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Fundamentar - Artículos https://fundamentar.com Wed, 17 Apr 2024 23:44:43 -0300 Joomla! - Open Source Content Management es-es Hablemos de fierros y libros https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6391-hablemos-de-fierros-y-libros https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6391-hablemos-de-fierros-y-libros Hablemos de fierros y libros

¡Buen viernes! Finalmente terminó el otoño, y este humilde pero persistente resumen sigue con vida. Una pírrica victoria en este 2020 del horror. Y para colmo llegó el invierno. Un dato sobre el idioma castellano que hablamos todos nosotros: hay solo una letra de diferencia entre invierno e infierno. Y encima con pandemia. Y por si fuera poco, hoy vamos a hablar de armas nucleares y movimientos militares. Después no me digan que no les avisé.

Hoy, Rusia, Venezuela y Libia serán los países a los cuales vamos a hacer referencia para poner como ejemplos de cómo se va moviendo el tablero en los días que corren.

¿En qué anda el tío Vladimir?

Con la atosigante presencia de la pandemia en la agenda y su impacto en las ya deterioradas relaciones entre China y Estados Unidos, Rusia quedó un poco relegada en la discusión pública, cosa que siempre es un error. 

Antes del coronavirus, Putin había logrado que la Duma apruebe la realización de un referéndum constitucional que le permitiría, en el caso de aprobarse, competir en las próximas dos elecciones: la de 2024 y la de 2030. Los mandatos en Rusia son de 6 años. Esto habilitaría al Presidente ruso a ejercer la jefatura del Estado hasta 2036, habida cuenta de su imbatibilidad electoral, provocada no solo por su popularidad, sino también por las proscripciones contra ciertos dirigentes opositores.

Putin dirige ininterrumpidamente los destinos de Rusia desde el año 2000, incluso en el periodo 2008 - 2012, cuando fue Primer Ministro de su delfín, Dimitri Medvedev, que ofició Presidente en esos cuatro años. 

Este breve racconto sirve para refrescar la memoria ante un hecho que tendrá lugar este próximo miércoles: la votación del referéndum. Se da por descontado que el gobierno tendrá un resultado favorable y Vladimir se podrá presentar como candidato por su partido, Rusia Unida, dentro de cuatro años.

Son muchísimos los factores que posibilitan el ejercicio del poder de forma casi unipersonal por parte del líder ruso, pero uno de ellos es el sentimiento nacionalista que ha despertado en la sociedad. En ese sentido, esta semana se realizó el tradicional desfile por el 75º aniversario del triunfo del Ejército Rojo contra la Alemania Nazi en la Segunda Guerra Mundial. Acá, algunas fotos y unos videos.

https://www.youtube.com/watch?v=CBaK75qtxus&feature=youtu.be

En simultáneo, el lunes se encontraron en Viena los representantes del gobierno ruso con enviados de Trump. El motivo del encuentro fue la conversación por la firma de la renovación del Tratado de Control de Armas Estratégicas, o START III, por sus siglas en ingles. Este tratado, que viene siendo renovado desde la Guerra Fría, y que vence el año que viene, lo que básicamente hace es limitar las cabezas nucleares de ambos países y establecer un sistema de inspecciones mutuas que ayuda a crear un clima de confianza. Recordemos que estamos hablando de armas nucleares, y no de ametralladoras.

Fiel a su estilo, Trump decidió no renovarlo. La razón que esgrime Estados Unidos es que quiere que China se siente en la mesa, algo que Beijing declina porque dice que son incomparables los arsenales nucleares con los que cuenta al lado de los sistemas ruso y estadounidense. Las cuantificaciones varían, pero para que se den una idea, Rusia y Estados Unidos cuentan con más de 6000 cabezas nucleares y China tiene menos de 400. 

Con todo esto me refiero que en un momento de movimientos geopolíticos acelerados por la pandemia, no es una buena noticia que las dos potencias nucleares más grandes del mundo no puedan ponerse de acuerdo para la manutención del régimen de control mutuo. Tranqui, no va a haber una conflagración nuclear. Pero si se ponen de acuerdo, mucho mejor.

El ventilador de John Bolton

Esto bien podría ser el nombre de una peli, pero remite a algo mucho más real. La semana pasada habíamos hablado sobre la publicación de un libro que tiene como autor a John Bolton, ex Asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos. En el texto, Bolton habla sobre Trump como un Presidente que no está a la altura del cargo que ocupa, y de muchas otras cosas. Pero lo más interesante fueron algunos pasajes que escribió sobre Venezuela.

Según Bolton, Trump tuvo siempre varias reservas con respecto al liderazgo de Juan Guaidó, a quien el Presidente norteamericano veía como una persona “débil” en contraposición a Maduro que, si bien es catalogado como un dictador comunista y un ser siniestro, es un hombre “muy fuerte y extremadamente inteligente” en palabras de Trump, citado por su ex asesor.

Lo cierto es que esto es otro golpe para el líder opositor, que después de un año y medio de su autoproclamación como Presidente interino de Venezuela, no pudo correr ni un centímetro del poder a Nicolás Maduro que resistió el reconocimiento internacional a Guaidó, las numerosas sanciones económicas estadounidenses y la crisis endémica que vive el país desde hace varios años.

Hacia el lunes, hubo otra novedad. El sitio web Axios publicó una entrevista que le hizo a Trump, donde el Presidente norteamericano dice que no descarta la posibilidad de reunirse con Maduro. Esto, sumado a la prendida de ventilador de Bolton, hizo correr los rumores sobre un posible cambio de política sobre Venezuela. Con la situación haciéndolo correr, Trump aclaró por Twitter que si se reúne con el Presidente de Venezuela es para discutir su salida pacífica del poder.

https://twitter.com/realDonaldTrump/status/1275072468709859328

Varias cosas se desprenden de todo esto: en primer lugar, Guaidó está cada vez más complicado para seguir ejerciendo el rol de líder opositor de Venezuela y eventual figura de recambio ante un improbable derrocamiento del chavismo. Su principal activo, las sanciones contra el país y el reconocimiento internacional tienen varios problemas y no son atributos de poder propio, sino más bien prestado. Las sanciones no afectan a Maduro, sino a los millones de venezolanos en un contexto de pandemia. Y el reconocimiento internacional empieza a mermar ante la seguidilla de fracasos.

Lo otro importante es que Trump ya dio varias señales de que no confía en Guaidó como dirigente capaz de hacer caer a Maduro. Pero como todo lo que haga Donald de acá a noviembre tiene que ver con las elecciones, lo más probable es que su política contra Venezuela no cambie para conservar el apoyo de los votantes latinos de Florida, que tienen una tremenda capacidad de lobby para motorizar políticas contra Venezuela y Cuba.

Ah, casi me olvido. Para algo sirve este resumen. Acá te dejo un link para descargar el libro de Bolton -->VER

El tablero mediterráneo

Si bien hicimos una pequeña referencia en las semanas anteriores, el conflicto en Libia tiene varias aristas interesantes para abordar. 

Rápido resumen: en 2011, tras el derrocamiento y asesinato de Muamar Gadafi, que gobernó Libia por más de 40 años, el país del Norte de África se vio envuelto en una guerra civil que ya se cobró miles de vidas. Como suele suceder en los lugares donde las potencias se meten con sus aparentes motivaciones de liberación democrática, tras la retirada de las fuerzas extranjeras lo que sobrevino fue una cruenta conflagración fratricida producto del vacío de poder. Sin ir más lejos, en Irak, Afganistán, Siria y algunos otros países paso algo similar. La famosa primavera árabe no fue tal en Libia.

Lo cierto es que ahora Libia está gobernada por Fayez al Serraj, el representante del Gobierno de Unidad Nacional, reconocido por la ONU y apoyado por Turquía y los petrodólares de Qatar.

Hace más o menos un año, un mariscal con gran poder territorial al este de Libia llamado Jalifa Hafter, entró en abierto conflicto con el Gobierno de Unidad y comenzó su marcha militar hacia Trípoli, la capital del país. Tras meses de victorias, en las últimas semanas Hafter se vio obligado a retroceder, y las fuerzas gubernamentales libias avanzaron y reconquistaron toda la zona central del extenso territorio que conforma Libia.

Si bien Hafter es un hombre muy capaz en términos militares, tiene varios apoyos extranjeros que le posibilitaron sus anteriores victorias: Egipto, la diplomacia francesa, los petrodólares de los Emiratos Árabes, y mercenarios de una empresa militar supuestamente entrenados por Rusia. Terrible ensalada, ¿no?

Yo siempre recomiendo lo mismo: vayan al Google Maps y fíjense en el mapa donde esta cada uno de estos países. Esto ayuda a comprender cuales son los intereses que cada uno de estos países en Libia. El control del Mediterráneo, los pozos de petróleo, las facciones políticas seculares e islamistas con influencia regional y los intereses económicos de las potencias extranjeras pintan de pies a cabeza la complejidad del conflicto libio.

No por estar tristemente acostumbrados a la violencia en Medio Oriente y el Norte de África hay que pasarlo por alto. Algunas aclaraciones sobre la conformación de los apoyos en Libia, en esta nota de enero del diario El País -->VER

Ping Pong y bonus

Comunistas everywhere: tras amenazar con expropiaciones, el gobierno y las clínicas privadas de Perú llegaron a un acuerdo sobre la atención a pacientes con coronavirus (VER

Alexandria Ocasio Cortez rompe todo en las primarias neoyorquinas (VER)

Lenin Moreno intenta proscribir al partido de Rafael Correa para las elecciones de 2021 (VER)

Volvió el futbol en Europa (denme changüí, hacía varias semanas que no hablaba de esto), y los jugadores se hicieron eco del pedido extendido de justicia racial a raíz del asesinato de George Floyd hace un mes. Todos los equipos de la Premier League inglesa, donde el Liverpool se coronó campeón ayer, aparecieron con la misma inscripción en sus camisetas. 

Algunos jugadores también fueron parte del simbólico reclamo, como Romelu Lukaku, un belga de ascendencia congoleña que no para de hacer goles en el Inter de Milán.

Trump relanzo su campaña presidencial en la ciudad de Tulsa, en Oklahoma. Su intención era que reviente de gente, pero no sucedió. Hay versiones que afirman que una campaña en la red social Tik Tok se organizó para reservar lugares y finalmente no ir, boicoteando la asistencia al mitin. A Donald lo corrieron los ‘centennials’. 

