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Fundamentar - Internacional Este portal pretende hacer un aporte a la cualificación del debate político y económico en la Argentina. Ponemos ideas en discusión que pretenden servir para que surjan otras visiones que enriquezcan el análisis. https://fundamentar.com/internacional/itemlist/tag/Islandia 2024-05-14T16:51:37-03:00 Joomla! - Open Source Content Management Mujeres en Islandia 2013-11-09T23:53:58-03:00 2013-11-09T23:53:58-03:00 https://fundamentar.com/internacional/item/3053-mujeres-en-islandia Fundamentar hola@fundamentar.com <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/a82521355ffa5d7455a02ef1e9aeb10d_S.jpg" alt="Mujeres en Islandia" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> <em>A Islandia se lo ha calificado como el mejor pa&iacute;s del mundo donde ser mujer, por las leyes que favorecen la integraci&oacute;n laboral, la igualdad y otros aspectos | El feminismo incluso ha salido robustecido en la sociedad islandesa tras la quiebra econ&oacute;mica del 2008, aunque todav&iacute;a encuentra oposici&oacute;n</em><br /> &nbsp;</p></div><div class="K2FeedFullText"><p> Islandia es un pa&iacute;s donde un consultor de marketing puede presentarse a una entrevista sobre el descalabro financiero con un malet&iacute;n en la mano izquierda&hellip; y un beb&eacute; de siete meses en la derecha. &ldquo;Mi mujer es profesora y ya ha vuelto al trabajo, ahora me ocupo yo del peque&ntilde;o&rdquo;, explica con suma naturalidad el padre treinta&ntilde;ero, y sigue hablando del desplome de la corona y la quiebra de los bancos mientras mece a su hijo.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">Los padres islandeses tienen derecho a tres meses intransferibles de baja, adem&aacute;s de los tres meses para la madre y otros tres a repartir entre ambos. Desde que la ley entr&oacute; en vigor hace nueve a&ntilde;os, ha sido un &eacute;xito: en el 2009 se beneficiaron m&aacute;s del 85% de los padres.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">&ldquo;Personalmente, es muy gratificante. Estableces una relaci&oacute;n m&aacute;s cercana con tus hijos, te implicas en su educaci&oacute;n desde peque&ntilde;os. Los hombres tambi&eacute;n ganamos &ndash;dice Olafur Stephensen, a quien ser director del diario Fr&eacute;ttabladid, el primero del pa&iacute;s, no le ha impedido acogerse al permiso con dos hijos&ndash;. Permite una divisi&oacute;n m&aacute;s igualitaria del trabajo del hogar, prerrequisito para la igualdad en el mercado laboral. El objetivo es que los hombres sean como las mujeres a la hora de ausentarse del trabajo. No s&oacute;lo los primeros meses de vida de un hijo, tambi&eacute;n cuando enferma o para salir pronto para recogerlos en el colegio. Si no, es un c&iacute;rculo vicioso&rdquo;.</span><br /> El permiso de paternidad &ndash;introducido por un gobierno conservador&ndash; es uno de los motivos, aunque no el &uacute;nico, de que Islandia, una isla de hielo y fuego con 320.000 habitantes, lleve tres a&ntilde;os liderando el ranking de igualdad de g&eacute;nero del Foro Econ&oacute;mico Mundial o de que la revista Newsweek lo haya proclamado el &ldquo;mejor pa&iacute;s del mundo para ser mujer&rdquo;, despu&eacute;s de examinar educaci&oacute;n, sanidad, econom&iacute;a, justicia y, sobre todo, pol&iacute;tica.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">La matr&iacute;cula de honor, incluso frente a los vecinos escandinavos, se la lleva en participaci&oacute;n femenina en pol&iacute;tica. Ya en 1980, Vigd&iacute;s Finnbogad&oacute;ttir, una madre soltera, fue la primera jefa de Estado democr&aacute;ticamente elegida del mundo. Hoy, las mujeres representan el 43% en el Parlamento y el 40% en los gobiernos municipales.</span></p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> Han ca&iacute;do muchos pilares en la Islandia posdesastre financiero del 2008, el shock que llev&oacute; al pa&iacute;s a reescribir la Constituci&oacute;n y a juzgar a sus gobernantes. El feminismo, sin embargo, se ha robustecido.</p> <p> Han ca&iacute;do muchos pilares en la Islandia posdesastre financiero del 2008, el shock que llev&oacute; al pa&iacute;s a reescribir la Constituci&oacute;n y a juzgar a sus gobernantes. El feminismo, sin embargo, se ha robustecido.El Gobierno &ndash;una coalici&oacute;n de socialdem&oacute;cratas e izquierda ecologista&ndash; est&aacute; liderado por J&oacute;hanna Sigurdard&oacute;ttir, lesbiana declarada, que dirige un gabinete paritario. En sus tres a&ntilde;os de existencia ha aprobado un sinf&iacute;n de leyes feministas. Ha ilegalizado la compra de servicios sexuales (como en Suecia y Noruega, para castigar al cliente y no a la prostituta) y la publicidad o el lucro de la prostituci&oacute;n. En el 2010, Islandia se convirti&oacute; en el primer pa&iacute;s que proh&iacute;be, por motivos no religiosos, los clubs de striptease, al considerarlos tapaderas de prostituci&oacute;n, trata de blancas y otras actividades delictivas.