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Fundamentar - Economía https://fundamentar.com Thu, 18 Apr 2024 23:19:26 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Razones para bajar las tasas muy por debajo de cero | Kenneth Rogoff https://fundamentar.com/economia/item/6365-razones-para-bajar-las-tasas-muy-por-debajo-de-cero https://fundamentar.com/economia/item/6365-razones-para-bajar-las-tasas-muy-por-debajo-de-cero Caricatura del titular de la FED, Jerome Powell

Aquellos que ven la aplicación de tipos de interés negativos por parte de los bancos centrales como algo excesivo tal vez deban reconsiderarlo. Ahora mismo, en Estados Unidos, la Reserva Federal (con el apoyo implícito y explícito del Tesoro) va camino de dar respaldo a casi todas las deudas de la economía (privadas o de los gobiernos de nivel estatal y municipal). Muchos otros gobiernos se han sentido obligados a tomar medidas similares. Una crisis que (esperamos) sólo ocurre una vez en un siglo exige una intervención gubernamental a gran escala, pero ¿quiere decir eso prescindir de los mecanismos de asignación basados en el mercado?

El respaldo crediticio indiscriminado es buena idea si se parte del supuesto de que las presiones recientes en los mercados sólo fueron una contracción de liquidez transitoria que se resolverá pronto, cuando después de la COVID‑19 haya una recuperación fuerte y sostenida. Pero ¿y si esa recuperación rápida no se materializa? ¿Si, como uno sospecha, le lleva años a la economía de Estados Unidos y del mundo volver a los niveles de 2019? Si así fuera, no parece probable que todas las empresas sigan siendo viables, o que todos los gobiernos de nivel estatal y municipal conserven la solvencia.

Lo más seguro es que nada será igual. Se destruirá riqueza en proporciones catastróficas, y las autoridades deberán hallar un modo de asegurar que, al menos en algunos casos, los acreedores asuman una parte de las pérdidas, proceso que llevará años de negociaciones y litigios. Para los abogados especializados en quiebras y los cabilderos habrá grandes beneficios (derivados en parte de presionar a los contribuyentes para que paguen por el cumplimiento de las garantías de rescate). Será un desastre indescriptible.

Ahora, imaginemos que para apuntalar los mercados, en vez de limitarse a proveer garantías, la Fed pudiera llevar la mayoría de los tipos de interés a corto plazo de la economía cerca o por debajo de cero (Europa y Japón ya han incursionado en territorio negativo). Supongamos que para oponer resistencia a la actual búsqueda de refugio en la deuda pública, los bancos centrales fueran más allá y bajaran las tasas de referencia a corto plazo, digamos, a –3% o menos.

Para empezar, igual que los recortes de tasas en los viejos tiempos de los tipos de interés positivos, las tasas negativas salvarían del default a muchas empresas, estados y ciudades. Con una implementación correcta (y los datos empíricos recientes lo avalan cada vez más), las tasas negativas pueden, a la manera de la política monetaria normal, reforzar la demanda agregada y aumentar el nivel de empleo. Así que antes de lanzarse a reestructurar deudas por doquier, ¿no sería mejor probar una dosis de estímulo monetario normal?

La factibilidad y eficacia de los tipos de interés muy negativos depende de una serie de medidas básicas. La más importante, que hasta ahora no ha tomado ningún banco central (incluido el BCE) es impedir el atesoramiento de efectivo a gran escala por parte de empresas financieras, fondos de pensiones y aseguradoras. Para ello debería bastar alguna combinación de regulación, comisiones dependientes de la duración para los redepósitos a gran escala de efectivo en el banco central y retirada de los billetes de alta denominación.

No es física nuclear (¿o debería decir virología?). Descartado el atesoramiento de efectivo a gran escala, la cuestión del traslado de los tipos de interés negativos a los depositantes bancarios (la mayor preocupación) queda eliminada. Incluso sin evitar totalmente el atesoramiento (algo arriesgado y costoso), para los bancos europeos ha sido cada vez más factible el traslado de las tasas negativas a los grandes depositantes. Y los gobiernos no cederían mucho al brindar a los pequeños depositantes protección total contra las tasas negativas. Repito, con suficiente tiempo y planificación adecuada, es fácil de hacer.

