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Fundamentar - Internacional https://fundamentar.com Thu, 28 Mar 2024 17:27:54 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Entrevista: Académico argentino destaca contribución del BRICS a la cooperación global y el multilateralismo https://fundamentar.com/internacional/item/6659-entrevista-academico-argentino-destaca-contribucion-del-brics-a-la-cooperacion-global-y-el-multilateralismo https://fundamentar.com/internacional/item/6659-entrevista-academico-argentino-destaca-contribucion-del-brics-a-la-cooperacion-global-y-el-multilateralismo Entrevista: Académico argentino destaca contribución del BRICS a la cooperación global y el multilateralismo

Los países del BRICS (Brasil, Rusia, la India, China, Sudáfrica) han desempeñado un rol importante para la cooperación entre los mercados emergentes y los países en desarrollo, así como para la cooperación Sur-Sur y el multilateralismo, afirmó el académico argentino Jorge Malena.

El director del Comité de Asuntos Asiáticos del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) subrayó en una entrevista con Xinhua que "los países del BRICS reflejan la creciente influencia de las economías emergentes a nivel mundial, lo cual se complementa con la disminución del peso de los países desarrollados en la economía mundial".

"La contribución al PIB mundial medido por la paridad del poder adquisitivo de las economías avanzadas cayó del 64 por ciento al 40 por ciento entre 1990 y 2019, situación que empeoró a partir de la pandemia de COVID-19", señaló el académico.

El entrevistado, también director de la Especialización en Estudios sobre China en la Era Global de la Universidad Católica Argentina, puntualizó que algunos de los miembros del bloque incluso se han convertido en importantes donantes de ayuda para los países en desarrollo e inversores centrales, tanto en economías emergentes como desarrolladas.

"China, en particular, ya es uno de los principales inversores a nivel mundial", subrayó.

El experto recordó que los BRICS crearon el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), con sede en Shanghai, y dijo que China ha desempeñado un papel de liderazgo en el establecimiento del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura, con sede en Beijing.

"China además ha reforzado su contribución en asistencia internacional para el desarrollo mediante la Iniciativa de la Franja y la Ruta, por lo cual existe la esperanza de que las inversiones del BRICS puedan transformar la economía internacional, volviéndola más equitativa", enfatizó el académico argentino.

Malena se refirió al rol del bloque como plataforma para la cooperación Sur-Sur y dijo que los países del BRICS provienen del "sur global", pero, al mismo tiempo, son las "economías emergentes", lo cual los pone ante el desafío de contribuir en la lucha contra los niveles más altos de desigualdad en el mundo, sin dejar de priorizar sus propios objetivos de desarrollo.

"La cooperación Sur-Sur se fundamenta en la aspiración de ser equitativa en términos de negociación de las condiciones de la asistencia para el desarrollo. El BRICS ha dado muestras de poseer dicha aspiración, yendo más allá de lo discursivo, a partir del accionar del NBD", resaltó el analista.

Malena valoró que el NBD no ha adoptado condicionalidades como parte de su política de préstamos e incluso innova en materia tanto de crédito en moneda local como de la rapidez con que se aprueban los préstamos.

"Esta cuestión es destacable, debido a que el NDB tiene que regirse por los estándares bancarios internacionales, que en su mayoría han sido establecidos por los países occidentales, con el fin de obtener calificaciones crediticias positivas que faciliten sus operaciones", observó.

En cuanto al papel del BRICS en materia de democratización de la gobernanza mundial y promoción del multilateralismo, el experto planteó que "el BRICS es el producto de un mundo cada vez más multipolar. Desde su inicio ha operado en 'modo desafío', sin necesariamente confrontar totalmente el orden global liderado por Estados Unidos".

"El BRICS se destaca por su crítica a las condicionalidades de la OCDE, el FMI y el Banco Mundial vinculadas a la 'buena gobernabilidad', como también a las medidas de austeridad que más afectan a los países más pobres", señaló el entrevistado.

Por último, el especialista destacó las invitaciones que Argentina ha recibido para participar de distintas reuniones del BRICS.

"Una eventual inclusión de Argentina al mecanismo contribuiría a que mi país sostenga una agenda en pos de la inserción en las cadenas globales de valor, la solución a la inflación global, la mejora del funcionamiento de la arquitectura financiera internacional, todo lo cual resultaría en que las economías emergentes sean agentes de una recuperación económica sostenible en el tiempo", valoró.