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">La ley contra el maltrato, inspirada en el modelo austriaco, obliga al agresor o agresora a abandonar el domicilio, en lugar de trasladar a la v&iacute;ctima a un refugio. Y, si desde el 2008 hab&iacute;a una ley de cuotas en el sector p&uacute;blico, en el 2013 entrar&aacute; en vigor otra que obliga a las empresas con m&aacute;s de 50 empleados a tener al menos un 40% de uno de los dos sexos en sus consejos de administraci&oacute;n.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">La fuerza del movimiento feminista en Islandia es extraordinaria, sobre todo contemplada desde el Mediterr&aacute;neo. Algunas teor&iacute;as apuntan que la mujer islandesa tiene una independencia y una autoconfianza innatas, forjadas durante siglos y siglos en los que los hombres pasaban largas temporadas en el mar mientras ellas tomaban las riendas en tierra. Tambi&eacute;n en el interior de la isla, en una sociedad campesina que ten&iacute;a que doblegar una naturaleza implacable, el trabajo femenino era fundamental.</span><br /> Pero no fue hasta los a&ntilde;os 70 del pasado siglo, con la transformaci&oacute;n de esta sociedad pobre de campesinos y pescadores en un pa&iacute;s desarrollado y moderno, cuando emergi&oacute; el feminismo. Hay una fecha m&iacute;tica, grabada en la psique colectiva: el 25 de octubre de 1975, d&iacute;a de la huelga femenina convocada por el grupo Medias Rojas, que sigui&oacute; un 90% de las islandesas desde el puesto de trabajo o el hogar.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">&ldquo;Nunca antes hab&iacute;a salido tanta gente a la calle &ndash;recuerda la ingeniera Gu&eth;r&uacute;n Hallgr&iacute;msd&oacute;ttir, de 71 a&ntilde;os, una l&iacute;der del movimiento&ndash;. Entonces las mujeres funcionaban sobre todo como fuerza laboral de reserva, por ejemplo en el sector pesquero, se las llamaba cuando hab&iacute;a una gran captura. Pero ellas segu&iacute;an vi&eacute;ndose como amas de casa. Ese d&iacute;a conseguimos que las mujeres se dieran cuenta de lo importante que era su trabajo. Tambi&eacute;n le debemos nuestra actual red de guarder&iacute;as p&uacute;blicas. S&oacute;lo hab&iacute;a para madres solteras. Era una urgencia, porque es clave para la participaci&oacute;n de las mujeres en el mercado laboral&rdquo;. Aqu&iacute;, Islandia tiene la tasa m&aacute;s elevada entre los pa&iacute;ses de la OCDE: 77,6%. Tambi&eacute;n hay logros m&aacute;s sutiles, m&aacute;s simb&oacute;licos. &ldquo;En los 70 no hab&iacute;a forma de localizar a una mujer casada, porque en el list&iacute;n telef&oacute;nico o en el portal de su casa s&oacute;lo aparec&iacute;a el nombre del marido. Hoy ser&iacute;a impensable&rdquo;, dice la veterana feminista.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">Casi 40 a&ntilde;os m&aacute;s tarde, sin embargo, una de las exigencias de las Medias Rojas sigue pendiente: la brecha salarial. La ley de &ldquo;a igual trabajo, igual salario&rdquo; fue aprobada en 1961, pero hoy ellas siguen cobrando entre un 8% y un 16% menos. Cincuenta mil mujeres, un tercio de la poblaci&oacute;n femenina, salieron a la calle el 25 de octubre del a&ntilde;o pasado contra la brecha y la violencia sexual, en una demostraci&oacute;n de la fuerza y el consenso que sigue teniendo el feminismo.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">Mientras las feministas de otros pa&iacute;ses siguen enzarzadas en la eterna discusi&oacute;n sobre si la prostituci&oacute;n es una forma de opresi&oacute;n o un derecho femenino, la ilegalizaci&oacute;n apenas ha provocado pol&eacute;mica en Islandia. No s&oacute;lo entre las feministas: un 82% de las mujeres y un 57% de los hombres est&aacute;n a favor de prohibir la compra de sexo, y s&oacute;lo un 8% de los islandeses se opone, seg&uacute;n una encuesta.</span></p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> La brecha salarial es un asunto m&aacute;s complejo. Sus causas son dif&iacute;ciles de identificar. Por ejemplo, los hombres alargan sus jornadas laborales y reclaman antes aumentos o ascensos. El Gobierno de Sigurdard&oacute;ttir, exministra de Asuntos Sociales y con especial sensibilidad para la cuestiones de g&eacute;nero, ha hecho de la igualdad salarial una de sus prioridades.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">La brecha salarial es un asunto m&aacute;s complejo. Sus causas son dif&iacute;ciles de identificar. Por ejemplo, los hombres alargan sus jornadas laborales y reclaman antes aumentos o ascensos. El Gobierno de Sigurdard&oacute;ttir, exministra de Asuntos Sociales y con especial sensibilidad para la cuestiones de g&eacute;nero, ha hecho de la igualdad salarial una de sus prioridades. Ha designado un comit&eacute; especial que elabora unos criterios que deber&aacute;n ser observados por las empresas. Y la posibilidad de multar a las que no los respeten est&aacute; encima de la mesa. &ldquo;Algunos pa&iacute;ses ya lo est&aacute;n haciendo y est&aacute; funcionando, es algo que tomar en consideraci&oacute;n&rdquo;, se&ntilde;ala Krist&iacute;n &Aacute;stgeirsd&oacute;ttir, jefa del Centro para la Igualdad de G&eacute;nero.