Los tipos de interés negativos han generado un sinfín de objeciones, pero en su mayoría son producto de un razonamiento confuso o admiten una solución fácil, como examino en mi libro de 2016 sobre el pasado, el presente y el futuro del dinero, así como en escritos relacionados. Donde también explico por qué no hay que pensar en los «instrumentos monetarios alternativos» (por ejemplo la flexibilización cuantitativa y el helicóptero monetario) como formas de política fiscal. Si bien una respuesta fiscal es necesaria, también lo es en gran medida la política monetaria, que es la única que opera sobre el crédito en toda la economía. Hasta que la inflación y el tipo de interés real salgan del pozo, sólo una política de tipos de interés efectivos muy negativos puede funcionar.

El uso de esa política en las economías avanzadas también sería una enorme bendición para las economías emergentes y en desarrollo, muy afectadas por el abaratamiento de los commodities, la fuga de capitales, el alto endeudamiento y tipos de cambio desfavorables (además de estar enfrentando las primeras etapas de la pandemia). Incluso con tasas negativas, muchos países todavía necesitarán una moratoria de deudas. Pero un dólar más débil, un crecimiento global más firme y una reducción de la fuga de capitales ayudarían, sobre todo en el caso de los mercados emergentes más grandes.

Lamentablemente, en la revisión de instrumentos de política de la Reserva Federal en 2019, la implementación de tipos de interés muy negativos quedó en la práctica descartada, lo que limitó la capacidad de la Fed frente a la pandemia. Los cabilderos de bancos influyentes los detestan, aun cuando bien implementados no tienen por qué afectar las ganancias de los bancos. Y parte de la culpa es de los economistas, hipnotizados por la presencia de interesantes resultados contrarios a la intuición que surgen en las economías cuando realmente hay un límite inferior de cero para los tipos de interés.

La implementación de emergencia de tipos de interés muy negativos no resolverá todos los problemas actuales, pero sería un primer paso. Si (como parece cada vez más probable) el tipo de interés real en equilibrio en los próximos años va camino de ser más bajo que nunca, es hora de que los bancos centrales y los gobiernos hagan un urgente y detenido examen de la idea.

(*) Profesor de Economía y Políticas Públicas en Harvard. Fue jefe de economistas del FMI entre 2001 y 2003.

FUENTE: Project Syndicate

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hola@fundamentar.com (Kenneth Rogoff (*)) Economía Tue, 05 May 2020 11:51:18 -0300
Con intereses más altos, oficializan la vuelta del "Ahora 12" https://fundamentar.com/economia/item/6117-con-intereses-mas-altos-oficializan-la-vuelta-del-ahora-12 https://fundamentar.com/economia/item/6117-con-intereses-mas-altos-oficializan-la-vuelta-del-ahora-12 El programa seguirá vigente, con aumento en las tasas.

El Costo Financiero Total llega al 60,49%

El relanzamiento se da en el marco de una fuerte suba de la tasa de referencia que establece el Banco Central que esta semana llegó a un nuevo récord de 74,19%, lo que encarece los intereses de cada cuota a pagar del programa. Cuando el plan de pagos comenzó a aplicarse en 2014, las condiciones eran 12 cuotas fijas sin intereses.

Las tasas de interés del Ahora 12 son de 46,15% anual, con un costo financiero total de 60,49% mientras que para Ahora 18 son de 47,35% y 63,50%, en forma respectiva.
Para Ahora 3 los intereses son de 37,48% anual con un costo financiero total de 47,36%; y para Ahora 6 ascienden a 42,76% y 54,78%, respectivamente.

Los productos que se podrán comprar son aires acondicionados, lavavajillas, lavarropas y secarropas, cocinas, hornos y anafes, calefactores y estufas, termotanques y calefones, heladeras, congeladores y freezers.

Además, el listado incluye televisores, muebles, indumentaria, prendas de vestir para hombres, mujeres y niños. Incluye ropa de trabajo, deportiva, de uso diario y todo tipo de accesorios de vestir, calzado y marroquinería, carteras, maletas, bolsos de mano, artículos de marroquinería de cuero y otros materiales, así como materiales y herramientas para la construcción.

Tales ítems se adquirirán con tarjetas: Argencard, American Express, Cabal, Diners, Mastercard, Nevada, Visa, Tarjeta Shopping, Nativa, SOL y Mutualcard.

