Warning: Undefined array key 0 in /home/fundamen/public_html/plugins/system/jblibrary/jblibrary.php on line 380
Fundamentar - Internacional https://fundamentar.com Sat, 04 May 2024 15:10:17 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Merkel Descarta el Retorno de Rusia al G8 https://fundamentar.com/internacional/item/4779-merkel-descarta-por-ahora-el-retorno-de-rusia-al-g8-por-la-crisis-de-ucrania https://fundamentar.com/internacional/item/4779-merkel-descarta-por-ahora-el-retorno-de-rusia-al-g8-por-la-crisis-de-ucrania Miembros del G7
De cara a la cumbre del G7, la canciller alemana, Angela Merkel, descartó hoy un pronto retorno de Rusia al G8 (reunión de las siete naciones más industrializadas y Rusia) debido a la crisis de Ucrania.

"Mientras Rusia no reconozca los valores fundamentales del derecho internacional y los respete, es inimaginable el regreso al formato del G8 en un futuro próximo", afirmó la mandataria alemana este jueves (21.5.2015) durante su comparecencia en el Parlamento alemán, a dos semanas de la cumbre en el sur de Alemania del G7 (Grupo de los países más industrializados del mundo al que pertenecía Rusia antes del conflicto en Ucrania).

"El G7 es también una comunidad de valores, entre los que se incluyen el derecho internacional y el respeto de la integridad territorial de los países", indicó. "El comportamiento de Rusia en Ucrania no es compatible con esto".

 

Mientras Rusia no reconozca los valores fundamentales del derecho internacional y los respete, es inimaginable el regreso al formato del G8 en un futuro próximo

MERKEL RECLAMA REFORMAS A UCRANIA Y GEORGIA
En la tradicional declaración de gobierno ante los parlamentarios Merkel aprovechó también para reclamar a Ucrania y Georgia más reformas, de cara a la Cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Asociación Oriental que arranca hoy en Riga.

Para Merkel aún son necesarios "grandes esfuerzos" para poder realizar el acuerdo de asociación de la UE con los dos países, como una mayor lucha contra la corrupción, así como un fortalecimiento de la justicia y de las estructuras económicas.

La cumbre de dos días en Riga de la UE con seis países del este de Europa (Ucrania, Georgia, Moldavia, Bielorrusia, Armenia y Azerbaiyán) está ensombrecida por el conflicto en Ucrania y las tensiones con Rusia.

En un intento por rebajar las tensiones con el gobierno ruso, Merkel insistió en que la asociación con los países del este de Europa "no está dirigida contra nadie, en especial no contra Rusia".

 
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Esteban Agustín Covelli
FUENTE: DW
]]>
hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Internacional Thu, 21 May 2015 10:17:56 -0300
Reflexiones en torno al G-20 tras la Cumbre en San Petersburgo https://fundamentar.com/internacional/item/3205-reflexiones-en-torno-al-g-20-tras-la-cumbre-en-san-petersburgo https://fundamentar.com/internacional/item/3205-reflexiones-en-torno-al-g-20-tras-la-cumbre-en-san-petersburgo El presidente ruso, Vladimir Putin, saludando a su par estadounidense, Barack Obama

La intervención decisiva del G-20 en el conflicto sirio en agosto pasado ha suscitado debates acerca del verdadero papel de este foro y de sus alcances en cuanto a temas de agenda, pensando en el papel que ha cumplido tradicionalmente el G-8 en la gestión de los asuntos mundiales y en la posible relación entre ambos. ¿Complementariedad o competencia? Este artículo intenta realizar un aporte a este debate.

En el presente artículo haremos referencia a la última cumbre de líderes del G-20 celebrada a comienzos de septiembre de 2013 en San Petersburgo (Rusia). En primer lugar, vale aclarar que si bien este foro de países desarrollados y emergentes nació formalmente en 1999 (en el contexto de las crisis asiáticas) como un organismo técnico financiero a nivel ministerial, su papel creció significativamente en 2008. A partir de ese año, el G-20 se jerarquizó con la nueva participación de los Jefes de Estado y de Gobierno, transformándose en el principal ámbito de coordinación económica mundial, reemplazando en gran medida el papel que cumplía hasta entonces el G-8.