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">Otra medida destinada a recortar la brecha es la cuota femenina en los consejos de administraci&oacute;n del sector privado, sin duda la ley m&aacute;s pol&eacute;mica. &ldquo;Lo hemos intentado todo para evitarla, pero cuando despu&eacute;s de tantos a&ntilde;os nada se mueve, te das cuenta de que a veces hay que forzar los cambios&rdquo;, dice &Aacute;stgeirsd&oacute;ttir. El 90% de los directores ejecutivos, gerentes y miembros de los consejos de administraci&oacute;n de las grandes empresas son hombres.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">&ldquo;Al principio, hubo una oposici&oacute;n enorme de los empresarios &ndash;se&ntilde;ala&ndash;. Pero han cambiado el tono, est&aacute;n aceptando que era una medida necesaria, incluso que les puede beneficiar. Lo demuestra la experiencia noruega: las empresas con direcci&oacute;n paritaria mejoran su imagen, el ambiente laboral y hasta aumentan sus beneficios econ&oacute;micos. Es dif&iacute;cil de comprender por qu&eacute; algunos empresarios siguen siendo tan reacios, por qu&eacute; quieren preservar su club de chicos&rdquo;.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">La referencia al &ldquo;club de chicos&rdquo; se escucha por todas partes en la nueva Islandia surgida tras la crisis financiera del 2008, cuando el pa&iacute;s se acost&oacute; crey&eacute;ndose un milagro capitalista y desayun&oacute; con los tres bancos nacionalizados, una deuda diez veces superior al PIB nacional y los ahorros de miles de familias desvanecidos. El shock fue tan tremendo que los islandeses emprendieron un implacable examen de conciencia colectivo, que no s&oacute;lo les ha llevado a echar al gobierno conservador tras 17 a&ntilde;os consecutivos en el poder o a sentar en el banquillo a los responsables de la crisis, sino tambi&eacute;n a cuestionar los cimientos de su cultura.</span><br /> La catarsis alcanza tambi&eacute;n una dimensi&oacute;n de g&eacute;nero. Si durante los a&ntilde;os euf&oacute;ricos del boom el pa&iacute;s entero celebraba el arrojo de sus j&oacute;venes banqueros, que se lanzaban a conquistar el mundo como anta&ntilde;o lo hicieron los vikingos, muchas voces reivindican ahora que los valores hipermasculinos condujeron a la bancarrota y llaman a una refeminizaci&oacute;n de la econom&iacute;a.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">&ldquo;El pa&iacute;s se fue a pique, entre otros motivos, porque los consejos de administraci&oacute;n de las empresas estaban copados por un grupo cerrado de hombres j&oacute;venes y osados, educados en las mismas universidades, salidos de los mismos ambientes. Esta homogeneidad fue muy nociva para nuestra econom&iacute;a&rdquo;, se&ntilde;ala el director de diario Olafur Stephensen.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">No es casualidad que el primer gobierno despu&eacute;s de la crisis est&eacute; liderado por una mujer y sea el m&aacute;s feminista de la historia de Islandia. Por primera vez una mujer preside un banco, el nuevo Islandsbanki. Y hay iniciativas sorprendentes, como Audur Capital, cofundado por la exdirectora de la C&aacute;mara de Comercio, un fondo de capital riesgo que reivindica &ldquo;la incorporaci&oacute;n en el mundo financiero de valores femeninos&rdquo; como &ldquo;conciencia de riesgo&rdquo;, &ldquo;capital emocional&rdquo; o &ldquo;beneficios con principios&rdquo;.</span><br /> &ldquo;Todo esto de los valores masculinos me parece una verdadera sandez. Es un an&aacute;lisis que ha calado sin argumentaci&oacute;n&rdquo;, exclama Sigr&iacute;dur Andersen, abogada de 40 a&ntilde;os y vicediputada del conservador Partido de la Independencia. &ldquo;&iexcl;Hab&iacute;a mujeres en el sector financiero, de hecho hab&iacute;a muchas, y en todo caso la causa del desastre fueron las malas decisiones y no la falta de perspectiva femenina!&rdquo;, a&ntilde;ade.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">Como muchas conservadoras, no se siente representada por el discurso feminista de Islandia, al que acusa de hacer &ldquo;prevalecer los supuestos derechos de las mujeres como si fueran exclusivos y dejar de lado los derechos individuales&rdquo;. Rechaza las cuotas: &ldquo;S&oacute;lo los accionistas de una empresa pueden decidir qui&eacute;n debe componer el consejo de administraci&oacute;n, aunque se equivoquen, y ni el Estado ni nadie tiene derecho a inmiscuirse. Adem&aacute;s, no veo en qu&eacute; las cuotas son una causa feminista: s&oacute;lo beneficiar&aacute;n a las mujeres concretas que entrar&aacute;n en los consejos, pero no al conjunto de la sociedad. Adem&aacute;s, a largo plazo s&oacute;lo pueden perjudicar a las mujeres, cuyos m&eacute;ritos para ocupar el puesto siempre ser&aacute;n cuestionados&rdquo;.