También se pueden comprar con los beneficios del programa pasajes en ómnibus de larga distancia, pasajes aéreos, hoteles y otros alojamientos turísticos habilitados por el organismo provincial competente, paquetes turísticos adquiridos a través de agencias de viaje habilitadas, autos de alquiler, excursiones y actividades recreativas, todos servicios a ser prestados íntegramente dentro del territorio nacional

El ejecutivo oficializó la medida a través de la resolución 151/2019 de la Secretaría de Comercio Interior, publicada hoy en el Boletín Oficial, que destacó que "es prioridad para el Estado nacional ejecutar políticas destinadas a promover el crecimiento económico y el desarrollo, incentivando la inversión productiva y la demanda".

Además subrayó que el Ahora 12 "se ha mostrado eficaz para fortalecer el mercado interno, ampliar el acceso a bienes e incrementar y sostener los niveles de demanda, estimular las inversiones y la producción local, y consolidar la creación de más y mejor empleo". La medida también remarcó que el programa "posee una estructura reglamentaria eficaz a la cual las entidades financieras, proveedores y comercios han sabido adherirse y ejecutar sin presentar inconvenientes".

 

FUENTE: BAE Negocios

EDICIÓN Y RELEVAMIENTO: Santiago Toffoli

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Economía Fri, 03 May 2019 12:03:12 -0300
¿Adónde Van los Dólares de la Deuda Externa? https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5649-adonde-van-los-dolares-de-la-deuda-externa https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5649-adonde-van-los-dolares-de-la-deuda-externa ¿Adónde Van los Dólares de la Deuda Externa?

La idea de este artículo es aportar algunas ideas en relación al proceso de apertura financiera y endeudamiento externo que hoy vive la Argentina bajo el gobierno de Mauricio Macri. ¿Si se la usa para financiar obras públicas, la deuda externa es buena? ¿La apertura financiera ha servido para poder financiar la inversión?

Ante el fuerte incremento de la deuda externa de nuestro país luego de 12 años de desendeudamiento, es interesante repensar algunos lugares comunes y frases hechas que se repiten hasta el cansancio en diversos medios de comunicación para debatir si este esquema es compatible con el desarrollo económico.

  1. “La deuda en sí misma no es buena ni mala, todo depende para que se usa”

Lo primero que dice cualquier manual de economía es que no hay ningún tipo de problema en tomar deuda (sea una familia, empresa o estado para los manuales da igual) si se invierte ese dinero de forma tal que se incremente el ingreso futuro del que toma la deuda. De manera un poco más clara: si una empresa se endeuda, compra una máquina y con el aumento de ventas en los años siguientes, producto de la mayor fabricación por la nueva máquina, puede saldar esa deuda todo está perfecto. Hasta acá, el argumento es tan claro como obvio. ¿Pero si la deuda es en dólares y la empresa vende en pesos? No la compliquemos tanto y veamos esto más adelante.

¿Cómo se hace extensible esta idea al Estado? El Estado debería tomar deuda y con ello realizar obras que permitan incrementar la producción del país, lo que posibilitaría recaudar más impuestos y por ende, facilitar el pago de la deuda contraída. Veamos los números de 2016.

El endeudamiento externo del Estado Nacional en los primeros 9 meses de 2016 se incrementó en algo así como 23.000 millones de dólares (ya descontado el pago a fondos buitre por 10.000 millones). ¿Qué nos diría el manual? Si esos 23 mil millones los usamos e incrementamos la obra pública en ese monto: todo OK. ¿Fue esto lo que pasó? Ni por asomo.

El Estado Nacional desde enero a noviembre de 2016 llevaba invertido en obra pública alrededor de $159.000 millones, para redondear: u$s11.000 millones de dólares. Es decir, nos endeudamos en el exterior por 23 y sólo invertimos 11. O lo que es lo mismo, nos endeudamos, en sólo nueve meses, en un monto equivalente a dos años de toda la obra pública nacional.

¿Cuánto invirtió el Estado Nacional en 2015 sin endeudamiento externo? Alrededor de $155.000 millones, que al tipo de cambio de ese momento, superaría los u$s15.000 millones. La cuenta de almacenero daría algo así: nos endeudamos en 23, invertimos 11 y el año pasado habíamos invertido 15 sin tomar deuda[1]. Conclusión hasta el momento: no nos endeudamos para comprar una máquina e incrementar nuestras ventas, sino que nos endeudamos, no compramos ninguna máquina nueva y le pegamos un par de martillazos a la que ya teníamos.