La convocatoria formulada por George Bush poco tiempo después de la caída del Lehman Brothers Bank para la realización de la primera cumbre de líderes del G-20, constituyó un reconocimiento implícito del creciente papel de los países emergentes en la nueva distribución del poder económico y político a nivel global. De este modo, se fue generando una gran expectativa respecto de la capacidad de este renovado foro para lograr emprender una acción coordinada ante la magnitud de los desafíos que presentaba la crisis.

"...el ámbito de acción del G-20 se ha ido ampliando para trascender cuestiones meramente financieras e incluir otras áreas igualmente estratégicas e interconectadas que requieren de un foro amplio y representativo para su debate"

Desde entonces, el ámbito de acción del G-20 se ha ido ampliando para trascender cuestiones meramente financieras e incluir otras áreas igualmente estratégicas e interconectadas que requieren de un foro amplio y representativo para su debate[1]. Esta progresiva diversificación de la agenda del G-20 se vio reflejada en el fuerte tratamiento que recibió en San Petersburgo la crisis siria, un tema de índole geopolítico alrededor del cual se centraron los debates entre los líderes presentes. Cabe recordar que semanas antes del programado encuentro de líderes del G-20, se produjo un ataque con armas químicas que provocó la muerte de cientos de civiles en las afueras de la ciudad de Damasco, provocando una discusión respecto a los responsables de este atentado.

Este hecho, que planteó un escenario típico de Guerra Fría –teniendo en cuenta las posturas divergentes que suscitó entre las principales potencias– terminó monopolizando la agenda de la cumbre. A partir de este antecedente, surgieron interrogantes acerca del devenir del G-20, particularmente sobre el papel que éste pueda asumir en el futuro y al tipo de relación que pueda establecerse con el más antiguo y selecto G-8.

 

¿G-8 vs. G-20?

Históricamente, el surgimiento del G-8 y del G-20 pareció obedecer a escenarios en cierto modo similares, ya que el G-8 también se creó en un momento de crisis económica, donde ya no se confiaba en que EE.UU. fuera capaz de resolver por sí sólo las dificultades presentes durante la década de 1970. Esta misma condición se repitió en el 2008, momento en el cual se hizo evidente que el G-8 era demasiado pequeño para poder dar respuestas efectivas a la crisis económico-financiera (Lesage, 2010:95). En este sentido, “los dos clubes surgieron bajo el lema de que solamente con cooperación se logran producir resultados ante las crisis, aunque siguen lógicas diferentes” (Maihold, 2012:31).

Sin embargo, desde que el G-20 se autoproclamara en 2009 como el principal foro para la coordinación económica internacional, se animó un intenso debate vinculado alpapel que cada uno de estos organismos asumirá en los próximos años y, por consiguiente, el tipo de relación que se establecerá entre ellos.Los pronósticos van desde una posible relación cooperativa entre ambos grupos, con una división de tareas reflejando cierta complementariedad entre el G-8 y el G-20, a una hipotética relación sustitutiva asumiendo al G-20 como resultado de un proceso de ampliación del G-8. Para que ello suceda, no obstante, el G-20 antes debería lograr mostrarse capaz de asumir compromisos más complejos tales como los temas de seguridad a nivel internacional. Esto quedó apuntado tras la cumbre de San Petersburgo, particularmente si tenemos en cuenta que este evento representó una circunstancia clave en el proceso para disuadir a EE.UU. en su tentativa de intervención militar.

"Desde nuestro punto de vista, el escenario más probable en cuanto a los posibles vínculos entre el G-8 y el G-20, será el de una competencia entre ambos foros por la preponderancia en la gobernanza global."

En esta misma línea, se destaca la opinión de Lesage, quien defiende la tesis de una posible competencia por la preponderancia en la gobernanza global para los próximos años. De este modo, se cree que el G-20 podría tomar el mismo sendero que ha recorrido antiguamente el G-8, es decir, “pasar a expandir su agenda más allá de los temas económico-financieros hacia una agenda general de gobernanza global” (Lesage, 2010:97). No obstante, no hay que dejar de lado que el G-8 puede consolidarse a raíz de su relativa homogeneidad interna, es decir, como una reunión de países “like-minded”, reflejando “la constelación de agendas occidentales que han encontrado en esta instancia su más pleno desarrollo en cuanto a contenido y procedimientos” (Maihold, 2013:29).