 

FUENTE: Xinhua

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Dana Vazquez

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Internacional Wed, 22 Jun 2022 13:34:53 -0300
Entender bien la desglobalización https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6649-hacer-bien-la-desglobalizacion https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6649-hacer-bien-la-desglobalizacion Entender bien la desglobalización

La primera reunión del Foro Económico Mundial en más de dos años fue marcadamente diferente de las muchas conferencias previas de Davos a las que asistí desde 1995. No se trató simplemente de que la nieve brillante y los cielos despejados de enero fueran remplazados por pistas de esquí vacías y una llovizna de mayo lúgubre. Fue, más bien, que un foro tradicionalmente comprometido con la defensa de la globalización estaba preocupado principalmente por los fracasos de la globalización: cadenas de suministro alteradas, inflación de los precios de los alimentos y de la energía y un régimen de propiedad intelectual (PI) que dejó a miles de millones de personas sin vacunas contra el COVID-19 simplemente para que unas pocas compañías farmacéuticas pudieran ganar miles de millones de dólares en ganancias adicionales.

Entre las respuestas que se propusieron para estos problemas figuran “repatriar” la producción o “instalarla en países confiables”, e implementar “políticas industriales destinadas a aumentar las capacidades de producción de los países”. Atrás quedaron aquellos días en que todos parecían estar trabajando para un mundo sin fronteras; de repente, todos reconocen que por lo menos algunas fronteras nacionales son esenciales para el desarrollo económico y la seguridad.

Para quienes alguna vez defendían una globalización sin restricciones, este volte face ha resultado en una disonancia cognitiva, porque el nuevo conjunto de políticas propuestas implica que las reglas de larga data del sistema de comercio internacional se quebrarán o se romperán. Incapaces de reconciliar la instalación de la producción en países confiables con el principio de libre comercio no discriminatorio, la mayoría de los líderes empresariales y políticos en Davos apelaron a perogrulladas. Prácticamente no hubo un examen de conciencia sobre cómo y por qué las cosas han salido tan mal, o sobre el razonamiento errado e híper-optimista que prevalecía durante el apogeo de la globalización.

Por supuesto, el problema no es sólo la globalización. Toda nuestra economía de mercado ha dado pruebas de falta de resiliencia. Esencialmente fabricamos autos sin ruedas de auxilio –reduciendo unos pocos dólares del precio, sin preocuparnos demasiado por las exigencias futuras-. Los sistemas de inventario justo a tiempo eran innovaciones maravillosas mientras la economía enfrentaba alteraciones menores; pero terminaron siendo desastrosos frente a los cierres por el COVID-19, creando cascadas de escasez de oferta (como cuando una carencia de microchips condujo a una falta de coches nuevos).

Como advertí en mi libro de 2006, Making Globalization Work, los mercados son nefastos a la hora de “valorar” el riesgo (por la misma razón que no ponen precio a las emisiones de dióxido de carbono). Consideremos el caso de Alemania, que eligió que su economía dependiera de los suministros de gas de Rusia, un socio comercial claramente poco confiable. Ahora, enfrenta consecuencias que eran predecibles y que fueron predichas.

Como reconocía Adam Smith en el siglo XVIII, el capitalismo no es un sistema autosuficiente, porque hay una tendencia natural hacia el monopolio. Sin embargo, desde que el presidente norteamericano Ronald Reagan y la primera ministra británica Margaret Thatcher introdujeron una era de “desregulación”, la creciente concentración de mercado se ha vuelto la norma, y no sólo en sectores de alto perfil como el comercio electrónico y las redes sociales. La desastrosa escasez de alimento para bebés en Estados Unidos esta primavera fue en sí misma el resultado de la monopolización. Después de que se obligara a Abbott a suspender la producción por cuestiones de seguridad, los norteamericanos pronto se dieron cuenta de que sólo una compañía es responsable de casi la mitad del suministro en Estados Unidos.

Las ramificaciones políticas de las fallas de la globalización también quedaron al descubierto en Davos este año. Cuando Rusia invadió Ucrania, el Kremlin fue condenado casi universalmente y de inmediato. Pero tres meses después, los mercados emergentes y los países en desarrollo (EMDC por su sigla en inglés) han adoptado posturas más ambiguas. Muchos apuntan a una hipocresía de Estados Unidos a la hora de exigir responsabilidad por la agresión de Rusia, considerando que el país invadió Irak bajo falsas pretensiones en 2003.

