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Fundamentar - Artículos https://fundamentar.com Fri, 19 Apr 2024 12:14:10 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es El impacto global de una recesión china https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6087-el-impacto-global-de-una-recesion-china https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6087-el-impacto-global-de-una-recesion-china El impacto global de una recesión china

Cuando China finalmente tenga su recesión de crecimiento inevitable –que casi con certeza se verá agravada por una crisis financiera, dado el apalancamiento masivo de la economía-, ¿cómo se verá afectado el resto del mundo? En un momento en que la guerra comercial del presidente norteamericano, Donald Trump, está afectando a China justo cuando el crecimiento ya se estaba desacelerando, la pregunta no es banal.

Las estimaciones típicas, por ejemplo las que aparecen en las evaluaciones del riesgo país del Fondo Monetario Internacional, sugieren que una desaceleración económica en China afectará a todos. Pero el dolor agudo, según el FMI, estará más concentrado y confinado regionalmente de lo que estaría si hubiera una recesión profunda en Estados Unidos. Lamentablemente, ésta podría ser una simple expresión de deseo.

En primer lugar, el efecto en los mercados de capital internacionales podría ser inmensamente mayor de lo que sugerirían los vínculos de los mercados de capital chinos. Más allá de lo inquietos que puedan estar los inversores globales por las perspectivas de crecimiento de la rentabilidad, un golpe al crecimiento chino empeoraría mucho más las cosas. Si bien es cierto que Estados Unidos sigue siendo por lejos el mayor importador de bienes de consumo final (un alto porcentaje de las importaciones manufactureras chinas son productos intermedios que terminan siendo incorporados en las exportaciones a Estados Unidos y Europa), las empresas extranjeras, de todos modos, siguen beneficiándose con inmensas ganancias por las ventas en China. 

A los inversores hoy también les preocupan las crecientes tasas de interés, que no sólo desalientan el consumo y la inversión, sino que también reducen el valor de mercado de las empresas (particularmente las firmas tecnológicas), cuyas valuaciones dependen marcadamente del crecimiento de la rentabilidad en el futuro. Una recesión china, una vez más, podría empeorar la situación.

Aprecio el pensamiento keynesiano habitual de que si una economía en alguna parte se desacelera, esto reduce la demanda agregada mundial, y por lo tanto ejerce una presión a la baja sobre las tasas de interés globales. Pero el pensamiento moderno es más matizado. Las altas tasas de ahorro asiáticas en las últimas dos décadas han sido un factor importante en el bajo nivel general de las tasas de interés reales (ajustadas por inflación) tanto en Estados Unidos como en Europa, gracias al hecho de que los mercados de capital asiáticos subdesarrollados simplemente no pueden absorber constructivamente los ahorros excedentes.

El ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos Ben Bernanke solía decir que este fenómeno tan estudiado era un componente clave del “exceso de ahorro global”. En consecuencia, en lugar de conducir a tasas de interés reales globales más bajas, una desaceleración china que se propague por Asia paradójicamente podría derivar en tasas de interés más altas en otras partes –especialmente si una segunda crisis financiera asiática conduce a una marcada reducción de las reservas de los bancos centrales-. Por lo tanto, para los mercados de capital globales, una recesión china fácilmente podría terminar siendo un doble golpe.

A pesar de lo mala que podría ser una desaceleración de las exportaciones a China para muchos países, un incremento significativo de las tasas de interés globales sería mucho peor. Los líderes de la eurozona, particularmente la canciller alemana, Angela Merkel, reciben menos reconocimiento del que merecen por mantener en pie la moneda única política y económicamente frágil en condiciones económicas y políticas difíciles. Pero su tarea habría sido casi imposible si no hubiera sido por las tasas de interés globales ultra-bajas que han permitido que funcionarios de la eurozona paralizada políticamente eludieran las reducciones y reestructuraciones de deuda necesarias en la periferia.

Cuando los países avanzados tuvieron su crisis financiera hace diez años, los mercados emergentes se recuperaron relativamente rápido, gracias a los bajos niveles de deuda y a los precios elevados de las materias primas. Hoy, en cambio, los niveles de deuda han aumentado significativamente, y un marcado incremento en las tasas de interés reales globales casi con certeza extenderá las crisis en ciernes de hoy más allá del puñado de países (entre ellos Argentina y Turquía) que ya se han visto afectados.

