La Corte Interamericana de Derechos Humanos, vinculada a la Organización de Estados Americanos (OEA), abrió un proceso contra policías brasileños acusados de violentar y asesinar a 26 jóvenes en una favela de la Río de Janeiro.

El organismo aceptó la denuncia presentada por entidades humanitarias que además de aportar pruebas y testimonios, alegaron la "imposibilidad" de que los acusados sean condenados en Brasil.

Según la parte acusatoria, los operativos policiales ocurrieron el 18 de octubre 1994 y el 8 de mayo de 1995 en dos favelas del Complexo do Alemao, una violenta barriada en la zona norte carioca.

Las audiencias de la Corte Interamericana comenzaron ayer cuando hizo un alegato el relator del caso Francisco Eguiguren Praeli.

"Pasaron más de 20 años desde que ocurrieron estas ejecuciones extrajudiciales y casos de tortura sexual de estos adolescentes", señaló Eguiguren Praeli.

Más adelante, el relator criticó la conducta del Estado brasileño que, al igual que en otros casos donde los imputados son policías, ha permitido que estos "casos continúen dentro de una total impunidad", refirió Ansa.

También el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil, por su sigla en inglés) expresó su confianza en que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) establezca "medidas de reparación plena" por esas ejecuciones extrajudiciales.

Se trata del caso Favela Nova Brasilia, uno de los que centran las audiencias que la CorteIDH celebra esta semana durante su 56 periodo de sesiones, que tiene lugar en Quito.

En un comunicado, el Cejil sostiene que en octubre de 1994 y mayo de 1995, agentes policiales cometieron las ejecuciones y, además, abusaron sexualmente de tres mujeres, dos de ellas menores de edad.

La organización no gubernamental afirma también que los homicidios y violaciones quedaron impunes "a pesar de que todas la evidencias apuntan a que las víctimas fueron ejecutadas", pues los hechos no fueron investigados adecuadamente, citó Efe.

FUENTE: Télam

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Camila Abbondanzieri

La Policía Militar (PM) de Río de Janeiro ocupó Maré, uno de los complejos de favelas más violentos y de ubicación estratégica en la ciudad que acogerá el Mundial de fútbol que comienza el 12 de junio.

Según informaron medios locales, poco más de 1000 efectivos participaron de la ocupación, sin que se produjeran enfrentamientos, del complejo integrado por 15 comunidades y en el que viven unas 140 mil personas.

Este operativo forma parte del programa del gobierno regional, que consiste en la instalación de Unidades de Policía Pacificadora (UPP) en los barrios más violentos y problemáticos de la ciudad carioca.

El programa tiene como objetivo expulsar a las bandas de narcotraficantes que dominan esos barrios desde hace décadas y garantizar la presencia del Estado a través de servicios públicos y proyectos de urbanización.

Maré recibirá dentro de poco su propia UPP, que será la número 39 que las autoridades regionales instalaron en los barrios conflictivos.

La ocupación de Maré es considerada estratégica por las autoridades, puesto que está localizada entre las principales vías de la ciudad –Linha Vermelha, Linha Amarela y Avenida Brasil– y el aeropuerto internacional Tom Jobim (Galeao).

La ocupación de ayer se realizó en sólo 15 minutos y sin que se escuchara ni un solo disparo, al igual que en las anteriores enmarcadas en el programa de pacificación. La única resistencia fueron algunas barricadas montadas para impedir el avance de los vehículos blindados.

Cuando sí suelen producirse tiroteos, y muertes en algunos casos, es cuando la policía realiza incursiones en las favelas, pacificadas o no, con el fin específico de capturar sospechosos y aprehender armas, drogas y objetos robados.

En junio pasado nueve personas murieron en Maré y varias resultaron heridas en tiroteos entre sospechosos y efectivos del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) de la policía militarizada.

Medios locales afirmaron que los vecinos del lugar se muestran reticentes a dar declaraciones a la prensa por temor a sufrir represalias por parte de los líderes del narcotráfico, pero, no obstante, el clima es de tranquilidad. De hecho, el comercio abrió ayer sus puertas normalmente.

Tras la ocupación, imágenes televisivas mostraron a decenas de efectivos del BOPE circulando por las calles portando fusiles, quienes permanecerán por una semana en la barriada, y a partir del próximo fin de semana ingresará el Ejército, que se quedará allí hasta que la UPP sea inaugurada.

El proceso de pacificación en las favelas va de la mano de la contención que busca el gobierno de Dilma Rousseff con los miles de manifestantes que critican las inversiones destinadas al Mundial. A mediados de este mes, la Policía Militar de Río ocupó las favelas de Vila Kennedy y Metral, en la zona oeste de la ciudad y donde viven unas 30 mil personas e instaló la UPP número 38.

Tiempo atrás, un estudio de la Universidad Estadual de Río de Janeiro (UERJ) había revelado que a la fecha del informe (diciembre de 2013) las milicias –integradas por policías corruptos activos y retirados– tenían bajo su control el 45% de las barriadas; los comandos narco dominaban el 37% de esas comunidades, mientras que la policía sólo tenía en su poder el 18 por ciento.

REFUGIO DEL DELITO

La presencia de las Fuerzas Armadas en el complejo de favelas Maré fue solicitada por el gobernador de Río, Sergio Cabral, a raíz de una serie de atentados contra sedes de policía pacificadora ocurridos días atrás en barrios vecinos.

Según el gobernador, la pacificación de favelas vecinas hizo que Maré se convirtiera en un refugio para delincuentes de otros barrios, lo que hizo necesario el apoyo del Ejército.

"Fuimos provocados e intimidados en los últimos dos, tres meses por el poder paralelo en un intento de debilitar una política de seguridad", dijo ayer Cabral en rueda de prensa.

Después de que ingresaran las fuerzas de seguridad, fueron izadas las banderas de Brasil y de Río de Janeiro, en un acto simbólico que representó la recuperación por parte del estado, del territorio que se considera controlado por delincuentes.

 

FUENTE: Infonews