Los EMDC también enfatizan la historia más reciente de nacionalismo de vacunas por parte de Europa y Estados Unidos, que se sostuvo a través de disposiciones sobre PI de la Organización Mundial de Comercio que les fueron endilgadas hace 30 años. Y ahora son los EMDC los que están soportando la carga de precios de alimentos y energía más elevados. Estos desarrollos recientes, combinados con injusticias históricas, han deslegitimado la defensa occidental de la democracia y del régimen de derecho internacional.

Sin duda, muchos países que se niegan a respaldar la defensa de la democracia que hace Estados Unidos no son democráticos. Pero otros países sí lo son y la posición de Estados Unidos al frente de esa lucha se ha visto minada por sus propios fracasos –desde el racismo sistémico y el coqueteo de la administración Trump con regímenes autoritarios hasta los persistentes intentos del Partido Republicado de anular la votación y desviar la atención de la insurrección del 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos.

La mejor manera de proceder para Estados Unidos sería mostrar una mayor solidaridad con los EMDC ayudándolos a gestionar los crecientes costos de los alimentos y de la energía. Esto se podría hacer reasignando los derechos especiales de giro (el activo de reserva del Fondo Monetario Internacional) de los países ricos y respaldando una fuerte eximición de la PI por el COVID-19 en la OMC.

Asimismo, los altos precios de los alimentos y de la energía probablemente causen crisis de deuda en muchos países pobres, agudizando aún más las desigualdades trágicas de la pandemia. Si Estados Unidos y Europa quieren mostrar un verdadero liderazgo global, tendrán que dejar de ponerse de lado de los grandes bancos y acreedores que incitaron a los países a tomar más deuda de la que podían pagar.

Después de cuatro décadas de defender la globalización, es claro que los asistentes a Davos gestionaron mal las cosas. Prometieron prosperidad para los países desarrollados y en desarrollo por igual. Pero mientras los gigantes corporativos en el Norte Global se volvieron ricos, los procesos que podrían haber beneficiado a todos generaron en cambio enemigos en todas partes. La “economía de derrame”, el argumento de que enriquecer a los ricos automáticamente favorecería a todos, fue una estafa –una idea que no estaba respaldada ni por la teoría ni por la evidencia.

La reunión de Davos de este año fue una oportunidad perdida. Podría haber sido una ocasión para reflexionar seriamente sobre las decisiones y las políticas que llevaron al mundo adonde está hoy. Ahora que la globalización ha alcanzado la cima, sólo nos queda esperar que gestionemos su caída mejor de lo que gestionamos su ascenso.

FUENTE: Project Syndicate


(*) Joseph E. Stiglitz, a Nobel laureate in economics and University Professor at Columbia University, is a former chief economist of the World Bank (1997-2000) and chair of the US President’s Council of Economic Advisers, was lead author of the 1995 IPCC Climate Assessment, and co-chaired the international High-Level Commission on Carbon Prices.

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hola@fundamentar.com (Joseph Stiglitz (*)) Opinión Mon, 13 Jun 2022 18:28:50 -0300
¿Qué viene después del neoliberalismo? ¿Y cómo se tiene que parar la Argentina? https://fundamentar.com/nacional/item/6520-que-viene-despues-del-neoliberalismo-y-como-se-tiene-que-parar-la-argentina https://fundamentar.com/nacional/item/6520-que-viene-despues-del-neoliberalismo-y-como-se-tiene-que-parar-la-argentina Neoliberalismo en Latinoamérica

Hay indicios de que la desregulación de la economía y la celebración de la globalización ya son historia pasada. La Argentina quedó entre los perdedores de ese modelo. ¿Eso es una ventaja o una desventaja de cara al futuro?

https://www.youtube.com/watch?v=7Z-JmC-PasM&t=9s

PG: ¿Qué tal, Roy? ¿Cómo estás?

RH: Hola, Pablo. ¿Cómo estás?

PG: Bien. Escuchando muy frecuentemente que parece que estamos cerca del final de la pandemia. Ojalá sea cierto. Y que junto con el final de la pandemia va a llegar otro final, que es el final del neoliberalismo. Se lee en Argentina y se lee en el mundo entero. Yo no estoy muy seguro ni sobre el final de la pandemia ni sobre el final del neoliberalismo. Me gustaría saber qué opinión tenés sobre eso.