Estados Unidos tampoco es inmune. Por el momento, Estados Unidos puede financiar sus déficits de billones de dólares a un costo relativamente bajo. Pero la duración de relativo corto plazo de su endeudamiento –menos de cuatro años si se integran los balances del Tesoro y de la Reserva Federal- significa que un aumento de las tasas de interés pronto haría que el servicio de la deuda desplazara gastos necesarios en otras áreas. Al mismo tiempo, la guerra comercial de Trump también amenaza con minar el dinamismo de la economía estadounidense. Su naturaleza en cierta medida arbitraria y motivada políticamente perjudica tanto el crecimiento norteamericano como las regulaciones que Trump tan orgullosamente ha eliminado. Quienes supusieron que la postura de Trump en materia de comercio era esencialmente una bravata de campaña tienen motivos para preocuparse.

La buena noticia es que las negociaciones comerciales suelen parecer irresolubles hasta último minuto. Estados Unidos y China podrían alcanzar un acuerdo antes de que los aranceles punitivos de Trump entren en vigencia el 1 de enero. Un acuerdo de estas características, es de esperar, reflejaría una evolución de la actitud de China hacia los derechos de propiedad intelectual –parecido a lo que ocurrió en Estados Unidos a fines del siglo XIX-. (En los años de alto crecimiento de Estados Unidos, los empresarios norteamericanos solían tener poca consideración por el robo de inventos patentados del Reino Unido).

Una recesión en China, amplificada por una crisis financiera, representaría la tercera pata del superciclo de deuda que comenzó en Estados Unidos en 2008 y se trasladó a Europa en 2010. Hasta hoy, las autoridades chinas han hecho un trabajo remarcable para demorar la desaceleración inevitable. Desafortunadamente, cuando llegue la crisis, es probable que el mundo descubra que la economía de China importa aún más de lo que la mayoría de la gente pensaba.

(*) Profesor de Economía y Políticas Públicas de la Universidad de Harvard. Economista en jefe del FMI entre 2001 y 2003

FUENTE: Project Syndicate 

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Mariana Vera 

 
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hola@fundamentar.com (KENNETH ROGOFF(*)) Opinión Mon, 12 Nov 2018 10:20:25 -0300
El fin de la no alineación escandinava https://fundamentar.com/internacional/item/6067-el-fin-de-la-no-alineacion-escandinava https://fundamentar.com/internacional/item/6067-el-fin-de-la-no-alineacion-escandinava El fin de la no alineación escandinava

Tras desembarcar en puertos del oeste de Suecia, destacamentos militares de varios países de la OTAN llenan las calles suecas, lo que obligó a la policía a emitir alertas de tránsito. Van camino a Noruega, donde unos 50 000 soldados, aviadores y marinos se reunirán en el mayor ejercicio militar de la OTAN en años.

La operación, bautizada Trident Juncture, tiene un objetivo claro: demostrar la capacidad de la alianza para defender a Noruega de un agresor extranjero.

No hace falta nombrar al potencial agresor. Obviamente no es Suecia ni Finlandia (que contribuyeron soldados para el ejercicio). Durante la Guerra Fría, hubo ocasiones en que Finlandia estuvo bajo presión soviética, cada vez que el Kremlin intentó aumentar su espacio de maniobra; pero siempre se mantuvo firme en su compromiso de defender su identidad nórdica y occidental.

En cuanto a Suecia, se abstuvo siempre de unirse a la OTAN, debido a una larga tradición de neutralidad geopolítica y por solidaridad con los fineses. Y aunque Dinamarca y Noruega sí se unieron a la alianza, optaron por no albergar en su territorio fuerzas extranjeras en tiempos de paz.

Pero en los últimos años, el panorama de seguridad del norte de Europa cambió. En respuesta a las agresiones y el revisionismo de Rusia, la OTAN desplegó grupos de combate en Estonia, Letonia y Lituania, además de escuadrones aéreos para la vigilancia de los cielos de esos países. Y tanto en Suecia como en Finlandia, el gasto en defensa está en aumento, y se debate la conveniencia de pasar de ser socios privilegiados de la OTAN a miembros plenos.

Por su parte, Suecia ya es consciente de que su territorio quedaría claramente dentro del teatro de operaciones de la OTAN si surgiera un conflicto en el norte de Europa, y esto pesa cada vez más en su política de seguridad y sus preparativos de defensa. El aparato de política exterior sueco comprende que cualquier amenaza a la soberanía de los países bálticos o Noruega también sería una amenaza a la seguridad de Suecia. Por eso, además de participar en la operación Trident Juncture, Suecia está desarrollando una alianza de seguridad con Polonia para la defensa de la región del Báltico.

La profundización de la alianza de Suecia con la OTAN está muy lejos de su doctrina de no alineación durante la Guerra Fría. En aquel tiempo, los guardianes de la neutralidad hubieran abucheado cualquier indicio de colaboración con la OTAN y con Occidente como un acto de traición. La estrategia era convencer al Kremlin de que algo así era imposible.