Seamos buenos y pensemos que este martillazo en el pie (o en la obra pública) autoinfligido era algo inevitable producto del déficit heredado, lo cual nos permitirá analizar la siguiente premisa instalada.

  1. “Este proceso de endeudamiento es insostenible a largo plazo, por eso hay que reducir el déficit fiscal”

Como la situación arriba descripta se hizo evidente y ya nadie duda que el endeudamiento del 2016 alcanzara dimensiones inéditas o que el Estado haya invertido mucho menos que en el 2015, el propio Presidente sostuvo que esta situación sería algo “provisorio” hasta eliminar el déficit fiscal y que en el largo plazo continuar así era insostenible.[2] Su Ministro de Finanzas, Luis Caputo, salió a negar al día siguiente la insostenibilidad pero afirmó que en 2017 se emitirán de u$s45.000 millones, incrementando la deuda total en u$s22.000 millones ya que el resto es para refinanciar deuda ya existente que vence este año.[3]

Ahora bien, supongamos que el nuevo Ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, es el Diego Maradona de las finanzas públicas y puede lograr sus tres objetivos primordiales de “bajar el déficit, subir el gasto de infraestructura y disminuir impuestos"[4], es más, supongamos que logra eliminar por completo el déficit fiscal. ¿Cuánto debería endeudarnos Caputo, en lugar de los u$s45.000 millones estimados, ahora que el déficit es de cero pesos? La respuesta es en u$s45.000 millones!

Si pasáramos de tener déficit a tener superávit en las cuentas fiscales de un día para el otro igual necesitaríamos emitir deuda por u$s45.000 millones este año, ya que el desequilibrio abismal que requiere de una mayor deuda externa para seguir funcionando no está en las cuentas fiscales sino en las cuentas externas. Dicho en criollo, en 2016 se fugaron alrededor de u$s20.000 millones de dólares de las reservas y el año que viene hay que conseguir otros u$s20.000 millones, o sacarlos de las reservas del Banco Central, si se quiere continuar con este modelo de apertura financiera extrema.

¿Cómo se estiman estos u$s20.000 millones que salieron de las reservas en 2016? Sólo hay que pensar en la cantidad de dólares que entraron por endeudamiento, los magros dólares que entraron por inversión y restarle aquellos que salieron por importar más de lo que exportamos, por giro de utilidades de multinacionales, viajes al exterior o servicios de la deuda. Luego de hacer toda esta cuenta, vemos que día a día entran dólares de la deuda (y en los últimos meses u$s13.000 millones del blanqueo) pero las reservas casi ni se mueven. Pongámoslo en estos términos, las reservas en el BCRA eran al 31/12/2015 unos u$s25.563 millones y al 30/12/2016 de u$s 38.772 millones. ¿Si la diferencia de u$s13 mil millones entró por el blanqueo, adónde fue a parar el nuevo endeudamiento?

El proceso actual de endeudamiento es insostenible en el largo plazo (sobre la sustentabilidad: ver acá) pero producto del desequilibrio externo mencionado y no del déficit fiscal. Así, la centralidad de este endeudamiento externo como medio para financiar la fuga de capitales explica porqué si los proveedores del Estado Nacional cobran todos en pesos y emplean trabajadores que cobran también en pesos, la deuda del Estado debe sí o sí contraerse en dólares. Las obras se hacen en pesos, la fuga se hace en dólares.

  1. “Tanto la apertura financiera como el pago a los fondos buitre eran necesarias ya que las empresas argentinas podrían así acceder a los mercados internacionales y así financiar la inversión”

La peligrosidad de contraer deuda en dólares radica en que de un día para el otro el capital financiero puede dejar de fluir hacia nuestro país y hacerse cada vez más difícil conseguir los dólares para pagar tanto el capital como los intereses de la deuda contraída (y para financiar la fuga!). Aquí reside la volatilidad de todo el esquema macroeconómico propuesto por el gobierno de Macri.

En este contexto y ante la baja de la tasa de interés que el mercado financiero internacional le cobra a la Argentina, ¿han salido las empresas a endeudarse en el exterior para financiar su inversión en nuestro país? Todo lo contrario, las empresas argentinas se han desendeudado con el exterior. Como puede verse en el siguiente gráfico, el endeudamiento total del sector privado muestra en los primeros nueves meses de 2016 un comportamiento similar al ocurrido luego del fallo de Griesa, cuando el mercado financiero se cerró por completo para la Argentina.

