“Los desintegraron”. Con esa frase el procurador mexicano Jesús Murillo describió este lunes (10.11.2014) la brutalidad con que actuaron los encargados de destruir los restos hallados en el sur del país y que podrían corresponde a los 43 estudiantes desaparecidos desde el 26 de septiembre en Iguala, estado de Guerrero. Los restos, hallados en un basurero, serán sometidos a análisis en Austria para determinar si corresponden a los jóvenes, destacó la autoridad.
Los restos recuperados fueron mostrados por teleconferencia a distintos laboratorios del mundo, y solamente expertos de la Universidad de Innsbruck, en Austria, aceptaron el desafío de identificarlos.
Murillo detalló que las víctimas fueron quemadas en una hoguera que podría haber alcanzado unos 1.600 grados Celsius de temperatura. Los restos recuperados fueron mostrados por teleconferencia a distintos laboratorios del mundo, y solamente expertos de la Universidad de Innsbruck, en Austria, aceptaron el desafío de identificarlos. Sin embargo, apenas “una rótula y otro pedazo” están en condiciones de ser analizados, dijo Murillo.
Eso no significa que puedan ser identificados, matizó el procurador, debido al grado de calcinamiento que presentan los restos. “Dijeron (del laboratorio) que habían dos que tenían posibilidades. No nos dijeron que sí se podía (identificarlos), nos dijeron que había una posibilidad", explicó. El fiscal añadió que no está en duda que se trate de restos humanos, y lo que se busca es determinar la identidad de estos.
Sicarios detenidos por la Procuraduría General de la República afirmaron que los estudiantes fueron asesinados y quemados en una fogata que duró al menos 14 horas en el basurero de Cocula, unos 200 kilómetros al sur de la capital. Peritos encontraron en el sitio pequeños restos óseos y dientes, que prácticamente se desintegran al levantarlos, informó Murillo el pasado viernes. Además, buzos hallaron en un río una bolsa de basura cerrada, que contenía cenizas.
Los jóvenes, estudiantes de la Escuela Rural Normal “Raúl Isidro Burgos” -conocida como la Normal de Ayotzinapa-, fueron interceptados en Iguala por policías municipales por órdenes del alcalde para que no sabotearan un acto de su esposa. Los policías los entregaron al grupo criminal Guerreros Unidos, quienes se habrían encargado de hacerlos desaparecer. El caso ha provocado enorme conmoción en el país.
Por otro lado, este lunes cientos de estudiantes, profesores y familiares de los 43 jóvenes desaparecidos tomaron el aeropuerto de Acapulco, sin que nadie lo impidiera. El portavoz de los padres de los muchachos, Felipe de la Cruz, dijo que mantendrán el aeropuerto cerrado al menos por “tres horas”. De todas formas, destacó que los manifestantes mantendrán el orden y permitirán el aterrizaje de vuelos.
RELEVAMIENTO Y EDICION: Maria Belen Serra
FUENTE: DW