Pero por supuesto, era una farsa. La Unión Soviética tenía suficientes recursos de alto nivel reclutados en el gobierno sueco como para conocer sus vínculos secretos con Occidente. Sin importar lo que se hiciera creer al pueblo sueco respecto de la neutralidad de su país, los soviéticos sabían que era mentira. Ahora el engaño terminó, y se avecina una integración militar a gran escala con la OTAN.

Sin embargo, la plena pertenencia a la OTAN sigue siendo un tema controvertido en Suecia. En los viejos tiempos, la política exterior sueca se debatía entre dos posturas muy diferentes. Por un lado, Suecia proyectaba una imagen de activismo internacional más típica de una organización no gubernamental que de un estado‑nación; por el otro, mantenía una política hiperrealista de “seguridad profunda” (aunque sólo se hablaba de ella en voz baja y a puertas cerradas). Hasta el día de hoy, ese mismo choque de culturas obstaculiza un debate racional en materia de política de seguridad.

En cuanto a Finlandia, siempre tuvo mucho de la segunda postura, pero casi nada de la primera. Y la falta de grandes desacuerdos internos le hizo más fácil adaptarse a nuevas realidades geopolíticas. Por ejemplo, Finlandia ha declarado explícitamente que considera la pertenencia a la OTAN como una opción importante para su política de seguridad, algo que para la centroizquierda sueca todavía resulta inaceptable.

Sin embargo, con la operación Trident Juncture, los suecos verán a una brigada comandada por connacionales (integrada por unidades suecas y finlandesas) unirse a las fuerzas de la OTAN en un ejercicio de defensa a gran escala. Serán testigos del grado de integración alcanzado por las fuerzas aéreas sueca, finlandesa y noruega. Y observarán a Finlandia dirigir ejercicios navales en el Báltico.

Suecia seguirá acercándose a la OTAN en los años venideros. Los ejercicios conjuntos llevarán a una alineación operativa más profunda y al establecimiento de capacidades de disuasión comunes para todo el norte de Europa y la región del Báltico.

La movilización actual, por cierto, no se debe a ninguna amenaza grave de Rusia. Pero en la práctica, la decidida campaña de modernización militar encarada por el Kremlin exige a Occidente incrementar su propia capacidad de defensa en la región. Debemos enviar un mensaje claro, de que ningún acto de agresión oportunista quedará sin respuesta, ahora o en el futuro. La preparación de una defensa adecuada nos permitirá garantizar la paz y la estabilidad en la región, que es precondición para avanzar hacia una relación más constructiva con Rusia en el largo plazo.

 

FUENTE: Project Syndicate

(*) Primer ministro sueco entre 1991 y 1994; ministro de relaciones exteriores entre 2006 y 2014

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hola@fundamentar.com (Carl Bildt(*)) Internacional Mon, 22 Oct 2018 15:14:55 -0300
Alemania Conmemora la Caída del Muro https://fundamentar.com/internacional/item/4259-alemania-conmemora-la-caida-del-muro https://fundamentar.com/internacional/item/4259-alemania-conmemora-la-caida-del-muro El Bundestag alemán recordó el papel de los defensores de los DD. HH. en la ex República Democrática Alemana (RDA)

El Bundestag alemán (Cámara Baja) recordó el papel de los defensores de los DD. HH. en la ex República Democrática Alemana (RDA) durante el proceso que desembocó en la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989.

"El 9 de noviembre de 1989 no hubiera existido sin el movimiento a favor de los derechos civiles que nació de los movimientos populares y sin las manifestaciones pacíficas", afirmó este viernes (7.11.2014) el presidente del Parlamento alemán, Norbert Lammert.

"La caída del Muro de Berlín no fue un milagro, sino que fue la consecuencia de una revolución pacífica sin precedentes no sólo en la historia alemana", agregó.

La gran atracción en recuerdo del 9 de noviembre de 1989 es una "frontera lumínica" formada por 8.000 globos iluminados colocados en 15 kilómetros del antiguo trazado del Muro y que se encenderán hoy (15:45 GMT) creando un particular "muro" de luces, hasta que el domingo sean soltados al aire.

Por su parte, Mijail Gorbachov, uno de los grandes responsables de la apertura del "telón de acero", será el encargado de inaugurar hoy una exposición junto al famoso Checkpoint Charlie de Berlín.

El plato fuerte de las celebraciones será el domingo con una masiva fiesta en la Puerta de Brandeburgo, símbolo de la unidad alemana, para la que se esperan cientos de miles de visitantes de todo el mundo.

