2015 – 2019.

3) En lo externo, el contexto latinoamericano es diametralmente opuesto, y la pandemia primero y la guerra entre Rusia y Ucrania después, acarrean un tiempo de múltiples limitaciones en términos del intercambio de bienes y energía que tanto condicionan y potencian (paralelamente) a la Argentina.

Podemos aspirar a determinada realidad. Podemos desearla como un tiempo idílico si se quiere. Pero lo que nunca podemos es dejar de tener en cuenta la capacidad de acción política que un dirigente, un espacio o un país puede tener.

A medida que el proyecto de acuerdo avance y de que pueda convertirse en ley a partir de lo que resuelva el Senado, el oficialismo deberá tener la suficiente sabiduría para pasar pantalla, sin pase de facturas y entendiendo, como siempre y como nunca, que todos son necesarios.

Ni los números, ni los tiempos políticos permiten verdades absolutas ni iluminados enamoradizos de cierto pasado que no vuelve. Pese a la calidez en estos arrabales del mundo, noviembre trajo una lluvia fría que el Frente de Todos no esperaba. Los movimientos, acuerdos y consensos de estos días reflejan eso. Tal vez sea hora de entenderlo.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 12 Mar 2022 11:19:44 -0300
El acuerdo como desafío https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6595-el-acuerdo-como-desafio https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6595-el-acuerdo-como-desafio El acuerdo como desafío

Casi en los extremos de la semana, la política argentina tuvo como protagonista al Congreso de la Nación. En primer lugar, y tal como lo establece la Constitución Nacional, el 1° de Marzo se produjo la apertura de sesiones ordinarias con la presencia del presidente Alberto Fernández y luego, sobre el mediodía del día viernes, ingresó a la Cámara de Diputados el proyecto de ley que permitiría aprobar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Ambos hechos no se agotan allí, sino que tendrán un indudable impacto con el correr de semanas, meses y, seguramente, años, en la generalidad de la vida de todos nosotros, pero, además, en la particularidad de los dos grandes bloques en los que se divide la política argentina. Repasemos.

Antes que nada, una adenda de rigor. El sistema partidario argentino se ha reconfigurado electoralmente y desde la gestión, en dos grandes bloques. En su momento Torcuato Di Tella, tuvo la audacia de afirmar que el país marchaba hacia un sistema político apoyado sobre dos grandes ejes: uno de centro derecha y el otro de centro izquierda, donde el peronismo quedaría subdividido y la Unión Cívica Radical desparecería. Lo que en aquel tiempo parecía una afirmación que podía pensarse para otros regímenes, desde el 2015 para aquí, en buena parte y con matices, se ha confirmado en los hechos. El Pro supo referenciarse como ese espacio de centro derecha, aglutinando tras de sí a la UCR que está vivita y coleando, y el kirchnerismo ha sabido abrir el juego al conjunto del peronismo para conducir un proceso original en la historia del país.

Más por necesidad que por convicción, el impactante resultado de 2011, con el 54% de los votos obtenidos por Cristina Fernández de Kirchner, sacando una diferencia de casi 40 puntos con el segundo (Hermes Binner), terminó siendo un llamado de atención para una centro derecha que encontró en Mauricio Macri aquella figura electoral con la suficiente potencia para, a la vez que le “juntaba las cabezas” a amplios sectores de la Unión Cívica Radical y a la Coalición Cívica, derrotar a Daniel Scioli, candidato oficialista.

En 2019, esa actitud se mudó de espacio y, a partir de la magistral jugada de ajedrez de la actual vicepresidenta, bajándose de una candidatura sin bajarse del todo, circunstancia a la que el macrismo jamás pudo responder con inteligencia; el peronismo todo se encolumnó detrás de una candidatura que allá por la primera quincena de mayo de ese año, era impensada. El resto es historia conocida.

Con lo afirmado hasta aquí no queremos decir que el sistema político argentino no deja espacio para los extremos: allí están las diputaciones de libertarios y de dirigentes de izquierda. Señalamos que el grueso de la representación se dirime en dos grandes bloques que cuentan con varios pliegues hacia su interior y que, por ahora, en un delicado equilibrio que se construye en el día a día, no tiene visos de explotar por el aire. La suma del 75% de los votos obtenidos a nivel nacional por ambos frentes en las elecciones de hace apenas 90 días, así lo confirman.

https://www.youtube.com/watch?v=S3rPJY8zNSg

Como señalamos más arriba, la semana se movió entre dos tópicos: el discurso presidencial en el Congreso y la presentación del acuerdo en la Cámara de Diputados. El primero de ellos vino con un acting incluido, algo que se había conocido un rato antes con sólo escuchar cualquier medio nacional de relevancia: era muy probable que la bancada PRO se retirara del recinto a partir de lo que afirmara Alberto Fernández. Se llegaba a un punto de no dudar si el gravoso hecho se produciría, sino que la apuesta pasaba por descubrir el momento.

Si el plan inicial incluía a todo el espacio de Juntos por el Cambio, sólo lo sabrán sus protagonistas. Lo cierto y concreto es que el hecho, que se da de bruces con cualquier idea de respeto democrático, sobre todo si quien expone lo hace pidiendo que la Justicia actúe en una causa penal, dejó al nada desdeñable bloque Pro, en una soledad absoluta. Los dichos de Fernández no fueron un ataque a la democracia. Fue un recordatorio de que esa deuda tomada entre tres (Mauricio Macri, Nicolás Dujovne y Marcos Peña Brown), está severamente sospechada.

La novedad es que el movimiento “contra” el primer mandatario no es sólo contra el Presidente sino también contra sus aliados de Juntos X el Cambio, a quienes obliga a despegarse de esas actitudes. Por momentos, en Pro aparece la actitud de la persona adicta: siempre va por más. Corridos por derecha por los libertarios, de forma permanente necesita dar un paso más allá. Si hasta hace algunas semanas atrás, la chicana venía por el lado de afirmar que el espacio votaría lo mismo que vote Máximo Kirchner, salido éste de la conducción del bloque, la novedad de estos días, en boca del propio Luciano Laspina -diputado por Santa Fe que reside desde hace décadas en Buenos Aires y que a la sazón resulta el vicepresidente de la comisión de presupuesto- es que el acuerdo sería una “bomba de tiempo”. Cada vez es más evidente: desde cierta dirigencia Pro, el cinismo se ha convertido en una herramienta política que se expone sin rubores, confirmando que la idea de halcones y palomas es una mera ilusión óptica.

La diferencia es de grado. Más allá de cierto comportamiento culposo del oficialismo hay algo que debe afirmarse sin eufemismos: que un acuerdo con el FMI quede supeditado al tratamiento ante el Poder Legislativo es un salto de calidad evidente.

https://www.youtube.com/watch?v=GsQtm6CcISI

Quien haya vivido lo suficiente en la Argentina, sabrá recordar que históricamente los acuerdos con el organismo de (des)crédito internacional, debían ser “descubiertos” por los diferentes actores de la vida nacional para presuponer qué nos esperaba a los argentinos.

Hoy, por ejemplo, llegamos al punto de saber al detalle, a través de distintos referentes, que ese documento que marcará la vida de los argentinos por unos cuantos años, cuenta con 137 páginas. Será discutido en comisiones, expondrán funcionarios, será defendido y cuestionado, en espacios institucionales, pero también en el seno de la sociedad. Diarios, radios, canales de televisión, podcasts y redes darán cuenta hasta en lo mínimo de aquello que ha firmado el ministro Martín Guzmán y su funcionariado. El ciudadano tendrá la información de primera mano, sin intermediarios, sin intérpretes y traductores obligados, sin bufones del poder que nos relatan “la posta”.

Ese proyecto es un salto de calidad. Que las oposiciones argentinas miren para otro lado es algo que no debería sorprendernos porque es parte del bendito juego de la democracia. Ahora bien, que el oficialismo, no haya hecho más hincapié en el asunto es algo que, a la distancia de 300 kilómetros de los hechos, no se termina de entender del todo.