La última es de un zarpado mural perdido en una favela brasileña

Si todo sale bien, nos escribimos el viernes que viene. Si usted se cansó de hablar en los reencuentros afectivos de temas ligados al coronavirus, y se puso a hablar del libro de John Bolton porque lo leyó acá, recomiende este humilde resumen a ese amigue que le puede llegar a interesar.

Hasta la semana que viene.

(*) Analista internacional de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Santiago Tóffoli (*)) Opinión Fri, 26 Jun 2020 23:34:26 -0300
Un retorno eterno https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6385-un-retorno-eterno https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/6385-un-retorno-eterno Un retorno eterno

Las primeras protestas de gran envergadura que se dieron desde el inicio de la pandemia, no tuvo nada que ver con el coronavirus, sino con la más antigua de las opresiones: la de los blancos sobre los negros. Colombia y otra tormenta política. Bonus con la ciclotimia de la OMS, las torcidas contra Bolsonaro y cambio de rumbo en Libia.

Lo mismo de siempre

La mayoría de las personas hubiese apostado que los conflictos sociales que se desatarían luego del cambio global propiciado por el coronavirus, estarían ligados a las consecuencias de la crisis sanitaria mundial, como por ejemplo las dificultades económicas derivadas de la pandemia o la falta de acceso a la salud de millones de personas, que ha quedado inevitablemente de manifiesto.

Pero no fue así. Las movilizaciones sociales más grandes que ha visto el mundo desde el inicio de la pandemia fueron en la primera potencia mundial y a raíz de un conflicto que tiene siglos de antigüedad: el racial.

Con el correr de los días, las manifestaciones por el cobarde asesinato de George Floyd se extendieron por todo el territorio de Estados Unidos y subieron en su intensidad. Imaginen que la Casa Blanca apagó sus luces frente a las protestas en el Parque Lafayette, que queda en frente; justo al lado de la Iglesia Saint John donde Trump al día siguiente posó con una Biblia para sacarse algunas fotos, luego de despejar violentamente el espacio de manifestantes.

El asesinato de Floyd cristalizó otros descontentos sociales presentes en la desigual y segregada sociedad estadounidense, donde los negros no solo son víctimas de la arbitrariedad policial, sino que son los que más caen en el sistema carcelario, los que mayor tasa de pobreza representan, los que menos se gradúan en las universidades y los que aún sufren la imposibilidad de ocupar ciertos espacios de poder.

Sin el registro visual del asesinato de Floyd, hubiese sido difícil que la mecha se prenda de esa manera. Pero el video de 9 minutos hizo prácticamente obligatoria la contestación social. Y esto también muestra la periodicidad de estos horribles homicidios. De hecho, hace menos de 2 meses, Ahmaud Arbery fue acribillado por un matón blanco amante de las armas y su padre, que lo perseguían porque estaba corriendo en un barrio de un pueblo de Georgia. Ahmaud salía a correr todos los días, y ese día no volvió. Acá hay una crónica que relata el ensañamiento racial que movilizó el hecho ⇒ VER

Por otro lado, el descontento social también se agrava porque Donald Trump ocupa la Casa Blanca. Trump aumentó la tensión racial en los Estados Unidos, no solamente con sus amenazas de campaña sobre el muro que pondría en la frontera sur, sino porque se ha negado a condenar marchas supremacistas, como las de Charlottesville en 2017, ha indultado a militares racistas y ha hecho una irrestricta defensa de las fuerzas de seguridad en sus ataques contra negros. En este video, se muestra como fueron esas manifestaciones de hace 3 años, donde se propugnaba por una unidad de la derecha segregacionista.

https://www.youtube.com/watch?v=RIrcB1sAN8I

El Presidente, además de ensayar una tibia condena del estrangulamiento seguido de muerte de Floyd, puso el foco en las protestas y no en el hecho que las originó. Esta semana, insistió en referenciarse como el “Presidente de la Ley y el Orden”, al igual que Richard Nixon en el convulsionado 1968, cuando fue candidato y luego ganó, tras las movilizaciones enormes que siguieron al asesinato de Martin Luther King.

Sin embargo, hay una diferencia: Trump tiene que reelegir, no elegir como Nixon aquella vez. Su radicalización obedece a la intención electoral de fidelizar su base, siempre teniendo en cuenta que es muy importante que un candidato enfoque claramente su mensaje, y el destinatario de ese mensaje. Dicho de otra manera: Trump sabe a quién les habla y qué decirles, frente un candidato opositor, el demócrata Joe Biden, que camina por la cornisa y oscila entre condenar el asesinato de Floyd y aseverar que “los policías deberían disparar a las piernas y no al corazón de alguien desarmado”. ¿O pensaron que Trump era el único despreciable?

En esa confusión discursiva de Biden, Trump puede sacar una pequeña ventaja, a sabiendas que en Estados Unidos, al ser voluntario el deber cívico de votar, es importante que los tuyos sean más que los del rival, pero más importante aún es que los tuyos vayan efectivamente a votar el día de la elección.

¿A que hay que prestarle atención? Primero, a las grietas dentro de la Administración. Todos cerrarán filas detrás de Trump conforme se acerquen las elecciones, pero suenan algunas voces de disenso sobre la forma que tiene Donald de manejar esta crisis, que se le suma a la sanitaria. El Secretario (o sea, Ministro) de Defensa, Mark Esper, dijo que no le parecía que haya que sacar a los militares a la calle, luego de la amenaza de Trump a los gobernadores. Y no son pocos los legisladores republicanos que no están felices con la deriva represiva.

Por otro lado, la estrategia demócrata. Obama empieza a tomar un perfil más notorio en la campaña, tratando de aumentarle el hándicap a un Biden falto de claridad y de carisma. Algunos dicen que una mujer afroamericana será la compañera de fórmula de “Sleepy Joe”: suenan la senadora Kamala Harris y la ex primera dama, Michelle Obama.

Por último, y para cerrar el tema, me encantaría decirles que esto tendrá una salida que conquiste derechos para la comunidad negra. Pero si vemos los asesinatos de Floyd, de Eric Garner, de Ahmaud Arbery, de Rodney King, y tantos otros negros asesinados porque sí y sin condena posterior, uno reconfirma lo que ya sabe: la historia de Estados Unidos está escrita con sangre, por más que este endulzada por Hollywood, la NBA y Disneylandia. Los gringos son los mejores entreteniendo, pero en su ADN social tienen ese gusto inexplicable por las armas, la violencia y los aires de supremacía.

Tropas extranjeras, espionaje y muerte

Colombia tiene, desde hace años, una alianza multidimensional con los Estados Unidos de América. En ese marco, una fuerza de elite del Ejército norteamericano llegó esta semana al país cafetero para “colaborar en la lucha contra el narcotráfico”. Los legisladores de la oposición le pidieron explicaciones al Ejecutivo comandado por el presidente Iván Duque.

Esto no es lo único que denuncia la oposición colombiana. Gustavo Petro, ex candidato a la presidencia por la izquierda, sostiene que Colombia se convierte cada vez más en el teatro de operaciones de una posible avanzada militar contra Venezuela.

Y también crecen las acusaciones sobre el escándalo de espionaje que salió a la superficie hace algunas semanas, donde dirigentes de la oposición y del propio gobierno, periodistas y notorias personalidades de la sociedad civil fueron espiadas ilegalmente por el Ejército. En ese marco, el miércoles se anunció que el ex presidente, senador y padre político de Duque, Álvaro Uribe Vélez, será investigado. De momento, todos coinciden en que si alguien tenía el control de esa red de espionaje, ese es Uribe. Si se confirma que personas allegadas a Duque fueron blanco de esas operaciones, se avecina una crisis en la alianza gobernante entre el presidente y la figura política más importante de los últimos 20 años.

Ah, una cosa más. Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) firmaron el tratado de paz con el Estado en 2016, y pasaron a la legalidad, formando su partido político. Desde esa fecha, fueron asesinados más de 200 dirigentes de la fuerza política. Y sí, todavía hay gente que se pregunta por qué a algunos ex guerrilleros se les mete en la cabeza la loca idea de volver a la lucha armada.

Bonus track (hoy no hay futbol. O sí)

Vengo pensando hace un tiempo qué pasará en Brasil cuando la oposición salga a manifestarse, dado el cariño por las armas que tienen los bolsonaristas y la piedra libre que tiene la policía. Como Bolsonaro y sus seguidores tienen un perfil negacionista de la pandemia, son los únicos que salen, formando una minoría intensa y movilizada. El domingo pasado, ocurrieron las primeras manifestaciones del año en contra de Bolsonaro. Y fueron encabezadas por las torcidas, las hinchadas brasileñas de los clubes de futbol. En San Pablo, fueron los hinchas de Palmeiras, San Pablo y Santos, los que conducidos por la torcida del Corinthians, Gaviões da Fiel, marcharon en defensa de la democracia y en contra de Bolsonaro.

También hubo novedades para aquellxs que les interesa Medio Oriente. En Libia, como en todos los lugares donde se metieron las potencias, a la intervención extranjera le siguió un baño de sangre y una guerra fratricida entre compatriotas. El Gobierno de Acuerdo Nacional, reconocido por ONU y apoyado militarmente por Turquía, recuperó el control de Trípoli, la capital, tras ganarle algunas posiciones al Ejército liderado por Jalifa Haftar. Algunos detalles de ese conflicto, aquí ⇒ VER

La ultima y me voy, que este finde hay reencuentros: el miércoles, la Organización Mundial de la Salud (OMS) volvió a reanudar los tests clínicos con hidroxicloroquina, luego de haber descartado de plano a la droga por posibles efectos colaterales. Nobleza obliga, Trump tiene razón en algo: que poco confiables son algunos organismos multilaterales. Si la OMS sufre semejante ciclotimia, ¿Quién puede garantizar una buena gestión de la pandemia a futuro?

Por organismos multilaterales también me refiero a la Organización de Estados Americanos (OEA), que denuncia a Maduro, fue cómplice del golpe a Evo y despotrica contra Nicaragua, pero al ver los terribles sucesos de Estados Unidos, como diría mi madre, no dicen ni “mu”.

Hasta la semana que viene.