</span></p> <p> Andersen se opone incluso a que el Estado subsidie los nueve meses de baja por paternidad &ndash;hasta hace poco, se cubr&iacute;a hasta el 90% de los sueldos m&aacute;s altos, pero con la crisis se ha reducido la paga m&aacute;xima en un 40%&ndash; y considera que &ldquo;cada familia debe priorizar sus vidas en funci&oacute;n de sus intereses&rdquo;. &ldquo;No le debemos nada al permiso de paternidad &ndash;se&ntilde;ala&ndash;. Las islandesas siempre han sido muy independientes, los valores morales de nuestra cultura siempre han favorecido su participaci&oacute;n en el mercado laboral. Mucho antes de que se introdujera el permiso, la tasa de participaci&oacute;n ya era muy superior a las de otros pa&iacute;ses &shy;europeos&rdquo;.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">Otra voz muy cr&iacute;tica con el feminismo es la de Dav&iacute;d Thorl&aacute;ksson, de 31 a&ntilde;os y presidente de las juventudes del partido conservador. &ldquo;Un informe de Newsweek demuestra que en Islandia ya no hay discriminaci&oacute;n de g&eacute;nero. Y hemos logrado ser el mejor pa&iacute;s del mundo para ser mujer sin tener que recurrir a prohibiciones o a la interferencia del Estado&rdquo;, afirma. &iquest;Quiere decir que las feministas han ido demasiado lejos? &ldquo;S&iacute;, es momento de parar, porque no se puede utilizar la discriminaci&oacute;n del pasado para justificar nuevas discriminaciones, a mujeres o a hombres&rdquo;, dice.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">Quiz&aacute;s por eso, la coronaci&oacute;n de Newsweek ha sido recibida con recelo por las feministas, cuya combatividad no ha mermado un &aacute;pice pese a los logros. &ldquo;Islandia no es un para&iacute;so y no, no me siento afortunada. Sabemos que hemos llegado m&aacute;s lejos que muchos pa&iacute;ses occidentales&hellip; ya no hablo de Afganist&aacute;n, donde la situaci&oacute;n es terrible. Nos solidarizamos con nuestras hermanas afganas, francesas o espa&ntilde;olas, pero no es con ellas con quienes nos comparamos, sino con los hombres. Y hoy en d&iacute;a todav&iacute;a es mucho mejor ser island&eacute;s que islandesa&rdquo;, subraya Hanna Bj&ouml;rg Vilhj&aacute;lmsd&oacute;ttir, de 48 a&ntilde;os y profesora en el colegio universitario Borgarholtssk&oacute;li.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">Vilhj&aacute;lmsd&oacute;ttir ha introducido un curso sobre igualdad de g&eacute;nero con unos resultados tan positivos que centros educativos de todo el pa&iacute;s se han interesado. Varios de sus alumnos, de 16 a 20 a&ntilde;os, han salido en los medios de comunicaci&oacute;n explicando que sus clases les han &ldquo;transformado&rdquo;, que les han abierto los ojos ante comportamientos ajenos y propios que antes no identificaban como sexistas. La profesora cree que el mayor desaf&iacute;o es la &ldquo;pornificaci&oacute;n&rdquo;. &ldquo;Cuando comenc&eacute; a dar clases, hace seis a&ntilde;os, me qued&eacute; horrorizada. Lo veo en la forma c&oacute;mo se visten mis alumnas, obsesionadas con ser sexis porque la sociedad s&oacute;lo las valora en funci&oacute;n de su atractivo sexual. Tambi&eacute;n en las relaciones de pareja: el pensamiento sexual masculino est&aacute; tan coloreado por el porno que esperan que las chicas se sometan en la cama como en la pantalla. La pornificaci&oacute;n es, ahora mismo, la fuerza que m&aacute;s oprime a las chicas e impide su emancipaci&oacute;n&rdquo;.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">A Hildur Kn&ugrave;tsd&ograve;ttir, de 27 a&ntilde;os, le preocupa el &ldquo;sexismo subyacente&rdquo;, que permea sin ser percibido. Es autora de un blog de moda par&oacute;dico, en el que escribe por medio de un &aacute;lter ego &ndash;anor&eacute;xica, materialista y furibunda antifeminista&ndash; que encarna todo aquello que quiere combatir. Uno de sus apuntes se titula &ldquo;14 formas de perder peso&rdquo;, y entre las recomendaciones se encuentra &ldquo;come siempre desnuda delante del espejo&rdquo; o &ldquo;no comas prote&iacute;nas, porque desarrollan m&uacute;sculo y los m&uacute;sculos parecen grasa si los miras de cerca&rdquo;. En otro, afirma: &ldquo;Se han realizado numerosos estudios para averiguar por qu&eacute; las feministas necesitan llamar tanto la atenci&oacute;n, y todos los investigadores han llegado a la misma conclusi&oacute;n: la raz&oacute;n es simplemente porque nadie quiere foll&aacute;rselas&rdquo;.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">&ldquo;Islandia quiz&aacute;s es perfecta sobre el papel, pero la realidad es otra cosa &ndash;dice Kn&ugrave;tsd&ograve;ttir&ndash;. La discriminaci&oacute;n salarial est&aacute; prohibida, pero muchas mujeres cobran menos s&oacute;lo porque lo son. Tambi&eacute;n es ilegal violar, o maltratar, pero sigue ocurriendo. No podemos dejar de luchar&rdquo;.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">&ldquo;La meta &ndash;dice la profesora Vilhj&aacute;lmsd&oacute;ttir&ndash; es la igualdad total con los hombres. Y no vamos a aceptar nada menos que eso&rdquo;.