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Fundamentar - Internacional https://fundamentar.com Sun, 28 Apr 2024 22:25:35 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es La Creación de una Sociedad del Aprendizaje https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/3767-la-creacion-de-una-sociedad-del-aprendizaje https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/3767-la-creacion-de-una-sociedad-del-aprendizaje La Creación de una Sociedad del Aprendizaje

Los ciudadanos de los países más ricos del mundo han llegado a pensar que sus economías se basan en la innovación. Pero la innovación ha sido parte de la economía del mundo desarrollado durante más de dos siglos. 

De hecho, durante miles de años, hasta la Revolución Industrial, los ingresos se encontraban estancados. Posteriormente, el ingreso per cápita se disparó, aumentando año tras año, y solamente se vio interrumpido por los efectos ocasionales de las fluctuaciones cíclicas.

El economista y premio Nobel Robert Solow señaló alrededor de sesenta años atrás que, en gran medida, los aumentos en ingresos no se deberían atribuir a la acumulación de capital, sino que se los deberían atribuir a los avances tecnológicos – es decir, al aprendizaje de cómo hacer las cosas mejor. Si bien una parte del incremento de la productividad refleja el impacto que tienen los grandes y espectaculares descubrimientos, una gran parte de dicho incremento se ha debido a cambios pequeños y graduales. Y, si ese es el caso, tiene sentido centrar la atención en cómo las sociedades aprenden, y qué es lo que se puede hacer para promover el aprendizaje – incluyendo la promoción de cómo aprender a aprender.

Hace un siglo, el economista y politólogo Joseph Schumpeter argumentó que la virtud central de la economía de mercado era su capacidad para innovar. Sostuvo que el enfoque tradicional de los economistas sobre los mercados competitivos se ubicaba en el lugar equivocado; lo que importaba era la competencia por el mercado, no la competencia dentro del mercado. La competencia por el mercado fue lo que condujo hacia la innovación. Una sucesión de monopolistas conduciría, según este punto de vista, a niveles de vida superiores en el largo plazo.

Los rendimientos promedio para la economía que provienen de proyectos gubernamentales de investigación son, en los hechos, más elevados que los rendimientos promedio provenientes de los proyectos que son llevados a cabo por el sector privado

Las conclusiones de Schumpeter se han visto sometidas ante pruebas. Los monopolistas y las empresas dominantes, como por ejemplo Microsoft, en realidad pueden inhibir la innovación. Si dichas empresas no son sometidas a revisiones por parte de las autoridades antimonopolio, ellas pueden involucrarse en comportamientos contrarios a la competencia que refuercen su poder monopólico.

Además, puede que los mercados no sean eficientes ya sea en cuanto al nivel o a la dirección de las inversiones destinadas a la investigación y el aprendizaje. Los incentivos privados no se encuentran bien alineados con los beneficios sociales: las empresas pueden obtener ganancias de las innovaciones que aumentan su poder de mercado, de aquellas que les permiten eludir regulaciones, o de las que canalizan rentas que de otra manera irían a ser aprovechadas por otros.

Pero una de las ideas fundamentales de Schumpeter ha quedado bien parada después de ser sometida a pruebas: una vez que se tome una perspectiva de innovación/aprendizaje a largo plazo, puede que las políticas convencionales que se centran en la eficiencia a corto plazo no sean deseables. Esto es especialmente cierto para los países en desarrollo y los mercados emergentes.

Las políticas industriales – mediante las cuales los gobiernos intervienen en la asignación de recursos entre sectores o intervienen para favorecer más a algunas tecnologías en comparación a otras – pueden ayudar a aprender a las “economías incipientes”. El aprendizaje puede ser más marcado en algunos sectores (como por ejemplo en el sector de la manufactura industrial) en comparación con otros, y los beneficios de dicho aprendizaje, incluyendo el desarrollo institucional necesario para el éxito, podría extenderse a otras actividades económicas.

Este tipo de políticas, una vez adoptadas, han sido blanco frecuente de críticas. Se dice a menudo que el gobierno no debería involucrarse en la selección de ganadores. Según dichas opiniones, el mercado actúa de mucha mejor manera cuando se deben realizar estas decisiones.