(*) Analista internacional de Fundamentar

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hola@fundamentar.com (Santiago Toffoli (*)) Opinión Fri, 05 Jun 2020 19:32:09 -0300
El Verdadero Legado de Barack Obama https://fundamentar.com/internacional/item/5648-el-verdadero-legado-de-barack-obama https://fundamentar.com/internacional/item/5648-el-verdadero-legado-de-barack-obama El Verdadero Legado de Barack Obama

Ocho columnistas estadounidenses de the Guardian juzgan los éxitos y fracasos de Barack Obama durante sus ocho años de presidencia. En varios aspectos las decisiones del primer presidente negro de EEUU han ido por caminos diferentes a su discurso progresista

 

Ocho columnistas estadounidenses de the Guardian juzgan los éxitos y fracasos de Barack Obama durante sus ocho años de presidencia. En varios aspectos las decisiones del primer presidente negro de EEUU han ido por caminos diferentes a su discurso progresista

El 4 de noviembre del año 2008, Barack Obama miró las caras de algunas de las 240.000 personas que habían acudido al Grant Park de Chicago para celebrar su histórico triunfo en las elecciones presidenciales. La televisión llevó el acto a millones de ciudadanos de todo el mundo que compartían en distinta medida el entusiasmo del 'Yes we can' ('Sí se puede') y su mensaje de esperanza; un mensaje que, a pesar de las expectativas rotas, bastó para darle un segundo triunfo en las elecciones del 2012.

A finales de este mes, Donald Trump asumirá el cargo de presidente de los Estados Unidos. Pocas personas habrían imaginado ese giro de los acontecimientos durante la estimulante noche del Grant Park. Pero, ¿qué ha conseguido Obama durante su presidencia? ¿Su huella será duradera? Ésta esa la opinión de algunos de los columnistas estadounidenses de the Guardian:

Economía

Dominic Rushe

La era Obama no será recordada como un mal momento para Wall Street. EFE

Ocho años después de que Obama llegara a la presidencia, las bolsas baten récords, la tasa de desempleo está en su punto más bajo de la última década (4,6%) y el precio de la vivienda ha subido un 23%, poniendo fin al mayor crack de la historia reciente del país. Si fuera por esos datos, los EEUU deberían estar celebrando el legado del hombre que heredó la peor recesión desde la Gran Depresión de la década de 1930.

A pesar de ello, Donald Trump  ganó las últimas elecciones desde una ola de populismo económico y la promesa de "hacer grande otra vez" a los Estados Unidos, de donde se deduce que las prometedoras cifras mencionadas no convencen a grandes sectores de la población, que no han notado cambio alguno.

En enero del año 2009, el paro estaba en el 7,6%. La recesión destruía empleos por todo el país; el desempleo llegó al 10% en octubre de ese mismo año. Obama se puede sentir orgulloso de haber creado 11 millones de puestos de trabajo durante su presidencia, pero hay estadísticas menos halagüeñas que apuntan a uno de los motivos del malestar de la gente: el índice de población activa (la cantidad de personas que trabajan o buscan activamente un empleo) ha caído a su punto más bajo desde la década de 1970.

La razón no está del todo clara, y hay un gran debate al respecto. Puede ser la demografía, los envejecidos baby boomers que abandonan el mundo laboral o el simple hecho de que la gente ha renunciado a la esperanza de encontrar un empleo digno. A fin de cuentas, gran parte de los empleos creados son del sector sanitario o de servicios. El sector industrial sigue perdiendo empleos por la robotización o la deslocalización y, en consecuencia, los salarios no han crecido nada durante la presidencia de Obama.

La economía estadounidense se ha librado de otro ciclo de burbuja y colapso, pero el crecimiento ha sido muy débil. Dicho esto, hay que añadir que la recuperación ha sido más fuerte y más rápida que la europea, y que se han evitado las medidas de austeridad de dicho continente. Además, la aprobación de la ley Dodd-Frank, que impuso nuevas normas a Wall Street, redujo la posibilidad de que se produjera otra crisis grave en el sector financiero.

Sin embargo, y por muy meritorios que sean sus logros, Obama ha dejado demasiadas personas con la sensación de estar mal pagadas y de vivir en la precariedad. Trump ha prometido liberar otra vez a las fuerzas del capitalismo (mediante la desregulación y la anulación parcial de la ley Dodd-Frank), lo cual acelerará las cosas. Pero todos sabemos lo que pasa después de un boom económico. Puede que la Historia termine siendo más amable con el legado de Obama que los votantes de EEUU.

Cambio climático

Oliver Milman

Obama, durante un discurso en Los Everglades en el que arremetió contra los que niegan el cambio climático EFE

Dicen que Barack Obama ha sido el "primer presidente ambientalista" de los Estados Unidos, pero esa es una medalla por la que sólo se ha preocupado durante la última fase de su Gobierno. El cambio climático estuvo casi ausente de sus dos campañas electorales y, a pesar de ello, deja la Casa Blanca con la afirmación de que es la mayor amenaza que se cierne sobre el mundo. Obama ha intentado recuperar el tiempo perdido con las agonizantes brasas de su presidencia.

El frenesí final ha sido significativo. El acuerdo de París, destinado a reducir las emisiones de 196 países, fue posible porque Obama convenció a China de que se sumara. No era un acuerdo perfecto, pero se firmó y ratificó en un año. El desafío sigue siendo abrumador, pero se han superado los fracasos de Kioto y Copenhague.

Mientras tanto, en Estados Unidos, Obama fracasó en su intento de poner en marcha un sistema de comercio de derechos para reducir las emisiones, y se concentró en la regulación de las centrales eléctricas de carbón. El plan sigue atascado en los tribunales, pero otras de sus decisiones políticas –limitar los niveles de metano, mejorar la eficacia del combustible de los vehículos y conseguir que la enorme burocracia federal se tome en serio el cambio climático– tuvieron más éxito.

Las fuerzas del mercado han salido en su ayuda, porque el descenso de los costes del gas y de las energías solar y eólica contribuye a acelerar el abandono del carbón. Además, justo antes de Navidades tomó la decisión de prohibir con carácter permanente las prospecciones nuevas de gas y petróleo en la mayoría de las aguas estadounidenses de los océanos Ártico y Atlántico, en un esfuerzo ecológico de última hora antes de entregar el poder a Donald Trump.

Obama no estaba bromeando del todo cuando dijo que es él y no Teddy Roosevelt quien debería ser recordado como el presidente conservacionista. Ha protegido más de un millón de kilómetros cuadrados de tierras y aguas, más que ningún presidente de los Estados Unidos, incluida la reserva marina de Hawái, la mayor del planeta.

Sin embargo, quedan problemas muy graves por resolver. La crisis del agua de Flint no es más que un ejemplo de la permisividad con la contaminación, que se ha enquistado tras muchos años de negligencia institucional. Los pueblos y ciudades de EEUU sufren cada vez más tormentas, inundaciones y sequías derivadas del cambio climático, pero no existe ningún plan bipartito para preparar al país o admitir siquiera el problema.

Y, aunque Obama sólo sea responsable de una parte, también es cierto que debería haber limitado la descontrolada financiación de proyectos de combustibles fósiles en el extranjero a través del   Export-Import Bank [la agencia de créditos para exportaciones de los Estados Unidos].

Los errores y éxitos de Obama entrarán en abierta contradicción con el Gobierno de Trump, cuyas posturas en materia de cambio climático provocan alarma entre expertos y activistas. El presidente electo amenazó con anular la práctica totalidad de las decisiones tomadas por su predecesor, que ahora parecen vulnerables. Queda por ver hasta dónde serán capaces de llegar Trump y sus compañeros de partido, pero el cambio climático es indiscutiblemente un aspecto sobre el que Obama no se alegrará de poder decir: "Os lo dije".

Obamacare

Jessica Glenza

Trump ha prometido acabar con la reforma sanitaria de Obama. EFE

La asistencia y las carencias sanitarias de los estadounidenses fueron definitivamente un punto central de la campaña presidencial de 2008. En Estados Unidos no había ningún sistema público, lo cual significaba que las personas sin seguros privados se encontraban a merced del sistema de salud más caro del mundo.

Los problemas de salud provocaban la mitad de las declaraciones de insolvencia; había enfermos de cáncer que se quedaban sin seguro por los límites de gasto de las prestaciones de por vida, y se excluía a gente del sistema por "condiciones preexistentes" como el acné. Era un catastrófico modelo que no cubría las catástrofes. Para muchos, la ruina económica estaba a un diagnóstico.

Obama defendió un sistema de salud universal con la esperanza de que el Estado se encargara de su mantenimiento, como sucede en muchos países de Europa. Sin embargo, el Congreso se limitó a aprobar un compromiso entre el Gobierno y la industria que consistía en lo siguiente: los estadounidenses estarían obligados a tener un seguro de salud, que llevaría nuevos y sanos clientes a la industria; pero la industria tendría que renunciar a su vez a algunas de sus prácticas más odiosas, como los límites de gasto en los seguros de por vida, la negativa a dar servicio a partir de "condiciones preexistentes" y la venta de seguros de mala calidad para accidentes de carácter catastrófico.

La Affordable Care Act (ACA), más conocida como Obamacare, pasó por un Congreso con mayoría demócrata durante la primera mitad del mandato de Obama. Era la primera red de seguridad social en más de 50 años; un hito político o, como se oyó decir en su día al vicepresidente Joe Biden, "algo jodidamente grande".

La ACA aumentaba el alcance de Medicaid, el seguro de salud del Gobierno para los pobres; los impuestos a los ricos mejoraban Medicare, el programa gubernamental para los ancianos y, además, se creaba un mercado financiado por las autoridades federales para que los ciudadanos y las pequeñas empresas pudieran comparar los distintos seguros y adquirirlos con tasas subsidiadas. En conjunto, los cambios ofrecían un seguro de salud a 22 millones de estadounidenses.

Para costear las populares provisiones, la ley exigía que los estadounidenses contrataran un seguro o pagaran un impuesto; y, por otra parte, aumentaba la controvertida cobertura contraceptiva a las mujeres. Pero todo ello, sumado al simple hecho de que la propuesta de ley se abriera paso en un Congreso dominado por los demócratas, indignó a los republicanos.

Los opositores a la ley intentaron desmantelarla en el Tribunal Supremo, y presentaron decenas de revocatorios. Sin embargo, la ley nunca ha estado en una posición tan débil como ahora. Trump hizo campaña por la "anulación y sustitución" de Obamacare, y su partido ha pasado a controlar el Congreso y la Casa Blanca. De hecho, su ministro de Sanidad será un congresista que se opuso fervientemente a la ACA: Tom Price.

