El primer ministro británico, David Cameron, expresó su "preocupación" por la situación en la frontera de Gibraltar, si bien matizó que España aún no ha planteado la aplicación de nuevas medidas para acceder al Peñón.
La tensión diplomática entre Londres y Madrid continuó hoy por los retrasos y las filas para cruzar la frontera entre el Peñón y España, a lo que se han añadido las advertencias del gobierno español de imponer una tasa para entrar o salir de Gibraltar.
Inquieto por unas medidas que pueden castigar a la población gibraltareña y la actividad del territorio bajo soberanía británica, un portavoz de Cameron indicó hoy que el primer ministro está preocupado y buscará clarificar la situación con el Gobierno de Mariano Rajoy.
"Claramente, tenemos una seria preocupación por los sucesos en la frontera entre España y Gibraltar. Específicamente sobre el asunto de la tasa fronteriza, los españoles no nos han planteado la perspectiva de introducir tasas fronterizas", subrayó la fuente en nombre de Cameron, que está de vacaciones con su familia en Portugal.
Pese a todo, el gobierno británico se ha mostrado conciliador al afirmar que está en "estrecho contacto" con España y confía en que los dos países puedan mantener buenas relaciones.
Para Reino Unido, las diferencias deben ser resueltas por medios políticos y no con medidas "desproporcionadas", señaló la fuente, al tiempo que dejó claro que no comprometerá su soberanía sobre Gibraltar.
Los fuertes controles impuestos por España, con retrasos de varias horas en plena temporada de vacaciones estivales, empezaron hace más de una semana después del vertido de 70 bloques de hormigón en aguas que rodean el Peñón, que impiden que los pescadores españoles puedan faenar en esas aguas.
Los fuertes controles impuestos por España, con retrasos de varias horas en plena temporada de vacaciones estivales, empezaron hace más de una semana después del vertido de 70 bloques de hormigón en aguas que rodean el Peñón, que impiden que los pescadores españoles puedan faenar en esas aguas.
Ante el malestar de las autoridades de Gibraltar y de Londres por esos controles, el ministro español de Asuntos Exteriores, José manuel García-Margallo, respondió en una entrevista este domingo al diario ABC que los controles que hace España en la Verja (de Gibraltar) "son legales y va a haber más".
García-Margallo también anticipó que el gobierno español está pensando "crear una tasa de 50 euros para entrar y 50 euros más para salir" de Gibraltar, recaudación que consideró vendría muy bien para ayudar a los pescadores españoles.
Estas medidas, además de otras como posibles restricciones en el espacio aéreo español para llegar a Gibraltar, han alarmado tanto a Londres como al Gobierno del Peñón, cuyo ministro principal, Fabián Picardo, las ha comparado con los tiempos de Francisco Franco y con la actitud beligerante de Corea del Norte.
"Lo que hemos visto este fin de semana es un tipo de ruido de sables que no habíamos visto durante un tiempo. Las cosas que García-Margallo ha dicho recuerdan el tipo de declaración que uno escucharía de Corea del Norte en lugar de un socio de la UE", dijo hoy Picardo al programa "Today" de Radio 4 de la BBC.
"Lo hemos visto antes durante el tiempo de Franco en los años de 1960, pero creo que todos esperábamos que esas políticas nunca volverían", afirmó.
El descontento de Londres se ha traducido en una llamada que el ministro británico de Exteriores, William Hague, hizo a su homólogo español hace una semana y la convocatoria el viernes del embajador español en esta capital, Federico Trillo, al Foreign Office, que en en términos diplomáticos supone una fuerte llamada de atención.
García-Margallo considera legítimos los controles debido a que Gibraltar no forma parte del espacio Schengen.
Esa posición fue reconocida hoy por la Comisión Europea (CE), si bien ha recordado que esos controles "deben ser proporcionados".
Por su parte, la diputada laborista Kerry McCarthy, del área de Asuntos Exteriores del partido de la oposición británica, calificó hoy de "inaceptable" tratar de imponer una tasa y consideró que "cualquier medida pensada para castigar a los residentes de Gibraltar debería ser "fuertemente rechazada por el Foreign Office".
Gibraltar afirma que tiene jurisdicción sobre tres millas náuticas alrededor del Peñón, algo que no reconoce España, pues en virtud del Tratado de Utrecht de 1713 solo admite la soberanía gibraltareña sobre las aguas del puerto.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Rafael Pansa
FUENTE: LaTercera