Podría afirmarse que, paradójicamente, para los dos bloques de poder, el desafío del acuerdo va más allá de la votación y pone en juego la idea de unidad. En el caso opositor que se refiere a Juntos por el Cambio, el peor escenario es una votación dividida. Si eso se profundizara, las seguras internas que traerá el 2023 pondrán las cosas en su lugar, y quien se transforme en ganador tendrá, al menos hasta que se conozca el resultado de la general, “la razón” por lo hecho hasta ese momento. (Desde estas líneas insistimos que la UCR dará la disputa política con una pre candidatura presidencial propia).

Para el oficialismo, además, se agregan otros desafíos. El lector o la lectora sabrá darle el orden de importancia de los mismos. El primero es ser eficaz en hacerle saber a la sociedad que se llega a este acuerdo por uno previo, que, a contraposición de éste, no fue discutido ni fue ofrecido a la sociedad para su consideración y que obedecía a una necesidad previa. Algo había pasado entre 2016 y 2018 para que el país se quedara sin crédito internacional. Esa idea, que apenas asumido como jefe de bloque el rosarino Germán Martínez deslizó como condición necesaria para la discusión, seguramente tomará cuerpo con el correr de los días.

El segundo desafío es el de la gestión. A diferencia de los intereses de Juntos por el Cambio, que apuesta al olvido, a la desinformación y a lo que en la jerga periodística le llamarían “carne podrida” (sólo así puede entenderse la afirmación de que la administración Fernández ha endeudado más en pesos que la de Macri en dólares), el Frente de Todos se enfrenta a dar respuesta en el día a día de cada argentino. Más allá de los números que reflejan el crecimiento de la economía y que bien expuso el presidente en su discurso del día martes, la inflación se presenta como el mayor reclamo de los ciudadanos. Con ello vienen de la mano un conjunto de factores y variables que se ponderan en cada elección. Las ya mencionadas elecciones de 2021 así lo certifican.

Si aquella vieja afirmación que dice que las elecciones las ganan o pierden los oficialismos fuera real, con la sensación de la pandemia ya superada, al Frente de Todos le quedan algo así como 18 meses para comenzar a revertir la cuesta que le impuso el proceso electoral del año pasado. No es poco, tampoco mucho.

El tercer desafío refiere a la idea de unidad en la diversidad y en la gestión. De lo que se percibe en el espacio público, no puede imaginarse una ruptura definitiva. Hasta ahora, con la honrosa excepción del ex jefe de bloque y de algún video posteado por la organización que conduce, en una crítica severa al comportamiento técnico y político del FMI, no se han escuchado voces legislativas del oficialismo que hayan planteado en el Ágora, su rechazo al acuerdo. Si aparecen rechazos, uno puede imaginarse que serán con el suficiente bajo perfil, como para no dañar profundamente una relación política que ha tenido sus vaivenes, en un contexto inédito para el peronismo, al tener que gobernar en formato de coalición.

https://twitter.com/elpais_america/status/1500144431286136834

En resumidas cuentas, cómo pocas veces suele suceder con el tratamiento de leyes en el Congreso de la Nación, no sólo importará el resultado final de la votación, sino que también será interesante apreciar cómo se construyen esos números. Con victorias o derrotas, con aprobación, rechazos o abstenciones, con unidad o severamente enfrentados, lo que trae consigo el acuerdo con el Fondo, será un mojón importante en la vida de ambos frentes políticos. Pero fundamentalmente, en la vida de los argentinos. Tal vez esto último sea lo más importante que debamos tener en cuenta. Seguramente, continuará.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez 

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sun, 06 Mar 2022 11:11:27 -0300
Política exterior. Destacados de la semana https://fundamentar.com/nacional/item/6594-politica-exterior-destacados-de-la-semana https://fundamentar.com/nacional/item/6594-politica-exterior-destacados-de-la-semana Política exterior. Destacados de la semana

Te presentamos los hechos más importantes de esta semana de la política exterior argentina desde una mirada analítica.

Apertura de sesiones del Congreso de la Nación

En la apertura de sesiones del Congreso de la Nación de este año, el presidente destacó algunos puntos importantes para la política exterior de nuestro país de cara al futuro. En primer lugar, hizo un llamado a la paz: “Si el mundo no comprende que es este el momento preciso en que debemos darle una oportunidad a la paz y que debemos construir nuevas reglas que saquen de la postergación a los millones de desposeídos que apenas sobreviven, otra vez la humanidad estará siendo condenada a padecer la indecencia de los poderosos”. Luego, con respecto al acuerdo con el FMI, el presidente sostuvo: “Sin acuerdo, no podremos ayudar a construir certezas. El acuerdo que anunciamos semanas atrás sobre el marco de políticas económicas es el mejor acuerdo que el gobierno de la Argentina podía conseguir” y “Este acuerdo no contempla restricciones que posterguen nuestro desarrollo, a diferencia de otros que la Argentina firmó en el pasado”. También afirmó que no habrá reformas previsional, laboral o tarifazo, ya que “Este acuerdo no doblega nuestra soberanía. Somos nosotros los que decidiremos nuestro futuro”. Con respecto a las relaciones con el mundo, Fernández habló de la importancia de la cooperación y la integración: "Seguimos trabajando junto a las naciones del mundo para lograr una integración que nos fortalezca. Y vamos dando pasos para una integración que potencie nuestras posibilidades productivas y fortalezca la estabilidad de nuestra economía”. Habló de un multilateralismo cooperativo: “La Argentina lleva a cabo una política exterior basada en el multilateralismo cooperativo. Apoya con firmeza la paz, la seguridad internacional, la solución pacífica de controversias, los derechos humanos, la defensa de la democracia y el cuidado del medio ambiente”. Por último, en referencia a la macroeconomía y las inversiones en ciencia y tecnología: “Vamos a impulsar la producción y las exportaciones para generar empleo, mejorar los ingresos, generar divisas y bajar la inflación. No se trata de exportar a costa del mercado interno. Se trata de exportar para mejorar la vida de los argentinos” y “El futuro exige dar un enorme impulso a la ciencia y la tecnología. Son herramientas fundamentales para resolver los problemas que afectan a la humanidad”.

https://twitter.com/CasaRosada/status/1498760566130757639 

https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1498704614136459264 

https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1498686633872216065 

En relación con Malvinas, el presidente, en línea con las declaraciones del canciller Santiago Cafiero en el 49º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, sostuvo: " “La República Argentina reitera su búsqueda de una solución negociada y pacífica de la disputa de soberanía, para cumplir con el objetivo irrenunciable de recuperar el ejercicio pleno de soberanía sobre esa parte de nuestro territorio que se encuentra usurpado”. 

 

Argentinas y argentinos en Ucrania

El sábado pasado, la Cancillería Argentina informó, mediante un comunicado en la página oficial y Twitter, a las y los compatriotas registrados que viven en Ucrania, que luego de una reunión técnica con funcionarios de cancillerías latinoamericanas, se acordó trabajar de manera conjunta en la asistencia de los respectivos nacionales a través de un mecanismo de cooperación consular. “El Ministerio de Relaciones Exteriores está trabajando con las cancillerías de Chile, Brasil, Perú, Uruguay, Paraguay, México, Colombia, Bolivia y Ecuador, articulando acciones e intercambiando información de utilidad, a fin de poder prestar, en las circunstancias actuales, la asistencia consular que resulte necesaria.”

https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1497563793513062408

“Se avanzará en la implementación de un plan de evacuación cuando puedan garantizarse las condiciones de seguridad sobre el terreno a través de corredores seguros.” A su vez, se anunció que una misión de Cascos Blancos encabezada por una delegación del voluntariado civil estatal argentino, acompañado por funcionarios consulares, partirá hacia la frontera entre Polonia y Ucrania para brindar la asistencia humanitaria necesaria para garantizar la salida de las y los argentinos, así como de las y los nacionales de los demás países que conforman la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) que procuren salir de territorio ucraniano. El despliegue de la misión fue ordenado por Santiago Cafiero, en el marco de un trabajo articulado entre las cancillerías de varios países latinoamericanos, para definir los mecanismos de egreso seguro y ordenado para las y los latinoamericanos que intentan salir hacia Polonia. En ese sentido, el canciller se reunió este lunes con el Presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Peter Maurer, en la sede de este organismo en Ginebra, donde dialogaron  respecto  del trabajo articulado con Cascos Blancos en lo que respecta a la ayuda de aquellas personas que desean abandonar Ucrania.