Los datos demuestran que la gente está contratando más seguros de salud que antes, aunque el sistema sanitario que Obama ayudó a crear diste de ser perfecto. La epidemia de opiáceos provoca más de 30.000 muertos al año; la población está indignada con el aumento del precio de los medicamentos y las empresas siguen cargando miles de dólares a los pacientes a través de copagos y desgravaciones. Pero, si los republicanos cumplen su promesa de derogar la ACA, los estadounidenses se van a llevar una lección sanitaria tan rápida como dolorosa.

Política Internacional (I)

Julian Borger

El presidente Barack Obama presta atención durante una reunión sobre Pakistán con sus máximos asesores en 2009. PETE SOUZA/CASA BLANCA.

La política internacional de Obama recibió un visto bueno general antes de que empezara. Sólo llevaba nueve meses en la presidencia cuando le concedieron el premio Nobel de la Paz, aunque sus principales logros habían consistido en unos cuantos discursos bonitos sobre Oriente Medio y la proliferación nuclear. Cualquiera habría sospechado que le daban un Nobel prematuro por el simple hecho de no ser George W. Bush.

Se daba por sentado que la actitud de Obama sería la antítesis de la posición de su predecesor. Había aprendido la dura lección de la invasión de Irak: que las intervenciones militares estadounidenses, alimentadas por una mezcla de arrogancia e ignorancia, empeoraban radicalmente unas situaciones que ya eran peligrosas.

Si la "doctrina Obama" se pudiera reducir a un lema, sería éste: "No hagamos estupideces". De hecho, se encargó de que sus funcionarios repitieran esa frase en multitud de reuniones; y cuentan que, en el año 2014, durante un viaje al extranjero, ordenó al equipo de prensa de la Casa Blanca que las repitieran después de que él las pronunciara, como si se estuviera dirigiendo a unos alumnos particularmente torpes en una clase de enseñanza primaria. Pero era una doctrina tranquilizadora tras la etapa de Bush, y tuvo sus logros.

La decisión de amenazar a Irán sin considerar a dicho país la encarnación del mal, sino una sociedad compleja con una veta fuertemente pragmática, llevó en última instancia al acuerdo de Viena (julio del 2015), por el que Teherán se comprometía a aceptar una limitación estricta de su programa nuclear a cambio de un levantamiento parcial de las sanciones. Tuvo la suerte de su parte –la elección del presidente Hassan Rouhani, ese mismo mes–, y también tuvo sus puntos débiles y sus críticos; pero sigue siendo uno de los mayores éxitos diplomáticos de las últimas décadas.

Sin embargo, el mantra de Obama no era una base sólida para una doctrina. Hacia el final de su mandato, se había convertido en una carga y una excusa para la duda y la parálisis. Había gobiernos y líderes que hacían cosas estúpidas por arrogancia, ambición o debilidad, y el resto del mundo se volvía hacia Washington en busca de una respuesta. En tales circunstancias, la inacción cuenta como acción.

Obama maquilló la actitud de EEUU ante el conflicto libio: se mostró a favor de intervenir, pero "dirigiendo desde la retaguardia". Consciente de los errores cometidos en Irak, acudió a la ONU para que apoyara la intervención militar y, tras conseguir un mandato, abusó de éste –al menos, a ojos de Moscú– y provocó un cambio de régimen. Gadafi cayó, y Obama no hizo gran cosa para evitar que Libia se hundiera en el caos.

La guerra de Libia emponzoñó las relaciones con Rusia, y contribuyó a que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas permaneciera en punto muerto durante la mayor crisis de la era de Obama: la guerra de Siria. Washington apoyaba a los rebeldes de forma renqueante e ineficaz, dudando de los grupos con los que trataba. Además, el presidente cometió un error fatídico con su promesa de intervenir de forma directa si el Gobierno sirio utilizaba armas químicas, promesa que incumplió en agosto del año 2013. Al final, la marcha atrás de Obama llevó a la eliminación de casi todo el arsenal químico de Siria, pero envalentonó a Assad y creó un vacío que llenó Vladimir Putin, con consecuencias funestas para la población.

La guerra de Siria, que ya ha causado medio millón de muertos, ensombrece el legado de Obama del mismo modo en que la guerra de Irak ensombreció el de George Bush. Para un presidente de los Estados Unidos, los pecados de omisión pesan tanto como los pecados de acción.

Política internacional (II)

Spencer Ackerman

Obama y Putin en una reunión sobre Ucrania. EFE

Obama llegó a la Casa Blanca con el programa más progresista en materia de seguridad nacional desde Jimmy Carter. Se comprometió a poner fin a la guerra de Irak, prohibir las torturas de la CIA, cerrar Guantánamo y establecer un diálogo con los adversarios tradicionales del país. Sin embargo, prometió una escalada de la guerra de Afganistán, violó la soberanía paquistaní para perseguir a Osama Bin Laden, votó a favor de un aumento masivo de los programas de vigilancia y convirtió a John Brennan –un directivo de la CIA que estuvo en el sistema de torturas desde el principio– en su asesor antiterrorista más cercano.

Obama detuvo la guerra de Irak a cambio de seguir con la guerra contra el terrorismo, algo que molestó tanto a sus seguidores como a sus críticos, porque no encajaba en su imagen de progresista ni en la imagen de pacifista ingenuo que los conservadores tenían de él. Su relación con los militares fue bastante precaria al principio, aunque les dio mucho y recibió poco. Retrasó el repliegue de Irak y ordenó el envío de 30.000 soldados a Afganistán; pero se retiró de Irak en el 2011, el mismo año en el que estaba previsto el fin de la escalada afgana. La experiencia dejó al presidente con una sensación de frustración, porque interpretó que había una casta militar que pretendía enredarlo en sus planes. Pero tenía una alternativa.

Convencido de que los militares apoyaban las lentas y costosas guerras terrestres, Obama les dio la espalda y acudió a los drones de la CIA, la red de vigilancia global de la NSA y los sigilosos pero violentos ataques del Jont Special Operations Command. De hecho, permitió que actuaran con restricciones mínimas y extendieran el alcance digital de la guerra contra el terrorismo a todo el mundo, y el alcance físico a Somalia, Yemen, Pakistán, Libia, Malí y la República del Níger. Mientras afirmaba que "la marea de la guerra" se estaba retirando, la llevaba a costas nuevas.

Ni las revelaciones de Edward Snowden sobre la NSA ni el descubrimiento de que los drones habían matado a un menor estadounidense de 16 años sirvieron para que Obama cambiara de actitud. Al final de su mandato, se había limitado a restringir los seguimientos masivos de comunicaciones telefónicas y a limitar modestamente los ataques con drones. La CIA era crucial para su estrategia, y su negativa a procesar a los torturadores le hizo parecer un defensor del programa de torturas.

A pesar de ello, las agencias de espionaje no están contentas con la libertad que Obama les concedió, y Donald Trump está decidido a darles más. En materia de seguridad nacional, Obama traicionó sus promesas progresistas y, en lugar de levantar una barricada entre la era de Bush y la de Trump, les tendió un puente.

Inmigración

Ed Pilkington

Inmigrantes se manifiestan para pedir a Obama que cierre los centros de detención EFE

Obama deja un legado claramente irregular en lo tocante a la inmigración. Por un lado, se ganó el calificativo de "deportador en jefe" y, por otro, se esforzó por legalizar la situación de millones de jóvenes inmigrantes y de sus padres.

El poco halagador calificativo fue un regalo de las comunidades de inmigrantes y los grupos de derechos civiles, consternados ante la deportación de más de dos millones y medio de personas: más de lo que había deportado ningún Gobierno anterior. Los últimos datos del Pew Research Center (PRC) demuestran que el Gobierno de Obama mantuvo un índice de expulsiones muy superior al de George W. Bush.

En noviembre del año 2014, Obama afirmó que las autoridades federales se limitarían a perseguir a los delincuentes peligrosos. "Malhechores, no familias", dijo. Pero las cifras del PRC implican que incumplió su promesa. Durante sus años en la Casa Blanca, el porcentaje de deportados sin antecedentes penales se ha mantenido alrededor del 60% del total.

Obama será recordado de forma más amable entre los 11 millones de inmigrantes ilegales por sus intentos de   regularizar su situación y proporcionarles permisos de trabajo, aunque la oposición republicana en el Congreso impidió que se llegara a la concesión de la ciudadanía. Más de 700.000 "soñadores" que llegaron a los EEUU cuando eran niños se han beneficiado del programa Deferred Action for Childhood Arrivals (DACA), que retrasa la amenaza de deportación durante dos años y les permite salir a la luz y trabajar a la vista de todos.

El plan avivó el compromiso cultural y político de los jóvenes hispanos ilegales, y contribuyó a la creación de una red de activistas que podría ser crucial para resistirse a Trump y a su mano dura contra los inmigrantes. Sin embargo, ese aspecto del legado de Obama no está exento de problemas. Los tribunales de Justicia impidieron el desarrollo del Deferred Action for Parents of Americans (un programa parecido al DACA, pero dirigido a los padres de los "soñadores"), que pretendía extender el status legal a otros cinco millones de personas.

Obama aprobó los dos planes mediante una orden ejecutiva, haciendo uso de sus poderes presidenciales. De ese modo, pudo puentear al Congreso y asegurar sencilla y rápidamente los derechos de personas que, hasta entonces, estaban condenadas a vivir en las sombras. Pero la táctica llevaba la semilla de su propia destrucción, porque Trump podrá anular los programas y tirarlos al basurero de la historia con la misma sencillez y rapidez.

Mujeres, género y derechos de LGBT

Molly Redden

La Casa Blanca luciendo los colores de la bandera LGBT tras la decisión de la Corte Suprema. Fuente EFE.

El presidente Obama firmó la ley Lily Ledbetter Fair Pay en enero del año 2009, que abría la posibilidad de que las mujeres que sufrieran de discriminación salarial recibieran compensaciones económicas. Fue la primera ley de Obama, un acto simbólico que anunció un aspecto importante de sus ocho años de Gobierno. Obama ha actuado de forma reiterada en favor de las personas históricamente discriminadas por su sexo o identidad sexual.