</span></p> <p> &nbsp;</p> <p> &nbsp;</p> <p> <strong>RELEVAMIENTO Y EDICI&Oacute;N:</strong> Rafael Pansa</p> <p> <strong>FUENTE:</strong> <a href="http://www.lavanguardia.com/20120831/54345118169/islandia-el-paraiso-de-las-mujeres.html" target="_blank">LaVanguardia</a></p></div> <div class="K2FeedImage"><img src="https://fundamentar.com/media/k2/items/cache/a82521355ffa5d7455a02ef1e9aeb10d_S.jpg" alt="Mujeres en Islandia" /></div><div class="K2FeedIntroText"><p> <em>A Islandia se lo ha calificado como el mejor pa&iacute;s del mundo donde ser mujer, por las leyes que favorecen la integraci&oacute;n laboral, la igualdad y otros aspectos | El feminismo incluso ha salido robustecido en la sociedad islandesa tras la quiebra econ&oacute;mica del 2008, aunque todav&iacute;a encuentra oposici&oacute;n</em><br /> &nbsp;</p></div><div class="K2FeedFullText"><p> Islandia es un pa&iacute;s donde un consultor de marketing puede presentarse a una entrevista sobre el descalabro financiero con un malet&iacute;n en la mano izquierda&hellip; y un beb&eacute; de siete meses en la derecha. &ldquo;Mi mujer es profesora y ya ha vuelto al trabajo, ahora me ocupo yo del peque&ntilde;o&rdquo;, explica con suma naturalidad el padre treinta&ntilde;ero, y sigue hablando del desplome de la corona y la quiebra de los bancos mientras mece a su hijo.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">Los padres islandeses tienen derecho a tres meses intransferibles de baja, adem&aacute;s de los tres meses para la madre y otros tres a repartir entre ambos. Desde que la ley entr&oacute; en vigor hace nueve a&ntilde;os, ha sido un &eacute;xito: en el 2009 se beneficiaron m&aacute;s del 85% de los padres.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">&ldquo;Personalmente, es muy gratificante. Estableces una relaci&oacute;n m&aacute;s cercana con tus hijos, te implicas en su educaci&oacute;n desde peque&ntilde;os. Los hombres tambi&eacute;n ganamos &ndash;dice Olafur Stephensen, a quien ser director del diario Fr&eacute;ttabladid, el primero del pa&iacute;s, no le ha impedido acogerse al permiso con dos hijos&ndash;. Permite una divisi&oacute;n m&aacute;s igualitaria del trabajo del hogar, prerrequisito para la igualdad en el mercado laboral. El objetivo es que los hombres sean como las mujeres a la hora de ausentarse del trabajo. No s&oacute;lo los primeros meses de vida de un hijo, tambi&eacute;n cuando enferma o para salir pronto para recogerlos en el colegio. Si no, es un c&iacute;rculo vicioso&rdquo;.</span><br /> El permiso de paternidad &ndash;introducido por un gobierno conservador&ndash; es uno de los motivos, aunque no el &uacute;nico, de que Islandia, una isla de hielo y fuego con 320.000 habitantes, lleve tres a&ntilde;os liderando el ranking de igualdad de g&eacute;nero del Foro Econ&oacute;mico Mundial o de que la revista Newsweek lo haya proclamado el &ldquo;mejor pa&iacute;s del mundo para ser mujer&rdquo;, despu&eacute;s de examinar educaci&oacute;n, sanidad, econom&iacute;a, justicia y, sobre todo, pol&iacute;tica.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">La matr&iacute;cula de honor, incluso frente a los vecinos escandinavos, se la lleva en participaci&oacute;n femenina en pol&iacute;tica. Ya en 1980, Vigd&iacute;s Finnbogad&oacute;ttir, una madre soltera, fue la primera jefa de Estado democr&aacute;ticamente elegida del mundo. Hoy, las mujeres representan el 43% en el Parlamento y el 40% en los gobiernos municipales.</span></p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> Han ca&iacute;do muchos pilares en la Islandia posdesastre financiero del 2008, el shock que llev&oacute; al pa&iacute;s a reescribir la Constituci&oacute;n y a juzgar a sus gobernantes. El feminismo, sin embargo, se ha robustecido.</p> <p> Han ca&iacute;do muchos pilares en la Islandia posdesastre financiero del 2008, el shock que llev&oacute; al pa&iacute;s a reescribir la Constituci&oacute;n y a juzgar a sus gobernantes. El feminismo, sin embargo, se ha robustecido.El Gobierno &ndash;una coalici&oacute;n de socialdem&oacute;cratas e izquierda ecologista&ndash; est&aacute; liderado por J&oacute;hanna Sigurdard&oacute;ttir, lesbiana declarada, que dirige un gabinete paritario. En sus tres a&ntilde;os de existencia ha aprobado un sinf&iacute;n de leyes feministas. Ha ilegalizado la compra de servicios sexuales (como en Suecia y Noruega, para castigar al cliente y no a la prostituta) y la publicidad o el lucro de la prostituci&oacute;n. En el 2010, Islandia se convirti&oacute; en el primer pa&iacute;s que proh&iacute;be, por motivos no religiosos, los clubs de striptease, al considerarlos tapaderas de prostituci&oacute;n, trata de blancas y otras actividades delictivas.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">La ley contra el maltrato, inspirada en el modelo austriaco, obliga al agresor o agresora a abandonar el domicilio, en lugar de trasladar a la v&iacute;ctima a un refugio. Y, si desde el 2008 hab&iacute;a una ley de cuotas en el sector p&uacute;blico, en el 2013 entrar&aacute; en vigor otra que obliga a las empresas con m&aacute;s de 50 empleados a tener al menos un 40% de uno de los dos sexos en sus consejos de administraci&oacute;n.