https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1499453040683798533 

https://twitter.com/CascosBlancos/status/1499419536537358339

En el día de ayer, el gobierno ordenó la inmediata evacuación de la embajada argentina en Ucrania, cuyos diplomáticos se están trasladando a Rumania. "Estamos llevando un consulado móvil a la frontera con Polonia y reforzando la cantidad de diplomáticos en esas zonas", señaló Cafiero.

https://twitter.com/SantiagoCafiero/status/1499464512772227072

 

49º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas

Este lunes, el canciller Santiago Cafiero participó del Segmento de Alto Nivel del 49º período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, donde afirmó: “El mundo no soporta más sufrimiento ni debe tolerar más muertos. La paz es urgente”. En ese sentido, Cafiero sostuvo: “Creo en estas horas de dolor e incertidumbre que debemos apegarnos a la preservación de la vida como el más supremo de los derechos humanos”, al tiempo que se preguntó “¿Cuál es la primera víctima en la guerra? ¿La verdad o la vida? ¿La verdad o los seres humanos?” “La comunidad internacional no tiene derecho a condenar la preocupación de ningún Estado sobre su seguridad. Tampoco eventuales denuncias por el supuesto incumplimiento de acuerdos preexistentes. Toda preocupación es legítima, y en todo caso será materia discutible en una mesa de negociaciones o en el foro pertinente”, destacó el canciller argentino, quien puntualizó que “Lo que no es legítimo es recurrir al uso de la fuerza y violar la integridad territorial de otro Estado como forma de resolver un conflicto”, haciendo referencia a los sucesos en Ucrania.

https://twitter.com/UN_HRC/status/1498247924467253253 

A su vez, el canciller mantuvo reuniones con sus pares de Canadá, Sudáfrica, Nueva Zelanda, Japón, el Director General de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder y la Secretaria General de la Conferencia de Naciones Unidas de Comercio y Desarrollo, Rebeca Grynspan: 

https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1498729470244569090 

 

III Reunión del Mecanismo de Coordinación Política Argentina-Brasil

El viernes pasado, el secretario de Relaciones Exteriores, Pablo Tettamanti, y su par de Brasil, Fernando Simas Magalhaes, celebraron en el Palacio San Martín, la III Reunión del Mecanismo de Coordinación Política Argentina-Brasil. Participaron del encuentro el secretario de Negociaciones Bilaterales y Regionales en las Américas de Brasil, Pedro Miguel Da Costa e Silva, la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco; el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, Guillermo Carmona, el embajador Daniel Scioli y su par Reinaldo Salgado.

https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1497307966927634435 

En dicha reunión, se recordó el interés regional de alcanzar una solución pacífica y definitiva a la prolongada disputa de soberanía entre la República Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, de conformidad con las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas y de otros foros internacionales. En lo que concierne al MERCOSUR, se ratificó el compromiso y la firme voluntad política de continuar fortaleciendo y profundizando el bloque luego de tres décadas de existencia. En ese sentido, se apuntó a la necesidad de impulsar los trabajos en áreas relevantes tales como la integración y la complementación energética, la infraestructura física y digital, y el desarrollo y fortalecimiento de las cadenas regionales de valor, involucrando al sector privado por medio de los foros empresariales. En adición, se resaltó el objetivo compartido de fortalecer la agenda interna, focalizando la atención en brindar respuestas y garantizar derechos a nuestras sociedades a través de políticas que enriquezcan la Ciudadanía del MERCOSUR.

https://twitter.com/ItamaratyGovBr/status/1497319643039555588 

 
(*) Analista de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Camila Elizabeth Hernández (*)) Argentina Fri, 04 Mar 2022 14:56:02 -0300
La diversidad como hecho político https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6588-la-diversidad-como-hecho-politico https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6588-la-diversidad-como-hecho-politico Alberto Fernández y Germán Martínez
*El autor del artículo es compañero de militancia y amigo personal (desde hace más de 27 años) del diputado Germán Martínez. Cualquier sospecha de parcialidad podrá ser confirmada o no en el siguiente texto, pero no debe ocultar lo más importante: que en Fundamentar siempre hablamos con nuestra verdad relativa a la luz del día.

Vivimos tiempos sociales donde la idea de lo diverso (y el respeto por ello) es un pilar que sostiene muchas de las acciones que se inician y encarnan desde los distintos grupos y movimientos sociales y donde el Estado, como garante de ese proceso, transforma en una juridicidad que no siempre se plasma en la realidad de cada ciudadano.

En paralelo, y más por defecto que por virtud, la política argentina también se ha transformado en un espacio donde lo diverso es moneda corriente. En esta semana que culmina, tres hechos marcaron la agenda pública desde la perspectiva de no tener miradas uniformes de nuestra cotidianeidad: la renuncia de Máximo Kirchner a la conducción del bloque del Frente de Todos (FDT) en la Cámara de Diputados de la Nación y su consiguiente reemplazo por Germán Martínez, la marcha del 1F y la gira de Alberto Fernández por Rusia y China. Repasemos.

El último día de enero comenzó con un cimbronazo político de proporciones: el malestar del primogénito del matrimonio Kirchner – Fernández por el tipo de acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y que se había dejado entrever en algunos portales afines, se transformó en renuncia a la conducción del bloque oficialista. Carta mediante, y emulando a su madre al comunicarse con la ciudadanía para fundamentar su decisión, el conductor de La Cámpora realizó una jugada política que dejó incómodos a varios.

La dificultad adicional no sólo pasaba por las razones expuestas en la renuncia, sino que, además, en el esquema de construcción política que se articuló desde los comienzos del FDT, la diversidad del espacio se reflejó en el reparto de ciertos espacios de conducción. Así, en el Congreso Nacional, Sergio Massa conduce la Cámara de Diputados y tanto los bloques de diputados y senadores tenían jefes del riñón K.

La pregunta que se imponía, una vez superado el impacto inicial, era quién podría ser el reemplazante de Kirchner teniendo en cuenta su espesura política. Antes de la decisión que llegó al día siguiente, Alberto Fernández dio una exclusiva en C5N que sirvió, de alguna manera, para sacarle dramatismo al asunto, pero, fundamentalmente, para evitar especulaciones que los silencios agravan.

La variada danza de nombres suponía desde la continuidad de Cecilia Moreau que fungía como vicepresidente de bloque hasta ese momento; la llegada de Leandro Santoro, hombre de estrecha confianza del presidente; Carlos Heller, diputado que había trabajado palmo a palmo con Máximo el proyecto del aporte solidario de las grandes fortunas en el marco de la pandemia de Covid en 2021, el experimentado José Luis Gioja y el “tapado” Martínez.

Más allá de las razones que explican los nombres que no fueron tenidos en cuenta, el nombramiento del diputado por Santa Fe generó sorpresa en muchos y preocupación en los menos.

https://twitter.com/gerpmartinez/status/1488898526058893313

La vagancia de productores y editores, tan acostumbrados a lo que dicen las redes de cada uno de nosotros, hizo que se perdieran el dato de la formación salesiana del nuevo jefe de bloque, lo cual explicaría con mucha mayor certeza, parte del perfil político del diputado que asumió hace dos años la banca.

Autodefinido como obsesivo del trabajo, Martínez lleva la marca en el orillo de saberse un militante, más allá de los cargos circunstanciales que ocupe. No es pose políticamente correcta sino una forma de entender su cotidianeidad. La descripción que hicieron propios y extraños, así lo confirman.

Su designación tiene que ver con su perfil ideológico (“peronista y kirchnerista sin contradicción”), su capacidad de trabajo, por tener buen diálogo con diputados de otros espacios y por ser un hombre que conoce perfectamente el día a día de la Cámara de Diputados. Pero también, y esto no es un dato menor, se relaciona con el contexto que lo posiciona en determinado lugar. Su jefe político Agustín Rossi sigue en estrecho contacto con el presidente de la Nación, ha recreado su vínculo con Cristina Fernández de Kirchner y, más allá de las heridas que dejaron las internas, nunca sacó los pies del plato más allá de las diferencias de turno.

