Lunes, 25 Noviembre 2013 11:15

China Amplía su Zona de Defensa Aérea a un Área en Disputa con Japón

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Las islas Senkaku / Diaoyu, motivo de fricción entre Japón y China, en una imagen de septiembre de 2012. Las islas Senkaku / Diaoyu, motivo de fricción entre Japón y China, en una imagen de septiembre de 2012.

La decisión eleva la tensión con Tokio, ya que incluye las islas Senkaku / Diaoyu, administradas por Tokio pero reclamadas por Pekín. China quiere los mares de Asia, sumado a que las Islas Senkaku son ricas en recursos energéticos y resentimientos patrióticos.

La latente disputa territorial y marítima entre China y Japón se agravó el fin de semana después de que el sábado China anunciara una nueva zona de defensa aérea sobre unas disputadas islas en el Mar de China Oriental, seguido de críticas de Estados Unidos y Japón.

El sábado por la mañana China hizo públicas las nuevas coordenadas de la zona de defensa aérea, que incluye las aguas donde se encuentran las contendidas islas llamadas Senkaku en Japón y Diaoyu en China. El anuncio creo una extensa área de superposición entre las zonas de defensa aérea de China y Japón, anunciando una nueva fase potencialmente más peligrosa de la disputa territorial sobre las deshabitadas islas, que son controladas por Japón, pero reclamadas por China y Taiwán.

"El riesgo de tener un conflicto importante por un incidente en el aire o en el ámbito marítimo han subido este fin de semana y seguirá escalando", dice Ting Wai, profesor de estudios gubernamentales e internacionales de la Universidad Baptista de Hong Kong. "El paso es provocador, y, sin duda, plantea la posibilidad de conflicto."

Pocas horas después de que China anunciara su nueva zona, el secretario de estado John Kerry y el secretario de defensa Chuck Hagel criticaron las acciones de Pekín y advirtieron que apoyarían a Japón militarmente en cualquier confrontación que surgiera. "Consideramos este desarrollo un intento de desestabilización para alterar el status quo en la región", dijo Hagel en un comunicado el sábado, según el periódico The Wall Street Journal. "Esta acción unilateral aumenta el riesgo de malentendidos y errores de cálculo".

Estados Unidos no toma partido en la disputa territorial, pero es una aliado por tratado de Japón y reconoce el gobierno, pero no la soberanía, de Japón en las islas disputadas.

Hoy el Ministerio de Defensa chino presentó protestas a las embajadas de Japón y Estados Unidos, diciendo que los comentarios de Japón eran “totalmente infundados e inaceptables” y los comentarios de Estados Unidos "erróneos", según un comunicado publicado en la página web del ministerio.

Este lunes por la tarde el primer ministro japonés Shinzo Abe ha dicho que la declaración china era inaplicable. "Las medidas adoptadas por los chinos no tienen validez alguna en Japón, y exigimos que China revoque cualquier medida que pudiera infringir la libertad de vuelo en el espacio aéreo internacional", dijo Abe en una sesión del parlamento, según la agencia Kyodo News.

Abe ha afirmado que las medidas imponen unilateralmente las reglas establecidas por el ejército chino en todos los vuelos en la zona, y violan la libertad de volar sobre el mar abierto, un principio general bajo el derecho internacional.

Seúl calificó la medida como "lamentable'', ya que se superponía con su propia zona de defensa aérea e incorpora una roca disputada, sumergida, y controlada por Corea del Sur - conocida como Ieodo – que también ha sido durante mucho tiempo una fuente de tensiones diplomáticas con Pekín. "Me gustaría decir una vez más que el control territorial de Ieodo no ha cambiado'', dijo Kim Min Seok, portavoz del Ministerio de Defensa surcoreano, el lunes según France Presse.

En el anuncio, China dijo que los aviones que entraran en el área debían de informar de los planes de vuelo e identificarse. Añadió que su ejército tomaría "medidas de emergencia defensiva" si los aviones entrando en la zona no cumplen con sus normas.

Pero la implementación de la zona es lo que realmente preocupa a algunos expertos. “La defensa aérea de la zona está en una zona aérea internacional y tiene que estar regulado por la ley internacional,” dice Tetsuo Kotani, un especialista en seguridad militar, del Instituto Japonés de Asuntos Internacionales. “El desafío chino puede llegar a ser muy peligroso.”

Estas fricciones contrastan con una incipiente recuperación en el comercio, con un aumento de exportaciones a China del 21,3% en octubre comparado con hace un año. Y añaden presión a Abe, cuyo gobierno va a presentar su primera estrategia de seguridad nacional de la posguerra el mes que viene. (Estos eventos) “van a tener efectos negativos en las relaciones políticas, y por extensión, harán que sea más difícil continuar mejorando las relaciones económicas”, dice Kotani.

La disputa sobre estas formaciones rocosas en aguas ricas en petróleo, gas natural y pescado, situadas al sur-oeste de Japón, está escalando a medida que China y Japón buscan un papel más importante en la región, mejorando relaciones con naciones del sudeste asiático. Desde que asumió el cargo hace casi un año, Abe ha encabezado un movimiento para reforzar la capacidad de defensa japonesa, citando las amenazas de la creciente presencia marítima y militar de China en la región. Japón ha tenido una zona similar desde la década de 1960. A su vez, el presidente chino Xi Jinping, también ha hecho que Pekín se vuelto más asertivos en sus reivindicaciones territoriales en la región, lo que lleva al aumento de las tensiones con muchos de sus vecinos.

Estados Unidos no toma partido en la disputa territorial, pero es una aliado por tratado de Japón y reconoce el gobierno, pero no la soberanía, de Japón en las islas disputadas.

El origen de estas tensiones se remonta a 1971, cuando China reclamó la soberanía, en un periodo en el que las islas, originalmente japonesas, estaba siendo administradas por Estados Unidos (1945-1972). La tensión estalló el año pasado cuando Yoshihiko Noda, el primer ministro, nacionalizó tres islas de las cinco islas, provocando protestas a gran escala en China, en lo que según algunos expertos fue un torpe intento de evitar que cayeran en manos de Shintaro Ishihara, un derechista que fue gobernador de Tokio, hasta finales del año pasado.

Sin embargo, China insistió en que la medida era una conspiración antichina para fortalecer la posición japonesa. Y decidió deshacerse de cualquier tipo de pretensiones japonesas del control exclusivo de las aguas y los cielos alrededor de las islas. Las incursiones de buques de vigilancia llegaron primero, este es un segundo paso a la reacción de la compra de las islas del pasado otoño, afirma Ting. “China ha estado consistentemente haciendo valer su influencia, y siente que tiene algo que demostrar”.

 

 

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Rafael Pansa

FUENTE: ElPaís

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