Viernes, 13 Noviembre 2015 15:44

Una Década de Diálogo Birregional. Apuntes sobre la IV Cumbre ASPA

Valora este artículo
(1 Voto)

Entre el 10 y el 11 de noviembre tuvo lugar en Riad, Arabia Saudita, la cuarta reunión de alto nivel del Foro América del Sur – Países Árabes. En una coyuntura signada por el desplome del precio del petróleo y el incremento de la violencia en Medio Oriente, en particular en Siria y Yemen, la voluntad política será determinante para continuar con un mecanismo interregional lanzado a inicios del nuevo siglo.

En 2005 se abrió un nuevo capítulo de las relaciones Sur-Sur con la creación del Foro América del Sur – Países Árabes en la cumbre de Brasilia. En esta instancia inicial fue esencial el impulso de Brasil, que como potencia emergente que procuraba proyección internacional apoyó la construcción de un espacio de diálogo que por primera vez reunió a los países de ambas regiones.

Hoy, a 10 diez años de ese puntapié inicial y tres cumbres (Brasilia, 2005, Doha, 2009 y Lima, 2012), el mecanismo birregional que reúne a los 22 estados de la Liga Árabe y a los 12 miembros de la Unión Suramericana de Naciones (UNASUR) ha dado pasos importantes hacia su consolidación, manteniendo una estructura institucional flexible en función de promover el intercambio político entre dos regiones atravesadas por desconexiones históricas. En efecto, la creación de una secretaría permanente del foro quedó en la lista de pendientes a ser trabajados durante la próxima cumbre, que se prevé que tenga lugar en Venezuela en 2018.

La IV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de ASPA, realizada en Riad, Arabia Saudita, los días 10 y 11 de noviembre, convocó a altos representantes de los gobiernos, entre los cuales se destacaron los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y de Venezuela, Nicolás Maduro. La participación de ambos mandatarios respondió en gran medida a la pertinencia de ambos países a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en un contexto de amplios debates entre los miembros sobre el precio que debe tener el barril de crudo tras la caída abrupta de su valor y considerando el rol que juega Arabia Saudita en su determinación de no reducir las cuotas de producción de petróleo.

En tal sentido, se resalta la activa agenda de Maduro para apelar a la solidaridad entre los países productores de crudo para afrontar el colapso de los precios. El presidente venezolano mantuvo una reunión bilateral con el rey Salman bin Abdulaziz donde conversaron sobre los problemas financieros de los países exportadores de petróleo. Por su parte, Correa realizó un llamado a fomentar acciones coordinadas para estabilizar los precios de las materias primas, en particular el petróleo, dado que la inestabilidad de los precios de las mismas afecta gravemente a las economías suramericanas por ser aún muy dependientes de la exportación de recursos naturales.

Como resultado de la reunión se firmó la Declaración de Riad, donde se destaca la promoción de la cooperación en áreas de ciencia y tecnología, comercio y medio ambiente, sobre todo en vistas a la próxima reunión de Naciones Unidas sobre cambio climático que tendrá lugar en Paris. Asimismo se reiteró el compromiso de las delegaciones con el cumplimiento de los objetivos del desarrollo sustentables acordados este año en la Asamblea General de ONU como sucesores de los Objetivos del Desarrollo del Milenio, entre los cuales se destacan la lucha contra la desigualdad y la pobreza.

Pero además, se incluyeron temas políticos que en algunos casos tienen alto nivel de consenso y en otros se cristalizan discrepancias. Entre los primeros sobresalen el apoyo al reconocimiento pleno del Estado Palestino en el seno de Naciones Unidas, el levantamiento del embargo israelí en la Franja de Gaza y el rechazo al terrorismo internacional, siendo eje del encuentro la desestabilización generada por el Estado Islámico. En el segundo grupo de temas se encuentran principalmente los conflictos de Siria y Yemen sobre los cuales las posturas, en particular dentro del grupo árabe, no son homogéneas. El accionar de Arabia Saudita y los países del Golfo en ambos casos presentan niveles de injerencia que son disruptivos para el tratamiento conjunto de las cuestiones de seguridad en Medio Oriente.

En particular para Argentina, cuya comitiva estuvo encabezada por el vicepresidente Amado Boudou y el vicencanciller Eduardo Zuain, los principales logros diplomáticos fueron la inclusión en el documento final del llamado a la reanudación de negociaciones entre la Argentina y el Reino Unido a fin de encontrar una solución pacífica y definitiva a la Cuestión de las Islas Malvinas y el reconocimiento del derecho de los estados a reestructurar sus deudas soberanas sin interferencias de los fondos buitre u otros actores del sistema internacional.

Por otra parte, en el marco de la cumbre tuvo lugar el cuarto Foro Empresarial ASPA con el objeto de promover el comercio y las inversiones. Este punto es central para Argentina, que mantiene una balanza superavitaria con la región de cerca de 2 mil millones de dólares (en el año 2014 las importaciones fueron de aproximadamente mil millones y las exportaciones 3 mil millones), la cual se ha incrementado en la última década. Este dato se enmarca en el crecimiento del comercio birregional, que se estima aumentó de aproximadamente 13.500 millones de dólares a 34.500 millones.

Considerando las posibilidades de ampliación de la cooperación y el comercio con los estados árabes, antes de su arribo a Riad, el vicecanciller Zuaín visitó Qatar. Allí mantuvo una reunión de consultas políticas bilaterales con su par Mohammed Bin Abdullah Bin Mutib Al Rumaihi, con quien avanzaron en la posibilidad de realizar un memorándum de entendimiento entres las cancillerías y los servicios diplomáticos y dos acuerdos de cooperación, uno en materia de cooperación técnica y otro en Educación Superior e investigación científica. Asimismo, la delegación tuvo encuentros con la dirección ejecutiva de la Compañía Minera de Qatar, de la Qatari Businessmen Association y del Gas Exporting Countries Forum.

En una coyuntura de restricciones internacionales, signada por la baja de los precios de las materias primas que producen cada una de las regiones, los gobiernos deberán sortear obstáculos importantes y apelar a posiciones fuertemente negociadoras si pretenden continuar fortaleciendo los vínculos político-diplomáticos y acrecentando el intercambio económico, tal como la han hecho durante la pasada década a través de la cooperación Sur-Sur.

 

(*) Dra. En Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional de Rosario. Coordinadora del Programa de Estudios África-América Latina, Fac. de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, UNR. Investigadora de la Fundación para la Integración Federal.

Inicia sesión para enviar comentarios