Sin embargo la evidencia al respecto no es tan convincente como aseveran los defensores del libre mercado. El sector privado de Estados Unidos fue notoriamente malo en lo que se refiere a la asignación de capital y la gestión del riesgo durante los años previos a la crisis financiera mundial; al mismo tiempo se tienen estudios que demuestran que los rendimientos promedio para la economía que provienen de proyectos gubernamentales de investigación son, en los hechos, más elevados que los rendimientos promedio provenientes de los proyectos que son llevados a cabo por el sector privado – especialmente debido a que el gobierno invierte con más énfasis en importantes investigaciones básicas. Uno solamente tiene que pensar en los beneficios sociales que se pueden retrotraer a la investigación que condujo hacia el desarrollo de la red de Internet o al descubrimiento del ADN.

Pero, dejando de lado dichos éxitos, el propósito de la política industrial no es de ninguna manara elegir a ganadores. Por el contrario, las políticas industriales exitosas identifican fuentes de externalidades positivas – es decir, sectores donde el aprendizaje puede generar beneficios en la economía.

Visualizar las políticas económicas a través de las lentes del aprendizaje ofrece una perspectiva diferente sobre muchos temas. El gran economista Kenneth Arrow hizo hincapié en la importancia de aprender haciendo. La única manera de aprender lo que se requiere para el crecimiento industrial, por ejemplo, es tener un sector industrial. Y eso puede requerir que se garantice que el tipo de cambio del país sea competitivo o que se garantice acceso privilegiado al crédito para ciertas industrias – tal como lo hicieron un número de países de Asia oriental como parte de sus estrategias de desarrollo notablemente exitosas.

La propiedad intelectual, si no se la diseña correctamente, puede ser un arma de doble filo cuando se la ve desde una perspectiva de aprendizaje

El concepto de economía incipiente es un argumento convincente a favor de la protección industrial. Por otra parte, la liberalización de los mercados financieros puede socavar la capacidad que tienen los países para aprender otro conjunto de habilidades que son esenciales para el desarrollo: la forma de asignar recursos y gestionar riesgos.

Del mismo modo, la propiedad intelectual, si no se la diseña correctamente, puede ser un arma de doble filo cuando se la ve desde una perspectiva de aprendizaje. Si bien puede aumentar los incentivos para invertir en investigación, también puede aumentar los incentivos para actuar con secretismo – lo que impide el flujo de conocimiento, que es esencial para el aprendizaje, mientras que al mismo tiempo alienta a que las empresas maximicen lo que obtienen del conjunto de conocimientos colectivos y minimicen lo que aportan a dicho conjunto. En este escenario, el ritmo de innovación, en los hechos, se reduce.

En términos más generales, muchas de las políticas (especialmente las relacionadas con el neoliberal “Consenso de Washington”) que fueron impuestas a los países en desarrollo con el noble objetivo de promover la eficiencia en la asignación de recursos, hoy en día realmente impiden el aprendizaje, y por lo tanto conducen, a la larga, hacia estándares de vida más bajos.

Prácticamente cada una de las políticas gubernamentales, de forma deliberada o no, para bien o para mal, tiene efectos directos e indirectos sobre el aprendizaje. Los países en desarrollo, donde los formuladores de políticas están conscientes de estos efectos son más propensos a cerrar la brecha de conocimiento que los separa de los países más desarrollados. Los países desarrollados, por su parte, tienen la oportunidad de reducir la brecha entre las prácticas promedio y las mejores prácticas, y de evitar el peligro del estancamiento secular.

 

(*) Premio Nobel de Economía y profesor de la Universidad de la Universidad de Columbia, fue presidente del Consejo de Asesores Económicos del presidente Bill Clinton y se desempeñó como vicepresidente senior y economista jefe del Banco Mundial.

 

FUENTE: Project Syndicate

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hola@fundamentar.com (JOSEPH E. STIGLITZ (*)) Opinión Thu, 05 Jun 2014 17:12:52 -0300
Bayer: “No Creamos Medicamentos para Indios, sino para Quienes Pueden Pagarlos” https://fundamentar.com/internacional/item/3323-bayer-no-creamos-medicamentos-para-indios-sino-para-quienes-pueden-pagarlos https://fundamentar.com/internacional/item/3323-bayer-no-creamos-medicamentos-para-indios-sino-para-quienes-pueden-pagarlos Bayer: “No Creamos Medicamentos para Indios, sino para Quienes Pueden Pagarlos”

La farmacéutica alemana Bayer, una de las mayores empresas del mundo en su sector produce medicamentos "para quienes pueden pagarlos", según declaraciones de representantes directivos de la compañía.