MÚSICO EXPULSADO DE LA RDA ARREMETE CONTRA IZQUIERDA

El homenaje del Parlamento alemán a la revolución pacífica que precipitó la caída del muro de Berlín hace 25 años sirvió hoy al cantautor Wolf Biermann, expulsado en su día de Alemania Oriental, para arremeter duramente contra el partido de La Izquierda al considerarlo heredero del régimen comunista.

El músico, cuya invitación al acto conmemorativo ya había sido criticada por La Izquierda por su pública animadversión a esta formación, calificó a los diputados de ese partido de "resto miserable de lo que por suerte ya ha sido superado".

Biermann, de 77 años, al que la República Democrática Alemana (RDA) vetó el regreso al país en 1976, explicó que había sido invitado por el "irónico" Norbert Lammert, presidente del Bundestag, "para propinar un par de bofetadas a La Izquierda".

Aunque el anfitrión le recordó que sólo había sido convidado a cantar, el músico decidió aprovechar el micrófono puesto a disposición antes de interpretar uno de sus temas acompañado por la guitarra.

"Yo no dejé de hablar en la RDA y aquí mucho menos voy a dejar de hacerlo", respondió el cantautor, quien volvió a dirigirse a los herederos del Partido Socialista Unificado (SED): "Para vosotros es castigo suficiente tener que estar sentados aquí y tener que escuchar esto."

La Izquierda, que en su turno de palabra no hizo alusión alguna a los ataques de Biermann, ya había denunciado que se había pasado por alto su opinión a la hora de configurar el programa del homenaje en el Bundestag y exigido que el músico no aprovechara su actuación para realizar críticas contra la formación.

 

FUENTE: DW

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hola@fundamentar.com (Luciano Herrero) Internacional Fri, 07 Nov 2014 16:00:31 -0300
Rusia: "El Cese de la Cooperación de la OTAN con Rusia Recuerda a la Guerra Fría" https://fundamentar.com/internacional/item/3572-rusia-el-cese-de-la-cooperacion-de-la-otan-con-rusia-recuerda-a-la-guerra-fria https://fundamentar.com/internacional/item/3572-rusia-el-cese-de-la-cooperacion-de-la-otan-con-rusia-recuerda-a-la-guerra-fria Rusia: "El Cese de la Cooperación de la OTAN con Rusia Recuerda a la Guerra Fría"

La decisión de la OTAN de suspender la cooperación con Rusia crea un efecto de 'déjà vu' y se asemeja al lenguaje de la Guerra Fría, declaró el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.

 

"El lenguaje de las declaraciones [de la OTAN] se parece más a declaraciones verbales de la época de la Guerra Fría. La propia decisión nos remonta a los acontecimientos de hace seis años, cuando Bruselas congeló el trabajo del Consejo Rusia-OTAN", reza el comunicado publicado en el portal del ministerio, que añade que aquella "congelación" acabó con la iniciativa de la propia alianza de volver a la colaboración.

Este martes, la OTAN suspendió todas las prácticas civiles y militares conjuntas con Rusia en respuesta a la crisis en Ucrania, según se confirmó en la declaración del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de los países que conforman la alianza. La OTAN tiene previsto revisar sus relaciones con Rusia en una reunión que se celebrará en junio.

"No es difícil imaginar quién va a resultar favorecido hoy por la suspensión de la colaboración entre Rusia y la OTAN frente a las amenazas y los desafíos modernos a la seguridad internacional y europea, en particular en la lucha contra el terrorismo, la piratería, los desastres naturales y las catástrofes de origen humano. En cualquier caso, obviamente, no va a ser Rusia ni los países miembros de la OTAN", concluye el documento de la cancillería rusa.

Este martes, la OTAN suspendió todas las prácticas civiles y militares conjuntas con Rusia en respuesta a la crisis en Ucrania, según se confirmó en la declaración del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de los países que conforman la alianza. La OTAN tiene previsto revisar sus relaciones con Rusia en una reunión que se celebrará en junio.

Por su parte, el viceprimer ministro ruso, Dmitri Rogozin, reaccionó de manera irónica a las declaraciones de la OTAN sobre la suspensión de sus relaciones con Rusia. "La OTAN ha decidido congelar la cooperación con Rusia hasta junio y además lo anunciaron el 1 de abril” (día de las bromas de abril, equivalente anglosajón al de los Santos Inocentes), escribió en su cuenta en Twitter.

Rogozin recordó que la OTAN tomó una decisión parecida ya en 2008, después de la guerra en el Cáucaso. El viceprimer ministro ruso señaló que la vez pasada la congelación duró tres meses, finalizando en diciembre. "¿Qué puedo decir? Es la Guerra Fría, por eso se congelan", concluyó con sorna. 