Menuda tarea tiene el nuevo jefe de bloque. Cerrar detrás de sí a un bloque de 116 diputados, de una visible diversidad, por un acuerdo en el que cree firmemente, pero que, con el devenir de los días, tendrá el aperitivo que supone el tratamiento, con la consiguiente aprobación, de los proyectos que el Ejecutivo remitió para ser tratados en sesiones extraordinarias. Seguramente no tendrá tiempo de aburrirse.

En el mismo día, y a poca distancia de los despachos oficiales, se desarrollaba una importante marcha reclamando por la democratización de la Justicia. Más allá del buen número de matices que componen el reclamo, lo que subyace en la manifestación, refiere a la necesidad de contar con un Poder Judicial que contemple una mirada mucho más rica de la vida social del país.

Si se pide por el fin de Lawfare, es porque se pretende terminar con la corruptela uniforme que imponen medios, un sector de la Justicia y parte de la dirigencia política. Si se reclama por el comportamiento de la Corte, es porque los fallos, su tratamiento y sus definiciones, se parecen más a una especie de gobierno aristocrático antes que a un servicio a la ciudadanía.

No se trata de que juzguen como yo quiero: se trata de no tener jueces ordinarios, de Cámara o de la Corte que se parecen más a representantes de corporaciones antes que a defensores de lo que dice la Constitución Nacional.

Se trata, también, de que el país no quede sujeto a las decisiones omnímodas de cuatro señores (o tres, habrá que ver si el juez Juan Carlos Maqueda no extiende licencia por sus recientes problemas de salud) que tienen la particular “virtud” de pretender erigirse en los exclusivos garantes de cierta constitucionalidad e institucionalidad. Todo ello por no hablar de las causas judiciales que los salpican y de su escaso apego a cumplir con lo que la Carta Magna dicta respecto de la permanencia en los cargos. (Revisar fallo sobre la durabilidad en funciones de la recientemente renunciada Elena Highton). Tal vez la diversidad y pluralidad de opiniones cortesanas podría representar una buena opción ante tanta uniformidad supuestamente republicana.

La respuesta de los sectores opositores no se hizo esperar y vino en dos formatos. En medios y redes y que podrían representarse en los cuestionamientos a la marcha de personajes como María Eugenia Vidal que reclamaba por el cumplimiento de la Constitución de no pedir por una Justicia adicta. (No es chiste señora lectora, señor lector). En este sentido cabe recordar que el propio texto sancionado en 1853 consagra el derecho de peticionar de los ciudadanos antes las autoridades. El otro formato fue una “contramarcha” un día después pero que resultó tan escuálida que nadie pretendió referenciarse en la misma.

Finalmente, el otro hecho que marcó la semana política en la Argentina, refiere a la gira de Alberto Fernández por Rusia y China. La política exterior de un país, no sólo sirve para entender los posicionamientos en el tablero internacional, sino que también “ordena” hacia adentro.

Indignados por el buen diálogo con los líderes de esos países, y por alguna definición presidencial que planteó la idea de que Argentina no debe ser un país satélite de nadie, esta gira muestra, de alguna manera, la base ideológica que supo desarrollar el peronismo a lo largo de su historia, con la consabida excepcionalidad del período 1989 – 1999.

https://twitter.com/alferdez/status/1489265002481545227

Más allá de los contextos, de los hechos que suelen ser distintos y de un mundo que hace rato dejó la bipolaridad para convivir con un multilateralismo que algunos detestan, lo cierto es que la famosa “Tercera posición” o la integración con el Movimiento de No Alineados, suponía una búsqueda de otra diplomacia. Lejos de las relaciones carnales menemistas, las que el mal llamado liberalismo argentino reivindica (conservadurismo en realidad), la administración Fernández le cuenta al mundo y a los argentinos que la influencia norteamericana puede ser morigerada.

Las consecuencias de ello, los detalles o lo estructural del tema corresponde al abordaje de nuestros amigos internacionalistas que componen el equipo de Fundamentar, pero puede decirse, aquí y ahora, que el Ejecutivo les muestra a sus ciudadanos que no está dispuesto a jugar un solo pleno en la política internacional y que eso, inexorablemente debe servir, desde la diversidad de relaciones a una mejora de la calidad de vida de todos nosotros. Más allá de los enojos de nuestros demócratas de cotillón que se rasgan las vestiduras por el tipo de liderazgos que encarnan Vladimir Putin o Xi Jinping, pero nada dicen de los acuerdos macristas con el fascista Jair Bolsonaro o el negador serial que encarna Donald Trump, lo real y concreto es que hay “otro” mundo con el que profundizar interacciones de distinto tipo.

“En la variedad está el gusto” decía mi abuela. Y en esta semana tuvimos una nueva prueba de ello en la política argentina: en el nombramiento de un dirigente que representa la síntesis de varios aspectos que debe reunir un oficialista en la Argentina de estos días, en el pedido de una Justicia que, como de alguna manera pedía León Gieco allá lejos y hace tiempo, pueda mirar y ver y en relaciones internacionales maduras que puedan correrse de una uniformidad que muestra el otrora “gran país del norte”. Los hechos están allí. Al alcance de la mano.

(*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 05 Feb 2022 12:01:06 -0300
Política Exterior. Destacados de la semana https://fundamentar.com/nacional/item/6587-politica-exterior-destacados-de-la-semana https://fundamentar.com/nacional/item/6587-politica-exterior-destacados-de-la-semana Política exterior argentina de la semana

Te presentamos los hechos más importantes de esta semana de la política exterior argentina desde una mirada analítica.

Negociación de la deuda con el FMI

El viernes pasado, el presidente Alberto Fernández informó esta mañana desde la Residencia de Olivos que “el gobierno de la Argentina ha llegado a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)” que “no nos condiciona” y por el cual “podremos ejercer nuestra soberanía y llevar adelante nuestra política de crecimiento, desarrollo y justicia social”. “Tengo confianza en la Argentina y en las líneas generales de este acuerdo que elevaré al Congreso de la Nación para su consideración. Necesitamos que apoyen este convenio y apelo así al compromiso nacional de todos y todas”, aseguró.

https://twitter.com/CasaRosada/status/1487049399310106629

https://twitter.com/alferdez/status/1487068752562688010

El mandatario remarcó que “en comparación con otros anteriores que la Argentina firmó -y es bueno recordarlo-, este acuerdo no contempla restricciones que posterguen nuestro desarrollo”. Y dijo que este entendimiento “no restringe, no limita ni condiciona, los derechos de nuestros jubilados que recuperamos en el año 2020. No nos obliga a una reforma laboral. Promueve nuestra inversión en obra pública. No nos impone llegar a un déficit cero. No impacta en los servicios públicos, no relega nuestro gasto social y respeta nuestros planes de inversión en ciencia y tecnología”. “Además, vamos a poder acceder a nuevos financiamientos, precisamente, porque este acuerdo existe”, explicó.

https://twitter.com/omarperotti/status/1487072039844433921

Martín Guzmán, ministro de Economía, destacó que “se logró que la Argentina llegue a un acuerdo de políticas con el FMI sin políticas de ajuste” y que el entendimiento alcanzado con el organismo permitirá refinanciar la deuda “sin socavar las oportunidades de desarrollo de nuestra Nación” y continuar en la senda de “más creación de empleo, más producción, más agregación de valor y más estabilidad”. Asimismo, el Ministro adelantó que “política cambiaria va a seguir en la línea en la que se ha venido llevando a cabo” y que no existirá habrá “ningún salto cambiario”. “Se plantea una meta para 2022 de crecimiento de las reservas internacionales de 5.000 millones de dólares”, agregó.