Esta predicción nos lleva a reflexionar sobre la identidad de los grupos de países en cuestión, a partir de la cual se desprende una diferencia fundamental entre éstos. Mientras que el G-8 goza de una homogeneidad interna, el G-20 se caracteriza por sus “múltiples pertenencias”. En este sentido, como nos recuerda Maihold, “el G-8 partió de una característica ‘like-minded’, es decir, de una identidad común a todos sus integrantes, la cual legitimaba, desde su propia autovaloración, la hegemonía de este grupo como los principales decisores a nivel global. Mientras tanto, el G-20 partió de una mayor heterogeneidad como un concierto pluralista que, sin embargo, no le impediría asumir una responsabilidad común y contribuir conjuntamente a través del ‘burden sharing’ (‘reparto de cargas’)” (Maihold, 2013:29).

En relación a esta particularidad, Colin Bradford considera que el G-20 ya habría reemplazado al G-8 y sería de hecho portador de un “gran relato”: el de la “diversidad cultural en la era global”. En palabras de este economista estadounidense: “la diversidad cultural de los países del G-20, en oposición total con el G-8, engloba los cruces de culturas que surgen cotidianamente en las vidas de cada uno de nosotros y de nuestras sociedades. Es el “gran relato” del foro del G-20, que, más allá de sus dirigentes, concierne a todo el mundo en todo el mundo” (Bradford, 2011:3).

Desde nuestro punto de vista, el escenario más probable en cuanto a los posibles vínculos entre el G-8 y el G-20, será el de una competencia entre ambos foros por la preponderancia en la gobernanza global. En efecto, existe evidencia para creer que el G-20 estaría tomando el mismo camino que recorrió en su momento el G-8, esto es, la ampliación de su agenda original, en la cual eran preeminentes los temas exclusivamente económico-financieros, hacia una agenda general orientada a asuntos de carácter global.

En síntesis, que la última cumbre del G-20 en San Petersburgo haya sido la instancia donde se desarrollaron las discusiones entre los líderes en torno a la crisis siria, y además, que la letra del comunicado final defienda explícitamente la importancia del foro como un espacio en el que se puede "construir un entendimiento común de las cuestiones políticas complejas y alcanzar soluciones" constituyen fuertes indicios de esta perspectiva.

[1]Entre estas temáticas se destacan: energía, medio ambiente, seguridad alimentaria, desarrollo, comercio internacional, empleo y la agenda social                   

 

(*) Licenciado en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario

.

]]>
hola@fundamentar.com (GUILLERMO BORELLA (*)) Internacional Fri, 20 Dec 2013 15:55:17 -0300
Duelo entre Unipolaridad y Multipolaridad https://fundamentar.com/internacional/item/2655-un-duelo-entre-unipolaridad-y-multipolaridad https://fundamentar.com/internacional/item/2655-un-duelo-entre-unipolaridad-y-multipolaridad Duelo entre Unipolaridad y Multipolaridad

En 2012, en Los Cabos, Baja California, la cumbre del G20 fue una boda entre empresarios y jefes de estado, cuyo padrino fue Felipe Calderón. En 2013 tal vez se vivirá un pequeño duelo entre el G8 y Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (BRICS). 

Los hombres más poderosos del mundo llegarán a principios de septiembre al Palacio de Konstantinovski, “el Versalles de Putin”, en San Petesburgo, un edificio de 200 hectáreas, con nenúfares en medio de los estanques, en la urbe fundada por Pedro Primero, emblema de la monarquía ilustrada y del triunfo obtenido en 1715 contra los suecos, que le valió a Rusia una salida al Báltico. Los acuerdos o desacuerdos cupulares tarde o temprano bajarán de la cima a nuestra vida cotidiana. En dicha cumbre, si dos o tres mandatarios se dan la mano y acuerdan algo, desatarán poderosas fuerzas telúricas que para bien o para mal remodelarán la faz de la tierra. Pueden adoptar como paradigma el libre comercio o la industrialización; apoyar a los mercenarios saudíes que detonan bombas en Siria o promover una transición pacífica; aprobar o aplazar el presupuesto para enfermedades infecciosas. Más vale observarlos atentamente.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin presentará los acuerdos tomados por los BRICS en la cumbre celebrada los días 25 y 26 de marzo, en Durbán, Sudáfrica, entre los cuales, destaca la resolución de presionar la entrada en vigor de la reforma a los órganos de gobierno del FMI y el Banco Mundial, las dos poderosas instituciones cooptadas por el G8 y utilizadas las tres últimas décadas para doblegar al mundo, imponer el neoliberalismo y desmantelar el estado benefactor en más de cien naciones.