 

FUENTE: RT

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hola@fundamentar.com (Imanol Barrangu) Internacional Wed, 02 Apr 2014 17:02:22 -0300
No Más Reajustes https://fundamentar.com/internacional/item/3566-no-mas-reajustes https://fundamentar.com/internacional/item/3566-no-mas-reajustes El presidente ruso, Vladimir Putin, junto al nuevo primer ministro de Crimea, Serguéi Aksiónov (izq.) y el jefe del Parlamento crimeo, Vladímir Konstantínov (seg. izq)

Ahora que Ucrania está en estado de agitación y Estados Unidos y Rusia observan cautelosamente cada movimiento del otro, el mundo parece estar al borde de una confrontación prolongada similar a la Guerra Fría. ¿Pero es así?

Rusia, que acusa a Occidente de respaldar un golpe de estado de "fascistas" y "terroristas" en Kyiv, anexó a Crimea, puso a prueba un misil balístico intercontinental y se reservó el derecho de intervenir militarmente en el este de Ucrania para proteger a la población rusa allí. Estados Unidos sancionó a Rusia y calificó de ilegal la anexión de Crimea. Pero también instó a la cooperación para resolver la situación de manera pacífica y declaró que Ucrania debería intentar tener vínculos productivos tanto con Rusia como con Occidente. Hasta el momento, los rusos han desestimado esos sentimientos.

Sin embargo, éste no es el comienzo de la Segunda Guerra Fría, y Rusia no es el antagonista de Estados Unidos. Pero tampoco es un aliado. Los dos bandos discrepan sobre una amplia gama de asuntos. Aun así, existen cuestiones internacionales críticas -como Irán y Siria- sobre las cuales es poco probable algún progreso sin cierta cooperación. El desafío no es intentar nuevamente "resetear" las relaciones bilaterales, sino encontrar -una vez que amaine la crisis ucraniana- una base sobre la cual los dos lados puedan colaborar cuando sus intereses se superponen.

Ahora bien, hay que ser realistas. Todo presidente norteamericano desde 1992 ha intentado reformular  la relación entre Estados Unidos y Rusia y llevarla más allá de la competencia ideológica y militar de la Guerra Fría. Pero cada intento, si bien produjo algunos resultados, terminó en una desilusión. Una razón clave es que Estados Unidos y Rusia tienen visiones fundamentalmente diferentes sobre cómo sería una mejor relación.

Al analizar esos esfuerzos, se destaca una constante: Estados Unidos es el que más progresos hizo en aquellas cuestiones en las que Rusia ha sentido que Estados Unidos respetaba sus intereses. El primer reajuste diplomático, al final de la presidencia de George H. W. Bush, produjo avances importantes en materia de apaciguar los peligros nucleares resultantes del colapso de la Unión Soviética. Como resultado, Rusia siguió siendo el único estado nuclear en el espacio post-soviético, mientras que la legislación liderada por los entonces senadores norteamericanos Sam Nunn y Richard Lugar ayudó a asegurar sitios, científicos y materiales nucleares.

El segundo reajuste, en la presidencia de Bill Clinton, fue más ambicioso: un esfuerzo integral para crear una asociación que promoviera una participación sustancial de Estados Unidos en la economía y el sistema político en evolución de Rusia. También implicaba persuadir a una Rusia reticente de apoyar dos intervenciones de la OTAN en los Balcanes. Pero la segunda guerra por Kosovo en 1999 llevó al colapso de ese reajuste.

El desafío no es intentar nuevamente "resetear" las relaciones bilaterales, sino encontrar -una vez que amaine la crisis ucraniana- una base sobre la cual los dos lados puedan colaborar cuando sus intereses se superponen.

El tercer reajuste se produjo por iniciativa del presidente ruso Vladimir Putin, cuando ofreció asistencia rusa en la campaña en Afganistán después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001. Pero las expectativas del gobierno de George W. Bush eran muy diferentes de las de Putin. Rusia buscaba una “asociación equitativa de desiguales”, especialmente el reconocimiento norteamericano de la esfera de influencia de Rusia en su vecindario. 

Por el contrario, Rusia tuvo que lidiar con la guerra de Irak, la expansión de la OTAN en los estados bálticos, revoluciones pro-occidentales en Ucrania y Georgia y la “Agenda de la Libertad” de la administración Bush destinada a la democratización global. El Kremlin vio con gran aprehensión el espectro del cambio de régimen, especialmente en su vecindario. Cuando este reajuste llegó a su fin sobre los escombros de la guerra de Rusia y Georgia de 2008, para Estados Unidos Rusia ya se había convertido en un país que arruinaba todo a nivel global.