El Obamacare prohibió que las aseguradoras cobraran más a las mujeres, y extendió los métodos anticonceptivos disponibles a millones de personas, sin coste añadido. El Gobierno devolvió el golpe a los Estados que pretendían retirar los fondos de los programas de planificación familiar, y se encargó de que el Departamento de Educación obligara a las universidades a tomarse en serio el azote de las agresiones sexuales en los campus, además de determinar cómo debían tratar a los estudiantes transexuales. Por otro lado, el Departamento de Justicia ayudó a que las restricciones del derecho al aborto y las limitaciones al matrimonio de personas del mismo sexo acabaran en el Tribunal Supremo.  Y el propio Obama se convirtió en defensor del matrimonio homosexual, tras "haber evolucionado" en ese sentido.

¿Sobrevivirá alguna de esas conquistas a la era de Trump? El nuevo presidente ha insinuado que respeta la legislación sobre matrimonio homosexual, pero nada más. Los republicanos del Congreso apoyan medidas que permitirían que las empresas discriminen a los LGBT, y están preparando una ofensiva sin precedentes contra el derecho al aborto. Mientras tanto, el destino del Obamacare es incierto, aunque los republicanos pretenden eliminar sus aspectos contrarios a la discriminación de mujeres y transexuales.

Además, los activistas universitarios temen que se pierda lo conseguido en materia de agresiones sexuales, y el propio vicepresidente de Donald Trump, Mike Pence, ha declarado que el Gobierno dejará de exigir que los colegios   den plazas a alumnos transexuales y que las empresas incluyan los métodos anticonceptivos en sus planes de salud. Sobre el asunto de los alumnos transexuales, Pence aseguró en octubre del año pasado que eran "las propias comunidades quienes lo debían resolver, a partir de los patrones que quieran para sí mismas".

Es posible que la mayor conquista que sobreviva sea el cambio cultural que provocó Obama con su apoyo directo. El presidente demócrata aprovechó su mandato para legitimar a los activistas que luchaban contra los altos índices de agresiones sexuales y a los movimientos de defendían los derechos de los transexuales. Derogó la política de "prohibido preguntar, prohibido decir" en las Fuerzas Armadas; se encargó de que el Pentágono anulara la prohibición de que las mujeres ocuparan puestos de combate y estableció normas para permitir que los transexuales sirvan en el Ejército. 

Mara Keisling (directora del National Center for Transgender Equality) declaró hace poco a  the Guardian que los cambios culturales que hicieron posible esas conquistas no van a desaparecer por el simple hecho de que llegue alguien nuevo a la presidencia. "Los transexuales han estado educando a sus familias, sus compañeros de clase y sus compañeros de trabajo durante décadas. Les han hecho ver lo que son y, aunque el Gobierno acabe con algunas de sus conquistas políticas, no les podrán quitar la dignidad que se han ganado por sí mismos."

Control de armas

Lois Beckett

Protestas raciales en EEUU tras la muerte de dos jovenes negros a manos de la policia EFE

"Fue el peor día de mi presidencia", dijo Obama sobre la masacre de la escuela de primaria de Sandy Hook (diciembre del año 2012) . Pero, antes de aquella masacre, en la que murieron 20 niños, no había hecho prácticamente nada en materia de control de armas. De hecho, cuando su fiscal general mencionó la posibilidad de prohibir los fusiles de asalto, el Jefe de Gabinete de Obama contestó de forma rotunda: "cierre la puta boca".

Sin embargo, el suceso de Sandy Hook convirtió a Obama en un defensor apasionado del control de armas. Intentó aprovechar su fuerza para que el Partido Demócrata dejara de considerarlo un asunto menor y lo convirtiera en un asunto prioritario. Algunos familiares de las víctimas afirmaron que su compromiso con la causa parecía tan personal como político; y no sólo como presidente de la nación, sino como el padre que había llorado en una rueda de prensa al referirse a la masacre.

Desgraciadamente, los intentos de Obama fracasaron. A pesar de la ofensiva de la Casa Blanca de principios del año 2013, el Congreso rechazó hasta la modesta tentativa de renovar la prohibición de los fusiles de asalto y aumentar los requisitos federales para poder comprar armas. El tiroteo del club Pulse de Orlando (junio del 2016) provocó un nuevo intento, que fue rápidamente rechazado. "Obama hizo lo que pudo, pero su Congreso se mostró impotente", dijo Mark Barden, que había perdido a su hijo Daniel –de siete años de edad– en Sandy Hook.

Ante la pasividad de la Cámara, Obama optó por decisiones presidenciales de carácter más simbólico que otra cosa. Hasta la National Rifle Association (NRA), que se opone al control de armas con argumentos apocalípticos, estaba asombrada con su actitud. En enero del año pasado, Obama pretendió mejorar las comprobaciones para la venta de armas mediante el procedimiento de sacar un folleto gubernamental donde se explicaban las leyes que debían cumplir los ciudadanos. "¿Eso es todo? –ironizó un portavoz de la NRA–. No se puede decir que estén haciendo mucho". 

Durante los dos últimos años de la presidencia de Obama se ha batido el récord de masacres en la historia reciente del país y, por si eso fuera poco, se ha producido un aumento radical de los asesinatos con armas, que estaban en declive: en Baltimore llegaron a su punto más alto en el 2015, y en Chicago –la ciudad de Obama– se produjo un aumento del 50% al año siguiente, que también afectó a los tiroteos. De hecho, el aumento de los asesinatos en Chicago llega a tal extremo que, durante el año 2016 alcanzó una cifra similar a siete masacres de Orlando.

No obstante, Obama ha prometido que, cuando deje la presidencia, seguirá trabajando con organizaciones de todo el país para prevenir la violencia armada.

Ningún presidente de la historia de los Estados Unidos aumentó tanto el gasto en armas nucleares como Obama, laureado con el premio Nobel de la Paz; ningún presidente de los Estados Unidos deportó a más personas que Obama (de hecho, deportó a más personas que todos los presidentes que ocuparon la Casa Blanca entre los años 1892 y 2008) y, por último, ninguno acudió tantas veces a la ley de Espionaje, que ha usado más que todos los Gobiernos anteriores, juntos.

Tradución de Jesús Gómez 

 

FUENTE: eldiario.es

 

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hola@fundamentar.com (Luciano Herrero) Internacional Mon, 16 Jan 2017 20:02:39 -0300
Síntesis Mundial - Septiembre 2016 https://fundamentar.com/publicaciones/revista-sintesis-mundial/item/5510-sintesis-mundial-septiembre-2016 https://fundamentar.com/publicaciones/revista-sintesis-mundial/item/5510-sintesis-mundial-septiembre-2016 Síntesis Mundial - Septiembre 2016

Resumen mensual de los acontecimientos internacionales del Centro de Estudios Políticos e Internacionales de la Fundación para la Integración Federal

Resumen mensual de los acontecimientos internacionales del Centro de Estudios Políticos e Internacionales de la Fundación para la Integración Federal

 

 

SUMARIO:

EDITORIAL / Por Paula Martin (descargar PDF)

CEPI

Siria: un alto al fuego que duró muy poco/ Por Lorenzo Barrios (descargar PDF)

El regreso de Estados Unidos a Libia / Por Florencia Alegre (descargar PDF)

La reinserción argentina. Macri en la Cumbre del G-20 y frente a la Asamblea General de Naciones Unidas / Por Martina Mántaras (descargar PDF)

Al borde de la expulsión. Venezuela y su posible salida del MERCOSUR / Por Guido Rebuffo (descargar PDF)

Más muros, menos puentes / Por Florencia Urbano (descargar PDF)

A 15 años de los atentaos a las Torres Gemelas / Por Manuel Cuenca (descargar PDF)

El desafío norcoreano. Entre la intensificación de actividades militares y las sanciones / Por Lourdes Ábrigo (descargar PDF)

OBSERVATORIO DE ECONOMÍA

Argentina abierta al mundo / Por Felipe Soraires (descargar PDF)

G-20: Las Finanzas globales en la mira / Por Diana D´Agostino (descargar PDF)

¿Réquiem para el Banco del Sur?/ Por  Mirco Silva (descargar PDF)

El futuro de las relaciones comerciales de la Unión Europea / Por Mailen Saluzzio (descargar PDF)

 

 

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hola@fundamentar.com (Dana Valdano) Síntesis Mundial Wed, 19 Oct 2016 09:48:58 -0300
Partes en Conflicto en Libia Firman Plan de Paz de la ONU https://fundamentar.com/internacional/item/5288-partes-en-conflicto-en-libia-firman-plan-de-paz-de-la-onu https://fundamentar.com/internacional/item/5288-partes-en-conflicto-en-libia-firman-plan-de-paz-de-la-onu Partes en Conflicto en Libia Firman Plan de Paz de la ONU

Las partes en conflicto en Libia firmaron hoy en Marruecos, tras más de un año de negociaciones, un plan de paz con la mediación de Naciones Unidas.

 

Los representantes de los dos gobiernos libios enfrentados hasta ahora firmaron este jueves (17.12.2015) en Sjirat (Marruecos) el acuerdo por el que se establecerá un gobierno de unidad nacional.

La firma contó con la presencia de los ministros de Asuntos Exteriores de España, Italia, Turquía, Catar, Túnez y Marruecos, una muestra del apoyo que la comunidad internacional ha ofrecido a este momento calificado de "histórico".

"Hoy es un día histórico para Libia", dijo el enviado especial de la ONU para el país norteafricano, Martin Kobler, durante la firma en la localidad costera de Sjirat. El uso de la violencia para imponer objetivos políticos debe pertenecer al pasado, agregó.

"Hoy es un día histórico para Libia"

El acuerdo fue firmado por representantes de los dos Parlamentos activos en Libia durante una ceremonia televisada. Además del establecimiento de un Gobierno de unidad, también prevé la creación de un consejo presidencial que dirija el periodo de transición.

Libia se encuentra sumida en una guerra civil desde el derrocamiento y muerte en 2011 del dictador Muamar al Gadafi. Durante el conflicto civil surgieron numerosas milicias. En Tobruk funciona el Parlamento reconocido internacionalmente, dominado por fuerzas centristas, mientras que en Trípoli gobierna una cámara de mayoría islamista, el Congreso General Nacional. Cada una de estas cámaras cuenta con el apoyo de diferentes milicias armadas.

 

FUENTE: DW

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hola@fundamentar.com (Esteban Covelli) Internacional Thu, 17 Dec 2015 18:19:51 -0300
Doña Libia y sus Dos Gobiernos https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5228-dona-libia-y-sus-dos-gobiernos https://fundamentar.com/articulos/opinion/item/5228-dona-libia-y-sus-dos-gobiernos Doña Libia y sus Dos Gobiernos

A pocos días de haberse cumplido cuatro años de la muerte del controversial ex líder y dictador libio, Muammar Al Gaddafi, Libia continúa sumida en el caos y muchos ya comienzan a hablar de su inexorable camino hacia convertirse en estado fallido.
En tanto, mientras las potencias occidentales se deshacen en esfuerzos diplomáticos para lograr la restauración del orden político del país, sus anuncios día a día distan de los datos arrojados por la realidad.  