¿Este desendeudamiento externo de las empresas es producto de la disminución de su inversión en un contexto de una demanda castigada luego del ajuste en 2016? ¿Se debe acaso a que las empresas perciben la volatilidad del esquema propuesto y temen que una futura devaluación, cuando los dólares escaseen, les encarezca y complique el pago de esa deuda? Claramente es muy pronto para responder esta cuestión pero este comportamiento no deja de ser paradójico ya que el endeudamiento empresarial sería el principal beneficio para la Argentina al “volver al mundo”.

Quién sin dudas no percibe ningún riesgo de endeudarse en el exterior en otra moneda son las provincias argentinas, las cuales han casi duplicado su stock de deuda externa en nueve meses. Estas han incrementado su deuda externa en un monto similar al 50% de todo lo invertido por las 24 jurisdicciones en el año 2015, ¿habrán incrementado su obra pública en un 50% como indicaría el manual?

Para terminar, podríamos volver al inicio para afirmar que es real que la deuda externa no es en sí misma ni buena ni mala pero nada tiene nada que ver con el nivel de obra pública o el déficit fiscal. No es mala si es utilizada a discreción y con motivo de relajar momentáneamente la restricción externa para financiar el desarrollo. Esto último prácticamente no ha tenido lugar en toda la historia Argentina y aquellos que avalaron la usura de los fondos buitre con la excusa de financiar la inversión pública y privada, ya deberían saberlo: en nuestro país los dólares de la deuda externa en momentos de apertura financiera, financian la fuga de capitales.

 

(*) Economista del Instituto de Programación Económica y Financiera (IPEF) de la Fundación para la Integración Federal (FUNIF)

 

[1] En verdad, la comparación debe hacerse en pesos y restarle el efecto de la inflación, lo que da por resultado una caída de más del 35% en la inversión pública nacional.

[2] http://www.ambito.com/867633-macri-confirmo-que-el-objetivo-de-dujovne-es-lograr-equilibrio-fiscal

[3]http://www.infobae.com/economia/2016/12/30/el-gobierno-prepara-una-megaemision-de-deuda-para-el-primer-trimestre-del-2017/

[4] http://www.lanacion.com.ar/1971676-conferencia-de-prensa-nicolas-dujovne-caputo-gobierno-economia

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hola@fundamentar.com (FERMÍN OYARZABAL(*)) Opinión Fri, 20 Jan 2017 13:20:58 -0300
El BCE Deja Invariable la Tasa de Interés en la Eurozona https://fundamentar.com/internacional/item/5207-el-bce-deja-invariable-la-tasa-de-interes-en-la-eurozona https://fundamentar.com/internacional/item/5207-el-bce-deja-invariable-la-tasa-de-interes-en-la-eurozona El BCE Deja Invariable la Tasa de Interés en la Eurozona

El Banco Central Europeo (BCE) dejó invariables las tasas de interés en la zona euro en el 0,05 por ciento, según decidió el Consejo de Gobierno en una sesión celebrada hoy en Malta.

El Banco Central Europeo (BCE) dejó invariables las tasas de interés en la zona euro en el 0,05 por ciento. Con ello, el dinero que el banco central presta a los bancos comerciales se mantiene extraordinariamente barato.

Eso debería facilitar los créditos de los bancos comerciales a las empresas y consumidores, con el objetivo de impulsar el consumo y las inversiones y así reanimar la coyuntura económica y hacer subir la inflación.

IMPULSO A LA COYUNTURA DESDE MARZO DE 2015

Desde marzo, el BCE intenta impulsar la coyuntura económica y el nivel de los precios con un programa de compra de deuda pública y otros activos por 60.000 millones de euros al mes. Hasta septiembre de 2016 se gastará un total de 1,1 billones de euros en ese programa.

Hasta el 16 de octubre, el BCE ha adquirido deuda pública por casi 371.000 millones de euros. El objetivo del BCE es mantener la inflación por debajo pero en un nivel cercano al 2,0 por ciento. En septiembre la inflación cayó hasta un nivel negativo del -0,1 por ciento, tras el 0,1 de agosto, debido sobre todo al abaratamiento del petróleo.