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">La fuerza del movimiento feminista en Islandia es extraordinaria, sobre todo contemplada desde el Mediterr&aacute;neo. Algunas teor&iacute;as apuntan que la mujer islandesa tiene una independencia y una autoconfianza innatas, forjadas durante siglos y siglos en los que los hombres pasaban largas temporadas en el mar mientras ellas tomaban las riendas en tierra. Tambi&eacute;n en el interior de la isla, en una sociedad campesina que ten&iacute;a que doblegar una naturaleza implacable, el trabajo femenino era fundamental.</span><br /> Pero no fue hasta los a&ntilde;os 70 del pasado siglo, con la transformaci&oacute;n de esta sociedad pobre de campesinos y pescadores en un pa&iacute;s desarrollado y moderno, cuando emergi&oacute; el feminismo. Hay una fecha m&iacute;tica, grabada en la psique colectiva: el 25 de octubre de 1975, d&iacute;a de la huelga femenina convocada por el grupo Medias Rojas, que sigui&oacute; un 90% de las islandesas desde el puesto de trabajo o el hogar.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">&ldquo;Nunca antes hab&iacute;a salido tanta gente a la calle &ndash;recuerda la ingeniera Gu&eth;r&uacute;n Hallgr&iacute;msd&oacute;ttir, de 71 a&ntilde;os, una l&iacute;der del movimiento&ndash;. Entonces las mujeres funcionaban sobre todo como fuerza laboral de reserva, por ejemplo en el sector pesquero, se las llamaba cuando hab&iacute;a una gran captura. Pero ellas segu&iacute;an vi&eacute;ndose como amas de casa. Ese d&iacute;a conseguimos que las mujeres se dieran cuenta de lo importante que era su trabajo. Tambi&eacute;n le debemos nuestra actual red de guarder&iacute;as p&uacute;blicas. S&oacute;lo hab&iacute;a para madres solteras. Era una urgencia, porque es clave para la participaci&oacute;n de las mujeres en el mercado laboral&rdquo;. Aqu&iacute;, Islandia tiene la tasa m&aacute;s elevada entre los pa&iacute;ses de la OCDE: 77,6%. Tambi&eacute;n hay logros m&aacute;s sutiles, m&aacute;s simb&oacute;licos. &ldquo;En los 70 no hab&iacute;a forma de localizar a una mujer casada, porque en el list&iacute;n telef&oacute;nico o en el portal de su casa s&oacute;lo aparec&iacute;a el nombre del marido. Hoy ser&iacute;a impensable&rdquo;, dice la veterana feminista.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">Casi 40 a&ntilde;os m&aacute;s tarde, sin embargo, una de las exigencias de las Medias Rojas sigue pendiente: la brecha salarial. La ley de &ldquo;a igual trabajo, igual salario&rdquo; fue aprobada en 1961, pero hoy ellas siguen cobrando entre un 8% y un 16% menos. Cincuenta mil mujeres, un tercio de la poblaci&oacute;n femenina, salieron a la calle el 25 de octubre del a&ntilde;o pasado contra la brecha y la violencia sexual, en una demostraci&oacute;n de la fuerza y el consenso que sigue teniendo el feminismo.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">Mientras las feministas de otros pa&iacute;ses siguen enzarzadas en la eterna discusi&oacute;n sobre si la prostituci&oacute;n es una forma de opresi&oacute;n o un derecho femenino, la ilegalizaci&oacute;n apenas ha provocado pol&eacute;mica en Islandia. No s&oacute;lo entre las feministas: un 82% de las mujeres y un 57% de los hombres est&aacute;n a favor de prohibir la compra de sexo, y s&oacute;lo un 8% de los islandeses se opone, seg&uacute;n una encuesta.</span></p> <p class="blubox-jck" style="text-align: center;"> La brecha salarial es un asunto m&aacute;s complejo. Sus causas son dif&iacute;ciles de identificar. Por ejemplo, los hombres alargan sus jornadas laborales y reclaman antes aumentos o ascensos. El Gobierno de Sigurdard&oacute;ttir, exministra de Asuntos Sociales y con especial sensibilidad para la cuestiones de g&eacute;nero, ha hecho de la igualdad salarial una de sus prioridades.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">La brecha salarial es un asunto m&aacute;s complejo. Sus causas son dif&iacute;ciles de identificar. Por ejemplo, los hombres alargan sus jornadas laborales y reclaman antes aumentos o ascensos. El Gobierno de Sigurdard&oacute;ttir, exministra de Asuntos Sociales y con especial sensibilidad para la cuestiones de g&eacute;nero, ha hecho de la igualdad salarial una de sus prioridades. Ha designado un comit&eacute; especial que elabora unos criterios que deber&aacute;n ser observados por las empresas. Y la posibilidad de multar a las que no los respeten est&aacute; encima de la mesa. &ldquo;Algunos pa&iacute;ses ya lo est&aacute;n haciendo y est&aacute; funcionando, es algo que tomar en consideraci&oacute;n&rdquo;, se&ntilde;ala Krist&iacute;n &Aacute;stgeirsd&oacute;ttir, jefa del Centro para la Igualdad de G&eacute;nero.