RH: Sobre el final de la pandemia, creo que estamos más cerca, pero, bueno, eso también es un deseo, así que hay que tener cuidado con eso. Respecto a la cuestión del final del neoliberalismo, sí, se escucha bastante, y hace unos días -creo que vos lo leíste también- apareció un lindo artículo en un diario inglés, The Guardian, de un buen historiador norteamericano, que se llama The rise and fall of America's neoliberal order (Gary Gerstle), es decir, ascenso y caída del orden neoliberal. Es un tema que está dando vueltas y yo creo que él tiene una visión interesante. Dice: bueno. esto arrancó hace 40 años y hay indicaciones de que está en problemas, digamos, el mundo de la economía desregulada. Pero también la otra dimensión. La celebración del cosmopolitismo y de la globalización hoy están siendo objeto de más crítica. Ese mundo tuvo muchos ganadores pero también tuvo sus perdedores. Creo que en Argentina somos bastante críticos de todo eso porque estamos entre los perdedores. Argentina es un perdedor de ese mundo, pero en otros lados -y por eso tiene mala prensa acá; cuando uno habla de neoliberalismo y de globalización se enciende las alarmas- pero viéndolo en perspectiva, el punto de observación argentino no es el más apropiado para una evaluación equilibrada del potencial de lo que eso significó. Estoy pensando sobre todo en que cambió el mapa de Asia. Cambió el mapa de Asia para los propios asiáticos. Es decir, arrancó de la pobreza a un tercio de la población china, quizás más, quizás eso continúa. Eso no hubiera sido posible sin una incorporación más plena al mundo del comercio, al mundo de las finanzas globalizadas.

PG: Y de la innovación tecnológica.

RH: Claro. Pero, bueno, yo creo que nosotros lo vemos más del lado de los perdedores, como también se lo ve en el Atlántico norte. Viste que se dice que uno de los gráficos más famosos de la última década quizás es el elefante (Branko) Milanovic. Es decir, los perdedores son las clases medias de los países desarrollados. Ganaron los ricos y ganaron los pobres. 

PG: Se mostraba ese gráfico como un reflejo del votante de Trump también. 

RH: Entonces ahí yo creo que es interesante ver ese fenómeno, cómo ya ese mundo empezó a desarmarse con la gran crisis del 2008-2009, aunque algunas de sus consecuencias políticas recién creo empezamos a percibirlas con nitidez en tiempos más recientes. Vos recién mencionabas a uno de los personajes que es como uno de los que marca el fin una era para el neoliberalismo, Trump, que dice: no, protejamos a los trabajadores norteamericanos, proteccionismo. Del otro lado está Bernie Sanders, que, con diferencias importantes en cuanto a su agenda política, género y otros muchos temas, le habla a los trabajadores de problemas que son similares a los que encuentra Trump. 

PG: Los dos apelaron a la misma franja social y poniendo sobre el tapete el mismo descontento.

RH: Exactamente.

PG: Yo leí el artículo que vos citaste recién. Leí otros también. Hace unos días nomás Cristina habló además de que vamos a salir de la pandemia con los ricos más ricos y los pobres más pobres, como una especie de continuidad de lo que venía. Yo le veo un problema al argumento, en tanto se pone como argumento a futuro. La sensación que tengo es la siguiente: eso que llamamos neoliberalismo o capitalismo global, financiero y comercial con una gran expansión de las finanzas y del comercio, ese mundo nació en algún momento de los 80 y yo creo que empezó a tener problemas muy serios y muy graves con la gran recesión de 2007-2009. Cuando uno ahora a la distancia observa qué pasó desde entonces, es decir, desde la crisis, desde la recesión, la contracción del sistema financiero mundial y la desaceleración del comercio han sido sin duda... son, ahora, cuando lo miramos muy notables. Y eso me genera una pregunta: el descontento que estamos viendo hoy, ¿es el descontento con el neoliberalismo o es el descontento con esa desaceleración? Porque, en todo caso, lo que vemos hoy, como consecuencia de la pandemia también, yo le encuentro a las políticas de los países centrales un sabor rooseveltiano, un sabor de 'vamos por la inclusión'. Los chinos no necesitan decirlo. Están todo el tiempo en eso y nunca han caído en la libertad de mercados financieros y el libre comercio absoluto. Nunca. Pero Biden es notable. Biden, diría, imita a Roosevelt en algún sentido. Quiere decir que hay algo que ya se terminó y que en el mundo desarrollado -después podemos hablar un poquito de la Argentina- en el mundo desarrollado se han hecho cargo de que ya terminó. En EEUU y en Europa.