El reajuste de la administración Obama –el cuarto desde el colapso soviético- fue el más exitoso, al menos durante el primer mandato del presidente en el poder. Con expectativas más realistas, obtuvo resultados: el nuevo tratado de control de armas START, sanciones más duras contra Irán, una cooperación en el área de transporte a y desde Afganistán y el ingreso de Rusia a la Organización Mundial de Comercio.

Pero este reajuste se vio ampliamente favorecido por los vínculos personales entre Obama y Dmitri Medvedev, quien se desempeñó como presidente durante cuatro años antes de que Putin regresara en 2012 para ejercer un tercer mandato. Cuando Putin culpó a Estados Unidos por las manifestaciones opositoras que acompañaron su retorno, la relación comenzó a deteriorarse. Con la decisión del Kremlin en agosto pasado de otorgar asilo temporario al ex empleado de inteligencia de Estados Unidos Edward J. Snowden, el reajuste de las relaciones llegó a su fin.

El antagonismo ideológico de la Guerra Fría tal vez ya no exista, pero Rusia ahora se define como un modelo de civilización y sociedad alternativo. Explícitamente, Rusia dice que es una potencia de status quo, a diferencia de Estados Unidos, al que considera una potencia “revisionista” que busca desestabilizar al mundo promoviendo un cambio de régimen, especialmente en el mundo árabe. El Kremlin también ve a Estados Unidos como una fuente de inestabilidad en el ex espacio soviético y culpa a Occidente por el malestar ucraniano.

De todas maneras, la relación entre Estados Unidos y Rusia siempre ha estado compartimentada, y existen cuestiones multilaterales apremiantes sobre las cuales Estados Unidos debe trabajar junto con Rusia, particularmente Siria, Irán y Afganistán (donde Estados Unidos retirará sus tropas este año). Mientras que Estados Unidos y Rusia difieren sobre cómo poner fin a la guerra civil siria, han cooperado para despojar a Siria de sus armas químicas. De la misma manera, ningún bando quiere ver que Irán desarrolle una capacidad de armas nucleares.

Las pasadas dos décadas de grandes expectativas bilaterales, seguidas de desilusiones en serie, sugieren que, una vez que se resuelva la crisis de Ucrania, vendrán objetivos más modestos y realistas de Estados Unidos hacia Rusia. Hasta que ambos países den un paso más allá de los legados de la Guerra Fría, los años 1990 y la crisis de hoy, cualquier reajuste -sin importar si se origina en la Casa Blanca  o en el Kremlin- puede, en el mejor de los casos, manejar de manera más efectiva lo que seguirá siendo una relación limitada y difícil.

Para Estados Unidos, esto significa reconocer a Rusia por lo que es: un país grande, todavía importante, con un sistema político híbrido y serios desafíos económicos, demográficos y políticos internos. La evolución post-soviética de Rusia es una cuestión de muchas décadas y no ocurrirá de una manera lineal. Su visión del mundo está marcadamente en desacuerdo con la de Estados Unidos y seguirá siendo así en el futuro previsible. Pero una paz fría es preferible a una guerra fría.

(*) Directora del Centro de estudio para Eurasia, Rusia y Europa oriental de la Universidad de Georgetown.

 

FUENTE: PROJECT SYNDICATE

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hola@fundamentar.com (ANGELA STENT(*)) Internacional Tue, 01 Apr 2014 09:03:26 -0300
Brzezinski: La Hegemonía Mundial de EE.UU. Tiene los Días Contados https://fundamentar.com/internacional/item/2996-brzezinski-la-hegemonia-mundial-de-ee-uu-tiene-los-dias-contados https://fundamentar.com/internacional/item/2996-brzezinski-la-hegemonia-mundial-de-ee-uu-tiene-los-dias-contados Zbigniew Brzezinski

La dominación de EE.UU., que después de la Guerra Fría determinaba la agenda internacional, ha terminado y no podrá restablecerse durante la vida de la próxima generación, manifestó el exconsejero de Seguridad Nacional, Zbigniew Brzezinski.

Ninguna de las potencias mundiales puede alcanzar la hegemonía mundial en las condiciones actuales, por lo que EE.UU. debe elegir mejor los conflictos en los que va a participar, ya que las consecuencias de un error podrían ser devastadoras, declaró durante una conferencia en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados (SAIS) de la Universidad Johns Hopkins Zbigniew Brzezinski, consejero de Seguridad Nacional del presidente Jimmy Carter y primer director de la Comisión Trilateral, una organización internacional privada fundada por iniciativa de David Rockefeller para fomentar una mayor cooperación entre EE.UU., Europa y Japón.