 “El malestar de la globalización” el FMI es un autócrata. Cuando un país está en crisis, el Fondo lo pone de rodillas y le impone drásticos cambios como reducir el número de trabajadores del gobierno, privatizar su sistema bancario, abrir sus fronteras a la competencia de productos agrícolas e industriales -aunque eso lo desindustrialice- y transformar sus paradigmas educativos.

Para el Premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz, autor de “El malestar de la globalización” el FMI es un autócrata. Cuando un país está en crisis, el Fondo lo pone de rodillas y le impone drásticos cambios como reducir el número de trabajadores del gobierno, privatizar su sistema bancario, abrir sus fronteras a la competencia de productos agrícolas e industriales -aunque eso lo desindustrialice- y transformar sus paradigmas educativos (atención México). Los técnicos del FMI aplican recetas “universales” de origen metropolitano. Incluso los jefes de estado temen discutir la racionalidad de las terapias de choque por aprensión de ser boletinados y marginados de los programas del Banco Mundial, la Unión Europa y/o las calificadoras internacionales.

Actualmente el FMI asigna una cuota y un poder de voto a cada país. La nación que más cotiza es Estados Unidos, la que menos lo hace es Tuvalu (archipiélago ubicado al este de Australia). Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, y Gran Bretaña poseen juntos el 39% de los votos del FMI a lo que suman el voto de sus aliados lo cual les permite controlar férreamente el buró de gobernadores. China, pese a ser el tercer país en aportaciones, posee únicamente el 4% de los sufragios. Los desequilibrios son enormes, por ejemplo 22 países de África (incluida Sudáfrica) poseen un 3.29% de los votos. El 15 de diciembre de 2010, la asamblea general del FMI aprobó una reforma llamada “Revisión Integral de Cuotas” para duplicar las aportaciones de sus miembros y el capital global de la institución, y promovió también una iniciativa de “Reformas al gobierno del FMI”. De acuerdo al informe presentado en abril de 2013 por el Buró de gobernadores de dicha institución, 136 países miembros han aprobado la reforma al gobierno del FMI, lo que significa un 71%, pero de acuerdo a Cristine Lagarde, la entrada en vigor requiere del 85% de los votos. Estados Unidos encabeza la resistencia a la reforma, aunque sus autoridades repiten incesantemente, en tonos que van de la súplica, a la exigencia imperial, que China debe aportar mayores recursos para capitalizar el fondo.

Los BRICS aprovecharán que Rusia presidirá la reunión del G20 en el Báltico, para presionar la entrada en vigor de la reforma al gobierno del FMI. Los BRICS pelean por obtener un 6% más de votos para ellos, y transferir a los países con menor representación otro 6% de los sufragios, actualmente en manos del G8 y sus aliados. La actual representación ya no se corresponde con la realidad geopolítica de 1944 cuando se crearon las instituciones en Breton Woods, New Hampshire, Estados Unidos. La reforma al gobierno del FMI actualizaría el peso de las potencias emergentes en la arquitectura financiera internacional.

Rusia y los demás países del BRICS, aunque cavilan, parecen apostar por oponerse a los paradigmas promovidos en la reciente reunión del G8, celebrada en Lough Erne, Irlanda del Norte. Por ello, es probable que se avecine un lance, si los BRICS defienden el multilateralismo, la industrialización, la importancia central de la ONU, la negociación política de la transición en Siria, mientras que el G8 seguramente resguardará el unilateralismo, el libre comercio, el achicamiento de la ONU, el derrocamiento violento de Bashar al-Assad y el eurocentrismo. Desde un punto de vista popular la posición de los BRICS no es una auténtica alternativa histórica, su carácter desarrollista intensifica, en vez de resolver, las contradicciones y diferencias sociales como lo han puesto en evidencia las movilizaciones en Brasil, pero aún así, representa una cierta contención del proyecto hegemónico y una negociación de las relaciones interregionales.

 

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Rafael Pansa

FUENTE: rebelion.org

]]>
hola@fundamentar.com (Fundamentar) Internacional Mon, 26 Aug 2013 02:45:35 -0300