Luego de la exitosa intervención occidental que puso fin a cuarenta años de dictadura, Libia no sólo se precia de haber restaurado el orden y el imperio de la ley en su territorio sino que encabeza uno de los periodos de mayor prosperidad y bonanza económica de su historia, ambos impulsados por la meteórica recuperación de su producción de petróleo, incluso por niveles muy superiores a los previos al derrocamiento de Gaddafi.

En este sentido, el rol de las Naciones Unidas como interlocutor de las diferentes voces involucradas en el proceso de reconstrucción nacional, ha demostrado la destreza de la comunidad internacional a la hora de canalizar y abalizar el diálogo en tiempo récord, dando lugar a la participación de organismos regionales (tales como la Unión Africana) desde el inicio de la crisis.

Lejos de las dudosas intenciones que otrora se erigieran como una espada de Dámocles sobre los guardianes occidentales de la doctrina de Responsabilidad de Proteger y el Principio del Deber de Intervenir, la rápida entrada y salida de sus fuerzas, así como su efectividad y precisión a la hora de poner coto a una cuestión apremiante en términos humanitarios, por un lado han reforzado la idea de que el mundo vislumbra el afianzamiento de una nueva era en términos de protección de Derechos Humanos.

casos como el libio muestran que la imposición de la democracia y su “transplante” en su plena versión occidental tienden a generar situaciones totalmente contrarias, propias de la necesidad de reorganización de los procesos políticos, sociales, culturales e incluso económicos del país que muchas veces conllevan recurrentes hechos de violencia y se ven agravadas por el forzamiento de las estructuras socio políticas mediante el “copie y pegue” del modelo democrático liberal

Por otro lado, la intervención y el escenario de post-intervención han reforzado la confianza en las Naciones Unidas y en el sistema de seguridad que de su órbita legal emerge y que encuentra en el Consejo de Seguridad su principal brazo ejecutor y el principal guardián del espíritu de la democracia universal y la igualdad soberana de los Estados.

Atrás quedan los días oscuros para el pueblo libio, en que la amenaza del avance del terrorismo islámico creaba la sensación de necesidad de un liderazgo fuerte con particularidades libias; donde la voracidad por los recursos energéticos por parte de Occidente se esgrimía como una amenaza latente a la que había que resistir, entre otras formas, mediante el fortalecimiento de los foros regionales y subregionales de cooperación.
Libia es libre. Libia es democrática. Libia es próspera. Pero más importante aún, Gaddafi se ha ido.

LA REALIDAD

La desaparición física de Gaddafi de la escena política local, regional e internacional significó el comienzo de una nueva etapa histórica en el país – e incluso la región – tanto por las esperanzas y promesas que arrojó como por sus sinsabores, los cuales no se han desdibujado a más de cuatro años de la intervención de la OTAN en el país. Pero también fue en aquel entonces un alivio para aquellos gobernantes y grupos de poder con intereses puntuales allí y cuya acción externa resultó ser funcional para desviar la atención de las dificultades domésticas que las principales economías europeas sorteaban y afrontan aún hoy.

En el contexto de las revueltas árabes, Libia fue el claro reflejo de cómo los intereses extra-regionales pesan en torno al destino de ciertas regiones del mundo, especialmente aquellas dónde se concentran los recursos estratégicos tan necesarios a la “seguridad energética” - un término que si bien no es nuevo, se ha puesto particularmente en boga en los últimos años debido a la utilización de los recursos energéticos como palancas para ejercer dominio en los juegos de poder internacional. Uno de los ejemplos más esgrimidos en este sentido es el de la Rusia de la era Putin.

La intervención en Libia se realizó en medio de fuertes cuestionamientos domésticos a los principales gobiernos occidentales –Francia, Gran Bretaña, Italia y los Estados Unidos - debido a su mala gestión de los efectos de la crisis financiera internacional iniciada en el año 2007. De este modo, el mundo árabe y su “primavera” emergieron como una oportunidad de re direccionar dichas críticas internas y, de este modo, buscar capitalizar internamente los “éxitos” en materia de política exterior, al menos en los planes.

A cuatro años de lo que se anunció como un hito en la historia de aquel país y de la escena política internacional, a más de cuatro años donde las promesas de democracia se abrían paso por doquier, Libia parece haber quedado detenida en el tiempo con un panorama poco prometedor. Su larga agonía socio-política vuelve una y otra vez a las tapas de los principales medios internacionales de comunicación echando por tierra las declaraciones de voceros de los gobiernos occidentales así como de las principales organizaciones internacionales donde se anuncian acuerdos que nunca, por lo menos hasta ahora nunca, han llegado a buen puerto.

Tras las elecciones del 25 de junio de 2014 se constituyó en Tobruk, a 1400 kilómetros al este de la capital, Trípoli, una Cámara de Representantes para impulsar un nuevo Gobierno, que alcanzó acuerdos con las milicias rebeldes para reabrir y relanzar la producción de petróleo y empezar a poner en orden el país. No obstante, la Asamblea General saliente -un Parlamento provisional que funcionó durante 18 meses sin haber obtenido mayores logros- nombró por su cuenta otro Gobierno a comienzos de septiembre del mismo año. Desde entonces, el gobierno electo en las urnas actúa desde su exilio en Tobruk mientras que un segundo Ejecutivo ejerce funciones desde Trípoli.

En agosto del año pasado la ONU nombraba a Bernardino de León como enviado especial de la organización para Libia. En dicha ocasión éste se apresuró a afirmar que “la somalización de Libia est[aba] muy lejos”. Un año después de tal afirmación la inestabilidad del país se ha corrido como un reguero de pólvora siendo uno de sus efectos más resonantes la proliferación de las actividades ilícitas en la región de la mano con el vertiginoso aumento del accionar de organizaciones terroristas como Estado Islámico (también conocido como ISIS por sus siglas en inglés).

A comienzos del mes de octubre de este año Bernardino León presentó la propuesta del organismo internacional para la formación de un gobierno de unidad nacional como resultado de meses de negociaciones con los dos gobiernos libios. Su prisa por anunciar el arribo a un acuerdo -que fue finalmente rechazado por las partes involucradas – se dio a contrarreloj del aniversario de la muerte de Gaddafi. A los efectos institucionales el anuncio de tal acuerdo (a horas del aniversario) hubiera resultado un logro diplomático cuyo impacto podría haber reivindicado el accionar de la ONU en la reconstrucción del país y hubiera lavado algo de las culpas de los principales poderes occidentales. Lejos de lo ocurrido, el rechazo de dicha propuesta y las críticas esgrimidas por las partes involucradas en la negociación no se acerca seguramente al festejo que León y algunos funcionarios occidentales habrán tenido en mente.

LOS DESAFÍOS DE LA “LIBIA LIBRE”

La actual situación en Libia presenta obstáculos de los más diversos, pero en resumidas cuentas podríamos agruparlos en dos grandes dimensiones: en la dimensión socio-política se encuentran la necesidad de integrar las visiones divergentes que luchan por el control del país y alcanzar un compromiso de paz y gobierno que hasta ahora no ha logrado concretarse. En la dimensión económica, está la necesidad de reconstruir una economía que fue destruida por las mismas fuerzas occidentales que ingresaron al país con supuestos objetivos de índole humanitaria.

Existe una errónea tendencia a considerar las nuevas democracias (o nuevos gobiernos no autocráticos si se quiere) –tal es el caso de Libia- como pizarras en blanco, ignorándose la profunda incumbencia de sus propias dinámicas internas, las cuales han sido heredadas más que elegidas de los regímenes anteriores. También suele considerarse que luego del fin de las reglas autocráticas, la tendencia será el camino unívoco, lineal y sin retorno hacia la paz. Y más aún, se sigue esgrimiendo la idea de que las intervenciones y el uso de la fuerza pueden apalancar dichos procesos de transición. Por el contrario, casos como el libio muestran que la imposición de la democracia y su “transplante” en su plena versión occidental tienden a generar situaciones totalmente contrarias, propias de la necesidad de reorganización de los procesos políticos, sociales, culturales e incluso económicos del país que muchas veces conllevan recurrentes hechos de violencia y se ven agravadas por el forzamiento de las estructuras socio políticas mediante el “copie y pegue” del modelo democrático liberal.

Es por ello que podemos afirmar que fue siempre apresurado pensar que la democracia libia comenzó un camino directo al éxito el día que Gaddafi fue derrocado. Existen múltiples factores que lo explican, como por ejemplo la ausencia de una identidad nacional que permita asumir metas comunes y aglutinar intereses domésticos divergentes que también se entrecruzan con intereses extra regionales.

Cualquier sistema que se conciba para este particular país, deberá partir desde una base de cero-estado, de la inexistencia de instituciones del Estado, porque en el gobierno jamahirí Gaddafi mismo encarnaba el Estado y la Justicia. La democracia liberal, así como cualquier forma de gobierno elegida en forma libre, requiere más que la mera formalidad del cambio de gobierno, es decir, requiere un cambio profundo en todas las esferas de la sociedad que resguardan los patrones negativos propios de los gobiernos precedentes.

La seguridad es el otro tema de relevancia: con la desaparición física del líder de la Revolución, miles de armas han quedado esparcidas por el territorio libio, en manos de personajes tan disímiles entre sí como en sus ideas. Hablamos de un escenario dominado por decenas de milicias que se niegan al desarme y aún tiñen el espacio libio de muertes y enfrentamientos armados.

Uno de los hechos más trascendentes tuvo lugar en el mes de septiembre de 2012, cuando el Embajador norteamericano en Libia, Christopher Stevens – quien había además actuado como representante durante la guerra civil ante el Consejo de Transición – fue muerto en el consulado de los Estados Unidos en la ciudad de Benghazi, durante un asalto armado de milicianos islamistas radicales. Más aún, el Canciller francés, Laurent Fabius manifestó entonces a las autoridades libias que la democracia no podría existir sin seguridad, prometiendo ayudar a restaurar el control estatal. Tales promesas no se han podido cumplir aún.