 

Gira presidencial de Alberto Fernández

Este miércoles, el presidente Alberto Fernández arribó al aeropuerto internacional de Moscú, donde mantuvo una reunión con su par de la Federación de Rusia, Vladímir Putin, en la primera escala de la gira que se extenderá hasta el próximo martes y también incluye las visitas a China y Barbados. En el aeropuerto internacional Vnúkovo, el mandatario fue recibido por el vicecanciller ruso, Sergei Ryabkov, y el embajador argentino en Moscú, Eduardo Zuaín.

https://twitter.com/CasaRosada/status/1488946834215219207

“Estamos dando un paso importante para que la Argentina y Rusia hermanen y profundicen sus lazos en favor de ambos países”, expresó el presidente Alberto Fernández en una declaración conjunta que brindó junto a su par Vladímir Putin este jueves, al término de la audiencia privada y del almuerzo de trabajo que compartieron en el Kremlin de Moscú. El mandatario ruso remarcó, asimismo, su interés de “profundizar y diversificar las relaciones económicas bilaterales”. “Le he pedido al presidente Putin que aquel acuerdo estratégico que Argentina y Rusia firmaron en 2015 lo pongamos en marcha con todo vigor, que profundicemos todo nuestro esfuerzo para que se convierta en una realidad efectiva y que poco a poco ambos países vayan profundizando sus vínculos”, afirmó Fernández en su exposición.

https://twitter.com/CasaRosada/status/1489274545450196992

https://twitter.com/mae_rusia/status/1488887010584674304

Continuando con su gira, hoy al mediodía el presidente partió de Moscú a Pekín para concretar su segunda escala, donde se reunirá con su par chino Xi Jinping y posteriormente con la primera ministra de Barbados, Mia Mottley, con el objetivo de reforzar las relaciones entre la Argentina y esas naciones. Mañana, Fernández asistirá a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, mientras que el domingo mantendrá un encuentro con su par chino, Xi Jinping.

 

(*) Analista de Fundamentar.

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hola@fundamentar.com (Camila Elizabeth Hernández (*)) Argentina Thu, 03 Feb 2022 18:57:49 -0300
Lo hizo de nuevo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6586-lo-hizo-de-nuevo https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6586-lo-hizo-de-nuevo Lo hizo de nuevo

Volver a empezar,
que aún no termina juego.
Volver a empezar,
que no se apague el fuego,
queda mucho por andar,
y que mañana será un día nuevo bajo el sol.
Volver a empezar.

Alejandro Lerner

En la semana que está concluyendo, la atención (y la tensión) de la política nacional estuvo puesta, indudablemente, en todo lo que pudiera suceder con el pago de más de 700 millones de dólares que debía realizar el día viernes el Estado argentino al Fondo Monetario Internacional (FMI), con la expectativa de un posible default o de un acuerdo con el organismo de crédito. Terminó sucediendo esto último. Repasemos.

Sabrán disculpar lectoras y lectores, pero vamos a colocarnos alguna medallita. Semanas y días atrás, desde este portal habíamos realizado un par de afirmaciones que se confirmaron en el día de ayer: que el acuerdo llegaría (“El poder de los otros”, 19/12/21)  y, que el ok definitivo para el entendimiento ya no debía buscarse en las oficinas del propio Fondo, sino en la sede de la Casa Blanca. En Fundamentar no practicamos la adivinación mediante bola de cristal, ni nada que se le parezca, sino que algunos elementos, de tan ostensibles, resultaban determinantes para poder adelantarse a lo que sucedería.

En la primera cuestión debe decirse que, si Argentina necesitaba el acuerdo, para el Fondo la cuestión no era menos importante. Nuestro país tiene un desarrollo medio, no figura entre los más influyentes del planeta, por localización y por falta de peso político específico, pero SI se sienta en la mesa de los grandes jugadores en algunos casos puntuales. Un ejemplo: el G20.

Que un actor que integra ese selecto grupo de países que discuten (a veces parece que de manera inútil) los grandes temas de la economía mundial, enfrente una situación de cesación de pago de sus compromisos, no le conviene a nadie de los que allí participan. Si, además, el crédito de 2018 / 2019, resulta sospechado, ya que el organismo no cumplió con las formalidades del caso, en cuanto al modo, al tiempo, ni al monto en que fue acordado, podríamos inferir, como decíamos en mi Tablada natal, que el FMI está “más sucio que una papa”.

¿Eso le da razón a la Argentina para reclamar, en esta oportunidad, un comportamiento absolutamente distinto del organismo a lo largo de lo que fue su historia? Sí y no. Sí, porque existe una evidente corresponsabilidad con el desastre que dejó el macrismo, y no, porque las relaciones de la geopolítica NUNCA se construyen con el derecho como razón excluyente. En ese rol secundario que ocupa el país en el concierto internacional, no le da la talla para imponer condiciones nuevas de ese tipo.

https://twitter.com/CasaRosada/status/1487056899258396675

En la segunda cuestión, la necesidad de buscar un acuerdo político con la Casa Blanca, obedece al peso y la injerencia que tiene Estados Unidos en el FMI. Es el gran país del norte quien sostiene con más dinero al organismo y de alguna manera (y de todas) su influencia es decisiva a la hora de las políticas que ejecuta. Debe insistirse hasta el cansancio para algún desprevenido que nunca falta: los famosos acuerdos de Bretton Woods de la década del 40’, que derivaron en la multilateralidad crediticia de la segunda mitad del siglo XX, funcionaron como mecanismos que favorecían los intereses del “gran país del norte”. Concepto central del primer trimestre de la materia Relaciones Internacionales en cualquier facultad que se precie. Perdón por la decepción de revelarles semejante novedad.

Más allá de las ironías, y tal como lo llevaba adelante un tal Néstor Kirchner, cuando se reunía con George Bush (h) y le apoyaba su mano en la rodilla en un gesto que rompía toda tensión y protocolo (actitud definitivamente nestorista), debe insistirse que todo acuerdo es político, y por lo tanto, en discusiones tan amañadas y complejas, el broche a cualquier buen diálogo, jamás puede pasar por tecnócratas y burócratas que no tienen ninguna responsabilidad más allá de cobrar suculentos salarios por “laborar” allí.

De lo sucedido en las últimas veinticuatro horas, es evidente que, por estos lares, la ganancia de un acuerdo alcanza a las figuras de Alberto Fernández y Martín Guzmán. Habrá que ver si el silencio de la vicepresidenta Cristina Fernández obedece a diferencias con lo que se acordó o a dejar que, en un sistema presidencialista de gobierno, la centralidad la ocupe, justamente, el presidente. Por una razón o por otra, para los ansiosos de ocasión, pronto aparecerá la respuesta ya que el acuerdo debe discutirse en el Congreso de la Nación, espacio donde el kirchnerismo ocupa una centralidad decisiva.

El anuncio por cadena nacional del presidente, en la mañana del viernes, esta vez resultó un instrumento político interesante. Con un mensaje correcto “Heredamos esta situación. La historia juzgará quien hizo qué. Quien creó un problema y quien lo resolvió”, la puesta en escena en los jardines de la Residencia de Olivos no le fue en zaga. Medido, preciso y concreto, Fernández no abundó en detalles técnicos que, inteligentemente, se dejó a cargo del ministro.

Por su parte, Guzmán, más allá de la mayor o menor locuacidad en algunas respuestas, se mostró con un estilo que le resulta innato en los modos explicativos de académico universitario. Sabrá valorar o no cada ciudadano o ciudadana, si ello le resulta una virtud en sí misma.

En el plano interno pueden mostrarse tres respuestas que aparecieron sobre el principio del acuerdo: de los mercados, de la oposición y del oficialismo.

En el primero, la respuesta fue de manual. Suba de acciones de hasta 10% en Wall Street, caída del riesgo país y baja del dólar paralelo en un 5% en una sola jornada muestran que la noticia fue bien recibida. No es poco, teniendo en cuenta que varios supuestos analistas que se dicen especialistas en materia de deuda y mercados, preanunciaban unas horas antes el famoso y tan temido default: siendo benévolos, digamos que es el problema de pensar a la economía como una ciencia exacta y no como una ciencia humanística donde las expectativas y muchas veces la política condicionan de manera determinante. Sería hora que lo vayan aprendiendo. ¿No?

https://twitter.com/Miguel_Boggiano/status/1486748741889662977

Desde el lado de la oposición, donde varios también se jugaban un pleno al no acuerdo (en realidad en muchos casos, oposición y operadores truchos que dicen sabérsela “lunga”, son parte de lo mismo), la respuesta tardó varias horas en llegar. Teniendo un claro perfil cementicio (sólo así puede entenderse el caradurismo de piedra de algunos y algunas), la oposición en general prometió revisar la letra chica del acuerdo en el Congreso de la Nación, lugar natural de discusión si se quiere, a partir de lo que dice la Constitución Nacional y también de lo que exige la ley promovida por el actual gobierno en  febrero de 2021. Calidad institucional que se le dice.

