Tras meses de infructuosos contactos y siete años de tiras y afloja, Hamás, que gobierna en Gaza, y Al Fatah han presentado este miércoles el acuerdo de reconciliación interpalestina, anunciada en varias ocasiones en el pasado pero hasta hoy nunca sellada. El pacto incluye la convocatoria de elecciones en enero y la formación, antes del 1 de julio, de un Gobierno de unidad.
El plan fue firmado anoche en la residencia privada del primer ministro y líder de Hamás en Gaza, Ismail Haniya, y fue recibido con hostilidad por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien acusó al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y de Al Fatah, Mahmud Abás, de no querer la paz. "Tiene que decidir. Quiere la paz con Hamás o quiere la paz con Israel. Puedes alcanzar una pero no ambas. Espero que elija la paz, que hasta ahora no lo ha hecho", aseguró tras una reunión con el canciller austríaco, Sebastian Kurz, de visita en el país.
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Horas después de anunciarse el acuerdo, la aviación de Israel bombardeó el norte de Gaza, dejando varios palestinos heridos, entre ellos dos en estado grave. El ataque fue confirmado por el Ejército israelí en un comunicado, en el que admitió que el objetivo no había sido alcanzado.
El plan interpalestino establece fechas aproximadas para unas condiciones que ya fueron aceptadas por ambas partes en los pactos de Doha de 2012. La primera, la formación en cinco semanas de un Gobierno de unidad nacional que, de acuerdo a la agencia palestina Maan, estaría encabezado por Abás o por Nasser al Din al Shaer, miembro de Hamás y antiguo viceprimer ministro del antiguo Ejecutivo de 2006.
La segunda, la celebración de elecciones seis meses después de que este comience a ejercer. Si los plazos establecidos se respetan, ese gabinete de transición estaría listo la primera semana de junio -aún se desconoce con cuantas carteras-, y los comicios se podrían convocar, como muy pronto, en enero de 2015.
Horas después de anunciarse el acuerdo, la aviación de Israel bombardeó el norte de Gaza
Esta hoja de ruta coincide con los planes que Estados Unidos baraja sobre el exangüe proceso de paz entre palestinos e israelíes: desde hace meses se negocia la posibilidad de que el diálogo -que culmina el 29 de abril- se prolongue hasta final de año. "Ambos asuntos no están vinculados. Son expedientes separados y así los tratamos. La reconciliación palestina ha sido siempre una de nuestras prioridades", precisaron a la agencia Efe responsables palestinos que prefirieron no ser identificados.
Las perspectivas del acuerdo comenzaron a despejarse el pasado domingo, después de que representantes de Hamás se reunieran en Egipto y El Cairo y autorizasen el retorno a la Franja de Musa Abu Marzuk, número dos de la oficina política del movimiento, que dirige Jaled Mishal. Abás, por su parte, anunció que su representante sería Azam al Ahmad, su mano derecha en asuntos de reconciliación, quien se desplazaría hasta Gaza -asediada por el Ejército israelí desde 2007- al frente de una delegación de alto rango.
Reforma y renovación de la OLP
La clave, junto a las dos condiciones ya aceptadas, es que se uniera en un mismo paquete la reactivación del alto comité para la reforma y la renovación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Un condicionante que el movimiento islamista exigía y que permitirá a Hamás y otros poderes políticos poder sumarse al Comité Ejecutivo de la organización, hasta ahora único representante del pueblo palestino en el mundo.
"Se han hecho progresos en campos como la formación del gobierno de unidad, la celebración de elecciones y reformas en el seno de la OLP", declaró a los medios Mustafa Barguti, miembro de esta organización y participante en el encuentro. "La atmósfera de las negociaciones fue muy positiva y hay una oportunidad de avanzar en todas las cuestiones bajo discusión", recalcó Barguti.
Y enumeró una serie de progresos tangibles en campos como la celebración de elecciones legislativas en los territorios palestinos y de comicios al Consejo Nacional Palestino (CNP) o Parlamento de la OLP en el exilio al mismo tiempo. Poco antes, Halil al Haya, alto responsable y miembro de la delegación de Hamás, coincidió en que la atmósfera fue "muy positiva" y abundó en que "el foco estuvo en poner en marcha el mecanismo de aplicación de los acuerdos y entendimientos previamente alcanzados".
La fractura entre Al Fatah y Hamás se remonta a 2007 cuando tras meses de desencuentros y actos violentos, los islamistas se hicieron con el control de la franja de Gaza por la fuerza tras enfrentarse a las fuerzas leales al presidente Abás. Desde entonces, Hamás gobierna en Gaza y un Ejecutivo fiel a la ANP en Cisjordania, y pese a que ambas partes han emprendido diversos procesos -que esta vez apoyan Egipto y Arabia Saudí- para poner fin a la división, todos han fracasado. Normalmente han quedado embarrados en cuestiones prácticas como la designación del primer ministro interino -Al Fatah exige que salga de su entorno- o del titular de Interior, responsable de las fuerzas de seguridad.
FUENTE: Público