Por otra parte, el nuevo gobierno deberá enfrentarse a un país con divisiones internas y regionalismos muy marcados (hablamos de la historia división entre el Fezzan, Cirenaica y la Tripolitania). ¿Cómo se canalizarán las expectativas de los más de 150 clanes y/o tribus que predominan en la idiosincrasia libia? ¿Cómo se legitima un gobierno cuando disputa su poder con las lealtades regionales y sus usos y costumbres?

La democracia como cifra y compendio de la modernidad podría una vez más acarrear como resultado el forzamiento de estructuras políticas para las cuales Libia, dadas sus particularidades culturales, étnicas e históricas – es decir, sus condiciones estructurales – quizá no esté preparada. El futuro político libio deberá encontrar su propia fórmula nacional y africana en materia política, ya que la imposición de esquemas que le son ajenos culturalmente es una práctica bastamente aplicada y fallida en muchas naciones del continente africano.

El futuro político libio deberá encontrar su propia fórmula nacional y africana en materia política, ya que la imposición de esquemas que le son ajenos culturalmente es una práctica bastamente aplicada y fallida en muchas naciones del continente africano.

Finalmente, cabe destacar que el PBI per cápita de Libia se encuentra hoy en día en los 6000 dólares (era de 11933 en 2010) y el PBI del país ronda los 41 mil millones de dólares (la mitad que hace 4 años atrás). Esta situación se debe a diferentes cuestiones donde se destacan dos: los problemas de seguridad que hacen casi imposible la operación normal de la economía - de acuerdo a la empresa BP Libia produjo en 2014 500mil barriles de petróleo (200 mil menos que Argentina), una cuarta parte de lo que producía en 2010, habiéndose reducido su producción un tercio desde el año 2014.

La segunda razón se vincula a la destrucción de infraestructura vital durante los bombardeos de la OTAN en el año 2011. El caso más emblemático es la destrucción de gran parte del acueducto “Great Man Made River”, una obra colosal que llevaba agua desde el sur de las montañas libias hacia el norte, irrigando gran parte de las áreas desérticas del país que superan el 65% del territorio.

CONSIDERACIONES FINALES

Luego de la dudosa intervención occidental que puso fin a cuarenta años de dictadura, Libia continúa sin vislumbrar un camino hacia la reconciliación política y social y su economía continúa sin mostrar mayores signos de recuperación, en un contexto económico poco favorable para una economía altamente dependiente de las regalías provenientes de la explotación de recursos energéticos.

En este sentido, el rol de las Naciones Unidas como interlocutor de las diferentes voces involucradas en el proceso de reconstrucción nacional, ha profundizado las críticas de la comunidad internacional a la hora de canalizar y abalizar el diálogo donde una vez más, como en muchos otros casos africanos, su rol ha quedado supeditado a recomponer el desastre dejado por las injerencias de ciertas potencias dominantes.

Más aún, otro de sus legados ha sido el recrudecimiento de la rivalidad con Rusia en torno a situaciones como la de Siria y el accionar de ISIS en la región. Como ya tantas veces se ha dicho, mientras la doctrina de Responsabilidad de Proteger y el Principio del Deber de Intervenir “nacieron” en Libia, fueron sepultadas en Siria, arrojando una vez más la sensación de que el sistema de seguridad representado en el marco de la ONU se sigue dirimiendo en una mesas chica con intereses políticos y geoestratégicos puntuales y ajenos a los de ciertas naciones como las africanas.

A cuatro años de la muerte de Gaddafi, a más de cuatro años de la intervención de la OTAN bajo la Doctrina de Responsabilidad de Proteger, donde se esgrimía que el Estado Libio había fallado en la protección básica de sus ciudadanos, Libia no es libre. Libia no es democrática. Libia no es próspera. Pero a fin de cuentas lo importante es que Gaddafi se ha ido. 

 

(*) Lic. en Relaciones internacionales – UNR. Mg. en Diplomacia y Asuntos Internacionales - ADA University, Azerbaiyán. Miembro del CEPI (FUNIF) y PEALA (UNR)

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hola@fundamentar.com (NOEMÍ RABBIA(*)) Opinión Mon, 02 Nov 2015 11:35:14 -0300
Libia: Partes en Conflicto Acuerdan Plan de Paz https://fundamentar.com/internacional/item/4946-libia-partes-en-conflicto-acuerdan-plan-de-paz https://fundamentar.com/internacional/item/4946-libia-partes-en-conflicto-acuerdan-plan-de-paz Firma de Acuerdo

Las partes en conflicto en la guerra civil Libia acordaron un plan de paz propuesto por la ONU. Sin embargo, no ha sido firmado por el gobierno rival instalado en Trípoli, que critica pasajes del borrador.

Miembros del gobierno libio internacionalmente reconocido e instalado en Tobruk y representantes de otros grupos firmaron este domingo (12.7.2015) el correspondiente borrador del acuerdo, según indicaron fuentes de la ONU.

Entre los firmantes se encuentran también representantes de la ciudad libia de Misrata, cuyas milicias son consideradas la columna vertebral militar del Gobierno rival tripolitano. Este, sin embargo, aún no ha firmado el documento.

La delegación de Trípoli ha rechazado sumarse al acuerdo

El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, calificó el acuerdo como un "importante paso hacia adelante, que se corresponde con el deseo de una amplia mayoría de los libios". "Es importante que ahora se instale rápidamente un gobierno de unidad nacional, para que finalmente se puedan dar los pasos necesarios para una estabilización de Libia", agregó.

La delegación de Trípoli ha rechazado sumarse al acuerdo, señalando que no está de acuerdo con algunos pasajes del borrador de la ONU, y exige cambios.

Por su parte, la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, dijo que el acuerdo de paz y de reconciliación es "un importante paso" para restaurar la paz y la estabilidad en el país norteafricano. Las partes firmantes "han tomado el futuro de Libia en sus manos de manera responsable y valiente", añadió.

El acuerdo propuesto por la ONU para resolver la crisis libia fue firmado en la localidad marroquí de Sjirat. "Espero que los que no han firmado aún el acuerdo desplieguen similar espíritu de consenso y responsabilidad en interés del pueblo libio", afirmó Mogherini.

Desde el derrocamiento del dictador Muamar al Gadafi en 2011, el país no ha conseguido estabilizarse. Dos gobiernos rivales en Tobruk y en Trípoli se disputan el poder en un país sumido en una guerra civil. Los yihadistas, por su parte, sacan provecho del caos.

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Esteban Agustín Covelli

FUENTE: DW

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hola@fundamentar.com (Esteban Covelli) Internacional Sun, 12 Jul 2015 16:47:07 -0300
La Problemática de la Inmigración Africana en la Unión Europea https://fundamentar.com/internacional/item/4701-la-problematica-de-la-inmigracion-africana-en-la-union-europea https://fundamentar.com/internacional/item/4701-la-problematica-de-la-inmigracion-africana-en-la-union-europea La Problemática de la Inmigración Africana en la Unión Europea

Las tragedias de Lampedusa sucedidas en octubre de 2013, donde 322 inmigrantes africanos perdieron la vida en el intento de cruzar hacia Italia, atrajo las miradas hacia una problemática creciente en la agenda entre Europa y África. No obstante, el reciente naufragio en las costas libanesas el pasado domingo 19 de abril dio cuenta de que, a pesar del impacto de la temática en la comunidad internacional, lejos se ha estado de alcanzar una respuesta integral al ingreso de migrantes a través del Mediterráneo.

La catástrofe acaecida el 19 de abril frente a la costa de Libia, donde se estima que perdieron la vida más de 700 personas, fue una segunda señal de alerta de un problema complejo que aqueja a la seguridad y política exterior de la Unión Europea tanto como a los países del Sur que expulsan a sus habitantes.

Al reciente naufragio deben sumárseles cientos de barcazas que no llegan a destino en el marco de un creciente tráfico ilícito de personas que provenientes de Medio Oriente y África Subsahariana intentan llegar a Europa en búsqueda de mejores condiciones de vida. En 2014 fueron 3.279 las muertes en naufragios de migrantes que intentaban ingresar a Europa de manera irregular y en lo que va de 2015 se superó la mitad de esa cantidad (1.654). Estas escalofriantes cifras superan ampliamente los fallecimientos en naufragio del año 2011 (1.500 muertes) en el marco de una migración masiva desde el Norte de África ante las revueltas de la Primavera Árabe.

Los países europeos son considerados una tierra de promesas donde obtener salarios mínimos en trabajos irregulares que además les permitirán enviar remesas a sus familiares.

De acuerdo con la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), entre 2013 y 2014 se pasó de 60 mil a 170 mil personas que intentaron cruzar el Mediterráneo. Entre las causas principales se encuentran las relacionadas con las situaciones conflictivas que transitan Siria y Libia. En efecto, en el año 2014 la mayor cantidad de solicitudes de asilo provinieron de Siria (122.790) y en menor medida de países subsaharianos, como Nigeria (19.950 personas), Somalia (16.910) y Eritrea (36.990 personas).

Pero además de las razones surgidas por motivos de inestabilidad política o de violencia intraestatal están aquellas vinculadas la búsqueda de mejores condiciones de desarrollo. En la actualidad, la emigración de jóvenes africanos se ha convertido en un fenómeno impulsado por factores socio-económicos. Por una parte, situaciones de desempleo o falta de expectativas en un continente donde casi la mitad de la población se encuentra debajo de la línea de pobreza a pesar de las tasas de crecimiento elevadas de la última década, en particular en la región subsahariana. La línea divisoria entre el Norte “desarrollado” y el Sur “en desarrollo” sigue siendo la causa fundamental de las migraciones desde África hacia Europa.

Los países europeos son considerados una tierra de promesas donde obtener salarios mínimos en trabajos irregulares que además les permitirán enviar remesas a sus familiares. En este sentido, cabe señalar que según la UNECA (2014) en el año 2013 el monto total de remesas (60 mil millones de dólares) superó en el continente al de las inversiones extranjeras directas (56 mil millones de dólares) y al de la ayuda oficial al desarrollo (43 mil millones de dólares).

En este contexto, hay que señalar además que además de los flujos migratorios hacia Europa, los movimientos intra-africanos han crecido en los últimos años desde las zonas rurales a las grandes ciudades (por ejemplo, en Nigeria el 50% de la población vive en ciudades); de las zonas conflictivas hacia regiones pacíficas en lo que se constituyen grandes flujos de refugiados; y de las regiones más empobrecidas hacia estados más ricos, como Nigeria, Kenia y Sudáfrica. Estos movimientos internos también constituyen parte de muchas de las culturas africanas con componentes nomádicos.