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">Otra medida destinada a recortar la brecha es la cuota femenina en los consejos de administraci&oacute;n del sector privado, sin duda la ley m&aacute;s pol&eacute;mica. &ldquo;Lo hemos intentado todo para evitarla, pero cuando despu&eacute;s de tantos a&ntilde;os nada se mueve, te das cuenta de que a veces hay que forzar los cambios&rdquo;, dice &Aacute;stgeirsd&oacute;ttir. El 90% de los directores ejecutivos, gerentes y miembros de los consejos de administraci&oacute;n de las grandes empresas son hombres.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">&ldquo;Al principio, hubo una oposici&oacute;n enorme de los empresarios &ndash;se&ntilde;ala&ndash;. Pero han cambiado el tono, est&aacute;n aceptando que era una medida necesaria, incluso que les puede beneficiar. Lo demuestra la experiencia noruega: las empresas con direcci&oacute;n paritaria mejoran su imagen, el ambiente laboral y hasta aumentan sus beneficios econ&oacute;micos. Es dif&iacute;cil de comprender por qu&eacute; algunos empresarios siguen siendo tan reacios, por qu&eacute; quieren preservar su club de chicos&rdquo;.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">La referencia al &ldquo;club de chicos&rdquo; se escucha por todas partes en la nueva Islandia surgida tras la crisis financiera del 2008, cuando el pa&iacute;s se acost&oacute; crey&eacute;ndose un milagro capitalista y desayun&oacute; con los tres bancos nacionalizados, una deuda diez veces superior al PIB nacional y los ahorros de miles de familias desvanecidos. El shock fue tan tremendo que los islandeses emprendieron un implacable examen de conciencia colectivo, que no s&oacute;lo les ha llevado a echar al gobierno conservador tras 17 a&ntilde;os consecutivos en el poder o a sentar en el banquillo a los responsables de la crisis, sino tambi&eacute;n a cuestionar los cimientos de su cultura.</span><br /> La catarsis alcanza tambi&eacute;n una dimensi&oacute;n de g&eacute;nero. Si durante los a&ntilde;os euf&oacute;ricos del boom el pa&iacute;s entero celebraba el arrojo de sus j&oacute;venes banqueros, que se lanzaban a conquistar el mundo como anta&ntilde;o lo hicieron los vikingos, muchas voces reivindican ahora que los valores hipermasculinos condujeron a la bancarrota y llaman a una refeminizaci&oacute;n de la econom&iacute;a.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">&ldquo;El pa&iacute;s se fue a pique, entre otros motivos, porque los consejos de administraci&oacute;n de las empresas estaban copados por un grupo cerrado de hombres j&oacute;venes y osados, educados en las mismas universidades, salidos de los mismos ambientes. Esta homogeneidad fue muy nociva para nuestra econom&iacute;a&rdquo;, se&ntilde;ala el director de diario Olafur Stephensen.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">No es casualidad que el primer gobierno despu&eacute;s de la crisis est&eacute; liderado por una mujer y sea el m&aacute;s feminista de la historia de Islandia. Por primera vez una mujer preside un banco, el nuevo Islandsbanki. Y hay iniciativas sorprendentes, como Audur Capital, cofundado por la exdirectora de la C&aacute;mara de Comercio, un fondo de capital riesgo que reivindica &ldquo;la incorporaci&oacute;n en el mundo financiero de valores femeninos&rdquo; como &ldquo;conciencia de riesgo&rdquo;, &ldquo;capital emocional&rdquo; o &ldquo;beneficios con principios&rdquo;.</span><br /> &ldquo;Todo esto de los valores masculinos me parece una verdadera sandez. Es un an&aacute;lisis que ha calado sin argumentaci&oacute;n&rdquo;, exclama Sigr&iacute;dur Andersen, abogada de 40 a&ntilde;os y vicediputada del conservador Partido de la Independencia. &ldquo;&iexcl;Hab&iacute;a mujeres en el sector financiero, de hecho hab&iacute;a muchas, y en todo caso la causa del desastre fueron las malas decisiones y no la falta de perspectiva femenina!&rdquo;, a&ntilde;ade.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">Como muchas conservadoras, no se siente representada por el discurso feminista de Islandia, al que acusa de hacer &ldquo;prevalecer los supuestos derechos de las mujeres como si fueran exclusivos y dejar de lado los derechos individuales&rdquo;. Rechaza las cuotas: &ldquo;S&oacute;lo los accionistas de una empresa pueden decidir qui&eacute;n debe componer el consejo de administraci&oacute;n, aunque se equivoquen, y ni el Estado ni nadie tiene derecho a inmiscuirse. Adem&aacute;s, no veo en qu&eacute; las cuotas son una causa feminista: s&oacute;lo beneficiar&aacute;n a las mujeres concretas que entrar&aacute;n en los consejos, pero no al conjunto de la sociedad. Adem&aacute;s, a largo plazo s&oacute;lo pueden perjudicar a las mujeres, cuyos m&eacute;ritos para ocupar el puesto siempre ser&aacute;n cuestionados&rdquo;.