"No producimos medicamentos para los indios. Los producimos para los pacientes occidentales que pueden permitírselos", dijo el consejero delegado de Bayer, Marijn Dekkers, en declaraciones recogidas por la revista 'Bloomberg Business Week'.

Dekkers hizo estas declaraciones en referencia a las nuevas licencias sobre la propiedad de las patentes farmacéuticas que está aplicando el Gobierno de la India, una iniciativa que repercutirá a favor de los fabricantes locales para que produzcan medicamentos genéricos a un precio más barato y asequible para toda la población.

Con estas licencias una empresa local ya ha elaborado el genérico de un anticancerígeno de Bayer que cuesta un 97% menos que el original.

La medida está pensada para los tratamientos contra el cáncer, el VIH y la diabetes, según la revista, pero el Gobierno indio pretende ampliarla a 20 medicamentos más.

Las nuevas licencias permitirían a cualquier empresa del país asiático producir esas mismas fórmulas sin el consentimiento del titular de la patente y sin recibir el correspondiente pago por su uso. La medida tiene como objetivo ejercer presión sobre los fabricantes para que estos bajen los precios y sean competitivos con los genéricos, además de satisfacer las necesidades de sus ciudadanos más pobres.

Con estas licencias una empresa local ya ha elaborado el genérico de un anticancerígeno de Bayer que cuesta un 97% menos que el original. Pero esta iniciativa enfadó a la farmacéutica alemana, que decidió recurrir ante la justicia india argumentando que estas licencias constituyen "un robo".

Sin embargo, doctores de la organización Médicos Sin Fronteras citados por el diario digital Público creen que este caso "refleja la manera perversa en la que se desarrollan hoy en día los medicamentos. Las farmacéuticas están claramente enfocadas en multiplicar las ganancias y para ello presionan de una manera agresiva con el objetivo de lograr patentes y elevar los precios".

"Lamento que lo que fue una respuesta rápida en el marco de una discusión haya salido a la luz de una manera que yo no pretendía. No puede ser más contrario a lo que yo quiero y a lo que hacemos en Bayer", dijo después Dekkers al disculparse por sus declaraciones.

 

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Pedro Arrospidegaray

FUENTE: RT

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hola@fundamentar.com (Pedro Arrospidegaray) Internacional Fri, 24 Jan 2014 15:53:56 -0300
La Violencia y la Innovación https://fundamentar.com/internacional/item/2944-la-violencia-y-la-innovacion https://fundamentar.com/internacional/item/2944-la-violencia-y-la-innovacion La Violencia y la Innovación

En El tercer hombre, film británico de 1949, uno de los personajes, Harry Lime, señala que durante el reinado de los Borgia en la Italia renacentista, el país “tuvo guerras, terror, asesinatos y derramamiento de sangre. Pero produjo a Miguel Ángel, a Leonardo da Vinci y al Renacimiento”. En cambio, agrega, tras 500 años de paz y democracia, Suiza apenas inventó el reloj cucú.

Claro que sería exagerado concluir que el conflicto es la única fuente posible de innovación y creatividad (de hecho, Suiza es líder mundial en innovación), pero el comentario de Lime encierra una verdad importante. Se piensa en general que la paz, el orden y la estabilidad política son condiciones indispensables para la inventiva, el espíritu emprendedor y el desarrollo económico, pero esta regla tiene muchas excepciones (especialmente, en lo referido a la creatividad y la innovación).

Es común que Estados Unidos aparezca siempre entre los diez países más innovadores del mundo en los estudios referidos al tema (por ejemplo, en el Índice Mundial de Innovación de la Escuela de Negocios INSEAD). Pero en el Índice Mundial de la Paz, figura en 88.° lugar en una lista de 153 países. Por su parte, el Reino Unido y los Países Bajos están quinto y sexto, respectivamente, en el Índice de Innovación, pero 28.° y 29.° en el Índice de la Paz. En el otro extremo, Bután es una de las 20 naciones más pacíficas del mundo, pero en los índices de innovación ni siquiera aparece.

Claro que cuando la delincuencia, el terrorismo, el conflicto y la inestabilidad política son tan graves que alteran por completo la legalidad y el orden, se convierten en un importante obstáculo contra la creatividad y la innovación. Pero aún en condiciones de violencia e incertidumbre, hay países que muestran gran capacidad para sobreponerse.