Entre los migrantes africanos que llegan a la Unión Europea, muchos son profesionales que realizan sus estudios allí y luego se quedan o emigran ante estímulos externos de crecimiento económico y profesional (alimentado la llamada “fuga de cerebros”). Muchos otros tienen los medios necesarios para ingresar a través de vuelos comerciales con situaciones regulares de visado, aunque pasado el tiempo los permisos se vencen y transitan hacia situaciones al margen de la legalidad.

Pero el foco de atención está puesto hoy en los más vulnerables, los más desposeídos, quienes son objeto de los traficantes y son olvidados por los propios gobiernos africanos, que muchas veces alzan las banderas de la problemática sólo a los efectos de obtener mayores fondos de cooperación al desarrollo.

 

Las mujeres y los niños, sobre todos los provenientes de zonas en conflicto, son especialmente frágiles ante el tráfico y la explotación entre quienes emigran en condiciones de sanidad y de transporte paupérrimas y deben atravesar largas extensiones. Algunas rutas desde África Occidental implican primero cruzar el desierto del Sahara para salir desde Marruecos, otras largas travesías marítimas zarpando desde Senegal o Mauritania para evitar la vigilancia europea. Desde el Cuerno de África, la ruta es vía Libia, desde donde se cruza hacia las cosas italianas.

Luego de la emergencia producida por los dos grandes naufragios frente a Lampedusa en 2013, el gobierno italiano organizó una operación de salvamento que terminó en octubre pasado (“Mare Nostrun”), que rescató en un año a más de 150 mil inmigrantes y detener a más de 300 traficantes. Por su parte, la Unión Europea desde Frontex (La Agencia Europea para la gestión de la cooperación operativa en las fronteras exteriores de los Estados miembros), puso en marcha Tritón, pero con menor capacidad de maniobra y que no ha sido suficiente para evitar nuevos naufragios, estando enfocada en asegurar las fronteras europeas.

Lo acaecido esta semana nuevamente puso en evidencia por un lado, que no se hizo lo suficiente en torno a la problemática de la inmigración irregular, por otro, que han sido profundas las fracturas en el interior de la Unión Europea. Mientras que los países nórdicos han sido más reacios en invertir en programas de prevención y rescate en las fronteras del Mediterráneo, los gobiernos de Grecia, España e Italia, reavivaron sus demandas por mayor compromiso y recursos comunitarios.

Sin embargo, alguna luz al final del túnel podría vislumbrase, ya que ante la catástrofe última el pasado lunes 20 de abril los gobiernos europeos aprobaron un plan que incluye el refuerzo de las operaciones de vigilancia y salvamento y se llevó a cabo una cumbre entre la Unión Europea y la Unión Africana el 22 de abril. En la misma, se reforzaron los compromisos de cooperación en áreas concretas de gestión de la inmigración regular y para regularizar las vías a quienes soliciten asilo, para luchar contra el tráfico de personas. Esta reunión tuvo lugar un día antes de la cumbre europea de jefes de Estado y de Gobierno que sobre el fenómeno de la inmigración se realizará mañana.

 

(*) Licenciada en Relaciones Internacionales, UNR. Investigadora de la Fundación para la Integración Federal. Coordinadora del Programa América Latina-África (PEALA), UNR.

 

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Referencias Bibliográficas
-Abellá, Lucía, 2015, “Los naufragios revelan la división de Europa en política migratoria”, en El País, 21 de abril.
-Alvear Trenor, Beatriz, 2008, “Flujos migratorios actuales en África Subsahariana: predominio de la migración intra-africana sobre la extra-africana”, Real Instituto el Cano, DT 50.
-Kabunda Badi, Mbuyi, 2008, “Inmigración y desarrollo: el caso africano”, Centre D'Estudis Africans.
-Parlamento Europeo, 2014, “El PE pide a los países de la Unión que compartan responsabilidades en inmigración”, en Notas de Prensa, 17 de diciembre.
-González, Ricard 2015, “La guerra de Siria y el caos en Libia disparan el flujo de pateras”, en El País, 19 de abril.
-United Nations Economic Commission for Africa (UNECA), 2014, “Frontier Markets in Africa-Misperceptions in a Sea of Opportunities”, julio, Washington.  

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hola@fundamentar.com (CARLA MORASSO (*)) Internacional Wed, 22 Apr 2015 17:25:02 -0300
Gobierno Oficial Libio busca Ingresos Petroleros para Frenar las Consecuencias de la Guerra https://fundamentar.com/internacional/item/4645-gobierno-oficial-libio-busca-ingresos-petroleros-para-frenar-las-consecuencias-de-la-guerra https://fundamentar.com/internacional/item/4645-gobierno-oficial-libio-busca-ingresos-petroleros-para-frenar-las-consecuencias-de-la-guerra Primer Mandatario Libia busca diseñar un plan que aliviane la economía de guerra y apoye al gobierno de Tripoli

El primer ministro de Libia, Abdullah al-Thinni, dijo que su Gobierno administraría sus propias ventas de petróleo y depositaría los ingresos en el extranjero, en un intento por alejar los fondos de un gobierno rival que se declaró en Trípoli.

Los ingresos del petróleo están en el centro de una lucha por el control del productor del norte de África y miembro de la OPEP que ha enfrentado a dos gobiernos rivales en un creciente conflicto, cuatro años después de una guerra civil que derrocó a Muammar Gaddafi.

El domingo, un suicida con bomba atacó un punto de control cerca del pueblo de Misrata, aliado al gobierno de Trípoli, matando al menos a seis personas e hiriendo a otras 40, según una agencia de noticias local.

El gobierno de Thinni también planea abrir oficinas de la Corporacion Nacional Petrolera en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, y cambiar de crudo libio por productos refinados, combustible y suministros básicos.

Thinni, quien tiene su sede en la oriental ciudad de Al-Bayda, anunció en la tarde del sábado que había autorizado a la corporación petrolera de su gobierno, reconocido por la comunidad internacional, a abrir una cuenta diferente en un banco en Emiratos Árabes Unidos para depositar los ingresos petroleros y buscar ventas de crudo independientes.

Hasta ahora, las ventas y los ingresos petroleros han pasado por el Banco Central de Libia y la Corporación Nacional Petrolera (NOC) en Trípoli, donde un gobierno rival asumió el verano boreal pasado. La NOC ha intentado mantenerse fuera del conflicto entre los gobiernos rivales.

Analistas dicen que el Gobierno de Thinni tendrá problemas para convencer a los operadores internacionales de que tiene derechos legales para reclamar la propiedad del crudo libio.

"El propósito de abrir una cuenta bancaria en Emiratos Árabes Unidos es la recolección (...) de los ingresos petroleros", dijo a Reuters Al-Mabrook Bou Seif, jefe de la NOC de Thinni en el este de Libia.

Sostuvo que cualquier ingreso derivado de las ventas sería transferido desde allí a una oficina del Banco Central en Al-Bayda. Agregó que varios socios internacionales han sido contactados, pero no entregó más detalles.

Funcionarios de la firma estatal con sede en Trípoli, también conocida como NOC, no estuvieron disponibles de inmediato para realizar comentarios sobre el plan.

El gobierno de Thinni también planea abrir oficinas de su NOC en Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, y cambiar de crudo libio por productos refinados, combustible y suministros básicos.

 

RELEVAMIENTO Y EDICION: Maria Belen Serra

FUENTE: Reuters

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hola@fundamentar.com (Maria Belen Serra) Internacional Sun, 05 Apr 2015 18:03:35 -0300
Europa Prepara un Plan de Apoyo a Libia https://fundamentar.com/internacional/item/4597-europa-prepara-un-plan-de-apoyo-a-libia https://fundamentar.com/internacional/item/4597-europa-prepara-un-plan-de-apoyo-a-libia Un acuerdo con Libia es trascendebntal para respaldar la seguridad europea

La Unión Europea elaborará en las próximas semanas un plan para una posible misión militar de paz en Libia, a la espera de que se concrete un gobierno de unidad nacional en el país.

En cuanto se alcance un acuerdo sobre un gobierno de unidad nacional y sobre medidas de seguridad, la Unión Europea está dispuesta a apoyar adicionalmente a Libia", señala una resolución de los ministros de Exteriores publicada hoy. Dos gobiernos y dos parlamentos rivalizan por el poder en Libia, un país que no ha visto la paz desde que Muamar al Gadafi fuera derrocado en 2011 con apoyo de Occidente.

En cuanto se alcance un acuerdo sobre un gobierno de unidad nacional y sobre medidas de seguridad, la Unión Europea está dispuesta a apoyar adicionalmente a Libia", señala una resolución de los ministros de Exteriores publicada hoy. 

El gobierno reconocido internacionalmente está establecido en Tobruk, en el este del país, mientras un gobierno islamista tiene sede en la capital Trípoli.

Milicias islamistas y nacionalistas también se enfrentan apoyando a uno u otro bando o, simplemente, para aumentar su influencia. Un caos que aprovechan grupos yihadistas como Estado Islámico.

El titular italiano, Paolo Gentiloni, cuyo país ha visto incrementado el número de refugiados libios que llegan a sus costas, aseguró al término de la reunión que la UE no se plantea participar en una misión de mantenimiento de la paz, sino en un proceso de observación y de formación de las fuerzas de seguridad libias.

Por su parte, el titular alemán, Frank-Walter Steinmeier, aseguró que "los deberes están claros", y se refirió a la "protección de infraestructura clave crucial para la supervivencia económica" y, "quizá, a una supervisión marítima". "Si hay un acuerdo de unidad también se puede imaginar que la UE participe en vigilancia o protección de fronteras", dijo, al tiempo que aludió a que la UE podría contribuir ahí con "material técnico".

Mientras tanto, los esfuerzos de paz mediados por el enviado especial de la ONU, Bernardino León, volvieron a verse hoy empañados por la violencia: durante la noche, seguidores del EI atentaron contra una base militar de la milicia islamista enemiga Fayr Libia (Amanecer Libia) en Misrata. Un combatiente murió y tres resultaron heridos, informó un comandante miliciano a dpa.

 

RELEVAMIENTO Y EDICION: Maria Belen Serra

FUENTE: DW

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hola@fundamentar.com (Maria Belen Serra) Internacional Mon, 16 Mar 2015 18:38:37 -0300