</span></p> <p> Andersen se opone incluso a que el Estado subsidie los nueve meses de baja por paternidad &ndash;hasta hace poco, se cubr&iacute;a hasta el 90% de los sueldos m&aacute;s altos, pero con la crisis se ha reducido la paga m&aacute;xima en un 40%&ndash; y considera que &ldquo;cada familia debe priorizar sus vidas en funci&oacute;n de sus intereses&rdquo;. &ldquo;No le debemos nada al permiso de paternidad &ndash;se&ntilde;ala&ndash;. Las islandesas siempre han sido muy independientes, los valores morales de nuestra cultura siempre han favorecido su participaci&oacute;n en el mercado laboral. Mucho antes de que se introdujera el permiso, la tasa de participaci&oacute;n ya era muy superior a las de otros pa&iacute;ses &shy;europeos&rdquo;.</p> <p> <span style="font-size: 14px;">Otra voz muy cr&iacute;tica con el feminismo es la de Dav&iacute;d Thorl&aacute;ksson, de 31 a&ntilde;os y presidente de las juventudes del partido conservador. &ldquo;Un informe de Newsweek demuestra que en Islandia ya no hay discriminaci&oacute;n de g&eacute;nero. Y hemos logrado ser el mejor pa&iacute;s del mundo para ser mujer sin tener que recurrir a prohibiciones o a la interferencia del Estado&rdquo;, afirma. &iquest;Quiere decir que las feministas han ido demasiado lejos? &ldquo;S&iacute;, es momento de parar, porque no se puede utilizar la discriminaci&oacute;n del pasado para justificar nuevas discriminaciones, a mujeres o a hombres&rdquo;, dice.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">Quiz&aacute;s por eso, la coronaci&oacute;n de Newsweek ha sido recibida con recelo por las feministas, cuya combatividad no ha mermado un &aacute;pice pese a los logros. &ldquo;Islandia no es un para&iacute;so y no, no me siento afortunada. Sabemos que hemos llegado m&aacute;s lejos que muchos pa&iacute;ses occidentales&hellip; ya no hablo de Afganist&aacute;n, donde la situaci&oacute;n es terrible. Nos solidarizamos con nuestras hermanas afganas, francesas o espa&ntilde;olas, pero no es con ellas con quienes nos comparamos, sino con los hombres. Y hoy en d&iacute;a todav&iacute;a es mucho mejor ser island&eacute;s que islandesa&rdquo;, subraya Hanna Bj&ouml;rg Vilhj&aacute;lmsd&oacute;ttir, de 48 a&ntilde;os y profesora en el colegio universitario Borgarholtssk&oacute;li.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">Vilhj&aacute;lmsd&oacute;ttir ha introducido un curso sobre igualdad de g&eacute;nero con unos resultados tan positivos que centros educativos de todo el pa&iacute;s se han interesado. Varios de sus alumnos, de 16 a 20 a&ntilde;os, han salido en los medios de comunicaci&oacute;n explicando que sus clases les han &ldquo;transformado&rdquo;, que les han abierto los ojos ante comportamientos ajenos y propios que antes no identificaban como sexistas. La profesora cree que el mayor desaf&iacute;o es la &ldquo;pornificaci&oacute;n&rdquo;. &ldquo;Cuando comenc&eacute; a dar clases, hace seis a&ntilde;os, me qued&eacute; horrorizada. Lo veo en la forma c&oacute;mo se visten mis alumnas, obsesionadas con ser sexis porque la sociedad s&oacute;lo las valora en funci&oacute;n de su atractivo sexual. Tambi&eacute;n en las relaciones de pareja: el pensamiento sexual masculino est&aacute; tan coloreado por el porno que esperan que las chicas se sometan en la cama como en la pantalla. La pornificaci&oacute;n es, ahora mismo, la fuerza que m&aacute;s oprime a las chicas e impide su emancipaci&oacute;n&rdquo;.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">A Hildur Kn&ugrave;tsd&ograve;ttir, de 27 a&ntilde;os, le preocupa el &ldquo;sexismo subyacente&rdquo;, que permea sin ser percibido. Es autora de un blog de moda par&oacute;dico, en el que escribe por medio de un &aacute;lter ego &ndash;anor&eacute;xica, materialista y furibunda antifeminista&ndash; que encarna todo aquello que quiere combatir. Uno de sus apuntes se titula &ldquo;14 formas de perder peso&rdquo;, y entre las recomendaciones se encuentra &ldquo;come siempre desnuda delante del espejo&rdquo; o &ldquo;no comas prote&iacute;nas, porque desarrollan m&uacute;sculo y los m&uacute;sculos parecen grasa si los miras de cerca&rdquo;. En otro, afirma: &ldquo;Se han realizado numerosos estudios para averiguar por qu&eacute; las feministas necesitan llamar tanto la atenci&oacute;n, y todos los investigadores han llegado a la misma conclusi&oacute;n: la raz&oacute;n es simplemente porque nadie quiere foll&aacute;rselas&rdquo;.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">&ldquo;Islandia quiz&aacute;s es perfecta sobre el papel, pero la realidad es otra cosa &ndash;dice Kn&ugrave;tsd&ograve;ttir&ndash;. La discriminaci&oacute;n salarial est&aacute; prohibida, pero muchas mujeres cobran menos s&oacute;lo porque lo son. Tambi&eacute;n es ilegal violar, o maltratar, pero sigue ocurriendo. No podemos dejar de luchar&rdquo;.</span></p> <p> <span style="font-size: 14px;">&ldquo;La meta &ndash;dice la profesora Vilhj&aacute;lmsd&oacute;ttir&ndash; es la igualdad total con los hombres. Y no vamos a aceptar nada menos que eso&rdquo;.</span></p> <p> &nbsp;</p> <p> &nbsp;</p> <p> <strong>RELEVAMIENTO Y EDICI&Oacute;N:</strong> Rafael Pansa</p> <p> <strong>FUENTE:</strong> <a href="http://www.lavanguardia.com/20120831/54345118169/islandia-el-paraiso-de-las-mujeres.html" target="_blank">LaVanguardia</a></p></div>