Por ejemplo, aunque México y Sudáfrica padecen altos índices de criminalidad violenta, al mismo tiempo son países muy innovadores, según se desprende de la cantidad de solicitudes de patentes y marcas comerciales registradas. Líbano, Turquía, Jordania e Israel se destacan como países resistentes e innovadores cuando entre los indicadores de violencia se incluyen los referidos al terrorismo. Así como la paz y la estabilidad no siempre conducen a la creatividad y la innovación, el conflicto y la incertidumbre no siempre las obstaculizan.

La paz, la estabilidad política y el orden público son factores importantes que las empresas internacionales tienen en cuenta al elegir dónde radicar centros de producción o servicios a gran escala, pero son mucho menos importantes a la hora de buscar fuentes de creatividad y hacer las inversiones relacionadas con ellas. En particular, las industrias de la creatividad (por ejemplo, la animación, las artes, el diseño y el desarrollo de software), que se basan sobre todo en habilidades y talentos individuales, tienden a ser más resistentes al conflicto que otras industrias.

Por eso, los funcionarios, inversores y directivos empresariales que buscan ideas revolucionarias, soluciones de avanzada y talentos desaprovechados no deberían permitir que la diferencia entre la turbulencia de unas sociedades y la calma de otras influya demasiado en sus decisiones. De hecho, aventurarse fuera de la zona segura puede ser muy beneficioso.

Algunos datos señalan que un alto grado de incertidumbre puede alentar la competencia y estimular la innovación. Además, ciertos entornos sociales caracterizados por menos consenso y más violencia pueden ser un terreno más fértil para la innovación radical que otros entornos más armónicos.

Algunos datos señalan que un alto grado de incertidumbre puede alentar la competencia y estimular la innovación. Además, ciertos entornos sociales caracterizados por menos consenso y más violencia pueden ser un terreno más fértil para la innovación radical que otros entornos más armónicos.

Como prueba de esta afirmación puede citarse el caso del Líbano. A pesar de ser un país con una larga historia de violencia política, sus industrias creativas están en expansión. Según un estudio de 2007 sobre las industrias libanesas que dependen de los derechos de autor (llevado a cabo por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual), los principales desafíos a los que se enfrenta la industria libanesa de desarrollo de software (componente importante de su economía) incluyen: las barreras comerciales, la competencia interna, la fuga de cerebros (pérdida de capital humano), las malas políticas tecnológicas, la falta de incentivos estatales y el auge de la piratería. En la lista brilla por su ausencia la violencia.

Por supuesto que la violencia es siempre un problema. Pero países como el Líbano han adquirido resistencia a sus efectos (por ejemplo, mediante el desarrollo de industrias creativas) y han disminuido sus efectos negativos sobre el desarrollo económico, social e intelectual. En 2005, correspondió al sector creativo el 10% de todas las aperturas de empresas en el Líbano; ese mismo año, las industrias dependientes de los derechos de autor aportaron el 4,75% del PIB.
Otro ejemplo similar es Nigeria, país que a pesar de sus altos niveles de violencia política, produce más de 1000 películas al año. De hecho, la industria cinematográfica nigeriana es la tercera más grande del mundo, después de las de Estados Unidos y la India, y es la segunda industria más importante del país después de la producción de petróleo.

Un informe de las Naciones Unidas del año 2010 sobre la economía creativa señala que el comercio internacional de bienes producidos por este tipo de industrias creció a un ritmo anual del 14% entre 2002 y 2008. En ese mismo lapso, la exportación de productos de la creatividad desde países en desarrollo (que suelen estar también entre los más violentos) creció a un ritmo de 13,5%, hasta alcanzar en 2008 los 176.000 millones de dólares (el 43% del total de lo comerciado en el mundo en esta clase de bienes). Ese mismo año, aunque el comercio internacional total disminuyó un 12%, el comercio de bienes y servicios relacionados con la creatividad siguió creciendo. Son datos que los líderes políticos y empresariales deberían tener en cuenta (sobre todo, en regiones convulsionadas como Oriente Próximo).

Para impulsar el crecimiento económico y la innovación en medio del conflicto y la incertidumbre, los políticos y los inversores deben prestar atención al desarrollo de las industrias creativas. La resistencia y adaptabilidad que ofrecen son fundamentales para sostener el crecimiento económico y la creación de empleo a largo plazo, independientemente de lo que depare el futuro.

