El Congreso brasileño votó a última hora del pasado miércoles una polémica ley que permitirá, si sigue adelante en las próximas fases, que los adolescentes de entre 16 y 18 años puedan entrar en prisión en caso de cometer crímenes hediondos, homicidio doloso o lesión seguida de muerte. Tan sólo un día antes, decenas de activistas habían celebrado bañándose en las fuentes de la esplanada del Congreso la derrota de la propuesta de enmienda constitucional (PEC), pero tras las modificaciones del proyecto y las negociaciones lideradas por el presidente de la Cámara, Eduardo Cunha, del PMDB, la ley consiguió salir adelante.
La presidenta Dilma Rousseff, que ya se ha manifestado en contra de esta ley, no tiene derecho a veto por tratarse de una enmienda constitucional, prerrogativa del Congreso, así que el texto cobrará vigencia si vuelven a apoyarlo al menos tres quintas partes en un nuevo turno de votación que se celebrará en la Cámara y después en el Senado brasileño. Los diputados del Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff presentaron este jueves un recurso al Tribunal Supremo para que declare la ley inconstitucional.
La sociedad no acepta la impunidad y no desea sentir miedo, pavor y recelo que siente en el día a día", declaró el diputado favorable a la ley Leonardo Picciani, del PMDB, recogiendo el sentir de un 87% de la población brasileña según una encuesta publicada el mes pasado por Datafolha.
Reducir la mayoría de edad penal no va a resolver el problema
La presidenta Rousseff se encuentra en el 13% restante, según declaró en su Facebook: "Reducir la mayoría de edad penal no va a resolver el problema de la delincuencia juvenil. Eso no significa que yo esté a favor de la impunidad. Los menores que hayan cometido algún delito tienen que someterse a medidas socioeducativas, que en los casos más graves ya imponen privación de libertad".
Para que cambiara el rumbo de la votación de un día para otro, se retiraron del texto los delitos de tráfico de drogas, robo cualificado, lesión corporal grave, por el cual los jóvenes de entre 16 y 18 años finalmente sí serán tratados como menores de edad en caso de que la ley salga adelante. Un total de 28 diputados cambiaron el signo de su votación para apoyar el nuevo proyecto, rechazado por activistas, movimientos sociales y ONG's como Amnistía Internacional, que recoge firmas contra la ley bajo el lema "educar es mejor que arrestar".
"Educar es mejor que arrestar"
Además de generar un intenso debate en las redes sociales, el proyecto de ley es una muestra más de la rebelión del legislativo, liderado por Cunha, contra Dilma Rousseff. De nuevo, el líder del PMDB -partido aliado al gobierno que posee varios ministerios- lideró la votación de un proyecto sin contar con el beneplácito del Ejecutivo.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Estaban Covelli
FUENTE: ElMundo