El presidente del BCE, Mario Draghi, ha anunciado que el banco emisor podría volver a abrir aún más el flujo de dinero: "Tenemos voluntad y capacidad para reaccionar en caso necesario". El programa de compra del banco emisor podría ampliarse o prolongarse en el tiempo.

FUENTE: DW

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hola@fundamentar.com (Esteban Covelli) Internacional Thu, 22 Oct 2015 14:14:03 -0300
Hartos de la Reserva Federal https://fundamentar.com/economia/item/5112-hartos-de-la-reserva-federal https://fundamentar.com/economia/item/5112-hartos-de-la-reserva-federal Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal de los Estados Unidos

Cada año a finales de agosto, los banqueros de los bancos centrales y los financistas de todo el mundo se reúnen en Jackson Hole, Wyoming, para participar en el simposio económico de la Reserva Federal de Estados Unidos. Este año, los participantes fueron recibidos por un numeroso grupo de personas compuesto en su mayoría por jóvenes, incluidos entre ellos muchos afroamericanos e hispanoamericanos.

El grupo se hizo presente allí más para informar que para protestar. Quería que los formuladores de políticas que se reúnen en este evento sepan que las decisiones que ellos toman afectan a las personas comunes y corrientes, no solamente a los financistas que están preocupados sobre cuál es el efecto que tiene la inflación sobre el valor de sus bonos o cuál es el efecto que pudiesen tener las alzas de intereses en sus carteras de acciones. Y, las camisetas verdes que vestían estas personas llevaban impreso un mensaje señalando que para estos estadounidenses no había habido una recuperación de la economía.

Incluso ahora, siete años después de que la crisis financiera mundial provocara la Gran Recesión, el desempleo “oficial” entre los afroamericanos está en una nivel superior al 9%. De acuerdo con una definición más amplia (y más apropiada), que incluye a los empleados que trabajan a tiempo parcial que buscan trabajo a tiempo completo y a los trabajadores empleados en condiciones de precariedad laboral, la tasa de desempleo de Estados Unidos en su conjunto es del 10,3%. Pero, para los afroamericanos – especialmente para los jóvenes – la tasa es mucho más alta. Por ejemplo, para los afroamericanos que tienen entre 17 a 20 años, que se han graduado de la escuela secundaria, pero no se han inscrito en la universidad, la tasa de desempleo es superior al 50%. El “déficit de puestos de trabajo” – la diferencia entre la cantidad de personas empleadas hoy y la cantidad que debería estar empleada – es de aproximadamente unos tres millones de personas.

Hay fuertes indicios sobre que las economías tienen un mejor desempeño cuando se tiene un mercado laboral rígido y cuando existe una menor desigualdad (y, un mercado laboral rígido, normalmente conduce a una menor desigualdad)

Con tantas personas sin trabajo, la presión a la baja de los salarios también se muestra en las estadísticas oficiales. En lo que va de este año, los salarios reales de los trabajadores que no están en puestos de supervisores cayeron en casi un 0,5%. Esto forma parte de una tendencia a largo plazo que explica por qué los ingresos de los hogares en el tramo medio de la distribución salarial son más bajos ahora en comparación con el nivel en el que estuvieron hace un cuarto de siglo.

El estancamiento salarial también ayuda a explicar por qué son objeto de burla las declaraciones de los funcionarios de la Fed sobre que la economía prácticamente ha vuelto a la normalidad. Tal vez eso sea cierto en los barrios donde viven estos funcionarios. Pero, considerando que desde que comenzó la “recuperación” estadounidense la mayor parte del incremento de los ingresos beneficia a quienes se encuentran en tramo salarial que aglutina al 1% superior, lo expresado no es cierto para la mayoría de las comunidades. Pueden dar fe de ello los jóvenes que se hicieron presentes en Jackson Hole, como representantes de un movimiento nacional denominado “Fed Up”, cuyo nombre en español se puede traducir como “Hartos de la Reserva Federal”.

Hay fuertes indicios sobre que las economías tienen un mejor desempeño cuando se tiene un mercado laboral rígido y, tal como el Fondo Monetario Internacional ha demostrado, cuando existe una menor desigualdad (y, un mercado laboral rígido, normalmente conduce a una menor desigualdad). Por supuesto, los financistas y ejecutivos de las corporaciones que pagan $1,000 para asistir a la reunión de Jackson Hole ven las cosas de manera diferente: los salarios bajos significan altas ganancias, y las tasas de interés bajas significan altos precios de las acciones.

