Mursi ha durado apenas un año como presidente de Egipto. El Ejército ha decidido terminar por la fuerza con su Gobierno y ha anunciado, tras sacar los tanques a las calles, un periodo de transición al que seguirá la celebración de elecciones presidenciales y parlamentarias. Los militares, como ya hicieran cuando la presión de los egipcios acabó con el régimen de Hosni Mubarak en 2011, vuelven a controlar el poder del país.
Para suavizar el efecto de golpe de Estado, la cúpula castrense ha anunciado la nueva hoja de ruta para Egipto en un mensaje televisado junto al jeque de la institución islámica de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, el papa copto, Teodoro II, la figura más conocida de la oposición a Mursi y premio Nobel de la Paz, Mohamed El Baradei, y jóvenes del movimiento Tamarrud, organizador de las protestas contra Mursi. Abdel Fatah al Sisi, el jefe del Ejército, ha confirmado la suspensión de la Constitución y la disolución del Parlamento, de mayoría islamista.
También ha anunciado que Adly Mansur, el presidente del Tribunal Constitucional Supremo, asumirá provisionalmente la jefatura de Estado del país y será quien administre la etapa interina y convoque elecciones presidenciales anticipadas. Tendrá asimismo todo el poder para hacer declaraciones constitucionales y para designar a un jefe de Gobierno con prerrogativas. Mansur tomará posesión este jueves. Además, se formará un comité de expertos para enmendar la Carta Magna.
Mursi, recluido en la mezquita de Rabea al Adauiya, en el barrio cairota de Ciudad Naser, ha replicado que "no aceptará nunca renunciar de forma humillante a su patria, su legitimidad y su religión". Ha pedido a los suyos que no luchen a pesar de que les hayan "robado la revolución" a través de un "golpe" y ha asegurado que él sigue siendo el presidente. Según el diario Al-Ahram, los militares le comunicaron a las 19 horas de este miércoles que en ese momento dejaba de ser el jefe de Estado egipcio. Asimismo, junto a altos cargos de los Hermanos Musulmanes, a los que pertenecía antes de asumir el cargo de presidente, le han prohibido salir del país.
Tras el anuncio del Ejército, Tahrir ha estallado de júbilo. Cientos de miles de personas se han congregado en la plaza y en los alrededores del palacio presidencial de Itihadiya para celebrar el fin de Mursi. Reclaman que sea juzgado por el supuesto asesinato de manifestantes durante su mandato, e incluso gritan consignas que piden su ejecución. Exigen también que los dirigentes del grupo islamista sean presentados ante la Justicia.
El Baradei calificó de un "paso hacia la reconciliación nacional" la hoja de ruta presentada por el Ejército. El Nobel de la Paz afirmó que con lo ocurrido este miércoles "se corrige la Revolución del 25 de Enero", que derrocó a Mubarak y se responde a las demandas del pueblo egipcio. Por su parte, el jeque Al Tayeb consideró que con esta iniciativa el dividido pueblo egipcio podrá "tender puentes", mientras que el papa copto, Teodoro II, señaló que la hoja de ruta se ha aprobado para "resolver el actual callejón sin salida".
Mursi intentó responder en el último momento al ultimátum que las Fuerzas Armadas lanzaron el lunes e, instantes antes de que expirara, emitió un comunicado para ofrecer un Gobierno de unidad nacional. Llegó tarde. Blindados militares y soldados empezaron a ocupar las calles. El Ejército cerró todos los accesos a la plaza de Rabea al Adauiya, en el este de El Cairo, junto a la Universidad, donde se congregaron decenas de miles de islamistas seguidores de Mursi.
También erigió alambradas y barreras alrededor del cuartel donde se encuentra el presidente. Una fuente militar ha asegurado que la medida fue adoptada "para preservar la vida de las personas y evitar enfrentamientos". Las fuerzas armadas han asegurado que han asegurado la zona y negaron presuntos informaciones de que habían atacado a los partidarios del presidente. "El Ejército de Egipto pertenece a todos los egipcios", afirmaron.
La jefatura de la Zona Militar Central de Egipto ordenó asimismo un fuerte despliegue en Tahrir y junto al Palacio Presidencial de Itihadiya, donde se congregan los opositores. Según esa fuente, el objetivo de los militares es "cumplir con el máximo grado de protección a los manifestantes en esta etapa crítica de la historia de Egipto". A dos horas de que concluyera el ultimátum, el Ejército ya había empezado a desplegarse por las calles de El Cairo, incluidos los alrededores de las embajadas y la plaza Tahrir, e incluso llegaron a ocupar el edificio de la televisión estatal.
La cúpula castrense había dado un plazo de dos días, que ha terminado hoy a las 17 horas, para que Mursi alcanzara un acuerdo político y "respondiera a las demandas del pueblo". Al Sisi ha mantenido durante el día varias reuniones con la oposición y distintos "símbolos religiosos, nacionales, políticos y juveniles" para analizar con todos ellos la hoja de ruta que el Ejército empezará a implementar a partir de ahora.
El presidente, que ya rechazó el ultimátum militar, ha defendido en todo momento su legitimidad y responsabilizó a las fuerzas de la oposición de boicotear en los últimos meses los intentos de diálogo lanzados desde la Presidencia. En un mensaje televisado, urgió a los egipcios a alejarse de los remanentes del anterior régimen de Mubarak y evitar el derramamiento de sangre entre ellos, al tiempo que dijo estar dispuesto a sacrificar su vida por el país. Siguiendo con esa retórica, el jefe de las Fuerzas Armadas egipcias respondió a través de un mensaje en una página semioficial en Facebook e indicó que para los militares "es más honorable morir que ver al pueblo egipcio sentirse aterrorizado o amenazado".
En las últimas horas, 18 personas han muerto y otras 619 han resultado heridas en choques entre partidarios y opositores de Mursi en distintas provincias del país, según el ministerio de Salud. Al Arabiya eleva las cifras a 37 fallecidos y 1.600 heridos. En un comunicado, el Ministerio señala que los fallecimientos se registraron en los alrededores de la Universidad de El Cairo, donde los islamistas protagonizaron una manifestación en apoyo del presidente.
La nota detalla que 201 heridos reciben todavía tratamiento médico, mientras un total de 418 lesionados abandonaron ya los hospitales después de la mejora de su estado. Asimismo, añadió que hubo 431 heridos en El Cairo, 47 en la ciudad mediterránea de Alejandría, 25 en la localidad de Beni Suef (al sur de El Cairo), 21 en la de Al Fayum (al sur de El Cairo) y 18 en Luxor (sur).
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Imanol Barrangú
FUENTE: Público