Más allá de las omisiones del pasado, del acuerdo que se firmó en 2018, casi entre gallos y medianoche, endeudando al país nada más y nada menos que en 57 mil millones de dólares, por estas horas da la sensación (y sólo eso) que, más allá de las estrategias legislativas de ocasión, el oficialismo no debería tener limitación opositora alguna de cara a transformar el acuerdo en ley.

Independientemente del previsto rechazo de la izquierda, el espacio que compone Juntos por el Cambio se expone a un doble riesgo (y que deberá asumir), teniendo como dato insoslayable que ha sido el responsable de haber generado este nivel de endeudamiento: si el acuerdo funciona, serán otros lo que resolvieron el problema. Si no funciona, su corresponsabilidad también será evidente. Allí hay un corset para su construcción política. Seguramente en el devenir de los meses que se aproximan, más temprano que tarde, las fuerzas amarillas recurrirán a aquella vieja canción de Andrés Calamaro que decía “mejor no hablar de eso, pasemos a otro tema”

Por el lado del oficialismo, como ha sucedido desde el momento mismo de la construcción de la coalición, convive con tensiones, que en muchas ocasiones se discuten de cara a la sociedad. Desde la campaña electoral y en la propia gestión de gobierno. Lo que para algunos es problema, debe ser pensado como una novedad virtuosa para el peronismo.

Podríamos identificar tres grupos: los que querían acordar y reivindicaron lo anunciado, los que entendían que debía acordarse, pero ponen algunos reparos a lo que se logró y los que definitivamente veían al default como la opción más valedera.

Y ante este último grupo, conviene plantearse una primera pregunta. Lejos de toda chicana: ¿había margen para otra cosa? Existe, en no pocos sectores de cierto kirchnerismo un enamoramiento de cierto relato épico del pasado, que no está mal en sí mismo como recurso político, pero nunca podría aplicar al contexto actual.

Antes de desarrollar la idea, una aclaración de rigor: Cuando hablamos de relato, no lo hacemos despectivamente. Si hay algo que la comunicación política ha demostrado a lo largo de la historia es que, cualquier grupo político que se precie, en funciones ejecutivas o no, debe contar con un relato. En los gobiernos de la Argentina democrática lo construyeron Raúl Alfonsín con el “Somos la vida”, Carlos Menem con la idea de un liderazgo preclaro que no nos defraudaría, el kirchnerismo con la ampliación de un buen número de derechos y Mauricio Macri con la hipótesis de una Argentina moderna. El problema no es la construcción de relatos per se, sino la política que se practica cotidianamente para la efectivización de aquello que se declama. Fin de la digresión.

La imagen y decisión de Néstor Kirchner resolviendo el tema de la deuda contante y sonante, pagando de una sola vez los U$s 10.000 millones que se le debían al Fondo, tiene un valor innegable, al igual que cada uno de los acuerdos a los que se llegó para resolver el tema de la deuda externa durante los doce años de gestión K. Pero aquí hay un problema: no se puede leer la realidad de 2022 con los anteojos de 2006. Y las razones sobran.

En el primer kirchnerismo se había logrado un acuerdo con los deudores privados que vino acompañado de la relevancia de Roberto Lavagna. El país atravesaba un período de varios años de crecimiento (yendo en contra de las recetas del FMI), lo que le permitió acumular reservas de tal magnitud que pudo proponerse el pago de una sola vez y para siempre, en tándem con el Brasil de Lula, sin importar lo que planteara el establishment que, al igual que ahora lo hace el propio ex gobernador de Mendoza, Adolfo Cornejo, “rollear” (refinanciar) la deuda, era la solución más conveniente.

Tenemos una mala noticia al respecto: ese país y ese mundo (o por lo menos cierta realidad continental) ya no existe. Argentina no cuenta con un crecimiento sostenido durante varios años, ya que la doble pandemia, la macrista (2015 – 2019) y la del Covid (2020) la dejó severamente condicionada.

Su economía presenta una notable debilidad con alta inflación (hacia 2006 era de 9.8%), presión cambiaria para confirmar una devaluación que siempre perjudica y favorece a los mismos y pocas reservas líquidas en el Banco Central.

En el plano regional no cuenta con los aliados de otrora. El continente (y el mundo) convive con gobiernos y oposiciones de derecha fuertemente consolidados. Además, Nicolás Maduro no es Hugo Chávez, Gabriel Boric en Chile, más allá de algunas señales interesantes, por ahora es una incógnita, Luis Lacalle Pou no es Tabaré Vazquéz y Lula Da Silva (quien reivindicó el acuerdo), por ahora solo se prepara para volver a ser presidente, cosa que sucedería recién en octubre de este año.

https://twitter.com/LulaOficial/status/1487112946161528837

A diferencia de lo sucedido hasta (por lo menos) 2013, el país hoy cuenta con un bloque opositor consolidado. Las derrotas legislativas de 2009 y 2013 se produjeron con sectores de la oposición desarticulados entre sí, lo cual permitía que, con gestión, coordinación y conducción política, las elecciones ejecutivas tuvieran otras expectativas. ¿Hace falta recordar que el macrismo obtuvo el 41% de los votos en 2019 y el 43% hace unos pocos meses atrás?

El acuerdo no supone la celebración de nada. Pero trae como novedad, y eso es innegable respecto de lo que hasta ahora se ha conocido, que no se plantea una solución ortodoxa al problema. Para los que no nos cocemos con el primer hervor y sabemos que la historia no se empezó a escribir en el 2003, podremos recordar que los “acuerdos” con el FMI traían consigo no sólo el ajuste de ciertas variables económicas, sino reformas que le cambiaban definitivamente para mal la vida a los ciudadanos y ciudadanas. ¿Cómo no recordar reformas laborales, jubilatorias o la que se propuso llevar adelante un tal Ricardo López Murphy que en poco menos de 15 días y de un plumazo quería suprimir nada más y nada menos que U$s2000 millones en el presupuesto de educación? La historia siempre enseña.

Tal vez la clave sea, más allá de sus limitantes que existen y son reales, en pensar al acuerdo como una oportunidad para ganar tiempo y como una excepcionalidad que no justifica ningún festejo. Aceptar la realidad como está planteada no supone no pensar en transformarla. Pero el posibilismo por sí mismo no alcanza. Si la épica k, que desde estas líneas se celebran, ha tenido alguna posibilidad, ha sido porque primero se acumuló y se construyó un bloque de poder que hoy no existe, para enfrentar a cierto establishment internacional. ¿O, alguien tiene en su bolsillo unos U$s 45.000 millones para sacarse de encima al FMI y a laderos de la talla de Lula y Chávez para copar la parada?

Volver a empezar dice la canción del epígrafe. Queda mucho por andar. Con las aspiraciones de siempre, pero pensando nuevas fórmulas, revisando algunas cómodas certezas y, sobre todo, saliendo de la zona de confort ideológica. No es resignación. Es la inteligencia de hacer virtud de la necesidad. Y entendiendo de manera firme y contundente, que el peronismo lo hizo de nuevo: vino a arreglar el desastre financiero que otros supieron construir. Con alguna discusión interna. Con algunas voces destempladas y con el oxímoron de silencios que aturden. Pero, a partir de ahora, le guste a quien le guste, es probable que sea parte de una hipotética solución.

 (*) Analista político de Fundamentar - @miguelhergomez

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 29 Jan 2022 23:58:51 -0300
Política Exterior. Destacados de la semana https://fundamentar.com/nacional/item/6565-politica-exterior-destacados-de-la-semana https://fundamentar.com/nacional/item/6565-politica-exterior-destacados-de-la-semana Política exterior argentina de la semana

Te presentamos los hechos más importantes de esta semana de la política exterior argentina desde una mirada analítica.