Desde 1991 EE.UU., en su estatus de la potencia mundial, "no ha ganado ni una sola guerra"

"Es cierto que nuestra posición dominante [en la política internacional] no es la misma que hace 20 años", declaró Brzezinski, constatando que es poco probable que esa sea restaurada a corto o medio plazo. Asimismo, el analista subrayó que desde 1991 EE.UU., en su estatus de la potencia mundial, "no ha ganado ni una sola guerra". 

El que se considera uno de los más influyentes especialistas en política exterior, y que durante décadas configuró el curso geoestratégico de Washington, subrayó que a EE.UU. le ha llegado la hora de entender que el mundo contemporáneo es mucho más complicado y más anárquico que en los últimos años después de la Guerra Fría, por lo que la "acentuación de nuestros valores, así como la convicción en nuestro 'excepcionalismo' y universalismo, son al menos prematuras desde el punto de vista histórico".

Sin embargo, el ex congresista republicano Ron Paul tiene una visión todavía menos optimista de las perspectivas de EE.UU. que el veterano de la escena política estadounidense. En una entrevista con una emisora de radio, el excandidato a las elecciones presidenciales de 2012 precisó que el imperio estadounidense "podría colapsar" igual que lo hizo la Unión Soviética.

"Antes creíamos que el sistema estaba más sano de lo que en realidad estaba ", agregó Paul, subrayando que lo mismo se decía de la URSS. "Piensen solo en lo rápido que desapareció el sistema soviético", señaló.

Según el ex congresista, en el futuro inevitablemente EE.UU. tendrá que hacer frente a preguntas incomodas acerca de su política monetaria, el déficit presupuestario, los límites de la deuda pública o la presencia de tropas estadounidenses en el extranjero. "Todo tiene que terminar, y así será, porque fracasará. Creo que deberíamos anticiparnos a los acontecimientos y verlo como una oportunidad", recalcó.

"Probablemente, en cierta manera estamos en la misma situación que la URSS en 1987, varios años antes de su desaparición", concluyó Paul.

 

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Pedro Arrospidegaray

FUENTE: RT 

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Internacional Sun, 27 Oct 2013 15:47:49 -0300
La Ilusión Nuclear https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/2049-la-ilusion-nuclear https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/2049-la-ilusion-nuclear La Ilusión Nuclear

La Guerra Fría terminó hace más de veinte años, pero su mentalidad sigue tan viva como entonces. La imposibilidad de llegar a acuerdos de desarme nuclear de fondo y a fortalecer los regímenes de no proliferación son una muestra de ello.

Pensando en la reunión de delegados de 189 países en preparación de la próxima Conferencia de Examen del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) del año 2015, me acuerdo de la primera vez que asistí a una reunión informativa sobre la estrategia nuclear de los Estados Unidos. Eran principios de la década de 1980; yo era un joven ministro del gobierno australiano y recibí el informe en lo más recóndito del Pentágono, de boca de un hombre de guardapolvo blanco, provisto de un puntero y extraordinariamente parecido a Woody Allen.

Apenas tuvo palabras para los incontables seres humanos reales que, en caso de estallar una guerra nuclear, morirían vaporizados, pulverizados, calcinados, quemados o víctimas de la radiación. Habló en un lenguaje frío y técnico, donde todo se reducía a cargas útiles, posibilidad de supervivencia, ataques contrafuerza y contravalor. Fue, sin embargo, una explicación impresionante de la lógica de la disuasión nuclear y de la mecánica de la destrucción mutua asegurada, que tanto Estados Unidos como la Unión Soviética aplicaron durante toda la Guerra Fría.

Han pasado treinta años y no es probable que los gobiernos de Moscú y Washington vayan a lanzarse mutuas andanadas de misiles nucleares (si es que alguna vez existió tal posibilidad). Tampoco es concebible el inicio deliberado de una guerra nuclear entre China y Estados Unidos.

Incluso con países como India y Pakistán, el riesgo de error de juicio o de cálculo es mucho más preocupante que la posibilidad de un ataque deliberado. Y tratándose del régimen de Corea del Norte (o de Irán, si alguna vez llega a desarrollar armas nucleares), el riesgo de que lancen un ataque es insignificante, ya que afrontarían la destrucción inmediata (por medios diferentes a los nucleares).

La mayoría de los delegados presentes en Ginebra coincidirán con estas apreciaciones, incluso los que representan a estados con arsenal nuclear. Pero es increíble hasta qué punto la fría lógica de aquel doble de Woody Allen sigue presente en la política nuclear de nuestros días.

