La Casa Blanca está estudiando la posibilidad de ofrecer al régimen de Teherán acceso a los miles de millones de dólares de sus fondos que se mantienen congelados a cambio de que el gobierno iraní tome “medidas concretas” para frenar su programa nuclear, según una información publicada este viernes por el diario The New York Times, que refiere a una fuente de la Administración demócrata que ha pedido guardar el anonimato. El diario neoyorquino cita a esta fuente diciendo que la idea de desbloquear los fondos congelados sería comparable a crear “un grifo financiero” que se pueda abrir y cerrar según marchen las conversaciones diplomáticas.
La Administración Obama es consciente de lo que está en juego a la hora de suavizar las sanciones, ya que, finalmente, han sido estas las que han forzado la mano del régimen a la hora de decidir sentarse a negociar. La propuesta de la Casa Blanca aliviaría los efectos que las sanciones internacionales tienen sobre la población iraní mientras se avanza en lo que se considera una prometedora primera ronda diplomática de negociaciones. El plan de Barack Obama –debatido junto al departamento de Estado- evitaría así los “los riesgos políticos y diplomáticos” de la derogación de sanciones y daría al mandatario norteamericano la flexibilidad necesaria para responder a las ofertas iraníes que surgan de las negociaciones en marcha en Ginebra.
A pesar de que los dos días de conversaciones esta semana en Ginebra entre Teherán y el conocido como Grupo de los 5 + 1 no han dado grandes avances, sin duda se trata del esfuerzo más serio hecho hasta la fecha por el régimen de los ayatolás para tratar sobre el futuro de su programa nuclear.
A pesar de que los dos días de conversaciones esta semana en Ginebra entre Teherán y el conocido como Grupo de los 5 + 1 (EEUU, Rusia, China, Reino Unido y Francia más Alemania) no han dado grandes avances, sin duda se trata del esfuerzo más serio hecho hasta la fecha por el régimen de los ayatolás para tratar sobre el futuro de su programa nuclear. Sin embargo, el presidente Obama es consciente de que el Capitolio no va a dar marcha atrás en las sanciones sin ver acciones concretas puestas en marcha por parte de Teherán.
Esta semana, dos republicanos de Florida, el senador Marco Rubio y la representante Ileana Ros-Lehtinen pideron que continúen las sanciones contra Irán debido a “la continua falta de respeto” de Teherán sobre anteriores acuerdos internacionales. “Debemos dejar claro a Irán que la única manera en que se van a levantar las sanciones relacionadas con su programa nuclear es si abandonan completamente cualquier capacidad que tenga para enriquecer o procesar uranio”, dijo Rubio. Por su parte, Ros-Lehtinen insisitió en que no se puede confiar en el nuevo presidente de Irán, Hasan Rouhaní. “La Administración no debería de caer en la trampa de Rouhaní, quien tiene una larga historia de usar la palabrería para comprar tiempo para sus aspiraciones nucleares”, explicó la congresista.
Según el rotativo de Nueva York, la tesis de liberar los fondos ha sido defendida con vehemencia por Mark Dubowitz , director de la Fundación para la Defensa de las Democracias –grupo conocido por su línea dura hacia Irán-, ya que en su opinión, si la Administración desmonta el régimen de sanciones luego es complicado volver a ponerlo en marcha si las conversaciones no van como se desea. Pero al descongelar capitales, la Casa Blanca se dota de un arma flexible durante las negociaciones a la vez que provee de un alivio financiero a Irán. Si finalmente Irán se niega a hacer las concesiones que se le exigen, explica Dubowitz, lo único que tendría que hacer EEUU es cerrar ese grifo que abrió las reservas de dinero.
En conversación con este periódico, Mark Duwobitz aseguró que Irán se enfrenta a “la elección fundamental de cumplir con todas sus obligaciones nucleares a nivel internacional y el bloqueo de los fondos que necesita para prevenir una dura crisis financiera y económica”.
Mientras tanto, la Administración está presionando al senado norteamericano para que postergue la votación de un proyecto de ley que se encuentra en discusión y que limita aún más las exportaciones de petróleo de Irán hasta después de la próxima ronda de conversaciones entre el G 5 + 1 e Irán prevista para el próximo 7 y 8 de noviembre.
RELEVAMIENTO Y EDICIÓN: Imanol Barrangú
FUENTE: El País