Relaciones bilaterales con Paraguay

El jueves pasado, el canciller Santiago Cafiero, recibió a su par de la República del Paraguay, Euclides Acevedo Candia, con quien dialogó sobre la agenda bilateral de ambos países y compartieron visiones en cuanto a la necesidad de fortalecer el MERCOSUR, haciendo hincapié en la tarea que próximamente llevará adelante Paraguay como presidencia pro tempore del bloque. En ese sentido, coincidieron en que la revisión del Arancel Externo Común (AEC) es un elemento central para la actualización del bloque, teniendo en cuenta los requerimientos y necesidades de los Estados Partes, con base en el consenso, de acuerdo a  la letra y el espíritu de los textos fundacionales del Mercosur.  De la misma manera, resaltaron que el MERCOSUR es la plataforma para la internacionalización de ambos países, a través de acuerdos comerciales, con la presencia de todos los Estados Partes del bloque.

https://twitter.com/SantiagoCafiero/status/1448971800973615122

https://twitter.com/mreparaguay/status/1437572759454986244

En el marco del encuentro, resolvieron la apertura de tres pasos fronterizos: Formosa, Misiones y Corrientes, a realizarse de manera progresiva respetando las normas sanitarias y resaltando el trabajo conjunto para la habilitación, mediante corredores sanitarios seguros. Ambos ministros coincidieron en remarcar la necesidad del trabajo común contra el crimen organizado y el narcotráfico, y acordaron profundizar la cooperación para el intercambio en el uso de tecnología y experiencias que refuercen la agenda de seguridad compartida. Asimismo, reivindicaron la defensa de los Derechos Humanos y en ese contexto acordaron trabajar en el esclarecimiento de los asesinatos de las niñas argentinas Lilian Mariana Villalba y María Carmen Villalba, ocurridos hace un año en el Departamento de Concepción, en Paraguay, en el contexto de un operativo militar. En ese sentido, se comprometieron en avanzar hacia la conformación de una Comisión Relatora Internacional integrada por científicos forenses de Portugal, España, Paraguay y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), respetando la soberanía jurisdiccional del Paraguay.

https://twitter.com/elciudadanoweb/status/1449011642407260169

 

Relaciones bilaterales con India

El canciller Santiago Cafiero recibió este lunes al embajador de la República India, Dinesh Bhatia, a quien le transmitió el deseo de nuestro país de diversificar el comercio y la base exportable, que actualmente se concentran en pocos productos, como así también avanzar en las negociaciones de acceso a mercados y promover el incremento de las inversiones de mediano y largo plazo. Recordemos que Argentina posee superávit comercial con India, con más del 80% de las exportaciones en aceites vegetales. Cafiero enfatizó que India es un país prioritario para Argentina por su significación estratégica y su peso económico y demográfico, siendo una de las economías más pujantes del mundo con una población de más de 1.300 millones de habitantes.

https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1450218677140291585

En diálogo con el embajador, el canciller valoró la reciente apertura del mercado indio para la yerba mate, luego de intensas gestiones entre ambos gobiernos, al tiempo que recibió con agrado el interés indio en concretar inversiones en el sector minero argentino, principalmente en producción de litio. También señaló la importancia de que el Mercosur y la India retomen negociaciones a fin de alcanzar un acuerdo justo y equilibrado. Además, reafirmó el impulso de nuestro país en cooperación bilateral en agricultura, defensa y asuntos nucleares y espaciales. En este último caso, hay potencial para avanzar en temas como intercambio de datos de la Misión SAR SAOCOM de Argentina y las misiones ópticas de alta resolución CARTOSAT y RESOURCESAT de India. Por último, reiteró el compromiso con el proyecto de la Planta de producción de radioisótopos en Mumbai, llevado a cabo por INVAP S.E., y espera que esta exitosa experiencia aliente a ambos países a continuar explorando la cooperación en el ámbito de los usos pacíficos de la energía nuclear.

https://twitter.com/Indembarg/status/1450243915332734979

 

Relaciones bilaterales con Emiratos Árabes Unidos

Cafiero recibió este martes al embajador de los Emiratos Árabes Unidos, Saeed Abdulla Alqemzi, con quien conversó sobre las posibilidades de expansión del comercio bilateral, proyectos de inversión y cooperación técnica. El canciller expresó al representante emiratí el interés del Gobierno argentino por seguir fortaleciendo los diferentes aspectos del excelente vínculo bilateral a través del diálogo y la cooperación, ya que considera a los Emiratos Árabes Unidos como un socio clave en el Medio Oriente. En ese sentido, agradeció el apoyo financiero brindado por el Fondo de Desarrollo de Abu Dabi a diferentes proyectos hidroeléctricos y de acueductos que se llevan a cabo en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Neuquén. 

https://twitter.com/CancilleriaARG/status/1450502986472443904

En cuanto a lo comercial, Cafiero le manifestó el alto potencial de crecimiento que tienen los productos agroalimentarios argentinos en los Emiratos y la necesidad de diversificar el intercambio bilateral, tradicionalmente superavitario para nuestro país. Se trata de un mercado estratégico de 11 millones de habitantes, con un alto PBI per cápita y un rol fundamental como centro de distribución a los países del Golfo y, en general, de Medio Oriente. Dialogaron además sobre la marcha de la Expo Dubái 2020, mega evento global que se lleva a cabo entre el 1° de octubre de 2021 y el 31 de marzo de 2022, que espera una convocatoria de más de 25 millones de personas y en el que participan 192 países y más de 200 expositores que incluyen organizaciones multilaterales, instituciones académicas y empresas. Allí, Argentina participa con un pabellón propio, un espacio especialmente diseñado para poder mostrar su cultura, su geografía y sus oportunidades comerciales, turísticas y de inversión.

https://twitter.com/UAEEmbassyBA/status/1450641237699018754

 

Cumbre de Finanzas del G20

El presidente argentino, Alberto Fernández, llamó este miércoles a “construir un nuevo multilateralismo orientado al desarrollo de los países más vulnerables” al participar en forma virtual en el segmento de alto nivel de la Cumbre de Finanzas en Común 2021, que se realiza en el marco de las actividades de la presidencia italiana del G20. Fernández destacó la importancia de “repensar una nueva arquitectura financiera internacional que brinde una respuesta multidimensional” en “momentos en que una triple crisis de pandemia, cambio climático y deuda golpea duramente a los países de renta media como Argentina”.

https://twitter.com/CasaRosada/status/1450805396311060487

En su discurso, sostuvo: “El riesgo de una crisis generalizada de deudas externas en los países en desarrollo se abate sobre el planeta. Por eso, apoyamos la idea de impulsar un acuerdo multilateral inclusivo y sostenible, capaz de abordar de manera acabada las cuestiones referidas a la reestructuración de las deudas soberanas. La prórroga de la Iniciativa de Suspensión de Servicios de Deuda producida por el G20, si bien valiosa, es una medida provisoria que no resulta suficiente. No ataca de forma definitiva la impostergable necesidad de alivio y reestructuración de deudas insostenibles. Necesitamos en particular un marco multilateral para la reestructuración de la deuda de los países de renta media, cuya falta supone un verdadero vacío dentro de la gobernanza financiera internacional.” 

https://twitter.com/alferdez/status/1450838655870717969

 

(*) Analista de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Camila Elizabeth Hernández (*)) Argentina Wed, 20 Oct 2021 16:22:37 -0300
La mitad del vaso https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6482-la-mitad-del-vaso https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6482-la-mitad-del-vaso La mitad del vaso

Siempre habrá vasos vacíos
con agua de la ciudad,
la nuestra es agua de río,
mezclada con mar.
Levanta los brazos mujer
y ponte esta noche a bailar
que la nuestra es agua de río,
mezclada con mar.

Gabriel Fernández Capello (Vicentico)

En el proceso electoral de 2015, Cambiemos construyó su campaña sobre tres ejes que no por ser esencialmente difusos, resultaron menos exitosos: unir a los argentinos, reducir la pobreza y terminar con el narcotráfico.