Por ejemplo, a Rusia le preocupa la posibilidad de que Estados Unidos lance un ataque preventivo con misiles de largo alcance para destruir en el terreno los misiles nucleares rusos (que están desplegados en su mayor parte en ubicaciones terrestres fijas) y de que el sistema antimisiles estadounidense reste poder a una eventual represalia rusa. Pero aunque no puede plantear ningún escenario donde sus temores se hagan realidad, Rusia no solo le da largas a las conversaciones sobre reducción de armamento nuclear, sino que insiste en mantener alrededor de mil armas nucleares estratégicas en alerta y listas para ser lanzadas en cuestión de minutos.

Previsiblemente, Estados Unidos responde negándose a desmovilizar sus propios misiles mientras Rusia no desactive los suyos. Así que el mundo todavía tiene unas 2000 armas de destrucción masiva enfrentadas y listas para volar en cualquier momento, con lo que el riesgo de una catástrofe debida a errores humanos o informáticos o a cibersabotaje es máximo.

Esta lógica disuasoria produce un efecto bola de nieve. Como Rusia y Estados Unidos poseen 18.000 de las 19.000 armas que forman el arsenal nuclear actual del mundo, es imposible convencer a ninguno de los otros estados nucleares de que reduzcan sus propios arsenales (mucho más pequeños) mientras las dos grandes potencias nucleares no recorten los suyos en forma drástica.

China comparte las inquietudes de Rusia acerca de la superioridad estadounidense en armamento convencional y sistemas antimisiles, y está en proceso de aumentar y modernizar su arsenal, que se estima en unas 240 armas. Al seguir China ese curso, India (que no firmó el TNP pero cuenta con 100 armas propias) se siente obligada a ampliar el arsenal propio. Lo que refuerza todavía más la determinación de Pakistán de no dejarse superar por India.

La realidad es que más allá de lo que digan, ninguno de los Estados nucleares (tanto los que firmaron el TNP como los que no) está realmente comprometido con la eliminación definitiva de las armas nucleares. La razón principal es que la lógica de la Guerra Fría y la teoría de la disuasión mantienen su poder de convicción (aunque en algunos países también es evidente la contribución del factor testosterona, esto es, la idea de status y prestigio).

La edificante retórica pro-desarme del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, no es más que eso. Ningún Estado nuclear está realmente dispuesto a fijar un cronograma para una reducción importante de la cantidad de armas nucleares, y ni hablar de su abolición. Las acciones de todos estos países (el tamaño de sus arsenales, las reservas de material fisible, los planes de modernización de fuerzas, la doctrina declarada y las prácticas de despliegue conocidas), todo apunta en la misma dirección. Todos ellos prevén conservar sus armas nucleares por tiempo indefinido y seguir incluyéndolas en sus políticas de seguridad.

Esta actitud genera consecuencias profundamente perturbadoras. Hoy más que nunca, la posibilidad de que diversos estados de Medio Oriente y del noreste de Asia se unan al club nuclear es motivo para preocuparse. Pero la renuencia de los Estados nucleares a hacer avances en materia de desarme hace cada vez más difícil introducir las reformas necesarias para reforzar el futuro régimen global de no proliferación.

Esto quedó de manifiesto en la última Conferencia de Examen del TNP de 2010, cuando todos los intentos de imponer medidas de salvaguarda más firmes, fortalecer los mecanismos de vigilancia y coerción y revitalizar los sistemas de control de producción de material fisible quedaron en la nada. La misma sensación se percibe en Ginebra por estos días.

Por supuesto, es irracional que aquellos que buscan el objetivo último de lograr un mundo sin armas nucleares no estén dispuestos a apoyar las medidas de no proliferación más estrictas posibles. Pero la terquedad de algunos líderes es su reacción natural e inevitable al ver el uso tan extendido de la doble vara (“mis temores justifican que yo mantenga un arsenal nuclear, pero el caso de ustedes es distinto”).

Para avanzar hacia un mundo más seguro y más sensato, es necesario que todos los estados poseedores de armas nucleares se liberen de esta mentalidad propia de la Guerra Fría, reconsideren la utilidad estratégica de la disuasión nuclear en las condiciones actuales y recalibren los enormes riesgos que supone la conservación de estos arsenales. Es tiempo de que reconozcan que en el mundo de hoy, las armas nucleares son el problema, no la solución.

 

(*) Ministro de Relaciones Exteriores de Australia durante ocho años y Presidente Emérito del International Crisis Group, actualmente es Canciller de la Universidad Nacional de Australia y co-director del Centro Global para la Responsabilidad de Protección. Jugó un rol clave en la negociación de la Convención Internacional contra las Armas Químicas y es el artífice principal de la doctrina de “Responsabilidad de Protección” de la ONU.
 

FUENTE: Project Syndicate

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hola@fundamentar.com (GARETH EVANS (*)) Opinión Fri, 10 May 2013 14:05:13 -0300