RH: Sí. Creo que efectivamente el mundo de los mercados desregulados es o parece ser historia pasada. Pero acá...

PG: Pero en todo caso tiene un problema, ese mundo tiene un problema. Si es historia pasada o no es para discutir. Pero tiene un problema desde hace bastantes años.

RH: Vos decís: está siendo impugnado de hace mucho tiempo.

PG: Está impugnado por sus propios problemas, entre otros, efectivamente, por cierta expulsión que ha generado. El elefante de Branko Milanovic lo que hace es eso, ¿no? Los que quedan afuera. 

RH: Sí, yo sólo quisiera hacer una vez una suerte como de advertencia metodológica y es que los historiadores miramos el pasado con una un tiempo verbal que Louis Althusser llamaba futuro anterior. Es decir, miramos sabiendo cómo terminó. Y eso nos ayuda a ordenar nuestro relato sobre el pasado. Y yo creo que esto a veces nos juega una mala pasada, porque el punto de observación en el que hoy estamos parados es arena movediza. Están sucediendo transformaciones tan importantes que nos cuesta determinar si ese ciclo se ha cerrado, si estamos en vísperas de... Vos mencionabas a Biden y muy ambicioso programa, tan ambicioso que aspira no sólo a opacar a Obama, lo que quizá no sea tan difícil, sino que aspira a opacar a Roosevelt. Es un programa de inclusión social muy generoso. Bueno, hay que ver cómo le va a eso.

PG: Efectivamente. Todavía no lo sabemos. 

RH: Si es el comienzo de una presidencia muy ambiciosa. Vemos en algunos países europeos algunos fenómenos en esa línea, en otros no.

PG: Todavía débiles pero... Todavía débiles en relación a Biden. Sí, va en esa dirección.

RH: Va en esa dirección, pero me parece que es demasiado temprano como para tener una perspectiva.

PG: Estoy de acuerdo.

RH: Y yo creo que eso también nos debe hacer -llevando la discusión hacia la Argentina- nos debe hacer cautelosos. El artículo de Gerstle que mencionaba al comienzo es parte de un trabajo que él está haciendo más grande, ese libro, que se llama The rise and fall of America's neoliberal order, él habla de América. Es decir, el resto no importa como suelen hacer los norteamericanos. Cuando uno se los señala, se suelen poner un poquito incómodos. Se les acaba su progresismo. Es decir, están parados en el centro del mundo y nosotros no estamos parados en el centro del mundo. No podemos hablar de América. La cultura argentina es muy egocéntrica, si querés, pero también sabemos que somos una hoja en el viento de, en su momento, de la globalización o de lo que éste hoy sucediendo. Y eso nos tiene que hacer, creo yo, cautelosos.

PG: Tomando tu punto y mirando a los acontecimientos de hoy y la incertidumbre que genera mirar ese futuro que no sabemos efectivamente cómo va a ser, dónde va a terminar lo de Biden, cómo va a evolucionar lo Biden y lo que pueda venir en Europa también, la pregunta es: que importemos poco, que seamos pequeños, que seamos irrelevantes, diría yo, en términos del concierto internacional, ¿es una desventaja o una ventaja? ¿Cómo lo ves?

RH: Yo creo que es un dato. Tiendo a pensarlo como una desventaja pero es un dato. Y es un dato que en distintos momentos de la historia argentina creo que operó en direcciones distintas. Pienso en la crisis del 30. Costó acomodarse al nuevo mundo. Pienso en los primeros años de Perón, que también, por un lado, fue en el sentido de la historia, que era una mayor importancia del Estado en la vida económica y sobre todo social, pero que en otros en otros aspectos tomó caminos, si se quiere, originales o que miraban hacia el pasado. El autoritarismo peronista. Eso no se corresponde tanto con el mundo de la democracia que en ese momento se estaba imponiendo en, por lo menos, en la franja atlántica, en el mundo del Atlántico norte. Uno podría recorrer la historia argentina mirando distintas apuestas y ese ejercicio nos muestra que es difícil orientarse en un mundo en cambio. 