El Frente de Todos en 2019, por su parte, trabajó su propuesta política sobre otros tres factores, si se quieren, mucho más tangibles: hacer crecer la economía, renegociar la deuda externa y reducir los niveles de inflación. Y también resultó ganador. Una pequeña digresión: en cuestiones de elecciones, política y poder, al igual que en el fútbol con los sistemas tácticos, no resulta tan determinante el camino recorrido para tener en cuenta dos situaciones distintivas: obtener el triunfo y tener en claro para qué.

Pero a poco de desandar el comienzo de la administración a esos tres factores se le agregó un cuarto: enfrentar la pandemia por la Covid-19. No casualmente (un gran DT rojinegro dijo alguna vez “si sucede es porque lo buscamos”), en esta semana que pasó ellos estuvieron presentes en la centralidad de la dinámica (y no siempre bien ponderada) política argentina. Repasemos.

Pese a sus propias limitaciones, las de la coyuntura y las más estructurales, la economía argentina viene mostrando algunas señales positivas. En abril se produjo un aumento del 6% en la inversión privada respecto de marzo, mejorando ostensiblemente a lo acontecido de 12 meses atrás (algo obvio si se quiere, teniendo en cuenta las restricciones de la mal llamada cuarentena) e incluso, teniendo mejores números que en 2019. Las reservas del Banco Central han aumentado de manera sólida, el dólar se encuentra contenido, la industria se desarrolla sobre un crecimiento que tiene una antigüedad de varios trimestres y la recaudación crece por una doble vía: por la mejora de la actividad (más ventas) y por el aumento internacional de la soja en plena cosecha gruesa. El escenario no es idílico ni mucho menos, pero las señales están y hay que saber apreciarlas en medio de tanto bombardeo de la infodemia y derivados.

https://twitter.com/INDECArgentina/status/1390380901624946701

La deuda no es un tema nuevo. En lo más urgente, la administración de Alberto Fernández puso primera en 2020, discutiendo y llegando a un acuerdo con los bonistas privados, fondos buitre incluidos. Algunos analistas económicos nos cuentan que el deterioro de la economía es tal por este tiempo, que ya se habrían perdido los beneficios de aquella negociación. Con el diario del lunes todos somos técnicos: lindo hubiera sido el escenario macroeconómico de los últimos nueves meses si esa negociación no alcanzaba aquel acuerdo.

Para 2021 quedó el necesario arreglo con el Fondo Monetario Internacional, quien firmó con el gobierno de Mauricio Macri, violando los propios reglamentos internos del organismo, un préstamo que alcanza la friolera de U$s 57.000 millones, que el actual gobierno limitó hasta 44.000 millones. El mencionado acuerdo obligaba al Estado nacional a desembolsar para este año nada más y nada menos que U$s 5.200 millones, pandemia mediante. Nunca debemos olvidar ni el dato numérico, ni el dato político, ya que los condicionamientos son tales, que limitan al más pintado de los líderes.

Por ello viajó Alberto Fernández a Europa. Para tejer una serie de apoyos que muestren una señal que hasta ahora se venía dilatando y que tal vez resulte tan necesaria como el agua. La deuda con el Fondo tiene una limitación concreta: no puede, como en el caso de los bonistas privados, renegociarse con una quita. Recordemos que quienes ponen el dinero, en definitiva, son los países que aportan al organismo y es por ello que las reuniones se desarrollan al más alto nivel de la geopolítica internacional, y cada gesto suele tenerse muy en cuenta en el ámbito doméstico. A veces en demasía.

Pero lo concreto es que más allá de los reclamos de los otros contertulios (no es un delirio pensar que los mandamases europeos le hayan reclamado cuestiones que refieren a las empresas de sus países, o que el Papa Francisco no esté muy contento con la sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en la Argentina), el presidente se trae en sus maletas un claro apoyo internacional que de alguna manera terminó propiciando una reunión con Kristalina Georgieva, directora del FMI y que, inicialmente, no estaba confirmada. Recordemos que la propuesta argentina incluye la idea de correr los vencimientos de la deuda varios años para adelante, estableciendo un plan de pagos que también sea más extenso. Y, además, cómo que no, también debe incluirse en esta permanente orejeada de cartas, la deuda con el Club de París.

 

Muchas sonrisas, palmadas en las espaldas y fotos de rigor. Ahora habrá que ver en qué medida se pasa de los dichos a los hechos. Si nos queremos, soportemos nuestras miserias. Lavemos la ropa común, planchemos, cocinemos y limpiemos la casa. En política también las cosas se construyen, mínimo, de a dos. Algo positivo debe haber salido para el interés de múltiples partes porque ayer viernes subieron bonos y bajó el riesgo país. Qui sait.

La mala de la semana vino del lado de la inflación. Se conoció el nuevo número de abril y nadie puede quedar demasiado conforme al respecto. Una economía con un aumento del 4,1% de un mes a otro no puede contentarnos ni mucho menos. Sobre todo, porque la misma se sustancia en el aumento de alimentos que pega, inexorablemente, en los sectores más perjudicados de la sociedad. Es cierto que bajó unas cuantas décimas respecto de marzo (mes que cíclicamente refleja un aumento estacional) y algunas consultoras privadas comentan que mayo viene, también, con una tendencia a la baja. Puede mirarse el vaso medio vacío o el vaso medio lleno. Nuestros lectores elegirán a riesgo de que, como le pasó a este articulista, sea acusado de optimista irreductible.

Lo real es que la meta del 29% presupuesta por el gobierno nacional para este 2021 parece alejarse. Aplicado un nuevo aumento de las naftas desde este sábado, con el consiguiente traslado a precios que eso suelte tener, tampoco eso es una buena señal en sí misma. Aparece allí una contradicción notoria dentro de una puja mayor con formadores de precios.

https://twitter.com/INDECArgentina/status/1392917588510904321

Es evidente que algo distinto debe hacerse: ¿cupos a la exportación de alimentos?, ¿aumento de retenciones? Todo muy lindo en el manual de la heterodoxia económica, la gran pregunta deviene de reconocer con cuánto apoyo político se cuenta para imponer medidas de ese tipo. Con una minoría opositora intensa, con grupos de poder fuertemente vinculados a esos intentos desestabilizadores que llegaron de la mano del Coronavirus y con algunas desavenencias internas en la coalición gobernante, no parece que el propio gobierno las tenga todas consigo.

La verdaderamente buena noticia de la semana vino del lado de las vacunas. De alguna manera, parece despejarse el horizonte del mediano plazo con el anuncio de la llegada de unas 5.000.000 de vacunas para los próximos 30 días. A eso podría sumarse la capacidad de producción en Argentina del Laboratorio Richmond que, de acuerdo a la prueba que remitió al Instituto Gamaleya de Rusia, y la cual, según trascendidos, tendría el visto bueno de las autoridades epidemiológicas de aquel país; podría agregar nada más y nada menos que 2.000.000 de dosis antes que termine el mes de Julio. Esto, como dijo la ministra Carla Vizzotti, cambia la perspectiva de la segunda ola.

https://twitter.com/msalnacion/status/1392178743746211840

Ahora bien, a riesgo de no ser acusados (otra vez) de un optimismo irreductible, es muy difícil mostrarse satisfecho en un contexto delimitado por 27.000 contagios y 600 muertes diarias como se conoció el día viernes. La prudencia debe ser un recurso al que nunca deberíamos renunciar. Sobre todo, en contextos de tanta angustia y dolor.

Una coalición como la que gobierna la Argentina es algo inédito para la historia reciente (y no tanto) del país. En un intento de deslegitimación constante, aquellos que reivindican diálogo, consenso y otras palabras bonitas, se rasgan las vestiduras y nos dicen que el gobierno cada vez está más debilitado. El Frente de Todos es una rara avis de la política nacional y enfrenta serios desafíos que le impone la gestión. Una sustancia de agua de río mezclada con mar. No hay ánimo ni tiempo para bailar. Pero sí debemos levantar los brazos y pedir como siempre (y como nunca), la pelota. Por nosotros, por los que vienen detrás y por los que nos dejaron.

(*) Analista político de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Miguel Gómez (*)) Opinión Sat, 15 May 2021 18:25:53 -0300