Cientos de jóvenes, con los rostros cubiertos con pañuelos y armados con caños metálicos, se apostaron en los accesos a la estación para impedir que cualquier persona entrara o saliera de ella durante el tiempo que duró la ocupación.
Los manifestantes dejaron en las paredes del aeropuerto pintadas con leyendas tales como "Todos somos Ayotzinapa" y "(Enrique) Peña Nieto asesino", en alusión al presidente mexicano, que hoy se encontraba de visita en China.
Identificados con organizaciones adheridas a la Asamblea Nacional Popular (ANP), los manifestantes partieron esta mañana en unos 20 ómnibus desde Chilpancingo, la capital del estado sureño Guerrero, hacia el puerto de Acapulco, para protestar una vez más por la desaparición de los 43 alumnos de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa.
Ya en Acapulco, antes de llegar al aeropuerto, se enfrentaron con unos 500 policías, episodio del que resultaron heridos 16 uniformados y una cantidad no precisada de manifestantes, informó la Secretaría de Seguridad Pública guerrerense.
El gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega, llamó a alumnos y docentes al diálogo y les pidió que no contribuyan a destruir la economía de la región.
"Entiendo el dolor y el sufrimiento y el drama que están viviendo los familiares de los 43 normalistas desaparecidos, pero no vale que al amparo de este dolor y de una petición justa se realicen acciones de violencia y vandalismo", dijo Ortega.
Mientras tanto, Murillo reiteró que la PGR hará "todo lo necesario para tener la certeza" sobre si los restos hallados pertenecen a los alumnos desaparecidos.
"Mi obligación es hasta el final para encontrar la identificación plena; en tanto no se tenga dicha certeza, se continuará buscando a los jóvenes como desaparecidos", dijo en una entrevista televisada.
Murillo subrayó que hasta el momento se sabe que el basural donde fueron hallados restos humanos y cenizas fue escenario del asesinato de varias personas, "pero es indispensable su identificación" para constatar si se trata de los estudiantes de Ayotzinapa o no.
Ayer, entrevistado por una radio, Murillo precisó que hay 90 grupos federales investigando el caso, por el cual ya se detuvo a 74 personas, entre ellas el ex alcalde de Iguala, José Luis Abarca, y su esposa, María de los Ángeles Pineda, sospechados de haber ordenado la detención de los alumnos y de vínculos con el crimen organizado, respectivamente.
Por otra parte, el embajador de Estados Unidos en México, Earl Wayne, reclamó hoy en conferencia de prensa que "los responsables de los lamentables hechos de Iguala sean presentados ante la justicia y castigados de manera expedita", aunque "cumpliendo el debido proceso y siempre bajo el imperio de la ley".
El diplomático remarcó que su país mantendrá la asistencia técnica que le fue solicitada por las autoridades mexicanas para la investigación del caso.
Los 43 estudiantes desaparecieron en la noche del 26 de septiembre en Iguala, cuando policías de ese municipio y del vecino Cocula, junto a miembros de la organización criminal Guerreros Unidos, atacaron a un grupo de alumnos de Ayotzinapa y a otro de un equipo juvenil de fútbol, dejando además seis muertos y 25 heridos.
Los 43 estudiantes desaparecieron en la noche del 26 de septiembre en Iguala, cuando policías junto a miembros de la organización criminal Guerreros Unidos los atacaron y secuestraron.
El viernes pasado -primero en privado a los familiares de los desaparecidos y luego en conferencia de prensa-, Murillo informó que tres miembros de Guerreros Unidos detenidos por las autoridades afirmaron que mataron a los 43 estudiantes, incineraron sus restos y los arrojaron a un basural y a un río en Cocula.
Murillo reveló que se habían hallado algunas bolsas con restos humanos y cenizas en un estado que dificultaba la identificación genética, por lo que pidió ayuda a la Universidad de Innsbruck, en Austria, experta en ciertos estudios especiales de ADN.
El jefe de los fiscales mexicanos dijo que los investigadores tenían "indicios" de que efectivamente los estudiantes hayan sido asesinados de esa forma, pero remarcó que hasta que no se compruebe científicamente que murieron, legalmente deben seguir siendo considerados como desaparecidos.
Sin embargo, el informe no satisfizo a los familiares. "Carece de sustento científico y técnico", dijo el mismo viernes el habitual portavoz del grupo de padres, Felipe de la Cruz.
"No estuvimos conformes, no es lo que corresponde", agregó hoy otro de los padres, Melitón Ortega.
FUENTE: Infonews