La Reserva Federal tiene un doble mandato: promover el pleno empleo y lograr una estabilidad de precios. Ha tenido más éxito con el segundo mandato, en parte porque tuvo menos éxito con el primero. Por lo tanto, ¿por qué los formuladores de políticas pondrán en tapete de discusión un alza en las tasas de interés en la reunión de la Reserva Federal que se celebrará este mes de Septiembre?

El argumento habitual para elevar las tasas de interés es amortiguar un sobrecalentamiento de la economía en la cual las presiones inflacionarias se han elevado demasiado. Obviamente, al presente este no es el caso. De hecho, dado el estancamiento de los salarios y el dólar fuerte, la inflación está muy por debajo del objetivo del 2%, objetivo establecido por la propia Reserva Federal, sin ni siquiera tener que mencionar la tasa del 4% que ha sido la tasa recomendada por muchos economistas (entre ellos por el ex economista en jefe del Fondo Monetario Internacional, Olivier Blanchard).

Los halcones que van a la caza de la inflación argumentan que el dragón de la inflación debe ser decapitado antes de que comience a despertar: si no se actúa ahora, se pagará por ello en un año o dos. Pero, en las actuales circunstancias, una inflación más alta sería buena para la economía. Esencialmente no hay riesgo de que la economía se sobrecaliente tan rápidamente que la Reserva Fed no podría llegar a intervenir a tiempo para evitar una inflación excesiva. Cualquiera fuese la tasa de desempleo con la que las presiones inflacionarias se conviertan en significativas – una interrogante clave para los formuladores de políticas – sabemos que es muchísimo menor que la tasa actual.

Los halcones que van a la caza de la inflación argumentan que el dragón de la inflación debe ser decapitado antes de que comience a despertar: si no se actúa ahora, se pagará por ello en un año o dos. Pero, en las actuales circunstancias, una inflación más alta sería buena para la economía.

Si la Reserva Federal se centra de manera excesiva en la inflación, empeora la desigualdad, que a su vez empeora el desempeño económico en general. Los salarios tambalean durante las recesiones; si la Reserva Federal bajo dichas circunstancias sube las tasas de interés cada vez que se presente una señal de crecimiento de los salarios, la participación de los trabajadores disminuirá – sin llegar a recuperar lo que se perdió durante la recesión.

El argumento a favor de subir las tasas de interés no se centra en el bienestar de los trabajadores, sino en el de los financistas. La preocupación es que en un entorno de tasas de interés bajas, la “búsqueda irracional de rendimientos” avive distorsiones en el sector financiero. En una economía que funciona bien, uno habría esperado que un bajo costo del capital sea la base para un crecimiento saludable. En EE.UU., se pide que los trabajadores sacrifiquen sus formas de vida y su bienestar para proteger a financistas ricachones de las consecuencias causadas por sus propias imprudencias.

La Reserva Federal debe de manera simultánea estimular la economía y sosegar los mercados financieros. Una buena regulación significa algo más que simplemente prevenir que el sector bancario cause daño al resto de las personas (aunque la Reserva Federal no hizo un buen trabajo al respecto antes de la crisis). También significa adoptar y hacer cumplir las normas que restringen el flujo de fondos que se dirige a actividades de especulación y alentar a que el sector financiero desempeñe en nuestra economía el papel constructivo que debiese desempeñar, al proporcionar capital para establecer nuevas empresas y permitir que las empresas exitosas se expandan.

A menudo siento una gran compasión por los funcionarios de la Reserva Federal, ya que deben tomar decisiones que revisten riesgos en un ambiente de gran incertidumbre. Pero la decisión que en este momento se debe tomar no reviste riesgos. Por el contrario, no podría ser una decisión más obvia: este no es un momento para endurecer las condiciones crediticias y ralentizar la economía.

 

(*) Premio Nobel de Economía y profesor de la Universidad de la Universidad de Columbia, fue presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente Bill Clinton y se desempeñó como vicepresidente senior y economista jefe del Banco Mundial.

FUENTE: Project Syndicate

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hola@fundamentar.com (JOSEPH STIGLITZ(*)) Economía Wed, 09 Sep 2015 17:10:24 -0300