Horas después de concluida la jornada de protesta del domingo contra el gobierno brasileño de Dilma Rousseff, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), líder ideológico del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), calificó como "ilegítimo" al gobierno electo en octubre del año pasado y señaló que la presidenta debería tener un "gesto de grandeza" y abandonar el cargo para el que fue votada por más de 54 millones de brasileños en octubre pasado y al que asumió el 1º de enero.

"Lo más significativo de las demostraciones como las de ayer es la persistencia del sentimiento popular de que el gobierno, aunque sea legal, es ilegítimo", afirmó Cardoso, recurriendo a la frase con la que, en 2012, el diplomático brasileño Samuel Pinheiro Guimarães y el presidente ecuatoriano Rafael Correa describieron a la corriente "neogolpista" con la que se intenta concretar la "restauración conservadora". Cardoso puso énfasis en que "ahora" el Partido de los Trabajadores (PT) y su líder, Luiz Inácio Lula da Silva, son "los nuevos blancos de la protesta".

"Si la propia presidenta no fuera capaz de tener un gesto de grandeza, la renuncia o la admisión sincera de que se equivocó, y sabe señalar los caminos de la recuperación nacional, seremos testigos de la desarticulación creciente del gobierno", vaticinó Cardoso. Hasta el domingo, el ex presidente había marcado distancia de la dirigencia del PSDB, por lo que sorprendió que ayer saliera a ponerse a la cabeza de la renovada campaña destituyente, tras una protesta que sus propios organizadores calificaron como "mucho menor de lo esperado".

El líder del partido socialdemócrata estimó que el gobierno se quedó "sin su base moral, que fue corroída por las trapisondas del lulopetismo" (un juego de palabras entre los nombres del líder y del partido gobernante), y apuntó sus baterías contra Lula. "Con la metáfora del muñeco vestido de presidario (un gigante inflable que se exhibió en la protesta de Brasilia), aunque en lo personal pueda salvaguardarse, la presidenta Dilma sufre la contaminación de los ilícitos de su mentor y va perdiendo condiciones para gobernar", dijo, para concluir con su frase más dura: "Aunque legal, este gobierno es ilegítimo."

La tercera serie de manifestaciones masivas contra Rousseff, aunque con un número menor de adherentes que las anteriores de marzo y abril, fue admitida por Rousseff como "un hecho natural dentro de la normalidad democrática".

Después de que Cardoso abriera el fuego, fue el mismo PSDB el que reclamó a la jefa de Estado que dé un paso al costado. "La renuncia es una prerrogativa de la presidenta, yo no tengo dudas de que al país le gustaría que renuncie, pero no lo va a hacer", dijo el senador José Serra, tres veces frustrado candidato presidencial de la derecha. El mismo domingo, cuando habló a los manifestantes en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais, Aécio Neves, actual titular del PSDB y postulante derrotado por el PT en octubre pasado, no fue tan directo como lo fueron ayer Cardoso y Serra.

La tercera serie de manifestaciones masivas contra Rousseff, aunque con un número menor de adherentes que las anteriores de marzo y abril, fue admitida por Rousseff como "un hecho natural dentro de la normalidad democrática". La presidenta se reunió ayer con sus ministros para seguir el curso de las negociaciones conducentes al respaldo legislativo de las medidas económicas con las que confía superar la situación y profundizar el diálogo político.

El anuncio fue hecho por el ministro de la Secretaría de Comunicación Social, Edinho Silva, quien sobre las medidas económicas que el gobierno pretende aprobar en el Congreso y otras ya puestas en práctica, consideró, con un optimismo inesperado, que "las condiciones son de dificultad, pero vivimos en un país con todas las condiciones para superarlas. En breve, estaremos recogiendo los frutos de las medidas que fueron tomadas. Este es el centro de la atención del gobierno: recuperación del crecimiento económico y de la generación de empleos."

"Reconocemos la importancia de la movilización de ayer (por el domingo), pero el gobierno continuará trabajando, construyendo su agenda; el gobierno cree que las medidas económicas, que en gran parte ya fueron tomadas, crean condiciones para que Brasil retome el crecimiento en un corto plazo." Al respecto, el diario británico Financial Times evaluó en un editorial de ayer que, pese a las protestas callejeras, Rousseff debe permanecer en el cargo. "Aunque Dilma sea removida, ella probablemente sería sustituida por otro político mediocre que, enseguida, intentaría implementar la misma estabilización económica que ella está intentando”.

FUENTE: Tiempo Argentino