Miles de chilenos marcharon este domingo por varias calles de Santiago (capital) para exigir el respeto a sus Derechos Humanos (DD.HH.) cuando están muy cerca de cumplirse los 40 años del inicio de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

El fin de la marcha es también rendir homenaje a las miles de víctimas de la dictadura de Pinochet, por lo que el pueblo chileno clama que "sin justicia no habrá olvido"

La corresponsal de teleSUR en Chile, Beatriz Mitchell reportó este domingo que familiares de prisioneros, desaparecidos y ejecutados políticos se movilizaron en una marcha pacífica cuyo fin era enaltecer la memoria de los mártires de la dictadura.

Mitchell informó que la presidenta de la agrupación de familiares desaparecidos, Lorena Pizarro, cuyo padre aún se encuentra desaparecido, también hizo un llamado a que después de los 40 años del golpe no se olvide la triste situación vivida en Chile y que "el Estado se haga cargo de las personas que aún no se sabe de su paradero".

Uno de los convocantes a esta movilización fue Corriente Revolución Anarquista, quien a través de un comunicado, manifestó que la marcha es "en repudio a la manipulada democracia que solo representa los intereses de unos pocos y deja de lado las necesidades de la clase explotada y oprimida".

"Marchamos en contra de los grupos políticos que al mismo tiempo rechazan el genocidio de hace 40 años, pero también hacen vista gorda a las más de 60 víctimas que ha cobrado la democracia", indicó el movimiento.

El fin de la marcha es también rendir homenaje a las miles de víctimas de la dictadura de Pinochet, por lo que el pueblo chileno clama que "sin justicia no habrá olvido".

REPRESIÓN DE CARABINEROS

La Policía Militarizada de Carabineros reprimió este domingo con gases lacrimógenos la multitudinaria manifestación que se llevó a cabo en las calles de Santiago (capital) para rendir memoria a las miles de víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet.

La corresponsal de teleSUR en Chile, Beatriz Mitchell reportó que luego de la marcha por las calles capitalinas, los miles de manifestantes llegaron al Cementerio General donde rindieron tributo a los asesinados por las fuerzas dictatoriales.

Mientras hacía su reporte, la periodista manifestó síntomas de ahogo y comentó, mientras tosía, que al lugar "empezaba a llegar el olor de los gases lacrimógenos arrojados por Carabineros".

"A las afueras del campo santo la policía comenzó a lanzar gases lacrimógenos contra la humanidad y así reprimir la manifestación", dijo Mitchell.

Paralelo al reporte de la periodista de teleSUR, el corresponsal de la agencia RT, Ignacio Jubilla, y el productor Santiago Aristia también informaron a través de la red social Twitter que resultaron afectados por los gases lacrimógenos lanzados por la Policía chilena mientras cubrían la marcha.

 

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Pedro Arrospidegaray

FUENTE: Telesur

De acuerdo con esos instrumentos, los militares que gobernaron a Brasil entre 1964 y 1985 “asesoraron” a sus colegas chilenos en materia de represión a la oposición y llegaron a participar de una conspiración contra el gobierno constitucional del socialista Salvador Allende.

Los documentos revelados demuestran que el entonces presidente de facto brasileño Emilio Garrastazu Médici ordenó expresamente el 13 de septiembre de 1973, dos días después del golpe en Chile, que Brasil se convirtiera en el primer país en reconocer al régimen encabezado por Pinochet.

“Es cierto decir que el nuevo gobierno de Chile encontrará en Brasil un poderoso aliado”, escribió al enterarse de ello el entonces encargado de negocios chileno a cargo de la embajada en Brasilia, Rolando Stein, reportó la agencia noticiosa DPA.

Desde antes de concretarse el golpe empresarios brasileños enviaban dinero a grupos de derecha chilenos y el entonces embajador brasileño en Santiago, Antonio Cándido da Camara Canto, colaboraba con la conspiración contra Allende.

Los militares que gobernaron a Brasil entre 1964 y 1985 “asesoraron” a sus colegas chilenos en materia de represión a la oposición Por otra parte, desde antes de concretarse el golpe empresarios brasileños enviaban dinero a grupos de derecha chilenos y el entonces embajador brasileño en Santiago, Antonio Cándido da Camara Canto, colaboraba con la conspiración contra Allende.

Asimismo, tras el golpe de septiembre, militares brasileños fueron destacados en el estadio Nacional y otros sitios donde funcionaron centros de detención y tortura de la flamante dictadura, para asesorar a sus colegas chilenos.

En tanto, otros documentos que se encuentran en Chile, y a los que tuvo acceso O Estado de Sao Paulo, certifican que militares brasileños ofrecieron a los conspiradores chilenos ayuda para organizar “un movimiento de resistencia armada, estructurado en forma de guerrilla, contra el peligro rojo”.

Ello consta en un telegrama “estrictamente confidencial” que un periodista chileno vinculado al expresidente Jorge Alessandri envió al embajador en Brasilia para alertarlo de que un “general brasileño amigo” lo había contactado pidiéndole ayuda para llevar adelante ese plan.

Un mes después de enviado ese telegrama, un oficial brasileño “con ideas políticas de izquierda” y vinculado al servicio de inteligencia del Ejército informó a la embajada chilena en Brasilia que dentro del Ministerio del Ejército, en Río de Janeiro, funcionaba un centro de operaciones en el que se estudiaba y planificaba una guerrilla anticomunista en Chile, incluso con mapas y maquetas de la cordillera de los Andes.

Según el diario, los brasileños participaban de esa conspiración como instructores, pues los combates serían protagonizados por civiles chilenos.

 

 

RELEVAMIENTO Y EDICÓN: Rafael Pansa

FUENTE: Telam

"Queremos plantear al Ejecutivo que tenga presente nuestra preocupación y disposición para trabajar juntos una propuesta legislativa que permita depurar el padrón", dijo el director del organismo, el general en retiro Juan Emilio Cheyre.

La presencia de los fallecidos en los registros electorales se suma al hecho que otros cientos de miles de chilenos que viven en el extranjero están incluidos en los registros, pero no tienen derecho a sufragar en sus embajadas o consulados.

De hecho, en las elecciones pasadas hubo 17 mesas de votación sin votos, debido a que el Servicio Electoral chileno (Servel) inscribió en ellas a los hijos de chilenos nacidos en el exterior.

Los errores en el registro electoral coinciden con otra serie de fallos recientes en los organismos públicos, como por ejemplo errores o manipulaciones en la elaboración de las cifras de población, de inflación y de delincuencia.

Una investigación de la agencia alemana de noticias dpa reveló en 2012 que más de un millar de detenidos desaparecidos bajo la dictadura militar (1973-1990) estuvieron también inscritos para los comicios municipales del año pasado.

 

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Pedro Arrospidegaray

FUENTE: DW

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