PG: A mí me parece que el ejemplo que más se aproxima a lo que estamos discutiendo es el ejemplo de los 20 y los 30 en la Argentina. El ejemplo del fin del patrón oro, que no terminó en 1929-1930. Empezó a resquebrajarse con la Gran Depresión de 1920- 1921. A partir de ahí, todo fue difícil. Fue difícil en el mundo y fue difícil en la Argentina. Y hasta que se comprendiera que eso era el final de un régimen, hasta que eso terminó de hacerse carne, pasaron bastantes años. Yo diría, eso recién se hace carne en 1933. Es llamativo. Estamos hablando de 10 años de dar vueltas alrededor de un problema sin terminar de capturar su naturaleza. En cuanto a la a la Argentina de hoy, me interesó un punto que dijiste. Te pregunté si ser irrelevantes era una ventaja o una desventaja. Vos dijiste que podía ser cualquiera de las dos cosas, pero más bien tendías a verlo como una desventaja. Yo voy a enfatizar el punto de la ventaja.

(...)

Transcripción parcial de la conversación.

(*) Roy Hora es Profesor de Historia por la Universidad de Buenos Aires y Doctor en Historia Moderna por la Universidad de Oxford (1998). Es Profesor Principal de Cátedra de la Universidad de San Andrés e Investigador Principal del CONICET. También es Profesor Titular Regular en la Universidad Nacional de Quilmes. 

(**) Pablo Gerchunoff es historiador económico, profesor plenario e investigador de la Universidad Torcuato Di Tella. Es investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), profesor Honorario de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, becario de la Fundación Simón Guggenheim y miembro de número de la Academia Nacional de Ciencias Económicas. Se especializa en la historia de la política económica argentina y en historia del desarrollo económico argentino.

FUENTE: ElDiarioAR

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Elizabeth Hernández

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hola@fundamentar.com (Roy Hora* y Pablo Gerchunoff**) Argentina Mon, 05 Jul 2021 17:57:05 -0300
OCDE Pronostica un Crecimiento sin Brillo por "Estancamiento de la Globalización" https://fundamentar.com/economia/item/5427-ocde-pronostica-un-crecimiento-sin-brillo-por-estancamiento-de-la-globalizacion https://fundamentar.com/economia/item/5427-ocde-pronostica-un-crecimiento-sin-brillo-por-estancamiento-de-la-globalizacion  OCDE advirtió sobre los bajos niveles de crecimiento

El crecimiento económico se empantanará este año y el próximo con tasas de interés que no se han visto desde la crisis financiera porque se frenó el avance de la globalización, advirtió el miércoles la OCDE.

El comercio internacional, que por largo tiempo ha sido un motor de la economía mundial, este año crecería menos que la actividad económica, según una actualización de las principales previsiones económicas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). "Esto es mucho menor que la norma del pasado e implica que la globalización medida por la intensidad del comercio puede haberse estancado", dijo la organización con sede en París. En consecuencia, la OCDE prevé que la economía mundial crecerá sólo un 2,9 por ciento este año, menos que el 3 por ciento que pronosticó en junio y la tasa más baja desde la crisis financiera de 2008-2009.

La OCDE dijo que muchas cadenas de suministro que añaden valor, que a menudo están radicadas en suelo chino u otros países asiáticos, se están desarmando en la medida que China busca que su economía dependa menos de las exportaciones para crecer y porque algunas empresas están devolviendo la producción a sus lugares de origen. Una reacción contra la liberalización comercial y la recesión en algunos grandes países productores de materias primas están contribuyendo a la desaceleración del crecimiento, algo que la OCDE advirtió puede menoscabar una productividad ya débil y finalmente deteriorar la calidad de vida.

"Si podemos volver a la clase de crecimiento que tuvimos en la década de 1990 y el 2000, seremos capaces de retomar tasas de crecimiento de productividad como las anteriores a la crisis financiera", dijo la economista jefe de la OCDE, Catherine Mann. "La productividad básicamente ha caído a la mitad desde la crisis financiera y esa es una receta para que no se cumplan las promesas que se han hecho a todos los ciudadanos", añadió. Mann sostuvo que un crecimiento global de sólo un 3,2 por ciento el próximo año, frente a la previsión de un 3,3 por ciento de junio, no sería suficiente para generar los empleos que necesitan los jóvenes ni para respetar las promesas de pensiones para los mayores.

 

FUENTE: REUTERS

RELEVO Y EDICIÓN: Joel Hernán González

 

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hola@fundamentar.com (Joel Hugo) Economía Wed, 21 Sep 2016 10:43:44 -0300