"Llevo en Suiza algo más de siete meses, me marché con un contrato de trabajo y ahora me cambio a otro mejor", dice Arantxa Prada, una joven de León que se marchó de España el pasado mes de enero.

Arantxa, de 29 años, forma parte de ese numeroso grupo de españoles que ha decidido buscar un futuro fuera de las fronteras nacionales, para huir de la tasa de paro más alta de Europa -24,44%-.

Arantxa está dentro de esos más de 40.000 emigrantes que se marcharon del país en el primer semestre de este año, un 44,25% más que el mismo periodo de 2011.

En la última década, antes de que estallase la peor crisis de la democracia, España dejó de ser un país de emigrantes para convertirse en un territorio que recibía ciudadanos de otros lugares del mundo.

La prosperidad económica era el indicativo de ese cambio, pero ha sido un breve paréntesis, ya que la crisis ha vuelto a convertir a España en una nación de emigrantes.

En el primer trimestre del año se han superado los cinco millones y medio de parados -5.639.500-, cifra récord. Más de la mitad de los jóvenes españoles no encuentran trabajo -52,01%-, según datos de la EPA.

Suiza ha sido el destino elegido por la joven leonesa, que lleva allí desde el pasado mes de enero. Arantxa se dedica a la hostelería y confiesa que tuvo mucha suerte, porque logró marcharse con un contrato de trabajo.

"Tuve muchísima suerte, conocía a una persona que me buscó trabajo allí. Llegué a Suiza con un contrato de trabajo y con los papeles en regla, algo que es muy complicado", asevera la joven.

Saber francés le facilitó las cosas y desvela que en los últimos meses se ha notado mucho la llegada de españoles al pequeño país europeo.

"Estoy en un grupo de Facebook que se llama 'españoles en Ginebra', cuando me apunté solo éramos 40, ahora somos más de 300", remarca.

La idea de Arantxa es permanecer en Suiza unos años, ya que a pesar de que el nivel de vida es alto en el país alpino, las mejores condiciones laborales le permiten ahorrar.

Mi intención es regresar a mi casa y montar un negocio

"Espero estar unos cuantos años más aquí y cuando tenga la suficiente experiencia y ahorros, mi intención es regresar a mi casa y montar un negocio de hostelería", dice con ilusión la joven.

Arantxa lo tiene claro y no ve ningún aspecto negativo de haber emprendido una nueva vida fuera de España. De hecho, su hermano ha seguido sus pasos y ha puesto rumbo a Suiza para buscar suerte.

Buscar nuevas oportunidades

Por comunidades, según el INE, Cataluña es la que más población ha perdido, con 8.115 personas que decidieron abandonar el país. Le sigue de cerca Madrid, con 7.728 emigrantes.

Sergio y Melisa son una pareja de madrileños que puede unirse a esos más de 7.000 españoles que decidieron marcharse de Madrid a encontrar nuevas oportunidades fuera del país.

Ambos han tomado la decisión de emprender una nueva vida en Inglaterra. Los dos tienen trabajo, pero buscan nuevos objetivos de futuro.

"Aquí es más difícil escalar laboralmente, llevo en la misma empresa siete años y mi sueldo apenas ha subido", resalta el futuro ciudadano londinense.

Son conscientes de que esta nueva aventura conlleva riesgos, pero no dudan en emprender una nueva vida en Inglaterra.

"Es una decisión difícil, pero hay que mirar el lado positivo, hay que aprender inglés es la mejor manera de abrirte camino en el mundo laboral, sobre todo de cara a un regreso futuro a España", señala Sergio.

Es una decisión difícil, pero hay que mirar el lado positivo

El número de españolas que abandonan el país es el doble de los que deciden regresar. Frente a los más de 40.000 españoles que se fueron, solo regresaron algo más de 17.000, según datos del INE.

El pasado año, por primera vez en décadas, el saldo de españoles que se marchó, duplicó al que decidió volver.

Un paréntesis para volver a marcharse

María Tajada se encuentra en ese grupo que ha hecho un paréntesis en su aventura en el extranjero. La joven madrileña tenía un restaurante en Madrid antes de que estallase la crisis en 2008, meses después, se vio obligada a cerrar el negocio.

"Cuando empezó la crisis el negocio empezó a resentirse. Después de unos meses el restaurante solo era capaz de sobrevivir", apunta María.

Su pareja es polaca y tras cerrar el negocio ambos decidieron probar suerte en el país natal del chico, aunque finalmente acabaron en Copenhague (Dinamarca).

"El idioma fue mi mayor problema, en Dinamarca te defiendes con el inglés, pero es necesario saber danés para lograr un buen trabajo. Solo logré acceder a 'trabajillos', al final decidí regresar a España", resalta.

La vuelta de María no es definitiva, se define como una trotamundos y ahora está a medio camino entre Madrid y Milán.

Estudia diseño porque en el futuro le gustaría tener su propio estudio y dedicarse a ello profesionalmente. Lo de su regreso es transitorio, en un futuro espera instalarse en Londres o Nueva York, una vez haya terminado sus estudios.

"Mis padres me han ayudado mucho. Mi intención es salir de España, aquí el sector de la moda está muy complicado", asevera María.

Mis padres me han ayudado mucho

A pesar de definirse como una persona a la que le gusta vivir fuera de España, no aconseja a nadie emprender su vida en otro país sin ir con trabajo y sabiendo el idioma del lugar.

"No recomiendo a nadie irse a la aventura. Si deciden marcharse, que al menos sea con una entrevista de trabajo".

Arantxa, Melisa, Sergio y María, cuatro españoles con experiencias y objetivos distintos que buscan lo mismo, una oportunidad fuera de España.

RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Rafael Pansa

FUENTE: RTVE.es