 

 

(*) Director Académico sobre Innovación y Política de INSEAD.

 

 

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Rafael Pansa

FUENTE: ProjectSyndicate

 

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hola@fundamentar.com (SAMI MAHOROUM (*)) Internacional Mon, 14 Oct 2013 12:28:49 -0300
Encuentro de Biotecnología entre Argentina y Sudáfrica https://fundamentar.com/nacional/item/2861-encuentro-de-biotecnologia-entre-argentina-y-sudafrica https://fundamentar.com/nacional/item/2861-encuentro-de-biotecnologia-entre-argentina-y-sudafrica El Dr. Alejandro Mentaberry en la apertura del encuentro de biotecnología entre Argentina y Sudáfrica.

Encabezado por el coordinador ejecutivo del Gabinete Científico Tecnológico del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, el encuentro tuvo como finalidad reforzar los lazos de cooperación entre ambas comunidades científicas

El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva recibió el miércoles en el Polo Científico y Tecnológico a la delegación de biotecnología de la República de Sudáfrica. Encabezado por el coordinador ejecutivo del Gabinete Científico Tecnológico (GACTEC) del Ministerio de Ciencia, Dr. Alejandro Mentaberry, el encuentro, que se extenderá hasta el jueves, tuvo como finalidad identificar nuevas líneas de investigación en las áreas de las ciencias sociales y la biotecnología. Por parte del país invitado, la directora de la delegación de biotecnología del Departamento de Ciencia y Tecnología, Maneshree Jugmohan-Naidu, y el director de la delegación de Ciencias Sociales, Sagren Moodley, encabezaron la comitiva sudafricana.

Las jornadas divididas por áreas temáticas referidas a la biotecnología, tales como plagas agrícolas, protección de cultivos, entre otros títulos, tuvo como disertantes a investigadores y representantes de diferentes instituciones locales y sudafricanas, los cuales expusieron sobre sus áreas de competencia para luego trabajar conjuntamente temas de interés común.

El encuentro bilateral se realizó en el marco del acuerdo firmado en Pretoria en el año 2006, para la Cooperación Científica y Tecnológica entre la República Argentina y la Sudafricana, con el fin de promover la cooperación bilateral en materia científica y tecnológica en diversas áreas del conocimiento, entre ellas las ciencias sociales y la biotecnología.

“La cooperación científica con Sudáfrica es muy importante para Argentina, ambas regiones comparten problemáticas y temas comunes”, destacó Mentaberry, entre las cuales resaltó la biotecnología, afirmando que “es un campo en el que hay mucho por hacer y con muchas oportunidades”. Asimismo, subrayó la importancia de “apuntar a los que están afuera de la cadena de valor y que todavía permanecen en la economía de la subsistencia. Tenemos que lograr incorporarlos a la economía formal”.

Por su parte, Maneshree Jugmohan-Naidu presentó los aspectos predominantes en la bioeconomía sudafricana y sostuvo que el gran desafío es “tender a una economía del conocimiento; el conocimiento entendido como el capital básico, principal, y la economía como crecimiento dirigido por la innovación”.

El encuentro bilateral se realizó en el marco del acuerdo firmado en Pretoria en el año 2006, para la Cooperación Científica y Tecnológica entre la República Argentina y la Sudafricana, con el fin de promover la cooperación bilateral en materia científica y tecnológica en diversas áreas del conocimiento, entre ellas las ciencias sociales y la biotecnología.

Este acuerdo permitió que se hayan ejecutado 51 proyectos de investigación entre ambos países en áreas científicas como tecnología de la información y comunicaciones (TIC), ciencias de la salud, agua, nanotecnología, ciencias mineras y geológicas, biotecnología, agricultura, energía, ciencias sociales, entre otras; que han permitido la movilidad de investigadores y formación de recursos humanos de ambos países a nivel doctorado y post-doctorado.

El encuentro del miércoles finalizó con el armado y firma de un acta sobre temas de interés común. Para la jornada del jueves 26, se prevé la visita al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) emplazado en Castelar, al Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y a la Comisión Nacional Asesora de Biotecnología Agropecuaria (CONABIA), estos dos últimos ubicados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

 

FUENTE: Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva

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hola@fundamentar.com (Luciano Herrero) Argentina Thu, 26 Sep 2013 18:52:20 -0300